Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Mozambique es un país situado en el sur de África, con 2.800 km de costa a las márgenes del
Océano Índico. Hasta 1975, fue una colonia portuguesa. Mozambique conquistó su
independencia solamente después de diez años de lucha armada entre las fuerzas colonialistas
portuguesas y las fuerzas nacionalistas lideradas por el FRELIMO (Frente de Liberación
Nacional). El deseo de independencia de los mozambicanos fue recibido por los portugueses
con masacres y agresiones.
En 1977 deflagró el conflicto entre el gobierno socialista del FRELIMO, que estaba en el poder, y
las fuerzas contra-insurgentes de la RENAMO (Resistencia Nacional de Mozambique), luego
después de la independencia. Las fuerzas políticas globales específicas actuantes en el conflicto
FRELIMO-RENAMO tornaron a éste particularmente brutal y destructivo. Uno de los motivos
para esto: este último conflicto no unió a los mozambicanos contra un agresor común extranjero,
como había ocurrido en las guerras coloniales.
Al contrario, los conflictos internos, que las políticas socialistas del FRELIMO pueden haber
engendrado en su gobierno, luego después de la independencia, fueron alimentados por
segregaciones regionales y la política de la guerra fría global que apuntaba a promover la
desestabilización por todo el sur de África. Temiendo a la presencia de un fuerte gobierno negro,
nacionalista y socialista, simpático a las fuerzas anti-apartheid, la RENAMO fue inicialmente
apoyada por el gobierno blanco sur-rodesiano (hasta 1980) y, subsecuentemente, por el
gobierno racista de África del Sur. El FRELIMO, por otro lado, había sido apoyado por el bloque
socialista oriental y, así, sufrió las repercusiones económicas y políticas de su elección de la
alianza en las relaciones Este- Oeste
A pesar del FRELIMO y la RENAMO haber firmado un acuerdo de paz en 1992, y organizado
elecciones democráticas pluripartidarias en 1994, el conflicto cobró un tributo no sólo material,
como psicológico y espiritual de los niños, de sus familias y comunidades.
Las repercusiones psíquicas de la actuación de las fuerzas políticas específicas por detrás del
conflicto fueron especialmente serias pues la campaña de desestabilización regional tenía como
uno de sus objetivos la destrucción del tejido de la vida social y de la estabilidad comunitaria
(Vines, 1991).
- El conflicto costó casi un millón de vidas humanas,
siendo 45% de ellas niños con edad menor a los 15 años (UNDP, 1990).
- Un millón y medio de mozambicanos tuvieron que buscar refugio en Zambia, Zimbabue, Malaui,
Tanzania y África del Sur.
- Aún, otros 3 millones se tornaron internamente
“desplazados de guerra”, en la medida en que las comunidades rurales fueron forzadas a migrar
para centros urbanos o lugares militarmente más seguros.
- 600.000 niños fueron privados del acceso a la escuela debido a la destrucción de 2.655
escuelas primarias, 22 secundarias y 36 internados
en áreas rurales (Ratilal, 1989).
- Al final del conflicto, 2 millones de minas anti-personales
aún estaban colocadas en el país.
- En 1988, UNICEF estimó en casi 250.000 a los niños mozambicanos que sufrían de traumas
físicos y psíquicos.
Estos niños habían sido testigos de la muerte de sus padres y familias, Habían sido obligados a
desplazarse de sus hogares en busca de abrigo seguro, y habían sido sometidos a varias
formas de abuso, inclusive rapto y violencia sexual.
- Innúmeras familias fueron desmembradas o separadas.
NIÑOS SOLDADO
Los niños también fueron usados como soldados por todas las partes involucradas en el
conflicto. De acuerdo con UNICEF, en 1988, cerca de 10.000 niños aún estaban siendo usados
en combate por las fuerzas guerrilleras de la RENAMO. Un número desconocido de niños fue
forzado a integrarse a las “milicias populares”, fuerzas paramilitares locales dirigidas por el
FRELIMO. Muchos niños fueron también usados como soldados en el ejército del gobierno
Los datos reunidos durante los esfuerzos de desmovilización, al final del conflicto, revelaron que
27% (cerca de 25.498) de los soldados desmovilizados tenían menos de 18 años en la época de
su reclutamiento. De estos, 16.553 pertenecían a las fuerzas gubernamentales del FRELIMO y
8.945 a la RENAMO (ONUMOZ,1994).
Los niños fueron expuestos a una serie de situaciones que los pusieron bajo el riesgo de estrés
traumático. Sumados a los miedos y tensiones por estar en estado constante de peligro para si
mismos y sus familiares, algunos perdieron familias enteras. Otros, aún, fueron raptados y
puestos al servicio de las fuerzas militares del FRELIMO o de la RENAMO.
Los niños eran usados en una variedad de funciones, incluyendo las de espías, de cargadores
de munición, como soldados en misiones de combate, como trabajadores esclavos para la
producción de alimento para los soldados y como concubinos/as sexuales. Las niñas formaban
la mayoría en estos dos últimos casos.
La naturaleza brutal y destructiva de esas experiencias es mejor comprendida a través del relato
hecho por los propios niños. Por ejemplo, la mayor parte de las niñas atendidas por la ARES,
Asociación Reconstruyendo la Esperanza, en la Isla de Josina Machel, había sido
violentamente separada de sus familias por los guerrilleros de la RENAMO. Ellos eran
llevados para las bases militares y colocados en una casa que servía de prisión.
Los niños fueron expuestos a una serie de situaciones que los pusieron bajo el riesgo de estrés
traumático. Sumados a los miedos y tensiones por estar en estado constante de peligro para si
mismos y sus familiares, algunos perdieron familias enteras. Otros, aún, fueron raptados y
puestos al servicio de las fuerzas militares del FRELIMO o de la RENAMO.
Los niños eran usados en una variedad de funciones, incluyendo las de espías, de cargadores
de munición, como soldados en misiones de combate, como trabajadores esclavos para la
producción de alimento para los soldados y como concubinos/as sexuales. Las niñas formaban
la mayoría en estos dos últimos casos.
La naturaleza brutal y destructiva de esas experiencias es mejor comprendida a través del relato
hecho por los propios niños. Por ejemplo, la mayor parte de las niñas atendidas por la ARES,
Asociación Reconstruyendo la Esperanza, en la Isla de Josina Machel, había sido
violentamente separada de sus familias por los guerrilleros de la RENAMO. Ellos eran
llevados para las bases militares y colocados en una casa que servía de prisión.
Los niños fueron expuestos a una serie de situaciones que los pusieron bajo el riesgo de estrés
traumático. Sumados a los miedos y tensiones por estar en estado constante de peligro para si
mismos y sus familiares, algunos perdieron familias enteras. Otros, aún, fueron raptados y
puestos al servicio de las fuerzas militares del FRELIMO o de la RENAMO.
Los niños eran usados en una variedad de funciones, incluyendo las de espías, de cargadores de
munición, como soldados en misiones de combate, como trabajadores esclavos para la
producción de alimento para los soldados y como concubinos/as sexuales. Las niñas formaban
la mayoría en estos dos últimos casos.
La naturaleza brutal y destructiva de esas experiencias es mejor comprendida a través del relato
hecho por los propios niños. Por ejemplo, la mayor parte de las niñas atendidas por la ARES,
Asociación Reconstruyendo la Esperanza, en la Isla de Josina Machel, había sido
violentamente separada de sus familias por los guerrilleros de la RENAMO. Ellos eran
llevados para las bases militares y colocados en una casa que servía de prisión.
Al obligar a Jonas a matar a su padre delante de su familia y vecinos, en su propia aldea, los
guerrilleros intentaban destruir todos los vínculos que ligaban a Jonas a su pasado, a su familia,
amigos, área de diversión y poblado. Como un guerrillero, Jonas no podía huir, porque huir
implica tener un lugar para donde ir. Jonas sirvió
por 5 años en las fuerzas guerrilleras. “Yo era un buen soldado, y no tenía miedo de nada
durante el combate. Todo lo que sabía era que la muerte me libraría de mis pesadillas. La vida
era una pesadilla”.
Hombres y niños raptados eran “entrenados a través de un proceso brutal de privación, golpes,
amenazas. Ellos eran forzados a quebrar tabús, tales como comer carne humana y matar a un
miembro de la familia. Este proceso tiene por objetivo alienar a los soldados de su pasado,
tornándolos dependientes de la Renamo” (Richman, 1991). La explotación sexual de las niñas
tenía un efecto similar, pues, como las niñas nos dirían más tarde, ellas experimentaban a la
violación no sólo como una vergüenza personal, sino también como una marca de vergüenza
para la familia entera.
En otros casos, entretanto, los niños eran forzados a ir a la línea de frente del conflicto por las
propias familias; esto no era fácil de negociar para los niños, y lo que estaría en riesgo, caso se
recusasen, era del mismo modo coercitivo. Por ejemplo, cuando Filimone tenía 13 años, fue
forzado por su padre a servir como miliciano. Su hermano, César, había sido raptado por los
guerrilleros.
Lo que Filimone más apreciaba era el amor que sentía por su padre, su familia y sus profesores...
Más tarde, él nos diría que, caso no hiciese lo que era esperado de él, corría el riesgo de perder
este amor y la protección de sus padres. Pero había una dimensión adicional en este conflicto de
lealtad que atemorizaba a Filimone: “Durante el combate yo evitaba tirar, porque temía que una
de mis ráfagas pudiese matar a mi hermano, que también había sido forzado a luchar, sólo que
del lado de la guerrilla (...). Hasta hoy, hay lugares aquí en la isla (de Josina Machel) adonde yo
no voy... (...) Son lugares donde las personas que matamos, o que fueron muertas por la
RENAMO están enterradas”
Capacidades Cognitivas
Nosotros también observamos disturbios en capacidades secundarias de inteligencia, tales como
concentración, memoria y flexibilidad intelectual. Estos disturbios, que están asociados con la
elaboración psicotraumática, tal como “flashbacks”, afectaban el desarrollo normal de la
inteligencia en los niños y jóvenes que diagnosticamos.
Respuestas Psicosomáticas
Los niños y los jóvenes de Josina Machel se quejaban, con frecuencia, de sufrir de los siguientes
disturbios psicosomáticos: cansancio constante, mareos, perturbaciones del sueño; dolores de
cabeza frecuentes; dolor de estómago. En algunos pacientes, su sentido de precariedad general
de la vida se extendía a las visiones de sus cuerpos, que algunos comenzaban a encontrar
repulsivos. En vez de un instrumento que los protege y con el cual se identifican, estos pacientes
experimentaban sus cuerpos como nada más que huesos, carne y líquido que pueden ser
fácilmente despedazados por una bala o un hacha.
Un sentimiento de repulsión por sus propios cuerpos era particularmente prevalente entre las
niñas que fueron abusadas sexualmente. La repulsión de esas niñas por sus cuerpos parecía
espejar su estigmatización social. Ellas son forzadas a esconder sus experiencias traumáticas,
porque sienten, simultáneamente, culpa y sensación de deshonra.
Cuando sus abusos sexuales se tornan conocidos públicamente, este sentimiento de deshonra es
usado contra ellas y pasan a ser referidas como prostitutas por otros miembros de la comunidad.
Una de las consecuencias de esta estigmatización social es el miedo que esas niñas y sus
familias tienen de las repercusiones que sus experiencias de violencia sexual tendrán sobre el
lobolo, pues existe el recelo de que un pretendiente potencial y su familia puedan estar menos
deseosos de pagar el lobolo, o inclinados a pagar significativamente menos.
Lobolo es el pago simbólico hecho a la familia de la novia por la familia del novio. Este pago es
hecho como una ofrenda a los ancestrales de la novia, como forma de introducir al novio a la
familia ancestral de la novia y, también, de pedir su bendición, ya que ahora la novia se torna
parte de la familia del novio.
En una tentativa de lidiar con algunos de los disturbios psicosociales que persisten afectando a
los niños, sus familias y comunidades, nuestro trabajo en la Isla Josina Machel tuvo dos
principales componentes: la intervención preventiva primaria, y la intervención preventiva
secundaria o curativa.