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Según Kim Bartlett, editora de ANIMAL PEOPLE, declara que existen tres grados de abusadores y explotadores
de animales en las categorías usadas para definir los grados de homicidio:
- Los delincuentes de 1º grado son aquellos que demuestran un deliberado y premeditado interés en que los
animales sufran antes de que los maten. En esta primera categoría se encuentran los actos del sadismo
individual, las corridas de toros, las fiestas estilo español para mutilar y matar animales, la tortura coreana de
matar perros y gatos para el realce hormonal que se supone tiene su carne, las peleas de perros y gallos, etc.
- Los delincuentes de 2º grado utilizan y matan animales de maneras que parecen diseñadas para causar daño
corporal, dolor y sufrimiento severos, pero cuyo objetivo no es el sufrimiento animal. En este punto se
encuentran la mayoría de los cazadores y tramperos, granjeros de animales de piel, productores de paté de
foie gras y productores de huevos que practican la muda de plumas forzada.
- Los delincuentes de 3º grado matan animales, pero el sufrimiento es fortuito. Puede ser discutido
razonablemente que los perpetradores no desean causar el sufrimiento, y lo eliminarían o reducirían al mínimo
si tuvieran una alternativa fácil a los métodos que causan dolor y angustia. En esta categoría cae la industria
de animales: productores de carne, productores de huevos
El origen de su estudio científico se remonta a los comienzos del siglo XIX, cuando el médico Phill Pinel lo
descubrió. él acuñó la expresión “locura sin delirio” o “maniacos”, esto es personas anormales, pero no
deliraban, es decir, no mostraban los delirios y alucinaciones tradicionales en os “locos” convencionales. El
psicópata es alguien que desafía a todos, que quiere hacer lo que desea a toda costa, sin que importen la vida
o la felicidad de quienes se ven afectados por sus actos.
Son “estúpidos morales” personas que, aun siendo capaces de razonar, se conducían de modo cruel y
desafiante, poniéndose a las normas morales básicas de la sociedad, se añadía ahora de modo explícito la
imposibilidad de sentir afecto auténtico por cualquiera.
Le psicópata es un camaleón humano, según las circunstancias puede ser un padre abnegado, un padre
responsable o un amigo leal. Una vez que el psicópata alcanza una posición de poder e influencia, alienta con
renovada energía su segunda cualidad esencial, su faceta más brutal y egocéntrica, que es obtener el dominio
y el control de su ambiente.
El psicópata no puede establecer una relación auténticamente humana, simula que lo hace, mientras busca
controlar y dominar las personas, y los sitios en los que se mueve. La psicopatía es un trastorno gravísimo de
las emociones y los sentimientos de un individuo, que afecta también el razonamiento o el juicio. Es un loco
moral. El psicópata está loco en el sentido de que no actúa como hace todo ser humano. Sometido a unas
normas y principios que se adquieren en el seno de la sociedad, a través de los años de aprendizaje en la
familia, la escuela y en compañía de otros niños y adultos. Cabe mencionar que quizá se objete que todos los
delincuentes habituales desdeñan las reglas, y quebrantan las leyes, y que por ello habría que considerarlos
psicópatas su fuera éste el criterio a considerar; sin embargo, los delincuentes no psicópatas sienten amor y
compasión ante muchas o algunas personas, y ha de buscar justificaciones elaboradas para proteger su estima
personal de la conciencia que les exige arrepentimiento a sus delitos. A diferencia de éstos, los psicópatas son
locos o estúpidos morales en tanto que no se vinculan a nadie, en tanto que no son capaces de verse afectados
por el dolor y la miseria que provocan por sus acciones. No se ve asaltado por la comezón de la culpa.
Ha de quedar claro, que el psicópata puede ser alguien que no tiene por qué ser un criminal, un delincuente.
Lo que diferencia al psicópata de otros trastornos de personalidad es su sintomatología, los rasgos que
presenta, y el hecho de que disfruta haciendo lo que hace.
El psicópata y el impostor
El impostor quiere vivir una vida ajena a la que le ha tocado vivir, desea satisfacer un sueño o una meta
anhelada. Pero difícilmente en la psicología de los impostores hallamos el deseo de dañar a alguien como fin,
por el contrario, el psicópata, cuando miente y engaña, lo hace para dañar
El psicópata no aprende de sus experiencias, y no puede por consiguiente modificar y dirigir sus actos como
lo hacen las personas sanas. ¿por qué el sicópata no aprende de la experiencia? Porque para aprender de ella,
tales experiencias tienen que habernos dejado una huella emocional.
Cómo detectarlos
No muestran el miedo y la ansiedad que normalmente sentirían otras personas. Al contrario, disfrutan
de provocar situaciones de riesgo y tensión.
La ira puede manifestarse de modo explosivo o controlado, pero parece injustificada, muchas veces
arbitraria, sin una base real, por pequeñas frustraciones.
No sienten una tristeza real o profunda, menos una depresión. Pueden parecer abatidos, pero es algo
transitorio y ligero.
El psicópata puede comprender el punto de vista de otro, incluso aunque no siempre lo que está
sintiendo, pero no ajusta su estado de ánimo afectivo al de la otra persona.