solitarias afueras de la ciudad estaba a punto de ser la víctima de la ira de su
“LA BESTIA” victimario. John se pudo imaginar la
gravedad de la situación y que perdería la vida, empezó a gritar con todas sus fuerzas a ver si alguien le ayudaba. Entonces y contra todo lo esperado, un chatarrero que andaba fumando marihuana por el lugar El pasado jueves 22 de abril, al mando del escuchó los gritos y, al ver cuál era la causa cabo Pedro Babatita en Villavicencio de éstos, no dudó en apedrear al Garavito. (Departamento del Meta), fue capturado El chatarrero gritó: “¡oiga, hijueputa, ¡qué le “Alias la Bestia” a quien se le imputan está haciendo a ese niño!”. Al verse cargos de homicidio y violación hacia defendido, John corrió hacia el chatarrero y menores, investigaciones afirman que luego ambos huyeron de Garavito, quien fueron alrededor de casi 200 asesinatos enfurecido los perseguía con el puñal en la cometidos en distintas zonas del país. mano. Finalmente, llegaron a un punto en el que el asesino dejó de perseguirlos ante la posibilidad de ser visto. Tras eso la víctima y su liberador siguieron y llegaron a la casa Rosa Blanca, desde donde el chatarrero llamó a la estación de policía La Esperanza, ubicada en Villavicencio. Tras la llamada, la Policía acudió al lugar y se dio inicio a la persecución. La búsqueda de Garavito estuvo al mando del cabo Pedro Babatita, quien narró la detención de la siguiente Al homicida se le conoce como Luis Alfredo manera: ‹‹ […] ya eran como las nueve de la Garavito y se dice, escogía a sus víctimas noche, y nosotros “dele pa’riba” y “dele como un depredador, ofreciéndoles dinero pa’bajo” por la carretera de circunvalación. a cambio de labores como arriar ganado, De pronto un taxista reportó: “Alguien está llevar cajas, ayudarle cuando simulaba estar saliendo del monte”. Aparte de los taxistas cojeando, entre muchas más. Se ganaba su con los que íbamos Tinjaca (patrullero) confianza ‹‹Para poder llevar a los niños les y yo, otros nos ayudaban con la red de repetía el cuento: “tengo unos terneritos apoyo y sus radioteléfonos. En cinco pequeños y necesito que me ayuden, yo les minutos llegamos al sitio que nos decía el pago mil o quinientos pesos”. Los niños me taxista y el niño John Iván apenas lo vio dijo: creían y posteriormente los llevaba a “¡Es ese, es ese! Ese era el que me iba a lugares donde no pudiera ser visto. […] Yo violar… el que me estaba cogiendo…” buscaba sitios apartados de difícil acceso y En el taxi iban también el papá y la mamá boscosos, también matorrales que del niño, entonces les tuve que ordenar: estuvieran alejados de las casas. Utilizaba “¡de aquí no se baja nadie!”. Una niña que cafetales y cañadas donde hubiera pasto había visto la persecución inicial de Garavito alto, pero siempre lejos de la gente. ›› a su víctima y al indigente, venía con el John Iván Sabogal, niño pobre que vendía patrullero Tinjaca en el taxi que nos seguía. lotería en las calles de la ciudad de Entonces le dije por Villavicencio. Después de su habitual radioteléfono: “¡Tinjaca, pregúntele a la método de aproximación basado en el niña si ese era el tipo que estaba engaño, es llevado al niño a un lugar persiguiendo al indigente y al niño con un cuchillo!” De inmediato contesto: “Sí, sí, sí, ese fue”. Esto sucedió en cuestión de segundos. El taxi que nos había dado el dato lugar donde fue asesinado un niño. Alias “la clave venía delante, mientras Garavito bestia” confeso su modus operandi y se caminaba por la orilla de la carretera. ofreció a colaborar con la justicia para así Cuando apenas el hombre se sorprendió al reducir la condena que paga en la Carcel ver tanto taxi, Penal de Máxima seguridad de Valledupar ya estaba cogido, yo me había bajado y (departamento de Cesar). estaba encima de él. De manera muy calmada, le pregunté: “¿Hacia dónde va el señor?” A los cual contestó: “Vengo de Acacias y voy para allá”, señalando cualquier lado. “Bueno, mano, ¿y usted qué hace caminando por acá si la llegada a Acacias es para el otro lado de la ciudad?”. Mientras le hablaba y él contestaba, saqué las esposas y se las puse. Desde el taxi los niños confirmaron que era él. Ya Tinjaca se acercaba al haberse bajado del carro. Era la palabra de los niños contra la de él, recuerdo que no dejé que Garavito viera a los niños para protegerlos por si lo dejaban libre… Tinjaca me saludó y después le metió un puñetazo con el que casi lo acuesta. Yo me quedé aterrado de la reacción de mi compañero, que es un patrullero muy sereno. En ese momento preferí meterlo al taxi y empezó a salir gente de la nada… luego en la estación comencé a interrogarlo: ¿Déjeme ver su cedula? – la perdí. ¿Otro documento que lo identifique? –no tengo ninguno. ¿Nombre y apellidos? –Bonifacio Morera Lizcano…›› Investigaciones posteriores confirmaron que Bonifacio Morera Lizcano era Garavito. Se trataba así de una falsa identidad usada por el asesino para confundir. Nada sorprendente porque como informó el Diario: Hoy en una nota periodística de octubre de 1999: ‹‹Garavito usaba nombres falsos, cambiaba su cabello, su bigote y barba y empleaba lentes. Pasaba por vendedor ambulante, monje, discapacitado, indigente y hasta representante de fundaciones humanitarias para ingresar a las escuelas, donde hallaba a sus víctimas, que oscilaban entre los 8 y 16 años de edad›› Por fin “la Bestia” había sido capturada.
Tras las confesiones de Luis Garavito, la
fiscalía general sigue en búsqueda de más restos humanos dejados por el homicida, según él, existe una libreta con cada fecha y