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La caricatura periodística es un género que permite sintetizar y comunicar noticias de una manera crítica, pero también amena o por lo menos
graciosa en parte. En sentido lato, es utilizar el arma del sarcasmo o humor a partir de dibujos con viñetas o en historietas para hablar de
acontecimientos sociales, económicos y sobre todo políticos. Es algo que se puede vislumbrar con mucha facilidad en las revistas y diarios
impresos.
No importa si hay exageración o algo de tergiversación, porque la caricatura periodística no deja tranquilo al receptor, sino que busca su
atención. Asimismo, suele desarrollarse de un modo muy rápido, lo cual facilita el proceso de incorporación de datos en estos tiempos de
lectura liviana o, como decía un gran autor, más extensiva que intensiva.
CARACTERÍSTICAS DE LAS CARICATURAS PERIODÍSTICAS
Aborda temas políticos, económicos y sociales que suele interesar a la comunidad.
Los medios suelen tener sus hacedores de caricaturas recurrentes que esbozan las mismas en periodos de tiempo determinados.
Ejemplo, el trabajo del domingo.
Posee, como estampa, la firma del autor o su pseudónimo.
El recurso de la exageración es muy esgrimido.
Puede tratar (casi siempre) de tópicos de máxima relevancia en el momento.
Es subjetiva o expresa la postura del medio.
Como no busca objetividad alguna o imparcialidad, es muy frecuente que genere rechazo o adhesión del lector, es decir,
sentimientos algo polarizados.
Para que el mensaje cumpla su objetivo comunicacional es indispensable que el lector esté empapado en el tópico.
OBJETIVOS DE LA CARICATURA PERIODISTICA
Siempre se comunica algo, mensaje está llena de criticidad.
Muestra hechos de manera humorística o sarcástica, lo cual, lo hemos dicho, no quita un ápice de seriedad al asunto muchas veces
ni mucho menos merma la crítica. Son formas distintas, típicas de este género, de ingresar en el mundo del lector.
Ataca a personajes conocidos del ámbito político, económico o social, resaltando por lo general los aspectos negativos o
ridiculizándolos.
Comunicar es poner también sobre el tapete lo que el medio y el autor consideran que debe saber el lector o receptor.
Poner en el tapete sobre todo asuntos públicos o que se vuelven públicos para que el lector se inmiscuya, interroge, indaque y,
finalmente, tome una posición al respecto.
Los recursos gráficos y la exageración si no facilitan al entendimiento por lo menos lo guían de alguna forma. Luego, naturalmente,
queda el rechazo o la afición del receptor.
Difundir la opinión editorial del autor y sobre todo del medio. Ya lo hemos dicho: casi siempre lo que sucede es lo segundo, con un
auto que claudica ante el medio o en todo caso trabaja en ese medio porque piensa más o menos igual (más allá de desconocer su
fuero íntimo).
Criticar, advertir, censurar, protestar o simplemente tratar un tema que es considerado relevante.