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Logos

concepto filosófico

Logos.

Logos (en griego λóγος -lôgos- ) es una


palabra griega que tiene varios matices de
significado: Logos es la palabra en cuanto
meditada, reflexionada o razonada. Puede
traducirse de distintas formas: habla,
palabra, razonamiento, argumentación o
discurso. También puede ser entendido
como: "inteligencia", "pensamiento",
"sentido", la palabra griega λóγος -lôgos-
ha sido y suele ser traducida en lenguas
romances como Verbo (del latín : Verbum).
Su raíz estaría, probablemente, en el
indoeuropeo leḡ, que tiene el sentido de
"recoger junto", imponiendo a ese recoger
un "criterio", por lo tanto derivaría, tanto en
el griego como en el latín, en el sentido de
recoger, seleccionar, elegir [1].

Es uno de los tres modos de persuasión


en la retórica (junto con el ethos y el
pathos), según la filosofía de Aristóteles.
Definiciones
Significado filosófico

Heráclito utiliza esta palabra en su teoría


del ser, diciendo: "No a mí, sino habiendo
escuchado al logos, es sabio decir junto a él
que todo es uno". Tomando al logos como
la gran unidad de la realidad, acaso Lo
real, Heráclito pide que la escuchemos, es
decir, que esperemos que ella se
manifieste sola en lugar de presionar.

El ser de Heráclito, entendido como logos,


es la Inteligencia que dirige, ordena y da
armonía al devenir de los cambios que se
producen en la guerra que es la existencia
misma. Se trata de una inteligencia
sustancial, presente en todas las cosas.
Cuando un ente pierde el sentido de su
existencia se aparta del Logos.Su raíz
estaría, probablemente, en el indoeuropeo
leḡ, que tiene el sentido de "recoger junto",
imponiendo a ese recoger un "criterio", por
lo tanto derivaría, tanto en el griego como
en el latín, en el sentido de recoger,
seleccionar, elegir.

Significado psicológico

En logoterapia, la tercera escuela vienesa


de psicología -después del psicoanálisis
de Sigmund Freud y de la Psicología
Individual de Adler- desarrollada por
Frankl, la búsqueda del logos (en este
caso: "sentido de la existencia") es el
centro del trabajo existencial y terapéutico
para encontrar el sentido y el significado
que orientan la praxis del ser humano.

Significado teológico

En el prólogo del Evangelio de Juan, se


menciona al Λóγος, identificándolo como
a la persona espiritual con Dios en el
principio de la creación. Juan 1:1 dice:

εν αρχη ην ο λογος και ο λογος ην


προς τον θεον και θεος ην ο λογος
en el principio era el logos y el
logos era con Dios el logos era
Dios.

Traducido al latín en la Vulgata: In


Principio erat Verbum et Verbum
erat apud Deum et Deus erat
Verbum

en el principio era el Verbo [la


palabra razonada] y el Verbo era
con Dios el Verbo era Dios.

Muchas interpretaciones han surgido en


torno al significado del Logos en este
versículo. Algunos lo relacionaron con el
Logos de la filosofía griega y la
judeohelenística de Filón de Alejandría
quien precisamente utiliza —antes del
siglo I— la palabra griega Λógos para
significar la sabiduría y, especialmente, la
razón inherente a Dios, luego del siglo I y a
partir del Evangelio según Juan Λóγος
(traducido al latín como Verbum) obtiene
una significación cristiana. No obstante su
innegable ascendencia griega, no puede
negarse que, en el caso del prólogo de
Juan, influyó también decisivamente la
dabar hebrea, y recepciona, así, de una
manera muy patente los antecedentes
veterotestamentarios, con muchos de los
matices ahí implicados[1]. Una recepción
en ámbito judío, en un ambiente
helenístico como el de Alejandría,
encontramos en Filón: este, en su obra De
opificio Mundi, coloca los cimientos para la
que será la recepción del concepto,
especialmente en ámbito alejandrino[1].

Los gnósticos se inclinaron más por el


primer componente. Los cristianos
apologistas del siglo II, veían en él al Hijo
de Dios, pero algunos como Tertuliano,
diferenciaban entre el Logos como
atributo interno en Dios, y otro el Logos
que engendró Dios, que se tornaría en una
persona. Otros teólogos lo entendían
ontológicamente como "la razón de Dios"
e inseparable de él. Los que se oponían a
esta visión alegaban que al Logos se le
predica sin artículo definido en griego, y
esto indicaría para algunas opiniones que
este Logos era un "segundo Dios"
(δευτερος θεος) (véase Orígenes de
Alejandría),[2] pero no el Dios
Todopoderoso, El Dios (ο θεος), que lleva
artículo definido.

El Logos es interpretado como aquello que


existía desde el principio (αρχη/arkhé) con
Dios (con mayúscula, porque es el nombre
propio). La palabra admite más de treinta
acepciones, no obstante y según san
Agustín antes de la existencia de la
creación no existía el tiempo, lo que
convierte a la Razón en la energía del
Universo.

El logos como enfoque


persuasivo
El logos es el material del argumento, la
forma en que un razonamiento avanza
hacia el siguiente, como para mostrar que
la conclusión a la que se tiende no solo es
la correcta sino también tan necesaria y
razonable como para ser la única. El logos
como enfoque persuasivo busca influir en
los oyentes mediante la razón.

Para Aristóteles, el logos era el ámbito del


«entimema», que es el equivalente, en la
retórica, del silogismo en la lógica. Tanto
los silogismos como los entimemas
pueden considerarse unidades del
pensamiento, es decir, formas de articular
las relaciones entre ideas, con la
diferencia de que el entimema es menos
claro, pues en vez de mostrar sus
premisas de forma evidente, guarda
escondida algunas de ellas y hace uso de
la generalización. Un ejemplo de
entimema podría ser: “Elvis tenía que
morir en algún momento: todos los
hombres son mortales”. En otras palabras,
el entimema constituiría un silogismo
imperfecto o incompleto, pues en él se
omite la expresión, pero no el contenido
de una o dos premisas.

Otro recurso del logos es la analogía, la


cual expresa la semejanza o
correspondencia dada entre cosas
diversas. Las analogías pueden resultar
comunes cuando se trata de persuadir por
medio de la razón, más se debe advertir
que debe tenerse cuidado en la
comparación que sustenta la analogía
cuando se incluye en el argumento.

Para su uso en el logos, Aristóteles


estableció una lista de «tópicos». Un
tópico es, esencialmente, la forma general
de un argumento. Los tópicos pueden
referirse a tipos de cosas, a la causalidad,
a comparaciones de magnitud, etcétera.

El logos a través de los distintos recursos


busca que los argumentos suenen
razonables, pues éstos a su vez se
elaboran con premisas aceptadas; sin
embargo, Aristóteles también puntualiza
que muchas de las premisas aceptadas
son contradictorias entre sí, por lo que
también debe tenerse en cuenta al utilizar
el logos como modo de persuasión.[3]

Véase también
Ratio
-logía

Referencias
1. Soler, Fernando (2017). «Preliminares
para la comprensión del concepto
logos en el comentario a juan de
orígenes» . Cuadernos de Teología 9
(1): 14-16.
doi:10.22199/s07198175.2017.0001.0
0002 . Consultado el 23 de octubre de
2017.
2. Soler, Fernando (2014).
«Acercamientos al vocablo λόγος en
el Comentario a Juan de Orígenes» .
Teología y Vida 55 (2): 287-299.
doi:10.4067/S0049-
34492014000200004 .
3. Leith, Sam (2012). «La primera parte
de la retórica: La invención». ¿Me
hablas a mí? La retórica de Aristóteles
a Obama. Taurus. p. 37-54.

Enlaces externos
Thomas R. Martin: An Overview of
Classical Greek History from Mycenae to
Alexander (Panorama de la historia de la
Grecia Antigua desde la época micénica
hasta la de Alejandro); texto inglés, con
índice electrónico, en el Proyecto
Perseus.
Véanse este apartado y el
siguiente: The Cosmos and
Logos (El cosmos y el logos).

Obtenido de
«https://es.wikipedia.org/w/index.php?
title=Logos&oldid=115832915»

Última edición hace 14 horas por Se…

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