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Lectura de caso 2

Integración
profesional: el
estudio del caso

1
Aspectos operativos
“Il n'y a point de plus cruelle tyrannie que celle qui l'on exerce à l'ombre des lois
et avec les couleurs de la justice”1 (Montesquieu, 1734, p. 87)

Contexto de la investigación del caso


A nadie se le escapa hoy en día que, acontecido un hecho con trascendencia
penal, es el Estado, a través de sus organismos predispuestos, quien
reacciona en procura de esclarecer lo sucedido y buscar al o a los
responsables.
La apropiación estatal de funciones judiciales no tuvo lugar de un momento
a otro, ni de manera espontánea, sucedió luego de un contexto histórico de
fortalecimiento de la autoridad central y del entendimiento de que
determinados hechos —por su gravedad— generaban especial inquietud en
la población y ponían en riesgo la dificultosa paz social.
El surgimiento del Estado moderno en occidente impulsó, por una necesidad
de fortalecimiento de las monarquías, la concentración y monopolio de
ciertas funciones que hasta entonces estaban en manos privadas
(recaudación fiscal, justicia, defensa interna y exterior, por ejemplo). En ese
proceso se cedió su ejecución a funcionarios especializados. Estos, por
delegación de ese poder central —que los inviste formalmente de
jurisdicción—, y a cambio de un sueldo y de algunos privilegios de tipo
personal, cumplirían desde entonces —en nombre y representación de
aquel— la alta tarea encomendada.
Así, a partir del entendimiento de que determinados conflictos no podían
dejarse en manos de los particulares por comprometer el precario orden
social, es que se afirmó la persecución de oficio en manos de la autoridad;
se dejó de lado la venganza privada y el combate judicial entre pares2.
En adelante serían los altos funcionarios del rey quienes decidirían sobre
estos conflictos. Para ello se basaron —en el mejor de los casos— en
rudimentos de prueba a partir de los testimonios y de la confesión lograda
gracias a la tortura —cuya pertinencia para la averiguación de la verdad
nadie discutía—.
A la luz del aforismo Salus populi suprema lex est3, convertido en principio
de gobierno, los Estados monárquicos lograron su fortaleza. Es aquí donde

1 Traducción: “No hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de la ley y con los colores de la
justicia”.
2 Sistema vigente en el Derecho Continental Europeo, particularmente, el Germano Antiguo (siglo
VII y anteriores).
3 Puede traducirse como: “El bienestar del pueblo es la ley suprema”.

2
A partir del siglo XVIII,
encontramos, en los procuradores del rey —agentes encargados, en un
el dictado de las comienzo, de la renta real, de perseguir las enmiendas y todos los derechos
constituciones debidos al rey–, lo que siglos posteriores constituyen los denominados
políticas y las ministerios públicos como verdaderos perseguidores penales (Hélie, 1866).
declaraciones de Luego, los excesos generados por este Estado todopoderoso, cuya misma
derechos tuvieron por
efecto y fin el poner
existencia y orden interno eran sus únicos objetivos de gobierno, hicieron
límites al poder crisis. Esto socavó sus propios cimientos, fundamentalmente a partir del
punitivo del Estado. siglo XVIII, donde importantes acontecimientos, como la Revolución
Francesa (1789) y la independencia de los Estados Unidos (1776), hicieron
replantear el origen del poder público y reubicaron al hombre —elevado a
la categoría de ciudadano— en el centro de la escena. En adelante la
cuestión fue fijar los límites de ese Estado frente al individuo. Para ello
resultaron de suma importancia el naciente constitucionalismo4 y las
declaraciones de derechos5.
A partir de entonces, seguirá siendo el poder estatal el encargado de
enjuiciar y castigar los delitos, pero ya no a cualquier precio o de cualquier
forma. Ahora necesitará pruebas y procedimientos que respeten los
derechos individuales. Para ello tuvo que dictar normas de autolimitación y
generar organismos particulares con funcionarios —jueces— especializados.
Estos jueces, entonces, según la teoría del cuerpo del delito, debían
constatar personalmente en el lugar —acompañados por expertos (médicos,
por ejemplo) si era necesario— los rastros materiales que el hecho pudiera
haber dejado. Esto sucedía particularmente con los delicta facti
permanentes6, cuya comisión producía un cambio apreciable en el mundo,
verificable directamente, a diferencia de los delicta facti transeuntis7 (por
ejemplo, injurias orales o delitos sin resultado o de solo peligro) para cuya
comprobación se debía recurrir a los medios de comprobación tradicionales
(testimonios, documentos, etc.) (Maier, 1999).
Un elemental principio de división de tareas y un reconocimiento a la
especialización profesional hicieron que el juez —ahora fiscal8—
encomendara, por el artilugio legal de la delegación, la tarea de la
comprobación del cuerpo (en el sentido de rastros en el lugar) del delito a
otras personas ajenas —incluso al sistema judicial específico—. Esto no
implicó la privatización ni la tercerización de la actividad sino una simple
atribución de facultades a un organismo particular: policía de seguridad.

4 Constituciones de Estados Unidos de Norteamérica (1787, adoptada por la Convención


Constitucional de Filadelfia) y de Francia (1791 promulgada por la Asamblea Nacional Constituyente
y 1793 aprobada por la Convención Nacional).
5 Por ejemplo: Declaración de Derechos de Virginia (adoptada en 1776 por la Convención de
Delegados de Virginia) y Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789, aprobada
por la Asamblea Nacional Constituyente).
6 Puede traducirse en su sentido como: “delitos que dejan vestigios físicos”.
7 Traducible en su sentido como: “delitos que no dejan vestigios físicos”.
8 Otro importante hito histórico tuvo que ver con el cambio de paradigma del sistema procesal
inquisitivo al acusatorio. Esto conllevó la separación de las funciones. Así, la de juzgar empezó a
estar a cargo de un juez, y la de investigar, a cargo de un fiscal.

3
Esta institución policial, nacida en ese contexto y organizada bajo el modelo
militar verticalista y de ocupación territorial, tuvo, de ahora en adelante —
además de la compleja tarea de prevención sobre la cual no nos referiremos
aquí—, la función forense de manera exclusiva. Muestra de estos datos
históricos es la misma denominación institucional, en cuanto la propia
palabra policía encuentra sus raíces en el latín y en el griego antiguo: politia
y Πολιτεία, respectivamente. Pero su uso moderno en el sentido en el que
hoy lo conocemos deriva del neologismo pólice, que surgió en Francia en el
siglo XVIII.
Así las cosas, actualmente la iniciativa en la investigación penal —onus
probandi9— sigue correspondiendo al Estado, en cuanto procurará
esclarecer las circunstancias en las que tuvo lugar ese hecho presuntamente
delictivo y, eventualmente, responsabilizar al autor o autores, para lo cual
debe destruir ese estado de inocencia que es reconocido de manera
generalizada en los sistemas legales vigentes.
Para la recolección de esos datos que permiten reconstruir el hecho e
individualizar a las personas intervinientes, el Estado moderno se vale de
particulares secciones o divisiones especializadas dentro de las distintas
fuerzas de seguridad —policías científicas— o de instituciones civiles creadas
a tal efecto que pueden estar o no incluidas dentro de los ministerios
públicos10 del Poder Judicial11 o del Poder Ejecutivo12.
A este recorrido debe agregársele, finalmente, una consideración del
momento actual, en el que la divulgación del conocimiento criminalístico
llegó a la sociedad civil, por lo cual se generó un beneficioso efecto en la
misma disciplina y en el sistema judicial en general. En efecto, ya no se trata
de un conocimiento esotérico que sostiene una reconstrucción judicial en la
que no participan ni la víctima ni el imputado ni la sociedad. Por el contrario,
La divulgación y hoy —y así debe ser— las partes, además del Ministerio Público, deben
generalización del
conocer y controlar el trabajo que realizan los funcionarios del Estado
conocimiento
criminalístico en los mediante la examinación de su regularidad, pertinencia y respeto a la
últimos años trajo técnica durante todo el procedimiento, desde el aseguramiento y
consecuencias preservación del lugar del hecho hasta la verificación de las etapas de cadena
beneficiosas para el de custodia.
desarrollo teórico y
Esto se logrará solo con la intervención de profesionales capacitados en el
práctico de la
disciplina. asesoramiento de las partes (defensa, querella, actor civil y demandado civil
en el proceso penal), que actuarán como peritos de parte o de control, como

9 Significa: carga de la prueba. Alude a quien tiene la responsabilidad de probar lo que afirma.
10 En la provincia de Córdoba, y por Ley N.° 7826 (Ley Orgánica del Ministerio Público Fiscal
sancionada el 20/09/1989 por la Legislatura de la Provincia de Córdoba), se incluye a Policía Judicial
como auxiliar del Ministerio Público Fiscal.
11 En la provincia de Salta, y por Ley N.° 6264 (sancionada por El Senado y la Cámara de Diputados
de la Provincia de Salta), se crea Policía Judicial como órgano del Poder Judicial.
12 En la provincia de Santa Fe, con el dictado de la Ley N.° 13.459 (Ley Orgánica del Organismo de
Investigaciones sancionada por la Legislatura de la Provincia de Santa Fe.), se reflotó la interesante
discusión y el organismo permaneció bajo la dirección del Ministerio Público de la Acusación.

4
amicus curiæ13 o como informantes o asesores especializados en los medios
periodísticos. Repetimos —y es bueno insistir en ello— que la apertura y
generalización del conocimiento técnico criminalístico no deben ser vistas
como una amenaza por parte de los operadores oficiales sino, por el
contrario, como un aporte al caso y una mejora en el nivel conceptual y
académico en general de la disciplina criminalística.

Circunstancias de desarrollo de la tarea


Según ya fue visto, la investigación en la escena del crimen debe ser una
actividad profesional metódica e interdisciplinaria, cuya exigencia e
irreproductibilidad (en cuanto acto con relevancia procesal) le asignan
especiales características que escapan a la consideración de cualquier otra
actividad laboral. Así, estas circunstancias particulares de tipo ambiental y la
perspectiva jurídico-penal que enmarcan los resultados de la función
imponen un nivel alto en la aceptación de una correcta actuación. Esto exige
una intervención en equipo con división de tareas y una figura responsable
que asuma el rol de liderazgo y gestione los recursos en orden a la tarea
específica.
Tradicionalmente, y relacionado con lo visto acerca de la vinculación entre
la investigación en la escena del crimen y la institución policial, el encargado
de dirigir la actuación en el lugar del hecho era algún funcionario de la policía
que, por su jerarquía escalafonaria o su antigüedad en la fuerza, comandaba
las acciones. Este jefe policial no parecía necesitar herramientas de coaching
para conducir a su personal, ni especiales conocimientos en el rubro. Con la
sola mención de su alto grado, le alcanzaba para dirigir e imponer su criterio
—aunque fuera el equivocado—. En este sentido es conocida la dificultad
que se plantea al momento del resguardo del lugar del hecho cuando se
coloca en la función de consigna, a cargo de la preservación, a un agente
policial (generalmente es así) con poca o escasa antigüedad en la fuerza. Este
debe impedir el ingreso de sus superiores jefes, quienes no intervendrán en
el trabajo específico, sino que solo tienen curiosidad.
Esta pertenencia institucional, que históricamente relacionó a la
investigación policial con los criminalistas, terminó por imprimir a la función
peculiares características que recién en estos días comienzan a cuestionarse.
Así, debe resultar claro que los técnicos criminalistas deben pertenecer
necesariamente a fuerza de seguridad alguna para entender en la
intervención del lugar del hecho. En la generalidad de casos, podrá existir
esa vinculación, pero en muchos otros podrán ser civiles integrantes de

13 Literalmente, “amigos del tribunal”. Pueden ser personas físicas o jurídicas ajenas a una disputa
judicial, pero que tienen un legítimo interés en el resultado final, en razón de lo cual efectúan una
presentación expresando su opinión o aporte.

5
alguna institución pública —Policía Judicial14— o profesionales asesores de
El alto rendimiento
exigido al investigador las partes o la prensa.
de la escena del Lo que sí es seguro —y cabe tanto para los integrantes de las fuerzas de
crimen requiere de: seguridad como para profesionales civiles— es que el alto rendimiento
. aptitudes personales; exigido al investigador de la escena del crimen (por el nivel de desarrollo
. conformación y
alcanzado por el conjunto de ciencias vinculadas a la criminalística) requiere
dirección de equipos
de trabajo; de aptitudes personales, de la eficaz conformación y dirección de equipos
. permanente visión de trabajo y de una permanente visión integral del complejo contexto
del contexto jurídico- jurídico-penal dentro del cual se despliega la tarea, más allá de la
penal que enmarca la capacitación específica que en este momento de las consideraciones se da
tarea;
por adquirido.
. capacitación
específica y
actualizada.

Aspecto emocional

Una cuestión de gran importancia que suele soslayarse en los manuales de


procedimiento es la repercusión negativa de tan delicada tarea en la salud
física y psicológica del criminalista, particularmente la última. Las razones
que justifican tal afirmación tal vez puedan encontrarse en la subestimación
de las posibilidades de la psicología en relación con las aptitudes laborales
o, también, en la sobreestimación de la capacidad humana para asimilar y
sobreponerse a los peores cuadros posibles, que en muchos casos revelan
los extremos de maldad posible de la especie humana.
No podrán ser del todo ciertas, por desconocer la naturaleza humana —una
de cuyas dimensiones específicas se vincula con lo emocional—, las
afirmaciones del tipo de: “están acostumbrados”; “a esta altura no les hace
nada”; “para ellos los muertos son cosas”; “a ellos les gusta”, y un largo
etcétera. Probablemente haya algo de cierto en esas afirmaciones —en
particular la última—, pero también debe reconocerse que la complejidad
psíquica humana no alcanza a identificar, al menos de manera inmediata, los
efectos que producen los acontecimientos y sensaciones más allá de la
esfera consciente.
Se afirmará, con razón, que existen diferentes estructuras de personalidad
que podrán predisponer de mejor manera a algunos que a otros en
determinadas circunstancias. También es cierto que la experiencia y
desarrollo de habilidades de despersonalización en la tarea influyen de
manera disímil entre las personas, pero no puede derivarse de ello una
completa inmunidad forense, sobre todo si tenemos en cuenta que negar el
problema no es parte de la solución sino una característica de él.
Este reconocimiento de la humanidad del forense no es una crítica al
profesional ni tampoco una crítica a las instituciones —al menos, no

14 No debe incurrirse en equívocos por el uso de la palabra Policía en el nombre de la institución. El


término hace referencia al uso de una potestad pública y no a la pertenencia a una fuerza de
seguridad armada.

6
deliberadamente—, sino un simple llamado de atención a la salud del
criminalista, cuyo ámbito de actuaciones se encuentra marcado por la
violencia, la miseria, el dolor, el sufrimiento, la crueldad y la fragilidad
humana.
Será fundamental, entonces, generar confianza en las capacidades propias,
identificar las enormes responsabilidades que conlleva el trabajar en el
ámbito profesional elegido y la utilidad social que tendrán sus resultados;
clave será, sin dudas, el fortalecimiento de la autoestima y el trabajo en
equipo.

Trabajo en equipo

La complejidad de las tareas que deben desarrollarse en el lugar del hecho


exige un abordaje que excede las posibilidades del detective solitario que
reconstruye mecánicas comisivas de hechos en su mente a pocos instantes
de abordar la situación. Por ahora este prototipo de justiciero lo
encontramos solamente en películas y novelas como las de Sir Arthur Conan
Doyle15.
Las tareas que la moderna criminalística permite desarrollar en el momento
del relevamiento del lugar del hecho son considerablemente mayores en
cuanto a cantidad en comparación con épocas anteriores. En efecto,
actualmente se cuenta con un desarrollo de la técnica que en otros
momentos hubiese sido impensado. Piénsese solamente en el uso de
reactivos químicos para la detección de manchas biológicas; en las
posibilidades de fotografiado y filmación; en el uso de herramientas de
máxima precisión en la toma de mediciones como el escáner láser 3D,
etcétera. Esta multiplicación de actividades requiere un personal que,
excediendo del mero conocimiento general, se especialice en el desarrollo
de algún segmento de la actividad. Esto genera una calidad de resultado
acorde con esos nuevos recursos y técnicas.
Por lo tanto la formación de equipos de trabajo ya no resulta una opción
disponible, sino una verdadera necesidad que, mediante una óptima
utilización y aprovechamiento de los recursos materiales y capacidades
humanas, logre desarrollar una sinergia como punto de eficiencia en las
tareas. Este concepto de sinergia implica el mayor alcance de los resultados
consecuencia del trabajo en equipo en comparación con una mera
sumatoria de actividades aisladas. Es decir, el todo es mayor que la suma de
las partes.
Debe destacarse que trabajo en grupo no es lo mismo que trabajo en equipo.
Lo segundo es una modalidad calificada del primero. Grupos de trabajo
pueden encontrarse a diario en distintos ámbitos profesionales, pero

15 Arthur Conan Doyle (1859-1930): escritor inglés y autor del célebre personaje Sherlock Holmes.

7
verdaderos equipos con las características que describiremos son poco
comunes, especialmente en el sector de la seguridad pública.

Figura 1

Fuente: [Imagen sin título sobre diferencias entre grupo y equipo]. (s. f.). Recuperada de
https://goo.gl/EX5CWs

La inserción del coordinador investigador en la escena del crimen como líder


—según se verá— en procesos de desarrollo de esta actividad tiene más que
ver con su experticia técnica que con su jerarquía o antigüedad. Debe
constituir, por decirlo de alguna manera, un primus inter pares16, es decir,
un integrante del equipo, pero con capacidades de conducción de personal,
de manejo de crisis y gestión de recursos.
Resta decir que la formación de un equipo de trabajo debe incluirse entre
los objetivos permanentes en las organizaciones vinculadas con la gestión e
investigación del lugar del hecho, tanto en los ámbitos públicos como en los
privados, es decir, en las oficinas públicas de la policía o Policía Judicial y en
los estudios o consultoras de peritos de control. Las ventajas de esta
modalidad laboral son evidentes:

16 Traducción: “el primero entre iguales”. Hace referencia a una jefatura honorífica aun cuando no
se goce de un cargo otorgado o una jerarquía adquirida.

8
Figura 2

Fuente: elaboración propia.

Visión instrumental

La perspectiva reconstructiva del trabajo en el lugar del hecho debe


mantenerse durante toda la intervención, particularmente en el momento
de fijación y recolección de los rastros que luego serán objeto de otros
procedimientos. Ya se ha dicho que esta tarea investigativa no constituye
una actividad con un fin en sí misma, sino que implica el medio necesario
para el descubrimiento de la verdad de cuanto aconteció. De ello puede
corresponder la aplicación de una norma del Código Penal.
El aforismo nulla poena sine iudicio17 implica la necesidad ineludible del
Estado de acudir al proceso para poner en acto el ius puniendi18 del que es
titular. A esto le podemos agregar que no debe existir juicio sin prueba y que
la prueba debe ingresar en ese proceso de manera legítima con posibilidad
de control de todas las partes.
Esto implica que toda la actividad desarrollada en el marco de una
investigación penal debe ser correctamente registrada, a los fines del
conocimiento del contexto de descubrimiento y tratamiento de cada
elemento. Esto permitirá, a su turno, el control y valoración del juez y de las
partes.
El investigador de la escena del crimen no debe poner solamente su atención
y diligencia en los aspectos técnicos operativos en el tratamiento del lugar
del hecho, sino que también tiene que ser minucioso, ordenado y prolijo en
los aspectos formales vinculados con el labrado de actas de constatación, de

17 Puede traducirse como “no hay pena sin juicio”.


18 Se refiere a la facultad represiva de la que goza el Estado.

9
inspección ocular, de secuestro, de recolección, etcétera. También será
necesario —particularmente, bajo la órbita de algunas legislaciones
procesales19— brindar el espacio pertinente a los testigos de actuación,
quienes cumplen una función fedataria en ese contexto, que a la postre
significará un fortalecimiento —por lo indiscutible— de todo lo actuado.

El criminalista debe respetar y ser prolijo en los aspectos formales relacionados


con la confección de actas y presencia de testigos.

Esta conciencia instrumental en la actividad que se realiza en el lugar del


hecho, para el criminalista será un faro que iluminará su camino y le
permitirá adelantarse en razonamientos sobre las maneras de la mecánica
del hecho. A su vez podrá prever cuestionamientos que, oportunamente
advertidos, podrán ser cubiertos.

Gestión de la información

Desde un punto de vista ontológico, puede considerarse al trabajo en el


lugar del hecho como un centro de información que fluye de los rastros,
indicios y demás hacia el operador criminalista, pero también desde este
hacia el exterior. La calificación de forense a esa información, por el contexto
en el que se desarrolla, le otorga características especiales —únicas— que
conviene identificar y analizar al menos de manera informativa.

Información previa a la gestión del lugar del hecho

La información con En los distintos protocolos de trabajo de los equipos técnicos, así como en
que se cuente antes de manuales y textos de criminalística, abundan consideraciones relacionadas
intervenir en el lugar con la necesidad de contar con la mayor cantidad de información posible al
del hecho será de momento de la recepción de un pedido de intervención.
suma importancia para
planificar y gestionar
Sin duda constituye una perogrullada afirmar que se debe obtener la mayor
adecuadamente su cantidad de información posible antes de dirigirse al lugar del hecho. Sin
tratamiento. embargo, muchas veces esta condición no se cumple, y el apuro por hacerse
presente —en el mejor de los casos— o el desinterés o subestimación del

19 Por ejemplo, el Código Procesal Penal de la provincia de Santa Fe, Ley N.° 12.734, art. N.° 268, inc.
6 (Sancionado el 16 de agosto de 2007 por la Legislatura de la Provincia de Santa Fe), en cuanto
exige la presencia de dos testigos de actuación.

10
hecho —en el peor— pasan por alto este punto de partida para la
planificación.
Si se procura alcanzar eficiencia en la utilización de recursos materiales y
aprovechar las capacidades humanas, lo mejor será no ofrecer una
respuesta automática, sino programar cada intervención con las personas y
medios adecuados. En efecto, debe tenerse presente que distraer recursos
en oportunidades que no tendrán uso supone la asunción de riegos de daños
y la imposibilidad de utilización en otro hecho simultáneo. Todo esto se
complejiza si se considera erróneamente al personal involucrado, ya que
genera —además de riesgos personales— un desgaste innecesario que
disminuye notablemente el rendimiento en casos de participación
necesaria.
Un ejemplo típico que puede servirnos para ilustrar y que suele comprobarse
habitualmente en muchos equipos operativos es la presencia de técnicos
balísticos en accidentes de tránsito, donde ni se sospecha la utilización de
armas; o la presencia de médicos forenses en hechos de daños a la
propiedad, por citar solo dos casos que, si bien extremos, suceden con
demasiada frecuencia.

Información existente en el propio lugar del hecho

El complejo de elementos que conforman lo que técnicamente


identificamos como lugar del hecho se relaciona con lo referido bajo este
título. Como esta cuestión ya fue analizada de manera pormenorizada en
otras materias, allí remitimos para evitar repeticiones y lograr una mejor
compresión.
Solamente diremos aquí, con la sola intención de adicionar puntos de
consideración, que lo expresado ut supra acerca de la perspectiva
instrumental que se requiere y de la conciencia multidisciplinaria en el
abordaje, resultarán de singular ayuda a la hora lograr una hermenéutica
apropiada previo a y durante la intervención.

Información adicional en el lugar del hecho

No debe perderse de vista —y en general se lo hace— que el lugar del hecho


presenta una potencialidad informativa que excede los rastros de interés
criminalístico.
Si partimos —como se lo ha hecho a lo largo de toda la formación
académica— del supuesto de que el investigador en la escena del crimen es
un experto asesor en materia investigativa y que nadie como él dominará el

11
contexto de información del hecho instruido, entonces cabe extender la
incumbencia profesional al relevamiento de los primeros testimonios.
Claro que no será nuestro investigador en la escena del crimen quien,
constituido en el lugar, proceda a la recepción formal de los testimonios. Si
bien su competencia académica alcanzada le otorga ese adiestramiento, ello
constituiría un desvío de funciones como el que venimos denunciando. No
obstante, la presencia de personas con algún tipo de vinculación en el hecho
y el rol de liderazgo y de iniciativa investigativa que le asignamos a nuestro
investigador en la escena del crimen, confluyen lógicamente en el siguiente
resultado: el investigador en la escena del crimen debe tomar contacto con
los posibles testigos presenciales o circunstanciales del hecho y, realizando
un primer filtrado, sugerir —con ese criterio, es decir, no de manera
concluyente— a la instrucción (fiscal) su consideración a partir de los datos
que le serán transmitidos por parte del coordinador. Recuérdese al respecto
que ya habíamos establecido con anterioridad que el coordinador en la
investigación de la escena del hecho debía ser el nexo entre el lugar del
hecho y el fiscal de instrucción; su consejo y criterio implican un punto de
vista confiable y estratégico para este.

Testigos

Una cosa es asignarle competencia al coordinador investigador de la escena


del crimen para tomar contacto con testigos y, efectuando una primera
valoración —los investigadores siempre lo hacen—, filtrar la información y
sugerir su inmediato comparendo, y otra es poner sobre su espalda la total
responsabilidad instructoria. Lo primero resulta aconsejable; lo segundo,
inaceptable.
La Convención Posiblemente, en el lugar del hecho, algunas personas se acercarán
Americana sobre espontáneamente a brindar información —datos— sobre el hecho y, tal vez,
Derechos Humanos, en sobre el autor o los autores. De eso se deberá tomar nota en cuanto a
su art. 8, n.° 2 g (1969), contenido e informante, para lo cual deberá contarse —como sucede en
y el Pacto
Internacional de
general— con apoyo de personal policial preventivo.
Derechos Civiles y Esta “minuta” sobre testigos puede ser incorporada a las actas de rigor y
Políticos, en su art. 14, aportada inmediatamente al fiscal o instructor penal actuante, o bien,
n.º 3 g (1966), expuesta de manera oral y volcada luego en una declaración testimonial del
expresan el derecho a propio coordinador. Se debe reiterar que esto no implica extender su ya
“no ser obligado a
declarar contra sí
amplio ámbito de responsabilidad penal —antes, al contrario—, ya que la
mismo ni a declararse inmediata comunicación de esa información implica la transmisión de lo que
culpable”. hasta el momento permanecía in pectore20. Así, a partir de entonces será de
dominio común del incipiente proceso.

20 Traducción: “en su pecho”. Se refiere a una cuestión que permanece en el fuero íntimo de una
persona sin que lo haya exteriorizado.

12
Sospechosos

Cuestión aparte es la relacionada al sospechoso de ser autor del hecho que


se encuentra en el lugar. El imputado, en sentido amplio, incluye momentos
anteriores al de la notificación formal de la atribución del hecho. No está de
más recordar, además, que es un sujeto de derecho incoercible que goza de
un verdadero estado de inocencia, respecto del cual rige plenamente el
principio nemo tenetur se ipsum accusare, que implica que nadie puede ser
obligado a declarar contra sí mismo (Maier, 1999). Esto surge de la propia
Constitución de la Nación Argentina que, en su ART. 18, reza: “Nadie puede
ser obligado a declarar contra sí mismo” (Constitución de 1853 aprobada por
la Convención Nacional Constituyente); y de pactos internacionales
incorporados a su mismo nivel por virtud del art. 75, inc. 2221 (Constitución
de 1853 luego de la reforma efectuada por la Convención Nacional
Constituyente del año 1994)
Cuestión distinta a provocar la confesión de parte del imputado o una
declaración exculpatoria —para lo cual deberá hacerse bajo las condiciones
fijadas por las leyes procesales so pena de incurrir en nulidad del acto22— es
ser un mero receptor de manifestaciones espontáneas por parte de este, de
las que no deberá hacer oídos sordos, sino, al contrario, poner en
conocimiento del instructor de la causa a los efectos investigativos que
considere.

Salida de información del lugar del hecho

Es seguro, y de esto debe tener conciencia plena el investigador de la escena


del crimen, que serán muchos los interesados –por tener algún interés
directo en la causa o por sola curiosidad– en conocer, no solo los indicios
encontrados al momento del relevamiento, sino también sus opiniones y
sugerencias investigativas.

21 Entre ellos, La Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica,
1969, suscrita en la ciudad de San José de Costa Rica tras la Conferencia Especializada
Interamericana de Derechos Humanos) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966,
adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas).
22 Por lo general, en presencia del fiscal y con la asistencia de abogado defensor.

13
Opiniones

El investigador en la escena del crimen debe tener especial cuidado en no


emitir opiniones durante el desarrollo de su tarea en el lugar del hecho. De
ser advertido por parte interesada algún punto de vista expresado por el
criminalista actuante, luego será marcada —si surge— la contradicción con
posterior conclusión o se le achacará parcialidad al haber adelantado criterio
a la hora de llevar adelante una pericia sobre material secuestrado.
Asimismo, esa opinión puede llegar a conocimiento de medios de prensa
que, guiados por criterios de primicia, la publicarán sin mayor control. Así, a
partir de ello se generará falsa información o un adelanto de medidas
procesales, lo que perjudicará de manera severa la posterior investigación.
Los conceptos de visión instrumental y de conciencia interdisciplinaria al
momento del relevamiento no implican, en manera alguna, hipotetizar ni
aventurar reconstrucciones de la mecánica del hecho. Por el contrario, debe
tenerse en claro que el trabajo y la información recabada en el lugar del
hecho son, por lo general, una parte importante en la investigación de la
causa, pero esta no se agota con ella, debe confrontarse el resto de la prueba
que surgirá de informes de laboratorio, documentos, testimonios, etcétera.

Informes

Resulta importante establecer de manera explícita el canal de circulación de


la información entre los investigadores de la escena del crimen y el fiscal
instructor penal. Este necesita conocer de manera inmediata qué se
encontró en el lugar del hecho para establecer las primeras medidas
procesales que orienten la investigación.
Una función tan importante como la de comunicar estos primeros datos que
surgen del lugar del hecho no puede ser dejada a la espontaneidad ni a la
libre voluntad de los involucrados en las tareas específicas. Es necesario,
como se dijo, dejar claro que existirán informes descriptivos de lo trabajado
—que incluirán la información recogida de los testigos y las ofrecidas
espontáneamente por quien aparezca en ese primer momento como
sospechoso— y que el coordinador del equipo de investigación en la escena
del crimen será el responsable de la comunicación.
El coordinador debe concentrar toda la información. Para ello los técnicos lo
mantendrán permanente actualizado sobre lo observado, realizado y
percibido. A su vez este coordinador le transmitirá la información al fiscal
instructor de manera constante. Con esto adelanta lo que luego le entregará
en actas o informes descriptivos escritos. De igual manera el fiscal podrá
realizar consultas o impartir directivas a los técnicos a través de la figura del
coordinador. De esta manera queda generado un canal de comunicación
único que evitará el ruido y confusión que pueda existir a partir de múltiples

14
voces que comuniquen al mismo tiempo y disminuirá considerablemente las
posibilidades de filtrado de información.

Nueva modalidad de trabajo


Resumiendo, y también integrando lo que hasta aquí se desarrolló de
manera analítica, podemos establecer los siguientes ítems como pertinentes
y recomendables para una correcta investigación de la escena del crimen:

Tabla 1

Investigación de la escena del crimen


Resulta aconsejable No es aconsejable
Establecer protocolos como guías de Impedir el ingenio e inicitiva personal
trabajo. por vía de la estandarización de
procesos.
Instituir la figura del coordinador No constituir un referente.
como líder.
Liderazgo con base en aptitudes de Jefatura basada en jerarquía
gestión y trabajo en equipo. escalafonaria o mera antigüedad.
Fortalecer la confianza y autoestima. Descuidar los aspectos psicológicos del
personal.
Formar equipos de trabajo que Formar meros grupos de trabajo o
desarrollen sinergia. detectives solitarios.
Visión instrumental. Desarrollo de la actividad como un fin
en sí mismo.
Conciencia interdisciplinaria. Absolutizar un aspecto de la
investigación.
Planificar de acuerdo con información Responder automáticamente,
previa sobre el hecho. independientemente del hecho.
Atender información adicional en el Ignorar la información adicional que se
lugar del hecho. conoce en el lugar del hecho.
No emitir opiniones durante el Hipotetizar o aventurar modos de
trabajo en el lugar del hecho. producción del hecho.
Establecer un único canal de No establecer un claro canal de
comunicación con el fiscal. comunicación con el fiscal.
Fuente: elaboración propia.

Caso, contexto
Respecto del caso propuesto, una vez cumplidas las etapas anteriores en
relación con los preparativos de intervención en el lugar del hecho,
corresponde ahora la ejecución de la tarea específica. En este sentido, se

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deberá partir de lo ya elaborado en el anterior módulo y ubicarse en el
mismo lugar del hecho. Se tendrá que asumir la función del coordinador de
investigación de la escena del crimen y dirigir la actividad operativa. Deberás
tener presente todo lo hasta aquí estudiado y proceder de manera
ordenada, dando cuenta de todo lo que se realice. Asimismo, ten en cuenta
que la información proporcionada tendrá virtualidad procesal, por lo que
deberás utilizar lenguaje formal y técnico.

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Referencias
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17
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Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966) adoptado por la


Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la Resolución 2200 A (XXI).

Ley Nº 6264. Creación de Policía Judicial en la Provincia de Salta. Sancionada el 12


de septiembre de 1984 por El Senado y la Cámara de Diputados de la Provincia de
Salta.

Ley N° 7826. Orgánica del Ministerio Público Fiscal sancionada el 20 de


septiembre de 1989 por la Legislatura de la Provincia de Córdoba

Ley Nº 12.734. Código Procesal Penal de la Provincia de Santa Fe sancionado el 16


de agosto de 2007 por la Legislatura de la Provincia de Santa Fe.

Ley Nº 13.459. Orgánica del Organismo de Investigaciones sancionada el 11 de


diciembre de 2014 por la Legislatura de la Provincia de Santa Fe.

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