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En los casos señalados en nota anterior, la exclusión de los hermanos que pretendían
la curatela se imponía por diversos y graves motivos; el tribunal, para abundar en la
fundamentación de aquella decisión, recurrió al argumento de que el art. 390 es
inaplicable en materia de curatela, lo que además de ser inexacto era innecesario.
Busco piensa que debe reconocerse personería a todos los que tengan interés en el
juicio de insania a la remoción de la esposa curadora; con igual razón debe
reconocérsele personería para oponerse a su designación.
La curatela de las personas a que se refieren los artículos 43, incisos 2 y 3, Y 44,
incisos 2 y 3, corresponde:
El Código Civil de 1936 en el artículo 559 prescribía que "la curatela de estos
incapaces corresponde:
2. CONCEPTO
El artículo 569 indica quiénes pueden ser nombrados curadores y en qué prelación
de los que por cualquier causa se encuentren privados de discernimiento; y de los
sordomudos, los ciegosordos y los ciegomudos que no pueden expresar su voluntad
de manera indubitable (artículo 43, incs. 2 y 3); y de los retardados mentales y los
que adolecen de deterioro mental que les impide expresar su libre voluntad (artículo
44, incs. 2 y 3).
4. NATURALEZA JURÍDICA
Conforme al primer grupo de incapaces para quienes se instituye una curatela típica
está integrado por quienes por cualquier causa están privados de discernimiento; los
sordomudos, ciegosordos y ciegomudos que no pueden expresar indubitablemente
su voluntad; los retardados mentales y los que sufren deterioro mental que les
impide expresar su libre voluntad siempre que no puedan dirigir sus negocios o
prescindir de cuidados o socorros permanentes o amenacen la seguridad ajena.
5. CARACTERÍSTICAS
a. Engloba dentro de la caracterización genérica de personas que por cualquier
causa están privadas de discernimiento a aquellas que el Código anterior
denominaba enfermos mentales habitualmente privados de discernimiento.
b. Cambia la denominación de débiles mentales que empleaba el código anterior,
por la de retardados mentales.
c. La expresión debilidad senil, que utilizaba el código de 1936, ha sido
ventajosamente reemplazada por la de personas que adolecen de deterioro
mental que les impide expresar su libre voluntad, la cual cubre no solo el caso de
deterioro derivado de la edad provecta, sino la debida a cualquier otra causa.
d. No obstante haber previsto el antiguo código el caso del sordomudo que nos abe
expresarse indubitablemente, no previo los casos enteramente para estos efectos
del ciegosordo y el ciegomudo que no saben expresarse en forma indubitable.
Para que estén sujetos a curatela los incapaces a que se refiere el artículo 569,
se requiere que no puedan dirigir sus negocios, que no puedan prescindir de
cuidados y socorros permanentes o que amenacen la seguridad ajena.
1. CONCEPTO
Esta norma expresa los requisitos o condiciones personales que deben presentar los
incapaces referidos en el artículo 569 del Código Civil, por ello resulta necesario
precisar si éstas son concurrentes o excluyentes, pues a tenor de la redacción
parecería que fueran concurrentes, pero consideramos que basta la materialización
de una de ellas para la aplicación de la disposición legal.
Ahora, una vez determinados los tipos de incapaces para quienes se instituye la
denominada curatela típica, podemos verificar que la norma legal no precisa si se
refiere a incapaces mayores o menores de edad; sin embargo, coincidiendo con el
criterio de muchos autores, consideramos que la disposición legal está destinada a
incapaces mayores de edad, en razón de que si se tratara de incapaces menores de
edad sería instituida una tutela y no una curatela.
Luego de tener claro a los destinatarios de la norma legal, las interrogantes lógicas
que se haría cualquier persona serían:
Desde nuestro punto de vista, nos parece imposible siquiera admitir la posibilidad
de que esto pudiera producirse, por ello participamos de la idea de que este requisito
o exigencia personal debería eliminarse por ilógica e irreal.
Cabe aclarar que coincidimos con el maestro Carlos Fernández Sessarego en que
"...no es suficiente un examen médico para determinar el estado de ausencia de
discernimiento, sino que dicho examen médico debe complementarse con una
apreciación de la incidencia que tal estado tiene en relación con la vida misma del
sujeto y con la de los demás. Debe considerarse no solo la ineptitud del incapaz para
el manejo de sus negocios y el que requiera de asistencia y cuidados, sino que
también debe atenderse al factor social, o sea, a la peligrosidad del sujeto en su vida
de relación. Se trata, en conclusión, de conjugar el factor psiquiátrico y el social para
determinar la declaración judicial de incapacidad y la consiguiente designación de
curador"; no obstante, desde un punto de vista lógico y real, nos parece errado
mantener el artículo 571 en nuestro ordenamiento sustantivo civil, por constituir
consecuencias obvias que necesariamente serán apreciadas por el juzgador, pero
que no requieren ubicarse en un cuerpo normativo.
1
URQUIZO PEREZ, Jorge, “Nuevo Derecho Civil”, Ediciones Jurídicas, Lima, 2009.
CURATELA DE LOS PRODIGOS, MALOS GESTORES, EBRIOS HABITUALES Y
TOXICOMANOS
El segundo grupo de incapaces sujetos a curatela típica en el Código es el de los
relacionados a LOS PRODIGOS, MALOS GESTORES, EBRIOS HABITUALES Y
TOXICOMANOS.
ANTECEDENTES
Originalmente, los artículos 576 y ss. Y 583 y ss. Del Código de 1936, sólo
comprendían en este grupo a los pródigos, malos gestores y ebrios habituales; pero
el artículo 4 de la Ley Nº 11272, promulgada el 20 de enero de 1950, adicionó el art.
584 del Código para agregar el caso de los toxicómanos. El nuevo Código mantiene
este último criterio.
ARTICULO 584.-Pródigo
Puede ser declarado pródigo el que teniendo cónyuge o herederos forzosos
dilapida bienes que exceden de su porción disponible.
2
CORNEJO CHAVEZ, Héctor. “DERECHO FAMILIAR PERUANO”, Décima Edición. Gaceta Jurídica.
Lima, Abril 1999.Pág 760
La cuantía de la La cuantía de la pérdida, ha de ser el
pérdida puede ser 50%
menor al 50% En el sujeto no hay irracionalidad,
En el sujeto hay cierta sino falta de aptitud
irracionalidad. Es menos peligrosa
Es un tanto más Necesita la prueba de una pérdida
peligrosa. mayor para producir
No se necesita una convencimiento de que hay
prueba de una pérdida incapacidad personal.
mayor para producir
convencimiento de que
hay incapacidad
personal.
3
CORNEJO CHAVEZ, Héctor. “DERECHO FAMILIAR PERUANO”, Décima Edición. Gaceta Jurídica.
Lima, Abril 1999.Pág 761
expone a su familia o se expone el mismo al caer en la miseria, necesita
asistencia permanente o amenaza la seguridad ajena (art. 586). 4
Importa más el riesgo en que la toxicomanía coloca al toxicómano y sobre
todo, a sus familiares, que el motivo por el cual se emplea. Este comentario y
otros que son pertinentes para la toxicomanía también lo serán para la
ebriedad habitual. La ley no distingue, para estos efectos, entre el uso
justificado y el injustificado de tales sustancias, como si lo hace, por ejemplo,
cuando trata de las causales de divorcio
44
CORNEJO CHAVEZ, Héctor. “DERECHO FAMILIAR PERUANO”, Décima Edición. Gaceta Jurídica.
Lima, Abril 1999.Pág 762
cuando sean menores o estén incapacitados. Sin embargo, como lo señala Cornejo
Chávez, la regulación no era nítida5.
Conforme a los artículos 587 y 588 del Código Civil , son titulares de la acción para
pedir la Interdicción: “solo pueden pedir la interdicción del pródigo o mal gestor su
cónyuge, sus herederos forzosos y, por excepción, el Ministerio Público, de oficio o
a instancia de algún pariente, cuando aquellos sean menores o estén incapacitados”
y que “solo pueden pedir la interdicción del ebrio habitual y del toxicómano su
cónyuge, los familiares que dependan de él y, por excepción, el Ministerio Público
por si o a instancia de algún pariente, cuando aquellos sean menores o estén
incapacitados o cuando el incapaz constituya un peligro para la seguridad ajena”.
El C.C. señala:
5
CORNEJO CHAVEZ, Héctor. “DERECHO FAMILIAR PERUANO”, Décima Edición. Gaceta Jurídica.
Lima, Abril 1999.Pág 763. “…Es obvio que ambas fórmulas no coinciden plenamente, pues si bien, por regla general,
los herederos forzosos de una persona son, en nuestra ley, el cónyuge, los ascendientes y los descendientes, ocurre también,
conforme a la misma ley, que no siempre el cónyuge es heredero forzoso ( no lo es, si el matrimonio no tiene, el mínimo ,
un año de duración o ha tenido hijos; ni lo es, si el cónyuge sobreviviente estaba separado por su culpa del causante); que
no todos los descendientes son herederos forzosos ( ya que los más lejanos solo lo son a falta y en representación de los más
cercanos); y que los ascendientes sólo tienen tal carácter cuando faltan descendientes, y, en tal caso, excluyendo siempre al
más próximo al más remoto…”
Un problema que puede surgir en cuanto a este dispositivo es cuando haya una
ausencia del consejo de familia o que sea imposible formarlo, cuestión que, no es
privativa del supuesto del presente análisis.
Lo señalado por Cornejo Chávez nos lleva a realizar interrogantes como: ¿Por qué,
en este caso, no hay preferentemente la testamentaria o escrituraria (cuya omisión
en el caso bajo estudio nos parece justificada) o la legítima (que, en este caso, quizás
pudo establecerse)?
6
Marcelo Planiol y Jorge Ripert.Ob.cit.
7
Clovis Bevilaquia.Ob. cit.
8
“…El Código de 1936 daba a esta materia un tratamiento simplista. Desde luego, no hacia el menor distingo, en cuanto
concierne a las funciones del curador, entre el pródigo o mal gestor y el ebrio o toxicómano. Consagraba así una identidad
a nuestro juicio equivocada, restringía las atribuciones del curador a los aspectos patrimoniales, con lo cual dejaba de lado
toda preocupación enderezada al cuidado, curación y restablecimiento del ebrio habitual y el drogadicto. Más aún; los
aspectos patrimoniales del problema no eran tampoco tratados de modo suficiente y adecuado.
Otro error se encontraba en el art. 578 en el que no se precisaba que se entiende por consentimiento especial del
curador,excluyéndose así la posibilidad de un consentimiento global, genérico o indeterminado, que destruiría en su esencia
la garantía misma que significa la curatela.
Cuando mucho, algunos9 autores ponen en duda por ejemplo que el pródigo pueda
casarse sin el consentimiento previo de su curador e ingresarían así al campo de
ciertos actos extrapatrimoniales.
En cuanto a las funciones del curador, la situación del pródigo y el mal gestor no es
igual a la del ebrio y del drogadicto.
El vicio, la limitación o el defecto de que padecen El pródigo, así como el mal gestor
se traduce en la pérdida de sus bienes; luego, hay que poner freno a ese riesgo y el
modo de hacerlo es prohibir al incapaz que practique, sin consentimiento de su
curador, actos de disposición o de gravamen. En todo lo demás, esto es, tratándose
de la simple administración y en lo concerniente a su propia persona, la curatela no
tiene función que cumplir.
Mas la situación no es igual cuando se trata del Ebrio habitual y del drogadicto. En
ellos, además del peligro de menoscabo patrimonial que hay que afrontar mediante
la curatela, se da también un problema de cuidado, defensa y dirección de las
personas mismas y de la curación o restablecimiento de su salud. El curador, por
tanto, debe tener, en esos casos, no solo funciones de índole patrimonial, sino
también de protección y normalización de la persona, aunque no fuera sino la de
proveer a la curación de la anomalía y eventualmente, con licencia judicial y
dictamen pericial o audiencia del consejo de familia, la de internarlo en un
Empero, la falta principal en esta materia aparecía instalada en el artículo 579, según el cual” el curador administrará los
bienes de los hijos que el pródigo (y los demás incapaces del grupo) haya tenido en anterior matrimonio”. Por una parte, si
el curador del incapaz solo habrá de ser administrador de los bienes de tales hijos, ¿Quiénes los representarían legalmente
en juicio o fuera de el? Obviamente, no podría asumir tal representación el propio padre incapaz, que no puede representarse,
al menos en juicio, a sí mismo. En segundo lugar, ¿por qué habría de asumir el curador esa función administradora solamente
respecto de los hijos tenidos por el incapaz en matrimonio anterior, y no en su matrimonio actual si su cónyuge no tiene la
patria potestad, o en una unión de hecho pasada o vigente? .
Y finalmente, si conforme al art. 432 inciso 2º del mismo Código de 1936, la patria potestad del incapaz respecto de todos
los hijos que estén bajo ella- y no sólo de los tenidos en un matrimonio anterior-, se suspende por la interdicción civil de
aquel; lo cual significa que esos hijos pasan a la potestad plena del otro padre o que , no habiendo otro padre expedito, se
abre para dichos menores la tutela ( art. 474), ¿ cómo concordar las atribuciones propias de ese otro padre o de ese tutor,
que incluyen por cierto la administración de los bienes de los hijos de que se trata, con la atribución que en el mismo sentido
otorgan el art. 579 al curador del padre incapaz?...”
9
Clovis Bevilaquia. Ob. Cit
establecimiento adecuado, tal como se hace tratándose del enfermo mental y por
semejantes razones.
En consecuencia, las funciones del curador están referidas al cuidado del patrimonio
del curado (Pródigos o Malos Gestores, Ebrios Habituales o Toxicómanos),
impidiendo que se graven o disponga de los bienes, incluyendo además en nuestro
Código Civil las siguientes normas:
Artículo 590.- El curador del ebrio habitual y del toxicómano debe proveer a
la protección de la persona del incapaz, a su tratamiento y eventual
rehabilitación conforme a las reglas contenidas en los artículos 576, 577 y 578.
Artículo 591.- El pródigo, el mal gestor, el ebrio habitual y el toxicómano no
pueden litigar ni practicar actos que no sean de mera administración de su
patrimonio, sin asentimiento especial del curador.
El juez, al instituir curatela, puede limitar también la capacidad del interdicto
en cuanto a determinados actos de administración.
Artículo 594.- Las personas que pueden promover la declaración de
interdicción y el curador pueden demandar la anulación de los actos
patrimoniales practicados en contravención del artículo 591.
Artículo 592.- El curador de los incapaces a que se refiere el artículo 591
representa legalmente a los hijos menores del incapaz y administra sus
bienes, a menos que estén bajo la patria potestad del otro padre o tengan
tutor.
CORNEJO CHAVEZ, Héctor. “DERECHO FAMILIAR PERUANO”, Décima Edición. Gaceta urídica.
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