Está en la página 1de 1

Hermanos de la Unión Silenciosa del Espíritu:

Los tengo siempre muy presentes, porque ustedes al igual que yo adoran a la
Divina Presencia Yo Soy.
Todas las mañanas, tratando que sea a una misma hora hay que dirigirnos a
nuestra Divina Presencia Yo Soy, a través de nuestro corazón, el cual es la
Puerta abierta que ningún hombre puede cerrar.
Recuerdan la enseñanza sobre la causa y efecto, la cual origina creaciones muy
densas en muchas ocasiones, lo cual hace que tengamos que recurrir una y otra
vez a la Llama violeta consumidora de todos nuestros errores pasados y
presentes, su causa y efecto.
Tenemos a Dios jefe todo el tiempo con nosotros, su radiación y rostro es posible
ver, claro que sí, cuántas veces hemos sentido la Presencia de la Divina
Presencia Yo Soy, más aún el Hermano Robert decía que cuando salía de paseo
en las cercanías de la ciudad, podía verla, visualizarla.
Como les iba diciendo, la causa más elevada que se puede tener es la
contemplación y el amor dirigido a nuestra Divina Presencia Yo Soy, esto
produce un efecto o manifestación en el plano físico. Recuerdan Divina
Presencia Yo Soy, manifiéstate, manifiéstate, manifiéstate aquí y ahora.
Un error muy común es leer nuestras lecciones, sin adorar, focalizar la atención
a nuestra Divina Presencia Yo Soy, y luego reprochar por no experimentar
mejoría en los asuntos o no manifestación de su amorosa Presencia.
Con Amor, se despide su
Hermana Renée

También podría gustarte