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NEUROCIENCIAS

Los lóbulos del cerebro y sus distintas funciones


Las distintas partes del cerebro cumplen unas ciertas funciones ejecutivas. ¿Cuáles?
por Adrián Triglia
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Es muy habitual creer que los pensamientos, sentimientos y emociones humanas tienen su
origen en dos partes del cerebro que trabajan conjuntamente: los hemisferios cerebrales, dos
mitades prácticamente idénticas entre sí que se distinguen por los procesos que se llevan a
cabo en ellos.

Esta idea, aunque es cierta en parte, aporta una explicación muy simple acerca de nuestro
funcionamiento, porque dentro de cada hemisferio podemos encontrar una cantidad casi infinita
de estructuras orgánicas encargadas de realizar diferentes tareas y funciones que influyen en
nuestro comportamiento.

En este artículo puedes encontrar una explicación general sobre algunas de las partes más
importantes de nuestra "máquina de pensar": los lóbulos del cerebro y sus funciones.
Aspectos básicos sobre los lóbulos del cerebro
Anatómicamente, es muy fácil reconocer la división que existe entre los dos hemisferios del
cerebro, porque vistos desde arriba un espacio notable los mantiene separados. Se trata de la
cisura interhemisférica, que es algo así como una grieta rectilínea que separa las partes
superiores y más superficiales del encéfalo y delimita dónde empieza un hemisferio cerebral y
dónde acaba otro.

Sin embargo, más allá de este signo tan evidente gracias al cual podemos hacernos una idea
muy superficial sobre la anatomía del cerebro, si lo que queremos examinar es la estructura de
cada uno de estos elementos la cosa se complica. Cada hemisferio está cubierto por una capa
llamada corteza cerebral (que es la parte más visible del cerebro y parece estar lleno de
arrugas y surcos), y esta corteza puede dividirse en diferentes parcelas atendiendo a sus
distintas funciones y localizaciones.

Estas parcelas son los lóbulos del cerebro, y a continuación puedes leer sus aspectos más
básicos.

Lóbulo frontal
Marcado en azul en la imagen.

En los humanos, es el más grande de los lóbulos del cerebro. Se caracteriza por su papel en el
procesamiento de funciones cognitivas de alto nivel tales como la planificación coordinación,
ejecución y control de la conducta. Por extensión, también hace posible el establecimiento de
metas, la previsión, la articulación del lenguaje y la regulación de las emociones. Además, del
lóbulo frontal nace la capacidad para tener en cuenta a los demás y establecer teoría de la
mente.

En definitiva, es uno de los lóbulos cerebrales con un papel más destacado en las funciones
que relacionaríamos de un modo más directo con la inteligencia, la planificación y la
coordinación de secuencias de movimientos voluntarios complejos. Esta parte de la corteza es
propia de animales vertebrados y es especialmente grande en los mamíferos y las aves, ya que
estos grupos evolutivos contienen las especies más inteligentes del planeta.

Más sobre este lóbulo en el siguiente post: "¿Qué es el lóbulo frontal y cómo funciona?"
Lóbulo parietal
Se encuentra entre los lóbulos frontal y occipital (de color amarillo en la imagen). Se encarga
principalmente de procesar información sensorial que llega de todas las partes del cuerpo,
como el tacto, la sensación de temperatura, el dolor y la presión, y es capaz de relacionar esta
información con el reconocimiento de números. También hace posible el control de los
movimientos gracias a su cercanía a los centros de planificación del lóbulo frontal.

Además, recibe información visual proveniente del lóbulo occipital y trabaja creando
asociaciones entre este tipo de datos y otros inputs provenientes de otras áreas.
Lóbulo occipital
En los seres humanos, es el menor de los cuatro principales lóbulos del cerebro y se encuentra
en la zona posterior del cráneo, cerca de la nuca (aparece pintado de rojo en la ilustración). Es
la primera zona de la neocorteza a la que llega la información visual. Por lo tanto, tiene un
papel crucial en el reconocimiento de objetos cuya luz es proyectada sobre la retina, aunque
por sí misma no tiene la capacidad para crear imágenes coherentes. Estas imágenes son
creadoas a partir del procesamiento de estos datos en unas zonas del cerebro llamadas áreas
de asociación visual.

El lóbulo occipital manda información sobre la visión hacia otros lóbulos cerebrales a través de
dos canales de comunicación diferentes.

El primero de ellos, que va hacia la zona frontal del cerebro a través de la zona ventral (es
decir, la más alejada de la zona superior de la cabeza), procesa información sobre el "qué" de
lo que se ve, es decir, el contenido de la visión.
El segundo canal, que va hacia la parte frontal a través de la zona dorsal (cercana a la
coronilla), procesa el "cómo" y el "dónde" de lo que se ve, es decir, aspectos del movimiento y
la localización en un contexto más amplio.
Lóbulo temporal
Los lóbulos temporales de cada hemisferio se encuentran a los laterales del cerebro,
dispuestos horizontalmente y pegados a las sienes (uno de ellos aparece marcado en verde en
la imagen). Reciben información de muchas otras áreas y lóbulos del cerebro y sus funciones
tienen que ver con la memoria y el reconocimiento de patrones en los datos provenientes de los
sentidos. Por lo tanto, juega un papel en el reconocimiento de rostros y voces, pero también en
el recuerdo de palabras.

Ínsula
La ínsula es una parte de la corteza que queda oculta entre el resto de lóbulos del cerebro y
para verla, es necesario apartar entre sí los lóbulos temporal y parietal. Es por eso que
frecuentemente no es tenida en cuenta como un lóbulo más.

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