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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE FILOSOFIA, LETRAS Y CIENCIAS DE LA EDUCACION

CARRERA DE INFORMATICA

NOMBRE: Josué Pillajo CURSO: Tercero “A” FECHA: 09/01/2019

RESUMEN “EL AHOGADO MAS HERMOSO DEL MUNDO”

La historia comienza con unos niños jugando en la orilla de la playa cuando de pronto

se encuentran con un cuerpo. Jugaron con el muerto toda la tarde. En eso alguien los ve y

avisa al pueblo. Los hombres lo carga hasta la casa cercana y se dan cuanta que pesa

más de lo normal. Lo acuestan en el suelo y ven que era mucho más grande que

cualquier hombre, además se percataron que el hombre no era de la ciudad, pues en ella

se conocían todos. Los hombres para asegurarse que no era de allí salieron a averiguar,

mientras las mujeres se quedaron aseándolo. Mientras lo hacían se daban cuenta de lo

que le había sufrido el cadáver, pero no solo eso, sino notaron que no solo era alto, fuerte

y viril, sino que tal hombre no les cabía en la imaginación. No había en el pueblo cama ni

mesa tan grande o tan fuerte que lo aguantara, no había zapatos, pantalones, camisas

que le quedaran; entonces decidieron hacerle la ropa a tal hermoso ser para así continuar

su muerte con dignidad. Sentadas en círculo, contemplándolo, no habían sentido tantas

ansias como aquella noche. Pensaban que si hubiera vivido en el pueblo no había casa

tan grande a la de él, su mujer habría sido la más feliz. Las mujeres siguieron emergidas

en sus fantasías. Las más viejas pensaron que se llamaba Esteban, mientras las más

jóvenes pensaron que se podría llamar Lautaro. Las mujeres que lo habían vestido,

peinado, cortado las uñas y raspado la barba se dieron cuenta lo infeliz que tuvo que ser
ese hombre con tal cuerpo descomunal, que hasta después de muerto

estorbaba. Condenado a pasar de medio lado por las puertas y a permanecer de pie en

las visitas para no destrozar ningún mueble debido a su enorme cuerpo, teniendo así que

sufrir todo el tiempo, solo así no pasaría ninguna vergüenza. Poco después, al amanecer,

las mujeres lo contemplaron tan indefenso, muerto, y parecido a sus esposos que

comenzaron a llorar. En eso llegan los hombres con la noticia de que tampoco era de los

pueblos vecinos, las mujeres dijeron.Los hombres pensaron que era cosas de mujeres y

lo que deseaban era deshacerse del intruso antes que saliera el sol bravo. Querían

ponerle un ancla en los tobillos para que se sumergiera en las profundidades oceánicas

para que no volviera a la orilla, pero mientas se apresuraban más cosas se les ocurría a

las mujeres para perder tiempo. Tanto fue así que se cansaron y le preguntaron con qué

objeto tanta cosa para un forastero, si como quiera se lo iban a masticar los tiburones.

Tanto alboroto por un muerto al garete dijeron los hombres. Una de las mujeres que,

mortificada por tanta insolencia, le quito el pañuelo de la cara…. No había duda, de

que era Esteban. Solo un Esteban en el mundo, y estaba allí tirado. Basto quitarle el

pañuelo para que supieran que estaba avergonzado de tal tamaño en su cuerpo y tanta

hermosura. Hasta los hombres que sentían amarga las minuciosas noches del mar

temiendo que sus mujeres se cansaran de soñar con ellos para soñar con ahogados,

hasta aquellos, se estremecieron al verle el rostro de sinceridad. Fueron por flores para el

muerto, y hubo tantas flores, tanta gente que no se podía caminar. Fue un dolor inmenso

devolverlo a las aguas huérfano y decidieron todos los del pueblo terminar cm parientes

de él. Lo soltaron sin ancla para que volviera cuando quisiera. Se miraron y se dieron

cuenta que jamás volverían a estar completos. Por primera vez sería diferente sus casas

iban a tener puertas anchas, pisos firmes techos altos para que el recuerdo de Esteban

anduviera sin tropezar. Se pintaría la fachada de colores alegres en memoria de Esteban.

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