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126 LAS TEOR1¡AS JURÍDICAS POSTPOS1TIVISTAS

Con Rorty, cuando percibe que la verdad no se descubre sino que se


fabrica al interior de juegos del lenguaje, en el seno de una sociedad de-
mocrática y tolerante.
Con Laclau, cuando ,s ubraya el carácter contingente y precario de toda
objetividad y, en consecuencia, la historicidad del ser y el carácter dis-
cursivo de la verdad, como condiciones de la emancipación.
Con Luhmann, cuando aporta su refinado aparato analítico y devela
el carácter azarozo de la evolución social en el proceso de su diferencia-
CAPÍTULO X
ción funcional, marcada por la complejidad, la paradojalidad y la auto1ogía
del sistema y de los subsistemas sociales. ANÁLISIS FUNCIONAL DEL DERECHO
Como se advierte, ' relaciones plurales y no siempre consistentes,
porque la teoría critica privilegia las turbulencias de la razón dialógica, a
la reductiva serenidad de la razón monol6gica. ,
I. ESTADO DE LA CUESTIÓN

V1I. CONSIDERACIONES FINALES En su ensayo "Sobre una teoría funcionalista del derecho" (Contri-
buciones a la teoría del derecho, Fernando Torres Editor, Madrid, 1980),
La teoría crítica e~ aún, según he tratado de mostrar, un proyecto Norberto Bobbio distinguía dos tipos de estudios en relación con el dis-
inconcluso y en desarrollo. Ninguno de sus seguidores está demasiado curso jurídico, uno de naturaleza estrucmral, en donde se describía la
convencido de que sea posible y ni siquiera deseable, que ella alcance una organización sistemática de las normas que componían un orden, sus ele-
constitución definitiva. Más allá de las tareas de sistematización de de- mentos lógicos y sus condiciones de decibilidad, completitud y consis-
sagregación, de ponnenorización que aun demanda, ¿su cristalización teó- tencia, siendo éste un enfoque predominante en la tradición positivista-
rica no resultaria contradictoria con su talante critico y abierto? analítica. Por el otro lado, estaban los estudios que el autor denominaba
Quizás alcance con el reconocimiento, el espacio y la consideraci6n "funcionales", que procuraban indagar acerca de las finalidades sociales
que 'ya posee en los trabajos e investigaciones de juristas teóricos y dog- del derecho, su rol corno instancia de legitimación del poder y al mismo
mátICOS, aunque más no sea para discutir o rechazar sus conclusiones. Con tiempo como productor de orden y monopolizador de la violencia. La
ello, .habrá aportado a la constitución de un discurso de saber que, por su norma se tomaba relevante en esta perspectiva como un recursO para con-
propIa naturaleza, no puede ser sino vivo y controversia!. trolar el futuro y proveer de ese modo cierto uivel de certidumbre al ge-
He pretendido en estas notas describir en forma breve y esquemática, neralizar expectativas de conducta. Una idea que ya había adquirido no-
el desarrollo de los estudios teóricos criticos acerca del derecho, abarcando table desarrollo en las teorías sistémicas, en particular en la obra de Nicklas
temas muy diversos, cada uno de los cuales merecerían muchas más pági- Luhmann . En este punto Bobbio pensaba, abandonando su idea de asep-
nas. Expreso de antemano mis disculpas por las muchas omisiones en las sia en la teoría que ésta no sólo debía describir cómo el derecho era sino,
que, seguramente he incurrido y de las que resultaré responsable. Sólo pue- en clave crítica, defllli.r cómo debía ser.
d? alegar en mi defensa que ellas fueron inocentes. Por otra parte, como En trabajos anteriores, de 1964 y de 1969, Bobbio se había detenido
dIjera ya en otro texto de similares características, al llevar a cabo la ta- en algunas cuestiones tales como las de las sanciones positivas o los fi-
rea, he tenido que reconstruir una historia y, carente de conocimientos es- nes promocionales del derecho, que insinuaban el desarrollo más com-
pecíficos, me asalta la duda de si habré sido fiel a los hechos o si ciertos pleto que encararla posteriormente en su ensayo "El análisis funcional del
efectos que he enlazado a,ciertas causas, no son sólo un resultado construi- derecho" publicado en la recopilación a cargo de Alfonso Ruiz Miguel
do ex post jacto . Sí así fuera deberá atribuirse no a una actitud deliberada, (Femando Torres Editor, Barcelona, 1980) y en el que no sólo fOlmula
sino a la fuerza con que el presente determina la aprehensión del pasado . . un prolijo inventario. de las principales cuestiones implicadas por este en-
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" ;
foque, sino que propone, además, una sistemática de las funciones y plan- La forma en que ciertos fines se persi~en está definjda por esos
tea la necesidad de integrar a los tradicionales análisis de corte estructu- mismos fines . La idea de forma o instrumento, en relación con la vida
ral. los provenientes de una perspectiva funcional. tal como lo hemos social, está prefiada de historicidad y es precis!unente a partir de su histo-
expresado anteriormente. ' . ricidad como puede aprehenderse su sentido. ¡.
En 1973 , también Joseph Raz había encarado el análisis de las fun- Si el derec;ho, y pongamos en cuestión d~sde ya que este fenómeno
ciones del derecho y propuesto una clasificación (Oxford Essays in Ju- sólo posea una dimensión normativa, tiene uri carácter instrumental, pa-
rispru.dence, University Press, reproducido en La autoridad del derecho, rece necesario interrogarse sobre qué tipo de :instrumento es, quiénes lo
UNA1vI). usan y para qué finalidades. I
Resultará interesante, segÚD creemos, comparar estos puntos de vis- Pese a la señalada renuencia positivista, lbs jusf1lósofos han intenta-
ta, DO sólo por el prestigio alcanzado por los autores citados, sino · tam- do siempre alguna respuesta o han trabajado lcon algún paradigma fun-
bién por la circunstancia de que pertenec.en a tradiciones intelectuales cional implícito. 'Pueden resultar interesantes e'p este sentido, las citas que
diversas, lo que hace más interesante el registro de los numeros'os P1JIltos de Pound, Fuller, Kelsen o Lewellyn, contien~ el trabajo de Raz,o las de
de contacto, existentes en sus respectivos enfoques. Summers, Recaséns Sicbes, Villiem Aubert, ~chur, etc., que se mencio-
Previamente es necesario formular algunos señalamientos. Como nan en el ensayo de Bobbio. I
sostiene Raz, esta noción ha sido descuidada por la filosofia juridica pe- Tradicionalmente se han privilegiado ciertas funciones : la de preve-
se a su obvia importancia. Qué razones explican que los jusfllósof9S del
siglo XX, de mayor prestigio, se hayan detenido exhaustivamente en
nir y reprimir los comportamientos desviados( poruna parte y la de im-
pedir el nacimiento de conflictos o en su cas;o, proveer medios para su
cuestiones como la completitud del orden jurídico o la distinción ; entre pacifica resolución, por la otra. .
regla y norma, y no se hayan formulado además prcguÍltas tan el~men­ Hoy se advierten otras finalidades, tan ifnportantes como las ante-
tales cuanto significativas, del tipo: ¿qué fines cumple el derecho; para riores y que también son servidas por el derec~o, tales como las de repar-
qué sirve, cuál es su utilidad o su función en una determinada estructura tir los recursos disponibles (función distributita) o atender al estímulo, a
social? ,.
la incentivación de ciertas conductas, atribuYrndo consecuencias jurídi-
Habrá que buscar la respuesta, quizás, en cierta tradición positi vista cas a la observancia de la ley y no exclusivamente a su inobservancia
(de Ihering a Kelsen) para la que la especificidad del derecho consiste en (función prom~ional, en ténninos bObbianosf'
su carácter instrumental, en la autonomía de una estructura respe¿'to de
cualquier fin específico. Se trataría de atender a la forma en que ciertos i
ftnes son perseguidos y no a los fines mismos, que pueden ser variados y TI. EL INTERÉS' ACTUAL DE UN ANÁLISIS FUNCItNAL
contingentes. Por otra parte los fmes en cuestión podrían también alcan- I
zarse por otros medios (religión, moral, usos, publicidad, etc.). . El creciente interés que la problemática!de las funciones despierta
Es claro que esta manera de pensar descansa en algunos presupues- en la actualidad, no puede explicarse adecuadamente sin mencionar los
tos que hoy están en crisis, tales como los de la pureza metódica o ~ idea esfuerzos que en este sentido han desarrunad~ las orientaciones socioló-
de que el fenómeno se agote en sus aspectos exclusivamente normativos gicas y antropológicas en el campo ' de la investigación jurídica, por una
o la noción de norma fundamental, como hipótesis gnoscológica fundante parte, y los aportes de la crítica marxista, por la otra.
del ordenamiento positivo. Los autores de orientación sociológica lhan centrado su atención,
Es también claro que el papel del derecho se aísla así, artificialmente, desde hace muchos años, en la relac~óD ez:¡tre fl der~cho y el cam?io so-
del quc cumplen otros discursos sociales que están con él entramados, cial para indagar, desde su perspectiva, SI es~e subslstema cumpha fun-
corno el de la politica o la ideología. Y si pensamos en el metadiscurso ciones exclusivamente conservatistas, o si, por el contrario impulsaba el
de naturaleza. cognitiva, aislados entonces los de la sociología general y progreso y la transformación del sistema social. Por su parte, los autores
la sociología jurídica, la antropología del mismo tipo, la economía,. la marxistas han insistido y desarrollado la idea ~e que el derecho, en cuan-
politología., la ética, etcétera. ¡; to ordenamiento coactivo, realiza la función tle asegurar y mantener las
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condiciones de dominación de la clase hegemónica, en cada formación cho? ¿Se agotan sus objetivos en el establecimient? de un univer~o finito
social dada.
de prohibiciones o además el derecho promueve, dIspone y organiZa con-
En este campo, sin embargo, es donde se registran novedades teóri- ductas sociales con sentido positivo?
cas de mayor envergadura a partir de los años 60, en buena medida tanto Las definiciones que tenemos a la mano son aún en extremo hetero-
por la influencia de la obra althusseriana, como por la relectura de la obra géneas y contienen equlvocos semánticos. . .
°
gramsciana. El reduccionísmo economicista político (reflejo de la estruc- En los párrafos que siguen intentaré exhibir de manera sl~tétlca, ~~s
tura, voluntad de la clase dominante) ha quedado severamente cuestiona- clasificaciones de Raz y Bobbio y a partir de ciertas observac.lOnes cntl-
do y se han abierto líneas más sistemáticas y coffi\)rensivas (de Cerroni a
'PO\l.\ant2.as 'i de Barce\ona. a Mi.aille). cas que ellas me sugieren, proponer algunos puntos de partida para el
. ' 1,
Otro argumento enderezado a destacar la importancia del análisis
.- , ~. análisis funcional que, a mi juicio, enriquecerán teóricamente sus futuros
funcional, radica en lo que algunos autores, Bobbio entre ellos, señalan desarrollos.
como característica del proceso de tránsito del Estado liberal al Estado
social de derecho o Estado de bienestar, en otras denominaciones. Lejos
de perder funciones, ese modelo de Estado adquirió nuevas y complejas lII. LA CLASIFICACiÓN DE JOSEPH RAz
responsabilidades, sea eIl la l'ealización de finalidades de interés común,
no resueltas en el seno de la sociedad civil (actividad subsidiaria), sea en Para este autor es preciso distinguir con claridad una clasificación
el desempeño de roles gestionarios, promotores y asegurativos . En tal en tomo a las funciones, de una clasificación 'referida a las normas, con-
contexto los instrumentos jurídicos y la finalidad de su uso, adquirieron o:. :" fusión que encuentra frecuente y que reprocha a Herbert L H~t autor del
entonces y vuelven a adquirir ahora con el refluj o de la ola neoconserva- . i.. que, sin embargo, se reconoce tributario. Desde su pers~ectlva, el tema
dora, significativa importancia. .;: :.:. de las funciones refiere específicamente a las consecuencIas del derecho,
. ,",
Pese a lo expresado hasta aquí, es aún ardua la tarea que le cabe a ', - sean ellas intentadas O efectivas. .. . ' .
un enfoque de índole funcional. En buena medida, por las muchas nove- Así las funciones socia/es del derecho deben dlstmgUIrse? s~stlene,
dades de naturaleza epistémica producidas en el ámbito de las ciencias en dos grandes grupos. El de las funciones directas y el de las mdlr~ctas .
sociales y jurídicas en las últimas dos décadas. En tal período, definido Las primeras son las que se cumplen cuando se obed~c~ o ~e aplica ~l
siempre con fatal arbitrio, a las tradiciones explicatívistasy/o compresi- derecho. Estas funciones directas, a su vez, pueden dlStlngulrse en prz-
vistas, se ha sumado una visión constructivista que, por lo demás, ofrece marias y secundarias. Las primarias afectan a la poblaciór; en general
diversas variantes: la del constlUctivismo radical, la del constructivismo (p. ej., el proveimiento de servicios de salud) '! pueden clasl.ficarse a su
social, etc. Estas últimas ponen en crisis el realismo cognitivo y el indi- vez en cuatro grandes rmalidades que ellas reabzan: a) preverur conduc~as
vidualismo metodológico a expensas de un nuevo y complicado entrela- deseables y obtener o promover conductas deseables;. b) proveer medIOS
zamiento de conceptos a cuya base están los aportes de la cibernética, la para la realización de acuerdos priv~os entre los partIculares; e) proveer
lingüística, la autopoiesis y la teoría de sistemas l. servicios y redistribuir bienes (servICIOS soclales); y, finalmente d) resol-
Por lo pronto ¿en qué nivel se instala este análisis? ¿Se trata de en- ver disputas no regladas . . , . . .
contrar notas específicas 'que corresponderían a cualquier organización A su turno las funciones secundanas tienen como finahdad contrlbu~
juridica? ¿Se trata de pen(i8r a las funciones desde la perspectiva del Es- al mantenimien~o del sistema, regulando, por ejemplo, la creación y aph-
tado o desde la sociedad civil? ¿Se trata de identificar fines intermedios cación del derecho. Éstas pueden agruparse en dos subconjuntos: a) las
o fines últimos del derecho? ¿Cómo definir, por otra parte, el objeto dere- destinadas a regular el funcionamiento de los órganos jurisdiccio~ales; y
b) las que regulan los procedimientos de cambio y transformaCIón del
I Ver TEUBNER, Günther, UEI derecho como sujeto epistémico. Hacia una episre- derecho. " A
mologJa constructivista del derecho", Doxa, Alicante, 1989, nro. 25. También, en este Por último queda por definir el papel de las fun,ci.ones mdlrectas.
volumen, "Ficción y verdad en la escena de') derecho".
través de ellas se generan actitudes, se estimulan opllllOnes o comporta-
I
I
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132 LAS TEORfAS POS'rPOS1TIV1STAS

mientos. Se trata de los objetivos que el derecho pretende alcanzar ~ricu1- V. PRlMEROS COMENTARIOS ¡
cando ciertos valores, reforzando o debilitando el sentido de autoridad,
propiciando la unidad nacional, etcétera, Como advirtiéramos al inicio de estas ¿otas, más allá de algunos
~atices de corte sistemático. los autores mencIonados proponen conside-
raciones semejantes sobre el tema. Ambos su})rayan el papel del derecho
IV. LAs CLASIFICACIONES DE NORBERTO BOBBto como orden intervinieute y planificador en la~ modalidades de existencia
concreta de la vida social y ambos aluden, aurque paradójicamente, a la
Si Raz se distingue por la simplicidad y orden de sus ideas -virtudes vez eluden, la farticulació.n de es~e papel con las instancias del poder, de
por cierto poco frecuentes- Bobbio, en cambio, se distingue por su fuer- la ideología y de la politlCa.
za argumentativa, por su admirable infonnación y por ciertajocundia me- Raz se detiene en la consideración de ~ funciones directas prima-
ridional que le pennite sugerir ideas, UDa tras otra en cada párrafo. Ello rias, relativas ~I proveimiento de servicios d,b redistrib~ción de bienes,
hace mucho más dificil esquematizar su pensamiento, Por de pronto pro- adjudicando iwplícitamente al derecho, un rol democratlzadorde las re-
pone una doble clasificación, Así, por una parte distingue entre funciones laciones políticas y económicas entre los hom,bres, sin descuidar a la vez
positivas, negativas y disfunciones. Son de la primer categoría aquellas SU costado conservatista, en el análisis de l~ funciones secundarias, en
que se dan cuando el derecho cumple con los fmes previstos, alcanzando cuanto destinaaas al mantenimiento del sistema. Como se verá más ade-
los objetivos que se proponían las normas oportunamente sancionadas. lante este doble carácter puede presentarse ciemo paradojal pero no ne-
Son, en cambio, negativas cuando esas finalidades no sólo no ·se alcan- cesar'iamente como contradictorio. Por fin, en la descripción de las que
zan sino que, al contrario, se obtienen otras de signo contradictorio. El denomina funciones indirectas, el autor señala elementos que son propios
autor pODe el ejemplo de las cárceles que, pensadas para la rehabilit8.ción del dominio de la ideología en el discurso jutídico.
del delincuente y su reinserciónen la vida social regular, se han transfor- Por su parte, Bobbio destaca las funcj~nes distributiva y prom 0-
mado en el más fenomenal fracaso de la modernidad, al configurar, a escala donal del derecho. En el último aspecto, prqpone el tránsito de un de-
mundial. un espacio de criminalización, de violencia, de envilecimiento. recho de la punición a un derecho de la or~nizaci6n, con papeles de
Por último, las disfunciones son las que se dan cuando el derecho alcan- prevención social y de asistencia, como su,*dáneos de los papeles es-
za de manera deficitaria, sólo a medias', los objetivos tenidos en cuanta al pecifica y exClusivamente represivos. En el ¡primer aspecto remarca la
tiempo de su sanción. tarea asignada al derecho, de distribuir los re~urso~ disponibles y .al ~a­
Por otra parte, el notable jurista turinés propone otra clasificáción cerIo denuncia las ideologías liberales de co~ fmlsecular que atnbwan
que guarda en este caso, como se comentará más adelante. notoria s~me­ a la eeonomíay a la "man~ invisible del merCado", el monopolio de esta
janza con la propuesta por Raz. En esta segunda, Bobbi~ diferencia las función. .
funciones tradicionales, que son las de a) evitar la conducta desviac,la; y Sin embargo, es en el !Ulálisis de las funciones positivas, negati.v~s.y
b) proveer medios para la resolución de conflictos, de otras funciones del de las disfunciones, donde producen los señalamientos a nuestro JWCIO
derecho que asocia a la emergencia del Estado Social de Derecho y que más interesantes. En efecto, en franca polé!nica con el funcionalismo
denomina distributivas. que tienen por finalidad la distribución de los sociológico de'tipo parsoniano, para el que las !funciones s6lo pueden te~er
recursos sociales, económicos y no económicos a través de la actividad carácter positivo, en tanto procuran la integración del sistema socl.al,
del Estado (bienes, empleo, educación, familia, salud, seguridad, trabajo) Bobbio exhibe la ideología conservadora de ~e pensamiento y .se ubIca
y promociona/es. Estas últimas asociadas a la idea de que el derechq no en 10 que, explicitamente, denomina una pe~pectiva crítica "por la que
sólo castiga sino que también premia, estimula la realización de ciertas entiendo -sostiene- cualquier teorla que se pÜmtee el problema de ver no
conductas al revés de limitarse nada más que a procurar impedir las; que ~olamente cómo funciona una sociedad, sino: también cómo no funciona
. considera disvaliosas. Lo hace a través de premios que alientan la: ob- ó como debería funcionar". i .
servancia de la norma. Son las que el autor mencionado llamó sanciones !a
..... La respuesta a la pregunta: sobre la ppsitividad ~e función del
positivas. ', derecho -agrega más adelante- puede ser t~talmente dIstmta (a la par-


134 LAS TEORÍAS POSTPOSITIVISTAS
ANÁLISIS FUNCIONAL DEL DERECHO 135
soniana), si nos ponemos en el punto de vista no de la conservación sino
o la obligatio del derecho romano, es una institución similar a la legisla-
del cambio o incluso del cambio radical o revolucionario, que es el punto
da por nuestro ordenamiento positivo. Ello no pasa de ser un grave mal
de vista de toda teoria crítica de la sociedad. ¿Cuál es la relación del
entendido.
derecho con el cambio social? No hay dudas de que la función del dere-
Porque dicha institución aparece hoy, reinscripta en un entramado.de
cho no es solamente la de mantener el orden constituido, sino también la
múltiples determinaciones que le otorgan una interpretación y. una lógJCa
de cambiarlo, adaptándolo a las transformaciones sociales: tanto es así que
que la ha transformado. Es posible admitir que, en tanto técDlca de con-
todo ordenamiento regula la producción de nuevas normas para el reem- .:": trol social el derecho posea alguna especificidad propia, más allá de las
plazo de las viejas. ¿Pero es el derecho el instrumento apropiado para
variacione's históricas que correspondan a cada fomlación social. Pero ello
reformar la sociedad? ¿Cuáles son las razones por las que el derecho ha
no puede confundimos. Entre el derecho de los s.umerios y el ~erecho. de
sido siempre considerado más como un medio de conservación social que
las sociedades capitalistas contemporáneas, eXIsten tantas dlferencIas,
de innovación y de que el estamento de los juristas haya sido considera-
como las que existen entre las sociedades históricas que re.sp~cti~~~nte
do como un estamento de conservadores y no de reformadores? :1"0
los generaron. Una institución, como una norma o una pra~tIC~ Jundlca,
"Una respuesta a estas preguntas pondrá de manifiesto que el dere-
adquieren sentido en el sistema al que pertenecen. El derecho Jugo un p~pel
cho tiene, junto a una función positiva, también una función negativa que
difererite en el mundo antiguo, respecto del que jugó en la Edad Media o
es intrínseca a su propia naturaleza ... ".
del que juega en el mundo contemporáneo. Cada formación histórica. ha
Las citas transcriptas son elocuentes. Si es cierto que las clasifica- generado prácticas materiales y culturales heterogéneas, en las q~e CIer-
ciones expuestas exhiben todavía un cierto grado de precariedad, de ex-
tos discursos sociales adquirieron, según la etapa, un rol predommante o
cesiva generalidad, en las que no aparecen integrados niveles de análisis un rol subordinado respecto del resto de los otros discursos de la misma
a mi juicio insoslayables, ,como los que son propios de la historicidad por índole. Piénsese, por ejemplo, en la hegemonía del discurso religioso en
una parte y de las dimensiones del poder y de la ideOlogía por la otra, no la Edad Media.
es menos cierto que las tesis de Bobbio contienen muy ricas sugerencias. Es obvio que los autores que hemos tratado, están considerando las
Muchas de ellas sólo han podido insinuarse hasta aquí. Sobre algunas otras funciones del derecho, atendiendo a las car:l.cteristicas que éste posee en
volveré más adelante.
las actuales sociedades occidentales. Es más, habría que señalar, tal vez,
que se están refiriendo sólo a las sociedades cenU'ales o desarrolladas,
porque, ni en los países del Tercer Mundo ni en ,aquellos q~e h~ alcan-
VI. SEGUNDOS COMENTARIOS. UNA PERSPECTIVA CRíTICA:
zado un desarrollo intermedio o dependiente, sena sencIllo ldentIficar las
LA FUNCIÓN PARADOJAL DEL DERECHO
así llamadas funciones distributivas o promocionales.
1. Derecho e historia ¡'Hasta este punto es preciso determinar los marcos históricos del.
análisis que nos propongamos! Es decir, distinguiendo n.o sólo ~poc~ smo
también lugares o, en otros términos, asumiendo las dIferenCIas eXIsten-
La primera cuestión que importarla discutir es la posibilidad de un
tes entre diversas formaciones económico-sociales. De otro modo el aná-
análisis funcional, que prescinda de la detenninación primero y de la es-
lisis corre el riesgo de trivializarse.
pecificación después, del marco histórico correspondiente. En otros tér-
minos ¿será válido el intento de identificar notas que sean comunes a Que en las clasificaciones que hemos considerado, el referente his-
tórico sólo sea un dato implícito, es consecuencia, a nuestro entender, de
cualquier sistema juríclico con prescindencia de las características de la
formación económico-social, al que tal sistema corresponda? la conceptualización que en detmitiva se sustenta en relació~ con la na-
turaleza del objeto derecho. Es decir, con la idea, con la nOCIón, que ex-
Es cierto que algunas categorías jurídicas han sobrevivido a trans-
formaciones cruciales de las sociedades y que, en consecuencia, un aná- °
plicita implícitamente se tenga del derecho, la que operará como ~e~6.n
de fondo de cualquier análisis jurídico particular, en el caso, el analts.ls
lisis superficial de la cuestión, podría inducimos a pensar que el vinculum
de las funciones.
136 LAS TEORtAS POSTPOSITIVlSTAS ANÁLISIS FUNCIONAL DEL D~CHO 137

Quien vea al derecho sólo como un conjunto de normas puede ha- discurso co~titutivo. en tanto asigna significJciones a los hechos y a las
llarse justificadamente inclinado a considerar lateralmente o a no ·con- palabras.
siderar, los correspondientes componentes históricos, aun cuando éstos Esta compleja operación social que prerhia o castiga otorga perso-
reingresen fatal y subrepticiamente en su propio discurso, como lo acre- neria y deslinda lo licito de 10 ilícito, dista de ser neutral. Está impregna-
ditan las distinciones precedentes. da de politicidad, de valoraciones y de intereses en conflicto Y adquiere
Desde la perspectiva de la teoria critica, en cambio, el derecho se direccionalidad en relación con las formas en!que se encuentre efectiva-
visualiza como una práctica social específica que expresa históricam~nte mente distribu~do. el poder en la sociedad. r
1.oS conflictos y temi.ones de l.oS grupos sociales que actúan en una;fOI~ Es en consecuencia un discurso ideológico, en la medida en que pro-
ll\a.ción social determinada. duce una representación imaginaria de los h~mbres respecto de sí mis-
. , De tal ~uerte que la variable hi~tórica concierne a la propia defini- mos y de sus relaci.ones con los otr.os hombres. Los estatuye como suje-
clon del fen~men~. En esta perspectiva pues, las funciones del derecho tos libres e iguales ocultando el código de sus ~fereDcias efectivas; declara
sólo pueden l~entJfic~rse acertadamente, en la medida en que se especifi- a las nonnas conocidas por todos, escamotean;d.o la realidad de un mono-
que la forma~J.ón socl~l de que se trate. Lo que correlativamente supone, polio del saber jurídico y un efecto de desco~ocimiento generado por el
recusar ~a utIhdad de Identificar notas generales y abstractas referidas a propio derecho. Es decir, es ideológico en U¡l medida en que oculta el
las fu~clones que el derecho cumpliría en cualquier tiempo, en cualquier sentido de las relaciones estructurales eSlablfridas entre los sujetos, con
espacIO, en cualquier cultura. la fmalidad de reproducir los mecanismos de la hegemonfa social. Ese
ocultamiento es a la vez productor de consenso. El derech.o ordena pero
convence; impone pero persuade; amenaza péro disciplina. Cuando con-
2. Derecho e ideología dena la ilicitud, a la vez sacraliza la licitud q~eestablece. .
Es decir, que el derecho echa mano del par represi6n1ideologia. No
Introduzco aquí otra dimensión en el análisis de las funciones del es sólo violencia m.onopolizada, es también tfn discurso nOIUlalizador y
derecho: la dimensiÓn ideológica. disciplinario en el sentido foucaultiano. Me parece que este aspecto ha
. El tem~ de una te.o~a de,la ideología constituye una antigua preocu- sido poco relevado por la te.ona. Quizá por lello, B.obbio, que rechaza,
pacIón filosofica (de la 'Teona de los Idola" de Bacon para acá, pasando según hemos visto, las tesis de cierto funcion~ismo sociológico, recae en
por D~s~tt de Tracy, las elaboraciones ID81xistas, las de la sociología del él, al tratar el tema de las que deDomina disfu*ciones. En efecto, el ejem-
conoclmlento! la Escuela de Frankfurt, etc.) y ultimamente su trataniien- plo que toma es en este sentido paradigmático: el de las instituciones
to se ha enriqu~ido con el aporte de teonas psicoanalíticas, linguísticas, carce Iari as, II
postestructuralistas, etcétera. Llamadas ellas, contemporáneamente all menos, a reeducar y reso-
. Su relación c.on el derecho, sin embargo, no se encuentra aún sufi- cializaT al delincuente para devolver a la sdciedad un individuo útil y
cientemente desarrollada 2. ; "despatologizado", habria que concluir en qpe han fracasado Y que no
. En este aspect.o la teorí~ cr!tica ha puesto UDa especial atención 'Y ha cumplen la función para las qU.e han sido creadas.
mtentado subrayar la especIficIdad de esa relación. El derecho es una En Vigilar y castigar (Siglo XXI, 1976)) Michel Foucault despliega
práctica de l.os hombres, que s~ expresa a través de un discurso que es un formidable análisis de la punición Y en lds capítulos dedicad.os a los
m~s que palabras; que es tambIén comport8lnientos, símbolos, conoci- ilegalismos, muestra la vinculación estrecha, ~ntre estos últimos y la or~
mIentos. Es 10 que la ley manda, pero también lo que los jueces inter- ganización del poder sociaL Sostiene la existencia de un~ "economía de
pretan, los abo~ados argumen,tan, (.os litigantes declaran, los teóricos 'p ro- los ilegalismos" funcional a la forma 'de existencia del poder.
ducen, Jos legIsladores sanClOnan o los doctrinarios critican. y es' un "Seria preciso -dice- suponer entonces que la prisión y de UDa ma-
nera general los castigos, no están destinados:a suprimir las infracciones;
. ~ V:arios d.e los tnlbajos qUe integran este libro visitan el tema, con niveleS de a
sino más bien a distinguirlas, a distribuirlas, utilizarlas; que tienden n.o
anáhsls diferenCIados en extensión y profundidad. ' tanto a volver. dóciles a quienes están dispueftosa transgredir las leyes,
138 LAS TEORlAS POSTPOSJTIVISTAS ANÁLISIS FUNClONAL DEL DERECHO 139

sino que tienden a organizar la transgresión de las leyes en una táctica criterio reivindicativo. En otros términos, es en sí mismo un reflejo de
generaL. La penalidad sería entonces una manera de administrar los ile- ciertas situaciones de poder.
galismos, de trazar límites de tolerancia, de dar cierto campo de libertad Este aspecto se hace más nítido en las consideraciones de B~bbio.
a algunos, y hacer prisión sobre otros, de excluir a una parte y hacer útil ';' '. Ya hemos visto que desde su coneepción, el derecho debe cumplir una
a otra; de neutralizar a éstos, de sacar provecho de aquéllos. En suma, la funci6n en el cambio y la transformación de la sociedad. Hemos visto su
penalidad no 'reprimiría' pura y simplemente los ilegalismos; los 'dife- ' ~. :
rechazo de las tesituras conservatistas. Sostiene en su trabajo: "No es cierto
renciaría', aseguraría su economía general. Y si se puede hablar de una que el derecho llegue siempre con retraso o sea obstáculo al cambio: a
justicia de clase no es s610 porque la ley misma, o la manera de aplicarla ... veces llega con adelanto y entonces puede ser un element~ d~ desco~po­
:
,;... :

sirvan los intereses de una clase, es porque toda la gestión diferencial de sición de un tejido social tradicional y por tanto de cambJO ImprevIsto ...
los ilegalismos por la mediación de la penalidad, forma parte de esos El derecho actúa generalmente a través de normas generales y abstractas,
mecanismos de dominación". que se adaptan mal a la complejidad de las situaciones concretas y crean
Se coincida o no con su análisis, Foucault tiene la importancia de desigualdades entre iguales e igualdades entre desiguales: aún cuando el
señalar que ciertas instituciones, normas o prácticas cumplen una fun- juez tenga las mejores intenciones de hacer justicia, el fin se ha hecho a
ción distinta de la que "dicen" cumplir. Que se manifiestan ideológica- menudo imposible por la propia estructura de las normas jurídicas. Lo que
mente, es decir, en un doble juego de alusión y e1usión, de reconoci- el derecho consigue obtener tanto respecto a la conservacIón como ~l
miento y de desconocimiento. Así, creo, las dimensiones ideológicas de cambio, lo obtiene a través del buen funcionamiento del aparato coact1-
lo jurídico no pueden estll ausentes en la teorización de sus funciones. vo, pero al apoyarse en la fuerza el derecho contribuye a peIPe~ar un tipo
Las clasificaciones que hemos visto anteriormente parecen construidas de sociedad basado en relaciones de fuerza: es la más perfecta Imagen de
sobre la base para usar otra terminología de las funciones manifiestas la violencia de las instituciones o de la violencia institucionalizada, de
del derecho y no de sus funciones latentes. Parecen construirse sobre la una violencia cuya justificación está, en presentarse comO única respues-
base de lo que el derecho dice de sí mismo . Proponemos la necesidad ta adecuada a la violencia destructiva (pero ¿la violencia destructiva es
de atender también, a aquello que no dice, a aquello que enmascara y siempre injusta?)". Sus observaciones contienen también una directa re-
que oculta. ferencia a las relaciones de poder. .
Sin embargo, en mi opinión, una df(ficiente caracterización en el plano
teórico de la relaci6n poder-derecho, conduce a algunos ·equívocos o al
3. Derecho y poder: función paradojal
:. x menos opaca 10 que para la teoría crítica aparece como eje de una defini-
~, "

Para tennina!", creo necesario formular algunas consideraciones so~ ción funcional del derecho, esto es, su carácter paradoja!.
bre la relación entre el derecho y el poder. Es claro que tanto Raz como Adelantemos la idea para tratar luego de fundarla escuetamente. El
Bobbio están pensando en el poder e incluso en las formas en que éste se derecho en lo sustancial., cumple un rol formalizador y reproductor de
adapta o cambia en el seno de una sociedad determinada. Raz plantea como las rela~iones sociales establecidas, y a la vez, UD rol en la remoción y
función social directa y primaria del ordenamiento jurídico la de redis- transformación de tales relaciones. Cumple a la vez, 1illa función conser-
tribuir los bienes comunes y es evidente a qué se refiere. Dice: "Cuando vadora y reformadora.
una disposjci6n de refonna agraria es creada o cuando se vuelve obliga- Esta aparente contradicción se resuelve en la medida en que ~e ~es­
torio el reparto de utili~des de las empresas entre los trabajadores o cata para el análisis, el papel de la ideología y una concepcIón relaClOnlsta
cuando una disposición jurídica prescribe una forma obligatoria de dis- ~~~ .
tribuir la propiedad inmueble de las personas fallecidas, claramente, pro- El discurso del derecho es el discurso del poder. A través de el se
vee a la redistribuición de bienes". instituyen órganos, se consagran prerrogativas, se constituye a los suje-
Todo proceso social de redistribución de bienes tiene un fundamen- tos. A través de ese discurso se consagra, se sacraliza y se reconduce el
to político, importa acuerdos o concesiones o implica el triunfo de algún poder.
. i 141
, ANALlS1S FUNCIONAL DEL DERECHO
140 LAS TEORÍAS POSTPOS1TIVISTAS

Pero el poder no es, como afirma Foucault, una cosa o uIi instrumento, Este aspecto paradojal del derecho y esta; teoría relaciorusta del po-
es una situación estratégica en lUla sociedad determinada donde h~y po- der, son un proficuo punto de partida, aquí apepas insinuado, para nuevas
der hay resistencia. La resistencia no es exterior sino interior a la rela- investigaciones juridicas y para una más compleja, y por ello mismo, más
ción de poder. No hay poder sin dominador, pero tampoco hay poder sin interesante tarea, en relación con la proble~ática de las func ~on~s .del
dominado y esta relación es cambiante, mutable, dialéctica, histórica. derecho. Problemática afortunadamente actualifada. porque en mi oplruón,
tratar sobre el derecho no es sólo tratar sobre ciertas formas , es, ante todo,
La violencia monopolizada por el Estado a través del derecho,: sus-
tenta las técnicas del poder y los mecanismos del consentimieJ;lto. P~ro el tratar sobre ciertos fines. I
poder es siempre una relación y no se expresa en actos de pura negatiyidad.
Por ello el derecho prohíbe pero permite, censura pero obliga a hablar.
En este sentido sostiene Poulantzas (Estado. poder y socialismo, ;Siglo \'
XXI): ..... Las clases dominadas no tropiezan con la ley s610 como barrera
de exclusión, sino también como asignaci6n por su parte del lug~ que
deben ocupar. Lugar que es también un espacio de inserción en la red
político social, creador de obligaciones pero también de derechos ..~ Las
acciones del tEstado que rebasan su simple papel represivo e ideol6gico,
como son sus intervenciones económicas y sobre todo, 'los compromisos
materiales impuestos por las clases dominadas a las clases dominantes una
de las razones decisivas del consentimiento se inscriben en el texto' de la
ley formando parte incluso, de su estructura interna La ley no se liIriita a
engafiar o enmascar<u", ni a reprimir. obligando a hacer algo o proh.~ién­
dolo: organiza y consagra también reales derechos de las clases domina-
das que comportan, inscriptos en ella, los compromisos materialeS; im-
puestos por las luchas populares a las clases dominantes". '
El papel del derecho. pues, depende de una relación de fuerzas ' en el
marco del conflicto social. En manos de los grupos dominantes, constitu-
ye un mecanismo de preservación y de reconducción de sus intereses y
finalidades, en manos de los grupos dominados, un mecanismo de defen-
sa y contestación política. , I

La problemática de los "derechos humanos" felizmente potenciada


a partir de las luchas contra regímenes vesánicos, puede proporcionar
un ejemplo de lo que antes se ha expresado. Estas declaraciones de de-
rechos y garantlas, consagrados por las legislaciones modernas, laS más
de las veces con alcances puramente formales, pudieron ser mirados por
esto mismo, con cierto escepticismo. Mirados tan sólo como un discurso
legitimante y tranquilizador, que únicamente en aspectos muy pardales,
I
alcanzaba operatividad. Un discurso que prometía lo que precisamente no
otorgaba. Sin embargo, en situaciones de crisis, cuando los niveles del

!
conflicto se acentúan, ese discurso meramente ideológico, se transforma
en una formidable herramienta de lucha, de denuncia, de resistencia a la
opresión. •.
252 LAS TEORÍAS POSTPOSTTlVISTAS I
I
cia de teorías nonnativas, de naturaleza modélica, que no dan cuenta
descriptivamente de lo que en realidad acaece, sino que proponen crite- :.~
I
rios ideales acerca de lo que debería acaecer. Ciertamente, teorías de ese
.: I
tipo implican siempre un cierto riesgo, el de la hipóstasis. El riesgo de
olvidar que la realidad es menos limpia, menos generosa y que los acto-
res en escena, no producen sociedad bajo las premisas de 1a posición ori-

I
ginaria o de la situación ideal de diálogo. Pero, por otra parte, qué haría-
mos sin construcciones modélicas, sin horizontes de sentido, hacia; los
cuales orientar la construcción de consensos que nos permitan vivir; :en !I CAPiTuLo XVII
I
i '
l'
algún tiempo de paz, de tolerancia, de equidad sociaL Aun cuando ¡sea :I COMPLEJIDAD Y DE$CHO
menester someterlas a críticas constructivas ya alertados reparos, las pro-

~
puestas normativas, cumplen un interesante papeL
Me parece imprescindible poner estas cuestiones de manifiesto, par- 1. LA NOCIÓN DE "COMPLEJIDAD"
ticularmente en esta época. He escrito este trabajo, al tiempo en que los I
Estados Unidos, en una actitud sin precedentes, despreciando los esfuer- Se sostiene con frecuencia que los probl~mas de la complejidad so-
zos de más de seis décadas de la comunidad internacional por alcanzar cial conciernen a las sociedades del capitalisnlo maduro. Sin embargo, el
mecanismos de resolución reglada de conflictos y prevenir el uso unilate- fenómeno es también observable en las nuestras, aún cuando no hayan
ral de la violencia belicista, ha decidido combatir a los que considera alcanzado aquel estadio de madurez, porque ~l1as exhiben una realidad
caníbales, comiéndoselos. A un costo de vidas humanas, propias y ajenas singular, en la que conviven tradicionalismo y jpostmodemidad; miseria y
incalculable; ignorando el clamor pacifista de miles de millones de seres . consumismo; relaciones productivas pre-capit~listas y desarrollos econó-
humanos; el reclamo magisterial de iglesias y religiones; quebrantando mico-tecnológicos de punta; analfabetismo y ~ofisticación intelectual, en
alianzas históricas y culturales y poniendo a la humanidad en su conjun- una caleidoscópica mh.1ura, que se constituye! asu vez, en dato peculiar
to, bajo amenazas gravisimas de todo orden. El país de las tradiciones de nuestra propia complejidad. :
liberales más acendradas, no ha podido impedir el mesianismo exacerba- Este concepto, el de "complejidad", ha sid9 particularmente estudiado
do de un grupo de hombres, convencidos de que van a construir un nue- en el campo de la cibernética, de la inteligencili artificial y de la teorla de
vo imperío y a disciplinar al universo a sus dictados. Allí estaban, escon- sistemas en general y aplicado a Jos sistemJ sociales, por autores con
didas en la parafernalia republicana del Sr. Bush y sus cómplices~ la preocupaciones muy diversas \. No siempre c~n el mismo sentido, citon
violencia y el poder, como componentes inescindibles de la política, que gran precisión. :De todas formas, es posible afi~ar sin mayor hesitación,
adquieren por épocas el carácter desastroso y letal de esta hora. Así y todo, que los fenómenos de aceleración histórica, as¡)cí~dos a los descubrimien-
alguien debería acercarles al Presidente de los Estados Unidos y a 'sus tos científicos y tecnológicos de las últimas d¿cadas, han ensanchado de
asesores civiles y militares, un ejemplar de la Teoría de la justicia. Aun- un modo excepcional el univen;o de eleccion~s posibles en el campo de
que más no sea, para que sepan por qué razones, serán algún día, juzga- la interacción humana. Como recuerda Raymo~d Aron, para llegar a Roma
dos y condenados. ; desde Paris, Napoleón empleó, prácticamente; el mismo tiempo que ha-
bia empleado César; y un miembro de la bUr&uesía francesa de la época
1 de Luis XIv, disfrutaba de los mismos . recu::,~ que un romano de la cIa-
j' :¡ se alta. Luego, :las diferencias se hicieron, "'i tamente, enormes 2. .

\ En ZoLO, Danilo, Democracia y complejidad. 'pn enfoque realista, Nueva vi-


'Sión, Buenos Aires, 1994,puede ~nsultarse una ext~T?iblio~fia (ps. ~31 y ss.) . .
1 ARON, Rayrnond, Dix-hull ler;on5 mr la SOCU!t~ ; ,ndu.JtneJJe. Galhmard, Parls,
1962. En ZoLo, D., Democracia... , cit., p. 34. :,
254 LAS TEORÍAS POSTPOSrTIVrSTAS COMPLEJIDAD Y DERECHO 255

Tenemos ante nuestra vista algunos niveles de nuestra complejidad ciales; desafíos, consiguientemente para la teoría y los teóricos del dere-
epocal: aumento de la productividad del capital y correlativo aumento de cho. Desafíos, por último, para la comprensión de tan sofisticados proce-
la desocupación, con sus d,eletéreos efectos sociales; densificación e in- s-os y de las formas de legalidad que a ellos corresponden, que se toman,
cremento de la interacción social con su correlativa proliferación de có- por razones estructurales, progresivamente más opacas.
digos y multiplicidades culturales; disponibilidad del mundo a partir del Pero, es posible enfocar esta problemática con una visión menos
conocer y monopolio del conocimiento, etc. Pero, muchos otros registros impresionista y considerablemente más abstracta de la complejidad. La
poddan, también, hablarnos de ella. Sin ir más lejos, los cambios produ- que ha desanollado desde una perspectiva sistémica y autopoiética, Nicklas
cidos en la relación entre cultura y máquinas inteligentes. Hasta hace muy Luhmann, cuyos muy elaborados puntos de vista, no han sido aun sufi-
poco tiempo atrás, el mundo de las redes y los hipertextos parecían cues- cientemente divulgados en nuestro medio.
tión de ciencia ficción. Hoy los dispositivos multimedia, el acceso a Inter-
net, los grupos de usuarios, los correos y diarios electrónicos, fonnan parte
de nuestra cotidianeidad. Ello comp0l1a nuevos problemas que son, tam- II. COMPLEJIDAD SISTÉMICA
bién, de naturaleza política y jurídica, v.gr.: el uso de la red para la divul-
gación de las ideas racistas de grupos nazis o filonazis o la proliferación Para poder hacer una referencia, a la vez sintética e inteligible, de
por su intennedio de pornografía. Pero, del mismo modo, se encontrarán esta noción, será preciso comenzar por algunos de los presupuestos de la
allí otros mensajes: Zaire o Chiapas, género y diversidad, identidad y saber, teoría luhmanniana. Como punto de partida, una constatación: el mundo
produciendo inéditas solidaridades y construyendo universos simbólicos es de tal manera infinito que, por serlo, resulta inabarcable o mejor, inob-
alternativos, no por virtuales, menos eficaces. servable. Tal infinitud es cortada, sin embargo, por una línea divisoria;
Por de pronto, no puede ignorarse que ese hiperdesarroJIo, está fir- de un lado se encuentra el sistema, del otro su entorno. Con estas nocio-
memente articulado con las estructuras de poder del mundo contemporá- nes de "sistema" y "entorno" (o ambiente), Luhmann desplaza las de "uni-
neo, que son las dd capital financiero . Sin embargo, paradójicamente, ¿no dad" y "parte!!" (componentes de esa unidad), que corresponden a uua
es la Internet lo más parecido a esa especie de desideratum democrático, visión clásica, pero que han exhibido ya su insuficiencia, entre otras co-
que Habermas ha 11amado "espacio público de la comunicación"? Al me- sas, porque no dan cuenta de sus propios entornos. El par sistema/entorno
nos hasta lloy, se trata de un espacio descentrado, no monopolizado, mul- desplaza también otras pollU"idades de temías anteriores: Physislnomos,
tiforme y anárquico, con todo lo que esto tiene de amenaza y de posibili- .ser/deber ser, sujet%bjeto, constituyéndose en una nueva perspectiva
dad. "En algún lugar hay que poner el dato -dice, en este sentido, Aníbal epistemológica.
Ford- de que el chico de la villa o la favela, que juega con un video game, Existen diversos sistemas, según el objeto de anállsis que les sea
está recibiendo la tecnología de rezago de las investigaciones de la NASA. propio y, aunque sólo el observador puede distinguir entre sistema y en-
Ésta fue la que desarrolló los software de simulación para el aprendizaje, torno, él no puede, en cambio, decidir acerca de qué sea sistema. Sólo el
que hoy permiten u obligan a un chico semianalfabeto de un barrio po- sistema, a través de sus propias operaciones, se constituye como sistema,
bre, a luchar como karateca en el :eronx, mientras el cartelito, irónica- enlazando operaciones propias con operaciones propias y, de ese modo,
mente, le dice Take the law in yoú'r hands. O entrar en realidades virtuales . autorreproduciéndose . Aparece así, una primera sÍ/uación paradojal, por-
que nunca podrán disimular sus carencias materiales". que lo que llamamos sistema, no es más que la diferencia entre sistema y
DesalTollo tecnológica pues, que habilita otras formas de la comunica- entorno, esto es, la capacidad del sistema de definir sus propios límites;
ción humana; comunicación que acelera y transforma los flujos, producien- lo que transfonna al mismo, en parte de su propia distinción. Siendo las
do impacto en las percepci,ones y en los procesos cognitivos; circulación cosas de este modo, argumenta el autor, " ... se anulan las posibilidades
del poder y del control; riesgo y posibilidad, he aquí otras dimensiones descriptivas de la lógica clásica bivalente yla teoría del conocimiento que
de la complejidad en la que estamos inmersos y que supone desafíos de la sustenta. Al igual que en la cosmologia de Einstein (movimiento y ace~
muy divel·sa índole, entre otros, desafíos para las estructuras instirucionales leraeión), la observación del mundo con ayuda de la distinción entre sis-
conocidas y las formas tradicionales de regulación de las relaciones so- tema y entorno, depende de la ubicación del observador" (cclDf. Sistemas
,l

LAS TEORÍAS POSTPOSITIV[STAS COMPLEJIDAD Y DEREC:HO 257


256

sociales. Lineomientos para una teoria general, Universidad Iberoamerj-- pierda relevancia en su teorla ni que se diluyácomo ambiente o entorno
cana, Alianza, México, 1991, p. 16). , de un sistema, ¡sino 'que lo que cambia en la t~orla sisténúca, es la situa-
Si el observador observa en el mundo sistemas que se reproducen ,a ción jerárquica en que resulta ubicado, por c~mparación con las teorías
- ¡
si mismos, está obligado a considerarse como uno de eUos, pues, de Jo tradicionales. Éstas, lo trataban como sujeto sin hacerse cargo de que pro-
contrario, no podria observar su propia observaéión. Por esta vía, la teo- veían una categorla ambigua y nebulosa, exenta de referencias empíricas,
ria de sistemas se universaliza, volviéndose Wl.a teoria del mundo que ¡se a las que el hombre de carne y hueso, era dific;ilmente reductible. La teo-
incluye a ella misma y obligándose a co~cebi,r todo,. c~mo si.stem~ o como ria de sistemas y la distinción entre sistema y ;e ntomo, permiten una res-
entorno. Luhmann sostiene que la soclologla tradiCional, mclulda la pe puesta a la pregunta acerca de "qué pasa con el hombre", pero ella no es
Parsoos, sobre la que él mismo se ha apoyado, no pudo formul~ desarro- la única posible 3. "Sin embargo -agrega Luhmann- la situación actual de
llos de este tipo por carecer de un aparato. teórico adecuado. Sm embar- la ciencia favorece de manera considerable el ¡intento de la teoria de sis-
go, una epistemología como la que propone, no se~a vista como ~xtraor­ tema, sobre todo por la gran cantidad de trab~jos preliminares que pue-
dinaria por las ciencias sociales si consultara a ISSlCOS como Hemz v.an den ser apFOvechados. Comparada con este ~co acerbo en conceptuali-
Foerster, a biólogos como Humberto Maturana o a psicólogos como ~ean zaciones, la teoría clásica de la acción da la ~presión, por un lado, de
Piaget Y, respecto de quienes critican la posibilidad de bacer extensIVOs simplicidad y, por otro, cuando se alía a los ¡complicados modelos del
por analogía, conceptos de otras disciplinas tales como los de "reproduc- rati~nal choice, p:oduce el ~fec~ de un tea.tr~ de títeres en lugar de una
ción autopoiética", "clausura operativa" o "evol~ción".' el autor les recuer- teona con pretensiones exphcatJvas" (ob. Ctt.,¡p.18).
da su radical relativismo sistémico pero, al IDlsmo tiempo, les recue~da La idea de sistema que nuestro autor desarrolla, modifica, según ya
también, que la noción de "proceso" fue descubierta primero en la juris- se ha insinuado, la que proviene de las elaboraci~>nes de BertanlanffY, quien
prudencia y luego aplicada a la quími~a.. _ l~ refería a lID; conjunto de el~~ntos. que ~tiene? detenn~adas ~cI~­
Para no fracasar, la teoría de los SIstemas sociales debe transformar- clones entre SJ y que pueden distmgwrse d,e 1
ambiente. Segun lo lOdl-
se de teoría de la acción (weber) en teoría de la comunicación (Luhmann), cado, Luhmann~ al percibir que la noción de sistema se contiene a sí nús-
°
pero no como acción de comunicar como transferencia de un sistema a ma, introduce el dato de la autoproducción o fut0POiesis y el dato de la
otro. Tanto la teoría de la acción como la de la acción de comunicar, re- ; ~- autoreferencia/idod. Esa noción se completa con las de "observación" y
miten a seres vivientes como conciencia, en la tradición iluminista que - .' "diferencia". Una obsen ación, será siempre ~na operación consistente
'
llega hasta nuestro dias, justamente como "filosofía de la concienc,~". en definir un determinado esquema de diferencias. , . La observación sólo
Luhmann visualiza esta posjción como teóricamente superada; corresponde es posible, en otros términos, desde un determjnado esquema de diferen-
a lo que denomina pensamiento "véteroeuropeo" o "paleoe~o~eo", ad- cias. Al observar, se elige uno de los aspectos ¡que componen la diferen-
virtiendo que la realidad social es un estado de cosas ya con~tltUldo y que cia y se describe cuanto se ve desde ese aspectÓ. Por ejemplo, en el "Pre-
la comunicación de que se trata, es la que establece cada Slstema con su facio a la Critica de la Economía Politica", ~ decía que la ''población''
entorno, precisamente para resolver o atenuar la complejidad del ento~­ no podia verse con los ojos de la cara; que si "no quería "ver" la pobla-
no. La sociedad se describe, así, como un sistema recíproco de comunr- ción, debía distinguir las distintas claSes, sociares de las que estaba com- ..
cO::iones con sentido. A su vez, el entorno de la sociedad está constitu:i do puesta, lo que Conduciría a nuevas diferenciac~one8 como las de capital, -'
por todos los aspectos a los que la comunicación se ~cfiere, .10 cua.t in:P 1i - trabajo, salario,: plusvalor, etc. A partir de la articulación congruente de
ca la posibilidad de incluir otros sistemas (no SOCiales, S100 pSlquU?OS,
físicos, biológicos, etc.). Los seres humanos re.:'1ultarán, de este modo,
J El concepto de "sujeto" de sustrato antropoJógi~: se convierte en sistema 8U-
descriptos como parte del entorno de la sociedad; no cabe, por tanto, decir torrefcrentc basadQ.en la conciencia y en el lenguaje, ID que plantea importantes Doveda-
que la sociedad esté "compuesta" de seres humanos (como pretendian des teóricas (cfr. lzuzQul7..A, Ignacio, La sociedad sin hombre.s_ N. Luhmonn o la leorlo
los clásicos) ni de acciones o funciones (según la tradición que v~ ,de como escándalo, Antbropos, Barcelona, 1990). Para una ~nuy interesante conceptualiza-
Weber a Parsons) ya que en realidad está, efectivamente, compuesta ,de ción de la critica del autor a las concepciones "humanistas.. puede verse "Individuo, i.D-
comunicaciones. Con todo, no se mta de que el hombre, el ser humano, dividualidad, individualismo", Zona Abierta, 1995, nro. ~0-71, ps. 53 y ss_
i
258 LAS TEORÍAS POSTPOSITIV1STAS COMPLEJIDAD Y DERECHO 259

esas distinciones, sería entonces posible, volver a la población y percibir- cas anteriores y son consideradas tales, en relación con una red de deci-
la como "totalidad concreta". siones del mismo tipo, que se diferencian de las religiosas, económicas,
La observación es una actividad fundamental de los sistemas autorre- etc. De este modo, el sistema social reduce complejidad, pero en forma
ferentes mediante la cual, ellos se observan a sí mismos y observan su contingente, al seleccionar sólo algunas de una multiplicidad de alterna-
entorno, para intervenir con procesos que establecen selecciones de las tivas "funcionalmente equivalentes". Lo que, por otro lado, explica que
diferencias. Tales sistemas autorreferentes, pueden ser de tres tipos: sis- sociedades semejantes se den para sí soluciones distintas y tengan, por
temas vivos, sistemas psíquicos (o personales) y sistemas sociales. Cada ello, evoluciones notoriamente diferenciadas. La idea de autonomía de
uno se caracteriza por su propia operación autopoiética. Así, la vida y las cada subsíslema social, implíca además, que no existe entre ellos rela-
operaciones vitales son propias de los primeros; la conciencia, es propia ciones 'jerárquicas", no existe centralidad de uno respecto de los otros.
de los segundos; y la comunicación. es el rasgo característico de los sis- Todos son igualmente imprescindibles, porque realizan alguna actividad
temas sociales. La sociedad, objeto del estudio luhmanniano, es concebi- que resulta crucial para el conjunto, pero sin que se establezcan suprema-
da, entonces: como un sistema autorreferente y autopoiético que se com- cías. Esa actividad está orientada, tal como se ha reiterado ya, a reducir
pone de comunicaciones. Su ,evolución se produce temporalmente, a través complejidad.
de un proceso constante de diferenciaciones que van creando subsistemas, La complejidad consistirá, entonces, en laforma en que se relacionan
tales como el derecho, la economía, la política, la religión, la educación, los elementos de un sistema . Cuando la cantidad de éstos aumenta, ya no
etc. Las rel.acionesentre ellos se regula de fOITIla autónoma (aunque no es posible relacionar cada uno de los elementos, en el mismo momento,
de forma independiente), por cada subsistema. Por ello, el sistemajuríru- con cada uno de los otros, generando así una simación de complejidad
ca no es independiente de otros subsistemas pero tiene una gran capaci- Con su prosa habitualmente críptica, Luhmann sostiene: "Complejidad en
dad de refonnular en sus propios términos, conflictos que aparecen en otros el sentido mencionado, significa coacción de la selección. Coacción de la
subsistemas. Por ejemplo, retraduce conflictos de tipo económico en tér- selección significa contingencia, y contingencia significa riesgo. Cualquier
minos legales, y los regula ulteriormente según un criterio de naturaleza estado complejo de cosas se basa en una selección de las relaciones entre
jurídica. A su vez. el subsistema económico, reconstruye interilamente los elementos, los cuales, a la vez, son utilizados para constituirse y con-
acciones legales en sus propios términos. Este fenómeno marca una nue- servarse. La selección sitúa y cualifica los elementos, aunque para éstos
va situación paradojal: la apertura de cada subsistema, su percepción fueran posibles otras formas de relación. Designamos este 'ser posible
del entorno, se fonda en su clausura, es decir, en la autonomía de sus también de otro modo' mediante un ténnino cargado de tradición, que es
operaciones internas. Ellos se constituyen en la medida de su clausura, el de contingencia. La contingencia advierte sobre la posibilidad de error
es decir, de su diferenciación del entorno, al que, sin embargo, se abren, aun en la mejor posibilidad relacional de los elementos" (ob. cit., p.47)
mediante prestaciones selectivas dirigidas a resolver la complejidad cre- (bemos introducido correcciones menores en la construcción sintáctica del
ciente del entorno. En esta tarea, los subsistemas especializan el ámbito párrafo, según resulta de la traducción correspondiente a la edición cita-
de sus comunicaciones y de sus selecciones de un modo tal, que cada uno da porque, en nuestra opinión, ayudan a la comprensión del mismo)4.
de ellos resuelve una parte definida de la complejidad del ambiente. Esa
resolución, es imprescindible a los efectos de suprimir o paliar UD riesgo,
" Como el propio Luhmann admite en el prefacio a la traducción española, su tex-
que es propio de la evolución temporal de la sociedad, que es el riesgo de to es dificil. Sin embargo, para quienes no manejamos el idioma del autor, sobrevive la
la entropía. Luhmann, explica esa evolución. como un tránsito de socie- duda respecto de que parte de responsabilidad cabe atribuirle a él mismo y que parte
dades elementales a sociedades altamente diferenciadas. que especiali- concierne a sus traductores. Un buen ejemplo de ello puede encontTarse en la compara-
zan sus ámbitos de selección y son enormemente complejas, a la manera ción de la traducción que realizan del primer capitulo de Sistemas sociales, Santiago LóPEZ
de nuestras sociedades actuales. Las operaciones autorreferentes de los PETIT y Dorothee SCHMITZ, para la monografia dedicada a Luhmann, con prólogo de 1.
lzuzQulZA que Paidós editara en 1990, con· la traducción de la obra completa, que reali-
sistemas no pueden sino apoyarse sobre anteriores operaciones de la mis- zaran S. PAPPE y B. ERKER, bajo coordinación de Javier TORRES NAI'ARRATB, para la edi-
ma naturaleza. Por ejemplo" las decisiones políticas, en tanto elementos ción de Universidad Iberoamericana - Alianza, México, 1991. De esa comparación, sur-
del sistema político, sólo son posibles sobre la base de decisiones politi- gen insólitas diferencias entre ambas versiones.
COMPLEJIDAD Y D~CHO 261
260 LAS TEORtAS POSTPOSITlVlSTAS
. ,
Una definición más "amigab:le" del concepto de complejidad, es pro- En con~lusi6n., ,e~ el anális~s. si~témico, ¡el m~o ofrece al ob~rva­
puesta en el glosario que el propio Luhmann elaboró para su obra OkQlo- dor una cantidad practJcamente lhrrutada de posibllIdades de expenencJ8!
g/sche Kommunikplion y que fuera traducido por Verónica Muñoz Dardé y de acción, a la cual corresponde, en camb~o, una capacidad muy redu-
("La teoría de los sistemas sociales autopoiéticos", Zona Abierta, nro. 20- cida de percibir, elaborar información y ac*. La "complejidad" no es
21), en los siguientes términos: "Un hecho es complejo si consiste en más que "exceso de las posibilidades del mu~do n. Es en tal sentido, como
tantos elementos que éstos pueden estar en relación recíproca, sólo en for- se indicó más arriba, que la complejidad imp,lica necesidad de selección.
ma selectiva. Tanto en el plano operativo como para la selección, la com- A través de la selección Se alcanza la estabilidad del sistema. Los siste-
plejidad presupone siempre, un proceso de reducción que fija un modelo mas reducen la complejidad del ambiente, !seleccionando las opciones
de selección de las relaciones, excluyendo temporalmente otras posibili- necesarias para sus fines, pero al hacerlo, transforman la complejidad
dades de conexión de elementos como meras posibilidades potenciales". externa en complejidad interna, produciendo una nueva situación de na-
La complejidad ayuda a percibir la diferencia entre sistema y entor- turaleza paradoja!. El ciclo así descripto, es 4ncírculo virtuoso en el sen-
no, porque para cualquier sistema el entorno resulta más complejo. A los tido de que implica un aumento permanente de la complejidad de los sis-
sistemas les falta la "variabilidad requerida" necesaria para poder acom- temas (cfr. N: Lub.mann, 1991). El círculo vfcioso es, en cambio, el que
pañar cualquier modificación del entorno. En otros términos, no hay coin- no aumenta la complejidad Deberá tenerse aquí en cuenta que, para nues-
cidencia entre sistema y entorno. tro autor; sólo el adecuado nivel de compM¡idad de un sistema social,
Ahora bien, como dice Danilo Zolo, cuanto más amplio es el número opera como garantía de la justicia. La justifia es una consecuencia del
de las posibles elecciones y más elevado el de las variables que los agen- adecuado nivel de complejidad, de un deten!1.inado sistema socia[1.
tes deben tener en cuenta, en sus intentos de resolver problemas de cono- PenIÚtasenos intentar, en el desarrollo del próximo parágrafo, hacer
cimiento, adaptación y organización, más compleja se vuelve su situación inteligible es~a final observación. 1
en el medio (Democracia y complejidad, Nueva Visión, Buenos Aires,
1994, p. 11). A su vez, el medio ambiente o entorno, aumenta en compleji-
dad cuanto más interdependientes se toman sus variables. Ello demanda, Ill. DERECHq y COMPLEJIDAD
entonces, una mayor información para disponer y conlrolar ese entorno. I
A este esquema de complejidad en aum.ento, se S\ln1an otros dos elemen- Luhmann es notoriamente reacio a des4ender del nivel de alta abs-
tos, coadyUvantes al mismo fin: por una parte, la denominada inestabili- tracción de sus formulaciones. Sin embargo, ¿n su Rechtssoziologie (1983)
dad o turbulencia del ambiente, que introduce en el campo de la ciencia, sugiere como ejemplo del aumentQ crecientelde la complejidad de un sis-
las cuestiones de la imprevisibilidad, el caos, la catástrofe, etc. 5; y p'o r la tema, aunque no lo desarrolle, el implicado ~n la evolución y progresiva
otra, el estado de circularidad cognitiva alcanzado por los agentes al re- diferenciación del derecho occidental. I .
gistrar la cOmplejidad del medio. Ello les permite advertir que no pueden Como es sabido, los romanos abarcaban jurídicamente el conjunto
captarlo objetivamente, sin incluir la distorsión que su propia presencia de las relaciones sociales de su época, a través de la distinción entre el
cognitiva produce. Se genera así, lo que Zolo ha llamado complejidad jus quiritario (derecho de la ciudad) y elj~ gentium (derecho de gen-
epistemológica y para la que ha propuesto una "epistemologfa reflexi','a" 6. tes/extranjeros); al proceso histórico de difC¡;,enciación funcional, fue ca-
rrespondiendo también un proceso de diferenciación y progresiva auto-
s Ver, en ese sentido, las nociones de "orden a través del ruido" de H. AnAN ,(En- .¡
/re el cristal y el humo) o de "estructuras dísipativas" de 1. P!uOOGlNE (La nueva alian- 7 En Edgar MORIN puede encontrarse una idea ~a5tante próxima. El abandono del
za). También, ver BAUlNDlIlR, George, El desorden. La teol'ía del caos y las cie'ncias círculo vicioso y su reemplazo por la circularidad virt!Josa, es la condición para la gene-
sociales, Gedisa, Barcelona, 1989. ' ración de un pensamiento complejo. La circularidad labre la posibilidad de un método
6 No se trata, en realidad, de una novedad epistemológica. Entre otros autores, el que permite la in.t eracción de los ténninos que remiten los unos a los otros productiva·
tema ha sido tratado por Luden GOLDMANN en Las ciencias hllmanas y lafilosofTa, Nueva mente, a través de procesos y cambios de un conociiniento complejo que comporta SU
Visión: Buenos Aires, 1972, p5. 21 Y ss. propia reflmvidad. Ver La méthode, vol 1, Seuil, Pana, 1977, p. 19.
. I
1,
262 LAS TEORIAS POSTPOSITlVISTAS COMPLEJIDAD Y DERECHO 263

nomización del derecho: el derecho civil, del cual se desprenden el dere- decisiones. La expresión 'justicia' reflejaría la unidad del sistema pese a
cho mercantil y más tarde, el de la uavegación, el laboral, aeronáutico, su complejidad, esto es pese al número de decisiones, a su diversidad, ·a
minero, fiscal, etc. Cada campo de especialización, permite abarcar nue- la interdependencia intema de las mismas, a su grado de generalización y
vas relaciones y, con ello, seleccionar opciones y reducir la complejidad a la velocidad de cambios a que están sometidas" (ob . cit., p. 285).
del ambiente, a costa de aumentar la propia complejidad de ese campo, al Por todo esto, es que el concepto de complejidad aparece estrecha-
incrementar su información interna, generar estándares interpretativos ad mente vinculado al concepto de derecho. André J. Arnaud sostiene que,
hoc, etcétera. . siendo la toma de decisión el centro de gravedad tanto del derecho como de
Piénsese en los desafíos que a la estructura actual de los sistemas de la complejidad, una teoría de la decisión jurídica debe abordarse desde la
decisión jurídica, plantean las innovaciones cientificas y tecnológicas con teoría de la complejidad. Las visiones tradicionales acerca de la decisión
la aparición de cuestiones c.omo los delitos ambientales; los ilícitos infor- jurídica estuvieron vinculadas, según este autor, al criterio definido como
máticos, la regulación de la telemática, la robótica, la fecundación in vitro, one bes! way: la mejor elección de entre todas las posibles. Se trata, dice,
la biotecnologia en general,. etc. Cada UflO de estos campos, de estos ele- de un sistema analirico de decisión, basado en una aproximación episte-
mentos del subsistema jurídico se especializa, en un proceso que es cons- mológica de tipo positivista. Pero hoy se toman predominantes los pro-
tante y que permite controlar la diferenciación producida en el entorno, cesos de decisión compleja, fundados en una epistemologia constructivísta
es decir en el universo de las relaciones humanas, también ellas, constan- que reivindica criterios de unidad y apertura sistémica, junto con recur-
temente diversificadas. sividad transformacional y perspectiva teleológica (Sistemas jurídicos,
Para Luhmmm, ese control se hace efectivo a través del derecho Universidad Carlos III de Madrid, 1996, p. 320). Al incorporar la pers-
moderno positívado, mediante la "generalización congruente de expec- pectiva teleológica, Amaud se separa de Luhmann de manera bastante
tativas ". Tanlo más eficaz será el subsistema juridico, cuanto mayor sea clara. Su pensamiento en tomo a la complejidad recurre a otros presu-
el grado ·de su diferenciación interna. Sin embargo, tal proceso de dife- puestOs, considerablemente menos abstractos. Pero, como Luhmann y otros
renciación que supone un correlativo aumento de la complejidad, debe
pensadores contemporáneos, pone énfasis en la idea de autorreferencja~
tener un lúnite que impida su autodestrucción, como consecuencia de la lidad, recursividad o autología del sistema jurídico~ .
sobrecarga de prestaciones contradictorias requeridas por los otros sub-
También es éste el caso de Günter Teubner, frecuentemente conside-
sistemas. Ese límite es el que nuestro autor vincula con fa idea de "jus-
rado en el campo específico de la teoria jurídico-política, como discípulo
ticia ". Ella no remite ya a un criterio ético, sino a un criterio de "consis-
de Luhmann. El derecho, sostiene, es indetenninado porque no es suscep-
tencia" del sistema en relación con las decisiones que provee. El sistema
tible de control externo. "La ley no está determinada ni por autoridades
no provee decisiones consistentes, cuando violenta el principio de igual-
exteriores a ella, ni por la autoridad de los textos, ni por el poder de las
dad es decir, cuando por cualquier operación propia, prec1uye la posibi-
palabras, ni por la ley natural o la revelación divina; La ley está detenni-
lidad ulterior de decidir, del mismo modo como ya ha decidido antes, un
nada de manera autorreferente, descansa sobre su propia realidad positi-
caso de naturaleza similar.
Ciertamente, la cuestión que se plantea pasa a ser la de definir cuán~ va. La ley debe su validez a esta autorreferencialidad: la aplicación de
do un caso es igual a otro. Es en este aspecto, en el que la ciencia del operaciones legales a los resultados de las operaciones legales. Por tanto,
derecho, la Dogmática Jurídica, cumple un papel sobresaliente, al elabo- la validez del derecho no pnede ser importada desde fuera sino solamen-
ra¡: conceptos y clasificaciones que facilitan el trabajo del operador juri- te producida desde dentro del derecho" (revista Zona Abierta, nro . 70-71,
dico, investido de la fundón de decidir. .A,sí considerada, la Dogmática Madrid, p. 160). En el divulgado ensayo que citamos, Teubner critica las
aparece como lo opuesto de la justicia. Mientras ésta expresa la unidad
del sistema, aquélla refleja su complejidad. Dice Pilar Girnénez Alcover: 8 Ver OST, "Entre ordre el désordre: le jeu du droil. Discussion du paradígme
autopoietique appliqué au droi.". Archives dll Philosophie du Drolf. 1986, nro. 31. ) 986,
"'El sistema juridico ha de poder conjugar un alto grado de complejidad pS. 133 y ss. Talnbién OST. Fran~ois - VAN DER Iú:RCHOVE, Michel, Le syslemejuridiqlle
interna para responder a las demandas de otros subsistemas sin colapsarse, entre ordre el désordm, PUF, Paris, 1988; WTLLKE, 'Helrnut, Syslernfheorie, UTa Fischer,
es decir, sin quebrar su propia coherencia interna o la integración de sus Stuttgart. 1982.
,I
¡
264 LAS TEORiAS POSTPOSlTlVlSTAS COMPLEJIDAD Y DERECHO 265

posiciones de autores que pertenecen a la comente de los Critical Legal imaginación jurídica, Debate, Madrid, 199~), quien muestra ciertos pa-
Studies. por entender que frente al derecho no son suficientemente cri- ralelismos entre la teoría autorreferencial y l1a semiótica de Greimas, en
ticos, toda vez que constatan los problemas de autorreferencialidad y pa- tanto horizontes de sentido susceptibles de u~jlizarse para percibir lojuri-
radojalidad del derecho, pretendiendo su neutralización mediante ~Ila dico de un modo constructivista y registrar la capacidad que posee, para
deconstrucción que caracteriza como "ilustrada". La teoría autopoiética, generar su propia realidad. ;
en cambio, afIrma que la circularidad es un problema de la práctica legal "Abordar semióticamente el problema ~el sentido ~ice este autor~
más que un problema de pensamiento legal: la realidad social del dere- prescindiendo de un referente externo al prqpio lenguaje, y observar sis-
cho -argumenta- está constituida por una serie de relaciones circul~es, témicamente el dinamismo de circuitos autorreferenciales es una invi-
Los elementos del sistema legal (acciones, normas. procesos, identidad, tación a revisar las concepciones demasiad~ simplistas de las relaciones
realidad legal) están conectados de una multitud de maneras. Autorr~fe­ del derecho consigo mismo y con el resto df la realidad social. Los pro-
rencia, paradojas e indeterminaciones son problemas reales de los s~te­ cedimientos operativos del derecho no son lineales y no pueden des-
mas sociales, no errores en la reconstrucción mental de esta realidad so- cribirse adecUadamente recurriendo a modelos deductivos o a esquemas
cial (ver ob. cit., p. 169). de causa-efecto. La realidad social no co~stituye sencillamente la re-
La autorreferencia deja, en esta tesitura, de ser considerada como,~n ferencia inmediata del derecho. Es cierto qpe el derecho cuenta con la
modo de pensar prohibido o que conducida a resultados falsos o infunda- realidad, la regula, la modifica y a su vez¡ se ve modificado por ·ella
dos o, de cualquier manera incorrectos, como sostendría una perspectiva Pero se trata de dar cuenta de un modo téchico y a la altura de la mo-
analftica. Ella pasa a ser, en cainbio, la clave de un salto cualitativo, :no derna epistemología del sentido de estos fedómenos. Como resultado de
sólo de la teoría legal, sino del pensamiento social en su conjunto. Cit¡m- tales aproximaciones emerge el protagonis~o · del derecho, considerado
do a Danilo Zolo (Zona Abierta, nro. 70-71, p. 201). . ,. ya sea como 'universo semiótico o como si~ema autopoiético" (ob, cit.,
I
Teubner sostiene que la base teórica de tal concepción está en:la p.62). I
generalización de los siguientes fenómenos "circulares": i) la autorrefer~D­ Por cierto, las concepciones recursivas!han sido rechazadas por las
cía lingüística de los procesos cognoscitivos (W. V. O. Quine y Neurat;h); tradiciones positivistas y analíticas que veqen ellas perturbaciones del
ii) la circularidad lógica de los constructos de la axiomatización fonual oroen lógico, concebido lineal y jerárquicmhente, a la manera del siste-
de las matemáticas (GOdel) y más en general de las paradojas de la recur- ma kelseniano. que instrumenta una cuidadaldistinción de niveles norma-
sividad lógico-lingüística (RuselI y Tarski); üi) las teorías del orden a ira- tivos y de correlativas delegaciones de pode~. Con todo, el propio Kelsen
vés de fluctuaciones· y de las estructuras disipativas en ]a tisica de ~os percibe con agudeza, el fenómeno de que el ~erecho regu la su propia crea-
procesos irreversibles (prigogine); iv) la reflexividad de los mecanismos ción y que en ocasiones produce autoatribuciones de significado, como
de autorregulación homeostática o autocatalítica en biologia molecul~ y cuando los contratantes establecen los antecedentes del negocio jurídico
en neurofisíología (Bertanlanffy, von Foerster); v) la retroactividad enci- que crean o cuando el testador describe susr disposiciones de última vo-
bemética de primer y segundo grado (Ashby, Foerster); vi) los procesos luntad. S610 puede considerarse fwtdamento de validez de una norma, otra
de morfogénesis y autoorganización de los grupos sociales (Hayek); vii) la noena del sistema. En HéUt, es a través de \a Regla de Reconocimiento,
autoconsciencia psíquica de los sujetos individuales, en los primates antro- como resulta posible identificar la validez de las reglas del sistema. Alf
pomorfos y en el hombre (Maturana, Luhmann). Ross en cambio ha rechazado drásticament~ la autorreferencialidad nor-
Como el propio Teubner señala, así abordada la autorreferen~ia, mati~a por oonsiderarla lógicamente inadmisible (El concepto de validez,
tenninará proponiendo un salto epistemológicamente muy arriesgado que CEAL, Buenos Aires, 1969, ps. 49 y ss.)9- I
es el que Luhmann presenta del siguiente modo: "la realidad tiene UDa I
estructura circular, independientemente de su cognición" (Sistemas....• 9 El tema ha sido considerado por Ricardo OUIBOURO en "La autorrcferencia nor-
ps. 435 y ss.). . mativa y la continuidad constitucionar', incluido en El lenguaje del derecho: homenaje
Otro de los autores que ha dedicado páginas muy interesantes al tema o Genaro R. Carríó , Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1983. También en NlNo, Carlos S.,
de la circularidad en el derecho, es Jesús Ignacio Martínez García (La La validez del derecho, Astrea, Buenos Aires, 1985. !
266 LAS TEORtAS POSTPOSITMSTAS COMPLEJIDAD Y DERECHO 267

Sin dudas, la recursividad ha producido "malestar en la teoría" pero, jidad. Al hacerlo, han permitido advertir, en lo que al derecho concierne,
de hecho, la teoría se ocupa de ella desde hace mucho tiempo. Por ejem- el aumento incesante de opacidad, que acompaña al incremento también
plo, cuando habla sobre lenguajes, cuando produce medios de producción, incesante de complejidad, como consecuencia de la mayor diferenciación
cuando investiga acerca de los procesos de investigación, cuando decide del subsistema jurídico, de la va.riabilidad en aumento de sus posibilida-
sobre premisas decisorias o cuando dicta nonnas que regulan la aplica- des internas, de la especialización cónstante de sus prestaciones y de la
ción de otras normas. Como argumenta Martinez García en su paráfrasis singularización permanente de sus comunicaciones.
de Luhmann, " ...La circularidad no es sólo una propuesta teórica entre Para concluir, quizá convenga traer a cuento de una manera menos
otras muchas, sino una realidad: la consecuencia de la evolución de la árida la presencia permanente de la complejidad, evocando el diálogo
sociedad. Aparece aquí como una de las más importantes conquistas del imaginado por ltalo Cal vino en Las ciudades invisibles:
derecho moderno. Implica que el derecho se ha emancipado de otro tipo Marco Polo, describe un puente, piedra por piedra.
de racionalidades y cuenta. con enfoques y respuestas propias frente a sus - ¿Pero, cuál es la piedra que sostiene el puente? -pregunta Kublai
problemas. En una sociedad altamente diferenciada y con ámbitos de Jan-.
comunicación especializadps el derecho necesita y logra en buena medi- - El puente no está sostenido por esta piedra o por aquélla -res-
da ser capaz de controlar por sí mismo, sin ayuda externa, sus propias ponde Marco-, s1no por la línea del arco que ellas forman.
reglas de funcionamiento" (ob. cit., p. 85). Kublai permanece silencioso, reflexionando. Después añade:
El derecho se caracteriza, de este modo, no por sus contenidos sino - ¿Por qué me hablas de las piedras? Lo único que me importa es
por sus formas, sus procedimientos y relaciones. Su dinamismo, en senti- el arco.
do kelse-niano, supone la contingencia y con ella, la posibilidad de produ- Polo responde: - Sin piedras no hay arcos.
cir todos los cambios requeridos por el ambiente. Y su circularidad, su
autologia es el canon de su validez. Como dice Lubmann, validez es
circularidad.
y bien, autorreferencia, autopoiesis, diferenciación, indeterminación,
complejidad, son nociones que abren la posibilidad de nuevas investi -
gaciones acerca de 10 socia! y lo jurídico, nuevas conceptualizacíones,
transformaciones paradigmáticas, etc. Como se ha visto, aunque NickIas
Luhmann sea una referenci.a insoslayable, no hay tilla versión canónica
de las concepciones sistémicas. Danilo Zolo no ha vacilado en atacar con
dureza el componente autopoiético de la teoría de Luhmann y en aconse-
jar su abandono, y este último, afecto a la polémica, no ha tardado en
refutar sus criticas. Por otra parte, muchos autores, como es el" caso de
Eligio Resta, han tomado elementos de la teoría, para desarrollar un pen-
samiento original y novedoso, tal como resulta ilustrado por sus obras más
recientes 10. Cual sea el aporte defmitivo de los nuevos enfoques es aun .
materia controversia!, pero ellos no pueden ser ignorados~ Han ocupado
un lugar estratégico en el conocimiento del mundo que, al mismo tiempo,
aparece como constitutivo del mundo. Y han enfatizado, como ninguna
otra concepción precedente, el tema clUci3.I de nuestro tiempo: la comple-

10 Cfr. RESTA, Eligio, Poter.i e diritti, Giappicheli, Turln. /996; ídem, Le ste1/e e le
nwsserizie. Paradigmi de/l·osservatore. Laterza, Roma, 1997.

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