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Propuesta de inclusión de 4 dimensiones complementarias al

Inventario del Espectro del Autismo de Rivière


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Autismo Diario March 29, 2018

1. JUSTIFICACIÓN
El Inventario de Espectro del Autismo (IDEA) fue elaborado por Rivière (1997) con el objetivo
de evaluar los cuatro grandes grupos de trastornos que representa la sintomatología básica
del autismo inspirada en la noción de espectro enunciado por Wind y Gould (1979).

Estos cuatro grandes grupos de trastornos (trastornos de la relación, trastornos de la


comunicación, trastornos de la anticipación y la flexibilidad y trastornos de la simbolización)
agrupan 12 dimensiones que permiten evaluar con mayor precisión aspectos concretos del
autismo. Por su parte, cada una de las dimensiones se presenta en 4 niveles que ayudan a
delimitar el nivel de severidad de los síntomas del espectro del autismo (TEA).

Aunque han aparecido en los últimos años algunos trabajos que han pretendido determinar
la validez del IDEA como una herramienta diagnóstica (García-López y Narbona, 2014), el
inventario no fue ideado inicialmente con el objetivo de ayudar al diagnóstico diferencial del
autismo, sino con el fin de valorar la severidad y profundidad de los rasgos autistas que
presenta una persona, para ayudar a formular estrategias de tratamiento de las dimensiones
y, también, con el fin de evaluar los cambios a medio y largo plazo que se producen por
efecto del tratamiento.

A fecha de hoy, ya han pasado en torno a 20 años desde su aparición y se han producido
hechos importantes que sugieren la conveniencia de incluir en la evaluación del trastorno
algunos síntomas no contemplados en la versión original inventario IDEA.

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Hay que señalar que después de los trabajos iniciales de Ayres (1972, 1972a, 1989, entre
otros), en las últimas décadas se ha venido observando un importante número de
investigaciones que han resaltado el papel de los trastornos de origen sensorial y su relación
con la expresión de los síntomas conductuales de los TEA, incluidas las conductas de
evitación o de búsqueda sensorial (Ayres y Tickle,1980; Larocci y McDonald, 2006; Tomchek, y
Dunn, 2007; Lang et al., 2012; Lane, 2012; entre otros) y también otros síntomas afectivos y
emocionales tales como altos estados de ansiedad y de depresión (Ben-Sasson et al., 2008;
Kim et al., 2000).

La evidencia acumulada, entre otras, por las investigaciones reseñadas en el párrafo


anterior, han llevado a incluir las peculiaridades sensoriales como un síntoma esencial en el
trastorno, lo cual ha quedado reflejado en los criterios de diagnósticos recogidos en el actual
DSM 5 (APA, 2013).

Hiper- o hiporeactividad a los estímulos sensoriales o interés inhabitual por aspectos sensoriales
del entorno (p. ej., indiferencia aparente al dolor/temperatura, respuesta adversa a sonidos o
texturas específicos, olfateo o palpación excesiva de objetos, fascinación visual por las luces o el
movimiento). (p. 29).

Y también en la propuesta clasificatoria del futuro CIE 11:

Hipersensibilidad o hiposensibilidad a estímulos sensoriales o interés en estímulos sensoriales que


puede incluir sonidos, luces, texturas, olores, sabores, calor, frío o dolor.

Por otro lado, también es importante resaltar el cambio producido que ha dado paso a la
consideración de los TEA como única categoría que aglutina a la antigua tipología de
Trastornos Generalizados del Desarrollo (Autismo, S. Asperger, Trastorno Desintegrativo,
TGD No Especificado, etc.). Esto ha traído consigo la necesidad de determinar distintos
grados de severidad dentro del espectro. En este sentido, el DSM 5, ha propuesto tres
niveles de severidad del trastorno que vienen determinados por la intensidad el apoyo
requerido:

Grado 1: necesita apoyo.


Grado 2: necesita apoyo sustancial.
Grado 3: necesita apoyo muy sustancial.

Atendiendo los cambios que hemos señalado, nuestra propuesta se circunscribe a la


inclusión de una serie de dimensiones complementarias a las 12 dimensiones iniciales del
IDEA con las que creemos que se pueden enriquecer las posibilidades de análisis
inicialmente propuesta por Rivière.

Somos conscientes de que, en base al estado actual de la investigación y quizá también


porque no hay consenso entre los distintos modelos teóricos, nuestra propuesta debe
entenderse como provisional, y con ella se inicia un proceso de elaboración y de validación
que deberá contrastarse con la experiencia y con el aporte de indicadores de fiabilidad y
validez futuros con los que aún no cuenta.

En concreto proponemos 4 nuevas dimensiones. Las tres primeras dimensiones de nuestra


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propuesta están agrupadas en torno a un grupo de trastornos denominados “trastornos de
la integración-procesamiento sensorial” y que, siguiendo el modelo clásico de Miller et al.
(2007) incluyen: 1) los trastornos de la modulación sensorial, 2) los trastornos de la
discriminación sensorial y 3) los trastornos motores de base sensorial.

La cuarta y última de las dimensiones que contiene nuestra propuesta se refiere a los niveles
de severidad del trastorno reflejadas en DSM 5 y que tienen relación con las necesidades de
apoyo derivadas de la gravedad de la sintomatología en las áreas comunicativas y
conductuales.

Esta versión propuesta debe ser considerada como una versión experimental que
ofrecemos a los clínicos y a los terapeutas de forma libre para que experimenten con ella y
para que realicen los juicios oportunos sobre su pertinencia y sobre sus vicios y virtudes con
el fin de contribuir a su proceso de validación.

Seguidamente se explicitan las nuevas dimensiones y los 4 niveles de gravedad de cada una
de ellas.

2. PROPUESTA DE 4 NUEVAS DIMENSIONES


Dimensión 13: Trastornos en la modulación sensorial

Los trastornos de la modulación sensorial posiblemente sean el grupo de trastornos


sensoriales más estudiados en el ámbito de los TEA, quizá por la frecuencia con la que se
observan reacciones de evitación o de búsqueda de sensaciones en algunas de las personas
con autismo ante determinados estímulos táctiles, auditivos, visuales, gustativos, olfatorios,
propioceptivos, vestibulares o interoceptivos. Es más, en ocasiones las respuestas de
evitación o de búsqueda atípicas de sensaciones han servido como elemento de detección
para el diagnóstico de los TEA (Dahlgren & Gillberg, 1989).

En la tabla 1, que completa la propuesta de Mangeot et al. (2001, p. 400) se señalan algunos
ejemplos de reacciones a los estímulos en función de la modalidad sensorial.

Tabla 1: Ejemplos de reacciones ante los estímulos.

MODALIDAD EJEMPLOS DE CONDUCTAS DE BÚSQUEDA EJEMPLOS DE CONDUCTAS


SENSORIAL EVITATIVAS

Modulación de – Toca a los demás con mucha frecuencia o – Muestra reacciones agresivas
estímulos con demasiada intensidad- Toca o se lleva a la cuando se le toca.- Evita ciertas
táctiles boca partes del cuerpo u objetos de forma texturas de ropas o prendas que
frecuente.- Busca estímulos de alta presión: se pican o molestan. Reacciones de
pone debajo de almohadones o alfombras o rechazo a etiquetas
mantas pesadas.

Modulación de – Le gusta escuchar música, buscar ritmos, – Muestra conductas de evitación


estímulos subir y bajar el volumen de los aparatos.Le ante ruidos, y suele taparte los oídos
auditivos gusta hacer sonidos repetitivos o ritmos con cuando hay un sonido imprevisto,
los objetos petardos, globos, etc

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Modulación de – Puede quedarse absorto mirando los rayos – Presenta muestras de sobrecarga
estímulos de sol o los reflejos de los objetos.- Puede estimular antes determinados
visuales mirar a los objetos desde distintas estímulos luminosos como por
perspectivas. ejemplo al imperceptible tintineo de
las luces fluorescentes o fuentes
luminosos de alta intensidad.

Modulación de – Se lleva a la boca diversos objetos o – Muestra hiperselectividad ante los


estímulos alimentos experimentando con el sabor y las alimentos.- No le gusta probar
gustativos texturas.- Le atraen determinados olores alimentos nuevos.- Muestra
intensos. reacciones de repulsión o rechazo
ante sabores y texturas.

Modulación de – Búsqueda continua de movimientos como – Muestra conductas de temor o de


estímulos saltar, correr, balancearse en balancines y rechazo cuando se mueve rápido o
vestibulares columpios cuando tiene que saltar de un sitio a
otro y no le gustan los columpios o
los toboganes.

Modulación de – Muestra estereotipias tales como golpearse – Tono muscular bajo, dificultades
estímulos la cabeza, aleteos, etc.- Tiene estereotipas motoras, torpeza, problemas de
propioceptivos golpeando objetos, girando objetos o se coordinación.
chupa los dedos o las manos de forma
frecuente.

Modulación de – Puede que haga ejercicio físico en exceso – puede que coma más que otros
estímulos para buscar sensaciones de cansancio..- chicos para evitar sentir retortijones
interoceptivos Puede que no coma o beba tanto como otros por hambre.- Puede que use el baño
chicos porque se siente bien teniendo hambre más seguido de lo necesario porque
o sed. no les guste sentir la vejiga llena.

Los trastornos señalados en esta dimensión se caracterizan por las dificultades en la


reactividad a los estímulos, ya sea por hipersensibilidad, hiposensibilidad o patrones
fluctuantes en su vida cotidiana. Las personas que tienen desórdenes de modulación
frecuentemente responden de manera inconsistente y demuestran inflexibilidad para
adaptarse a sus ambientes inmediatos. En esta dimensión también se tiene en cuenta la
efectividad estimada de la ayuda externa proporcionada ante dicha situación.

13.1 Patrones de hiper-hipo o fluctuantes severos que causan dificultades significativas que impiden 8
la autorregulación, dificultan la atención e impiden la realización de las actividades de la vida diaria,
la participación en la escuela o en el juego. Se pueden dar sobrecargas sensoriales frecuentes,
problemas graves en alimentación, en el mantenimiento de la higiene o en el aprendizaje, entre 7
otros. También puede producirse una falta de reconocimiento de estímulos (hambre, dolor,
percepción de riesgo, etc.), que puede suponer un riesgo para la salud de la persona. No hay
consciencia de la fuente estimular y la persona no es permeable a las ayudas proporcionadas de
forma externa.

13.2 Patrones de hiper-hipo o fluctuantes moderados que causan dificultades que la 6


autorregulación, dificultan la atención e impiden la realización de las actividades de la vida diaria, la
participación en la escuela o en el juego. Se pueden producir sobrecargas sensoriales, problemas en
alimentación, en el mantenimiento de la higiene o en el aprendizaje, entre otros. No hay consciencia 5
de la fuente estimular, pero los adultos significativos pueden identificar claramente la fuente y
planificar ayudas que favorezcan la autorregulación.
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13.3 Patrones de hiper-hipo o fluctuantes ligeros que pueden causar dificultades puntuales que 4
dificultan la autorregulación, dificultan la atención e impiden la realización de las actividades de la
vida diaria, la participación en la escuela o en el juego. Hay más conciencia de la fuente estimular y
pueden solicitar ayuda, por lo que pueden usarse ayudas externas. 3

13.4 Patrones de hiper-hipo o fluctuantes ligeros que pueden producirse en situaciones o lugares 2
nuevos. La persona es capaz de identificar la fuente estimular y poner en marcha conductas de
autorregulación o solicitar ayuda.
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Dimensión 14: Trastornos en la discriminación sensorial

Como se ha señalado, los sistemas sensoriales y sensitivos aportan información al individuo


para que pueda producirse un ajuste eficaz al medio ambiente. Estos sistemas aportan
información del medio ambiente a través de los receptores sensoriales exteroceptivos
(visión, audición, gusto, olfato y tacto) y del interior del organismo a través de los sistemas
propioceptivo, vestibular e interoceptivo.

La discriminación sensorial se refiere a la capacidad de la persona para identificar la fuente


estimular distinguiendo la procedencia del sistema de captación y sus cualidades. Hay
distintos trabajos que han señalado diferencias respecto del patrón neurotípico en la
discriminación en los distintos sistemas sensoriales en las personas con autismo, a veces
señalando deficiencias, como por ejemplo las dificultades para la discriminación de sonidos
del habla (Dawson, Meltzoff, Osterling, Rinaldi y Brown, 1998; Rapin, 1997).

En otras ocasiones, se ha señalado una capacidad mejorada para la discriminación de


estímulos visuales, posiblemente por una gran capacidad atención a los detalles motivada
por un déficit de coherencia central (O’Riordan y Plaisted, 2001; Plaisted, O’Riordan, y Baron-
Cohen, 1998), auditivos (Blackstock, 1978; Heaton, Hermelin y Pring, 1998; Mottron, Peretz, &
Menard, 2000) y táctiles (Blakemore et al., 2006). Es posible que la hipersensibilidad a los
estímulos en el autismo sea el resultado de una mayor diferenciación ente los mismos
(O’Riordan & Passetti, 2006). Por tanto, lo que parece es que podemos encontrarnos con
desviaciones tanto por hipersensibilidad como hiposensiblidad en el proceso de
discriminación estimular entre las personas con autismo, lo que indica la necesidad de
realizar evaluaciones precisas de estas peculiaridades (Baranek et al., 2006).

Hay que señalar también, que las sensaciones interoceptivas han sido menos estudias que el
resto de sensaciones en el autismo, pero tienen gran importancia ya que las personas con
una buena conciencia interoceptiva suelen estar más en sintonía con lo que hace que su
cuerpo y su mente y así es mas fácil que se sientan tranquilas. Las personas con buenas
capacidades de interocepción tienden a tener una variedad más amplia de estrategias para
auto calmarse y tienen más éxito en el uso de estas estrategias. En otras palabras, las
personas que son más conscientes de sus señales internas son más capaces de calmar su
cuerpo y su mente cuando lo necesitan.

Al igual que existen receptores sensoriales que informan de los estímulos externos, existen
otros receptores internos que envían al cerebro información acerca del interior del cuerpo.
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Esto ayuda a regular funciones vitales como la temperatura del cuerpo, el hambre, la sed, la
digestión o el ritmo cardíaco.

La interocepción ayuda a entender y a sentir lo que ocurre dentro del cuerpo. Por ejemplo, si
sentimos que nuestro corazón late con rapidez, debemos realizar acciones para calmarnos,
o si sentimos que nos quedamos sin aire, debemos respirar más profundamente. También
hay señales internas que nos indican que debemos ir al baño. Y otros receptores internos
nos ayudan a saber si tenemos hambre, sed, si estamos saciados, o si tenemos calor, frío,
náuseas, picor o cosquillas.

El cerebro de las personas con dificultades en el procesamiento sensorial puede tener


problemas para entender esta información. Puede que no sean capaces de decir cuándo
sienten dolor o cuándo su vejiga está llena. El picor puede sentirse como dolor o el dolor
puede sentirse como cosquillas.

Los chicos que tienen problemas interoceptivos puede que también tengan dificultad para
“sentir” sus emociones. Puede que no estén conectados con las señales del cuerpo que los
ayudan a interpretar la emoción. Y al no ser capaces de sentir esas sensaciones corporales,
es difícil identificar la emoción con claridad.

Por tanto, la interocepción nos permite sentir nuestras emociones. Por lo general, cada
emoción se siente de manera diferente en el cuerpo. Por ejemplo, antes de hablar en
público, una persona puede sentir su cuerpo de diferentes formas: el corazón puede
acelerarse, los músculos pueden sentirse tensos y temblorosos, la respiración puede
volverse superficial y el estómago puede palpitar. Estas sensaciones nos hacen saber que
nos sentimos un poco nerviosos. Sin discriminar claramente estas sensaciones, es difícil
identificar las emociones con un alto grado de claridad.

Cuando el sistema interoceptivo funciona correctamente, las sensaciones nos alertan de que
nuestro equilibrio interno está desajustado y nos motiva a actuar, a hacer algo que
restablezca el equilibrio y nos ayuda a sentirnos más cómodos. Por ejemplo, si tenemos sed,
buscamos una bebida; si nos sentimos llenos, dejamos de comer; si tenemos frío, nos
ponemos un jersey; si sentimos la necesidad de orinar, vamos al baño; si nos sentimos
ansiosos, buscamos consuelo; si nos sentimos frustrados, buscamos ayuda. La interocepción
subyace a nuestra necesidad de acción (Shah, 2016).

Las dificultades en la discriminación sensorial pueden ocurrir en uno o más sistemas, e


impactan en la habilidad de identificar similitudes y diferencias entre estímulos. Cuando una
persona tiene dificultades en esta área, puede experimentar dificultades para identificar el
qué, el cómo y el dónde del estímulo. Su respuesta puede ser más lenta porque necesita más
tiempo para captar su significado, lo que conlleva a un planeamiento y secuenciación más
lento de la respuesta (Miller et al., 2007).

Señalamos seguidamente algunos trabajos que han estudiado particularidades en la


discriminación de sensaciones en las personas con autismo:

– Visión: forma, tamaño, color, figura – fondo, etc. (Ashwin et al., 2009).
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– Audición: intensidad, tono, timbre y duración. (Blackstock, 1978; Heaton, Hermelin y Pring,
1998; Mottron, Peretz, & Menard, 2000).

– Gusto: dulce, salado, amargo, umami, ácido o amargo. (Moura et al., 2015).

– Olfato: complementa al gusto: huele bien, mal…. (Bennetto, Kuschner, & Hyman, 2007;
Boudjarane et al., 2017).

– Tacto: discriminación entre dos puntos, presión, temperatura… (Cascio et al., 2008; Puts et
al., 2011; Puts et al., 2014; Boudjarane et al., 2017).

– Propioceptivo: postura corporal, posición del cuerpo sin visión, fuerza para asir un objeto,
etc. (Fuentes, Mostofsky, & Bastian, 2011; Blanche, Reinoso, Chang, & Bodison, 2012;
Riquelme, Hatem, & Montoya, 2016; Molloy, Dietrich & Bhattacharya, 2003).

– Vestibular: sensaciones de movimiento, cambios en la posición de la cabeza (lineal o


angular), uso de ambos lados del cuerpo, seguridad gravitacional etc. (Maurer, & Damasio
1979; Molloy, Dietrich, & Bhattacharya, 2003)

– Interoceptivos: respiración, sensación de hambre, dolor, control de esfínteres, cansancio,


estados emocionales: ansiedad, miedo, etc. (Shah, 2016; Riquelme, Hatem, & Montoya, 2016;
Dunn et al., 2013).

14.1 Ausencia de sensaciones protopáticas o primitivas en la interacción con las figuras de apego. 8
No hay muestras de conductas emocionales que refieran placer, displacer, o a sensaciones básicas
relacionadas con la supervivencia como el dolor, hambre, malestar, etc. La ausencia de este tipo de
sensaciones precisa de una permanente ayuda de interpretación de los estados emocionales y de 7
las necesidades básicas de la persona. La persona no discrimina entre distintas fuentes estimulares
y vive sensorialmente abrumado o desconectado por la falta de discriminación sensorial.

14.2 Existen manifestaciones relacionadas con sensaciones tales como las de placer o displacer ante 6
el contacto con las personas de apego y también es posible observar que el niño se calma con
abrazos o con el sonido de la voz, la música o cuando es acunado, pero no hay evidencia de otras
sensaciones destinadas a satisfacer necesidades básicas (sensación de hambre, sed, cansancio, etc.. 5
). Aparecen signos de orientación hacia las distintas fuentes estimulares externas, hay signos de
capacidades mejoradas de estímulos visuales, auditivos, táctiles, etc. (pueden aparecer habilidades
especiales para discriminar sonidos de la naturaleza o sonidos musicales o muestra signos de
especial memoria visual, etc.), pero estas sensaciones no están integradas en un todo.

14.3 Las sensaciones exteroceptivas suelen estar integradas en un todo, pero no hay sensaciones 4
elaboradas de los estados emocionales internos con lo que se dificultan las capacidades de
autorregulación. Cuando existen sensaciones procedentes de estímulos externos o internos
displacenteras se identifica la fuente estimular, pero no se cuenta con capacidades de 3
autorregulación suficientes para mantener conducta adaptada en todas las situaciones, siendo
especialmente complicado en aquellas novedosas.

14.4 Las sensaciones exteroceptivas están integradas, aunque suelen existir preferencias de un 2
canal sensorial respecto a otros. Hay sensaciones interoceptivas referidas a las necesidades básicas
que pueden o no estar atenuadas y existe cierta torpeza en la identificación de estados emocionales,
esta torpeza se manifiesta también por la inflexibilidad para autorregular estados emocionales. 1
Suele haber una tendencia a convivir con altos estados de estrés y ansiedad.

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Dimensión 15: Trastornos motores de base sensorial
En estos casos, el “desfase” o la falta de integración con el que llega la información sensorial
hace que cueste coordinar los propios movimientos a la hora de tratar de adaptarse a ese
entorno que va cambiando y ofreciendo diferentes fuentes de estímulos, dificultando que se
produzcan respuestas adaptativas adecuadas.

Miller et al. (2007) señalan que, debido a las dificultades sensoriales de modulación o de
discriminación sensorial la respuesta de los sujetos puede ser más lenta porque necesita
más tiempo para captar el significado de los estímulos, lo que conlleva a un planeamiento y
secuenciación más lento de la respuesta. Los niños con trastornos del procesamiento
sensorial pueden ser torpes en el planeamiento motor y tener dificultades con la praxis (la
capacidad de aprender un plan motor nuevo, por ejemplo, montar en bicicleta, esquiar,
bailar, etc.).

Por tanto, esta dimensión hace referencia a los trastornos motores de base sensorial tales
como los trastornos posturales, la dispraxia y otra sintomatología relacionada con el
aprendizaje de secuencias motoras o de procedimientos.

Entendemos que algunos de estos trastornos motores y procedimentales pueden explicarse


por trastornos de origen sensorial (Torres y Donnellan, 2015), pero también es posible que
no siempre tengan su origen en el procesamiento de los estímulos que llegan al organismo y
procedan de dificultades de planeación o de ejecución (vías eferentes) que, en muchas
ocasiones, se ha asociado al trastorno (Kopp, Beckung y Gillberg, 2010). No obstante, sean
originados por unas u otras causas, parece interesante tenerlos en cuenta en la evaluación
de la sintomatología autista, ya que han llegado a ser considerados como una característica
esencial en el síndrome (Fournier et al., 2010).

15.1 Dispraxia severa caracterizada por la incapacidad reproducir movimientos relacionados con el 8
habla, imitaciones motoras o gráficas simples. Por ejemplo, muestra incapacidad para imitar sonidos
del habla, para golpear una pelota con el pie, para saltar, para mantenerse unos segundos sobre un
pie o ser capaz de lanzar una pelota en una dirección determinada. 7

15.2 Dispraxia moderada caracterizada por la dificultad en la realización de imitaciones motoras 6


sencillas (pueden ser palabras sueltas o acciones motoras). Las personas en este nivel muestran
evidente torpeza y pueden necesitar apoyos para realizar tareas secuenciales cotidianas tales como
escribir, utilizar el teclado del ordenador o abrocharse los zapatos. 5

15.3 Presentan un trastorno del aprendizaje procedimental y torpeza motora, pueden tener 4
capacidad para expresarse con frases, pero con algunas dificultades para expresarse de forma clara.
También pueden observarse, de forma aislada o unido a lo anterior, dificultades para establecer las
relaciones entre las partes y el todo, para realizar diagramas gráficos y tablas y para orientarse en el 3
espacio. Hay escritura a mano, pero la disgrafía es evidente. Estas personas necesitan algunos
apoyos, personales o tecnológicos para conseguir una conducta eficiente.

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15.4 Presentan un ligero trastorno procedimental, mostrándose torpes en la realización de 2
movimientos que implican la combinación de secuencias de acciones. Por ejemplo: torpeza para
seguir ritmos, para conducir, jugar a deportes equipo, etc. Las dificultades no limitan
significativamente la participación en los distintos contextos, pero se observa de forma evidente la 1
torpeza en la realización de dichas tareas.

Dimensión 16: Necesidades de apoyo


En DSM 5 (APA, 2013) se especifica como uno de los criterios para que los síntomas
esenciales del autismo puedan ser considerados como “trastorno” que dichos síntomas
causen un deterioro clínicamente significativo en lo social, laboral u otras áreas importantes
del funcionamiento habitual.

Dicho deterioro en el funcionamiento lleva a plantear la necesidad de distintos grados de


intensidades de apoyo. De esta manera, el DSM 5 ha propuesto tres niveles de severidad del
trastorno que vienen determinados por la intensidad el apoyo requerido (Grado 1: necesita
apoyo; Grado 2: necesita apoyo sustancial; y Grado 3: necesita apoyo muy sustancial). Sin
embargo, a fin de ajustarnos a los 4 niveles de severidad planteados originalmente por
Rivière, en nuestra propuesta, hemos creído conveniente incluir un cuarto nivel de severidad
para cuadros de autismo muy ligeros, con poco compromiso en sus necesidades de apoyo, y
que se refiere a aquellas personas con autismo que no requieren ayudas cotidianas, sino,
más bien, supervisiones con periodicidad semanal o mensual.

16.1 Requiere un apoyo muy sustancial, generalizado y extenso. Déficits severos en habilidades de 8
comunicación social verbal y no verbal que causan alteraciones severas en el funcionamiento, inicia
muy pocas interacciones y responde mínimamente a los intentos de relación de otros. La
inflexibilidad del comportamiento, la extrema dificultad afrontando cambios u otros 7
comportamientos restringidos/repetitivos, interfieren marcadamente en el funcionamiento en todas
las esferas.

16.2 Requiere apoyo sustancial extenso, que puede ser continuo y regular. Por ejemplo, cada día, en 6
relación a algunos entornos y sin límite de tiempo. Déficits marcados en habilidades de
comunicación social verbal y no verbal; los déficits sociales son aparentes incluso con apoyos. Por
ejemplo, una persona que habla con frases sencillas, cuya capacidad para interactuar se limita a 5
intereses restringidos y que manifiesta comportamientos atípicos a nivel no verbal. El
comportamiento inflexible, las dificultades para afrontar el cambio, u otras conductas
restringidas/repetitivas, aparecen con la frecuencia suficiente como para ser obvios a un observador
no entrenado e interfieren con el funcionamiento en una variedad de contextos.

16.3 Requiere apoyo limitado a algunas actividades que puede o no ser intermitente. Sin apoyos, las 4
dificultades de comunicación social causan alteraciones evidentes. Muestra dificultades iniciando
interacciones sociales y ofrece ejemplos claros de respuestas atípicas o fallidas a las aperturas
sociales de otros. Puede parecer que su interés por interactuar socialmente está disminuido. La 3
inflexibilidad del comportamiento causa una interferencia significativa en el funcionamiento en uno
o más contextos. Los problemas de organización y planificación obstaculizan la independencia.

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16.4 Requiere supervisión semanal o mensual. Las interacciones sociales son atípicas, pero pasan 2
desapercibidas por un observador no experto. Tiene dificultades para establecer relaciones
empáticas y generalmente son poco estables y basadas en aficiones fisicalistas. Los problemas de
organización y planificación se reflejan en ciclos grandes de semanas o meses y queda 1
comprometido un proyecto de vida.

3. ESTRUCTURA DEL INVENTARIO IDEA AMPLIADO


Una vez incluidas las nuevas dimensiones la estructura del Inventario del espectro del
autismo revisado quedaría diseñada de la siguiente manera:

1 er Grupo: Trastornos del desarrollo social

Dimensión 1: Trastorno de la relación social.

Dimensión 2: Trastorno de la referencia conjunta.

Dimensión 3: Trastorno intersubjetivo y mentalista.

2º Grupo: Trastornos de la comunicación

Dimensión 4: Trastorno de las funciones comunicativas.

Dimensión 5: Trastorno del lenguaje expresivo.

Dimensión 6: Trastorno del lenguaje receptivo.

3º Grupo: Trastornos de la anticipación y la flexibilidad

Dimensión 7: Trastorno de la anticipación.

Dimensión 8: Trastorno de la flexibilidad.

Dimensión 9: Trastorno del sentido de la actividad.

4º Grupo: Trastornos de la simbolización

Dimensión 10: Trastorno de la ficción.

Dimensión 11: Trastorno de la imitación.

Dimensión 12: Trastorno de la suspensión.

5º Grupo: Trastornos de la integración-procesamiento sensorial

Dimensión 13: Trastornos en la modulación sensorial.

Dimensión 14: Trastornos en discriminación sensorial.

Dimensión 15: Trastornos motores de base sensorial.

6º Grupo Dificultades en las capacidades de adaptación

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Dimensión 16: Necesidades de Apoyo

4. PUNTUACIÓN E INTERPRETACIÓN DE LA VERSIÓN AMPLIADA


El inventario original (IDEA) proporciona una puntuación total que es la resultante de la
suma de las 12 dimensiones. Cada dimensión presenta una escala de 0 a 8 puntos en
intervalos de 2 (0, 2, 4, 6, 8). La puntuación 8 corresponde a un nivel de máxima afectación
en esa dimensión y 0 sería el mínimo (ausencia de alteraciones significativas en esa
dimensión). Son posibles también puntuaciones impares (1, 3, 5, 7) cuando se considere que
la persona evaluada se sitúa, en esa dimensión, en un punto intermedio entre dos ítems
consecutivos. También hay que tener en cuenta que cuando el sujeto evaluado presente las
características en dos ítems consecutivos en una misma dimensión, se aplica la norma de
otorgar la puntuación de la más baja.

Rivière (1997) señaló, en el contexto clasificatorio de los TGD propio del DSM IV, la siguiente
interpretación para cada uno de los niveles de afectación:

Nivel 1: Es el nivel que cursa con mayor afectación y correspondería a puntuaciones altas
del Inventario de Espectro Autista, aproximadamente entre 70 y 96 puntos. Este nivel
correspondería a los sujetos diagnosticados con Autismo Clásico de Kanner.

Nivel 2: Este nivel es propio de sujetos con alta afectación, con puntuaciones que pueden
oscilar entre los 50 y los 70 puntos y correspondería a sujetos diagnosticados con trastorno
desintegrativo de la infancia.

Nivel 3: Este nivel es propio de sujetos con puntuaciones entre 40 y 50 puntos. Este nivel
correspondería a los sujetos con autismo de alto funcionamiento, es decir, sujetos con
autismo sin discapacidad intelectual.

Nivel 4: Este nivel es el que corresponde a los sujetos de menor afectación, con
puntuaciones entre 30 y 40 puntos, que generalmente son las que aparecen para los sujetos
diagnosticados con Síndrome de Asperger.

Rivière (1997) señala que puntuaciones menores de 30 podrían indicar problemas


específicos en alguna área, pero se alejarían progresivamente de la posibilidad diagnóstica
de un TEA.

A día de hoy, con los actuales criterios diagnósticos contemplados en DSM 5, que entiende el
autismo como un espectro en el que se pueden contemplar tres niveles de gravedad, la
propuesta clasificatoria anterior precisa de algunos ajustes. Si sumamos a esto nuestra
pretensión de incluir 4 nuevas dimensiones, la configuración del cuestionario revisado
quedaría constituida de la siguiente manera:

Niveles(Rivière) IDEA: 12 IDEAr: 16 Clasificación


dimensiones dimensiones

Puntuación: 0-96 Puntuación: 0-128 DSM IV DSM 5

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Nivel 1 70-96 95-128 Autismo de Kanner Grado
3

Nivel 2 50-70 65-95 T. Desintegrativo Grado


2

Nivel 3 40-50 55-65 A. Alto funcionamiento Grado


1

Nivel 4 30-40 40-55 S. Asperger Grado


1

Debe entenderse que este baremo es una proyección de las puntuaciones originales del
inventario, por lo que su valor es meramente orientativo. Entendemos que después de un
proceso de recogida de datos reales será cuando podremos ofrecer datos contrastados con
la realidad que ofrezcan los datos.

5.- METODOLOGÍA PARA EL PROCESO DE ELABORACIÓN Y


VALIDACIÓN
Como se ha señalado más arriba, esta versión del cuestionario revisado que debe ser
considerada como una versión experimental para que clínicos y terapeutas de forma libre
experimenten con ella y realicen los juicios oportunos sobre su pertinencia y sobre sus vicios
y virtudes con el fin de contribuir a su proceso de validación.

Entendemos que el proceso de validación de un instrumento es un proceso abierto y


prolongado en el tiempo y alg que debe realizarse con su utilización en distintos contextos
de investigación, de evaluación y de práctica.

Esta primera versión ha sido propuesta y revisada inicialmente por un grupo de


profesionales con una larga experiencia en la evaluación y la intervención en autismo. No
obstante, respetamos en su integridad la versión inicial del IDEA elaborado por Rivière,
considerando que nuestra propuesta está en un estado inicial y que no se acerca ni por
asomo a la genialidad y la pertinencia del instrumento elaborado por el autor. Por tanto, no
pretendemos con estas nuevas dimensiones desvirtuar el sentido original del IDEA, sino
ofrecer elementos de valoración sobre algunas variables que han venido relacionándose en
los últimos años con los TEA.

El siguiente paso que pretendemos realizar es difundir el instrumento en la red y abrir un


periodo para su uso libre y que los profesionales lo utilicen tanto como instrumento de
valoración como de diseño de propuestas de intervención y recoger de esta manera todas las
sugerencias al respecto. Sugerencias que al fin y a la postre nos permitirán tomar decisiones
sobre su pertinencia o bien para introducir elementos de mejora.

El enlace para realizar contribuciones es el siguiente:

docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfWQTDswGd2C1CFs0vd8MsTpjy_O7Wf840ATV9FH4V1I
5I5CA/viewform

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Nota de agradecimiento: La responsabilidad entera de las virtudes y defectos de la


propuesta son atribuibles exclusivamente a Andrés García Gómez. Sin embargo, han
colaborado con sugerencias sobre la forma y el contenido de la propuesta: Sabina Barrios
Fernández, Dulce Maria Romero Ayuso, Jesús Carlos Rubio Jiménez, Casilda Peña Cebrecos,
María Isabel Gutiérrez Martín y Beatriz Iglesias Santiago.

Acerca del autor:

® Andrés García-Gómez (2018)


EOEP Específico de Autismo de Cáceres

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Facultad de Formación del Profesorado (UEX)

16/16

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