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Erika Pani
División de Historia
CIDE
dejan demasiadas cosas fuera. Sin embargo, el insistir en lo añejo del vino –así
crisis de finales del siglo XVIII y principios del XIX –imperiales, dinásticas,
1 Javier Fernández Sebastián, “Política Antigua / política moderna. Una perspectiva histórico-
conceptual,” en www.foroiberideas.com.ar.
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de la legitimidad política, la reestructuración de la comunidad, y por lo menos el
autoridad pública.
insostenible la soberanía del “Real Bruto” que había tiranizado a los colonos
2 La expresión es de Bernard Bailyn, To begin de world anew. The genius and ambiguities of the
American Founders, New York: Knopf, 2003.
3 Edmund S. Morgan, Inventing the People. The Rise of Popular Sovereignty in England and
2
político, que, como el cuerpo místico de la Iglesia, reproducía al cuerpo humano,
y dentro del cual, con el monarca a la cabeza, cada órgano tenía su lugar y
lealtad personal que unía, como a los hijos con su padre, a los individuos con el
soberano. Los hombres eran iguales en tanto que ninguno tenía ya derecho de
5 En palabras de Hobbes, “NATURE hath made men so equal in the faculties of body and mind
as that, though there be found one man sometimes manifestly stronger in body or of quicker mind
than another, yet when all is reckoned together the difference between man and man is not so
considerable as that one man can thereupon claim to himself any benefit to which another may
not pretend as well as he.” Leviathan, cap. XIII, en
http://oregonstate.edu/instruct/phl302/texts/hobbes/leviathan-c.html#CHAPTERXIII.
6 Véanse ensayos en Antonio Annino, coord., Historia de las elecciones en Iberoamérica, siglo
XIX : de la formación del espacio político nacional, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica,
1995; Hilda Sabato, coord., Ciudadanía política y formación de las naciones : perspectivas
históricas de América Latina, México: El Colegio de México, 1999, así como Pierre Rosanvallon,
Le peuple introuvable. Histoire de la representation démocratique en France, París: Gallimard,
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dictadura de Antonio López de Santa Anna (1853-1855) y la Regencia y el
por parte del Congreso, antes de disolverse en 1863; dos plebiscitos en el caso
parecía resolver el problema de cómo hacer factible, ahí donde soberanos son
todos, el gobierno de los más por los menos. Sin embargo, planteaba al mismo
tiempo una serie de incógnitas de difícil resolución. ¿Quién puede hablar por la
misma voz? ¿Cómo hacer que esta voz sea inteligible? Si la ley debe reflejar la
representante y representado?
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realizaron los políticos mexicanos por construir, a través de constituciones y
política el sitio para dirimir, de manera contenida, los conflictos sociales y las
estos pueden montar y desmontar sus estructuras.7 Para los políticos del México
7 JGA Pocock, The Machiavellian moment: Florentine political thought and the Atlantic republican
tradition, Princeton: Princeton University Press, 1975.
8 Elías José Palti, La invención de una legitimidad. Razón y retórica en el pensamiento mexicano
del siglo XIX (un estudio sobre las formas del discurso político), México: Fondo de Cultura
Económica, 2005, esp. pp.57-60. Véase también Antonio Annino, “Ciudadanía versus
gobernabilidad republicana en México,” en Sabato, coord., Ciudadanía, pp.62-93.
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legitimación a la vez que de gobierno, para desincentivar el recurso al legítimo
parlamentario.
grandes rasgos, sobre dos ejes: el de la definición del ciudadano, como aquel
que debía dar voz a la nación soberana, por un lado; por el otro, el de la
institución de un sistema cerrado.9 Los claroscuros del relato, sin embargo, nos
pensar político.
9Para la importancia del Congreso de la Unión como espacio político, véase María Luna
Argudín, El Congreso y la política mexicana (1857-1911), México: El Colegio de México, Fondo
de Cultura Económica, 2006. Para la función de los escaños del Legislativo como espacios de
negociación entre los poderes federal y estatal, y entre distintos grupos de poder, véanse
Elisabetta Bertolla en Enrique Montalvo Ortega, coord., El águila bifronte : poder y liberalismo en
México, México: INAH, 1995. Luis Medina Peña, Invención del sistema político mexicano : forma
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En el Antiguo Régimen, “ciudadano” era un término descriptivo, algunas
derechos políticos. En México, a lo largo del siglo XIX, el legado gaditano iba a
marcar la pauta para definir quién podía votar, para qué y en qué condiciones.
para votar, para incluir también a los jóvenes casados. La mayoría de las leyes
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cuando las “luces del siglo” hubieran alcanzado a la mayoría de la población.11 A
Reglamento Provisional del Imperio, podían hacerlo los que hiciesen “servicios
importantes al Imperio;” aquellos que pudieran “ser útiles por sus talentos,
ciudadanos por haber formado parte del pacto fundacional de la nación, al estar
10 Véase Erika Pani, “ ’Actors on a Most Conspicuous Stage:’ Citizens of Revolution in the United
States and Mexico,” en Historical Reflections / Réfléctions Historiques, 29:1 (primavera) 2003,
pp.163-188, pp.166-168.
11 Este requisito se asentaría en todas las constituciones. Marcello Carmagnani y Alicia
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mexicana.12 Se trataba no sólo de hacer propio lo que era extraño, sino de
los principios por los cuales las leyes fundamentales excluían de la comunidad
política, de manera permanente o temporal, nos pintan las visiones que los
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deudores al erario y los “tahúres de profesión.” Tampoco podían votar aquellos
esto, ninguna ley mexicana recurriría de manera formal a criterios étnicos para
condecoraciones extranjeras.
14 Artículo 18. Véase Marie Laure Rieu Millán, Los diputados americanos en las Cortes de Cádiz :
igualdad o independencia, Madrid: CSIC, 1990; Manuel Chust, La cuestión nacional americana
en las Cortes de Cádiz (1810-1814), Valencia: Fundación Tomás y Valiente, México: UNAM,
1999. Es interesante la reticencia de los constituyentes al hablar de color o raza. Los ciudadanos
españoles se definen como aquellos “que por ambas líneas traen su origen de los dominios
españoles de ambos hemisferios y están avecindados en cualquier pueblo de los mismos
dominios.”
15 Artículo 16.
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Al mediar el siglo, en el contexto del álgido proceso de la Reforma, las
individual” de un gran número de hombres que, hasta hacía muy poco, habían
mantuvieron, hasta la segunda mitad del siglo XIX, el vínculo entre sufragio y
16Artículo 9, en Antonio García Orozco, ed., Legislación electoral mexicana, 1812-1977, México:
Comisión Federal Electoral, 1978, p.145.
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pensaba esta propiedad, que había que defender en contra de los abusos del
poder. Francia, por su parte, osciló entre el reconocimiento del sufragio como
Bustamante promulgó una ley para ordenar las elecciones en el distrito federal y
los territorios y, sobre todo, para controlar la participación en ellas de las “clases
ciudadano, para poder votar, debía recibir una boleta numerada, en la cual se
New York: Basic Books, 2000; Sean Wilentz, “Property an Power: Suffrage Reform in the United
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en voz alta.20 Cuatro años más tarde, para evitar que los “vagos” se hicieran
destinado, nombre del patrón, salario y “calificación del amo o amos a quienes
hubiera servido.”21
su mayoría, restringir el voto, exigiendo una renta mínima anual –que osciló
entre los $100 pesos de las Siete Leyes y los $200 de las Bases Orgánicas de
a parte, por establecer una elección por clases, pero es también la más
impuestos para poder votar. El proyecto, ideado por Lucas Alamán, representa
intereses y la fuerza del país,” para que “por su propia seguridad se [alistaran]
States,” en Donald W. Rogers, ed., Voting and the Spirit of American Democracy. Essays on the
History of Voting Rights in America, Urbana: University of Illinois Press, 1992, pp.31-39.
20 García Orozco, ed., Legislación, pp.46-52. Véase, sobre este tema, Richard Warren, Vagrants
and citizens : politics and the masses in Mexico City from Colony to Republic, Wilmington: SR
Books, 2001.
21 “Circular relativa al padrón para elección de diputados y prevenciones en cuanto a vagos,
San Luis el 14 de diciembre de 1845,” en García Orozco, ed., Legislación, pp.92-110, y “Parte
política,” en El Tiempo, enero 31, 1846.
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Así, incluso los proyectos de constitución de la mayoría y la minoría de
“liberal” de los dos, es inclusive más restrictivo, exigiendo $50 pesos más que el
rechazo a condenar al “grande y generoso pueblo” que los había “honrado” con
Por otra parte, a pesar de ser un supuesto aceptado que era obligación de los
que, hasta fines del siglo XIX, careció de los catastros y censos que hubieran
quizás de dejar fuera, por lo menos sobre el papel, a aquellos que, como diría
José María Luis Mora, “en razón de sus escaceses están muy expuestos a
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de las elecciones.”26 Quizás se pretendiera dotar a los empadronadores o
honestidad del individuo en cuestión, a la hora de excluir los votos que les
trabajo.
provincia)-- para después fluctuar entre dos y uno. El sufragio seguiría siendo
seno del constituyente de 1856, y del profirista Manuel Calero, quien abogara
leer y escribir.27 Así, se constituía una comunidad política que abría las puertas
26 José María Luis Mora, “Discurso sobre la necesidad de fijar el derecho de ciudadanía en la
República y hacerlo esencialmente afecto a la propiedad”, 1830, en José María Luis Mora, Obras
completas, Vol.I, Política, México: Intituto Mora, SEP, 1986, p.375
27 Manuel Calero, Cuestiones electorales, México: Imprenta de Ignacio Escalante, 1908.
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prácticamente a todos los hombres adultos, pero en la que, si casi todos podían
–sobre todo los proyectos, quizás por definición menos realistas que las leyes
de la mayoría de 1842, por ejemplo, $500 pesos anuales de renta mínima para
podían ser designados electores. Esto sugiere, quizás, que los artífices de estas
2) La construcción de la representación
28Las Bases Orgánicas exigían, aunque solamente a los electores secundarios, un mínimo de
$500 de renta anual.
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política. Se trataba entonces de una ciudadanía abierta, que reconocía un
adornar a sus miembros-- sugiere, al contrario, que éste fue un asunto más
contencioso.
los distintos artífices del discurso público por definir lo que debían ser tanto los
29
Véase Carmagnani y Hernández Chávez, “Ciudadanía” en Sabato, coord., Ciudadanía
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Procuraremos analizar aquí, a partir de los textos constitucionales y la
1813, José María Morelos planteaba sin resolver los dilemas de legislar: la ley
debía ser dictada por el congreso; pero la “buena ley [... era] superior a todo
indigencia, y de tal suerte se [aumentaría] el jornal del pobre, que [mejoraría] sus
dotaba al proceso refleja tanto las visiones y proyectos de la clase política como
República Federal, fueron los estados quienes establecieron los requisitos para
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restaurarse el federalismo y la constitución de 1824, reformada, en 1847. Sin
atribuciones como corporación que como tal debía ser representarse como tal.
y 150,000 habitantes --las Siete Leyes de 1835.31 Con la sola excepción del Acta
ser naturales o vecinos del estado o departamento. Fracasaron los esfuerzos por
1857 estableció incluso que fueran los gobernadores quienes dividieran sus
dentro del proceso electoral. Aunque tanto Cádiz como Apatzingán establecieron
31Sin embargo, la más “conservadora” de las convocatorias, de enero de 1846, establecería que
un diputado representara a 45,000 habitantes, mientras que Cádiz y la constitución de 1824
establecían, respectivamente, uno por cada 70,000 y 80,000 habitantes.
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la parroquia como el espacio natural para el ejercicio del derecho ciudadano, ya
la ley del gobierno Alamán establecía, en julio de 1830, que las elecciones
asegurada.
necesarias para emitir el voto. Los regidores, o un vecino designado por ellos,
la mesa electoral (1836, 1842, 1855, 1857), e incluso, en agosto de 1846, era la
del cura párroco en la junta electoral “para mayor solemnidad del acto.” Esto no
refleja, sin embargo, una secularización radical del proceso electoral: tanto Cádiz
“rogativas públicas” para implorar “el auxilio divino para el acierto” o para “dar
32Construyendo así, como explica María Luna, un ámbito de representación nacional. Luna, La
Constitución, 1182-88.
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La representación política en el México decimonónico, entonces, no se
pueblo, tal cual era. Los artífices de la legislación electoral procuraron establecer
requisitos para los diputados que iban más allá de la ciudadanía, exigiendo
los diputados, hasta el regreso al federalismo, una renta anual mínima, que
clase dirigente patriótica e ilustrada, que se distinguiera por sus méritos del
naturalizados, a quienes se exigían $1,000 al año, o una propiedad raíz valuada en por lo menos
$8,000.
36 Requisitos incluidos en el proyecto mayoritario, el primero en la propuesta final del congreso.
21
ciudadano de a pie. 37 En cambio, las constituciones de 1847 y 1857 sólo
cámara. El crear una cámara alta parecía contradecir –como los brazos de las
antiguas Cortes-- el principio de igualdad ante la ley. Sin embargo, todos los
uninominales.38
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grupos. El gobierno de Benito Juárez en 1867 abogó –infructuosamente-- por la
eso se exigió que los senadores fueran hombres de mayor edad –30 o 35
años— y, con excepción de las cartas de 1824 y 1847, que gozaran de mayores
ingresos que los diputados, al establecerse una renta mínima de entre $1,200 y
$3,000 anuales.
1824, el senado, compuesto por dos senadores por estado, electos por mayoría
Divided Sovereignty: The U.S. Experience in the River Plate Periodical Press during
Independence, 1810-1820," presentado en el Atlantic History Seminar, Harvard University, 2005.
39 Convocatoria para la elección de los Supremos Poderes, 14 de agosto de 1867, en garcía
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Ejecutivo, como de una visión más “centralista” de lo que debía ser la República
soberanos.”41
se articularon entre estas dos versiones del federalismo son testimonio de una
representación, un gobierno a la vez nacional y que diera voz a las regiones; que
del “pueblo,” pero constituyera el gobierno de los “mejores” –en clave siempre
gobierno de las Siete Leyes no fue nunca--, sino en tanto que pudiera traducir la
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en voz alta, por el presidente de la mesa. La elección de los veinticuatro
elaboraban cada uno una lista de nombres en número igual a los senadores que
tenía que elegirse--, a las juntas departamentales –que elegían de las tres listas
era electo por las juntas departamentales, que debían nombrar cada una a dos
candidatos, de los cuales uno por lo menos no podía ser vecino del
diputados armaba una terna por cada puesto vacante, de la cual el Senado
individuos, eran electas por la ciudadanía. Éstas, a su vez, enviaban una terna al
departamentos fronterizos, y que podía devolver una vez en los demás-- para
sistema que exigía la negociación y conciliación a tantos niveles, tan solo para
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volviendo al esquema de dos senadores por entidad, aunque el proyecto de la
una renta más que de $1,200 anuales.43 Por su parte, tanto las Bases orgánicas
gobierno con las voces de, según Mariano Otero, “los hombres más capaces y
militares y clérigos.
por dos senadores por estado, más un tercio electo por el senado, la Suprema
Corte de Justicia y el Ejecutivo. Todos los senadores tenían además que haber
quienes tendrían que elegir “precisamente sujetos que se hayan distinguido por
42 Presidente, secretario del despacho del Supremo Gobierno, miembro del Consejo
constitucional, senador, ministro o agente diplomático, diputado al congreso nacional, o empleo
superior y efectivo de la milicia.
43
En lugar de $3,000.
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Voto particular de Mariano Otero, abril 5, 1847, Tena, Leyes, pp.455-456.
45 Presidente o vicepresidente constitucional de la República, o por más de seis meses secretario
del despacho, o gobernador de Estado, o individuo de las cámaras, o por dos veces de una
legislatura, o por más de cinco años enviado diplomático, o ministro de la Suprema Corte de
Justicia, o por seis años juez o magistrado, o jefe superior de Hacienda, o general efectivo.
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sus servicios y méritos en la carrera civil, militar y eclesiástica”. El resto sería
de la aristocracia del mérito, los artífices de las bases orgánicas buscaron unir
las de los intereses, las de las fuerzas productivas, como sucediera también en
consultarse en cambio aquel “que [tenía] la nación para reunir el mayor número
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convocatorias buscaban también dar voz a aquellos intereses a la vez
de diputados por clase, alegaba Iturbide, debía depender “no tanto a lo más o
gaditano con las ocurrencias del futuro emperador, ordenaba que distintas
Los autores de estas propuestas buscaban, de manera abierta, dar voz a ciertos
Ludlow, coord., Los secretarios de Hacienda y sus proyectos, México: UNAM, 2002, Tomo II,
pp.29-46.
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del Pueblo hablaban todos al mismo tiempo, en el mejor de los casos; y, en el
y deshonestos.
podía provenir sino de la “nación,” por la dinámica de tensión que marcaba las
relaciones entre las regiones y el centro, y por los afanes de los hombres
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de la estructura de la representación, los políticos del XIX mexicano buscaron
través del pago de impuestos, y tiene por lo tanto derecho a emitir su opinión— o
del propietario de bienes raíces, que está por esto, en concepción fisiocrática,
enraizado e interesado.51
50 Véanse, por ejemplo, el clásico de T,H. Marshall, que propone a la ciudadanía como un
estatus que garantiza, en tres pasos, primero los derechos civiles, después los políticos, y
finalmente los sociales, y el sugerente de Fernando Escalante. T.H. Marshall, Ciudadanía y clase
social, Madrid: Alianza, 1998; Fernando Escalante, Ciudadanos imaginarios : memorial de los
afanes y desventuras de la virtud y apología del vicio triunfante en la República Mexicana :
tratado de moral pública, México: El Colegio de México, 1998.
51 En Estados Unidos, el estado de Massachussetts, por ejemplo, mantuvo el requisito del poll
tax –impuesto de capitación— hasta bien entrado el siglo XX, mientras que el de Virginia requirió
la propiedad de cierta extensión de tierra para tener acceso al sufragio hasta 1830.
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políticas, para dar voz a lo que estos hombres consideraban eran la experiencia,
los gobiernos estatales como organizadores del proceso electoral. Por otro lado,
sistema que pudiese articular de manera inteligible sus diferencias. Si bien haría
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Ejecutivo que de un esfuerzo por ajustar la representatividad del cuerpo
que resolverse, durante más de tres décadas, dentro del marco normativo que
establecía la constitución.
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