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ISSN 1666-7743
Romina Magallanes
Romina De Angelis
1. Introducción
en múltiples discursos que tratan sobre discursos2. Aquí nos proponemos una lectura de
1
Este trabajo es un primer avance del proyecto de investigación “El discurso, de la Ciudad a la Ecumene.
Retórica política, panhelenismo y ecumenismo en el siglo III a.C.”, radicado en el Centro de
Investigaciones de la UNR, bajo la dirección del Dr. Armando Poratti. Dicha investigación tiene por
objetivo una reconsideración de la historia de la retórica y, con esto, un replanteo de las nociones de
retórica y filosofía, que emergerían en forma simultánea y complementaria en Platón y serían disputadas
por Isócrates y otros. El contrapunto entre Platón e Isócrates, al frente, además, de sus respectivas
escuelas, es de especial interés ya que creemos inaugura formas hasta allí inéditas del lógos retórico y
filosófico, ligadas a la educación, que decidirán tendencias paidéticas cuya rivalidad se equilibrará a lo
largo de toda la Antigüedad. Creemos que es posible considerar el tratamiento y la personificación de
Helena como un episodio de dicho contrapunto. En este mismo marco de investigación, se encuentra en
preparación un trabajo dedicado a la Helena de Eurípides como “dramatización” de la posición logológica
sofística titulado: “Contraontología y performance discursiva en la Helena de Eurípides”.
2
PORATTI, Armando, traducción y comentario al Fedro aún en prensa dice: “Al comentar este texto
mencionamos las Helenas de Homero, Hesíodo, Estesícoro, Gorgias, Eurípides, Aristófanes, Platón,
Isócrates, Plutarco, Pausanias... y las que podrían agregarse. La identidad fluctuante de Helena consiste
más que la de nadie en ser dicha. Los lugares y ciudades multiplican sus historias. El destino de Helena es
1
tal presencia centrada en el Fedro de Platón (242-243) y en el Encomio de Helena de
Isócrates.
Aspiramos a mostrar que Helena representa en ellos una figura retórica, es decir
por un lado, con el propósito de reforzar el tema, ponerlo ante los ojos, al modo en que
entendemos que consiste en la personificación del lógos; por otro lado, con el fin de
hecha en las obras citadas se manifieste solo un trato con el lenguaje meramente
mismo.
ser narrada, condenada y justificada, reinventada y rehecha hasta que la "verdad" poética de la diosa viene
a substituir en forma escandalosa a la verdad factual, "histórica", de la adúltera”.
3
La relación cronológica entre ambas obras no está claramente establecida. VAN HOOK (Isocrates, vol.
III, William Heinemann y Harvard University Press, Londres y Cambridge, 1954) sostiene que el
Encomio data del 370 AC. MATHIEU y BREMOND (Isócrates, Discours, tomo I, Les Belles Lettres,
París, 1956), en cambio, lo ubican junto a Fedro en 390. En cuanto al Fedro, se lo ha considerado tanto un
diálogo de juventud como de madurez y vejez. Actualmente, en líneas generales, se lo ubica alrededor del
370 AC (GIL, Fedro, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1970); HACKFORTH (Plato’s Phaedrus,
Cambridge University Press, Cambridge, 1952); LLEDÓ ÍÑIGO (Fedro, Diálogos III, Gredos, Madrid,
2000); PORATTI (op.cit.); ROWE (Plato: Phaedrus, Aris and Phillips, Wiltshire, 1986) incluso lo ubica
hacia el final de la vida de Platón, 1986, 14). Según KENNEDY (The Art of Persuasion in Greece,
Routledge and Kegan Paul, Londres, 1963) Fedro incorpora una respuesta al Encomio de Helena de
Isócrates, constituyéndose estructuralmente en una imagen inversa que contiene no solamente
reminiscencias de Isócrates, sino también ataques directos a su sistema educativo. COLE (The Origins of
Rethoric in Ancient Greece, The Johns Hopkins University Press, Maryland, 1995), por su parte, es más
escéptico al respecto, al decir que Isócrates obviamente ha influenciado o ha sido influenciado por este
discurso platónico.
2
forma de utilizar la figura de Helena, retórica, ontológica y políticamente, como
En una primera instancia, podemos decir que el objeto del Encomio de Helena
La elección del tema, Helena de Troya, se vincula con tres características que
están precedidos por una crítica a las formas previas y contemporáneas de las cuestiones
por una prescriptiva que Isócrates abre de por qué Helena debe ser homenajeada. Así,
podemos decir que la primera parte del discurso se ocupa de rechazar los discursos
anteriores, mientras que en la última desarrolla los caracteres remarcables del lógos que
que centraremos estas líneas, rastreando los términos que marcan la separación y
4
NISHIHIRA, Nanako, “Feminine Sexuality as Force of Law: A Case of Isocrates’ “Helen””,
www.arts.ualberta.ca/cms/nishihira.pdf, 2003.
3
En la primera parte, dice sobre los lógoi que rechazará –explicitando que se trata
de los discursos sofísticos- que: el objeto del que se encargan los sofistas es átopos y
estériles (perì tàs éridas diatríbontes tàs oudèn mèn opheloúsas, 1) y sin valor para la
vida6, afirman equivocadamente que fortaleza, sabiduría y justicia son lo mismo (andría
kaì sophía kaì dikaiosýne tautón estin, 1), buscan sacarle dinero a los jóvenes
burlan injustamente del lógos (exapatónton kaì mé dikaíos toîs lógois khroménon, 7)
que es mentira, ni tampoco dýo lógo perì tôn autôn pragmáton, ponerse a ambos lados
sobre cosas útiles que sobre cosas inútiles y distinguirse en las cosas grandes más que
en las pequeñeces (5). El lógos de Isócrates, entonces, tendrá un objeto serio (no será ni
átopon ni parádoxon) y en el que será posible hallar una finalidad útil para los helenos
(no será perì tàs èridas diatríbontes tàs oudèn mèn opheoúsas). Buscará y seguirá la
verdad (tèn alétheian diókein, 4) e instruirá en aquellas actividades que hacen a la vida
5
Las traducciones al castellano son propias. El texto griego utilizado. La edición de la que tomamos la
numeración de los parágrafos es la bilingüe griego-francés de MATHIEU - BRÈMOND. Las versiones
inglesas consultadas son la de VAN HOOK, NORLIN (Isocrates, Harvard University Press-William
Heinemann Ltd., MA-Londres, 1980) y la editada por GAGARIN (Isocrates I, Texas University Press,
Texas, 2000, trad. inglesa de D. Mirhady y Yun Lee Too)..
6
W. Jaeger apuntaba que la repetida calificación desdeñosa de “discutidores” y “erísticos” que Isócrates
expresaba en varios lugares respecto de los “socráticos” está en el centro de la disputa con Platón, quien,
por su parte, se encargaba de aclararlo: “Fue según lo más probable confusión de su dialéctica con la
erística, con que nos encontramos en la polémica de Isócrates como criterio firme, lo que movió a Platón
a trazar, en el Eutidemo, una nítida línea divisoria entre Sócrates y los rábula erísticos. En República 499ª
se queja también de que nadie conozca al verdadero filósofo y procura ponerlo a salvo de la confusión
con el simple polemista. Aquí pinta al filósofo como el hombre que no encuntra gusto en debates y
polémicas oratorios ingeniosos, pero carentes de un fin y que busca “el conocimiento por el conocimiento
mismo” (Paideia, FCE, México, 1993, p. 842).
4
política (perì tàs práxeis en haîs politeuómetha, 5). Por lo tanto, hablar de Helena,
tenerla como objeto y figura, implicará dotar al lógos de estos rasgos definitorios para
del modo judicial en que lo hiciera éste, sino de un modo unificado, con el método que
luego será característico del discurso epidíctico: parentesco (16-7), juventud (18-38),
una clara referencia al Encomio de Helena de este último (14), critica a quien, diciendo
Isócrates, en cambio, al igual que Platón, habla de Helena porque ese decir legitima un
nuevo discurso.11
7
Tenemos en cuenta la traducción de TAPIA ZÚÑIGA, Pedro, op. cit. y también la de PIQUÉ
ANGORDANS, A., Sofistas. Testimonios y fragmentos, Bruguera, Barcelona, 1985.
8
Hemos optado por dejar el original en inglés ya que creemos que es más claro que las formas castellanas
(vida después de la muerte, ultratumba, más allá) y en todo caso nos permite la vaguedad de lo que sea
que esto designe (PAPILLON, Terry, “The identity of Gorgias in Isocrates’ Helen”,
http://scholar.lib.vt.edu, 1997). Cf. también para la referencia de Isócrates a Gorgias JAEGER, Paideia,
op. cit., p. 942 n121. Del mismo modo, CASSIN (2008), pp. 119.20 passim.
9
VAN HOOK, op.cit. p. 54.
10
Cf. nota 7.
11
El Encomio de Helena de Gorgias, se inscribiría, no obstante, en la disputa por el lógos que este trabajo
intenta poner de relieve en los textos de Isócrates y Platón. En efecto, Isócrates lo menciona y resalta su
diferencia respecto a él, como asimismo, lo hará Platón. Ambos, creemos, en su propósito de distinguirse
de Gorgias, sin embargo, parecen adherir al poder del lógos que él postula tal como lo entiende B.
CASSIN en El efecto sofístico. La autora encuentra en el Encomio de Helena de Gorgias, principalmente
a partir de 9, 13 y 14, una relación entre el ser y el decir distinta de la copertenencia parmenídea y de la
significación aristotélica. Esta relación es la que acontece cuando al decir no se trata de significar, de
señalar y expresar algo, algo siempre previo a ese decir que se subordina a lo dicho; cuando el decir no se
5
Hay dos lógoi que tratan de Helena con los que Isócrates se identifica. Uno es el
Helena (blasphémesén ti perì autes, 64) y por esto quedó ciego. Al comprender esa
causa, cantó su palinodia y recuperó la vista.12 Este gesto de reparación, lo veremos más
Sus opiniones difieren, sin embargo, respecto de la valoración del relato de Homero.
Isócrates, por un lado, sostenía la versión de los homéridas por la que aseguraban que
Helena se apareció una noche a Homero pidiéndole que escribiese sobre los héroes de
Troya tal como lo hizo (65-66). Platón, por el contrario, dirá que Homero la difamó
(243a-b).
Introduce así el verdadero discurso, lo que hay que decir sobre Helena:
por ella los griegos no son esclavos de los bárbaros (mè douleúein
los bárbaros (autèn homonoésantas kaì koinèn strateían epí toùs barbárous, 67);
subsume al ser sino lo contrario. Esto es lo que Gorgias pondría de manifiesto cuando deja entrever que el
poema es “una performance discursiva: lejos de estar encargado de decir una donación originaria, algún
“es” o “hay”, produce realmente su objeto, aun en la sintaxis de sus frases y por ella” (CASSIN 2008,
19). De manera que el ser no es develado por la palabra, como afirmaría la ontología, sino creado por el
discurso, “efecto” suyo. CASSIN propone denominar logología, un término que toma de Novalis, a “esta
insistencia en la autonomía performativa del lenguaje y en el efecto mundo producido por él” (ib.). Esto
quedaría subrayado cuando se equipara lógos a poíesis y al phármakon. PORATTI señala cómo en esta
operación no se trata de atribuir a la poesía la índole del lógos sino a la inversa, atribuir al lógos los
poderes del lógos poético. “Puede parecer que la creación poética se diferencia de otros usos del lenguaje
en que es un juego gratuito, en el que es sabio, placentero y sin consecuencias dejarse engañar y seducir.
Esa gratuidad se debería a que la poesía se desconecta del poder. Esto es equivocado, y esquiva
justamente lo terrible del mensaje de Gorgias. El lenguaje poético es modelo de todo lenguaje. El poder
mismo es de índole poética, y con el lenguaje se puede hacer mundo” (PORATTI, en prensa). Lo mismo
acontece en la Helena de Eurípides. En efecto, como se indicó en nota 1, CASSIN afirma que dicha
tragedia “dramatiza” a Gorgias, a la posición contraontológica del lógos.
12
BETTINI, Maurizio y BRILLANTE, Carlo, El mito de Helena. Imágenes y relatos de Grecia a
nuestros días, Akal, Madrid, 2008 (trad. castellana de F. Díez Platas); cf. pp. 5-23.
6
por ella Europa logró por primera vez una victoria sobre Asia
tomados de bárbaros hóste kaì póleis megálas kaì khóran pollèn aphelésthai tôn
barbáron, 68-69).
íntimos de la situación vivida por Helena (si fue persuadida por un discurso, si Eros la
sedujo y le ordenó irse con Paris, etc.), para entrar plenamente a tratar las cuestiones
Esta nueva escena que traza sobre la cuestión de Helena presenta las
características que Isócrates desea para la Atenas que sufre desde hace tiempo un
derrumbe imparable: dejar de lado los problemas, superar las diferencias que estaban
teniendo los griegos para que prevalecieran aquéllos valores éticos, morales y políticos
que intenta rescatar. Esta unidad fue una vez lograda a causa de Helena. Y así como lo
hicieran por Helena, Isócrates aspira a la formación de un ejército común para pelear
con los bárbaros, obtener una “nueva victoria” y ganar/recuperar su territorio, como la
Helena operaría aquí como “la raptada” por los discursos no propios ni
doble juego de personificación y cosa misma. Es este nuevo lógos el que debe decirse.
13
Cf. KENNEDY, G. “Isócrates’ Escomium of Helen: A Panhellenic Document”. TAPA 89, 1958, pp 77-
83, quien sostiene que el propósito del Encomio es político como el del Panegírico: promover la unidad
de Grecia, con el liderazgo de Atenas, para enfrentar a Persia. Para una interpretación contraria cf.
HEILBRUNN, G. “The Composition of Isocrates’ Helen”, Transactions of he American Philological
Association (1974-), vol. 107 (1977), pp. 147-59.
7
4. Helena en el Fedro de Platón
Luego del encuentro entre Sócrates y Fedro, y de la lectura del discurso de Lisias que
Fedro trae consigo, una pregunta de éste da lugar a la argumentación que seguirá en
torno al lógos. La pregunta es “¿Crees que haya otro en la Hélade capaz de decir cosas
primer discurso que, como el de Lisias, tendrá por tema a Eros. Al finalizarlo se inquieta
y decide partir de ese sitio bajo el plátano donde se encontraban recostados. Pero la
señal divina, lo daimónico, le impide esta partida advirtiéndole que no puede irse sin
remediar algo que ha hecho mal. Esto es, ha faltado contra lo divino al pronunciar ese
fin, sobre los lógoi a los que hay que dar la espalda, y el lógos hacia el cual deben
tornarse, por lo menos quienes quieran decir y escribir bien. En este giro aparece la
referencia a Helena. Habrá que recuperar a Eros que es un dios -tema de los dos
cuanto tal, y así como Helena fue rescatada por Estesícoro, Sócrates rescatará a Eros en
su segundo discurso.
Este gesto de rescate de Helena creemos que tiene especial importancia, ya que
14
Cf. PORATTI, Armando, op.cit.
15
234.e.1-2. Seguimos la traducción al castellano de Luis GIL FERNANDEZ, Instituto de Estudios
Políticos, Madrid, 1970, y tenemos presente también la de Armando Poratti, op. cit. Las citas griegas
pertenecen a la fuente informática T.L.G. que corresponde a Platonis Opera. Recognovit brevique
adnotatione critica instruxit Ioannes BURNET. Tomus II. Scrip. Class. Bibl. Ox., Oxonii, e typographeo
Clarendoniano (Oxford Classical Texts), 1901, reprs.
8
articulación de las formas de expresión de los discursos, a la vez que ambos remarcan la
referencia a Estesícoro.
ejemplifican el tipo de discurso que Platón defenderá como legítimo. En cambio, los dos
primeros–el de Lisias y el primero de Sócrates-, serán los ejemplares del lógos mal
dicho y escrito. En estos parágrafos en torno a Helena se dice que este lógos es “hábil y
terrible” (deinós 242d 4)16, “necio” e “impío” (Euéthes, asebes 242d 7). Dicho lógos
encanta, “droga” a quienes lo escuchan o leen -como le ocurrió a Sócrates que fue
producir discursos similares, como condujo a Sócrates a componer uno bajo los efectos
Tales anthropískoi se aclara luego son los “marineros” (naútai 243c 7), no el
hombre “noble y dulce” (yennádas kaì prâos 243c 3), que no se encuentra en esos
lugares donde Fedro y Sócrates están, en la afueras del ásty, del centro urbano, y que si
los oyeran los creerían también a ellos “criados” (tethramménon 243c 7) entre
marineros, y por esto desconocedores del éros eleútheron (243c 8), el amor en libertad.
Estas referencias, como señala A. Poratti, son un signo político importante. La actividad
16
242.d.4: deinón, se repite dos veces y una tercera en el superlativo deinóteros en 242.d.7 ”el más
terrible”. Esta característica es adjudicada en varios pasajes del diálogo a Lisias, por ejemplo en 228.a.1-2
deinótatos ón tôn nûn gráphein y a los discursos de los grafólogos en general en 229d4: deinoû kaì
epipònou kaì ou pánu eutykhoûs andrós.
17
Cf. Nota 2. Katapharmakeuthéntos 242.e.1, el término phármakon aparece en 230d y 274e-275, y
pharmakeía en 229.c.8.
9
naval alude al corazón de la democracia imperialista ateniense portadora de este lógos18
Por lo demás, este lógos no solamente ofende a dichos hombres del ásty sino que
constituye una falta (hamartía 242d 2) a los dioses, en este caso específicamente a Eros
(242e 4).
ni verdadero (alethès 242e 5 - 243a 1), sino que es difamación (kakegoría 243b 5), es una
tontería exquisita (euétheia asteía 242e 5), y deja un gusto salobre en la boca (halmyrós
243d 4).
¿Cuáles son los destinatarios de esta crítica? Helena aparece para dar contenido
raptaron con malos lógoi, la difamaron, como en los discursos de Lisias y Sócrates se
mancilló a Eros; y otros, los que vienen a rescatarla con los buenos, por lo pronto,
Sócrates19. Entonces, en primer lugar los destinatarios son Lisias y los grafólogos en
general. A lo largo del diálogo se amplían las caracterizaciones sobre ellos insinuadas
en estos parágrafos en torno a Helena: son los que componen discursos ya sean
privados, judiciales, o poéticos; los que poseen una sabiduría rústica (agroíko sophía
verosímiles faltando a la mitología; los que manipulan, difaman, no dicen la verdad; los
que, como Homero, llegan a las puertas de la poesía sin la locura de las musas,
convencidos de que la técnica basta para hacer al poeta (245a 5-7); los que no definen el
tema, no estructuran el discurso con criterios sino que arrojan frases en desorden (264b-
18
Cf. PORATTI, Armando, op cit.
19
Los desafiará en 245 b “que se lleve el premio de la victoria”.
10
c), solo atienden a los “refinamientos del arte” (tà kompsà tês tékhnes 266d 9), y a las
verosimilitudes (tà eikòta 267a 7); los que basan su saber, que es una apariencia de
que escribió discursos volviéndolos de arriba abajo, pegando y cortando unas cosas con
otras.
Entre estas críticas es posible ver lo que Platón mismo llama entre los
eikóta, por sobre las verdades, tôn alethôn (267a 7) y precisamente en los parágrafos en
lucha por el lógos. Gorgias también había afirmado en su Encomio de Helena que ésta
había sido difamada, y asimismo había apelado a ella para abolir falsos discursos, es
decir, otros discursos, y proponer el suyo del lógos phármakon. Éste, afirmaba, hechiza
el alma, persuade y transporta, la coacciona como quiere, la lleva a cumplir sus dictados
y a consentir en los hechos (9). Helena, dice, entre otras opciones, fue hechizada por tal
20
Tenemos en cuenta la traducción de TAPIA ZÚÑIGA, Pedro, op. cit. y también la de PIQUÉ
ANGORDANS, A., Sofistas. Testimonios y fragmentos, Bruguera, Barcelona, 1985.
11
nada sensato ni verdadero21, como sí deberá decir el lógos que viene a postular y que
Hasta aquí, entonces, los lógoi a vencer son: el de Gorgias, el de los grafólogos,
Lisias uno de ellos22, que faltan a la mitología, en este caso denigrando a Eros como
Pero hay otro lógos que aparece en la misma línea de lo que faltan, que es el de
también había faltado contra la verdad de Helena y quedado ciego, pero luego, como
ese tipo de discurso y tornarse hacia el verdadero, compuso otro, y recuperó la vista.
argumentación en torno al lógos mejor, al decir y escribir bien que se irá profundizando,
junto con la idea de paideía y psykhagogía que planteará Platón, anclado en una
giro. Hasta aquí, en los dos primeros discursos dichos -y en Homero y Gorgias- donde
es difamada, raptada y hechizada, Helena mostraría una faz humana, y estaría del lado
los recursos retóricos para persuadir, y que finalmente está dirigido a hombres24. Pero
en el lógos que viene a rescatarla, el segundo discurso de Sócrates, que rescata con ella
21
PORATTI, Armando, op cit., dice: “Fedro, portador del lógos de Lisias y padre de discursos, ha
"drogado" a Sócrates. El lógos pone a Sócrates en el lugar de Helena, en el lugar del erómenos seducido”.
22
“el más hábil (deinón) de los escritores actuales” 228.a.1-2.
23
Antes, 229, enderezando el aspecto de atopíai.
24
Recordemos la cita de Íbico en 242.c.8-d.2: “Como dice Íbico me inquietaba que, `cometiendo una falta
contra los dioses, recibiera honores de los hombres´”: amblakòn timàn pròs anthrópon ameípso. nyn
d´ésthemai tò hamártema.
12
a Eros, Helena es una diosa, muestra una faz divina, la que vio Estesícoro, y aquí
entonces estaría del lado del discurso inspirado, no manipulador y hechizador, ella
misma inspira, causa ese decir nuevo que, además, no estará dirigido a hombres sino a
dioses. Y estas son justamente las características que diferencian el lógos que robó a
Helena del que la rescata: el bien dicho y escrito que propone Platón de su mano, un
la anámnesis;
sea tanto una transcripción del conocimiento verdadero (277e) como una
adecuación a los tipos de alma hacia los cuales sea dirigido (271d);
con los dioses), como en la finalidad del lógos (agradar a los dioses).
5. Conclusiones
13
En vistas a lo dicho, creemos que lo que se juega en los presentes discursos por
discursos tradicionales y postulan los suyos apelando a Helena como a lo propio que se
recupera en una lucha. Pero la lucha es por el lógos. El encomio de Helena aparece,
entonces, como lugar de disputa discursiva y, creemos que tales referencias manifiestan
Helena, que no habla, es hablada por aquello que habla por excelencia; el lógos.
Éste parece elegirla cuando se juega en su índole frente a otros. El lógos se personifica
discursos -fundamentales si los hay, como la Ilíada y la Odisea- fue postulada como la
dominio de un tipo de discurso que implicará, cada vez, una nueva dimensión y un
25
CASSIN, Barbara, Voir Hélène en toute femme, Empécheurs, s.l., 2000.
14
Atenas) frente a la amenaza “bárbara”, en una nueva configuración de la identidad
helénica26.
escrito - paidético y psicagógico que guía las almas de la Hélade hacia esa verdad
fundamental que está más allá, único soporte posible para la praxis política.
26
Se dice que Isócrates se dejó morir de tristeza al enterarse del resultado de la batalla de Queronea.
27
Y este es el aspecto en el que ambos se dividen. Hacia el final del diálogo (278.e.8-279.b.3) aparece
explícitamente el nombre de Isócrates. Isócrates, se dice, es casi un “filósofo”; sus recursos no están en
plano retórico de los hechizadores y difamadores, que faltan a los dioses y a la verdad sino que tiene dotes
naturales, un carácter noble, y quizás un impulso divino lo conduzca hacia algo mayor. Este es el
“impulso divino” que a Isócrates le falta y por lo cual es “casi” un filósofo. Al respecto A. Poratti apunta:
“Isócrates recoge del mundo del siglo V una doble herencia: por un lado, la confianza en el poder
persuasivo de la palabra y en la capacidad de la palabra pública para guiar la acción. Por otro, una
concepción de la verdad basada en los éndoxa, en la opinión, por detrás de la cual no se puede ir. Pero
Isócrates elude el problema del fundamento”. Op.cit.
15
6. Bibliografía
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inglesa de D. Mirhady y Yun Lee Too)
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17