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En su nuevo libro El regreso del uribismo, León Valencia sostiene que al principio
de su gobierno, Duque recibió un país en el que después de haber apagado un
gran incendio quedaron las “brasas”. Dice que esas brasas “podían regarse con
agua o con gasolina”, y que este Gobierno está haciendo lo segundo. Luego de
hacer un recorrido por los contextos y las realidades políticas de los primeros
meses de Duque, el autor deja tres conclusiones sobre los posibles destinos del
presidente.
SEMANA.: ¿El uribismo llegó con la misma fuerza que tenía antes de 2009?
L.V.: El uribismo llega en una nueva circunstancia y realidad de país. Es decir, hay
un acuerdo con las Farc y la guerra estaba declinando. Ya no está la cruzada
antiterrorista mundial que durante los años de gobierno del expresidente Uribe
tuvieron tanta fuerza. Duque entendió ese nuevo escenario desde un principio. Él
quería generar una agenda que no fuera la de seguridad únicamente. Lo intentó
los primeros meses pero a los 100 días desde que inició su mandato empezó a
caer en las encuestas.
L.V.: No pudo armar una coalición de gobierno para dirigir y orientar la agenda
legislativa. Ante ese escenario decidió fugarse hacia atrás y volver a la agenda de
seguridad. Primero se metió de fondo en el tema de Venezuela, interrumpió la
negociación con el ELN y comenzó a presionar el acuerdo de paz. Decidió volver a
una agenda contra el narcotráfico que alimentó con las disidencias y la
narcotización de la agenda con Estados Unidos.
Puede leer: Uribe, ¿en desacuerdo con Duque por los acuerdos con la
Minga?
"El uribismo regresó porque mantuvo cautivo un electorado que criticaba los acuerdos
de paz, logró mantener una estrategia enorme de polarización y puso a la izquierda en la
contra parte con el rostro de Gustavo Petro", León Valencia.
L.V.: En los primeros momentos tuvo alguna eficacia y subió puntos en las
encuestas. Sin embargo, rápidamente volvió a caer. Ahora también hay que tener
en cuenta que en este momento hay un desgaste del enemigo. Ese enemigo
común en el que se basó el expresidente Uribe: Farc, chavismo y Cuba, se ha
disuelto un poco. Primero por la negociación con las Farc. Segundo, por que nadie
tiene alguna consideración con el régimen venezolano. Todo el mundo está en
contra de eso y no hay a quién achacárselo. Todo el mundo le saca el cuerpo.
L.V.: Yo tenía esperanza de que podíamos hacer un posconflicto más pacífico, sin
embargo se está pareciendo mucho al centroamericano.
L.V.: Hay tres maneras: cuánto disminuye la violencia, las grandes reformas que
se hayan conquistado y la reconciliación.
SEMANA.: Explíquese...
L.V.: Lo primero que hay por decir es que la violencia disminuyó en la propia
negociación. Sin embargo, quedaron unos leños prendidos a los que se les
empezó a echar gasolina y ahora tienden a prenderse. Esos leños son las
disidencias, el ELN y Venezuela. Ahora, desafortunadamente las reformas que se
plantearon en La Habana no están en la mira. Ni la agraria ni la política tienen la
fuerza con la que fueron acordadas. Tampoco hay un plan de intervención en los
territorios.
SEMANA.: Y la reconciliación....
L.V.: En ese punto sí que hay diferencias. El punto central es la verdad y en eso
hay un desacuerdo enorme en el país. No más vea, hay un ataque durísimo a las
instituciones encargadas de reconstruir esa verdad: la Jurisdicción Especial de
Paz, la Comisión de la Verdad o la Unidad de Búsqueda de Personas
Desaparecidas. Estamos en una encrucijada de si realmente vamos a avanzar
hacia la reconciliación, los cambios, la disminución estructural de la violencia o si
vamos a mantener una confrontación durante largo tiempo.
"El punto central es la verdad y en eso hay un desacuerdo enorme en el país. No más
vea, hay un ataque durísimo a las instituciones encargadas de reconstruir esa verdad: la
Jurisdicción Especial de Paz, la Comisión de la Verdad o la Unidad de Búsqueda de
Personas Desaparecidas", León Valencia.
SEMANA.: ¿Se podría decir que en parte la falla radica en haber encontrado
una paz despadrinada?
L.V.: Eso influyó pero no fue el único factor. El último gobierno de Juan Manuel
Santos fue en campaña electoral. Él tenía una estrategia clara de negociación
pero no tan clara para el posconflicto. Ahora, hay que decir que lo abandonaron
las fuerzas políticas por el mismo momento que vivía el país. Cambio Radical, por
citar un ejemplo, cambió muchas de las posiciones que habían mostrado. Otra
cosa que no podemos perder de vista es que en muchos posconflicto
normalmente no hay narcotráfico, en el nuestro sí y ese es un elemento clave para
perturbar la transición. Un cuarto factor es que hay fuerzas polítcas con mucho
poder en el país que cuestionan el acuerdo de paz. No hubo una unidad en las
élites políticas frente al tema.
L.V.: Las dos fuerzas que firmaron el acuerdo son las derrotadas electoralmente.
La enorme crisis del proyecto político de las Farc le está quitando un interlocutor
válido y fuerte al posconflicto. La idea de la exguerrilla era hacer un proceso de
reincorporación basado en el campo, el territorio y las zonas donde estaban.
Convertir su liderazgo guerrillero en político. Sin embargo, están viviendo una
profunda división que los deja sin mucha oportunidad para jugar en los territorios.
Ahora, tienen un miembro acusado por narcotráfico y con amenaza de extradición
que viene espantando a mucha gente. Unos todavía se contienen, dicen ellos sin
armas y escondidos. Sin embargo, otros están ya en la disidencia.
L.V.: Todo este tiempo el tema ha sido Jesús Santrich. La seguridad jurídica en
ese tema ha sido la principal preocupación de muchos, entre ellos Iván Márquez y
el Paisa. Pero no es lo único en lo que se vienen fijando. Con la muerte del
exmiliciano de las Farc en Catatumbo, Márquez en su última carta habla además
de inseguridad física. Así las cosas, la posible extradición de Santrich sería el
detonante para que no solo esta gente salga del limbo: ni con la guerra ni con la
paz y si es el caso se vayan para las disidencias de una vez abierta y
públicamente. Su huida reforzaría la visión política de los sectores del narcotráfico
que se han armado en el país. Entre más se prolongue la decisión de Santrich
más incertidumbre va haber para muchos en las Farc.
L.V.: Sí, fue alrededor de un chat que se armó toda una coalición de amplias
fuerzas para defender el acuerdo de paz. ese fue un diálogo espontáneo de
partidos independientes, líderes sociales e intelectuales colombianos. Un chat se
convirtió en el lugar de la oposición en Colombia.
https://www.semana.com/nacion/articulo/leon-valencia-habla-de-su-libro-el-regreso-del-
uribismo/612796