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Ver Boletín Oficial de las Cortes Generales, Senado, VIII Legislativa, Serie II Proyectos de Ley, de 5
de mayo del 2005.
2
Ver Boletín Oficial de las Cortes Generales, Congreso, VIII Legislatura, Serie A: Proyectos de Ley, de 1
de diciembre del 2004.
pedían ambos. De la misma manera, el Grupo parlamentario vasco (EAJ-PNV),
en su enmienda 40, entendía que sólo era posible la guarda compartida si se
convenía por ambos cónyuges y no por imposición del Juez. Por último,
también esta era la posición del Grupo parlamentario Popular, en la enmienda
Num. 81 en el Congreso- Num. 26 en el Senado-, introduciendo la necesidad
de un Plan de Responsabilidad Parental que “incluya acuerdos sobre la
residencia del menor, la vivienda, la pensión alimenticia, etc., y que éste
compruebe que ésta es la situación que más favorece la protección y bienestar
del menor”.
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Deben Alfonso, M.: Hacia una custodia impuesta y dividida, en
http://www.hera2001.com/custodiaresponsable/noticiasD.asp?id=89 estima que el 90 % de los casos de
procedimientos consensuados. También ver Rogel Vide, C.(2005), Pág.87, en donde recoge opiniones
que refieren que en las rupturas sin acuerdo, sólo el 22% de los padres pedían la custodia y sólo el 1% la
deseaban compartida.
mujeres y las asociaciones de juristas, sin embargo, no eran partidarias en
general de la custodia compartida al inicio, variando su postura hasta la actual
que pretende que no sea posible la custodia compartida cuando no hay
acuerdo entre los cónyuges5.
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Declaraciones de J.L. Rubio Azcue a Minuto Digital, el 21 de abril de 2005
(http://www.minutodigital.com/noticias/rubio.htm). Es interesante la conclusión a la que llega respecto a
la redacción final de la ley: “el PSOE ha manipulado a la opinión pública dando a conocer que la nueva
legislación para separaciones establecería como norma general el principio de la custodia compartida, y
finalmente ha terminado limitándola a los casos en que haya mutuo acuerdo y además sea ratificada por
un juez” (http://www.minutodigital.com/noticias/enga.htm).
5
Ver la pagina (http://www.hera2001/custodiaresponsable)
padece, previamente durante la separación legal o de hecho anterior, la
concentración de la custodia de sus hijos en el otro progenitor varón6. Es cierto
que dicha situación es todavía puntual y poco ejemplificativa, pero
determinante para hacerse esta reflexión.
Desde una posición limitativa del arbitrio judicial, se pudiera entender que es
bueno indicar al Juez con carácter previo cuales son las circunstancias que
deben ser estudiadas. Así parece deducirse de la postura de la diputada
Fernández Dávila (Grupo parlamentario Mixto), que en la enmienda Num. 32,
pedía la introducción del siguiente párrafo: “Para el otorgamiento de la guardia
y custodia compartida, el Juez valorará la edad de los hijos, el lugar de
residencia de los progenitores, la disponibilidad de un domicilio adecuado por
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Así en la Sentencia de la AP de Navarra de 11 de noviembre de 1992 (Aranz. Civ.- 1992/1565), la de la
Audiencia Provincial de Álava (Sección 1º), de 8 de Octubre de 1997 (Aranzadi Civil 1997/2014) que
rechazo una petición de custodia compartida de la madre, agente de policía local, que desempeñaba su
cargado de 10 de la noche a 6 de la mañana. También se mantiene la guarda y custodia del padre con
amplio régimen de visitas, como paso en el supuesto anterior, en el caso de la Sentencia de La Audiencia
Provincial de Barcelona (Sección 12º) de 12 de marzo de 2004 (JUR 2004/120441) si bien en este
supuesto el hecho impeditivo era los malos tratos de la nueva pareja de la madre.
ambos progenitores para el cuidados de los hijos e hijas, el horario laboral de
los progenitores, así como otras circunstancias relevantes que posibiliten la
custodia compartida sin graves quebrantos en la vida cotidiana de los hijos e
hijas”7. Con ello se pretendía no sólo una valoración amplia por los jueces sino
que esta se condicionara a una reflexión sobre dichos aspectos de la vida del
menor, en la búsqueda del beneficio del menor.
7
Boletín Oficial de las Cortes Generales, Congreso de Diputados, VIII Legislatura, Serie A: Proyectos
de Ley, de 15 de marzo del 2005.
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Destacamos la Sentencia de la AP de Valencia (Sección 6ª) de 2 de febrero de 2000 (JUR 2000/96686)
que impone, sin atender a las pretensiones contradictorias, la guarda “compartida”. También las
Sentencias de la Audiencia Provincial de Gerona (Sección 2ª) de 25 de febrero de 2001 (Aranz.Civ.-
2001/1827) y de Castellon (Sección 2º) de 14 de Octubre de 2003 (JUR 2003, 26477), cuyo
fundamentación se une a que ambos progenitores ajustaron su horario para estar con su hija. Dice la
última decisión: “La situación de la menor en relación con su madre y su padre se muestra tan similar,
que en realidad tanto uno como otro merecerán ostentar la guarda y custodia, sin encontrar razón para
desequilibrar tal merecimiento sin tener la sensación el Tribunal de afectar al derecho de igualdad del que
resultare, en su eventual albur, perjudicando con las simples visitas con su hija”.
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La anterior sentencia vista de la AP de Castellon que destaca “corresponde a cada litigante un vivienda
en Benicarló, cada una perfectamente acomodada a las necesidades escolares de la niña ( su habitación, su
ordenador, etc…) , y los padres han sabido ajustar su horario laboral a su contacto con Pilar….”.
socio-laboral10; o por las necesidades afectivas o formativas que requiere el
menor11. Todo ello se debe unir a una cierta uniformidad o semejanza de
criterios respecto a la forma de vida que ha de tener el menor –desde la
perspectiva personal y social-, su educación y formación, junto con una
actuación coordinada de los progenitores o adoptantes. En estas condiciones
se muestra como la solución más beneficiosa para alguna doctrina12.
10
Además, en el Auto de la AP de Baleares (Sección 5ª) de 27 de febrero de 2001 (JUR 2001/138971),
junto al deseo de los menores.
11
Paradigmático el caso de la Sentencia de la AP de Madrid (Sección 22ª) de 17 de septiembre de 2003
(JUR 2003/27985):”... la orientación psicológica se enmarcaría en una guarda y custodia legal compartida
por ambos padres al igual que la patria potestad por su capacidad y porque la situación real de hecho es
así. El citado dictamen también pone de manifiesto la convivencia continuada de hecho en la vivienda del
padre porque por las circunstancias escolares y la organización de las actividades del menor aparece la
más favorable, al tiempo que significa una necesidad importante del menor consistente en saber si la
figura paterna va a cumplir las expectativas que él se creó y que resultan claras en un proceso de
preadolescencia y la amplia comunicación con la figura materna que es la figura más querida por
Fernando, el progenitor con el que ha creado los vínculos más importantes y de la que "aclama"
("rechaza") más afecto, destacando finalmente el imprescindible apoyo profesional de Fernando no sólo
de apoyo psicopedagógico en las tareas y hábitos de trabajo y estudio sino también de terapia individual
por especialistas clínicos que ayuden al control y canalización de sus emociones, a su madurez personal y
social, a apoyar su autoestima, a la interiorización de normas y a la ansiedad de la triada (con las figuras
parentales y en este sentido la puesta en común de los padres), para la elección del profesional es
imprescindible para que los resultados sean positivos, concluyendo por ello que en este aspecto la
experiencia de la madre que cotidianamente ha vivido con su hijo desde su nacimiento y lo ha llevado a
diferentes centros y especialistas resulta de gran valor para considerar”.
12
Sainz Torres, M (2002): 238.
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Así en la Sentencia de la AP (Sección 6ª) de Valencia de 9 de marzo de 2000 (JUR 2000/126442). Por
el contrario no la estima la Sentencia de la AP de Madrid (Sección 22ª) de 8 de junio del 2004 (JUR
2004/315883).
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A pesar de ello, el Tribunal no estimó el deseo, manteniendo a la madre con su hijo , a pesar de querer
estar con su padre: Sentencia de la AP de Barcelona (Sección 18ª) de 20 de noviembre de 2003 (JUR
2004/5877). También, en la Sentencia de la AP de Barcelona (Sección 18ª) de 22 de Julio de 2004 (JUR
2004, 217508), al considerar que, a pesar de la buena relación con el padre custodio, la realidad era que
convivir con la nueva pareja del progenitor que inicialmente debería ser el
custodio15.
éste desconocía su marcha en los estudios, mientras que la madre ejercía un control adecuado, por lo que
establece el régimen de guarda y custodia por considerarlo el más beneficioso.
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Sentencia de la Audiencia Provincial de Baleares (Sección 5ª) de 19 de abril de 1999 (Aranz.Civ.-
1999/4858) en un caso en donde los hijos vivieron inicialmente con el padre en el domicilio familiar al
pasar la madre a vivir con su nueva pareja. No es sustancial el cambio, por su carácter provisional, en el
caso de la Sentencia de la AP de las Palmas (Sección 4ª) de 11 de noviembre del 2002 (JUR 2002/91343)
en donde el niño tuvo inicialmente un conflicto con una de las parejas que tenía el padre.
procurar el beneficio del menor, siempre que sea la situación factible y
realmente vivida.
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Caso visto en la decisión de la Sentencia de la Audiencia Provincial de Castellón (Sección 2º ) de 14 de
Octubre de 2003 (JUR 2003/2647).
17
Como es el caso de la Sentencia de la AP de Baleares (Sección 5º ) de 17 de Septiembre de 2004 (JUR
2004/287192), en donde el informe de los Servicios sociales destacaron que “ una vez que se iniciaron los
diálogos con los progenitores ambos priorizaron las necesidades de su hija, se concienciaron de la difícil
situación emocional en la que se encontraba la misma y se dispusieron a buscar la solución de mutuo
acuerdo, por lo que se favoreció un encuentro de ambos en nuestro servicio que tuvo como objetivo
proponer un régimen de visitas consensuado, lo que dio como resultado el régimen propuesto en dicho
informe, con base en el acuerdo de ambos padres, régimen que fue recogido en la sentencia de primera
Pero, por último, como señale en el artículo antes mentado, sería necesario:
primero, que hubiera uno que, al menos, lo solicitara o estuviera conforme con
el mismo18. No tiene sentido forzar a los padres al régimen compartido de
custodia cuando ninguno de ellos lo tiene en mente ni presente. Es cierto que
pudiera darse el caso de que ninguno de ellos, en la práctica, quisiera asumir la
responsabilidad parental y que el juez, atendiendo al interés del menor, se
planteará el “castigo” de la guarda compartida como remedio asistencial pero,
entendemos que dicha situación, en la realidad, se da sólo en situaciones que
debemos calificar próximas al desamparo o , en todo caso de riesgo, tal como
fija la LO 1/96 y el Art. 172 y ss del Cc. Segundo, es necesario intentar llegar a
un acuerdo, previo, simultáneo o posterior, que concilie previamente a los
esposos sobre los aspectos más relevantes de la educación y control de los
menores - en la misma línea que el Plan de Responsabilidad Parental del que
trata el Grupo Popular, para señalar puntos que no rompan el equilibrio
planteado – en materia de régimen de vida, alimentos, educación, formación
extraescolar...etc-. Para lo cual sería conveniente no sólo ayudarse del
dictamen de especialistas sino que estos intervinieran y controlaran el proceso
– en la línea permitida por el Art. 92.5 del Cc, cuando nos habla de que el Juez
podrá adoptar “medidas cautelares” para asegurar el cumplimiento del régimen-
. Esta necesidad determina, unida a las limitaciones de personal de los
instancia precisamente porque había sido propuesto por peritos públicos imparciales y porque se había
basado en el acuerdo entre litigantes”.
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A partir de la posibilidad de que se imponga por el Juez o Tribunal a partir de la petición de la custodia
por cada uno de los padres y/o madres; facultad que tiene la jurisdicción a partir del principio “iura novit
curia” y las exigencias de ius cogens de defensa del interés del menor – expresados por la Sentencia del
Tribunal Constitucional 4/2001, de 15 de enero, si bien en el caso, se dijo por el Tribunal: “Bastaría lo
expuesto para justificar la desestimación de esta pretensión de amparo, pues el órgano de apelación, al
modificar en interés del menor el régimen de guarda y custodia decidido en la instancia no hizo sino
actuar las potestades que legalmente tiene atribuidas. Pero además, desde un punto de vista puramente
fáctico, hay datos en las actuaciones que permiten afirmar que la decisión judicial cuestionada no supuso
tampoco un desajuste o completa modificación de los términos en que se produjo el debate procesal
precedente (STC 15/1984, de 6 de febrero). En efecto, no sólo es que, con carácter general, la acción de
separación, como la de divorcio, supone implícitamente, cualesquiera que sean sus términos, solicitar del
Juez un pronunciamiento sobre todas las consecuencias legales que su estimación conlleva (ATC
100/1987, de 28 de enero, FJ 3), sino que en el caso concreto, ya en la solicitud de medidas provisionales
que acompañaron a su demanda de separación, el cónyuge de la recurrente solicitó expresamente que se le
atribuyera la guarda y custodia compartida con la madre, aunque a ello no accediera el Juez de Primera
Instancia. Por tanto, por este último motivo, a tenor del debate precedente no puede tampoco afirmarse
que haya habido un pronunciamiento ajeno al debate procesal y totalmente desviado de sus pretensiones y
peticiones”.
servicios sociales y de los profesionales que asisten a los Juzgados, que, en el
futuro, no vayan a ser muchas las situaciones en donde el Juez se decida por
la guarda compartida, cuando haya una oposición frontal de una de las partes.
No se nos esconde que, ante cualquier duda, el Juez ampliará el régimen de
visitas establecidas al no conviviente, concentrando la guarda y custodia sobre
el padre- la madre que considere más adecuado/a19.
19
Así la decisión de la Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona (Sección 18ª), de 26 de abril de
2004 (JUR 2004/159769) en donde el padre solicita la custodia compartida por entender que tenía una
relación afectiva intensa con su hijo: “En la actualidad no parece que la relación de la pareja sea lo
suficientemente pacífica para permitir el contacto diario sin incidentes. De hecho, sí ha quedado probado
que la madre solicitó reducción de jornada con la finalidad de disponer de más tiempo para cuidar del
menor...”. En la misma línea la Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona (Sección 18ª ) de 1 de
junio de 2004 (JUR 2004/209241) y de las Palmas (Sección 4º ) de 17 de mayo de 2004 (JUR 205252).
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Así la Sentencia de la AP de Córdoba (Sección 3º) de 1de marzo de 2004 (JUR 2004/125769).
que sea interpretada flexiblemente por el Juez. A pesar de la redacción legal,
dicha audiencia no tiene por que ser a presencia del magistrado en todo caso;
tal como señala el Art. 9 de la Ley Orgánica 1/96, pueden realizarse las
comparecencias de forma adecuada a “situación y desarrollo evolutivo”. Es
cierto que, dicha audiencia debe considerarse dentro del esquema formal del
proceso matrimonial, respecto a la decisión sobre la guarda y custodia, no
cómo algo que sólo se deba hacer a partir de dicha petición en concreto de
custodia compartida, sino en todo caso cuando dicho menor tuviera suficiente
juicio. En este punto, consideramos poco garantista el deseo de la enmienda
num.1 de la diputada Lasagabaster Olazagal (Grupo parlamentario Mixto) que
entendía que debería restringirse dicha posibilidad: “Por tanto, esta exploración
debe reservarse para los casos en que exista una necesidad real de conocer
su testimonio por existir un Acuerdo entre los cónyuges que claramente se
aprecia que puede perjudicar al menor, resulte extravagante o se disponga de
información que justifique tal intervención21”. Más correcta es la posición del
Grupo parlamentario Catalán (CiU), en la enmienda Num. 64: “La intervención
de unos niños en un proceso judicial, con todo lo que ello significa, máxime
cuando se trata de un enfrentamiento entre sus padres, supone para ellos una
importante agresión. Naturalmente puede ser necesaria esta audiencia cuando
hay un desacuerdo entre los padres respecto del ejercicio de la patria potestad
sobre ellos o sobre su cuidado o guarda. También en los supuestos en que los
padres puedan presentar al juez un convenio en que sobre esta materia se
adopten pactos extravagantes o en principio perjudiciales para los menores,
puede ser conveniente la audiencia de los mismos. Pero en todos aquellos
casos en que los padres convengan medidas razonables o en los que exista un
informe del equipo psico-social del juzgado, no debe exigirse la audiencia de
los hijos. Precisamente en muchos casos se llega a un acuerdo para que los
menores no se vean implicados y es paradójico que, en todos los casos sin
excepción, la ley prevea la audiencia imperativa de los mayores de 12 años22”.
21
Boletín Oficial de las Cortes Generales, Congreso de Diputados, VIII Legislatura, Serie A: Proyectos
de Ley, de 15 de marzo del 2005.
22
Ibidem.
B) El Informe Favorable del Ministerio Fiscal. Como se puede uno imaginar, el
sentido de la norma nos invitaría a considerar que éste organismo tiene en su
mano la adopción judicial de la medida, en tanto que, de no obtener su
consideración, deberá rechazarse de plano que pueda imponerse la guarda
compartida. Sin embargo, esta consideración que pudiera tenerse si
estuviéramos en un procedimiento administrativo, choca con tres
consideraciones: primera, que nuestro Ordenamiento privado no tiene muchos
ejemplos a los que recurrir en donde se exija el previo informe favorable del
organismo fiscal para proceder a la medida; segundo, que, en todo caso,
manteniendo la solicitud la parte, el juez tiene el derecho y obligación de
resolver sobre el contendido de la cuestión, en virtud del principio procesal de
libertad e independencia judicial (Art.117.3 de la C.E.) ; tercero, que en una
legislación invadida por el principio de “interés superior del menor”, no cabe
que el juez simplemente por razones formales – la negativa a la medida del
ministerio fiscal- no adoptara una medida entendida como la más beneficiosa
para el menor. Y así se ha entendido que tal circunstancia “no impedirá que el
juez, a pesar del informe desfavorable, apruebe la guarda y custodia
compartida, cuando motivadamente considere que es lo más adecuado para el
menor. No puede prevalecer la opinión del Ministerio Fiscal, puesto que ello
podría ser inconstitucional, al limitar la condición decisoria del juez23”. No
llegando a la inconstitucionalidad, si se ha indicado también que la norma
pudiera contradecir, de aplicarse estrictamente, el Art. 2 de la LO 1/96 y la
Resolución de 29 de abril de 1987 del Consejo Económico y Social de las
Naciones Unidad (Abril Campoy- Artigas Porta (2006) 2). De ahí que se
predique la interpretación sistemática de la norma, en el sentido de
reconducirla limitativamente a entender exigible un informe del Ministerio Fiscal
que auxiliará, sin lugar a dudas, a la decisión judicial – a partir de la posición
encontrada de las partes-. Y, en caso de que sea desfavorable, exigirá del juez
reforzar sus argumentaciones para entender la medida como la más adecuada
e idónea para el beneficio del menor.
23
En “Conclusiones sobre “Las reformas del Derecho de Familia”.II Encuentro Institucional de Jueces y
Magistrados de Familia, Fiscales y Secretarios Judiciales, con Abogados de la Asociación Española de
Abogados de Familia”, Sepin, Derecho de Familia, Num. 50, Enero 2006, Pags. 26 y ss.
C) La necesidad de fundamentar la medida en que “solo de esta forma se
protege adecuadamente el interés del menor”. De acuerdo con la
interpretación gramatical de la norma, no sólo se debe buscar el beneficio del
menor, sino justificar que dicha medida es la única adecuada para salvar dicho
interés. Lo cual no quiere decir que la guarda concentrada en uno sólo de los
progenitores, con un régimen de visitas del no conviviente, más o menos
amplio – en función de las necesidades relacionales del menor- deba
rechazarse en el caso concreto; no, se trata de que la guarda compartida sea la
menos perjudicial para la situación del menor que, en todo caso, en situación
de crisis matrimonial, sufre la carencia de un progenitor en su vida cotidiana
(Montero Aroca (2001), 34 y ss).
24
En “Conclusiones....”, Num.3.6.
Juzgados y Tribunales. Entendiendo que estos podrán poner de manifiesto al
Ministerio Fiscal, para que solicite al Juez, la necesidad de modificar el régimen
en atención al seguimiento, al igual que lo pueden hacer las partes en el
proceso matrimonial, tal como permite el Art. 772.2 y 775 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil.
4. Conclusión:
Montero Aroca, J. (2001): Guarda y custodia de los hijos (La aplicación práctica
del artículo 92 del Código civil), Valencia.
Rivera Álvarez, J.M. (2005): “La custodia compartida. Génesis del nuevo Art. 92
del Código Civil”, Cuadernos de Trabajo Social, Vol.18, Págs. 137-162.
Rogel Vide, C. (2005): “En torno a la custodia compartida de los hijos de padres
separados. Del anteproyecto al Proyecto de Ley por la que se modifica el
Código civil en materia de separación o divorcio”, Revista General de
Legislación y Jurisprudencia, Enero-Marzo del 2005, Pagas. 73 –93.