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Tienen derecho a oponerse a la designación todos los parientes llamados por la ley

a la curatela, cualquiera sea su grado de prelación, pues la circunstancia de tener ese


derecho en expectativa los autoriza a discutir la habilidad de quienes gozan de una
preferencia supeditada a la condición de su idoneidad. Además, el estrecho
parentesco con el insano los autoriza a interesarse en cuanto atañe a la protección
de su persona y sus bienes.

En los casos señalados en nota anterior, la exclusión de los hermanos que pretendían
la curatela se imponía por diversos y graves motivos; el tribunal, para abundar en la
fundamentación de aquella decisión, recurrió al argumento de que el art. 390 es
inaplicable en materia de curatela, lo que además de ser inexacto era innecesario.

Busco piensa que debe reconocerse personería a todos los que tengan interés en el
juicio de insania a la remoción de la esposa curadora; con igual razón debe
reconocérsele personería para oponerse a su designación.

ARTICULO 569: PRELACIÓN DE CURATELA LEGÍTIMA

La curatela de las personas a que se refieren los artículos 43, incisos 2 y 3, Y 44,
incisos 2 y 3, corresponde:

1. Al cónyuge no separado judicialmente.


2. A los padres.
3. A los descendientes, prefiriéndose el más próximo al más remoto y en igualdad
de grado, al más idóneo. La preferencia la decidirá el juez, oyendo al consejo de
familia.
4. A los abuelos y demás ascendientes, regulándose la designación conforme al
inciso anterior.
5. A los hermanos.
1. ANTECEDENTE LEGISLATIVO

El Código Civil de 1936 en el artículo 559 prescribía que "la curatela de estos
incapaces corresponde:

1. Al cónyuge no separado judicialmente.


2. A los padres.
3. A los descendientes, prefiriéndose el más próximo al más remoto y en
igualdad de grado, al más idóneo. La preferencia la decidirá el juez, oyendo al
consejo de familia.
4. A los abuelos y demás ascendientes, regulándose la designación conforme al
inciso anterior".

La Comisión Reformadora de 1980 y 1981 Y la Revisora de 1983 mantuvieron una


redacción que incluía términos como "débiles mentales" "deficiencia fronteriza",
"débiles seniles", etc. que en la redacción no se consideró y solo se refiere a las
personas consideradas en los artículos 43 incisos 2 y 3, Y 44 incisos 2 y 3, en el
proyecto de la Comisión Revisora de 1984 que fue la que se adoptó.

2. CONCEPTO

El artículo 569 indica quiénes pueden ser nombrados curadores y en qué prelación
de los que por cualquier causa se encuentren privados de discernimiento; y de los
sordomudos, los ciegosordos y los ciegomudos que no pueden expresar su voluntad
de manera indubitable (artículo 43, incs. 2 y 3); y de los retardados mentales y los
que adolecen de deterioro mental que les impide expresar su libre voluntad (artículo
44, incs. 2 y 3).

La prelación se indica a través de cinco incisos.


3. MODIFICACIÓN

La Subcomisión del Libro de Familia, de la Comisión de Reforma de Códigos del


Congreso, que presidió la Dra. Lourdes Flores Nano, propuso la redacción siguiente:

Artículo 569.- "Rigen para el régimen de asistencia supletoriamente las reglas


relativas a la tutela, con las modificaciones establecidas en este capítulo".

4. NATURALEZA JURÍDICA

Conforme al primer grupo de incapaces para quienes se instituye una curatela típica
está integrado por quienes por cualquier causa están privados de discernimiento; los
sordomudos, ciegosordos y ciegomudos que no pueden expresar indubitablemente
su voluntad; los retardados mentales y los que sufren deterioro mental que les
impide expresar su libre voluntad siempre que no puedan dirigir sus negocios o
prescindir de cuidados o socorros permanentes o amenacen la seguridad ajena.

5. CARACTERÍSTICAS
a. Engloba dentro de la caracterización genérica de personas que por cualquier
causa están privadas de discernimiento a aquellas que el Código anterior
denominaba enfermos mentales habitualmente privados de discernimiento.
b. Cambia la denominación de débiles mentales que empleaba el código anterior,
por la de retardados mentales.
c. La expresión debilidad senil, que utilizaba el código de 1936, ha sido
ventajosamente reemplazada por la de personas que adolecen de deterioro
mental que les impide expresar su libre voluntad, la cual cubre no solo el caso de
deterioro derivado de la edad provecta, sino la debida a cualquier otra causa.
d. No obstante haber previsto el antiguo código el caso del sordomudo que nos abe
expresarse indubitablemente, no previo los casos enteramente para estos efectos
del ciegosordo y el ciegomudo que no saben expresarse en forma indubitable.

ARTICULO 571: CRITERIOS PARA APRECIAR LA INCAPACIDAD

Para que estén sujetos a curatela los incapaces a que se refiere el artículo 569,
se requiere que no puedan dirigir sus negocios, que no puedan prescindir de
cuidados y socorros permanentes o que amenacen la seguridad ajena.

1. CONCEPTO

Esta norma expresa los requisitos o condiciones personales que deben presentar los
incapaces referidos en el artículo 569 del Código Civil, por ello resulta necesario
precisar si éstas son concurrentes o excluyentes, pues a tenor de la redacción
parecería que fueran concurrentes, pero consideramos que basta la materialización
de una de ellas para la aplicación de la disposición legal.

De otro lado, antes de efectuar el análisis de la norma legal, debemos determinar


previamente quiénes son este tipo de incapaces y luego proceder a analizar las
circunstancias personales requeridas por la disposición legal materia de comentario.

En tal sentido, el artículo 569 no especifica o enumera a los incapaces sujetos a


curatela, sino que nos remite a los incisos 2 y 3 del artículo 43 e incisos 2 y 3 del
artículo 44 del Código Civil, lo cual nos lleva a concluir que nos estamos refiriendo a:

a. Los que por cualquier causa se encuentren privados de discernimiento.


b. Los sordomudos, los ciegosordos y los ciegomudos que no pueden expresar su
voluntad de manera indubitable.
c. Los retardados mentales.
d. Los que adolecen de deterioro mental que les impide expresar su libre voluntad.

Ahora, una vez determinados los tipos de incapaces para quienes se instituye la
denominada curatela típica, podemos verificar que la norma legal no precisa si se
refiere a incapaces mayores o menores de edad; sin embargo, coincidiendo con el
criterio de muchos autores, consideramos que la disposición legal está destinada a
incapaces mayores de edad, en razón de que si se tratara de incapaces menores de
edad sería instituida una tutela y no una curatela.

Seguidamente, corresponde efectuar un análisis de cada una de las condiciones


personales exigidas por el artículo comentado:

a) Que no puedan dirigir sus negocios

Luego de tener claro a los destinatarios de la norma legal, las interrogantes lógicas
que se haría cualquier persona serían:

 ¿Podría una persona privada de discernimiento dirigir un negocio?


 ¿Podría un sordomudo, un ciegosordo o un ciegomudo que no puede expresar
su voluntad de manera indubitable dirigir un negocio?
 ¿Podría un retardado mental dirigir un negocio?
 ¿Podría una persona que adolece de deterioro mental que le impide expresar su
libre voluntad dirigir un negocio?

Desde nuestro punto de vista, nos parece imposible siquiera admitir la posibilidad
de que esto pudiera producirse, por ello participamos de la idea de que este requisito
o exigencia personal debería eliminarse por ilógica e irreal.

b) Que no puedan prescindir de cuidados y socorros permanentes


Del mismo modo, también resulta pertinente preguntarse:

 ¿Podría una persona privada de discernimiento prescindir de cuidados y


socorros permanentes?
 ¿Podría un sordomudo, un ciegosordo o un ciegomudo que no puede expresar
su voluntad de manera indubitable prescindir de cuidados y socorros
permanentes?
 ¿Podría un retardado mental prescindir de cuidados y socorros permanentes?
 ¿Podría una persona que adolece de deterioro mental que le impide expresar su
libre voluntad prescindir de cuidados y socorros permanentes?

Nuevamente, la respuesta nos parece obvia, no creemos que estos incapaces


mayores de edad puedan prescindir de cuidados y socorros permanentes; por lo que,
ante la imposibilidad real de que pueda producirse una situación contraria, es
absurdo mantener en el ordenamiento legal esta situación personal.

c) Que amenacen la seguridad ajena

Pues bien, continuando con el mismo razonamiento, debemos preguntamos:

 ¿Podría una persona privada de discernimiento amenazar la seguridad ajena?


 ¿Podría un sordomudo, un ciegosordo o un ciegomudo que no puede expresar
su voluntad de manera indubitable amenazar la seguridad ajena?
 ¿Podría un retardado mental amenazar la seguridad ajena?
 ¿Podría una persona que adolece de deterioro mental que le impide expresar su
libre voluntad amenazar la seguridad ajena?

Al respecto, sostenemos que es exacto afirmar que cualquiera de este tipo de


incapaces potencialmente pueden configurar una amenaza a la seguridad ajena, en
razón de que ninguno podría desarrollar sus actividades tomando precaución
alguna.1

De otro lado, el artículo materia de comentario tiene su antecedente inmediato en


el artículo 561 del Código Civil de 1936 que establecía: "Para que estén sujetos a
curatela los débiles mentales y los que adolecen de enfermedad mental, se requiere
que sean incapaces de dirigir sus negocios, que no puedan prescindir de cuidados y
socorros permanentes o que amenacen la seguridad ajena", lo cual nos permite
inferir que hace sesentisiete años esta redacción o normatividad podía resultar
correcta, pues no se conocía ampliamente la diversidad y las consecuencias de las
anomalías psíquicas, pero actualmente no se justifica este tipo de prescripción legal.

Cabe aclarar que coincidimos con el maestro Carlos Fernández Sessarego en que
"...no es suficiente un examen médico para determinar el estado de ausencia de
discernimiento, sino que dicho examen médico debe complementarse con una
apreciación de la incidencia que tal estado tiene en relación con la vida misma del
sujeto y con la de los demás. Debe considerarse no solo la ineptitud del incapaz para
el manejo de sus negocios y el que requiera de asistencia y cuidados, sino que
también debe atenderse al factor social, o sea, a la peligrosidad del sujeto en su vida
de relación. Se trata, en conclusión, de conjugar el factor psiquiátrico y el social para
determinar la declaración judicial de incapacidad y la consiguiente designación de
curador"; no obstante, desde un punto de vista lógico y real, nos parece errado
mantener el artículo 571 en nuestro ordenamiento sustantivo civil, por constituir
consecuencias obvias que necesariamente serán apreciadas por el juzgador, pero
que no requieren ubicarse en un cuerpo normativo.

1
URQUIZO PEREZ, Jorge, “Nuevo Derecho Civil”, Ediciones Jurídicas, Lima, 2009.
CURATELA DE LOS PRODIGOS, MALOS GESTORES, EBRIOS HABITUALES Y
TOXICOMANOS
El segundo grupo de incapaces sujetos a curatela típica en el Código es el de los
relacionados a LOS PRODIGOS, MALOS GESTORES, EBRIOS HABITUALES Y
TOXICOMANOS.

ANTECEDENTES
Originalmente, los artículos 576 y ss. Y 583 y ss. Del Código de 1936, sólo
comprendían en este grupo a los pródigos, malos gestores y ebrios habituales; pero
el artículo 4 de la Ley Nº 11272, promulgada el 20 de enero de 1950, adicionó el art.
584 del Código para agregar el caso de los toxicómanos. El nuevo Código mantiene
este último criterio.

A. CURATELA DE LOS PRÓDIGOS

ARTICULO 584.-Pródigo
Puede ser declarado pródigo el que teniendo cónyuge o herederos forzosos
dilapida bienes que exceden de su porción disponible.

CONCORDANCIAS: C.C. arts. 587, 724, 725 a 728

Pródigo, para los efectos de la curatela, es el disipador habitual que, mediante


actos irracionales, irresponsables o que denotan ligereza o falta de
ponderación del valor de las cosas, dilapida bienes que exceden su porción
disponible teniendo cónyuge o herederos forzosos (art. 584)
La definición de prodigalidad en sentido amplio supone la realización de actos
irresponsables de disipación patrimonial, gasta sus bienes sin razón que lo
justifique o posponiendo obligaciones y deberes de más alta prioridad. Incluso
para algunos como Bevilaquia citado por Cornejo Chavez, es un caso de
desarreglo mental.
La definición en sentido jurídico, exige que el disipador tenga cónyuge o
herederos forzosos .Por tanto, si el pródigo carece de tales parientes, puede
dilapidar el integro de sus bienes, sin que de ello pueda derivar una iniciativa
para declararlo interdicto: no sólo porque no habría quien la tomara, sino
porque no hay nadie a quien legalmente perjudique tal conducta. Sin
embargo se podría dirigir contra esta norma la observación de que la riqueza
no sólo está llamada a cumplir una función individual, sino una función social;
y que, en este sentido, si el pródigo carece de parientes que sean sus
herederos forzosos, y ocasiona un daño a la comunidad, interesada en que
los bienes sean aplicados de modo racional a la satisfacción, por orden de
importancia y prioridad, de las múltiples necesidades de otros miembros o
grupos de la comunidad, el solo hecho de que haya alguien que disponga de
bienes en magnitud superior a lo que necesita, es ya una muestra de
deficiencias básicas en el esquema ideológico y organizativo de la sociedad,
de la economía y del mismo Derecho.
El C.C de 1936 expresaba que, para declarar pródiga a una persona, exigía que
la dilapidación excediese de la tercera parte de sus bienes raíces o capitales,
teniendo cónyuge, ascendientes o descendientes. En cuanto a esto como lo
señala Cornejo Chávez, la pérdida de un tercio de los bienes no tendría por
qué justificar siempre la declaración de prodigalidad; por tanto, la
modificación del actual código es pertinente al no señalar el porcentaje de lo
dilapidado para considerar a una persona como pródigo.
Como señala Cornejo Chávez, en cuanto a la prodigalidad señala que se debió
preceptuar que la interdicción por razón de prodigalidad procede cuando el
pródigo tiene herederos forzosos y siempre que la dilapidación exceda de la
cuota de libre disposición testamentaria.

B. CURATELA DE LOS MALOS GESTORES

ARTÍCULO 585.- Incapacidad por Mala Gestión


Puede ser declarado incapaz por mala gestión el que por esta causa ha
perdido más de la mitad de sus bienes, teniendo cónyuge o herederos
forzosos.
Queda al prudente arbitrio del juez apreciar la mala gestión.

CONCORDANCIA: C.C. arlo 724

Mal gestor es la persona que no a causa de factores extraños o ajenos a él


mismo, sino por falta de aptitud, vocación o idoneidad para el manejo de
negocios o bienes, llega a perder más de la mitad de sus bienes, teniendo
cónyuge o herederos forzosos. En todo caso, corresponde al prudente arbitrio
del juez apreciar la mala gestión2
Se pueden establecer diferencias entre la prodigalidad y la mala gestión,
aunque en la práctica quedará en manos del juez definir cuál de las
mencionadas figuras es la que se da. Se consideran como diferencias:

PRODIGALIDAD MALA GESTION

2
CORNEJO CHAVEZ, Héctor. “DERECHO FAMILIAR PERUANO”, Décima Edición. Gaceta Jurídica.
Lima, Abril 1999.Pág 760
 La cuantía de la  La cuantía de la pérdida, ha de ser el
pérdida puede ser 50%
menor al 50%  En el sujeto no hay irracionalidad,
 En el sujeto hay cierta sino falta de aptitud
irracionalidad.  Es menos peligrosa
 Es un tanto más  Necesita la prueba de una pérdida
peligrosa. mayor para producir
 No se necesita una convencimiento de que hay
prueba de una pérdida incapacidad personal.
mayor para producir
convencimiento de que
hay incapacidad
personal.

En cambio, en cuanto a los bienes perdidos y en cuanto a los familiares que


ha de tener el incapaz para que proceda su interdicción, no hay diferencia
entre ambas figuras.

C. CURATELA DE LOS EBRIOS HABITUALES O TOXICÓMANOS

ARTÍCULO 586.- Ebrio Habitual o Toxicómano


Será provisto de un curador quien por causa de su ebriedad habitual, o
del uso de sustancias que puedan generar toxicomanía o de drogas
alucinógenas, se exponga o exponga a su familia a caer en la miseria,
necesite asistencia permanente o amenace la seguridad ajena.

CONCORDANCIA: C.C. arto 44, incs. 6) y 7)


EBRIO HABITUAL.- Ebrio Habitual es el bebedor consuetudinario que, a
consecuencia de su vicio, llega a exponerse o a exponer a su familia a caer en
la miseria, necesita asistencia permanente o amenaza la seguridad ajena.3
Cornejo Chávez con gran acierto hace la siguiente observación: “no será
necesario que el ebrio o su familia hayan caído en la miseria para que proceda
la interdicción. Esta carecería ya en todo lo patrimonial, de objeto y de sentido,
si tal fuera. Basta que el vicio haya adquirido tal fuerza, haya dominado en tal
forma y grado al bebedor, que el juez, apreciando hechos y circunstancias,
llegue al convencimiento de que, si no adopta medidas concretas de
guardaduría, el vicioso, librado a su propia debilidad, habrá de terminar el
mismo o de hacer terminar a su familia en la miseria”.
Otro tema a considerar en cuanto a los Ebrios habituales es el de ¿quiénes
forman la familia de una persona considerada como ebrio habitual? ¿Sus
ascendientes y descendientes ilimitadamente y sus parientes colaterales
hasta el 4to grado de consanguinidad y aun afines hasta el 2 do grado? ¿O
solamente su cónyuge y sus hijos? ¿O bien quienes viven bajo el mismo techo?
En cuanto a estas interrogantes al parecer el legislador no se preocupó tanto
de los posibles perjuicios mediatos que, a raíz de la ebriedad, pudieran sufrir
sus futuros herederos, sino más bien el perjuicio inmediato que causa
amenaza a su propia subsistencia y a las personas que actualmente dependen
de él. Es, pues, con este criterio que deberá interpretarse y aplicarse, el art.
586 en armonía con el art. 588.
TOXICÓMANOS.- Toxicómano es jurídicamente, aquel que, a causa del uso de
drogas alucinógenas o de sustancias que puedan originar toxicomanía,

3
CORNEJO CHAVEZ, Héctor. “DERECHO FAMILIAR PERUANO”, Décima Edición. Gaceta Jurídica.
Lima, Abril 1999.Pág 761
expone a su familia o se expone el mismo al caer en la miseria, necesita
asistencia permanente o amenaza la seguridad ajena (art. 586). 4
Importa más el riesgo en que la toxicomanía coloca al toxicómano y sobre
todo, a sus familiares, que el motivo por el cual se emplea. Este comentario y
otros que son pertinentes para la toxicomanía también lo serán para la
ebriedad habitual. La ley no distingue, para estos efectos, entre el uso
justificado y el injustificado de tales sustancias, como si lo hace, por ejemplo,
cuando trata de las causales de divorcio

Parece que la única diferencia


entre ambas figuras consiste en la
causa material o física del vicio,
que en un caso es la bebida
alcohólica y en otro, la sustancia
estupefaciente o alucinógena.

I.TITULARES DE LA ACCION PARA PEDIR LA INTERDICCIÓN DE LOS PRÓDIGOS,


MALOS GESTORES, EBRIOS HABITUALES Y TOXICÓMANOS

Como antecedente cabe señalar que en el Código de 1936, la interdicción de estos


incapaces sólo podía ser demandada por su cónyuge, sus herederos forzosos y, por
excepción, por el Ministerio Público por sí o a instancia de algún pariente de aquellos

44
CORNEJO CHAVEZ, Héctor. “DERECHO FAMILIAR PERUANO”, Décima Edición. Gaceta Jurídica.
Lima, Abril 1999.Pág 762
cuando sean menores o estén incapacitados. Sin embargo, como lo señala Cornejo
Chávez, la regulación no era nítida5.
Conforme a los artículos 587 y 588 del Código Civil , son titulares de la acción para
pedir la Interdicción: “solo pueden pedir la interdicción del pródigo o mal gestor su
cónyuge, sus herederos forzosos y, por excepción, el Ministerio Público, de oficio o
a instancia de algún pariente, cuando aquellos sean menores o estén incapacitados”
y que “solo pueden pedir la interdicción del ebrio habitual y del toxicómano su
cónyuge, los familiares que dependan de él y, por excepción, el Ministerio Público
por si o a instancia de algún pariente, cuando aquellos sean menores o estén
incapacitados o cuando el incapaz constituya un peligro para la seguridad ajena”.

II.¿A QUIEN CORRESPONDE EL EJERCICIO DE LA CURATELA?

El C.C. señala:

ARTÍCULO 589.-Designación Judicial del Curador Dativo


La curatela de los incapaces a que se refieren los artículos 584, 585 Y
586 corresponde a la persona que designe el juez, oyendo al consejo de
familia.

CONCORDANCIA: arts. 584, 585, 586, 619.

5
CORNEJO CHAVEZ, Héctor. “DERECHO FAMILIAR PERUANO”, Décima Edición. Gaceta Jurídica.
Lima, Abril 1999.Pág 763. “…Es obvio que ambas fórmulas no coinciden plenamente, pues si bien, por regla general,
los herederos forzosos de una persona son, en nuestra ley, el cónyuge, los ascendientes y los descendientes, ocurre también,
conforme a la misma ley, que no siempre el cónyuge es heredero forzoso ( no lo es, si el matrimonio no tiene, el mínimo ,
un año de duración o ha tenido hijos; ni lo es, si el cónyuge sobreviviente estaba separado por su culpa del causante); que
no todos los descendientes son herederos forzosos ( ya que los más lejanos solo lo son a falta y en representación de los más
cercanos); y que los ascendientes sólo tienen tal carácter cuando faltan descendientes, y, en tal caso, excluyendo siempre al
más próximo al más remoto…”
Un problema que puede surgir en cuanto a este dispositivo es cuando haya una
ausencia del consejo de familia o que sea imposible formarlo, cuestión que, no es
privativa del supuesto del presente análisis.
Lo señalado por Cornejo Chávez nos lleva a realizar interrogantes como: ¿Por qué,
en este caso, no hay preferentemente la testamentaria o escrituraria (cuya omisión
en el caso bajo estudio nos parece justificada) o la legítima (que, en este caso, quizás
pudo establecerse)?

III. FUNCIONES DEL CURADOR

Los tratadistas y las legislaciones coinciden en asignar al curador del pródigo


funciones estrictamente circunscritas al ámbito patrimonial del gravamen y
disposición de sus bienes: el incapaz conserva la dirección de su persona y la
administración de su patrimonio y sólo se le prohíbe celebrar ciertos actos onerosos
de importancia6; no puede prestar, transigir, transferir, hipotecar sus bienes,
demandar o ser demandado y, en general, practicar actos que no sean de sola
administración7.
Como antecedente a nuestra normativa actual, está el Código Civil de 1936, éste en
la materia que desarrollamos presentaba muchas deficiencias incluso casos de
superposición de atribuciones, entre otras deficiencias que sólo podía producir
confusión en su interpretación y problemas al momento de su aplicación. Estas
deficiencias son desarrolladas detalladamente por Cornejo Chavez8

6
Marcelo Planiol y Jorge Ripert.Ob.cit.
7
Clovis Bevilaquia.Ob. cit.
8
“…El Código de 1936 daba a esta materia un tratamiento simplista. Desde luego, no hacia el menor distingo, en cuanto
concierne a las funciones del curador, entre el pródigo o mal gestor y el ebrio o toxicómano. Consagraba así una identidad
a nuestro juicio equivocada, restringía las atribuciones del curador a los aspectos patrimoniales, con lo cual dejaba de lado
toda preocupación enderezada al cuidado, curación y restablecimiento del ebrio habitual y el drogadicto. Más aún; los
aspectos patrimoniales del problema no eran tampoco tratados de modo suficiente y adecuado.
Otro error se encontraba en el art. 578 en el que no se precisaba que se entiende por consentimiento especial del
curador,excluyéndose así la posibilidad de un consentimiento global, genérico o indeterminado, que destruiría en su esencia
la garantía misma que significa la curatela.
Cuando mucho, algunos9 autores ponen en duda por ejemplo que el pródigo pueda
casarse sin el consentimiento previo de su curador e ingresarían así al campo de
ciertos actos extrapatrimoniales.
En cuanto a las funciones del curador, la situación del pródigo y el mal gestor no es
igual a la del ebrio y del drogadicto.
El vicio, la limitación o el defecto de que padecen El pródigo, así como el mal gestor
se traduce en la pérdida de sus bienes; luego, hay que poner freno a ese riesgo y el
modo de hacerlo es prohibir al incapaz que practique, sin consentimiento de su
curador, actos de disposición o de gravamen. En todo lo demás, esto es, tratándose
de la simple administración y en lo concerniente a su propia persona, la curatela no
tiene función que cumplir.
Mas la situación no es igual cuando se trata del Ebrio habitual y del drogadicto. En
ellos, además del peligro de menoscabo patrimonial que hay que afrontar mediante
la curatela, se da también un problema de cuidado, defensa y dirección de las
personas mismas y de la curación o restablecimiento de su salud. El curador, por
tanto, debe tener, en esos casos, no solo funciones de índole patrimonial, sino
también de protección y normalización de la persona, aunque no fuera sino la de
proveer a la curación de la anomalía y eventualmente, con licencia judicial y
dictamen pericial o audiencia del consejo de familia, la de internarlo en un

Empero, la falta principal en esta materia aparecía instalada en el artículo 579, según el cual” el curador administrará los
bienes de los hijos que el pródigo (y los demás incapaces del grupo) haya tenido en anterior matrimonio”. Por una parte, si
el curador del incapaz solo habrá de ser administrador de los bienes de tales hijos, ¿Quiénes los representarían legalmente
en juicio o fuera de el? Obviamente, no podría asumir tal representación el propio padre incapaz, que no puede representarse,
al menos en juicio, a sí mismo. En segundo lugar, ¿por qué habría de asumir el curador esa función administradora solamente
respecto de los hijos tenidos por el incapaz en matrimonio anterior, y no en su matrimonio actual si su cónyuge no tiene la
patria potestad, o en una unión de hecho pasada o vigente? .
Y finalmente, si conforme al art. 432 inciso 2º del mismo Código de 1936, la patria potestad del incapaz respecto de todos
los hijos que estén bajo ella- y no sólo de los tenidos en un matrimonio anterior-, se suspende por la interdicción civil de
aquel; lo cual significa que esos hijos pasan a la potestad plena del otro padre o que , no habiendo otro padre expedito, se
abre para dichos menores la tutela ( art. 474), ¿ cómo concordar las atribuciones propias de ese otro padre o de ese tutor,
que incluyen por cierto la administración de los bienes de los hijos de que se trata, con la atribución que en el mismo sentido
otorgan el art. 579 al curador del padre incapaz?...”
9
Clovis Bevilaquia. Ob. Cit
establecimiento adecuado, tal como se hace tratándose del enfermo mental y por
semejantes razones.
En consecuencia, las funciones del curador están referidas al cuidado del patrimonio
del curado (Pródigos o Malos Gestores, Ebrios Habituales o Toxicómanos),
impidiendo que se graven o disponga de los bienes, incluyendo además en nuestro
Código Civil las siguientes normas:

Artículo 590.- El curador del ebrio habitual y del toxicómano debe proveer a
la protección de la persona del incapaz, a su tratamiento y eventual
rehabilitación conforme a las reglas contenidas en los artículos 576, 577 y 578.
Artículo 591.- El pródigo, el mal gestor, el ebrio habitual y el toxicómano no
pueden litigar ni practicar actos que no sean de mera administración de su
patrimonio, sin asentimiento especial del curador.
El juez, al instituir curatela, puede limitar también la capacidad del interdicto
en cuanto a determinados actos de administración.
Artículo 594.- Las personas que pueden promover la declaración de
interdicción y el curador pueden demandar la anulación de los actos
patrimoniales practicados en contravención del artículo 591.
Artículo 592.- El curador de los incapaces a que se refiere el artículo 591
representa legalmente a los hijos menores del incapaz y administra sus
bienes, a menos que estén bajo la patria potestad del otro padre o tengan
tutor.

IV.ACTOS ANTERIORES A LA INTERDICCIÓN

ARTÍCULO 593.-Validez e Invalidez de los actos del Incapaz


Los actos del pródigo y del mal gestor anteriores al pedido de interdicción
no pueden ser impugnados por esta causa.
Los del ebrio habitual y del toxicómano pueden serio si la causa de la
incapacidad hubiese sido notoria.

CONCORDANCIA: C.C. arts. 44 incs. 6) y 7), 221 inc. 1)


Al tratar del primer grupo de curadores típicos, invocamos la disposición contenida
en el artículo 582, según la cual “los actos anteriores a la interdicción pueden ser
anulados si la causa de esta existía notoriamente en la época en que se verificaron”.
A diferencia de esta norma, la del art. 580 del Código de 1936 preceptuaba que “los
actos del pródigo anteriores a la demanda de declaración de prodigalidad no podrán
ser impugnados por esta causa” (disposición que, como sabemos, era aplicable al
mal gestor, ebrio y toxicómano). Aunque peligrosa, encontrábamos justificada esta
previsión, en beneficio de terceros y de la seguridad de las relaciones jurídicas,
cuando se trata del pródigo y del mal gestor; mas no la hallamos igualmente fundada
cuando se trata del ebrio habitual y del drogadicto, acerca de quienes habría sido
más acertado aplicar la misma fórmula del enfermo mental y los demás incapaces
del primer grupo. Esta es la regla acogida en el nuevo Código. 10

CURATELA DE LOS PENADOS


CONCEPTO. - El tercero y último grupo de curados típicos está constituido por los
que sufren pena que conlleva la interdicción civil.
La interdicción civil no es una pena, sino una circunstancia que acompaña a ciertas
penas, y concretamente a los de internamiento (artículo 31 del código penal) 11,
penitenciaria y relegación artículo 34 del mismo código de leyes.
La interdicción civil va automáticamente anexada a la condena penal, razón por la
cual no se necesita seguir un trámite civil de interdicción previo al nombramiento de
un curador; y dura tanto como la condena misma.

CORNEJO CHAVEZ, Héctor. “DERECHO FAMILIAR PERUANO”, Décima Edición. Gaceta urídica.
10 10

Lima, Abril 1999.Pág 768


11
Ver articulo 28 a 44 del código penal vigente
A QUIENES CORRESPONDE PEDIR LA DESIGNACION DE CURADOR Y EJERCER LA
CURATELA
El fiscal pedirá dentro de las 24 horas el nombramiento de curador, sino lo hiciere
será responsable de los daños y perjuicios que sobrevengan, también puede pedir el
nombramiento de curador el cónyuge o los parientes del interdicto.
a) Que la petición de nombramiento de curador la formulara el fiscal ante el
tribunal correccional que dicto la sentencia condenatoria, siendo un caso
excepcional en que una función, de ordinario conferida al juez civil; se
transfiere al tribunal penal.
b) La responsabilidad que eventualmente podría recaer al fiscal por su omisión
habrá de ventilarse en juicio ordinario y ante el fuero civil.
c) Que tal responsabilidad no es extensible contra los miembros del tribunal que
dicto la sentencia, declaro la interdicción y no designo curador por falta de
pedimento.
d) Que, por omisión del fiscal, el cónyuge y los parientes del penado solicitar del
mismo tribunal correccional la designación del curador; sin que la ley haya
creído precisar.

FUNCIONES DEL CURADOR


a) Una de carácter procesal, que es la representación en juicio del penado, la
amplitud de la representación es la que confiere el poder general para pleitos
y además comprende las facultades para las cuales se necesita poder especial
en juicio, salvas las prohibiciones expresas de la ley y las observancias de las
formalidades que ella establece.
b) Administrar los bienes del penado, en la misma forma y con semejantes
limitaciones a la que tiene cualquier administrador de bienes ajenos y, las que
consigna la ley a cerca de los tutores.
c) Transitoriamente y en determinadas circunstancias el curador del penado
tiene la obligación de velar por la persona y los bienes de los menores o
incapaces que se hallaban al cuidado del interdicto, entendiéndose al efecto
de las normas establecidas para la tutela y la curatela respectiva.
d) Especial interés reviste, en el caso del penado, la cuestión de saber a quién
corresponde la facultad gravar y disponer de sus bienes mientras dure la
interdicción desde que el artículo 32 del CP priva al penado de la facultad de
disponer. Y en tanto que el CC en su artículo 596 solo otorga al curador
facultades de administración.

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