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LA INTOXICACION POR METALES Y SU LIBERACION

Por: Joaquín Teherán Lora

Es importante e imprescindible que, en cada examen que hagamos a todos y


a cada uno de nuestros pacientes - así como determinamos la existencia de
emociones atrapadas -, confirmemos si hay presencia de metales y toxinas
en el organismo.

Como detectamos la presencia de los metales tóxicos.

1- Por Bioenergética.
Con el paciente en la posición que acostumbramos para efectuar el
“rastreo” y sin imanes afirmamos:

- “Metales o tóxicos!”
Luego hacemos la medición de las piernas. Si estas después de la
utilización del comando anterior, se muestran parejas, es porque el
cuerpo no está afectado por metales o tóxicos. No amerita tratamiento en
este caso.
Pero si el equilibrio de las piernas se muestran alterado es porque existen
en el cuerpo metales y toxinas que lo afectan y pasamos al siguiente paso
que es,

-determinar cuál es el metal o toxina:


Con el cuadro que he denominado Código de Metales y Toxinas, se
procede igual que cuando utilizamos el Código de las emociones. Vamos
comprobando como responden las piernas con cada metal incluido en el
código de Metales, cuando se menciona.
Aquellos metales cuyo nombre hacen que las piernas se alteren están
presentes en el cuerpo de nuestro paciente haciendo daños y hay que
sacarlos del mismo, mediante un proceso de desintoxicación o de
“quelación” del cual hablo mas adelante.

Por último, es conveniente averiguar cuales son los órganos afectados, los
cuales hacemos haciendo el “rastreo” de par en par. Aquel órgano o par
ante cuyo nombre el nivel de las piernas se altera es el afectado por el
toxico o los tóxicos encontrados.

2- Por pruebas de laboratorio.


Debido a que los metales tóxicos se alojan profundamente en los tejidos y
órganos, son difíciles de detectar. Los exámenes de sangre son ineficaces
para detectarlos, porque el cuerpo a menudo remueve rápidamente los
metales tóxicos que llegan a la sangre y los deposita en los tejidos donde
son “menos dañinos”.
Por ello se utilizan pruebas de tejidos, como el cabello o las uñas.

3- Por Pruebas desafiantes.


Que consiste en inyectar un agente removedor, como el EDTA (Etileno
Diamino tetraacetico) o el DMPS (Dimercapto-propansulfonato), después
de lo cual se utiliza una prueba de orina de 24 horas para detectar los
metales tóxicos.

METALES TOXICOS y SU ELIMINACION

Aquellos minerales que tenemos en nuestro organismo sin que cumplan una
función específica en el cuerpo, son los que conocemos como metales
tóxicos, y son de hecho dañinos. Es decir, son minerales que están en el lugar
equivocado, ya que nuestro cuerpo no los necesita.

Evitar que entren a nuestro organismo es casi imposible. Hoy por hoy estamos
expuestos a los niveles más altos de plomo, mercurio, arsénico, aluminio,
cobre, estaño de toda la historia de la humanidad.
Cuando los metales entran a nuestro organismo se tornan persistentes y
acumulativos.
Muchas sustancias orgánicas son degradables por procesos naturales, sin
embargo ningún metal es degradable, entran para quedarse por largo tiempo.

Entre los metales pesados los más importantes en cuestión de salud son el
mercurio, el plomo, el cadmio, el níquel y el zinc.

Vamos a tratar de desarrollar un método de desintoxicación con remedios


naturales muy eficaz.

Se ha comprobado que cuando eliminamos el mercurio del cuerpo los otros


metales tóxicos también se van, debido a la liberación del transporte
axional en las células nerviosas. Dentro de estas células el mercurio está
destruyendo los microtúbulos, inhibiendo así la eliminación de toxinas y otros
residuos.

Por eso quiero tratar especialmente el MERCURIO, que además es el metal


tóxico más estudiado.

Las fuentes principales del mercurio son las siguientes:


-El pescado (a causa de la contaminación de los mares);
-Los insecticidas perfumados (para cucarachas, zancudos, mosquitos etc), que
contienen normalmente uno o dos metales pesados, que se cuelan en la
cadena alimentaria;
-El agua “potable” (tenemos que suponer que toda el agua contiene tóxicos a
menos que se haya comprobado mediante análisis lo contrario);
-Algunos medicamentos especialmente los que regulan la alta presión
sanguínea y las vacunas (utilizan un conservante mercurial como el
Timerosal)
-El aire contaminado por la industria y los coches (por la tecnología de
combustión).
-Otra fuente de mercurio muy importante es el traspaso de la madre al feto a
través de la placenta y al bebé a través de la leche materna por procesos
hormonales. Mediante estos procesos la madre traspasa del 40 al 60% de su
carga al niño.
-Pero la cantidad más grande entra en nuestros cuerpos por los empastes de
los dientes (calzas). La amalgama usada en éstos contiene normalmente un
50% de mercurio.

¿Qué es la amalgama?
El relleno de amalgama gris-metálico se elabora mezclando mercurio líquido
(porción del 50%) con un polvo de aleación. Este polvo se compone casi
siempre de estaño, cobre y plata.

¿Cuál es el camino que recorre el mercurio desde el empaste al


cuerpo?
Siete empastes (calzas) de amalgama corresponden a un peso de unos 2
gramos de mercurio puro.
Tan solo un gramo de mercurio conduciría a la muerte por inyección directa.
Sin embargo, soportamos esta gran cantidad de mercurio porque en primer
lugar está en su forma metálica, que relativamente es poco tóxica y en
segundo lugar porque se disuelve y es absorbido por el cuerpo
lentamente.

A solo 20 grados centígrados el mercurio se evapora y en esta forma de


vapor es altamente tóxico. Al existir en la boca a veces temperaturas entre 40
y 60 grados, continuamente se libera vapor de mercurio y es absorbido por el
cuerpo. Esta liberación de mercurio aumenta por masticar fuertemente, por
usar pastas dentífricas con fluor, comidas y bebidas calientes o ácidas, fumar y
masticar chicles.
Pero no solo el mercurio, también los demás componentes de la amalgama
contaminan el cuerpo.
Pero el problema principal sigue siendo el mercurio. Porque cada persona
ingiere anualmente unos 560 mg de mercurio a través de sus empastes y con
esas dosis pequeñas pero prolongadas se sufre la misma gravedad de
intoxicación que con intoxicaciones agudas o en corto plazo.
El mercurio llega al cuerpo a través de los siguientes tres caminos:

1. Desde la cavidad bucal y nasal llegan vapores de mercurio a la circulación


sanguínea y a través de los nervios directamente al cerebro.

2- Se sabe que después de comer el nivel de mercurio en la sangre sube en las


personas que tienen empastes con amalgama, porque se sueltan iones de
mercurio. Éstos primero son absorbidos por la saliva y a través del sistema
digestivo llegan a la sangre. Si esta saliva fuese agua estaría prohibido su
consumo.
Muchas veces, por lo menos dos horas después de comer, personas con 8
empastes tienen de 100 a 200 veces más mercurio en el aire de exhalación de
lo que está permitido en instalaciones industriales. Estos vapores se ingieren
parcialmente a través de las vías respiratorias. Así pasan también a la
circulación sanguínea, donde se transforma una parte del vapor de mercurio
en óxido de mercurio, una forma del mercurio aún más tóxica que el vapor.
Y puesto que órganos como el hígado, la bilis, el corazón y el riñón trabajan
como un filtro sanguíneo, es aquí donde se almacena principalmente el metal
tóxico.

El cerebro tiene una barrera protectora que impide que muchas


sustancias tóxicas la atraviesen, al tiempo que permite el pasaje de nutrientes
y oxígeno.
De no existir esta barrera muchas sustancias nocivas llegarían al cerebro
afectando su funcionamiento y tornando inviable al organismo. Esta es la
barrera hematoencefálica.

Pues bien, el nefasto mercurio traspasa sin dificultad la barrera


hematoencefálica y llega así directamente al cerebro, perturbando en su
camino esta barrera, por la cual a partir de allí pueden entrar otras toxinas o
metales, que normalmente no podían entrar.
Esa es la mayor maldad o perversidad del mercurio, que no solamente afecta
al cerebro sino que lo deja desprotegido, vulnerable a la acción de otros
tóxicos.

Casi todas las enfermedades del sistema nervioso conocidas no están


provocadas primariamente por el mercurio en el cerebro, sino por los otros
venenos e infecciones secundarias que llegan al cerebro por la ya defectuosa
barrera hematoencefálica.
Eso quiere decir que para tratar enfermedades neurológicas es imprescindible
quitar el mercurio para estabilizar el funcionamiento de la barrera
hematoencefálica, inhibiendo así la entrada de sustancias patógenas.

En unos estudios se han puesto empastes marcados con sustancias


radioactivas a unas ovejas y a unos monos para ver donde se queda el
mercurio. Después de 4 semanas se encontró este metal en los riñones, el
hígado, las glándulas renales, el tubo digestivo, el hipotálamo, la hipófisis, el
sistema límbico (el de las emociones), la tiroides, los ganglios espinales, la
médula espinal y en el cerebro.
Después de 6 meses el funcionamiento de los riñones se había reducido en un
60%. Un año más tarde no se había reducido la carga de mercurio, al
contrario, esta había aumentado. Después de quitar los empastes tampoco se
reducía la cantidad. Esto significa: una vez envenenado – siempre
envenenado.

¿Qué consecuencias tiene el mercurio en el cuerpo?


Al principio el cuerpo intenta acabar con el mercurio, si sus anticuerpos no
están ya destruidos por otros tóxicos ambientales. La gente que posee un alto
nivel de selenio es capaz de soportar el ataque continuo del mercurio durante
más tiempo.
Científicos suecos descubrieron que un alto nivel de selenio acelera la
excreción natural del mercurio. En primer lugar, el selenio contrarresta al
mercurio como un elemento de enzima. En segundo lugar forma con el metal
tóxico una combinación no tóxica. De esta forma queda desactivado no solo el
mercurio sino también el selenio.
Pero con el tiempo el nivel de selenio baja y el mercurio puede desarrollar su
acción en el cuerpo cada vez más. Numerosos estudios confirman que el
mercurio perjudica y bloquea determinadas hormonas, receptores y enzimas.

Así se perturba principalmente el metabolismo en el cerebro, los nervios, las


proteínas, grasas, hidratos de carbono y vitaminas. Esto se refleja en múltiples
enfermedades que el "médico clásico" normalmente no se puede explicar, pues
en la formación de los médicos las intoxicaciones apenas tienen importancia.
El mercurio también ataca al sistema inmunitario, así que hongos (p.ej.
candida), virus y bacterias pueden extenderse muy fácilmente. La
consecuencia: aún más enfermedades. Puesto que el mecanismo natural de
desintoxicación esta paralizado no se pueden excretar otras sustancias nocivas
de nuestro entorno que absorbemos involuntariamente cada día (barniz de
madera, formaldehído, plomo, cadmio) y se almacenan en el cuerpo.

Los siguientes son los síntomas principales de la intoxicación de mercurio:

 Efectos psíquicos:
Ansiedad, instabilidad emocional, timidez, síndrome de cansancio
(crónico), disminución de la memoria, alteración del sueño, depresiones,
tendencia al suicidio, pérdida de confianza en si mismo, negatividad,
nerviosismo, falta de estímulos, falta de energía, pasividad, adicciones,
indecisión, excitabilidad, epilepsia, hiperactividad de los niños, autismo,
disminución de la capacidad de reacción, esclerosis múltiple, parkinson,
alzheimer.
Síntomas de enfermedades que hoy en día siguen siendo interpretados como
psicosomáticos - y esto después de 160 años de experiencia con amalgama.

 Efectos físicos:
Manos y pies fríos, sudor durante la noche, dolores crónicos, dolores de
cabeza, perdida de apetito, peso alto o bajo, herpes (no hay herpes sin
mercurio), alzheimer (mercurio + aluminio) perturbaciones de la
fertilidad, estreñimiento, problemas de las articulaciones (dolores),
pérdida de pelo, impotencia, artritis, sabor metálico en la boca, debilidad
general, resistencia a antibióticos, anemia, asma, tensión sanguínea
alta, eczemas en la piel, perturbaciones hormonales, colesterol alto,
problemas de audición, problemas de visión, susceptibilidad a
infecciones, enfermedades del hígado (funcionamiento limitado),
enfermedades de los riñones (funcionamiento limitado), dislexia,
palpitaciones de la boca, neurodermitis, dolores de espalda, debilidad
del sistema inmunológico, temblor de las manos, sangrado de encías,
ulceras en la boca, glaucoma, enfermedades del intestino, enfermedades
del estómago, arritmia cardiaca, sensibilidad a comestibles,
enfermedades virales, enfermedades de hongos, candida, lupus,
alergias, perturbaciones en el funcionamiento del tiroides, vértigo,
transpiración abundante, ciática (dolores constantes), lumbago, colitis,
cáncer, enfermedades de las glándulas suprarrenales, reuma,
rechinamiento de los dientes, crohn…

DESINTOXICACION.

Para la desintoxicación, debemos hacer lo siguiente:


1- Hacer que el paciente, remueva todos los empastes de amalgamas que
tenga en la dentadura y sean reemplazados por resinas. Debe acudir a
un odontólogo que acepte los daños que el mercurio produce en el
cuerpo (hay muchos todavía que no lo aceptan) para que haga una
verdadera limpieza y no proceda con el criterio de que es cuestión de
cosmética.
2- Después se procede a la desintoxicación:
2.1 - Con Remedios Naturales, como el alga chlorella, el cilantro y el
ajo.

La chlorella tiene dos efectos: moviliza metales pesados y radioactivos y


otras toxinas de los espacios extracelulares, para echarlas después del
cuerpo con las heces.
El cilantro es capaz de movilizar muchos tóxicos del espacio intracelular,
especialmente de las células nerviosas y de los huesos.
Estudios recientes con animales demuestran que el cilantro efectúa una
movilización rápida de aluminio y plomo del cerebro y del esqueleto,
superior que con cualquier otro remedio. Aunque el animal fue envenenado
constantemente con aluminio el contenido de este metal en los huesos
disminuía significativamente durante el periodo de observación.

Las propiedades del cilantro


El cilantro (coriandrum sativum L), hierba de la familia de las apiáceas,
contiene polifenoles, sustancias que, entre otros beneficios, ayudan a
reducir los niveles de glucosa en la sangre, además de ser quelante de los
metales pesados. Dichos polifenoles actúan como agentes
“secuestradores” orgánicos de los metales pesados.

El cilantro se utiliza como quelante de metales pesados para personas


intoxicadas con mercurio o plomo, de modo que los polifenoles del cilantro
actúan como secuestradores de esos elementos dentro del organismo,
incluyendo aquellos que se depositan en el cerebro, a diferencia de los
fármacos que sólo tienen capacidad para quelar metales pesados del
torrente sanguíneo, pero que no actúan sobre los que se albergan en dicho
órgano vital.
Lo anterior significa que los polifenoles del cilantro son agentes
secuestradores biológicos más eficientes, cuyo alcance para depurar el
organismo es mucho mayor.
Para una eliminación de las toxinas movilizadas por el cilantro es
imprescindible tomar también la chlorella en cantidades suficientes para
inhibir una reabsorción de las sustancias liberadas.

El ajo protege las células rojas y blancas de la sangre contra daños por
oxidación, provocados por los metales pesados en su camino hacia fuera.
También tiene propiedades de desintoxicación. Además el ajo contiene el
mineral más importante en la protección contra la toxicidad del mercurio: el
selenio bioactivo. Es muy importante dosificar estos productos
correctamente para inhibir la reabsorción de las toxinas, que puede
provocar un empeoramiento de diferentes patologías.

2.2- Con desintoxicación iónica:


Se hace mediante un equipo que estimula el cuerpo con corrientes
eléctricas de baja frecuencia al mantener los pies en un recipiente con
agua, en el cual se introducen los electrodos el equipo, para producir
electrolisis. Ver la figura abajo.

A través de breves sesiones de desintoxicación "de 30 minutos", salen de


los tejidos orgánicos: tóxicos, grasas, residuos, metales, minerales;
limpiando órganos como páncreas, riñón, hígado, vesícula, corazón,
pulmones, sistema reproductivo de las mujeres como de los hombres,
ácidos lácticos, ácidos úricos, carbónicos, hepáticos, grasas, azucares,
nicotina y residuos nocivos.
Fuentes comunes de metales tóxicos
 Aluminio – batería de cocina, bebidas enlatadas, agua de grifo, sal de
mesa, polvo de hornear, antiácidos, queso procesado, antitranspirantes,
harina emblanquecida, vacunas, otros medicamentos y exposición
ocupacional.

 Arsénico – pesticidas, cerveza, sal de mesa, agua de grifo, pinturas,


pigmentos, cosméticos, fabricación de vidrio y espejos, fungicidas,
insecticidas, madera tratada y comida contaminada.

 Berilio – aire contaminado (quema de combustible fósil), fabricación de


plásticos, electrónicos, aleación de acero y ceniza volcánica.

 Cadmio – cigarrillo (tabaco y marihuana – mota en México), alimentos


procesados y refinados, peces grandes, mariscos, agua de grifo, exhosto
del auto, vasijas de metal, tubos galvanizados, aire contaminado por
incineración y exposición ocupacional. Reemplaza al Zinc, en las
arterias causa inflamación, endurecimiento de las arterias e
hipertensión.

 Cobre – tubos para el agua de cobre, cobre añadido al agua de grifo,


pesticidas, piscinas (albercas), dispositivos intrauterinos, dietas
vegetarianas, amalgamas dentales, suplementos nutricionales
(especialmente vitaminas prenatales), píldoras para el control natal,
glándulas adrenalinas débiles y exposición ocupacional.

 Plomo – agua de grifo, fumar cigarrillo, pinturas para el cabello, tintas,


coberturas metálicas, residuos de pesticidas y exposición ocupacional en
la fabricación de baterías y otras industrias. Reemplaza al calcio en los
huesos y contribuye a la debilidad ósea y la osteoporosis

 Mercurio – amalgamas dentales, peces grandes, mariscos,


medicamentos, contaminación del aire, fabricación de papel, cloro,
adhesivos, suavizantes de ropa y ceras.

 Níquel – aceites hidrogenados (margarinas, mantequilla de cacahuate y


grasa para pastelería), mariscos, aire contaminado, humo de cigarrillo,
metales y exposición ocupacional

 El Hierro y el Plomo, que reemplazan al Zinc y a otros minerales en el


páncreas, glándulas adrenalinas y otros lugares, contribuye a la
diabetes. El Cobre, que sustituye al Zinc, al Magnesio y a otros
minerales esenciales en el cerebro, está asociado con la migraña,
síndrome premenstrual, la depresión, la ansiedad y los ataques de
pánico y mucho más.

 El Mercurio y el Cobre, que sustituyen al Selenio en varios tejidos,


impiden la conversión de T4 a T3, contribuyendo a desequilibrios de la
tiroides.

CODIGO DE METALES y TOXINAS


Joaquín Teherán Lora
Toxico Antagónicos
Aflatoxinas Toxina de los hongos. Produce Vitamina C
necrosis, cirrosis y cáncer.
Aluminio Alzheimer y otros trastornos Acido Lipoico-Cilantro-Ajo
del SNC.
Amianto
Amoniaco Nerviosismo e insomnio a Ornitina - Arginina
corto plazo y encefalopatías a
largo plazo.
Arsénico En los insecticidas perfumados Cilantro
y las maderas presurizadas.
Benceno En ciertas pastas dentales, en Vitamina B2
la gasolina.
Cobalto Detergentes para lavadoras Vitamina C
(granitos azules) y en las
pastas dentales de rayas
azules,
Cobre Denota la presencia de Vitamina C
tumores.
Glutamato Altera el SNC y causa Vitamina C
desordenes mentales.
Gonadotropina Hormona indicadora del Enzimas proteoliticas del
Coriónica embarazo y también páncreas :
Humana indicadora de cáncer. La papaina de la papaya.
Marcador tumoral en La bromelina de la piña.
diferentes
trastornos neoplásicos en la
mujer y en el hombre.
Mercurio Envenena el Sistema Nervios EDTA-Cilantro-Ajo-Acido
Central (SNC). Lipoico- Selenio-Clorella
Plomo Daños en el cerebro, sistema Cilantro-Ajo
reproductivo y el SNC.
Tolueno En diluyente de pinturas, Vitamina C
pintauñas. Afecta el SNC.

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