La Quiebra, Como proceso legal, es aquel mediante el cual un deudor
declara su incapacidad para pagar sus deudas. La declaración de quiebra o bancarrota puede pretender lograr la anulación de la obligación del pago de las deudas o puede reducirse a una suspensión de pagos temporal que permita al deudor reorganizar sus finanzas para pagar después. Los procesos que siguen a la declaración de quiebra difieren entre países; aunque las principales opciones son las siguientes: en Primera Opción, se puede optar por una liquidación, que implica la venta de todos los activos de la empresa para satisfacer a los acreedores con los ingresos obtenidos, en función de ciertas prioridades; una Segunda Opción consiste en que los principales acreedores designan a un síndico que tendrá que decidir si conserva la empresa o la liquida. Una Tercera Opción consiste en buscar un administrador independiente que se responsabilizará de la empresa pero trabajará pensando en los intereses de todos los acreedores y no sólo de los principales, y una Cuarta y Última Opción consiste en declararse en suspensión de pagos, en lugar de vender los activos de la empresa; aquí se presenta un plan de reestructuración que habrá de ser aprobado por una institución independiente, en el cual se puede optar por vender parte de los activos, realizar una ampliación de capital o emitir nueva deuda.
Quiebra Causal o Fortuita
Se dice que es el resultado de causas y circunstancias ajenas a la
voluntad o propósito de su autor de quien se puede decir, además, que haya actuado con suma con mesura, cuidado y prudencia, en la gestión de sus negocios.
Quiebra Culpable
Esta se da cuando su titular obra culposamente en relación con sus
acreedores y el desenvolvimiento de sus propios negocios, sea por incurrir en gastos desmedidos, en especulaciones ruinosas, abandono de la atención de sus negocios o porque se enreda en los juegos de azar, o incurre en cualquier tipo de imprudencia o negligencia manifiesta.
Quiebra Fraudulenta
Se dice que ésta presenta el carácter de fraudulenta cuando su titular
actuando en fraude de sus acreedores; simule deudas, enajenaciones, gastos o pérdidas. También si substrae u oculte bienes que pertenecen a la maza o concede ventajas indebidas a uno u otro acreedor, cualquiera de éstas será sancionada por la ley penal. Esta normativa se regula mediante la técnica de la Ley Penal en Blanco, ya que se apoya en el Código de Comercio y en el de Procedimiento Civil. Resulta evidente que el concepto de la quiebra en el ámbito penal, ya que si bien la quiebra en sí misma no constituye un delito, si lo es cuando concurren en ella determinadas circunstancias imputables al comerciante, y que la ley indica expresamente. Para proceder penalmente en contra del quebrado, a fin de exigir la responsabilidad penal correspondiente, es necesario que exista primeramente la declaración de quiebra dictada judicialmente, la cual constituye un requisito para su represión penal, correspondiendo al Juez de lo penal, su clasificación como culpable o fraudulenta. No debe confundirse la declaración de quiebra hecha por el Juez que conoce de procedimientos mercantiles, con la calificación que hace el Juez Penal previamente al inicio de la causa penal declaratoria que, por otra parte no posee carácter definitivo porque al dictarse la sentencia en el proceso penal es cuando habrá decidirse, para los efectos de la imposición de la pena, si la quiebra en el que el inculpado a incurrido es culpable o fraudulenta.