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Justificación

La identificación de los grupos de interés es el primer paso en la construcción de


estrategias sostenibles con respecto a ellos. Es un proceso muy importante para
una organización, ya que no considerar un determinado grupo como parte
interesada puede ser de riesgo, pues ese grupo ignorado puede contribuir
positiva o negativamente ya sea en oportunidades, o convertirse una fuente de
amenazas (Gil Lafuente & Paula, 2011). Las partes interesadas con las que se
relacionan las empresas son muy diversas, algunas se pueden identificar de
forma muy intuitiva como, por ejemplo: accionistas, empleados, clientes,
proveedores; estos a su vez podrían clasificarse por grupos y subgrupos de
acuerdo con las características específicas, cuando una compañía comprende
todo lo anterior, comienza a reconocer la real importancia de revisar con quien
se esta relacionando y que esfuerzos se deben sumar para lograr el logro de
mutuos objetivos.

Tras examinar la necesidad de tener en cuenta los intereses de cada grupo, no


podemos olvidar que esta actitud se encuentra fuertemente influenciada por el
poder que posea cada uno de los grupos de interés sobre la organización
(Frooman, 1999). El poder se define como el grado en que los individuos o
grupos son capaces de persuadir, inducir o coaccionar a otros para seguir ciertas
líneas de conducta, y de acuerdo con sus expectativas influir en las estrategias
de la organización (Johnson y Scholes, 2001).

Savage et al. (1991) afirman que evaluando el potencial de cada grupo de


interés para amenazar o cooperar con la organización, se pueden prevenir los
acontecimientos, obteniendo como resultado la actitud de asumir ante cada uno
de ellos. De este modo, clasifican a los grupos de interés en cuatro tipos: (1)
grupo de interés de apoyo, ésta es la figura que apoya las estrategias de la
organización, por lo que es el tipo deseado; (2) grupo de interés marginal, es
indiferente ante las estrategias, es decir, ni es propenso a dificultar su desarrollo
ni a colaborar; (3) grupo de interés no-apoyo, éste tiene un alto potencial para
amenazar a la organización y bajo para apoyarla; y (4) grupo de interés mixto,
que es el más importante, pues ofrece tanto un alto nivel de asentimiento como
un alto nivel de oposición. Desde la concepción del modelo de empresa como un
sistema cerrado, autónomo, centrado en la optimización de sus procesos y
técnicas de trabajo para optimizar sus ingresos, que toma el entorno como una
fuente de recursos y como objetivo de sus estrategias de comercialización, se
ha mudado al modelo de empresa como sistema abierto, cuya gestión no se
concibe sin establecer una relación de intercambio para lograr estabilidad con el
entorno. En esta nueva perspectiva la empresa se interrelaciona con el entorno
y además forma parte de él; así, se verá impactada por la turbulencia y actuará
como “respuesta a” y “como parte de”. Más aún, conceptualmente, en este
modelo, se considera que la mayor parte de las fuerzas proactivas de generación
de cambios se produce en el exterior (Daft y Steers, 1992; Hyatt, 2011)
Ahora bien, La influencia que han logrado establecer los stakeholders ha
permitido señalarlos como una nueva forma de regulación, que se manifiesta
como instrumento disuasivo, y que ha resultado ser muy efectiva para los
efectos del cumplimiento de sus obligaciones ambientales y del rol social que se
reclama a las empresas, pues se busca que estas internalicen la preocupación y
la responsabilidad ambiental social en el proceso de la toma de decisiones,
presionándolas o persuadiéndolas directa o indirectamente (OECD, 1991).

En tal sentido, la visión sistémica de los grupos de interés y sus variables en


estudio pueden llegar a considerar un número muy grande de ellos, más si se
considera que pueden establecer y generar relaciones de interacción, como
indica Fassin (2008). En cada relación es posible estimar la forma en que actúa
cada uno de ellos en su relación con otro par o con la empresa; sin embargo, lo
relevante es que en dicha interacción se creen las condiciones en el entorno para
asegurar la viabilidad de la empresa en el largo plazo (Post et al., 2002).

Por todo lo anterior y sacando a relevancia que estas relaciones no logran el


mismo alcance en todas las organizaciones por su actividad económica o tamaño
en el tipo de empresas como PYMSA, son de mayor relevancia esto a que por
su actividad económica la suma de los valores organizaciones del grupo de
empresas que la conforman, dejan visualizar las estrategias comerciales,
económicas, de responsabilidad social, entre otras que se están implementando
y que como ya se ha evidenciado repercuten a un gran numero de personas de
manera positiva o negativa.

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