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La Escuela
La Escuela
La Universidad que tenemos, evita el compromiso que tiene que asumir frente
al colonialismo y sus nuevas formas de operar sobre los pueblos, no quiere
responsabilidades que le puedan comprometer las “comodidades” de los que
allí laboran. Creen que el conocimiento se encuentra en los países
desarrollados, contribuyendo de esta manera a formas de colonialismo que
trasmiten “conocimientos” que nada tienen que ver con nuestra realidad…
Creo, que de alguna u otra manera, la escuela nos ha tocado vivirla a todos o
por lo menos a la mayoría. Tomemos esta referencia como ejemplo de lo que
estamos diciendo. Nuestro Sistema Educativo, como espacio panóptico (del
griego pan= todo y óptico= vigilancia: vigilancia del todo) busca utilizar la
educación como instrumento ideológico para la dominación, (sobre éste tema,
existen multiplicidad de autores), cuyo objetivo es la de “ordenar” el
pensamiento y “disciplinar” el cuerpo y la mente de los educandos. Esta acción
“pedagógica y didáctica”, tiene como propósito y fin, evitar en el alumno que
éste libere las extraordinarias potencialidades que en el subconsciente yacen
en cada uno de ellos, para que los mismos no puedan romper con el estado de
alienación que propicia el propio “Sistema Educativo”, como expresión del
modelo socio-económico impuesto a través del Estado por la clase que ejerce
el poder. De esta manera imponen la obediencia, bloquean todo posible
pensamiento en desacuerdo con lo impuesto, dentro de un sistema que
controla, reprime y vigila.
LOS ANTIVALORES
Sin embargo, esa cotidianidad del llamado “hecho educativo”, que no es otra
cosa que una permanente represión, en todos los órdenes, que se hace
natural, por aquello que “el hombre es un animal de costumbres”: se “adapta”,
se “acomoda” y se “somete”, termina en muchas oportunidades en violencia
horizontal. Veamos un ejemplo doloroso de esa violencia horizontal a la que me
refiero: estando en una oportunidad en la ciudad de Medellín (Departamento de
Antioquia-Colombia), compre un periódico titulado: “Hoy” de fecha 16 de abril
del 2008. En el mismo se destacaba el titular más importante de primera página
que decía: “Homicidas por una mala nota”, el sumario de la noticia señalaba lo
siguiente: “Seguros de que por sus malas notas en ciencias iban a perder el
año, dos bachilleres decidieron emboscar a su profesor y apuñalarlo. Otro
alumno los reconoció”. En la página 2 del periódico antioqueño que hacemos
referencia, en el contenido de la noticia se señala lo siguiente: “El profesor
Omar Ariza, de 62 años, lo asesinaron dos de sus alumnos de la clase de
ciencias.
Ante las malas notas a que se habían hecho merecedores y que los tenía al
borde de perder el año escolar, los estudiantes decidieron que la solución era
acabar con la vida del docente.
Sin embargo, ayer la policía detuvo a los dos homicidas de 17 años. La captura
se produjo con base en el testimonio de uno de los compañeros de ambos
estudiantes.
Desde luego, que todo esto forma parte de una “construcción pedagógica” que
se forma en el maestro o profesor en los respectivos niveles del Sistema
Educativo, como reflejo de la información-formación durante su proceso de
escolaridad. En medio de éste ambiente la educación en vez de convertirse en
un acto de amor, refleja el desamor, se convierte en un acto de cobardía frente
al opresor, niega la opinión, la discusión y el debate, no estudia, ni analiza la
realidad, huye de la discusión ontocreador, que convierte ese proceso
educativo en una verdadera farsa, que sólo favorece al opresor, para reproducir
la relación dominante-dominado.
¿Y LA UNIVERSIDAD?
Pero también la Universidad que tenemos, evita el compromiso que tiene que
asumir frente al colonialismo y sus nuevas formas de operar sobre los pueblos,
no quiere responsabilidades que le puedan comprometer las “comodidades” de
los que allí laboran. Creen que el conocimiento se encuentra en los países
desarrollados, contribuyendo de esta manera a formas de colonialismo que
trasmiten “conocimientos” que nada tienen que ver con nuestra realidad,
posición que se asume por el complejo de ser países atrasados, por no estar a
la “altura” de las naciones desarrolladas y por lo tanto, la Universidad
reproduce todo el aparato ideológico-cultural que le sirve, tanto al poder formal,
como al poder real. En otras palabras, es en la Universidad, donde se refleja
con mayor fuerza e intensidad, el triste papel y complejo del colonizado, porque
allí también se enseña que el imperio es muy grande, producto de que la
Universidad lo ve de rodillas.
Este cuadro, que forma parte de lo que puede ser una verdad que nos rodea,
pareciera que no se pudiera escapar del mismo. Es el poder del Estado, sus
leyes, sus estructuras, sus instituciones, que se encargan de reproducir esa
lógica para corromper y dominar, se presenta en ambos modelos económicos-
sociales (capitalismo-socialismo), claro está, en sus diversas variables,
connotaciones, interpretaciones y estilos, pero que reproducen igualmente esa
relación deshumanizada entre dominante-dominado. Son sistemas para
domesticar, idiotizar y enajenar, negando la participación consciente del ser
humano como sujeto integrante de una sociedad con preocupaciones
compartidas, que desea participar de manera constructiva, atendiendo a su rol
histórico, en el firme compromiso de avanzar cualitativamente en la formación
de un mundo más humano.