Está en la página 1de 2

23 nov. 2021 - 12:30 a. m.

Las giras presidenciales

Óscar Alarcón

Colombia estuvo a punto de quedarse sin gobernante el 24 de julio de


1938 cuando el presidente saliente, Alfonso López Pumarejo, y el electo,
Eduardo Santos, concurrieron juntos a las ceremonias programadas para
conmemorar el cuarto centenario de la fundación de Bogotá. Se realizaba
una revista militar en la hacienda de Santa Ana, al norte de la ciudad. El
capitán de la Fuerza Aérea César Abadía, quien pilotaba un avión, hizo
una maniobra imprudente para tomar la bandera que flameaba en la
tribuna principal y se precipitó sobre el público, estrellándose y causando
numerosos muertos. Los mandatarios titular y electo se salvaron
milagrosamente, pero un jovencito llamado Misael Pastrana Borrero
quedó herido en la cara. Sería presidente 32 años después —en
elecciones controvertidas—, igual que posteriormente su hijo Andrés.

Para evitar que ese tipo de eventualidades se presenten, el presidente y el


vicepresidente no pueden concurrir a actos públicos ni viajar juntos. Así
se acostumbra en Estados Unidos y también en Colombia. Pero en
nuestro país se da la circunstancia de que quien tiene la expectativa de
reemplazar al mandatario titular es, al mismo tiempo, canciller. Eso solo
ocurre en el país del Sagrado Corazón. ¿Por qué? Porque la canciller es
la funcionaria que, con el presidente, maneja las relaciones exteriores y
por consiguiente es quien debe acompañarlo en sus misiones
internacionales. Como eso no puede cumplirse aquí, el mandatario se
hace acompañar de otros ministros que se las dan de cancilleres,
propensos a meter la pata, además de un sinnúmero de funcionarios,
parientes y hasta hermanos del Ejecutivo.

Así sucedió en la maratónica gira de hace unas semanas, similar a la que


realizó hace 42 años el presidente Julio César Turbay y que dio lugar a
que García Márquez escribiera en Alternativa (14 de junio de 1979) que
había sido una costosa e inútil gira por México y Europa. Turbay
pronunció entonces discursos tan insulsos que llevaron a decir al escritor
que el problema que tenía el mandatario “es que la misma persona que le
hace los vestidos es la que le escribe los discursos”.
https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/oscar-alarcon/las-giras-
presidenciales/

También podría gustarte