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Curva de la Bañera

La curva de la bañera es un gráfica que representa los fallos durante el


período de vida útil de un sistema o máquina. Se llama así porque tiene la forma
una bañera cortada a lo largo. En ella se pueden apreciar tres etapas:

La vida útil es la duración estimada que un objeto puede tener cumpliendo


correctamente con la función para la cual ha sido creado. Normalmente se
calcula en horas de duración.

 Fallos iniciales: esta etapa se caracteriza por tener una elevada tasa de
fallos que desciende rápidamente con el tiempo. Estos fallos pueden
deberse a diferentes razones como equipos defectuosos, instalaciones
incorrectas, errores de diseño del equipo, desconocimiento del equipo
por parte de los operarios o desconocimiento del procedimiento
adecuado.

 Fallos normales: etapa con una tasa de errores menor y constante. Los
fallos no se producen debido a causas inherentes al equipo, sino por
causas aleatorias externas. Estas causas pueden ser accidentes fortuitos,
mala operación, condiciones inadecuadas u otros.

 Fallos de desgaste: etapa caracterizada por una tasa de errores


rápidamente creciente. Los fallos se producen por desgaste natural del
equipo debido al transcurso del tiempo.
Muchos de los planes de mantenimiento se han basado en la curva de la
bañera clásica para definir los mismo pero estudios más actuales procedente del
sector de la aviación y militar han demostrado que los mecanismos de formación
de fallos no tienen porque seguir las pautas dela curva de bañera.

A continuación se muestran en la Figura 2.2 las distintas curvas fallos a lo


largo del tiempo y el porcentaje de cada uno ellos según un estudio de la
aviación:

Curva A La curva de bañera: Alta mortalidad infantil, seguida de un bajo nivel de


fallos aleatorios, terminado en una zona de desgaste. Sólo un 4 % de los fallos
siguen esta curva. Coincide con equipos mecánicos históricos.

Curva B El tradicional punto de vista: Pocos fallos aleatorios, terminando en una


zona de desgaste. Sólo un 2 % de los fallos siguen esta curva. Coincide con
Equipos o Sistemas sometidos a fatiga y no diseñados para “vida infinita” como
por ejemplo sistemas electrónicos discretos.

Curva C Un constante incremento en la probabilidad de fallo. Sólo un 5 % de los


fallos siguen esta curva. Coincide con equipos o sistemas sometidos a corrosión.

Curva D Un rápido incremento en la probabilidad de fallo, seguido de un


comportamiento aleatorio. Sólo un 7 % de los fallos siguen esta curva. Coincide
con equipos electrónicos digitales.

Curva E Fallos aleatorios: No hay relación entre la edad funcional de los equipos
y la probabilidad de que fallen. Sólo un 14 % de los fallos siguen esta curva.
Coincide con fallos en rodamientos bien diseñados.
Curva F Alta mortalidad infantil, seguida de un comportamiento aleatorio de la
probabilidad de fallos. El 68 % de los fallos siguen esta curva. Coincide con fallos
en equipos o sistemas hidráulicos y neumáticos de diseño actual.

La conclusión obtenida del estudio de la aviación fue que sólo un 6 %


siguen el desarrollo de fallos según las curvas A+B, y sólo en éstas, será efectivo
la aplicación de los mantenimientos preventivos.

Por lo tanto, existe otro 94 % de fallos que debido a su alta componente


aleatoria de aparición de los fallos no merece la pena hacerle mantenimiento
preventivo. Éste sólo inducirá en la aparición de nuevos fallos por la
manipulación innecesaria de los equipos y producirá un aumento en los costes
por mantenimiento preventivo.

Por último se muestra en la Figura 2.31 la curva de la bañera formada por


las tres curvas que la componen y a continuación de ésta en la Figura 2.42
aparece en una matriz las posibles soluciones en función del tipo de fallo
producido.

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