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PRACTICA DE VIBRACION CON LA LLAMA VIOLETA

Visualice llamas color Violeta recorriendo su cuerpo desde las plantas de los pies.
Imagínese vívidamente estas llamas. Cree la sensación de que ellas recorren su cuerpo en
forma de espiral, por dentro y por fuera, así como el fuego de la chimenea penetra en un
leño. Sienta cómo avanzan lentamente hacia arriba y, una vez que tenga esa sensación,
empiece a vibrar suavemente.

Primero las piernas, desde las caderas, soltando la musculatura del estómago y del área
genital. Cuándo se sienta cómodo y ya no haya tensión en los hombros, manos y cara;
cuando su cuerpo esté, digamos, en automático, puede empezar a extender la vibración a
los hombros, brazos y finalmente, a la cabeza y la cara. Todo su cuerpo estará en vibración,
como una muñeca de trapo: flexible y a la vez firmemente sostenida por una columna
vertebral bien alineada. Simultáneamente, visualizará las llamas recorriendo su cuerpo.
Cuánto más versado se vuelve en mantener la atención en ambas actividades a la vez, va a
poder dirigir las llamas a áreas específicas de densidad y curarse a sí mismo. Pronto se dará
cuenta de que éstas llamas son reales. Las sentirá quemar y disolver impurezas a nivel
celular y y notará que empieza a limpiar pensamientos y emociones. Vendrá una sensación
de ligereza y amplitud, de una visión y agilidad más amplias. Cuándo ocurre la curación o
limpieza, el color puede cambiar de violeta profundo a un pálido ultravioleta, rosa y blanco.

Deténgase cuando quiera. Yo me detengo, usualmente, cuando las llamas se tornan blancas
o cuando siento a mi cuerpo unificarse. De tres a cinco minutos son suficientes. En caso de
que esté desconectado de la conciencia de su cuerpo, sugiero practicar unas dos semanas,
diez minutos diarios. Este proceso, en particular, sirve para unificar el cuerpo, para relajarse
y redistribuir las energías que se forman en los puntos de tensión.

Ahora, sugiero que se siente o se acueste y perciba las energías fluyendo a través de su
cuerpo. Siente lo que ha activado. Sienta el flujo y el reflujo, los círculos y burbujas de
energías de luz dentro de su cuerpo físico. Siente el universo de vida vibrante y pulsante
dentro de su cuerpo.

Termine visualizando una corriente de luz dorada que viene desde arriba, recorriendo el
cuerpo de pies a cabeza. Absorba esta sustancia de luz dorada en el cerebro, la espina
dorsal, las terminales nerviosas y en todas las células de su cuerpo.

Sintonícese. Perciba la vida alrededor y dentro de usted. Manténgase en la quietud y el


silencio, en la tremenda actividad interior y en el insondable sonido del infinito. Quédese así
el tiempo que desee. Permita que sus sentidos interiores se abran. Siéntase receptivo. No
hay nada más que hacer. ¡Sólo Ser!

Regrese a su realidad cotidiana. Traiga consigo la experiencia de su propia anatomía


energética y decida integrarla a su realidad cotidiana. Mientras retorna, presta atención a la
forma física de su cuerpo. Delinee con su mente el área que el cuerpo ocupa. Hágalo varias
veces y asegúrese de incluir el ancho y el largo de cuerpo.

Cuando haya dibujado claramente el recipiente de su cuerpo, sienta las energías contenidas
en él. En otras palabras, incorpore las energías que se expandieron para rodear su cuerpo y
darle la experiencia más allá de su aura. Sienta la seguridad dentro de la forma física. La
solidez de las energías que se han compactado.

Respire deliberadamente hacia el ombligo. Abra y cierre las manos, mueva los pies…..,
estírese….
Quizás desee moverse, danzar, fluir al compás de una hermosa melodía y celebrar la
divinidad de su cuerpo físico. Acaba de visitar el macrocosmos a través del microcosmos de
su propio ser físico. Ha retornado al verdadero significado de la oración: alabar al Dios
interior.

CALIBRACIONES (MEDITACION)

Primera parte:

Permítase estar plenamente dentro de su cuerpo. Sienta cada una de sus partes desde
adentro. Siéntase desde lo más profundo de sí mismo. Fije su atención primero en cada una
de sus partes y después en todo su cuerpo como unidad. Sienta su peso y su fluidez, sienta
su fuego y su espacio.
Asegúrese de estar en el centro mismo de su cuerpo y no hacia un lado y otro, de estar
dentro de sus pies y no sobre su cuerpo.
Aflójese la ropa. Preste atención a su cuerpo, a sus sensaciones, al espacio que lo rodea.
Diríjase hacia los cielos y sienta la conexión con ellos. Sienta cómo su espíritu busca el
infinito. Sienta la añoranza y la alegría que ello conlleva. Usted es tierra y cielo. Usted es el
pasaje. El circuito está dentro de usted.
Al sentir la presencia de la tierra debajo de sí mismo, sienta su presencia en asociación con
ella. Cierre los ojos y sienta su cuerpo perfectamente alineado, relajado y abierto. Fíjese en
su respiración. Sienta la suavidad de esa respiración. (No sólo respiramos oxígeno, también
respiramos luz, fuerza de vida. Cada vez que respira se produce una sutil combustión: las
células de su cuerpo se renuevan).
Libérese de su cuerpo físico. Deje que se heche y descanse profundamente. Deje su mente
libre, como si no hubiese nada que hacer, ninguna parte a dónde ir. De esta manera,
traslada la atención de lo material hacia los más sutiles pero no menos intensos aspectos de
vida dentro de sí y alrededor de usted.
Dentro de cada célula u átomo de su cuerpo hay un punto de luz. Esta sustancia de luz es la
semilla de la sustancia física. Su cuerpo está construido sobre este molde de luz, y esta
sustancia primordial es la misma para el planeta Tierra, como lo es para su propio cuerpo.
Todo lo material existe primero en la luz. Y la luz posee el molde de la perfección. Dentro de
su cuerpo material, como ahora lo ve, existen billones de puntos de luz que componen su
cuerpo de luz, su bosquejo original y ese cuerpo, esa sustancia que es absolutamente
perfecta. Ahora la mente tiene el poder de resaltar todo lo que enfoque. Use este poder para
expandir todos los puntos de luz en el centro de cada una de sus células y al hacerlo en
conjunto, tenga presente que al expandirse, la luz empieza a quemar todo lo que no es
perfecto a su alrededor, sanando, transmutando y elevando el nivel el nivel vibratorio de su
propio vehículo –el cuerpo- y todo lo que él contiene: su mente y sus sentimientos.
Con el poder de su mente visualice esos puntos de luz. Siéntalos. Use el poder de sus
propios sentimientos, ese aspecto positivo de sus emociones, para encender la vida y la
alegría de vivir dentro de cada átomo de su cuerpo. Visualice y siente billones de pequeñas
partículas de luz brillando, intensificándose por todas partes, como si estuviese cargado de
electricidad. ¡Y lo está!
Elija identificarse con la Luz dentro de sí y con su perfección. Permita que su reflejo se
recree en su cuerpo, su mente y en sus emociones, con pureza y con amor.

Segunda parte:
Sienta ahora los puntos de luz en sus pies y hágalos más brillantes. Sienta sus pies llenos
de vida con la cosquilleante energía de estos puntos de luz que van intensificando su
brillantez.
Extienda esa sensación a sus tobillos y pantorrillas, a sus rodillas. Sienta cómo esos puntos
de luz se expanden llenando el interior de sus piernas con más y más partículas de luz.
Utilizando el poder de su concentración, su visualización y sus sentimientos, atraiga su
atención al interior de sus muslos, súbala hacia el área pélvica, sintiendo cómo fluyen y
resplandecen sutiles corrientes de luz como si tuviese piernas hachas de la más brillante de
las luces. Sienta cómo esta luz enciende los puntos de la luz más allá de las piernas, dentro
de los órganos del cuerpo, dentro de su ombligo.
Sienta cómo esa luz va consumiendo la densidad, encendiendo todo su cuerpo con
sustancia de luz.
Suba esa luz por la región gástrica, por su espalda y tronco, por su pecho, dentro de los
pulmones y su corazón; hacia los hombros, sintiendo, respirando, siendo LUZ.
Sintiéndose completamente encendido, el propio cuerpo responde a sus direcciones. Suba a
través del cuello hasta la base del cráneo. Sienta la luz explotar en sonidos de cristal en la
base de su cráneo. El sonido de la Luz: cristal dorado, el color de estos puntos de luz,
sintiéndose como el cristal dorado, expandiéndose.
Sienta y vea cómo esos puntos de luz iluminan su cerebro. Vea cómo la materia gris de su
cerebro se va volviendo dorada. Sienta ese brillo dorado mientras su propio cerebro parece
intensificar su frecuencia, elevando su vibración para que puede recibir impresiones cada
vez más finas.
Expanda los puntos de luz para que enciendan su piel y todo su cuerpo, de la cabeza a los
pies. Sea un solo cuerpo de Luz. Arda en Luz. Y mientras esa luz arde, sienta cómo se
quema, cómo consume dentro de usted todo aquello que no sea perfecto.
Al irse desintegrando como cenizas todos los elementos densos y pesados de su cuerpo,
sienta cómo caen y desaparecen todas las enfermedades, todos los miedos, las
limitaciones, todos los signos de vejez, de gordura, de tensión. Vuelva a afirmarse en su
cuerpo de Luz y en todos sus poderes. Su Cuerpo de Sueño.
Siéntase dentro de ese cuerpo de Luz, dentro de la materia y perciba cómo se ha
identificado su nivel vibratorio. Está dentro de un cuerpo que es capaz de sintonizar con los
canales cósmicos, un instrumento hermoso, maravilloso y complejo.
Cimiente este cuerpo de Luz dentro del cuerpo del planeta. Sienta líneas de fuerza
penetrando la tierra, la roca, el agua, los minerales; a través de las gemas, gases y fuegos
de la tierra, llegando hasta el corazón de cristal en el centro de la Tierra, hecho de una
radiante luz de cristal dorado, exactamente igual a su cuerpo. Sienta la bienvenida y
regocíjese.
Envíe su amor a esta esfera inteligente, a este ser, a este planeta, por cobijarlo y darle de sí
mismo. Sienta la solidez, el sentido de forma que esta gran madre nos ha prestado. Es en
esta solidez que podemos pararnos firmemente en nuestra divinidad, nuestra espiritualidad y
en nuestro ser cósmico. Heche anclas dentro de las más profundas raíces del planeta y
permita que sus ramas se eleven hacia lo más alto.
Ahora puede conectarse con esa otra dimensión de su ser, la dimensión de la inteligencia
pura, el espacio cósmico en su Cuerpo de Sueño, su cuerpo de Luz.
Para que pueda hacer crecer y multiplicar la gloria de la Luz en la materia.

MEDITACION PARA EL BALANCE ESPIRITUAL

Siéntese en un ambiente tranquilo y seguro.


Entre en un estado de quietud física, mental y emocional.
Sienta una pequeña llama en el centro de su pecho. (si es católico, puede recordar el
fenómeno del Sagrado Corazón de Jesús o de María).
Sienta la actividad de ese foco energético de luz interior y permita que toda la atención se
sumerja en él. Penétrelo.
Fíjese que en el centro mismo de este fondo brillante hay una llama triple. El primer color
que lo impresiona es la llama central, de un amarillo dorado. Introdúzcase en ella. Siéntala.
A su derecha hay una suave llama rosada cuyo centro es de un profundo púrpura. Deje que
su corazón envuelva esa llama.
A la izquierda hay una llama azul pálido con cintas de llama azul eléctrico. Deje que su
corazón se expanda para que también pueda contener la llama.
Compenétrese con esta llama triple y note cómo va entrelazándose una con la otra hasta
formar una llama magnífica.
Observe que una esfera de cristal parece cubrir la llama y hace que ésta irradie un brillo de
luces eb diversos tonos pastel.
Ahora, al enfocar la vista en la llama, sienta cómo adquiere más y más brillo.
Cómo va expandiéndose más y más.
Continúe el proceso hasta que envuelva todo su cuerpo y su aura.
Permanezca dentro de esta llama triple que le trae paz y balance a cada una de sus partes.
Cuándo esté listo para retornar al mundo real, permita que la llama regrese a su tamaño
normal.
Realice unas cuantas respiraciones profundas y cimiéntese.
Exprese su gratitud por esa luz, reconociendo su propia esencia, su Dios interior. Al haber
sentido la magnitud de este poder, deje que sus sentimientos se inclinen en humilde
reverencia.

HACIENDO EL LLAMADO

1.- Invocación: Mande su fuerza de vida física (pensamiento o visualización, sentimiento y


palabras) hacia el Dios interior; para alcanzar y conectarse con esa frecuencia elevada; ésta
produce una reverberación en su propio cuerpo físico. Es aquí cuando hace “el Llamado”, lo
que se desea de manera clara y precisa.

2.- Identificación: Tome posesión de esa frecuencia y fúndase en ella, permitiendo que las
alas de energía inunden los vehículos físico y emocional que están abajo y se mantengan
dentro de ellos. Al mismo tiempo, hable afirmando esa identificación; por ejemplo “YO SOY
todo Luz”; de esta manera, uno mismo proyecta energía de este elevado nivel hacia lo físico.
Aquí, diga la respuesta que ha invocado en el primer paso.

3.- Aceptación: Vuelva a descender a la conciencia del cuerpo físico e incorpore la Luz
experimentada en las dimensiones superiores. Acepte su identidad como Ser-Dios dentro de
la materia y la realización del “Llamado” que hizo en el primer paso a través de la
invocación. La aceptación se toma como un hecho que ya ha sucedido. De esta manera, fije
la forma o copia mental dentro de la cual tendrá lugar la condición o actividad que se ha
invocado.
MEDITACION PARA ARMONIZAR LAS EMOCIONES Y GENERAR SENTIMIENTOS

(También sirve para limpiar la acumulación de sustancia mal calificada adherida a los tres
cuerpos inferiores)

Decida apartar toda conjetura mental sobre cuáles son sus sentimientos; de dónde vienen,
quién tiene la culpa, etc. Prepárese para zambullirse en el océano de emociones dentro y
alrededor de usted. Tómelo como una experiencia energética que no tiene nada que ver con
usted como personalidad.
Al ser éste un proceso vigoroso, sugiero que ponga él todo su esfuerzo. La sustancia del
cuerpo emocional es gruesa y densa y si lleva en sí huellas profundas, es pegajosa y
bastante lóbrega.
Sería conveniente que generara la mayor cantidad de energía física posible para desalojar
la negatividad de la estructura celular. Empiece con la práctica de visualización de la llama
violeta descrita en las primeras páginas. Mantenga esa visualización, mientras intensifica el
temblor de todo su cuerpo.
Amplifique la actividad de la llama violeta hasta que se extienda a más de un metro
alrededor de usted en toda dirección.
Deténgase después de unos tres a cinco minutos y quédese muy quieto, manteniéndose de
pie. Si pierde el equilibrio, practique algunas de las visualizaciones de cimentación sugeridas
anteriormente. (Puede imaginar unas raíces extendiéndose desde el ombligo hasta la planta
de los pies, que lo anclen profundamente a la tierra).
Continúe con la visualización de la llama violeta e intensifique su actividad. Vea cómo da
vueltas hasta formar un vórtice giratorio alrededor de usted. La espina dorsal física y una
línea imaginaria que se extiende a través de usted, desde arriba de la cabeza hasta debajo
de los pies, sirven como eje central en torno al cual da vueltas esta columna de llamas
violetas giratorias.
Si tiene habilidad auditiva, podría escuchar un profundo mormullo vacío, como un inmenso
espacio oceánico, envolviéndolo.
Mantenga esta actividad unos dos minutos más. El ímpetu de las llamas violetas girando
agrandan la columna en unos 3 metros a su alrededor.
Mire cómo toda densidad cae al suelo convertida en cenizas. Imagínese al suelo
absorbiendo y transmutado por los cielos.
Regrese a esta realidad y siéntese en silencio. Preste atención al sentimiento de ligereza
dentro de sí.
Sentado en silencio, fije su atención en el centro del pecho, en el chakra del corazón.
Advierta un foco de luz que hay ahí, como un pequeño sol. Sienta la radiación latente de
este sol creciendo dentro de usted y extendiéndola fuera, como olas de calor en todas
direcciones.
Continúe observando la luz radiante que este sol genera dentro de su corazón, hasta que lo
rodee completamente.
Convierta su cuerpo físico en una presencia-sol del Dios Interior. Genere esta energía de
sentimientos más y más y más lejos…..
Permita que alcance a todos y a todo.
(Esto puede ser modificado, dirigiéndola hacia alguien con quien esta teniendo dificultades,
alguien que esté enfermo o alguien a quién este simplemente tratando de ayudar.)
Al regresar, tómese su tiempo para descender de la actividad vibratoria que ha puesto en
marcha a través del Poder del Sentimiento.
Quizá quiera echarse y descansar con música suave.
Trate de observar dónde están sus sentimientos.

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