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LECCIONES DE CHAÑAR

Introducción

Creo que de más está decirles que no me siento ni remotamente capacitada para hacer
un curso sobre el sendero de los druidas. Primero, porque llevo muy poco tiempo
transitando en él, y sé que me faltan infinidad de enseñanzas por recibir. Por otro lado,
intentar tomar todas las experiencias dinámicas de la naturaleza, detener su fluir y
eternizarlas en la palabra es algo que asusta, y que va en contra del druidismo mismo.
Los grandes chamanes celtas durante siglos mantuvieron una prohibición: no podían
escribir sus enseñanzas. Al principio no pude comprender esto -¡yo, que vivo anotando
ideas, conclusiones y proyectos en cuanto papel encuentro!-, y hasta sentí cierta tristeza,
porque gracias a que no habían dejado registro escrito, mucho conocimiento se perdió…
Pero ahora tengo una visión diferente con respecto a este punto… Cuando uno escribe
una idea, la hace eterna. Ya deja de ser una idea, un pensamiento fluido, que cambia con
el devenir de la conciencia y de nuestra historia, sino que pasa a tener existencia propia
(en el papel), y recorre el tiempo como algo claramente delimitado.
Una de las primeras actitudes del druida –no podemos hablar de reglas estrictas a
seguir- es observar la naturaleza y aprender de ella. Y los vates, bardos y druidas de
antaño aprendieron que nada es estático, todo cambia y evoluciona. Aprendieron así
también, que el conocimiento que en su momento creían correcto, era una interpretación
válida de la Realidad, pero que podían plantearse modelos aún más profundos, o
simplemente diferentes, que, a su vez, eran una visión valedera de su mundo.
Por todo esto llegaron a la conclusión de que, si materializaban sus descubrimientos,
creaban grandes libros sobre lo que los bosques les habían susurrado, eso se haría
dogma, se haría Verdad, y la gente se acercaría más a ese conocimiento “fácil” y se
alejaría de la verdadera fuente, la Naturaleza...
Algunos vestigios de sus enseñanzas, a veces matizadas por el cristianismo –o casi todas
las veces- sobrevivieron al tiempo y podemos tener acceso a ellas. Sin embargo, nada de
lo que nuestros ancestros de espíritu aprendieron e hicieron se perdió: aún sigue en la
Naturaleza, quien espera que solamente volvamos a escucharla; se encuentran en los
mitos y cuentos que pasaron de boca en boca, en forma de bellísimas metáforas; y por
último, se encuentra en el inconsciente colectivo, en la energía del cosmos, en el
universo entero, ya que todo está unido con todo, a través del tiempo y el espacio –por
lo menos eso es lo que creo yo-…
En este pequeño curso no van a encontrar muchas definiciones, ni explicaciones de las
grandes preguntas. No se les dará la Verdad –que por lo menos para mí, es más un
camino que una meta-. A lo largo de estas páginas se describirán cuáles son los puntos
cruciales que deberían investigar. Se les hablará un poco de la historia del pueblo celta,
y de algunas de sus cosmovisiones. Pero más que datos, está pensado para que luego de
terminado, ustedes pueden salir y buscar, buscar su camino dentro del druidismo y del
mundo. A través de él conocerán algunas corrientes en las que pueden indagar, y
fundamentalmente, cuál es la visión del druida con respecto al conocimiento, como
buscarlo, como contactarse con la Naturaleza en su búsqueda.
Esto no es una iniciación. En las tradiciones no existen certificados ni habilitaciones.
Quizás hagas este curso y decidas que el druidismo no es para ti… no te sientas
obligado a ello. Es más, quizá te atraiga más la postura filosófica del druida que su

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cosmología en sí. Ni aquí ni en ningún lado existen caminos seguros y definidos. Como
decía el chamán Don Juan: busca el camino con corazón…
Jugar entre la Realidad y la ficción –como hacen muchas religiones- es una manera de
desorientar la parte racionalista del cerebro, y permitir que nuestro lado intuitivo
alcance cosas más profundas… Los invito a que a lo largo de este trayecto que
recorreremos juntos, alternemos entre ambas esferas, las mezclemos y aprendamos a
aprender jugando, cerrando los ojos y dejándonos llevar por ese niño que aún disfruta de
las adivinanzas y las aventuras…

Qué es (o era) un druida

Realmente yo diría que empezar por aquí, es empezar por lo más difícil. ¿Quiénes eran
los druidas? ¿A qué llamamos druida en la actualidad?
Existió un pueblo, o mejor dicho un conjunto de pueblos, a los que los historiadores han
englobado como celtas. Se distribuyeron desde la zona de Grecia hasta la lejana Irlanda.
Algunas zonas fueron abandonadas, en otras, fueron exterminados, y en otras comenzó
un proceso de síncresis cultural que fusionó a estas etnias con las que habitaban en ese
lugar.
Al ser un conjunto de pueblos, existían numerosas diferencias entre sí, diversos Dioses,
diversas costumbres, incluso los idiomas fueron desfigurándose. Sin embargo, tenían
ciertas cualidades en común, por ejemplo, la figura del druida.
A veces no llamados así, con diferencias de especializaciones o grados, o años de
aprendizaje, en todas partes poseían el mismo respeto y veneración. Se dice que estaban
en contacto entre ellos, y que se reunían anualmente en un robledal para intercambiar y
discutir los descubrimientos.
Su rol en la sociedad era una mezcla de clérigo, sacerdote, mago, chamán, juez,
historiador, músico, sanador, filósofo, maestro, consejero, astrólogo y más. Clérigo y
sacerdote porque conocía su tradición, conocía y comprendía el lenguaje de los Dioses,
y ante cualquier duda, el pueblo recurría a él. Algunos historiadores dicen que era como
los sacerdotes actuales, que nada podía hacerse sin su presencia, otros plantean que el
culto era principalmente individual, y que él era sólo consejero, no sacerdote.

Mago y chamán porque se dice que viajaba a otras realidades, al Otro Mundo, en busca
de conocimiento y sanación para su gente. Era el encargado de lograr el equilibrio entre
la tierra y la tribu, entre la naturaleza y el hombre. Conocía de hechizos y realizaba
rituales, hablaba con los animales, las plantas, las hadas y las rocas, y podía contactar
con los ancestros.
También tenía rol de juez, porque como erudito, era instruido en la moral de su pueblo,
y a él se recurría para resolver disputas. En las zonas en que había rey, se cuenta que
hasta el soberano quedaba bajo las órdenes de un druida.
Era el sanador de la tribu, para lo cual se valía de la naturaleza y del conocimiento
mágico de su realidad. Era naturalmente un filósofo, preocupado en reflexionar sobre lo
que lo rodea y aprendiendo constantemente. Para él todo tenía un significado oculto,
todo estaba relacionado con todo. Esto lo llevaba también a observar el cielo, a seguir el
curso de las estaciones, para mantener en equilibrio la relación tribu-naturaleza, lo que
le dio su característica de astrólogo. Era el encargado de mantener oralmente la historia
de su pueblo, mediante la música, la danza y el verso.
Algunos historiadores dividen en 9 las esferas de conocimiento del druida irlandés (una
rama dentro de la tradición druídica), las cuales eran aprendidas en este orden:

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dimensión tribal y conocimiento de la cultura, arte y conocimiento de la creatividad,
conocimiento de sanar en todos los niveles, dimensión metafísica, adivinación hacia el
pasado y el futuro y chamanismo, ritualística, filosofía natural, enseñanza y finalmente
servicio. Parece ser que eran figuras bastante holistas, con un enfoque que quería
englobar todo en su análisis. Eran la casta culta de la sociedad keltoi (nombre con el que
los nominaron los griegos).
En la literatura celta, existen numerosas menciones a druidas, algunos históricos, y otros
por el momento declarados mitológicos: Murias, Sénias, Urias, Arias, Amairghin, Fios,
Fiolas, Fochmarc, Fír Droirichi (Druida Negro), Mide, Uisnceh, Mogh Ruith, Merlín,
Taliesin y Veleda son algunos de ellos.
Los roles que cumplía un druida en su comunidad –casi de sostén- no son válidos en la
sociedad moderna. Sin embargo, es posible ver el papel que puede desempeñar
actualmente. Consejero espiritual, escritor, poeta, ecologista, geógrafo, buscador,
filósofo, médico naturista, astrónomo, astrólogo, aromaterapeuta, homeópata,
fitoterapeuta, psicólogo, abogado y un infinito etcétera. Pareciera que la actitud del
druida es más un enfoque ante la vida y la comunidad que una profesión concreta.
Desde este punto de vista, seguir el camino del druidismo no resulta anticuado ni
inservible. Primero, porque este es un camino que nos conduce al fondo de uno mismo,
y al Universo entero en el proceso. Segundo, porque el rol y la actitud que tiene son
posibles de trasladar al hoy, y usar esas herramientas para moverse en el mundo. ¿O no?
Actualmente, el druidismo como tradición espiritual ha comenzado a resurgir, a ser
reinterpretada. Y como los seres humanos no somos los mismos, también este sendero
ha cambiado algunos de sus atributos, como por ejemplo los sacrificios, que hoy sólo se
hacen en sentido figurado.
Se le llama neodruidismo, o druismo a la tradición recreada por personas de todo el
mundo de la Edad Media en adelante. Algunos lo llaman también druidismo
reconstruccionista, aunque esta rama suele ser más ecléctica aún, fusionando la
espiritualidad celta con técnicas orientales, o magia ritualística. En este curso
hablaremos genéricamente de druidismo, aunque el 80% o más sea en realidad
reconstrucciones.
Una de estas características “nuevas” son los votos del druida, promesas que son
realizadas ante los Dioses y ante uno mismo: un voto de compromiso (a la búsqueda de
la Verdad, a la defensa de la Naturaleza, y al constante aprendizaje), un voto de
discreción (un secreto que se le ha confiado, la vergüenza de un amigo y los secretos de
la Orden ) y el voto de lealtad (a los Dioses, a la Orden y a uno mismo). Estos son una
creencia entre tantas, puede no llamarte la atención, puedes decidir no utilizarla. En mi
caso, me gustó, y la aprendí con mucho gusto.

Nota 1: En este caso, como verán, los votos hacen alusión a la pertenencia a una orden.
Numerosas agrupaciones druídicas tienen sus propios misterios, o por lo menos sus
preferencias a la hora de realizar un ritual, que no desean compartir, no por hermetismo,
sino porque son parte de ese grupo, parte de su historia e intimidad. En mi caso, que no
pertenezco a ninguna orden, interpreto estas partes del voto como el conocimiento
druídico en sí. Ser discretos con los secretos de la Orden, es decir, del druidismo,
implica respetar que no todo el mundo puede querer escuchar lo fantástico que fue para
mí este mundo, y que a veces, el callar algunas cosas implica aumentar su importancia.
Por otro lado, le debo lealtad al druidismo, no en el sentido de que ahora que decidí
tomar este camino no puedo ser budista o debo morir por mi impertinencia, sino que
conociendo qué es realmente el druidismo, debo honrar cuándo utilizo su nombre y

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cuándo no. Cuando hablo con seres vegetales de mi patio, estoy siendo druida. Cuando
me pongo a hacer yoga, no puedo decir que es una práctica druídica, puesto que no es
así. Y si en algún momento decido dejar este camino, eso se hará con el mismo respeto
y amor con el que entré.

Qué es el druidismo

Esta es una pregunta muy difícil... Posiblemente, podría decirse que el Druidismo es, al
mismo tiempo, una religión, un sistema mágico, una forma de vida, una tradición y una
cultura. Depende un poco del vínculo que uno elija tener. Veamos cada atribución por
separado:
Es una religión: Según G. Lenski, una religión es un sistema compartido de creencias y
prácticas asociadas, que se articula entorno a la naturaleza de las fuerzas que configuran
el destino de los seres humanos.
En este sentido, podemos decir que el druidismo es una religión, ya que contiene
diversas creencias -como el Awen como energía universal-, y prácticas únicas -las
celebraciones de las ocho fiestas del año, el bautismo, la boda celta, etc.
Al mismo tiempo, y siguiendo la definición de Lenski, el druidismo explica la
naturaleza de las fuerzas del Destino de los individuos, explicando, ya sea que es "el
designio de los Dioses", ya sea que "se cosechó lo que fue sembrado". Explica que la
Naturaleza es un ser vivo, al cual debemos respetar y honrar; enseña a comprender el
mundo desde la perspectiva de la evolución y la reencarnación; describe la realidad
basándose en los tres reinos, el Reino del Mar, de la Tierra y del Cielo... Todas estas
percepciones se conjugan en un conjunto conformado de creencias que es el druidismo,
por lo que puede llamarse religión.
Es un sistema mágico: Dentro de lo que es el esoterismo, suele darse la definición entre
religión y magia, de la siguiente manera: en la religión, el individuo pide, ora, solicita a
la Deidad un favor o un milagro, y se limita a dejar en manos del Dios el cómo. En
cambio, en la magia se trabaja con las Deidades, se las evoca, se las llama, y se trabaja
con su esencia, es decir, se dirige "el caudal de energía" del Dios hacia los objetivos
propuestos. En este marco, una ofrenda no tiene mucho sentido, aunque por ningún
motivo se pierde el amor o el respeto por la Deidad. Son formas de ver diferentes.
El druidismo acepta ambas formas de encarar la situación, ambas formas de trabajo con
los Dioses. Entonces, una persona que utiliza rituales y ceremonias en donde convocar
la energía de los Dioses es sin duda un mago. Y así puede verse al druidismo como un
sistema mágico, una forma de trabajar, como lo es la Kábala, la Magia Dracónica o la
Alta Magia.
Es una forma de chamanismo: La mayoría de los druidas busca conectarse con los
Dioses, con las plantas, con los animales, con la Tierra. Quiere buscar la sabiduría a
través de la inspiración divina, llamada Awen o Imbas. Para lograr ésto, entra en estados
de conciencia alterada, inducidos por la danza, el canto, los rituales e incluso en la
antigüedad, el uso de alucinógenos. El druidismo promueve la empatía con la
Naturaleza y su preservación, y se acerca a las tradiciones ancestrales para conservar la
sabiduría primigenia.
El druida es un individuo que busca su propia perfección, evolucionando y
comprendiéndose a sí mismo. Viaja a través de los tres mundos, cura, tiene un animal o
planta predilecto -similar a un tótem- y algunos pueden incluso adoptar su forma.

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Todas estas características son típicas del chamanismo, una cosmovisión muy antigua.
En todas partes del mundo se han descripto la existencia de chamanes -aunque shamán
sea un término de una tribu de Siberia-, sólo que con diferentes nombres como chamán,
médico-brujo, machi, o druida.
Es un camino espiritual: El druida busca la perfección, la iluminación, la unión con la
energía primigenia. En este sentido, muchos druidas creen que los métodos y las
enseñanzas druídicas son valiosísimos, y por eso los adoptan. Pero al mismo tiempo,
siguen otra religión, pueden ser budistas, cristianos, musulmanes, zoroastristas, ateos y
un largo e incompleto etcétera. En este sentido, utilizan las herramientas druídicas para
su camino y para su autocomprensión, por lo menos hasta que sientan que no les son
efectivos.
En el druidismo se cree que la única Verdad es incomprensible para el ser humano, pues
la Verdad es la perfección misma, es Dios o la energía universal. De esta manera, todas
las verdades "humanas" son igualmente válidas, son todos caminos distintos, algunos
más largos que otros, que llevan al reencuentro con el Creador -que curiosamente,
siempre estuvo dentro de nosotros. En este sentido, en el druidismo se acepta que uno
pueda tomar sólo ciertas herramientas, o sólo la parte filosófica y no la mágica, porque
son elecciones del propio individuo. Cada ser humano es un universo, y nadie puede
predecir lo que sucede dentro de él.
Es una forma de Vida: Parecido a lo anterior, muchas personas ven en el druidismo una
vida sana, una forma de pararse frente a la vida. Muchos seguidores de El Dagda y de
Dana sostienen que su entrada en este bello camino les cambió su concepción de la vida.
El miedo a la muerte, la intolerancia, la incomprensión, el temor a lo desconocido, todos
fueron obstáculos que fueron esclarecidos por el druidismo. Ojo, no digo eliminados,
sino sólo esclarecidos. Comprendieron el porqué de muchas cosas, y optaron por seguir
una vida de acuerdo a las creencias del druidismo que decidieron adoptar.
Es una tradición: Si bien no toda la información que circula actualmente es vieja, el
druidismo como religión, como espiritualidad nació hace milenios, por lo menos, más
de dos XD. Ya los griegos conocían bien a estos sacerdotes del pueblo celta, y los
llamaban magos, profetas y filósofos. Incluso hay una teoría que dice que los druidas
derivarían de la casta de los brahmanes, de la lejana India, y que fueron migrando poco
a poco, lo que hace que la tradición se remonte aún más tiempo atrás.
Sin embargo, también hay personas que se interesan por el druidismo, porque corre en
su sangre. Porque su país de residencia -o el país de donde tiene ascendencia- estaba
habitados por celtas, y es la tradición, la historia de su pueblo, de su vida. En este
sentido, aún los monolitos siguen en pie en la mayoría de los casos, y quedan vestigios
en los nombres de las ciudades de grandes Dioses y Héroes. Volver a las raíces, es
bucear en la identidad de uno, y es un camino lleno de sorpresas y misterios, una más de
las maneras en que puede ser entendido el druidismo.
Es Cultura: Es parte de la historia universal de la tierra. Contribuyó a la evolución de la
raza humana en su momento, y aún hoy lo sigue haciendo; contiene costumbres, formas
de pensar, obrar y hablar de un pueblo, y ha cautivado a antropólogos, escritores, poetas
y músicos por igual. El susurro del Ciervo Astado se escucha aún hoy en los bosques, y
nos llena de misterio y emoción.

Un poco de historia
Hay muchísimos libros que podrían ilustrar la historia del pueblo celta mejor que yo.
Desafortunadamente, no me he detenido en este punto en mis búsquedas cibernéticas,
así que no puedo recomendarte alguna página para aprender sobre este maravilloso

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pueblo. Lo único que me ha dejado conforme son los libros de papel. Si tienes a tu
alcance alguna biblioteca, fíjate a ver si encuentras algo…
Para leer una versión clásica de su historia, mejor dejo a historiadores, antropólogos y
arqueólogos. Ellos lo harán mejor que yo. Y podrán ilustrarte mejor en su cultura, que
resulta algo fundamental para el druidismo, no tanto para su práctica, sino para entender
las razones de muchas elecciones.
Sin embargo, decidí optar por traerte a un druida inspirado que encontré por ahí, de
quien lamentablemente no tengo el nombre, pero que describió de manera retrospectiva
la historia, no tanto del pueblo celta sino del druidismo en sí. Los dejo con sus palabras:
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Resurgimientos del druidismo

En 1964, Ross Nichols fundó la Orden de los Bardos, los Vates y los Druidas (OBOD),
con la intención de llevar de nuevo el druidismo hacia lo que el veía como sus raíces
celtas. A finales de los setenta, el druidismo comenzó a adoptar elementos de la Wicca,
la nueva religión pagana creada por un amigo de Nichols, Gerald Gardner. Los druidas
empezaron también a ser influidos por los siberianos, los nativos americanos y otras
culturas indígenas, y a descubrir de nuevo, a través de estas, las raíces de la tradición
nativa europea. Entre ellos, estas influencias, juntamente con la investigación de los
manuscritos medievales de Gales e Irlanda, se alimentó la recreación del druidismo
como una espiritualidad mágica, holística y conectada con la tierra y los antepasados.
Antes de los años setenta, la imagen del druida aparecida en la prensa popular era la de
hombres con túnicas blancas en pie en un círculo de Stonehenge en el solsticio de
verano. Este espectáculo anual formaba parte del verano inglés tanto como el críquet y
el té con crema. Parecía que siempre había sido así: figuras con túnicas tras la puesta de
sol y antes del amanecer, realizando ritos elaborados y desapareciendo después, hasta el
siguiente verano.
Si vamos cien años más atrás, esa imagen vuelve a cambiar. Los druidas de aquel
tiempo están representados de forma más clara en la mente de la gente por el Gorsedd
Galés de Bardos.
El Gorsedd aparece todavía a principios de agosto en el Nacional Eisteddfod, la gran
celebración anual de la lengua y la cultura galesa. Sus túnicas son de tres colores: azul
para los bardos, verde para los vates y blanco para los druidas y realizan elaboradas
ceremonias en modernos círculos de piedra construidos para la ocasión en pueblos en
los que se celebra el Eisteddfod. Hablan galés, llaman a la paz: Heddwch!; desenvainan
y envainan de nuevo una espada para mostrar que la paz existe realmente. Chica jóvenes
llevan flores al altar de piedra que hay en el centro, en el que se sitúa un archidruida. El
Hirlas Horn (cuerno de Hirlas) se pasa por el grupo, y el bardo que haya compuesto el
mejor poema en verso tradicional está delante del grupo, en una silla.
Si vamos un poco más de doscientos años hacia atrás, llegamos hasta el resurgimiento
druida del siglo XVIII. Es el solsticio de verano de 1792, y estamos encima de la colina
de Primrose de Londres. Aquí nos encontramos con una pequeña reunión dirigida por
un picapedrero galés, fallido hombre de negocios y falsificador literario, llamado
Edward Williams, también conocido por su nombre bardo, Iolo Morganwg. De pie, en
un círculo de piedrecitas que traía en su bolsillo, y vestido con la ropa habitual de cada
día, hace un llamamiento a la paz, desenvaina y envaina una espada y pronuncia la
plegaria gorsedd:

Concedednos, oh, Dios, vuestra protección,


Y con la protección, la fuerza,

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Y con la fuerza, la comprensión,
Y con la comprensión, el saber,
Y con el saber, el conocimiento de la justicia,
Y con el conocimiento de la justicia, el amor de ello,
Y con este amor, el amor a todas las existencias,
Y con el amor a todas las existencias, el amor a Dios,
A Dios y a todas las bondades.

Esta plegaria se sigue oyendo todos los años en el Welsh National Eisteddfor. De formas
diversas, se puede oír también en ceremonias de muchos otros grupos druidas, si bien
muchos reemplazan la palabra Dios por espíritu, espíritus, dioses, diosas o dios y diosa.
La ceremonia de Iolo en la colina Primrose señaló la formación del Gorsedd de Bardos
de la isla de Gran Bretaña y las coloridas ceremonias realzan el Eisteddfod. Iolo afirma
haber encontrado los ritos y leyes de los gorsedd en antiguos manuscritos galeses y,
durante los 150 años posteriores a su muerte, mucha gente le creyó. Más tarde, un
estudioso que investigaba los documentos de Iolo encontró versiones en borrador de los
supuestos manuscritos antiguos, escritos por el propio Iolo: prácticamente la totalidad
de su amplio y complejo sistema de tradiciones bardas y druidas era resultado de su
propia invención. Actualmente, mucha gente considera a Iolo y a sus contemporáneos
unos románticos, en el mejor de los casos, y unos timadores, en el peor. Sin embargo,
cuando Iolo se dedicó a imitar poesía galesa medieval fue capaz de hacer pasar sus
propios versos por el más reconocido bardo medieval, Dafydd ap Gwilym. De hecho,
las imitaciones de Iolo se han hecho realmente más populares que los originales de
Dafydd. Verdaderamente, Iolo tenía talento, e incluso ingenio.
Cuando era niño, Iolo se inspiró en los cuentos de su madre sobre grandes días pasados,
en los que todas las nobles casas galesas tenían a su propio bardo. Más tarde, encontró
la inspiración en las visitas a los grandes círculos de piedra de Avebury y Stonehenge.
Su inspiración le llevó directamente a fundar el Welsh Gorsedd y a todo lo que hizo por
promover y preservar la lengua y la cultura galesa. También inspiró la fundación de la
Biblioteca Nacional de Gales y la Universidad de Gales.
Iolo respondía a una fascinación popular con el druidismo que había empezado en el
siglo XVII. El anticuado John Aubrey (1626-1697) fue el primero que relacionó a los
druidas con los prehistóricos círculos de piedra como Stonehenge. Le siguió un
excéntrico pastor cristiano, William Stukeley (1697-1765), que, como Aubrey antes que
él, visitó Stonehenge y Avebury. Stukeley convirtió su jardín en un bosquecillo druida,
llenó sus sermones de referencias a los druidas y se denominó a sí mismo Chyndonax of
Mount Haemus, druida. Consideraba el druidismo una religión patriarcal, llevada a Gran
Bretaña después del diluvio bíblico, y describía a los druidas como protocristianos que
practicaban lo que él denominaba la Religión Natural. Las ideas de Stukeley fueron
recogidas por un visionario poeta y artista, William Blake (1757-1827). Blake no sólo
veía a los druidas como protocristianos, sino que identificaba a figuras cristianas como
Noé y Abraham como druidas.
William Wordsworth (1770-1850) y otros poetas de la época escribieron sobre los
druidas, mientras que artistas contemporáneos, incluidos dos conocidos ingleses, Turner
y Constable, produjeron pinturas y dibujos sobre Stonehenge. A través de su obra, la
imagen del druida retorna a la establecida cultura británica.

Supervivencia del druidismo


Existieron colegios bardos en Escocia hasta el siglo XVIII. Un siglo antes también había
habido instituciones semejantes en Gales e Irlanda. Representaban el nexo directo con el

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druidismo del pasado remoto, cuando los bardos eran miembros de la clase druida entre
los pueblos tribales de Europa en los siglos anteriores a la Era Común. A los estudiantes
de estos colegios se les hacía memorizar grandes cantidades de poesía, tradiciones y
leyendas de sus antepasados, y genealogías de familias importantes, el mismo modo que
lo habían hecho sus predecesores en tiempos de Julio Cesar.
Los druidas fueron consejeros de los reyes irlandeses por lo menos hasta el siglo X,
mientras que los bardos se refieren a los druidas como activos en Gales en el siglo XII.
Este fue el periodo en que se escribían los antiguos cuentos de reyes paganos y héroes
de Gran Bretaña e Irlanda, y normalmente los autores eran monjes. En estas historias,
los druidas eran retratados como consejeros reales, profetas, magos, curanderos e
intérpretes de sueños y presagios, que tenían la habilidad de adivinar y profetizar el
futuro, provocar neblinas mágicas, preparar brebajes mágicos con milagrosos poderes
curativos, resucitar a los muertos, alterar el clima, transformarse y transformar a los
demás en pájaros o animales, y derrocar a tiranos con sus maldiciones. En conjunto, era
una generación más salvaje y mágica que los druidas evangelistas del siglo XVIII. A
finales del periodo medieval, muchas funciones druidas eran atribuidas a Merlín en los
cuentos del rey Arturo y sus caballeros. El personaje de Merlín que conocemos ahora
fue creado en el siglo XII por Geoffrey de Monmounth, que escribió en lengua galesa
leyendas acerca de dos bardos de la denominada Edad Media. El primero, Myrddin
Emrys, era descrito como un profeta mágico y consejero del rey británico del siglo V,
Ambrosio. El segundo, Myrddin Wyllt, llamado el Salvaje, era un bardo escocés del
siglo VI. Al ver cómo su señor y sus compañeros morían en una batalla, decidió
abandonar la compañía humana y vivir en el bosque de Celydon con un lobo y un cerdo.
Se ganó la fama de ser un inspirado profeta. Ambos Myrddins vivieron en la época en
que gran parte de Europa, incluyendo Gran Bretaña e Irlanda, vivía la transición del
paganismo al cristianismo, y ambos conservan muchas cualidades del druida pagano.

Druidas clásicos

Si, una vez situados en la Edad Media, volvemos a retroceder otros 500 años, llegamos
a los inicios de la Era Común, y a los primeros registros escritos de los druidas. Las
pocas descripciones que nos han llegado de druidas, proporcionadas por escritores
griegos y romanos de los últimos siglos anteriores a la Era Común y los primeros siglos
de esta era, fueron la inspiración de los anticuarios del siglo XVII, quienes, a su vez,
inspiraron el resurgimiento druida del siglo XVIII. Entre las historias más influyentes se
encuentra la historia griega de Plinio el Viejo. En un pasaje de su Historia Natural,
escrito en el siglo I EC., ofrece una vívida explicación de las creencias druidas de un
rito celebrado en el bosque:

Los druidas... no tienen nada más sagrado que el muérdago y el árbol que lo sostiene,
teniendo en cuenta que ese árbol siempre es un roble. Sin embargo, eligen bosques
compuestos por robles sólo por el bien del árbol, y nunca realizan ninguno de sus ritos
si no se encuentran ante una rama de roble... De hecho, piensan que todo lo que crece en
él ha sido enviado por el cielo y es una prueba de que el árbol fue elegido por el mismo
dios. No es fácil, sin embargo, encontrar muérdago en un roble; y, cuando se encuentra,
es cogido con una gran ceremonia religiosa adecuada, si es posible el sexto día del ciclo
de la Luna (ya que es con la Luna con la que miden los meses y los años, y también su
propia edad de treinta años). Eligen este día porque la Luna, si bien no está aún en la
mitad de su recorrido, ya tiene una influencia considerable. Denominan al muérdago
con un nombre que, en su lengua, significa el que todo lo cura. Después de hacer un

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preparado para el sacrificio, así como un banquete bajo los árboles, llevan allí dos toros
blancos, atados por los cuernos. Vestido con una túnica blanca, el sacerdote sube al
árbol y corta el muérdago con una hoz de oro, y es recibido por los demás en una capa
blanca. Entonces, los demás matan a las dos víctimas, orando porque el dios hará de esta
ofrenda algo favorable para aquellos a los que se la conceda. Ellos creen que el
muérdago, si se toma en infusión, da fecundidad a los animales estériles, y que es un
antídoto para todos los venenos.

Plinio vistió a su druida de blanco, mientras que algunos otros escritores


contemporáneos describen a druidas vestidos con túnicas bordadas en oro y a mujeres
que probablemente eran druidas vestidas con túnicas negras.
Actualmente, los druidas reconocemos ciertos aspectos de la descripción de Plinio como
relacionadas con nuestra práctica: su presentación del druidismo como un sistema de
creencias mágico; su honra al paso del tiempo y a los ciclos de la naturaleza a través de
las fases de la Luna; su implicación en las propiedades curativas de las hierbas y en los
espíritus que residen en los árboles, plantas y animales. Los druidas modernos no
sacrificamos animales, si bien algunos se preguntarán por qué es esto así si decimos
revivir una antigua tradición de la que formaba parte el sacrificio de animales. La
respuesta es que no intentamos revivir el druidismo de hace 2.000 años. Aquellos eran
tiempos más difíciles, en los que la comida escaseaba, y la muerte por hambre,
enfermedad o guerra era una amenaza constante. Hoy, la vida de la mayoría de nosotros
es muy diferente. El druidismo es una tradición viva. Y al igual que los tiempos
cambian y que la conciencia humana evoluciona, el druidismo cambia y evoluciona,
renovando su relevancia en cada nueva generación.
¿Qué más conocemos de los druidas antiguos? En el siglo I a. EC., el historiador griego
Diodorus Siculus hacia la siguiente descripción de los druidas de la época:

Entre ellos – por ejemplo, los galos, el pueblo del país que llamamos Francia- hay
compositores de versos a los que se les conoce como bardos; estos, cantando y con
instrumentos similares a una lira, alaban a unos y vituperan a otros.
Tienen filósofos y teólogos que son tratados con mucha consideración a los que llaman
druidas; tienen adivinos – vates-, también de gran renombre, que conocen el futuro o a
partir del vuelo de los pájaros y de la observación de las entrañas de los animales; y
todos están atentos a sus palabras.
... Es costumbre de los galos que nadie haga ningún sacrificio sin la presencia de un
filósofo- por ejemplo, un druida-, porque, según ellos, las ofrendas a los dioses sólo
deberían hacerse por mediación de estos hombres, que han aprendido la divina
naturaleza y, por decirlo de algún modo, están familiarizados con ella, por lo que sólo a
través de ellos debe buscarse la bendición de los dioses. Estos profetas tienen autoridad
no sólo en tiempos de paz, sino también de guerra, y los encantamientos de los bardos
tienen efectos tanto en amigos como en enemigos. A menudo, cuando los combatientes
se encuentran alineados frente a frente, las espadas están desenvainadas y las lanzas
están alzadas, aparecen esos hombres entre los ejércitos y suspenden la batalla, del
mismo modo que las bestias son encantadas a veces. Así, incluso entre los bárbaros más
salvajes, la ira cede ante la sabiduría, y Marte es avergonzado ante las Musas.

Diodorus nos presenta las tres áreas principales de la práctica druida: los bardos, los
vates y los druidas. Cada una de ellas hace referencia a diferentes áreas de ellos mismos
y ofrece diferentes maneras de ver el mundo. La senda de los bardos se centra en

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encontrar fuentes personales de inspiración y en fomentar la creatividad. La senda de los
vates se centra en la curación, la conciencia y la comprensión de procesos de cambio de
ellos mismos y del mundo. La senda de los druidas les lleva a trabajar con los procesos
de cambio para asumir un papel más activo en el continuo proceso de creación. Los
druidas modernos seguimos actuando como sacerdotes, si bien actualmente los
sacrificios que realizamos incluyen cosas como tiempo, poesía, frutos de temporada y
flores o aguamiel.
De Plinio y otros autores, hemos aprendido que los antiguos druidas realizaban ritos en
los bosques, si bien esta práctica no ha debido de ser frecuente antes de los intentos
romanos de limitar las actividades de los druidas en el siglo I a EC. En esa época, los
druidas tenían un concepto del espacio sagrado denominado nemeton, un área
específicamente destinada para usos rituales, a menudo rodeada por un terraplén o una
franja excavada en el suelo. A veces, se construían pequeños templos o santuarios en el
área sagrada. Los santuarios solían consistir en estructuras de madera, aunque algunos
eran de piedra y, en ocasiones, de hueso; algunos eran cuadrados, otros redondos.
Santuarios de este tipo fueron encontrados en pueblos encima de colinas, que era una
forma frecuente de asentamiento en Europa durante la Edad de Hierro. Muchos
nemetonae disponían de fosas rituales en las que se hacían las ofrendas. En ocasiones,
se erigían postes de madera o piedras alineadas al amanecer o al atardecer en alguna
época significativa del año.
Los druidas de la Edad de Hierro utilizaban hierbas y árboles sagrados en sus ritos, y
practicaban la adivinación a partir del comportamiento de los pájaros y del movimiento
de las estrellas. Algunos ritos incluían música y baile. Los rituales no eran la única área
en que actuaban los druidas. También eran jueces y abogados, historiadores, maestros,
doctores, cantantes y músicos. De hecho, todos los aspectos de la vida que requirieran
algún tipo de educación formal parecían ser competencia de los druidas. Estos parecían
haber asumido, entre los habitantes de la Edad de Hierro en Europa, un papel similar a
la casta de los brahmanes entre los hindúes.
El druidismo de este periodo tuvo su lado oscuro, en el que se incluyen los sacrificios
animales y, probablemente, también humanos. Fue una época en la que la gente entre la
que vivían los druidas vivía y trabajaba como cazadores de cabezas, y conservaba la
cabeza de sus enemigos como trofeos, utilizándolas a veces para decorar los santuarios.
Parece que estamos muy lejos, de hecho, de la imagen romántica del siglo XVIII del
sabio vestido de blanco. Y, sin embargo, no estamos tan lejos si tenemos en cuenta que
varios escritores clásicos se refieren a los druidas como filósofos naturales, astrónomos,
oradores, sabios jueces, inspirados profetas y habilidosos diplomáticos. Y si bien los
druidas de esa época trabajaban muy cerca de la muerte, sabemos que creían
fervientemente en la vida después de la muerte, y que esta creencia era tan intensa que
celebraban la muerte como una liberación o un renacimiento. También creían en la
trasmigración del alma, creencia que aún mantenemos algunos druidas de hoy.

Orígenes

Los orígenes del druidismo se pierden en la prehistoria.


Los registros más antiguos sitúan a los druidas entre los pueblos tribales de Europa
identificados por los historiadores modernos como celtas posteriores a un grupo tribal,
los keltoi.
La lengua y la cultura que llamamos celta se desarrolló en Europa central a principios
del primer milenio anterior a la Era Común, si bien Julio Cesar nos cuenta que los galos
de la época creían que el druidismo se había originado en Gran Bretaña. Es apropiado

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creer que se desarrolló durante miles de años, y que sus orígenes van más allá de la
aparición de la cultura denominada celta.
A partir de los registros arqueológicos queda clara que muchas prácticas rituales de los
celtas de la Edad de Hierro eran frecuentes mil años antes entre los constructores, en la
Edad de Bronce, de los grandes círculos de piedras de Gran Bretaña e Irlanda, y mil
años antes, incluso, entre los pueblos del Neolítico que construían megalíticas tumbas-
santuario como la de New Grange, en Irlanda. Delimitar un espacio sagrado con una
franja o terraplén, hacer ofrendas rituales en fosas o astas y erigir postes de madera y
piedras alineadas al amanecer o al atardecer en determinadas épocas del año son
prácticas comunes desde el año 3500 a. EC hasta el 400 EC.
Estas son, por tanto, las líneas generales de la historia druida, desde la edad del
microchip hasta la edad de los instrumentos de piedra. ¿Ha sentido usted la presencia de
su arquetipo de druida en algún punto del viaje? ¿Con qué fase de la historia se ha
sentido más conectado? ¿Qué le dice sobre quién es usted y cuáles son sus expectativas
y deseos?
Así, después de haber hecho nuestro viaje hacia el pasado, regresamos conscientemente
al presente, conscientes de quiénes somos y de lo que nos rodea. Una vez aquí y ahora,
agradecemos a nuestros antepasados de sangre y de espíritu todo lo que hemos
aprendido, y la rica herencia de tradición y aprendizaje que hemos obtenido de ellos.
¡Ave, oh, antepasados! ¡Os saludamos!

………………………………………………………………………………….

Una aclaración más antes de seguir: los celtas en realidad son un conjunto enorme de
tribus que se asentaron en gran parte de Europa. Hay reminiscencias Keltoi en lugares
como Bélgica, Francia, España, Italia, Irlanda, Gales, Escocia e Inglaterra. Con la
reconstrucción del druidismo surgió la pregunta si debía hacerse una diferenciación
entre las distintas cosmologías que eran oriundas de estos países. Ahora se habla de
“panteones” o “tradiciones”, las cuales poseen ligeras diferencias entre sí. No todos los
druidas se sienten inclinados por seguir un panteón en particular, y hasta hay quienes se
atreven a reconciliar las diferencias teóricas.
Las ramas de las cuales conozco la existencia son la tradición bretona, británica,
manesa, irlandesa, galesa, escocesa, gala, gallega, teutona y cristiana. Algunas son más
conocidas que otras, o contienen más divergencias o elementos nuevos del druidismo,
pero es bueno incursionar un poco en cada una, pues cada división tiene una riqueza
maravillosa. Os recuerdo que esta es sólo una pequeña introducción al druidismo, por lo
que será labor vuestro buscar un poco más de información de cada rama.
La tradición bretona viene de lo que actualmente es Francia. Bretaña es una península al
noroeste de este país, el cual fue parte de lo que una vez se llamó Armórica y que tuvo
durante muchos años ocupación celta. Por eso hay una gran cantidad de gorsedds
druidas en Francia, o webs en francés. Prefieren utilizar el bretón, el dialecto celta de la
región.
La británica proviene de lo que ahora es conocido como Gran Bretaña -la palabra
Britania no es usada en el castellano-, la isla en la cual coexisten Inglaterra, Gales,
Cornualles y Escocia. Específicamente, se basa en la vida del pueblo celta britón que
luego fueron desplazados por pictos, anglos y sajones. La lengua característica de esta
tradición es la cúmbrica o cámbrica.
En la Isla de Man, se habla el manés o manx, y es un pequeño archipiélago que se
encuentra entre Gran Bretaña e Irlanda. Su Dios patrono es Manannan, quien se dice
que eleva una niebla en sus costas para hacerla desaparecer cuando se haya en peligro, y

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la cual posee una colina que posee cierta magia, conocida porque desde allí "se ven los
tres reinos, el del Mar, el del Cielo y el de la Tierra".
De Eire -lo que ahora conocemos como Irlanda- es de dónde proviene la mayor cantidad
de información sobre el druidismo. Quizás porque fue uno de los pocos lugares que no
fue conquistado por los romanos, y donde el cristianismo se extendió tiempo después
que el resto de las naciones, mucho pudo rescatarse de su herencia céltica. Los Tuatha
de Dannan son los Dioses de Irlanda. El irlandés también es conocido como gaélico
moderno.
Lo que hoy se conoce como Gales, era conocida por los nativos como Cymru, y de aquí
son oriundos, junto con Britania, la leyenda del Rey Arturo, de Merlín y de los Dioses
como Cerridwen y Cernunnos. Este pequeño país se encuentra en el margen oeste de
Gran Bretaña, y el idioma céltico de allí es el galés.
La tradición escocesa también se hace presente, otro país de Gran Bretaña. Las gaitas y
su música celta en general son conocidas a nivel mundial. Algunos druidas utilizan el
gaélico escocés y otros el lalllans, una lengua que pertenece a otra familia lingüística (es
germánica). Dentro de su territorio, también se encuentran infinidad de islas, entre ellas,
las conocidas Orcadas o las Hébridas.
La rama gala incluye a casi todos los asentamientos celtas del continente. Los romanos
denominaban Galia a "Francia, Bélgica, el oeste de Suiza y las zonas de Holanda y
Alemania al oeste del Rhin, y una franja aún poco determinada de este último país, a la
orilla derecha del río". La dividieron en La Galia Cisalpina y la Transalpina, y esta
última en Galia Bélgica, Galia Comata, Galia Aquitana, y Galia Leguria. De esta zona
nos llega la famosa historia de Ásterix y su druida Panorámix. El idioma hablado es el
Galo y sus variantes.
Los gallegos también tienen su tradición, su celtismo, su variante del druidismo.
Actualmente es una nación autónoma de España, al noroeste. El gallego no es un idioma
celta, aunque es el lenguaje oficial de Galicia.
El druidismo teutónico es otra variante que suele utilizar los Dioses nórdicos en vez de
los célticos. Su emplazamiento sería principalmente de parte de Alemania,
Escandinavia, Dinamarca, la parte norte de Italia y Europa del Norte en general.
Por último, sobre todo en la zona de Irlanda, la tradición autóctona se fue mezclando
con el cristianismo, creando una cultura nueva, que posee cualidades de ambas
corrientes. Por mucho tiempo, la Iglesia cristiana no aceptó la variante irlandesa –
conocido como cristianismo celta-, y algo similar ocurre entre muchos eruditos del
neodruidismo. Lo cierto es que no es de las variantes más ortodoxas, pero sí posee más
fuentes que las demás, pues se nutre de manuscritos de los monjes de la Edad Media, sin
filtros o reinterpretaciones. Es un camino principalmente monoteísta, y la figura de
muchos santos se confunden con la de los dioses paganos.
Los nombres de los Dioses varían ligeramente de tradición en tradición, e incluso habrá
divinidades propias de cada panteón. Algunas diferencias se ven en el árbol sagrado, en
la forma en que ven al Otro Mundo o en las herramientas usadas. Elegir una rama o
trabajar con todas es una decisión que se toma con el tiempo, y que no es necesaria. Lo
cierto es que, por respeto, deberíamos evitar convocar a los Dioses con nombres de los
distintos países (esto es, si llamamos a Lugh por su nombre irlandés, deberíamos
invocar a Nuada y no a Nodens)

La visión de lo divino
Como tradición, como religión, o como camino mágico, el druidismo posee en su
cosmogonía –es decir, en su forma de ver el mundo- la dimensión de lo sagrado. Percibe

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el mundo desde un lugar, determinado por el papel que da al hombre en el mundo, y
bajo qué condiciones juega.
La teoría más difundida con respecto a los druidas antiguos es que eran politeístas. Y
bien politeístas, con un arsenal de más de 300 dioses, la cual la mayoría eran locales.
Esto quiere decir, que muchas de las deidades de un pueblo eran el espíritu del bosque
cercano, o el guardián del pozo de agua, siendo muchos menos –aunque numerosos
igual- las entidades compartidas por más de un pueblo.
Si bien muchos tienen descripciones físicas, sus Dioses no son materiales, no poseen
cuerpo, sino que son entidades, son formas arquetípicas de la energía. Los celtas veían a
sus Dioses en la Naturaleza, en cada suceso de sus vidas, no en un tótem o un templo en
particular. Muchos de sus nombres resultan conocidos: Cerridwen, Cernunnos, Dana,
Dagda, Sulis, Lugh, Arianrhod, Rosmerta, Druantia… Sobre algunos quedan fuentes
históricas, mezcladas con cristianismo y Roma, otros han sido adoptados por la Wicca y
otras tradiciones paganas, deformando a veces su significado original y adaptándolo a
sus creencias, y otros han sobrevivido en los mitos populares.
Algunos historiadores plantean una visión diferente con respecto al culto céltico:
describen que en realidad eran monoteístas, creían en una energía universal,
incognoscible para el ser humano, la cual no podía englobarse en nombre alguno. Esa
“energía” era parte de todo, y había que buscarla en la Naturaleza. Es una teoría que da
a los druidas un perfil más racionalista, más filosófico…
En fin, con este pueblo misterioso siempre encontraremos más de una versión de los
hechos. Lo cierto es que, con su reconstrucción, las visiones sobre la/s Divinida/es ha
tomado nuevas formas, e incluso individualizándose. Es posible que dos practicantes se
junten y que trabajen en conjunto, a pesar de tener opiniones diferentes. Todas las
interpretaciones se cruzan en puntos comunes y esos son los que se utilizan. Este
aparente caos da mayor libertad y capacidad de supervivencia al druidismo: permite que
las personas evolucionen en su forma de pensar y pensarse y que adapten sus creencias
en el proceso.
A continuación una breve descripción de cada una de estas posibles variantes, no son
todas, aclaro:
Monoteísmo
La creencia en un solo Dios o Diosa. Puede ser esa unificación que ocurrió en el
druidismo "tardío" con el cristianismo, o puede ser la veneración de la Madre Tierra.
Puede pensarse que el Diosa/a está en todas partes, o en el cielo, o incluso dentro de
nosotros mismos, y que somos un Dios en potencia. A la Diosa Madre, se la llama Dana,
Danu o Donn, dependiendo del país.

Pseudo ateísmo
No sé si llamarlo así, pero no se me ocurre otro nombre ^^. Es la creencia de que no
existe ningún Dios, sino una energía primordial, un vacío que no posee conciencia, sino
que funciona por la ley de causa-efecto o por las leyes de la naturaleza. Es parecido a la
creencia en el chi o ki, o el océano de luz. Todos estamos conectados, porque todos
fuimos formados de la misma energía.
No se le rinde culto nadie, salvo a nosotros mismos, y nuestra meta es evolucionar
energéticamente hasta unificarnos con la energía pura.
Si bien la mayoría no le da un nombre específico a esta energía, otros le llaman Dana o
Awen, si bien esta ultima denominación parece hacer referencia sólo a la energía de los
estados de conciencia alterada.

Politeísmo monoteísta

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Existen muchos Dioses y muchas Diosas. Pero todas son caras de la Deidad Superior,
que puede tener un nombre o simplemente ser la energía universal de la que hablé en el
pseudo ateísmo. En este sentido, el druida cree que existe una energía que lo une todo, y
que a veces puede crear una especie de conciencia propia, como en el caso de grandes
reservorios energéticos, como los Dioses. O que mediante un nombre, puede “activarse”
y manipularse cierta fracción de esa energía, vinculada analógicamente con esa Deidad
y con los resultados que se esperan.
Y en este sentido, también entiende que el ser humano necesita de alguna manera bajar
a esa energía universal que es incognoscible y omnipotente y darle un carácter con el
cual poder trabajar. Así, en sus rituales no llama a la energía primordial en sí, sino que
convoca a la facción, la faceta de esta energía que esté más asociada con su propósito, o
sea un determinado Dios.
Hay muchísimos Dioses, y depende su cantidad y nombres de acuerdo a la región que
fue habitada por los celtas.

Politeísmo
Existen muchos Dioses, y muchas Diosas, y juntos gobiernan el universo. A veces
existen lazos de parentesco entre ellos, a veces no. Ningún Dios es más importante que
otro a nuestro mirar, aunque ellos sí tengan jerarquía.
Cada uno representa una porción de la vida, y una manera de encararla. Algunos creen
que los grandes héroes o los Iluminados se transforman en Dioses, y así crecen los
panteones. Incluso algunos adoran, junto a Lugh ya Epona, a Buda o Cristo. Todo es
cuestión de elección.
Hay muchísimos Dioses, y depende su cantidad y nombres de acuerdo a la región que
fue habitada por los celtas.

Politeísmo con patrono


Hay personas que desean trabajar con politeísmo, pero se sienten atraídos especialmente
por alguna deidad en especial, y a esa le dan un trato preferencial. Puede ser cualquiera,
incluso una deidad menor o un héroe, lo importante es que esta deidad marca de alguna
manera nuestro camino y se transforma en el ideal a seguir.
Algunos a veces sienten que esa deidad ya ha cumplido su cometido, y cuando ocurre
una nueva iniciación en su vida, cambia de patrono.

Dualidad
Algunos creen que simplemente existen dos Dioses: uno masculino, y uno femenino.
Puede que crean que todos los Dioses son en realidad un Dios y que todas las Diosas
son en realidad una Diosa, o que simplemente elijan a los "cabecillas del panteón" y
trabajen enfocados en ellos.
Como siempre, los nombres varían, pero la pareja podría ser Dana y El Dagda, Danu y
Beli, Donn y el Dis Pater, etc.

Tríada o quinteto
Sobre todo en Gales se cree que existe una sola Diosa, la Madre Tierra, y que con el
suceder de las estaciones debe decidir entre dos pretendientes. El Dios de la luz y el
Dios de la Oscuridad. Pasa seis meses con cada uno, y ante esta tríada algunos druidas
responden.
Algunos sostienen que, salvo durante los solsticios, los dos dioses nunca están juntos,
por lo que en realidad, sería un sistema dualista.

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Pero incluso otros dicen que en realidad, es un sistema quintetista (si existe esa palabra),
ya que ellos creen que la Diosa Madre tiene tres manifestaciones, algo equiparable a la
wiccana de doncella, madre y anciana. Quedaría formado lo divino por tres diosas y dos
dioses

Animismo
Animismo viene de la palabra ánima, término femenino de alma, ambos conceptos
creados por un filósofo griego. Podría resumirse que una persona animista cree que todo
posee ánima, o alma. Cree que las plantas los animales, las rocas, el bosque, un lago
tienen un ser, el cual puede ser contactado. Éste es el caso del druida que conversa con
los árboles, y llama al espíritu guardián de cada lugar...
Es un poco difícil imaginar un ánima en una computadora, o un rascacielos... Algunas
personas entonces corrigen y dicen que animismo es creer que todo lo NATURAL tiene
un alma, y no así las creaciones del hombre. En lo personal, trato de entender que
también son sagradas a su manera, y que si bien uno no puede entablar una
conversación con un peine, si llegara a ser necesario uno puede reconstruir hechos o
verdades a través de la energía que contiene el peine (algo así como esos detectives
psíquicos que con una foto y un objeto personal explican como fue el asesinato).
Algunas personas diferencian y dicen que alma sólo tenemos nosotros los humanos, y
que el resto de las cosas tienen ánima, un alma menor, sin razonamiento ni conciencia.

Panteísmo
Es la creencia de que la/s Deidad/es están en todas partes. Sentimos que están en el
viento, en la lluvia, en el amanecer, en la guerra y dentro de nosotros mismos. Y un
detalle que deriva de aquí: al ver la energía divina en todo, todo se transforma en
sagrado. Para el panteísta no existe lo mundano, lo profano: cada acto de su vida está
consagrado, a sí mismo, a su familia, al bienestar, o sea a los Dioses.
Otra vez, aquí hay muchos que se reniegan a ver lo sagrado en un enorme bosque talado
y que ahora se ha convertido en una cadena de supermercados... Es realmente difícil ser
panteísta ante cosas como el dinero, las armas, o los postes de luz, pero creo
personalmente que no es imposible. Todo lo que creamos refleja nuestra evolución y nos
recuerda nuestro camino, más bien que mal, o más mal que bien, pero ahí está. Con un
poco de imaginación, uno realmente ve a los Dioses en todas partes. Y así se mantiene
un respeto constante por todo, que es una de las características que más se nombra: el
respeto y devoción a la Naturaleza....
Estas son todas las concepciones celtas de la divinidad que conozco. Y por supuesto que
cada una tiene sus variantes, pueden mezclarse e incluso, son todas en realidad la
misma, por eso todas son efectivas. Sólo se trata de elegir cuál va mejor con nosotros.
Definir cómo vemos el mundo no es algo que pueda hacerse de la noche a la mañana.
Como con todo, ¡prueba! Si alguna vez estuviste ligado a una religión monoteísta, quizá
te sientas inclinado a mantener esta postura al comienzo, o si estás en el camino budista,
quizá te atraiga más creer sólo en la energía… Siéntete libre y permítete experimentar…
Una noción muy importante en el druidismo –por lo menos desde mi punto de vista- es
la de catma. El catma es una creencia que un individuo decide adoptar, como si
realmente creyera cien por ciento en ella. Esa teoría sobre el mundo lo acompaña hasta
que el druida decide que no resulta una explicación lo suficientemente profunda y la
descarta por otra que ahora le parece mejor. Esto le permite ir fluctuando su manera de
ver el universo a medida que crece e indaga. Le permite honrar a lo más importante de
este mundo: su propia naturaleza y su aprendizaje, sin tener el remordimiento de estar
yendo en contra de sus creencias.

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Si te parece interesante el catma, úsalo. Cree en lo Divino como lo sientas ahora; si con
el tiempo, te replanteas las cosas, deja ir esa creencia antigua y atente a la nueva, con el
mismo fervor y la misma alegría.

Energía

En muchos sistemas mágicos, religiones, tradiciones paganas y senderos chamánicos se


habla de la energía como un factor más dentro de una cosmología. Por ejemplo, en
Oriente recibe el nombre de Chi o Ki.
Se cree que el universo, el mundo, no es sólo lo que es percibible a primera vista; no
existe sólo lo material, lo tangible. Detrás de ello hay “algo”, un fluir que nos une y
vincula a la tierra y al cielo, a las plantas, a los animales, a los demás seres humanos, a
la divinidad.
Intentar definirla con la mente es casi tan difícil como dar una definición completa y
objetiva de amor. Es algo que se experimenta -¡sí, vienen más prácticas!- con los cinco
sentidos y con “el sentido interno”. Es esa sensación de paz profunda y al mismo tiempo
de tremenda vitalidad; es ese cosquilleo que nos atraviesa y nos imbuye de fuerza y
confianza. Es lo que nos hace corpóreos, y al mismo tiempo lo que nos permite
transformarnos en otra cosa, manipular la Realidad mediante la magia.
En el druidismo hay distintas perspectivas con respecto a este punto. Algunos plantean
que esta corriente es en sí la divinidad, otros plantean que es un elemento más de la
creación. Otros plantean distintas clases de energía, y éstas se entremezclan en las
distintas tradiciones druídicas. Lo cierto es que son herramientas mentales para ayudar a
su comprensión, pero en la práctica se ve difícil establecer diferencias…
Básicamente, tenemos tres versiones: la primera habla de Dana. Ése es el nombre de la
energía que se manifiesta en todas partes. Es aquella sensación que nos embarga cuando
estamos conectados con la Naturaleza. Es el calor o el cosquilleo que sentimos a veces
en nuestras manos. Es esa sensación de vacío o de sobreexcitación que nos asaltan en
ocasiones en que nos sentimos deprimidos o extremadamente tristes.
La otra nos plantea una división en tres tipos de manifestaciones energéticas:
La primera es aquello que hace que algo sea, lo que lo hace corpóreo. Es simplemente la
necesaria para que exista ese objeto. Es decir, todo lo que existe posee esta energía, si
no, no existiría, ni siquiera en forma de energía, de pensamiento o demás. No existe
nada que conozcamos que no posea este primer poder, porque justamente, éste hace que
podamos aprehenderlo. En el artículo que leí no mencionaba el nombre, pero creo que
es muy similar al concepto que tienen los druidas irlandeses de Dana, la energía que es
parte de todo en el mundo. Sin embargo, eso sería mezclar clasificaciones. También
podríamos relacionarla con la creencia de que todo el universo, a un nivel de conciencia
superior, es un mar de luz conectado.
La segunda fuerza de la segunda teoría se llama Brí. Esta energía se crea de acuerdo a
las cualidades del lugar, persona u objeto. Por ejemplo, un gran bosque de robles posee
un brí determinado, denso y protector. Lugares naturales tendrán un brí muy distinto a
lugares más urbanizados. Distinto, ni mejor ni peor. Lugares erosionados hace miles de
años por el viento tendrán un brí muy distinto a una isla volcánica recién construida. En
teoría, especies o lugares iguales tendrían un brí casi idéntico.
¿Cómo se forma el brí? Yo diría que el brí se constituye como tal en parte, por esa
energía primera que se mezcla en el objeto o lugar (es decir, imaginemos como los
elementos de la tabla periódica: determinadas combinaciones producen determinados
efectos), y quizá también por el recuerdo en el inconsciente colectivo que hay sobre él.

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A esta altura de la historia de la humanidad es difícil imaginar un pantano como un
lugar agradable, o un conejo como un animal peligroso, por más de que no sepamos
nada sobre ellos. Digamos que el brí podría ser comparado con una carga genético-
histórica de ese objeto o lugar, y justamente por eso, casi nunca puede ser modificado.
La tercera fuerza es el Bua, la energía que se acumula por los sucesos que suceden o le
suceden al objeto, lugar o persona. Con el tiempo, si el hecho no fue muy importante,
simplemente se disuelve y vuelve a ser energía primera.
Todo en un principio fue esa energía primera, y luego parte de ella se transformó en bua,
y luego éste en brí. De ahí, el camino podría hacer que esa energía volviera a
conformarse en primigenia o volviera a ser bua.
Por ejemplo, un bello bosque tendría un brí encantador y armonioso. Supongamos que
allí ocurre una sangrienta pelea que deja miles de muertos. Allí hay un bua importante
que toma el lugar. Pasa el tiempo, quizá los cadáveres continúan aún ahí, supongamos
también que algunos soldados muertos quedan vagando como espíritus, y los aldeanos
comienzan a temerle a ese bosque. Con el paso del tiempo, ese bua se convierte en brí
de ese bosque, cosa que no podría cambiar, por ejemplo, una meditación que vaya a
hacer un hombre por allí.
Existen distintos tipos de brí, bua y dana, y los mismos pueden compatibilizar o no. En
este sentido, hay personas que aman estar en el mar, en contacto con la brisa marina y
las olas, y otras personas que les deprime ese paisaje y prefieren las montañas con su
estepa y tranquilidad. Así uno puede comprender también porqué ante determinados
lugares se siente una atracción o una repulsión, una sensación de bienvenida o de odio y
rencor. A veces necesitamos tomar energía de la naturaleza, y lo mejor sería arribar al
lugar donde esté el tipo de energía más afín con nosotros. Eso se aprende con la
práctica, y con la exploración de los alrededores.
Por último, existe una última teoría de la energía, a la que se le da el nombre de Awen.
Su nombre se traduce como “espíritu fluido”, y se diferencia de Dana por el carácter que
se le da a esta energía. Ambas clasificaciones aluden a una energía primordial que da
vida y une a todo lo existente. La diferencia es que el Awen posee una carga “creativa”.
Digamos, el Awen es el espíritu de la inspiración, es esa sensación de que la mano
escribe sola. Es esa idea genial que nos asalta y cambia nuestra forma de ver las cosas.
Es la precisión y la efectividad. Es el soplo divino, que nos permite superarnos. Ver esta
energía en todo, es ver la mano invisible de los Dioses.
Esta última teoría es interesante porque además plantea métodos para acercarse a esa
energía. Una de las herramientas que posee el druida para crecer y modificar su realidad
es a través de la búsqueda y utilización del Awen. Esto se hace mediante trances
chamánicos, la danza, el canto, la meditación, o los métodos irlandeses conocidos como
Imbas.

El Mundo

A la hora de observar la cosmología de cómo es el mundo, surgen nuevas diferencias,


interpretaciones e hipótesis. Como siempre, eres libre de adaptar y adoptar la que creas
mejor para ti en este momento. Sin embargo, existe una creencia compartida por la
mayoría: hay un Otro Mundo, una realidad no tangible.
El Otro Mundo aparece como el lugar de los sueños, de los seres mágicos, de los
fantasmas y aparecidos. Es el lugar del cual provienen para muchos las cosas “raras”
que aparecen en este mundo, y al cual iremos cuando llegue nuestra muerte. Se conoce

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como la Tierra de la Juventud, del Verano o la Isla de los Manzanos. Los druidas que
creen en la reencarnación plantean que aquí es el lugar de descanso del alma hasta una
nueva vida. Los que no, señalan que éste es el lugar del descanso eterno, el cielo para
los practicantes más inclinados al cristianismo celta.
No para todos es un lugar maravilloso: si bien no había algo equiparable al infierno en
la perspectiva celta, el Otro Mundo tenía lugares que podían ser peligrosos para la
mayoría de la gente, como el lugar en donde habitan los Fomorian, o espíritus del caos.
También existen numerosas leyendas en donde las personas permanecen en el mundo
feérico por una semana y al volver han pasado cien años. O que se han perdido entre las
travesuras de duendes y hadas.
Para muchos druidas, de este Otro Mundo proceden los mensajes del Destino, allí
permanecen los Dioses, los ancestros y las criaturas mágicas (que muchos creen en su
existencia, por lo menos, arquetípica). Algunos lo sitúan arriba o debajo de este mundo;
yo prefiero compararlo con la noción de Plano Astral ocultista, y pensar que es otro
plano de la Realidad, que está superpuesto a éste. Al alcance, pero al mismo tiempo,
lejos.
Algunos dividen al Otro Mundo en dos, un reino superior y otro inferior. Los Reinos del
Mar, la Tierra y el Cielo corresponden con este esquema.
Para el Druidismo Irlandés, existen tres mundos o tres realidades, que se mezclan y
conjugan para lograr el mundo como lo vemos hoy. Es difícil separar un plano de otro,
pues se hayan demasiado cerca.
Técnicamente, los tres reinos están en el mismo lugar al mismo tiempo, y
entremezclados. Sin embargo, se utiliza la imagen del Bilios, Bile o Axis Mundi, un
árbol en el cual existen las tres esferas, una en las raíces, otra en el tronco y otra en la
copa, para explicarlo.
El reino de más abajo, es conocido como el Reino del mar, Inframundo o en irlandés Tir
Andomain. Está formado por regiones, la región de la Vida Eterna (Tir na mBeo), la
región de las Mujeres (Tir na mBan), la región bajo las olas (Tir fo Thuinn) y la región
de la Juventud (Tir na n´Og).
El reino del tronco es conocido como el Reino de la Tierra, mediomundo, Mide. Es el
mundo en el cual vivimos normalmente. Se divide en Airdes (direcciones). Los celtas
tenían 12, pero nosotros sólo conocemos cinco: Norte, Sur, Este, Oeste y el Centro.
Por último está el reino de la copa del árbol, el reino del Cielo, Supramundo o Magh
Mor, que significa gran llanura. Está dividido en llanuras: la llanura de Plata (Magh
Findargat), la llanura de Amabilidad (Magh lmchiunn), la llanura de Nubes (Magh
Argetnel), la llanura del Triunfo (Magh Mel), la llanura de muchos colores (Magh
Ildathach), la llanura de la Recompensa (Magh Airthech), la llanura de los Milagros
(Magh Ionganaidh) y la llanura de las Edades (Magh Sen).
A veces el Otro Mundo es sinónimo del inframundo, a veces del reino del cielo, por lo
que su definición se me hace muy similar a la del Plano Astral. Según la magia
ritualística, éste puede dividirse según las vibraciones: las zonas que tienen una
vibración más elevada son cercanas a la divinidad (alto astral, cielo), y las más densas
son más caóticas y peligrosas (bajo astral, reino del mar, infierno, etc.). En este sentido,
el Otro Mundo englobaría ambos reinos.

Reino del Mar


Agua, su cuerpo celestial es la luna. Es el bajo astral, también conocido como An Saol
Eile. Caos, lugar de los instintos y emociones. Lugar donde habitan los sidhes, los
elementales y las hadas. La magia. Es el lugar de los espíritus del Caos. La puerta al
subconsciente. Representa la unidad primigenia, la ausencia de dualidad.

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Reino de la Tierra
Tierra, cuerpo celestial: la Tierra. Mundo Visible. Mediante entrenamiento chamánico,
puede viajarse al pasado, al futuro, o a otros presentes. Representa la dualidad, la
decisión, el libre albedrío. Lugar de las percepciones y el cuerpo físico. Entropía. Lugar
de los hombres y demás criaturas, puente entre los otros mundos. También es conocido
por lo efímero de las cosas, el karma, la cualidad de morir y renacer. La conciencia
normal.

Reino del Cielo


Aire, su cuerpo celestial es el sol. Alto astral, lugar del orden, lo "divino", los
pensamientos y afirmaciones abstractas. Habitan los dioses y los antepasados; aquí se
delimitan los patrones de comportamiento del mundo. La religión. Representa lo eterno,
la dualidad superada. Es la energía más evolucionada, maestros espirituales y Dioses.
Representa la conciencia universal, la supraconciencia, el estado místico.

Una pequeña aclaración de lo subrayado. Estas descripciones están hechas en base a mis
creencias y experiencias. De hecho dudé si darte tanta información, o dejarte que
investigues más tú mismo. Lo cierto es que lo dejé intacto y por eso valga esta nota:
Cuando armé este texto, pensaba en las herramientas que utilizamos esotéricamente para
"manipular" o "contactar" con la energía madre, con el chi, Dana, etc. Y me di cuenta
que utilizamos principalmente tres métodos que pueden ser comparados con los tres
reinos. Primero utilizamos complejos pasos y trabajamos con arquetipos inconscientes
(magia), apelamos a que, mediante un cambio de conciencia o mediante una actitud
simbólica, nuestro inconsciente contacte con la energía y logremos lo que deseamos.
También podemos simplemente pensar y trabajar en un plano un tanto abstracto
(entropía). La entropía en este sentido es similar a la PNL, programación
neurolingüística. Se trata de pensar algo y pensar positivamente en ello,
concentrándonos en que ya lo tenemos, que es posible, y efectivamente sucede. No
utilizamos arquetipos ni ayuda divina. Manejamos la energía desde nuestras mentes.
Y por último, a veces no contactamos con esta energía, sino que pedimos que otro lo
haga y que, si lo merecemos, nos cumpla este deseo (religión). Si bien trabajamos con
procesos o arquetipos como en la magia, es diferente porque aquí no tomamos las
riendas y conducimos la energía, sino que pedimos que por una voluntad superior ésta
nos dé lo que necesitamos.
Una última aclaración: no todos los druidas creen en la existencia física del Otro
Mundo. Para ellos, esta realidad no tangible es el inconsciente, lo inmanifiesto para
nuestra capacidad de razonar, para nuestra conciencia. El proceso de crecimiento y de
relación con la Tierra de los Manzanos resulta la asimilación y comprensión del
inconsciente, y sus figuras se transforman en arquetipos que simbolizan aspectos de
nuestra psique.
Otra tradición, la galesa, habla de cuatro ciudades místicas, las cuales para algunos
practicantes se hayan en este Otro Mundo y para otros pertenecen a este mundo.
Brevemente, éstas son sus principales características:

Murias
La ciudad sumergida, ciudad de campanas
anegada ciudad que yace en el bendito mar donde,

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en brillantes torres de marfileña espuma,
se escucha música de Arpa tocada a orillas del mar,
la canción que alisa las olas, desde donde nos trajeron "Undry",
el caldero de an Draoí (el druida) Senias, el caldero de la poesía.

Falias
La ciudad creada por el hielo,
iluminada por estrellas fugaces
donde cuervos blancos como la nieve
vuelan sobre capiteles de verde hielo
Nos trajeron la Lia Fáil, piedra de an Draoí (el druida) Morias (o Morfesas)
Piedra de Virtud y Destino.

Findias
La ciudad iluminada por las antorchas
ciudad de liz, donde las ardientes antorchas
prenden un verano perpetuo
Nos trajeron Fragarach, la espada de an Draoí (el druida) Arias
La espada de la Verdad, obsequio del cielo.

Gorias
La ciudad de las brillantes gemas,
el pálido oro místico, ciudad antigua,
donde el amanecer de brillantes diademas
levanta una nube de rielantes alas
Nos trajeron Gae Assail, la lanza de an Draoí (el druida) Urias
la lanza de la victoria, la lanza del Sendero.

Naturaleza: Flora y fauna


Parece ser que el contacto con la naturaleza es fundamental para el druidismo. No existe
documento, mito, poema o libro que hable sobre el druida e inmediatamente no
mencione a los bosques, el lago, los animales. Este mismo curso ha venido hablando de
lo importante que es el vínculo, el volver a las raíces naturales, pero hasta ahora
veníamos hablando general, describíamos más paisajes que individuos.
¿Cómo puede relacionarse el druida con sus hermanos animales y plantas, sus hermanos
de hoja y flor, de pluma, escamas y pelos? Para empezar, muchos tienden a ver la
energía divina en ellos, y los consideran tan sagrados como el universo entero. Los
respetan y aman.
Algunos sostienen que es posible extraer mensajes de la forma en que se comportan.
¿Quién no ha escuchado que los druidas interpretaban el volar de las aves, y los
encuentros fortuitos con animales? Ya sea porque todo lo que está fuera nuestro es una
manifestación de nuestra conciencia; ya sea porque ellos pueden percibir nuestras dudas
y temores y pueden darnos grandes lecciones; ya sea porque los Dioses mandan la
respuesta correcta mediante sus servidores; o ya sea porque la observación desata un
proceso creativo que nos hace encontrar una respuesta, lo cierto es que la naturaleza
responde, muchas veces, a lo que estamos preocupados en resolver.
Los animales pueden ser figuras arquetípicas muy complejas, al igual que los árboles.
Cada cultura ha definido animales sagrados, ha creado mitología en torno a él, y

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también animales nefastos, que era mejor evitar. Para los celtas, el jabalí era un animal
sumamente importante. Representaba la fuerza, la valentía, y al mismo tiempo, la
iniciación a los misterios ocultos.
Mediante la cacería del Jabalí Cósmico este pueblo explicaba el correr de las estaciones.
Este ritual ocurre en dos oportunidades: en Beltaine y en Samhain, ambas festividades
celtas que dividen al año en una mitad oscura y una mitad luminosa.
Entablar diálogo con ellos suele traer grandes enseñanzas. Y sí, hablo de hablar
literalmente, aunque no con lenguaje humano, claro está. Se trata de una conversación
más abstracta y más sentimental. Más abajo tendrás una práctica al respecto. Los
druidas hablan con las nubes, con las flores, con los árboles, con los animales, pero
también con lagos, bosques, montañas, vientos, rocas y paisajes. Puedes hablar al
individuo o a la comunidad de árboles entera. Todos poseen enseñanzas para ti.
Algunos sostienen que realmente son almas que pueden recordar vidas pasadas, o que
con la experiencia vivida como observador, pueden opinar y aconsejarte. Otros
sostienen que en realidad tienen ciertas respuestas de acuerdo a su arquetipo. Me
explico: si estamos hablando con una roca, lo más probable es que nos hable de ser
firmes y pacientes. El viento nos instará a desapegarnos del pasado y lanzarnos al vacío.
Lo cierto es que cada cual elige como crear el vínculo con Natura y sus hijos. Si
inconscientemente decides pedirle consejo al viento, quizá sea porque estás esperando
una respuesta de ese tipo. Y en mi humilde experiencia, mis hermanos me han dado
respuestas “predecibles” pero que yo necesitaba en ese momento, y contestaciones
terriblemente creativas e inesperadas. Todo es cuestión de dejarse llevar por las
enseñanzas de la Madre.
Otra manera de relacionarse es el animal o árbol totémico. Todos los seres humanos
tenemos algo que nos protege y aconseja, una fuerza espiritual preparada para
acompañarnos en nuestro sendero. Mientras que en el cristianismo es el Ángel
Guardián, en el druidismo y muchas corrientes chamánicas es el tótem. Este es un
animal o vegetal -para algunos poseemos ambas cosas- que dice mucho de nuestra
personalidad. Es una figura arquetípica, no tiene alma en realidad, más bien es una
porción de tu propia energía, más elevada y más sabia. Muchos practicantes lo
convocan a modo de protección y consejo en sus rituales o en sus viajes al Otro Mundo,
sean de la forma que sean. Otros dialogan permanentemente con él, mediante
meditaciones o con la imaginación. Lo cierto es que si investigas en Internet o en los
libros y mediante tus meditaciones le encontrarás mucho jugo a su figura. Verás tu
fortalezas y debilidades, él las representa de una manera perfecta, y a él puedes apelar
también para adoptar sus atributos cuando lo necesites. Antiguamente, se decía que los
druidas podían transformarse en animales a voluntad. Podemos tomar esta aseveración
literal o metafóricamente.
Tu animal o árbol guardián puede cambiar con el tiempo. Su figura acompaña tu
crecimiento, por lo que resulta lógico que ante una transformación radical, su forma y
enseñanzas cambien. En mi caso, desde que lo descubrí ha permanecido sin
alteraciones, aunque sus consejos sí han variado con el tiempo.
El tótem se hace presente en una meditación en la cual lo buscas, o mediante barajas
especializadas. También es muy probable que si tienes un animal que te apasiona, éste
sea tu guardián, pero no hay reglas universales, como siempre. Yo soy partidaria de que
debería ser un ser nativo o por lo menos que exista en tu lugar de nacimiento o
residencia. ¡No sabes la cantidad de personas de Latinoamérica que dicen tener a un
lobo de tótem! Ciertamente, es una de las figuras más atrayentes y en las que primero
pensamos a la hora de hablar de este espíritu, pero no es el único. De hecho, conozco

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personas que tienen de tótem a la laboriosa hormiga, al inquieto mosquito, y al gran
dragón –sí, algunos autores sostienen que es posible tener de tótem criaturas mágicas.
Muchos nos sentimos deslumbrados la primera vez que oímos hablar de los espíritus
guardianes. No te apresures. No todos los druidas utilizan este arquetipo, ni con la
misma importancia. Tampoco te desesperes si no puedes hallar cuál es el tuyo, todo
llega cuando es el tiempo de que lo haga. Lo más importante, es que empieces a conocer
tu medio ambiente. Lee si te interesa, algo sobre la simbología de los robles, los fénix,
el águila, el león, y todo cuanto conocemos. Pero no dejes de lado las leyendas
autóctonas sobre plantas y animales, y dialoga con ellos. Conoce los nombres de las
especies locales y comunícate con ellos, para aprender, para ayudar. Son grandes
maestros, para algunos, los primeros y verdaderos Druidas de los Bosques.

Naturaleza: criaturas mágicas

A diferencia de las amplias enciclopedias científicas, para muchos practicantes del


druidismo, la naturaleza no acaba allí. ¡Y se imaginan lo que es eso! Largas e
interminables listas de distintas especies y familias de felinos, arácnidos, coníferas,
protozoarios, y cuanto ser ha encontrado el hombre en su camino. Muchos aseveran que
la lista de seres invisibles o mágicos posee la misma envergadura y diversidad, variando
como la convencional, según países y ecosistemas.
¿A qué se llama criatura mágica? Podría decir, a grandes rasgos, que es un ser
principalmente energético, que no resulta visible a los ojos de los seres humanos en la
mayoría de los casos o visible en un microscopio, dado que presenta una vibración o
más alta o más baja respecto a nosotros. No necesariamente debe poseer lo que
llamaríamos “poderes mágicos”, pero sí posee características propias de su constitución
que a nosotros nos resultan imposibles realizar (como atravesar una pared, por ejemplo).
Las listas de clasificación son interminables, como así también las creencias de los
druidas respecto a ellas. Hay quienes afirman la existencia –o por lo menos lo dejan en
la posibilidad- de pegasos, unicornios, quimeras, basiliscos, vampiros, licántropos ,
dragones o serpientes marinas. La gran mayoría acepta que dentro de los seres feéricos
–nombre que a veces engloba a las criaturas mágicas- podemos encontrar a las hadas y
los duendes o los espíritus relacionados con los cuatro elementos: salamandras (fuego),
silfos o sílfides (aire), ondinas (agua), y gnomos (tierra). ¿y por qué no llamarlos
simplemente espíritu de la roca, espíritu del aire, o espíritu del fuego?
Muchos prefieren esa caracterización antes que una más “europeizante”. Si bien mucha
terminología referida a las criaturas mágicas parte de la Magia Medieval, ésta esta
planteada desde Europa, y desde su tierra. La palabra ondina es parte de la mitología
griega y se usaba concretamente para las ninfas de los océanos. Las de los lagos recibían
el nombre de náyades, por ejemplo. Y muchos de nosotros usamos indiscriminadamente
este término para referirnos a cuanto espíritu acuático nos cruzamos. Tampoco es del
todo incorrecto, pero hay gente que prefiere utilizar términos menos restringidos, o más
autóctonos.
¿Qué tan importante es el nombre que les damos a los sidhe, término irlandés para
referirnos a ellos? Lo cierto es que muchas veces la misma especie tiene distintos
nombres en distintas zonas y culturas. Sin embargo a veces difieren en su naturaleza
benigna o maligna, o en su descripción física. Mi hipótesis personal es que estos seres
naturalmente no tienen forma y algunos sostienen que tampoco lenguaje, pareciéndose

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en ese sentido a los animales. Pero al entrar el contacto con los hombres, a nosotros nos
resulta muy difícil contactar con una cosa invisible o que podemos observar como una
nube de humo o de luz.
Parece ser que con el tiempo, estos seres han aprendido a “leer” la mente de los varones
y mujeres con los que quieren comunicarse, a descifrar cuál es la caracterización que
más se ajusta a ellos, y a aparecer bajo esa forma. Mirémosle de este modo: si un
espíritu quiere comunicarse conmigo, que siempre he creído en las hadas y los Dioses
celtas, lo más seguro es que de acuerdo a su vibración y características, aparezca como
un hombrecito terroso, o un héroe resplandeciente. Pero si adoptase la forma de un dios
azteca, con calaveras de pollera y lenguas de serpiente, seguramente saldría corriendo.
Quizá a un azteca que toda su vida ha sido impregnada de esa cultura lo incline a
arrodillarse y escuchar fascinado a este espíritu.
No estoy diciendo que los Dioses y las criaturas mágicas sean lo mismo, sólo que ambos
funcionan de la misma manera en cuanto a apariencia. La modifican para facilitarnos el
contacto, y muchos se dirigen a nosotros en nuestra lengua (lo cual simplifica mucho las
cosas). Desde mi humilde experiencia, creo que los espíritus son manifestaciones de esa
energía dana que compone el mundo, y que al igual que nosotros, poseen una
inteligencia que los diferencia de otras manifestaciones energéticas, como las rocas.
Poseen distintos niveles de vibración y eso conforma el espectro de nombres que
tenemos de especies mágicas. Y cuando los catmas de la persona van variando, pues el
aspecto de estos hermanos se adaptan a nuestras nuevas creencias.
La información que los celtas poseían sobre ellos es mucha, puesto que es lo que más ha
sobrevivido a la invasión cultural cristiana y al paso del tiempo. Algunos de ellos te los
detallo aquí:
El libro de las invasiones, un escrito mitológico irlandés, detalla varias invasiones a
Irlanda, y los distintos pueblos que la fueron haciendo. Detalla la presencia de Fir
Bolgs, de Fomorian, y de los Tuatha de Dannan, entre otros. Algunos druidas han
relacionado estas tres comunidades con los Tres Reinos, y han afirmado que los
Fomorian son seres del Caos, pertenecientes al Reino del Mar o a la esfera instintiva del
ser humano, que los Fir Bolgs son parte del Reino de la Tierra, pero a nivel mental, es
decir, representan los pensamientos y análisis humanos, y que los Tuathan de Dannan
son los espíritus del Reino del Cielo, los Dioses y guías.
Como se puede deducir de lo anterior, las criaturas mágicas pueden pensarse como
figuras arquetípicas de la psique humana. El trabajar con ellos mediante una meditación
puede permitirte observar aspectos de ti mismo, y trabajar sobre ellos.
Me adelanto un poco a un capítulo posterior: hablar de seres del caos (Fomorian) y del
orden (Dioses), no implica que estemos dividiendo en la esfera “bueno- malo” a estos
seres. El pueblo celta, hasta donde se sabe, no poseía esa mirada tan separatista del
mundo. Los seres del Caos reciben su nombre porque se rigen con las leyes naturales de
la energía. Traviesos, bromistas, a veces peligrosos –aunque sin consciencia de serlo-
engloban desde los demonios cristianos hasta los duendecillos molestos. Son
vibraciones más bajas que la nuestra, pero no por eso “inferiores”. También dentro de
esta se encuentra la fuerza de la tierra, los seres que ayudan a su germinación, a su
cuidado, las dríadas de los árboles o los espíritus de la cosecha.
Los seres del Orden, por el contrario, son vibraciones más elevadas, más fluidas, y
tienden al orden del universo. Son los Dioses, los héroes, algunos sostienen que los
ancestros, los totems, los ángeles, los guías espirituales y hasta nuestro Yo Superior. Son
energías más “nobles” y su contacto si no sabe manejarse, puede ser igual de peligroso
que un ser del Caos. Ambas formas equilibran el universo, y a ambas apelamos en

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nuestros trabajos mágicos. Ninguna es más buena que otra, pero sí es cierto que a veces
el druida siente preferencias.
Algunos sidhes de la mitología celta aparecen a continuación:
El Athach (pronunciado ajách). Su nombre significa monstruo, o gigante. Engloba a
todas las criaturas que cazan y atacan en barrancos y lugares solitarios de las Tierras
Altas (montañas), y en lagos. Algunos ejemplos son el Luideac, la Ragí, demonio
femenino del lago Nan Dubh Bhreac, la Bocan, que puede asumir varias formas, o la
Direach, quien tiene una mano que sale de su pecho, una pierna fuera de sus caderas y
un ojo en la frente.
La Banshee, Baobhan Sith, Bean sidhe, Bena Nighte o la lavandera es uno de los
espíritus más conocidos. Largo cabello gris y manto largo sobre un vestido verde, ojos
rojos y lágrimas continuas, a veces de sangre. Tiene un orificio nasal y grandes dientes
de conejo y largos y caídos pechos. Algunos la describen como una mujer simplemente,
que lava la ropa de las personas que van a morir. Suele vérsele en los ríos y arroyos, o
puede oírsele, un alarido que hela los huesos. No es maligna, su papel es anunciar una
muerte en la familia. Quien se atreva a llegar hasta ella y beber de sus pechos podrá
decir que es su hijo y pedirle un deseo.
Aughisky (aguiski), caballo del agua. Es lo mismo que Each Uisge. Es común,
particularmente en noviembre que ellos salgan del agua y cabalguen por ahí. Si un
hombre los agarra, serán los mejores corceles, pero nunca se le debe dejar ver agua
salada, ya que comenzará a galopar enfurecido y se meterá en el mar de nuevo, con
jinete y todo, para devorarlo. Se dice que se alimentan de ganado.
Sluagh (slu-ah). Parte del folklore irlandés y escocés. Son los inquietantes espíritus de
los muertos. A veces se los considera como pecadores, no queridos en el Reino del Mar.
Son problemáticos y destructivos. Vuelan en grupo como bandada, desde el Oeste,
tratan de entrar a la casa de una persona a punto de morir para llevarse su alma. Por esta
razón, las ventanas que daban al Oeste eran cerradas –sea aclarado que este mito está
empapado un poco de cristianismo y sus diferencias entre bueno y malo, santo y
pecador-. Es el equivalente a la Caza Salvaje (Wild Hunt), horda de no-muertos de
diversos países de Europa. También puede verse como la cacería en la que participan los
nobles del reino de las hadas. El hielo derretido en las rocas hace que tomen un color
rojizo, que es caracterizado como la sangre de los sluagh después de una batalla.
Los acaompañan los Cu Sidhe, perros blancos, negros y rojos, pertenecientes al Otro
Mundo. Es comandado en Britania por Cernunnos, en Gales por Gwyn ap Nudd o Bran.
También es llamada Cwn Annwn.
Como ser feérico es convocado a veces, es neutral, aunque ser del Caos. Ellos nunca
dejan de cazar, a través de donde sea. La única manera de perderlos es mediante un
viaje aéreo. La horda vive cerca de Tir na Og. Su tierra se diferencia de la de los
Poderes célticos por la densidad e inestable naturaleza de su bosque. Vive en la Tierra
del Acecho, un lugar a primera vista pequeño. Sin embargo, es peligroso andar por allí:
todo lo que entra es considerado presa, y cuando esto sucede, parece volverse infinito.
Luego de varios días de cazar a la persona sin éxito, abandonan su búsqueda y ésta
puede volver sana y salva. Pero si lo atrapan, sus perros lo despedazarán. Al día
siguiente renacerá, totalmente curado, pero ya no podrá salir de allí. No será siempre
objeto de caza, pero cuando lo sea volverá a repetirse el proceso. Los poderes mágicos
no pueden ser utilizados para salir, ni las oraciones a los Poderes (Dioses). Se desconoce
si no puedan intervenir o simplemente, no quieran. Un dato interesante es que nunca
salen de sus dominios, ni siquiera cuando son invocados. Crece el Lugar del Acecho y
se superpone a los demás planos y tienen la capacidad de duplicarse. En los libros de

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Castaneda, un antropólogo aprendiz de chamán, cuenta un encuentro similar a éste y
cómo pudo escapar.
Las criaturas mágicas son otros hermanos que comparten con nosotros este mundo.
Como tales, debemos respetarlos, como así lo hacemos con nuestros hermanos plantas y
animales, humanos y piedras. Pueden ser llamados o invocados, en busca de sabiduría o
para los trabajos mágicos. Algunos son más fáciles de ver, aunque la mayoría prefiere
otra manera de conocer su presencia, como los sonidos o la percepción extra sensorial.
A veces deciden contactar con los humanos, sobre todo los que poseen cierta
sensibilidad a su existencia (es decir, que creen en ellos). Muchos que han tenido
contacto con los sidhes sostienen que son muy irascibles si no se es cortés con ellos. El
dejar un cuenco con cereales o un poco de leche, o simplemente un arreglo floral en su
honor suele agradarles a los sidhes de la casa (¡¡porque está lleno de ellos por todas
partes!!). En mi caso, la amistad que he trabado con las hadas y duendes me ha ayudado
innumerables veces, sobretodo ante situaciones mágicas complicadas, aunque también
hay que aguantarse sus juegos y sus chistes. Son criaturas muy parecidas a los niños, y
como tales, alegran todo lo que tocan.
Hay muchas invocaciones, técnicas y rituales para convocarlos, pero lo cierto es que
suele pasar un tiempo hasta que aparecen. Quizá prueben nuestra “pureza de corazón”,
recuerda que el hombre moderno suele serle bastante dañino. La paciencia, en esto, es la
mejor maestra, junto a la inocencia y la jovialidad.

Nota 2: Tanto el licántropo (hombre lobo) como el vampiro, dentro de algunas


corrientes mágicas no son parte de las criaturas, sino metáforas referidas al ser humano.
En el caso del vampiro, por ejemplo, un humano puede, consciente o
inconscientemente, absorber la energía de los que lo rodean, y agotarlos y deprimirlos.

Naturaleza: otros seres


Ya te he hablado de las plantas, los árboles y las flores. Te he nombrado a los animales
de piel y garra, escamas y plumas. Y hasta te mencioné a la cantidad exorbitante de
seres feéricos que puedes encontrar. ¿Quién más puede faltar entonces?
Lo cierto es que hay otros espíritus que existen a nuestro alrededor. Como sucede
siempre en el druidismo, no todos los practicantes creen en ellos, pero aquí te enumero
algunos. El resto corre por tu cuenta.
En primer lugar, una creencia que no he visto en muchos sistemas mágicas y otras
religiones paganas, es El Espíritu del Lugar. El bosque está lleno de vida: tiene árboles,
lo rodean las piedras, el río, los animales, las hadas. Sin embargo, es casi como si
hubiera una coherencia en todo ese lugar, como si esa arboleda tuviera una entidad
propia que la define como única, y lo diferencia de los otros bosques. Esa energía que
posee un lugar en particular, empapado con el brí, el bua, la energía primordial, y las
energías de los seres que allí habitan, recibe el nombre de Espíritu del Lugar.
Algunas sostienen que es una energía a la que se puede apelar, otros que realmente es
una entidad con conciencia propia. Lo cierto es que no sólo podemos hablar con un
árbol, una piedra o un gato, sino que podemos hablar con el bosque, con un río, con un
lago, incluso con un pueblo, un edificio en construcción, o una cadena montañosa. Hay
que diferenciar que el espíritu del lugar suele ser nombrado también como el Guardián
de ese lugar, no la energía misma –para los que creen que es una entidad con
consciencia.

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Es prioritario si vamos a hacer un ritual en un lugar desconocido, pedir permiso al
Espíritu del Lugar, quien custodia sus dominios y protege esa pequeña zona. En mi
caso, cuando camino por zonas agrestes, saludo al Guardián y le solicito su aprobación
para pasar. Cuando son lugares muy energéticos, suelo llevar una ofrenda, como gesto
de cortesía.
El término Deva es una creencia hindú muy similar.
Además de poder hablar con estas entidades, el druida observa la naturaleza para poder
comprenderla. Observa los animales, las plantas, las rocas, aprende de ellos, se
comunica con ellos y convive. Pero también este chamán estudia la forma de las nubes,
y las estrellas, y a través de ambas descubre el pasado, el presente y el futuro. Siente a la
Madre Tierra, y canta con el Padre Cielo. Escucha a su Hermano Viento las buenas
nuevas, y se ríe con el Hermano Rayo de la soberbia humana. No hay límites para lo
que puede aprender el practicante del universo: todo cuanto pasa por sus ojos es reflejo
de sí mismo, y puede llegar a ser un objeto de estudio tremendamente interesante.

Los elementos

¿De qué está compuesto el mundo?, ¿Qué sustancias lo forman? Veamos cuales son los
sistemas que se inventaron para responder a estas preguntas.
La teoría más difundida sin duda, es la griega de los cuatro elementos. Si bien no se han
encontrado fuentes célticas que señalen que los druidas tenían esta cosmología, algunas
órdenes la aceptan por ser la más conocida en el ámbito ocultista. Sin duda, si has
caminado por ese sendero, encontrarás que con ligeras adaptaciones no es tan lejana a la
perspectiva celta.
Esta clasificación plantea la existencia de un principio húmedo y frío: el agua, un
principio húmedo y caliente: la tierra, un principio seco y frío: el aire, un principio seco
y caliente: el fuego.
Esta clasificación aún la siguen magos de todo el mundo y es una de las más utilizadas a
la hora de crear un altar o un ritual. Hay una variante de la misma, que es el agregado de
un quinto elemento, el akasha, o éter, que vendría a ser la síntesis de los otros cuatro, o
mejor dicho, su forma “refinada”.
La clasificación celta más relacionada con ésta, se divide en tres: Agua, Tierra, y Aire.
Sostiene que el fuego no es un elemento, puesto que no ocupa espacio en la materia, y
además, que es una mezcla de los anteriores. Al hablar de los Tres Reinos, los druidas
colocan el fuego en el centro y como puente entre las tres realidades. También
simbolizan en sus trabajos a los tres elementos de forma externa, y al fuego como el
calor humano, internamente. En este sentido, las llamas vendrían a representar las
conexiones, los vínculos entre los tres elementos, entre los tres Reinos y entre las tres
partes del ser humano: el awen.
Otra clasificación druídica es la creencia en el Duíle y los nueve elementos. Esta energía
se divide en nueve elementos, que en cada plano se manifiesta de forma distinta. Ellos
son la piedra, la tierra, las plantas, el mar, el viento, la luna, el sol, la nube y el cielo.
Piedra: En el plano del yo, cnaimh, los huesos. En el cosmos, cloch, la piedra. En la
dirección, thuaidh, el norte. En magia, la Lia Fáil. Los huesos son la estructura que
sostiene el cuerpo. Son la figura del caldero de la Vocación. Contienen la magia de la
persona. La piedra es la estructura de la casa, como el hueso de nuestro cuerpo.

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Tierra: En el yo, colaind, la carne. En el cosmos, talamh, la tierra. En la dirección Faoi,
abajo. En la magia, el nemeton. La carne es la que nos da consistencia, como la tierra al
mundo. Es la que nos da fuerza y movimiento. Trabajador principal del caldero de la
Vocación.
Las plantas: En el yo, Gruaigh, el pelo y la piel. En el cosmos, uaine, la "vida verde", las
plantas. Dirección amach, hacia afuera. En la magia, ogham y las hierbas. La piel y el
pelo son nuestros sensores. Como podemos sentir, también uno puede darse cuenta
como está por su piel y pelo, igual que con los árboles y plantas. Son la cubierta del
caldero de la Vocación.
Mar: Enel yo, fuil, la sangre. En el cosmos, muir, el mar. En dirección, ior, siar, el oeste.
En magia, el caldero. La sangre es el río de la vida, reflejando nuestro estado emocional.
Es uno de los tres fuegos del Caldero de la Calidez. El mar refleja las emociones de la
tierra, siendo el caldero de la abundancia del mundo.
Viento: En el yo, anal (aliento o respiración). En el cosmos, Gaeth (viento). En la
dirección air, oithear, el este. En la magia, la espada de Nuada. El aliento es la constante
renovación. Relajación y claridad de pensamientos y sentimientos. Alimenta la sangre.
Uno de los 3 fuegos del Caldero de la Calidez o Incubación. Los vientos (el aliento de
cambios) son los que afectan nuestros humores. El viento es el aliento de los paraísos.
Luna: En el yo, imaradud, la mente. EN el cosmos, gealach, la luna. En la dirección,
isteach, hacia adentro. En la magia, el pozo de Segais. Para los celtas, la sabiduría
flotaba en calderos y pozos, como las ondas alpha. La luna es el fenómeno que controla
las ondas del mar y la tierra. Símbolo de los pensamientos interiores. Es uno de los 3
fuegos del Caldero de la Calidez.
Sol: En el yo, dreach, el rostro. En el cosmos, griam, el sol. En la dirección, deas, deis,
el sur. En la magia, la lanza de Lugh. La cara es la ventana a nuestra personalidad. El
honor, representado por el rostro, era más importante que la vida misma. Es el sol que
ilumina el mundo para verlo como es. La cara es la apertura del Caldero del
Conocimiento.
Nube: En el yo, menma, el cerebro. En el cosmos, Nel, la nube. En la dirección, thrid, a
través de. En la magia, el imbas. El cerebro es la plataforma de los pensamientos y
memorias, es el arquitecto de nuestras habilidades mentales. Es el guiso, la sustancia del
Caldero del Conocimiento, como las nubes y las estrellas son la sustancia de los dioses.
Interpretar las nubes, es conocer la sabiduría de los Dioses.
Cielo/paraíso: En el yo, ceann, la cabeza. En el cosmos, neamh, el paraíso. En la
dirección, os cionn, encima. En la magia, el torque/halo. Era algo muy venerado. Es la
contenedora de la personalidad y el alma. La cabeza gobierna el cuerpo, como el paraíso
reina la tierra. La cabeza es el contenedor del Caldero del Conocimiento.
Esta clasificación hace referencia a los tres Calderos o Coires, búscalos en el apéndice
II. También te recomiendo que releas la oración que hay al comienzo de este curso. Si te
fijas con cuidado, verás a los nueve elementos en sus versos.
Por último, en el druidismo galés, se habla de cinco materias de toda existencia, y de
tres elementos principales. Las materias serían la rigidez, la fluidez, el aire, el sol y la
extensión, y los tres elementos serían el fuego, el agua y la extensión.
Año celta

Al ser un sendero que coloca su especial atención en la naturaleza y el aprendizaje que


deriva de ésta, el druidismo tiene también un sistema (o sistemas) para mirar y honrar
los ciclos naturales.

27
Hay numerosas herramientas para sacarle el jugo a la faceta temporal del druidismo.
Recordemos que muchas culturas paganas sostenían que mediante ritos ellos ayudaban a
que el ciclo de estaciones se diera correctamente. Algo similar creían los celtas.
A grandes rasgos, se puede dividir el año –el cual posee 365 días, pues es el tiempo que
tarda la tierra en dar una vuelta al sol- en una mitad oscura (Giamos) y una mitad
luminosa (Samos). Samhain da comienzo a Giamos, mientras que Beltaine a Samos.
Dentro de cada mitad, se encuentran las diferentes festividades, que enunciaremos más
adelante. Cabe aclarar que Calan Gaeaf (nombre galés para Samhain) no pertenece a
ninguna mitad, es el día “fuera del tiempo”. No pertenece a ninguno de los trece meses
lunares, es un día para esperar el nuevo año.
Para analizar el calendario céltico, es fundamental aclarar que siempre que es necesario
hablar de comienzos en el druidismo, estos empiezan en la oscuridad del vientre
materno. Los días para este pueblo comenzaban al caer el sol, en la noche. La vida
empieza en el vientre, la primavera comienza a sentirse aún cuando es crudo invierno.
Por ello el año nuevo celta ocurre en esta nevada estación.
La etapa oscura del año es un período más reflexivo, de más actividad interior que
exterior. El frío cubre la tierra, no es posible cosechar ni sembrar, y la actividad escolar
o laboral está en su auge. Comienza con Samhain, que a su vez da lugar al comienzo del
invierno. Éste llegará a su plenitud en el día más corto del año, el solsticio de invierno –
donde para nuestra cultura occidental, comenzaría realmente esta estación-. Seguirán los
días, y luego de esa cúspide, la oscuridad comenzará a menguar cada vez más, para
dejar paso a la primavera, con Imbolc o la Fiesta de las Candelarias. Esta ocurre –como
con todo cambio de estación- tres meses después de Samhain. Aún el frío se siente, pero
la luz cada día crece y crece, y algunos vestigios de ese cambio se observan. El Samos
comienza a crecer dentro del Giamos de manera imperceptible, pero constante. Su punto
álgido será el equinoccio de primavera, donde ésta habrá alcanzado su punto máximo, al
tener el día y la noche la misma duración, e irá aumentando la luz conforme nos
acercamos al final de esta mitad oscura del año.
Y con la llegada de Beltaine aparece el verano y la mitad luminosa, Samos. El verano, el
tiempo de la maduración y la exuberancia de la Naturaleza. Es un período de mayor
actividad exterior y física. El calor y los colores llenan el ambiente. En este período se
dan las vacaciones más extensas del año, y de por sí la gente suele estar más optimista.
El verano en nuestra cultura comenzará en realidad un mes y medio después, con el
solsticio de verano, el día más largo del año. Luego de este punto, invariablemente la
luz irá menguando, preparándose para la oscuridad nuevamente. Con el tiempo llega el
otoño y Lughnassadh, la fiesta de la cosecha. Esta estación ya marca la disminución de
la fuerza del Samos. Es la oscuridad dentro de la luz, el recordatorio de que la rueda
sigue perpetuamente girando. Su punto más alto será el equinoccio de otoño, donde el
día y la noche tendrán igual duración. A partir de aquí, la oscuridad ganará más y más
horas, hasta un mes y medio después, donde Samhain aparecerá nuevamente con otro
año bajo el brazo.
Esta es, a grandes rasgos, la rueda del año celta. Dividida en dos mitades, existen ocho
festividades que van marcando el paso del tiempo, separadas entre sí por un mes y
medio. Pueden dividirse en dos grupos de cuatro. En ese caso, cada festividad estará
separada de su festividad hermana por tres meses.
Como verás, la mitad luminosa no aparece en el punto más alto de la luz, sino que hace
acto de presencia cuando ya está asegurada esa victoria. Primero crece en la oscuridad
para poder luego llegar a su climax y luego envejecer para morir y nacer nuevamente.
Lo mismo ocurre con la mitad oscura del año y con todo en la perspectiva druídica.
Todo tiene su nacimiento, su crecimiento, su auge, su degeneración y su muerte, la cual

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da inicio a otro nacimiento. Es un ciclo perpetuo, que rige desde el año calendario hasta
el comienzo y final de cada una de las festividades.
Alexei Kondratiev (1998) divide en cuatro grupos las celebraciones que los druidas
realizan actualmente. Estos son el ciclo de la tierra, el ciclo del sol, el ciclo de la luna, y
el ciclo de los acontecimientos.
El ciclo del sol es el paso astronómico que da la tierra alrededor del sol, que lo aleja y lo
acerca de nosotros. Fruto de esta variación son las estaciones (invierno, primavera,
verano y otoño) y lo que para la cultura occidental son sus comienzos: los equinoccios y
los solsticios. Son cuatro, y reciben los nombres que quizás ya hayas escuchado: Alban
Arthan, Alban Eilir, Alban Hefin y Alban Elfed, o sus equivalentes wiccanos Litha,
Yule, Ostara y Mabon. Alban Arthan, Yule o solsticio de inverno es la primer festividad
del año. Es el día más corto del año, puesto que el sol se haya más distante. Alban
Hefin, Litha o solsticio de verano es su antítesis. Es el período de luz solar más largo del
año, exactamente seis meses luego. Alban Eilir, Ostara, o equinoccio de primavera
plantea un punto de equilibrio entre día y noche, al igual que Alban Elfed, Mabon o
equinoccio de otoño, a seis meses de distancia.
Por otro lado, el ciclo de la Tierra es el ciclo agrícola, de las cosechas. Tenemos una
estación donde se recolecta y cosecha todo lo crecido (otoño) y se almacena para la
siguiente, en donde la nieve abunda y nada crece (invierno). Luego viene la época de
plantación (primavera) y posteriormente la maduración de los frutos (verano). Los que
los dan inicio son cuatro festividades, conocidas como Samhain, Imbolc, Beltaine y
Lughnassadh. Estas celebraciones son las más importantes para el calendario druídico, y
poseen una simbología bien amplia, que no mencionaré aquí. Que baste decir que
representaban el paso de las distintas tareas agrícolas, actividad sostén de la tribu.
El ciclo de la luna es conocido por el término wiccano Esbat (a las festividades de los
dos ciclos anteriores se les llama Sabat en esa tradición). Es la celebración del paso de
la luna, desde su nacimiento a su posterior reencarnación. Suelen ser ceremonias más
íntimas, haciendo alusión al inconsciente y los instintos. Son muy celebradas
individualmente o en grupos reducidos donde hay una gran afinidad. El satélite de
nuestro planeta provoca numerosos cambios en la Tierra, como las mareas, y aunque no
lo creas, el ciclo menstrual de la mujer. Mientras el sol es el sinónimo del hombre y la
actividad agrícola y por ende externa, la luna es símbolo femenino, de la magia y la
actividad interna e instintiva del ser humano. Son trece lunas por año, separadas por un
período de 29, 5 días.
Por último, el ciclo de los acontecimientos son fechas históricas relevantes. En este
grupo más heterogéneo están desde los cumpleaños de amigos y familiares, fiestas
patronales de santos –en el cristianismo celta-, fiestas tradicionales de distintos países –
en los druidas de más orientación histórica y apegada a una tradición en particular-, los
llamados ritos de paso –nacimientos, casamientos, iniciaciones, funerales- y un gran
etcétera.
No todos los druidas celebran de igual manera estos hitos en el calendario. Algunos
sostiene que no hay evidencia certera de que los celtas celebrasen el ciclo del sol, y no
lo honran. Otros dan mayor importancia a éste que a las festividades de la tierra,
argumentando que las culturas paganas de su zona colocan al año nuevo en el solsticio
de invierno y no en una fecha como Samhain. Muchos practicantes prestan atención a
cada luna llena mientras que otros prefieren celebrar tanto la llena como la nueva, o las
cuatro fases lunares. No todos celebran el ciclo de los acontecimientos o todas las
fechas que están en ese grupo. Como con todo, esta decisión pasa por las convicciones
propias de cada practicante.

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Como en su mayoría son momentos relacionados con estadíos de la naturaleza, muchos
druidas han creído en la necesidad de adaptar las fechas a su lugar de residencia. Los
celtas fueron un pueblo del hemisferio Norte, por ello, su invierno comenzaba un 31 de
octubre para concluir en febrero. Aquí, en el hemisferio Sur, son los meses más
calurosos del año, pues serían los equivalentes al verano céltico. Yo opté por respetar los
ciclos de mi zona, y corrí seis meses todo el calendario, por lo menos los ciclos de la
tierra, del sol y de la luna. El ciclo de los acontecimientos es más histórico que otra
cosa, por lo que no me pareció tan relevante modificarlo. Para ambos hemisferios, las
fechas son así:

Festividad/Hemisferio Hemisferio Norte Hemisferio Sur


Noche entre el 31 Noche entre el 1º
Samhain de Octubre y el 1º de Mayo y el 2º
de Noviembre de Mayo
Noche entre el 1º Noche entre el 1º
Imbolc de Febrero y el 2º de Agosto y el 2º
de Febrero de Agosto
Noche del 1º de Noche entre el 31
Beltaine Mayo al 2º de de Octubre y el 1º
Mayo de Noviembre
Noche entre el 1º Noche entre el 1º
Lughnassadh de Agosto y el 2º de Febrero y el 2º
de Agosto de Febrero
Depende el año,
Depende el año,
aproximadamente
Yule aproximadamente
21/22 de
21/22 de Junio
Diciembre
Depende el año,
Depende el año,
aproximadamente
Ostara aproximadamente
21/22 de
21/22 de Marzo
Septiembre
Depende el año,
Depende el año,
aproximadamente
Litha aproximadamente
21/22 de
21/22 de Junio
Diciembre
Depende el año,
Depende el año,
aproximadamente
Mabon aproximadamente
21/22 de
21/22 de Marzo
Septiembre

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Nota: No coloqué las fechas del calendario lunar, puesto que varían cada año. Además,
existen distintos sistemas para clasificarlas, los cuales puedes encontrar en el foro del
Gorsedd (http://gorseddjaguar.own0.com)
Estas son a grandes rasgos las variaciones que seguían los celtas a lo largo del año. Por
lo menos las más confirmadas antropológica y arqueológicamente. Además existen
teorías que dividen el año en meses, dando a cada período –que algunos dividen cada 28
días, y otros plantean segmentos más irregulares- un árbol de patrono.
El cambio de estaciones tiene una mitología, que estudiarás en el próximo curso –o
investigando en Internet, que es una excelente fuente de información.

Herramientas básicas
La escoba, el caldero, la vela, la varita mágica… todos son objetos que aluden
normalmente a la figura del mago, hechicero o brujo. Profundizando un poco en la
cuestión, puedes encontrar la explicación de cada uno de estos elementos y su uso tanto
antiguo como actual en la magia.
A pesar de que nos resultan extravagantes, estas herramientas mágicas eran cosas que
cualquier persona podía tener en una casa (con excepción de la varita, pero que, al fin y
al cabo, es una rama adornada). Así que pueden imaginarse que, de actualizarlo, un
mago ahora debería trabajar con ipods, notebooks, y microondas.
¿Qué son las herramientas? Son objetos y técnicas externos a uno o a su
comportamiento habitual, que son utilizados para obtener determinado resultado. Son
accesorios al ser humano, sirviendo a veces de bastón hasta que la mente sola sea capaz
de conectarse con el cosmos.
El druida posee muchos bastones. Los mismos difieren según la fuente histórica, según
la orden y el gusto personal. Los hay tangibles e intangibles, cosas y ejercicios.
Comencemos por las herramientas más básicas, que diría que son el análisis, el ritual, la
meditación, la creatividad y la práctica. Mediante el análisis racional, usa el plano
mental y le permite dar nombres y hacer relaciones entre ideas y sensaciones. A través
del ritual manipula la energía misma e interactúa con los Dioses, accede a otros planos
de la Realidad y la modifica a ésta a voluntad. Es el acercamiento intuitivo. Con la
meditación une ambos métodos, analiza, pero desde una mente más inconsciente, al
tiempo que la energía lo inunda y le brinda información imposible de alcanzar en otro
estado de conciencia. Por medio de la creatividad, la danza, la música, el arte, o la
escritura se conecta con ese lado más analógico y quizá infantil, pero que también es
una manera de depurar lo que ocurre a su alrededor. Y por último, las experiencias que
confirman y ponen a prueba lo que cree.
Por otro lado, visualización, reflexión, concentración, estudio, y paciencia son atributos
o habilidades que te serán útiles a la hora de caminar por este sendero.
Yendo a un enfoque más ocultista, las herramientas del druida no difieren mucho de las
de cualquier mago ritual: un caldero, una varita, un báculo, una túnica, velas, incienso,
hierbas, piedras, las cuatro armas mágicas (el caldero de Dagda, la espada de Nuada, la
lanza de Lugo y la piedra Lia Fail), la piedra lunar y solar, el bolso de grulla, el triskel,
la hoz, el tricolofn, una triqueta, etcétera. Cada una de estas herramientas tiene
atribuciones específicas y el druida las combina para lograr sus propósitos. Es tu tarea
investigarlas, o esperar al próximo curso para analizarlas en detalle.

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Estos objetos aparecen en numerosas leyendas célticas, en donde su significado va más
allá del uso que se le da en la historia. Mirar los personajes como arquetipos te podrá
ayudar a entender aún más el uso de los accesorios. Como siempre, prueba. No todos los
druidas se sienten a gusto con un báculo o una espada, o incluso haciendo rituales. Todo
ello es correcto, y es una preferencia que se encuentra con el tiempo.

Teoría druídica del conocimiento


Aquí estamos. Ante el penúltimo capítulo de este pequeño curso. Espero que te haya
gustado. Y que te haya servido, sobretodo. Voy a hablarte de un montón de cosas: el
método de observación de la naturaleza, la teoría del conocimiento, la forma de
configurar tus creencias, en fin… básicamente, esto es un conjunto de consejos o ideas a
nivel teórico que te servirán para construir tu propio sendero.

Dimensión mental
Ante el mundo que lo rodea, el hombre debe tomar una posición desde la cual
relacionarse con él. Su manera de aprehenderlo podría resumirse muy superficialmente
en dos conceptos, sabiduría y conocimiento. Mientras que el conocimiento es algo más
mental, fruto de un análisis lógico y racional, siguiendo una cadena de premisas, la
sabiduría nace de la intuición, del inconsciente, de la parte analógica del ser humano.
Ambas esferas son importantes en el crecimiento holístico del hombre, puesto que se
sirve de las dos para andar por el mundo. Una persona demasiado racional no sabe como
reaccionar ante las emociones y posee relaciones un tanto superficiales. Tampoco tiene
acceso a las experiencias que van más allá del lenguaje que utiliza, no es capaz de oír a
los árboles, ni de interpretar al viento. Una persona demasiado impulsiva, por otro lado,
se deja llevar por el momento presente, y no es capaz de poner en palabras lo que
percibe. Se deja llevar por el fluir de sus emociones e intuiciones y hasta es posible que
no pueda marcar los límites entre éste y el Otro Mundo.
Si hay algo que caracteriza al druidismo es que no habla de eliminar el Ego, de olvidar
las pasiones, o de permanecer en una actitud pacífica y feliz permanente. Plantea que el
ser humano debe fluir y cambiar, y pasar por todos los estados y experiencias que le
tocan y aprender de todas ellas. Así mismo, el Ego y la personalidad fueron creados para
poder permanecer en el mundo cotidiano. Como seres vivos que somos, debemos
alimentarnos, protegernos, procrear… y como animales con capacidad de
simbolización, tenemos sentimientos de ira y tristeza, de amor y de euforia, queremos
realizarnos y nos cuestionamos nuestra existencia. Todas estas experiencias son igual de
válidas y de sagradas para el practicante, y de todas ellas es posible aprender.
El druida en su camino, aprenderá y crecerá constantemente. Cambiará sus
concepciones tantas veces como resulte necesario. Toda conclusión, toda creencia que
sostenga debe ser lo más valedera posible. Estamos hablando de perfectible, no perfecta,
puesto que la naturaleza del ser humano lo condiciona a este tipo de premisas sin pulir.
Todo lo descubierto debe ser sometido a la prueba de la verdad, equilibrando la razón y
el escrutinio con la intuición y la magia; y tenemos la obligación de buscar y distribuir
este conocimiento a lo largo del mundo. ¿Qué es esto de la razón, el escrutinio, la
intuición y la magia?
Significa que lo que decidas creer, debes poder sostenerlo tanto racional como
mágicamente. Somos criaturas de tres mundos, y debes intentar tener una teoría válida
para todos. Esa frase me impactó muchísimo cuando la leí, y decidí crear el “Ritual de
Escrutinio, Jucio, Intuición y Magia” o simplemente R.E.J.I.M.. Me propuse que todo lo

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que aprendería lo anotaría en mis cuadernos, pero que cada cierto tiempo me daría un
espacio para cuestionar, ampliar y reflexionar sobre esos nuevos conocimientos
mediante este procedimiento.
Al hablar de la razón y el escrutinio me planteé que todo concepto aprendido debía ser
discutido y debatido, y que este proceso puede durar incluso toda la vida. Ante este
inconveniente, la noción de catma resulta fundamental para actuar mientras se debaten y
cuestionan las ideas, además de que permite corroborarla con la experiencia. En mi
primer R.E.J.I.M., se me ocurrieron varias preguntas para ayudarme con cada creencia
que analizo: ¿es esto parte de mi verdad?, ¿se corresponde con lo que creo?, ¿de qué
manera encaja con el resto de mis creencias?, ¿me sirve a mí o a otros?, ¿de dónde salió
esta idea?, ¿es factible?, ¿qué significan cada una de las palabras usadas?
Buscar teorías similares no sólo en el druidismo sino en otras disciplinas, y discutir con
hermanos del mismo camino, son otras herramientas a nivel racional que puedes utilizar
a la hora de reflexionar y analizar un pensamiento. Desde la intuición y la magia, debes
enfocarte en tus sensaciones con respecto a tu idea: ¿te atrajo de manera especial?, ¿te
causa un cierto rechazo?, y si es así, ¿qué es lo que estás rechazando? También apoyarte
en meditaciones donde en un estado de conciencia más profundo reflexionas sobre el
tema. Las conclusiones que sacas son muy distintas a las planteadas en tu percepción
normal. También los sistemas adivinatorios, los paseos por el bosque en busca de
señales y las conversaciones con seres mágicos y deidades pueden ayudarte desde el
lado mágico a comprender y ampliar el conocimiento puesto a prueba.
Estas son sólo algunas ideas para que encuentres tú mismo un método, una forma de
sostener tus creencias, y de ir conformando un todo homogéneo que dé explicación al
mundo y te permita crecer. Como todo lo que se mencionó a lo largo del curso, esta
forma de aprender es un catma. Está en ti tomarlo en su totalidad, parcialmente, o
descartarlo. Todas ellas son opciones válidas en tu camino.
Mencioné unas líneas más arriba el holismo. Esta es una palabra griega que quiere decir
“todo”.Hace referencia a la capacidad de mirar al objeto como un todo, y no como
partes engranadas entre sí. Al observar las relaciones y los distintos aspectos
simultáneamente, se alcanza un análisis más complejo y “real” del funcionamiento de
las cosas. Los movimientos New Age han hecho uso y abuso de esta palabra, sobre todo
las terapias alternativas, como la acupuntura o las flores de Bach, que sostienen que
curan holisticamente –es decir, todas las facetas del ser humano- a través de sus
métodos. En el druidismo, las relaciones entre las cosas son fundamentales para el
análisis de la realidad.
Si bien no todos creen en un Dios, o un alma, puedo aventurar que la mayoría de los
druidas ve al hombre como una unidad bio-psico-social, esto es que no puede separarse
su materialidad, su función biológica, con su aspecto mental, emocional, social y
cultural. A esto, podríamos agregar las distintas capas aúricas que sostienen los
orientales, los planos del aura. Estos también tienen varias teorías, entre ellas cabe
mencionar como ejemplo la que nombra a los cuerpos físico, etéreo, vital, astral, mental
inferior, mental superior y espiritual.
Además de en la forma de ver al hombre, el holismo se manifiesta en la forma de ver el
mundo en sí. No podemos entender este Reino sin relacionarlo con los otros dos, y no es
posible comprender un hecho sin saber las causas que lo originó. Pensando que todo
está conectado, que macro y microcosmos son uno sólo, es posible que el druida pueda
predecir el futuro o aprender del pasado a través de los indicios que le da la naturaleza.
Para él no es extraña la deducción de que, al ver pasar un conejo blanco por su camino
al atardecer, sepa que pronto vendrá una prima lejana, la cual se haya muy enferma y
necesita de su ayuda.

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El holismo de alguna manera permite un acercamiento más relacional, analógico e
intuitivo de la realidad. La analogía es una forma de observar el entorno, estableciendo
coincidencias entre objetos que, lógicamente, no tendrían nexos entre sí. Por ejemplo, si
nosotros tenemos una estatua de una pareja en una mesa, un día un viento se alza y la
rompe, y por la noche discutimos con nuestra pareja, ¿Qué nexo causal podríamos
establecer entre el accidente y la pelea? Ninguno, sin embargo, es posible mediante el
pensamiento analógico predecir este acontecimiento o por lo menos reflexionar sobre él.
La “explicación” de este procedimiento es que, energéticamente, la intención de ambas
personas de discutir ya existe, y ese fluido no sólo afecta el hecho en sí, sino a su
entorno. De la misma manera, la analogía trabaja en la fitoterapia, la adivinación, o los
símbolos mágicos. Mediante ella puedes seguir profundizando sobre el tema que estés
poniendo en la balanza, observando como se desenvuelven los objetos y hechos que
podrías unir por analogía.
El conocimiento que ya se conoce o que vas tú a descubrir debe ser preservado por la
tradición, conocimiento que es interpretado y que ha superado el escrutinio de las
preguntas y las investigaciones. ¿A qué se refiere esto? El preservar conocimiento
resulta fundamental para ahorrar camino a los que nos siguen. Encontrar información
sobre los Dioses, las plantas curativas o los astros es sumamente útil y nos permite ir un
poco más allá y seguir descubriendo otras cosas, ¡el universo es tan basto! Sin embargo,
este es preservado, es decir, permanece sin alteraciones a lo largo del tiempo. Llega el
momento en que es interpretado y cada druida lo aprehende de manera individual, de
acuerdo a su perspectiva individual. Crea su propio catma, que a su vez soportará el
escrutinio. Sin embargo, lo que debe seguir preservándose son tanto conocimiento como
interpretación. El druida que quiera conocer esta teoría, deberá prestar más atención al
conocimiento que a la interpretación individual, aunque ésta pueda darle, en primera
instancia, una ayuda hacia dónde delimitar su propia definición. ¿Por qué es más
importante el conocimiento que el entendimiento que se ha hecho de él? Porque todas
las interpretaciones de las cosas son válidas, todas son creencias necesarias para nuestro
crecimiento, y priorizar creencias ajenas en vez de crear propias no hace más que
hacernos dependientes de la evolución de esa persona y entorpecer nuestro camino.
Otros consejos que puedo darte dentro de la dimensión mental son:
Usa el estado contemplativo de meditación para reflexionar sobre la sabiduría y el
conocimiento que encuentres. Presta atención a tu alrededor y conoce tu entorno y a ti
mismo.
Aprende a observar todo, pero con la sensación de que todo está conectado, como si ese
“todo” fuera un solo objeto. La visión holística es sumamente importante. Una vez
hecho, practica representar ese todo minuciosamente y poder recorrerlo de todas partes
y cada vez que quieras. Cuando lo logres tu memoria será capaz de recordar hasta los
menores detalles. Un druida nunca olvida. Una buena forma de empezar es creando un
“teatro mental”, el cual comenzará siendo un pequeño lugar donde conocerás cada
árbol, cada centímetro de tierra. Luego, se irá ampliando ese mapa, aumentando la
capacidad de recordar a tu mente.
¿Para qué ejercitar la memoria? Para recordar la verdad cuando se la perciba, para hacer
asociaciones instantáneas es decir, para producir y pensar creativamente, y para servir
como un controlador de verdad.
Otros métodos para buscar sabiduría de manera intuitiva son soy largo (sintiendo la
conexión con el todo), soy pequeño (alejando todas las distracciones y enfocándose en
lo pequeño que es uno y en las trivialidades cotidianas) y la cama de los poetas (la
música, la danza, la inspiración y todos los aspectos creativos). Mediante estas prácticas

34
uno disminuye la actividad de la mente racional y permite que afloren otro tipo de
pensamientos y sensaciones que son una herramienta igual de válida que el análisis.

Dimensión sensorial
Más arriba hablamos de que todo debe apoyarse tanto en la teoría como en la práctica.
El chamanismo es una religión o tradición sumamente experiencial. El chamán dialoga
con las plantas y de esa manera descubre para qué sirve cada una. A prueba y error,
descubre los indicios en el aire del buen o mal tiempo.
De la misma manera, no temas experimentar lo que esté a tu alcance, que no todo se
quede en teoría. Por supuesto, no te estoy hablando de que mueras para aprender qué
hay después de la vida, pero sí de quiénes y cómo son las deidades, cómo funciona un
ritual, o qué es un animal de poder. Cree en los catmas antes y aún después de haberlos
puesto a prueba perceptivamente, de haberlos llevado a la práctica. Porque puede ser
que exista otra explicación a lo que pasó.
Intenta también liberarte poco a poco del lenguaje. Cuando entres en lo que se
denominan Experiencias Místicas, muchas veces los acontecimientos o las respuestas a
tus preguntas no vienen en forma de palabras. Saber hablar esta otra forma de
comunicación es sumamente útil. Podría decirte que las experiencias místicas son
aquellos momentos en que todo tiene un brillo especial, los colores son más intensos y
el tiempo parece aletargarse o acortarse de manera sorprendente. Son momentos de
mucha lucidez y pase lo que pase, sea esto mágico u ordinario, posee un significado
importante que nos llega en ese momento. Es más una sensación de plenitud, difícil de
describir y por lo tanto de entender, hasta que se la experimenta. Es uno de los regalos
más bellos de los senderos religiosos y mágicos, y como tal, vendrá aunque no sepas
cómo.
Entrenarte para ver lo invisible, es una buena opción también. Cada persona es distinta,
y a mí las presencias no físicas se aparecieron táctilmente al comienzo y a veces
auditivamente. Puede que a ti te resulte mucho más fácil ver que oír, u oler. Con el
tiempo todas tus percepciones se harán más sensibles y tendrás una gama más amplia de
canales. Para ello, la Internet está plagada de métodos para observar el aura,
meditaciones, ejercicios de yoga, kinesis y más. Ecléctico, sin duda, pero representa una
herramienta más que nos da este mundo para entender lo que nos rodea. Estos métodos
lo que hacen son acelerar conscientemente las percepciones extrasensoriales, es decir, la
capacidad de percibir cosas que antes no captabas. Sin embargo, el mismo camino
druídico y la paciencia te otorgará esos mismos dones si los sabes esperar.
Como te mencioné antes, el relato de la druidesa sirvió para acercarte a este sendero
desde una visión más intuitiva. Es una excelente forma para seguir aprendiendo. Crea
historias en tu mente, imagina y déjalas divagar, esperando que las respuestas de tu
inconsciente aparezcan. Luego ponlas a prueba como a todo tipo de conocimiento.

Dimensión ética
Ya mencionamos el relativismo del bien y el mal en el capítulo anterior. ¿Qué nos queda
decir de la moral y la ética? Como en todo, hay muchas normas que puedes seguir,
muchos consejos y pautas de comportamiento, y como con todo, debes analizarlo y
ponerlo a prueba para saber si quieres que forme parte de ti.
Las llamadas tríadas, las nueve virtudes celtas, el testamento de Morainn o el triskel son
algunas opciones donde se habla de la ética druídica. Puedes investigar éstas, o concluir
tú mismo sobre tus pautas de conducta. Sé fiel a ti mismo y a lo que te rodea, y ante
todo, respeta y tolera.

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El triskel, símbolo antiguo, representa con sus tres espirales escuchar el Conocimiento,
aceptar la Verdad, y observar la Naturaleza. Tres controles y tres maneras de dirigir
nuestro camino.
Por último, la magia posee las cuatro palabras de la esfinge, que resumen toda la ética
del mago: querer, osar, saber y callar. Entre las tríadas, puedes encontrar una muy
parecida:
Las tres claves del saber druídico son saber, atreverse y guardar silencio.
En ti queda reflexionar sobre esta afirmación.

A lo largo de este manual, esta forma de aprender estuvo latente. Si observas en las
tareas de cada capítulo, verás que te invito a observar lo que a tu intuición le llame más
la atención, a buscar analogías, a seguir investigando aún aprendido el tema, y a criticar
absolutamente todo (con fundamentos, claro). También usé el relato para ir integrando
tu parte analógica e intuitiva al sendero del conocimiento que empezaste a recorrer. El
mismo tiene innumerables señales que quizá ahora no identifiques conscientemente,
pero que esa otra faceta tuya captó y te mostrará cuando sea oportuno. Y te lo digo con
la sinceridad de la persona que escribió y descubrió cosas que creía que no sabía al
releer su trabajo ^^. De todas maneras, analiza los arquetipos de esos relatos y piensa
atentamente cada palabra usada en todo el manual, porque no son inocentes. Significan
exactamente lo que dicen, e incluso un poco más.
Además, te insté siempre a buscar varias teorías que expliquen lo mismo, y a por lo
menos reflexionar, antes de tomar una postura. Y te animé a que busques en tus raíces,
en tu zona, para crear un druidismo más autóctono, ya sea desde los mitos y las leyendas
como de la biología. Esto también es importante, porque no tienes que olvidar que este
camino es una tradición europea, y como tal, está basada en las condiciones biológicas
de esa zona. Seguir manteniendo la sacralidad del roble quizá no tenga valor para ti y
prefieras reemplazarlo por un árbol de tu país, o quizá puedas trabajar con ambos,
estableciendo analogías entre especies. Pero lo que no me gustaría que hicieras es
pensar el druidismo tal cual lo puedes leer en fuentes irlandesas, galesas o inglesas.
Como América Latina, nos hemos visto mezclados con culturas ajenas, mediante
colonizaciones un tanto brutales, tanto literal como económicamente hablando. Y
durante mucho tiempo ignoramos la historia de esta tierra, de nuestros aborígenes. Eso
está empezando a cambiar, y –te lo digo por propia experiencia- las tradiciones nativas
encajan perfectamente en la perspectiva druídica. ¿Cómo podemos plantear que
aprendemos de la Naturaleza, si lo hacemos con un esquema de lejanas latitudes?
Es un aprendizaje difícil, y toma más tiempo, porque además de aprender debes adaptar.
Pero las consecuencias son magníficas, porque creas un lazo más profundo con Natura,
más empático, mágico y espiritual.

La verdad contra el mundo

Tema escabroso sin duda. ¿Qué es la Verdad, con mayúscula? ¿Existe? ¿Es posible
aprehenderla?
Muchas religiones se afanan de poseer la Verdad Absoluta, de tener al Hijo de Dios, o al
Dios mismo en sus filas, de haber descubierto el “verdadero” camino. ¿Qué es todo eso?
Es la seguridad de que sus elecciones son correctas, casi a modo de justificación, es la
dogmatización de una información y elevación a la categoría de omnipresente y
omnisciente. Todos deben saber esa verdad para ser libres, buenos, castos, ir al cielo y
un largo etcétera.

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También la verdad está presente en las ciencias, aunque en las sociales se tiene más
reticencia a usar esta palabra. En los tribunales se habla de verdad, en la escuela, en la
calle, los partidos políticos… todo sector o grupo social hace referencia a esta palabra,
lo que da un abanico de verdades maravillosamente amplio y contradictorio. ¿Cómo
elegir la correcta entonces?
Como con todo, ésta es sólo una visión del asunto. En mi opinión, toda esa dicotomía
que supone adivinar cual de los Dioses Krishna o Jehová es más verdadero, de aceptar si
es valedera o no la opción de no comer carne y muchas otros dilemas, aparece cuando
vemos a la verdad como algo universal. Cuando creemos que debe haber “algo” que
trascienda el tiempo y el lugar, y que ante la misma pregunta en cualquier parte la
respuesta sea la misma, sin alteraciones. Que la respuesta la piensen los hombres, esté
en los libros, y los hombres de ciencia la apliquen en la realidad. Que no quepa duda de
que otra contestación no podría ser posible.
A lo largo de este manual, te he hablado de catmas, y de “elegir tu propia verdad”.
Supongo que alguna idea te habrá picado con todos esos comentarios. Se dice que los
antiguos celtas ya desconfiaban de las afirmaciones universales, y se cree que los
druidas recalcaban constantemente la búsqueda del camino propio, y por ende, de una
verdad propia. Creían que el mundo no necesitaba conciliación, que las mentes estaban
en distinto grado de evolución, y que cada ser necesitaba diversas lecciones que
aprender.
Siguiendo esta misma línea, muchos practicantes aceptan el relativismo del mundo.
Nada es bueno o malo en esencia. Matar a una persona podría parecer una acción
totalmente negativa, pero si se practica la eutanasia para detener el sufrimiento, o si ésta
estaba a punto de matar a toda una familia, podemos no estar del todo seguros de
nuestra calificación. Ayudar a un amigo en un examen puede ser un gran acto de
amistad, pero también es alentarlo a que no crezca por sí mismo. Todo tiene muchas
formas de verse, algunas positivas, otras negativas y otras neutrales.
El símbolo del yin y el yang sintetiza para algunos la manera de ver el mundo. Nada es
negro totalmente, sino que es blanco en potencia también. De todas maneras, el
druidismo se caracteriza por ser más triádico que dual, catma que se sintetiza en
numerosos símbolos como el triskel, la triqueta, el tricolofn o la triple espiral.
Algunos druidas sostienen que existen lo blanco, lo negro y un abanico de grises
enormes, que sintetizan como tercer alternativa. Otros ven el tercer elemento como la
reconciliación de los opuestos, otros como su trascendencia. Lo cierto es que la trinidad
forma parte intrínseca de este camino, y con ella una concepción bastante libre de la
verdad.
Volviendo al relativismo, muchos druidas sostienen que cada cual tiene su crecimiento,
su forma de ver las cosas, su mirada, construida por su entorno, su cultura, sus
relaciones, y todas las reflexiones que haya hecho a lo largo de su vida. Si miramos más
atrás, cada alma debe aprender cosas distintas en cada reencarnación, o si se cree en el
Destino, tiene una misión diferente. Todo esto nos condiciona a que miremos el mundo
de una manera diferente a nuestros pares.
A un occidental le cuesta pensar en el mundo como algo global, relacionado, holístico, y
al oriental la mirada estructuralista del Oeste le parece complicada. Un niño no puede
entender la preocupación por unos números que suben y bajan en las bolsas de valores,
ni un adulto puede concebir lo divertido que puede ser mirar tres horas una flor abrirse.
De la misma manera, hay personas que la idea de los antepasados y fantasmas vagando
por este mundo les parece aterradora y no podrían vivir con semejante premisa. Otros
ven en este hecho una tranquilidad inmensa, porque se sienten guiados y protegidos.
¿Cuál de los dos tiene razón?, ¿Están o no están los muertos entre nosotros?

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Para el druidismo, la respuesta “real” no existe. Así de sencillo. Si para ti es posible
verlos caminando por tu hogar, es muy probable que los veas o sientas. Si sostienes que
cuando mueres dejas de existir, no sentirás presencia alguna, y “realmente” no estarán
allí. Podría ir un psíquico a tu casa y aún así vería que está limpia de espectros. ¿Cómo
es esto posible? Voy a dar mi opinión al respecto, que puede ser refutada por ti y por
cualquiera, y que incluso puede servirte, como no. Lamento si me pongo un poco
cientifista.
Personalmente, creo que evolucionamos energéticamente. Que esa energía se fue
complejizando desde los protozoarios y evolucionó hasta lo que somos hoy. Y que
cuando logramos elevar nuestra energía por sobre el común vemos otra realidad,
sentimos a las hadas, oímos a los ángeles y vemos el futuro. Creo que todo ello es
consecuencia de variaciones energéticas, de vibraciones más altas o más bajas.
En este sentido, nos es invisible e inobservable aquello con lo que no vibramos en
sintonía. No podemos ver las ondas del sonido, ni los rayos infrarrojos, ni los seres
etéreos. Esto, a mi entender, ocurre por un lado por la vibración energética, pero
también por la forma que tenemos de ver el mundo. Se dice que los aborígenes de
América no vieron las naves de Colón hasta que estuvieron frente a sus ojos, porque no
concebían en sus mentes nada parecido, y eso las hacía invisibles a su mirar. De la
misma manera, cuando estamos pensando constantemente en algo, como buscar un
empleo, comenzar algún taller o comprar un regalo en particular, solemos percatarnos
de todo lo que nos remite a ello, casi como señales. ¿Quién no se ha encontrado en
plena calle mirando un cartel al que nunca le había prestado atención hasta ahora, a
pesar de verlo a diario? Nuestra mente posee lentes o filtros que descartan información
innecesaria y nos hacen conscientes de lo que para nosotros es relevante. ¿Podría ser
que de esta manera, si no creemos relevantes a los fantasmas, éstos no aparezcan ante
nosotros?
Como nada es blanco o negro, puedo aventurar que esto es un factor más, pero no un
determinante. Quizá sí existan los ancestros de una manera contactable, pero nuestra
reticencia les impida acercarse, quizá también esté involucrado el nivel energético que
poseemos y por ende atraemos, y quizás todas estas barreras pueden ser traspuestas por
un espíritu realmente fuerte que necesita contactarse con nosotros. O quizá sólo sean
juegos de la mente que “terciariza” en un otro un aspecto o mensaje importante para
nosotros y que mediante recuerdos visuales o auditivos, se hace presente.
Desde este enfoque, es posible que tú veas fantasmas, que yo no crea en ellos y para mí
no existan, y que un tercero crea en que sí hay vida después de la muerte, pero que no
pueden ser contactados. Todo ello es válido en el druidismo, y eso te permite poner a
prueba tus creencias y configurar un mundo “a tu medida”. Con el tiempo, algunas
premisas cambian y nuevas experiencias se presentan. Puedes optar por dejar de hacer
una acción que creías correcta y eso no te hace pecador. Todos estamos aprendiendo y el
error es parte del aprendizaje.
Así, es difícil que un practicante de druidismo te dé un consejo concreto u opine sobre
una experiencia personal tuya. Lo que te sucede está teñido por tus creencias, y si no
crees en los ángeles y los demonios, es bastante confuso y molesto que alguien te dé esa
explicación ante algo que te sucedió. Demonio, Fir Bolg, ser caótico o de sombra,
Diablo, Shin Dalet, fantasma y hasta extraterrestre o arritmia suelen ser palabras desde
distintas concepciones que explican el mismo hecho. Muchos practicantes temen
estropear más que ayudar ante los senderos ajenos. Cada uno debe encontrar el suyo
propio, las respuestas que tengan más sentido para él. Pero otros sí incursionan,
aconsejan, ayudan y moldean las decisiones de las personas con las que se relacionan.
Libre albedrío: todos podemos elegir qué papel tenemos.

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An Fhírinne in aghaid an lSaoil en Irlanda, Viriona are Anipei Bituios en la Galia, Ar
Gwir a enep Ar Bed en lo que era Armórica, y Y Gwir yn Erbyn y Byd en Gales, son
traducciones del título de este capítulo: la Verdad contra el Mundo. Todo un dicho en la
literatura druídica. ¿Qué es lo que significa? Sí, lo adivinaste, ¡debes buscar qué
simboliza para ti!
Sólo algunos comentarios, teñidos por mi propia reflexión, y que quizá puedan guiarte
en la tuya. Cuando leí por primera vez esa frase, la sentí un poco mesiánica. ¿Acaso
cuando uno descubre la Verdad descubre también que todo en el mundo es opuesto a
ella? Nunca pude soportar ese pensamiento, y creo que de alguna manera esta verdad –
que se configura en mi verdad- debe formar parte del mundo, darle un sentido. También
me recordó a todas las personas que se creen mejor que otras por “conocer la Verdad”. Y
nada más lejos de lo que quiero, ya demasiado ego tengo para lidiar como para
agregarme ese fardo de ser la única haciendo lo correcto.
Una opción que tuvo sentido en un principio para mí fue interpretar al mundo como las
verdades sociales, como los condicionamientos de nuestra cultura, que por ende, son
uniformes o por lo menos intentan englobarnos a todos en la misma bolsa. Por el
contrario, la verdad es algo individual, es mi camino, mi forma de ver el mundo, y ahí
estaría la diferencia que marca la frase. Mi verdad estaría separada, en contra de una
verdad universal propuesta por otras personas ajenas a mí.
Otra interpretación que tuve fue el mundo como mundo actual, como hombres
postmodernos estresados y autómatas que somos. Entendí que la verdad se oponía a este
mundo en la medida que ayuda a despertar y a mirar hacia adentro de cada uno. Y este
pensamiento vino con la idea de ayudar a que los hombres busquen su verdad.
También puede verse con humildad. Si creemos en algo superior, tan maravilloso y
omnipresente para crear y sostener todo lo que conocemos, quizá no tengamos la
capacidad, al ser seres limitados, para entenderlo, para aprehenderlo. En este sentido la
Verdad, el Incognoscible, está más allá del mundo… aunque personalmente me gusta
ver a la divinidad como inmanente en el universo, y no como algo que está detrás, como
un titiritero.
Por último, una interpretación más budista sería que el mundo es ilusión, el mundo es
aquello que nuestros filtros nos permiten ver. Por ende, eso no es lo real, lo verdadero.
Debemos ir quitándonos o por lo menos alternar los distintos filtros para poder observar
más verdaderamente, aunque sin alcanzar la Verdad máxima, ese mar energético.
¿Cómo detectamos lo verdadero? Por ejemplo, a través de la sensación de conexión con
la divinidad que nos embarga a veces.

Fuentes
¿De dónde podemos aprender sobre druidismo? Sabemos que esta tradición es de
amplios países de Europa, y hacia ellos podrías echar el ojo para seguir investigando
más este sendero.
Aquí hay una pequeña e insuficiente lista de libros, lugares e ideas para seguir
averiguando. Fui un poco caótica en mis comienzos –y todavía mantengo un poco de
espontaneidad- así que no tengo todos los nombres y datos que me gustaría tener… ¡Te
toca seguir investigando!
Los mitos y leyendas son un excelente lugar para comenzar. Al tener una tradición
predominantemente oral, los bardos enseñaban su tradición mediante relatos. Así es,
adivinaste, esos cuentos contenían enseñanzas que por analogía podías traspasar a la
vida cotidiana. De esta manera, te recomiendo que leas todo cuanto encuentres de
relatos, y analiza sus personajes como si fueran facetas, arquetipos humanos. Relaciona

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todo lo que puedas con los conocimientos teóricos de druidismo que tengas, y analiza
cómo se desenvuelven esos conceptos en la historia.
Druidismo irlandés: Audacht Morainn (el testamento de Morainn), Auraicept na n-Eces,
la canción de Amhairghin, El caldero de la poesía, La destrucción de la hostería Da
Derga, La segunda batalla de Moytura, Scriptoria, El viaje de Bran, el Viaje de
Maelwyn, Leabhar Ghabhála Érenn (El libro de las invasiones), The settling of the
Manor of Tara, The tale of the Ordeals, La llegada de los milesos, Tuan Mac Carill, etc.
Druidismo galés : El mabinogion, La batalla de los árboles (Câdd Goddeu), Y Gododdin
(de Aneurin), Carmina Gadelica, El Coda (anónimo), Hanes Taliesin, Lamento de la
Edad (Llywach Hen), El libro negro de Caermarthen, El libro rojo de Hersgert, Las 73
estancias de las tumbas, El lecho de muerte (de Meilyr), Colección de la Myfyrian
Archeaology, Jerusalem (de William Blacke), La confederación Hostil, La silla de
Taliesin, Corchan Y Maeldrw (El conjuro de Maeldrw), Y BARDDAS (de Iolo
Morganwch), Los cuatro antiguos libros de Gales, etc.
Otras fuentes: El coloquio de los dos sabios, El Templo del Jaguar y las páginas de
enlaces colocadas allí. Bibliografía antropológica, histórica y arqueológica de los celtas,
versiones de la historia del Rey Arturo y Merlín, etc.

PÉNDICE I
Lectura de las nubes por Casandra Eason

Lectura de las nubes de Sam


A Sam que había trabajado en el mismo puesto administrativo durante veinte años, se le
ofreció la posibilidad de una jubilación anticipada. Shona, su mujer, se dedicaba a las
prácticas curativas y Sam había leído varios libros especializados con gran interés. Sin
embargo, había vivido durante tanto tiempo pendiente del reloj, que no se le ocurría qué
podría hacer si dejaba su trabajo, por lo que comenzó a considerar la posibilidad de
esperar todavía un par de años más antes de jubilarse, a pesar de que admitía que se
sentía ahogado en la oficina. La lógica siempre había sido la base de su vida, pero por
primera vez tenía la sensación de que le fallaba. Finalmente, gracias a un empujón de su
mujer, accedió a intentar despertar su lado más intuitivo por medio de la adivinación a
través de las nubes. Salió un brillante día de primavera y vio las siguientes imágenes:

Nube 1: el asunto o las elecciones


Sam vio la imagen de un poni en una vía del tren, una memoria de su niñez en
Yorkshire. Pensó que esto reflejaba su dilema: estar atrapado en una rutina y al mismo
tiempo caminando por un largo y oscuro túnel. Siempre había trabajado con números
desde que había salido de la escuela y, aunque se sentía cada vez menos satisfecho con
su vida, tenía miedo de enfrentarse a una gran cantidad de tiempo libre. Al igual que el
poni, al ser sacado a la luz del día, había olvidado cómo dar coces.

Nube 2: un posible rumbo de la acción


La imagen era un par de manos extendidas hacia fuera, como si estuvieran puestas sobre
una esfera. A alguien esto el podría parecer que tomaba una pelota ¿Quizá Sam debería
volver a practicar el criquet? Pero los días de este deporte habían quedado muy atrás y
esta idea ni siquiera se le ocurrió. Al contrario, sus primeros pensamientos se dirigieron
a sus potentes manos. Sam admitió que se sentía atraído por las tendencias curativas y
que varias veces había sentido energía en la punta de los dedos. No obstante, lo había
descartado tachándolo de producto de su imaginación.

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Nube 3: resultado posible de seguir la acción sugerida
Esta tercera imagen era una gran casa. Sam me dijo que él y Shona habían hablado un
día de la posibilidad de abrir un centro de métodos curativos alternativos. ¿Podría ser
esto la gran casa? Su casa actual era bastante pequeña.
La lectura de las nubes no transformó a Sam de la noche a la mañana, pero parecía
haber plantado en él una semilla que comenzó a crecer a partir de ese momento. Para la
sorpresa –y placer- de su esposa, Sam decidió comenzar a practicar los métodos
curativos y a pensar en serio la posibilidad de la jubilación anticipada.
La adivinación realizada a través de las nubes no sirvió para predecir un futuro
determinado. Esto no es sorprendente, pues las imágenes vistas reflejaban el propio
inconsciente de Sam, exploraban caminos que sus pensamientos conscientes había
descartado como posibilidades no realistas y sugerían posibles caminos para continuar
avanzando.
En las nubes vemos las imágenes que reflejan nuestro mundo interior. La adivinación a
través de las nubes, como la magia de los druidas y, de hecho, las profecías de toda la
gente sabia, más bien plantean preguntas que dan respuestas, pues éstas deben venir de
la misma persona que las busca.

APÉNDICE II: La concepción humana: los Coires

Los Coires o Calderos son tres lugares de acumulación de Energía, de Awen en el Ser
Humano. Algunos dicen que son una teoría contraria a los Chakras -centros energéticos
de la tradición hindú- pero otros niegan esto diciendo que cumplen funciones distintas.
Yo era de esta segunda opinión, aunque sin una fundamentación lógica, hasta que
descubrí en el libro Meditaciones para la Realización del Alma de Master Choa Kok Sui
algo análogo a los Coires, que ejemplifica como los chakras y los calderos pueden
convivir.
Pero primero, me gustaría contarles la información que tengo sobre estos reservorios de
energía.

Caldero de la incubación, calor, calidez, sustento o mantenimiento


Localizado en el abdomen. Contenedor de nuestra salud. Se ladea y "vuelca" ante una
enfermedad y se vacía en experiencias cercanas a la muerte, o la muerte en sí.
Oscuridad y pesadez, es lo más denso. El asiento de la poesía está tanto en el cuerpo
como en el alma.

Caldero de la Vocación o movimiento


Localizado en el pecho. A veces nace de lado en algunas personas. Expresa y procesa
las emociones y las primeras manifestaciones de poesía. En la posición ladeada sólo
contiene un poco, y debe ser girado mediante la comprensión, expresión y
transformación de las emociones poderosas para corregir la posición. Caldero eje, es el
que nos permite la entrada al otro caldero, según nuestros talentos aprendidos. Energía
en forma de movimiento o transformación. Es la puerta entre este mundo y el otro, entre
el cuerpo y la iluminación.

Caldero del conocimiento o Sabiduría

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Localizado en la cabeza. Aparece dado vuelta en las personas. Es puesto en posición
correcta con entrenamiento y divina inspiración. Sus regalos no se limitan a la poesía,
sino a todo arte. De esta forma sobrepasamos nuestras limitaciones. Los que tienen este
caldero, han bebido en el pozo de la Sabiduría de Manannan y en los arroyos de las
sensaciones del Pozo.

Iluminación y pureza
Cuando los tres están en correcta posición ocurren las Experiencias Místicas. Las EM
están cargadas de emotividad tanto negativa como positiva, y es fundamental aceptar
ambas.

Puedes trabajar con los Coires de manera individual o global. Para observarlos de
manera global cuando están en su posición correcta usa la respiración del fuego: Inhalar
despacio por 3, mantener por 3, exhalar por 3 y retener por 1. Repetir nueve veces para
cada caldero, produce una sensación de movimiento energético. Para meditar sobre su
significado, observar contenidos, etcétera, será la respiración de la instrospección, igual
a la anterior, pero al final retener por 5. Produce una sensación de calma, internalización
y meditación. También usada para observar y comprender imágenes.
Las respiraciones características de los tres Coires son una respiración entrecortada, y
poco profunda para el primer caldero, Inhalar lento y luego suspirar de golpe para el
segundo y largas y profundas respiraciones para el tercero.

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