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Biblioteca Particular

del L,c.
ANDP.ES S A N C H E Z F U E N T E S .

Volumen N o
Estante
Casiller.

%
i.. j.Rf NWí.tSSO
TRATADO
DE

GEOLOGIA
ELEMENTOS APLICABLES Á LA AGRICULTURA
Á LA INGENIERÍA V Á LA INDUSTRIA

POR

MAKIAKO BARCENA
PROPESOR P E GEOLOGÍA
E n las E s c u e l a s N a c i o n a l e s P r e p a r a t o r i a y de A g r i c u l t u r a d e México,
Miembro d e varias Academias científicas
de México, Europa, G u a t e m a l a y Estados-Unidos de América.

EDICION DE LA SECRETARIA DE FOMENTO.

M É X I C O
OFICINA TIP. DE L A SECRETARÍA DE FOMENTO
C a l l e d e S a n A n d r é s n ú m e r o 15.
PRÓLOGO

H AY ciencias que aunque basada su enseñanza so-


bre principios y teorías generales, necesitan apo-
yarse á cada paso en ejemplos y aplicaciones que deben
referirse á localidades ú objetos que estén al alcance
de las personas que las estudian.
Esta verdad, que abarca de un modo general á mul-
titud de ciencias, es más aplicable á la Geología.
En efecto, en su estudio se hacen referencias conti-
nuas á la naturaleza de las rocas, á los diversos modos
con que se presentan, á las alteraciones que en su
posicion, estructura ó naturaleza se observan, á sus
usos, etc.; y de ese estudio viene la aplicación particu-
lar ó conocimiento que el discípulo va adquiriendo en
la 1 ocalidad en que estudia, y por consiguiente se pre-
para al provecho que de una ciencia tan útil como la
G-eología puede obtener.
Estas razones, que pueden referirse á otras muchas
materias de estudio, impulsaron á la Secretaría de Fo-
mento á prescribir en su última ley de Instrucción
pública, que todo profesor de las Escuelas Nacionales
de Agricultura ó Ingenieros escribiera una obra ele otros ramos relacionados á la ingeniería, emprende-
texto aplicada á las necesidades y circunstancias espe- mos desde el principio el estudio de la Litología, dán-
ciales del país. dole la conveniente extensión, sobre todo en la exposi-
En cumplimiento de esa ley hemos escrito esta ción de los caracteres físicos de los minerales, á fin de
obra, para que sirva de texto en la clase de Geología que, preparado el alumno con ese conocimiento, pueda
en la Escuela Nacional de Agricultura, y en sus apli- clasificar una especie mineral que le venga á las ma-
caciones procuramos, además, que reúna conocimien- nos, de la misma manera que se clasifica una planta,
tos referentes á diversos ramos de la carrera del inge- sm que el botánico haya tenido necesidad de estudiar
niero, persuadidos de que en los adelantos del país y y conocer cada una de las especies que constituyen la
en el conocimiento de sus diversas riquezas naturales, flora de determinada comarca.
ejercen y ejercerán una poderosa influencia los inge- Para determinar las rocas es preciso conocer los ele-
nieros que con diversas comisiones exploran las va- mentos mineralógicos, y por esto se necesita estudiar
riadas regiones del territorio nacional. algunos principios de' Mineralogía, cuya extensión y
En esta obra, como en muchas de las de enseñanza, modo de estudio debe determinar el profesor.
el método y la aplicación local serán las porciones que En esta obra damos esos principios mineralógicos
más directamente correspondan al autor. con la extensión conveniente, y citamos con los prin-
Los principios y teorías generales de la ciencia se- cipales detalles la descripción de las especies necesa-
rán los mismos que, en determinado orden ó explica- rias para el estudio de las rocas: añadimos, como un
dos de ciertos modos, sirven de base á las diversas complemento, otra descripción compendiada de algu-
obras ele texto. nas especies industriales. En seguida viene el estudio
El método que en esta obra empleamos, nos ha sido de las principales rocas, comprendiendo la cita de sus
recomendado por la experiencia adquirida en la ense- cáraeteres, aplicaciones y modos de yacimiento.
ñanza, y en vista de los buenos resultados con él ob- A la segunda parte, que se refiere al estudio físico
tenidos. de la tierra y de las aguas, damos una» extensión con-
La Geología, formada de diversos conocimientos, veniente en lo que toca á la descripción, á las formas
que cada uno constituye de por sí determinada cien- y todos los accidentes del'terreno, y á lo relativo á las
cia, necesita un orden lógico en la exposición de esos aguas continentales y marinas: estos conocimientos son
conocimientos, sea para avanzar en via desconocida muy útiles, 110 solamente por las diversas aplicaciones
con los ya adquiridos, ó bien para lograr los benefi- de que son susceptibles, sino también para que el ex-
cios de determinada aplicación. plorador de una comarca, ó el ingeniero que describe
ó avalúa una propiedad, dé á conocer todos los deta-
Teniendo por principal punto objetivo el conocimien-
lles que revelen el conocimiento perfecto de la locali-
to de las rocas, tanto en la enseñanza agrícola como en
dad cuyo estudio se le ha confiado.
VIH

En la parte hidrológica nos hemos extendido lo ne-


tro alcance y cuya exactitud esté bien demostrada. La
cesario en la hidrografía subterránea, para dar ele-
extensión necesaria á tan importante estudio debe tras-
mentos de estudio en una cuestión de tan vital impor-
ferirse para más tarde, cuando las comisiones explora-
tancia para México, como es el abastecimiento ele aguas,
doras del país hayan dado á conocer un número de he-
pues la falta de este elemento indispensable de la vida chos bastante para el objeto.
es la ruina de muchas localidades del país. La inves- En la Geología Dinámica, cuyo estudio es también
tigación de las aguas subterráneas es, pues, una nece- ameno é interesante, hemos procurado darle muy mar-
sidad apremiante á que todo explorador debe dedicar cada aplicación local, para que este libro llene uno de
un cuidado muy especial. sus principales objetos y á que ántes nos hemos re-
En la Geología Histórica, parte la más amena de la ferido.
ciencia, camina el observador con ansiedad compara- Este es el conjunto de la obra. Se entiende que las
ble á la que experimenta el que hojea un libro cuya descripciones de determinados accidentes geológicos,
historia y desenlace le interesa de un modo extraordi- así como otras citas locales, no deben comprenderse
nario. La tierra en su conjunto es un gran libro: sus en aquellas materias cuya referencia en una lección se
páginas están formadas por las capas terrestres, y los exija de un modo detallado y exacto, sino solamente en
datos ó hechos de su historia se encuentran en los mo- lo necesario para el conocimiento local y la aplicación
dos con que esas hojas se presentan, y en las marcas de la materia que se enseña. Reducido así el estudio de
que en ellas dejaron los séres que han poblado la tie- las diversas partes de esta obra, forma un conjunto
rra en las diversas épocas de su existencia. de extensión apropiada para un curso anual; y en este
Este estudio, de un Ínteres general tan importante, volúmen hemos procurado reunir los elementos nece-
lo es también, y de un modo muy especial, para el país sarios á diversos ramos que, como hemos indicado, for-
á que se aplica la observación. man cada uno de ellos ciencias extensas, a las que po-
A este respecto es bueno advertir, que del estudio de drá dedicarse con especialidad el lector que á ellas se
la Geología Histórica en México conocemos muy po- aficione, y para cuyo estudio existen obras detalladas
co en la actualidad: los materiales para ese conocimien- y de renombrados autores.
to se encuentran en general dispersos en diversas obras, A fin de facilitar aun más la enseñanza, y sobre to-
muchos inéditos, y en otros no se puede valuar la exac- do, el repaso de los diversos capítulos y párrafos de
titud de sus deducciones. esta obra, ponemos al márgen de muchos ele ellos al-
Por esto solamente citarémos los hechos indispensa- gunas palabras que los extractan y recuerdan su con-
bles que puedan servirnos en la aplicación que de Mé- tenido.
xico pueda hacerse en esa determinación cronológica, Al formar este libro de texto, hemos consultado va-
y nos referirémos de preferencia á observaciones pro- rias obras, tomando de ellas lo necesario para la expo-
pias y á hechos publicados que hayan estado á nues- sición de los principios generales de la Geología y cien-
cias anexas, y también para sus diversas aplicaciones:
igualmente liemos adoptado algunas de las figuras que
en esos libros se hallan insertas, y que en su mayor
parte se ven en casi todos los textos de Geología.
Las obras que principalmente nos han servicio en es-
te sentido, son: J. D. Dana, Mineralogía, Litología y
Geología. A. del Rio, Mineralogía. Vilanova y Piera,
Manual de Geología y de Pozos artesianos. Burat, Mi-
neralogía aplicada. Credner, Geología. Lapparent, Mi-
neralogía. Ganot, Física. Paramelle, Hidrología.
Hemos aprovechado también las citas que sobre los
INTRODUCCION.
minerales y fósiles de varias localidades han publica-
do algunos geólogos mexicanos, como los Sres. D. An-
tonio del Castillo y D. Santiago Ramírez.
En cumplimiento, pues, de la ley expedida por la DcBntó<m
Secretaría de Fomento, y con el deseo de cooperar al La Geología se ocupa del conocimiento de la
-1-
*
subdivisiones

adelanto científico del país, escribimos este libro, que Tierra en toda su extensión; investiga su origen y ac,aoicncis'
la misma Secretaría manda imprimir, esperando que relación con los cuerpos celestes; su naturaleza, su
nuestra buena intención sirva para disculpar las omi- historia, las diversas creaciones que la lian pobla-
siones, errores ó imperfecciones que debe contener. do, etc., a cuyo fin se divide en las cuatro secciones So a!vlae et
cua,r0par,c5
siguientes: '
P Geología litològica, que comprende el estudio
de los materiales que forman la corteza terrestre.
2r Geología fisiográfica, que se ocupa del aspec-
to físico de la Tierra, de sus accidentes, de las
aguas y de la atmósfera.
Geología histórica, que estudia lo relativo á
las diversas épocas de la historia de la tierra y
de las creaciones que la lian poblado.
4r Geología dinámica, que comprende lo relati-
vo á los agentes que han contribuido y contribu-
yen aún en la formación y alteración de las rocas.
cias anexas, y también para sus diversas aplicaciones:
igualmente liemos adoptado algunas de las figuras que
en esos libros se hallan insertas, y que en su mayor
parte se ven en casi todos los textos de Geología.
Las obras que principalmente nos han servido en es-
te sentido, son: J. D. Dana, Mineralogía, Litología y
Geología. A. del Rio, Mineralogía. Vilanova y Piera,
Manual de Geología y de Pozos artesianos. Burat, Mi-
neralogía aplicada. Credner, Geología. Lapparent, Mi-
neralogía. Ganot, Física. Paramelle, Hidrología.
Hemos aprovechado también las citas que sobre los
INTRODUCCION.
minerales y fósiles de varias localidades han publica-
do algunos geólogos mexicanos, como los Sres. D. An-
tonio del Castillo y D. Santiago Ramírez.
En cumplimiento, pues, de la ley expedida por la DcBntó<m
Secretaría de Fomento, y con el deseo de cooperar al L a Geología se ocupa del conocimiento de la *
-1- subdivisiones

adelanto científico del país, escribimos este libro, que Tierra en toda su extensión; investiga su origen y ac,aoicncis'
la misma Secretaría manda imprimir, esperando que relación con los cuerpos celestes; su naturaleza, su
nuestra buena intención sirva para disculpar las omi- historia, las diversas creaciones que la h a n pobla-
siones, errores ó imperfecciones que debe contener. do, etc., a cuyo fin se divide en las cuatro secciones So a!vlae et
cua,r0par,c5
siguientes: '
P Geología litològica, que comprende el estudio
de los materiales que forman la corteza terrestre.
2r Geología fisiográfica, que se ocupa del aspec-
to físico de la Tierra, de sus accidentes, de las
aguas y de la atmósfera.
Geología histórica, que estudia lo relativo á
las diversas épocas de la historia de la tierra y
de las creaciones que la h a n poblado.
4r Geología dinámica, que comprende lo relati-
vo á los agentes que h a n contribuido y contribu-
yen a ú n en la formación y alteración de las rocas.
Aplicaciones La Geología es una de las ciencias más impor-
d e l a Geología. t J L
el conocimiento mineralógico del terreno que tra-
tantes, por sus variadas y útiles aplicaciones: en ta ele determinar, le dará gran luz sobre su natu-
el estudio que ahora emprendemos, liaremos refe- raleza, y le expeditará las operaciones delicadas de
rencia especialmente á las relaciones ele aquella la química.
ciencia con la agricultura, fijándonos de preferen- Háse dicho que los terrenos cultivables están
cia en la primera de las secciones mencionadas, y formados de detritus ele varias rocas: si se conocen
teniendo cuidado de referirnos á las rocas mexica- éstas, se tendrá igualmente conocimiento de las
nas, para dar al estudio un Ínteres local. sustancias que forman sus componentes. Esto se
Definiciónao Se da el nombre de tierra vegetal, tierra arable 6 aclarará fácilmente al definir las rocas y al clasi-
tierra vegetal. ^ ^

cultivable a la capa ó capas superficiales, y que es- ficarlas, pues que se mencionará su origen, su na-
tán formadas de detritus 6 fragmentos de otras ro- turaleza y otras circunstancias que las duran á co-
cas, mezclados en diferentes proporciones con sus- nocer con toda claridad.
tancias orgánicas. En esas capas detríticas nacen Generalmente hablando, las tierras cultivables
y se desarrollan con más lozanía las plantas, y sus forman llanuras, laderas, o cañadas rodeadas o do-ueral Ias
rras cnltiva-

raíces toman los alimentos indispensables para las minadas por montañas que se encuentran inme- W03'
necesidades ele la vida vegetal. La tierra no es un diatas á ellas 6 situadas á graneles distancias.
simple apoyo de las plantas, como se creyó por al- Las aguas pluviales, los vientos, etc., trituran sesenta,
gún tiempo; muchos de los elementos, de que se las rocas ele las montañas, las alteran y modifican don
compone un terreno, tienen una influencia notable en su naturaleza, y arrastran y depositan, en fin,
sobre la nutrición de los vegetales. De aquí viene los materiales así arrancados, formando las tierras
la necesidad de conocer las tierras, examinar sus arables, que por ese medio ele formación se les de-
elementos, proveerlas de aquello de que carezcan, signa con el nombre ele rocas sedimentarias, pues
y neutralizar los efectos de algunos que les son no- en Geología se llama sedimentación al acto en que
civos, añadiendo en proporciones convenientes, las las aguas turbias depositan las sustancias que tie-
sustancias propicias para el objeto. Estas opera- nen en suspensión; así se forma el fondo lodoso
ciones se designan en Agricultura con los nombres de un estanque, los arenales de los ríos, etc. Al
de abono y mejoramiento de los terrenos. hablar del origen ele las rocas, se explicará con
Medios ae Para conocer -los elementos ele las tierras, recu-
d e t e r m i n a r los -i 1 * 1 l /-i • • ^ • .
claridad este asunto, que por ahora basta solo ini-
componentes iTe el cultivador al anaiisis químico, que cierta- x ciar, para que se comprenda lo que es un terreno
d e las. t i e r r a s .

mente es el medio más seguro para el objeto; pero sedimentario.


14 15

La cita de ejemplos, en todo discurso, facilita


mucho su inteligencia; y en el curso de esta obra
se recurrirá con frecuencia á ese sistema.
Terreno enEl terreno en el cual está edificada la Escuela
q u e se e n c u e n - , .
tra la Esencia de Agricultura es un terreno sedimentario. En la
0
N . fle A g r i c u l -

parte superior pueden verse las capas ó lechos de


tierras, y si se practica un pozo, un vallado ú otra
excavación, se verá en el corte del terreno una
serie de zonas ele distintos colores, que vienen á
ser las secciones de las capas diferentes que están
sobrepuestas unas á otras en un terreno sedimen-
tario, como lo están las hojas de un libro. Más
adelante se desarrollará este asunto, señalando la
generalidad y las excepciones de que es suscep-
tible. A fin de presentar un ejemplo con la mayor cía- ac

N"o han sido prematuras estas ligeras nociones ridael posible, supondremos que la montaña E. es
sobre la formación sedimentaria, porque hay ne- de pórfido cuarcífero, y la O. de calcita: en la com-
cesidad de referirse en esta introducción á las tie- position de la primera roca, es decir, de ese pórfi-
rras cultivables, y á la influencia que en su natu- do, dominan el ácido silícico ó cuarzo, y los sili-
raleza y formación tienen las rocas que constituyen catos de alumina, potasa y sosa, que se llaman
las montañas inmediatas al terreno que se consi- feldespatos. En la montaña O. sólo se halla la cal-
dera. Para mejor inteligencia de este asunto, po- cita, que es un carbonato de cal natural. Para
nemos á continuación una figura que representa completar la explicación de una formación de tie-
el corte vertical de un valle, y de las dos monta- rra cultivable, supongamos además que en algu-
ñas que forman sus muros. nas llanuras ó montañas vecinas existan árboles
y plantas herbáceas. Con estos elementos ó mate-
riales, y atendiendo al trabajo incesante que ejer-
cen los agentes atmosféricos, vamos á presenciar
la formación de un terreno que contenga los prin-
cipales elementos de fertilidad.
En la montaña E. mo que á las hojas y otros despojos vegetales arran-
cados de aquellos lugares donde ya se hallaba es-
Tenemos:
tablecida la vegetación. Tendremos, pues, en el
Aeiclo silícico (libre y combinado).
centro C. del Valle: capas ele granos ele cuarzo, ó
Alumina.
arenas cuarzosas, y de fragmentos más ó menos
Potasa.
gruesos ele las rocas vecinas; capas ele arcillas li-
Sosa.
bres ó mezcladas á los detritus calcáreos, y cons-
En la O. se encuentra tituyendo entonces las margas; fragmentos de ho-
Cal. jas y demás materiales vegetales en diversos grados
Acido carbónico. de alteración; y en fin, las sustancias solubles, co-
mo la siliza, los carbonates alcalinos, etc. Hemos
Se toman en cuenta, además, los agentes atmos-
considerado este caso en su mayor sencillez, ha-
féricos, siendo los principales, para el efecto que
ciendo abstracción de otras circunstancias y otros
vamos á citar, el aire, el ácido carbónico y el
compuestos minerales que pueden resultar en el
agua.
caso ele que nos ocupamos.
El ácido carbónico ataca al feldespato, forma
De las anteriores consideraciones, se descubre T
carbonates con la sosa y la potasa; parte de la si- 1
Importancia

liza queda libre, y otra combinada con la alu- la necesidad que tiene el agricultor de conocer per- tt^ZLT
mina, formando arcilla; viene el agua pluvial, fectamente las rocas que constituyen los terrenos
disuelve y lleva consigo los carbonates alcalinos, que explota, y las que forman las montañas veci-
y la siliza soluble; arrastra las arcillas y los gra- nas y el subsuelo ó lecho sobre el que reposa la
nos libres de cuarzo que contenia el pórfido cuar- capa más superficial de la tierra cultivable.
cífero. El conocimiento ele las rocas que es tan útil al
•*• Aplicaciones

Por otra parte, el agua cargada de ácido carbó- agricultor, lo es también al ingeniero civil, para a'IZlic
nico disuelve el carbonato de cal de la montaña elegir los mejores materiales ele construcción, y al
O., y ejerciendo también su acción puramente me- ingeniero ele minas para esta misma aplicación, y
cánica, arrastrará los fragmentos de pórfido y ele bajo el punto ele vista geológico que le da á cono-
carbonato de cal ele ambas montañas, y cargada cer, por decirlo así, la anatomía ele la tierra, pu-
con los nuevos productos, y con esos materiales sin diendo determinar las leyes que las rocas y las
alteración, llega al centro C. ó cañada del Valle, y vetas minerales tienen en su colocacion y yaci-
allí los va depositando en capas sucesivas, lo mis- mientos. Para el industrial, la Geología es un vas-
to caudal de conocimientos, que en multitud de
ocasiones puede utilizar.
Este libro será dividido en cuatro partes, corres-
pondiendo cada una á las subdivisiones de la Geo-
logía que se lian indicado antes.

P R I M E R A P A R T E

LITOLOGÌA

NOCIONES DE MINERALOGÍA

CAPÍTULO I.
Generalidades sobre esta ciencia.

Generalmente hablando se da el nombre de minerales á todos


los cuerpos pertenecientes al reino anorgànico de la naturaleza
pero en el lenguaje científico se comprende en el mismo grupo
a los combustibles fósiles. En las clasificaciones químicas se di-
viden los minerales en simples y compuestos, según que estén
formados de una sola ó de varias sustancias; así, el oro es un
cuerpo simple porque no contiene más que el metal de ese n o m - ~
bre cuando está en su estado perfecto de pureza, y la sal común
es u n cuerpo compuesto, porque se halla formada de cloro y de
sodio. A los cuerpos formados por la reunion de varios simples
que se hallen en proporciones indefinidas, sin sujetarse á las Mezcl
leyes d é l a s combinaciones químicas, s e l e s da el nombre de
mezclas.

A más de la acepción que se lia indicado de la palabra mi-


neral, se la usa también en el lenguaje científico, para designar ^ a í T
cualquiera de esos cuerpos simples ó compuestos, cuando se " "
les encuentra en su estado natural en la corteza terrestre. Una
to caudal de conocimientos, que en multitud de
ocasiones puede utilizar.
Este libro será dividido en cuatro partes, corres-
pondiendo cada una á las subdivisiones de la Geo-
logía que se han indicado antes.

P R I M E R A P A R T E

LITOLOGÌA

NOCIONES DE MINERALOGÍA

CAPÍTULO I.
Generalidades sobre esta ciencia.

Generalmente hablando se da el nombre de minerales á todos


los cuerpos pertenecientes al reino anorgànico de la naturaleza
pero en el lenguaje científico se comprende en el mismo grupo
a los combustibles fósiles. En las clasificaciones químicas se di-
viden los minerales en simples y compuestos, según que estén
formados de una sola ó de varias sustancias; así, el oro es un
cuerpo simple porque no contiene más que el metal de ese n o m - ~
bre cuando está en su estado perfecto de pureza, y la sal común
es u n cuerpo compuesto, porque se halla formada de cloro y de
sodio. A los cuerpos formados por la reunion de varios simples
que se hallen en proporciones indefinidas, sin sujetarse á las Mezcl
leyes d é l a s combinaciones químicas, s e l e s da el nombre de
mezclas.

A más de la acepción que se lia indicado de la palabra mi-


neral, se la usa también en el lenguaje científico, para designar ^ a í T
cualquiera de esos cuerpos simples ó compuestos, cuando se " "
les encuentra en su estado natural en la corteza terrestre. Una
especie mineral ó individuo mineralógico, es cualquiera de esos
cuerpos cuando se halla cristalizado ó presentando caracteres y CUADRO DE LOS CARACTERES FISICOS DE LOS MINERALES.

composicion constantes. E s t a d o gaseoso.


Lo que se en- La Mineralogía, en toda su extensión, es la ciencia que se ocu- E s t a d o líquido.
F ura s
M ( Compactos. l{ imitativa».
' '
ntrTiog^' ' pa de estudiar los minerales, dando á conocer sus propiedades M i n e r a l e s amorfos.... J
Agregación. (.Pulverulentos.
físicas y químicas, sus yacimientos ó criaderos y sus aplicaciones

{
Figuras geométricas.
útiles. E s t a d o sólido. Masas c r i s t a l i n a s .
Cruceros.
Los minerales se definen p o r su composicion química; ella
T e x t u r a d e los m i n e r a l e s .
los individualiza, por decirlo así, pero u n a vez determinada u n a _ C u a d r o d e lo.<

Ventajas del 8- F r a c t u r a de los m i n e r a l e s . caracteres r,s¡-


estudio mine- especie, no hay necesidad de analizarla cada vez que se trata Dureza.. C o m p a r a d a con los tipos d e la escala. cos-
ralógico. Densidad R e l a t i v a & igual v o l ü m e n de a g u a .
de reconocerla, pues con ayuda ele sus caracteres físicos se la Color.
Brillo.
puede distinguir. En algunos casos se recurre á ligeras opera- Trasparencia.
ciones químicas, como son las reacciones al soplete; pero éstas Refracción y polarización.
Fosforescencia.
son más bien comprobaciones y se practican con gran pronti- Fluorescencia.
t u d y facilidad. Electricidad.
Magnetismo.
Aquí se manifiesta una de las grandes ventajas de la Minera-
logía, pues reconocido lín mineral p o r esos caracteres físicos,
Cada uno de los caracteres indicados en esta tabla, será defi-
fácil es recordar cuáles elementos y en q u é proporcion se en-
nido en particular, danclo á su estudio la extensión necesaria
cuentran en su composicion; así, al señalar el espato flúor ó fluo-
para el objeto que nos ocupa.
rina, se sabe que existen en cien partes 51.85 de calcio, y 48.15
Debemos advertir que en la descripción de los minerales nos
de flúor.
fijaremos de preferencia en aquellos cuyo conocimiento es in-
Los caracteres físicos, a u n q u e generales á muchos minerales,
Importancia
d e los caracte-
dispensable para el estudio de las rocas, así como en otros que
f o r m a n combinaciones que distinguen perfectamente á las es-
res físicos. puedan servir más directamente en algunas aplicaciones indus-
pecies fijas. La blenda, por ejemplo, cristaliza en el primer sis-
triales.
t e m a como muchos minerales; como otros, es de color pardo,
Si bien no es posible dar en esta parte de la obra un curso
tiene lustre de diamante, etc., pero las circunstancias asociadas
extenso y completo de Mineralogía, con el conocimiento de las
en ella, de esa forma cristalina, color, lustre y demás, la distin-
nociones preliminares y con la práctica de las descripciones que
guen con facilidad.
se citan, podrá el lector clasificar cualquiera especie mineral, es-
P o n e m o s á continuación una tabla general donde pueden
tudiando sus caracteres conforme á las reglas aquí establecidas
verse los principales caracteres físicos, y desde ahora adverti-
y consultando una obra general de Mineralogía. P a r a este caso
mos que los m á s fijos é importantes son los cristalográficos ó>
nos permitimos recomendar la obra del profesor J a m e s D. Da-
referentes á las formas geométricas.
na, que á un método conciso y claro en las descripciones, reú-
ne una cita de las más completas que se han publicado sobre
las especies mineralógicas.
Siendo los caracteres que vamos á definir, los elementos y re-
cursos necesarios para reconocer y determinar los minerales.
Geología.—2
recomendamos muy especialmente su estudio: son esos carac-
teres comparables por su importancia, á tas letras, sin cuyo co- P a r a facilitar este estudio agruparemos las figuras de cada c^caoio»
íe ,as flguras
nocimiento previo n o es posible formar palabras ni practicar la orden, de la manera siguiente: -
lectura. A. Minerales que no presentan figuras imitativas bien definidas. A. Mincrales
En masas. Guando están en pedazos irregulares como un frag- Z ^ ' Z L
mentó de mármol. En pedazos esquinados, como fragmentos pe- es

queños que se separan al labrar una roca. En granos, fragmentos qu",sd08-


relativamente pequeños y por lo regular arredondados, como se
observa en la arena. Guando un mineral se halla desparramado,

C A P Í T U L O I I
por decirlo así, ó incrustado en otro, se le llama diseminado; así!
cuando en u n a masa de calcita ó carbonato de cal se ven algunas
masas p e q u e ñ a s de galena, esparcidas é incrustadas en el carbo-
DEL ESTADO DE AGREGACION.
nato, la galena está diseminada, y el otro mineral se llama la ma- Qué se en.

triz ó ganga de la última. t i e n d e por r


t r i 7..
Estado de los T r e s son los estados físicos de los cuerpos: sólido, líquido y B. Minerales en figuras ensanchadas. Cuando u n a sustancia se
B. Minórale«
cuerpos. gaseoso. Del primero nos ocuparemos con más detención, p o r halla f o r m a n d o una capa sobre otra, y que tenga un espesor de
ser el que corresponde especialmente á los minerales que v a - medio milímetro á dos ó tres milímetros, se la llama figura en cha- Ch!ipas.
mos á estudiar: pocos son los que se consideran pertenecientes pas, como por ejemplo, las láminas de cobre nativo sobre su m a -
al estado líquido, como el mercurio entre los metales, los acei- triz. Si la lámina es de m e n o r espesor se la llama pegadura, y si rcK„„Ura,
tes y betunes entre los combustibles minerales, etc., y h a r e m o s es más gruesa que tres milímetros, ya se la puede considerar co-
abstracción de los cuerpos gaseosos, como el ácido carbónico, y m o una masa. Aquí debe considerarse también la figura dendrí- DcodrU„.
otros, por estar perfectamente estudiados en ta Química general, tica, que la constituyen agolpamientos de pequeños cristales ó
cuerpo» amor- Agrupamos los cuerpos sólidos en dos secciones principales pegaduras colocados en cierto orden figurando ramificaciones de
cuerposonsta- q u e comprenden los amorfos y los cristalizados. árboles. Ejemplo: los dibujos que forma el óxido de manganeso
sobre las rocas, simulando frondas de heledlos
C. Figuras concrecionadas. Se comprenden en este guipo las c . p¡guras
concreciOMd
§ I- de los minerales que generalmente están constituidos por capas «
sobrepuestas: agregaremos aquí algunos que a u n q u e de consti-
Cuerpos amorfos.
tución diferente, tienen analogías de forma general con los ver-
d a d e r a m e n t e concrecionados. Figura amonada, formada ele
Cufies son Los cuerpos amorfos no presentan figuras geométricas, y p a -
los a m o r f o s . cascos de esferas de diversos diámetros: ejemplo, la hematita.
ra definirlos buscarémos algunas semejanzas entre sus figuras
Globosa, en partes de esferas más desarrolladas. Coagulada, la «•*»••
Su definición particulares y las de algunos cuerpos m u y conocidos, para q u e
fcor figuras i m i -
que está f o r m a d a de partes esferoidales aplanadas. En racimos, " T
tativas. se presente con facilidad á la memoria esa comparación, como
cuando se encuentran varias partes esferoidales sobrepuestas!
por ejemplo, la malaquita ó carbonato verde de cobre, que á ve- Si éstas parten de un tronco común, dirigiéndose en varios sen-
ces se encuentra f o r m a n d o masas esferoidales más ó ménos com- tidos, se llama figura de coliflor.
pletas, y entonces se dice que se presenta en figura globosa, etc. R iH r
Si las figuras son más ó ménos rectas y alargadas, se las llama °' ° '
recomendamos muy especialmente su estudio: son esos carac-
teres comparables por su importancia, á las letras, sin cuyo co- P a r a facilitar este estudio agruparemos las figuras de cada clasico»
íe ,as flguras
nocimiento previo n o es posible formar palabras ni practicar la orden, de la manera siguiente: -
lectura. A. Minerales que no presentan figuras imitativas bien definidas. A. Mincrales
En masas. Guando están en pedazos irregulares como un frag- Z ^ ' Z L
mentó de mármol. En pedazos esquinados, como fragmentos pe- es

queños que se separan al labrar una roca. En granos, fragmentos qu",sd08-


relativamente pequeños y por lo regular arredondados, como se
observa en la arena. Cuando un mineral se halla desparramado,

C A P Í T U L O I I por decirlo así, ó incrustado en otro, se le llama diseminado; así! Ominado,


cuando en u n a masa de calcita ó carbonato de cal se ven algunas
masas pequeñas de galena, esparcidas é incrustadas en el carbo-
DEL ESTADO DE AGREGACION.
nato, la galena está diseminada, y el otro mineral se llama la ma- Qué se en.
triz ó ganga de la última. t i e n d e por r
t r i 7..
Estado de los T r e s son los estados físicos de los cuerpos: sólido, líquido y B. Minerales en figuras ensanchadas. Cuando u n a sustancia se
B. Minerales
cuerpos. gaseoso. Del primero nos ocuparemos con más detención, p o r halla f o r m a n d o una capa sobre otra, y que tenga un espesor de
ser el que corresponde especialmente á los minerales que v a - medio milímetro á dos ó tres milímetros, se la llama figura en cha- Ch!ipas.
mos á estudiar: pocos son los que se consideran pertenecientes pas, como por ejemplo, las láminas de cobre nativo sobre su m a -
al estado líquido, como el mercurio entre los metales, los acei- triz. Si la lámina es de m e n o r espesor se la llama pegadura, y si P,Kwl„ra,
tes y betunes entre los combustibles minerales, etc., y h a r e m o s es más gruesa que tres milímetros, ya se la puede considerar co-
abstracción de los cuerpos gaseosos, como el ácido carbónico, y m o una masa. Aquí debe considerarse también la figura dendrí- DcodrU„.
otros, por estar perfectamente estudiados en la Química general, tica, que la constituyen agolpamientos de pequeños cristales ó
cuerpo» amor- Agrupamos los cuerpos sólidos en dos secciones principales pegaduras colocados en cierto orden figurando ramificaciones de
cuerposonsta- q u e comprenden los amorfos y los cristalizados. árboles. Ejemplo: los dibujos que forma el óxido de manganeso
sobre las rocas, simulando frondas de heledlos
C. Figuras concrecionadas. Se comprenden en este guipo las c . p¡guras
concreciOMd
§ I- de los minerales que generalmente están constituidos por capas «
sobrepuestas: agregaremos aquí algunos que a u n q u e de consti-
Cuerpos amorfos.
tución diferente, tienen analogías de forma general con los ver-
d a d e r a m e n t e concrecionados. Figura amonada, formada ele
cufies son Los cuerpos amorfos no presentan figuras geométricas, y p a -
los a m o r f o s . cascos de esferas de diversos diámetros: ejemplo, la hematita.
ra definirlos buscaremos algunas semejanzas entre sus figuras
Globosa, en partes de esferas más desarrolladas. Coagulada, la «•*»••
Su definición particulares y las de algunos cuerpos m u y conocidos, para q u e
fcor figuras i m i -
que está f o r m a d a de partes esferoidales aplanadas. En racimos, " T
tativas. se presente con facilidad á la memoria esa comparación, como
cuando se encuentran varias partes esferoidales sobrepuestas!
por ejemplo, la malaquita ó carbonato verde de cobre, que á ve- Si éstas parten de un tronco común, dirigiéndose en varios sen-
ces se encuentra f o r m a n d o masas esferoidales más ó ménos com- tidos, se llama figura de coliflor.
pletas, y entonces se dice que se presenta en figura globosa, etc. R iH r
Si las figuras son más ó ménos rectas y alargadas, se las llama °' ° '
Cilíudricas. cilindricas, cuando tienen el mismo diámetro en toda su longi-
T ubulosas.
tud: tubulosas, si además de esa circunstancia son huecas: esta-
Estalactitas. lactitas cuando tienden á la forma cónica: en mazas si la figura es
Mazas. § H .
irregular y más aumentada en su extremo superior.
1). F i g u r a s
D. Figuras fibrosas. Comprendemos aquí todas las que están Cristalografía.—Generalidades.
Jibrosas.
compuestas de fibras regulares ó irregulares, gruesas ó delgadas.
Pasamos ahora á ocuparnos de los cuerpos cristalizados.
Filamentosa. Se llama filamentosa á la figura cuando presenta fibras largas y
Dase el n o m b r e de Cristalografía á la ciencia que se ocupa del
delgadas, y si se mezclan en varios sentidos, como una madeja,
• estudio de esas figuras geométricas de los minerales. .»"T"
Fieltro,
se designa con el nombre de fieltro: ejemplo, la plata nativa. Si
En el lenguaje vulgar se da el nombre de cristales ó cuerpos
('apilares. las fibras son en extremo delgadas se las llama capilares.
cristalinos á los que, como el vidrio, son trasparentes y de co-
Denticular. Denticular, es la figura gruesa por la parte en que está adheri-
lores claros; en Mineralogía se hace abstracción de la trasparen-
Keticular. da y aguda en su extremo libre: reticular cuando las fibras se C u á l e s so
cia y del color, y se llaman cristales á los cuerpos de figuras los c r i s t a l e s .
Celosías. cruzan en ángulos de 90°, y celosías cuando lo verifican en ángu-
geométricas limitados por caras ó planos colocados ordenada-
los de 60. mente, respecto de ciertas líneas llamadas ejes; cuando las for-
Figuras
ahuecadas.
E. Figuras con huecos é impresiones. Si son láminas las que se mas geométricas no están bien desarrolladas, pero que se m a -
Celular.
Ojosa.
cruzan, se da el nombre de celular á la figura que resulta; ojosa nifiestan las tendencias á la cristalización por la existencia de tal"i n o s .
cuando tiene cavidades arredondadas; ampoUosa con cavidades planos colocados ó interrumpidos por secciones también orde-
Ampollosa. esféricas. nadas de alguna manera, entonces se da el nombre de cuerpo
Se llaman impresiones á las huellas que dejan algunos mine- cristalino al que presenta esos caracteres. Los cuerpos cristali-
Impresiones.
rales sobre otros, quedando en éstos el molde ó parte ahuecada. nos y los cristalizados presentan ciertas direcciones en que se
Los minerales pulverulentos se definen en su conjunto por parten ó separan con más facilidad y regularidad que en otras-
Minerales pul- a estas direcciones se les llama cruceros ó clivages, cuya pala-
verulentos. el aspecto general, ó en particular describiendo los granos ó par- bra deriva del idioma francés [cüvage] ó división cristalográfica. C¡i¡;es.
r u c e r o s <í e l i -

tículas de que se hallan compuestos. Los cruceros tienen diversas posiciones en los cristales; pueden
Generalidad La referencia por figuras imitativas que acaba de citarse, se existir paralelos á los ejes, á las diagonales, á las caras, etc.
ín,¡.ai¡v"r'" puede pormenorizar siguiendo el mismo método de compara-
Las partes ó elementos que se consideran en los cristales son
ción. Así, al referirse á la figura celular, se expresará si los es-
los siguientes: Hlementosde
los c r i s t a l e s .
pacios encerrados por los planos que se cruzan son tetraédricos,
Caras ó planos que los encierran.
arredondados, etc.; si las figuras globosas tienden á la forma
Aristas, líneas de intersección de los planos.
elipsoidal, y así se procederá con las partes de las figuras imi-
Ángulos sólidos: los que forman las caras en su encuentro; se ti"',
tativas generales.
les llama también esquinas, y clasificados dichos ángulos sóli- '
dos por el número de planos que los forman, se les da los n o m -
bres de diedros y poliedros, según que consten de dos ó más
caras.
Ejes de los cristales son ciertas líneas que se supone pasan F.

por su centro y terminan en el medio de dos elementos análo-


26 27

gos y opuestos, como en dos caras, dos aristas ó dos esquinas. cuentran cortados ó interrumpidos por otros, á cuyos accidentes
ECementosȒe P a r a mayor claridad de lo expuesto, supongamos que tene- se les llaman modificaciones. P a r a mayor claridad supongamos
un c r i s t a l .
mos á la vista un cubo ó dado que podemos clasificar como tipo que en un cubo cortamos verticalmente una de sus aristas; se
de un cristal sencillo y perfecto. trasformará ésta en un plano vertical en vez de una línea. Con-
F. 2 a sideraciones análogas pueden hacerse con los otros elementos.
Los elementos cristalográfi-
Esas modificaciones tienen nombres particulares:
cos de este sólido son los si-
w '""^fpl Truncamiento: es la sustitución de un plano á un ángulo ó á
guientes: A
C' i una arista.
Garas: C C' C " c '
Aristas: m m ' m " / Biselamiento: es la modificación producida p o r dos planos á
uno de los elementos.
Bi8Clam¡c

V Esquinas: A A ' A " E —


Apuntamiento: es la modificación ocasionada por tres ó más
Estos m
\ flt
Ejes: E E ' E " E " '
son ejes de caras, porque ter-
w ¡ planos.

minan en los medios de los P o r estas modificaciones se derivan cristales que siempre es-
y'' E" tán sujetos á sus respectivos sistemas ó grupos cristalinos de que
planos del cristal. •
hablaremos adelante.
P a r a hacer la aplicación de JL'
'Esas modificaciones de los cristales no se verifican al acaso
la ley ele simetría, que citaré-
sino conforme á las leyes de la cristalografía, y especialmente la
Convie is mos más adelante, deben observarse los elementos ele los cris-
acrv que se llama ley de simetría, que puede enunciarse así: Lasmo-
cion, m a g n i t u d tales relacionados unos con otros y también comparados entre
dificaciones ó accidentes que se efectúan sobre determinado demerito ^
»nci^dTc"» sí, p a r a determinar cuáles son de cierto género y buscar los a n á -
de los cristales, afectan de igual manera á todos los elementos de la
— « I logos que les sean iguales, así como señalar los elementos q u e
misma especie que el modificado.
h0,
•es/ ""'°' estén arreglados en cierta posicion respecto de alguno que se
Por consiguiente, si en un prisma que tiene cuatro aristas de
tome p o r guía, como un eje por ejemplo, y buscar en seguida
una misma especie debiera cortarse una de ellas, aparecerían las
cuáles les son homólogos,
cuatro con el mismo accidente.
caras y arís- Elegido el eje principal, como se dirá clespues, se verá cuáles
caras
Teniendo presente esa ley de simetría, es m u y fácil reconocer
° aristas concurren en sus extremos, las que se llamarán
laterales las modificaciones que sufren los cristales, y de ellas nos ocupa-
acs.
terminales ó de apuntamiento, considerándose como, laterales ó pris-
remos en las páginas siguientes; mas antes de entrar en esas con-
máticas las que sean paralelas al eje principal. Guando una so- sideraciones, daremos á conocer algunos nombres con que se
la cara es en la que termina el eje principal, se le llama base, y distinguen ciertos casos que presentan los cristales. .
sus aristas se les llama también de la base.
Se llama forma primitiva á la del cristal tipo de cada sistema Forn ,. ..
Clusiücaeioi Las esquinas se clasifican con relación á la naturaleza de sus
de aristas. y que es la más sencilla de su clase; formas derivadas son las que
aristas, y se llaman uniaristadas, Maridadas, etc., según que ten-
provienen de las modificaciones de aquella. En general, y salvo
gan una, dos ó más especies de aristas.
pocas excepciones, los cristales obtenidos por tres cruceros se
Un cristal simple ó perfecto seria como el cubo que h e m o s ci- consideran como formas primitivas.
tado de ejemplo: en él están sus diversos elementos, caras, aris-
Generalmente los cristales se asocian conservando paralelos on—
f tas y ángulos en su estado de pureza, y así pueden presentarse
sus ejes principales, pero en algunos casos se inclinan en diversas L T e " " '

muchos cristales, pero sucede también ejue esos elementos se en-
w
l
w

direcciones resultando agrupan)ientos y aun penetraciones de los


Hay que advertir, ántes de pasar adelante, que algunas sus-
mismos cristales; así se definen esos grupos diciendo que se h a -
tancias tienen la propiedad de cristalizar en dos formas diferen- Dimorfismo,
llan dispuestos en rosas, si irradian de un centro común, ó en-
tes, y entonces se las llama dimorfas ó polimorfas, y ese fenóme-
tremezclados de diversos modos. P a r a indicar la penetración de no se designa con el n o m b r e de dimorfismo.
unos cristales en otros hay en francés la palabra Macla que se
P a r a medir los ángulos de los cristales, es decir, las inclinado- M e d i d a d e los
h a adoptado en otros idiomas. Este fenómeno puede verificarse nes respectivas de sus caras, se hace uso de los instrumentos lla-
entre dos ó en mayor n ú m e r o de cristales; como ejemplo del pri- mados goniométros.
m e r caso debe citarse la estaurolita, llamada también piedra de Los más usados son el de aplicación y el de reflexión. Gomóme.™.
cruz, á causa de su figura: de penetraciones de cristales, en m a -
El primero consiste en un semicírculo graduado cortado por Goniómetro*
yor n ú m e r o , hay muchos ejemplos que referir, siendo muy no- un diámetro: en el centro hay una alidada móvil que lleva un dc"""ca"""
table el que presenta la pirita prismática en la que se asocian nonirn para leer las partes de los grados. Esta alidada se coloca
varios cristales. En estos casos aparecen á veces m u y deforma- contra u n a de las caras del cristal por medir, y la otra se aplica
dos los cristales, presentando ángulos entrantes; pero una obser- tangencial m e n t e al diámetro del círculo: la amplitud del ángulo
vación atenta pone de manifiesto el origen de esas anomalías. se lee en la graduación atendiendo á la posicion de la alidada.
Hcmitropi». Llámase hernitropia al agrupamiento de dos medios cristales El método p a r a usar el goniómetro de reflexión consiste en Goniómetros
según su eje mayor, y cuyas mitades se colocan en sentido in- colocar el cristal en una posicion conveniente para ver, por re- derenexil'n-
verso, es decir, el extremo inferior del uno va á corresponder al flexión, la imagen de cualquier objeto en u n a de las caras del á n -
superior del otro, y recíprocamente. La hernitropia puede consi- gulo diedro que se va á medir: en seguida se mueve el círculo
derarse como u n cristal único dividido por su medio y en el cual vertical, graduado, del instrumento hasta que la otra cara reciba
se hace girar una mitad para invertirse sobre la otra. En los cris- la misma imágen refleja; el espacio recorrido por el círculo da el
tales hemítropos se presentan frecuentemente ángulos entran- valor del ángulo.
tes; pero en algunos casos el cristal parece completo, sin este ac- Sin poder detenernos en descripciones detalladas, sólo a n u n -
cidente, y para reconocer la hernitropia hay necesidad de recurrir ciamos los modos de usar esos goniómetros; pero el lector que
al estudio de los cruceros ó de los fenómenos ópticos. quiera especializarse en la cristalografía, tiene que r e c u r r i r á las
Kpigertia. Se llama epigenia al resultado de la sustitución de u n a sustan- obras particulares sobre esta ciencia.
cia en otra que estaba cristalizada, y p o r consiguiente la forma Pasamos á ocuparnos de los sistemas cristalinos: se llaman Sistemas cris.
,alinos
que t o m a la primera no es propia ni debida al efecto de la cris- así ciertos agrupamientos que se forman para facilitar el estudio -
talización, sino más bien á u n amoldamiento: así aparece en cu- de los cristales.
bos el óxido de hierro formado por alteración de la pirita. Los sistemas son seis solamente, y en ellos están comprendí- Sdss¡stema ,
dcorisls w
Figuras hemie En fin, se llaman hemiedras á las figuras que parecen como dos todos los cristales conocidos. " -
liras.
mitades de otras; así el tetraedro es la mitad del octaedro. Este P a r a agrupar así esos sólidos, se han tomado p o r base las po-
accidente llamado hemiedría, se verifica conforme á la siguiente siciones y longitudes relativas de sus ejes. Siendo tres los ejes
Ley de ía he* ley: i as caras alternas, los pares de caras y los grupos de caras,. de caras de que se habló ántes, pueden presentar los casos si-
""cdn!l- también alternos, de u n a figura holoedra ó completa, crecen, h a - guientes: 1? que los ejes sean perpendiculares entre sí; 2? que fiT^'i.
ciendo desaparecer los otros, siendo las mitades figuras cerra- sean oblicuos. En el primer caso, como en el segundo, puede su- ^ Z T l ^ .
das. Las figuras hemiedras son de caras paralelas ú oblicuas. ceder que los tres ejes sean iguales, que sólo dos, ó que los tres Kjes oblfcuos'
Longitud rela- sean diferentes en longitud. De estas diversas consideraciones
tiva de los d e enseñar el medio de estudiar todos los que ocurran en cada
ejes en am- resulta la clasificación de los cristales en los seis sistemas si-
bos c a s o s . grupo, y que el lector podrá definir.
guientes:
Debe observarse que al estudiar un cristal, se colocará frente colocaron
P r i m e r caso: ejes perpendiculares. i i i i -i • i' t • . de los cristales.

Primer sistema Primer sistema. Tres ejes iguales. al observador, de m o d o que si hubiere un eje mas largo quede su Kjeprincipai.
y su
sinonimia.
Sinonimia. Sistema cúbico, monométrico, regular, teseral, etc. posicion vertical, y á éste se le considerará como eje principal. Se
Segundo idem.
Segundo sistema. Dos ejes iguales y el tercero diferente. llamará entonces zenit al extremo superior y nadir al opuesto: •• »•-"»'•
Sinonimia. Sistema cuadrado, dimétrico, piramidal, etc. las caras laterales se citarán con referencia á su posicion respec-
Tercer sistema. Tres ejes diferentes. to á los puntos cardinales.
Sinonimia. Sistema rombal recto,prismático, ortorómbico, etc. También es bueno advertir que á veces se usan las siguientes
Segundo caso: ejes oblicuos. notaciones, para indicar los elementos de los cristales. Cuando .w¡one»
Cuarto idem. Cuarto sistema. Ejes iguales. las caras primitivas son todas de una misma especie como en el
Sinonimia. Sistema romboédrico, exagonal, etc. cubo y en el romboedro, se señalan con la letra P; en el prisma
Quinto sistema Quinto sistema. Dos ejes iguales y otro diferente. recto de base cuadrada y en el oblicuo de base rombal, las b a -
y su
ses se designan por la misma letra P y las caras del prisma por
sinonimia. Sinonimia. Sistema rombal oblicuo, monoclínico, etc.
M. En el prisma del tercer sistema así como en el sexto, las b a -
Sexto idem. Sexto sistema. Tres ejes diferentes.
ses se designan siempre por P y las caras prismáticas, que son de
Sinonimia. Sistema rombal no simétrico, triclínico, etc.
dos especies, por M y por T. Los ángulos que pueden ser de una,
Estas consideraciones podemos expresarlas gráficamente así:
dos, tres ó cuatro especies, se señalan por las letras A, E, I, O.
Las aristas de las bases se citan con las consonantes B, C, D, F,
PRIMERA SECCION: EJES RECTANGULARES.
y las del prisma por G. y H.
Se usan letras minúsculas para indicar las caras derivadas so-
bre los ángulos ó sobre las aristas señaladas por las mayúsculas
Primer caso Segundo Tercero respectivas: los índices 1, 2, 3, J, que se acompañan á las mi-
núsculas, indican los valores de los ángulos, ó el decrecimiento
SEGUNDA SECCION: EJES OBLÍCUOS. q u e se supone h a determinado ese valor: por ejemplo a2 a y' se-
ñalan decrecimientos sobre el ángulo A y b 2 sobre la arista B.
Comprendidas estas advertencias, pasamos á ocuparnos de ca-
Primer caso \ \ \ Segundo \ \ Tercero \ da uno de los sistemas indicados.

Elección d e l a
Como debe comprenderse, t o m a r e m o s por tipo de cada sis- Primer sistema cristalino.
forma primi-
tiva.
tema cristalino la figura más sencilla, la formada por seis caras
sin modificación alguna, constituyendo el prisma simple del sis- P a r a el estudio de este sistema t o m a m o s COÍIIO tipo al cubo,
* ' rnmersisi
Primer sistema
t e m a q u e se considera. Esa uniformidad de elección facilita y crlsl! in
q u e presenta los siguientes elementos cristalográficos: "
compendia en extremo el estudio de los cristales.
Caras: seis iguales.
Vamos á ocuparnos en particular de cada u n o de esos siste- E1
Esquinas: ocho iguales. ' ™íc'
mas, advirtiendo que sólo considerarémos algunos casos, á fin
Aristas: doce ¡guales.
Conocidos esos elementos, veamos cómo puede modificarse
inclinación. Resultará entonces lo que hemos llamado' a p u n t a -
el cristal en cuestión, conforme á la ley de simetría, ántes ci-
miento, y éste tendrá q u e efectuarse sobre las ocho esquinas, pues-
tada.
to que son iguales. Se iniciarán así 24 caras, que si se desarro-
Modificaciones Si truncamos uno de los ángulos sólidos, como todos ellos son
llan suficientemente, producirán el sólido marcado en el interior
guios."¡guales, la ley de la simetría exige que todos sufran el mismo ac-
de la figura n ú m e r o 5 y el cual se llama trapezoedro por ser tra- D e r i v a c i ó n di;D
cidente, y resultarán ocho caras triangulares en vez de ocho es- trapezoedro.
F. 5* pezoidales las caras que lo en-
nerivacion dei quinas. Como esos triángulos pueden crecer según la magnitud
cierran. Variando como p u e -
guiar.™" del truncamiento, se presentará el caso de que los lados de los
den variarse las inclinaciones
triángulos lleguen á tocarse, y entonces resulta un sólido limita- V de los planos, se concibe que
do por ocho triángulos equiláteros y q u e se llama octaedro regu-
\\ pueden originarse muchos tra-
lar. En la figura 3 se ve el cubo, un truncamiento iniciado A, y
m K m ^ pezoedros. Se comprende t a m -
y
el octaedro ya formado en el F. 3? r^mm^i.
/ / bién con facilidad que pueden
centro.
variar en n ú m e r o las facetas ó
Figurascom- Guando las caras triangula- V --- caras de los apuntamientos.
oTued^r'^ res no están bien desarrolladas,
Vamos ahora á examinar las
resultan cubos con esquinas
Derivación dei trapezoedro. modificaciones sobre las aris-
truncadas y se les llama cubo-
tas. Usando métodos análogos á los anteriores^ modificaremos Modificaciones
octaedros, cuyo n o m b r e indi- sobre
primero una arista (B) como se ve en la figura 6, por un plano las aristas.
ca una combinación de ambas
F- igualmente inclinado á las caras
figuras. Si en un octaedro se
adyacentes. Todas las aristas su-
ven poco desarrolladas las ca-
frirán el mismo accidente, pues-
A
ras cuadradas pertenecientes Derivacion doI octaedro. to que son iguales y quedarán
\ /
al cubo, se le considerará t a m b i é n como u n a combinación en que
//A sustituidas por doce caras. Si se
domina el octaedro. Este mismo sistema de definición se usará — \ ^ \ desarrollan suficientemente re-
\
con todas las formas compues- p 4a sultará la figura encerrada en la
tas, teniendo cuidado de exami-
n a r las diferentes partes que se
noten de otros cristales.
.^S^jgp»
j \¡\4 !
mi 1
. /sí..
n ú m e r o 6 y la cual se llama
dodecaedro rombal regular. En D e r i v a c i ó n
el caso de que las caras sean dreol mdboodi de ca al ere-
dro

Modificaciones Consideramos ya el caso de B cular.


D e r i v a c i ó n del d o d e c a e d r o r o m b a l . P O C O e X t e n S a S , 1'eSUltai'án C U -
por apunta- • 1 1 • ! / - > «

miento. u n simple truncamiento. Su- bos con truncamientos, ó más bien, combinaciones de cubos con
pongamos que se coloca un pla- aquella especie de dodecaedro.
no que tenga u n a inclinación Si en vez de truncamientos se efectúan biselamientos sobre Modificaciones
por bisela-
cualquiera sobre u n a de las ca- j \ Ijjjllü las aristas, resultará un n ú m e r o de caras doble del caso a n - miento sobre
las aristas.
ras; como son tres las que for- j O-""' terior y serán entonces sólidos de veinticuatro caras los pro-
m a n la esquina, exige la sime- o«bo-octaedro. cedentes de esa alteración. Desarrolladas suficientemente las
Derivación del

tría que sobre las dos restantes se coloquen planos con aquella caras, resultará el liexatetraedro, que parece un cubo con una hexatetraedro.
pirámide en cada una de sus
F- caras se desarrollan dos á dos,
caras. Examinadas esas cla-
y entonces resulta otro dode-
ses de modificaciones, se tie-
caedro diferente del que ántes
ne ya la clave p a r a reconocer
señalamos y se ve en la figura
los accidentes que p u e d a n pre-
10: las caras del nuevo sólido
sentar los cristales del primer
son pentagonales. Este dode- D e r i v a c i ó n del
sistema: réstanos ahora hablar dodecaedro
caedro, llamado también piri- pentagonal 6
de aquellos casos q u e parecen piritoedro.
toedro, se puede originar del
sustraerse á la ley ele la sime-
cubo, desarrollando solamente
tría, pero que siempre perte- uno de los planos biseladores,
necen al sistema regular de que Derivación del tetraquishexaedro.
Derivación del dodecaedro pentagonal. COlOCaClOS e n i n c l i n a c i ó n d e S -

nos estamos ocupando. Dijimos ya lo que debia entenderse p o r he-


igual sobre las caras de la forma primitiva indicada. Este dode-
F o r m a s hernie-
mi-edría, y ahora repetimos que se comprenden en ella aquellos caedro se llama simétrico, y no regular, porque presenta dos
dras del pri-
mer sistema.
cristales que parecen mitades simétricas de otros. En estaocasion clases de ángulos triedros; ocho de ellos son regulares y corres-
es fácil comprender el modo de ponden á los del cubo. Si se aplica la ley de simetría á estos
formación de esos cristales, que ocho ángulos sólidos, truncándolos todos y prolongando suficien-
consiste en s u p o n e r cjue sólo se temente las caras triangulares hasta su unión, resulta que las
desarrollan las caras alternas doce caras del piritoedro se reducen á triángulos isósceles, que
ocultando las intermedias. Si unidas á las formadas p o r los truncamientos sobre los elemen-
al formarse el octaedro por las tos del cubo, producen el sólido cono-
modificaciones que indicamos F. 11? cido con el nombre de icosaedro. (Fi-
D e r i v a c i ó n del
en su caso, pero sólo creciendo gura l l ? ) icosaedro.

as caras dos á dos, en vez del Con lo anterior basta para dar iclea
ocho resultaran cuatro, ó su mi- de la generación de los sólidos del pri-
tad, y queda un sólido que se lla- del t e t r a e d r o â l a i z q u i e r d a . mer sistema; y acostumbrados desde
Derivaciou del
ma tetraedro, cuya generación se ahora á la aplicación de la ley de si-
tetraedro.
ve en las figuras 8 y 9; se com- metría y de sus efectos, reduciremos
prende igualmente que la reu- más las explicaciones referentes á los
nión de dos tetraedros forma- otros sistemas cristalinos que en se-
ría un octaedro del primer guida vamos á estudiar.
sistema.
Segundo sistema cristalino.
El sólido que designamos
con el n o m b r e de exatetrae- T o m a m o s como tipo de este sistema al prisma de base cua-
clro, puede producir otro cristal, drada, que se diferencia del cubo p o r tener u n eje mayor, ó
por caso de hemi-edría, supo- alargado, que aquí consideramos como eje principal. Los ele-
niendo q u e la mitad de sus mentos cristalográficos de ese prisma son los siguientes:
D e r i v a c i ó n del t e t r a e d r o á la d e r e c h a .
Elementos del Caras. Cuatro verticales iguales entre sí. Dos colocadas en los F. 14? prisma ele ocho caras, y si se biselan,
prisma recto d e _ f

base cuadrada, extremos del eje principal é iguales entre si. resultará de doce. (Figura 14.) H a y
Angulos sólidos. Ocho de la misma especie. que notar en los prismas modificados
Aristas. Cuatro verticales, mayores, iguales entre sí. Ocho m e - de este sistema, que el n ú m e r o ele las
nores, limitando las caras de las bases, é iguales entre sí. modificaciones es múltiplo ele cuatro.
De esto se deduce que los elementos modificables, aristas y Cuando un prisma de este sistema
ángulos sólidos, son de dos especies los primeros, y de una los dimétrico presenta á la vez las modi-
últimos. ficaciones octaédricas y las laterales
Truncamientos Truncamientos sobre los ángulos. Siendo iguales F. 12? de las aristas mayores, puede recono-
s o b r e los á n g u -
los. estas esquinas, recibirán todas la misma modi- cerse con facilidad, pues todo consiste
ficación: resultarán ocho caras triangulares que en tener presente la magnitud relati-
si se desarrollan suficientemente, producirán el P r i s m a d e l 2? s i s t e m a con t r u n c a m i e n t o s va de los ejes: dos iguales y el tercero
en las aristas.
Derivación del octaedro de base cuadrada, distinto del anterior diferente.
o c t a e d r o d e l 2?
sistema. por la variación que puede tener en el sen- Debe advertirse que algunos ele los octaedros de este sistema
tido del eje principal. Si éstos no se desarrollan pueden ser divididos en tetraedos, pero sólo serán sumétricos y
lo suficiente, darán prismas cuadrados con a p u n - no regulares como los citados e n el sistema monométrico.
tamientos piramidales, es decir, terminados por \ \ ¡ ^ ^ Tercer sistema cristalino.
Diversos oc- pirámides Gil voz de caras. (Figura 12?) Como prisma de base cuacada El tipo de este sistema es el prisma, rectangular, que tiene sus
taedros proce- T i p o del sisto-
. _ con t r u n c a m i e n t o s s o b r e
d e n t e s del pris- los planos modificadores pueden tener diferen- ios ángulos. tres ejes perpendiculares y desiguales entre sí.
ma cuadrado.
tes inclinaciones respecto de F. 13? Este prisma tiene los siguientes elementos:
Elementos de
las caras, que no todas son Caras. Dos anchas ó verticales, iguales. Dos más angostas, este prisma.

iguales, resultarán muchas también verticales é iguales, y dos


clases de octaedros. de las bases.
Modificaciones Modificaciones sobre las Aristas. Cuatro largas, iguales
s o b r e las a r i s
tas. aristas. Aplicando planos so- en las bases. Cuatro más cortas
bre las aristas de las ba- iguales en las bases. Cuatro ver-
ses, se obtendrán igualmen- ticales iguales.
te truncamientos octaédricos Ángulos sólidos: ocho iguales.
Otra deriva- sobre el prisma, ú octaedros, Esos diversos elementos pue- Modificaciones.
ción del octae:
dro. si se prolongan suficiente- den modificarse por los medios si-
mente, quedando entonces guientes:
encerrado el prisma primi- Truncamientos sobre los ángulos. T r u n c a m i e n t o s
tivo. (Figura 13?) -B A Resultarán en este caso, como en ss óo lbirdeo s . á n g u l o s
Cortando las aristas ver-
ma d e l t e r c e r s i s t e m a .
el prisma cuadrado, caras octaé-
ticales, que son cuatro igua- dricas que en su desarrollo perfecto producirán octaedros de Derivación d
oc,i iJro3
les, resultará entonces un P r i s m a d e l 2? s i s t e m a con m o d i f i c a c i o n e s > n l a s a r i s t a s base rectangular. (Figura 15.) " -
d e las bases.
Geología.—4
Truncamiento Modificaciones sobre las aristas. En este caso se obtendrán m á s
de aristas.
El primer caso lo presenta el prisma llamado romboedro que caso de
variaciones que en el sistema anterior, por ser ele tres especies
da el n o m b r e á este cuarto sistema cristalino.
Formación do esas líneas en el prisma que consideramos. Cortando con pía-
Siendo oblicuos los ejes de este cristal, es claro que puede
de ocho c a r a s . nos las aristas verticales obtendremos prismas, de ocho caras;
variar de diversa m a n e r a su inclinación, y de aquí también las
pero si se desarrollan suficientemente desaparecerán las caras de
especies ele romboedros que pueden ser agudos, obtusos, ó apro-
pormacion de la forma primitiva, y quedará un prisma recto de base romboi-
p r i s m a s de ha-
ximarse m u c h o á la forma del cubo. T o m a n d o , p a r a relacionar coiocadon de
se romboidea, dea, que puede variar diversamen- F. 16? los elementos de este cristal, un cuarto eje que reúne dos esqui- L C t
te puesto q u e varía igualmente la ñas formadas p o r tres planos igualmente inclinados entre sí y u7Jf ci °" *
inclinación que se puede dar á los ' A\ con referencia á este eje, resultarán los siguientes elementos
planos modificantes, respecto ele modificantes. (Figura 17?)
las caras verticales que concurren
F. 17?
en una de estas aristas y que son
de diferente especie, como se ob-
serva en la figura 16? '
Modificaciones Estos nuevos prismas p u e d e n a Base del p r i s m a del tercer sistema.

e n los p r i s m a s
romboidales.
su vez ser modificados en sus ángulos sólidos ó en sus aristas.
Los ángulos diedros son de dos especies, y los t r u n c a m i e n t o s
p u e d e n ser aislados de dos en dos. P a r a definirlos se toma en
cuenta su colocacion diciendo si son paralelos á la grande ó á la
m e n o r diagonal d e la base romboidea del prisma. Considera-
das las aristas verticales en este nuevo prisma, se clasificarán
como correspondiendo á dos especies, puesto que entonces co-
rresponden á ángulos diedros de diferente inclinación, pues dos
son obtusos y dos agudos.
Modificaciones Respecto á las aristas de las bases, como son de dos especies,
sobre las aris-
pueden dar lugar á dos clases de modificaciones aisladas y el
prisma estará terminado m u c h a s veces p o r u n ángulo diedro á
cuya figura se le llama doma. Este carácter a y u d a r á extrema-
d a m e n t e p a r a distinguir con facilidad un prisma recto ú otro
cristal del tercer sistema.
2 ángulos triedros citados, A.
Cuarto sistema cristalino. 6 ángulos laterales, E.
6 aristas B que parten de los vértices.
Serie de ejes Vamos ahora á ocuparnos de los cristales que presentan ejes
6 aristas D dispuestas en zig-zag rodeando á este eie.
oblicuos, y haremos las mismas consideraciones que con los rec- J
Modificaciones
sobrelas aris
Modificaciones sobre las aristas. Aplicando planos sobre esas
tangulares; es decir, examinar los casos de tres ejes iguales, dos
iguales y tres desiguales. aristas que parten de los
,
vértices, se envolverá al romboedro ""m'"K"'ro-
i n s c r i t o s y cir<
cu scr,los
primitivo en otro mas obtuso ó circunscrito que se llama " -
equiaxe. Se pueden colocar los planos de m a n e r a que quede
F. 20? tes, paralelos al eje tomado para la simetría de
inscrito el nuevo romboedro al primitivo; resultará necesaria- ,os
elementos del cristal. (Figura 20?)
m e n t e otro más agudo y que se llama inverso: estas operaciones
Distínguense esas dos clases de prismas exa-
de inscripción y circunscripción pueden repetirse sobre los
| gonales, en que los procedentes de la moclifica-
nuevos romboedros. cion do ,as aristas
presentan caras rombales en
D o d e c a e d r o bi- Los planos aplicados á las seis aristas que acabamos de con- ^¡¡jj||¡j/ el
apuntamiento romboédrico, y los originados
piramidal.
siderar pueden cortarlas así como á los ángulos laterales, y en- "^lis^j en los ángulos clan caras pentagonales en el r o m -
tonces resulta el dodecaedro bipiramidal. | baedro primitivo que aparece en los vértices del
Hemos dejado ilesas las aristas laterales en F . 18? .X,. i ,.l ] . J prisma.
estas modificaciones, a u n q u e debe considerarse En los prismas exagonales se ven con frecuen-
que en el accidente anterior son cortadas en su cia
apuntamientos ó pirámides ele seis caras que
e x a g o n a l d e los á n g u l o s
medio; pero aplicándoles directamente los pla- laterales del romboedro.
proceden de la combinación de los vértices trie-
nos modificantes resultan: prismas exagona- F. 21? dros con truncamientos oblicuos de los án-
Derivación del nales regulares en el caso de tangencia simple gulos ó esquinas laterales. Esta figura es m u y
prisma exago-
nal. (Figura 18?) y dodecaedros metásticos 6 escale- común en el cuarzo. (Figura 21?)
noedros, en el de biselamiento. (Figura 19?)
El romboedro queda encerrado en el primer
Quinto sistema cristalino.
caso y dos de sus esquinas aparecerán coronan-
Derivacion del p r i s m a exa-
do al prisma exagonal en sus dos extremos. gonal de las a r i s t a s del rom- El prisma romboidal oblicuo tipo de este
boedro. Prisma rombal

Bisclamicnto
En el caso de biselamiento, se comprende sistema, tiene solamente dos ejes iguales, y oblicuo.

de las aristas
laterales.
que aparecerán doce caras, puesto que son seis F . 19? en esta serie oblicua viene á ser el corres-
las aristas biseladas: estas caras t e n d r á n sus pondiente del prisma cuadrado en la serie
G e n e r a c i ó n del tres aristas diferentes formándose así triángulos rectangular. Las modificaciones á que se
escalenoedro.
escalenos, de donde viene el n o m b r e de escale- presta este prisma son más variadas atendi-
noedro á este sólido. da su falta de simetría; en efecto, los elemen-
Prisma exagonal apuntado
C o r t e s s o b r e las Modificaciones sobre las esquinas. De la posi- por pirámides. tos de la forma primitiva son:
esquinas.
ción de estos truncamientos sobre los ángulos Ángulos. Dos A y dos O opuestos en el plano diagonal mayor
Elementos de

triedros resultarán figuras m u y variadas, y más q u e divide al prisma. Cuatro E en el plano diagonal menor. esta forma pri-
mitiva.

aún al tocar las aristas en zig-zag, pues con este Aristas. Cuatro B, formando dos á dos los ángulos planos en
accidente aparecerán troncos de prismas exago- A: cuatro D en los ángulos O; dos aristas H verticales y dos G
nales: si se truncan los vértices que apuntan al en la misma posicion. (Figura 22?)
prisma exagonal con coronamiento romboédri- Modificaciones en los ángulos. Las esquinas A ó las O pueden Modificaciones

co de que ántes se habló, q u e d a r á n prismas de ser modificadas aisladamente, como diferentes, y producir pla- e n los á n g u l o s .

seis caras, terminadas por bases planas. nos ó cortes que se combinarán con el resto de las bases ó unas Accidentes en
los á n g u l o s A ú
nales deriva- Modificando ahora los ángulos laterales, resul- D e r i v a c i ó n del e s c a l e - con otras si ambas se desarrollan. De aquí resultarán prismas O de las bases.
noedro.
dos d e los á n -
gulos laterales. tarán también prismas exagonales en el caso de planos tangen- oblicuos terminados por apuntamientos piramidales más ó m é -
nos perfectos ó por vér- F. 22?
tices diedros. F- 24? Las cuatro aristas verticales
sólo son iguales dos á dos.
Accidentes en En cuanto á las esqui-
los á n g u l o s E . De esta falta de simetría vie-
ñas E como iguales, su- ne mayor complicación en las
frirán todas el mismo modificaciones: pero presentán-
accidente, y serán fácil- dose así p o r pares es m u y fá-
mente determinables. cil reconocer este sistema.
Modificaciones Modificaciones en las
en as a r m a s . ^ ^ C 0 r | ; a C } a S ^ g g ¿ ¿ Q g
Las modificaciones sobre los
ángulos pueden revelar en al-
aisladamente, las análo-
gunos casos la falta de simetría
gas de las bases darán á en este sistema cristalino: todas
los prismas un aspecto de ellas d a r á n caras simples ó bise-
irregularidad que los se- les combinados con las bases ó
ñalará inmediatamente como pertene- F. 23? A con los accidentes de los otros
P r i s m a h e m í t r o p o del 6? s i s t e m a .
cientes á la serie oblicua: las aristas
ángulos. Consideraciones análo-
verticales pueden ser cortadas aisla-
gas se hacen respecto de las aristas: debe advertirse que en este
d a m e n t e dos á dos ó todas ellas, pro-
sistema son frecuentes las hemitropias. (Figura 24?)
duciendo prismas de seis, ocho ó más
caras: los cortes paralelos á las dia-
gonales clan prismas oblicuos de ba-
se rectangular. CONSIDERACIONES FINALES SOBRE LA CRISTALOGRAFÍA.

Las analogías de accidentes, apli-


cados á su vez á los elementos de u n a Tocio el artificio que debe ponerse en práctica para reconocer
Regla para la
m i s m a especie de cada sistema, nos las diversas modificaciones q u e hemos anotado en los seis sis- determinación
de los crista-
hace ser m é n o s difusos en estos úl- temas cristalinos, consiste en tener presente cuáles son los ele- les.

timos casos. mentos del tipo que se considera, y si las modificaciones p r o -


ceden de simples truncamientos ó de biseles ó apuntamientos.
Sexto sistema cristalino.
No debe olvidarse en todo reconocimiento previo, que la clasi-
Á
El prisma oblicuo, no simétrico, ter- „. ficación del sistema á que corresponde el cristal que se consi-
' P r i s m a del 6? s i s t e m a .
dere, depende de la posicion y longitud relativa de sus ejes.
prisma obiícno m i n a la serie de ejes oblicuos, y los grupos en que están clasi-
no simétrico.

ficados los cristales: en este prisma son desiguales sus tres ejes Es cierto que al pasar de la teoría cristalográfica á las deter- Dificultades en
la práctica.
oblicuos, y por consiguiente son más variados sus elementos cris- minaciones prácticas sobre los cristales naturales, se encontrarán
talográficos. (Figura 23?) diferencias que á primera vista pueden tomarse por dificultades
Sus ángulos sólo son iguales dos á dos. sérias; pero u n exámen atento de los casos que se presenten
h a r á que el estudio se facilite y se puedan aplicar las consi-
Diferenciase»-
t r e s u s ciernen
Las cuatro aristas de una base son desiguales entre sí y tie-
deraciones teóricas que ántes expusimos.
tos.
nen sus análogas entre las de la otra base.
irrcguiarida- Esas dificultades dependerán especialmente de que á veces
d e s en los cris- f dos aristas de las bases, solamente caracterizan al prisma r o m -
taicsnaturales, no se perciben mas que partes aisladas de los cristales, y t a m - bal recto.
bién por las deformaciones que pueden presentar á causa de los En el sistema romboédrico son características las modifica- Ene u?si
desarrollos irregulares que adquieren las caras de esos sólidos. ciones únicas en los ángulos A; las otras múltiples de 3 sobre la
' La p r i m e r a dificultad se vence acostumbrándose, á fuerza de la mitad del cristal. Los prismas exagonales que carezcan de a p u n -
práctica, á considerar los cristales completos, cuando sólo se tamientos pudieran confundirse con los derivados de otros sis-
perciben algunos de sus elementos, del mismo modo que se temas; mas los cruceros servirán para distinguir el prisma exa-
comprende un cristal dibujado sobre una lámina. Al desarrollo gonal regular.
irregular de las caras se unen á veces otras causas de deforma- E n el 5? sistema son características las modificaciones sobre En<!u,?s¡
ción, corno los accidentes que pueden presentar los cristales en los ángulos A y O, únicas sobre la mitad del cristal; modifica-
la superficie, las estrías, líneas, ángulos salientes, etc., que gene- ciones múltiples de 2 sobre las aristas de las bases; múltiples de
ralmente son indicantes de agrupamientos de cristales pequeños, 2 sobre las aristas del prisma.
cuyo conjunto constituye uno ó más cristales de mayores di- E n fin, en el 6? sistema, su falta de simetría y el hecho de pre-
mensiones. sentar modificaciones únicas ó aisladas, son caracteres b a s t a n -
constan^ en En estas irregularidades lo que queda de constante es la in- tes para reconocerlo.
la inclinación . . . . . . ,

de las caras, clinacion de las caras, o mejor dicho, la rigurosa precisión de Como se ve, estas reglas no son sino la traducción del e x á m e n origen de
reglas
los ángulos; así es que el goniómetro viene áser.el especial auxi- q u e en cada sistema cristalino hicimos de los elementos de que
liar en las determinaciones de los cristales deformados. consta, pues allí observamos cuantas modificaciones deben a p a -
importancia de La observación ele los cruceros cía gran luz en las formas du- recer, dados los elementos de u n a misma especie propios de cada
los cruceros.

dosas, puesto que en muchos casos se deduce la f o r m a primitiva figura primitiva, y de aquí que las modificaciones sean múltiples
por la división según los planos ele crucero. de tal ó cual n ú m e r o .
Pero ante todo es preciso tener presentes los elementos m o -
díficables de cada forma típica y los derivados á que da lugar,
Resúmendeca.
r a c t e r e s en el
así como las circunstancias
,
siguientes que caracterizan determi-
primer siste. nados grupos. Sigamos a Burat en las reglas sencillas que re-
comienda para esas determinaciones. E n el primer sistema,
cuando se conservan las caras primitivas, se encuentran ángulos CAPÍTULO I I I .
de 90°, y además es característica en el sistema cúbico la si-
TEXTURA DE LOS MINERALES.
metría ele las modificaciones sobre las caras primitivas a d y a -
centes.
Ens ieis t esegundo En el 2? sistema los prismas cuadrados presentan ángulos de Se llama textura al aspecto natural de las superficies de los
ma. r\r\c>

90°; pero en general se hallan terminados por pirámides y t r u n - cuerpos, y que es debida al modo con que se hallan colocadas
camientos. Las modificaciones son simétricas y múltiples de sus partes constitutivas, y se designa con el n o m b r e Refractura
4 sobre los ángulos y las aristas. á la superficie puesta á la vista por r u p t u r a ú otro medio arti-
En el t e r c e r o . En el tercer sistema las modificaciones son múltiples de 2 s o - ficial.
b r e los extremos; los demás, así como los truncamientos sobre Este arreglo natural de las partículas de los cuerpos minera-
Geología
irrcguiarida- Esas dificultades dependerán especialmente de que á veces
d e s en los cris- f dos aristas de las bases, solamente caracterizan al prisma r o m -
taicsnaturales, no se perciben mas que partes aisladas de los cristales, y t a m - bal recto.
bién por las deformaciones que pueden presentar á causa de los En el sistema romboédrico son características las modifica- Ene u?si
desarrollos irregulares que adquieren las caras de esos sólidos. ciones únicas en los ángulos A; las otras múltiples de 3 sobre la
' La p r i m e r a dificultad se vence acostumbrándose, á fuerza de la mitad del cristal. Los prismas exagonales que carezcan de a p u n -
práctica, á considerar los cristales completos, cuando sólo se tamientos pudieran confundirse con los derivados de otros sis-
perciben algunos de sus elementos, del m i s m o modo que se temas; mas los cruceros servirán para distinguir el prisma exa-
comprende un cristal dibujado sobre una lámina. Al desarrollo gonal regular.
irregular de las caras se unen á veces otras causas de deforma- E n el 5? sistema son características las modificaciones sobre E„eu,?s¡
ción, corno los accidentes que pueden presentar los cristales en los ángulos A y O, únicas sobre la mitad del cristal; modifica-
la superficie, las estrías, líneas, ángulos salientes, etc., que gene- ciones múltiples de 2 sobre las aristas de las bases; múltiples de
ralmente son indicantes de agrupamientos de cristales pequeños, 2 sobre las aristas del prisma.
cuyo conjunto constituye uno ó más cristales de mayores di- E n fin, en el 6? sistema, su falta de simetría y el hecho de pre-
mensiones. sentar modificaciones únicas ó aisladas, son caracteres b a s t a n -
constan^ en En estas irregularidades lo que queda de constante es la in- tes para reconocerlo.
la inclinación . . . . . . ,

de las caras, clinacion de las caras, o mejor dicho, la rigurosa precisión de Como se ve, estas reglas no son sino la traducción del e x á m e n origen de
reglas
los ángulos; así es que el goniómetro viene áser.el especial auxi- q u e en cada sistema cristalino hicimos de los elementos de que
liar en las determinaciones de los cristales deformados. consta, pues allí observamos cuantas modificaciones deben a p a -
importancia de La observación ele los cruceros cía gran luz en las formas du- recer, dados los elementos de u n a misma especie propios de cada
los cruceros.

dosas, puesto que en muchos casos se deduce la f o r m a primitiva figura primitiva, y de aquí que las modificaciones sean múltiples
por la división según los planos ele crucero. de tal ó cual n ú m e r o .
Pero ante todo es preciso tener presentes los elementos m o -
díficables de cada forma típica y los derivados á que da lugar,
Resúmendeca.
r a c t e r e s eu el
así como las circunstancias
,
siguientes que caracterizan determi-
primer siste. nados grupos. Sigamos a Burat en las reglas sencillas que re-
comienda para esas determinaciones. E n el primer sistema,
cuando se conservan las caras primitivas, se encuentran ángulos CAPÍTULO I I I .
de 90°, y además es característica en el sistema cúbico la si-
TEXTURA DE LOS MINERALES.
metría ele las modificaciones sobre las caras primitivas a d y a -
centes.
Ens ieis t esegundo En el 2? sistema los prismas cuadrados presentan ángulos de Se llama textura al aspecto natural de las superficies de los
ma. r\r\c>

90°; pero en general se hallan terminados por pirámides y t r u n - cuerpos, y que es debiela al modo con que se hallan colocadas
camientos. Las modificaciones son simétricas y múltiples de sus partes constitutivas, y se designa con el n o m b r e de fractura
4 sobre los ángulos y las aristas. á la superficie puesta á la vista por r u p t u r a ú otro medio arti-
En el t e r c e r o . En el tercer sistema las modificaciones son múltiples de 2 s o - ficial.
b r e los extremos; los demás, así como los truncamientos sobre Este arreglo natural de las partículas de los cuerpos minera-
Geología
46

les, proporciona á veces algunos caracteres importantes para el


estudio de su especificación. pueden referir en grande á las masas de rocas, y se dirá una Estructura
Texturas com- Cuatro son los tipos principales á que pueden referirse las textura, ó más bien estructura maciza o compacta de tal o cual
pl 'awc tma , eess it r íaa-- i » j
da, fibrosa y texturas: La compacta, la estriada, la fibrosa y la pizarreña. roca, pizarreña, prismática, como en los basaltos, etc.
pizarreña. y . _ ,
A las rocas se las llama también granitoides cuando presen-
La primera, es decir, la textura compacta, es la más homogé-
tan en su superficie u n a gran cantidad de cristales entretejidos;
nea; aquella que resulta de la asociación más inmediata de las
porfiroides cuando sobre el fondo homogéneo de su pasta se ven
partículas, y es como si dijerámos la más unida. Según el as-
algunos cristales diseminados.
pecto de esa superficie se la define de varias maneras, compa-
Con lo expuesto basta p a r a acostumbrarse á definir las tex-
Texturaconcoi-
d e a (, c o n c h o s -
rándola con cuerpos
,
ó aspectos de cuerpos conocidos. Así, textu-
turas á objetos conocidos para hacer más claras las definiciones.
do. ra compacta o concoidea es la que presenta superficies cóncavas
ó convexas, más ó menos desarrolladas, semejando á las valvas
ó conchas de los moluscos, sea en su relieve, ó en sus impresio-
nes; es decir, como si se amoldara la concha sobre una sustan-
cia blanda: la obsidiana presenta ejemplos claros de este caso.
Textura igual.
Textura, compacta igual, es la que no presenta eminencias sen-
CAPÍTULO IV.
sibles, como se ve en la calcedonia.
T e x t u r a desi-
gual. Compacta y desigual, es aquella que tiene protuberancias más
DUREZA DE LOS MINERALES.
ó ménos notables, y se la subdivide en desigual de grano fino y
desigual de grano grueso: un caso particular de esta textura se
La resistencia que presentan las partes constitutivas de los
designa con el n o m b r e ele terrosa, como se observa en la creta,
minerales, para ser separadas con el auxilio de un cuerpo cor-
el tiza, etc., etc.
Tetxura estria- t a n t e como navaja, etc., varía naturalmente según su cohesion
da. La textura estriada se presenta constituida p o r láminas ó su-
propia; pero se puede graduar esa resistencia ó dureza, compa-
perficies angostas, y p u e d e n ser paralelas ó divergentes; si las
rándola, para cada cuerpo que se estudie, con las durezas rela-
láminas son muy angostas ó capilares figurando líneas, entón- tivas de un n ú m e r o limitado de minerales conocidos.
T e x , „ r a libro- ees resulta la que se llama textura fibrosa, y pueden presentarse
Por este medio se pueden formar escalas de dureza, esco- Formacion d,-.
, . i * i escalas de du-
divergentes, radiantes, entretejidas, etc., etc.; en los minerales de
giendo bien sus límites extremos asi como los g r a d o s í n t e r - rcZa Por con-
p a r a c i o n con
antimonio se ven efectos de esta textura.
T e x t u r a piza-
medios. m:ner»lesco-
La textura pizarreña se distingue por estar formada de láminas
rreña.
Dos son las escalas usuales; la de 12 y la ele 10 grados. La
de espesor sensible como en las pizarras. son las e.i-
primera,
*
llamada de Breithaupt, se aplica por muchos mineralo- Dc»cS
7
alas usuales.
En la fractura ó caras de r u p t u r a de los minerales, se p u e d e
gistas y tiene la ventaja de uniformar mejor los grados interme-
apreciar también el aspecto de las partes cortadas y se define
dios entre los límites extremos: la de diez graelos se prefiere á
Fracturas asti- por comparación:
llosa y gancho- .
así, se dice fractura astillosa, cuando presen-
veces para referir esta apreciación numérica al sistema de-
ta v a n o s puntos o partes salientes simulando astillas; ganchosa
cimal.
si las partes salientes figuran ganchos, como sucede en los m e -
Como se indicó ántes, se han escogido ciertos minerales para
tales nativos, y así sucesivamente.
Estas definiciones aplicadas en pequeño á los minerales, se comparar la dureza de los otros con la que ellos presentan; en
a m b a s escalas se consideran como cuerpo más blando el talco,
y* como más duro el diamante: los grados intermedios se han
llenado como se ve á continuación: partículas; y la s e g u n d a s e reconoce por percusión ó choque: pa-
ra hacer clara esta distinción basta recordar que al diamante n o
se le puede rayar con otro cuerpo, mas sí se le puede r o m p e r
ESCALA DE 12 GRADOS»
p o r percusión.
E s c a l a de 12 ! P a r a probar la dureza de los minerales y hacer comparables
grados.
grado. Talco hojoso.
2? 55 Yeso hojoso. los resultados, es conveniente uniformar los modos de observa-
3? Mica. ción: se debe t o m a r con la m a n o izquierda el mineral que se
5?

4? Espato calizo. estudia, y con la derecha la navaja, del mismo m o d o que se ha- Colocac¡on dcl
55

5? ce al tajar un lápiz; solamente que se apoyará el dedo nule-ar minoral-vde u


55 Espato flúor. i » . , *> 1 n a v a j a al p r o -
6? 55 Apatita. sobre el mineral; se dará á la hoja de la navaja una inclinación bor ,a aurcza-
7? 55 Sodalita, ó la piedra radiante. de 40° sobre el plano del mineral, y se incará la p u n t a graduan-
8? 55 Adularía. do el esfuerzo hasta separar el polvo del mineral. Se compren-
9? 55 Cristal de roca. de que llegando á ciertos grados de los superiores de la escala,
10? 55 Topacio. se u n t a r á el material de la navaja sobre el mineral ántes que
11? 55 Corundo. éste ceda sus partículas; en ese caso, hay que p r o b a r la dureza
12? 55Diamante. b u s c a n d o algún mineral de los citados en la escala y q u e sea
La escala de 10 grados es la siguiente: capaz de rayar al que se estudia.
E s c a l a d e 10 1 er grado. Talco. Al separarse el polvo del mineral, se debe ver si se queda á
grados.
2? 55 Yeso. un lado de la parte herida ó si salta hácia diversas partes: en el T¿uT° s 7
3? 55 Espato calizo. primer caso se dice que el mineral es dócil, y en el segundo que
4? 55 Espato flúor. es agrio. Se le llama dúctil si se r e b a n a en hojillas como el pío- NoconfundircI
5? Apatita. mo. Despues de comparada la dureza se debe observar el color
55

6? Adularía. del polvo y el de la parte frotada: sucede con frecuencia que se t e" f r o t a d a .
55

7? llama color del polvo el de éste y al que presenta la parte heri-


55 Cuarzo.
8? da, pero es muy útil el distinguirlos con claridad.
55 Topacio.
El color observado así es de la mayor importancia para dis-
9? 55 Corundo.
tinguir varios minerales. Algunos hay idénticos en su aspecto
10? 55 Diamante.
exterior, pero que tienen un color m u y diferente en el polvo, ó
Algunos mineralogistas toman para el primer grado el dia-
en la parte que queda descubierta al p r o b a r su dureza. Como
mante, haciendo entonces decreciente el orden de la escala.
ejemplo p o d e m o s citar los minerales conocidos con los nombres
La comparación de las durezas relativas de los minerales se
de Fran/dinia, Magnetite y Espinela. Los tres cristalizan en el
practica también probando cuál cuerpo p u e d e rayar á tal otro,
primer sistema y tienen color y aspecto general m u y semejan-
ó es rayado por él: este es un buen sistema de comparación y
tes, pero el polvo de la raspadura es rojo en el primero, agrisa-
mrcrcndascn. sirve para quitar la confusion que á veces se hace de la dureza
t r e d u r e z a y te-
do en el segundo y blanco en el último.
nacidad. y la tenacidad de los minerales. La primera se prueba con otro
cuerpo p o r fricción ó simple presión, tratando de separar las
50 51
Ciertos cuerpos minerales pueden dejar pasar más ó menos
fácilmente la luz, y al definirlos hay que manifestar si tienen, y
en qué grado, aquella propiedad, ó si carecen de ella. Las defi-
C A P Í T U L O Y.
niciones se n o r m a r á n p o r las reglas siguientes:
EL LUSTRE Y LA TRASPARENCIA- Cuerpos trasparentes: aquellos á través de los cuales pueden cuerpos tras-
parenKs
verse los objetos a u n q u e tengan regular espesor, como p . e. el "
cuarzo hialino.
Q„é enticn. El efecto producido por la luz sobre la superficie de los mi-
Semitrasparentes: los que solamente piesentan ese efecto cuan- cuerpos «mi-
"c " nerales ministra, á veces, caracteres de la mayor utilidad: el lus-
do se reducen á láminas delgadas. trasparentes.
tre, con cuyo n o m b r e se designa este efecto, puede considerarse
Traslucientes: aquellos á través de los cuales se p u e d e ver la cuerpos^,„.
de varias maneras. cicnKs
forma general de u n cuerpo, pero sin detalles en sus formas. -
Lustre metáli- P r i m e r a m e n t e se clasifica por su calidad, en lustre metálico y
Opacos: los que no son atravesados por la luz.
« y u s n co ¿ u g t r e o o m u n _ £ ] p r j m e r 0 ) como lo indica su nombre, es aquel que A Cuerpos opa-

se percibe sobre u n cuerpo metálico herido por la luz. Viene Algunos cuerpos solamente son traslúcidos en los bordes, y
esta circunstancia se expresará así en las definiciones.
en seguida la clasificación de intensidad, en la que se establece
el orden siguiente:
Encala oc ius- 1? Lustre resplandeciente: el más intenso y que se percibe aun
á lo lejos, como en una superficie de acero pulido.
2? Lustroso: es el que siendo de un brillo notable, no se per-
C A P Í T U L O V I .
cibe, sin embargo, más que á corta distancia, como se nota, p. e.,
en el sulfuro amarillo de cobre. LOS COLORES.
3? Poco lustroso: en grado inferior que su antecedente, y que
para percibirlo hay necesidad de aproximarse bastante á los ob- Diversos son y muy difíciles de explicar con palabras los que
jetos, como p. e. en el mármol. afectan los minerales: el mejor sistèma para explicar esos colo- Refcrenc¡a á
res es siempre el q u e se ha usado entre otros de los caracteres TJTCOHOCi"
4? Centellante: el viso que se concentra solamente en deter-
mineralógicos que hemos estudiado, y es el de compararlos con
minados puntos ó líneas, quedando m a t e el resto del cuerpo, co-
objetos conocidos para conservar más fácilmente las defini-
m o se nota en u n a pizarra.
ciones.
Se dice que un cuerpo es m a t e cuando no presenta lustre al-
P o r su calidad dividimos los colores en metálicos y comunes, ú™*^,
guno.
calidad.
Comparación El lustre común es aquel en que no hay apariencia metálica:
del lustre co- - _ . . COLOIIES METÁLICOS.
mun. se dehne con los mismos grados anteriores, y se le compara,
Los colores metálicos pueden agruparse del modo siguiente:
además, con el viso particular ele algunos cuerpos conocidos: así
se dice: lustre de vidrio, de cera, resinoso, perla ó nácar, seda,
1 ? BLANCOS.
diamante, etc.
Al describir, pues, un mineral podría decirse: su lustre es me- De plata: se define así el que tiene un ligero tinte amarillento, BW.
Ejemplo: plata.
tálico y poco lustroso; ó lustre común; lustroso de seda: así que-
dan establecidas las relaciones por calidad é Intensidad.
Con este último color se definen varios minerales trasparen-
2 ? GRISES. tes, que, como el cuarzo, parecen incoloros al primer golpe de
vista.
Grises. De platina: con un poco de azulado y amarillo. Ejemplo: pla-
tina. 2 ? GRISES.
De acero: con viso plomizo claro. Ejemplo: cobre gris.
Las mezclas, en diveVsas proporciones de blanco y negro, se
De plomo: el más azulado. Ejemplo: galena.
definen con adjetivos de los otros colores que se les asocian, ó
p o r comparación con los de otros cuerpos.
3 ? NEGROS. Gris amarillento. Ejemplo: mármol.
Gris verdoso. Ejemplo: vácia.
De hierro: negro con algo de gris. Ejemplo: magnetita. Gris de humo. Ejemplo: pedernal.

4 ? AMARILLOS.
3 ? NEGROS.

De bronce: el más blanquecino. Ejemplo: pirita común.


Absoluto ó de terciopelo es aquel en que no se nota mezcla de
De latón: mezclado ele verde y gris. Ejemplo: pirita de cobre.
otro color. Ejemplo: grahamita.
De tumbaga: mezclado de rojo. Ejemplo: pirita magnética.
Negro agrisado. Ejemplo: piedra lidia.
De oro: el amarillo más limpio. Ejemplo: oro. Negro pardusco. Ejemplo: mica.
Negro azuloso. Ejemplo: cobalto terroso.
Negro rojizo. Ejemplo: cinabrio hepático.
5? ROJO.

4 ? PARDOS.
ROJO. De cobre: presenta además del color propio, un ligero tinte
amarillo. Ejemplo: cobre metálico. Rojizo. Ejemplo: blenda.
Castaño. Ejemplo: cassiterita.
Madera. Ejemplo: asbesto.
COLORES COMUNES.
Hígado. Ejemplo: cobalto pardo terroso.
1? BLANCOS. Cetrino. Ejemplo: ocre amarillo.
Clavo. Ejemplo: cristal de roca (var. parda).
De nieve: el más limpio.. Ejemplo: anhidrita.
Los otros derivados del blanco se definen añadiendo el color
5 ? ROJOS.
que se nota en la mezcla.
Blanco rojizo. Ejemplo: perla espato. Muy variados son los colores ele este grupo, y p a r a facilitar
Blanco amarillento. Ejemplo: ópalo. su estudio los separamos del modo siguiente:
Blanco verdoso. Ejemplo: amianto. 1. Rojos claros:
Blanco azuloso. Ejemplo: calcedonia. Rojo rosado. Ejemplo: apofilita roja.
Blanco agrisado. Ejemplo: cristal de roca. „ encarnado. Ejemplo: espato pesado.
Geología.—!»
2. Rojos puros:
Rojo escarlata. E j e m p l o : cinabrio. 2. Azul blanquecino: Azul M a n q u e -

„ de sangre. E j e m p l o : piropo. „ de esmalte. Ejemplo: linarita.


„ carmín. E j e m p l o : chalcotriquita. 3 . Azul con rojo: I d . con r o j o .

3. Rojos azulosos: „ violado. Ejemplo: amatista.


,, ultramar. Ejemplo: lapizlázuli.
Rojo cochinilla. E j e m p l o : cinabrio oscuro.
„ carmesí. E j e m p l o : rubí. 4. Azul con rojo y pardo: I d . con r o j o j
pardo.
„ de ciruela. Ejempo: espato flúor.
„ albérchigo. E j e m p l o : arseniato de cobalto.
„ de flor de espliego. Ejemplo: jaspe aporcelanado.
„ cereza. E j e m p l o : antimonio rojo.
5. Azul con verde: I d . con v e r d e .
„ columbino. E j e m p l o : granate fino.
„ de palos. Ejemplo: mica.
4. Rojos con negro:
„ celeste. Ejemplo: berilo.
Rojo de sangre. E j e m p l o : piropo.
6. Azul con negro: I d . con n e g r o .
5. Rojos con pardo:
,, turquí. Ejemplo: cobre azul.
Rojo pardusco. E j e m p l o : hierro arcilloso.
Se notará que en mineralogía no se considera el color lla-
m a d o c o m u n m e n t e violeta, sino que entra en la sección do los
6 ? AMARILLO. azules.

Amarillo puro. 1. Amarillo puro: 8? VERDE.


„ de limón. Ejemplo: oropimento.
1. Verde puro y claro: Verde puro.
Id. pálido. 2. Amarillo pálido:
„ manzana. Ejemplo: crisoprasa.
„ pajizo. Ejemplo: azufre sin cristalizar.
2. Verde amarillento: id. amarillen-
Id. mezclado 3. Amarillo con rojo:
con r o j o . „ yerba. Ejemplo: onfacita.
„ naranjado. Ejemplo: jacinto.
I d . con pojo y
3. Verde con azul: Id. con azul.
4. Amarillo con rojo y pardo:
pardo.
„ cardenillo. Ejemplo: cobre verde.
„ de ocre. E j e m p l o : peróxido hidratado de hierro.
„ celedón. Ejemplo: asbesto.
„ de arvejones. Ejemplo: carbonato ele hierro.
„ montaña. Ejemplo: piedra radiante..
„ de Isabel. Ejemplo: jaspe ágata. „ esmeralda. Ejemplo: esmeralda.
I d . con T c r d c .
5. Amarillo con verde: 4. Verde con pardo: t d . con p a r d o .

„ de azufre. Ejemplo: azufre cristalizado. „ aceituna. Ejemplo: piedra pez.


„ de melado. Ejemplo: succino. „ aceite. Ejemplo: berilo.
„ de cera. Ejemplo: ópalo. 5. Verde con negro: I d . con n e g r o .

„ Verdinegro. Ejemplo: serpentina.


7 ? AZUL. Estos colores que acabamos de considerar, pueden llamarse colores suPer-
colores propios, por pertenecer á la masa entera del mineral, flcia,es'
Azul puro. 1. Azul puro: pero hay otros que sólo afectan su superficie, y entonces se lla-
„ de Prusia. Ejemplo: zafiro. m a n colores superficiales.

\
Al definirlos hay que notar esta particularidad, y además d e -
vería la cuestión, porque el segundo es doblemente pesado que
cir los tintes dominantes, tal cual se ha enseñado: algunos hay
el primero.
que presentan cambiantes y a u n un reflejo metálico como el
P a r a conocer con exactitud esos pesos relativos de los cuer-
hierro pavonado y lo q u e vulgarmente se llama tornasol, y se
pos, se les compara bajo el mismo volumen con el agua desti-
comparan á la cola del pavo real, pecho de paloma, etc.; otros
lada, á 4 o C. ele temperatura; y para evitar los errores que p u -
colores superficiales sólo presentan un tinte e n posicion deter-
dieran provenir p o r las dilataciones de los cuerpos, á causa de
minada, y se les da el n o m b r e de viso, como se nota en las o b -
las temperaturas, se calcula su peso reduciendo dichos cuerpos
sidianas doradas y plateadas del Real del Monte.
á cero grados de t e m p e r a t u r a por medio de correcciones ade-
Hasta aquí se han considerado los colores esparcidos unifor- cuadas. Ese peso del cuerpo comparado con el de igual volú- Determinación
m e m e n t e sobre los minerales, pero pueden mezclarse, y enton- m e n de agua se llama peso específico. Por consiguiente, si P es ™pesoespeoi-
ces f o r m a n mezclas ó dibujos que se definen t a m b i é n p o r com- el peso de un volúmen de un cuerpo, y p el de su igual ele agua
paración: así, se dice: en las condiciones en que se ha manifestado, la comparación de
Dibujos, Dibujo en puntos, manchas, flamas, cinta, n u b e s , jaspes, etc. un peso con otro ó el peso específico se obtendrá dividiendo el
No se insiste más en la explicación de los colores, por ser s u - primero por el segundo, lo que se indica por la fórmula siguien-
ficientes las reglas y ejemplos indicados p a r a definir los casos te, llamando D el peso específico
que se presentan.

Se comprende q u e el método más sencillo para obtener el vo-


l ú m e n de agua, igual al del cuerpo en cuestión, consiste en su-
mergir éste en u n a vasija llena de agua, pues p a r a alojarse allí
debe d e r r a m a r s e un volúmen clel líquido igual al del cuerpo que
CAPÍTULO VII.
se introdujo en la vasija. Si se conocía el peso de ese cuerpo
ántes de sumergirlo, y se pesa el agua derramada, se t e n d r á n
DEL PESO ESPECIFICO.
los datos P y p para el cálculo anterior. Esta operacion se ve- M«<
rifica por medio de un frasco que se llama de volúmen cons- '27«
Explicación El peso relativo que b a j o un mismo v o l u m e n presentan los tante, porque el ajuste de su tapón permite q u e siempre se
deipesocspcci- m¡nera ]eg e s 0 |- rci (J^q c i e ] a mayor importancia para su deter- llene ele agua hasta u n a misma altura. En este estado se pesa
minación específica. Si se comparan bajo este respecto ciertos el frasco; despues se le introduce el cuerpo y vuelve á pesar-
cuerpos cuyos pesos relativos sean muy diferentes, se podrá, a u n se; si no se hubiera derramado el agua, es claro que ahora ten-
con un simple tanteo, distinguirlos entre sí con m u c h a facilidad. dría u n peso total igual al del frasco ele agua, más el del cuerpo
Supongamos que se va á determinar un fragmento mineral de en cuestión, pero lo que le falta será el peso del volúmen de
color blanco y cuyos caracteres geométricos y algunos otros fí- agua d e r r a m a d a que es igual al clel cuerpo que lo sustituyó. Se
sicos se hayan perdido p o r la percusión ú o t r a causa y que.se tienen, pues, los datos P, peso clel cuerpo ántes de sumergirse,
y p del agua; haciendo la división indicada se t e n d r á ya la rela-
tenga duda de si el mineral en cuestión fuera carbonato de cal
ción que se busca y que es el peso de ese cuerpo, comparado
ó sulfato de barita; al calcular su peso sobre la m a n o se resol-

\
58 59

con el de igual volumen de agua destilada. Como el agua que de refracción. Se da el n o m b r e de índice de refracción á la re- mató dc
se usó no tendrá exactamente la t e m p e r a t u r a de + 4 o
que se lacion de los senos de los dos ángulos, y se expresan así: fracción.

necesita, se introduce en aquella un termómetro, y se anota su


indicación y con ella se hacen, por medio del cálculo, las co- sen r
rrecciones de que se hizo mención y que se hallan consignadas
en cualquier tratado de física. El fenómeno, como acaba de describirse, se observa en los
medios no "cristalizados y se le llama refracción simple, porque el Distinción en-
c^o do caer- Si el cuerpo p o r estudiar es soluble en el agua, se usa entón-
pos solubles e n rayo refractado no da lugar m á s que á una sola imágen. En el la doble'refrac-

ciaSua. ees otro liquido en que no se disuelva, como alcohol, aceite, etc., espato calcáreo, en el yeso y otras sustancias cristalizadas el r a -
y determinando el peso específico de este vehículo, con relación yo refractado se divide y produce dos imágenes; á este caso se
al agua, se multiplica por el que correspondió al cuerpo respec- le da el n o m b r e de doble refracción, cuyo fenómeno forma un
to del líquido que se usó, y así se tiene el del mismo cuerpo con carácter importante en el estudio de algunos minerales, y por
relación al agua. esto lo consignamos entre los caracteres físicos qne se utilizan
Otros métodos Este método se llama, como se indicó ántes, de volumen cons- en las determinaciones mineralógicas.
para determi-

pn ea cr í üe ic op.e s o os- tante, y es ciertamente m u y expedito; pero se p u e d e llegar al Los cuerpos q u e presentan esta propiedad se llaman birefrin- cuerpos wro-
mismo resultado con la balanza hidrostática y con el areómetro. gentes y son los cristalizados en los sistemas del 2? á 6?, pues no fr'"scntcs'
No entramos en sus p o r m e n o r e s p o r no alargar este escrito, y se nota ese fenómeno en el sistema cúbico; en los otros se m a -
por ser métodos consignados con amplitud en el estudio ele la nifiesta en grados desiguales y más ó ménos perceptibles. Debe
física: el primero lo describimos como un ejemplo para recor- advertirse que entre los cuerpos pertenecientes al primer siste-
d a r lo que se llama peso específico de un cuerpo. m a y algunos otros que no son cristalizados pueden adquirir la
Al hacer las descripciones de los minerales se verá siempre doble refracción por medios mecánicos, como una desigual com-
anotado como un ciato ele la mayor importancia, su peso espe- presión, ó por el temple.
cífico ó densidad relativa. La doble refracción no se observa en todas las direcciones de Ejes ¿pucos,
u n cristal, sino cjue hay una ó dos, según las cuales no se per-
cibe más que una sola imágen: á estas direcciones se les llama
ejes ópticos, ó ejes de doble refracción, siendo este n o m b r é noto-
riamente impropio.
C A P Í T U L O V I I I . Se llaman cristales ele un eje aquellos cjuesólo tienen u n a di- cnstaiesde
reccion en la cual no se bifurca la luz, y de dos ejes á los que m""s dos ejes-
DOBLE REFRACCION, POLARIZACION, FOSFORESCENCIA tienen un par de aquellas direcciones. Brewster ha asentado la
Y FLUORESCENCIA. regla de que en los cristales de un eje, la dirección en que no
se refracta la luz coincide con el eje ele cristalización.
Refracción. Llámase refracción á la desviación que sufren los rayos lumi- En las dos imágenes producidas en el fenómeno de que nos F1 ravo
nosos cuando pasan oblicuamente ele un medio á otro; el ángulo ocupamos, se observa que uno de los dos rayos refractados en '™or'li'ariono
Angulos de in- c l u e forma el rayo oblicuo con la normal al punto en que aquel que se divide el rayo incidente, sigue las leyes de la refracción eLímpif"0
refracción^d° t o c a ' sc
llama ángulo de incidencia, y el que forma el radio re- simple, llamándose por esto rayo ordinario, y el otro difiere al
fractado, con la prolongacion de la misma normal, es el ángulo
58 59

con el de igual volumen de agua destilada. Como el agua que de refracción. Se da el n o m b r e de índice de refracción á la re- mató de
se usó no tendrá exactamente la t e m p e r a t u r a de + 4 o
que se lacion de los senos ele los dos ángulos, y se expresan así: fracción.

necesita, se introduce en aquella un termómetro, y se anota su


indicación y con ella se hacen, por medio del cálculo, las co- sen r
rrecciones de que se hizo mención y que se hallan consignadas
en cualquier tratado de física. El fenómeno, como acaba de describirse, se observa en los
medios no cristalizados y se le llama refracción simple, porque el Distinción en-
c^o do caer- Si el cuerpo p o r estudiar es soluble en el agua, se usa entón-
pos solubles e n rayo refractado no da lugar m á s que á una sola imágen. En el la doble'refrac-

ciaSua. ees otro liquido en que no se disuelva, como alcohol, aceite, etc., espato calcáreo, en el yeso y otras sustancias cristalizadas el ra-
y determinando el peso específico de este vehículo, con relación yo refractado se divide y produce dos imágenes; á este caso se
al agua, se multiplica por el que correspondió al cuerpo respec- le da el n o m b r e de doble refracción, cuyo fenómeno forma un
to del líquido que se usó, y así se tiene el del mismo cuerpo con carácter importante en el estudio ele algunos minerales, y por
relación al agua. esto lo consignamos entre los caracteres físicos qne se utilizan
Otros métodos Este método se llama, como se indicó ántes, de volumen cons- en las determinaciones mineralógicas.
para determi-

pn ea cr í üe ic op.e s o os- tante, y es ciertamente m u y expedito; pero se p u e d e llegar al Los cuerpos q u e presentan esta propiedad se llaman birefrin- cuerpos wro-
mismo resultado con la balanza hidrostatica y con el areómetro. gentes y son los cristalizados en los sistemas del 2? á 6?, pues no fr'"scntcs'
No entramos en sus p o r m e n o r e s p o r no alargar este escrito, y se nota ese fenómeno en el sistema ciíbico; en los otros se m a -
por ser métodos consignados con amplitud en el estudio ele la nifiesta en grados desiguales y más ó ménos perceptibles. Debe
física: el primero lo describimos como un ejemplo para recor- advertirse que entre los cuerpos pertenecientes al primer siste-
d a r lo que se llama peso específico de un cuerpo. m a y algunos otros que no son cristalizados pueden adquirir la
Al hacer las descripciones de los minerales se verá siempre doble refracción por medios mecánicos, como una desigual com-
anotado como un ciato ele la mayor importancia, su peso espe- presión, ó por el temple.
cífico ó densidad relativa. La doble refracción no se observa en todas las direcciones de Ejes <Pt¡cos.
u n cristal, sino ejue hay una ó dos, según las cuales no se per-
cibe más que una sola imágen: á estas direcciones se les llama
ejes ópticos, ó ejes de doble refracción, siendo este n o m b r e noto-
riamente impropio.
C A P Í T U L O V I I I . Se llaman cristales ele un eje aquellos cjuesólo tienen u n a di- cnstaiesde
reccion en la cual no se bifurca la luz, y de dos ejes á los que m""s dos ejes-
DOBLE REFRACCION, POLARIZACION, FOSFORESCENCIA tienen un par de aquellas direcciones. Brewster ha asentado la
Y FLUORESCENCIA. regla de que en los cristales de un eje, la dirección en que no
se refracta la luz coincide con el eje de cristalización.
Refracción. Llámase refracción á la desviación que sufren los rayos lumi- En las dos imágenes producidas en el fenómeno de que nos F1 ravo
nosos cuando pasan oblicuamente ele un medio á otro; el ángulo ocupamos, se observa que uno de los dos rayos refractados en '™or'li'ariono
An*Suios de ¡n- c l u e fo
™a el rayo oblicuo con la normal al punto en que aquel que se divide el rayo incidente, sigue las leyes de la refracción eLímpif"0
7d toca se
rlfr^cL ° ' llama ángulo de incidencia, y el que forma el radio re- simple, llamándose por esto rayo ordinario, y el otro difiere al
fractado, con la prolongacion de la misma normal, es el ángulo
60

grado de que la relación de los senos de los ángulos no es cons-


tante como en el primer caso, y además, el plano del ángulo de Baritina 31°31'
incidencia no es el mismo que el de refracción; por esta razón Topacio 31.26
se da á dicho rayo el n o m b r e de extraordinario, Espato calizo 31. 9
Espinela 29.35
cristales posi- Cuando el índice del rayo ordinario es más grande que el del
ti vos y liega ti- , . Jergón 27. 0
extraordinario, se llama cristal negativo al que lo posee así, y en Azufre 26.15
caso contrario se le da el n o m b r e ele cristal positivo. Diamante 22.00
Como ejemplos de cristales del primer género debemos citar
los del espato calizo, esmeralda, mica, etc., y del segundo, el El rayo polarizado sobre un vidrio negro, presenta las siguien- propiedades
. . , del r a y o pola-
cuarzo y el jergón, entre otros,
les propiedades: rizado.
secciónprín-
cipal.
Se llama sección principal en los cristales de un eje, al plano
1? El rayo no sufre ninguna reflexión cayendo sobre otra lá-
que p a s a por el eje óptico y t e r m i n a perpendicular-mente en una
m i n a de la sustancia de que se trata y b a j o ' s u ángulo de refle-
cara del cristal.
xión, si el plano de incidencia sobre la segunda lámina es per-
Si se examina un punto negro p. e. á través de u n cristal de
pendicular al plano de incidencia de la primera; bajo otras in-
espato ele Islanda, se verán dos imágenes; girando ó moviendo
cidencias puede ser más ó ménos reflejado el rayo luminoso.
el cristal se notará que una de las imágenes permanece fija mien-
2? Trasmitido á través de u n prisma birefringente, no p r o -
tras que la otra gira al derredor de aquella; la primera es la
duce m á s que una imágen, si la sección principal es paralela ó
imágen ordinaria, y la última la extraordinaria, cuyo plano se
perpendicular al plano de incidencia, mientras que en cualquie-
separa del de incidencia.
ra otra posicion con relación á este plano, da dos imágenes.
Como se ve, esta relación entre la forma cristalina ele los
3*1 El rayo luminoso no puede ser trasmitido á través de una
cuerpos y el fenómeno q u e nos ocupa, es de m u c h o Ínteres en
lámina de turmalina, cuyo eje ele cristalización es paralelo al
las investigaciones mineralógicas, y m á s aún t o m a n d o en cuen-
plano de incidencia, y se trasmite tanto más fácilmente cuanto
ta el fenómeno de la polarización ele la luz.
el eje de la turmalina se aproxima más á la dirección perpendi-
polarización Se llama polarización á u n a modificación que pueden sufrir-
cular á este plano.
los rayos luminosos y á consecuencia ele la que no pueden vol- La polarización por reflexión se observa en todos los cuer-
ver á reflejarse ó refractarse en ciertas direcciones. pos, a u n q u e en grados y bajo ángulos diferentes.
Polarización La luz se puede polarizar por reflexión ó p o r refracción; el Conocidas estas propiedades de la luz polarizada, veamos el Ap,¡c»cioocs
por reiraccion^ ángulo bajo el cual se polariza la luz p o r reflexión, varía con uso que de ellas puede hacerse en las determinaciones cristalo- ^ r ^ d "
la naturaleza de los cuerpos, y esta circunstancia p u e d e servir gráficas, en las de refracción y aun en el reconocimiento de al-
en las determinaciones mineralógicas. Sobre un vidrio negro la gunos minerales.
anguiosdepo- luz se polariza bajo el ángulo ele 35°25': hé aquí otros ángulos Como se h a visto, la posicion del eje de u n a lámina de tur- AnSlis¡s con
larizaciou. -t i l a s l á m i n a s dn
de polarización: malina influye terminantemente sobre la determinación del fe- turmalina.

n ó m e n o que nos ocupa; pues bien, si se colocan paralelamente


Yeso 33° 15' dos láminas de esa sustancia, con tal que sean diáfanas y se h a -
Cuarzo 32. 28 yan cortado paralelamente á su eje, dejarán pasar la luz; mas
Magnesia hidratada 32.35 si se p o n e n en cruz, la luz se polarizará y el espacio de contac-
to do ambas láminas quedará oscuro. Ahora, si en ese espacio
del cruzamiento de las láminas se pone un cristal de doble re- E n fin, si se experimenta con una lámina de cristal de roca, roiamadon
rotatoria.
fracción, al pasarlo el rayo polarizado se desviará de su camino, tallada perpendicularmente á su eje de cristalización, sucederá
y no siendo perpendicular á la superficie de salida, n o estará en q u e cuando es atravesada por un rayo de luz polarizada, este
la posicion conveniente para polarizarse, y la parte oscurecida rayo se polariza aun á la emergencia, mas no en el mismo pla-
volverá á iluminarse. Se podrá, pues, así conocer los cristales n o de polarización que ántes ele su paso al través del cuarzo.
que poseen la doble refracción. El nuevo plano se encuentra, en algunos ejemplares de cristal
de roca, á la izquierda, y en otros á la derecha del primero.
Añinoscoio- En posiciones apropiadas los cristales refringentes p r e s e n -
Esta circunstancia es la que se llama polarización rotatoria del
tan anillos coloridos y otros f e n ó m e n o s ópticos que pueden ob-
cuarzo, y que se- observa m u y bien en otras sustancias, como en
servarse bien por medio de la tenaza ó estuche de turmalinas.
el azúcar de caña disuelto en el agua, en la trementina, etc. Se
Consta este pequeño aparato d e dos turmalinas talladas paralela-
llaman dextrógiras á las sustancias que giran á la derecha, y le-
m e n t e á su eje, y m o n t a d a s cada u n a en discos negros de cobre
vógiras á las que lo verifican á la izquierda.
los cuales se colocan en dos anillos metálicos, unidos p o r un
P a r a la observación de estos fenómenos, así como los ante- Polariscopios.
alambre doblado f o r m a n d o pinza ó tenaza p a r a poder dar di-
riores referidos, sobre polarización de la luz, hay aparatos pro-
versas posiciones á las t u r m a l i n a s .
pios llamados polariscopios, y que se encuentran definidos con
Observando con este aparato, u n a de las turmalinss obra co-
todos sus detalles en las obras de física. P a r a el objeto cjue nos
m o polarizador y la otra como analizador; cuando el cristal que
hemos propuesto en esta obra, bastan las nociones citadas que
se examina se halla tallado en Lámina delgada, se le ven con to-
indican la m a r c h a que debe seguirse en la aplicación de estos
cia claridad una serie de anillos coloridos concéntricos separa-
fenómenos de óptica á las investigaciones mineralógicas. Como
dos por otros oscuros, cuyo f e n ó m e n o es m u y perceptible con
ántes se expresó, el conocimiento del índice de refracción, del
la luz de un solo color, y con la luz blanca se producen iriza-
ángulo de polarización y la determinación de los cristales de u n o
ciones: con láminas gruesas los anillos son ménos visibles y
ó dos ejes, serán recursos de gran valía para la clasificación de
desaparecen del tocio bajo u n regular espesor. los sistemas cristalinos y aun de varias especies mineralógicas.
D¡rercncias Lo que hay de m u y particular en esta observación p o r medio Q u e se tengan p. e. fragmentos de minerales trasparentes; se
líos c o l o r i d o s podrá ver desde luego cuáles son sus índices, y si presentan la
de la turmalina, es que en los cristales refringentes de u n solo
refracción c o m ú n ó la doble; si es la segunda, quedan p o r este
<¡eu™ts eje los anillos son circulares, y se hallan cortados p o r u ñ a cruz
hecho excluidos los cristales del sistema cúbico; despues se de-
negra cuando los ejes de las t u r m a l i n a s son perpendiculares en-
t e r m i n a r á n los ángulos ele polarización, y se observará si los
tre sí; en el caso ele que éstos sean paralelos, los anillos presen-
cristales s o n positivos ó negativos.
tan colores complementarios, y la cruz es blanca. F e n ó m e n o s
análogos se presentan con t o d o s los cristales refringentes de un Fosforescencia es la propiedad que presentan algunos cuerpos Fosforescencia

eje; ya verémos la particularidad que el cuarzo presenta sobre de emitir luz, espontáneamente ó sometidos á ciertas causas.
este particular. Los .casos de fosforescencia son los siguientes: espontánea, por C a s o s d e fos-
foresceacia
Con los cristales de dos ejes, los anillos coloridos aparecen b a - elevación de temperatura, por efectos mecánicos, p o r electrici- -
jo la forma de curvas con dos centros, generalmente elipsoidales, dad y p o r insolación.
y girando lentamente el cristal q u e se observa, las fajas negras La primera se observa en algunos vegetales y animales, como
parecen r a m a s parabólicas. e n los hongos y en insectos alumbradores. La fosforescencia por
04 G5
elevación de temperatura se nota m u y bien on algunos diaman-
actualidad no se estima la electrización de las especies minera-
tes y en el espato flúor, calentándose á 300 ó 400 grados. La
les como uno de sus caracteres distintivos, y por lo m i s m o bas-
fosforescencia por efectos mecánicos, como son la percusión y
ta advertir q u e las especies mineralógicas pueden electrizarse
el frotamiento, se observa en varias sustancias, como frotando
por los medios conocidos al efecto en los tratados de física. Las
u n o contra otro dos cristales de cuarzo. El fenómeno físico de
propiedades magnéticas se observan en la magnetita y otros
que nos ocupamos puede también ocasionarse por medio de la
cuerpos ferruginosos, y pocas veces hay que poner de manifies-
electricidad, y en fin, por insolación, cuyo caso es el más im-
to esta propiedad p a r a reconocer una sustancia; así al p r o b a r la
portante en los estudios mineralógicos: este fenómeno se obser-
dureza del hierro magnético, se verá que el polvo arrancado se
va exponiendo al sol algunas sustancias, y observándolas después
pega á la navaja, y también se podrá observar que el mismo
en la oscuridad, donde aparecen luminosas. E n t r e los cuerpos
compuesto ejerce u n a acción m u y notable sobre la aguja i m a n -
m á s notables por este efecto deben citarse los sulfuros de cal-
tada. P a r a p r o b a r estas propiedades magnéticas se usa general-
cio, estroncio y barium, algunos diamantes, el espato flúor, la
mente u n a de esas agujas, colocada sobre u n a p u n t a dé m a n e r a
aragonita, el calcite, el fosfato de cal y otros compuestos, espe-
q u e p u e d a girar con libertad; en esta posicion se le va acercando
cialmente de los alcalino terrosos.
el cuerpo que se quiere experimentar, y se notará si atrae ó re-
Se llama fluorescencia á una producción instantánea de luz q u e pele á la aguja. Tanto las propiedades eléctricas, como las mag-
se observa en el espato flúor, en algunas sales de quinina y en néticas, cuando sean notables en ciertos cuerpos, se designarán
otros compuestos; distingüese este fenómeno del anterior, en que entre los caracteres especiales que les correspondan.
el efecto luminoso cesa con la causa que lo produce. Olor, .sabor, aspereza y untuosidad al tado. Estos caracteres O l o r , s a b o r , a s -
coinprendidos entre los llamados organolépticos, p u e d e n esti- ¡^Tai"^*.
m a r s e como diferenciales en algunos minerales; así, respecto al
olor, servirá p a r a reconocer á los betunes, á las calizas y otras
sustancias que contengan azufre ó ciertos compuestos sulfura-
dos ú orgánicos en descomposición. El sabor del sulfato de hie-
CAPÍTULO IX. rro, del carbonato y sulfato de sosa, de la sal común, del salitre,
etc., es u n dato m u y apreciable al reconocer esas sustancias.
La untuosidad que se nota en el talco y otros compuestos mag-
DIVERSA8 PROPIEDADES FISICAS.- CARACTERES ORGANOLEPTICOS-
nesianos, es u n aviso p a r a caminar ya en determinada via al
hacer u n a determinación mineralógica; lo mismo puede utilizar-
Habiendo citado con algunos detalles las propiedades físicas se el efecto contrario, es decir, la aspereza que presenta p. e. el
m á s importantes, reunimos en este capítulo las descripciones de trípoli y el ruido particular que hace cuando se le frota entre los
algunas otras que p u e d e n enumerarse con más brevedad. dedos; la propiedad de las arcillas y otras sustancias ávidas de
EicctHeidad j Electricidad y magnetismo. En tiempos anteriores se dio al- h u m e d a d q u e se pegan á la lengua, es otro carácter de impor-
magocllsmo. . . , ,
tancia en ese sentido.
.guna importancia a la propiedad que presentan los minerales
Elasticidad y flexibilidad. La primera de estas propiedades Ela5l¡ddady
de electrizarse bajo la influencia de ciertas circunstancias; m a s
consiste en la facultad que tienen algunos cuerpos de volver á
es ésta u n a propiedad tan general, y a d e m á s variable en sus
su forma ó volúmen primitivos, cuando cesa de influenciarlos la
modos de manifestarse, aun en u n a misma sustancia, que en la
causa que los deformaba, y por el contrario, la flexibilidad sólo 1° Figura
J-. 1 l U l d .
D Fórmula para
permite que el cuerpo se doble, quedando con este accidente
2? Crucero. u
d e los m i n e r a -
despues de separada la acción que le obligó á t o m a r nueva for-
3? Color.
ma. Ambas propiedades pueden observarse en varias sustan-
4? Lustre.
cias minerales; así p. e. las láminas de mica pueden doblarse y
5? Trasparencia.
al soltarlas vuelven á su forma primitiva; circunstancia q u e n o
6? T e x t u r a .
sucede con las láminas de yeso, con el amianto, el asbesto, etc.,
7? Dureza.
que sólo son flexibles.
8? Densidad y casos particulares.
9? Caracteres químicos.
10. Yacimiento.
11. Aplicaciones.
Supongamos que se trata de describir un cristal de carbona- KjemP,odeuna
to de cal; se dirá: descripción.
CAPÍTULO X. Figura cristalizada: La f o r m a es un romboedro, y p o r tanto
pertenece al 4? sistema cristalino; las dimensiones del cristal
son......
DESCRIPCION DE LOS MINERALES.
Cruceros: Tres, fáciles que conducen á romboedros.
Color: Común blanco, ligeramente agrisado.
ütilizacion de
Llegamos ya al m o m e n t o de utilizar los caracteres q u e h e - Lustre: Común por calidad, lustroso por intensidad, compa -
los caracteres
estudiados.
mos estudiado p a r a p o d e r describir los minerales, del m i s m o rable al del vidrio é inclinándose al de cera.
m o d o que se a p r e n d e n las letras para formar despues las síla- Trasparencia: Perfecta en láminas delgadas; en algún espesor
bas y las palabras. es trasluciente.
Los objetos, a u n en los usos vulgares, se describen y deter- Textura: Hojosa, ligeramente conchoide.
Modos de dis-
t i n g u i r l o s ob- m i n a n p o r la enumeración de sus caracteres; algunos de estos Dureza: De tres grados; es dócil; el polvo es m a t e y ele color
jetos en gene-
ral. son comunes á varios objetos, pero sea por la combinación de blanco agrisado; iguales caracteres presenta la parte frotada.
dos ó más de aquellos, ó p o r la particularidad de alguno, pode- Densidad: De 2 á 3.
mos distinguir ó especificar los cuerpos. Así, p. e., diremos que Casos particulares: Posee la doble refracción.
se tienen veinte ó más libros de la medida llamada cuarto m a - Caracteres químicos: Hace efervescencia con los ácidos: es in-
yor; dirémos para describirlos: tienen 800 páginas con sus b o r - fusible al soplete, y por el calor de la flama se hace frágil y
Especi6ca-
des teñidos de azul; pasta á la holandesa, etc., etc. Despues, cáustico; con el agua se calienta vivamente, combinándose con
cion d e u n ob-
jeto en parti" describiendo u n o á uno esos libros, habiendo ya citado los ella.
cular.
caracteres que llamaremos generales, dirémos: este libro tiene Clasificación: Es espato calizo ó carbonato de cal, por su cris-
pasta verde, el otro azul; u n a es de color uniforme, otra m a n - talización romboédrica, cruceros fáciles que conducen á r o m -
chada, etc. boedros; trasparencia; dureza de 2; densidad de 2 á 3, y porque
Del mismo m o d o se describen muchos cuerpos, y en el caso hace efervescencia p o r los ácidos y es infusible al soplete,
de los minerales usarémos la fórmula ó método siguiente: etc., etc.
causa que los deformaba, y por el contrario, la flexibilidad sólo 1° Figura
J-. 1 l U l d .
D Fórmala para
permite que el cuerpo se doble, quedando con este accidente
2? Crucero. u
d e los m i n e r a -
despues de separada la acción que le obligó á t o m a r nueva for-
3? Color.
ma. Ambas propiedades pueden observarse en varias sustan-
4? Lustre.
cias minerales; así p. e. las láminas de mica pueden doblarse y
5? Trasparencia.
al soltarlas vuelven á su forma primitiva; circunstancia q u e n o
6? T e x t u r a .
sucede con las láminas de yeso, con el amianto, el asbesto, etc.,
7? Dureza.
que sólo son flexibles.
8? Densidad y casos particulares.
9? Caracteres químicos.
10. Yacimiento.
11. Aplicaciones.
Supongamos que se trata de describir un cristal de carbona- EjemP,odeuna
to de cal; se dirá: descripción.
CAPÍTULO X. Figura cristalizada: La f o r m a es un romboedro, y p o r tanto
pertenece al 4? sistema cristalino; las dimensiones del cristal
son......
DESCRIPCION DE LOS MINERALES.
Cruceros: Tres, fáciles que conducen á romboedros.
Color: Común blanco, ligeramente agrisado.
Utilización de
Llegamos ya al m o m e n t o de utilizar los caracteres q u e h e - Lustre: Común por calidad, lustroso por intensidad, compa -
los caracteres
estudiados.
mos estudiado p a r a p o d e r describir los minerales, del m i s m o rable al del vidrio é inclinándose al de cera.
m o d o que se a p r e n d e n las letras para formar despues las síla- Trasparencia: Perfecta en láminas delgadas; en algún espesor
bas y las palabras. es trasluciente.
Los objetos, a u n en los usos vulgares, se describen y deter- Textura: Hojosa, ligeramente conchoide.
Modos de dis-
t i n g u i r l o s ob- m i n a n p o r la enumeración de sus caracteres; algunos de estos Dureza: De tres grados; es dócil; el polvo es m a t e y ele color
jetos en gene-
ral. son comunes á varios objetos, pero sea por la combinación de blanco agrisado; iguales caracteres presenta la parte frotada.
dos ó más de aquellos, ó p o r la particularidad de alguno, pode- Densidad: De 2 á 3.
mos distinguir ó especificar los cuerpos. Así, p. e., diremos que Casos particulares: Posee la doble refracción.
se tienen veinte ó más libros de la medida llamada cuarto m a - Caracteres químicos: Hace efervescencia con los ácidos: es in-
yor; dirémos para describirlos: tienen 800 páginas con sus b o r - fusible al soplete, y por el calor de la flama se hace frágil y
Especi6ca-
des teñidos de azul; pasta á la holandesa, etc., etc. Despues, cáustico; con el agua se calienta vivamente, combinándose con
cion d e u n ob-
jeto en parti" describiendo u n o á uno esos libros, habiendo ya citado los ella.
cular.
caracteres que llamaremos generales, dirémos: este libro tiene Clasificación: Es espato calizo ó carbonato de cal, por su cris-
pasta verde, el otro azul; u n a es de color uniforme, otra m a n - talización romboédrica, cruceros fáciles que conducen á r o m -
chada, etc. boedros; trasparencia; dureza de 2; densidad de 2 á 3, y porque
Del mismo m o d o se describen muchos cuerpos, y en el caso hace efervescencia p o r los ácidos y es infusible al soplete,
de los minerales usarémos la fórmula ó método siguiente: etc., etc.
Yacimiento: El carbonato de cal es muy abundante en la na- los correspondientes á las especies definidas en una obra com-
turaleza; se le encuentra formando montañas enteras, masas pleta de mineralogía.
aisladas, etc., y en varios terrenos geológicos: cristalizado como
el ejemplo de que nos ocupamos se halla generalmente en las
vetas. SECCION I.
Aplicaciones: El carbonato de cal es común en los usos do-
Descripción de las especies minerales útiles en la agricultura y necesarias para
mésticos.
el conocimiento de las rocas.
Este es el sistema general de describir los minerales; si ne-
cesario fuere, se entrará en ciertos pormenores, como medida de
ÁCIDOS Y ÓXIDOS MINERALES.—CUARZO.
los ángulos de los cristates, de los cruceros, etc.; indicación de las
modificaciones de los cristales; semejanzas y diferencias del mi-
Sinonimia: Cristal de roca, chichicle, prasio, cuarzo.
neral en cuestión con otros; variedades del mineral, etc., etc.
El ácido silícico se encuentra anhidro ó hidratado: vamos á
Sistemas de Para facilitar el estudio de los minerales se les agrupa de di-
clasificación. ocuparnos del primer caso.
versos modos, reuniendo aquellos que tienen ciertos caracteres,
El cuarzo anhidro, es decir, sin agua combinada, se subdivi-
como se efectúa con los objetos en los diversos ramos de las
de en cuarzo cristalizado y cuarzo amorfo, ó lo que es lo mismo,
ciencias naturales.
cuarzo fenocristalino y cuarzo criptocristalino, indicando el pri-
Así se h a n formado grupos de familias en los minerales ó se
mer adjetivo que las figuras ó formas geométricas son determi-
h a atendido á su composicion química, á la forma cristalina, á
n a r e s ó visibles, y el segundo que no se observan aquellas en
sus usos industriales, etc.; p. e., grupo de los carbonatos, grupo
el caso que se considera.
de minerales de cobre, de hierro, etc., etc. .
Nosotros, para la aplicación que nos hemos propuesto, adop-
tamos el método que agrupa los minerales por su composicion 1.—CUARZO ANHIDRO.

química, y reuniremos en un primer grupo las especies que más


se usan en la agricultura, así como las más necesarias para el A.—Cristalizado ó fenocristalino.
conocimiento de las rocas; en la siguiente sección reuniremos
algunos minerales industriales á fin de darle más generalidad á Formas: Del sistema romboédrico: generalmente en prismas
este libro y que pueda servir á personas de diferentes profesiones, exagonales, con las caras rayadas trasversal mente; los prismas
tomando la parte que les fuere necesaria. Debemos advertir que terminados por pirámides de seis caras: se encuentran también
en las primeras descripciones repetirémos constantemente los gemelos y a u n grupos en que los cristales se asocian, libres, ó
nombres y el orden de cada u n o de los caracteres, á fin de acos- penetrando unos en otros.
tumbrar al discípulo á que haga las citas en el orden necesario; Cruceros: Generalmente carece de ellos, y á veces presenta
en la parte relativa á los minerales industriales, se hará la cita indicios de crucero, principalmente calentando ese mineral y
de sus caracteres en resúmen, pues se supone que ya el lector sumergiéndolo en agua fría.
está familiarizado con las descripciones. Este ejercicio le permi- Colores: Comunes, variando del blanco lechoso, blanco agri-
tirá conocer cualquiera otra especie mineralógica de las no ano- sado, gris de humo, pardo de clavo y otros tonos, verde, roji-
tadas en este libro, consultando los caracteres que observa con zo, etc.
Geología.—8
Lustre: P o r calidad, c o m ú n ; p o r comparación, g e n e r a l m e n t e
d e vidrio, q u e pasa á veces al resinoso; p o r intensidad, resplan- riedades q u e contienen cantidades notables de óxidos, silica-
deciente ó lustroso. tos, etc.
Trasparencia: Perfecta en algunas variedades; trasluciente ó Composicion: La variedad típica, que es el cristal de roca, se
a u n opaca en otras. c o m p o n e de
Textura: Compacta, c o m u n m e n t e conchoide y á veces des-
igual, astillosa. Silicium (Si) 46.67
Dureza: o
De 7 ; dócil: la p a r t e r a s p a d a es p o r lo regular b l a n - Oxígeno (O) 53.33 Siendo su f ó r m u l a Si O. 2
quizca, excepto en las variedades coloridas: polvo, id., id., id.
100.00
Densidad: De 2.5 á 2.8.
Casos particulares: P o s e e la doble refracción. T i e n e polari- Las otras variedades contienen diversas impurezas, q u e les
zación circular. d a n color: así el a m e t i s t a tiene óxido de m a n g a n e s o , el cuarzo
Caracteres químicos: Insoluble en el agua y en los ácidos. rosado óxido de hierro, etc., etc.
El ácido fluorhídrico gaseoso ataca al cuarzo y lo opaca, cuya Yacimientos: Son m u y variados .los del cuarzo fenoeristalino;
p r o p i e d a d se utiliza p a r a g r a b a r el vidrio. Al soplete, s o b r e el se e n c u e n t r a en t e r r e n o s de varias épocas geológicas, en vetas,
carbón, es infusible, p e r o a ñ a d i é n d o l e sosa ó potasa, se f u n d e i n c r u s t a d o en diversas rocas, diseminado, etc.
f o r m a n d o u n vidrio. E n el a l a m b r e d e platina con el b ó r a x se El cristal de roca a b u n d a en m u c h a s minas, y sus cristales lle-
disuelve l e n t a m e n t e ; con el fosfato amoniacal f o r m a u n a p e r l a g a n m u c h a s veces á g r a n d e s dimensiones. S e citan c o m o m u y
d o n d e se percibe un esqueleto de siliza. g r a n d e s los siguientes ejemplares: en el Museo de Nápoles exis-
t e u n g r u p o d e g r a n d e s cristales q u e pesa media tonelada: el
Variedades.—Q-istal de roca (Chichicle d e los m i n e r o s del
S r . Rafaeli, de Milán, posee u n cristal q u e tiene 3 £ piés de lon-
país): El m á s limpio y vitreo.
gitud p o r 51- pulgadas de diámetro. E n la Exposición de F i l a -
A éreo-hidro: Como el anterior, p e r o conteniendo cavidades
delfia vimos e j e m p l a r e s de cerca de 0."'40 de longitud en el de-
o c u p a d a s p o r líquidos ó gases.
p a r t a m e n t o Brasilero. E n México a b u n d a el cristal de roca en
Ametista (Chichicle): De color azul violado.
varias vetas minerales, y se e n c u e n t r a n m u c h o s cristales suel-
Prasio: De color verde.
tos en t e r r e n o s de acarreo, c o m o en las cercanías d e San J u a n
Cuarzo rosado: De color b l a n c o r o s a d o .
d e los Llanos, E s t a d o de Puebla, y otras m u c h a s localidades.
Cuarzo gris de humo: De color agrisado c o m o lo indica su
E n N o r t e - A m é r i c a , en E u r o p a , etc., a b u n d a igualmente el cuar-
nombre.
zo cristalizado. El cuarzo aéreo-hidro se e n c u e n t r a igualmente
Falso topacio: De color amarillo b a j o . en varias localidades d e E u r o p a y América: en México se halla
Lechoso: Blanco lechoso y g e n e r a l m e n t e opaco. en el R e a l del Monte, Estado de Hidalgo. El ametista se e n c u e n -
Sagenítico: Conteniendo en su interior cristales de la m i s m a t r a en las vetas d e G u a n a j u a t o , de Zacatecas y otras partes. El
sustancia ó d e otros minerales. cuarzo rosado en Albany, E s t a d o s Unidos, en Baviera, etc. El
Aventurina: El q u e contiene l á m i n a s d e mica en su m a s a . prasio en Sajorna. El cuarzo humeado en Massachusets, Estados
Guijarro ferruginoso: De color p a r d o rojizo, p a r d o d e clavo, Unidos. El guijarro ferruginoso en G u a n a j u a t o , etc., etc.
etc.: el cristal de roca m á s i m p u r o y d i v e r s a m e n t e colorido.
Aplicaciones: El cristal de roca, el ametista, el prasio y esas
Cuarzo impuro: E n general se d a este n o m b r e á las v a -
otras variedades se usan en la joyería c o m o piedras de a d o r n o .
En general, el cuarzo limpio, cristalizado ó no, se utiliza en la
Pedernal: Más opaco q u e la calcedonia.
fabricación del vidrio, fundiéndolo con carbonatos alcalinos, y
Piedra córnea: Un poco más lustrosa.
también con óxidos de plomo para hacer el cristal. Pulveriza-
Jaspe aporcelanado: Color gris de perla, lustroso.
do el cuarzo, natural ó artificialmente, se utiliza en la agricultura Jilolita: Blanca, agrisada, amarillenta, etc., en forma de tron-
p a r a dividir los terrenos arcillosos y compactos, cuya operacion cos vegetales,
entra en los llamados mejoramientos de los terrenos: también se b Variedades gris—negruzcas ó negras.
usa en ese estado p a r a mezclarlo á la arcilla en la fabricación
Basanita ó piedra lídica: Color gris negruzco ó negro de ter-
de la porcelana. . ciopelo: en masas, cintas, vetas, mantos, etc.
c Variedades verdes.
B.— Cuarzo anhidro criptocristalino. Crisopasa: Caracteres semejantes á los de la calcedonia, pero
su color es verde manzana-
Formas: Comunes; figuras imitativas como arriñonada, esta- Prasio: Verde y trasparente: caracteres análogos á los de la
lactítica, concrecionada, globulosa y otras; también en masas in- misma variedad del grupo anterior, excepto la forma.
formes, en cintas y vetas y en piedras rodadas. Plasma: Verde puerro, yerba ó m o n t a ñ a .
Colores: Comunes; variando del blanco agrisado, lechoso, azu- Ojo de gato: Gris verdoso ó rojizo: pulido en formas convexas,
loso, gris negruzco, verde, rojo, amarillento, pardo, etc.: también presenta visos claros, nacarados ó amarillentos,
con dibujos de listas, nubes, manchas, etc. d Variedades rojas.
Lustre: P o r calidad, común: por comparación, de cera que se Cornelina: Es u n a especie de ágata, trasluciente, de color rojo.
acerca al vidrio en algunas variedades: por intensidad, lustroso, Guijarro ferruginoso: E n m a s a s , bolas, etc.: color rojo d e s a n -
y poco lustroso: á veces mate. gre, pardo de ocre, amarillento, etc.
Trasparencia: Menor que en la sección anterior: p o r lo co- e Variedades listadas y manchadas.
m ú n es trasluciente y á veces opaca. Ágata: Es una calcedonia con dibujos de bandas ó manchas
Textura: Compacta: domina la conchoide. en diversas formas.
Dureza: La m i s m a del cuarzo fenocristalino. Onix: Semejante á la anterior, con listas m u y finas.
Densidad: Id., id. Jaspe: Cuarzo impuro con mezclas de colores.
Caracteres químicos: Los mismos del anterior, presentando Heliotropo: De color verde con manchas rojas,
algunas reacciones particulares a' los óxidos metálicos que con- f Cuarzo en masa: Llámase así cuando constituye rocas, y
tienen algunas variedades. también se designa con el n o m b r e de cuarzita.
Composicion química: Ácido silícico más ó m e n o s puro. g Cuarzo granular: En f o r m a de granos: si éstos están unidos
Variedades: T o m a n d o p o r base el color dominante y la estruc- entre sí formando masas granosas, finas, se llaman areniscas á
tura, podremos reunir las variedades de cuarzo criptocristalino las masas que constituyen.
en los siguientes grupos: Se llama Jtacolumita á u n a de estas variedades, pero cuyas
a Variedades grises azulosas. masas son flexibles.
Calcedonia: Trasluciente; blanca agrisada ó azulosa: lustre re- h Cuarzo concrecionado común: E n forma de cascos, concre-
sinoso ó de cera; estalactítica, concrecionada, globosa ó en ciones, etc., en revestimientos, incrustaciones: procede general-
masa. mente de los depósitos de aguas termales.
i En geodas 6 cocos: Son elipsoides ó esferas más ó m e n o s
pasa al de vidrio; p o r intensidad es lustroso, poco lustroso y
regulares, huecos ó conteniendo cristales de cuarzo y otras sus-
aun mate.
tancias en su interior.
Trasparencia: Casi perfecta en algunas variedades; en otras
Yacimientos: Son semejantes y tan geneiales como los del
trasluciente y aun mate.
cuarzo fenocristalino. La calcedonia se encuentra en las vetas,
Textura: Conchoide.
en incrustaciones y en masas rodadas. Se halla en varias loca-
Dureza: 5.5 á 6.5; agrio; raspadura clara.
lidades mexicanas: es notable u n a variedad azul, m u y fina, q u e
Densidad: 1.9 á 2.
se encuentra en Meztitlan. El pedernal es t a m b i é n a b u n d a n t e .
Casos particulares: Algunas variedades poseen un tinte azu-
E n Europa se presenta á veces formando nodulos en la creta.
loso, turbio, que es un efecto de la refracción y al cual se le lla-
Se encuentra en masas, en Izúcar del Estado de Puebla, y otras
m a aspecto opalino: otras variedades descomponen la luz y p r e -
m u c h a s localidades. La piedra de lidia se presenta en bancos,
sentan bellísimos cambiantes de colores rojos, verdes, violados
vetas y nodulos en muchas de nuestras m o n t a ñ a s calcáreas clel
y otros.
período mesozoico, como en la Sierra de Querétaro. La criso-
Caracteres químicos: Al soplete decrepita y salta en astillas,
prasa se halla en Silesia. La cornelina en Zimapan, Estado de
poniéndose opaco y azuloso: calentado en un tubo abierto p o r
Hidalgo. La ágata en incrustaciones en las rocas llamadas al-
una extremidad, emite vapores acuosos: las variedades amari-
mendrillas; en piedras rodadas en Quila, 5? cantón de Jalisco.
llas que contienen hidróxido de hierro se h a c e n rojas p o r la ac-
La Itacolumita ó cuarzo flexible es propio de la América clel Sur.
ción del fuego. Los otros caracteres químicos son los propios
Las geodas se encuentran en los Estados de Puebla, Guerrero, del ácido silícico.
en Panales, Estado de Querétaro, y otras varias localidades.
Composicion: Ácido silícico conteniendo siempre agua, a u n q u e
Aplicaciones: Tiene generalmente las mismas que el cuarzo en cantidades variables c o m u n m e n t e de 3 á 9 por ciento: algu-
cristalizado. Muchas de las variedades amorfas que h e m o s se- nos autores creen que es solamente agua higroscópica y no de
ñalado se usan como piedras de adorno; tales s o n el heliotropo, combinación.
la cornerina, la ágata, el ónix y otras. La piedra de Lidia ó si- Variedades: P a r a facilitar el estudio de la siliza hidratada, di-
liza negra, la usan los plateros p a r a conocer la ley de u n a liga vidiremos sus variedades en diversos grupos.
de oro, para lo cual la frotan sobre la piedra y comparan el co- a Opalo fino: Lo caracterizan los reflejos ó cambiantes iriza-
lor dorado de la traza con el de otro de u n a liga conocida que dos: según la distribución y formas de los colores, se distinguen
sirve de testigo. en ópalos de flamas cuando tienen semejanza con éstas; giraso-
les cuando presentan reflejos rojos p o r efecto de una luz bri-
2.—CUARZO HIDRATADO Ó RESINITA. llante; arlequines en el caso de que los colores estén distribuidos
en puntos ó m a n c h a s cortadas. Partiendo de estas denominacio-
Formas: Comunes: en masas, concreciones, capas, costras, te- nes generales, creemos conveniente dividir los ópalos finos en
rroso: también en estado líquido. las tres secciones siguientes:
Colores: Comunes, variando del blanco agrisado, ele leche, Opalos húngaros: Blanco-lechosos ú otro color, pero siendo
azuloso, amarillo de Isabel, rojo de fuego, gris, m a n c h a d o , opacos y con reflejos.
etc., etc. Opalos mexicanos: Trasparentes ú opacos, de color rojo de
Lustre: P o r calidad, común; por comparación, de cera que fuego y con visos. Este n o m b r e fué dado p r i m e r a m e n t e á
esa variedad por el profesor mexicano D. Antonio del Castillo.
que dejan las aguas termales, y los que proceden de la descom-
A la temperatura de 19°5 C., hemos encontrado que la densi-
posición de algunos silicatos. Se presenta esta siliza en masas
dad de ese ópalo es de 2.0.
compáctas ó esponjosas, en concreciones, costras, escamas, re-
Opalos queretanos: Designamos con este nombre á las va-
vestimientos y fibras: su color es generalmente blanco agrisado
riedades trasparentes, incoloras, ó de otros tintes que no sean
ó amarillento. Se llama Fiorita á una variedad de lustre aper-
el rojo de fuego, y teniendo siempre sus cambiantes ¡rizados. lado que generalmente se encuentra en las lobas.
Estas variedades abundan en el Estado de Querétaro, México,
Siliza pulverulenta.— Trípoli. En masas terrosas formadas por
por cuya circunstancia las designamos con aquel nombre.
despojos de seres microscópicos, especialmente por las algas lla-
b Opalo común: Trasparente ó trasluciente y con otros ca-
madas Diatónicas: es mate; su color blanco agrisado y amari-
racteres semejantes á los anteriores, excepto los reflejos. En
llento más ó ménos oscuro: es blando de 1 á 2 o . Frotado entre
estos ópalos de color propio, que puede ser uniforme, listado, los dedos produce un sonido particular. Tiza. Del mismo orí-
manchado, etc., debemos citar un magnífico ejemplar que po- gen que el anterior: blanco agrisado ó amarillento, más fino al
seemos, procedente del Estado de Guanajuato, y que es de co- tacto y algo untuoso.
lor azul de ultramar.
Yacimientos. Los ópalos, semi-ópalos, etc., se encuentran ge-
c Semi-ópalos: Llámanse así á las diferentes variedades mé-
neralmente en nodulos y capas de poca extensión en las cavi-
nos traslucientes, pero conservando el lustre resinoso y la tex-
dadades y caras de separación de los pórfidos, traquitas y otras
tura conchoicle.
rocas ígneas. Los principales criaderos de ópalos finos de Méxi-
d Jilópalo: Dáse este nombre á las diferentes variedades que co se encuentran:
presentan los caracteres* de ópalo común ó de semi-ópalo y tie- En la Barranca de Tepezalá, dos leguas al S u r de la hacien-
nen estructura de madera ó troncos vegetales. da de San Miguel, jurisdicción del Real del Monte, Estado de
e Opalo blando: De consistencia de arcilla, y como ésta, for- Hidalgo: los ópalos se hallan en un conglomerado traquítico
m a á veces una pasta dúctil con el agua; es blanco azuloso ó formado por los detritus del cerrro de las Navajas. Este fué el
amarillento y presenta el viso azuloso llamado opalino. Opalo primer criadero que se conoció en México, y fué descubierto pol-
líquido: Tiene el aspecto de la siliza gelatinosa y presenta el los alumnos del Colegio de Minería D. Juan Orozco y D. J u a n
viso opalino. C. C. Ilill.
f Cacholonga: Esta variedad de siliza hidratada se encuentra En Zimapan, del mismo Estado, se halla el ópalo mexicano,
generalmente en concreciones ó arriñonada, revistiendo á las juntamente con el ópalo de fuego, en conglomerados traquí-
rocas: es opaca y sus colores varían del blanco azuloso, amari- ticos.
llento y rojizo. Los criaderos más importantes son los de Esperanza, á diez
g Hialita: Ésta forma revestimentos arriñonados, en racimos, leguas NO. de San Juan del Rio, Estado de Querétaro. Los ópa-
globosa, etc.: es trasparente, y su color blanco agrisado, tenien- los se hallan allí diseminados en nodulos y vetillas en la masa
do el aspecto del vidrio común. de un pórfido cuarcífero de color rojo pardusco, que varía al
h Menilia: También es concrecionada y p o r lo regular bajo blanco agrisado y rojizo. Las montañas porfídicas de aquella
la forma de raíces ó rizomas; lustre de cera, textura conchoide; localidad forman eminencias sucesivas, y están cortadas por es-
colores grises. calones y bancos de la misma roca: á veces están los bancos re-
Süiza sedimentaria: Gompréndense aquí los depósitos silícicos plegados, y por su aspecto puede suponerse que en su apari-
cion vinieron acompañados de aguas termales silicíferas, á cuya
sedimentación se debe la formación del ópalo. Se nota que en xico en circunstancias análogas á los anteriores: á veces sirven
las rocas compactas y más duras a b u n d a n las variedades rojas de matriz al cinabrio, como se observa en los cerros porfídicos
de fuego y las mexicanas, y en las más claras y blandas se en- del Puesto, cerca de Lagos, en Jalisco y en otras localidades.
cuentran las variedades húngaras: los bancos de pórfido tienen En Santa María de la Huerta, en el 5? Cantón del propio Estado,
generalmente la dirección NO. á SE. En el año de 1872, en que a b u n d a el semi-ópalo en los criaderos de caliza ele agua dulce.
visitamos aquellos criaderos, habia varias minas en explota- Opalo blanco azuloso; muy puro, se encuentra en San J u a n ele
ción. P u d i m o s observar allí las variedades húngaras, las mexi- los Lagos.
canas, las que llamamos queretanas, los ópalos de fuego y los El ópalo blando se halla ocupando algunas cavidades de las
comunes, los semi-ópalos, la hialitay la cacholonga. rocas que f o r m a n la matriz de las anteriores variedades.

Esos criaderos fueron descubiertos en 1855 por un sirviente El Sr. D. Miguel R u i nos mostró un frasco conteniendo ópa-
lo líquido procedente de u n a mina de Guanajuato: esa m u e s t r a
de la hacienda ele Esperanza, llamado Ignacio Lozano, pero has-
fué presentada en la Exposición Internacional de Fíladelfia,
ta el año de 1870 fueron emprendidos los trabajos de explota-
1876, y despues de cuatro ó cinco meses, notamos que en aque-
ción por el Sr. D. José María Siurob, vecino de Querétaro.
lla sustancia gelatinosa se formaban varios núcleos donde se ha-
En los criaderos de Esperanza hay ópalos de grandes dimen-
cia más perceptible el viso opalino.
siones: recogimos- un ejemplar de la variedad húngara, que te-
La cacholonga se encuentra en los criaderos de ópalo.
nia el t a m a ñ o de un huevó ele paloma: el Sr. D. Eufemio A m a -
La hialita a b u n d a en los cerros de Esperanza; es m u y fre-
dor posee un paralelepípedo de la variedad llamada arlequín,
m n cuente también en los cerros porfídicos de Guadalupe y las la-
cuyos lados tienen 0. 07 de longitud y 0. '30 de anchura: el es-
vas del P e ñ ó n cerca de la ciudad de México.
pesor de la capa de ópalo fino es de 0. m 01. Uno de los m a y e -
La menilia se encuentra formando nodulos en los terrenos
res ejemplares de ópalo fino que se citan es el que existe en el
terciarios y en los cuaternarios: a b u n d a en la caliza silízosa del
Museo de V i e n a y tiene 17 onzas de peso, pero no está entera-
P e ñ ó n de los Baños, en las cercanías de México.
mente separado de su matriz.
El trípoli es m u y común en los terrenos posterciarios mexi-
Posteriormente se han descubierto otros criaderos de ópalo
canos: en el Valle de Aguascalientes, en el de México y otros
en el Distrito de Amealco del propio Estado de Querétaro. La
muchos forma bancos que alternan con las tobas, margas, arci-
formación opalífera ele ese Estado abarca muchas leguas dé
llas y otras rocas de acarreo y lacustres. En Ceyssat, en Tos-
extensión.
cana y otras localidades extranjeras.
Varias son las localidades mexicanas donde se encuentran las
El Tiza, v. Tízate, se encuentra también con abundancia en
diversas variedades ele ópalos comunes, semi-ópalos, etc.: en
algunos de nuestros valles y varias localidades, llevando el nom-
México a b u n d a n m u c h o los pórfidos traquíticos donde aquellas
b r e de "Los Tizates," por existir en ellos muchos criaderos de
se encuentran. Atendiendo á la posicion de esas m o n t a ñ a s res-
ese mineral. Cerca de Zacoalco, en Jalisco, en Puerta de Vega
pecto de ciertos horizontes geológicos, suponemos que corres-
de idem, en Ixtlahuaca, en Atotonilco, etc., etc.
ponden al período terciario.
Aplicaciones. Usanse los ópalos como piedras de adorno, y á
Los ópalos finos se hallan en Hungría y en Honduras, t a m -
veces se estiman en gran valor: los ópalos comunes, los s e m i -
bién en pórfidos ó en conglomerados ele esta roca.
ópalos, pueden emplearse como el cuarzo común en los usos
Los .ópalos comunes y los semi-ópalos se encuentran en Mé- industriales: el trípoli y el tiza sirven para limpiar los metales.
Los indígenas del Valle de México y otras localidades d e c a n t a n
Fe 0 31.03
el tiza y f o r m a n pastas esféricas q u e v e n d e n en las poblaciones,
Fe 2 O 3 68.97
especialmente en la ciudad d e México.
100.00

MAGNETITA. Su f ó r m u l a se representa p o r F e O, Fe 2 O. 3
Caracteres químicos. Se disuelve en ácido clorhídrico. Al so-
Sin. Hierro magnético. P i e d r a i m á n , magnetite de H a i n - plete, con la flama de oxidacion pierde sus p r o p i e d a d e s m a g n é -
dinger. ticas. Con los f u n d e n t e s da u n a m a s a v e r d e botella al fuego de
Formas. Del p r i m e r sistema; g e n e r a l m e n t e en octaedros ó d o - reducción y rojiza al de oxidacion.
decaedros. Variedades:—a Cristalizado. E n las f o r m a s q u e q u e d a n indi-
Crucero. Octaédrico, m á s ó m e n o s perfecto; t a m b i é n se e n - cadas.
c u e n t r a en m a s a s y dendrítico. b Granular. Diseminado en las rocas, ó en granos sueltos.
Colores. Metálicos: negro ele hierro. c En masas. Lenticulares, hojosas ó de otras formas.
Lustre. P o r calidad, métálico; p o r intensidad, resplandecien- El Prof. D a n a lo divide en magnetita c o m ú n , m a g n e s i a n a , ti-
t e ó lustroso. tanífera y ocrácea, considerando las materias que tiene m e z -
cladas. .
Trasparencia. E n general es opaco, sólo en l á m i n a s m u y del-
gadas, c o m o las d e las d e n t r i t a s magnéticas q u e se hallan en al- Yacimientos. La magnetita se e n c u e n t r a en diversas f o r m a -
g u n a s micas; es trasluciente. ciones geológicas, especialmente en las primitivas, como s u c e d e
en Suecia, en Córcega, etc., d o n d e á veces f o r m a g r a n d e s m a s a s
Textura. Compacta, h o j o s a ó desigual d e g r a n o fino, á veces
conchoide. de rocas y p e q u e ñ a s m o n t a ñ a s , ó se halla diseminado en n o d u -
los y en granos. Esto último sucede especialmente en las rocas
Dureza. 6.5 á 7: agrio: el polvo es negro y se pega á la
m e t a m ó r f i c a s , c o m o en la clorita y m i c a - p i z a r r a . Las rocas vol-
navaja.
cánicas suelen contener el m i s m o mineral d i s e m i n a d o en su
Densidad. De 4.9 á 5.2.
masa.
Casos particulares. Es magnético: su polvo se pega á la n a v a -
Los E s t a d o s Unidos de América poseen i g u a l m e n t e m u y ricos
j a ; atrae á la a g u j a m a g n é t i c a : en algunos casos tiene polos, es
criaderos d e magnetita, f o r m a n d o en algunos lugares g r a n d e s
decir, q u e a t r a e á la a g u j a p o r u n e x t r e m o y lo r e p e l e p o r el
lechos ele b a s t a n t e espesor. El Canadá y otros territorios b o r e a -
otro.
les de la A m é r i c a contienen ese rico mineral. E n México se e n -
Conposicion. La v a r i e d a d m á s p u r a contiene:
c u e n t r a en varias localidades. E n la F e r r e r í a de la E n c a r n a c i ó n ,
E s t a d o d e Hidalgo, se explota u n rico criadero q u e se halla en
Fe 72. 4
la caliza mesozoica del cerro llamado Cangando, q u e quiere d e -
O 27. 6
cir " P i e d r a azul," en la lengua otomí. El i m á n d e esa localidad
contiene u n a peejueña ley d e oro. Lo h a y t a m b i é n en el cerro
100.00
d e A m e c a , E s t a d o de Jalisco, en Durango, en Michoacan y en
Considerándolo c o m o f o r m a d o p o r p r o t ó x i d o y sesquióxielo la m a y o r p a r t e de los criaderos ele fierro del país, sólo ó m e z -
de fierro t e n d r í a : clado á la h e m a t i t a y al fierro p a r d o .
82 83
Aplicaciones. La principal es la extracción del fierro metálico, F i e r r o (Fe) 70.00
pues ese mineral p r o d u c e el metal m á s dúctil y de m e j o r ca-
Oxígeno (O) 30.00
lidad.
Alteraciones. P u e d e t r a s f o r m a r s e en óxidos rojos ó a m a r i - 100.00
llos p o r medio d e la oxidacion del p r o t ó x i d o y p a s a r á las 2
Su f ó r m u l a es Fe O. 3

arcillas y otros t e r r e n o s de a c a r r e o p o r m e d i o de las aguas plu- Caracteres químicos. Se disuelve en ácido clorhídrico concen-
viales.
trado, y la solucion, a u n q u e esté m u y diluida, se colora en r o j o
intenso p o r el sulfocianuro de potasio. Calentado en t u b o n o
HEMATITA. emite v a p o r e s acuosos. Al soplete es infusible: la f l a m a de re-
ducción lo hace magnético.
Sin. Ilematite. P e r ó x i d o r o j o de hierro —Pied Iron O r e — H e - Variedades:—a Hierro oligisto 6 espejado. E n cristales ó en
matite rouge. H e m a t i t a . láminas de color gris de acero ó negro de hierro: á veces con
Formas: Del sistema r o m b o é d r i c o : g e n e r a l m e n t e en r o m b o e - irizaciones: es d u r o ; su lustre es resplandeciente.
dros m á s ó m é n o s modificados. b Hierro micáceo. E n m a s a s escamosas ó en escamas sueltas:
Crucero: S e g ú n las caras del r o m b o e d r o , m á s ó m é n o s fácil. las p r i m e r a s tienen poca cohesion g e n e r a l m e n t e : color gris de
T a m b i é n en m a s a s , laminosa, r e n i f o r m e y terrosa. acero q u e rojea, sobre t o d o c u a n d o se ven las l á m i n a s contra
Colores. Metálicos, s e m i - m e t á l i c o s y c o m u n e s : negro de hie- la luz. C u a n d o las escamas son finas se pegan en los dedos al
rro, gris de acero, r o j o p a r d u s c o y r o j o de s a n g r e . tocarlas.
Lustre. P o r calidad metálico ó semimetálico: p o r intensidad, c Hierro hematítico en masa. Gris de acero ó negro de hierro:
varía de resplandeciente á m a t e . se halla en m a s a s con lustre metálico ó semimetálico.
Trasparencia. E n general es opaco, y sólo en escamas m u y d Hierro espumoso. E n m a s a s f o r m a d a s de partículas ténues
delgadas es resplandeciente. q u e se desagregan fácilmente: es u n t u o s o y tizna ó ensucia al
Textura. Compacta, á veces hojosa, conchoide, desigual y a u n tocarlo: su color es gris de acero, q u e pasa á rojo p a r d u s c o ó de
terrosa. sangre.
Dureza. Varía de 6 en las m a s a s c o m p a c t a s y cristales, á 2 e Hematita compacta. E n m a s a s d u r a s y compactas: general-
en el hierro e s c a m o s o y en el ocráceo: es dócil; la p a r t e f r o t a d a m e n t e r e n i f o r m e ó en otras concreciones y con u n a e s t r u c t u r a
y el polvo t i e n e n color r o j o p a r d u s c o ó rojo de sangre. radiada: se presenta t a m b i é n fibroso ó en b a r r a s : su color es
Densidad. 4.5 á 5.5. gris metálico ó rojo p a r d u s c o m á s ó m é n o s oscuro.
Casos particulares. E s dimorfo, p u e s cristaliza en el sistema f Hierro ocráceo. Es desmoronadizo, d e t e x t u r a terrosa: b l a n -
cúbico, y entonces se llama Martita, ó en el r o m b o é d r i c o q u e es do; tizna al tocarlo. Su color és rojo p a r d u s c o , q u e pasa al r o j o
el caso ordinario: t a m b i é n a p a r e c e á veces c o m o ' p s e u d o m o r f o . de sangre.
En algunos casos las piritas ó sulfuros de h i e r r o se t r a s f o r m a n g Hierro arcilloso. Como el anterior, c o n t e n i e n d o cantidades
en óxido de este metal, c o n s e r v a n d o sus f o r m a s del p r i m e r sis- variables de arcilla, y . p r e s e n t a n d o t a m b i é n en diversos grados
t e m a , n o o b s t a n t e el cambio d e su naturaleza: á estas t r a s f o r - la tenacidad, olor y d e m á s caracteres de estas últimas.
m a c i o n e s se les llama epigenias. h Hierro globoso. De color rojo y b a j o la f o r m a de esferas ge-
neralmente pequeñas.
Coviposicion. La variedad m á s p u r a contiene:
Yacimientos. El peróxido anhidro de hierro se encuentra en
manteada, cuya dirección es NO. SE. con inclinación al S., está
muchas formaciones geológicas, desde las azoicas hasta las ac-
formada de un conglomerado de ríñones de hematita con al-
tuales, pues se halla en los productos de erupción de los vol-
gunos de cassiterita, aunque éstos en muy poca cantidad. Los
canes modernos.
ríñones están unidos por un cemento de calcedonia que parece
El criadero de hierro espejado m á s célebre se halla en la isla de origen hidro-termal. La veta arma en un conglomerado de
de Santa Elena: se encuentra en otras muchas localidades eu- pórfido, formado de fragmentos de los cerros inmediatos. En la
ropeas y americanas. Se ha encontrado también en los produc- masa de las rocas de éstos encontramos muchos ríñones de he-
tos actuales del Etna, Vesubio y otros volcanes. matita, lo que hace creer que es contemporánea del pórfido, y que
Hemos visto ejemplares de hierro espejado procedentes del las masas sueltas que se hallan en los aluviones vecinos proce-
Real del Monte, Estado de Hidalgo, México. También exami- den de los mismos pórfidos.
n a m o s una veta que contenia hierro espejado bajo la forma de El hierro arcilloso y las arcillas ferruginosas abundan en m u -
láminas delgadas y brillantes, asociado al óxido de estaño en chas localidades mexicanas. Generalmente se encuentran rela-
una formación porfídica, terciaria, d e la "Meza de los Caballos," cionados sus yacimientos á los del basalto. Un criadero ó depó-
Estado de Zacatecas. Se encuentra en otras localidades mexi- sito de arcilla roja ferruginosa que puede citarse es el de Tepa-
canas. titlan en el Estado de Jalisco. La formación de arcilla ferruginosa
El hierro micáceo se encuentra en muchos de nuestros cria- se extiende en una gran superficie ele terreno y se halla sobre
deros de hierro: en el Sur de Jalisco le llaman " m a r m a j a hojo- el basalto formando capas ele regular espesor. El camino que
sa," y le dan iguales usos que á la m a r m a j a pulverulenta. conduce de Lagos á Guadalajara pasa en una extensión de poco
El hierro espumoso se encuentra en masas ó en revestimien- más de doce leguas sobre esa formación. En las tierras que con-
tos muy ténues. tienen este óxido rojo de hierro se desarrollan con mucha loza-
La hematita compacta y el hierro hematítico en masa se h a - nía las encinas (querqus), y muchas veces la presencia ele estos
llan en muchos casos en circunstancias semejantes á las ele la árboles indica cjue en las cercanías ele donde se encuentran apa-
magnetita: á veces forman grandes lechos y masas de rocas, co- recerá el terreno ferruginoso.
mo en Sajonia, en Chile, en los Estados Unidos de América y El hierro rojo globoso se encuentra en el cerro de Galvan, Es-
en otros países. Muchas son las localidades mexicanas que pue- tado de Puebla; las esferitas ele esa localidad son bastante re-
den citarse de ese mineral: hemos examinado ejemplares ver- gulares y tienen un diámetro ele cerca de cinco milímetros. Las
daderamente típicos de hematita radiante, procedente del Esta- esferas están unidas entre sí por un cemento ferruginoso.
do ele México. Alteraciones. Los óxidos anhidros que acabamos de citar pa-
Sucede con frecuencia que m u c h a s personas confunden los san á las tierras arables por la desagregación mecánica de los
ríñones de la hematita con los d e óxido de estaño: varios pro- agentes atmosféricos, y forman los terrenos ferruginosos: bajo
cedimientos habría para hacer esa distinción, como p. e. la fun- la acción de las materias orgánicas se reducen á veces al estado
dición fácil del metal de estaño en u n a hornilla con carbón, la de protóxidos; éstos se reoxidan por el aire: también se combi-
raspadura roja cjue caracteriza á la hematita, etc. A veces se en- nan con los ácidos orgánicos y pasan á las tierras. En el acto
cuentran asociadas las concreciones de ambas especies minera- de la reducción ceden oxígeno á la materia orgánica ó al terre-
les. Nosotros las hemos visto en el cerro del Pinalito, distrito no. y en el ele la oxidacion por el agua dejan hidrógeno libre
de la Cañada, Estado ele Querétaro. Existe allí una gran veta que puede formar amoniaco. Así, esos óxidos contribuyen á la
Geología.—10
formación de elementos de fertilidad, y además tienen la pro-
piedad de almacenar ó retener al amoniaco y sus sales. T a m - Caracteres químicos. Se disuelve en ácido clorhídrico: la so-
bién se cree que contribuyen con su presencia al fenómeno de lución se colora de rojo con el sulfo-cianuro de potasio.
la nitrificacion. Calentado en t u b o produce vapores acuosos. Al soplete, so-
Aplicaciones. Esos óxidos se usan, como el magnético, para la b r e el carbón pierde también el agua y se cambia en hematita,
extracción del hierro, y también producen metal de m u y buena produciendo las otras reacciones propias de esta especie.
calidad: la hematita pulverizada se usa también para pulir los Variedades. P u e d e n establecerse las siguientes, atendiendo á
metales. El ocre ú óxido más p u r o so usa en la pintura á causa su aspecto físico:
de su hermoso color rojo. a En cristales bien desarrollados, grandes ó microscópicos.
b En láminas cristalinas.
GOÉTHITA. e En fibras delgadas ó cristales aciculares, á veces divergentes.
d En masas columnares ó fibrosas,
Sin. Hierro pardo cristalizado. Hidróxido de hierro. Brown e En masas informes, arriñonadas ó estalactíticas.
iron-ore.
Yacimientos. Se halla asociado á los otros óxidos de hierro,
Formas. Del sistema ortorómbico: generalmente en prismas y con más especialidad á la limonita. Le h e m o s visto en varias
rayados longitudinalmente. También en tablas, hojas, compac- muestras mexicanas de esta especie, procedente de m u c h a s lo-
to reniforme, y estalactítico. calidades. En u n a masa careada de limonita, procedente de la
Crucero. Muy perfecto, paralelo á la diagonal menor. Ferrería de Tula, Estado de Jalisco, vimos u n cristal prismático
Colores. Comunes: pardo cetrino claro ú oscuro; amarillo de de Goethita m u y bien desarrollado: tenia 15 milímetros ele lon-
ocre moreno, etc. En partículas delgadas aparece rojizo. gitud y sus caras estaban revestidas de capas de limonita. Se-
Lustre. Por calidad común ó semi-metálico; por intensidad encuentra también en los criaderos ferríferos de Inglaterra, Sa-
lustroso ó mate; por comparación diamantino ó ligeramente re- jonia, en los Estados Unidos de América y en otros países.
sinoso. Alteraciones. P u e d e deshidratarse y pasar al estado de h e m a -
Trasparencia. En general es opaco; las escamas m u y ténues' tita, á veces conservando su forma primera: como los otros óxi-
son ligeramente trasparentes. dos, al m á x i m u m es susceptible de reducirse y también ele
Textura. Compacta; hojosa ó estriada; á veces terrosa. combinarse con el ácido carbónico.
Dureza. De 5.0 á 5.5: polvo pardo cetrino claro. Aplicaciones. Esta especie es relativamente escasa, pero po-
Densidad, De 4.0 á 4.4. dría utilizarse, como los otros minerales oxidables de hierro, para
Composicion. La variedad tipo contiene: la extracción de este metal. Confundido con aquellos, cede su
hierro al producto en las fundiciones.
Sesquióxido de hierro (Fe 2 O 3 ) 89. 9
Agua (FIO.) 10< 1 LIMONITA.

100. 0 Sin. Hierro 'pardo. Hematita morena, Hidróxido de hierro,


2 3 Ocre de hierro, etc.
Siendo su fórmula Fe O IIO.
Formas. En masas informes, porosas, en capas, granos, con-
Como impurezas contiene,-á veces, óxidos de manganeso, si-
liza y arcilla. creciones esferoidales ó estalactíticas y terroso. A veces pseu-
domórfico y en petrificaciones.
88 89

Colores. Comunes; á veces semi-metálicos.' Pardo cetrino, e Oolítico. En granos pequeños y esféricos. Granular. En
moreno más ó menos oscuro, amarillo de ocre. En algunos ca- granos de diversos tamaños y formas; en m a s a s rodadas.
sos tiene colores abigarrados. f Palustre. En masas generalmente cavernosas, en costras y
Lustre. P o r calidad semi-metálico y común; por intensidad en revestimientos m u y tenues: generalmente tiene preciosos
poco lustroso ó mate; por comparación metaloide, de seda ó re- cambiantes ¡rizados y viso metálico.
sinoso. Opaco. g Arcilloso. P u e d e encontrarse como alguna de las anterio-
Textura. Compacta, hojosa, terrosa y á veces estriada. res variedades, pex-o conteniendo arcilla.
Dureza. De 5 á 5.5 en las variedades compactas; en las te- h Arcilla ferruginosa. En capas, en masas de diversas formas,
rrosas de 1 á 2, y aun tizna los dedos: es agrio y el color de la de color pardo cetrino de diversos grados hasta el amarillo de
r a s p a d u r a pardo cetrino claro. ocre, y dominando la arcilla en su composicion.
Densidad. De 3.6 á 4. Cuando está mezclado con arcilla pe- Yacimientos. La limonita se encuentra más especialmente en
sa menos. Esta propiedad se utiliza para juzgar ele la riqueza terrenos sedimentarios y de acarreo, sea f o r m a n d o capas ó al
en óxido de un mineral arcilloso, siendo tanto mayor cuanto lo estado de granos y concreciones rodadas, en arcillas ferrugino-
sea su densidad. sas, en margas, arenas, etc. Encuéntrase también en algunas
Casos particulares. Se presenta también epigénico como el vetas donde se forma por la alteración ele otros minerales que
anterior. contienen fierro.
Composicion. La variedad tipo contiene: El profesor Dana, al hablar de los criaderos de ese mineral,
Sesquióxiclo de hierro (Fe O ) 2 3
85. 6 dice que en todos los casos es el resultado de la alteración de
Agua (HO) 14. 4 otros minerales por la influencia del aire, del ácido carbónico,
ó de los ácidos orgánicos.
100. 0 Los depósitos de limonita se encuentran desde los terrenos
2 3
Siendo su fórmula Fe O HO. secundarios'hasta los actuales. En Francia se hallan llenando
Contiene como impurezas, arcilla, óxido de manganeso, sili- cavidades en las formaciones jurásicas: en otras partes aparecen
za, ácido fosfórico y materias orgánicas. bajo la forma de bancos ó lechos de grande extensión.
Caracteres químicos. Los de la especie anterior, salvo el caso El hierro compacto y el cavernoso se encuentran en varias
de la presencia de las impurezas citadas, que darán sus reac- localidades mexicanas, en Coalcoman, Estado de JMichoacan, y
ciones propias. • en varias ferrerías como en la de Tula, Estado de Jalisco, en
Variedades.—a Concrecionado. En ríñones, estalactitas, cilin- Zacualtipan de Hidalgo, y otras muchas. Las muestras que
dros, coliflor, etc.: á veces estas concreciones son fibrosas en hemos visto de esas ferrerías tienen, unas, el aspecto del hie-
su interior. rro pardo compacto, y otras el del hierro palustre. Las m u e s -
b Compacto. En masas de diversas formas. tras que ele Zacualtipan hemos revisado tienen un color m o r e -
c Escorioso.. Llamado stilnopsiderita: es de color oscuro, casi no pardusco: en las cavidades existen revestimientos en forma
resplandeciente, y de lustre resinoso; se encuentra en masas se- de coliflor, con lustre metaloide y arborizaciones ele óxidos de
paradas ó formando vetillas, ojos, etc., en la variedad compacta. manganeso.
d Cavernoso. En masas conteniendo cavidades de diversas Otros ejemplares tienen epigenias de piritas cúbica y pris-
formas y dimensiones. mática.
90
El hierro palustre se halla en los lechos de los lagos ú otros
Parece que esas grandes formaciones de arcillas ferruginosas
depósitos y corrientes de agua, ó en algunos terrenos bajos don-
proceden de la alteración de los pórfidos y pizarras arcillosas
de lo depositan las aguas: á veces es superficial, pero en otras
de la localidad, y las concreciones son de origen hidro-termal.
está recubierto por arenas ó arcillas.
Alteraciones. Las mismas de la Goethita, y pasan los fragmen-
En el mineral del Bramador, Estado de Jalisco, se encuentra
tos á formar terrenos ferruginosos como acaba de citarse. Se
el hierro palustre con impresiones muy claras de hojas de en-
ve igualmente que el hidróxido de hierro mezclado á la arcilla
cina: en otros que proceden de las vetas se hallan dendritas de
y materias orgánicas forma tierras muy fértiles donde crecen
plata nativa: también se encuentran allí magníficos ejemplares
grandes árboles y se desarrolla la vitis ó uva silvestre, indican-
concrecionados con viso metálico y preciosos cambiantes abi-
do la seguridad de un buen cultivo de las otras especies de vitis
garrados. En el mineral de Agostadero, Estado de Zacatecas, se
en aquellos terrenos.
ve la formación actual del hierro palustre en las grietas de las
Aplicaciones. La limonita sirve igualmente para la extracción
rocas feldespáticas de las montañas de aquella localidad. Las
del hierro y produce metal de excelente calidad. De los terre-
aguas cargadas de hidróxido de hierro lo depositan en las ca-
nos que contienen limonita puede decirse lo mismo que de los
ras de separación de las rocas, y se forman pegaduras de co-
anteriores, al tratarse de su influencia en los cultivos de las
lor de oro con brillo metálico. Igual efecto se observa en la mi-
plantas.
na de La Cantera en Zacatecas y en otras muchas localidades
del país. El ocre amarillo se usa en la pintura como el ocre rojo, y por
medio del fuego puede trasformarse aquel en este último.
El hierro pardo ocráceo se encuentra en el Mineral de las
Aguas, Estado de Querétaro, sobre la formación caliza: su color
SILICATOS.
es pardo cetrino claro, y se usa en la pintura. •

El hierro granular, en fragmentos rodados de varios tamaños, Por la importancia relativa que tienen estos compuestos en
se halla con profusión en las arcillas ferruginosas de Santa Ma- las rocas, pasamos á estudiarlos, colocándolos en orden de esa
ría de los Álamos, Estado de Hidalgo. Las arcillas rojas y a m a - importancia; como verémos al tratar en particular de las rocas,
rillas ocupan allí muy grandes extensiones de terreno, y contie- la definición de las principales de ellas se hace citando los sili-
nen, además de hierro de aluvión, infinidad de bolas epigénicas catos de que están formadas, y para poder determinarlas con
de hierro pardo, que proceden de la alteracion.de pirita radiante. claridad, debe dedicarse m u c h a atención al estudio de los si-
Las masas trasmutadas presentan figuras m u y caprichosas, co- licatos.
mo cilindros terminados p o r esferas, por conos más pequeños
A fin de facilitar el estudio de los silicatos, los dividiremos en
y otras formas. Al lado de esas concreciones abundan también
diversos grupos, como sigue:
las de óxido de manganeso, de forma esférica, llamadas Gro-
roilita.
GRUPO DE LOS FELDESPATOS.
Se h a dado el caso, de muy difícil explicación, de que con-
tengan platino algunas de aquellas concreciones ferruginosas de C o m p r é n d e m e con este nombre algunos silicatos que pre-
Santa María de los Álamos. sentan analogías muy marcadas para constituir un grupo na-
En esas arcillas ferruginosas crecen con notable lozanía el tural bastante notable: las formas cristalinas pertenecen á los
Liquidambar stiraeiflua, varios Sambucas y la Vitis silvestris. sistemas 5? y 6?; la existencia de dos cruceros muy fáciles; su
t e x t u r a h o j o s a ; el lustre n a c a r a d o en las caras de crucero; la
Color. Común, blanco agrisado ó rojizo.
dureza de 6 á 7 o , etc., son caracteres q u e permiten distinguir
Lustre. P o r calidad, c o m ú n ; p o r comparación, aperlado en
estos silicatos con facilidad.
las caras de crucero.
Trasparencia. Perfecta ó sólo trasluciente.
HIÀLOFANIA.
Textura. Conchoide.
Sin. H y a l o p h a n e ( W a t e r s h a u s e n ) : Feldespato de potasa y Dureza. 6 á 7 o ; polvo blanco.
barita. Densidad. 2.6 á 2.7.
Formas. Cristales del 5? sistema, parecidos á los de la o r t o - Casos particulares. Es quebradizo.
clasia; á veces en cristales agrupados: u n crucero m u y claro y Composicion:
otro m e n o s perceptible.
Siliza 43- 1
Colores. Comunes, blanco agrisado ó rojizo.
Alúmina 36. 9
Lustre. P o r calidad, c o m ú n ; p o r intensidad, lustroso, y p o r
Cal 20. 0
comparación de vidrio.
Trasparencia, Perfecta ó sólo trasluciente. 100.00
Dureza. De 6 á 6.5; polvo blanquizco.
S u f ó r m u l a general es:
Densidad. 2.80.
Composicion. S e e x p r e s a p o r la f ó r m u l a : (|-(RO) 3 + -f Al 2 O 3 ) 2( SiO 2 ) 3 .

( i ( B a O , K a O ) 3 + f Al 2 O 3 ) 2 ( SiO 2 ) 3 + 3 S i O 2 . Contiene cantidades variables de hierro, magnesia y sosa.


Caracteres químicos. Al- soplete se f u n d e ; es atacada p o r los
Contiene cantidades variables de cal, magnesia y sosa. ácidos.
Caracteres químicos. Al soplete f o r m a vidrio, a u n q u e difícil- Variedades, a Anortita, Cristianità y Biotina, con los carac-
m e n t e ; n o es atacado p o r los ácidos. teres referidos.
Yacimientos. Hállase en rocas cristalinas en el Valais y en b Indianita: es g r a n u l a r y con colores blanco, agrisado f
Suecia.
rojizo.
Aplicaciones. Las de los feldespatos c o m u n e s . c Amfodelita: gris rojiza.
Alteraciones. P o r la acción del ácido carbónico p u e d e t r a s - Yacimientos. Se e n c u e n t r a en algunas rocas m e t a m ó r f i c a s
f o r m a r s e en c a r b o n a t o s alcalinos, en arcilla y siliza gelati- y volcánicas, en el Vesubio, en el Hecla, en los m o n t e s Urales y
nosa. en Irlanda.

ANORTITA. FELDESPATO COMUN.

Sin. Indianite, Cristianite, Biotina, A m p h o d e l i t , A n o r l h i t (G. Sin. Feldespato potásico. Feldespato ortoclasiá, c o m ú n , etc.
Rose). Formas. E n cristales del 5? sistema. T a m b i é n se e n c u e n t r a
Formas. Cristales del 6? sistema, con dos cruceros fáciles. en m a s a s compactas, l á m i n a s y concreciones.
T a m b i é n so e n c u e n t r a en masas. Cruceros. Dos m u y fáciles.
Geologia.—11.
Colores. Comunes: blanco agrisado, rojizo, amarillento, verdo- parentes de aspecto vitreo: se encuentra más generalmente en
so, rojo, verde, gris de perla y negro. las rocas traquíticas.
Lustre. Por calidad, común; por intensidad lustroso ó poco e Feldsita. En m a s a s de diversos colores, formando á veces
lustroso; por comparación, de vidrio, á veces aperlado en las ca- la pasta de los pórfidos y traquítas, sobre la cual se dibujan los
ras de crucero. cristales de feldespato que caracterizan á estas rocas.
Trasparencia. Perfecta ó sólo trasluciente. f Obsidiana. En masas de color negro puro ó manchado de
Textura. Compacta, conchoide ú hojosa. rojo ladrillo; á veces tiene visos dorados ó plateados; textura
Dureza. De 6 á 6°5; raspadura clara. conchoide; lustre de vidrio, que tira algo á resinoso; traslucien-
Densidad. De 2.4 á 2.6. te en masas delgadas y en los bordes. Al calor de la mufla la
Composicion.' La variedad tipo puede considerarse forma- obsidiana se hincha y se trasforma en una masa esponjosa co-
da de: m o la piedra pómez. La obsidiana puede considerarse como un
feldespato impuro asociado á diversas materias,
Ácido silícico 64.6 g Piedra pez. En masas con lustre resinoso,
Alúmina 18.5 h Piedra aperlada. En masas ó en granos, de lustre vitreo
Potasa 16.9 resinoso y color gris de perla.

100.0 i Esferulita. Se presenta en esferas libres ó aglomeradas.


Yacimientos. El feldespato ortoclasia se encuentra en terrenos
La fórmula general p u e d e escribirse así: de diversas edades, desde los más antiguos, como en los moder-
nos, en los cuales se le ve en cristales bien determinados ó en
( £ KaO 3 + $ Al 2 O 3 ) 2 + 6 SiO 2 . las masas que forman la feldsita ó la pasta de los pórfidos. Así
se encuentra en numerosas localidades mexicanas, en cristales
Caracteres químicos. Se funde al soplete, y la flama indica el diseminados en los pórfidos, separados como en Valenciana y
color correspondiente á las sales de potasa: con el nitrato de co- otros lugares: la variedad vitrea .abunda en las traquítas y pór-
balto se obtendrá la coloracion azul propia de la alúmina. fidos traquíticos que son tan comunes en el país.
Variedades. Como principales deben considerarse las si- La obsidiana se encuentra con abundancia en muchos terre-
guientes: nos volcánicos de México: en las vertientes del cerro de Tequi-
a Adularía. En cristales trasparentes, á veces con reflejos la, Estado de .Jalisco, y de allí hasta el pueblo de Magdalena,
opalescentes, en cuyo caso se llama piedra de luna: cuando tie- sobre el camino de Tepic, se encuentran muchas y muy gran-
ne visos amarillentos se le llama piedra de sol. A la variedad des masas de obsidiana negra, incrustadas ó formando vetas en
que consideramos se refiere el feldespato llamado valencianita, u n a formación basáltica. E n el cerro de las Navajas, Estado de
procedente de Valenciana, en Guanajuato. Hidalgo, se encuentra también con profusion la variedad común,
b Piedra de Amazonas. En cristales ó masas hojosas de co- así como las de viso: se cree que los criaderos de esta localidad
lor verdoso. surtían especialmente de esa sustancia á los aztecas para la fa-
c Feldespato común. En cristales ó masas cristalinas, general- bricación de a r m a s y otros objetos, á los cuales daban formas
m e n t e opaco y de color blanco agrisado, amarillento ó rojizo. m u y elegantes y un excelente pulimento, no obstante la dureza
d Feldespato vidrioso ó Sanidin. En cristales ó granos tras- y la fragilidad de este silicato, y la falta de utensilios en aquella
época, de los m á s á propósito p a r a la talla de las piedras. E n t a j o s a m e n t e en esa clase de construcciones, c o m o se ve en las
el Museo Nacional de México existen u n vaso, dos m á s c a - b ó v e d a s del Gran T e a t r o d e Guadalajara. E n esta m i s m a ciu-
ras y varios espejos y tentetls de obsidiana. U n a de las m á s - dad se h a e m p l e a d o ú l t i m a m e n t e la a r e n a p o m o s a , q u e t a n t o
caras es del t a m a ñ o del rostro h u m a n o , p e r f e c t a m e n t e m o d e - a b u n d a allí, p a r a la fabricación del vidrio corriente, y h a p r o -
lada y pulida, t e n i e n d o taladros m u y delgados en las orejas: ducido m u y b u e n o s resultados. Al h a b l a r de las rocas se m e n -
el vaso es de f o r m a m u y elegante, de paredes delgadas y de e x - cionarán los usos q u e de los conglomerados p o m o s o s se h a c e n
celente p u l i m e n t o : los tentetls tienen la figura de u n s o m b r e r o c o m o materiales d e construcción.
p e q u e ñ o , y servian p a r a a d o r n a r la boca de los magnates.
L a obsidiana de m a n c h a s r o j a s procede de P é n j a m o . FELDESPATO OLIGOCLASIA.

La p i e d r a pez se e n c u e n t r a en los t e r r e n o s volcánicos, en m a -


sas, diques y vetas; á veces salpicada de cristales de feldespato Sin. Feldespato aventurina. P i e d r a de sol, Oligoclasia, E s p o -
f o r m a n d o pórfido. Los p r o d u c t o s de la erupción del volcan Ce- d u m e n a sódica, etc.
b o r u c o , q u e comenzó en 1870, están f o r m a d o s en su m a y o r Formas. Del 6? sistema; cruceros fáciles.
p a r t e de lavas traquíticas de b a s e de piedra pez. T a m b i é n se e n c u e n t r a en masas compactas ú hojosas.
L a p i e d r a a p e r l a d a se e n c u e n t r a d e u n m o d o análogo á la Colores. C o m u n e s : blanco agrisado con tintes verdosos ó r o -
anterior en m u c h a s localidades m e x i c a n a s : son m u y notables jizos, ó agrisados solamente; á veces p r e s e n t a reflejos ó visos
las m a s a s d e ese mineral que se e n c u e n t r a n en los b a ñ o s t e r - rojizos, amarillentos, ó viso de ópalo de fuego.
males de T e q u i x q u i a p a n , Estado de Querétaro. Lustre. P o r calidad, c o m ú n ; p o r intensidad, lustroso; p o r
De la b a r r a n c a de I b a r r a , inmediata á Guadalajara, p r o c e d e n c o m p a r a c i ó n , vitreo, vítreo-resinoso m á s ó m é n o s n a c a r a d o .
los ejemplares de esferolitas, sueltos, de f o r m a p e r f e c t a m e n t e Trasparencia. Más ó m é n o s perfecta y á veces sólo traslucien-
esférica, que se e n c u e n t r a n en el Museo Nacional. E n los ce- t e en los bordes.
r r o s vecinos á Cadereyta Méndez existen m a s a s ele esferolitas Textura. Compacta, h o j o s a ó conchoidea.
comprimidas recíprocamente, de s u e r t e cjue en la sección d a n Dureza.. De 6 á 7 o .
figuras poligonales: t a m b i é n se halla e m b u t i d a en las m a s a s de Densidad. De 2.56 á 2.72.
Composicion. La d e la variedad tipo se r e p r e s e n t a p o r
obsidiana.
Aplicaciones. La adularía, la piedra de sol y la piedra d e Ácido silícico 62. 1
a m a z o n a s se u s a n c o m o piedras preciosas en la joyería: ya h e - Alúmina 23. 7
m o s visto el uso q u e d e este m i s m o g é n e r o hacian los aztecas Sosa 14. 2
de la obsidiana. P o s t e r i o r m e n t e h e m o s visto u n anillo y otras
100.00
piezas d e obsidiana pulidas p o r el inteligente tallador D. E u f e -
mio A m a d o r . P a r t e de la sosa es reemplazable p o r cal.
El feldespato en masas, p u e d e usarse c o m o f u n d e n t e , y t a m -
bién en la fabricación de la porcelana: la piedra pómez, en m a s a s La f ó r m u l a general de la oligoclasia se escribe así:
de regular t a m a ñ o , s i r v e p a r a la construcción, especialmente p a r a
( i ( N a O , CaO ) 3 + f Al 2 O 3 ) 2 3 SiO 2 + 3 , 1 S i o 2 .
construir las bóvedas, p u e s siendo u n material ligero y q u e s e
deja p e n e t r a r fácilmente p o r los cimentos, se p u e d e utilizar v e n - Caracteres químicos. Al soplete se f u n d e con m á s facilidad q u e
el feldespato ortoclasia, cuya circunstancia proporciona u n me-
Densidad. De 2.59 á 2.65.
dio de distinción; la coloracion amarillo-naranjada de la flama
Composición. Se puede expresar así de un modo general:
revelará la presencia de la sosa, y la adición del nitrato de co-
balto dará, al calentar la oligoclasia, la coloracion azul propia
Ácido silícico 68.6
de la alúmina. No es atacado por los ácidos este feldespato.
Alúmina 19.6
Variedades, a Piedra de sol: Su color es blanco agrisado ó
Sosa 11-8
gris rojizo, presentando cambiantes ó reflejos interiores a m a -
rillentos ó de color rojo de fuego. 100.0

b Piedra de luna: Variedad blanquizca con viso opalescente*


c En cristales ó masas con crucero, presentando los caracte- Parte de la sosa puede estar reemplazada por potasa ó por cal.
res generales de la especie. Su fórmula es:
Compacto ó feldsita oligoclásica: en masas, granular ó seme-
( i (NaO) 3 + Al2 O 3 ) 2 ( S i O 2 ) 3 + 6 SÍO 2 .
jando al pedernal.
Yacimientos. Se encuentra en granito pórfido, sienita, traqui-
Caracteres químicos. Al soplete se funde produciendo un vidrio
ta y otras rocas metamórficas ó ígneas; es más común en los
blanco ó incoloro; la flama se colora en amarillo por la sosa;
países del Norte de Europa; en México se le ha encontrado en
no es atacado por los ácidos.
las obsidianas de Zimapan, Estado de Hidalgo.
Variedades, a Albite común. Comprendiendo las masas que
Aplicaciones. La piedra de sol y la piedra de luna se usan en tienen cruceros muy marcados y los cristales; á éstos se les de-
la joyería; el feldespato oligoclasia en masas puede usarse como signa con ciertos nombres para hacer notar algunas particulari-
fundente, y también para la fabricación de vidrio y la p o r - dades; así, se llaman piedras de sol y de luna á los que presen-
celana. tan visos como los cristales análogos de la oligoclasia; Peristerita
á cristales que tienen irizacíones semejantes al pecho de un pi-
FELDESPATO ALBITE. chón, de donde le viene ese nombre; Periclina es el nombre de
los cristales de albita, que son grandes, blancos y opacos; Hi-
Sin. Feldespato de sosa. Albite, Chorlo blanco. Tetartina, etc. posclerita, se encuentra cristalizada, de color verde oscuro, que
Formas. Del 6? sistema con cruceros fáciles. También en contiene piroxena, y su dureza apénas llega á 5.5; Cleavelandia,
masas, en láminas y granos que pueden ser gruesos ó muy en masas y tablas delgadas rombales.
finos.
b Albite compacto ó feldsite: de colores blanco agrisado y gris
Colores. Comunes: blanco agrisado, azuloso, rojizo ó verdoso. rojizo; dureza de 6.5 á 7.5; caracteres químicos, los ántes ci-
Lustre. P o r calidad, común; por intensidad, lustroso; por com- tados.
paración, de perla en las caras de crucero, y de vidrio en las Yacimientos. El feldespato albite se encuentra en varias r o -
demás. cas, como granito, gneis, pórfido, etc.; mezclado á la anfíbola
Trasparencia. Perfecta en algunas variedades y solamente forma la roca llamada diorita; también se le encuentra en cris-
trasluciente en otras. tales aislados ó agrupados en algunas vetas. En tales condicio-
Textura. Compacta: la trasversal concoidea. nes se le halla tanto en Europa como en América: hemos visto
Dureza. De 6 á 7 o : raspadura blanca. algunos ejemplares de albite, que según nos informaron, proce-
dian de u n a s m o n t a ñ a s de pórfido del cantón de Lagos, E s t a d o flama se colora en amarillo rojizo p o r la cal y la sosa; con el
de Jalisco.
nitrato de cobalto señala la reacción de la a l ú m i n a ; se d e s c o m -
Aplicaciones. Las m i s m a s que las de los otros feldespatos. pone, a u n q u e con alguna dificultad, p o r el ácido clorhídrico.
El n o m b r e de albita le f u é d a d o por el químico Berzelius, p a - Variedades, a Cristales ó m a s a s con cruceros.
ra aludir al color blanco de la especie. b E n m a s a s amorfas, constituyendo el feldsite del L a b r a d o r .
Yacimientos. Este feldespato e n t r a como c o m p o n e n t e de va-
FELDESPATO DEL LABRADOR. rias rocas, p. e., diabasa, dolerita, etc., y se le e n c u e n t r a t a n t o
en E u r o p a c o m o en América; las variedades m á s apreciadas p o r
Sin. Labradorita. P i e d r a del L a b r a d o r , Feldespato irides-
s u s colores p r o c e d e n de la Costa del L a b r a d o r .
cente.
Su n o m b r e lo d e b e á u n o de sus yacimientos.
Formas. Del 6? sistema, con cruceros fáciles. T a m b i é n se e n -
Aplicaciones. P o r sus visos de color se usa c o m o piedra p r e -
cuentra en m a s a s y en piedras r o d a d a s .
ciosa en la joyería: industrialmente tiene las otras aplicaciones
Colores. C o m u n e s : gris, m o r e n o y verdoso, p r e s e n t a n d o c a m -
d e los feldespatos.
biantes ó visos azules, verdes, rojos, grises ó amarillos, lo q u e
le da u n bellísimo aspecto á esta piedra; r a r a vez tiene color
ANDES IT A.
blanco ó de porcelana.
Lustre. P o r calidad, c o m ú n ; p o r intensidad, lustroso; p o r com-
paración, de vidrio q u e pasa al d e n á c a r . Sin. Andesin. Pseudoalbit.

Trasparencia. Trasluciente ó p o c o trasluciente. Formas. Del 6? sistema; con cruceros fáciles. T a m b i é n en

Textura. H o j o s a plana; la trasversal desigual d e grano fino. masas.


Dureza. o
D e . 6 ; r a s p a d u r a del color del mineral. Colores. Comunes: blanco, gris, verdoso amarillento y rojizo.
Densidad. De 2.7. Lustre. P o r calidad, c o m ú n ; por intensidad, lustróse; por c o m -
Caracteres especiales. Los reflejos en las caras d e crucero. paración, s u b - v í t r e o , acercándose al de perla.
Textura. Hojosa.
Composicion. L a de la variedad tipo es:
Dureza. De 5 á 6.
Ácido silícico 52. 9 Densidad. De 2.61 á 2.74.
Alúmina 30. 3 Composicion: L a de M a r m a t o contiene:
Cal 12. 3
Sosa 4. 5 Ácido silícico 59.60
Alúmina 24.18
100.00 Fierro 1-58
Magnesia 1-08
S u f ó r m u l a química se expresa de u n m o d o general, así:
Cal 5.77
2 2 3
R O SiO + ( Al O SiO ) , 2 2 Sosa 6.53
Potasa 1-08
indicando R el radical ele las bases.
Caracteres químicos. S e f u n d e al soplete, f o r m a n d o vidrio; la 99.82
La fórmula general de la andesita se expresa así:
Trasparencia. Generalmente son traslucientes en los bordes
algunas variedades.
( H CaO. NaO) 3 + £ Al 2 O 3 ) 2 + 3 SÍO 2 . Textura. Compacta, hojosa, conchoide y aun fibrosa.
Dureza. De 5 á 6: la raspadura es generalmente más pálida
En algunos análisis de la andesita se h a encontrado también que el color del mineral.
agua. Densidad. De 2.9 á 3.4.
Estos caracteres corresponden á la especie tipo. H a y u n a Composicion. R O 3 Si: estando representada RO, por magnesia,
variedad llamada Sacarita, que es compacta, con trazas de cru- cal, óxido de hierro, manganeso, potasa y sosa; la alúmina reem-
cero en una dirección, y que se encuentra en Silesia. plaza á veces parte de la siliza.
Yacimientos. Se halla en los Andes, como componente de una Variedades. Citarémos las principales en el orden siguiente:
roca sienítica; también se encuentra en Europa en rocas análo- A. Las que contienen poca alúmina ó que carecen de este
gas y en pórfidos, así como en el Canadá. compuesto.
a Tremolana ó Tremolita. Colores: blanco-verdoso, amari-
llento ó agrisado más ó m é n o s oscuro: en cristales distintos ge-
GRUPO DE LA ANFÍBOLA.
neralmente agrupados en ramilletes ó entretejidos; también en
masas: textura fibrosa ó estriada, recta ó paralela; lustre de vi-
Los silicatos reunidos en este grupo, cjue vienen á ser varie-
drio ó nácar. Su fórmula es (CaO Mgo) SiO 2 . Plinio la llamó
dades de una especie, son muy importantes como constitutivos
Tremolita para aludir á su localidad, T r e m o l a r e n Suiza. Se ha
de algunas rocas metamórficas é ígneas: cristalizan en el siste-
llamado Nefrita ó Jude á la tremolana que iiere una textura de
m a 5?, y en su composicion entran la siliza, el fierro, la cal, la
grano muy fino en astillas gruesas de color verde ó azul y cuyas
magnesia y la alúmina: este último compuesto varía en propor-
caras de fractura son m u y brillantes.
ciones y aun llega á faltar en algunas variedades, sirviendo esa
circunstancia para agruparlos formando secciones en que entran b Actinolita ó piedra radiante. Colores: gris verdoso, verde
las que contienen alúmina y las que carecen de ella. aceituna que pasa á verdinegro: se encuentra en cristales raya-
dos á lo largo, generalmente entretejidos ó en ramillete; t a m -
bién compacta y en masas: lustre, entre vidrio y nácar; á ve-
ANFÍBOLA. ces trasluciente y aun trasparente; peso específico de 3 á 3.2.
c Asbesto. Se presenta generalmente en masas fibrosas ó en
Sin. Amphibole. Hornblenda, Asbesto (en parte), Amianto fibras separadas, con aspecto de madera; en las caras de frac-
(en parte), Actínolite, Piedra radiante, etc. t u r a tiene lustre nácar: colores, del blanco verdoso al blanco de
Formas. Del 5? sistema: el ángulo de las caras del prisma es m o n t a ñ a y gris verdoso ó amarillento: textura, en fibras para-
de 124°30'; crucero prismático. También en masas hojosas, lelas, ó pizarreña, blando, resistente, inflexible, y las astillas lar-
compactas y fibrosas. gas algo flexibles con elasticidad. Se funde al soplete, sin ne-
Colores. Comunes: negro, blanco, verdoso de varios tonos. cesidad de fundente, formando una bolita agrisada. Llámase
Lustre. Por calidad, común; por intensidad, lustroso ó poco Amianto á una variedad de anfíbola que tiene el aspecto de la
lustroso; por comparación, de vidrio que pasa al de perla en las seda; se encuentra en masas y en fibras capilares de colores
caras de crucero; también es de seda en algunas variedades. semejantes á los del asbesto, y con lustre de seda; es muy fino
al tacto y apenas untuoso. Corcho fósil y cuero fósil son varieda- también se hallan como accesorias en rocas calizas, en rocas
des de estos silicatos, que presentando sus caracteres generales, serpentinosas y en algunas vetas. La tremolana es más común
tienen la apariencia del corcho y de cuero ó vaqueta, á lo q u e en estas últimas rocas: en México se encuentra en Zimapan, en
deben sus nombres. Es de advertirse que algunos ejemplares las cercanías de Jalapa y en algunas partes del Estado de Gua-
de asbesto y de amianto se refieren á la piroxena, atendiendo najuato. La actinolita ó piedra radiante eá más común en m a n -
á su composicion y otras particularidades. tos y en vetas con hierro magnético, pirita, chalcopirita, etc.; se
B Variedades que contienen alúmina. encuentra en las minas de cobre de Tepezalá, Estado de Aguas-
calientes, asociada á la pirita cobriza. El asbesto se halla por lo
a Hornblenda. Se presenta en cristales sueltos ó asociados en
común asociado á la serpentina ó en las vetas metalíferas; en
estrellas ó ramilletes, con las caras de los prismas ásperas ó ra-
México se ha encontrado en Catorce, Zacatecas y en Zacualti-
yadas; tiene cruceros paralelos á las caras del prisma; también
pan; el amianto y el corcho fósil se ven en la primera localidad
se encuentra en masas compactas más ó menos pizarreñas. Co-
de las últimas citadas, y en la veta de la Luz en Guanajuato y
lores, de negro agrisado algo pardusco que p a s a á negro de
cerca de Iluetamo, Michoacan. La hornblenda entra como com-
cuervo: textura hojosa ó estriada; lustre de nácar ó vitreo: el
ponente de las rocas llamadas sienitas, diorita, y en algunos
color de la raspadura es gris verdoso: al soplete, con carbonato
pórfidos y granitos: en la chiluca de México aparece en peque-
de sosa, se funde en vidrio negro y lustroso. Se refiere á la
ños cristales que dan vistoso aspecto á esa roca. La pargasita
hornblenda u n a variedad de anfíbola, que es de color azul
se ha encontrado en Pargas, en espato calizo; según el Sr. Cas-
verdoso con caracteres generales como los de aquella, y que
tillo, se halla con mica parda tumbaga, en caliza granuda que
se llama pargasita, por encontrarse en Pargas, en Finlandia. La probablemente es de Tehuacan. No se ha señalado localidad
Esmaragdita' (Smaragdite) de Saussure es otra variedad de a n - mexicana para la esmaragdita, mas debe encontrarse en el país,
fíbola que algunos mineralogistas consideran como una h o r n - porque algunos ídolos de los aztecas son de ese mineral, y es
blenda verde ó como dialage: es hojosa, de color verde yerba; probable no hayan ido á traerlo ele muy graneles distancias.
su dureza es de 5 y la densidad de 3.
Caracteres químicos. Son algo variables en atención á las di-
ferencias que las variedades presentan en sus bases: la p r e s e n - GRUPO DE LA PIROXENA.
cia de la alúmina, de la magnesia y del hierro, se demuestran
con m á s ó m é n o s claridad, al soplete, según sus proporciones
La piroxena presenta muchas analogías con la anfíbola y es
relativas: los grados de fusibilidad de las variedades citadas es-
tan importante como ésta en el estudio de las rocas: de la mis-
tán comprendidos entre 2.5 y 3.75.
m a m a n e r a que en la anfíbola, dividiremos en dos secciones las
Alteraciones y trasformaciones. El agua y el ácido carbónico
variedades de las piroxena.
pueden ejercer su acción sobre la anfíbola, hidratando algunas
variedades y descomponiendo otras p o r la formación de carbo-
PIROXENA.
nates con algunas de las bases; así resultarán otros silicatos, óxi-
dos de hierro, tierras ferruginosas,, etc., proporcionando cal,
Sin. Pyroxene. Augite, Diopside, Sahlite, etc.
magnesia, óxido de hierro y arcilla á los terrenos.
Formas. Cristales del 5? sistema; el ángulo de las caras del
Yacimientos. Las diversas variedades de anfíbola se encuen-
prisma es de 87°5'; crucero prismático y otro paralelo á las dia-
tran formando parte de algunas rocas metamórficas é ígneas;
gonales. También en masas compactas, hojosas, fibrosas y en que entran los componentes de las variedades referidas; á veces
grano. dan vapor acuoso cuando se calientan en un matracito; la pre-
Colores. Comunes: variando del blanco agrisado al verdoso sencia de la alúmina, de la magnesia y del fierro se descubre
de diversos tonos hasta el negro. por sus reacciones de que ya hemos hablado.
Lustre. Por calidad, común, pareciendo metaloide en algunas Alteraciones y trasformaciones. Las diversas variedades de pi-
variedades; por intensidad, lustroso ó poco lustroso; por compa- roxenas pueden suministrar á los terrenos, arcillas, óxidos de
ración, de vidrio que pasa al resinoso ó al de perla. hierro, cal, magnesia y silíza.
Trasparencia. Perfecta en algunas variedades, y otras sola- Yacimientos. Los minerales de que nos hemos ocupado en es-
m e n t e son traslúcidas. te grupo se encuentran en las rocas ígneas y en las metamórficas:
Textura. Compacta hojosa ó conchoide. al tratar de las rocas, citaremos aquellas en que entra la augita
Dureza. De 5 á 6; la raspadura es blanca, verdosa ó agrisada. como componente. Siendo comunes en México las rocas volcá-
Densidad. De 3.23 á 3.5. nicas, son numerosas, por consiguiente, las localidades en don-
Composicion. La piroxena es un bisilicato de diversas bases de se hallan las variedades de piroxenas; el fasaite, que puede
de protóxidos, como magnesia, cal, de hierro, potasa, sosa y considerarse como una de las variedades ménos comunes, lo
zinc; la alúmina puede entrar ó no en la combinación, y de aquí hemos encontrado en algunas rocas procedentes del cráter del
las subdivisiones como en la anfibola; algunos de los protóxi- Popocatepetl.
dos pueden ser sustituidos por sesquióxidos. La principal distinción entre la anfibola y la piroxena con-
Su fórmula general se expresa así: RO 3 Si, representando R siste en el ángulo de las caras del prisma.
una base de las ánles referidas.
Variedades. A. Las que contienen poca alúmina ó que care- GRUPO DE LAS MICAS.
cen de ella.
a Sahlia, En cristales ó en masas con un crucero basal m u y Las diversas especies de micas forman un grupo m u y natural,
claro; colores, verde agrisado más ó menos oscuro; trasluciente caracterizado especialmente por un crucero básico muy fácil que
en los bordes: textura hojosa plana. Se llama dialage á una va- las divide en láminas delgadas más ó ménos trasparentes y elás-
riedad que se presenta en masas hojosas de color verde más ó ticas.
menos agrisado y aun pardo verdinegro, con lustre de nácar y Su fórmula general puede expresarse así:
viso metaloide.
R O R 2 O 3 (SiO 2 ) 2
B . Las variedades aluminosas.
a Augita. En cristales lustrosos; también en masas y en gra- entrando en las bases el óxido de hierro, la potasa, la cal, la
nos sueltos ó embutidos: colores verdosos que pasan al negro magnesia, la sosa, la alúmina y la litina; algunas micas también
de cuervo; textura hojosa y la trasversal conchoide. Se llama contienen agua.
fasaite á una variedad de color verde de varios tonos. Por su Cilarémos la especie llamada Muscovita p o r ser la más c o m ú n
composicion algunos ejemplares de asbesto pueden referirse á y dar idea del aspecto y caracteres generales de las micas: a ñ a -
la piroxena; pero es muy difícil distinguir cuándo corresponde dirémos la Lepidolita ó mica de litina que casi siempre se en-
á este grupo ó al de la bornblenda. cuentra en las colecciones mineralógicas, y que á su estructura
Caracteres químicos. Variables como son las proporciones en escamosa le debe aquel nombre.
dades; en Etzatlan, Jalisco, se encuentra en láminas de regular
fiamaño; en muchos pórfidos traquíticos, como en los de Tepe-
MUSCOVITA Ó MICA COMUN.
yac en el Valle de México, y en algunos basaltos, como los de
Puebla, se encuentra la mica en laminitas doradas. En m u c h o s
Formas. Pertenecientes al 5? sistema, con ángulo de 120%
aluviones aparece bajo esta forma, lo que hace que con bastan-
crucero básico muy fácil; los cristales pueden asociarse por pa-
te frecuencia se la confunda con el oro.
res ó en mayor número; los gemelos se descubren p o r cjertas
marcas interiores ó por medio de luz polarizada; á veces las h o -
LEPIDOLITA Ó PIEDRA DE ESCAMAS.
jas se hallan reunidas en figuras estrelladas, plumosas ó globo-
sas; también se presenta la muscovita en masas hojosas y en Formas. Pertenecientes al 3? sistema: el crucero básico es
escamas. nnuy fácil como en las mica. También se le encuentra en masas
Colores. Comunes: á veces metaloides, variando del blanco al escamosas y en escamas sueltas.
gris, moreno, pardo de pelo, verdoso violado, amarillo y r o s a d o . Colores. Comunes: generalmente violado, rojizo, amarillento
Lustre. Por calidad, común; p o r intensidad, resplandeciente ó blanco agrisado.
ó lustroso; por comparación, de perla que pasa á metaloide. Lustre. Por calidad, común; por intensidad, resplandeciente
Trasparencia. Más ó ménos perfecta. ó lustroso; por comparación, de perla.
Textura. Hojosa. Trasparencia. Más ó ménos perfecta.
Dureza. De 2 á 2.5; raspadura blanca agrisada. Textura. Hojosa.
Densidad. De 2.75 á 3.1. Dureza. De 2.5 á 4.
Caracteres particulares. La elasticidad de sus láminas y sus Densidad, De 2.84 á 3.
propiedades ópticas. Caracteres particulares. La doble refracción.
Caracteres químicos. Calentada en tubo abierto da vapores Caracteres químicos. Calentada en tubo abierto produce vapor
acuosos; al soplete se funde con dificultad, produciendo vidrio acuoso y da reacciones del ácido fluorhídrico; al soplete se f u n -
amarillo ó gris: algunas micas de esta especie suelen dar reac- de y colora la flama en rojo purpúreo, por la existencia de la
litina; es atacada en parte por los ácidos.
ciones de flúor ó de cromo; n o es atacada por los ácidos y sí
Composicion química. Es un silicato de alúmina, litina y pota-
por fusión con los álcalis.
sa, con algunas otras bases accidentales y también con flúor, que
Composicion. La muscovita p u e d e considerarse esencialmente
casi siempre se contiene en regular cantidad.
como un silicato de alúmina, potasa y hierro con algunas otras
bases no esenciales. Yacimientos. Análogos á los de la mica en Europa y Améri-
Alteraciones y aplicaciones. Se hidrata, se pone opaca, se des- ca del Norte.
compone y puede t r a s t o r n a r s e en esteatita y serpentina. Cuan-
do se encuentra en grandes láminas se puede usar como vidrio. GRUPO DE LOS SILICATOS MAGNESIANOS.
Yacimientos. La muscovita es la más común de las micas; se
TALCO.
la encuentra formando parte del granito y del gneiss; también
se halla en otras rocas metamórficas y las ígneas. En la Siberia Sin. Talco. Talck, Piedra de Jabón, etc.
se encuentran láminas que tienen aun más de una yarda de Formas. Pertenecientes al sistema ortorómbico, con ángulo
diámetro. En México se halla la mica común en m u c h a s locali- G e o l o g í a — 1?.
prismático de 120°; crucero básico muy fácil. También en m a -
según el Sr. Castillo, se encuentra también en Ipala, Estado de '
sas, en hojas y escamas. Jalisco.
Colores. Comunes: blanco agrisado, verdoso de varios tonos,
y verde manzana. SERPENTINA.

Lastre. Por calidad, común; por intensidad, lustroso; por com-


paración, de perla que pasa á metaloide. Formas. Casi siempre pseudomórficas, y se cree que su for-
m a propia sea del sistema ortorómbico; generalmente en masas
Trasparencia. Subtrasparente ó trasluciente.
informes ó apizarradas; en hojas y en fibras finas.
Textura. Hojosa, curva que pasa á estriada.
Colores. Comunes: negro rojizo y de cuervo, verdinegro pa-
Dureza. De 1 á 1.5: raspadura blanquizca.
sando por varios tonos, de verde al pardo cetrino rojo, pardusco
Densidad. De 2.6 á 2.8.
y otros rojos: generalmente no presenta un color uniforme, sino
Caracteres particulares. Sus láminas son flexibles sin elastici-
mezclas de varios.
dad; cruje al partirse; es untuoso al tacto y presenta un aspec-
Listre. Por calidad, común; por intensidad, muy poco lus-
to algo grasoso.
troso, m a t e ó centellante; por comparación, de cera.
Composicion. Es un silicato ele magnesia, hidratado, y su fór-
Trasparencia. Trasluciente en los bordes ú opaca.
mula se expresa así:
Textura. Compacta la general, que pasa á conchoide; la de
fractura es astillosa, característica.
II 2 Mg s Si 1 O12.-
Dureza, De 2.5 á 4; es dócil y su raspadura blanquizca.
Densidad, De 2.5 á 2.65.
Caracteres químicos. Calentado en tubo abierto el talco, gene-
Caracteres particulares. Es algo untuosa al tacto; á veces es
ralmente produce vapores acuosos: calentado al soplete se pone
magnética.
blanco, se exfolia y se funde con dificultad en sus aristas; con
Composicion, Es un silicato de magnesia, hidratado, que ge-
la solucion de cobalto t o m a el color rosado propio de la mag-
neralmente contiene hierro y accidentalmente níquel, mangane-
nesia.
so, cromo y cal.
Variedades, a Talco hojoso. De colores blanco verdoso ó agri-
La composicion de'la variedad más p u r a se estima así:
sado; en láminas m u y untuosas al tacto.
b Talco compacto, esteatita, piedra ollar. Colores grises ó ver- Ácido silícico 44.14
dosos; en masas y pulverulento. La renselaerita es u n a variedad Magnesia 42.97
q u e comunmente tiene cruceros, pues parece pseudomorfa de Agua 12.89
la sahlia: el talco en grandes masas y la pizarra talcosa se defi-
100.00
nirán al tratar de las rocas.
Aplicaciones. Se usa el talco compacto para hacer vasos y es- Su fórmula es:
tatuas; pulverizado sirve para limpiar guantes y otros objetos. H 6 Mg3 Si2 O10
Yacimientos '. Encuéntrase el talco con bastante frecuencia en
diversas localidades, especialmente en las rocas metamórficas. Caracteres químicos. Da agua en el tubo abierto: se funde con
E n México se halla en los cerros de Jacala, Estado de Hidalgo, dificultad en los bordes; es atacada por los ácidos.
en vetas con minerales de plata que a r m a n en caliza cretácea; Variedades, a Serpentina compacta. Compréndense aquí la
serpentina fina y la común: la primera tiene colores verdes m u y
agradables, generalmente verde aceite; es trasluciente y su d u - de olivo; también rojizo, violado ó gris rojizo; r a r a vez amari-
reza es de 2.5 á 3; la serpentina común es ménos trasparente, llento ó blanco metaloide.
de colores más oscuros, y su dureza mayor, llegando hasta 4. Trasparencia. Más ó ménos perfecta.
b Serpentina hojosa. Como lo indica su nombre, comprende Textura. Hojosa que pasa á terrosa fina ó escamosa.
las variedades que se encuentran en láminas y en masas h o - Dureza. De 2 á 2.5; raspadura verdosa.
josas. Densidad, De 2.6 á 2.85.
c Serpentina jibrosa. Comprende las variedades que además Caracteres particulares. Tiene láminas flexibles sin elasti-
de presentar los caracteres generales de la especie, se presentan cidad.
en fibras finas ó en masas fibrosas. Composicion. Es u n silicato hidratado, de alúmina y magne-
d Serpentina cristalizada. Como se dijo ántes, las formas ob- sia, que contiene óxido de hierro en proporciones variables, y
servadas en la serpentina son pseudomórficas de otras es- accidentalmente níquel, cromo, litina y cal.
pecies. S u fórmula general es:
e Rocas de serpentina. De éstas se hablará en las sección res-
8 ( ( M g O ) 3 Al 2 O 3 ) , 9 SiO, 3 12 HO.
pectiva. .
Aplicaciones. Se usa p a r a tallar vasos, columnas y otros ob- Caracteres químicos. Calentada en el t u b o de vidrio da vapo-
jetos de adorno, que á veces son de bastante valor. res acuosos; al soplete se exfolia y es diíícilmente fusible; con
Yacimientos. La serpentina se encuentra formando vetas, los fundentes da siempre reacción de hierro; se descompone p a r -
mantos, y aun montañas en formaciones generalmente meta- cialmente por el ácido clorhídrico, y completamente p o r el sul-
mórficas en ambos continentes; en México no se ha citado al- fúrico.
guna localidad particular para la serpentina; pero es probable Variedades, a Penninita, Es u n a clorita verde, cristalizada, de
que se encuentre en el país, porque los antiguos mexicanos los Alpes: el hidrotalco se refiere á esta misma variedad.
dejaron muchos ídolos y otros objetos labrados en esa sus- b Tabergita. Llamada también mica-clorita; es u n a variedad
tancia. azul-verdosa ó verde.
c Kammererita. Es u n a variedad de Itkul en P«.usia; á esta
PENNINITA. , misma se refiere el rodocromo, que es u n a variedad compacta,
escamosa, de color verde oscuro, violada ó rojiza.
Sin. Clorita en parte, hidrotalco. Penninita. Dana. Yacimientos. Análogos á los de la serpentina, á la cual se h a -
Formas. Pertenecientes al sistema romboédrico, con ángulo de lla asociada m u c h a s veces.
65°36'. Crucero básico m u y fácil; los cristales son generalmen-
te tabulares y á veces se presentan en grupos. También se en- RIPIDOLITA.

cuentra en masas escamosas ó compactas.


Sin. Clorita en parte, Clinocloro.
Lustre. Por calidad, común; por intensidad lustroso que pasa
Formas. Del sistema monoclínico; con ángulo de 125°37';
á centellante; por comparación, de vidrio en las caras laterales, y
crucero basal m u y fácil; los cristales generalmente tabulares y
de perla en las de crucero.
de aspecto exagonal; á veces se presentan gemelos ó agrupados.
Colores. Comunes: verde manzana, verde yerba, agrisado y
T a m b i é n se presenta en masas escamosas ó terrosas.
Colores. C o m u n e s : verdes ó rojo rosado; presenta el f e n ó m e -
KAOLIN.
n o del dicroismo.
Lustre. P o r calidad, c o m ú n ; por intensidad, lustroso; p o r c o m - Sin. Kaolinite. Tierra de porcelana, litomarga en p a r t e .
paración, de p e r l a en las caras del crucero. Formas. Del sistema ortorómbico, con ángulo de 120°; e n t a -
Trasparenáa. Más ó m e n o s perfecta ó trasluciente. b l a s r o m b a l e s ó exagonales, con escamas, y en m a s a s terrosas
Dureza. De 2 á 2.5; r a s p a d u r a b l a n c a verdosa. ó c o m p a c t a s c o m o la arcilla; crucero básico m u y fácil; las t a -
Densidad. 2.65 á 2.78. blas exagonales se asocian á veces.
Caracteres particulares. Sus láminas son flexibles, y algunas Colores. C o m u n e s : blanco m á s ó m e n o s agrisado, azuloso y
veces t a m b i é n elásticas.' rojizo.
Lustre. P o r calidad, c o m ú n ; p o r intensidad, lustroso ó m a t e ;
Composicion:
p o r comparación, de perla en las láminas.
Acido silícico 32. 5 Trasparencia. Las laminitas t r a s p a r e n t e s ó traslucientes.
Alúmina 18. 6 Dureza. De 1 á 1.5; r a s p a d u r a blanca.
Magnesia 36. 0 Densidad. De 2,4 á 2.53.
Agua 12. 9 Caracteres particulares. Las laminitas son flexibles sin elasti-
cidad; c o m u n m e n t e es u n t u o s o al tacto y plástico, p r e s e n t a n d o
100.00
m u c h o s de los caracteres de las arcillas, c o m o es el olor, la fa-
Caracteres químicos. Calentada en t u b o abierto emite vapores cultad de f o r m a r pasta con el agua y la de e n d u r e c e r s e con el
acuosos; al soplete, en las pinzas d e platino se p o n e b l a n c a y cocimiento.
f u n d e difícilmente en los ejes; descomponible p o r el ácido sul- Composicion. La especie tipo p u e d e considerarse f o r m a d a de:
fúrico. Ácido silícico 46. 3
Variedades, a Rvpidolita común, c o m p a c t a ú h o j o s a , colores Alúmina 39. 8
azulosos ó verdes. Agua 13. 9
b Kotschubeita. De color rojo r o s a d o .
100.00
c Exfoliosa. Que se parece á la vermiculita. Las variedades
q u e se h a n citado d e la penninita y la ripidolita, c o m p r e n d e n Contiene g e n e r a l m e n t e cal, magnesia y óxidos de h i e r r o co-
algunos de los minerales y rocas l l a m a d a s cloritas de u n m o d o m o impurezas.
general, y que volveremos á citar al h a b l a r de las rocas. Caracteres químicos. Calentado en t u b o abierto emite v a p o r e s
Yacimientos. E n formaciones m e t a m ó r f i c a s , g e n e r a l m e n t e en acuosos; al soplete es infusible; con la solucion de cobalto da el
las m i s m a s circunstancias que el talco y la s e r p e n t i n a . azul característico d e la alúmina.
Variedades, a Kaolín arcilliforme. Blando, s e m e j a n t e á la ar-
cilla, y b a j o el microscopio se ve q u e está f o r m a d o de laminitas
G R U P O D E L KAOLIN Y D E L A S A R C I L L A S .
de lustre de perla.
b Ariniforme. P e s a d o , coherente, f o r m a d o de escamitas a n -
Las variedades q u e este gr-upo c o m p r e n d e s o n difíciles de de-
gulares.
finir b a j o u n a m i s m a serie de caracteres generales, y es m á s
c Kaolín endurecido. C o m p r e n d e p a r t e de la arcilla l l a m a d a
propio clasificarlas p o r secciones del m o d o siguiente:
litomarga; es duro, sus colores variables, de un solo tono ó con
•contienen mucho sesquióxido anhidro ó hidratado de hierro;
manchas y listas; textura ccnchoide; adquiere lustre en la ras-
las diferentes arcillas verdes ó grises, más ó ménos tenaces,
padura.
•compactas ó quebradizas; las margas ó arcillas calizas y las ar-
Yacimientos. El kaolin procede de la descomposición de los
-cillas apizarradas ó en grandes masas de que se hablará al de-
silicatos aluminosos, con especialidad de los feldespatos; así es
finir las rocas.
q u e se encuentra revistiendo á esos minerales ó formando le-
B Arcillas esmécticas. En éstas es m a y o r la cantidad de agua
chos sedimentarios más ó menos extensos. Sabido es que este
combinada que en las otras; son suaves al tacto y á veces tie-
mineral forma uno de los principales r a m o s de riqueza en el
nen lustre de cera; se hacen lustrosas en la raspadura y también
Japón y en la China; también se le encuentra en Europa y en
al frotarlas con la uña; se deslien en el agua sin formar pasta
América.
dúctil. Las principales arcillas esmecticas son: tierra de batan,
generalmente verdosa; es m a t e ó centellante; la textura es con-
ARCILLAS.
choide ó desigual, que se inclina á hojosa; en la raspadura a d -
Se confunden con este nombre, genérico varias sustancias quiere lustre de cera; se deshace en el agua dejando desprender
generalmente térreas, compactas ó sueltas, que tienen por b u r b u j a s de aire; absorbe el aceite, por cuya propiedad se usa
principales propiedades: formar pasta dúctil cuando se m o - en las fábricas de tejidos de lana para limpiarlos: Bol, de colo-
j a n , al grado de que se pueden amoldar de diversas m a n e r a s ; res pardos amarillentos ó rojizos; en masas ó en capas concén-
endurecerse y perder la propiedad anterior cuando se las ca- tricas; lustre centellante, acercándose al de cera; generalmente
lienta convenientemente; apegarse á la lengua por su avidez de -es trasluciente en los bordes; adquiere lustre en la raspadura;
h u m e d a d ; producir un olor particular cuando se las moja, ad- es quebradizo; se pega fuertemente á la lengua; se divide en el
quirir lustre cuando se las frota con la n a v a j a 6 con la uña. Se agua sin formar pasta con ella.
componen de siliza, alúmina y algunas impurezas. Estos caracte- Composicion. Las arcillas son silicatos hidratados de alúmina
res m á s ó menos marcados, se utilizan á veces en la clasificación que pueden contener, como impurezas, cal, magnesia, óxidos y
de las diversas variedades de arcilla; pero es más conveniente silicatos de hierro, arenas, mica, etc. Los óxidos y sales de hie-
agruparlas por sus usos ó aplicaciones del m o d o siguiente: r r o las coloran de diversas maneras, y la cal las hace más espe-
A Arcillas plásticas. Son suaves al tacto, m u y dúctiles, for- cialmente fusibles.
m a n pasta con el agua, se prestan m u y bien al amoldamiento Las arcillas pueden purificarse, quitando por medio de lava-
y se endurecen m u c h o p o r el fuego; s o n infusibles cuando no d o s muchas de las sustancias que con ellas se hallan mezcladas;
tienen cal, óxidos de fierro ni otras impurezas. Como pertene- p a r a esto, se deslíen en el agua, ele m a n e r a que se reduzcan
cientes á esta sección deben citarse la tierra de alfareros que es á partículas finas que queden en suspensión en el líquido, y en
de color blanco, poco agrisado y m u y dúctil; la arcilla refracta- el fondo se precipitan las materias extrañas, principalmente las
taria que por 110 tener cal ú óxidos de hierro resiste á m u y al- arenas; dejando reposar el agua turbia, despues de haberla de-
tas temperaturas sin fundirse; la litomarga compacta, que gene- cantado, se obtiene la arcilla purificada. P a r a probar la plasti-
ralmente absorbe el agua sin formar pasta; sus colores son cidad de las arcillas, se mojan convenientemente, se a m a s a n
generalmente de manchas y listas; los diferentes b a i r o s que son bien y luego se forman unos cilindros ó rodillos delgados que se
arcillas más ó ménos impuras por contener materias orgánicas, estiran para probar su elasticidad; las arcillas muy plásticas se
cal, arena, etc.; las arcillas ferruginosas, rojas ó amarillas que alargan m u c h o ántes de romperse.

«
Caracteres químicos. Semejantes á los citados p a r a el kaolin;
cirla en este líquido no produce b u r b u j a s de aire y el ruido es
calentadas las arcillas en t u b o abierto dan vapores acuosos, no
apénas perceptible en el m o m e n t o de entrar al agua; se pega
solamente por el agua que contienen combinada, sino p o r la
fuertemente á la lengua y da m u y poco olor de arcilla.
que retienen por ser notablemente higroscópicas. La cal y las
La arcilla de Serrano es blanca, más agrisada que las dos a n -
sales alcalinas las hacen más ó menos fusibles. Algunas arcillas
teriores; textura, desigual de grano grueso; dureza, de 1.5 á 2;
son descompuestas por los ácidos; m u c h a s acusan las reaccio-
tizna poco los dedos; produce poco ruido al introducirse en el
nes del hierro y de las materias orgánicas en grados variables,
agua; forma pasta regular, mas sin m u c h a elasticidad; peso es-
según sus coloraciones.
pecífico á + 4 o C, = 2.3; se pega m u y poco á la lengua y da
Yacimientos. Las arcillas se encuentran revistiendo á las ro-
olor arcilloso.
cas feldespáticas ó en los terrenos de acarreo, formando capas,
El barro para la fabricación de trastos de diversos géneros,
bancos, bolsas, etc., que p u e d e n tener grandes espesores ó al-
así como para hacer .ladrillos y tejas, se encuentra en multitud
t e r n a r con capas de arenas, de aluviones, de tobas, margas, y
de localidades. Es notable el que se usa en Tonalan, San A n -
otras rocas; las arcillas esmécticas por lo general se encuentran
drés, San Pedro y otras poblaciones cercanas á Guadalajara;
en las grietas y caras de separación de los pórfidos y otras ro-
aquel b a r r r o es m u y plástico, su color agrisado, casi del color
cas feldespáticas, como se observa en los cerros de la cordillera
del humo, y blanco agrisado y amarillento despues de q u e m a -
de Guadalupe, cerca de México, y en los cerros de Ojocaliente,
do; pero lo más notable es su olor arcilloso m u y pronunciado y
Estado de Zacatecas. Las arcillas propias para fabricación de
agradable. Con gran aprecio se ven en todo el país y en el ex-
porcelana y de alfarería corriente, son abundantes en México:
tranjero los vasos, jarros, botellones, etc., que se hacen de la
la tierra de alfareros ele Salamanca, Estado de Guanajuato, se
variedad llamada barro fino. Los trastos tienen ya u n olor pro-
usa desde hace muchos años para fabricar porcelana, que es de
pio m u y agradable, el que se a u m e n t a poniéndolos á cierta al-
b u e n a calidad.
t u r a sobre los braseros, para que reciban los gases carbonados
E n las fábricas de porcelana que actualmente hay en la ciu- p o r varios dias. Los ladrillos llamados de jarro, con que enlo-
dad de México, usan arcillas de Salamanca, Zacualtipan del Es- zan las habitaciones en Guadalajara, son m u y compactos, de
tado de Hidalgo, y Serrano del de Puebla. agradable aspecto y adquieren notable pulimento.
La arcilla de Salamanca es blanca, ligeramente agrisada, com- Aplicaciones de las arcillas. Conocido es el uso que del kao-
pacta, untuosa al tacto, tizna al tocarla; dureza de 1.5; adquie- lín y las arcillas plásticas se hace para la confección de objetos
r e lustre con la uña; su densidad á + 4 o C es ele 2.5. Al intro- de porcelana fina y corriente, así como p a r a la alfarería común,
ducirla en el agua arroja m u c h a s b u r b u j a s de aire, produciendo para tubos, ladrillos, tejas y demás artefactos tan necesarios en
ruido por largo rato; forma pasta de regular elasticidad; se pue- los usos domésticos. La arcilla que no contiene cal ni óxidos de
den formar rodillos con ella, m a s se r o m p e n fácilmente, p o r hierro, se utiliza p a r a la fabricación de ladrillos, hornos y h o r -
tracción: se pega poco á la lengua y da m u c h o olor arcilloso. nillas refractarias, es decir, de las que resisten por m u c h o tiem-
La arcilla de Zacualtipan es m á s blanca y compacta que la po á la acción de un fuego intenso sin fundirse. Las arcillas
anterior; su textura astillosa cjue pasa á conchoide; dureza de esmécticas sirven para desengrasar ó abatanar los tejidos de la-
1.5; tizna los dedos; es preciso apoyar fuertemente la uña para na, y p o r esto se les designa con el n o m b r e de arcillas de bata-
que adquiera lustre; mas éste es lustroso; peso específico á neros.
+ 4 o G = 2.3; forma m u y poca pasta con el agua; al introdu- En la agricultura, los terrenos m u y arcillosos son poco pro-
Granates de cromo. Para facilitar aun más la clasificación, el
pios para los cultivos, y hay necesidad de mejorarlos, mezclán-
profesor Dana establece las siguientes subdivisiones:
dolos con arena ó con la misma arcilla quemada y pulverizada,
11 Granate de alúmina y cal. Grosularia: color blanco, verde
lo que se consigue levantando terrones y quemándolos con
pálido, amarillo de cera ó moreno; contiene siliza 40.1, alúmina
yerba seca o malezas; en seguida se pulverizan y mezclan con
22.7, cal 37.2; á veces se une á estas bases el protóxido de hie-
el terreno por medio de labores. En las tierras sueltas y areno-
rro. Piedra de canela, como lo indica su nombre, es color pardo
sas sirven como mejoradores las arcillas.
de canela y pasa al rojo de jacinto.
21 Granate de alúmina y magnesia. Piropo: en granos de co-
GRUPO DE LOS GRANATES. lor rojo sangre, rara vez rojo claro y con textura conchoide; do-
mina la magnesia en los óxidos de la base; mas puede tener
Sin. Granate, Garnet, Grenat, Almandine Grosularia, etc.
hierro, manganeso y cromo.
Formas. Cristales del primer sistema, especialmente dode-
31 Granate de alúmina y hierro. Almandina ó granate fino:
caedros rombales que á veces están emarginados; también en
de color rojo oscuro más ó ménos azuloso; es trasparente ó
masas informes, en hojosos y en granos; crucero dodecaédrico,
trasluciente; textura conchoide: contiene siliza 36.1, alúmina
á veces poco perceptible. 20.6, protóxido de hierro 43.3.
Colores. Comunes: del" negro al blanco agrisado, rojizo, par-
41 Granate de alúmina y manganeso. Espesartina ó Spessarü-
do, amarillo de varios tonos y verde. te: color rojo de jacinto, que pasa á violado ó rojo moreno: con-
Lustre. P o r calidad, común; por intensidad, lustroso; por com- tiene la variedad de Spessart, siliza 35.0, alúmina 14.25, óxido
paración, de vidrio que pasa á resinoso. de manganeso 35.00 (análisis de Klaproth).
Trasparencia, Perfecta en algunas variedades, y otros son 51 Granate de cal y hierro. Andrádita: sus colores son varia-
traslucientes en diversos grados. bles, relacionados al amarillo y al verde pasando á moreno y á
Textura. Conchoide, que á veces se acerca á hojosa y a u n negro; aquí se comprende la subvariedad color de topacio y que
desigual y astillosa. se ha llamado topazolita: densidad de 3.64 á 4. Como subvarie-
Dureza. De 6.5 á 7.5; raspadura blanquizca. dades más importantes deben citarse, además de las dos ante-
Densidad. De 3.15 á 4.3. riores: Colofonia, de lustre resinoso, textura hojosa que pasa á
Composicion. El granate es u n silicato con bases de óxido y desigual de grano fino; colores, amarillo ó rojo más ó ménos li-
sesquióxklo, que varían en su naturaleza, á lo que se debe la gados al pardo. Melania: granate de cal y hierro, de color ne-
clasificación de las diversas variedades en grupos, como se verá gro. Alocroita y Rothofila son granates de esta sección, y que
en seguida. también contienen manganeso; se encuentran en masas de co-
Caracteres químicos. Variables según la naturaleza de las ba- lores pardo-amarillentos, rojizos ó verdosos. Aploma: en dode-
ses dominantes; algunos granates son fusibles al soplete, y la caedros con las caras rayadas; colores pardo-oscuros ó verdosos
alocroita y la almandina clan glóbulo magnético; unas varieda- y amarillentos.
des son atacadas por los ácidos. Las bases alúmina, fierro cro- 61 Granate de magnesia, cal y hierro. Bredbergite, que se com-
mo, manganeso y cal, dan sus reacciones propias cuando domi- pone de siliza 37.2, peróxido de hierro 33.1, magnesia 12.4, y
nan en la composicion. cal 17.3.
Variedades. Los granates se han clasificado en tres grupos 71 Granate de cromo. Ouvaroviia: color verde esmeralda; du-
principales, que son: Granates de alúmina: Granates de hierro:
reza 7.5; densidad de 3.41 á 3.52: es u n silicato de cal sesquióxi- alocroita p o d r í a utilizarse en las fundiciones de minerales de
do de cromo.
hierro.
Yacimientos. Los g r a n a t e s se e n c u e n t r a n incrustados en v a -
rias rocas, como son mica pizarra, gneis, clorita caliza, pórfido,,
GRUPO DE LOS SULFATOS.
y a u n en algunas rocas volcánicas; t a m b i é n se les e n c u e n t r a en
los terrenos de aluvión a d o n d e v a n p o r la destrucción d e las YESO.
rocas que los contenían. Son c o m u n e s en Europa, Asia y A m é -
ca; los m á s r e n o m b r a d o s p o r su bello aspecto, p r o c e d e n de Cei- Sin. Gypsum, Alabaster, Selenita, Sulfato de cal, Yeso.
lan. E n México se p u e d e n citar m u c h a s localidades d o n d e exis- Formas. Cristales del 5? sistema con cruceros fáciles q u e lo
t e n los granates, e n t r e otras Xonotla, Zimapan, S a n José del
dividen en láminas, especialmente el llamado clinodiagonal; for-
Oro, Zomelahuacan, P e r o t e y en las cercanías de León, s e g ú n
m a cristales h e m í t r o p o s , gemelos y c o m u n m e n t e en f o r m a de
a p u n t e s del Sr. Castillo. H e m o s e n c o n t r a d o g r a n a t e s en las ca-
flechas. Se p r e s e n t a t a m b i é n en m a s a s compactas, fibrosas, h o -
ras de separación del pórfido traquítico en la hacienda de la L e -
j o s a s ú escamosas.
chería y cerros de Guadalupe, Valle de México; los de la ú l t i m a
Colores. C o m u n e s : blanco agrisado, amarillento, rojizo, azulo-
localidad son melanitas. T e n e m o s h e r m o s o s ejemplares de g r a -
n a t e r o j o del E s t a d o de C h i h u a h u a , y h e m o s e n c o n t r a d o m u y so y aun pardo.
bellos ejemplares, a u n q u e p e q u e ñ o s , en los t e r r e n o s de aluvión Lustre, P o r calidad, c o m ú n ; p o r comparación, de perla, que
q u e se e n c u e n t r a n al pié del cerro de S a n Antonio en el Valle pasa al de seda y al de vidrio; p o r intensidad, resplandeciente ó
d e A m e c a , Estado de Jalisco. T e n e m o s t a m b i é n algunos piro- lustroso.
pos q u e f u e r o n e n c o n t r a d o s en los aluviones d e u n rio de la Sie- Trasparencia. Perfecta ó trasluciente.
r r a Gorda, E s t a d o de Q u e r é t a r o , a u n q u e no se h a precisado la Textura. La general, hojosa; á veces curva.
localidad. Los granates m á s bellos que se h a n e n c o n t r a d o e n Dureza. 2; se r e b a n a c ó m o en astillitas.
México, son sin d u d a los de Xalostoc. Los ejemplares q u e exis- Densidad. 2.3.
ten en el Museo Nacional son de u n h e r m o s o color de flor de Casos particulares. L a division laminar, su trasparencia y la
durazno. poca dureza distinguen al yeso con m u c h a facilidad. '
Composition:
Alteraciones. P o r la m a y o r oxidacion de los óxidos- de hierro
Ácido sulfúrico 46. 5
q u e contienen los g r a n a t e s se alteran y desagregan, p r o d u c i e n -
Cal 32. 6
do peróxidos d e dicha b a s e y algunos silicatos; las aguas carga-
Agua 20. 9
das de ácido carbónico o b r a n s o b r e algunas b a s e s de los g r a n a -
tes, especialmente en la cal, y causan la desagregación de esos 100.00
silicatos y p u e d e n a p a r e c e r las sustancias derivadas a p a r e n t a n -
Su f ó r m u l a es:
do la f o r m a del granate.
Usos. L a a l m a n d i n a , la piedra de canela, la melanita, la o u - I I 1 Ca S O 6 .
varovita, los piropos y otras variedades de g r a n a t e se u s a n en
la joyería; igual empleo p o d r í a darse al h e r m o s o g r a n a t e de X a - Caracteres químicos. Calentado en u n t u b o emite vapores
lostoc d e q u e á n t e s se h a b l ó . El g r a n a t e en m a s a , sobre todo la acuosos, y vuelto á m o j a r a u m e n t a n o t a b l e m e n t e de v o l ú m e n ;
124

al soplete se exfolia primero y clespues se funde; se disuelve e n


ácido clorhídrico y también en una gran cantidad de agua.
CAPARROSA.
Variedades, a Selenita ó yeso cristalizado: en cristales y l á -
minas.
Sin. Vitriolum. viride. Copperas, Green vitriole, Sulfato de
b Fibroso. Con fibras más ó menos delgadas y á veces con
hierro, Melanterita. Caparrosa.
lustre de seda.
Formas. Cristales del 5? sistema con crucero básico per-
c Compacto. En masas; aquí se comprende el alabastro.
fecto; el ángulo del prisma es de 82°21'. También se presenta
Yacimientos. Se encuentra formando capas y bancos, gene-
en masas fibrosas, en concreciones, en masas compactas y te-
ralmente asociado á las calizas y arcillas; también acompaña á
rrosas.
los minerales en las vetas ó se encuentra en las formaciones
Colores. Comunes: blanco-verdoso, amarillento y verde, pa-
volcánicas. P u e d e producirse muy fácilmente aun en los terre-
sando al amarillo por peroxidacion.
ros de las minas por la oxidacion de las piritas, y en contacto
Lustre. P o r calidad, común; por comparación, de vidrio que
de las rocas calcáreas; lo contienen las aguas selenitosas. El
pasa al de seda; por intensidad, lustroso.
yeso abunda en muchas partes; en México se citan varias loca-
Trasparencia, E n poco grado; más bien trasluciente.
lidades, siendo notables las siguientes: Tamazula, Estado de .Ja-
Textura. Conchoide.
lisco, donde hay bancos de alabastro con jaspes blancos y n e -
Dureza. 2; polvo blanquizco.
gros: Hostotipaquillo, clel propio Estado, donde se explota el
Densidad. 1.8.
yeso fibroso; Guaclalcázar, Potosí, en que abunda la variedad
Caracteres particulares. El sabor de tinta que produce, su co-
hojosa y también la compacta de textura granuda.
lor y la poca dureza lo caracterizan.
Usos. Los clel sulfato de cal son m u y importantes y bien co-
Composicion:
nocidos. En las artes para hacer estatuas y decoraciones, sea
labrando el yeso ó llenando moldes con su pasta. En agricultu- Acido sulfúrico 28. 8
ra se usa para abonar las plantas leguminosas. Sobre este p a r - Protóxido de hierro 25. 9
ticular se cita en muchos autores la experiencia de Franklin, Agua 45. 3
quien formó un letrero con polvo de yeso sobre u n campo d e
100.00
alfalfa, y poco tiempo despues se destacaba en relieve, sobre el
campo, el mismo letrero, p o r la yerba que habia crecido m á s Su fórmula es:
en aquel lugar. La propiedad de aumentar de volumen cuando
H 1 4 Fe SO 11 .
se hidrata lo hace muy propio para el vaciado porque ocupa to-
dos los detalles de los moldes: por esa misma propiedad se usa Caracteres químicos. Calentado en un tubo emite vapores acuo-
p a r a m a t a r animales, á los q u e se les da el polvo de yeso calci- sos; al soplete deja u n a m a s a roja que al fin se hace negra y
nado mezclado con los alimentos, y cuando beben agua se dila- magnética. Se disuelve en el agua, y la solucion se p o n e negra
ta la masa ingerida y destruye los intestinos de los ratones y por el ácido tánico.
otros animales á que se les da. Variedades, a Cristalizado.
b Fibroso, á veces con aspecto de amianto,
c En masas y terroso.
Yacimientos. G e n e r a l m e n t e se e n c u e n t r a asociado á las piri-
Yacimientos. Se e n c u e n t r a g e n e r a l m e n t e en las superficies d e
tas d e hierro de cuya alteración procede, p u e s ese sulfuro se
sulfatiza al contacto del aire h ú m e d o : lo h a y en disolución en las rocas y en las tierras.
m u c h a s aguas, y son m u y n u m e r o s a s las localidades en q u e se Usos. Sirve en la fabricación de la pólvora y del ácido azóti-
e n c u e n t r a la caparrosa. co; t a m b i é n se utiliza en la agricultura y en la medicina.

Alteraciones. P o r la exposición al aire se h a c e amarillo, s e


NITRO DE SOSA.
pulveriza y pasa al estado de sesquióxido.
Usos. Se emplea en la tintorería de varias m a n e r a s y p a r a
h a c e r tinta de escribir. Sin. Soude nitratée. S o d a Nitre. Azotato de sosa. Salitre d e
sosa.
Formas. Cristales del cuarto sistema con ángulo de 1 0 6 ° 3 3 ' ;
GRUPO DE LOS N I T R A T O S .
c r u c e r o r o m b o é d r i c o ; t a m b i é n en m a s a s é inflorescencias.
Colores. C o m u n e s : b l a n c o - a g r i s a d o , rojizo ó amarillento.
NITRO.
Lustre. P o r calidad, c o m ú n ; p o r comparación, de vidrio; p o r
i n t e n s i d a d lustroso.
Sin. Nitrate ofpofash. Salpetre, Salitre.
Trasparencia. Más ó m é n o s perfecta.
Formas. E n cristales del tercer sistema con ángulo de 1 1 8 ° 5 0 ' ;
Textura. Conchoíde.
en costras, eflorescencias y cristales aciculares.
Dureza. 1 á 2; polvo blanco.
Colores. C o m u n e s : blanco m á s ó m e n o s agrisado.
Densidad. 2.2.
Lustre. P o r calidad, c o m ú n ; p o r comparación, de vidrio; p o r
Casos particulares. T i e n e s a b o r salino y fresco.
intensidad, lustroso.
Composicion:
Trasparencia. De s e g u n d o grado.
Dureza. 2; polvo blanco. Ácido azótico 63. 5
Densidad. 1.9. Sosa 36. 5
Casos particulares. T i e n e s a b o r salino, picante y fresco. 100.00
Composicion:
S u f ó r m u l a es:
Ácido azótíco 53.40
Na AzO6.
Potasa 46.60
Caracteres químicos. Al soplete deflagra y colora la flama en
100.00 amarillo naranjado.
S u f ó r m u l a es: Yacimientos. S e e n c u e n t r a p r i n c i p a l m e n t e en capas en el Dis-
t r i t o de T a r a p a c a , en la R e p ú b l i c a de Chile: á este salitre d e b e
KAzO6 r e f e r i r s e el q u e a b u n d a en algunas construcciones en la ciudad
d e México y q u e t a n t o les perjudica.
Caracteres químicos. Deflagra al soplete y colora la flama en Usos. S e m e j a n t e s á los del anterior.
r o j o violado.
granos. Fibrosa ó la l l a m a d a Fosforita; en m a s a s concreciona-
G R U P O D E LOS F O S F A T O S . d a s ó fibrosas. Apatita terrosa, las variedades m á s i m p u r a s , in-
cluyendo los coprolitos. Aquí d e b e m o s considerar la sustancia
APATITA. l l a m a d a guano, q u e viene á ser u n a mezcla de fosfato de cal,
a m o n i a c o , c a r b o n a t o d e cal y otras sustancias terreas; su color
Sin. Chaux phosphatée. Phosphorsaurer-Kalk, Bone-phos-
es blanco agrisado, amarillento ó m o r e n o ; lustre resinoso q u e
p h a t e e , Apatite, Fosfato de cal.
pasa al terroso. Despide olor amoniacal. S e f o r m a p o r la d e s -
Formas. Cristales del 4° sistema, g e n e r a l m e n t e en p r i s m a s d e composición d e los e x c r e m e n t o s de aves m a r i n a s .
seis caras, con cruceros p o c o fáciles; t a m b i é n se e n c u e n t r a en
Yacimientos. L a apatita se e n c u e n t r a principalmente en rocas
m a s a s c o m p a c t a s fibrosas y terrosas.
cristalinas; t a m b i é n en lechos de caliza y areniscas de varias
Colores. C o m u n e s : blanco agrisado, p a r d o amarillo, verde, r o - e d a d e s geológicas en E u r o p a y América; el g u a n o se explota
jizo y violado. m á s especialmente en S u r - A m é r i c a ; lo h a y e n algunas islas m e -
Lustre. C o m ú n : p o r comparación, de vidrio, q u e p a s a á resi- xicanas del Atlántico y del Pacífico.
noso; p o r intensidad, lustroso. Usos. El fosfato de cal, incluyendo el guano, constituye u n
Trasparencia. Más ó m e n o s perfecta, y a u n p u e d e ser o p a c a . rico a b o n o en la agricultura.
Textura. H o j o s a q u e pasa á conchoide.
/
Dureza. 5. Polvo claro.
Densidad. 3.2.
G R U P O D E LOS C A R B O N A T O S .
Casos particulares. Se le n o t a u n a opalescencia en la direc-
ción del eje vertical, especialmente en las variedades blancas. ESPATO CALIZO.
Composicion. La de u n e j e m p l a r que p u e d e c o n s i d e r a r s e co-
Sin. Calente, E s p a t o de Islanda, C h a u x carbonatée, Marmol,
m o tipo, tenia:
C a r b o n a t e of lime, Kalkstein, Calcita.
Ácido fosfórico 40.92 Formas. Del 4? sistema; crucero r o m b o é d r i c o muy fácil;
Cal 48.43 g e n e r a l m e n t e en r o m b o e d r o s y escalenoedros; t a m b i é n en m a -
Fluor , 6.81 sas hojosas, compactas, concrecionadas, pulverulentas, y en

Calcio 3.84 vetas.


Colores. Comunes: blanco agrisado, amarillento p a r d u s c o , r o -
100.00 jizo, negro, con d i b u j o s y m a n c h a s .
Lustre. P o r calidad, c o m ú n ; p o r intensidad, lustroso q u e p a -
L a f ó r m u l a p u e d e e x p r e s a r s e así:
s a á mate; p o r comparación, de vidrio p a s a n d o al de perla y a u n
Ca 5 P 3 O 12 ( F 1 C l ) al aspecto t e r r o s o .
Trasparencia. Perfecta, trasluciente ú opaco.
p u e s c o m u n m e n t e tiene cloruro y floruro d e calcio. Textura. H o j o s a la general y conchoide la particular.
Caracteres químicos. Calentando la a p a t i t a al soplete, despues Dureza. 2.5 á 3.5; polvo blanco.
de p o n e r l e ácido sulfúrico, colora la flama e n verde azuloso. Densidad. 2.5 á 2.8.
Variedades. Común, cristalizadada ó en m a s a s h o j o s a s y en Casos particulares. Es birefringente.
Composieion: Alteraciones. El carbonato de cal puede tomar otras bases,
como óxidos de hierro, de magnesio, etc., y formar diversas
Ácido carbónico 44.00
trasciciones y a u n trasformarse en otros compuestos; el ácido
Cal 56.00
carbónico lo trasforma en bicarbonato de cal, se hace soluble en
100.00 el agua y forma despues los depósitos de que ántes se habló.

Su fórmula se escribe así:


SESQUICARBONATO DE SOSA.
Ca C O 3 .
Sin. Trona, Natrón von Trípoli, Sexquicarbonate of Soda.
Contiene como impurezas diversos óxidos y materias orgáni- Tequezquite.
cas: á veces la magnesia entra á sustituir parte de la cal hasta Formas. Del 5? sistema; crucero prismático; también se pre-
llegar á constituir otra especie que se llama Dolomía. senta en costras é inflorescencias, en polvo y en masas.
Caracteres químicos. Al soplete es infusible y se trasforma en Colores. Comunes: blanco-agrisado, amarillento ó gris.
sal cáustica; colora la flama en rojo; hace efervescencia con los Lustre. P o r calidad, común; por intensidad, lustroso; por com-
ácidos. paración, de vidrio, que pasa á terroso.
Variedades. Espato de Islanda: cuando se encuentra cristali- Trasparencia. Sólo es trasluciente.
zado y trasparente. Común: en cristales ménos trasparentes que Dureza. 2.5 á 3; polvo blanco.
el anterior. Caliza cristalina: con caras más ó ménos desarro- Densidad. 2.
lladas; si son finas entonces se designa á la variedad con el n o m - Casos particulares. Produce sabor salino.
b r e de mármol. Caliza compacta: sin forma determinada. Cali- Composieion:
za estilaticia: la que procede de la precipitación del carbonato de
Ácido carbónico 40. 2
cal, de las aguas que contienen carbonato de la misma base en
Sosa ; 37. 8
disolución, como sucede en las estalactitas. Creta: masas forma-
Agua 22. 0
das de caparazones calcáreos de séres microscópicos. Margas:
mezclas de cal con arcilla ó arena. 100.00
Usos. Muy conocidos son los del carbonato de cal en la in-
Su fórmula es:
dustria, en las artes, en la ingeniería y en la agricultura; en
ésta se aprovecha como abono ó mejorador, sobre todo las H 20 Na 2 CO13.
margas.
Yacimientos. Como sustancia tan útil, los criaderos del carbo- Puede estar mezclado con cloruros, sulfatos, materias orgá-
nato ele cal son m u y abundantes; muchas montañas y cordille- nicas y otras impurezas.
ras se hallan formadas por ese compuesto en todos los conti- Caracteres químicos. Al soplete se hincha, se funde y colora la
nentes; cristalizado se encuentra en vetas y mantos. La roca flama en naranjado; hace efervescencia con los ácidos.
llamada Tecali ú ónix mexicano, que se encuentra en el Estado Variedades. Se establecen según su aspecto físico. Aquí de-
de Puebla, es una caliza estilaticia; de ella se hablará al tratar bemos hacer mención de la sustancia salina conocida en Méxi-
de las rocas. co con el nombre de tequezquite y que viene á ser una mezc la
en proporciones variables, de sesquicarbonato de sosa, cloruro
de sodio, sulfato de sosa y varias impurezas terrosas y orgáni-
G R U P O DE LOS CLORUROS.
cas. E n la capital, se conocen en el comercio las siguientes va-
riedades: Espumilla, en masas careadas. Covfitillo, en masas SAL COMUN.

granulosas. Cascarilla, en masas hojosas. Polvillo, en masas


pulverulentas. E n un análisis q u e hizo el químico Berthier, del Sin. Halite, Rock Salt, Soude muriatée, Sal gema, Cloruro de
tequezquite de Texcoco, encontró: carbonato de sosa anhidro sodio.
51.6; sulfato de sosa 15.3; cloruro de sodium 4.5; agua 24.6; Formas. Del primer sistema con crucero cúbico fácil; también
materias terrosas 3.0. El tequezquite más rico en carbonato de e n masas compactas, granosas y fibrosas.
y procedente de las playas del S u r de Jalisco contiene: carbona- Colores. Comunes: blanco agrisado, amarillento, azuloso y
to de sosa 21.60; ácido carbónico 18.80; cloruro de sodio 27,50; rojizo.
sulfato de sosa 8.20; materias terrosas 10.20; agua 13.70. H a y Lastre. Por calidad, común; por intensidad, lustroso; p o r com-
otra variedad que contiene h a s t a 26.90 de sulfato de sosa. paración, de vidrio.
Trasparencia. Más ó ménos perfecta.
Yacimientos. En México p u e d e decirse que es abundante el
Textura. Conchoide.
tequezquite; como criaderos principales deben citarse el Valle
Dureza. 2; se rebana en astillitas, pareciendo algo dúctil, ó se
de México, las playas de Zacoalco y Sayula en el Estado de Ja-
d e s p r e n d e en polvo blanco.
lisco, la Salada en Zacatecas, etc. E n el Valle de México, así
Densidad. 2.2.
como en Jalisco, las aguas de algunas lagunas contienen en di-
Caracteres particulares. Tiene sabor salino.
solución notable cantidad de esa sal, y al concentrarse van de-
Composicion: .
j a n d o impregnadas las tierras d o n d e aparecen las eflorescencias
del tequezquite. En todas las localidades citadas se explota este Cloro 60. 7
compuesto salino en grande escala, y podría a u m e n t a r s e la ex- Sodio... 39. 3
plotación si lo exigiesen las necesidades del consumo.
Usos. Muy variados son en la industria los de la sosa, p r i n - 100.00
cipalmente p a r a la fabricación del vidrio y del j a b ó n . Cuando Su fórmula es:
los terrenos contienen bastante cantidad de sales de sosa, son Na Cl.
estériles; en el Valle de México sólo crecen en esos terrenos co-
m o planta arborescente, el P e r ú (Schinus molle) y varias yer- Caracteres químicos. Al soplete decrepita y tiñe la flama en
bas, con especialidad el Heliotropum curasavicum y el Ilelenium n a r a n j a d o ; su solucion es precipitada por el nitrato de plata.
autumnale. Los lavados, el d r e n a j e y el cultivo de ciertas plan- Yacimientos. Se encuentra generalmente en m a n t o s y en tro-
tas, como la remolacha, m e j o r a n los terrenos salinos. zos; también disuelta en las aguas. Como criaderos m u y i m p o r -
tantes de sal gema deben citarse los de Polonia y los de España;
en México la hay e n la Sierra de Batuco en Sonora.
Usos. Son m u y variados los de la sal; sirve en la economía
doméstica; se usa en la metalurgia; para dar vidriado á la loza
para abono de ciertas plantas, etc., etc.
SECCION II. también en masas y reticular. Lustre metálico. Color gris de
plomo oscuro. Dureza de 2 á 5; dúctil; raspadura brillante.
MINERALES INDUSTRIALES. Composicíon:

Ag2S.

Compendio descriptivo de algunas especies más usadas en las artes Se funde, da h u m o s sulfurosos y glóbulo metálico. En vetas,
y en la industria.
en las circunstancias que otros minerales de plata. E n m u c h o s
distritos de México. Se utiliza p a r a extraer la plata.
MINERALES AZUFRÍFEROS.
Pirargirita ó rosicler oscuro. Del cuarto sistema; crucero im-
perfecto y paralelo á una de las caras del romboedro; también
Azufre nativo. Trimétrico, con crucero octaédrico, poco cla-
en masas y pegaduras. Color gris metálico pasando á rojo de
ro: también en masas. Color amarillo de azufre. Trasparente ó
cochinilla. Lustre metálico que pasa al diamante. Dureza de 2
trasluciente; quebradizo. Dureza de 1.5 á 2.5. Densidad, 2.07.
á 2.5; polvo rojo de cochinilla. Densidad, 5 á 6.
Se encuentra asociado al yeso y especialmente en los volcanes.
Composicion:
En el Popocatepetl, en el Orizaba, etc. A r d e con flama azulosa.
Se usa para fabricar la pólvora y el ácido sulfúrico: también en A g 3 S 3 S b.
la medicina.
Se funde fácilmente; produce pegadura blanca de óxido de an-
MINERALES AURÍFEROS. timonio y queda'glóbulo de plata. En vetas como los otros mi-
nerales argentíferos: m u y común en México. Se utiliza para ex-
Oro nativo. Isomètrico, sin crucero: también en masas, fila-
traer la plata.
mentoso y dendritico. Color amarillo de Oro, ó blanquizco si es-
Proustita ó rosicler claro. Del cuarto sistema: también e n m a s a s .
tá ligado con la plata. Dureza de 2 á 3; dúctil. Densidad, 12 á
Color rojo de cochinilla claro. Subtrasparente ó subtraslucien-
20. En vetas en terrenos cristalinos ó diseminado en aluviones.
te. Lustre de diamante. T e x t u r a conchoide. Dureza de 2 á 2.5;
En muchas localidades mexicanas. El oro también se encuen-
raspadura, rojo de cochinilla ó de aurora. Densidad, 5.4 á 5.5.
tra mezclado con la plata, con las piritas y con otros minerales.
Composicion:
Sus usos son bien conocidos.
3 Ag S + As 2 S 3 .
MINERALES ARGENTÍFEROS.

Al soplete deja glóbulo metálico y emite h u m o s sulfurosos y


Plata nativa. Isomètrica, sin cruceros marcados; en masas,
arsenicales: calentado en un tubo produce sublimado de sulfuro
chapas, venas, filamentosa y dendritica. Color blanco de plata
de arsénico. Se encuentra como los otros minerales de plata; se
ó agrisado y negruzco. Dureza de 2 á 3; dúctil. Densidad, 10 á
extrae de varias minas de México; usos clel anterior.
11. Se fnnde fácilmente al soplete. Se encuentra en vetas; la
Polibasita. En cristales ortorómbicos, generalmente aplasta-
hay en México en m u c h a s localidades, asociada á otros minera-
dos ó tabulares, estriados: crucero básico poco fácil; también en
les de plata. Sus usos son conocidos.
masas. Lustre metálico resplandeciente. Color gris de acero ó
Argentita 6 plata sulfúrea. Isomètrica; crucero dodecaédríco;
negro de hiefrro. Dureza de 2 á 3; raspadura negra. Densidad, 6.
Composicion:
Al soplete se funde, emite vapores de b r o m o y produce gló-
2
9 (Ag Cu ) S + (Sb.As)2S . 3 bulo metálico: no es soluble en amoniaco. Se cria como los otros -
minerales de plata; la hay en Catorce, Fresnillo y otras locali-
AI soplete da h u m o s sulfurosos, pegadura de óxido de anti- dades de México. Usos, extracción de la plata.
monio y al fin glóbulo metálico. Se encuentra como los otros Embolata ó cloro-bromuro de plata. En cristales del primer sis-
minerales de plata, en México, principalmente en Guanajuato. tema; también en masas, en concreciones y pegaduras. Color
Se explota como mineral de plata. amarillento y verdoso: se oscurece por la acción d é l a luz. Lus-
Estefanita 6 plata agria. E n cristales ortorómbicos; crucero tre resinoso algo diamantino. Dureza de 1 á 1.5: es dúctil. Den-
poco fácil según las caras del prisma; también en masas. Color sidad, 5.4.
negro de hierro. Lustre metálico, lustroso. Dureza de 2 á 2.5; Composicion:
r a s p a d u r a negra. Densidad, 6.3.
Ag. (Br. Cl.)
Composicion:
5 A g S + Sb 2 S 3 . Al soplete se revelan las reacciones del bromo, del cloro y de
Se funde al soplete produciendo pegadura blanca de antimo- la plata. Se encuentra como las anteriores. Usos, análogos.
nio, que despues se hace rojiza por el óxido de plata, y al fin A estos minerales argentíferos descritos, hay q u e añadir otros
deja glóbulo metálico. Se encuentra en vetas con otros m i n e r a - que contienen la plata de u n a m a n e r a accidental y en propor-
les de plata; la hay en México. Usos, para extraer la plata. ciones variables, como son la galena, la blenda, las piritas y la
Cerargirita ó plata córnea. F o r m a isométrica; no presenta cru- tetraedrita. El ensaye resuelve la costeabilidad de la explotación
ceros; también en masas y pegaduras. Color gris verdoso ó azu- e n esas mezclas.
lado. Lustre resinoso; tiene aspecto de cera. Es trasluciente ú
MINERALES PLATINÍFEROS.
opaca. Dureza de 1 á 1.5; es dúctil y se corta como la cera; la
parte raspada se hace brillante. Densidad, 5.5.
Platino nativo. Se encuentra en formas isométricas; pero más
Composicion: generalmente en granos, masas y laminitas. Color gris de pla-
Ag Cl. tino. Lustre metálico. Dureza de 4 á 4.5; es dúctil y maleable.
Densidad, 16 á 19.
Se funde al soplete y deja glóbulo de plata; es soluble en a m o -
Composicion: es platino mezclado al rodio, iridio y otros m e -
niaco. Se halla en vetas y nodulos; es frecuente en México.
tales. Es completamente infusible al soplete. Se encuentra en
Usos, para extraer plata.
terrenos de aluvión. Usos m u y conocidos.
Bromirita ó plata verde. En cristales del primer sistema: t a m -
E n unas concreciones ferruginosas q u e se hallan en Jacala,
bién en masas y pegaduras. Color amarillento ó verdoso que se
Estado de Hidalgo, suele encontrarse ley de platino.
oscurece p o r la acción de la luz. Lustre resinoso, resplande-
ciente ó lustroso. Dureza de 2 á 3; la parte frotada se hace
MINERALES DE MERCURIO.
brillante: es dúctil. Densidad, 5 á 6.
Composicion: Mercurio nativo. En glóbulos líquidos diseminados en la m a -
Ag. Br. triz. Color metálico, blanco agrisado. Densidad, 13.5.
so. Densidad, 5.34. Al soplete decrepita, se f u n d e en los b o r -
Composicion: des, se pone blanca y da h u m o s de este color; calentada en tubo
Hg. produce sublimado de mercurio metálico.
Composicion: antimoniato de cal, mercurio y antimonio. Se
Calentado en u n tubo se volatiliza y f o r m a sublimado metáli- encuentra en Huitzuco.
co en las paredes frias del mismo tubo. Se encuentra asociado El n o m b r e de Barcenita le fué dado por el Dr. J. W . Mallet,
al cinabrio; lo hay en el Mineral del Doctor y otras localidades de la Universidad de Virginia, quien fué el primero que publi-
mexicanas. Sirve en la metalurgia, en la medicina y en la in- có un análisis exacto de ese mineral.
dustria. Sulfuro de mercurio y zinc ó Guadalcazarita. En el cuarto sis-
Cinabrio. Cristales del cuarto sistema, con crucero lateral muy tema; generalmente en masas diseminadas. Color gris de plomo
fácil; también en masas y pegaduras. Color rojo de cochinilla ó oscuro. Lustre metálico. Textura hojosa, encubierta y desigual.
escarlata, á veces con tinte superficial gris metálico. Lustre de Dureza, 3; raspadura negra agrisada. Densidad, 7. Al soplete
diamante que pasa á metaloide. Dureza de 2 á 2.5; raspadura da h u m o s sulfurosos, olor de selenio y vapores mercuriales; con
roja escarlata. Densidad, 8 á 9. la sal de cobalto da las reacciones del zinc.
Composicion: Su composicion, según Petersen, se expresa p o r la fórmula;

Hg.S.2. 6 Hg S + ZnS.
j

Calentado en un tubo abierto produce sublimado metálico. Contiene de 1 á 2 por ciento de selenio. Se encuentra en
Se encuentra en vetas, mantos y nodulos. Lo hay en Tasco, Guadalcázar, Estado de San Luis Potosí, generalmente disemi-
Guadalcázar y otras localidades mexicanas. nada en caliza. Sirve como mineral de mercurio.
Livingstonita. En prismas ortorómbicos, aislados ó entretejidos. Petersen hizo el análisis cuantitativo de ese compuesto, y le
Color gris de acei*o. Lustre metálico resplandeciente ó lustroso. llamó Guadalcazarita; pero el descubrimiento de la nueva espe-
Dureza, 2; polvo rojo de cereza ó pardusco. Densidad, 4.81. cie corresponde evidentemente al profesor mexicano D. Anto-
Composicion: nio del Castillo, quien dió u n a descripción perfecta desde el año
de 1865.
2 Sb. 2 S 3 HgS.
MINERALES CUPRÍFEROS.
Se funde al soplete produciendo h u m o blanco de óxido de a n -
timonio; calentada en u n tubo emite h u m o s antimoniosos y va- Cobre nativo. Isométrico: también en masas, chapas, pegadu-
pores mercuriales. Sólo se ha encontrado en la República Me- ras y dendrítico. Color rojo de cobre, que generalmente se os-
xicana; sus criaderos se hallan en Huitzuco, Estado de Guerrero, curece en la superficie. Lustre metálico. Dureza de 2 á 3; la
y en Guadalcázar. Esta nueva especie mineral fué descrita por parte raspada aparece brillante; es dúctil. Densidad, 8.8.
Mariano Bárcena, el año de 1874. Se utiliza ese mineral para Composicoin: cobre puro ó ligado á la plata y otros metales.
la extracción del mercurio. Se funde al soplete. Disuelto en ácido nítrico y añadiendo a m o -
Barcenita,. En masas, de estructura columnar ó fibrosa; pre- niaco, da la coloracion azul característica. Se encuentra en ve-
s'enta indicaciones de cruceros paralelos á una cara prismática. tas y en mantos; en el Lago Superior, Estados Unidos, hay gran-
Color negro agrisado. Dureza, 4; polvo gris ceniciento y verdo-
des masas; lo hay en los criaderos cupríferos de México. Usos
Tetraedrita ó cobre gris. P r i m e r sistema; trazas de crucero oc-
conocidos.
taédrico, también en masas y pegaduras. Color gris de acero
Chalcocita ó sulfuro negro de cobre. Cristales del tercer siste-
q u e pasa á negro de hierro. Lustre metálico, con un tanto de re-
ma: un crucero poco claro; también en masas. Color gris de
sinoso. T e x t u r a desigual. Dureza de 3 á 4.5; polvo negro agri-
plomo oscuro. Lustre metálico, q u e se inclina un poco á resi-
sado ó pardusco. Densidad, 4 á 5.
noso. Dureza de 2 á 3; la parte raspada lustrosa y el polvo opa-
Composicion:
co y negro. Densidad, 5.8.
Cu. 8 S. 7 S b . 2 .
Composicion:

Cu 2 S. Parte del cobre p u e d e ser sustituido por otros metales, aun


p o r plata, que á veces existe en gran cantidad, para hacer m u y
Al soplete se funde, emite gas sulfuroso y deja glóbulo de co- ventajosa la explotación del cobre gris; puede contener también
bre. Se cria en vetas y capas asociado á otros minerales de arsénico. Al soplete da reacciones claras de azufre y antimonio,
cobre. Lo hay en Michoacan. Usos, como mineral de cobre. y por via h ú m e d a las del cobre. Lo distingue su color acerado,
Chalcopirita ó cobre amarillo. Segundo sistema: crucero poco la textura desigual, el polvo oscuro y el lustre un tanto resino-
.fácil; también en masas y pegaduras. Color amarillo de latón. so. Se encuentra en México en circunstancias análogas á los
Lustre metálico. Textura conchoide. Dureza d e 3 á 4; polvo minerales cupríferos.
opaco y oscuro. Densidad, 4.3. Cuprita. Isométrica; crucero octaédrico; también en masas,
Composicion: en sartas de cubos y terrosa. Color de cochinilla que pasa á
Cu. Fe. S 2 . otros tintes rojizos. Lustre submetálico, de diamante y aun te-
rroso. Subtrasparente. Dureza de 3 á 4; raspadura .lustrosa y
Al soplete se funde y da un glóbulo magnético. Su color lo polvo m o r e n o rojizo.
distingue del oro y de las otras piritas. Se cria como los otros Composicion:
minerales de cobre. A b u n d a en México. Se u s a p a r a extraer
cobre y también para hacer sulfato ó magistral. ' Cu 2 0.
Erubesita, Bornita ó cobre abigarrado. P r i m e r sistema: vesti- Al soplete deja glóbulo de cobre. Se distingue do la hemati-
gios de crucero octaédrico, también en masas. Color metálico, ta por esta reacción y del cinabrio por la forma cristalina y no
entre rojo de cobre y pardo de tumbaga, que p o r la acción de ser volátil por el fuego. Se encuentra asociado á los otros mi-
la intemperie se hace pardo; tiene tintes violados, azules y ver- nerales de cobre: lo hay en H u e t a m o y otras localidades mexi-
des. Lustre metálico, lustroso. T e x t u r a conchoide. Dureza, 3; canas. Usos, para extraer cobre.
polvo agrisado, r a s p a d u r a lustrosa. Densidad de 4 á 5.5.
Malaquita ó carbonato verde de cobre. Cristales del quinto sis-
Composicion: tema; crucero básico muy perfecto y otro clinodiagonal ménos
(Cu 2 Fe.) S. señalado; en masas, concrecionada y terrosa, c o m u n m e n t e con
estructura fibrosa radiada ó en zonas concéntricas. Color verde
Al soplete da reacciones como la anterior. S e distingue p o r esmeralda que pasa á verde cardenillo. Lustre de seda, que pa-
sus colores abigarrados. Se cria como las anteriores y a b u n d a sa al vitreo y de diamante. Trasluciente. Dureza de 3 á 4; pol-
en México. Usos del anterior. vo blanquizco. Densidad, 3 á 4.
Composicion:
MINERALES DE PLOMO.
Cu 2 O4 C 4- H 2 0.
Plomo nativo. Isométrico; en láminas pequeñas y en globuli-
Calentada da vapores acuosos; hace efervescencia con los áci- tos. Color gris de plomo. Lustre metálico. Dureza, 1.5; dúctil y
dos, y la solucion presenta las reacciones del cobre; colora en maleable. Densidad, 11.4.
verde la flama. Se encuentra como los otros minerales de cobre, Composicion:
especialmente en Rusia, y la h a y en muchas localidades mexi-
Pb.
canas. Se usa para hacer vasos, cubiertas de mesa, aretes, y
también para extraer cobre. Al soplete se funde y deja u n a pegadura amarilla sobre el
Azurita ó carbonato azul de cobre. Cristales del quinto siste- carbón. Es u n mineral raro; se le ha encontrado asociado á la
ma; crucero prismático; en masas y figuras imitativas y también galena en Alstomor; en lavas en diques de basalto; se cita á Zo-
terrosa. Color azul de esmalte que pasa á otros tintes azules. melahuacan, donde se dice hay plomo nativo en caliza granuda.
Lustre de vidrio ó diamantino. T r a s p a r e n t e ó trasluciente. D u - Usos conocidos.
reza de 3 á 4; polvo blanquizco. Densidad, 3.5 á 3.8. Galena. En cristales isométricos; crucero cúbico perfecto;
Composicion: también en masas, reticulada y a u n fibrosa. Color gris de plo-
Cu 3 O7 C 2 . + H 2 0. mo. Lustre metálico resplandeciente. Dureza de 2.5 á 2.7; pol-
vo gris. Densidad, 7.7.
Da reacciones como la anterior. Se encuentra en circunstan- Composicion:
cias análogas. Usos semejantes á la anterior.
•PbS.
Orisocola ó cobre hidrosilizoso. Amorfo; en masas, concrecio-
nes, venas y pegaduras. Color verde cardenillo, azuloso ó azul Contiene frecuentemente otros cuerpos al estado de mezcla,
de turquesa. Lustre vitreo ó terroso. Trasluciente. T e x t u r a especialmente la plata, al grado de que en el mayor n ú m e r o de
conchoide. Dureza, 2 á 4; polvo blanco ó verdoso. Densidad, 2.2. casos se explota como mineral argentífero: es de notarse que
Composicion: miéntras más g r a n u d a y fina es la textura, más alta es la ley de
ese metal precioso. Al soplete se funde, emite h u m o s sulfuro-
Cu O3 Si + 2 H 0.
sos, deja una pegadura amarilla y al fin glóbulo de plomo. Se
distingue fácilmente por su color, sus cruceros y el color de su
Este mineral p u e d e ser variable en sus componentes. Con
raspadura. Se encuentra en vetas, mantos y cúmulos; a b u n d a
carbonato de sosa produce glóbulo metálico al soplete, coloran-
en los distritos mineros de México, especialmente en Zimapan.
do en verde la flama. Se descompone en los ácidos dejando re-
Sirve para extraer los metales que contiene.
siduo de siliza gelatinosa. No p u e d e confundirse con la mala-
quita por su color cardenillo y su lustre. Se cria corno los otros Anglesita ó sulfato de plomo. Cristales ortorómbicos, crucero
minerales de cobre: lo hay en Jacala, Zomelahuacan y otras lo- lateral; también en masas y estalactítico. Color blanco agrisado,
calidades de México. Se usa para extraer cobre. amarillento ó azuloso. Lustre, lustroso de diamante inclinándo-
se al de cera y al vitreo. Trasparente ú opaco. Dureza de 2 á
3; raspadura blanquizca. Densidad, 6.3. Textura conchoide.
Composicion: Composicion:
4
Pb O S. Z n S.

Al soplete, en la flama de reducción da glóbulo metálico: se Pero puede contener otros cuerpos mezclados, como hierro,
funde aun en la flama de una vela. S e distingue de otros mine- cadmio y plata. Al soplete produce pegadura de óxido de zinc,
rales blancos por su peso, las reacciones al soplete y no hacer amarilla á caliente, y blanca al enfriarse; con el acetato de co-
efervescencia con los ácidos. Se encuentra generalmente a c o m - balto se colora en verde. Se encuentra como los minerales de
p a ñ a n d o á la galena: lo hay en el cerro de Ameca, en Jalisco, plata y generalmente entre ellos; a b u n d a en México. Hay diver-
en el B r a m a d o r y en otras localidades de México. Sirve como sas variedades, negra, parda, amarilla, roja y cadmífera y plato-
mineral de plomo. sa. Se utiliza para extraer el zinc ó los otros componentes.
Cerusita ó carbonato de plomo. Cristales ortorómbicos; crucero Zincita. Cuarto sistema; crucero básico m u y fácil y prismáti-
prismático poco fácil; también en masas, fibroso y estalactítico; co ménos notable; también en masas hojosas y en granos. Color
á m e n u d o los cristales rayados á lo largo y entretejidos. Color rojo más ó ménos naranjado. Lustre acercándose al de dia-
blanco agrisado, amarillento, azuloso, verdoso y aun gris oscu- mante. Trasluciente. Textura conchoide. Dureza de 4 á 4.5;
ro. Lustre, lustroso de diamante inclinándose al vitreo, al resi- polvo naranjado. Densidad, 5.6.
noso y aun al aperlado. T r a s p a r e n t e ó subtrasparente. T e x t u - Composicion:
ra conchoide. Quebradizo. Dureza, 2.5; polvo blanquizco. Den-
sidad, 6.48. ZnO.

Composicion:
Es infusible al soplete y da las reacciones del zinc. Se encuen-
Pb. O C. 3 t r a en masas, principalmente en New Jersey. Usos del anterior.
Calamina eléctrica. Cristales ortorómbicos; crucero prismáti-
Al soplete decrepita y produce glóbulo de plomo. Hace efer- co perfecto; también en masas, en bolas y otras formas fibrosas.
vescencia con los ácidos, y esto lo distingue de la anglesita. Se Color blanco, á veces con tintes azulosos, agrisados y amarillen-
encuentra con los otros minerales de plomo; lo hay en México. tos. Lustre de vidrio que pasa al aperlado. Trasparente ó tras-
Usos análogos al anterior, y también como ayuda en las fundi- luciente. Dureza de 4 á 5; raspadura blanca. Densidad de 3 á
ciones de minerales de plomo y plata. 3.9. Fosforesce frotada en la oscuridad; es piroeléctrica.
Composicion:

, MINERALES DE ZINC. Zn 2 O4 Si + H 0.

Blenda. Isométrica; crucero dodecaédrico; también en masas, Al soplete, con las sales de cobalto da la coloracion de zinc;
fibrosa y concrecionada. Color negro, amarillo, rojo, verde, blan- se disuelve en los ácidos dejando residuo gelatinoso. Se encuen-
co y pardo. Lustre resplandeciente, de diamante ó resinoso. tra generalmente en vetas con otros minerales; la hay en Zima-
Trasparente ó subtrasluciente. T e x t u r a hojosa general, y la p a r - pan. Este silicato de zinc es la calamina eléctrica, y al carbona-
ticular conchoide. Dureza de 3 á 4; polvo claro, pardo rojizo ó to de la misma base se le llama simplemente calamina. Usos
blanquizco. Densidad, 3 á 4. de los anteriores.
blanco. Se encuentra en vetas; acompaña al anterior en la mi-
MINERALES DE ESTAÑO.
na del Orito. Sirve para extraer bismuto.
\ Casiterita ó metal de estaño. Segundo sistema; crucero poco Bismido telural ó Tapalpita. En masas. Color gris metálico.
distinguible; también compacto arrifionado y en granos. Color Lustre metálico. Según el Dr. Rammelsberg, se compone de:
pardo de clavo que pasa al moreno cetrino. Lustre de diaman-
Ag 2 S + Bi. 2 Te. 2
te que pasa al de cera. Trasluciente ú opaco. Dureza de 6 á 7;
r a s p a d u r a blanquizca ó parda. Densidad, 6 á 7. Se encuentra en el mineral de Tapalpa, Estado ele Jalisco. El
Composicion: descubrimiento de esta especie se debe al profesor mexicano D.
Antonio del Castitlo. La tapalpita sirve para extraer plata, bis-
SnO. 2
m u t o y teluro.

Al soplete, es infusible, pero con sosa, sobre el 'carbón, da Guanajuatita. En agujas rayadas á lo largo y en masas hojo-
sas. Color gris de plomo. Lustre metálico. Dureza de 2 á 3;
glóbulo de estaño. Esta reacción lo distingue de la bematita
raspadura lustrosa; polvo negro agrisado. Densidad, 6 á 6.8.
arriñonada con que lo confunden. Se encuentra en vetas ó en
Composicion:
aluvión; en este caso forma ríñones sueltos ó masas arredonda-
das: la hay en vetas, en Mesa de los Caballos en Zacatecas, y Bi. 2 Se. 3
de aluvión en Lagos y otras localidades mexicanas. Sirve para
Se funde al soplete, tiñe de azul la flama, da h u m o s blancos,
la extracción del estaño.
produce olor de col y deja glóbulo metálico. Se encuentra en la
MINERALES BISMUTÍFEROS. Sierra de Santa Rosa, Estado de Guanajuato. P u e d e utilizarse

como mineral de bismuto. Este mineral fué descrito en 1873
Bismuto nativo. Cristales del cuarto sistema; crucero r o m b o é - por el Sr. D. Antonio del Castillo, y casi simultáneamente p o r
drico; también en masas hojosas y compactas. Color blanco de el Sr. D. Vicente Fernández, profesor del Colegio de Guanajua-
plata con un tinte rojizo. Lustre metálico. Dureza de 2 á 2.5; to. El n o m b r e de Guanajuatita, aceptado en la ciencia, lo elió el
es dúctil. Densidad, 9.8. Sr. Fernández, quien fué el primero que elió á conocer la com-
Composicion: posicion exacta de la nueva especie.

Bi. B'ismutita ó carbonato de bismuto. En cristales pseudomorfos,


en masas y pulverulento. Color blanco amarillento ó verdoso.
Al soplete se volatiliza y produce pegadura amarillenta. Se Lustre de vidrio que pasa al de nácar. Dureza de 4 á 4.5; polvo
encuentra en vetas. Lo hay en la mina del Orito, Estado de Za- blanco. Densidad, 6.8 Es quebradizo.
catecas. Se usa para hacer ligas fusibles y en la medicina. Composicion: carbonato hidratado de bismuto.
Bismutinita ó sulfuro de bismuto. En cristales del tercer siste- Al soplete se funde y da glóbulo de bismuto, dejando pega-
ma; crucero básico perfecto y otros paralelos á las diagonales; d u r a amarilla; hace ligera efervescencia con los ácidos. Se en-
también en masas hojosas y fibrosas. Color gris de plomo. cuentra regularmente en vetas con otros minerales de bismuto:
Lustre metálico resplandeciente. Dureza, 2; polvo gris negruzco. se ha hallado en los cerros inmediatos á San Luis Potosí, ar-
Densidad de 6 á 7. Al soplete deja pegadura amarilla. Se di- m a n d o en pórfido Ó diseminado en los aluviones vecinos. Se
suelve en ácido azótico, y añadiendo agua se forma precipitado utiliza para extraer bismuto.
rro meteórico y atacado por un ácido, aparecen en su superficie
MINERALES DE ANTIMONIO. unas figuras más ó ménos triangulares llamadas ele Widmses-
taeten. En la República Mexicana hay muchos hierros meteó-
Antimonio nativo. Cuarto sistema; también en masas compac- ricos; es notable el que se encuentra en el Museo; tiene forma
tas ú hojosas y en concreciones. Color blanco de estaño. Lus- aproximándose á un tetraedro; pesa 916 libras: en Xiciuipilco,
tre metálico. Dureza de 3 á 3.5. Quebradizo. Densidad, 6.7. Estado de México, hay muchas masas de ese hierro esparcidas
Composicion: en el terreno. Usos conocidos.

Sb. Pirita común. Isométrica; generalmente en cubos y dodecae-


dros pentagonales; cruceros cúbico y octaédrico; en masas, reni-
Al soplete da h u m o s blancos. Se encuentra como los mine- forme y concrecionada. Color amarillo de bronce. Lustre m e -
rales de plata. Según el Sr. del Rio, se halla en H u e t a m o y tálico resplandeciente. Dureza, 6.5; polvo negruzco, verdoso ó
Cuencamé. Se utiliza para hacer ligas metálicas y en la m e - moreno. Densidad, 4 á 5.
dicina. Composicion:
Estibnita ó sulfuro de antimonio. Cristales del tercer sistema,
generalmente estriados. Crucero según la diagonal, menor; tam- FeS.2
bién compacto y fibroso. Color gris de plomo. Lustre metálico.
Al soplete produce h u m o s sulfurosos y deja u n a masa mag-
Dureza, 2; polvo gris oscuro. Densidad, 4.6.
nética. Su color y dureza la distinguen de otros minerales. Se
Composicion:
encuentra en vetas y mantos, generalmente acompañando mine-
Sb. 2 S. 3 rales de plata; también diseminada en las rocas; es común en
' • ' • • " . . . ;

México y á veces contiene plata; los mineros le llaman bronce.


Se funde á la flama de la vela. Esta fusibilidad le distingue
Se utiliza para la fabricación de ácido sulfúrico y sulfato de hierro.
de otros minerales; se parece á la Livingstonita; pero ésta da
Siderita ó carbonato de hierro. En cristales del cuarto sistema;
raspadura rojiza. Se encuentra como los minerales de plata;
á veces con las caras curvas; crucero romboédrico perfecto; t a m -
a b u n d a en muchas localidades mexicanas. Se usa p a r a extraer
bién en masas compactas y hojosas y en concreciones. Color
antimonio.
gris amarillento que pasa á amarillo de cera, ele Isabel, y de allí
MINERALES DE HIERRO.
al pardo, y se oscurece bajo la intemperie. Lustre aperlado ó
de vidrio. Dureza, 3 á 4.5; raspadura blanca ó parda cetrina.
Hierro nativo. Isometrico; en masas con crucero octaédrico. Densidad, 3 a 3.9.
Color negro de hierro que pasa á gris de platino. Lustre m e - Composicion:
tálico. Dureza, 4.5; raspadura brillante; es dúctil. Densidad, de
7.3 á 7.8. Obra sobre el iman. Esta es la descripción del hierro Fe O3 C.
nativo, terrestre, que se encuentra incrustado en algunas rocas
Al soplete se hace magnético; se disuelve con efervescencia en
volcánicas, especialmente en Suecia. Se comprende también aquí
los ácidos. Se parece al calcite y á la dolomía, pero se distingue
el hierro meteòrico ó de aerolito. Sus caracteres son en gene-
p o r su mayor peso y por la reacción al soplete. Se encuentra
ral análogos á los que acaban de referirse; pero generalmente
en terrenos de varias edades. Se utiliza como mineral de hierro.
contienen níquel, fósforo, azufre y otros cuerpos. Pulido el hie- Geología—16.
En el grupo anterior están descritas otras especies importan-
d e fractura. Color amarillo de bronce que pasa al ele latón con
tes de minerales de hierro, como son la magnetita, las hemati-
un tinte algo verdoso. Lustre metálico. Dureza de 3 á 3.5. Den-
tas y la melanterita.
sidad, 4.6 á 5.6.
Composicion:
MINERALES DE MANGANESO.

Ni S.
Pirolusita. En cristales ortorómbicos; crucero prismático; ge-
neralmente en masas fibrosas divergentes; concrecionada y en Al soplete se funde en glóbulo, que tratado con bórax y sal
pegaduras. Color negro de hierro que pasa á pardusco y azulo- de fósforo, da una m a s a violeta en la flama de oxidacion. Se en-
so. Lustre metálico. Dureza, 2 á 2.5; polvo mate, negro agrisa- cuentra en Sajonia y en algunas localidades de los Estados Uni-
do. Tizna los dedos. Densidad, 4.8. dos. Se utiliza para extraer níquel.
Composicion: Nicolita. Cuarto sistema; generalmente en masas compactas
ó concrecionadas. Color blanco rojizo que se acerca al rojo de
MnO.2
cobre. Lustre metálico. T e x t u r a desigual. Dureza, 5.5; polvo de
Con bórax, en caliente, da perla violada q u e se hace m o r e n o - la raspadura moreno rojizo. Densidad, 7.7.
rojiza al enfriarse. Se encuentra en vetas y mantos acompañan- Composicion:
do minerales de hierro ó de manganeso: hay en Coalcoman.
Ni As.
Sirve en algunas industrias y para p r e p a r a r oxígeno.
Wad. Amorfo. En masas, bolas, en pegaduras y en dendritas, Al soplete produce olor de ajo y se funde en un glóbulo. Se
Color negro más ó menos pardusco y agrisado. Lustre terroso. encuentra en Sajonia y otras localidades de Europa. P u e d e ser-
Dureza, 1.5; polvo del mismo color. Tizna los dedos. Densidad, vir para extraer níquel.
3.4. Se compone de bióxido de manganeso conteniendo óxidos El níquel se encuentra también en los fierros meteóricos y
de hierro, cobalto y cobre y agua en proporciones variables. asociado á algunos minerales de cobalto; á veces se halla en
Reacciones análogas en lo esencial á la anterior. A b u n d a en Ja- proporciones notables en las piritas magnéticas, costeando ven-
cala, Estado de Hidalgo, y en m u c h a s partes formando arbori- tajosamente su explotación, como acontece en los Estados Unidos.
zaciones dendríticas, que el vulgo toma por fotografías produci-
das por los rayos. Los óxidos de manganeso mezclados á los de MINERALES DE COBALTO.
fierro le dan m u y b u e n a calidad á este metal; también se usa
para dar color á la porcelana y en la tintorería; sirve para pre- CobaUita, Primer sistema. Color blanco ele plata que pasa á
parar oxígeno. Se usa en algunas industrias. blanco metálico rojizo más ó m é n o s agrisado. Dureza, 5.5. Den-
sidad, 6.6.
MINERALES NIQUELÍFEROS. Composicion:

Millerita. Cuarto sistema; generalmente en cristales capilares Co As S.


que á veces tienen el aspecto de la lana: también en masas y
Al soplete da h u m o s sulfurosos y arsenicales, y con bórax u n a
costras de textura estriada divergente, sobre todo en las caras
perla ele hermoso color azul. Se encuentra con más abundancia
en Suecia y Noruega. Encontrado en México p o r el Profesor E>. oriental, violado. Esmeralda oriental, verde. Topacio oriental,
Severo Navia en el Estado de Guanajuato. amarillo. Se encuentra en rocas cristalinas. Se dice que hay ru-
Asbólita. Amorfa, terrosa ó compacta. Color negro que azu- bís en Durango. El esmeril y el corundo pulverizados se usan
lea. Dureza, de 1 á 3; en la parte raspada adquiere lustre. Ge- para pulir cuerpos duros: las otras variedades como piedras p r e -
neralmente es una mezcla de w a d y óxido de cobalto. Se utiliza ciosas.
separando el cobalto para emplearlo en las artes. Se encuentra Turquesa. Amorfa; reniforme, estalactítica y en incrustacio-
en varias localidades d e E u r o p a . nes. Color azul cíe cielo ó verdoso. Lustre inclinándose al de
Eritrita. Quinto sistema, con crucero fácil, pareciéndose á la cera. Dureza, 6; polvo blanco ó verdoso. Densidad, 2.8. T e x -
mica; también en incrustaciones y masas reniformes y á veces t u r a conchoide. Composicion: fosfato de alúmina hidratado, con
en estrellas. Color rojo de flor de durazno que pasa al rojo agri- cantidades variables de óxido de cobre. Al soplete se pone n e -
sado. Lustre aperlado en las láminas, y á veces tiene aspecto gruzca sin fundirse y colora la flama de azul. Se encuentra es-
terroso. Dureza, 1 á 2; polvo pálido. Densidad, 2.9. pecialmente en arcilla apizarrada, en Persia. Se estima como
Composicion: piedra preciosa.
Lápiz—lázidi. P r i m e r sistema; crucero dodecaédrico; también
C o s08 A s 2 + 8 H 0 .
en masas. Color azul de ultramar que pasa al de esmalte. Lus-
Con la sal de fósforo da un vidrio de hermoso color azul. S e tre de vidrio. Trasluciente ú opaco. Dureza, 5.5. Densidad, 2.4.
encuentra en Sajonia y otras localidades europeas. P u e d e utili- Textura desigual de grano fino. Le distingue su color y dure-
zarse como mineral de cobalto. za. Composicion: silicato de alúmina, cal, sosa y fierro: contiene
también azufre. Se disuelve en ácido clorhídrico, emitiendo
Este metal se encuentra asociado á varios minerales niquelí-
gas sulfhídrico. Se encuentra en rocas cristalinas, especialmente
feros, y también se extrae de las piritas magnéticas.
en el Asia. Es m u y apreciado en la joyería.
En esta sección de los compuestos que contienen aluminio,
MINERALES ALUMINOSOS.
sólo mencionamos algunos de los que se estiman como piedras
preciosas: entre los silicatos se citarán otros minerales alumi-
Corundo. Cuarto sistema; crucero básico; también en granos.
nosos.
Color blanco agrisado, pasando al azul, violado, verde ó rojo.
Lustre de vidrio. Trasparente ó trasluciente. Dureza, 9. Densi-
MINERALES MAGNESIANOS.
dad, 4. Textura conchoide.
Composicion: Epsomita ó sulfato de magnesia. Trimétrico, crucero paralelo
á la diagonal más corta; en masas concrecionadas y costras
Al 2 O.3 porosas. Color blanco amarillento. Dureza, 2.2; polvo blanquiz-
co. Densidad, 1.6. Tiene sabor amargo y salino.
Infusible al soplete: pulverizado y mezclado con las sales d e
Composicion:
cobalto produce color azul. Lo caracteriza su dureza, inferior
solamente á la clel diamante. Variedades: Corundo propiamente
M g O4 S + 7 H 0.
dicho, cuando es opaco. Esmeril, si se halla en granos y de co-
lor oscuro. Zafiro, de color azul. Rubí, de color rojo. Ametista Al soplete se funde, y con sal de cobalto se hace color de ro-
mina. Se encuentra en granito en varias localidades europeas, y
sa. En aguas minerales y en eflorescencias en las rocas: la hay
sirve para extraer la litina.
en Cuautla Morelos. Se usa en medicina.
Enstatita, Trimétrica, con crucero prismático fácil, con las ca-
ras de crucero fibrosas: también se presenta laminosa y compac-
MINERALES QUE CONTIENEN CAL.
ta. Color gris que pasa al verdoso amarillento y moreno. Lustre
de perla que pasa al metaloide en la variedad llamada bronzita.
Citados en el grupo anterior el yeso, el calcite y la apatita, Dureza 5.5. Densidad, 3.3.
que corresponden á esta sección, sólo mencionaremos el si-
Composicion:
guiente por sus aplicaciones industriales.
Espato flúor. Isomètrico; crucero octaédrico; también en m a - MgO 3 Si:
t
sas. Color blanco que pasa á amarillo, violado, verde y azul.
en la variedad bronzita entra, en parte, el hierro en la base. Ma-
Lustre de vidrio. Dureza, 4; polvo blanquizco. Densidad, 3.2.
yor cantidad de hierro contiene la hiperstena, silicato muy se-
T r a s p a r e n t e ó subtrasparente. Fosforece con el calor.
mejante á la variedad anterior. La ensteatíta es infusible al so-
Composicion:
plete. Se encuentra en Baviera, en el Hartz y en algunas loca-
Ca. F. lidades americanas.
Berilo. Cuarto sistema, crucero básico; á veces en masas. Co-
Calentado en un tubo decrepita y fosforece; humedecido con
lor verde que pasa al azul y amarillo. Lustre de vidrio ó algo
ácido sulfúrico y calentado produce vapores que atacan al vi-
resinoso. Trasparente ó trasluciente. Dureza, 7 á 8; polvo más
drio. Se encuentra generalmente en vetas acompañando otros
claro. Densidad, 2.7.
minerales: lo hay en Chalchihuites y otras muchas localidades
Composicion:
mexicanas. Se usa para preparar ácido fluorhídrico y como f u n -
Be 3 Al 2 0 I S S i 8 .
dente.
Al soplete se pone nebuloso, y solamente á m u y alta tempe-
SILICATOS. ratura se funde. No es atacado por los ácidos. Sus variedades
son: Berilo, de colores claros. Agua marina, de color verde mar.
Citados en la sección primera los que se consideran como
Esmeralda, de rico color verde y acusando reacciones de cromo.
componentes esenciales de las rocas, añadiremos aquí algunos
Se encuentra generalmente en caliza granuda; en Sur América
de los que p u e d e n considerarse como accidentales en las mis-
hay afamados criaderos de estas piedras; los berilos se encuen-
mas ó que tengan notable aplicación industrial.
tran en el Real del Monte, y las esmeraldas en Tejupilco. Se
Espodumena. Cristales del quinto sistema con cruceros fáciles.
usan como piedras preciosas.
Color blanco agrisado ó verdoso. Lustre aperlado en las caras
Nefelina. Cuarto sistema; crucero prismático; también en ma-
de crucero. Dureza, 6 á 7. Densidad, 3.1.
sas informes ó columnares. Color blanco agrisado, amarillento,
Composicion:
verdoso y pardusco. Lustre de vidrio que pasa al resinoso.
( R 3 A l 2 ) O9 S i 8 , Trasparente ú opaca. Dureza, 5 á 6. Densidad, 2.6.
Composicion:
entrando la litina en la radical R . Al soplete colora la flama en
( N a 2 K 2 ) Al 2 O8 Si .
rojo, por la litina, y con el cobalto d a l a reacción azul de la alú-
Al soplete se funde; en los ácidos se disuelve dejando siliza
con sal de cobalto se hace azul. Se distingue por su dureza y
gelatinosa. Estas reacciones y su forma cristalina la distinguen
crucero básico. Se encuentra en rocas metamórficas en la Siberia,
de algunos minerales á que se parece. Se encuentra formando
en el Brasil, etc.; lo hay en Canoas, Estado de San Luis Potosí.
parte de algunas rocas eruptivas y metamórficas.
Leicita. Primer sistema, crucero clodecaéclrico poco fácil; tam-
CARBONO.—COMBUSTIBLES FÓSILES.
bién en granos diseminados. Color blanco más ó ménos agri-
sado. Lustre de vidrio. Trasluciente ú opaca. Dureza, 5 á 6; Diamante. Isomètrico; crucero octaédrico; las caras de los cris-
polvo blanco. Densidad, 2.5. tales son curvas generalmente; rara vez en masas y granos. Co-
Composicion: lor blanco agrisado de varios tonos, amarillento rojizo, azul y
K. 2 Al. 2 0 12 Si. 4 negro. Lustre de diamante. Dureza, 10. Densidad, 3.5. Tex-
t u r a conchoide. Composicion: carbono puro. Se consume por el
No se funde al soplete: poniéndole acetato de cobalto se co- fuego. Por el calor adquiere electricidad vitrea. Se encuentra
lora en azul. Se disuelve en los ácidos dejando siliza gelatinosa. por lo común relacionado á la itacolumita ó arenisca flexible,
Se encuentra en rocas volcánicas. en terrenos de. aluvión: son muy notables los criaderos del Áfri-
Turmalina. Cristales clel sistema romboédrico; generalmente ca, en el Asia y en el Brasil; también se han hallado en los Es-
en prismas cuyas caras están estriadas: se encuentra también tados Unidos. El diamante es la piedra preciosa más estimada.
en masas de estructura columnar. Los colores son variados; Grafita ó plombagina. Cuarto sistema; generalmente en ta-
hay turmalinas negras, azules, rojas, verdes, morenas, pardas, blas exagonales; crucero básico perfecto; también en masas
amarillas agrisadas y a u n blancas. Son trasparentes ó traslu- compactas, hojosas y en pegaduras. Color gris de acero pasando
cientes, de lustre de vidrio. Dureza, 7.5; polvo claro. Densidad, á negro de hierro. Lustre metálico. Dureza, 1 á 2; polvo negro.
3.3. La composicion es u n silicato de diversas bases en que en- Densidad, 2.2. Es untuosa al tacto y tizna los dedos. Composi-
tran el hierro, el manganeso, la cal, la sosa, la potasa y la liti- cion: carbono puro con algún óxido de hierro mezclado. Es in-
na; también contienen alúmina y aun boro. Sus reacciones al fusible al soplete: á una alta temperatura se quema, dejando ce-
soplete varían con las diversas bases. Las turmalinas se encuen- niza ferruginosa. Estas reacciones la distinguen de la molibdena
tran en varias rocas cristalinas, tanto en Europa como en Amé- y clel hierro micáceo á que se parece. La grafita se encuentra
rica. Las turmalinas se usan en la joyería y en las investigacio- en las rocas cristalinas y también en los terrenos de acarreo
nes sobre polarización. procedentes ele la destrucción de aquellas; la hay en los montes
Topado. Cristoles del tercer sistema; crucero básico; también Urales, en el Canadá, en los Estados Unidos; etc.; en México se
ha encontrado en las cercanías de Tehuacan, en Sonora, en el
en masas y en granos. Color amarillo pálido como el aguardien-
Cardonal y en Molango, del Estado de Hidalgo. Se usa para fa-
te; también blanco agrisado, verdoso, azuloso y rojizo. Lustre
bricar lápices y crisoles, y para disminuir el rozamiento de las
ele vidrio, trasparente ó trasluciente. Se hace eléctrico por el
máquinas.
calor. Dureza, 8; polvo blanquizco. Densidad, 3.6.
Composicion:
COMBUSTIBLES FÓSILES.
Al 2 O5 Si.
En esta denominación comprendemos algunos carbones, be-
A veces contiene flúor. No se funde al soplete: humedecido tunes y aceites de los más usados en la industria.
Geología—17.
Carbón de piedra. Los caracteres generales de las diversas más importantes los yacimientos de los Estados fronterizos: tam-
variedades ele carbón, son: color negro pasando al pardo. Lus- bién se señalan varios criaderos de lignitos y carbones pardos:
tre metaloide, resinoso ó mate. Dureza, 1 á 2.5; polvo negro ó la t u r b a a b u n d a en las márgenes del rio Tololotlan, cerca del
pardusco. Densidad, 1 á 1.8. Composicion: carbono con oxíge- lago de Chapala, en el Valle de México y otras varias regiones
no, hidrógeno, ázoe y algunas sustancias minerales, q u e despues del país. Los usos del carbón de piedra son bien conocidos y se
de la combustión vienen á formar las cenizas. Con frecuencia hallan en relación con la riqueza industrial de muchas naciones.
se confunde el carbón mineral con la piedra pez, con la obsidia- En un carbón fósil deben determinarse la cantidad de produc-
na y aun con la piedra de Lidia; la densidad, la dureza, el color tos gaseosos, la de carbón fijo y las cenizas ó materia mineral
q u e contenga. P a r a esto se t o m a una cantidad determinada de
del polvo y la combustibilidad, son caracteres bastantes para
carbón pulverizado, un gramo, p. e., y se coloca en un crisol de
hacer la distinción. Señalaremos algunas variedades de carbón
barro al cual se le pone una tapadera; se calienta en u n a mufla,
fósil.
perdiéndose así toda la materia volátil, que arde, y se percibe su
Antracita. Color negro de hierro; á veces con viso de hierro
flama por entre los bordes de la tapadera; se vuelve á pesar des-
pavonado. Lustre semimetálico. Textura conchoide. Dureza,
pues, y la diferencia cía á conocer la proporcion de materias ga-
2 á 2.5. A r d e con luz pálida.
seosas inclusive el vapor de agua: en seguida se calcina de nuevo
Carbones betuminosos. Compréndense aquí aquellos que dan
el residuo, en un crisol destapado y se q u e m a r á el carbón, que-
algunos líquidos y gases e n la destilación; dejan el residuo lla-
d a n d o solamente la ceniza de la parte mineral; una segunda pe-
mado coJce. Su color es generalmente negro; lustre resinoso ó
sada señalará su proporcion de carbón y la ceniza. Este ensaye
terroso; arden con flama amarillenta y h u m e a n . E n esta varie-
se completa estimando el poder calorífico de un carbón ó sus
dad deben comprenderse las ullas. Calorías, llamándose así á la cantidad de calor que se necesita
Carbón pardo y lignitos. Color negro que pasa á pardo y con- para elevar ele cero grados á un grado de calor un kilogramo de
tiene 15 á 20 por ciento de oxígeno: cuando tiene estructura de agua destilada. La estimación de ese poder calorífero de un car-
m a d e r a se llama lignito: a r d e con llama larga y produce h u m o bón así como de un combustible cualquiera, se hace mezclando
con olor betuminoso más ó ménos picante. un gramo de su polvo con 60 gramos ele litargirio (óxido de plo-
Turba. De color negruzco ó pardo; en masas blandas, y pre- mo); se coloca el todo en un crisol tapado y se calienta fuerte-
senta por lo regular estructura vegetal, como formada de raí- mente; p o r este procedimiento se reduce una parte del litargirio
ces ó yerbas: arde con olor de plantas secas. Los carbones fósiles á plomo metálico; se separa éste y se pesa; la relación X P
se encuentran asociados á diversas rocas: la antracita y las ullas es el poder calorífico y reductor del combustible; en esta fórmu-
forman por lo regular capas entre arcillas, pizarras areniscas, la P representa el peso del boton ele plomo reducido. Por este
conglomerados y calizas; los criaderos más ricos se encuentran método ele ensaye se pueden estimar las cualidades de los car-
en los terrenos de la edad geológica llamada carbonífera, a u n q u e bones fósiles y saber si son buenos combustibles ó se p u e d e n
se hallan en terrenos de otras edades: los lignitos y el carbón emplear para la fabricación de gas de alumbrado; lo primero se
pardo son más comunes en las capas cenozoicas: la turba es deducirá de su riqueza en carbón fijo, de su poder calorífico y
propia de terrenos modernos. En los Estados Unidos y en va- de que no dejen demasiada cantidad de ceniza; lo segundo de su
rias partes de Europa existen criaderos inmensos de antracita y abundancia en materias volátiles.
de ulla; en México se señalan varios criaderos en Sonora, T a -
maulipas, Veracruz, Puebla y otros Estados, y parece que son Asfalto. Es amorfo; se presenta en masas y nodulos. Color
negro de pez que á veces pasa á pardo. Lustre resinoso. Es
blando. Densidad, 1 á 1.2. Textura conchoide. La composicion
de los asfaltos de diversas localidades es variable y puede d e -
cirse que son una mezcla ele cuerpos hidrocarbonados, algunos DATOS PRÁCTICOS
de los cuales tienen también oxígeno. Se funde á la t e m p e r a t u -
SOBRE ALGUNOS CARBONES MINERALES DE MÉXICO.
r a del agua hirviendo; arde con flama brillante. Se disuelve ca-
si en totalidad en el éter. El asfalto forma generalmente depó-
Como un apéndice al estudio de los combustibles fósiles me-
sitos superficiales; en las costas del Mar Muerto y aun en sus
xicanos, añadimos algunos datos publicados por la Secretaría
aguas se ven grandes cantidades de asfalto; es también notable
de Fomento y que le han sido comunicados p o r los ingenie-
el criadero de la Isla de la Trinidad; en México lo hay en la
ros que h a comisionado para estudiar los criaderos de carbón
Huasteca y también flota en algunas partes del lago de Chapala.
en el país, así como otros descritos por algunos profesores m e -
Se usa para pisos mezclándolo con arenas; para revestimientos
xicanos.
en m u r o s húmedos; para la preparación de colores y barnices;
en la destilación produce gases combustibles. Aquí deben con-
siderarse los betunes minerales, como el llamado elástico y otros
más ó ménos pastosos ó fluidos, y que van trasformándose unos
en otros por oxidacion.
Aceites minerales. Con este n o m b r e se designan los hidro-
carburos líquidos que se usan en el alumbrado: se clasifican se-
gún su coloracion y grado de fluidez: se llama nafta al aceite
m u y fluido, más trasparente y m é n o s colorido: el petróleo es
amarillo y opalino; la brea mineral es de color moreno y visco-
sa. Los diversos hidrocarburos se clasifican en grupos según
las analogías de algunos de sus caracteres: según su estado de
fluidez, van pasando de unas á otras variedades. Estos aceites
se encuentran en rocas de diversas edades; desde la siluriana
hasta la presente: son muy notables los criaderos de petróleo
de los Estados Unidos y del Canadá. E n México se h a n señala-
do algunas localidades donde existen aceites minerales; á la es-
palda de la Colegiata de Guadalupe Hidalgo, Distrito Federal, se
h a explotado la nafta; también flota en pequeña cantidad en u n a
zona en el lago de Chapala; petróleo h a y en P u e r t o Angel, Es-
tado de Oaxaca. Los usos de los aceites minerales son bien co-
nocidos.
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CO N CÓ
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—< n H ^ T—l P 3 H H H
Ò - re M CO OÍ C CI
H CO

0 > 0 c 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 l 0 000l0c0i-0 00>-0i0


oc-iooooooooooi-t'c-iooooc-iooi-ioii.^
O W CO Ol
1—tr-iT—ti—I
D C. ~ TÍ r- L-^ ló co CC CO Ö C OD c wraC O LO o
M H Î l M H l O t O N M l M n C B C l M C O W C O

OCCOOOOOOOOO CÏ O >0 O O O O L— IO O O O '-O


O l- Cl O O O O O I - o o[c-oOc C OOOOC.ON't^Ol-
ooodoeoiffiowr-io
WO^r-'cDO^CDCOD '-Ó
- i " í i i c o c o o i - c c c o i - W ^ O N O ce Cl rr I- io

« p.
.5
be- tu
Oi-i
tes se mencionó, á causa de la variabilidad de caracteres en las
rocas y de las muchas variedades que ele u n a misma especie
podrían establecerse, lo que ha ocasionado multiplicadas y m u -
chas veces confusas clasificaciones.
CAPÍTULO-XI. Nosotros adoptarémos para mayor facilidad la clasificación de ciaawcacion
origen, no obstante las objeciones que por algunos autores se l'oror'"c"'
ESTUDIO DE LAS ROCAS. h a n hecho á tal sistema; pero buscando la claridad y la m a y o r
facilidad en las aplicaciones, nos resolvemos á agrupar las rocas
según su origen. En este sentido se dividen las rocas en sedi-
mentarias ó fragmentarias, metamórficas é ígneas. Antes de dar
G E N E R A L I D A D E S Y DESCRIPCIONES. la significación de estas palabras conviene citar otras dos clasi-
ficaciones á las que con facilidad pueden referirse las rocas que
Definición. Se llama roca á todo mineral 6 conjunto de minerales que cons- describiremos. Clasificadas las rocas por su naturaleza, se divi- clasificación
-t ., . a • 7 i ' i t ' p i por n a t u r a l e z a .
tituyan masas bastante considerables para formar parte, de un mo-
den en unitarias o simples, cuando solo están formadas por una
do notable, en la constitución de la corteza terrestre.
sola sustancia como la cuarcita, p. e., que está constituida por
Acepción vui- En el lenguaje vulgar sólo se llama roca á las masas consis-
ácido silícico; y son rocas compuestas las que están formadas ele
tentes ó duras; pero la ciencia prescinde de la cohesion relativa
dos ó más especies minerales, como la diorita que se compone
de los elementos que las forman, y roca es la arena como lo es
de feldespato y hornblenda. A veces se añade á éste sistema
el granito; también se consideran como rocas las masas de car-
la consideración de algún compuesto dominante, y así se agru-
bón mineral y otras ele origen orgánico.
pan en rocas silizosas, hornbléndicas, calcáreas, etc.
Dificultad de Como se notará en la definición que adoptamos, hay cierta Para las aplicaciones conviene dividir también la rocas en tí- KoCas típicas y
jna definición .. ^ _ ,

exacta, vaguedad y n o se lijan los limites entre lo que sólo puede con- picas y derivadas: las primeras son aquellas, como el pórfido p. e., dcriV!"ias'
siderarse como u n mineral y lo que ya puede apreciarse como que ya se formó bajo esa composicion desde un principio, y las
una roca. En realidad es difícil dar sobre el particular u n a de- segundas, como la arcilla, que proviene de la alteración de las
finición clara y terminante, y adoptamos aquella como más ge- rocas feldespáticas.
neralmente aceptada; en ella se aprecia, por decirlo así, más bien Hechas estas advertencias, continuamos con el estudio a n u n -
la cantidad que la naturaleza ele las sustancias, y se verá que ciado.
el berilo, por ejemplo, se encuentra en cantidad relativamente Se llaman rocas sedimentarias acuosas ó fragmentarias á las R o c a s s e d i m e n -
corta en la corteza terrestre, y esa especie será un mineral, mién- que se han formado por la acción del agua; es decir, cuando es-
tras que el calcite, que también es u n a especie definida, se con- te líquido deposita los detritus ó fragmentos arrancados de otras
siderará como roca, si se atiende á su frecuencia en la superficie rocas y que los lleva en suspensión ó los arrastra; aquí puede
terrestre. considerarse también el caso en que el material ó sustancia mi-
Cíasificacio- Como en todo estudio relativo á las ciencias naturales lo pri- neral vaya disuelto en el agua y se precipite.
n« ae xs d«Irt las -n.
e loe *
cas.
mero que debe hacerse al t r a t a r ele las rocas es procurar r e u - Son rocas metamórficas las que, sedimentarias en un princi- Rocas

nirías según la igualdad de ciertos caracteres para formar g r u - pió, se h a n alterado despues por la acción del calor, como p. e., ractam,írficas-
pos: aquí se nota también otra dificultad semejante á la que á n - la trasformacion de una masa de roca calcárea en mármol cris-
Geología.—18.
¡167
talino, por el contacto ó influencia de u n a masa de roca volcá-
nica incandescente.
Rocas ígneas. En fin, son rocas ígneas ó eruptivas aquellas que h a n apare-
GRUPO I.
cido fluidas ó pastosas p o r efecto del calor propio de la tierra,
como se observa hoy en las lavas de los volcanes. ROCAS SEDIMENTARIAS.
Caracteres de Para estudiar las rocas pueden usarse ó aplicarse algunos de
las rocas.
los caracteres empleados al definir los minerales, como el color, Sección 1?—Rocas de sedimento mecánico.
textura, lustre, dureza, densidad, etc., y que iremos aplicando
en aquellos casos en que den carácter, por decirlo así, á la roca CONGLOMERADO. Llámanse así las rocas que resultan de la agio- CONGIOM?RADO

que se defina. meracion de guijaros ó fragmentos bien perceptibles de otras ro-


Determina- Dados á conocer los métodos de investigación para reconocer cas; á la sustancia que une á esos elementos, se le llama cimen-
c i ó n de l a s ro-
cas. los minerales componentes ele las rocas, poco hay que decir pa- to, la cual puede ser calcárea, arcillosa, etc.
ra prevenir el estudio de éstas, pues, la ayuda ele los caracteres Caracteres físicos. Se encuentran los conglomerados formando
físicos determinará tales elementos, y por último se recurrirá al masas de diversas formas y dimensiones. Tienen generalmente
soplete y á los reactivos de cjue ántes se habló p a r a resolver u n a superficie desigual y accidentada; sus colores pueden ser
los casos de duda. uniformes cuando están formados por materiales semejantes, ó
Meaiosmecáni- H a y ocasiones en que se hace necesario desagregar la roca ó presentar mezclas diversas en el caso de variar los colores de
eos y observa- . , , -,. I.

ciones micros- recurrir a otros medios para reconocer sus diversos componen- los componentes. Su dureza y densidad varían también con sus
cópicas. y e s ^ Q g e ^ace: p 0 r lavados ó lexiviaciones, si la roca es elementos y su grado de cohesion.
atacable p o r el agua; por inmersión en los ácidos p a r a separar Composicion. E s m u y variada; pueden ser calcáreos, silizo-
aquellas sustancias que obren sobre ellas; por trituración cuan- sos, etc.
do quieren observarse las partes componentes, ya á la simple Variedades. P o d e m o s agrupar los conglomerados de dos m a -
vista ó con ayuda de la lente ó del microscopio; sea en fin, p u - neras: por la uniformidad ó heterogeneidad de sus componen-
liendo las superficies ó tallando las masas en láminas delgadas tes, ó atendiendo á su naturaleza. Así, llamarémos conglomera-
con el objeto de que las penetre la luz ó para observarlas con dos homogéneos á los que estén formados de una sola sustancia,
ayuda de instrumentos ele aumento. E n estos casos se utilizan y conglomerados heterogéneos á los constituidos p o r diferentes
m u y bien los caracteres que suministra la luz polarizada, pues elementos litológicos. Clasificados por su composicion podre-
como ántes se dijo, los ángulos de polarización determinan con mos llamarlos conglomerados calcáreos, arcillosos, silisozos, etc.
toda claridad á determinadas sustancias. También se define un conglomerado atendiendo á la forma
de los fragmentos que lo constituyen; si éstos son arredondados
se les llama pudinga, y si esquinados ó angulosos brecha. Su-
pongamos un conglomerado formado de fragmentos angulosos
de roca calcárea, unidos por u n cimento también calcáreo; en
este caso diriamos: es un conglomerado calcáreo homogéneo y
debe considerarse como u n a brecha.
Yacimientos. Se hallan los conglomerados en diversos terre-
nos, especialmente en los modernos, y forman masas de varia- en Guanajuato. Se comprende que muchas de las areniscas de-
das dimensiones. P u e d e n verse en muchos puntos del camino ben llevar un adjetivo que indique su composicion dominante,
de fierro de Veracruz; los conglomerados rojos de Guanajuato; y así se establecerán multitud de variedades como las llamadas
los del cerro de Ameca, en .Jalisco, formados de fragmentos a r r e - arenisca cuarzosa, calcárea, ferruginosa y otras.
dondados de pórfido rojo y de roca verde, y otros muchos q u e Yacimientos. Se encuentran estas rocas en terrenos de diver-
pueden observarse en diversas localidades del país. sas edades, especialmente en los mesozoicos. En la República
Usos y derivaciones. Usanse los conglomerados como rocas de se ven las areniscas en muchas localidades, y debe hacerse es-
construcción y de ornamentación; en este caso presentan su- pecial mención de las de Guanajuato, que se emplean como u n a
perficies m u y vistosas cuando se pulen, y más silos fragmentos vistosa roca de construcción y de adorno, á causa de las diver-
son de diversos colores, formando entonces verdaderos mosai- sas zonas y manchas ele varios tonos de verde y otros colores
cos, y se utilizan para portadas, cubiertas de mesas, etc. En que presenta.
cuanto á las rocas derivadas que de ellos se formen por la ac- Usos y derivaciones. Se usan las areniscas principalmente co-
ción de los agentes atmosféricos, se comprende que pueden ser m o rocas de construcción; por la acción de los agentes atmos-
muy variables según su naturaleza; así los conglomerados for- féricos pueden ceder arenas á los terrenos ó algunas rocas de-
mados por guijarros de pórfido unidos con cimento calizo, pro- rivadas, como arcillas ferruginosas y otras. Las areniscas y los
ducirán margas. conglomerados pueden ser considerados á su vez como rocas
ARENISCA?. ARENISCAS. Se conocen con este n o m b r e las rocas constitui- derivadas mecánicas, púes provienen de la alteración ó fractura
das por arenas m á s ó ménos unidas ó consolidadas. También de otras rocas.
se llaman asperón, arkosa, molasa, metaxita, sandstone (inglés), T O B A S . Deben designarse más propiamente con este n o m b r e
sandestein (aleman), etc. las rocas sedimentarias cuyos materiales sean de origen volcá-
Caracteres físicos. En masas generalmente hojosas ó en b a n - nico, pero arrastrados y depositados despues por el agua.
cos. Superficie desigual y granujienta. Colores variados, unifor- Caracteres físicos. La superficie de las tobas es áspera ó te-
mes ó mezclados d e varios tintes. Dureza igualmente variable rrosa. Colores variables, del blanco agrisado amarillento ó roji-
según los elementos constitutivos y su cohesion relativa. zo, pasando al gris, al pardo y aun al negro. Su dureza varía
Composicion. E s variable; pueden ser las areniscas silizosas, desde la ele una roca desmoronadiza, hasta la de una de 4 á 5 o .
calcáreas, ferruginosas, etc. Composicion. Diversa, como la de otras rocas de agregación.
Variedades. P u e d e n establecerse en esta roca grupos análogos Variedades. Pueden establecerse en este caso agrupaciones
á los de los conglomerados, y también se conocen muchas va- análogas á las de los conglomerados y las areniscas, de los cua-
riedades locales, de las que citarémos como principales las si- les difieren las tobas por la- circunstancia de ser de origen vol-
guientes: Glauconia, es de color verde y contiene clorita. Mola- cánico sus elementos; así, habrá tobas homogéneas, heterogé-
sa,, arenisca b l a n d a formada ele granos finos de cuarzo, feldes- neas, brechas, pudingas, etc. I-as siguientes variedades deben
pato, caliza y mica. Maciño, es análoga á la anterior, pero tiene citarse como más distinguibles. Toba porfídica, constituida p o r
ménos cuarzo y m á s feldespato. Arkosa, formada especialmen- fragmentos de pórfido. Toba traquítica, formada de detritus de
te ele granos de cuarzo y feldespato que h a n pasado al estado •traquita. Toba basáltica, de fragmentos de basalto, y por consi-
ele kaolin ó arcilla: á esta roca, que también se llama metaxita, guiente más pesada y oscura cjue las otras. Toba pomosa gruesa,
pueden referirse algunas variedades de la roca llamada locero formada de granos de piedra pómez, como el tepetate de Méxi-

»
ruco, donde las plantas y mazorcas de maíz adquieren dimen-
co; en otras localidades, como en Palmillas, Estado de Queré-
siones verdaderamente extraordinaricás. Los terrenos tobáceos
taro, la toba tiene fragmentos alargados y fibrosos de pómez,
pueden también utilizarse para el cultivo ele la vid.
que parecen fragmentos vegetales. Toba pomosafina, semejante
ARENA. Se llama así al conjunto de granos minerales gene- Arcna.
á u n a arenisca. Toba cenicífera, f o r m a d a en su totalidad ó en
raímente arredondados que depositan los mares, lagos, rios y
parte, por ceniza volcánica; colores blanco agrisado, rojizo ó ce-
otros depósitos o corrientes de agua en sus márgenes ó lechos;
trino de varios tonos; textura terrosa ó granujienta; dureza va-
hay también depósitos de arena formados p o r los vientos, y en
riable: como ejemplos de esta variedad pueden verse diversas
cuyo caso se llaman meteóricos. Si la arena ocupa una grande
capas en los cortes del camino de Cuautitlan. Toba arcillosa,
extensión se le llama arenal al conjunto.
mezclada con arcilla y dando el olor ele este compuesto. Toba
Caracteres. Se encuentra en masas sueltas de diversas for-
arenosa, con cantidades variables ele arena. En fin, se llama im-
mas, constituyendo montículos, bancos, capas, etc. Colores va-
propiamente toba caliza á la caliza estilaticia de que hablaremos
riables.
adelante: ese n o m b r e p u e d e aplicarse con propiedad, ó más bien
Composición. Las arenas pueden ser de m u y variada n a t u r a -
el de toba calcárea, á la roca sedimentaria formada de detritus
leza, como silizosas, calcáreas, ferruginosas, etc., y ser homogé-
volcánicos y de otros de carbonato ele cal, ó que de esta n a t u -
neas ó heterogéneas en su composicion.
raleza sea su cimento.
Variedades. Arena silizosa; formada de granos de cuarzo. Are-
Yacimientos. Las tobas ocupan grandes extensiones en los
na ferruginosa, de fragmentos de óxido ele hierro ó guijarros
terrenos inmediatos á los de origen volcánico. E n la mayor
ferruginosos. Arena pomosa, de fragmentos de piedra pómez.
parte de los valles del país encuéntranse extensos terrenos for-
Así seguirán designándose otras variedades según su naturale-
mados de tobas; el Valle de México ofrece un ejemplo fácil de
za. Se da el nombre particular de mo.rmaja á esa arena fina, ne-
observar, sobre todo d o n d e se h a n hecho grandes excavaciones
gra, pesada y brillante que se reúne en hilos y manchones en
como en el tajo de Nochistongo, en que se perciben muchas ca-
los arroyos y que está formada de pajillas de titanato de hie-
pas de tobas ele grande espesor.
rro; proviene de la destrucción de rocas basálticas y trapeanas.
Usos y derivaciones. Se utilizan las tobas como rocas de cons-
Yacimientos. Las arenas y los arenales se encuentran princi-
trucción, y se aprecian p o r su poco peso y por su porosidad, que
palmente en los terrenos modernos, en los lechos y márgenes
permite la penetración fácil de la mezcla ó cimento calizo; t a m -
de los arroyos, rios, lagos y mares; también se ven en los thalwegs
bién pueden usarse como mejoraclores en los terrenos compac-
y otras depresiones del terreno. Los yacimientos son muy fre-
tos. Las tobas pueden descomponerse en arenas y en fragmentos
cuentes en diversos terrenos.
de varios tamaños. E n general f o r m a n terrenos estériles cuan-
Usos. Sirven p a r a formar el cimento llamado mezcla-, también
do contienen poca tierra vegetal y sólo pueden crecer en ellas
para mejorar los terrenos compactos ó tenaces.
los magueyes, los cactus y otras plantas espinosas. Los graneles
ALUVIÓN. El uso muy generalizado hace que se adopte esta ALUVIÓN,
plantíos de agaves de los Llanos de Apam y que f o r m a n la ri-
palabra para designar la mezcla de guijarros, arenas sueltas y
queza de esos terrenos, están colocados sobre tobas á las que
piedras, en cierto desorden y con diversos volúmenes, como se
apérias recubre u n a ligera cantidad de tierra vegetal. En algu-
observa en el lecho de u n rio. Lo dicho respecto de las arenas
nos casos las cenizas volcánicas traen algunas sustancias propias
se aplica en gran parte á'los" aluviones.
para fertilizar los terrenos, ó pueden proceder de su descompo-
TRÍPOLI. Se conoce con este n o m b r e una arena blanca, sili- Trl ,¡
sición, como sucede en el Valle ele Jala, al pié del volcan Cebo-
zosa, fina, más ó menos coherente, y que está formada general- Variedades. Se establecen según las impurezas que conten-
mente de restos de séres microscópicos. gan, y así se dirá: pizarra betuminosa, pizarra arcillosa con mi-
Caracteres físicos. Se encuentra en bancos ó capas. Color ca, con arena, etc,
blanco agrisado, á veces con algunos jaspes; textura desigual Yacimientos. Los correspondientes á las arcillas en general.
granosa; restregada en los dedos produce u n ruido particular. Usos. Los mismos de las arcillas.
Composicion. Acido silícico. B A R R O Ó ARCILLA. Esta denominación se deja á las masas de AROMA,
Variedades. Trípoli común, áspero al tacto. Tiza ó tizate; es arcilla que no tengan una estructura hojosa ó pizarreña. Sus
más suave al tacto. caracteres, usos y yacimientos se hallan citados al tratar de la
Yacimientos. El trípoli y el tiza se encuentran con más a b u n - arcilla en la parte mineralógica de este libro. Las variedades
dancia en los terrenos cuaternarios. En el Valle de México al- q u e pueden establecerse y que conoce el vulgo, se f u n d a n en los
ternan en algunos casos las capas de trípoli con las arcillas, a r e - colores, y así se dice: barro blanco, colorado, negro, etc. Los
nas y margas. El tiza es frecuente en muchas localidades del terrenos arcillosos presentan comunmente grietas ó resquebra-
país. j a d u r a s cuando se desecan, cuyas señales se utilizan, como se
Usos. P u e d e emplearse el trípoli como mejorador de los t e - verá despues, para deducir que una roca antigua estuvo al-
rrenos; también para la fabricación del vidrio y de la porcelana: guna vez expuesta á la atmósfera ó que formaba tierra emer-
el tiza, como el trípoli, sirven para limpiar objetos de metal, gida.
creta. CRETA. ES una roca semejante al trípoli y también f o r m a d a T I E R R A VEGETAL. Llámase así á la que formada de arcillas, T¡crra.

de despojos de séres microscópicos; pero es de naturaleza cal- arenas, y en general de los detritus de varias rocas, contiene m a -
cárea. Sus caracteres son análogos: tizna los dedos y hace efer- terias orgánicas en diversos grados de descomposición. Altera-
vescencia con los ácidos. das esas materias se forma la sustancia llamada humus, que es
Yacimientos. En varios terrenos, y á veces es tan importante la parte esencial de toda tierra vegetal, y la que sirve de prin-
su presencia, que aun se h a dado el n o m b r e de cretáceo á u n cipal alimento á las plantas. P a r a el estudio que nos ocupa
período geológico. harémos abstracción de algunas bases ó ácidos azoados que en-
Usos. P a r a limpiar los metales; también puede servir de m e - tran en la composicion de la tierra vegetal, y sólo nos basta-
jorador de los terrenos y es susceptible de las otras aplicacio- rá considerar esa parte alimenticia con el n o m b r e general de
nes económicas del carbonato de cal. humus.
VRFILLA A R C I L L A APIZARRADA. Cuando las arcillas se encuentran depo- Caracteres físicos. P u e d e n aplicarse á la tierra vegetal m u -
ajizarmdü- a t a d a s en hojas se les llama pizarras; pero es necesario no con- chos de los correspondientes á las arenas y arcillas, así como á
fundirlas con las pizarras metamórficas que son las más cono- sus diversas mezclas. Los colores son generalmente grises, tan-
cidas y de más uso, de las cuales se hablará adelante. to más oscuros cuanta mayor cantidad de restos orgánicos con-
Caracteres. En masas hojosas de diversos colores; son á veces tengan.
tenaces; pero no presentan la dureza y homogeneidad ele las pi- Composicion. La tierra vegetal, como se ha dicho, es u n a mez-
zarras metamórficas, sino m á s bien los caracteres generales de cía en proporciones variables de los detritus de varias rocas y
las arcillas. de restos orgánicos. E n la química agrícola se enseñan los m e -
Composicion. Son masas de arcillas más ó ménos mezcladas dios más perfectos para determinar los componentes de una tie-
de betún, mica, arena ú otras impurezas. rra vegetal; pero si se trata de reconocer de un modo solamen-
Geología—19.
t e aproximado su riqueza en materias orgánicas, p u e d e operar- bre, notándose que dominan en ellos las plantas espinosas. La
se de la manera siguiente: Se pulveriza la tierra y se deseca en tierra vegetal es de reciente formación; á nuestra vista p u e d e
una estufa, á un calor moderado para que sólo pierda su agua estarse formando: así, vemos á las hojas de los árboles que caen,
higroscópica. Se toma después una cantidad pesada cuidadosa- son llevadas por el viento ó por las aguas, ó permanecen aglo-
m e n t e y se somete á u n a alta temperatura; toda la parte orgá- meradas en los lugares en que caen; los agentes atmosféricos las
nica se quemará, y pesando de nuevo el residuo ó ceniza, se alteran y trasforman en la sustancia nutritiva de que se hizo
deducirá, por diferencia con la primera pesada, la cantidad de mención. Por este procedimiento se efectúa esa especie de cír-
materia orgánica. Repetimos que este método, a u n q u e expedito, culo entre los fenómenos vitales de las plantas; perecen unas,
solamente es aproximado, pues hay pérdidas y otras causas de pero sus despojos ceden elementos á otras, estableciéndose así
error que no es posible llevar en cuenta en una operacion rá- un' trabajo continuo de vida, con esos mismos elementos.
pida é imperfecta como la presente.
CALIZA COMÚN Ó AMORFA. Se da este n o m b r e á las rocas calcá-
Por lavados ó lexiviaciones de la tierra vegetal, pueden irse reas que no presentan signos de metamorfismo, es decir, que
separando la arcilla, la arena y otros detritus p a r a apreciar no se note en ellas la cristalización por cocimiento.
aproximadamente sus proporciones relativas y reconocer la n a - Caracteres. Son muy diversos, y de aquí la derivación en m u -
turaleza de los componentes. chas variedades; todas ellas hacen efervescencia más ó ménos
Variedades. Muchas son las que pueden presentarse según viva en los ácidos, y si no tienen m u c h a materia extraña, se
las proporciones en que entran los elementos minerales y los trasforman en cal cáustica por el cocimiento, hinchándose y ca-
orgánicos, y se establecen n o m b r e s compuestos atendiendo á lentándose notablemente cuando se las moja, despues de la cal-
esas proporciones relativas. Así, se dirá: tierra humífera, arcillo- cinación. Sus colores más comunes son los blancos agrisado y
humífera, arcillo-arenosa, areno-arcillosa, ferruginosa, y así suce- amarillento; pero pueden presentar los tintes más diversos: la
sivamente. También según su consistencia se les llama tierras dureza también es variable.
fuertes ó tenaces, tierras sueltas, tierras de migajon cuando tienen
Composicion. Carbonato de cal más ó ménos puro ó mezcla-
u n a coherencia conveniente y son bastante fértiles: á la arcilla
do á diversas tierras, óxidos metálicos, siliza, sustancias orgáni-
fina, llena de materia orgánica, que depositan las aguas turbias,
cas, etc.
sobre todo en las avenidas de las corrientes, se le llama timo ó
Variedades. P u e d e n establecerse las siguientes como más
lama y se usa para fertilizar los terrenos por medio de inunda-
importantes:
ciones.
1. Caliza compacta, En masas informes ó constituyendo m a n -
Yacimientos. La tierra vegetal se encuentra en la superficie tos, bancos ó estratus: colores variados: textura generalmente
del terreno teniendo espesores variables, y la riqueza del terre- conchoide que pasa á desigual y aun á terrosa. Cuando la cali-
no será tanto mayor, cuanto más p r o f u n d o sea el espesor d é l a za contiene mezcla de arcilla ó arena recibe diversos nombres
tierra fértil; á veces las capas de tierra vegetal aparecen recu- y variadas aplicaciones, según la relación de sus componentes;
biertas por otras tierras acarreadas por las aguas, y aun pueden si la arena ó arcilla tiene la proporcion ele 10 á 15 por ciento, se
f o r m a r bancos alternativos. Generalmente en los cortes de te- clasificará como caliza hidráulica á esa mezcla; será cimento ro-
r r e n o que forman los arroyos se observa el grueso de la tierra mano si tiene de 15 á 25 por ciento, y en general marga si pasa
cultivable. En los terrenos tepetatosos ó tóbicos escasea á veces de esa proporcion. El medio más expedito para ver la relación
la tierra útil, ó sólo se encuentra una ligera capa que los recu- que existe entre el carbonato calcáreo y la materia extraña, se-
rá pesar una cantidad determinada de la sustancia por ensayar; cuarzo ó cuando el ácido silícico ha penetrado la m a s a de la ro-
ponerla en seguida en una copa que contenga ácido clorhídrico ca calcárea.
que haya sido pesada de antemano; al ponerle el polvo h a r á u n a En fin, se llamarán calizas ferruginosas, carbonosas, betumi-
efervescencia más ó menos notable á causa del ácido carbónico q u e nosas, según la materia extraña que tengan mezclada y se pre-
se va; se vuelve á pesar, y la diferencia respecto de la s u m a de los sente en cantidades bastante apreciables.
pesos de la copa con ácido y del polvo, equivaldrá al ácido carbó- Yacimientos. Muy generales son los de la caliza común, y
nico desprendido. Conocido este dato, se deduce la cantidad d e pueden ser marinos ó lacustres. En las costas del Golfo de Mé-
carbonato calcáreo contenido en la sustancia ensayada, p o r q u e xico se ven grandes bancos calcáreos conteniendo restos de
se sabe que 100 partes de carbonato tienen 4 3 de ácido carbó- conchas de las especies actuales ó de las fósiles: los yacimientos
nico. Una simple proporcion servirá para verificar, pues, aquel de caliza de agua dulce son también bastante frecuentes en el
cálculo. Este método es aproximado solamente; p e r o puede ser- país.
vir para el objeto propuesto. También se puede hacer ese a n á - Usos. Muy conocidos son los del carbonato de cal, tanto e n
lisis pesando determinada cantidad de la sustancia pulverizada, las construcciones como en la agricultura.
despues de calentarla convenientemente para que pierda su
agua higroscópica ó h u m e d a d , y se pone también en u n a vasija Sección II.—Rocas de sedimento químico.
que contenga ácido clorhídrico hasta que se disuelva la p a r t e
calcárea, lo que se conocerá cuando haya cesado toda eferves- Caliza estilaticia. Aquí la sustancia calcárea estaba disuelta
cencia; se vierte todo el contenido sobre un filtro y se lava con en el agua al estado de bicarbonato de cal, y perdiendo parte
agua destilada la parte sólida q u e haya quedado; bien desecada del ácido carbónico se ha precipitado al estado de carbonato.
se pesa, y así se conocerá directamente la cantidad de materia Caracteres. Muy variados son los que presenta la caliza esti-
extraña que contenga la caliza en cuestión. Los usos de la cal laticia: á veces se encuentra en trozos que parecen prismas; en
hidráulica y del cimento r o m a n o son bien conocidos, pues á otras ocasiones forma concreciones, incrustaciones que se avie-
causa de la gran dureza que adquieren en contacto del agua se nen á las formas de los objetos que reviste; también constituye
les utiliza en las construcciones hidráulicas: las margas se u s a n bancos y masas de otras formas. Bien entendido que aquí, así
como abono y mejorador de los terrenos. como en la caliza metamòrfica, prescindimos de referirnos á la
2. Caliza apizarrada. C u a n d o su estructura es laminar. calcita ó carbonato de cal considerado como especie mineral,
3. Caliza oolítica. Si se encuentra bajo la forma de globulillos. pues en el lugar respectivo se mencionaron sus caracteres cris-
talográficos y demás específicos; ahora consideramos las rocas
4. Caliza terrosa. Como lo indica su nombre, esta caliza es
calcáreas.
pulverulenta y con poca cohesion.
5. Dolomía. Cuando contiene carbonato de magnesia. Composicion. Carbonato de cal, puro ó mezclado á diversas
6. Caliza fosilíjera. N o m b r e genérico cuando la roca contiene tierras, óxidos metálicos, siliza, etc.
fósiles ó restos de animales ó plantas. T a n t o en este caso, como Variedades. Alabastro calcáreo ú oriental. Se designa con es-
en el de las otras variedades mencionadas, se hace la distinción te n o m b r e á una variedad de bellísimo aspecto, y que se usa
del origen de la roca calcárea, advirtiendo si es m a r i n a ó de agua como roca decorativa y aun para hacer adornos e n las joyas:
dulce. en Europa la llaman alabastro oriental para distinguirla del ala-
7. Caliza silicífera. Cuando contiene granos ó concreciones de bastro propiamente dicho ó yeso: en México es abundante esa
roca y se conoce con los n o m b r e s de Tecali ú ónix mexicano; el confites, lo que ha dado el n o m b r e de "Salón de los confites" á
primero es debido al de la localidad en que más abunda, y el un departamento de la Gruta de Cacahuamilpa. También las
segundo á su semejanza de aspecto con el ónix silíceo. Por ser incrustaciones se extienden contra las paredes de las cavernas
u n a roca de grande importancia en México, insertamos los ca- simulando cortinajes y encajes de muy vistoso efecto.
racteres de la variedad típica: F o r m a s irregulares; dureza de 4; _ C a l i c k e - Se conocen con este n o m b r e ciertos depósitos cal-
raspadura blanca; lustre vitreo resinoso; color blanco ligeramen- cáreos que generalmente son de origen lacustre ó se forman por
te teñido de verde; es trasparente en láminas delgadas, y tras- depósitos de las aguas que bajan de las montañas calcáreas;
luciente en fragmentos de algún espesor; fractura brillante en la tienen superficie desigual ó terrosa; color blanco agrisado; du-
sección oblicua y fibrosa con lustre de seda en los cortes verti- reza variable.
cales; al soplete se p o n e opaca, y al fin t o m a un tinte rojizo. Todas estas variedades de caliza estilatida pueden ser puras
En dos análisis h e m o s encontrado por término medio la siguien- ó estar mezcladas á diversas sustancias terreas, á óxidos metá-
te composicion: Cal 5-5.00. Magnesia 1.25. Agua y óxidos de licos, á la siliza, etc., y entonces recibir nombres análogos á los
hierro y manganeso 0.10. Acido carbónico 42.40. Acido sulfú- indicados para otras rocas, en que se mencione alguna de las
rico 1.25. Estos caracteres se refieren á la variedad más p u r a ; sustancias que forman la mezcla con la caliza. E n algunos ca-
pero las rocas de Tecali presentan infinidad de coloraciones, ya sos las incrustaciones son debidas á sedimentación de aguas ter-
uniformes, ya en manchas, nubes, puntos, listas, etc., de u n o ó males, y entonces se dirá que la caliza es hidrotermal.
varios colores mezclados ele diversas maneras; estas mezclas, así Yacimientos. Frecuentes son los de caliza estilaticía, pues m u -
como los diversos grados de trasparencia que presenta un mis- chas aguas contienen bicarbonato de cal en disolución y de ellas
m o fragmento, dan á esas rocas un efecto verdaderamente ad- se precipita el carbonato incrustante; notables son en este res-
mirable. Muchas veces el alabastro calizo ú onicita se presenta pecto las aguas de Tehuacan, en el Estado de Puebla. Las es-
con listas amarillentas de color de cera, siendo el de este aspec- talagmitas y estalactitas pueden admirarse en grandes propor-
to más común en varias localidades. ciones en la caverna de Cacahuamilpa, en Guerrero. El criade-
TRAVERTINO Ó CALIZA INCRUSTANTE. Con este n o m b r e se conocen ro de alabastro oriental que se halla en el pueblo de Tecali,
las concreciones é incrustaciones calizas que dejan las aguas, Estado de Puebla, es m u y notable por su magnitud y también
pero formando cascos, conos ó cilindros, ó revistiendo las for- por las bellas rocas que produce. Según el ingeniero D. Patri-
mas de los objetos: á esta variedad es á la que se le llama toba cio Murphy, existen allí tres yacimientos principales conocidos
caliza, cuyo n o m b r e debia considerarse como impropio, conoci- con los nombres de la "La Pedrera," "Tlahualco" y "Aratlata,"
da la acepción adoptada para la palabra toba. Cuando la caliza d o n d e los lechos de onicita alternan con otros de margas y de
incrustante se amolda á las plantas acuáticas, desaparecen és- arcillas; yacimientos de las mismas rocas se h a n encontrado en
Tehuacan, en Ixtapa y en el Estado de San Luis Potosí. El Sr.
tas quedando solamente los tallos, ramos, raíces y las impresio-
D. Julián Gutiérrez ha sido el más entusiasta explotador de las
nes de las hojas figurados en la m a s a calcárea. Las colum-
canteras de Tecali, y ha dado á conocer en Europa y América
nas, á veces colosales, así como los conos que se forman en las
bellísimas y numerosas colecciones de muestras y objetos de la
cavernas por las aguas incrustantes, se llaman estalactitas cuan-
onicita de México.
do vienen del techo, y estalagmitas cuando parten del pavimen-
to dirigiéndose hácia arriba: m u c h a s veces las concreciones son YESO. Las aguas selenitosas pueden dejar depósitos de sulfa-
completamente esféricas y sueltas, en cuyo caso se les llama to de cal en los terrenos que atraviesan: habiendo descrito el
tancias derivadas, kaolin y arcilla pura ó mezclada de cuarzo y
yeso con detención, pueden verse sus caracteres en el lugar res-
mica.
pectivo, y aplicarlos, así como sus usos, al yeso considerado en
Yacimientos. Generalmente el granito constituye masas de
grandes masas ó en incrustaciones y otros depósitos.
m u y grande espesor en las formaciones primitivas ó más anti-
SMZA SILIZA INCRUSTANTE. Muchas aguas, especialmente las termales,
guas ele la tierra; se le encuentra también en otros terrenos geo-
incrustante. de j a n j n c r u s t a c i o n e s de siliza á su paso, siendo de considera-
lógicos. A b u n d a en las regiones polares y en general en los paí-
ción los depósitos producidos por los Geysers. E n todas estas
ses de altas latitudes. En México se halla en m u c h a s montañas,
incrustaciones se reconocen luego los caracteres del ácido silí-
especialmente en las cordilleras del Sur.
cico hidratado, cuyos caracteres se ven definidos al tratar del
GNEISS. Esta es una roca de composicion análoga al granito,
ópalo y sus variedades.
pero f o r m a d a de capas, y contiene mayor proporcion de mica
que aquel.
Caracteres. Semejantes á los del granito, á excepción de la
estructura que es hojosa; también como en aquella roca hay va-
GRUPO II. riedades de gneiss porfídico y otras.
Usos y derivaciones. Ménos propia que el granito para las cons-
ROCAS METAMÓRFICAS.
trucciones á causa de su estructura; produce derivaciones aná-
logas á la de aquella roca.
GRANITO. Se llama así una roca cristalina constituida p o r cuar-
Granito. ,
Yacimientos. El gneiss es más común en las montañas azoicas
zo, feldespato y mica, unidos íntimamente p a r a formar u n todo
y paleozoicas, sin faltar en otras ele edades ménos antiguas. Lo
compacto y resistente.
h a y también en nuestras cordilleras del Sur. El ingeniero San-
Caracteres. La textura es cristalina, desigual, hojosa en algu-
tiago Ramírez cita el gneiss en varios puntos de los distritos de
nas partes; dureza notable en el conjunto y variable según la
Matamoros y Acatlan en el Estado de Puebla.
de sus componentes; colores varios. Densidad de 2 á 2.8.
M I C A - P I Z A R R A . Roca todavía análoga á las dos anteriores; pe-
Variedades. Granito común; es al que corresponden los ca-
ro predominando notablemente la mica.
racteres generales referidos. Gi-anito gráfico; tiene el cuarzo dis-
Caracteres. Los correspondientes á la mica en cuanto á colo-
tribuido de tal modo, que simula caracteres orientales. Granito
res, lustre y otros; su estructura es notablemente hojosa.
porfídico; cuando se dibujan en su masa los cristales de feldes-
Usos. Ménos propia que las otras para las construcciones, y
pato. También se indican algunas variedades, señalando en el
sólo p o d r á usarse en fragmentos. E n la mica-pizarra a r m a n ve-
n o m b r e alguno de los componentes, y así se dice granito oligo-
tas de minerales ricos, y se encuentran en ella algunas piedras
clásico, albítico, etc., etc.
preciosas.
Usos y derivaciones. El granito se usa como roca de construc-
Yacimientos. E n circunstancias geológicas análogas á las cita-
ción, y especialmente para hacer los grandes m o n u m e n t o s ; se
das: en Tejupilco hay mica-pizarra con esmeraldas.
p u e d e cortar en grandes blocs, y es susceptible de t o m a r m u y
GRANULITA. Compuesta esencialmente de feldespato y cuarzo;
buen pulimento. Se concibe que variando en proporciones los
á veces contiene pocas cantidades de mica: también se conoce
tres componentes del granito, el dominio de alguno ó dos de con el n o m b r e de Leptinyta.
ellos imprimirá al total cierto carácter para hacerlo adecuado
Caracteres. Los colores ele la granulita son claros.
á tal ó cual uso. Como roca feldespática producirá como sus-
Variedades. Granulita común; es blanca y de textura fina.
claro ó grises que llegan hasta el negro, pasando por diversos
Pegmatita cuando no contiene mica.
tintes de amarillo, rojo y verde; lustre centellante en unas varie-
Usos y derivaciones. Se utiliza en ja fabricación ele la porcela-
dades, de seda en otras, y pasa al de nácar y aun al mate.
na; produce kaolin y arcillas p o r derivación.
Variedades. Se establecen según los componentes y aspecto;
Yacimientos. Subordinados á los del gneiss y la mica-pizarra.
así se dice: Pizarra común, la que es por lo regular m u y hojosa
Mineta. M I N E T A . F o r m a d a de feldespato y mica biotita, conteniendo
y que tiene pocas sustancias accidentales. Pizarra arcillo-micá-
á veces clorita, cuarzo y h o r n b l e n d a .
cea, cuando contiene láminas de mica. Pizarra de techar, la que
Caracteres. Es d u r a y de colores oscuros; á veces tiene ca-
se divide en hojas duras, delgadas y sonoras.
rácter porfiroicle. Su densidad es de 2.65.
Usos. P a r a techar y para escribir.
Usos. A causa de su dureza p u e d e ser empleada en los p a -
Yacimientos. Es roca bastante común y se encuentra en di-
vimentos.
versos pisos geológicos: la hay en muchas localidades mexica-
Yacimientos. En mantos y diques en las rocas graníticas.
nas, pues en muchos de los distritos mineros se ve la pizarra
Greisen. GREISEN. N o m b r e dado á u n a roca formada de cuarzo granu- metamórfica.
lar y mica.
VACIA. Con este n o m b r e colectivo se designan m u c h a s varie-
Caracteres. En masas compactas, que n o presentan estructu-
dades de rocas casi indefinibles por la inconstancia de caracte-
ra hojosa. Colores generalmente claros.
res y que tienen base ele arcilla y encierran, además, fragmentos "
Usos y derivaciones. P u e d e servir p a r a fabricación de vidrio de pizarra, de pórfido, y de otras rocas: á veces contienen cris-
cuando la mica no estorbe p a r a este uso; debe producir arena- tales de feldespato que les dan una estructura porfidosa, como
les cuarzosos. sucede en la vacia mexicana; en muchos casos puede calificar-
Yacimientos. En masas trasversales y en diques: en Bretaña se la vacia como una arcilla metamórfica y porfidizada; en otros
contiene mineral de estaño, según Meunier. pudiera provenir de la alteración ó degeneración arcillosa del
Felsita. FELSITA. Roca ele feldespato cjue á veces contiene algún cuar- pórfido.
zo; su textura es por lo regular conchoide; sus bordes traslúci-
Caracteres. En masas hojosas; las masas se desagregan en
dos. Densidad de 2 á 3.
fragmentes prismáticos; esta circunstancia se observa en la va-
Variedades. Según las mezclas cjue contenga, puede h a b e r fel- cia de México. Colores varios, relacionándose más c o m u n m e n -
sita cuarzosa, porfídica, etc. te al verde y al gris; contienen muchas veces dibujos blanquiz-
Usos y derivaciones. P u e d e utilizarse como fundente ó ayuda, cos producidos por los cristales de feldespato; textura desigual
y también para pavimentos., C o m o esencialmente felelespática ó terrosa. Dureza de 3 á 4: la parte frotada se pone lustrosa.
produce arcillas, carbonatos alcalinos y siliza en su descom- Peso específico, de 2 á 3.
posición.
Yacimientos. La vacia se encuentra en Europa en terrenos
Yacimientos. E n c u é n t r a n s e subordinados á los del gneiss y
antiguos, formada á expensas de las rocas primitivas: en Méxi-
ele los pórfidos. Las minas de Agostadero en Zacatecas contie-
co se encuentra en varias localidades, sobre todo en Zacatecas
nen vetas ele felsita con oro nativo; en varias m o n t a ñ a s de p ó r -
y en Aguascalientes; allí la vacia se halla en los cerros minera-
fido se encuentra cinabrio en la roca de feldespato.
les, y puede tomarse como un indicio de terreno metalífero. La
A rcillita. ARC,ILUTA. Nombre dado á la arcilla pizarreña metamorfisada. vacia pasa insensiblemente á pórfido ó á roca verde (diorita);
Caracteres. En masas hojosas de espesor variable; colores este fenómeno se nota, sobre toelo, en Zacatecas.
PÓRFIDOS. Se llaman así las masas compactas de base feldes- DIORITA. Roca formada por feldespato oligoclasia ó albite y
pática, y que contengan cristales diseminados de feldespato ó hornblenda.
aun de otra sustancia. Caracteres. Textura desigual que pasa á hojosa; colores va-
Caracteres. Variables: colores rojos, verdes, grises, y otros; rios, siendo más frecuente el verde más ó ménos oscuro. D e n -
pero lo que los caracteriza es su pasta feldespática y los cristales sidad, 2.6 á 3: generalmente es una roca dura y compacta.
diseminados de q u e se hizo mención. Densidad de 2 á 3. Variedades. Se definen según el aspecto de la roca y los m i -
Variedades. Se establecen según sus colores, su estructura, y nerales accidentales q u e contiene: hay diorita porfídica, grani-
con referencia á los minerales accidentales que contengan. Así toide, micácea campada, roca verde, pizarreña, etc.: la diorita com-
se llaman pórfido rojo antiguo, verde antiguo, granitóideo, micá- pacta se llama también afanita.
ceo, cuarcífero, anfibó/ico, etc. Usos. Como roca de construcción y para fabricar varios ob-
Usos y alteraciones. Sirven los pórfidos como rocas decorati- jetos de adorno; los antiguos mexicanos la usaron m u c h o para
vas y de construcción; en los museos se ven muchas obras de hacer ídolos, vasos y otros objetos, ele los cuales vemos m u c h o s
arte de la antigüedad esculpidas en pórfido. Se derivan en a r - e n las colecciones arqueológicas del Museo Nacional. Produce
cilla, la que se m e j o r a m u c h o con adición de cal, para el cultivo por derivación puzolana y arcillas ferruginosas.
de las gramíneas y otras plantas. EUFÓTIDA. Roca compuesta de dialage y sausurita.
Yacimientos. Los pórfidos metamórficos se encuentran con Caracteres. Textura desigual; colores verdes más ó ménos
más especialidad en los terrenos antiguos. Los pórfidos son ro- agrisados: densidad, 2.9 á 3.4; es compacta y dura.
cas metalíferas. Al hablar de los pórfidos eruptivos h a r e m o s Variedades. Las principales, son las dialágicas, esmeragdíti-
referencia especial del país. cas, y la llamada variolita que contiene glóbulos esferoidales de
SIENITA. Se da este n o m b r e á una roca cristalina compuesta feldespato.
de hornblenda, feldespato y cuarzo: comparada con el granito, Usos. Como piedra de construcción y de ornato.
se ve que la diferencia consiste en que la mica ha sido sustitui- Yacimientos. Generalmente relacionados á los de la ser-
da por la h o r n b l e n d a . pentina.
Caracteres. Su t e x t u r a es desigual ú hojosa; lustre vitreo re- ANFIBOLITA. R o c a compuesta esencialmente de hornblenda.
sinoso; colores varios; densidad de 2 á 3. Caracteres. Textura desigual ú hojosa: color verde que pasa
Variedades. Se refieren á la estructura y á los minerales ac- á verdinegro: presenta m u c h o s de los otros caracteres asignados
cidentales q u e contenga: como p. e., sienita hojosa ó gneiss sie- á la hornblenda considerada como especie mineralógica.
nítico, sienita porfiroide, etc. Variedades. Se consideran la porfidosa, granitoide, compacta,
Usos y derivaciones. Las mismas aplicaciones que el granito, pizarreña, y otras referentes á los minerales accidentales que
y aun p u e d e ser m e j o r por la falta de mica; muchos de los enor- contenga.
mes obeliscos de los antiguos, están tallados en sienita. Sus de- Usos y alteraciones. Análogos á los de la diorita.
rivadas son rocas arcillosas. Yacimientos. Por lo regular en circunstancias análogas á las
Yacimientos. L a sienita se encuentra principalmente en las de la diorita.
formaciones antiguas: la h a y en el cerro de Ameca, Estado de PROTOC.INIA.Roca semejante al granito, en la que se ha susti-
Jalisco, y p r e s e n t a los colores nacionales de México, pues el tuido toda ó parte de la mica por el talco.
cuarzo es blanco, la hornblenda verde y el feldespato rojizo. Caracteres. Textura desigual ó cristalina; lustre variable se-
gun el dominio de alguno de los componentes. Colores varios, lor más común, el verde, uniforme ó manchado; también es á
dominando el blanco agrisado y verdoso. veces parda rojiza y amarillenta. Densidad 2.6.
Variedades. Son referentes á su estructura y á las sustancias
Variedades. Se divide la roca de serpentina en común y fina,
accidentales que contenga; así hay protoginia porfiroide, grani-
como se dijo al tratar de la especie mineralógica: también se es-
toide, pizarreña, serpentínica, cloritosa y otras.
tablecen variedades según su estructura y por los minerales ac-
Usos. Los del granito. cidentales que contenga: se dice serpentina apizarrada, granatí-
Yacimientos. En masas, en bancos y en vetas, más c o m u n - fera, etc. Se llama ofiolita una roca f o r m a d a ele serpentina y
m e n t e situados en los terrenos antiguos y alcanzando á los m e - calcita.
sozoicos. La h e m o s encontrado en Jacala, Estado de Hidalgo, Usos. Como piedra de ornamentación y para hacer vasos y
en vetas con minerales de cobre. otros objetos.
P i z a r r a tai- Como lo indica su nombre, es u n a roca
P I Z A R R A TALCOSA. Yacimientos. Se presenta en masas formando montañas arre-
cosa.
en cuya composicion domina el talco, y tiene estructura piza- dondadas, ó en mantos y vetas, y se ha encontrado también en
rreña. la edad terciaria.
Caracteres. Estructura hojosa; colores generalmente claros; COARZITA. Roca de cuarzo, proviniendo generalmente del m e - "»*»'«»•
lustre aperlado; es untuosa al tacto. tamorfismo de las areniscas.
Variedades. Se establecen con referencia á los minerales ac- Caracteres. T e x t u r a desigual, granosa fina ó gruesa, y aun
cidentales que puede contener. tendiendo á la conchoide. Colores variables, generalmente
Usos. Como piedra de construcción y también p a r a revestir claros.
hornos, p o r ser refractaria. Variedades. Se designan por la estructura de la roca y pol-
Glorila CLORITA-PIZARRA. Como lo indica su nombre, es u n a roca los minerales accidentales que contenga: se dice cuarzita com-
apizarrada.
de clorita con estructura pizarreña, y que generalmente contie- pacta, pizarreña, calcárea, ferruginosa y otras. La llamada pie-
ne cuarzo. d r a de lidia ó siliza pizarra, es gris más ó menos oscura y con
Caracteres. Textura hojosa; lustre aperlado; color m á s gene- aspecto de pedernal; la itacolumita se presenta en láminas flexi-
ral el verde: es untuosa al tacto. bles y con aspecto de arenisca.
Variedades. T a m b i é n se establecen según los minerales acci- Usos. P u e d e usarse como roca de construcción, y cuando es
dentales que contiene, y se [dice clorita-pizarra granatífera, pura, en la fabricación del vidrio.
hornbléndica, etc. Cuando contiene gran cantidad de arcilla cons- Yacimientos. En varios terrenos, especialmente relacionada á
tituye la clorita arcillosa ó cloro-arcillosa. las rocas metamórficas.
Usos. Semejantes á los de la anterior. CALIZA CRISTALINA. Se llama así la que por efecto del meta- canden*.
talina.
Yacimientos. En circunstancias semejantes á la mica-pizarra, morfismo tiene una estructura granosa, laminosa ó cristalina.
talco-pizarra y otras. Deben existir algunos criaderos en la R e - Caracteres. Además de los de las texturas indicadas, tiene du-
pública, pues los aztecas hicieron m u c h o s objetos ele esa roca, reza de 3 á 4 o ; colores variando del blanco agrisado al negro,
sobre todo máscaras de grandes dimensiones. La clorita apiza- amarillo rojo, verde y otros tintes.
r r a d a es roca metalífera. Variedades. Se establecerán por su estructura, llamándolas
Roca d e ser- R O C A DE SERPENTINA'. S U n o m b r e la define con claridad. caliza cristalina, compacta, hojosa, etc., fosilífera, si contiene res-
pentina.
Caracteres. Textura desigual, astillosa que pasa á hojosa: co- tos ó impresiones de origen orgánico; ferruginosa, y así sucesi-
v a m e n t e según sus minerales accidentales: se llama Mármol á la
caliza cristalina cuando su textura presenta puntos ó láminas, GRUPO III.

semejando la estructura del azúcar, y por eso se le da á veces


el n o m b r e de mármol sacaroide. A su vez los mármoles presen- ROCAS ÍGNEAS.

tan muchas variedades, como son: sacaroide, laminar, verde an-


tiguo, rojo, veteado, escrito, cipolino si contiene hojuelas de mica GRANITO ÍGNEO. De composicion análoga al granito m e t a m ó r - GRANITO ¡(

ó talco, etc., etc. fico, aunque es de observar que el de origen ígneo contiene m e -
Usos. Como una roca ele construcción y ornato m u y apre- nos siliza al estado de cuarzo. Siendo pues sus caracteres, pro-
ciada: conocidas son las múltiples aplicaciones del m á r m o l pa- piedades y usos semejantes á los ántes referidos, omitimos aquí
r a que nos detengamos á enumerarlas; una caliza de grano su repetición. En casos dudosos sobre el origen de algunos gra-
nitos, la observación del terreno es el mejor guía que puede
m u y fino "_se usa en la litografía, y aun se le llama caliza lito-
adoptarse para resolver la cuestión. En México se presenta con
gráfica.
frecuencia el granito ígneo en circunstancias análogas á las de
Yacimientos. En muchas localidades de ambos m u n d o s ; en
los pórfidos y traquitas á cuyas rocas se halla relacionado: en
Italia y otras naciones europeas la explotación de canteras de
varias partes del Estado de Hidalgo, especialmente en Jacala,
m á r m o l forma un a b u n d a n t e ramo de riqueza; son célebres los
se ven diques de granito levantando la caliza mesozoica; en Ojo-
criaderos de Carrara para el m á r m o l estatuario. E n México se
caliente, de Zacatecas, cerca de la mina del Orito, se nota el
h a n señalado varios criaderos dé esa roca, sin que hasta a h o r a
mismo caso. Es de observarse que el granito de estas localida-
se haya hecho u n a explotación formal; hay mármoles en el Es-
des citadas tiene la mica de color negro; muchos pórfidos y t r a -
tado de Puebla, en el de Querétaro, en el de San Luis, en el de
quitas ele México contienen cuarzo y mica, y forman transicio-
Veracruz y otros; actualmente se están trayendo mármoles fó- nes insensibles con el granito ígneo.
sil íferos del cerro del Borrego en Orizaba, de m u y bello aspecto
y variados dibujos: los fósiles son esencialmente racliolitas y n e - F o r m a d o s como los metamórficos p o r
P Ó R F I D O S VOLCÁNICOS. P(irMos
ciDic<
rineas. u n a pasta feldespática en que se dibujan los cristales general-
m e n t e claros.
En general las calizas metamórficas ocupan extensiones m u y
Caracteres. Se presentan en masas compactas, careadas ú h o -
grandes y aun forman cordilleras enteras coi-respondientes á di-
josas, que á veces se separan en trozos con caras planas: en al-
versas edades geológicas.
gunas ocasiones presentan estructura columnar como los b a -
DOLOMÍA CRISTALINA. Es una caliza metamórfica conteniendo
saltos; colores generalmente claros, agrisados y rojizos, a u n q u e
carbonato de magnesia: sus caracteres son análogos á los de la
pasan al color oscuro del basalto; dureza de 5 á 6; densidad de
caliza cristalina, y por esto se omite su descripción: cuando la
2 á 0.
magnesia domina se nota un lustre de nácar bien marcado en
Variedades. Se clasifican según su aspecto ó por los minera-
la roca.
les que les acompañan; hay pórfidos compactos, hojosos columna-
res, ojosos ó con oquedades vacías ó llenas por otros minerales:
si estas cavidades son elipsoidales, la roca se llama pórfido amig-
daloide: pueden contener mica y otros minerales accidentales, y
de aquí las variedades de pórfidos micáceos, cuanúferos, granatí-
Geología—-1.
feros, etc.; si el feldespato es de la variedad q u e llamamos vi- TRAQDITA. Se da este n o m b r e á u n a roca feldespática áspera T™^».
drioso ó riacolita, el pórfido es traquítico. al tacto, de donde le viene ese nombre: contiene generalmente
Usos. Como los correspondientes á los pórfidos metamórfi- m u c h o feldespato vidrioso, cuya sustancia la caracteriza.
cos. P u e d e decirse que en casi todas las poblaciones del país se Caracteres. Textura desigual; colores claros por lo regular,
usan esos pórfidos eruptivos, así como las traquitas, tobas vol- relacionándose á los grises y rojizos; dureza de 4 á 5; densidad
cánicas y basaltos, como las principales rocas de construcción. de 2 á 3. Se funde al soplete.
Estos pórfidos producen tobas y arcillas como rocas derivadas, Variedades. Muchas se le relacionan y se refieren á sus acom-
y en muchos casos esas tierras son poco fértiles, sobre todo pañantes: la traquita común cuya m a s a es toda feldespática; la
cuando escasean los basaltos y las rocas calcáreas en la locali- hornbléndica, como la roca de construcción llamada Chiluca en
dad. H a y q u e agregar respecto de los pórfidos volcánicos de México: hay traquitas cuya pasta está f o r m a d a de obsidiana, de
México, que en m u c h a s ocasiones presentan caracteres indican- piedra pez y de piedra aperlada, y hay que mencionar estos com-
tes de que son de origen hidrotermal, ó á lo ménos que cuando ponentes al describir ó citar las variedades: también debe decir-
aparecieron estaban bastante blandos á causa del agua que im- se, como al tratar de los pórfidos, si se hallan en masas com-
pregnaba su masa, pues se observa en ellos muchas líneas o n - pactas ú hojosas.
duladas conteniendo siliza hidratada y materiales que q u e d a r o n Usos y derivaciones. Se utiliza como roca de construcción; en
como dirigidos según las corrientes de las sustancias fluidas q u e la ciudad de México es m u y apreciada la que se conoce con el
les acompañaban: también se n o t a n en la masa de los pórfidos n o m b r e de chiluca; su color gris que pasa ligeramente á a m a -
algunas concreciones de ópalos, hialita, etc., así como de óxidos rillento ó rojizo, y en cuyo fondo se dibujan cristales negros de
de hierro y ele estaño, que deben ser, á no dudarlo, de origen hornblenda: su textura es granosa fina. Las traquitas se deri-
hidrotermal. También hemos observado en esos pórfidos q u e van en tobas y arcillas.
en ciertas partes se trasforman en tobas por la acción de la at- Yacimientos. Comenzaron á aparecer las traquitas en el pe-
mósfera; esto se ve con toda claridad en el Pico de Berna], Es- ríodo cretáceo, desarrollándose m u c h o en la edad terciaria, y se
tado de Querétaro. Esta observación indica que las formaciones presentan a u n en la época actual; en Europa y América cons-
pórfido-traquíticas de México han suministrado y suministran tituyen formaciones de grande importancia. En México es una
aún materiales tóbicos, sin que todos los que hoy se observan roca e x t r e m a d a m e n t e común, y se relaciona á los pórfidos co-
hayan sido vomitados en ese estado por los volcanes. m o ántes se indicó, y también afecta como ellos en algunos ca-
A los pórfidos de que nos ocupamos acompañan los ópalos, sos la estructura columnar. En las erupciones actuales de los
óxidos de hierro y de estaño: lo primero se ve en el Estado de volcanes Ceboruco y Colima, las lavas son de traquita ele base
Querétaro, y lo último en el cerro de Zamorano, en el propio de piedra pez.
Estado, y el cerro del Chiquihuite en Aguascalientes. FONOLITA. Roca feldespática generalmente laminosa, y pro- Fonolit

Los pórfidos ígneos, como se verá en la Geología histórica, duce sonido metálico cuando se la golpea con un martillo, á
tienen un grande Ínteres en México, y es ele creerse cjue su a p a - cuya propiedad debe su nombre.
rición haya sido la causa principal de la formación de las n u - Caracteres. Es por lo regular hojosa; textura compacta; colo-
merosas vetas minerales que enriquecen nuestro territorio, y allí res agrisados, teñidos ele verde, más ó ménos azulosos; es fusi-
donde se presenten como agentes de metamorfismo, deben b u s - ble al soplete, y soluble en parte á los ácidos.
carse los minerales en vetas. Variedades. Se establecen por su aspecto.
Usos. Como piedra de construcción, y las lajas para techos y cion con más propiedad para los productos fluidos ó pastosos
pavimentos. de las erupciones actuales, así como para las rocas ígneas que
Yacimientos. Análogos á los de la traquita. se ven formando corrientes y masas hojosas ó cavernosas.
DOLERITA. Las rocas ígneas, de color oscuro, formadas de fel- Caracteres. Los generales son encontrarse así en capas ondu-
despato labrador y de piroxena, se llaman colectivamente dole- ladas ó corrientes; textura desigual, por lo común hojosa ó p o -
ritas ó trap. rosa.
Caracteres. Textura cristalina ó desigual; colores grises gene- Variedades. Se definen según su naturaleza ó su aspecto; así
ralmente azulosos y bastante oscuros; densidad, 2.7 á 3.1; con- se dirá: lavas basálticas, doleríticas, porfídicas, traquíticas, escorio-
tiene generalmente olivino y hierro titánico. sas, etc.
Variedades. Dolerita común en que se observan los minerales Usos. Como rocas de construcción: las masas porosas son m u y
componentes: basalto cuando sus elementos están bien mezcla- propias para formar bóvedas, á causa de su poco peso y de que
dos: contiene casi siempre en notable cantidad, granos de olivi- se dejan penetrar fácilmente por la mezcla ó cimento.
no que lo caracterizan: se encuentra en masas compactas ú h o - Yacimientos. En formaciones volcánicas, con especialidad e n
josas, en bolas concrecionadas y en prismas. A estas variedades las de la época actual. E n México, donde el volcanismo ha sido
de dolerita se añaden adjetivos que indiquen su estructura ó tan importante, son comunes las lavas; en el Valle de México se
sus minerales accidentales; así se dirá: basalto hojoso, prismáti- encuentran las lavas escoriosas llamadas tezontles, que general-
co,' escorioso, porfiroide, etc. m e n t e son de color pardo rojizo ó negro, y tienen muchas oque-
Usos. Como roca de construcción y para formar pavimentos. dades: la corriente lávica del pedregal de San Angel es otro ejem-
Yacimientos. En terrenos volcánicos, especialmente en la edad plo notable que puede examinarse con facilidad.
terciaria y en la actual, en México tiene gran desarrollo la for- T O B A S ÍGNEAS. Debemos reservar este n o m b r e á ciertas rocas Tobas ígneas.

mación basáltica; en diques ú ocupando grandes extensiones en conglomeradas en cuya formación no ha intervenido el agua
terrenos planos y en las montañas: como casos notables de ba- como agente sedimentario; más bien puede haber estado mez-
saltos prismáticos deben citarse los de la Cascada de Regla, en clada á la roca para darle cierta fluidez, al aparecer la roca íg-
Hidalgo, y el Salto de San Antón en Cuernavaca. Los basaltos nea, ó h a b e r actuado sobre ella bajo el estado de vapor: en las
concrecionados se encuentran en varias localidades, y se deri- tobas á que nos referimos se deduce que los fragmentos estan-
van por lo regular en arcillas rojas, como se observa en T e p a - do pastosos se soldaron, formando conglomerados, que sin du-
titlan, Estado de Jalisco. Se observan también en el país co- da deben excluirse del grupo de rocas sedimentarias ó acuosas.
rrientes de roca basáltica, derramadas sobre toba cuaternaria; La cantería de México debe referirse á esa clase de rocas.
ejemplos pueden verse en el llamado Pedregal de San Angel, E S C O R I A S . Se aplica este n o m b r e á las lavas m u y porosas y li-

Valle de México, y en varios puntos del Valle de Tula, en H i - geras, como la piedra pómez.
dalgo. P o r lo demás, el basalto está relacionado á los pórfidos CENIZAS VOLCÁNICAS. N o m b r e colectivo dado á los produc- Cenizas vol

volcánicos y á las traquitas, y con frecuencia se ve que u n a de tos pulverizados que arrojan los volcanes, y que á veces son cánicas.

esas rocas pasa á las otras por grados insensibles. En la R e p ú - tan ténues que son llevados á m u y grandes distancias por los
blica se ha llegado á encontrar plata nativa en el basalto. vientos.
LAVA. Se da este n o m b r e colectivo á todos los productos só- Debemos, terminar este grupo de las rocas ígneas haciendo
lidos de los volcanes crateriformes; se emplea esa denomina- notar que á la obsidiana, á la piedra aperlada, á la piedra p ó -
194

mez y sus análogas que h e m o s citado como variedades del fel- macion y de la naturaleza de las rocas: de aquí los nombres de
despato, se les considera también como rocas volcánicas ó íg- terreno cretáceo, siluriano, etc.
neas. Varias de las rocas q u e señalamos como metamórficas se Las rocas se presentan de tres maneras: estratificadas, en ma- Diferentes
encuentran también como de origen ígneo, y solamente la ob- sas no estratificadas, y en vetas ó filones. presTtaT
rocas.
servación del yacimiento puede resolver con exactitud la cues-
tión de origen. A d e m á s del granito, que ya citamos como sus-
ceptible de esos dos modos de origen, debemos añadir las si- GRUPO I.

guientes entre las rocas que hemos estudiado en este compendio


de Litología: son la granulita, lafelsita, la sienila, la diorita y la R O C A S ESTRATIFICADAS.

dolerita.
Se llama estratigrafía, con más propiedad, al estudio de las Estratlgtana .

circunstancias correspondientes al primer m o d o ele colocacion


ele las rocas, es decir, cuando las aguas h a n depositado los m a -
teriales minerales en forma de hojas, cuya colocacion afectan ge-
neralmente elespues de haber sido metamorflsadas: el n o m b r e
de estratificación dado al caso que consideramos, se deriva de
CAPÍTULO XII. la palabra latina stratum, que indica u n a masa extendida, cuyos Esltll0JC , pi .

límites son superficies paralelas ó de estratificación; por c a p a s e


D I F E R E N T E S DISPOSICIONES Y ESTRUCTURAS DE LAS ROCAS. entiende u n a masa que presente ese mismo paralelismo de sus
caras, cualesquiera que sea su posícion, horizontal, vertical ú
APLICACION DE ESTAS OBSERVACIONES. oblicua, y p o r tanto pueden tomarse como sinónimos los térmi-
nos strato y capa. El profesor Dana considera como un estrato
á una capa de roca de cierta naturaleza, a u n q u e esté f o r m a d a
Las masas minerales que acabamos de estudiar, forman, en
p o r varias hojas, asociadas entre sí, y á las que considera como
conjunto, la corteza terrestre; fáltanos, pues, observar los dife-
lechos ó subdivisiones de aquel estrato.
rentes modos con que ellas se encuentran asociadas, ó más bien x
Lechos.

dicho, las diversas maneras de presentarse, sea por su colocacion La estratificación puede presentar varios casos, sea por la po-
ó por su estructura. Con razón á este estudio le llama Credner sícion de las capas ó p o r su relación.
«
F 25
"Geología arquitectónica," p o r q u e en efecto, se trata de observar . - - llama estratificación concor- Estraliftca<;i0I1
la obra que en s u conjunto forman las masas ele rocas. dante, á la de varios estratos rec- coucotdantc"
Formacion y P a r a entrar en este estudio, conviene citar ántes los nombres tos ó curvos que sigan en direc-
terreno.
que reciben ciertas agrupaciones de rocas. ciones paralelas, como lo indica la
Se llama formación, en geología, al conjunto de rocas p r o d u - fig. 25. Cuando la estratificación
cidas por una misma causa, sin atender á sus edades relativas; Estratificación concordante. concordante no presenta ninguna
así se dice formación ígnea, marina, lacustre, porfídica, etc. interrupción entre las capas, se le llama de sobreposicion y cuan-
Terreno. Es el conjunto ele masas minerales formadas en u n do las separa algún espacio se le llama de separación. Estra- Estratlflcac¡oa
mismo período geológico, abstracción hecha de la causa de for- tificacion discordante es la que no conserva paralelismo entre d i s c o r d a n t e .
194

mez y sus análogas que h e m o s citado como variedades del fel- macion y de la naturaleza de las rocas: de aquí los nombres de
despato, se les considera también como rocas volcánicas ó íg- terreno cretáceo, siluriano, etc.
neas. Varias de las rocas q u e señalamos como metamórficas se Las rocas se presentan de tres maneras: estratificadas, en ma- Diferentes
encuentran también como de origen ígneo, y solamente la ob- sas no estratificadas, y en vetas ó filones. presTtaT
rocas.
servación del yacimiento puede resolver con exactitud la cues-
tión de origen. A d e m á s del granito, que ya citamos como sus-
ceptible de esos dos modos de origen, debemos añadir las si- GRUPO I.

guientes entre las rocas que hemos estudiado en este compendio


de Litología: son la granulita, la félsita, la sieniia, la diorita y la R O C A S ESTRATIFICADAS.

dolerita.
Se llama estratigrafía, con más propiedad, al estudio de las Estratigrana.
circunstancias correspondientes al primer m o d o ele colocacion
ele las rocas, es decir, cuando las aguas h a n depositado los m a -
teriales minerales en forma de hojas, cuya colocacion afectan ge-
neralmente clespues de haber sido metamorflsadas: el n o m b r e
de estratificación dado al caso que consideramos, se deriva de
CAPÍTULO XII. la palabra latina stratum, que indica u n a masa extendida, cuyos EslratoycaPa.
límites son superficies paralelas ó de estratificación; por c a p a s e
D I F E R E N T E S DISPOSICIONES Y ESTRUCTURAS DE LAS ROCAS. entiende u n a masa que presente ese mismo paralelismo de sus
caras, cualesquiera que sea su posicion, horizontal, vertical ú
APLICACION DE ESTAS OBSERVACIONES. oblicua, y p o r tanto pueden tomarse como sinónimos los térmi-
nos strato y capa. El profesor Dana considera como un estrato
á una capa de roca de cierta naturaleza, a u n q u e esté f o r m a d a
Las masas minerales que acabamos de estudiar, forman, en
p o r varias hojas, asociadas entre sí, y á las que considera como
conjunto, la corteza terrestre; fáltanos, pues, observar los dife-
lechos ó subdivisiones de aquel estrato.
rentes modos con que ellas se encuentran asociadas, ó más bien x
Lechos.

dicho, las diversas maneras de presentarse, sea por su colocacion La estratificación puede presentar varios casos, sea por la po-
ó por su estructura. Con razón á este estudio le llama Credner sicion ele las capas ó p o r su relación.
«
F 25
"Geología arquitectónica," p o r q u e en efecto, se trata de observar . - - Se llama estratificación concor- Estraliftca<;i0I1
la obra que en s u conjunto forman las masas ele rocas. dante, á la de varios estratos rec- coucotdantc"
Formacion y P a r a entrar en este estudio, conviene citar ántes los nombres tos ó curvos que sigan en direc-
terreno.
que reciben ciertas agrupaciones de rocas. ciones paralelas, como lo indica la
Se llama formación, en geología, al conjunto de rocas p r o d u - fig. 25. Cuando la estratificación
cidas por una misma causa, sin atender á sus edades relativas; Estratificación concordante. concordante no presenta ninguna
así se dice formación ígnea, marina, lacustre, porfídica, etc. interrupción entre las capas, se le llama de sobreposicion y cuan-
Terreno. Es el conjunto de masas minerales formadas en u n do las separa algún espacio se le llama de separación. Estra- Estratlflcac¡oa
mismo período geológico, abstracción hecha de la causa de for- tificacion discordante es la que no conserva paralelismo entre d i s c o r d a n t e .
las capas (F. 26?), y
Estratificación estratificación tras- F. 29? m a n t o , concluye re-
trasgresiva. . ,
pentinamente y se ne-
gresiva la que se
cesita un estudio cui-
apoya en la cabeza
dadoso para seguir con
ó extremidad de acierto la excavación
otro depósito. (Fi- liácia el r u m b o con-
gura 27?) Estruiillcaciun discordante.
veniente á fin de en-
Estratificación En fin, debe llamar-
decapitada. . n .
F. 27? P a l l a 6 salto. contrar la continua-
se estratificación deca-
ción de la veta dislocada. P a r a indicar las direcciones de las
pitada aquella en que
capas en sus agrupamientos, se consideran las líneas de partida
falta la parte superior
ó encuentro de esas direcciones, y á cuyas líneas podríamos lla-
de los estratos, y que
m a r ejes de estratificación: procediendo en este sentido se llama
Ejes de estrati-
se reconoce por la re-
línea ó eje anticlinal al que forma el encuentro de capas que des- ficación.

petición simétrica de Eje anticlinal.


F. 30? cienden, y sinclinal á la intersec-
los mismos lechos, co- Estratificación trasgresiva.
Eje sincliual.

ción de los lechos que ascienden,


m o se observa en
F. 28? ó como si dijéramos la línea del
la Figura adjunta
thahveg. Esto se aclara mejor con
n ú m . 28. 5C
Eje anteclinal. las siguientes figuras 30? y 31?
Posicion natu- La posicion n a -
ral de los es- F . 31? Eje monoclínico es aquel que se apoya en la sec- E j e monoclí-
tratos. tural de los estra- nico.
ción ó corte de una masa estratificada cuyos le-
tos es la horizon-
chos sólo descienden en u n sentido.
tal; así vemos de-
Despues de haber considerado los agrupa-
positarse las capas Estratificación decapitada.
mientos de capas, indiquemos la m a n e r a de de-
de roca sobre el lecho de los depósitos de agua. Sin embargo,
Eje siuciinai. terminar la dirección é inclinación de ellas en
Capas en di- se observan los bancos y capas de rocas en diversas direccio-
particular. Dirección ó rumbo de u n a capa es el ángulo que su
nes; verticales, oblicuas y aun invertidas, á causa de los tras-
cabeza forma con la línea N. S. de la brújula, y p a r a determi-
tornos que han sufrido p o r efecto de la masa central del globo,
n a r ese r u m b o se pone dicha línea paralela á la dirección de la
por hundimientos ú otras causas geológicas: en estas dislocacio-
capa, se lee en la brújula el ángulo que la aguja magnética for-
nes las capas pueden doblarse una ó más veces hasta formar m a con aquella línea, y se anotará si el ángulo se forma del
dobles curvas, zig-zags, etc. En estos movimientos sucede con Norte al Este ó al Oeste; el extremo de esta dirección correrá
frecuencia que la dirección de los estratus se interrumpa p o r en el cuadrante opuesto; así, si el ángulo es de 30° del Norte
dislocaciones; de m a n e r a que u n a ó más porciones de la masa al Este, se escribirá la dirección N. 30° E.—S. 30° W .
tomen otra colocacion, sin que se correspondan las mismas
La inclinación de la capa es el ángulo que ella forma con el
capas, como se observa en la Figura 29? adjunta, á cuyo ca-
horizonte, y se llama, además de inclinación, buzamiento y echa-
so se llama falla ó salto: este efecto perjudica m u c h o en las do; se mide con u n clinímetro ó por la dirección de u n a ploma-
explotaciones mineras, pues siguiendo el r u m b o de una veta ó da que generalmente tienen las brújulas de geólogo. Además
Geología—22.
de los grados de amplitud de tal inclinación, debe indicarse el
r u m b o hácia el cual se dirige.
En esta determinación debe cuidarse de observar más de un
Precauciones lado clel conjunto de estratos p a r a n o caer en error como p u -
VoT™" diera acontecer en F. 32?
el caso que repre-
senta la Figura a d -
j u n t a n ú m . 32?, en
que se creerían h o -
rizontales los estra-
tos si no se obser- Cabei „ deestratos .

servase más que las cabezas por el lado A.


P l a n o s de j u n - También debe atenderse á la estructura que ciertas rocas de
t u r a y de cru-
cero. este grupo presentan á causa de los planos de j u n t u r a y los de
crucero: los primeros dividen á las rocas estratificadas en direc-
ciones oblicuas, diferentes de los planos de estratificación; y los
segundos separan las m a s a s en h o j a s también diferentes de
aquellos planos.

G R U P O II.

MASAS NO ESTRATIFICADAS.

Masas no ostra- Las rocas que h a n aparecido en estado de fusión, se extien-


den y colocan de otra m a n e r a que las que acabamos de conside-
rar, y debe tenerse cuidado, al e x a m i n a r las rocas ígneas, de no
confundirlas con las sedimentarias en algunas ocasiones en que
varios derrames sucesivos afectan una falsa estratificación ó
agrupamiento p o r capas q u e f u e r o n de materia ígnea en s u
origen.
Modos de Pre- Estas masas al atravesar las capas terrestres y llegar á la su-
sentarse estas
masas. perficie se extienden en m a n t o s ó en corrientes, ó forman acu-
mulaciones más ó menos a r r e d o n d a d a s ó cónicas.
Al invadir la materia ígnea los terrenos forma filones, de cu-
yos accidentes nos ocuparemos despues; por ahora basta adver-
n¡que». tir que los filones de materias volcánica se llaman diques, y q u e
cuando la masa invasora que se incrusta en las rocas es de gran-
des dimensiones, se le da el n o m b r e de tifón. Las capas volcá- Tif0 n.

nicas forman extensiones considerables, cubriendo la superficie capas ígneas,


de los terrenos, como se observa en el Pedregal de San Angel,
á cierta distancia de la capital de la República: á veces esas ex-
tensiones de roca volcánica vienen á ser recubiertas por sedi-
mentos, y quedan así ocultas; en otras ocasiones se repite el
derrame ígneo y se forman alternaciones de esas rocas de orí-
gen tan diferente.
Las corrientes volcánicas se extienden en longitud más bien corrientes
volcánicas.

que en anchura; ó forman salidas en determinados rumbos, par-


tiendo de cráteres ó grietas: en la región S. del volcan Ceboru-
co se ve una corriente de lava basáltica que parece un arroyo
solidificado.
Las masas ígneas que apareciendo por las hendeduras del te- volcanes,
rreno se h a n elevado formando acumulaciones, llevan nombres
particulares; así, si esa masa tiene una boca ú orificio de salida,
se llama volcan; si no presenta boca se le da el n o m b r e de do- Domas,
m a si es aislada, y pico, cuando es de figura cónica. La lámina picos,
adjunta representa el elegante pico traquítico de Bernal, en el
Estado de Querétaro.
Salidas de materia ígnea, semejantes á las que estamos con-
siderando, pueden ser de inmensas dimensiones y formar m o n -
tañas y aun cordilleras, como se observa en varias regiones del
país.
Con lo expuesto basta para dar idea de las formas que pue-
den afectar las masas ígneas al aparecer sobre la superficie te-
rrestre: conviene ahora añadir algunas noticias sobre las dife-
P h o t o . E . B e r n a r d e t C*
rentes estructuras que tales masas pueden afectar.
71, r u e L a c o n d a m i n e .
A causa de la contracción que al solidificarse sufren las rocas cuartones,
PICO TRAQUÌTICO DE BERNAL
ígneas, s e dividen en trozos poliédricos ó cuartones como les lla-
m a n los canteros en el país, y cuyo efecto se ve en las masas
porfídicas de los cerros de Guadalupe Hidalgo y en muchas par-
tes del país. P o r efecto de la causa referida, se pueden también
dividir las rocas en columnas prismáticas, cuya forma afectan mvi , iou

generalmente los basaltos y aun los pórfidos; en la Cascada de


Regla, Estado de Hidalgo, se ven series muy elegantes de esas
columnas: la lámina a d j u n t a manifiesta la vista del Cerro de los
Frailes, en Tolimanejo, Estado de Querétaro. Las figuras q u e
allí se observan y que de lejos parecen hombres, son prismas
de pórfido traquítico; la acción erosiva de los agentes atmosfé-
ricos ha redondeado algunos extremos ele las masas figurando
sus cabezas.
La lámina siguiente da idea de las columnas de la Cascada
de Regla.
Los coronamientos llamados bufas, de que hablaremos des-
pues y que se ven en m u c h a s montañas del país, tienen origen
Las c a r a s d e análogo. Las caras de los prismas de las rocas ígneas p u e d e n
ser planas, ó unas cóncavas y otras convexas, que se engranan
¡mícóncavas. y acomodan con facilidad; á veces los segmentos toman formas
arredondadas, y cuando son cortas sus dimensiones figuran que-
sos ú otras formas imitativas.
Division e n
Algunas rocas ígneas se dividen, también en placas de caras
placas.
paralelas. Muchas rocas ígneas, sobre todo los basaltos, se pre-
sentan á veces en bolas ó esferas por lo común formadas de
cascos concéntricos, cuya estructura se manifiesta especialmen-
te cuando la roca se altera y fracciona; concreciones de diorita
se ven en grandes cantidades en Santa María de los Alamos, en
el Estado de Hidalgo, y otras de basalto en m u c h a s partes, con
especialidad en la b a j a d a á Tepatitlan en Jalisco.

G R U P O III.

VETAS Ó FILONES MINERALES.

Consideramos ya con el n o m b r e de diques á los masas ígneas


incrustadas en las capas terrestres; ahora clasificaremos como
as.

vetas minerales á los depósitos de soluciones minerales que h a n


ocupado las h e n d e d u r a s de las rocas.
i de las
Sobre el origen de
,
las - materias
» i i • •
que
• •
llenan
t i
las vetas, • dice
as que Credner: " Q u e provienen de la lexiviacion de las rocas vecinas,
>e
en las cuales circulan las aguas ántes atmosféricas; estas solu-
ciones se acopian en las vetas y allí cristalizan, ó bien los filo-
nes deben su formación á fuentes minerales que se elevan del
interior de la tierra por las h e n d e d u r a s más directas. A conse-
cuencia de-las reacciones químicas entre las diversas soluciones
q u e se encuentran en las hendeduras, por la rarefacción, por el
exceso de ácido carbónico que efectúa la disolución de muchos
cuerpos, ó por el acceso de aguas conteniendo ácido sulfhídri-
co, las sustancias minerales disueltas cristalizan, y así es como
se llena progresivamente la h e n d e d u r a . "
Esta breve explicación da idea sobre el modo con que se h a n
llenado las grietas ó resquebrajaduras de las rocas para formar-
se esas incrustaciones de materias diferentes de aquellas, y que
se llaman vetas ó filones.
Variables como son las formas de tales resquebrajaduras, de- Formas de las
vetas.
ben serlo también las de las masas minerales que las llenan: u n
filón simple ó típico, tendria la forma (Je u n a cinta ú hoja m e - Veta regular

tida en la m a s a de las rocas que constituyen el criadero: u n a


representación material del filón seria un cuchillo hundido en
una m a s a blanda cualquiera: las superficies limitantes, superior
é inferior, se llaman el alto y bajo de la veta; su potencia es el Crestones,

espesor que tiene; si sobre el terreno se levanta parte de la ve-


ta, se le llama crestón á esa salida.
Partiendo de esa f o r m a regular y aplastada que h e m o s su-
puesto al filón, es fácil considerar las muchas irregularidades
Formas irregu-

que puede presentar, inflándose, disminuyendo de espesor, ra-


mificándose, estrangulándose, etc., etc., y por Consiguiente la
potencia ó amplitud de los filones puede variar desde hilos ca-
si imperceptibles hasta masas de dimensiones verdaderamente
enormes.
Del mismo m o d o p u e d e variar la naturaleza de una veta; Es variable

unas hay. que están formadas de u n a sola sustancia; pero en otras estructura de

se ven varias, y aun pueden notarse diferentes épocas de forma-


ciones en la que estando ya formado el filón se le hicieron 11U E - V a r ia s f o r m a-

cl
vas resquebrajaduras, que fueron ocupadas por otras inyeccio- ^¿ve¡T
nes de sustancias minerales.
El m o d o con que se colocan las materias que forman un fi-
lón, se llama su estructura, la que puede variar de las siguientes
Estructura maneras: Estructura compacta ó en masa indeterminada: vetas
compacta. . 7 7* 7
con
Diseminada. W^eraÁss diseminados, cuando uno ó m á s minerales se h a -
llan esparcidos sobre la sustancia que les sirve de matriz: es-
símétrica. tructura simétrica, la de las vetas formadas ele zonas colocadas
Concéntrica. Y repetidas con regularidad: concéntrica, c u a n d o las materias
minerales se colocan en capas envolviendo núcleos que bien
pueden ser los fragmentos de las rocas del criadero: estructura
Brechiforme.

brechi/orme, la de u n filón que envuelve en su masa fragmen-


tos arrancados de las rocas vecinas: geódica, cuando hay cavida-
des de cristales recubiertas interiormente.
De estas seis clases de estructuras pueden presentarse ejem-
vetas.
plos frecuentes en los distritos minerales del país,
sixtonasde Las vetas minerales se presentan generalmente asociadas
formando grupos ó sistemas; unas pueden ser de u n a época, y
presentarse otras en el mismo terreno, formándose así sistemas
Dislocaciones diversos. Además de los accidentes que en los filones h e m o s
en las yetas.
señalado, pueden presentar también el ele dislocación ó follas,
como ántes se dijo al hablar de los estratos. Como en éstos, al
estudiar las vetas, debe determinarse su dirección é inclinación
por los métodos referidos.

APLICACION DE LAS OBSERVACIONES R E F E R I D A S .

Estudiados esos diversos modos con q u e las rocas se p r e s e n -


tan, demos u n a rápida ojeada sobre las m u c h a s é importantes
deducciones e p e de tales estudios p u e d e h a c e r el geólogo.
Desde luego, al tratarse de las rocas estratificadas, la obser-
Deducción ero vación cuidadosa puede enseñar la relación de u n a s masas con
nolúglca.
otras, su contemporaneidad ó las épocas relativas ele su forma-
ción; también pueden verse los fenómenos que á unas masas de
Extensión de rocas h a n efectado y si su acción h a sido general ó de carácter
a l g u n o s acci-

dentcs. local: pueden suponerse con notable exactitud las formas, di-
paieotopogra- mensiones y situación de los continentes en determinadas y a u n
remotas épocas geológicas, á cuya investigación poclria llamar-
se Paleotopografía.
P h o t o . E . B e r n a r d et C e 71, r a e L a c o n d a m i a a

COLUMNAS BASALTICAS DE REGLA


\\

203

En efecto, si examinamos la figura adjunta n ú m . 33, nota-


F. 33? a remos las siguientes Ejemplo.

épocas de formación
aducidas del aspecto,
natureleza y posicion
relativa de las capas
I
mi de rocas. Desde luego
debe deducirse que las
Formaciones diversas. C a p a S Cl fueron las pri-
meras formadas, y que se encontraban en posicion horizontal:
que en seguida vino una erupción ó salida de roca ígnea b que
las levantó y quedaron apoyadas en su masa; pasado este se-
gundo acontecimiento, vinieron nuevos sedimentos, que pode-
mos considerar de pizarra arcillosa c, y se depositaron sobre las
anteriores rocas: en seguida supondremos que se extendió ó p a -
só p o r encima una corriente cuyo lecho estuvo formado por
aluviones de guijarros gruesos d. Así se podrían poner varios
ejemplos para deducir la formación ó depósitos relativos de las
masas de rocas y notar cuáles fenómenos y qué extensión las
l han afectado; del mismo m o d o puede también deducirse, en qué
épocas relativas se efectuaron determinadas erupciones volcáni-
cas y cuándo se formaron ciertas vetas ó filones minerales, ob-
servando atentamente á qué masas de rocas influenciaron.
Y téngase presente que estas determinaciones estratigráficas L a e s t r a t i g r a -
n ó de posicion de las capas solamente dan deducciones relativas c e á i n i c r p r c -
y no absolutas; como se verá al tratar de la geología histórica, "TcTon.' ""
I
el carácter paleontológico es más importante que el estratigrá-
fico, y viene á ser el auxiliar poderorísimo de este último.
Conviene igualmente advertir, que si bien siguiendo en una
comarca las posiciones relativas de los estratos, se pueden ha-
cer esas deducciones de edad relativa, sobre todo si se parte de Los caracterc«

u n terreno bien conocido y que sirva de horizonte geológico, es


necesario no atenerse solamente á los caracteres litológicos ó
petrográficos, como lo hacen algunos geólogos, pues este medio
de determinación puede conducir á notables errores. Así, p. e.,
se sabe que en algunos puntos de Europa, en los terrenos de-
t e m a n d o con otros horizontales; estas diferentes direcciones se
vonianos, abunda la arenisca roja, y por encontrar en México
F. 35? . f o r m a n por la intermitencia de las
una roca de caracteres semejantes no puede deducirse que sea de
corrientes y sus movimientos de flu-
la edad devoniana; ni tampoco debe buscarse la misma clase de
roca caracterizando un terreno en todas las localidades en que se j o y reflujo.
marque la misma edad geológica. En algunas partes de Europa Fig. n ú m . 36. Estructuraproduci- E„ructura

el terreno cretáceo, ó clel tercer período del mesozoico, está for- da por acarreo de los vientos. Lechos
m a d o de capas de creta, miéntras que las rocas del mismo pe- desordenados, rectos y curvos, mez-
ríodo en otras partes del mismo Continente europeo están for- Marejadas. clados en diversas direcciones, como
madas de arcillas, margas ú otras sustancias. F . 36? se observa en los médanos. Tam-
bién á orillas de la laguna de Texcoco,
Los c a r a c t e r e s Estos caracteres petrográficos, así como los estratigráficos, sí
petrográficos Valle de México, se tienen ejemplos,
pueden utili- son m u y útiles en comarcas relativamente cortas, y que pre-
zarse en comar-
senten analogías en sus formaciones. Así, en México, con se- a u n q u e en pequeño de esa estructu-
cas análogas y
de corta exten-
segurídad se puede deducir que tratándose de valles lacustres, ra, formada especialmente por los
sión. E s t r u c t u r a p r o d u c i d a por los vientos.

en que a b u n d e n las tobas y otras tierras de acarreo, que so apo- vientos primaverales en la época en
yen sobre m o n t a ñ a s de pórfidos volcánicos, sean del tiempo ce- F . 37? que disminuyendo las aguas dejan
nozoico, porque con caracteres litológicos y estratigráficos aná- seca gran parte de las riberas.
logos, tenemos horizontes geológicos ó terrenos bien reconocidos Señales de la vibración de las aguas. Vibraeione*
de las aguas.

en que los caracteres paleontológicos nos aseguran ó demues- Se ven en la Figura 37?: las aguas
tran que tales estratos son de la edad geológica citada. del m a r en sus salidas y retiradas pe-
riódicas forman generalmente arro-
Deducciones Lo relativo á deducciones paleotopográficas ó referentes á las
paleo topográü-
formas, extensiones y situaciones de tierras emergidas, mares ó yuelos como los que se indican en
depósitos y corrientes de aguas continentales, nos las indican eldibujo.
las observaciones referentes á la naturaleza de las rocas, á su Figura n ú m . 38. Resquebrajadu- Resquebraja-
estructura y á su estratigrafía, así como ciertas señales que en ras. Las arcillas al secarse al aire y
las mismas rocas suelen quedar impresas: como ejemplos de al sol se resquebrajan por lo regular,
interpretaciones de este género, daré- y esas h e n d e d u r a s pueden quedar
"Vibraciones de l a s a g u a s .
mos algunas figuras tomadas especinl- señaladas en las rocas, sobre todo
si son cubiertas p o r nuevas capas; en algunos casos por la mayor
Marcas geo m e n t e de la Geología del Profesor J.
gicas. dureza de la sustancia arrojada quedan en relieve las señales.
D. Dana.
Impresiones de gotas de lluvia. Como se ven en la Figura 39? impresión«
Estructura c
las p l a y a s .
La Figura n ú m . 34 representa la
E s t r u e t u r a d e las p l a y a s . Impresiones fisiológicas. Llámanse así á las trazas que apare- 7°,"*.''
estructura de las playas, caracterizada
cen en las rocas por el paso de los animales. En una formación Impresione»
por aglomeración de lechos delgados y de poca extensión, los fisiológicas.
de rocas, calizas de las cercanías de San J u a n de los Lagos, Es-
que están formados de arenas, guijarros, etc., mezclados irre-
tado de Jalisco, hemos encontrado marcas de piés de aves y de
gularmente.
u n mamífero carnicero, de cuyo hallazgo publicamos una nota
Marejadas. Figura n ú m . 35 Marejadas. Lechos semejantes á los ante-
en las actas de la Sociedad Mexicana de Historia Natural.
riores, pero que presentan algunos de laminación oblicua al-
207

Dadas las explicaciones anteriores, F. 38? F. 40?


veamos algunos casos de interpretado-:
nes paleotopográficas.
FJ'injiIo«. Supóngase que se observan algunas
cordilleras de las que se e n c u e n t r a n en
los Estados de Veracruz, Guerrero, Mi-
choacan, Morelos, Querétaro, Hidalgo,
Potosí, Jalisco y otros; se n o t a r á que
hay m u c h a s m o n t a ñ a s formadas por
masas calcáreas que contienen incrus-
taciones de conchas marinas, p e r t e n e -
cientes á moluscos de los q u e se consi- R e s q u e b r a j a d u r a s de l a s a r c i l l a s .

deran como característicos del período F. 39?


cretáceo, ó propiamente hablando, de
aquellos animales que sólo vivieron en
esa época de la existencia de la tierra.

Las deducciones que de esos hechos


ÍHH
se descubren, son: q u e en ese período de
la tierra, habia m a r en todos los puntos
donde ahora se encuentran los restos de
MH M a p a de u n a p a r t e d e l C o n t i n e n t e A m e r i c a n o d u r a u t e e l p o r í o d o c r e t á c e o .

indica la tierra emergida en el período cretáceo, y lo señalado


con líneas la disposición del m a r en aquel período; los puntos
los animales que entonces vivían; que
m a r c a n lo relativo á México.
como no es posible admitir la existencia I m p r e s i o n e s de g o t a d e l l u v i a .
Este ejemplo tomado de datos referentes á nuestro país, da
de pequeños depósitos m a r i n o s aislados, es lógico suponer que
idea de las deducciones relativas á la f o r m a del Continente en
en el período cretáceo, los m a r e s Atlántico y Pacífico estaban
determinada época de la tierra.
comunicados, cubriendo con sus aguas toda la parte de los Es-
Si ahora, sobre las rocas marinas de un terreno se encuen-
tados referidos, y por consiguiente la forma de esta parte del
t r a n depósitos formados p o r el agua dulce, lechos arenosos de
Continente Americano era m u y distinta de la que hoy presenta.
los rios, marcas ele playa, de oleaje, de vientos, huellas de aves,
De esta disposición de los m a r e s cretáceos y forma del Conti-
etc., etc., se podrá deducir: cjue allí h u b o un lago, que corría u n
nente da idea la a d j u n t a Figura n ú m . 40, t o m a d a en parte de
rio, que era aquel punto la orilla de u n mar, que habia tierra
la obra del Profesor Dana, y cuyo mapa hemos adicionado en
emergida expuesta á la acción de los vientos, que era una área
los datos relativos á México. Nuevas observaciones extenderán,
emergida y de tierra blanda d o n d e se estampaban los piés de
sin duda, la situación de los m a r e s cretáceos en lo que hoy es
las aves ú otros animales, etc., etc.
territorio mexicano. Como sobre la m a y o r parte reconocida de
esas montañas no se ven depósitos marinos terciarios, es de s u - A todas estas deducciones tan importantes que descubre la
ponerse que el levantamiento de lechos del m a r cretáceo se estratigrafía y las observaciones sobre la estructura de las ro-
verificó en este mismo período. En esta figura la parte blanca cas, les dan mayor valor aún los caracteres paleontológicos, co-
m o se verá en la Geología histórica.
SEGUNDA PARTE.

GEOLOGÍA FISIOGRÁFICA.

E n esta parte de la ciencia, nos ocuparemos del estudio de la


forma general d e l a tierra, d e sus accidentes, de sus aguas,
etc. P a r a proceder en orden dividiremos esas materias en dos
capítulos.

CAPÍTULO I .
OROGRAFIA.

Compréndense en esta división las consideraciones relativas


á los accidentes que p o r relieve ó depresión s e encuentran en
la superficie terrestre.
La forma de nuestro planeta es la de u n esferoide achatado
hácia los polos, pudiendo compararse al sólido que engendra
u n a elipse girando sobre su eje m e n o r . La f o r m a de la tierra es
de la m a y o r importancia en el estudio d e la Geología, puesto
que ella apoya una de las teorías más probables del origen d e
este planeta, como verémos al tratar de la cronología terrestre,

-
ocupándonos por a h o r a e n s e n t a r algunas definiciones indispen- Cerros. Este n o m b r e se aplica en general á todas las alturas cerros,
sables para que un geólogo ó u n agricultor versado en la Geo- superiores á las ántes citadas, sin que en nuestro país se haya
logía, pueda describir u n a comarca ó terreno cuyo estudio se le establecido en el lenguaje común una diferencia entre las pala-
haya encomendado. bras cerro y montaña; pero es preferible adoptar esta última p a - Montanas,
Division e n La tierra se divide en continentes y mares, dándose el primer ra alturas mayores de 400 metros: en general se llama cerro, en
continentes y
mares. n o m b r e á esas grandes porciones de terreno rodeadas todas ó en este país, ó toda protuberancia aislada ó que se levanta en los
parte por las aguas, y que p u e d e n , sin embargo, considerarse accidentes de ias montañas. En un cerro ó m o n t a ñ a se distin-
unidas ó relacionadas todas s u s partes componentes, aun aque- gue la cúspide q u e es su extremo superior; los flancos ó declives C ú s p i d e , flan-
llas que estén separadas p o r las aguas del mar, siempre que és- que representan su superficie hasta su principio que se llama cos'piéyb:isc-
tas no ocupen una grande extensión intermedia. pié de la montaña, dejando el n o m b r e de base al plano en que
Tres Tres son esas grandes porciones de tierra firme que vemos descansa. A estos nombres debemos añadir otros particulares,
continentes.
representadas en u n a esfera terrestre, y son el Antiguo Conti- como son: cresta, que viene á ser el límite superior de u n a m o n - cresta
Relación en-
nente, el Nuevo, y la Australia ó Nueva Holanda. El resto de la taña cuando éste es afilado y alargado; acantilados, cuando en TMantilad0-
t r e la t i e r r a fir-
superficie de nuestro elipsoide está ocupado por los mares, sien- los flancos ó en la cúspide hay secciones verticales. Estas sec-
m e y .la super-
ficie d e l o s m a -
do la tierra firme u n a cuarta parte, aproximadamente, de la su- ciones pueden ser planas ó columnares, como se ve en la lámi-
res.
perficie total. na citada que representa u n a vista de la "Montaña de los Frai-
Ocupándonos de los accidentes de la tierra firme, los dividi- les' 1 en las cercanías de Tolimanejo, Estado de Querétaro.
r e m o s en dos grandes secciones: las elevaciones del terreno y Cuando el acantilado forma u n a especie de corona ó copete, se
las partes planas y cóncavas. designa con el n o m b r e de sombrerete ó bernalejo, y cuando esta sombrerete ¿
En la primera sección, q u e debemos llamar Orografía, propia- corona es de alguna extensión se llama bufa: de aquí vienen tan- bufa,
Orografía
propiamente
m e n t e dicha, atendiendo á la etimología ele esta palabra, nos tos nombres análogos p a r a los cerros ó las localidades. Las ve-
dicha.

ocuparémos del estudio de las m o n t a ñ a s y otros relieves del te- tas metalíferas ó algunas rocas ígneas aparecen cortando la es-
rreno, para lo cual nos a y u d a r á n las siguientes definiciones, fun- tratificación de las montañas, y cuando f o r m a n relieves se
dadas especialmente sobre las altitudes relativas y las formas de llaman crestones. Las formas de las montañas y ele los cerros crestones,
Los n o m b r e s
c a m b i a n con
los accidentes. H a y q u e a d v e r t i r que estas definiciones no son son m u y variadas, siendo la cónica la más general, a u n q u e por
ías localidades.

del mismo valor, en general, pues cambian m u c h a s de ellas en lo regular no es perfecta. Partiendo ele esta forma se encuen-
tran
diferentes localidades. otras derivadas, más ó menos modificadas p o r los acci-
dentes que acabamos de señalar. La naturaleza ele las rocas
Lomas. Se aplica este n o m b r e á todo relieve del terreno, des-
que constituyen esas eminencias, contribuye á su forma; así, las
de una altura apénas sensible sobre el plano en que descansa,
montañas calizas son, en general, arredondadas y con sus flan-
hasta la de 100 á 150 m e t r o s . Las formas de las lomas pueden
cos suaves; las porfídicas tienen partes arredondadas, lavadas
ser como las de cascos de esferas ó más ó menos alargadas.
p o r los agentes atmosféricos, y otras con aristas vivas en donde
Estos accidentes p u e d e n presentarse aislados, ó formando se-
se h a n desprendido los cuartones de roca; otras montañas tie-
ries ó sistemas, cuyo m o d o de agrupamiento se citará al des-
nen plano su extremo superior, y entonces se llaman mesas ó Mesas y mese-
cribirlas.
mesetas. Un ejemplo de este caso tenemos en el cerro llamado
Colinas. Accidentes s e m e j a n t e s á los anteriores; pero de u n a "Mesa de Vilalobos" en las cercanías de Lagos, Estado de Ja-
altura mayor y c o m p r e n d i d a s entre 150 y 250 metros.
lisco. Esta mesa está aislada y se percibe desde grandes distan-
cias; en sus cercanías hay o t r a m o n t a ñ a también de esa forma
que se llama la "Mesa larga," y es de mayor extension. E . los
Estados de Aguascalientes y Zacatecas abundan las m o n t a ñ a s
q u e tienen la f o r m a referida. Como se ha dicho, la naturaleza
de la roca contribuye á la f o r m a especial de una m o n t a ñ a ; los
pórfidos que tienen tendencia á la separación en masas prismá-
ticas, forman m o n t a ñ a s esbeltas, como se ve en la figura citada
que representa la vista O. del cerro de Bernal en el Estado de
Querétaro. Se nota al e x a m i n a r ese cerro, que las masas de
roca se h a n ido desprendiendo, quedando sucesivamente una
forma más aguda; cerca del pié del cerro se ven las bases de
los cuartones de roca que se h a n ido desprendiendo, y aun del
lado S.E. se ve el cerro con la f o r m a escalonada semejando un
diente de león. E n las m a s a s columnares de los acantilados
aparecen á veces formas s e m e j a n t e s á la figura h u m a n a , y por
esto es tan repetido en el p a í s el n o m b r e de cerros de frai-
les: estas formas provienen del deslave de las masas de p ó r -
fido, como se explicó al h a b l a r de esta roca; á la misma causa
se deben esas figuras de t o r r e s , órganos, etc., como se ven en

Ae
fXTs Varias l o c a M a d e s del
P a í s : á veces se designan esas formas con
los n o m b r e s de agujas, torres, pieos, etc.
Los basaltos ofrecen t a m b i é n figuras prismáticas en corona-
mientos y acantilados en m o n t a ñ a s de la misma roca ó de n a -
turaleza diferente, como acontece con los pórfidos. Cuando eu la
cúspide de u n cerro aparece u n a roca saliente, q u e generalmen-
I ' c f u i V t e t i l l a . te es pórfido ó basalto, se le l l a m a peña, y si es doble tetilla
En la República existen m o n t a ñ a s de formas m u y variadas
Altura de ,as y que alcanzan á m u y g r a n d e s alturas: insertamos á continua-
m o n t a ñ a s me- 1

xicanas. Clon las correspondientes á a l g u n a s de ellas, contadas desde el


nivel del m a r .

Popocatepetl 5425 metros.


Citlaltepetl ú Orizaba 5295 „
Iztalcihuatl 4900 „
Nevado de Toluca
Monte de Ajusco 4153 metros.
Cofre de Perote 4089 »
Volcan de Colima 3884 u
Cerro del Jacal 3124 11

Órganos ele Actopan 2699

Las m o n t a ñ a s pueden presentarse aisladas ó agrupadas ele A..mp3ra!cil.


105 de onta
diversas maneras; cuando están así asociadas se designa su con- a^

j u n t o con nombres particulares.


Se llama cordillera á la reunión ele montañas ó cerros que si- Cordmeras.

guen u n a dirección determinada, y cuando dos ó más cordille-


ras siguen direcciones semejantes, se designan con el n o m b r e de
sistema de montañas. A la serie no interrumpida de m o n t a ñ a s sistemad
mon,aaa8
que tienen ramificaciones se llama también cadenas de mon- '
tañas. Cadenas.

A las cadenas ó cordilleras peñascosas se les llaman sierras, sierra*,


a u n q u e en México se designa también con este n o m b r e á las
regiones montañosas y elevadas á cuyo conjunto se le llama
igualmente serranía.
° Serranía.

México es u n país notablemente montañoso, y el conjunto


general de esos accidentes puede referirse á dos ramales ó siste-
m a s llamados Sierra Madre oriental y Sierra Madre occidental; Sistema
de montañas
estos dos sistemas vienen paralelamente, el uno á la costa del mexicanas.

Pacífico, y el otro á la del Atlántico; se reúnen en la parte a n -


gosta del territorio mexicano, en el Istmo ele Tehuantepec.
Estas cadenas de montañas pueden considerarse como partes
de la gran cordillera de los Andes que va del Cabo de Hornos,
en la América del Sur, á las Rocallosas del Norte, en los Esta-
dos Unidos, formándose un gran sistema dirigido de N.O á S.E.
Los diversos ramales que en su conjunto forman esas cadenas,
llamadas Sierra Madre del Sur y del Norte, tienen nombres par-
ticulares, como son: La T a r a u m a r a , La Sierra del Nayarit, La
Sierra del Tigre, etc., etc.
Las cadenas ó sierras arrojan ramificaciones laterales que se
les llamas estribos ó contrafuertes. EstritJ0s „
e ontrafuertes.
Cuando los cerros ó m o n t a ñ a s se encuentran agrupados al
Geología.—21.

/
Grupo de derredor de u n centro común, á este sistema se le llama Grupo
montes.
de Moides.
A la parte m á s deprimida de una serranía ó cordillera se le
llama puerto, y sirve generalmente de paso ó camino para el v a -
lle inmediato.
Despues de h a b e r señalado los principales relieves de la tie-
rra, v a m o s á o c u p a r n o s ahora de sus depresiones, comprendien-
do en esta sección sus partes cóncavas y planas.
Llámase cañada al espacio que encierran dos cuchillas, estribos
ó ramales de u n a loma, de u n a m o n t a ñ a ú otros accidentes en
relieve, con tal q u e su anchura sea de cortas dimensiones: las ca-
ñadas p u e d e n ser m u y largas, y por lo general son fértiles y tie-
nen u n a vegetación más lozana que la de los accidentes que las
limitan. C u a n d o la cañada es profunda y sus paredes son acan-
tiladas ó de fuertes pendientes, se designa con el n o m b r e ele
barranca.
Se l l a m a n valles á las excavaciones ó terrenos bajos que por
sus dimensiones no puedan ya comprenderse en el grupo de las
Valles topográ- cañadas. Esta definición es propiamente topográfica; pero hi-
ficos é hidro-
gráficos. drográficamente hablando se designa con el n o m b r e de valle á
los terrenos b a j o s comprendidos en las corrientes de agua cjue
se dirigen en u n mismo sentido, como por ejemplo, las tierras
por donde corre un rio y los afluentes que á él se dirigen. Si se
considera u n p u e r t o ó u n a ceja de u n a montaña, se verá que las
aguas que resbalan de sus flancos corren unas hácia un lado,
y las otras al opuesto, formando así dos valles hidrográficos, sal-
vo el caso en q u e el r a m a l montañoso concluyera á corta dis-
tancia y las aguas de la corriente posterior lo rodeasen en su
pié para venir á reunirse con las de la región opuesta, porque
en este caso la m o n t a ñ a estaria situada en un mismo valle, co-
mo acontece con la cordillera de Guadalupe en el Valle de
México.
Ramificaciones Un valle presenta, en general, un terreno más ó ménos plano
d e los v a l l e s .
ramificado p o r las cañadas laterales de los accidentes vecinos.
La línea de intersección de dos pendientes opuestas, que es ge-
Thalweg. neralmente la q u e siguen las aguas, se llaman Thalweg, palabra
alemana, que significa camino del valle, que en castellano se p u e -
de sustituir con el n o m b r e de vaguada; pero el anterior está
más generalizado.
Se llaman valles de denudación, á las excavaciones hechas ^ " L t a J
por las aguas en los valles comunes: el carácter de aquellos es
que generalmente se encuentran en sus límites algunos m o n t e -
cilios de igual altura que se conservaron sin sufrir la acción ero-
siva de las corrientes; también se presentan algunas graderías
m á s ó m é n o s extensas en sus flancos. Esas alturas pueden dar
una idea ele la que conservaba la superficie del valle ántes de
ser atacado por las corrientes de agua.
Por su posicion los valles se llaman longitudinales cuando si- Valles longitu-

guen la dirección de las cordilleras, y trasversales los que f o r m a n Valles trasver*

ángulo en esa dirección.


Se llaman valles cerrados á aquellos cuyas aguas no salen fue- Valles cerra-

ra ele ellos, como sucede con el valle de México, y abiertos los Valles abier-

q u e dan salida á las aguas que en ellos nacen ó los atraviesan;


también se da el n o m b r e de cuenca á los valles cerrados, y el de
cuenca hidrográfica al conjunto de valles grandes y peqUenOS Cuenca hidro-

s
que se relacionan á u n mismo sistema de corrientes y sus tri- '" baí '
bufarías.
El sitio por d o n d e corren las aguas en un valle se llama su
álveo, y sus lados bordes ó riberas. El n o m b r e de vega se aplica
principalmente á las orillas de los rios.
Los valles se clasifican á veces por sus formas, y así se dice: Formas de ios
valle elíptico, circular, en anfiteatro, en circo, etc.
Un ejemplo que p u e d e presentarse ele u n valle cerrado O CUen- ya||e
ao Méx,co
ca es el d e México. P u e d e considerarse como un valle princi- '
pal, p o r estar dirigido paralelamente á las dos cordilleras prin-
cipales que son: la Sierra Nevada al E. y la de Monte Alto y sus
anexas al O.; el respaldo S. lo forma la cordillera del Ajusco.
Del m u r o montañoso del O. se desprende la cordillera ele Gua-
dalupe, en la dirección de E. á O., terminando cerca del pueblo
de San Cristóbal y f o r m a n d o u n a especie de península territo-
rial. Las aguas corrientes van á depositarse á los lagos q u e se
hallan dentro del Valle, á excepción del rio de Cuautitlan que
sale hacia el Valle de Tula p o r u n tajo ó canal artificial q u e se
hizo p a r a evitar las i n u n d a c i o n e s de la ciudad de México. El
t e r r e n o del Valle es llano en u n a s partes, y accidentado por lo-
CAPÍTULO II.
mas, colinas y cerros en o t r a s .
Valle Como ejemplo de valle a b i e r t o podemos citar el de Ameca, HIDROLOGIA.
de A meca.
en el Estado ele Jalisco, q u e es atravesado en toda su longitud
por el rio Piginto q u e o c u p a s u thahveg. C o m o lo indica su n o m b r e , c o m p r é n d e s e en este capítulo lo
Llano Llano: se llama así á t o d o t e r r e n o más ó m e n o s horizontal y relativo al estudio d e las aguas.
y llanura.
con pocos accidentes: c u a n d o es bastante extenso se le llama El agua se e n c u e n t r a al estado sólido en las regiones polares m agua se
llanura. En el Valle de México se e n c u e n t r a n los llanos de A r a - cuen t r a e n tres
ó en las altas m o n t a ñ a s , en estado líquido f o r m a n d o los mares, e s t a d o s .
gón, d e B a l b u e n a y otros. C o m o llanuras p o d e m o s citar las del los rios, lagos, arroyos, etc., y en estado ele v a p o r en la at-
Cazadero y del Bajío en el c a m i n o del Interior; las del T e - mósfera.
c u á n y otras en Jalisco, Aguascalientes, etc.; 'en los Estados
E s necesario distinguir las palabras hielo y nieve q u e se c o n - n¡eio 5- nieve,
fronterizos existen llanuras d e grande extensión. E n general
f u n d e n en el lenguaje vulgar: la voz hielo c o m p r e n d e al agua
s e llama llanura á las r e g i o n e s b a j a s colocadas sobre el nivel
consolidada por la b a j a de t e m p e r a t u r a en las aguas líquidas, y
del m a r .
nieve c u a n d o el f e n ó m e n o tiene lugar en la p a r t e alta de la at-
Se llaman desiertos á las r e g i o n e s planas, de grande extensión, mósfera, de d o n d e cae en forma d e cristales y copos; cuando
cubiertas en general de a r e n a s movedizas y d o n d e no existen cae b a j o la f o r m a globular ó en otras m a s a s distintas d e a q u e -
poblaciones, ni u n a vegetación notable: por comparación se lla- llas, se llama granizo, piedi 'a, Candelilla, etC. Granizo.

m a n desiertos á las g r a n d e s regiones deshabitadas a u n q u e estén


El estado sólido del agua p u e d e ser p e r m a n e n t e , como acón- sieves Pcrma-
pobladas de vegetación.
tece en los polos y en las m o n t a ñ a s m á s elevadas, ó transitorio " " " w l '
Oasis: son ciertos p u n t o s d e los desiertos d o n d e existe vege- c o m o se observa m á s c o m u n m e n t e . P a r a q u e los hielos sean
tación f o r m a n d o como islotes en medio de la esterilidad de la p e r m a n e n t e s , se c o m p r e n d e que es necesario q u e la t e m p e r a t u -
llanura.
r a de las regiones d o n d e se e n c u e n t r a n no sea superior á cero
Pampas y A las g r a n d e s llanuras, c u b i e r t a s ele vegetación, se les d a n al- grados del t e r m ó m e t r o : esta circunstancia se e n c u e n t r a constan-
bañas.
gunos n o m b r e s locales, c o m o Pampas en la América del Sur, t e m e n t e en las regiones polares y en las g r a n d e s alturas.
Sabanas á los t e r r e n o s a b u n d a n t e s en pastos, etc.
E n las regiones polares ocupa i n m e n s o s espacios el agua con- Nlevesil0larea_
Los t e r r e n o s llanos y a r e n o s o s , de escasa vegetación, se de- solidada, e n c o n t r á n d o s e así, p o r la oblicuidad con q u e á esas
Landas
y costas. signan t a m b i é n con el n o m b r e de laudas, y en general tocios regiones llegan los rayos solares. E n las altas m o n t a ñ a s la nie-
los terrenos p r ó x i m o s á los b o r d e s del m a r se llaman costas. v e es p e r p e t u a á causa de la distribución del calor en la a t m ó s -
Regiones altas,
Considerados todos los t e r r e n o s planos, cóncavos, y los acci- fera: la nieve se p r e s e n t a compacta ó en granos sueltos sobre las
médíasybajas, <j e ntes d e relieve, se c o n s i d e r a n como regiones bajas aquellas montañas.
cuyo nivel sobre el Océano n o pase de 300 metros: regiones me-
Siendo diferente la distribución del calor, según las latitudes, x¡evesemas
dias las q u e llegan hasta 1 0 0 0 metros, y altas las q u e p a s a n d e montañas.
se c o m p r e n d e que las alturas á q u e las nieves p u e d e n conser-
ese nivel. Se llaman concavidades las regiones más b a j a s q u e
v a r s e p e r p e t u a m e n t e , d e b e n variar con las m i s m a s latitudes. Ya
el m a r .
vimos q u e en las regiones polares el agua está c o n s t a n t e m e n t e
sale hacia el Valle de Tula p o r un tajo ó canal artificial que se
hizo para evitar las inundaciones de la ciudad de México. El
terreno del Valle es llano en u n a s partes, y accidentado por lo-
CAPÍTULO II.
mas, colinas y cerros en otras.
Valle Como ejemplo de valle abierto podemos citar el de Ameca, HIDROLOGIA.
de A meca.
en el Estado ele Jalisco, q u e es atravesado en toda su longitud
por el rio Piginto que ocupa s u thahveg. Como lo indica su nombre, compréndese en este capítulo lo
Llano Llano: se llama así á todo terreno más ó ménos horizontal y relativo al estudio de las aguas.
y llanura.
con pocos accidentes: c u a n d o es bastante extenso se le llama El agua se encuentra al estado sólido en las regiones polares m agua se
llanura. En el Valle de México se encuentran los llanos de Ara- euen t r a e n tres
ó en las altas montañas, en estado líquido f o r m a n d o los mares, e s t a d o s .
gón, d e B a l b u e n a y otros. C o m o llanuras podemos citar las del los ríos, lagos, arroyos, etc., y en estado ele vapor en la at-
Cazadero y del Bajío en el camino del Interior; las del Te- mósfera.
cuán y otras en Jalisco, Aguascalientes, etc.; 'en los Estados
Es necesario distinguir las palabras hielo y nieve que se con- n¡eio 5- nieve,
fronterizos existen llanuras d e grande extensión. En general
f u n d e n en el lenguaje vulgar: la voz hielo comprende al agua
se llama llanura á las regiones bajas colocadas sobre el nivel
consolidada por la b a j a de t e m p e r a t u r a en las aguas líquidas, y
del m a r .
nieve cuando el fenómeno tiene lugar en la parte alta de la at-
Se llaman desiertos á las regiones planas, de grande extensión, mósfera, de donde cae en forma de cristales y copos; cuando
cubiertas en general de a r e n a s movedizas y donde no existen cae b a j o la forma globular ó en otras masas distintas de aque-
poblaciones, ni una vegetación notable: por comparación se lla- llas, se llama granizo, piedi 'a, Candelilla, etC. Granizo.

m a n desiertos á las grandes regiones deshabitadas a u n q u e estén


El estado sólido del agua puede ser p e r m a n e n t e , como acón- x¡eves Perma-
pobladas de vegetación.
tece en los polos y en las m o n t a ñ a s más elevadas, ó transitorio " " " w l '
Oasis: son ciertos puntos d e los desiertos donde existe vege- como se observa más comunmente. P a r a que los hielos sean
tación formando como islotes en medio de la esterilidad de la p e r m a n e n t e s , se comprende que es necesario que la t e m p e r a t u -
llanura.
ra de las regiones donde se encuentran no sea superior á cero
Pampas y A las grandes llanuras, cubiertas ele vegetación, se les dan al- grados del termómetro: esta circunstancia se encuentra constan-
bañas.
gunos nombres locales, c o m o Pampas en la América del Sur, temente en las regiones polares y en las grandes alturas.
Sabanas á los terrenos a b u n d a n t e s en pastos, etc.
En las regiones polares ocupa inmensos espacios el agua con- Nlevesil0larea_
Los terrenos llanos y arenosos, de escasa vegetación, se de- solidada, encontrándose así, p o r la oblicuidad con que á esas
Landas
y costas. signan también con el n o m b r e de laudas, y en general tocios regiones llegan los rayos solares. En las altas m o n t a ñ a s la nie-
los terrenos próximos á los b o r d e s del m a r se llaman costas. ve es p e r p e t u a á causa de la distribución del calor en la atmós-
Regiones altas,
Considerados todos los t e r r e n o s planos, cóncavos, y los acci- fera: la nieve se presenta compacta ó en granos sueltos sobre las
médiasybajas, <j e ntes de relieve, se consideran como regiones bajas aquellas montañas.
cuyo nivel sobre el Océano n o pase de 300 metros: regiones me-
Siendo diferente la distribución del calor, según las latitudes, Nieves «mas
dias las que llegan hasta 1000 metros, y altas las que pasan de montañas.
se comprende que las alturas á que las nieves p u e d e n conser-
ese nivel. Se llaman concavidades las regiones más b a j a s que
varse perpetuamente, deben variar con las mismas latitudes. Ya
el mar.
vimos que en las regiones polares el agua está constantemente
consolidada; y a u m e n t a n d o el calor á medida que se camina h á - Puerto, es una parte de m a r rodeada casi completamente por Pucr[o

cia el Ecuador, p a r a que la nieve se perpetúe, hay necesidad d e las costas y resguardada de los vientos, dando abrigo y seguri-
que la altura compense lo que influye la latitud: en las costas dad á las embarcaciones. Bahía, es una entrada ancha de m a r Rall!a.

i-tmitcs de la Noruega, las nieves perpetuas descienden hasta 700 m e - donde pueden existir varios puertos. Ensenada, es un puerto Ensenada,
<*e las nieves. t r o s ; e n d H ¡ m a ] a y a á ] o s . 5 0 0 0 . En México existen las nieves propio para embarcaciones pequeñas. Estero, es una entrada de Estero,
m a r poco profunda, en la cual no pueden circular las embarca-
perpetuas en el Popocatepetl, en el Ixtlacihuatl, en el Citlalte-
ciones. Surgidero, es todo lugar donde pueden estar fondeadas S u r g i d e r o ,
petl ó Pico de Orizaba y en el Toluca. Las alturas de estas m o n -
las embarcaciones. Estuario se llama al punto p o r donde pene- Estuario,
tañas son, como antes se dijo, 5400, 4786, 5295 y 4623 m e -
t r a n las aguas marinas, y se retiran en sus oscilaciones de flujo
tros. El límite de las nieves perpetuas en el Popocatepetl es de
y reflujo. Canal ó estrecho, es u n a parte angosta de m a r . canal <5 e s t r e -
4400 metros de la latitud de 19°20' N.
c
Sieves tempo- E n otras cumbres, como en la Malinche, el A j u s c o y el Cofre Las formas de las costas llevan nombres particulares: así, se "°'
ele Perote se conserva la nieve solamente en u n a parte clel año.. llama Cabo á una porcion de tierra que se avanza hácia el mar; Cai>o,punta,
Las grandes acumulaciones de nieve pueden tener u n movi- Promontorio si es elevada; Punta si es baja y aguda. Se llama pron""'tor">-
Glaciar
Península á u n a parte de tierra rodeada por el mar, á excepción Peninsula.
6ventisquero. mjent_0 descenso, y en este caso se llaman glaciar ó ventis-
clel lugar por que está unida al continente; Istmo es u n a estre- l3trao_
quero.
chez de la tierra comprendida entre dos mares.
Un glaciar p u e d e t e n e r sus tributarios, y tanto por esta cir-
cunstancia, como p o r el movimiento de descenso, p u e d e com- A las porciones que están enteramente rodeadas por las aguas isiasyarchi-
I é agos
p a r a r s e en su total á un rio que corre por los valles y ca- marinas, se les llama Islas, y á sus agrupamientos Archipié- "' '
ñadas. lagos.
Aguas ííqui- Ocupémonos a h o r a de las aguas líquidas. Ya vimos que u n a Las aguas de los océanos tienen ciertos movimientos en de- Corrientes po-

gran p o r t i o n ele la superficie terrestre está ocupada por los m a - terminadas direcciones que se llaman c o m e n t e s ; las principales cíales y Guir-
stream.
res; el agua se e n c u e n t r a también en los continentes f o r m a n d o son: las polares, las equinocciales y la del Golfo ó Gulfstream. Las
primeras provienen de los deshielos de las altas latitudes y van
depósitos y corrientes, como en los lagos, arroyos, rios, etc.
á equilibrar la pérdida ele agua q u e se verifica por la evapora-
Aguas marinas P a r a facilitar el estudio de las aguas las dividiremos en mari-
y continenta- ción en las regiones ecuatoriales: esas corrientes caminan de los
ls. ñas y continentales.
polos hácia el Ecuador. La corriente equinoccial se dirige de E.
octanos. Se llaman Océanos á esas grandes porciones de agua que se-
á O. y proviene probablemente del movimiento de rotacion ele
p a r a n á los continentes: las subdivisiones principales son: Océa-
la tierra. La corriente del Golfo nace ó comienza en el Golfo
n o Atlántico, Océano Pacífico, Océano índico y los dos Glaciales.
de México, se dirige p o r las costas australes de los Estados Uni-
Éstos se subdividen en secciones que generalmente se clasifican;
dos del Norte hasta Terranova, y de allí se divide pasando por
p o r su position, y así se dice: Atlántico boreal, Atlántico aus-
el Golfo de Gascuña y Canal Inglés hasta el mar del Norte.
tral, etc.
A las corrienles impetuosas que se chocan y f o r m a n movi-
Mar interior 6 Guando el Océano entra p o r algún estrecho á llenar las d e -
mientos de forma circular ó cónica, se llaman remolinos.
mcditcrraneo. p r e s ¡ o n - e s continental es, á la parte así introducida se le llama
Las aguas de los mares están sujetas á movimientos diversos,
Mar interior ó Mediterráneo.
á efecto ele las atracciones del sol y ele la luna, y por el impul- Movimientos
coito. Se llama Golfo ó Seno á u n a parte de m a r casi enteramente- periódicos y ac-
so de los vientos. De aquí vienen la formación de ondas ó ele- cidentales.
r o d e a d a de tierra, como se observa en el Golfo de México.
ou.ia.you«. vaciones ligeras y de las das. En las tempestades se agitan las ta María, Patos, Castillo y Encinillas. En Michoacan, Cuitzeo y
aguas de un modo aterrador, levantándose á grandes alturas y Pátzcuaro. En México, Chalco, Xochimilco, Lerma, Zumpango,
chocando con fuerza extraordinaria. Xaltocan, Texcoco y San Cristóbal. En Hidalgo, Metztitlan.
Ma«a.. aojo y Se llaman marcas á las oscilaciones periódicas que se veriíi- En Tamaulipas, Laguna Madre. En Veracruz la de T a m i a h u a .
"""•"' can dos veces al dia, y que elevan y bajan á las aguas marinas: En Campeche la de Términos. En el Istmo de Tehuantepec la
estos movimientos constituyen el finjo y reflujo de que antes se Superior y la Inferior.
habló. Considerados por regiones los lagos mexicanos, podemos es- 0rup0flltlll .

P a s a m o s á ocuparnos ahora de las aguas continentales, divi- tablecer dos grupos; u n o está comprendido en u n a faja de terre-
A g u a s mipcrfl- diéndolas en superficiales y subterráneas: á las primeras las s u b - no, dirigida de E. á O. entre los 10 y 21° Lat. N.; allí están si-
Agun.* » u b t e - dividimos en estancadas y corrientes. tuados los lagos de los Estados ele Veracruz, México, Michoacan,
En las aguas estancadas consideraremos varias definiciones, Jalisco y los del Valle ele México. En el otro grupo se encuen-
teniendo cuidado, como lo h e m o s hecho ántes, de reunir las de- tran los lagos de la región Norte del país, como son los de San
nominaciones más usadas en el país, con las más admitidas en Nicolás Palomas, Agua Verde, S a n t a María y otros.
la ciencia. De los lagos mexicanos, el m á s importante es, sin duda, el de LaSodoCh»
p: a
Las«.. Lago. Se llama así á todo depósito de agua rodeado de tie- Chapala: tiene u n a forma alargada en el sentido ele E. á O.: su "'
rra en todo su contorno, y que puede estar aislado ó comunica- longitud es próximamente de 27 leguas y su a n c h u r a de 5 | : tie-
do por canales, rios, etc., con otros depósitos de aquel líquido. ne en su centro algunos islotes, y sus riberas son fértiles ^ p i n -
P a r a que pueda llamarse lago con toda propiedad, es necesario torescas. En su extremo oriental entra el rio Tololotlan, y sale
que u n depósito de agua tenga u n a extensión considerable. á corta distancia de la primera embocadura, de suerte q u e el
Cla«¡flcacion Los lagos pueden ser aislados ó comunicados: los primeros lago es u n a especie de inflamiento lateral del rio.
son aquellos que ocupan una depresión terrestre y están for- Llámase laguna á depósitos de agua de poca extensión, pero Lag„na3.
mados por aguas de lluvias ó manantiales, pero no reciben ni con caracteres análogos á los de los lagos. No están bien fijados
dan aguas de ó para otro lugar. E n los lagos comunicados pue- los limites de extensión p a r a establecer la diferencia entre lago Dl!1Inclon cn.
den presentarse los siguientes casos: 1? cuando reciben aguas y laguna; pero creemos que deben llamarse lagos á los depósi- ,re J ^ f " "
corrientes sin darles salida, siendo depósitos ó receptáculos, co- tos de agua cuya longitud sea de más de diez leguas y que su
m o sucede con el lago de Texcoco en el Valle de México; 2? anchura pase de cinco. E n las lagunas deben establecerse las
cuando son el origen de un rio ó de otra corriente, como pasa mismas clasificaciones que en los lagos, es decir, de lagunas ce-
con el lago de L e r m a en el Estado de México, aun cuando di- rradas y abiertas ó que reciben y dan corrientes ele agua.
cho lago está formado y alimentado por varias vertientes: 3? En el Valle de México hay seis depósitos de agua, que por ,,„SM doi v».
cuando reciben y clan aguas corrientes, como acontece en el la- sus extensiones deben más bien clasificarse como lagunas, y son "" '
go de Chapala en el Estado de Jalisco, pues entra en ese depó- las llamadas Chalco, Xochimilco, Texcoco, San Cristóbal, Xal-
sito el rio Tololotlan, y sale por otra parte, continuando su cur- tocan y Zumpango. El más amplio de esos depósitos de agua
so hácia el Pacífico. es el de Texcoco; su forma es u n poco alargada de S. á N., en
I.ago« m o x l c a - Los lagos y lagunas principales de México, son: En Coahuila, cuyo sentido tiene leguas de longitud; su mayor anchura es
no?. Tlahualila ó Caiman, el Muerto y Parras. Entre Jalisco y Mi- de 3 leguas. A los depósitos de agua de m u y cortas dimensio-
choacan, Chapala. E n Chihuahua los de Guzman, el Jaco, San- nes y que se forman en la estación de lluvias se llaman charcos.
Geología—25.
Cuando las aguas estancadas tienen poca profundidad, d e
á su salida, sino que inmediatamente corren como si provinie-
m o d o q u e se v e a el lodo ó tierra del fondo, que aparece emer-
r a n de u n a cañería.
Ciénega, pau- gida en m u c h a s partes, entonces lleva el nombre de ciénega 6
tano. De diversas maneras se ha procurado explicar el origen de Origen de los
pantano este depósito, que también se llama lagunazo. En Euro- i . f r r * • • manantiales»

p a se da el n o m b r e de Charcas á los lugares donde las aguas los manantiales, emitiendose teorías mas o menos ingeniosas;
se estancan y q u e generalmente forman depósitos de turba, y pero que m u c h a s de ellas caían bajo el peso de su inverosimi-
Almajar. Almajar se l l a m a á un sitio bajo en las cercanías del mar, don- litud.
de se recogen p o r filtración las aguas que forman un p a n t a n o . Algunos observadores supusieron que el agua del mar, por
En México s e llaman albercas á depósitos de agua de corta s u - efecto de su propio peso, se infiltraba á través de las rocas
perficie y b a s t a n t e profundidad, que c o m u n m e n t e sirven de formando canales que iban á d e r r a m a r su contenido á determi-
baños. nados lugares. Esta teoría, que tuvo muchos partidarios en
Aguas P a s e m o s á ocuparnos de las aguas corrientes, las cuales p r o - su época, fué despues combatida con razones de gran peso, co-
corrientes.
vienen de las lluvias ó de los manantiales: las primeras son de- m o la dificultad en la prolongacion de dichos canales á través
corta d u r a c i ó n , es decir, mientras se hace el escurrimiento ele de las diferentes masas de rocas, la pérdida total del cloruro ele
las aguas de lluvia, y las segundas 'pueden ser permanentes,: sodio de las aguas del m a r p a r a producir aguas dulces, etc. Con
temporales é intermitentes. objeciones igualmente poderosas se destruyeron otras teorías
establecidas para explicar el fenómeno de que tratamos.
Manantial, Se llama manantial, fuente ú ojo de agua, al lugar por d o n d e
f u e n t e ú ojo d e Al fin presumióse que las fuentes provendrían de las mis- Tcor!a adopl3
agua. aparecen ó b r o t a n las aguas que circulan p o r el interior de la da
m a s aguas pluviales que infiltrándose á través de las rocas, for- taal¡¿a^'
corteza t e r r e s t r e .
m a r i a n pequeños arroyuelos, que reuniéndose, desembocarían
•Manantiales A los m a n a n t i a l e s se aplican las mismas denominaciones q u e
en un lugar propicio p a r a formar u n manantial. Numerosas
porales é i n t e r - acaban ele decirse respecto ele las aguas corrientes; es decir, q u e
observaciones verificadas en diversos países y terrenos, hacen
p u e d e n ser p e r m a n e n t e s ó perennes, temporales ó intermiten-
que esta teoría satisfaga para explicar el origen de los m a n a n -
tes. Los p r i m e r o s son aquellos que producen agua constante-
tiales.
m e n t e ; los segundos aquellos que sólo en determinado tiempo
la producen, ó intermitentes son los cjue dan agua en tiempos ó La verificación de esta teoría la vemos en muchas localidades
del país. E n efecto, al pié de las m o n t a ñ a s de pórfido que tie-
períodos regulares, alternando con intervalos en que nada p r o -
nen masas resquebrajadas ó divididas en cuartones, ó en m o n -
ducen. Los períodos pueden ser de diferente tiempo: así hay
tañas de rocas absorbentes, se ve que el agua se va filtrando
algunos q u e sólo dan agua en dos meses del año, otros en tres,,
hasta reunirse y desembocar en determinado punto. P a r a adop-
etc., pero s u repetición clebe ser regular y en tiempos periódi-
tar esta explicación, es necesario atender á que, si bien existen
cos ó correspondientes.
manantiales en las montañas, estas aguas pueden provenir de
G a s t o de los La cantidad de agua que producen los manantiales en u n
manantiales. las absorbidas en otras elevaciones a u n q u e estén distantes.
tiempo dado, ó lo que so llama su gasto, es variable: en algunos
Las comparaciones hechas entre las cantidades de agua que
sólo caen m u y pocas gotas de agua en u n a hora, por ejemplo,
caen sobre la cuenca de algunos ríos y la que éstos conducen
miéntras q u e d e otros brota u n arroyo ó un rio. Algunos m a -
en determinados tiempos, apoya en todas sus partes esta expli-
nantiales t i e n e n u n depósito que p u e d e ser u n lago, una alber-
cación que hoy se admite sobre el origen de las fuentes, como
ca, u n a ciénega ó pantano, etc., y otros no depositan las aguas
p u e d e verse en varios tratados de Hidrografía, y más especial-
224

mente en el que escribió el abad Paramelle, al dar las reglas tes casi inapreciables que se llaman hilos de agua. En realidad
para descubrir los manantiales ó fijar los lugares más propicios no están bien marcados los límites para establecer las definicio-
nes citadas, que más bien se aprecian por comparaciones. En-
para encontrar á pocas profundidades las aguas subterráneas.
tre los rios hay algunos de muy notable magnitud, como el
Aplicación de En cuanto á la verificación d e esta teoría, para México, e n -
la teoría. Amazonas, el Mississippi, etc., que se llaman grandes rios.
contramos muchos manantiales, como ántes se explicó, al pié
de las m o n t a ñ a s y aun á distancia de ellas. Por lo regular los Sin detenernos á señalar esas grandes corrientes de agua que
ojos de agua aparecen en los thalwegs ó en sus cercanías, y las se hallan en los Estados Unidos de América, en la América del
Sur, en Europa, en África, etc., señalaremos solamente los prin-
excepciones á este caso deben explicarse por trastornos en el
cipales rios de México, para seguir ciando á este tratado de Geo-
interior ele las capas terrestres, como se h a r á notar al tratar de
logía el Ínteres local que debe tener.
las aguas subterráneas.
H a y un caso que con frecuencia se repite en México, y es La clasificación ele los principales rios mexicanos está así es-
que cuando se encuentran colinas ó cerros aislados en el inte- tablecida en la obra de Geografía del Sr. García y Cubas:
rior de un valle, existen manantiales á su pié, y generalmente
Su extension
P u n t o s en que desembocan.
son termales. Este caso se ve confirmado en el Peñón y en Cha- E s t a d o s e n q u e se e n c u e n t r a n .
en leguas.

pultepec, en el Valle de México, en Aguascalientes, en Ciénega


Bravo Chihuahua, Coahuila y Ta-
de Mata, en Ojocaliente de Zacatecas, y en otras varias locali- maulipas 548 Golfo de Mexico
Panuco' Tamaulipas 120 id.
dades. Igual caso se presenta con frecuencia cuando una cor- Al varado Veracruz 87 id.
Coatzacoal-
dillera de m o n t a ñ a s termina en u n contrafuerte aislado ó en u n cos Idem 87 id.
acantilado, y también al pié de los contrafuertes laterales pro- Grijalva Tabasco 132 id.
Osumacinta. Id 131 id.
longados. La explicación ele estos hechos puede darse, á n u e s - líio Yaqui.... Sonora 150 Golfo de Californias,
Eio Mayo.... Id 74 id.
tro juicio, de dos maneras: u n a considerando que la colina ó Ures Id 100 id.
Fuerte Entre Sonora y Sinaloa...'... 130 id.
cerro aislado viene á ser u n a salida ó mamelón correspondiente 60 id.
Culiacan Sinaloa
á las pendientes que comunican subterráneamente á otras m o n - Sinaloa Id ... 100 id.
Balsas Guerrero, Michoacan y Me-
tañas, y allí vienen á desembocar los conductos por donde cir- xico 164 Océano Pacífico,
Mezquita!.... Durango y Jalisco 115 id.
culan las aguas absorbidas: la otra explicación consiste en s u - Nazas Durango 81 Laguna de Parras.
p o n e r que al contacto de las pendientes del cerro interpuesto Ameca Jalisco Pacífico.
Lcrrna ó To
en el valle, quedan cortadas las estratificaciones de las rocas lolotlan.... Mexico, Michoacan, Guana-
juato y Jalisco 208 Id.
sedimentarias que constituyen el valle, y por cuyos planos de
estratificación circulan las aguas.
Hechas esas observaciones sobre los manantiales y su origen, Los rios que desembocan en los mares deben llamarse prin- R¡os pr¡nc¡pa.
A g u a s corrien-
!cs alluentcs
tes.
vamos á referirnos á las aguas corrientes. cipales, y los que desembocan en éstos se llaman afluentes ó tri- y -
Ríos, riachue- RÍOS. Se llaman así á las mayores corrientes de agua q u e sur- butarios: en los riachuelos ó arroyos se consideran también al-
los, arroyos é
hilos de agua. can los continentes, y las cuales desembocan en los mares, en gunos ejes principales, atendiendo á su extencion y caudal de
otros rios ó en los lagos: se llaman riachuelos á los rios de m e - sus aguas, y á los laterales se llaman afluentes.
nor importancia; arroyos á los que siguen á éstos en escala des- Cuando u n rio entra al m a r por u n a sola boca, se llama á és-
cendente; en seguida vienen los arroyuelos, y al fin las corrien- ta desembocadura, y cuando lo hace por varias, se llama delta al ra y delta.
conjunto, como se observa en el Mississippi en la América del
Norte; se llama ria al espacio de la desembocadura de un rio
h a s t a donde comienzan las mareas.
Lecho, r i b e r a s
La cavidad que ocupan normalmente las aguas de u n rio se
~ vogJ. * ]]ama su ¡echo, álveo ó madre, y por esto en las grandes crecien-
tes de los ríos, en que se extienden sus aguas fuera del lecho, se
dice que salieron de madre. Las orillas de los rios se llaman sus
riberas, márgenes ó vegas, a u n q u e estas últimas se consideran
con cierta extensión, y las primeras se refieren más bien á las
líneas límites que besan las aguas. Si las riberas son de pen-
Tubazos. dientes rápidas se llaman ribazos.
Cuenca hidro- Antes se dijo ya lo que se llamaba cuenca hidrográfica, y
conviene hacer notar aquí que con especialidad se considera
con aquel n o m b r e al conjunto de un gran rio y sus ramifica-
ciones.
Torrente, salto Las palabras torrente, salto, cascada y catarata, se refieren, el
y catarata. p r j m e r 0 ¿ u n a corriente que viene despeñándose por los acci-
dentes de una montaña, y cascada cuando las aguas se doblan,
p o r decirlo así, al encontrar un cambio de nivel: si es un rio el
que se precipita así, entonces á este accidente se llama salto ó
catarata.
Muy notable es el salto del Niágara que se encuentra entre
los Estados Unidos del Norte y el Canadá. Al precipitarse el
agua en esos desniveles forma los más vistosos y variados efec-
tos: cuando la altura es considerable el manto de agua se divi-
de en hilos y aun en gotas pequeñísimas que forman masas de
vapor, donde se descompone la luz, produciendo elegantes ar-
co-iris, cuando los rayos solares presentan una inclinación con-
veniente.
E n México, cuyo territorio es tan accidentado, se encuentran
en muchas localidades las cascadas y saltos: son muy notables,
entre otros, la Cascada de Regla, en el Estado de Hidalgo; la
Zararacua, en Michoacan; el Salto ele Juanacatlan en Jalisco, el
de San Antón en Morelos, etc.
De la Cascada de Regla damos una.vista en la lámina a d j u n -
ta, tanto para presentar u n ejemplo importante del accidente
de que nos ocupamos, como para mostrar una formación de
basaltos columnares de que se hizo mención al hablar de esa
roca.
La Cascada de Regla h a sido descrita en el Informe de l a C o -
la c a a dc
misión Científica de Pachuca, año de 1865; de ese I n f o r m e to- E ^

m a m o s los siguientes datos: "La Cascada, distante mil metros


de San Miguel de Regla, se encuentra en el rio de Huazcazalo-
ya, aumentado con las aguas del Izatla, Ojo de Agua, S a n Ge-
rónimo y San José. Antes de la cascada las aguas corren por
un hondo cauce en medio de la llanura. Aquí se encuentran ya
las columnas basálticas que se ven en las Navajas; guardan di-
versas inclinaciones y son de menor diámetro y longitud. R e -
pentinamente el rio se a h o n d a y ensancha, formando un vasto
y profundo anfiteatro que parece hecho á propósito p a r a m i r a r
ampliamente la cascada. El anfiteatro se halla cercado en toda
su extensión por altísimas columnas que se elevan verticalmen-
te desde el fondo del rio hasta el nivel del llano. El anfiteatro tie-
ne en su mayor longitud doscientos treinta y cuatro metros; su
a n c h u r a cerca de la cascada, es de ciento diez y seis metros, y
la mayor en el centro, de doscientos doce. La altura de las co-
l u m n a s al Poniente es de veinticinco á treinta y cuatro metros,
y cerca de la cascada de veinticuatro. Al Oriente, las columnas
cerca del salto se elevan hasta treinta metros, y despues va-
rían entre veinticinco y treinta y cinco metros. La altura de la
cascada es de seis á siete metros. La forma general de las co-
lumnas basálticas es cuadrangular."

Por esta noticia se ve que esta cascada no es importante p o r


la altura á que el agua se despeña, sino por el caudal de la caí-
da y p o r la formación basáltica en que se encuentra. Las cas- „
_ Formacion de
las cascadas
cadas y saltos pueden formarse, tanto porque el terreno ha- -
Photo. E . Bernard et Ce 71, r u é L a c o n d a m i n e .
ya presentado desde un principio esa quiebra ó accidente por
donde el agua se precipita, como por la acción erosiva de ésta,
CASCADA DE REGLA
que puede gastar á la roca formando el desnivel p o r donde
pasa.
En México se dan varios casos de este género, especialmente
cuando se encuentran sobrepuestas dos formaciones de roca de
diferente dureza, como acontece en la hacienda del Salto, d o n d e
termina el tajo de Nochistongo á la entrada del valle ele Tula, y
en el Salto de San A n t ó n cerca de Cuernavaca.
Caída de agua E n la hacienda del Salto se ve una formación basáltica, teñ-
en la hacienda 1 i i

dei sai», diendo a la forma columnar, y descansando sobre capas de to-


ba y ele marga; el agua cae de una altura ele cerca de 12 metros,
dividiéndose en varios chorros cjue se r o m p e n en las desigual-
dades ele las masas basálticas. En este salto se ve que el des-
nivel se ha formado p o r la acción erosiva del agua sobre la ro-
ca más blanda que sostiene el basalto; p o r esta causa la m a s a
de basalto va quedando volada como una comiza, y acaba p o r
caer; verificado este hecho, vuelve el agua á minar la base del
corte donde está la roca m á s blanda, y vuelve á caer una n u e -
va m a s a ele basalto; así es que el origen de la caiela va retroce-
diendo con el tiempo.
Salto de S a n El Salto de San Antón en Cuernavaca presenta dos f o r m a -
ciones diferentes, como el anterior, ele las mismas rocas que éste
y en igual orden de sobreposicion. En San Antón la formación
basáltica está constituida p o r prismas bien desarrollados, con
sección pentagonal, como se ve en la lámina a d j u n t a . El chorro
de agua cae en u n a b a r r a n c a profunda y ele paredes aproxima-
das, que en su mayor parte están cubiertas de exuberante ve-
getación; en el borde ele la caída hay un árbol de higuera (ficus)
que emite u n hacecillo de gruesas raíces en dirección del cho-
rro, y las aguas le t o m a n por guía adhiriéndose á él hasta caer
al fondo del arroyo. La altura de la caiela es de cerca de 40 m e -
tros, y hácia la mitad de esta distancia hay u n a gruta, cavada
sobre la toba, desde .[donde puede verse el cauce del arroyo en
u n a grande extensión,
sano de jua- En el Salto de Juanacatlan, la cortina de agua llega hasta 146
nacatlan. .. _

metros de longitud y su caída es de 17 metros. Se precipita en


una grada de basalto escorioso, cuyos accidentes favorecen la
división de las aguas formanelo borbotones ele blanca e s p u m a rnoio. c,. Bemard et C¡«
'i, me Lacondamine.
qúe embellecen más aquel magnífico salto.
S A L T O DE SAN A N T O N
A g u a s subte- Aguas subterráneas son aquellas cjue circulan entre las capas
ESTADO DE MORELOS. - MÉXICO
terrestres. Las aguas pluviales al caer sobre la tierra corren
\J—\

unas sobre las superficies, otras penetran en las rocas y otras se


evaporan, sea directamente ó por medio de las plantas. Las
aguas que penetran las masas de rocas son las que van á for- DivWon,le
aguas p luvia
m a r las corrientes subterráneas, como se dijo al hablar del orí- ie s "
gen de los manantiales.
Se comprende que la cantidad de agua absorbida varía con La«mudad«c
la naturaleza y forma de las rocas, con las inclinaciones de las Tarísesun*
superficies, con el revestimiento que puede cubrirlas, como la 'asrocas"
vegetación herbácea ó arborescente, etc., etc.
El agua absorbida puede ir descendiendo bajo la forma de Formacion de
— . , | . , n i - i n las corrientes

pequeñas gotas; estas se unirán para formar hilos de agua que sumen*,
á su vez puedan asociarse y formar corrientes bajo la tierra, co-
mo se observa al exterior despues de una lluvia.
Las formas y volúmenes de las corrientes y depósitos subte-
rráneos, dependerán de la naturaleza de las rocas que les dan
•paso y los contienen. Si nos referimos, p. e., á una masa de ro-
cas estratificadas, las aguas correrán sobre sus superficies, y al R o c a s p e r m e a -
encontrar los planos de estratificación, se introducirán allí y Se- m e a b l e s .
guirán su curso por las grietas que aquellos les presenten; si un
nuevo plano ó resquebrajadura corta aquella dirección, el agua
continuará su camino p o r la segunda grieta y así sucesivamen-
te. E n las rocas no estratificadas las aguas seguirán las h e n d e -
duras de los planos de separación que dividen á las masas en
blocs ó cuartones, como ántes se ha hecho notar respecto de los
pórfidos.
En ese paso de las aguas á través de las rocas, es claro que
influye en el más alto grado el estado ele porosidad ó de imper-
meabilidad ele las masas, y sobre estas propiedades debe fijar
su atención el hidróscopo.
Si u n a capa de agua va pasando con dificullad por un plano Alternación ao
de separación entre dos rocas impermeables, y uno de esos pía- r e n t e per m e a -
nos, por la alteración de la roca ú otra causa, se hace permeable,
es claro que la corriente se filtrará é irá á seguir su curso sobre
otro plano, grieta ó cualquier paso que le facilite más su circu-
lación.
Este estudio de las aguas subterráneas es de la mayor utili-
Geología.—26.
Í

A p l i c a c i ó n de dad para el agricultor, y puede considerarse como una de las


c^dio,ie más importantes aplicaciones de la Geología á la agricultura. • la naturaleza de las rocas, darán el conocimiento relativo al po-
a g u a s subte- .
der de absorcion y sus circunstancias dependientes. En lo rela-
rráneas. Apoyado en sus vastos conocimientos geológicos y topográfi-
tivo á la configuración topográfica, deben observarse las formas, P o „ . e -
cos el célebre abad Paramelle, podia señalar con m u c h a segu- rlores
inclinaciones y relaciones recíprocas de los accidentes exteriores. '
ridad sobre ün mapa, el lugar d o n d e debían encontrárselos m a -
P a r a proceder en orden considerarémos primero las concavi-
nantiales ó aguas poco profundas e n los terrenos correspondien-
dades estrechas de ter/eno, pasando despues á las más amplias,
tes, causando admiración la exactitud de sus determinaciones.
hasta las llanuras. En una cañada angosta ó ancha puede exis- co„Sideraeio-
En las consideraciones que v a m o s á exponer tomarémos p o r
t i r u n solo thalweg, ó un principal con sus secundarios ó afluen- " T l T
guía la obra de aquel célebre hidrólogo, y citarémos ejemplos
tes. Si los thalwegs son iguales en su confluencia, debe existir el
observados en el territorio mexicano.
manantial ó corriente poco profunda, y si desiguales, en el más
L a s a g u a s su- El estudio de las corrientes exteriores ó superficiales sirve de
p e r f l c i a l e s in- profundo, que será el receptor de las corrientes de los otros.
d i c a n l a s di- guía para el de las aguas subterráneas, y así deben observarse
recciones de
con toda atención las líneas q u e aquellas siguen, en su curso, Si el terreno formare u n circo, las corrientes subterráneas
las interiores.

así como las direcciones de los thalwegs principales y secundarios, correrán como los radios de un semicírculo y el agua tendrá su o»*.,
para buscar el curso que siguen las corrientes bajo tierra, que m e n o r profundidad en el centro del circo. El punto central de °'rco"
en el mayor n ú m e r o de casos p u e d e considerarse como la pro- un circo está siempre al pié de la pendiente rápida y semicir-
yección de las primeras. cular que le forman las paredes.
Regla Para- Paramelle ha fundado la siguiente regla: Con pocas excep- E n los thalwegs, sea de cañada ó de valles, se observa que for-
melle.
ciones, en cada valle, cañada, garganta, desfiladero 6 pliegue m a n inflexiones al acercarse á recibir un thalweg afluente, y en
105 thalwes3
de terreno existe un curso de agua aparente 6 interior. P a r a q u e esas inflexiones es en donde el agua se acopia y puede formar -
Circunstan-

el curso de a
el manantial ó hallarse á poca profundidad: en las investigacio-
t X ™ g u a v i sible pueda c o r r e r sobre el terreno, es ne-
qu§ nes deben atenderse m u y cuidadosamente tales inflexiones.
una corriente. eesario que le sostenga un terreno impermeable que le impi-
Partiendo del fondo ele una cañada, ó pliege de terreno, ó cen-
da filtrarse: esta consideración d e b e aplicarse á l a corriente s u b -
tro de un circo, el thalweg comienza á dibujarse, la pendiente del Lugflrenque
terránea, y por esto hay necesidad de observar con cuidado la
fondo de la cañada se suaviza, y la fuente que tiene ya un cier- c o m i e n z a el
naturaleza de los terrenos que se estudian, si son aluviones, are- t h a l w e g en u n a

nas, arcillas, etc., así como el estado de agregación de sus p a r - to volúmen, sigue siempre el thalweg del valle, sea que forme u n a eudelraairi
tes constitutivas. línea casi recta ó aun tortuosa. Esta es otra regla establecida *
Los datos
por el abad Paramelle, y agrega: así es como se forman y m a r -
Datos p a r a P r i n c i P a l e s en que d e b e fijarse u n investigador al
r b u s c a r los
chan las fuentes en el origen de todas las cañadas, tanto princi-
ag°r sub£. manantiales ó las corrientes poco profundas, son la
pales como secundarias.
rráneas. naturaleza de las rocas, como se h a dicho, y las circunstancias
Al pié de un terreno escarpado, cuya base limita al plano del
topográficas del terreno.
terreno, se encuentra generalmente un manantial. Esta regla la
Fijarse e n , a Respecto á lo primero se ha indicado ya lo necesario, repi-
vemos confirmada en muchas localidades mexicanas. Las m o n -
, r Z * f c tiéndese aquí que deben observarse con el mayor cuidado las
tañas acantiladas de pórfido forman barrancas ó circos, y en el
snjstrati. circunstancias estratigrafías de las rocas, determinando las di-
grafía.
terreno plano que está á su pié aparece el manantial, ó á corta
recciones, accidentes, etc., de los p l a n o s de estratificación, de se-
distancia donde comienza á dibujarse el thalweg.
paración, de ruptura, etc., cuyas circunstancias unidas á las de
En los valles amplios habrá que atender á las direcciones ge-
casos de los nerales de las pendientes y á sus relaciones con las montañas caso puede suceder: 1?, cuando ambos valles están separados
vanes amplios. q u g l o g ] ¡ m i t a n C e r c a d e e ] ] a s e s e n donde se ven con frecuen- p o r una colina, cuyas rocas desagregadas ó porosas, ofrezcan
cia los manantiales, así como á lo largo de los thalwegs, espe- mayor facilidad al paso de la corriente que la del conducto p o r
cialmente en las inflexiones, ó cerca de su desembocadura. d o n d e circulaba: 2? cuando los planos ele estratificación de la
Estas son en general las reglas que deben seguirse para cono- colina interpuesta han sufrido levantamientos ó hundimientos:
C a u s a s , u e se cer los lugares donde pueden existir los manantiales, así como 3? cuando esos planos se levantan á través del valle y f o r m a n
~ l o s puntos donde deben abrirse los pozos para encontrar las un dique que se prolonga hasta el valle vecino.
las res as
' " aguas subterráneas á m e n o r profundidad y en más abundancia. El segundo caso de los enunciados, es decir, el que se refiere
Se comprende que numerosas causas pueden influir p a r a e s - á trabajos artificiales, se comprende fácilmente, y deben obser-
tablececer excepciones á estas reglas, como son la naturaleza de varse las causas de la desviación y buscar la dirección p r i m o r -
las rocas, las relaciones de ellas, las formas y pendientes de las dial del thalweg.
montañas, la existencia de accidentes subterráneos que des- El tercer caso puede acontecer cuando las corrientes en sus
vien las corrientes, etc.; pero los conocimientos geológicos da- avenidas salen de m a d r e y forman atierres y hacen excavacio-
rán m u c h a luz en las investigaciones, para determinar las segu- nes que las obligan á seguir otro camino distinto del alineamien-
ridades de encontrar las aguas ó las causas que formen las to natural del thalweg.
excepciones respecto á las discordancias que pueden existir en- H a y pues necesidad de observar cuidadosamente los thalwegs
tre las direcciones de los thalwegs superficial ó interno. Para- para ver si siguen su dirección natural ó si h a n sido cambiados
melle cita los tres casos siguientes: por las causas expresadas; y p a r a descubrir si hay discordancia,
Tres casos de 1? P o r la estratificación de los ribazos ó lados del valle. se tienen que considerar las inclinaciones respectivas de las dos
discordancia
en los thalwegs
g? p o r i a s 0 b r a s artificiales que
a
hubieren desviado la dirección pendientes que f o r m a n el valle ó cañada, y determinar la línea
supe de intersección que es el thalweg natural.
« r n o ! n a t u r a l del thalweg. 3? Por la desviación que el ensanchamien-
to de las corrientes puede efectuar en las grandes avenidas. Sucede á veces que la dirección del thalweg subterráneo es
La discordancia en el primer caso ocurre cuando las rocas marcada p o r la salida accidental de las aguas que conduce, cuan- X L l T
que forman los dos lados del valle tienen su estratificación con- do éstas no p u e d e n estar todas ellas contenidas en el cauce or- del t"3,"'cg"
cordante y presentan inclinaciones diferentes: si se examina dinario. Muchas veces esa línea está señalada por la posicion de
este caso, se verá q u e los planos de estratificación de la p e n - ciertos pozos ó resumideros naturales, que en Francia se lla-
diente más suave van á quedar bajo los planos de la pendiente man vetoires, y p o r los cuales desaparecen con rapidez las aguas
más fuerte, y la intersección superior que forma el thalweg visi- pluviales. Estos pozos son como lumbreras de las galerías s u b -
ble, no puede coincidir con el thalweg subterráneo, y en este terráneas por donde circulan las aguas. Ejemplos de estos ve-
caso el curso de agua pasa al pié del lado más rápido. Es- toires se ven en el llano de Chavarría cerca del Mineral del Doc-
ta causa explica por qué algunas veces no aparece un m a - tor, en el Estado de Querétaro.
nantial en el medio de la' desembocadura de la cañada que lo
Expuesto lo anterior, debe comprenderse desde luego que si P„ntos ,„ MUC
conduce, sino dislocado hácia u n o de los lados ó al pié de al-
la situación del thalweg visible puede indicar la dirección del
gún acantilado. pror ai1i lad
subterráneo, esto no exige que' ambos sean en todos los casos " ' '
P a s o d e co-
rrientes á un P u e d e también acontecer que la corriente subterránea se pa- paralelos y estén afectados de los mismos accidentes; por con-
valle inme-
se á un valle inmediato a b a n d o n a n d o el que la conduce, y este siguiente hay que resolver los dos problemas relativos á escoger
diato.

a -
, los puntos en que las aguas subterráneas estén á m e n o r pro- ocupamos son muy raros, y debido principalmente á la pósicion
P r o b l e m a s re-
Excepciones,
l a t i v o s á 1¡:
fundidad y en d o n d e deben ser más abundantes, de rocas impermeables que detienen el descenso de la corriente del tercer caso
busca de aguas

subterráneas. Respecto del p r i m e r problema, Paramelle indica los casos si- y la obligan á abrirse paso sobre la pendiente del terreno.
Cnatro casos guientes: las aguas tienen su menor profundidad: 1? en elpun- , E l c u a r t o c a s o s e a t i e r e á las desembocaduras de las cañadas
Cuarto caso.
í o 1
btana
io
rpr0
" central del primer pliegue del terreno donde se reúnen, sobre á un thalweg, ó corriente permanente, porque es el lugar de tér-
el plano elevado, todos los hilos de agua que forman el principio de mino de las corrientes superiores é inferiores, y se p u e d e ha'cer
la corriente subterránea; 2? el centro del circo donde comienza; 3? la perforación un poco arriba de la desembocadura, siempre que
la parte baja de cada pendiente del thalweg visible; 4? las cerca- la pendiente del fondo de la cañada sea suave.
nías de su desembocadura. Por esto se ve que se practican pozos cerca ele los lechos d e
P r i m e r caso. E x a m i n a n d o el p r i m e r caso, se deduce, que si una fuente s u b - las corrientes, y el agua que allí se descubre es de la que con-
terránea tiene s u origen en un plano elevado, el punto ménos duce el thalweg que va á desembocar en el principal.
p r o f u n d o á que se encuentre debe ser aquel donde convergen A veces se sirven los investigadores de la presencia de cier-
Plantas que ca-
y se r e ú n e n los hilos de agua que la forman. Este punto está tas plantas, p a r a conocer que el agua subterránea no se encuen- r a c t e r i z a n l a
hácia el medio del pliegue de terreno en que comienza á apare- tra á grande profundidad. En estas observaciones debe tenerse t i e r r a h ú m e d a
cer el thalweg. Podríase practicar el pozo un poco hácia abajo en cuenta que algunas de estas plantas se conforman con sólo
sobre el thalweg d o n d e se encontrará la corriente, y aun será la existencia de la tierra h ú m e d a , sin que exista corriente á po-
más rica si otro pliegue del terreno llevase allí sus aguas, y será ca profundidad. La situación natural de ciertas plantas en los
más profunda á causa de que las dos pendientes del terreno thalwegs, en los circos, en la parte baja de las pendientes, sí
siendo ya más rápidas*, llevarán las aguas pluviales sus escom- p u e d e ser u n indicio más probable, y esto concuerda con las re-
bros sobre aquel p u n t o . glas que acaban de darse.

Al tratar del segundo caso se comprende con facilidad que en


x
En México, especialmente en las tierras calientes, indican las
Segundo caso.

un terreno que tenga la figura de un circo el punto ménos pro- tierras h ú m e d a s los musgos, las hepáticas los helechos y las be-
gonias, especialmente en los paredones y acantilados de las ca-
fundo de sus aguas estará en el centro de figura, adonde con-
ñadas y arroyos.
vergen las corrientes parciales. Practicando la excavación hácia
abajo sobre el thalweg, se encontrará la corriente, a u n q u e á m a - Las plantas que generalmente se hallan sobre los thalwes que
yor profundidad. conducen el agua á poca profundidad, son en las tierras eleva-
En el tercer caso se recomienda hacer la perforación en la das los sabinos ó ahuehuetes (Taxodium disticha), y los sauces y
T e r c e r caso.

parte b a j a de las pendientes del thalweg visible, porque allí se jarales ó jar illas de flor blanca. En las tierras calientes son más
encontrará el agua á ménos profundidad, sobre todo en el caso comunes los carrizos (Arundo), sauz (Salix), Higuera, Camichm,
Zalate, Amate (diversas especies de Ficus); una bígnonia arbo-
de que u n dique ó banco ele roca más dura atravesare una caña-
rescente llamada impropiamente sabino (Bignonia biminalis);
da, pues en este caso h a b r á u n depósito grueso de terreno detrí-
el jaral amarillo (Litrum flavum), que no debe confundirse con
tico hácia la parte alta, que habría necesidad de perforar h a s t a
el Senecio vernus, que crece en diversos terrenos; varias aroídeas
ponerse á nivel del otro lado del dique. El hecho tan frecuente
como las llamadas colomos, mafafas y otras.
de que los ojos de agua aparezcan al pié de las pendientes, vie-
ne á confirmar esa regla. E n el Valle de México se ven los sabinos en los ojos de agua
Los hechos que se presentan contrarios al caso de que nos y sus cercanías, como se nota en Chapultepec, en Santa Fe y en
otros lugares en donde m a n a el agua. E n otras localidades apa- Como estas circunstancias pueden repetirse á l a profundidad, Seriesdeca .
recen esos árboles m a r c a n d o desde lejos el curso de los rios y arro- se comprende q u e pueden existir dos ó más capas que se pue-
yos, sean permanentes ó temporales. Esta misma observación t .. * ^ ¿ subterráneas.

puede hacerse de las higueras y sauces en las tierras calientes, y den aprovechar en u n a perforación, y generalmente acontece
con frecuencia se ve el manantial al pié mismo de los árboles. que así se obtenga mayor cantidad de agua. También p u e d e su-
ceder que las corrientes f o r m e n mallas ó arroyos bajo las capas
Determina- Viene ahora el segundo problema, el relativo á determinar
terrestres, y en este caso se pueden obtener resultados m u y di- Divislon cn
tosáonde^een- los puntos en que las aguas subterráneas se encuentran en m a - ffia,
ferentes en perforaciones que se practiquen á corlas distancias: 'fpr-
e^mayor can- yor cantidad. Al tratar este asunto debe considerarse que u n a
lidad este caso se presentará cuando no se extiendan regularmente las
' corriente va a u m e n t a n d o el caudal de sus aguas con los afluen-
capas permeables y las impermeables ó que sus materiales n o
tes que recibe, desde su origen hasta el punto de desemboca-
estén colocados uniformemente.
dura; pero hay que t o m a r en cuenta los casos que pueden pre-
Ejemplos de la extensión general de las capas de agua y de Ej,mplosdees.
sentarse al paso déla corriente por las rocas permeables é imper-
la subdivisión en arroyos, encontramos en el Valle de México v ,o?caS03en el
meables, pues en el primer casólas aguas pueden concentrarse, i -i i • — _
en otras localidades del país.
J ^ alie d e l i é -
*¡co.
y en el segundo extenderse, sobre todo al entrar en los terrenos
El Valle de México, de q u e ántes se hizo mención, es u n va-
de acarreo.
lle cerrado y circundado p o r m o n t a ñ a s que tienen cañadas de
Pebeclegirseel Por estas consideraciones se comprende que al pié de u n a
diversas p r o f u n d i d a d e s ; debajo circnlan las aguas s u b t e r r á -
"'" ^"e''"" pendiente, donde el agua tiene la m e n o r profundidad, debe te-
neas que en algunos p u n t o s aparecen á la superficie formando
n e r también mayor cantidad, porque al atravesar los bancos de
manantiales, á veces de consideración, como los que se aprove-
roca compacta de u n a pendiente, camina generalmente por un
chan p a r a el surtimiento del agua en la capital; otra parte de
solo conducto, y al entrar en el terreno del plano encuentra pol-
esas aguas se extienden en diversas capas paralelas, que en las
lo regular las Capas de acarreo ménos comprimidas, donde la
perforaciones artesianas se van cortando, porque existe esa se-
corriente se ensancha.
rie de capas permeables é impermeables, colocadas u n a s sobre
A lo l a r g o d e l Cuando por alguna circunstancia no puede practicarse la ex- otras. Las aguas subterráneas se encuentran en este Valle á m u y
thaiweg. cavacj o n precisamente en el lugar recomendado, se hará á lo poca profundidad de la superficie del suelo, y extendidas unifor-
largo del thalweg, procurando, en cuanto sea posible, acercarse m e m e n t e . Las capas brotantes presentan en algunos puntos de
al pié del descenso como se dijo. la ciudad y fuera de ella, el caso de distribución irregular de que
Corrientes e En algunos terrenos planos las aguas subterráneas se hallan se ha hecho mención. E n las manzanas que comprenden las
lendiduM.
extendidas en capas extensas, y en donde quiera que se perfore calles de Santo Domingo se h a dado el hecho de que en una
se puede encontrar el agua, casa se h a practicado u n o pozo artesiano á corta profundidad,
circunstancias P a r a que los terrenos presenten estas circunstancias es nece- y en otra vecina ha habido necesidad de hacer u n a excava-
ara'",'"™«r sario, según Paramelle, que reciban de las cañadas relacionadas ción profunda p a r a encontrar u n a regular cantidad de agua. E n
tiendan°.v á ellos, u n a ó muchas corrientes considerables; que el terreno las poblaciones se presenta con frecuencia el caso de que en unos
esté formado hasta cierta profundidad de guijarros, matatenas barrios el agua de los pozos es buena, y en otros no se puede
y arena, que permitan al agua extenderse con libertad; que exis- utilizar para los usos domésticos. Este hecho es m u y notable en
ta bajo el terreno flojo una capa impermeable, paralela á la su- la ciudad de Guadalajara, y en algunos barrios alternan las casas
perficie y de una grande extensión. donde hay pozos ele agua potable y de agua mala.

Geología.—27.
Esta circunstancia se explica p o r lo que hemos dicho de las
Occidente de la ciudad, y por donde pasan los corrientes subte-
diversas corrientes subterráneas, q u e á semejanza de las super-
rráneas que vienen de los cerros del Colli, el Huiluste, Ocotan,
ficiales tienen sus caminos determinados para circular.
y otros; las pendientes y cañadas de estos cerros tropiezan en
Mencionadas estas aplicaciones d e los casos citados, seguire- la formación aluvial que ocupa el valle de Guadalajara. Esta
mos examinando los que faltan p o r considerar, obra se emprendió en el año de 1731.
tosftaiwegs En los terrenos planos que t i e n e n u n a corriente exterior, sea
E n todo lo anterior nos hemos referido á las corrientes subte-
"terráneo"puc~ temporal ó permanente, el curso q u e ésta sigue es por lo regu-
r r á n e a s que circulan por los valles y cañadas, y nos faltan algu-
* ™ . p a - lar m u c h o más sinuoso que el t h a h v e g invisible, á causa de los
nas consideraciones relativas á las que existen en las montañas.
escombros y otros accidentes que p u e d e n p e r t u r b a r al primero.
Se comprende desde luego que la forma de una montaña, y
Esta consideración debe tenerse en cuenta al escoger el punto Fuentes en las
sobre todo, la de su cúspide, puede influir notablemente para que montañas.
donde convenga practicar una perforación, pues no siempre p o -
existan corrientes subterráneas ó manantiales en su parte supe-
Desviación drá situarse exactamente sobre el thalweg superior. E n el caso
artificial del i , . , , , , , ,
rior ó en sus flancos.
thahveg supe- ele que el punto que se juzga m a s conveniente este sobre este Si la cúspide tiene una forma afilada ó aguda, no podrá exis-
perfora^eT su thalweg, hay necesidad de dar artificialmente otro curso á la tir en ella alguna fuente, y si en algunos casos se encuentran
eurso. corriente exterior p a r a que no atierre la perforación. depósitos de agua en ellas, son debidos á las aguas pluviales que
Casos en que Cuando el curso del thalweg exterior ó los otros puntos indi- p u e d e n estancarse en las ocpiedades ó depresiones de las rocas
perforar'Tw- cados como más convenientes p a r a las perforaciones, 110 estu- impermeables.
praos Indica- vieren en la propiedad del que q u i e r e utilizar el agua subterrá- P a r a que exista una fuente en la parte superior de una m o n - Fucnlc!¡c„,a
nea, ó que dichos puntos se hallen m u y lejanos de la habitación taña, es necesario que el p u n t o superior donde aparece esté do- P TJ"Zl° r
ó del lugar donde se necesita el a g u a , las perforaciones deben laaa
minado p o r una masa de terreno absorbente que la alimente, y '
practicarse sobre los thalwegs secundarios, conformándose h a s - al encontrarse un p u n t o con esas condiciones sin que esté la
ta donde sea posible, á las otras reglas establecidas sobre con- fuente á descubierto, h a b r á probabilidades de encontrar las
fluencias, pié de las pendientes, etc. Si el thalweg secundario se aguas subterráneas, buscando además las otras circunstancias
ha borrado de la superficie del t e r r e n o , se t o m a r á n por direc- que hemos estudiado al hablar de los puntos donde deben bus-
ción, el punto donde se pierde al e n c o n t r a r la cañada al terreno carse las corrientes interiores.
plano, y el punto de confluencia con la corriente principal seña-
Uno de los casos más favorables p a r a que exista u n a fuente Circunstancias
lado por las inflexiones de que se h a hecho mérito.
sobre u n a montaña, es que ésta termine en una mesa suave-
Acueducto de Como un caso m u y notable del aprovechamiento de las aguas
mente inclinada, y que esté constituida de terreno permeable fuc,nt0 cn'-"
Guadañara, b u s c a d a s g n u n ] U gar conveniente, citaremos los ~ ? parte superior
de la montaña.
reposando sobre u n a capa impermeable: en este caso es m u y
acueductos que surten ele agua á la ciudad de Guadalajara.
frecuente que exista una fuente en la parte média de la mesa ó
P a r a surtir de agua á la ciudad, m a n d ó practicar F r . P e d r o
en su parte más b a j a . Siendo más frecuentes y prolongadas las
Buceta varias series de pozos comunicados por galerías, y que
lluvias en esas alturas, producen manantiales á veces muy ricos,
convergiesen todos á un centro c o m ú n que sirvió de receptácu-
a u n cuando el terreno absorbente sea de poco espesor; esto se
lo; de este punto se desprende el acueducto que lleva una agua
entiende cuando la mesa tiene una anchura conveniente, pues
excelente y en regular cantidad á Guadalajara.
si es angosta, no pueden formarse en ella los almacenes que
Los pozos se hicieron en unas l o m a s lejanas que se hallan al
produzcan la corriente.
Caso de monta- En el caso de m o n t a ñ a s cónicas ó de colinas aisladas debe trafuertes y cañadas del lado opuesto, y anunciaba también si
luauiad.*. atencjerse diámetro de su base, para calcular si podrán t e n e r existirían manantiales y cuál debía ser su situación.
manantiales: si los diámetros no pasan de 400 á 500 metros só- Cuando se encuentra una m o n t a ñ a constituida por dos forma- caso de d„s
lo producirán corrientes pobres, ó carecerán de ellas, sobre to- ciones diferentes, u n a inferior, impermeable, como arcilla, y u n a
do, si los planos de estratificación se inclinan á uno y otro lado superior que forme su mesa y q u e sea permeable, como de ca- U D a m — -
del eje de la m o n t a ñ a ; pero si la estratificación lleva las aguas liza ú otra roca, es m u y común encontrar manantiales en el
todas de un mismo lado, será más favorable para producir co- punto de separación de a m b a s formaciones, que por lo regular
rrientes abundantes. es una cornisa. Algunas de esas fuentes son visibles, y otras se
Fuentes«ios Vamos ahora á considerar las fuentes que existen en los flan- hallan ocultas y pueden explotarse con facilidad. Si la mesa
flancos de las , . _
montana.,, eos de las montanas. q u e termina la m o n t a ñ a tuviere algunos repliegues en s u super-
considerado- Al entrar en este estudio deben considerarse p r i m e r a m e n t e ficie éstos, p o d r á n servir de guía p a r a determinar los puntos
nes.estraugrá- j a s in i ¡
c j n ] o g p ] a n 0 3 c | e estratificación ó de división.
a c o n e s donde se deban practicar las excavaciones.
Así, cuando u n a m o n t a ñ a está terminada p o r u n a mesa, y que Si se sigue una pendiente para buscar los puntos más favora-
se halle situada entre dos cañadas ó valles, la mesa se inclina Aguas subte-

regularmente más á u n lado q u e al otro, y ios planos de estra- bles para practicar las excavaciones, los thalwegs ó arrugas s u -
tificación, si existen, son paralelos á la superficie de la mesa. Si perficiales p u e d e n indicarlos, y en el caso de una pendiente
existiere u n a cresta de división de las aguas, sobre la mesa, p u e - unida, es indiferente t o m a r un p u n t o ú otro, a u n q u e es siempre
de estar hácia su medio ó aproximada á uno de los extremos: conveniente alejarse lo más que se pueda de la cresta de la
en el primer caso las inclinaciones son semejantes y llevan can- montaña: á veces conviene hacer un corte ó ceja p a r a descu-
tidades iguales de agua á cada valle; en el segundo, el lado b r i r á la vez varios hilos de agua.
subyacente es el más rápido y frecuentemente escarpado. E n Un costado ó contrafuerte a r r e d o n d a d o y angosto en toda su contrafuertes
este caso sucede muchas veces que las cabezas de los estratus longitud es desfavorable p a r a encontrar corrientes en su masa; arred0ndad03-
forman graderías y pueden estar á descubierto ó tapadas con el pero si fuere suficientemente ancho, de más de quinientos m e -
terreno detrítico. Las aguas pluviales que recibe la m e s a siguen tros, en este caso p u e d e tener, manantiales ó corrientes interio-
la pendiente más suave y van á dar al valle más lejano de la res bastante voluminosas. P a r a practicar una perforación en
cresta. Se ve por estas consideraciones, que no .deben buscarse u n o de esos contrafuertes, debe verse si tienen alguna depresión
las aguas ó fuentes del lado más rápido, que es del todo estéril en su parte central ó hácia los lados, y en ese lugar debe b u s -
ó sólo da c o m e n t e s m u y pobres. carse el agua: si el thalweg tiene hácia arriba una pendiente más
Al asentar Paramelle estas reglas que h e m o s copiado textual- rápida q u e abajo, la excavación se practicará al pié de la p e n - comido,a,
mente, a ñ a d e las siguientes observaciones sobre las formas a n á - diente más fuerte. Si el thalweg que párte de una cornisa se montina3'
Regias de las l ° S a s c l e las montañas: " Cada cima de una cresta de montaña es borrase ántes de llegar á la base, esto debe indicar que la co-
' ~ u í ' elpunto de partida de dos ramales que toman direcciones opuestas, rriente subterránea se profundiza, y en tal caso debe hacerse la
y cada cuello es el punto departida de dos valles opuestos." excavación al pié de la cornisa.
Paramelle señala como un punto m u y favorable para e n - Puntos favo-
Apoyado Paramelle en esta regla, describía los accidentes de
contrar el agua en un costado ó contrafuerte, el lugar en q u e £ £ £ £
las montañas, encontrándose al frente de u n a de sus pendientes,
se inicia un thalweg sobre la pendiente, porque muchas ocasio-
y daba á conocer con notable exactitud la posicion de los con-
nes se encuentra un manantial en el origen de esos surcos y si-
rricnte que sigue su curso por el thalweg del valle principal, y
gue corriendo p o r el thalweg, y recomienda que se b u s q u e n las
así sucesivamente.
c o m e n t e s subterráneas en tales p u n t o s .
Como ejemplo de una sucesión de capas permeables é im- » d e e * .
Consideracio- P o r lo dicho anteriormente y al concluir el exámen de las
nes sobre la lí- permcables en que el agua circula p o r las primeras, citaremos
n e a de contor- pendientes, debe establecerse q u e los puntos más favorables p a - bles
no. el terreno donde existe el manantial en la hacienda de Pozo del '
ra encontrar las aguas subterráneas están en el contorno ó en-
Cármen, en el Estado de San Luis Potosí. Existe allí una caña-
cuentro de las pendientes con los terrenos planos, y deben prac-
da donde p u e d e verse perfectamente el orden de las capas, y es
ticarse las excavaciones en los ángulos entrantes, y más espe-
el siguiente:
cialmente en los p u n t o s de e n c u e n t r o del thalweg con esa linea
de contorno. Cuando la pendiente de la m o n t a ñ a es de roca Fig. 41?
maciza, no se debe practicar la excavación inmediatamente so-
b r e la línea de contorno, sino m á s retirada para no tropezar lue-
go con aquella roca.
No debe olvidarse en todo lo q u e se h a dicho al hablar de
las fuentes y aguas subterráneas en las montañas, que debe te-
nerse en cuenta, y como un dato m u y importante, la naturaleza
de las rocas para saber si son permeables ó impermeables, y en
qué relaciones se encuentran sobrepuestas.
Errores de 6p- También debe tenerse m u c h o cuidado de evitar los errores de
óptica al buscar los thalwegs y p u n t o s más deprimidos en los
valles y llanuras, porque cuando s o n de grande extensión, le pa-
recerá al observador que en cada p u n t o en que se sitúa es el más
bajo del terreno. P a r a d e t e r m i n a r el curso del verdadero thal-
EXPLICACION.
weg, deben observarse las huellas que dejan las aguas corrien-
tes superficiales, y en caso de d u d a , hay necesidad de ir h a s t a 1. Basalto compacto.
el origen del thalweg é ir siguiendo su curso, poniendo jalones 2. Marga arcillosa.
ó estacas á distancias convenientes p a r a poder seguir su cami- 3. Bancos paralelos de toba caliza.
no, con exactitud, desde léjos. 4. Capa acuífera, formada de arena y fragmentos esquinados,
Ejemplos que Antes ele pasar á otro asunto, conviene citar algunos e j e m - ele basalto.
r 7 g t o ™ n " e r t o . píos en confirmación de las reglas establecidas p o r el abad 5. Marga compacta.
ros
' Paramelle, escogiendo aquellos hechos que puedan compro- 6. Arcilla amarillenta, conteniendo restos fósiles de elefante.
barse p o r la observación propia, refiriéndonos á localidades m e - 7. Arcilla.
xicanas. El agua brota de la capa n ú m e r o 4, q u e es la más permeable,
origen de los Desde luego, si se echa u n a o j e a d a sobre la carta o r o - h i d r o - y la formación de este manantial se explica fácilmente. El b a -
rios.
gráfica de la República, se verá cómo los rios tienen su origen salto tiene numerosas grietas por donde escurren las aguas plu-
en corrientes insignificantes a c o m o d a d a s en los thalwegs de las viales; descienden éstas con notable lentitud á través de las
cañadas; reunidos varios ele esos hilos ele agua, forman u n a co- capas ele marga y toba caliza, y al llegar á la capa arenosa circu-
lan con facilidad hasta encontrar salida, pues las capas inferio- de existan manantiales, y examine las circunstancias orográficas
res son impermeables y n o permiten que el agua siga descen- y geológicas de los terrenos d o n d e esas corrientes existan. E n
diendo. ese exámen se observarán: el volumen de agua que produce la
O j o s de a g u aComo ejemplo de un manantial que se forma donde comienza fuente, las capas permeables que están sobre ella, y la imper-
:n
Mélko6 de á dibujarse el thahveg principal, y adonde concurren los thal- meable sobre la cual resbala, teniendo en cuenta su naturaleza
wegs de varias lomas, tenemos los ojos de agua de Santa Fe y é inclinación; estudiará con el m a y o r cuidado los thalwegs, tan-
de Peña P o b r e en el Valle de México; ambos m u y notables p o r to principales como secundarios, y observará si tienen m a n a n -
la regular cantidad de agua que producen. tiales á descubierto, si existen sobre ellos ó en sus cercanías al-
gunas de las planeas indicadoras de las corrientes de agua, etc.,
En Santa Fe, el thahveg por donde corre el agua del m a n a n -
etc. El estudio de la teoría y las observaciones prácticas hacen
tial está dirigido de N.E. á S.O., y rodeado de lomas forma-
q u e los observadores puedan resolver con el mayor acierto esas
das de tobas pomosas: estas lomas tienen thalwegs angostos y
cuestiones de hidrografía subterránea.
profundos. El agua brota en u n a capa de toba y al pié de u n
sabino (Taxodium); sobre el curso del thahveg brotan otros En resumen, las reglas establecidas por Paramelle para b u s -
manantiales que añaden sus aguas á las del primero. E n P e ñ a car los lugares propicios donde deben encontrarse las aguas
Pobre hay u n a confluencia de varias lomas, y al pié de una de subterráneas, son: en el thahveg de u n valle; en la línea de con-
ellas, que tiene la pendiente más rápida, aparece la corriente lle- torno; en un contrafuerte, en su cornisa ó sobre la meseta. El Determinación
v a n d o una gran cantidad de agua. mismo observador establece algunas reglas para determinar con
Ejemplo de Numerosos serian los ejemplos que pudiéramos citar de m a - la mayor aproximación posible las profundidades á q u e deben ™ 2 Í
manantiales
sobre las mon
, nantiales sobre las montañas, y conforme á las reglas estableci- encontrarse las aguas; de esas reglas extractamos lo siguiente: rrinca '
tañas.
das anteriormente; pero sólo nos referirémos al ojo de agua del P r i m e r caso: perforación sobre un thalweg. Se observará pri-
Sarro, en la Sierra del Doctor, Estado de Querétaro, que confir- m e r o si la corriente se halla á descubierto en algún punto, y de casóos va-
m a una de aquellas reglas con m u c h a claridad. Sobre una m o n - esta base se h a r á u n a nivelación al otro punto del thalweg don-
taña de caliza cretácea existe u n gran peñón acantilado; al pié de se proyecta hacer la perforación; la diferencia de nivel dará
del peñón, donde el thalweg se dibuja y la pendiente se hace la profundidad, que ciertamente vendrá á ser menor por el de-
m á s suave, aparece un manantial m u y rico que produce gran clive que trae la corriente subterránea. En el caso de que la
cantidad de agua en todo el curso del año. fuente tenga un movimiento ascensional, se buscará, si fuere
Muchos serian también los ejemplos que pudieran referirse posible, el plano del codo donde el agua asciende, y de allí con-
de manantiales en la línea de contorno, es decir, donde las tie- tar el desnivel. Si el punto en que se desea hacer la perforación
r r a s de los valles tocan á las pendientes de las montañas; p e r o sobre el thalweg no estuviere m u y lejano de su desembocadura
este caso se repite con tal frecuencia, que no hay necesidad de á una corriente de agua constante, la nivelación se llevará de
citar sus ejemplos. esta última ó ele otro punto más arriba en caso de que el agua
Se recomienda Despues de h a b e r referido todas las reglas acerca de la hidro- apareciere á la superficie sobre el thalweg.
ei terreno las grafía subterránea, así como algunos ele los casos que las h a n Segundo caso: Perforación en un punto lejano á la fuente des-
circunstancias 1 • • ! • i i
cubierta ó en un lugar de gran desnivel respecto de ella. Para de-
referidas sobre comprobado, es claro que p a r a ejercitarse y mejor hacer la
terminar la p r o f u n d i d a d en este caso, dice el abad Paramelle:
subterránea. aplicación de dichas regias, es conveniente que el hiclróscopo
"El fondo ele casi todos los valles está lleno de terreno de
visite muchos lugares donde se hayan practicado pozos ó don-
Geología—28.
acarreo, excepto en las estrangulaciones; y habiéndome persua- Conocida la inclinación de la pendiente, y por procedimien-
dido por millares de experiencias, que en la línea de intersec- tos análogos á los anteriores, se puede calcular á qué profundi-
ción'de las dos pendientes del valle está la mayor profundidad dad se encontrará la pendiente de la m o n t a ñ a ó del costado
en que el agua se encuentra bajo los escombros del terreno, se según el punto q u e se fije p a r a la perforación. Se c o m p r e n d e
determinará por los medios indicados el punto del thahveg en q u e en el casa de una pendiente uniforme no hay necesidad de
que se debe practicar la perforación, y se pone allí u n a estaca ó hacer la nivelación desde la cornisa, sino de un punto cualquie-
jalón; se mide la distancia que existe entre la estaca y uno de ra de dicha pendiente, pues las relaciones geométricas serian
los costados del valle; se nivela este costado p a r a conocer su las mismas.
altura y la distancia horizontal que hay entre su cornisa y una Recomienda Paramelle que en el caso de encontrar algún va-
línea vertical que se levanta del pié del costado. Esta altura y lle que presente estrangulaciones y ensanchamientos, sobre es-
esta distancia se componen de las alturas y las distancias par- tos últimos sea donde se apliquen los cálculos y determinacio-
ciales que se han encontrado en las estaciones de la nivelación. nes anteriores.
T e r m i n a d a la operacion, se establece la siguiente proporcion: la El caso de que la corriente subterránea no se encuentre
distancia que hay entre la cornisa y la línea vertical que párte en la línea de intersección de que se ha hablado, se verifica
del pié del costado, es á la altura del costado, como la distan- cuando las capas de los dos costados están m u y inclinadas,
cia horizontal que hay entre el pié del costado y el punto en y puede acontecer que estando separadas las dos estratificacio-
que se va á perforar, es á la profundidad de la fuente." P a t a nes, dejen entre sí una grieta vertical que ño puede conservar
mayor claridad de este asunto inserta Paramelle la siguiente la corriente en la unión de sus superficies. Este caso, que por lo
figura: regular hace que la corriente se encuentre á mayor profundidad
que la esperada, lo considera Paramelle como excepcional.
Fig. 42?
Si la corriente se encontrare en la base de u n terreno escar-
pado, la nivelación se practicará sobre el lado opuesto.
El autor referido recomienda estos sistemas de investigación,
no solamente al caso de la corriente que sigue el thalweg s u b -
terráneo, sino á todos los que circulan en el mismo plano ó en
las líneas de contorno, f u n d a n d o esta generalidad de hechos en
que las aguas subterráneas, lo mismo que las superficiales, al
llegar á las corrientes principales en que desembocan, tienen el
mismo nivel que éstas.
Tercer caso: corrientes en las m o n t a ñ a s . P a r a resolver lo re- c„¡MBf„
lasmon aaa,
lativo á este caso es necesario fijarse de preferencia en la n a t u - '
raleza de las capas que forman las m o n t a ñ a s para ver si son
De los triángulos.A B C y G D X, se deduce la proporcion: permeables ó impermeables, así como en el sentido de su incli-
A B : B C :: C D : D X; de donde nación, respecto de la pendiente general donde se propone prac-
ticar la perforación. Atendiendo á esto último debe observarse
r, v BC X CD
que si la inclinación de las capas fuese contraria á la de las p e n -
dientes, el agua resbalaría hácia el centro de la montaña, y e n - está recubierta de terreno detrítico de dos á ocho metros de
tonces no debería buscarse sobre esta pendiente que se consi- profundidad y reposando sobre una capa impermeable, conve-
dera. Si las estratificaciones son paralelas ó concordantes con nientemente inclinada, cada área de cinco hectaras produce en
la pendiente de la montaña, se buscará una capa impermeable la estación de secas una fuente de cerca de un centímetro de
para tomarla como base de la nivelación hácia el p u n t o elegido diámetro que da cuatro litros de agua por minuto.
para perforar, p o r q u e la capa impermeable será la que sosten-
Se comprende que la porosidad de los terrenos, la relación de
ga al agua filtrada á través de las impermeables.
las capas impermeables con las permeables, la inclinación del
La misma regla recomienda Paramelle en el caso de una p e r - terreno, etc., contribuyen á hacer variar las reglas que pudieran
foración sobre una meseta. Despues de h a b e r marcado el p u n t o establecerse, y lo más conveniente es calcular conforme al con-
en que debe hacerse la excavación, se sigue el thahveg hasta el j u n t o de reglas que se han dado sobre los casos favorables á la
pié de la cornisa ó pendiente rápida de la mesa, y la nivelación producción de corrientes subterráneas ó á la formación de m a -
se comienza sobre la capa impermeable más alta, procediendo nantiales.
en seguida como en el caso anterior.
Falta ahora hacer algunas observaciones sobre los terrenos Tcrrcnorato.
El autor concluye e s t a p a r t e de su obra r e c o m e n d a n d o que se favorables ó desfavorables á la existencia ele manantiales ó de
observen los pozos que ya estén abiertos en los terrenos planos corrientes subterráneas. Mucho se ha indicado ya sobre este ¿ Z ^ l
para guiarse en la investigación sobre la profundidad á que se particular en las páginas anteriores; pero conviene hacer aquí lerráüeas-
encontrará el agua, y esta regla será aun más cierta en el caso un resumen de ese asunto.
de los terrenos aluviales, que permiten á las corrientes exten-
Desde luego no hay que olvidar lo ya manifestado acerca de
derse en grandes mantos, como si fuesen lagos interiores.
las formas de las m o n t a ñ a s y valles, sobre las inclinaciones de
Estas reglas, dice Paramelle, p a r a conocer la profundidad de sus capas ó masas de rocas, pues estas circunstancias influyen
las fuentes, son las únicas que treinta años de estudios y expe- m u y notablemente en la cuestión de que se trata.
riencias m e han hecho descubrir. Si no pueden servir para de-
H a y m o n t a ñ a s y mesetas formadas de rocas compactas sin
terminar en todos los casos esa profundidad de u n a manera ri-
estratificación, como las masas de pórfido de basalto, de granito
gurosamente exacta, á lo ménos resuelven, casi siempre, la
y otras; pero si existen en dichas masas los planos de separa-
cuestión importante, que es de saber el máximum de profundidad
ción que las dividen en bloks y cuartones, las aguas pueden fil-
que puede tener una fuente en el lugar en que se va á ejecutar
trarse por esas hendeduras. Debe atenderse, en el caso de en-
la perforación, y por consecuencia el máximum de gastos que se
contrar esas rocas, á sus espesores, porque en algunos casos
tienen que hacer para alcanzarla. El que quiera llevarla hasta
sólo formarán capas de poca importancia, como se dijo de los
delante de su casa, puede saber también, por una simple nive-
basaltos de Pozo del Gármen, y en otros constituirán m o n t a ñ a s
lación, si estará bastante alta p a r a llegar al lugar deseado.
enteras. En este caso las aguas ó corrientes subterráneas que
Determina- Concluye el autor haciendo algunas observacioues sobre el circulan en las m o n t a ñ a s son de poco volumen en lo general, y
t i v a del volú- la dureza del terreno hace que sean costosas las excavaciones.
modo de conocer a p r o x i m a d a m e n t e e l v o l ú m e n que t e n d r á u n a Los basaltos, en México, forman en muchas partes depósitos
d r á u u a f u e u te fuente que se propone abrir, ciado el conocimiento del terreno. de poco espesor colocados sobre las margas, tobas y otras rocas
qU
dl!eubX.ue Siendo tan variadas las circunstancias que en cada caso se pre- sedimentarias, en cuyo caso se pueden buscar las corrientes
sentan, no se podrá determinar regla alguna con exactitud: P a - subterráneas y aun los manantiales, como sucede en el que ci-
ramelle ha deducido de la experiencia, que cuando una meseta
|
J ! . ¡
tamos de Pozo del Cármen en San Luis, y el de P e ñ a P o b r e en los planos de estratificación cjue presentan, y por los cuales pue-
el Valle de México. P o r lo regular estas capas basálticas de p o - den circular las aguas absorbidas. La cuestión principal en este
co espesor se encuentran en las pendientes ele las montañas, en caso es la de examinar las inclinaciones relativas de las capas,
sus cercanías, y en las llanuras. Los pórfidos volcánicos de Mé- así como la posicion de las rocas permeables respecto de las im-
xico tienen generalmente numerosos planos de separación, lo permeables.
que hace que en las m o n t a ñ a s formadas ele esas rocas existan Entre las rocas estratificadas que con más frecuencia se p u e -
manantiales que por lo regular son de una agua excelente y de den encontrar en México debemos citar las calizas, las margas,
color opalino que los campesinos llaman agua zarca. Las m o n - las tobas, las arcillas, los aluviones y las pizarras. Las m o n t a -
tañas de pórfido, así como las de traquita, tienen generalmente ñas de roca caliza compacta, presentan por lo regular pocos m a -
espaciosas mesetas y acantilados columnares que facilitan la nantiales á causa de las oquedades, grutas y galerías que con-
absorcion del agua, y si las formas de las pendientes, la situa- tienen en su masa, y p o r donde se van las aguas subterráneas:
ción ele los thalwegs, etc., son favorables, se encuentran en ellas hay algunas grutas que dan paso á verdaderos rios, como suce-
algunos manantiales ele consideración, sobre todo en las caña- de en las bocas inferiores que hay en la m o n t a ñ a donde se h a -
das profundas en q u e p o r lo regular se ven m u c h o s árboles lla la caverna de Cacahuamilpa. E n un barranco anexo á la
frondosos contrastando con la aridez de las demás partes de la m o n t a ñ a se ven dos grutas por donde aparecen dos corrientes,
m o n t a ñ a , y su presencia indica la existencia de la corriente s u b - que unidas constituyen el rio Amacusac. Existen, sin embargo,
terránea en el thalweg. algunos manantiales en las montañas calcáreas, y p a r a buscar
Muchos ejemplos podrían citarse de este caso, pero bastará su situación, así como la presencia de corrientes subterráneas,
referirse á los manantiales de Ciénega de Mata en el Estado de debe atenderse, como en los casos anteriores, á la forma de las
Jalisco, y al ojo de agua de Mimiahuapam en el de Tlaxcala. En montañas, á la posicion de los thalwegs, al concurso de éstos y
Ciénega hay una formación porfídica m u y extensa, en cuyas á la posicion de las rocas permeables respecto de las que no lo
m o n t a ñ a s muy pobres de vegetación no crecen más que los cac- son, pues m u y frecuentemente se encuentran en las montañas
tus; pero en un semicirco a d o n d e concurren m u c h o s thalwegs, calcáreas otras capas y formaciones de diferente naturaleza.
brotan ricos manantiales sobre el terreno detrítico, y la vegeta-
En las formaciones de pizarras, deben estudiarse esas mismas
ción allí es frondosa y variada.
sobreposiciones, y además los planos verticales ú oblicuos que
Mimiahuapam es una hacienda situada en los Llanos de A p a m , cortan las direcciones de la estratificación.
donde tan escasos son los manantiales y aun las lluvias; pero Las tobas, margas, aluviones y arcillas constituyen formacio-
hay allí unas m o n t a ñ a s de pórfido coronadas de mesetas, y en nes extensas en nuestros valles y en los lomeríos que en ellos
u n thalweg profundo y abarrancado brota el manantial á que nos se encuentran, pues esas rocas son notablemente a b u n d a n t e s en
referimos. Son suficientes los casos referidos, sobre las rocas México.
compactas sin estratificación, porque basta que el observador P o r lo regular los lomeríos de esa naturaleza, están apoyados
recuerde las reglas citadas en este capítulo, para que en su con- sobre las pendientes ele las montañas de rocas ígneas ó meta-
j u n t o le indiquen las probabilidades de encontrar las corrientes mórficas, y reciben las corrientes que atraviesan á éstas. En ta-
subterráneas á una profundidad conveniente. les formaciones se encuentra con m u c h a frecuencia esa alterna-
Las rocas estratificadas presentan circunstancias más propi- ción q u e se requiere de capas permeables é impermeables, pues
cias para la cuestión de que venimos ocupándonos, á causa de los bancos ele arena, de trípoli, de toba ó de guijarros rodados,
alternan con los bancos de toba endurecida, de marga compac- tud de esa sección se graduarán según los casos, atendiendo á
ta y ele arcilla. Lo q u e ántes se dijo del Valle de México p u e d e la cantidad de agua que se desea aprovechar, y también á los
servir de ejemplo p a r a esta clase de formaciones, así como el costos de la excavación. Al hacer el vallado debe tenerse cui- Mo(io dc hncor

acueducto formado sobre las lomas tóbicas en el valle de Gua- dado de evitar los derrumbes, poniendo ademes provisionales
dalajara. hasta concluir la excavación, la cual debe llevarse un poco m á s
Las tobas poco coherentes, los arenales y aluviones extensos abajo del nivel en cjue sale la corriente principal; se dará un
no p u e d e n contener corrientes subterráneas sino hasta su apo- declive conveniente al piso para que el agua se r e ú n a en u n o ó
yo sobre las capas impermeables. en los dos extremos, y se procederá luego á a d e m a r convenien-
Las formaciones gruesas de arcilla tampoco pueden contener temente la excavación y á practicar el canal de salida, al cual
Formaciones

arcillosas. se pondrán tubos ó ademes de madera, manipostería, etc.


c o r r i e n t e s en su m a s a , porque las aguas pluviales no las p u e -

den penetrar, salvo el caso de encontrar j u n t u r a s apropiadas Paramelle aconseja que los ademes de la excavación se ha-
para su circulación: si la formación arcillosa tuviere intercala- gan con manipostería seca, es decir, sin mezcla ni cemento al-
ciones de capas de rocas permeables, podrán buscarse las co- guno, para que el agua pueda pasar libremente por las j u n t u -
rrientes s u b t e r r á n e a s con probabilidades de éxito. ras. A este fin se p o n d r á n en la base de la excavación algunas
Modo de hacer Dadas las reglas para buscar los puntos más propicios p a r a duelas ó losas, siempre que el fondo sea inferior al nivel de la
las perforado-
nes.
j ^ j j ^ l a g c o r r ¡ e n t e s subterráneas, veamos ahora la m a n e r a de corriente, pues en caso contrario se pondrán solamente algunas
practicar las perforaciones. piedras sueltas para no estorbar el paso del agua. Las paredes
Las aguas q u e se ponen á descubierto pueden conducirse á se ademarán con piedras labradas, acomodadas de m o d o que el
F u e n t e s artifi-
ciales, pozos
. puntos m á s bajos, pueden quedar á cierta profundidad de la su- agua pueda t a m b i é n pasar p o r sus junturas; un poco más arri-
c o m u n e s y po
zos artesianos
• perficie del t e r r e n o ó elevarse sobre esta superficie cuando son ba del nivel de las filtraciones se colocarán algunas losas sobre
corrientes b r o t a n t e s ; de acpn los diversos modos de poner esas los m u r o s para formar la caja del agua; se rellenará un poco
aguas á descubierto por excavaciones y conductos, por pozos con piedra suelta y al fin con tierra aprovechando la de la ex-
comunes y por pozos artesianos. cavación.
Fuetes ó ma- P a r a el p r i m e r caso elebe cuidarse de elegir el punto de la La conducción del agua se hará por tubos ó canales arregla-
nautiales arti- , .. ,
dos convenientemente, evitando que su fondo sea permeable.
r.c¡aie8. perforación, calculando q u e la capa de agua C[ue se va a encon-
Si la excavación tuviere que efectuarse sobre el thalweg ex-
trar tenga un nivel suficientemente elevado para conducirla al i . , , © Derivación dc
tenor, se apartara la corriente superficial por un dique ó canal
lugar deseado. •j -j * perficial.

Corriente que Cuando la corriente subterránea camina cerca de dos p e n - de desviación para ejue en tiempo de lluvias no atierre ni des-
Taotpen" dientes ele roca c o m p a c t a que la obligan á reconcentrarse, bas- componga la excavación. Para la mejor conservación de las ca-
"'coTpactT" tara hacer u n a excavación sobre el curso del thalweg: la exca- jas receptoras del agua, hay necesidad de dejar un pequeño
vación será circular y de clos ó tres .metros de diámetro, ó más, respiradero que se cubre con una losa, y sirve para dar salida
según las circunstancias lo demanden, al exceso ele agua en tiempo de lluvias, así como para la entra-
corrienteq,,e ^i la corriente se hallare en un terreno detrítico, sucede ge- da del aire en la caja y la fácil circulación del agua por los
Jr7J!,rL"r';- nera
l | n e n t e q u e al lado de la corriente principal pueden hallar- tubos.
iico También se p u e d e construir una bóveda sobre el corte del
- se otras, y p a r a aprovecharlas todas, conviene hacer un corte ó
terreno, como se hace en los acueductos ordinarios, teniendo
vallado c o r t a n d o la dirección del thalweg: la anchura y longi-
Geología.—29.
cuidado solamente de dejar los intersticios inferiores para faci- midas entre capas impermeables, y que tienden á ocupar su
litar la filtración del agua en el origen de la corriente. nivel.
yo debe poner- Aconseja Para melle que por ningún motivo se ponga algún Fig. 43?
S
qneá^aco-'* dique ú otra construcción, sea en el fondo del pozo ó en un cos-
r ™ quería tado, con el fin de represar el agua para que suba de nivel, p o r -
su^'ní^f natu- q u e la corriente al retroceder por un canal natural, puede en-
contrar otra salida más fácil y perderse por allí.
Pozos comu- Pozos COMUNES.—En éstos, cuando no se trata de llevar el
nes.
agua por un canal, se debe buscar el lugar más apropiado, si-
guiendo también las reglas para encontrar los puntos en q u e
las corrientes subterráneas se hallan á m e n o r profundidad, y
son más abundantes en agua. Los pozos deben ademarse con-
forme á lo indicado, y ciando al revestimiento la estabilidad ne-
E n esta figura se representa una cuenca»geológica, f o r m a d a
cesaria, sobre todo cuando el pozo tiene una profundidad con-
en tres épocas diferentes: la primera parte A está constituida
siderable: debe recomendarse que la excavación se profundice
p o r rocas informes, no estratificadas y que pueden ser de pórfi-
un poco más que el nivel de la corriente. En cuanto á los m e -
Modos d e ele- do ú otra roca; sobre ella se acomodaron más tarde las capas
"ol'poZdc c os
'' e evar e
l l agua á la superficie, son bastante conocidos
sedimentarias B C D que sufrieron el mismo movimiento que
para detenernos en detallarlos; sólo sí recomendarémos el uso
aquellas: despues se depositaron las capas horizontales H. Las
de los molinos de viento, aplicados á las bombas, cuyo uso n o
B y D se suponen ser de arcilla ú otra roca impermeable y la
se ha generalizado como debiera en el país pues es sabido que
C de arena ó aluvión de guijarros. Se s u p o n e que la filtración
en varias épocas del año, especialmente en la estación de secas,
de las aguas se hace en M, y que se encuentran comprimidas
soplan vientos capaces de mover esos molinos. El agua de las
por las capas B y D, como si corriesen por un tubo. Si en estas
b o m b a s p u e d e irse depositando en atarjeas ó estanques, y ser-
circunstancias se rompe la capa D por u n a perforación P, equi-
vir para los ganados ó emplearse en las irrigaciones.
vale á formar así un brazo corto de sifón, y en virtud de las le-
Pozos artesia Pozos ARTESIANOS.—Lös mencionarémos adoptando la clasifi- yes hidrostáticas citadas, el líquido ascenderá por el tubo P,
cación de la obra de Vilanova, es decir, considerar tres sistemas tendiendo á llegar hasta la altura M, á lo cual no alcanzará, tan-
Tres sistemas
de pozos: tubulares, ascendentes y artesianos propiamente dichos. to por el rozamiento que la corriente irá sufriendo en las pare-
de p o z o s .
Antes de e m p r e n d e r este estucho, conviene explicar el ascenso des y obstáculos que encuentra en las capas que atraviesa, co-
de las aguas artesianas, no obstante que debe comprenderse con mo por la resistencia del aire.
la lectura de lo expuesto en este capítulo acerca del régimen de Este caso explica el ascenso de las aguas artesianas y apoya
las aguas subterráneas. lo que ántes se ha asentado sobre las observaciones geológicas
Explicación'
T o d a la explicación se reduce á considerar las leyes de equi- y topográficas, que deben preceder á la elección del lugar donde
d e l a s c e n s o del
agua.
librio de los líquidos, teniendo presentes las condiciones que ellos debe abrirse un pozo artesiano, para calcular si p o d r á h a b e r
requieren en los vasos comunicantes. P a r a mayor claridad se aguas que procedan de puntos elevados y corran ó se hallen
inserta aquí la figura que en los tratados de física da cuenta de depositadas entre capas impermeables. Hechas estas explica-
ese equilibrio, considerando las aguas subterráneas compri- ciones, e m p r e n d e m o s el estudio anunciado.
pmos tubuia- Pozos TUBULARES.—Llámanse así á unas perforaciones de po-
ca profundidad que en general n o pasan de diez metros, y en
los que el aparato perforador q u e d a introducido en el terreno,
sirviendo al mismo tiempo de a d e m e del pozo.
, dc
' x™','„ aparato perforador consiste en un tubo de hierro, cuya
sección es generalmente de u n a á u n a y media pulgadas; la ex-
• tremidad inferior del tubo está algo ensanchada bajo la forma
•de lámina cortante ó cuña p a r a q u e pueda introducirse en el
terreno p o r medio de percusión; la extremidad superior del t u -
bo tiene una rosca p a r a atornillarse con otro tubo. Una vez in-
troducido el primero en el terreno, y si necesario fuere el ir á
mayor profundidad, se atornilla un nuevo tubo que tendrá sus
dos extremos con cosca, y así d e b e r á n estar arreglados los de-
más tubos adicionales. Colocado el primero sobre el terreno, en
una posícion perfectamente vertical, se le pone una pieza de
acero-sobre su extremo superior p a r a evitar que los golpes de-
terioren el tornillo, y se golpea f u e r t e m e n t e con un mazo, m a r -
tinete, etc., hasta que se haya introducido en la tierra. Los tu-
bos tienen generalmente u n a longitud de uno á u n o y medio
metros. Debe advertirse q u e la extremidad inferior del primer
tubo, y hácia arriba de la cuña, tiene un gran n ú m e r o de pe-
queñas perforaciones para facilitar la entrada del agua y evitar
que penetre la arena ú otras sustancias al interior del tubo.
P a r a mayor claridad p r e s e n t a m o s la siguiente lámina, t o m a n d o
los dibujos ele las obras de Vilanova y ele Degousée.

En la Fig. 10 de la lámina a d j u n t a se ven: la extremidad afi-


. lada, la parte perforada F del t u b o inferior, y la bomba P cjue
completa el aparato. La Fig. 11 manifiesta la barra que golpea
en la extremidad del primer tubo: esta es una modificación in-
troducida p o r los ingenieros ingleses Legrand y Sutcliff, á fin de
que el golpe para la introducción del tubo sólo se efectúe sobre
su fondo, lo que se consigue p o r medio de la barra: la Fig. 12
manifiesta el aparato montado s o b r e un trípoele.
, E 3 t 0 S P ° z o s ^ b u l a r e s se l l a m a n también instantáneos ó de
ws pozo, Norton; el primer n o m b r e es d e b i d o á la prontitud con que se
hacen, y el segundo al ingeniero americano Norton, que en es-

Lit.de Solazar.
ios tiempos puso en uso ese sistema de perforación. Se cree A,uig(tedad dc
,os
q u e los pozos tubulares son de antigüedad muy remota, y que en ~»h"-
el Asia se hacían valiéndose de los tubos de la planta llamada
bambú que tiene tallos huecos y m u y resistentes.
Como se comprende, los pozos tubulares sólo pueden prac- ,.„g3rese»,1uc.

ticarse en los terrenos detríticos ó de aluvión, d o n d e haya pro- p„ueden


3
pozos t u o u -
,ares
habilidades de encontrar aguas someras, guiándose siempre por -
las reglas establecidas p a r a la busca de aguas subterráneas.
Si en la introducción del tubo en un terreno de aluvión, se C a S 0 c.e„co-

tropezare en una piedra resistente, más bien que forzar el tubo ^ ^ T ,


lwrforacio 1
conviene sacarlo y e m p r e n d e r la perforación en otra parte. '-
Para conocer si ya penetró el agua dentro del tubo,' se in- Modo d c cono-

troduce de vez en cuando un fragmento de esponja, suspendido TT'


con un hilo. en tubo.
Esta es, en resúmen, la descripción de pozos tubulares, que mmdad „ el03
1,01:05 tubula
en muchas localidades de México pueden dar buenos resulta- "
dos, sobre todo en las expediciones de tropas ú otras caravanas
de viajeros en las tierras calientes; también pueden servir para
dar agua á los ganados q u e se trasportan á largas distancias,
pues una vez hecho uso del pozo, se puede sacar el t u b o y lle-
varse p a r a e m p r e n d e r la perforación en otra parte. Creemos que
seria conveniente hacer perforaciones en otras partes de los tu-
bos, y no solamente en la base de uno, porque es fácil pasar el
nivel de una ó más corrientes que ya no tendrían entrada al tubo.
Pozos ASCENDENTES.—Son los que abiertos con las mismas
circunstancias que los artesianos propiamente dichos, las aguas
que p r o d u c e n solamente llegan á la superficie del terreno, sin
producir salto, pues las corrientes que los surten proceden de
niveles poco elevados, ó son de escaso caudal.
Siendo, por lo demás, los aparatos de perforación iguales á los
empleados p a r a los pozos brotantes ó de salto, pasamos á ocu-
parnos de éstos, conformándonos con haber citado la definición
de los ascendentes.
Pozos BROMANTES.—No se precisa con claridad la época ó el
país en que se hayan hecho las pri meras perforaciones terrestres, " < T
sea con el fin de buscar aguas brotantes ó descubrir filones y
mantos minerales; pero desde m u y remota antigüedad se h a n 7? Los diferentes sistemas empleados por Degousée y Laurent,
practicado esas perforaciones, en China, en Siria, en Egipto y en según los terrenos y las profundidades, sirviéndose de las son-
Europa: el n o m b r e de artesianos dado á esos pozos procede do- das inglesas y alemanas, con los perfeccionamientos que ellos
los que fueron hechos en la antigua provincia francesa de Artois. han introducido.
La invención de tales perforaciones se la disputan los ingleses, 8? Sistema Kind, de caida libre por efecto de un disco que
alemanes, etc., pero el que expuso de una manera racional el uso l l u e v e la propia resistencia del agua.
de la sonda fué Bernardo Palissy, que existió en el siglo XVI, y 9? El de Degousée y Laurent también de caida libre, por m e -
que al proponerse buscar las capas de marga para su estableci- dio de un peso muerto añadido al trépano y que se emplea en
miento de alfarería, decia que podría encontrar aguas que vi- los sondeos más profundos.
niendo por debajo de tierra, de niveles elevados, pudieran salir
Ánfes de exponer algunas de las ventajas, así como los in-
sobre la superficie del terreno.
convenientes que presentan los sistemas referidos, conviene dar
Sin tener espacio suficiente p a r a mencionar en este tratado á conocer algunos de los aparatos é instrumentos que se usan
de Geología las investigaciones históricas que se han hecho so- en las perforaciones artesianas, para que se facilite la inteligen-
b r e el sondeo, sólo m e n c i o n a r é m o s que en muchos países, aun cia de las explicaciones que de dichos sistemas va á hacerse.
los desiertos de Sahara, se h a n fertilizado desde tiempos muy Es de advertir que no es posible dar la descripción ele todos los
antiguos por las perforaciones artesianas, instrumentos usados en las perforaciones, así como de los per-
sistemas de Los sistemas de perforación q u e se usan ó han usado más feccionamientos que sucesivamente h a n ido sufriendo, pues es-
perforación. g e n e r a ] m e n t e , pueden reasumirse del modo siguiente, como ve- to solamente podrá consignarse en una obra especial de sondeos
mos en la obra de Degousée y L a u r e n t : terrestres; aquí procurarémos solamente dar idea ele los instru-
1? Sistema chino, que consiste en u n a maza pesada, movida mentos más sencillos p a r a facilitar la inteligencia de este estu-
verticalmente, ó por percusión p o r medio de una cuerda. dio, como h e m o s indicado. En la adjunta lámina se encuentran
2? Sistema inglés 6 aleman, que sustituye la cuerda por b a - dibujados algunos de esos aparatos é instrumentos entresaca-
rras rígidas, de hierro. dos del atlas de la obra de Degousée y Laurent.
3? Sistema prusiano, que aligera el peso de las barras, combi- P a r a indicar el uso de los diversos aparatos é instrumentos,
nándolas con algunas de m a d e r a . los agruparémos de la siguiente manera:
4? Sistema francés de la Sociedad de Freminville, que emplea
la sonda china en el extremo de una columna de garantía que
Aparatos de sosten.
desciende con el instrumento perforador.
5? El de sonda hueca, que se separa por partes, como barras Sirven éstos para suspender las cuerdas y b a r r a s á las cua- A
que se atornillan, y á la extremidad de la que se opera la p e r - les están relacionados los instrumentos que perforan el terreno
cusión p o r medio de una cuerda que desciende al interior. A ñ a - y extraen los detritus, así como los tubos y muchos instrumen-
de Degousée, que este sistema difiere del anterior en q u e la tos auxiliares. El aparato fundamental de sosten consiste en al-
columna del primero sólo sirve de guía á la cuerda, y en el úl- gunos maderos verticales en que se apoyan las poleas por las
timo queda en el terreno para ademarlo. cuales corren los cables ó sogas; esos aparatos se llaman cábrias,
6? El sistema Fauvelle, compuesto de barras huecas y con en general.
bomba impelente para arrojar los detritus. La Fig. 1 representa una cábria sencilla; para mayor resis-
tencia se ponen cabrias prismáticas de cuatro lados y con altu-
ras proporcionadas al trabajo que se va á ejecutar. A veces se
Instrumentos para sacar los detritus de las per/oraciones.
suspende la cuerda al extremo de una palanca, con la cual se
imprime movimiento de percusión á la cuerda y su instrumento.
Se acaba de mencionar el doble objeto de las barrenas y de i„stru„,ent0s
Relacionados á las cábrias se ponen cilindros ó tornos para
algunos d é l o s otros instrumentos rotatorios; pero los instru-
imprimir movimiento á las cuerdas, ó se hace uso de m á q u i n a s perforaciones
mentos esencialmente propios para sacar los detritus son las -
de vapor p a r a este efecto.
bombas. Consisten éstas en tubos que tienen válvulas en su
extremo inferior, que permiten la entrada de los detritus, que-
dando encerrados en el interior del tubo; las válvulas son lá-
Instrumentos perforadores.
minas planas ó cuerpos esféricos. El t a m a ñ o de las bombas v a -
ría según el caso en que se aplican: la Fig. 9 muestra una b o m b a
P a r a atacar el terreno, se usan instrumentos que actúan p o r
de válvula esférica. Despues de que el trépano ha pulveriza-
percusión ó p o r rotación. do cierto espacio del terreno, se mete la bomba para extraer
P a r a el p r i m e r caso citaremos el trépano que puede conside- los detritus: en las capas arenosas ó sueltas la sola b o m b a p u e -
rarse como u n a barra ó escoplo que golpea las rocas endureci- de estar perforando y recibiendo los detritus. Los prácticos del
das. La Fig. 6 muestra un trépano acerado. P a r a que el efecto país llaman gurbia á la cuchara, y con este n o m b r e designan á
de estos instrumentos vaya siendo uniforme, al mismo tiempo la bomba.
q u e golpean el terreno se le va dando un movimiento giratorio.
Diversas son las modificaciones que se han dado á los trépanos,
y p o r consiguiente es variable su efecto; la figura que indica-
mos p r e s e n t a un trépano sencillo. Utiles accesorios.
E n t r e los instrumentos que actúan por rotación debemos ci-
tar las barrenas, de las cuales se puede formar idea en la Fig. 8. Entre éstos debemos citar, como m u y importantes, las cabe- uufe
ri
Estos i n s t r u m e n t o s sirven al mismo tiempo que para atacar el zas de sondas y los tallos de éstas. La Fig. 2 representa una ca- '
beza de sondas de bastante uso: el anillo que tiene en la parte
terreno, p a r a sacar las tierras, sobre todo, si son arcillosas q u e
superior puede girar, siendo este mecanismo de la mayor im-
se adhieren perfectamente á la cuchara. La abertura que dejan
portancia en la práctica. La Fig. 3 es una llave de suspensión de
los labios de la barrena, así como la forma de su extremo libre,
sonda, y la n ú m . 4 es otra llave de madera, cuyas dos r a m a s se
son variables, según el terreno que se va á atacar con ellas.
reúnen por tornillos, y sirve para sostener la columna de tubos
Las lenguas americanas, Fig. 7, tienen su lámina torcida en la
con que se va a d e m a n d o el pozo. Los prácticos la llaman collar.
cual se pegan m u y bien los detritus plásticos.
Se concibe que tubos dentados en su base, discos estriados, Los tallos de sonda, Fig. 5, tienen longitudes m u y variables
coronas con diamantes ó esmeriles, etc., obrarán con bastante según las necesidades de la práctica.
energía, p o r medio del movimiento rotatorio. También se e m - Existen también varios instrumentos destinados á regularizar
plean instrumentos, con las ramas en forma de hélice y q u e y enderezar lás paredes de los pozos y otros que sirven para
sacar los instrumentos que pueden quedarse dentro de las per-
extraen los guijarros rodados y también los detritus despedaza-
foraciones.
dos p o r el trépano.
Geología.—f!0.
Dadas estas explicaciones s o b r e los instrumentos de sondeo,
didades. La unión de las barras de fierro se hace por medio de
h a r e m o s u n a breve reseña de los sistemas anunciados. tornillos, y también se puede reforzar con espigas.

Sistema chino.
Sistema prusiano.

chi„o. El sistema chino, el más antiguo y más usado, es sin duda el P a r a salvar uno de los grandes inconvenientes del sistema
más expedito; pero no puede usarse de una m a n e r a entera- anglo-aleman, como es el gran peso de las barras, se introdujo
m e n t e general, atendidos algunos inconvenientes que presenta, el sistema prusiano inventado por el consejero Oeynhausen, y
sobre todo, tratándose de g r a n d e s profundidades, y tampoco que sustituye una gran parte de las barras de hierro por otras de
puede aplicarse á toda clase de terrenos y de diámetros. Entre madera, lográndose así que se aligere el peso del sistema. Mejo-
los inconvenientes m á s notables de este sistema, se citan: la rados despues los aparatos perforadores, el sistema prusiano sólo
facilidad de que se r o m p a la cuerda, quedando el instrumen- se usa en algunos casos para perforaciones que no pasen de
to en el pozo, y p a r a extraerse se tendrían que usar aparatos 400 metros. La pieza más importante en este sistema es una
aplicables solamente con b a r r a rígida: la facilidad con que se corredera de hierro que separa las dos partes de la sonda.
deforma la sección del pozo y se pierde su verticalidad, siendo
a m b o s inconvenientes de trascendencia: la lentitud del t r a b a j o
al atacar rocas consistentes. Sistema francés de la Compañía Freminville.
Como se ve, este sistema d e b e usarse en determinadas cir-
cunstancias para evitar un mal resultado. En m u c h o s de los La Compañía de Freminville puso en práctica el sistema de
pozos practicados en el Valle de México se ha usado con b u e n su n o m b r e , encaminado á evitar los inconvenientes que ofrece
éxito el sistema chino, valiéndose de operarios m u y hábiles q u e el d e r r u m b e de las paredes del pozo al estarse trabajando, á cu-
conducen el sondeo con toda perfección. Sobre todo, este sis- yo fin el útil queda constantemente en la base de una columna
tema combinado con el de b a r r a rígida, en los casos necesarios de garantía que desciende con el instrumento: todo el sistema
puede servir aun en p r o f u n d i d a d e s regulares. fué dispuesto muy ingeniosamente, y sin embargo no pudo ge-
neralizarse su uso, porque la fuerza de adherencia del tubo con-
tra las paredes del pozo, puede llegar hasta impedir el des-
censo de la columna de ademe. Por este inconveniente habia
Sistema anglo—germánico.
necesidad algunas veces de reducir las dimensiones del tubo y
del aparato. La Sociedad Freminville se disolvió al fin.
Sistema anglo- A causa de los inconvenientes q u e se notan en el sistema a n -
gcrmáuico.
terior se inventó el de b a r r a d e fierro, cuyo sistema se llama
anglo-germánico. En el e x t r e m o inferior del tallo formado p o r
las barras, se coloca el i n s t r u m e n t o con que se debe atacar el Sistema de sonda hueca.
terreno, ya sea por rotación ó p o r percusión, ó de ambos m o d o s
Para utilizar las ventajas del sistema chino y ¡as de la b a r r a sistemad,
según las circunstancias lo r e q u i e r a n . Este sistema de b a r r a rí- soodal,uera
rígida, los Sres. Degousée y Laurent inventaron el sistema de
gida de fierro ofrece inconvenientes notables en grandes p r o f u n -
sonda hueca, dentro de la cual se mueve el útil percutor, apro-
vechando así la caída libre en el ataque del terreno y su sosteni- de instrumentos, según los terrenos en que ejecutan sus traba-
miento en el caso de atravesar rocas sueltas ó heterogéneas. E n jos, variando conforme al cambio de las capas que perforan y
este sistema se puede usar la percusión ó la rotación según f u e - también con relación á los diámetros y las profundidades.
re necesario; la caida del útil se efectúa por la acción de una te- Concluimos, pues, por referirnos á la obra de aquellos inge-
naza que lleva el aparato. nieros para la práctica de las perforaciones, y en ella encontra-
rán los detalles necesarios los estudiantes de Geología que se
hayan interesado en el resúmen que hemos hecho sobre pozos
Sistema Fauvelle.
artesianos, dándose solamente el carácter de una aplicación de
sistema Fau- El sistema Fauvelle utiliza también la sonda hueca, con el las lecciones manifestadas sobre hidrología subterránea.
lc c
" ' fin de introducir el agua impelida por u n a bomba, para que
arroje al exterior los detritus de la excavación. Para este fin,
Práctica de la perforación.
el útil percutor es de mayor diámetro que la sonda, y por con-
siguiente queda un espacio entre ésta y las paredes del pozo: p o r H e c h a la elección del lugar conforme á las reglas ántes esta- Prácticadela
medio de la b o m b a se impele el agua, y al ascender por el espa- blecidas, se a r m a la cábria, y en el p u n t o central del t e r r e n o ptrr i
™ ™'
cio vacío lleva los detritus de la excavación. Este sistema tiene q u e le sirve de base, se hace allí un pozo, común, en el cual se
las desventajas de exigir agua cerca del lugar donde se opera y coloca el t u b o de guía, que generalmente es un prisma de m a -
no poder dar salida á toda clase de detritus. dera; una vez instalado éste en posicion vertical perfecta, se da
e n t r a d a á los aparatos perforadores. Cuando el terreno lo exige,
se va metiendo una e n t u b a d u r a provisional para evitar los de-
Sistema Kind. rrumbes, y obtenidas las aguas brotantes, se coloca el tubo de
a d e m e ó de ascensión que debe q u e d a r en definitiva. Los tu-
Sistema Kind. El ingeniero Kind practicó el sondeo cón barra rígida y caida
bos se introducen por percusión ó por simple resbalamiento,
libre á fin de operar con la mayor rapidez; la caida en este sis-
siendo mejor este sistema para poder sacarlos con facilidad si
t e m a se efectúa por el escape de un martinete. Mr. Kind ejecu-
fuere necesario. La columna de tubos se va sosteniendo por
tó obras de grande importancia, como en Passy, y sin embargo
medio de la llave ó collar n ú m . 4, y se van soldando ó clavan-
este sistema no puede considerarse como de general aplicación
do los tubos siguientes para formar una columna continua que
en todos los casos.
vaya descendiendo en el pozo.

Sistemas diversos empleados por Degousée y Laurent.


Pozos artesianos en México.
S i s t e m a s di- Habiendo abarcado estos ingenieros en una escala tan grande
versos emplea- En nuestro país, el Valle de México es la localidad d o n d e se . P . , .
dos p o r D e g o u - la práctica de pozos artesianos, y con u n a larguísima experien- j i j . .«ozos artesia-
03euMésic0
sée y Laurent. nan Hecho mas perforaciones artesianas y con brillante resul- " -
cia en esa clase de trabajos, han ido perfeccionando y modifi-
tado.
cando diversos instrumentos para vencer las dificultades que Según las noticias publicadas por el Sr. Orozco y Berra, en la
en la práctica presenta determinado sistema de perforación. Memoria para la Carta hidrográfica de México, 1864, hacia po-
P o r consiguiente, Degousée y Laurent adoptan tal ó cual clase co más de diez años, en aquella fecha que los Sres. P a n e y Mol-

*
teni habían comenzado á abrir pozos artesianos en el Valle y
ciudad de México, y por informes del m i s m o Sr. D. Sebastian
P a n e , en Mayo del a ñ o de 1857, tenia ya abiertos 144 pozos.
P o r datos recogidos en el Gobierno del Distrito y publicados
en la Memoria sobre las aguas potables de la ciudad de México,
por el Sr. Dr. D. Antonio Peñafiel, habia en la ciudad, hasta el
4 de Abril de 1883, los siguientes pozos artesianos distribuidos
del modo siguiente:

1? Demarcación de policía 24
2? „ „ „ — 55
3? „ „ „ 61
4? „ 40
5? 40
6? „ „ „ - 39
7? „ „ » 47
8? „ „ „ «... 177

Suma 483

Estos datos demuestran las circunstancias favorables q u e pre-


senta para la práctica de pozos brotantes el terreno en que se
halla edificada la capital de México.
A d j u n t a m o s una lámina q u e representa el corte que f o r m a -
mos del pozo abierto en la casa de Moneda, por el Sr. D. Ilde-
fonso Bros, en el año de 1871. El corte se h a dibujado en vista
de las tierras que el mismo S r . Bros nos suministró.
Como se ve en la lámina a d j u n t a , la perforación alcanzó h a s -
ta la profundidad de 149'"16, y se p a s a r o n 39 capas diferentes.
Se encuentra en ellas la alternación de capas permeables é im-
permeables que es necesaria para la existencia de aguas b r o -
tantes.' En toda la serie atravesada se e n c u e n t r a n depósitos
lacustres con alternativas de otros correspondientes á aguas
corrientes.
Según los datos que de ese pozo nos ha ministrado el inge-
niero D. Ignacio Ortiz de Zarate, quien presenció la perfora-
CORTE DEL POZO ARTESIANO DE LACASADE MONEDA DE MEXICO.

Naturaleza d e l a s c a p a s .
Tierra vegetal aràllo-huiidfcrn
/-imo arcillo-rnargoso
Liuto arenoso confragmentos de concitas
Jrcilla margosa confragmentos de trastos de barro
Jrcitta, margosa- rompada con coachilas de Cypris
drena, de olivino y mapitiaja negra, con concluías
Arcilla gris compacta• con.fragmentos de tragíala-

Jrcilla. blanca-, margosa-y can- cu'ena,


drena, ele pórfido, con, ootilas calinas y concluías
/treílla comparta, de- color gris claro
Jrcilla, are/ios a, con, calixa estiUdicia,

./Ircilla, gris campada? can concluías

Jrcilla, de, color claro, can, canchilas


Jlrcilla, arenosa,
.Jrena, con, r/ialaienas de, tragüita-
Turba,
•jrena con malaleiuts de pórfido
Arcilla gris con, taltilos silisosos
Arcilla, de color gris claro

- àrdila, con, tri poli,

Jrcilla, de colargris de,Iuurw, can, fallito* silisosos


JrcUla.de, c.olor gris claro con• tallitos
Tripoli
Jrcilla, con, trip oli.
Maialata, de, pòrfido y póniex.
Jrcilla, con tripoliy crislales de horblenda,
Matatena, de, pòrfido y póniex
fioca, kaolinica-y calcàrea-

Jrcitta, eoa, arena, gruesa,

drena, con, olivino, ioba y bagallo


tripoliy „Mena* de,por/,do

Matatenas de, porfido y trcujuita.

Limo arrdloso
Matatenas redondas de- pómex.
.Arena, ile,pómex.y pòrfido.

Nota:Este pozo fué abierto en el año de 1871 porD?ILDEFONSO BROS. La profundidad


total es de 149m16. Tiene tres tubos de fierro. El agua salta á l m 03 sobre el piso. E n el
año en que fué abierto producía 6.2 litros por segundo.y en el de 1885 ha rebajado
á 1.6. Su costo total fué de 3139 pesos.
lil rie Saiaiar
cion, se cortaron tres veneros principales de agua brotante, á
las profundidades de 62.1, 104 y 141 metros.
Las capas acuíferas están en los depósitos de arena con m a -
tatenas ó fragmentos gruesos de roca porfídica, sobrepuesta á
capas arcillosas.
Siguiendo esta regla, es probable que en la capa 9, á 34 me-
tros, baya brotado agua, que por falta de fuerza necesaria p a r a
el ascenso, no aparecería sobre la superficie.
Según los datos publicados en 1864, por el Sr. Dr. D. Leopol-
do Rio de la Loza, y refiriéndose á un pozo abierto al N.O de
la plaza mayor de México, la primera capa de agua que rebasó
hasta la superficie, a u n q u e sin salto, fué á 12 m 34 y el pozo ter-
minó en 64 m 5, que viene á corresponder á la p r i m e r a capa b r o -
tante del pozo de la casa de Moneda. Muchos perforadores se
conforman en México con este primer venero, suspendiendo allí
la perforación. Según m e informa el Sr. D. Cárlos Pérez Rivas,
en un pozo que hizo en el Hospital Militar, llegó hasta la pro-
fundidad de 234 metros.
Otros m u c h o s pozos pueden citarse en el Valle de Méxi-
co, siendo notables el de la hacienda de la Condesa, cerca de
Tacubaya, y algunos p o r el lado del Noroeste, cercanos á la
ciudad.
Las aguas de los pozos artesianos del Valle de México son
potables y de agradable sabor.
i Insertamos en seguida el análisis que el sabio mexicano D.
Leopoldo Rio de la Loza hizo del agua del pozo de Bucarelli.

AGUA DEL POZO ARTESIANO DE BUCARELLI.

Productos gaseosos:

Aire y oxígeno 13.15


I-i Ácido carbónico 1.18
E
1 1 l t . - j. v / xs .
"•paSa». Total c. c. por litro 14.33
En Celaya hay varios pozos de buen caudal de agua y que se
Productos sólidos:
considera como termal, lo que hace que se hayan aplicado á es-
g tablecimientos de baños y á riegos. Se h a n comenzado perfora-
Carbonato de cal O. O1130
Carbonato de sosa 0. 06949 1 ciones artesianas en Jalisco, San Luis Potosí, Querétaro y Vera-
Cloruro de potasio 0. 0008& cruz; pero no sabemos aún los resultados obtenidos.
Cloruro de magnesio 0.00091
Silicato de sosa 0. 0 8 3 7 5
Silicato de potasa 0. 01040
Sil iza 0.04515
Alumina y fierro 0. 00276
Materia orgánica, indicios. CLASIFICACION DE LAS AGUAS.

Total en gramos, p o r litro 0. 22462


P a r a completar el estudio de la hidrología, y á fin de que en
Clasificación
las descripciones que un ingeniero agrónomo haga de u n a co- de las a g u a s .

TEMPERATURAS Y GRADOS HIDROMÉTRICOS DE ALGUNOS POZOS marca se refiera igualmente á sus aguas, damos á conocer las
ARTESIANOS, DETERMINADOS P O R EL DOCTOR DON ANTONIO PEÑA F I E L , principales clasificaciones, con lo que se uniformará el tecnicis-
*
m o y p o d r á n apreciarse con toda claridad las circunstancias que
Pozo de la hacienda de la Condesa. se mencionen en un informe.

Temperatura: Promedio de observaciones en Febrero, 15° 1. C. Las aguas se dividen en:


Cuatro grupos.

Grado hidrométrico: P r o m e d i o de 20 análisis, 9°7. Aguas dulces y saladas.


Potables y malas, crudas ó pesadas.
Pozo de Chapnltepec. Minerales ó medicinales.
Frías, templadas y termales.
Temperatura: Promedio de observaciones en Febrero y Mar-
Las tres primeras subdivisiones se refieren á la eomposi-
zo, 15°5.
cion de las aguas, es decir, á las proporciones y cantidades que
Grado hidrométrico: P r o m e d i o de 7 análisis, 6 o .
contengan de materias minerales, y la última división, es alusi-
va á la temperatura que presenten en su origen, en su depósito
Pozo de la Escuela Preparatoria.
ó en su curso.
T e m p e r a t u r a : Promedio de observaciones en Febrero, 15°6. Son aguas dulces aquellas que no tienen materias salinas en
, Aguas dulces.

Grado hidrométrico: Promedio de 13 análisis, 3°1. disolución o que solamente contienen cantidades pequeñas de.
esas sales; se llaman aguas saladas propiamente dichas, las que Agua!

contienen proporciones m u y notables de sales alcalinas y espe-


También en otras regiones del país, fuera del Valle de Méxi- cialmente cloruro de sodio, como se observa en las aguas del
co, se han hecho perforaciones artesianas; pero no sabemos q u e m a r y en algunas lagunas, esteros y aun en los ríos y arroyos.
hayan sido terminadas más q u e en el Estado de Guanajuato. Esta clasificación de aguas interesa m u c h o al agricultor, pues
que las tierras regadas ó infiltradas por las aguas salinas, no
Gcoloaía—31.
p u e d e n dedicarse m á s que á m u y d e t e r m i n a d o s cultivos. A d e - Agua d e l g a d a 6 del Desierto. Agua gorda 6 de Chapultepee.

más, p a r a la aclimatación y cría ele peces, se necesita s a b e r si


las aguas son dulces ó saladas, p a r a p o n e r en ellas las especies P r o d u c t o s sólidos:
q u e les sean propias. Sulfato de cal 0.00326 0.00652
Viene en seguida la clasificación de aguas potables y aguas Carbonato de cal 0.02171 0.02712
malas. C a r b o n a t o de m a g n e s i a . . . 0.01169 . . . : 0.02215
Esta clasificación es d e la m a y o r importancia, pues e n t r a ñ a C a r b o n a t o de sosa 0.03901
la aplicación á los usos domésticos y á las irrigaciones. Cloruro de potasio 0.00396
Aguantable. U n a agua potable, q u e p u e d a considerarse como buena, d e b e Cloruro de sodio 0.05845
t e n e r las siguientes condiciones: Cloruro ele magnesio 0,00349
" E s t a r a e r e a d a y ser fresca y limpia; n o c o n t e n e r en u n litro Silicato ele sosa 0.03985 0.02997
m á s de medio g r a m o d e m a t e r i a s minerales, y q u e éstas sean Azotalo de potasa 0.02158
c a r b o n a t o s calcáreos; n o c o n t e n e r materias orgánicas ni oloro- Siliza 0.05169 0.07745
sas y colorantes; ser agradables al gusto, cocer b i e n las l e g u m - A l u m i n a y fierro 0.00849 0.00686
b r e s y disolver fácilmente el j a b ó n , sin f o r m a r g r u m o s . " Materia orgánica 0.00087 Indicios
F u e r a d e estas circunstancias, se e n c u e n t r a n aguas m á s ó m é - Pérdida 0.00093
nos potables según la proporcion y naturaleza ele las m a t e r i a s
e x t r a ñ a s q u e contengan, sin p a s a r siempre de cierta proporcion, Total en g r a m o s p o r litro. 0.14501 0.29004
p o r q u e entonces e n t r a n en la categoría de las aguas m a l a s .
Las aguas q u e contienen m á s d e medio g r a m o de m a t e r i a s Ag„aseradas,
S e c o m p r e n d e q u e u n a a g u a d e m a s i a d o p u r a , no es propia minerales v a n haciéndose m á s y m á s impropias p a r a los usos
t a m p o c o p a r a la digestión, y q u e faltándole las sales calcáreas domésticos, y llegando á cierta proporcion ya n o disuelven el
n o será b u e n a p a r a la nutrición del h o m b r e y de los animales, j a b ó n ni cuecen las legumbres, y son de s a b o r desagradable; en
p u e s sabido es que los h u e s o s necesitan de aquellas sales. este caso se les llama aguas malas, crudas ó pesadas. También
Ejemplos de Como ejemplos d e composicion de aguas potables i n s e r t a m o s se les designa con n o m b r e s q u e indican las sales d o m i n a n t e s
aguas potables.
los análisis de las l l a m a d a s delgada y gorda, q u e se usan en la en su composicion, y así, se dice: aguas saladas, calcáreas, te-
ciudad de México, y cuyos análisis fueron ejecutados por el S r . quezquitosas, selenitosas, etc. •
Rio de la Loza en 1854.
H a y algunos medios expeditos p a r a m e j o r a r las aguas malas,
j o r a r las a g u a s
c o m o son: la ebullición, q u e desaloja los gases; el reposo y fil- malas.
Agua delgada 6 del Desierto. Agua gorda 6 de Chapultepee, tración q u e . q u i t a n las tierras y otras sustancias en suspensión;
el reposo y exposición prolongados, así como la adición de pe-
P r o d u c t o s gaseosos:
q u e ñ a cantidad de c a r b o n a t o de sosa, q u e precipitan las sales
Aire 10.151 10.390 calcáreas; el carbón q u e desinfecta las aguas hediondas, etc., etc.
Oxígeno 2,809 1.760 Son aguas minerales ó medicinales aquellas q u e a b u n d a n en Asu»s
Ácido carbónico 0.750 0.990 gases y en m a t e r i a s minerales. Estas están en relación con los
terrenos q u e las aguas atraviesan, y de los cuales los disuelven
Total c.c. p o r litro 13.710 13.140 y acarrean.

/
Relación e n t r e De un m o d o general se asienta, que las aguas que atraviesan En las aguas sulfatadas dominan los sulfatos alcalinos y alca- Aguas sulfata-
las materias das-
que contienen terrenos graníticos apenas contienen siliza, algunos silicatos y lino-terrosos.
las a g u a s y los
terrenos que trazas de cloruros y carbonatos calcáreos, de potasa y de mag- Las sulfurosas contienen hidrógeno sulfurado y sulfuros al-
atraviesan. * Aguas sulfuro-
nesia; de composicion semejante son las aguas que pasan por los
calinos. H a y varias aguas ele esta clase en la República; citamos
pórfidos y basaltos: las corrientes que circculan por los terre-
el siguiente análisis de las de Santiago en Puebla.
nos secundarios son buenas generalmente; las filtraciones de las
lluvias, sobre terrenos cubiertos de vegetación, llevan bastante
ácido carbónico, que obrando como disolvente, carga las aguas AGUAS DEL OJO DE SANTIAGO EN PUEBLA.

de carbonato de cal.
(Análisis de D. Pedro Beguerise.)
Las aguas minerales pueden ser frias ó calientes.
Por su composicion, las aguas minerales se clasifican del mo- Sustancias volátiles.
Clasificación
de las aguas
minerales.
do siguiente: Ácido sulfhídrico 0.0008094
Aguas aciduladas. Acido carbónico 0.1197000
Alcalinas.
Cloruradas. Sustancias Jijas.
Sulfatadas.
Cloruro de sodio 0.1650
Sulfurosas.
Sulfato de alumina 0.6390
Ferruginosas.
Cloruro de magnesio 0.1586
B r o m u r a d a s y ioduradas.
Carbonato de cal 0.5474
Aguasacidu- Las aguas aciduladas son frias y están cargadas de ácido car-
Sulfato de cal 0.1227
ladas. bónico, libre y disuelto. Generalmente tienen hervor y despren-
Siliza 0.1300
den b u r b u j a s de aquel gas, como se observa en el Pocito de
Glairina, cantidad indeterminada.
Guadalupe á 4 kil. de la capital de México: la temperatura de es-
Pérdida 0.0373
ta agua es de + 2 1 ° C. Según el Sr. Rio de la Loza contienen
234,90 c.c. de ácido carbónico, por litro. Residuo 1.8000
A g u a s alca- Las aguas alcalinas a b u n d a n en carbonatos alcalinos y alca-
Las aguas ferruginosas contienen bicarbonato ó sulfato ele óxi- Aguas ferrug¡.
liuas. lino-terrosos. P o d r é m o s citar como ejemplos las aguas de los osas
do de hierro. » -
lagos de Texcoco y Xaltocan en el Valle de México; el de Za-
cualco en Jalisco, etc., donde a b u n d a el tequezquite. En la Villa de Guadalupe Hidalgo, á 4 kil. N. de México se
abrió un pozo artesiano que produjo aguas ferruginosas, como
En un litro de agua de Texcoco, hay, según el Sr. Rio de la Lo- consta en el siguiente análisis del Sr. D. Gumesindo Mendoza.
za, 12® 5359 de cloruro de sodio, y l g 7110 de carbonato de sosa.
A g u a s clorura- Las aguas cloruradas tienen grandes cantidades de cloruros al- Sustancias volátiles.
das.
calinos, como se observa en los mares, en varios lagos y aun
Ácido carbónico 1.124
en aguas de pozos como sucede en las Salinas del P e ñ ó n Blan-
Ázoe 0.021
co, en San Luis Potosí, donde se extraen grandes cantidades ele
Oxígeno 0.052
cloruro de sodio p o r la evaporación de las aguas.
Ácido sulfúrico, huellas.
Sales. Las aguas ioduradas y b r o m u r a d a s son aquellas que contie- Aguas lo4ura.
dasy romura
Bicarbonato de protóxido de hierro. 0.591 nen ioduros y b r o m u r o s alcalinos. '' -
^ das.

Bicarbonato de sosa 0.312 En muchas localidades de la República existen aguas mine- Las ag„a., m¡.

Bicarbonato de potasa, 0.012 rales de m u y variada composicion, asemejándose m u c h a s de 7*™T


pa!s
Bicarbonato de magnesia 0.011 ellas á las dé Carlsbad y otras que en Europa gozan de gran re- "
Cloruro de sodio 0.031 putacion como medicinales. Cuando en México se exploten las
Siliza 0.010 aguas minerales se descubrirán verdaderos tesoros para las apli-
Àcido crénico 0.103 caciones medicinales.
Anális,s
Como se ve, la clasificación de los cuatro primeros grupos de "w™-
1.070 . trimétrico.

Con estas aguas se h a n formado los baños minerales llama- aguas que se enunciaron, depende de su composicion química,
y si es cierto que un análisis perfecto d e m a n d a mucho tiempo y
dos de la Estación, y que son de la propiedad del Dr. D. E d u a r -
operaciones delicadas, que no siempre se está en la facultad de
do Licéaga.
practicar, se puede por u n procedimiento m u y expedito, llama-
Sobre el camino de la capital á la Villa de Guadalupe se en-
do Análisis hidrotrimétrico, hacer esa clasificación de las aguas
cuentran los baños ferruginosos de Aragón, m u y frecuentados
con bastante exactitud, sobre todo p a r a las aplicaciones econó-
del público por sus propiedades medicinales.
micas, pues está fundado sobre la m a y o r ó menor facilidad con
Hé aquí la composicion de sus aguas según el mismo Sr.
que se disuelve el j a b ó n en el agua, según su estado de pureza. '
Mendoza:
Por consiguiente, si se prepara u n a tintura alcohólica de j a -
AGUAS DE ARAGON. bón y se titula, viendo la cantidad que se necesita para que pro-
duzca espuma persistente, en un volumen determinado de agua
Sustancias gaseosas.
destilada que se agita convenientemente, se t e n d r á el modo de-
Oxígeno 2.688
calcular el grado de pureza de otro volúrnep igual de agua, por-
Ázoe 18.169
que p a r a que la espuma persista, se tiene que h a b e r gastado
Ácido carbónico 367.989
ántes u n a cierta cantidad de la misma tintura para precipitar
Sales. las sales que tenia el agua en disolución y .compararse entóneos
con el agua destilada. La cantidad empleada de la solucion ti-
Bicarbonato de protóxido de fie- G r a d o s liidro-

tulada, marca el grado hidrotrimétrico del agua que se reconoce. trhnítricos.

rro 0.06600
Por ser de bastante Ínteres el método hidrotrimétrico, inser-
Bicarbonato de sosa 0.05970
tamos en el apéndice de este libro, el que publicó el Dr. D. A n -
Bicarbonato de potasa 0.00560
tonio Peñafiel, en su m u y importante Memoria sobre las aguas
Bicarbonato de cal 0.02656
potables de la ciudad de México.
Bicarbonato de magnesia 0.00265
Vamos ahora á señalar la clasificación de las aguas conforme Clasificación
Cloruro de sodio 0.00671
á su temperatura.
Siliza 0.09856
Dijimos que se dividían en termales, templadas y frías.
Ácido crénico 0.07860
Varios autores consideran como aguas termales, á las q u e t i e -
0.34438 nen una t e m p e r a t u r a superior á 20° centesimales; pero debemos «IT"
creer que esa estimación debe hacerse con referencia á la tem- mensuales: 13°0; 14°1; 16°5; 14°2; 16°1; 15°9; 15 c 3; 15°4;
peratura media del lugar en que se encuentran las aguas, pues 16°1; 14°2; 12°0; 9°8. La média anual fué de 14°4, y la del
esa relación marca la clasificación térmica que se busca. aire á la sombra de 15°4.
P o r consiguiente, las aguas que tienen la temperatura del Como se observa en el cuadro, el agua de los depósitos de la
medio ambiento, ó pocos grados diferente ele la de éste, se con- ciudad de México, así como la de varios pozos artesianos, es tem-
siderarán como templadas, y se llamarán frias las que difieran piada, pues se acerca mucho á la del medio ambiente, siendo T l T d T
sensiblemente, por m e n o r número de grados, de la temperatura •un poco más tibia la de algunos otros pozos, y termales las de las Mésico-
atmosférica. vertientes y alberca de Chapultepec y las de los baños ferrugi-
El siguiente cuadro da idea de las temperaturas de algunas nosos de Aragón y Guadalupe.
temperaturas ¿ j j P o r los datos del Observatorio que son los más propios para
de v a n a s O c
a g u a s del país. el estudio del agua en México, puesto que representan prome-
Vertientes del agua gorda de México .'. + 22°50 dios de muchísimas observaciones, se deduce: que el agua es
Agua gorda en el depósito del Salto del Agua + 17 60 fría en Diciembre, Noviembre y Enero; en Agosto es igual su
Vertiente del agua delgada en el Desierto 9 00 temperatura á la média del ambiente, y se aproxima á ésta en
Agua delgada en depósitos de la ciudad 13 98 Junio y Julio; en Marzo y Setiembre es un poco más tibia que
Pozo artesiano de la Escuela Preparatoria + 15 06 la média del aire.
Pozo artesiano del Hospital de San Lúeas + 17 30 Fáltanos, por ultimo, decir que á todas las aguas se les llama
Pozo artesiano de Bucarelli + 21 50 muertas, cuando están estancadas, y vivas cuando se hallan en Agua* m,««,,
Pozo artesiano del Apartado + 25 50 movimiento. y asuas vivas
-
Alberca grande de Chapultepec -f- 21 47
Lo relativo al estudio de la hidrología se completa con la hi-
Pozo común del Palacio Nacional -f- 15 90
dromensura ó medida de las aguas, á cuyo fin insertarémos en Medida de las
Agua del Col, en el depósito Caracol en Guadalajara. + 21 00 el Apéndice de esta obra las fórmulas más usuales para estimar
Agua del Pocito de Guadalupe en México + 21 50 las cantidades de agua que en la unidad de tiempo producen
Baños de Aragón, México -j- 24 50 los manantiales, arroyos, canales y ríos.
Baños de la Estación de Guadalupe Hidalgo -f 22 80
Aguas del Peñón de los Baños -f- 44 50
Aguas de Atotonilco, Estado de Hidalgo + 66 50
Agua sulfurosa de Santiago en Puebla + 28 00
Baños de Tenguedó, Estado de Hidalgo -j- 46 20
Baños de Zalatitan, cerca de Guadalajara -j- 41 00
Ojo de la Laja, cerca d e Ahualulco, Estado de Jalisco.. + 93 00
»

E n el Obs
tosobteni. e r v a t o r i o Meteorológico Central de México, se ob-
s e r v a cacla h o r a la
•aetortcebn. temperatura del agua á la sombra, y para el
,IE MÉXICO, Y P A R A e i A F I O D E 1 8 8 5 , se obtuvieron los siguientes promedios
Geología.—32.
TEECERA PARTE.

GEOLOGÍA H I S T Ó R I C A .

CAPÍTULO I.
/

CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL ORIGEN DE LA TIERRA,


CRONOLOGIA GEOLOGICA,

Consideraciones basadas sobre, la f o r m a actual de la tierra, y


Origen de la
en cuestiones astronómicas y físicas, suponen que nuestro pla- tierra.

neta en un principio, fué u n a masa gaseosa dotada de Nevadí-


sima temperatura: que caminando á través de los espacios fué
enfriándose, pasó al estado líquido, y que alfinse le solidificó
u n a película ó costra, en cuya fase de formación se encuentra
en la época actual; no sin h a b e r sufrido variadas trasformacio-
nes en esa corteza hasta poder servir de mansión al h o m b r e .
A fin de comprender mejor esas consideraciones, las que for-
Geogouía.
man el estudio llamado Geogonía, haremos un compendio ele la
teoría de Laplace, d a n d o en seguida u n a rápida ojeada á las
masas de rocas y á los restos orgánicos que en ellas han queda-
do sepultados ó impresos, para trazar, en fin, el cuadro crono-
lógico de la Tierra ó de las diversas épocas de su existencia.
Laplace considera que la materia universal, en su origen v á
, ' 1 1 1 • ' T e o p,acc
ría d e l , a
la que el llama materia caótica, llenaba todo el espacio de u n -
modo uniforme á causa de la expansibilidad producida p o r la Kant, filósofo aleman, 41 años ántes que Laplace, y sin que éste
excesiva temperatura de que estaba dotada; con el enfriamien- sabio geómetra tuviese conocimiento de ella.
to secular y con el trabajo molecular que sobrevino, se fueron Como pruebas de esa teoría deben citarse las siguientes: la uni-
formando centros de atracción ó núcleos, que concentrando sus formidad y armonía en los movimientos de los planetas; la exis-
fuerzas dividieron, al fin, á la gran masa caótica en i n n u m e r a - tencia del anillo de Saturno, señalando la separación de la zona
bles nebulosas; quedando éstas sujetas á los mismos trabajos de ecuatorial que la teoría supone; la existencia de los satélites; la
concentración y división, formaron diversos grupos ó sistemas, comunidad de elementos constitutivos entre el Sol, otros cuer-
que p o r analogía con el que c o m p r e n d e á la tierra, se llaman pos extraterrestres y la Tierra, demostrada tanto por el análisis
sistemas solares- espectral como p o r el de los aerolitos; y, en fin, p o r la forma
Considerando despues á una de esas masas, concentrada ya de la Tierra que es precisamente la que adquiere una m a s a flui-
en un cierto grado, y sometida á la fuerza de rotación que a u - da sometida al movimiento de la rotación.
mentaba con el agrupamiento molecular y la diminución de Considérase, además, que la Tierra sólo tiene en la actualidad .
E x i s t e n c i a del
volúmen, debió concentrarse f o r m a n d o una inmensa esfera. So- una débil película solidificada, conservándose líquida en su in- faes°cenlraly
, , débil espesor
metida ésta á los mismos trabajos, tuvo que dilatarse hácia el tenor: los espesores comparativos d é l a corteza y la masa ígnea
Ecuador, y comprimirse en sus polos, hasta que del inflamiento • r. . ' terrestre.

se separó un grande anillo q u e giró y continuó dilatándose á se manifiestan colocando una hoja de papel sobre una naranja»
efecto de las mismas fuerzas; de la excesiva dilatación vino la representando aquella la costra sólida, y ésta la m a s a fluida.
r u p t u r a de ese anillo y su división en masas esféricas que gira- Son muchos los hechos que se aducen en pro de esta teoría del
ban al derredor de la masa generatriz. Estas esferas quedaban fuego centra] de la Tierra, contándose entre los más resaltantes,
expuestas á subdivisiones análogas, y por consiguiente origina- los fenómenos volcánicos y el crecimiento gradual de la tempe-
ban otros cuerpos que giraban igualmente en su derredor. ratura á medida que se profundiza la corteza terrestre, llegando
Api¡ca=¡on ai Aplicando la teoría al sistema solar, consideramos al sol como á corta distancia, si la ley observada continuase así, á conservar
xistcmasolar. ) a my a d e ] a q U e s e s e p a r a r o n los grandes anillos, de
s a m a 0 r
en estado de fusión á todos los metales conocidos, á los mine-
cuyo fraccionamiento se f o r m a r o n los planetas, y continuando rales y las rocas.
en éstos la subdivisión, se originaron los satélites. F u n d a d o Newton en consideraciones p u r a m e n t e teóricas, so- La forma de
tierra fué
bre la supuesta fluidez primitiva de la Tierra, se atrevió á enun- e n u u c i a d a por
Si t o m a m o s en cuenta las dimensiones relativas de algunos Xtíwton.
ciar que la forma de ésta seria la de un elipsoide dilatado hácia
de esos cuerpos, el Sol nos r e p r e s e n t a una masa todavía fluida,
el ecuador y achatado en sus polos. Forma que la ciencia y las
á causa de su mayor volumen; S a t u r n o ofrece el paso transitorio
observaciones prácticas han demostrado despues con toda exac-
con la separación anular; la Tierra u n elipsoide en parte solifica-
titud.
do y llevando un satélite, que p o r s e r más pequeño se considera
El físico Plateau demostró por medio de una experiencia sen-
'Experiencia
como solidificado del todo; h é aquí cuatro fases subsecuentes en
cilla é ingeniosa, la extensión esferoidal de una masa fluida, la de Platean.

el desarrollo de varios cuerpos del sistema solar; el Sol, S a t u r -


dilatación ecuatorial, la separación de anillos y la formación de
no, la Tierra y la Luna.
satélites como lo supone la teoría de Kant y de Laplace. Con
Veamos ahora algunos hechos que apoyan la teoría de La-
A 1 tal fin, coloca aquel físico una gota de aceite en medio de una
H e c h o s en q u e
re apoyaía p i a c e y que le sirven de p r u e b a s : m a s ántes es b u e n o advertir
teoría. mezcla formada de agua y alcohol, con una densidad igual á la
que según autores respetables, esa misma teoría fué emitida por del aceite; libres como se encuentran las moléculas de este lí-
te en algunos puntos levantarían sus picos las masas de rocas,
quicio, se extienden en forma de esfera; despues, por medio de
sin tierra vegetal, sin dar apoyo á ningún organismo, y sufrien-
un tallo de cristal imprime Plateau un movimiento de rotación
do solamente las trasformaciones á que el agua y la atmósfera
á la esfera de aceite, y va presentando sucesivamente las for-
las obligaba.
mas, divisiones y movimientos de las partes separadas, como
Los sedimentos, entretanto, se acomodadan sobre el esque-
antes se anunció.
leto de rocas primitivas; pero la materia ígnea, mal aprisionada,
Adoptaremos, pues, la teoría de Laplace, admitida general-
salía por innumerables grietas y levantaba los nacientes sedi-
m e n t e en la actualidad; teoría que se aviene m u y bien á esa
mentos, imprimiéndoles diversos grados de metamorfismo; así se
uniformidad de plan que armoniza todas las maravillas de la
levantaron y se plegaron bajo diversas direcciones las mica-pi-
naturaleza, y que demuestran de u n a m a n e r a evidente el in-
zarras, los granitos, el gneiss, la protoginia y tantas otras rocas
menso poder y la sabiduría de Dios.
metamórficas de las más antiguas del globo.
Forniación de Considerando ahora que á causa del enfriamiento progresivo
la atmósfera. Al fin, la t e m p e r a t u r a de los mares fué propicia para la exis- Apar¡cion¿
de la masa que vino á constituir nuestro planeta, llegó á for- losséres
tencia de la vida, y mientras que los animales se agitaban en -
marse, primero, u n a esfera líquida; desde entonces separóse sin
las aguas, surgían las montañas, se formaba la tierra emergida
duda la cubierta gaseosa que formara la atmósfera terrestre,
y crecían y variaban las faunas y las floras terrestres y acuá-
a u n q u e con una composicion m u y diversa de la que presenta en
ticas.
la actualidad, porque entonces, á causa de la grande elevación
de temperatura, permanecerían en estado de gas m u c h a s de las Dijimos ántes que varias consideraciones físicas habían seña-
lado el origen probable de la Tierra: la observación de los te-
F o r m a c i ó n do sustancias hoy solidificadas. Prosiguiendo el enfriamiento, vino
la corteza te-
rre&trc. la condensación de varias de aquellas sustancias, y la superficie rrenos y las leyes químicas nos conducen á las explicaciones que
del globo comenzó á hacerse pastosa y despues á solidificarse acabamos de hacer acerca de la formación de la corteza terres-
en porciones aisladas. tre y de los mares.
Observaciones análogas nos irán guiando para proseguir en RcsMs,1(,or„
Por fin se formaría una película, primera corteza de la Tierra, y is, os
la interpretación de m u c h o s hechos que irán trazando la histo- " " -
que no pudiendo resistir al impulso de la m a s a líquida, seria in-
ría de la Tierra ó las diversas fases que ha icio presentando hasta
cesantemente trastornada, dando lugar á los primeros acciden-
llegar á su estado actual. En efecto, en las rocas de las monta-
tes y levantamientos que presentan las rocas fundamentales del
ñas así como en las de los valles y llanuras, se observan con
globo.
frecuencia los restos ó vestigios ele anímales y plantas; unos con
Formaciones H e m o s considerado todas las fases de la Tierra durante su in-
*ed¡mcntarias formas del todo diferentes á las que ofrecen las faunas y floras
y meta»i<;rfl- candescencia, y ahora vamos á entrar en consideraciones de otro actuales; otros con formas que se van aproximando á éstas, y
género, partiendo del momento en que consolidada la corteza algunos, en fin, que se asemejan á los séres que hoy pueblan la
rocallosa y condensadas las aguas atmosféricas, comenzaron di- tierra.
versos agentes físicos y químicos á ejercer su acción sobre las Tales hechos no podian pasar inapercibidos á la vista de los or-,,.«, ,ie .
masas sólidas para f o r m a r las rocas sedimentarias; vestiduras h o m b r e s de ciencia, y separándolos en diversos agrupamientos, <!u0l0!?!'''
que habían de cubrir despues las desigualdades de aquel es- consagran á ellos su atención y estudio. F ú n d a n s e así los prin-
queleto. cipios de las interpretaciones; se suceden éstas y brota una nue-
Al principio de estos nuevos acontecimientos un inmenso va ciencia, que es la Geología, abarcando el conocimiento más
océano f o r m a b a envoltura continua á nuestro globo, y solamen-
perfecto de la Tierra bajo múltiples respectos, aun en el relativo Primero: h u b o un tiempo en que no existió la vida, ó en el
Edad arcaica.
á las diversas fases de s u existencia. que á su fin comenzaron tal vez á presentarse los primeros sé-
Fósiles. La comparación h a deducido que esos restos que guardan las res, y con una organización muy imperfecta. A este tiempo se
capas terrestres pertenecieron á seres que, imperfectos p r i m e r o le llama Arcaico ó Edad Azoica: el primer n o m b r e significa
en su organización, fueron cediendo el campo á otros más p e r - principio, y la palabra azoica quiere decir sin vida.
fectos, demostrando así la existencia de diversas floras y faunas
Siguióse otra edad en que sólo h u b o vida marina, a b u n d a n - u * am™.
correspondientes también á diferentes tiempos ó épocas, y a d e -
do en los océanos los moluscos, zoófitos y algunos articulados;
cuadas sin duda á las circunstancias propias de los medios que
con pocas excepciones toda la tierra estaba envuelta por las
les r o d e a b a n . A esos restos ó señales de los séres, que conser-
aguas del m a r . Esta fracción de tiempo se llama Edad de los
paieoDtoiogía. van ]as rocaS) se ]es ]]ama fósiles, y Paleontología á la ciencia
invertebrados, de los moluscos ó Siluriana.
que los estudia.
Siguió otra edad, en que además de los animales referidos E d ad d e s -

H e m o s llegado á un punto al que es necesario consagrar al- aparecieron los peces, y en las tierras emergidas, a u n q u e escasas
gunas líneas, por ser este el lugar en que conviene incluir las aún, comenzó á mostrarse la vegetación. A esta división se le
definiciones que servirán más adelante. llama Edad de los p>eces ó Devoniana.
La observación de los restos orgánicos en los terrenos es de Sucedióse otra-edad en que en las tierras emergidas hubo una Edad ca^ni-
tal importancia, que la presencia de algunos de ellos equivale á exuberante vegetación, y que en las aguas comenzaron á m o s -
un letrero, á una etiqueta de clasificación cronológica de la r o - trarse los reptiles. Esta fracción de tiempo se llama Edad délas
ca que los contiene: así, fósiles hay que pueden considerarse co- plantas ó Carbonífera.
Fósiles carac- m o característicos por ser exclusivos de determinada edad geo-
Siguió una edad en que abundaron los reptiles, los cuales te- Edaddelos
F&lesMé n l ó §' ¡ c í l ° d e u n a d e s u s c l i v i s ¡ o n e s : se llama fósil idéntico al q u e rcpllles
nian dimensiones m u y grandes respecto de los que hoy existen. '
«eos. presenta un grado notable de semejanza con los animales ó
Se llama esta fracción de tiempo Edad de los reptiles.
Especies ¡dén- plantas actuales; especie idéntica es la que se encuentra en pisos
Siguióse la edad en que a b u n d a r o n en la tierra los mamífe-
diferentes, y también se aplica el mismo nombre á d e t e r m i n a d o E d a d d e los
ros, y por esto se le llama Edad de los mamíferos. mamíferos.
fósil cuando aparece en el m i s m o piso aunque en localidades
Vino en seguida la Edad del hombre. Edaddei „„,,,
Fósiles perd¡- distintas; son fósiles perdidos ó extinguidos, aquellos cuyos tipos
Atendiendo á los caracteres de las faunas y floras, se han for-
no tienen representantes entre los séres vivientes de nuestra
m a d o cuatro agrupamientos ó tiempos con aquellas edades,
época.
y son:
Cronología «e- H e c h a s estas explicaciones, y r e a n u d a n d o el hilo de las de- Tiempo arcaico, que sólo comprende la edad azoica.
rrestre. Agrupación por
ducciones que veníamos señalando, las reasumiremos d a n d o u n a tiempos.
1lempo paleozoico, que significa vida antigua, y comprende las
idea de las divisiones que en vista de los datos indicados se h a n
edades siluriana, devoniana y carbonífera.
formado sobre la historia terrestre, ó lo que podemos llamar la
Tiempo mesozoico ó de vida média, indicando que los séres que
biografía de nuestro planeta.
le corresponden tenían caracteres participando de los antiguos
Las edades que la ciencia señala en la actualidad son siete,
y de los modernos: comprende la edad de los reptiles.
partiendo desde la existencia de la corteza terrestre. El Génesis
Tiempo cenozoico ó de vida reciente: comprende las edades
indica siete divisiones de t i e m p o que llama dias. terciaria y del hombre.
El orden de los tiempos geológicos, es el siguiente:
De estas grandes divisiones se han formado otras llamadas
Geología.—33.
períodos, y éstos á su vez se subdividen en algunos casos en pi-
CUADRO de los terrenos geológicos según su ir den de posicion.
sos, que p o r lo regular tienen los nombres de las localidades

TIEMPOS. ,
donde se o b s e r v a n . 1
Vamos á trazar el cuadro cronológico que se encuentra en la EDADES. PERIODOS AMERICANOS. SUBDIVISIONES EUROPEAS.
.
obra del P r o f e s o r Dana, para hablar clespues en particular de

:
cada u n a de l a s edades que hemos referido. Debemos advertir
Cuaternaria ó Reciente.
que en las descripciones nos apegarémos m á s íntimamente á del hombre" Cuaternario ó pleistoceno.

Cenozoico.
las del m i s m o Profesor Dana, extractándolas en muchos casos,
tanto por la excelencia del método con que están hechas, como
Plioceno.
por referirse al Continente Americano, y por consiguiente tienen Terciaria ó de Mioceno.
los mamí- J
mayor Ínteres para nosotros esas descripciones. teros ( Eoceno

La Geología mexicana no está estudiada suficientemente para


p o d e r e x a m i n a r las equivalencias de los terrenos del país con los Superior.
Medio.
correspondientes á los de otras naciones, ó también para fundar

Mesozoico.
Inferior.
las subdivisiones propias al país. Wealden.
De los reptiles - 01 i ta.
P r o c u r a r e m o s dar ínteres local á las citas, valiéndonos m á s Lias.
K euper.
bien de n u e s t r a s propias observaciones, aunque en corto n ú m e - Caliza de conchas.
ro, y m e n c i o n a n d o algunas otras de que tengamos conocimien- l Arenisca Bunter.

to, pues desgraciadamente los pocos datos geológicos que se h a n


Carbonífera ó í Permio.
d e t e r m i n a d o e n el país, se hallan diseminados en varias publi- de las plan- J. 14 Carbonífero Carbonífero.
caciones. A c o n t e c e también que algunos de esos datos se h a n 13 Subcarbonífero.. Caliza de montaña.

clasificado s o l a m e n t e por apreciaciones petrográficas, y no es r


12 Castskill
posible asignarles con entera seguridad sus valores, ahora que Devoniana ó 11 Chemung
ya tenemos algunos horizontes geológicos bien determinados. de los peces. 10 Hamiltoii Antigua arenisca roja.
o
'o
N
O

Superior.
O
7 Bajo Heldelberg. Lechos de Ludlow.
£ 6 Salina ..
5 Niágara 1 Lechos de Wenlock.
Siluriana ó de Llandovery superior.
los molus-
Arenisca de Caradoc.
o 4 Trenton j Caliza bala.
Grupo Llandeilo.
3 Canadense Pizarras de Tremadoc.
Primordial —Cámbrico.

Arcaico. Azoica ... 1 A reaico


288 289

Puede, pues, h a b e r existido la vida al fin de esa edad, y por


esto se le puede variar el n o m b r e de Azoica con que se le dis-
tinguía, y llamarla arcaica.
C A P Í T U L O II.
Las rocas arcaicas son cristalinas; las más inferiores llamadas Las rocas a
c a i c a s son el
TIEMPO ARCAICO. gneísicas, se relacionan al gneis, y las superiores á las pizarras: talinas.

en las primeras son frecuentes el granito, el gneis micáceo, la


Comprende solamente una edad, de la que vamos a ocuparnos. granulita, la serpentina y rocas hornbléndicas: en la serie supe-
rior las mica-pizarras y otras rocas apizarradas.
Comienza la EDAD ARCAICA.—Comienza esta edad con la solidificación de Algunos autores llaman Laurenciano al primer grupo, y Hu- c,ruPos a„ren-
edad arcaica
oda !TOIWM. la corteza terrestre; las rocas primitivas le forman una cubierta roniano al segundo. "'""¡ano"™
oacioti d e l a
general al globo, a u n q u e hoy no son visibles más que en pocas
corteza ¡erres Las rocas, arcaicas no se han conservado en posiciones hori- r.as rooas pr.
tro.
localidades á causa de las formaciones subsecuentes que sobre zontales, sino que por el contrario se presentan removidas é mitivasso "rc-
A
Rentan diversa-
ellas han venido colocándose. inclinadas en diversos sentidos. «ente indina.
das.
Aquellas rocas f o r m a r o n el esqueleto ó apoyo de las que les .Contienen estas rocas varios yacimientos de hierro y de al- Mi,Icra,es que
han seguido, y fueron la fuente ú origen de m u c h a s de éstas, gunos metales preciosos y también de piedras finas, como co- Z ~ Z Z
puesto que por acciones químicas ó mecánicas han dado lugar á r u n d o s y rubíes.
las masas sedimentarias y metamórficas que desde aquella edad Calcúlase en más de 30,000 píes el espesor de las masas ar-. P0teil0i!ldela!
primitiva comenzaron á formarse, y h a n continuado en las eda- caicas del Canadá;' como se ha dicho, no están visibles m á s que , " a s ™ ' -
des subsecuentes; las rocas ígneas ayudan y han ayudado p a r a en determinadas localidades. En la América del Norte se presen-
proporcionar materiales á las masas derivadas. tan esas rocas en forma de una grande V al Norte de los grandes se0Eránc"-
i,a primera pe En la edad arcaica se nos presenta el globo con su corteza so- lagos, y extendiendo su brazo mayor hácia el Océano Ártico: en
H c u l a solidifi-
cada fué tras
^ lidificada; p e r o siendo removida y alterada con frecuencia á causa otras localidades americanas aparecen á descubierto esas rocas
t o r n a d a fre-
de los impulsos y salidas de la m a s a ígnea encerrada bajo aquella aun en la América del Sur. Por los datos que c o n o c é r n o s l o tene-
cuentemente
por las rocas débil cubierta: en esa edad condensáronse las aguas formando mos evidencia de que existan á descubierto las rocas azoicas en
ígneas.

Condensación
cubierta continua á la tierra, y escasos picachos ó salidas de ro- México. Es cierto que en m u c h a s m o n t a ñ a s de la Sierra Madre,
de las aguas. cas elevaban sus p u n t a s desiertas en medio de aquella cubierta sobre todo hácia el Sur, existen rocas cristalinas que pudieran
de agua. referirse al tiempo arcaico; pero no se han determinado horizon-
primeros orga. Se cree q u e en la m a y o r parte de esta edad no existirían or- tes geológicos para referir con certeza esas masas, y solamente
ganismos vegetales ni animales; sospechas hay de que al concluir por caracteres litológicos, no es posible clasificarlas con segu-
hayan aparecido algunas plantas y animales de los más inferio- ridad.
res en su organización; porque algunas rocas arcaicas contienen En el antiguo Continente hay también muchas partes en que
depósitos de grafita, y h a y también rocas calizas que pueden ser pueden observarse aquellas rocas primitivas.
Kozon cana- de origen orgánico. E n el Canadá se han descubierto rocas con
dense.
ciertas señales que algunos geólogos han tomado por habitacio-
nes de protozoarios, y al supuesto ser que los produjo se le lla-
m a Eozon canadense.
290

Estos dibujos representan fósiles característicos de la edad si-


luriana en los Estados Unidos de-América.
CAPÍTULO III.
Fig. 44?
TIEMPO PALEOZOICO. Fig. 45?

Convprcnde las edades Siluriana, Devoniana y Carbonífera.

Caracteres de § I. EDAD SILURIANA.—Este nombre, dado por Murcliison, es


esta edad.
debido á que existen notables terrenos de esa edad en la región
de los siluros, en Gales.
Carácter y subdivisión de esta edad. En la edad siluriana h u b o
plantas criptógamas, y animales radiados, moluscos y articu-
lados que vivieron en los mares: al fin de la edad siluriana co-
menzaron á aparecer los primeros vertebrados,
so divide en La edad se divide en silurio inferior y superior: en la primera
inferior y

superior." subdivisión se c o m p r e n d e n los períodos americanos llamados


Subdivision
períodos.
Primordial, Canadense y 'frentón, y en la segunda los designados
con los nombres de Niágara, Salina, Bajo Heldelbei-g y Oriska-
ni. En el cuadro cronológico general, se ven los períodos euro-
peos equivalentes.
Fauna y no™. Fauna y flora. Plantas criptógamas vivieron en los mares si-
lurianos, especialmente d e las algas, y todas fueron marinas; al
fin ele la edad c o m e n z a r o n á aparecer las criptógamas terres-
tres. Los animales radiados presentaron diversas formas, sien-
do de notarse los graptólitos, que parecen plumas ó signos es-
critos; los corales ciatojiloidos en forma de copa, y los crinoidos
que parecen tallos con flores. E n t r e los moluscos h u b o de los
briozoarios, braquiópodos, lamelibranquios, gasterópodos y cefaló-
podos: los primeros p r e s e n t a n habitaciones semejantes á las de
los zoófitos: los b r a q u i ó p o d o s tienen conchas bivalvas simétri-
cas; los caracteres de los otros órdenes de moluscos citados son
N ú m . 44? Diplograptus pristis (Graptólito del silurio inferior de N. Amé-
bien conocidos. Los articulados presentaron tipos especialmen-
rica,)— 45? Petraiaeorniculum (zoófito de id. id.)—40? Ligulella prima (mo-
te paleozoicos, como son las trilobítas ele los crustáceos. De los lusco braquiópodode id. id.)—47? Orthistestudinaria (id. id. id.)—48? Ortho-
vertebrados apénas se c u e n t a n algunos restos de peces encon- ceras junceum (molusco cefalópodo de id. id.)—49? Asaphus gigas (trilobita
trados en Europa, y q u e s o n como el anuncio de los que debían de id. id.)—50? Caryocrinus ornatus (crinoido del silurio superior de N . Amé-
rica.)—51? Homalonotus delphinocephalus (trilobita de id. id.).
de a b u n d a r en la siguiente edad.
Elogia. IAiología.—Las rocas del silurio inferior se ven en varias p a r - das, a u n q u e todavía de poca extensión, se hacia principalmente
tes de los Estados Unidos, desde la cuenca interior continental, del Norte al Sur; la existencia de salinas en terrenos silurianos
hácia el rio Mississippi; en Jas caídas E. y O. de las Rocallosas; muestra la formación de lagos salobres ó m a n c h o n e s de m a r
también se observan en grande escala hácia el Canadá; esas ro- expuestos á la evaporación. En el Continente europeo tuvieron
cas son areniscas, pizarras y calizas. En Inglaterra y al Norte de también poca importancia las tierras emergidas y h u b o oscila-
Europa se presentan también las rocas del silurio inferior. ciones en la corteza terrestre.
Los terrenos silurianos superiores están formados especial-
Resumen. En la edad siluriana estaban los mares extendidos
mente en los Estados Unidos p o r calizas fosilíferas, conglome-
en casi toda la superficie del globo; pocas porciones de tierra
rados y pizarras; rocas de naturaleza análoga se encuentran en
emergida y algunos islotes se levantaban sobre las aguas; cam-
los terrenos del alto silurio en el Continente europeo.
bios frecuentes de nivel tuvieron lugar en toda la edad, y de
'.m„¡,icracio. Consideraciones paleotopográflcas, y principales acontecimientos
aquí la alternación de areniscas y calizas: los séres, tanto ve-
geológicos de la edad siluriana. Considerando primero los acon-
getales como animales, fueron esencialmente marinos, y las
tecimientos referentes al silurio inferior, se deduce por el aspec-
plantas terrestres y los vertebrados acuáticos comenzaron á pre-
to de las rocas, su situación y señales, que primero el m a r en
sentarse al fin de la edad siluriana.
la América del Norte era poco profundo, y que desde el perío-
P o r los estudios hasta hoy conocidos, no podrémos precisar
do primordial existían ya algunas superficies emergidas, porque
dónde existan á la vista las rocas silurianas en México.
en ciertas rocas se ven marcas producidas por los vientos y res-
quebrajaduras de las que se f o r m a n al secarse las arcillas á des- § II. E D A D DEVONIANA. El n o m b r e dado á esta edad, por Mur-
cubierto; se ve despues que sobre las areniscas se forman grue- chíson y Sedgwick, tiene origen análogo al de la edad anterior,
sos depósitos fosilíferos, señalando alternaciones en los cambios y es debido á la existencia de terrenos de esta división del tiem-
de nivel en los mares; se cree, pues, que durante el silurio infe- po paleozoico en el Devonshire, en Inglaterra.
rior h u b o varias oscilaciones en la costra terrestre ocasionando Carácter y subdivisiones de esta edad. Amplios mares envol- Caracteres de
esta edad.
tales alternativas. Además, hácia la región del Lago Superior se vían aún la superficie terrestre en la edad devoniana; pero h a -
observan erupciones de rocas ígneas de aquel tiempo y á cuyo bía islotes de tierra emergida cubiertos de vegetación; crecían
fenómeno se refiere la formación de las vetas de cobre nativo allí las criptógamas, herbáceas y acrógenas, y también plantas
que allí se encuentran. dicotiledóneas, gimnospermas; aparecieron los insectos, prime-
ros habitantes del aire, y en los mares abundaron los peces.
Durante el silurio inferior se levantó parte de las m o n t a ñ a s
El anuncio para la siguiente edad fueron las criptógamas arbo-
verdes. Señales de cataclismos se observan al terminar el silu-
rescentes.
rio inferior, tanto por esos cambios de nivel, como por el meta-
La edad devoniana se divide como la siluriana, en dos series, Sedivkl(
morfismo de las rocas sedimentarias.
b a j a y alta, y en los Estados Unidos comprende los períodos b a j o y alto de-
En Europa h u b o acontecimientos análogos á los que acaba- voniano.
Comí/ero, ílamilton, Chemung, y Catzkill; y en Europa la anti- i;,ne.
mos de citar de Norte-América; cambios ele nivel y otros cata- ric oos
gua arenisca roja. » -
clismos; levantamiento de las m o n t a ñ a s del Sur de Escocia y
Fauna y flora. Notable diferencia se observa entre la fauna y """"Z"'™
otros lugares. Con referencia á la división superior de la edad
flora devonianas y las correspondientes á la edad anterior: el ... . f
siluriana, puede decirse que siguieron efectuándose esas mismas I1 lora y fauiiu.

oscilaciones en los mares; el crecimiento de las tierras emergi- progreso creciente en perfección de formas se nota en este cam-
bio, como se irá observando en las edades subsecuentes.
Geología.—34.
Flora: Comenzaron á formarse los bosques ó grupos de plan-
tas acrógenas, así como también hubo herbáceas terrestres y m a -
linas: las familias representadas, fueron, entre las criptógamas,
Licopodiáceas, Equisetáceas y familia de los Heledlos. De las pri-
meras deben citarse los Lepidodendros y las Sigilarías: las plantas
de ambos géneros presentan impresiones ó señales sobre la su-
perficie; los lepidodendros en forma de escamas rombales, al-
ternas; las sigilarías tienen las señales en series verticales y pa-
primoras pian, ralelas. Aparecieron las p r i m e r a s plantas dicotiledóneas de la
tas dicotile- ... ^

doñeas, familia ele los Coniferas. Fauna: De los radiados hubo diver-
sas formas: los ciatofiloidos se encuentran como en los períodos
del silurio: el género Favosites, una de cuyas especies, Goldfusi,
se halla tanto en América como en Europa: muchos arrecifes
formaron los radiados en los mares devonianos. Moluscos: si-
guieron los braquiópodos, y también h u b o lamelibranquios, ce-
falópodos y gasterópodos: el género Goniatites comienza en es-
ta edad.
primeros i„. Articulados. Los p r i m e r o s insectos, así como gusanos y crus-
táceos, vivieron en la edad devoniana; las trilobitas siguen ca-
racterizando al tiempo paleozoico. Vertebrados: Los peces dan
el carácter paleontológico á esta edad: h u b o Selaquianos, Ganoi-
dos y Flacodermos; m u c h o s de estos peces tenían gruesas cu-
biertas en la cabeza ú otras partes del cuerpo; los ganoídos pre-
sentan algunos de los caracteres propios de los reptiles.
Se copian en seguida a l g u n a s especies de fósiles devonianos,
lomadas de la obra del profesor Dana.

Núm. 52? Lepidodendron primsevum (planta del devonio de N. América).


—53? Cyathophyllum rugosum (zoófito de id. id )—54? Favosites Goldfusi
(id. id. id. y Europa).—55?Peterichthys Milleri (vertebrado de id. id.)—56? Ce-
pbalaspis Lyellii (id. id. id.)—57? Platephemera anticua (insecto de id. id.)
ciases <ie ro- Liiología: Las rocas de la edad devoniana son especialmen-
n-ollo q u e tuvo la vegetación sobre esas tierras, en algunos de
te calcáreas en la división inferior, y areniscas, pizarras y con-
s u s períodos de tiempo. La edad carbonífera se divide en los
glomerados en la superior: la caliza en muchas partes está for-
m a d a de corales, constituyendo arrecifes; en otras localidades Estados Unidos en los períodos Subcarbonífero, Carbonífero y
e r m i 0 : 8113
contiene piedra córnea, y de aquí el n o m b r e de período corní- / equivalentes de Europa son: Caliza de morüam, Car-
bonífero y Permio ó Dyas.
fero dado á u n a de las subdivisiones de la edad devoniana. En
Fauna y ñora. Cambios notables h u b o en las formas, como
Inglaterra d o m i n a la formación de la arenisca roja; en Alema-
^ verá á continuación. Radiados: fueron muy numerosos los eri-
nia hay caliza coralífera semejante á la de Norte-América,
g i d o s . Moluscos: se encuentran habitaciones de los briozoarios
considerado- Consideraciones paleotopográjicas y principales hechos geológi-
e n forma de tornillo de Arquímedes; abundaron los braquiópo-
.',CsríneC°s°p0 cos de Ia edad devoniana. Los mares seguían ocupando casi to-
dos sobre todo las especies de Spirifer y Produdm. Articulados:
da la superficie terrestre; y en las regiones boreales continuaba
'as tnlobitas se presentan aún en esta edad, y en ella desapare-
la tierra emergida ganando espacio en dirección al Sur; muchos
cen: h u b o insectos y aparecieron por primera vez los Miriópo-
islotes, sobre todo en Europa, se levantaban en medio de las y Ar
<™idos. Vertebrados: a b u n d a r o n los peces, especial-
aguas. Durante la edad devoniana hubo varias erupciones vol-
mente ganoidos y selaquianos; los reptiles aparecen en la edad
cánicas, cuyas rocas fueron principalmente diabasa y diorita.
carbonífera, anunciando los tipos dominantes en la edad siguien-
Es notable el gran desarrollo que en algunas localidades tienen
te; se han encontrado huellas de grandes anfibios, como el Sau-
las areniscas rojas y los conglomerados del mismo color, que
'•ops primcevus de las capas subearboníferas de Pottsville, en
les comunica el óxido de hierro.
ensilvania; t a m b i e n h a n aparecido en terrenos de la misma
Resúmen. Resumen. En la edad devoniana tenia la superficie del globo
edad esqueletos de verdaderos reptiles. Flora: la abundancia
un aspecto s e m e j a n t e al que ofrece en la siluriana: como dife-
de plantas marca el carácter de esta edad de la Tierra; la vege-
rencias fisiográficas principales deben citarse el aumento de is-
tación consistió esencialmente en criptógamas arborescentes,
las y el crecimiento de las tierras emergidas del Norte al Sur:
mas elevadas y de organización más perfecta que las de la épo-
en dichas tierras se levantaban ya algunos grupos de plantas:
ca actual: se asociaron también dicotiledóneas gimnospermas
en el aire comenzaron á presentarse los insectos; los mares s e
como en la edad anterior. Las familias citadas, es decir, de H e -
poblaron de peces, que tenían en su mayor parte formas dife-
léchos, Lícopodiáceas y Equisetáceas, entre las criptógamas, y
rentes de las q u e corresponden á las faunas más modernas.
de Coniferas, formaron los bosques exuberantes en la edad de
Respecto de México hacemos observaciones análogas á las 'as plantas; troncos fósiles se han encontrado de lepidodendros
asentadas al fin de la edad anterior. Y sigilarías, que alcanzan hasta 60 piés de longitud: las calami-
§ III. E D A D CARBONÍFERA Ó DE LAS P L A N T A S . — L l e v a este n o m -
bre á causa de los grandes depósitos de carbón fósil que se en- ' d e l a s Equisetáceas, fueron tambien a b u n d a n t e s en la edad
a que nos referimos.
cuentran en algunos de sus terrenos y que demuestran una exu-
berante vegetación en aquella edad, Se insertan á continuación algunos fósiles carboníferos.
caracteres y Caracteres generales y subdivisiones de la edad. El aumento en
subdivisiones. « . _

Jas tierras emergidas, sobre todo en islotes que sufrían hundi-


mientos y se recubrían de nuevo por capas terrestres, forman
un carácter de esta edad, y también la distingue el gran desa-
Litologia. Las rocas subcarboníferas en los Estados Unidos r.iw„slB.
s o n principalmente calizas, sobre todo en la región interior conti-
nental, en los Apalaches y en el Estado de Virginia: en la parte
Norte de este Estado, así como en Pensilvania, dominan las are-
niscas, conglomerados y margas rojas ó de otros colores. En
Europa son abundantes las calizas en el período subearbonífero,
y por eso se le da el nombre de caliza ele montaña.
En el período carbonífero las rocas son areniscas, pizarras,
conglomerados y algunas calizas muy semejantes á las rocas de
igual naturaleza pertenecientes á la edad devoniana: alternan
unas con otras y también con lechos de carbón y de minerales
d e hierro.
El siguiente corte, que cita el profesor Dana, da idea de esas
alternaciones de capas.
Fig. 62? Fi«-. 60?
1 Arenisca y conglomerados 120 pies.
2 Carbón «
" »
3 Arenisca fina, apizarrada 50
4 Mineral de hierro silizoso 11
2 ?)
o Arenisca arcillosa 75.00
6 Carbón, con plantas fósiles 7.00
7
Arenisca 80.00

8 Mineral de hierro 1,00


9 Pizarra arcillosa 80.00
Fig. 63? 10 Caliza oolítica, conteniendo crinoidos... 11.00
11 Mineral de hierro con conchas fósilles. 3.00
12 Arenisca gruesa, con troncos de árbol. 25.00
13 Carbon
5.00 "
14 Arenisca gruesa 12.00

Los lechos de carbon varían en espesor desde ménos de una


pulgada hasta 40 pies. Las diferentes clases de carbon están ci-
tadas en la parte litològica de este libro. Las rocas permianas
Núm. 58? Lepidodendron aculeatum (planta licopodiácea de los terrenos
carboníferos de N. América.)—59? Calamites canaiformis (planta equisctácea en los Estados Unidos son especialmente areniscas, margas, cali-
de id. id.)—60? Litbostrotion eanadense (zoófito de id. id.)—61? Pentremi- zas magnesianas y yeso. Las rocas europeas son en su mayor
tes pyriformis (crinoido de id. id.)—02? Archimedes reversa (molusco de parte de la misma naturaleza que las citadas.
id. id.)—63? Palseoniseus Preislebeni ( X £) (pez de id. id.)
Criaderos ao Los yacimientos de carbón que se han encontrado en Méxi- Villas
cuadradas.
c a r b o n en M í . , , , ,

co, en los Estados del centro y en algunas de las costas, cree- En R h o d e Island 500
mos que pertenecen á edades más recientes, si hemos d e j u z g a r En Nueva Escocía y Nueva Brunswik 18,000
por los datos publicados de esos criaderos. Pueden tal vez en- En ios Alleghany 60,000
contrarse yacimientos verdaderamente carboníferos en esos Es- En Michigan 5,000
tados; pero donde sí creemos que existen es en algunos de los En Illinois y Missouri 120,000
Estados fronterizos, especialmente en Sonora, Nuevo León y
Ta mau lipas. Se advierte en esa estimación que la área utilizable n o exce-
Consíderacio- Consideraciones „ paleotopográjicas y principales hechos geológi- derá de 120,000 millas cuadradas.
n e s paleo topo* . i 'r*
Las áreas carboníferas en Europa se estiman de este modo:
páticas, eos de la edad carbonífera. En el periodo subcarbonifero ocupa-
ban aún los mares m u y grandes espacios en la superficie terres- Millas
cuadradas.
tres, como lo demuestran las vastas formaciones calizas que á
Inglaterra é Irlanda 12,000
ese período corresponden: despues aparecieron islotes bajos
España 4,000
donde se desarrollaba la exuberante vegetación de que acaba de
Francia 2,000
hablarse; pero las alternaciones de los lechos de carbón con
Bélgica sis
otros de caliza, de arenisca y otras rocas, indica que esas super-
ficies cubiertas de vegetación se hundían, y eran invadidas pol-
El clima durante la edad carbonífera debe h a b e r sido cálido ,;,cuma er ,
las aguas que depositaban sobre ellas nuevas capas: muchos de
y uniforme en todo el globo, pues se observa que las mismas
esos grupos de plantas fueron, sin duda, masas flotantes; á juz-
plantas fósiles se encuentran ahora, tanto en las regiones cáli- lcrros,rc'
gar por el carácter de la vegetación, es de creerse que en las
das como en las boreales, y son tipos de plantas confinados hoy
tierras emergidas existían lagos y terrenos pantanosos.
á las tierras cálidas. Es de creerse además, que en esa edad la
Origen del car- El origen vegetal de los lechos de carbón mineral se demues-
atmósfera seria húmeda, nebulosa, y que contendría mayor can-
tra de varias maneras: p o r la existencia de tallos, frutos é im-
tidad de ácido carbónico para que hubiera podido desarrollarse La «.m^fer*
presiones de hojas en los mismos lechos de carbón; por la es- tan exuberante vegetación. Las plantas de aquella época hicie- l Y ^ e T . '
tructura de la m a d e r a que aun en la antracita ha podido obser- ron en grande el trabajo que ahora efectúan nuestros bosques
varse; por el ejemplo de la formación de turba que podemos purificando la atmósfera. Despues del período carbonífero me-
presenciar actualmente en muchas localidades; y en fin, porque joraron las condiciones físicas de la Tierra para el mayor per-
es posible formar una sustancia análoga al carbón sometiendo feccionamiento de los seres.
la madera pulverizada á la acción de la h u m e d a d , del calor y
En lo que respecta á la paleotopografía de México, en la edad
u n a fuerte presión; circunstancias que es de creerse obraron
que consideramos, es de suponerse que hácia la región Norte
en grande escala d u r a n t e la trasformacion de las plantas en
debe h a b e r sido semejante á la de los Estados Unidos, y hácia
carbón.
el centro, h u b o sin duda amplios y profundos m a r e s con algu-
i1.011
.chos de car. Los lechos de carbón fósil forman la riqueza de muchas n a -
en varios
países. ciones. nos pocos islotes emergidos; pues como v e r é m o s al estudiar el
Las áreas de los criaderos de carbón de los Estados Unidos tiempo mesozoico, las aguas pasaban sobre el lugar q u e hoy
se estiman así: ocupa la región central del territorio mexicano.
Geología—35.
Examen de ía Resumen de la edad carbonífera. Dominio de los mares al
edad carbóní- . , Fig. 64?
fcra. principio; formación de islotes y p a n t a n o s cubiertos de rica ve-
getación, especialmente de familias de los helechos, Equisetá-
ceas, Licopodiáceas y Coniferas; sumersiones y emersiones de EXPLICACION. BAJO
esas tierras; abundancia de peces en las aguas; aparición de los
primeros reptiles, aracnidos y miriápodos; conclusión de las Trilobitas
trilobitas. Género P a r a d o x i d e s
S e s ú m e o del § I V . RESUMEN DEL TIEMPO P A L E O Z O I C O . — F o r m a d o por las edades Id. Bathyurus
" " S T " siluriana, devoniana y carbonífera q u e acabamos de describir: Id. Asaphus y líemopleurides
Id. Calymeue, A m p y x , Illgenus, Aci-
en ellas liemos visto la aparición de los primeros seres y los m e -
daspis, y Ceraurus
joramientos que sucesivamente han tenido las faunas y ñoras Id. H o m a l o n o t u s y Lichas
que se han ido siguiendo. Relativamente á las faunas, en la Id. Phillipsia y Griffithides
edad siluriana sólo h u b o vida m a r i n a : en la devoniana comen-
D i s t r i b u c i ó n d e T r i l o b i t a s e n el p a l e o z o i c o .
zaron á presentarse las especies terrestres, y en la carbonífera
fueron más perfectos los seres que poblaron las tierras entonces
Como se ve, esta tabla indica con el primer rombo que los
emergidas.
diversos géneros de trilobitas comenzaron en el primer período
Biología dei Las particularidades más notables en la biología paleozoica,
paleozoico. de la edad siluriana, y acabaron ántes de concluir el permio,
fueron: que no solamente las especies se extinguieron, sino t a m - atravesando todo el tiempo paleozoico; despues vienen los lími-
bién muchos géneros, cuya circunstancia apoya el n o m b r e de tes en que determinados géneros existieron; en la última serie
paleozoico dado á ese tiempo; como observa Dana, solamente se ve, p. e., que los géneros Phillipsia y Griffitides comenzaron
quince ó diez y seis géneros paleozoicos tienen representantes en á aparecer en el período subearbonífero, llegaron á su máxi-
las especies vivientes, y todos esos géneros son moluscos. De los mum en el carbonífero, y se extinguieron al comenzar el permio.
radiados, fueron notablemente a b u n d a n t e s los ciatoíiloidos y los De las plantas, los lepiclodendros y sigilarías pueden conside-
crinoidos. La forma m á s común entre los moluscos fué la de los rarse como paleozoicas; de las calamitas pasaron algunas al
braquiópodos. Como tipo esencialmente paleozoico puede citar- tiempo mesozoico.
se á los trilobitas: en la siguiente t a b l a se manifiesta el princi-
Los espesores máximos que en Norte-América alcanzan las Espesores má-
pio m á x i m u m de desarrollo y decrecimiento de los diversos gé- ximos de las
rocas paleozoicas, se estiman de la siguiente manera: las silu- r o c a s paleozoi-
neros de esos crustáceos:
rianas 25,000 piés; las devonianas 14,400, y las carboníferas
16,000. Montañas hay que se presentan sin haber recibido otras
formaciones encima; se consideran como levantadas en la edad
de cuya roca están formadas, y así se dice m o n t a ñ a s arcaicas
como las Adironducks del Norte ele Nueva York; paleozoicas
como las del Sur del Lago Superior, etc.
Acontecimientos geológicos se hicieron sentir durante el tiem- Acontecimien-
tos geológicos
po paleozoico, como los cambios de nivel que hacían alternar d u r a n t e el
tiempo paleo-
las formaciones, las erupciones volcánicas, los metamorfismos, zoico.
los levantamientos y otros hechos que fueron trabajando, por supiales y probablemente pájaros; en los bosques h u b o espe-
decirlo así, para ir constituyendo los continentes. cialmente coniferas y cicadeas. Citaremos algunos fósiles a m e -
ricanos y otros europeos correspondientes al período triásico.
Zoófitos: algunos crinoídos como el Encrinus liliformis, son pe-
culiares del triásico. Moluscos: h u b o menos braquiópodos q u e
en las edades anteriores: aparecieron las amonitas, que son mo-
luscos cefalópodos característicos del mesozoico, y a u n q u e se-
CAPÍTULO III. mejantes á las goniatitas, ántes citadas, se distinguen especial-
m e n t e por la f o r m a m u y sinuosa de sus tabiques: los moluscos
TIEMPO MESOZOICO. gasterópodos y los lamelibranquios estuvieron representados en
el período triásico. Articulados: desaparecieron los trilobitas y
Tiempo meso- Dijimos ántes que este tiempo comprendía la edad délos rep- h u b o animales semejantes á los camarones; también insectos y
tiles, de la que pasamos á ocuparnos. arácnidos. Vertebrados: los primeros mamíferos aparecen en el
subdivisiones. Caracteres y subdivisiones de la edad. Las formas de los séres triásico, como el Microlestis antiguus: parece que todos ó la m a -
parecen como intermediarias entre las paleozoicas y las m o d e r - yor parte de esos mamíferos fueron marsupiales; los anfibios
nas; hé aquí por qué se llama mesozoico ó ele vida media el fueron como en América y Europa, y algunos con dimensiones
tiempo que comprende la edad de que nos ocupamos; en ella colosales; de éstos son notables los llamados Labyrinthodon; de
declinaron las formas antiguas, se establecieron las transitorias algunos solamente las huellas gigantescas, ó impresiones de sus
y se anunciaron las que hoy dominan en la Tierra. En la edad piés se h a n encontrado: algunas impresiones de piés se h a n re-
mesozoica abundaron los reptiles presentando gran variedad en ferido á las aves. Plantas: existieron aún algunos tipos de la
sus formas, y con dimensiones m u y superiores á las que hoy edad carbonífera; p e r o desaparecieron las sígílarias y los lepi-
corresponden á esos animales. dodendros: las coniferas formaron bosques y aparecieron en gran
Se divide en La edad de los reptiles se divide en los períodos Triásico, Ju- n ú m e r o las cicadeas, que a u n q u e de un porte semejante á las
tres períodos. . . , ,

rasico y Cretáceo: por la importancia que ellos encierran ele u n palmeras, son, sin embargo, plantas dicotiledóneas.
modo general, y e n ' p a r t i c u l a r para México, dedicaremos bas- Insertamos algunos dibujos que representan especies triá-
sicas.
tante atención á su estudio.
TRIODO TRIÁ-
sico.
§ I . PERÍODO TRUSICO.—Le viene este n o m b r e de que los te-
rrenos que lo constituyen en Alemania, consisten en tres g r u -
pos ele estratos bien separados ó perceptibles; estas secciones
son: la Arenisca abigarrada, la Caliza conchífera y el Keuper.
F a u n a y flora.
Fauna y flora. Al referirnos á las faunas y floras de N o r t e -
América, se encuentra la dificultad de que no están bien sepa-
rados los terrenos triásicos de los jurásicos, y también con la
circunstancia ele que los fósiles de algunas clases son raros; de
un m o d o general para a m b o s períodos, puede decirse que en
Norte-América hubo insectos, reptiles, peces, mamíferos, m a r -
los levantamientos y otros hechos que fueron trabajando, por supiales y probablemente pájaros; en los bosques h u b o espe-
decirlo así, para ir constituyendo los continentes. cialmente coniferas y cicadeas. Citaremos algunos fósiles a m e -
ricanos y otros europeos correspondientes al período triásico.
Zoófitos: algunos crinoídos como el Encrinus liliformis, son pe-
culiares del triásico. Moluscos: h u b o menos braquiópodos q u e
en las edades anteriores: aparecieron las amonitas, que son mo-
luscos cefalópodos característicos del mesozoico, y a u n q u e se-
CAPÍTULO III. mejantes á las goniatitas, ántes citadas, se distinguen especial-
m e n t e por la f o r m a m u y sinuosa de sus tabiques: los moluscos
TIEMPO MESOZOICO. gasterópodos y los lamelibranquios estuvieron representados en
el período triásico. Articulados: desaparecieron los trilobitas y
Tiempo meso- Dijimos ántes que este tiempo comprendía la edad délos rep- h u b o animales semejantes á los camarones; también insectos y
tiles, de la que pasamos á ocuparnos. arácnidos. Vertebrados: los primeros mamíferos aparecen en el
subdivisiones. Caracteres y subdivisiones de la edad. Las formas de los séres triásico, como el Microlestis antiguus: parece que todos ó la m a -
parecen como intermediarias entre las paleozoicas y las m o d e r - yor parte de esos mamíferos fueron marsupiales; los anfibios
nas; hé aquí por qué se llama mesozoico ó ele vida media el fueron como en América y Europa, y algunos con dimensiones
tiempo que comprende la edad de que nos ocupamos; en ella colosales; de éstos son notables los llamados Labyrinthodon; de
declinaron las formas antiguas, se establecieron las transitorias algunos solamente las huellas gigantescas, ó impresiones de sus
y se anunciaron las que hoy dominan en la Tierra. En la edad piés se h a n encontrado: algunas impresiones de piés se h a n re-
mesozoica abundaron los reptiles presentando gran variedad en ferido á las aves. Plantas: existieron aún algunos tipos de la
sus formas, y con dimensiones m u y superiores á las que hoy edad carbonífera; p e r o desaparecieron las sígílarias y los lepi-
corresponden á esos animales. dodendros: las coniferas formaron bosques y aparecieron en gran
Se divide en La edad de los reptiles se divide en los períodos Triásico, Ju- n ú m e r o las cicadeas, que a u n q u e de un porte semejante á las
tres períodos. . . , ,

rasico y Cretáceo: por la importancia que ellos encierran ele u n palmeras, son, sin embargo, plantas dicotiledóneas.
modo general, y e n ' p a r t i c u l a r para México, dedicaremos bas- Insertamos algunos dibujos que representan especies triá-
sicas.
tante atención á su estudio.
TRIODO TRIÁ-
sico.
§ I . PERÍODO TRUSICO.—Le viene este n o m b r e de que los te-
rrenos que lo constituyen en Alemania, consisten en tres g r u -
pos ele estratos bien separados ó perceptibles; estas secciones
son: la Arenisca abigarrada, la Caliza conchífera y el Keuper.
F a u n a y flora.
Fauna y flora. Al referirnos á las faunas y floras de N o r t e -
América, se encuentra la dificultad de que no están bien sepa-
rados los terrenos triásicos de los jurásicos, y también con la
circunstancia ele que los fósiles de algunas clases son raros; de
un m o d o general para a m b o s períodos, puede decirse que en
Norte-América hubo insectos, reptiles, peces, mamíferos, m a r -
^ Litolocjía. Es un hecho importante y singular q u e en el pe-
Rocas.
ríodo triásico hayan a b u n d a d o las areniscas rojas, tanto en Eu-
ropa como en América: para distinguir estas areniscas de las
devonianas, se les ha llamado nuevas areniscas rojas: en los
Estados Unidos esas -rocas presentan n u m e r o s o s diques de tmp:
el segundo piso en Europa está formado por la caliza conchífe-
ra, y el tercero por las margas ¡rizadas (Keuper). La roca mexi-
cana que contiene las impresiones de plantas triásicas es una
pizarra arcillosa de color gris más ó ménos pardusco y conte-
niendo partículas de mica; procede del Distrito de Acatlan en el
Estado de Puebla.
§ I I . P E R Í O D O JURÁSICO.—Llámase así este período porque las
Período j u r á -
rocas que le corresponden dominan en el monte Jura; sus sub- sico.

divisiones europeas se designan con los nombres de Lias, Olita


y Walden.
Fauna y flora. Lo relativo á este respecto para N o r t e - A m é -
Fauna y flora.
rica, se manifestó al hablar del período anterior, y del mismo
modo q u e esas citas, nos referirémos más especialmente á las
faunas y floras europeas. Radiados: en los lechos jurásicos de
las m o n t a ñ a s Rocallosas se encuentran algunos zoófitos: en Eu-
ropa h u b o equinodermos y crinoidos. Moluscos: los lamelibran-
quios y gasterópodos abundaron en los mares de Europa: h u b o
especies de los géneros Grifeas y Tñgonia, y las amonitas fueron
más numerosas que en el período anterior; el género Belemnites es
característico del mesozoico; lo que se conserva de este género
de moluscos es un hueso interno semejante al de las sepias. Ar-
ticulados: tipos como los citados en el período anterior. Verte-
brados: los peces fueron especialmente ganoidos y selaquianos:
de los reptiles, que fueron los tipos prominentes, debemos citar
el Ichtyosaurus y el Pleriosaurus, que habitaron los m a r e s de
aquel período; el primero tenia ojos m u y grandes, y presentaba
alguna apariencia de pez, á lo que debe su nombre; algunos es-
Núm. 65? a v 65? b. Ctenopliyllum Emonsi (de los terrenos triásicos de queletos de ictiosauros miden hasta 30 piés de longitud: el ple-
Tecomatlán, Puebla, y se encuentran también en los Estados Unidos).— riosauro era tan grande como el anterior; tenía el cuello m u y
60? Ammonites Studerii (de los terrenos triásicos de Europa).—67? Encrinus
alargado. Otro reptil m u y notable es el Pterodactylus, que tenia
liliformis (de id. id.)—68? Impresiones de patas de un anfibio llamado Chei-
rotherium. un dedo muy largo sosteniendo una m e m b r a n a en forma de ala,
como se observa en los murciélagos; habia, pues, reptiles acuáti-
cos, terrestres- y voladores en el mesozoico: también h u b o t o r -
tugas en el jurásico; pero no se han encontrado aún restos d e
culebras. Hánse encontrado restos de aves y también de una
especie que tiene apariencia de reptil, pues la cola se halla ar-
ticulada, es decir, con vértebras, de las cuales parten las p l u m a s ;
h u b o también mamíferos, cerca de 20 especies, siendo las más
de ellas del piso oolítico.
Los siguientes dibujos representan algunos fósiles jurásicos..

Fig. 69? Fig. 70?

Fig. 71?

Núm. 69? Cidaris Blumenbacliii (del piso oolítico de Europa).—70? Gry-


pha¡a incurba (dél jura europeo).—71? Trigonia clavellata (del piso oolítico). Núm. 72? a. Ammonites .Ja mes-Dan a (Uárcena) (del terreno jurásico de
la Trinidad, Puebla, México).—72? />. Dorso de id. id.
Geología.—36.
Fig. 73?
Fig. 75?

Núm. 73? Fragmento de Ammonites planula (del Mineral de Catorce, Mé- Num. 75? Plesiosaurus dolichodeirus (X iV) (reptil de id. id.)—76? Pete-
xico).—74? Ichthyosaurus communis ( X rfa) (reptil del Jura europeo). rodactylus crassirostris ( X i ) (reptil volador de id. id.)
Litología. Como se dijo, no están separadas todas las rocas rísticos como los Hippuriles, Radiolites, Caprotina y Caprina.
jurásicas de las triásicas en los Estados Unidos, y nos referimos Corresponden á la familia de las amonitas los géneros Scaphites,
por tanto á las rocas aludidas en el período anterior. Relativa- Turrilites y Baculites y otros que presentan envolvimientos y
mente á México, dirémos que los fósiles jurásicos que liemos ci- porte distinto de aquellas, y vienen á indicar como u n a modi-
tado se encuentran en rocas apizarradas, sean arcillosas ó cali- ficación que anunciara su extinción, pues acaban en el cretáceo.
zas. En Europa, el piso liásico está en general formado de Algunos de estos géneros característicos del último período del
calizas: el oolítico está también constituido por calizas, siendo mesozoico, tanto en E u r o p a como en Norte-América, los he-
globulares algunas de ellas; el piso llamado W a l d e n , contiene mos encontrado en México y h e m o s descrito las primeras ra-
arcillas, arenas y algunas calizas de estuarios ó depósitos de agua diolitas é hipurítas mexicanas, fijando así horizontes cretáceos
dulce. Las pizarras jurásicas q u e contienen las amonitas, J a m e s - bien determinados. Vertebrados: aparecieron los primeros peces
Dana y Planula, son de Acaxochitlan en el Estado de Hidalgo, y Teliostos ó huesosos; de los reptiles persistieron algunas especies
la Trinidad del de Puebla; la última especie procede del mineral del jurásico, y correspondientes a los grupos de Pterosaurus,
de Catorce. Con la A. J a m e s - D a n a se encuentra también la es- Encdiosaurus y Dinosaurus, apareciendo los grandes Mosasaurus,
pecie biplex que caracteriza los pisos jurásicos en Europa. En q u e pueden llamarse las enormes serpientes de los m a r e s de
Noria de Angeles, Zacatecas y otras localidades mexicanas hay aquel período. Entre las aves h u b o algunas con el pico denta-
amonitas jurásicas, do, y presentando otros caracteres semejantes á los de los rep-
PERIODO CRETÁ- § III. P E R Í O D O GRETACEO.—Es el último del tiempo mesozoico: tiles. Plantas: A las Cicádeas y Coniferas vinieron á asociarse las
su n o m b r e lo debe á las formaciones de creta que se encuentran palmeras y dicotiledóneas anguíospermas, apareciendo estas dos
en Europa; divídese en bajo, medio y alto cretáceo, últimas por la primera vez en el mundo, y con esto se aseme-
pauna y Hora. Fauna y flora. Muy particulares son los caracteres paleonto- j a b a más aquella vegetación al aspecto de la actual.
lógicos que corresponden al período cretáceo; durante su cur-
so se extinguieron muchos tipos especiales del mesozoico, y se Se insertan algunos dibujos de fósiles cretáceos.
iniciaron los de las edades m o d e r n a s : presentáronse además gé-
neros y especies e m i n e n t e m e n t e característicos de este período.
Protozoarios: los rizópodos tuvieron una grande importancia en Fig. 77?
el cretáceo, y sus restos vinieron á f o r m a r las grandes masas
de creta q u e dan el n o m b r e á este período: las esponjas t a m -
bién a b u n d a r o n , y sus espículas vinieron á dar material silizoso
para la formación del pedernal que se encuentra en las capas
cretáceas. Radiados: fueron más a b u n d a n t e s los equinodermos
y corales en E u r o p a y América, sucediendo lo mismo en Méxi-
co, pues en los terrenos cretáceos encontramos equinodermos
y corales. Moluscos: existieron géneros propios del mesozoico al
lado de otros que a ú n viven: de los primeros debemos citar las
amonitas y belemnitas, las grifeas, los Scaphites y Baculites; tam-
N ú m . 77? Lituola nautiloidea (P.izópodo de la creta europea).—78? Orbi-
bién varios géneros de moluscos rudistas esencialmente caracte-
tolina tejaba (Rizópodo del cretáceo de Texas).—79? Gryphasa Pitcheri (del
cretáceo del rio Mississippi).
Fig. 80? Fig. 81? Fig. 82?
Fig. 83? è.

Fig. 84?

Fig. 83? a.

Nüm. 80? Baeulites ovatus (del cretaceo de New Jersey).—81? Turrilites


catenatus (del cretàceo europeo).—82? Scaphites larvEeformis (del cretaceo de
Nebraska).—83? a. Hippurites mexicana (Bdrcena) (del cerro de Apasco,
Num." 83? b. Hippurites, bocas de las vaivas inferiores (de id.)—84? Hippu-
México).
rites calamitseformis (Bärcena) (de id.)
Fis?. 86? a. Fig. 86? b.

Fig. 58? a.

Fig. 86? c.

Fig. 85? b.

Núm. 85? a. Eadiolites Mendoza; (Barcena) (de la Sierra de Santa Catari- Núm. 86? a. Nerinea Castilla (Barcena) (de los cerros del mineral del Doc-
na, San Luis Potosí, México).—85? b. Id. id. id. tor. Querétaro, México).—86? b. y 86? c. Secciones de id. id.
Geolozía—V.
319

Litologia. Las rocas cretáceas están formadas de creta ó son Rocl,.


Fig. 86? d. Fig. 8 6 ? e.
calizas, areniscas, conglomerados y pizarras; en m u c h a s locali-
dades los lechos no están bien unidos ó consolidados; á veces
las areniscas son verdes: en la creta se presentan con frecuen-
cia nodulos de pedernal.
Relativamente á México, y según nuestras propias observa-
ciones, podemos dar los siguientes datos: las rocas que por sus
fósiles y relaciones estratigráficas, consideramos como clara-
m e n t e cretáceas, son calizas compactas, fétidas, de color gris de
h u m o , conteniendo hipuritas, nerineas y radiolitas en grande
abundancia; en estratificación concordante con estas masas hay
caliza pizarra, pizarras arcillosas y lechos de piedra lidia; la po-
sición más constante en estas rocas es la siguiente, comenzando
Fig. 87? a. Fig. 87? b. p o r las capas superiores:
1. Pizarras delgadas, arcillosas, de color amarillento.
2. Pizarras arcillosas de colores claros, gruesas y quebra-
dizas.
3. Caliza apizarrada de color gris de h u m o , con lechos de
piedra lidica, y alternando con pizarras negras arcillosas.
4. Caliza fosilífera.
5. Cal pizarra, de color negro agrisado, conteniendo óxidos
de manganeso y partículas carbonosas.
Estas rocas se presentan removidas y plegadas en diversos
sentidos; pero su estratificación es concordante, y el r u m b o más
general de las capas salientes es de N.O. á S.E. con inclinación
al S.O.
En otras localidades se presentan algunas calizas apizarradas
de color gris de perla; alternan con lechos de piedra lídica, y
contienen nodulos de piritas; por su dirección é inclinación así
como por otras analogías, creemos que estas rocas son igual-
m e n t e cretáceas.
Las rocas ígneas que levantaron estas masas son c o m u n m e n -
Ntím. 8(i? d.'j 86? e. Secciones de la Nerinea Castilli—87? a. Ncrinea an- te pórfidos traquíticos; en algunas localidades, a u n q u e en me-
guillina (Castillo y Barcena) (de los cerros de Huetamo).—87? b. Sección nor número, se ven diques de granito, ele diorita y de basalto.
de id. id. H a y algunos otros terrenos, sobre todo en los Estados de Zaca-
tecas, Aguascalíenfces y San Luis, en que existen la vacia, las pi-

al'
zarras y la caliza, que por su estratigrafía pudiera creerse f u e - Luis Potosí, Noria de Ángeles, Zacatecas, y El Gallo en Duran-
r a n t a m b i é n mesozoicas; pero la falta de fósiles no ha permitido go, son de los grupos jurásicos, a u n q u e de muchas de ellas no
clasificarlas con exactitud. hemos examinado más que fragmentos sin poder rectificar la
clasificación.
Considerado* § II. CONSIDERACIONES PALEOTOPOGRÁFIGAS Y HECHOS GEOLÓGICOS
PRINCIPALES DEL TIEMPO M E S O Z O I C O . — E n Norte-América, durante Ultimamente el Sr. Ingeniero D. Pedro Santies nos mostró
" ; i r l o s periodos triás¡co y jurásico, parece que el Continente e s t u - u n a coleccion de fósiles procedentes de la Encantada, cantón de
vo m e n o s sumergido que en las edades anteriores: en el lado Aldama, Estado de Chihuahua. Encontramos entre esos fósiles
oriental, hay rocas que indican grandes estuarios ó bahías que al género Ccratit.es, característico del triásico, y varias especies
no dejaron restos de vida marina; esas formaciones que indi- como la Grifen carinata del jurásico. Existen, pues, en aquella
caban depresiones ó valles eran paralelas á los Apalaches; e n localidad, rocas de los dos primeros períodos del mesozoico.
varias partes se presentan diques de rocas ígneas con igual di- Creemos, por tanto, que en los períodos triásico y jurásico
rección: algunas de las areniscas de esos terrenos mesozoicos h u b o algunos levantamientos en esta parte del Continente que
contienen impresiones de gotas de lluvia, pies de reptiles y otras emergieron ciertas porciones de las tierras de aquellos períodos,
señales que d e m u e s t r a n la existencia de aguas someras y d e y que hoy están á descubierto; probablemente en la mayoría de
superficies emergidas de las mismas formaciones: esas capas de- esta área siguieron depositándose los sedimentos cretáceos so-
m u e s t r a n t a m b i é n varias oscilaciones ó cambios de nivel: hácia bre los otros del mesozoico.
la región occidental, por las montañas Rocallosas, h u b o sin d u - En Europa las capas triásicas indican grandes m a r e s some-
Consideracio-
nes rcl itas s
da m a r e s interiores someros, cuyas aguas eran poco propicias ros. interiores, miéntras que las jurásicas demuestran mares más "
Europa.
p a r a el desarrollo de la vida, pues ios sedimentos que en esa
profundos y m u y poblados por moluscos y otros animales: las
región se encuentran son m u y pobres en fósiles; algunos lechos
m o n t a ñ a s del Jura, como se ha dicho, están en gran parte cons-
jurásicos de la región occidental, contienen restos fosilíferos, d e -
tituidas por rocas pertenecientes al segundo período clel tiempo
mostrando mayor poblacion en aquellos mares.
mesozoico.
Considerado- Relativamente á México durante esos dos primeros períodos Con referencia á los climas, las especies de corales, de algunos Climatología.

" ^Mfe'eo"'' del mesozoico debemos creer que la mayor parte del lugar q u e moluscos, de los grandes reptiles y de algunas plantas demues-
a h o r a ocupa s u territorio estaba sumergida bajo los mares, á juz- tran que el clima cálido se extendía m u c h o más allá que en la
gar por la grande extensión que ocuparon las formaciones m a - actualidad, del Ecuador hácia las altas latitudes. Durante el pe-
rinas del último período del mesozoico. De pocas localidades ríodo cretáceo, los mares cubrían todos los bordes del Golfo m e -
Distribución

t e n e m o s datos seguros sobre la existencia de rocas triásicas y xicano, la Florida y parte de la costa oriental de los Estados cretáceos.

jurásicas en México. P o r el Sur de Puebla, donde se ven las Unidos: esas aguas se extendían en ancho brazo de m a r sobre
impresiones de plantas triásicas, y además las localidades de el Continente, hácia el N.O., alcanzando probablemente hasta el
d o n d e proceden amonitas de los grupos característicos del j u - Océano Ártico; por las costas clel Occidente había también una
rásico. La especie que clasificamos con el n o m b r e de A. J a m e s - gran porcion de tierra sumergida, contándose en ella gran parte
Dana, es del grupo de las Arietinas que se consideran c o m o de la región correspondiente á las m o n t a ñ a s Rocallosas. Esta
j u r á s i c a s ; e j e m p l a r e s d e esa especie han sido encontrados en Aca- distribución de los mares cretáceos se ve en el mapa inserto en
xochitlan, Estado de Hidalgo, y en la Trinidad y Iluilacapixtlai la obra del Profesor Dana, y en atención á las observaciones
del de Puebla; otras amonitas procedentes de Catorce, S a n que hemos hecho en México, acerca de fósiles y rocas del pe-
pagádose hácia el Noroeste, rumbo á la región de las montañas
ríodo cretáceo, suponemos que los mares Atlántico y Pacífico
Rocallosas. Tal suposición la apoyamos en los hechos siguien-
estaban unidos en aquel período del mesozoico, pasando so-
tes: primero, en el desarrollo é importancia de la formación tra-
bre lo que hoy es el territorio mexicano, y en el m a p a inserto
quítica de Sur-América; segundo, en la dirección del Continen-
al fin de la parte litológica de este libro, se ve señalada con
te, que es de S.E. á N.O.; tercero, en la dirección más general
puntos la prolongacion de esos mares, como hemos supuesto.
ele nuestras cadenas de montañas, de muchas vetas, galerías
Es de advertirse que consideramos que en dicho período h a -
subterráneas y otros accidentes del territorio mexicano que es-
bría varios islotes emergidos y también porciones correspon-
tán igualmente dirigidos de S.E. á N.O.
dientes á rocas de otras edades, como lo venimos asentando
Si pues al fin del cretáceo hubo ese gran movimiento volcá-
en sus respectivas citas. Las aguas que cubrían entonces la par-
nico en esta parte de la América, debe haberse formado en-
te del Continente que hoy corresponde al territorio d e México,
tonces una gran parte del esqueleto montañoso de nuestro te-
deben haber sido en su mayor p a r t e claras y de regular pro-
rritorio; estaría entonces cruzado por cordilleras y relieves entre
fundidad, atendiendo á los restos fósiles que hoy encontramos
los cuales quedarían grandes espacios, que en algunos lugares
con abundancia en muchas de nuestras montañas. En general,
llenarían despues las aguas de los mares cenozoicos, y en otros
en varias partes, son verdaderos conglomerados de moluscos
los depósitos lacustres; era, pues, nuestro territorio al comenzar
rudistas, especialmente hipuritas y radiolitas, asociadas á algu-
la edad terciaria, una gran red montañosa encerrando parte de
nos gasterópodos, como las nerineas. El género Nerinea, en al-
m a r y diversos lagos en los espacios que hoy ocupan los valles
gunas partes del m u n d o caracteriza las rocas jurásicas ó las cre-
mexicanos. De entonces debe datar el principio del volcanismo
táceas; pero en México las conchas de esegasterópodo se hallan
que ha venido en diversas épocas haciendo sentir sus efectos en
mezcladas á aquellos rudistas, que son eminentemente caracte-
esta parte de la Amérida.
rísticos del cretáceo: la misma observación de muchos fósiles
nos induce á creer que las rocas q u e los contienen pertenecen Con referencia al Continente europeo, os de suponerse que Aspec[odel
Coati n
al piso superior del período. persistía formando archipiélago, y que los mares tenían gran ™" "
Formación d
el Atendida le frecuencia de las montañas formadas de rocas profundidad en su mayor parte, con especialidad donde se for-
taflotdeue-' cretáceas en México, es de suponerse que ántes del fin del me- maron los depósitos de creta, que como se dijo, está constituida
""Too!0*" sozoico, no estaba aún formado el esqueleto rocalloso de nuestro de restos ele seres microscópicos, como de diatónicas y rizópo-
territorio; ahora observamos que los agentes del levantamiento dos y espículas de esponjas; séres que viven bajo grandes masas
ele esas montañas fueron las rocas ígneas, especialmente los pór- de agua.
fidos, las traquitas y los basaltos; en muchas localidades la roca §1V. Resúmen del tiempo mesozoico. Comprende solamente una „„„„j,.,
ígnea aparece derramada sobre la caliza cretácea, despues de edad, que es la de los reptiles, y está dividida en los períodos t i e ' ° o ~
haber levantado sus estratos. A h o r a bien; como de un modo triásico, jurásico y cretáceo; la duración relativa de éstos se es-
general, no se ven sedimentos cenozoicos sobre esas rocas cre- tima en las proporciones de 1 : : 1. En los períodos primero
táceas, de admitirse es, que ese gran movimiento volcánico que y segundo, en Norte-América, había aguas someras, sobre todo
levantara los sedimentos marinos, comenzó al fin del mesozoi- de estuarios en su parte oriental; en la occidental se formaban
co, y fué probablemente la causa d e la extinción de la vida cre- también depósitos marinos, siendo más considerables los j u r á -
tácea en esta parte del Continente. El movimiento debe haber sicos: la porcion del Continente que corresponde á México, debe
comenzado hácia el Sureste, en la región de los Andes, y pro- haber estado sumergida en su mayor parte; en Europa las for-
maciones indican la existencia de mares rodeando varias islas: las aves cuyas clases debian de venir á dominar en la siguien-
te edad del m u n d o .
en el cretáceo, el m a r b a ñ a b a las costas del Golfo en los Estados
Unidos, y se extendía e n ancho brazo hacia las regiones árticas La desaparición de muchas especies de animales, aun de fa-
en dirección N.O.: en México estaban unidos los mares Atlán- milias y géneros, al concluir el período cretáceo, dice Dana, que
no puede explicarse más que por un cambio súbito de clima;
tico y Pacífico, lo que se infiere de la existencia de fósiles cre-
por un enfriamiento considerable, venido sin duda por el levan-
táceos en muchos p u n t o s del territorio, que n o pueden per-
tamiento de las tierras liácia las altas latitudes; es decir, p o r
tenecer á mares aislados: en Norte-América estaban formadas
una época semiglacíal, que traería corrientes frías de los mares,
ya las montañas de los Apalaches, pero se hallaban en vía de
desde las regiones árticas hácia las ecuatoriales. Sin contrariar
formación las cadenas occidentales: en México se formó gran
esta explicación, puede h a b e r contribuido el gran movimiento
parte del esqueleto m o n t a ñ o s o al terminar el mesozoico, y de
volcánico que nosotros h e m o s supuesto del extremo Sur del
entonces deben datar m u c h a s de las vetas metalíferas que hoy
Continente americano hácia el N.O.: los efectos inmediatos de
forman nuestra' riqueza minera; suponemos un extenso volca-
la acción ígnea, así como los trastornos causados por el movi-
nismo al cerrarse el mesozoico, cuyo fenómeno comenzaría en
miento anormal de las aguas y la formación de corrientes de
los Andes, propagándose en dirección S.E. á N.O. Los principa-
diversas temperaturas, cooperaron á no dudarlo, y en grande es-
les hechos biológicos del mesozoico, son: primero, la declinación
cala, á la obra de exterminio que tuvo lugar al concluir el m e -
de los tipos paleozoicos: segundo, el incremento y dominio de las sozoico.
formas mesozoicas: tercero, el anuncio ele los tipos modernos.
Con referencia á estos hechos, asienta el Profesor Dana: que las
calamitas y varios géneros de helechos desaparecieron en el j u r á -
sico; de los antiguos braquiópodos, las esperíferas y las leptajneas
se acabaron en el triásico; que en este mismo período t e r m i n a -
ron las ortoceras y goniáticas. De las formas mesozoicas, obser-
va: que las cicádeas fueron las plantas más características de ese
CAPÍTULO IY.
tiempo; los moluscos cefalópodos existieron con abundancia,
siendo m u y característicos los géneros Amonites y Belemmtes; TIEMPO CENOZOICO.

se conocen hasta el dia 1,200 especies de cefalópodos mesozoi-


Comprende dos edades: la "Terciaria" ó de los mamíferos y la "Cuaternaria"
cos, siendo de ellos 950 pertenecientes á la familia de los n á u -
ó del hombre.
tilos y de las amonitas; q u e los reptiles dominaron tanto por su
n ú m e r o como por su t a m a ñ o y variedad de formas; h u b o rep-
§ I . E D A D TERCIARIA.—Caracteres y subdivisiones de la edad. Caracteresy
tiles nadadores, terrestres y volátiles, con dimensiones m u y su-
El desarrollo rápido y el dominio de los mamíferos, así como de
periores á las de los reptiles comunes de la actualidad; los m a - ciaria
las plantas anguiospermas, forma u n o de los caracteres propios '
míferos fueron en su m a y o r parte marsupiales, y muchas de las
de esta edad: los mamíferos que le corresponden, son todos de
aves tuvieron caracteres semejantes á los de los reptiles. Como
especies extinguidas; ele los otros animales, lo son también en
anuncio de los tipos m o d e r n o s deben citarse las plantas anguios-
gran parte; en el curso de la edad terciaria, se fué acercando á
permas y las palmeras; la propagación ó aumento de los peces
su configuración actual la superficie terrestre. Divídese esta
teliostos ó huesosos, y en fin, el anuncio de los mamíferos y de
Geología.—38.
maciones indican la existencia de mares rodeando varias islas: las aves cuyas clases debian de venir á dominar en la siguien-
te edad del m u n d o .
en el cretáceo, el m a r b a ñ a b a las costas del Golfo en los Estados
Unidos, y se extendía e n ancho brazo hacia las regiones árticas La desaparición de muchas especies ele anímales, aun de fa-
en dirección N.O.; en México estaban unidos los mares Atlán- milias y géneros, al concluir el período cretáceo, dice Dana, que
no puede explicarse más que por un cambio súbito de clima;
tico y Pacífico, lo que se infiere de la existencia de fósiles cre-
por un enfriamiento considerable, venido sin duda por el levan-
táceos en muchos p u n t o s del territorio, que n o pueden per-
tamiento de las tierras hácia las altas latitudes; es decir, p o r
tenecer á mares aislados: en Norte-América estaban formadas
una época semiglacíal, que traería corrientes frías de los mares,
ya las montañas de los Apalaches, pero se hallaban en via de
desde las regiones árticas hácia las ecuatoriales. Sin contrariar
formación las cadenas occidentales: en México se formó gran
esta explicación, puede h a b e r contribuido el gran movimiento
parte del esqueleto m o n t a ñ o s o al terminar el mesozoico, y ele
volcánico que nosotros hemos supuesto del extremo Sur del
entonces deben datar m u c h a s de las vetas metalíferas que hoy
Continente americano hácia el N.O.: los efectos inmediatos de
forman nuestra' riqueza minera; suponemos un extenso volca-
la acción ígnea, así como los trastornos causados por el movi-
nismo al cerrarse el mesozoico, cuyo fenómeno comenzaría en
miento anormal de las aguas y la formación de corrientes de
los Andes, propagándose en dirección S.E. á N.O. Los principa-
diversas temperaturas, cooperaron á no dudarlo, y en grande es-
les hechos biológicos del mesozoico, son: primero, la declinación
cala, á la obra de exterminio que tuvo lugar al concluir el m e -
de los tipos paleozoicos: segundo, el incremento y dominio de las sozoico.
formas mesozoicas: tercero, el anuncio de los tipos modernos.
Con referencia á estos hechos, asienta el Profesor Dana: que las
calamitas y varios géneros de helechos desaparecieron en el j u r á -
sico; de los antiguos braquiópodos, las esperíferas y las leptajneas
se acabaron en el triásico; que en este mismo período t e r m i n a -
ron las ortoceras y goniálicas. De las formas mesozoicas, obser-
va: que las cicádeas fueron las plantas más características de ese
CAPÍTULO IY.
tiempo; los moluscos cefalópodos existieron con abundancia,
siendo m u y característicos los géneros Amonites y Belemnites; TIEMPO CENOZOICO.

se conocen hasta el dia 1,200 especies de cefalópodos mesozoi-


Comprende dos edades: la "Terciaria" ó de los mamíferos y la "Cuaternaria"
cos, siendo de ellos 950 pertenecientes á la familia de los n á u -
ó del hombre.
tilos y de las amonitas; q u e los reptiles dominaron tanto por su
n ú m e r o como por su t a m a ñ o y variedad de formas; h u b o rep-
§ I . E D A D TERCIARIA.—Caracteres y subdivisiones de la edad. Caracteres y
tiles nadadores, terrestres y volátiles, con dimensiones m u y su-
El desarrollo rápido y el dominio ele los mamíferos, así como de
periores á las de los reptiles comunes de la actualidad; los m a - ciaria
las plantas anguiospermas, forma u n o de los caracteres propios '
míferos fueron en su m a y o r parte marsupiales, y muchas de las
de esta edad: los mamíferos que le corresponden, son todos de
aves tuvieron caracteres semejantes á los de los reptiles. Como
especies extinguidas; ele los otros animales, lo son también en
anuncio de los tipos m o d e r n o s deben citarse las plantas anguios-
gran parte; en el curso de la edad terciaria, se fué acercando á
permas y las palmeras; la propagación ó aumento de los peces
su configuración actual la superficie terrestre. Divídese esta
teliostos ó huesosos, y en fin, el anuncio de los mamíferos y de
Geología.—38.
326

edad en los períodos Eoceno, Mioceno y Plioceno, cuyos n o m -


bres indican: aurora reciente, mimos reciente y más reciente, que
refiriéndose á la relación que h a y entre las especies extinguidas
y las vivientes del cenozoico, se asienta: que en el primero de los
períodos casi todas sus especies se extinguieron; que del segun-
do viven casi la mitad, y en el último persisten en m a y o r p r o -
porcion. En los Estados Unidos se gubdivide el eoceno en los
períodos Lignítico y Alabama, y al mioceno corresponde el
Fig. 90? Fig. 91?
llamado Yorktown.
»»U.,»; AORA. P E R Í O D O EOCENO.—Fauna y flora. Son características de este

período las numulitas, p e q u e ñ a s conchas de protozoarios que


aparecieron en el eoceno; á veces forman rocas y aun acumula-
ciones m u y grandes en las m o n t a ñ a s . Moluscos: sus formas fue-
ron ya semejantes á las d é l o s actuales; algunos géneros eocenos
no existen ya. Vertebrados: estos animales son los que presen-
tan mayor ínteres en el cenozoico; los peces huesosos a b u n d a -
ron en las aguas eocenas; h u b o cocodrilos, tortugas, y las pri-
meras serpientes datan de este período; h u b o aves semejantes
Niím. 88? Caliza con Nummulites scabra, de Hungría.—89? Nummulites
á las ele la actualidad: los mamíferos aparecieron dominando en Puschi (de los Pirineos).—90? Astarte Conradi (del. eoceno de Alabama).—
el mundo, a u n q u e de especies y aun muchos géneros distintos 91? Pié de Orohippus (Caballo del eoceno).
de los actuales, sin embargo, s u s formas eran análogas á las hoy
conocidas: debemos citar los Paleoterios, de figuras semejantes Litología. Las rocas eocenas son marinas ó de agua dulce, y
á los Tapiros; los Anaploterios q u e vivían en los lagos y sus cer- por lo general poco duras: se hallan regularmente formadas de
canías; el Xifoclon cuyo porte era semejante al de los ciervos: arenas, guijarros y arcilla; también hay calizas, siendo algunas
estos paquidermos y algunos otros clan cierto carácter á la fau- notablemente fosilíferas, como las que contienen numulitas, po-
na eocena; en ella se p r e s e n t a r o n géneros semejantes al caballo liperos, conchas, etc. Notables son las rocas calizas y los yesos
actual, a u n q u e con mayor n ú m e r o de dedos en los piés. Flora: de Paris de d o n d e se han extraído tantos huesos fósiles que
las plantas dicotiledóneas de aspecto semejante á las que hoy puede decirse dieron motivo á Cuvier para que fundase la P a -
constituyen nuestros bosques, f o r m a r o n los del eoceno; también leontología. Las rocas que en México conocemos como clara-
los vegetales microscópicos d e j a r o n señales de su existencia p o r mente eocenas son calizas amarillentas, conteniendo numuli-
sus partículas silizosas que constituyen capas de trípoli: las plan- tas, pecten y otros fósiles, y que se encuentran en las costas del
tas de órdenes superiores d e j a r o n depósitos de lignitos en m u - Golfo, cerca de T ú x p a n .
chas localidades.
P E R Í O D O MIOCENO.—Mejorándose sucesivamente las circuns-

tancias topográficas y climatéricas del globo, las faunas y floras


Los siguientes dibujos r e p r e s e n t a n algunos fósiles eocenos:
iban adquiriendo mayor perfección, como se irá notando en la
sucesión de los períodos en la edad terciaria.
Fnuua y Hora. Fauna y flora. Como rasgo más notable del período mioceno
debemos citar la aparición de los grandes proboscidianos, como
son el Dinoterio, el Mastodonte y el Elefante, de muchos carni-
ceros y de los monos ó cuadrumanos. Los dos primeros géne-
ros corresponden á grandes mamíferos, semejantes en su as-
pecto á los elefantes; el primero tenia dos defensas ó colmillos,
inclinados, en su mandíbula inferior; los mastodontes tenían
dientes molares que difieren de los de los elefantes en que en
vez de láminas presentan pezones ó protuberancias salientes.
Las siguientes figuras representan fósiles miocenos:

Fig. 94?
N ú m . 95? Pió de Hipparion (caballo plioceno).—96? Pié de Equus (caba-
llo como el actual)._97? «. Spheroma Burkartii (Barcena), tamaño natural
(fósil extraído en una perforación artesiana de las capas terciarias del Valle
de A meca de Jalisco).—97? b. L a misma aumentada,—97? c. Cabeza de id. id.

Consideraciones semejantes á las anteriores, respecto á la li- u^a.


tología, tenemos que hacer en lo relativo al período plioceno,
advirtiendo que sólo mencionamos los hechos más generales.
Según el Dr. E. D. Cope, deben considerarse como pliocenos los
terrenos del Valle de México donde se encuentran los huesos
de elefantes, mastodontes, etc., de que 'hablaremos adelante,
N u m . 92? Crepidula costa ta (del mioceno de Virginia).—93? Dinotherium
giganteum ( X (del mioceno de Europa).—94? Pié de Anchiterium (ca- y que muchos geólogos clasifican como de la edad cuaterna-
ballo del mioceno). ria, y al describir esta edad harémos mención de esa fauna
mexicana.
Rocas, Litología. Observaciones semejantes á las referidas para el
período anterior, tenemos que hacer en este respecto, en el pe- Consideraciones paleotopográflcas y hechos más importantes de
DCS8encra ,s
ríodo mioceno. la edad terciaria. Al comenzar esta edad hallábanse aún su- "- '
mergidas bajo las aguas grandes porciones de las costas del
PCDO^PHOCE. P E R Í O D O PLIOCENO.—Fauna y flora. Al fin se fueron aproxi-
Golfo mexicano, y algunas partes ele la región occidental ó costas
Fauna y Hora, mando más y niás las formas vivientes de las actuales, y ma-
del Pacífico en la América del Norte: despues comenzó á hacer-
yor número de especies ele este período de la edad terciaria
se más general la emergencia de las tierras, y las cordilleras fue-
sobreviven aún: aparecieron los animales solípedos, como el ca-
ron elevándose hasta alcanzar alturas considerables; la edad
ballo, es decir, que n o tienen más que una sola pezuña: tam-
terciaria fué la de la elevación de muchas cadenas ele montañas
bién debe citarse como otro hecho singular del período plioce-
en ambos continentes, y como dice Dana: "esta fué de las gran-
no, la aparición de la raza bovina.
des épocas de formación de montañas, en la historia geológica
Las siguientes figuras representan fósiles pliocenos: de América."

considerado. Consideraremos lo que acontecería en esa edad terciaria en minando la orografía y la estratigrafía del país. En comprobación
- á ¿ r la parte de Continente correspondiente á México. Vimos q u e de este supuesto, citamos el siguiente hecho: Iiízose u n a per-
m u c h a s montañas del interior y cerca de las costas de nuestro foración artesiana en el valle de Ameca, Estado de Jalisco, lle-
territorio, están formadas p o r rocas cretáceas levantadas por ma- gando la sonda á más de 250 metros; atravesóse una gran serie
sas de pórfido; de cuyas circunstancias dedujimos que al con- de capas lacustres cuaternarias, y al fin de la excavación se h a -
cluir el período cretáceo, habían sido levantados los sedimentos lló u n a formación oolítíca, conteniendo numerosas esferomas
de sus mares, y se había formado u n a red de eminencias q u e fósiles, como la que hemos dibujado anteriormente. Este es un
rodeaban diversas oquedades del terreno. Como las observa- fósil marino, y por consiguiente demuestra la entrada del mar
ciones hechas en otras p a r t e s de la América y en el Continente hasta el lugar en que hoy se encuentra aquel valle y á más de
europeo, manifiestan que en la edad terciaria tuvo lugar el prin- 40 leguas de la costa; á u n a altura de 1500 metros sobre el mar,
cipal movimiento geológico que formara algunas de las más ele- y en medio de comarca montañosa: en las capas superiores del
vadas montañas; d e b e m o s inferir, que comenzando el movi- valle y de otros terrenos que se alejan hácia el m a r aparecen
miento como se observa e n México, al fin ele la edad mesozoi- con frecuencia los restos ele mamíferos cuaternarios. Las aguas
ca, dió principio á la terciaria, y fué formándose el esqueleto pluviales llenaron, pues, ó comenzaron á ocupar esas oquedades
montañoso de México, continuando esa obra de levantamiento desde la edad terciaria, terraplenando con sus sedimentos las
y arreglo clel Continente e n el cenozoico. En efecto, al lado ele desigualdades elel terreno.
las cordilleras calcáreas del cretáceo, surgen ó aparecen en mu-
En Europa, como indicamos, así como en el Asia y el África, Consiaeraclo.
chas direcciones en n u e s t r o territorio cordilleras y m o n t a ñ a s
tuvo lugar el mismo trabajo geológico del levantamiento de
porfídicas que deben d a t a r del terciario, y algunas otras prosi- ncn c
montañas, como aconteció en América: en la region occidental '-
guieron en su formación d u r a n t e la presente edad geológica: ese
de los Himalayas hay caliza numulítica á la altura de 16500
movimiento volcánico lo consideramos, pues, originado al fin del
pies.
cretáceo, y abriendo, p o r decirlo así, u n a nueva éra ó la entra-
da del mesozoico, siendo correspondiente á la eelacl terciaria la Atendiendo á la repartición de los fósiles en diversas locali- Cllma.

mayor parte de las m o n t a ñ a s ígneas del país. Despues del pri- dades, se puede deducir: que en Inglaterra había un clima s u b -
m e r levantamiento, los m a r e s podrían penetrar sobre las costas tropical durante el eoceno, y que este clima existió en el mio-
y aun entrar en anchos brazos al interior del territorio; sus se- ceno, al Sur de Europa, puesto que se encuentran palmeras
dimentos h a n queelado á descubierto por levantamientos poste- fósiles en esas localidades; igual hecho p u e d e citarse en N o r t e -
riores, ó sepultados por los depósitos lacustres de la edad cua- América, hácia el Missouri alto y en otras regiones; todavía d u -
ternaria. No conocemos aún muchos datos, pero sí algunos cjue rante el plioceno existió u n a temperatura semejante en esta co-
nos demuestran la p r i m e r a suposición, a u n q u e es fácil presumir marca como lo demuestran los restos de rinocerontes, camellos
que h a b r á muchas capas terciarias con sus fósiles característicos y otros animales que allí aparecen al estado fósil.
levantaelas á diversas alturas. De lugares vecinos á las costas, Eesúmen de la edad terciaria. En el curso de esta edad fué ncsfa[n.

sobre todo en el Estado de Veracruz, h e m o s revisado fósiles cla- t o m a n d o la tierra un aspecto poco diferente del que hoy tie-
r a m e n t e terciarios. ne; esa fué la edad en que se levantaron m u c h a s de las cordi-
lleras ele m o n t a ñ a s q u e hoy existen en ambos continentes. La
Respecto á que en m u c h a s localidades estén los lechos ter- edad terciaria se divide en los períodos eoceno, mioceno y plio-
ciarios recubiertos por los cuaternarios, es fácil admitirlo, exa- ceno: en los Estados Unidos se subdivide el eoceno en los pe-
ríodos lignítico y Alabama, y al mioceno y probablemente parte Trataremos primero de los fenómenos dinámico-geológicos
del plioceno corresponde el Yorktown. Las numulitas aparecie- q u e á estos períodos corresponden, dejando al final las consi-
ron en el eoceno, así como el paleoterio, el anoploterio, el xifo- deraciones generales sobre la fauna y la flora de la edad cua-
don y las p r i m e r a s serpientes; las plantas fueron dicotiledóneas ternaria.
en su m a y o r parte, y dejaron muchos depósitos de carbón. En
P E R Í O D O GLACIAL. En este período de la existencia de la tie- AOCKMDEIOS
el mioceno aparecieron los grandes mamíferos proboscidios, co- hie,os
r r a sobrevino un grande enfriamiento desde las altas latitudes '
mo el dinoterio, el elefante y el mastodonte, así como muchos
hácia las bajas, y ocupando u n a grande extensión; los hielos se
carniceros y c u a d r u m a n o s . En el período plioceno aparecieron
acumularon sobre las m o n t a ñ a s y los valles, causando el exter-
especies que tienen muchos representantes en la fauna y flora
minio y desbastando las partes salientes de las rocas; grandes
actuales; se presentaron por primera vez en el m u n d o los ani-
masas de agua congelada, obrando de un modo semejante, a u n -
males solípedos, que como el caballo, no tienen más que u n a
q u e en mayor escala que los ventisqueros actuales, a r r a n c a b a n
pezuña; también apareció la raza bovina en dicho período.
e n o r m e s trozos de rocas y los llevaban á grandes distancias de
Caracteres y § II. E D A D CUATERNARIA Ó DEL HOMBRE.—Caracteres y subdisiones
su origen; formaban, por decirlo así, el cimiento que debia so-
de esta edad. de la edad. En la edad cuaternaria sufrió la superficie terrestre
portar las formaciones superficiales. Las masas al descender p u -
el arreglo conveniente para que fuese propia á la habitabilidad
lían y rayaban las superficies de resbalamiento, ó a r r a n c a b a n
de seres más perfectos que los existentes en las edades anterio-
otros fragmentos que á su vez servían de agentes de erosion.
res; por movimientos de elevación y hundimientos de algunas
porciones de los continentes, así como por los cambios de clima Esta acumulación de los hielos y sus efectos, que se extendie- Hech0sque
que ellos ocasionaban, pudieron las aguas ya solidificadas, y ron en grandes áreas de los polos hácia el Ecuador en a m b o s ¡ X ^ E
despues en estado líquido y causando inundaciones, ejercer di- hemisferios, están demostrados por la naturaleza de los depósi-
versos trabajos, puliendo las desigualdades salientes y terraple- tos ó carácter ele las rocas correspondientes al período glacial;
n a n d o las oquedades. Así se dió, como pudiéramos decir, la por la existencia de rayas paralelas y otras señales q u e presen-
última m a n o ó el pulimento á una obra tan sabiamente cons- tan las rocas; y por la presencia de blocks de varios tamaños, al-
truida; los climas señalaron la distribución á los séres para que gunos verdaderamente colosales, que se ven esparcidos sobre
toda esa grande obra fuese utilizada; los terrenos sueltos ocu- terrenos de diferente naturaleza á la de esas masas de roca.
paron gran p a r t e de las rocas macizas, para que la vegetación En las localidades en que se presentan los efectos del período carado
pudiera extender sus dominios, y las aguas corrientes y estan- glacial, se observa una acumulación ele piedras, guijarros y tic- ' " S Í T *
cadas t o m a r o n s u s cursos ó se depositaron en sus cuencas p a r a r r a s como la que forman los ventisqueros actuales en algunas
a y u d a r en el movimiento incesante de alimentar ó constituir, localidades: en partes esa mezcla de materiales rodados se halla
y ele modificar, q u e se ejerce sobre la superficie terrestre. A la sin estratificaciones y en desorden completo; pero en otras a p a -
cabeza de la creación correspondiente á la edad cuaternaria se rece en capas ó estratos. A ese terreno se le llama Drift, y se
destaca el h o m b r e , el sér inteligente, que debía tener y tiene el encuentra en las partes bajas así como en algunas montañas:
dominio de todos los otros séres criados por Dios en el globo las formaciones no estratificadas de ese acarreo se designan con
terráqueo. P a r a hacer notar el orden de los acontecimientos que el n o m b r e de Till. Lo más característico ele estos depósitos es
acabamos de indicar, adoptamos la subdivisión de la edad cua- la presencia ele blocks de gran peso, en formaciones de diferente
ternaria en los períodos Glacial, Champlain ó diluvium y Reciente. naturaleza, y colocados ya en las partes bajas del terreno ó en
las pendientes de las montañas. Se ha podido observar el orí-
Geología,—39.
gen ó lugar de donde esas masas h a n sido arrancadas, recono- hallan aluviones gruesos; pero es probable se refieran más bien
ciendo las rocas de igual composicion y aspecto que se encuen- al período Champlain. No hemos observado rocas estriadas en
tran en montañas inmediatas ó aun bastante lejanas del sitio las diversas excursiones que h e m o s hecho en el país. El Gene-
donde los blocks reposan actualmente; su conducción y coloca- ral Riva Palacio nos asegura h a b e r visto sobre las costas de
cion en determinados lugares no p u e d e explicarse sin a d m i t i r l a Acapulco grandes y medianos blocks con las caras pulidas y á
presencia de grandes masas de hielo que les sirviesen de vehícu- veces rayadas, los que él considera como pertenecientes al pe-
lo; á esos blocks se les llama cantos erráticos. En N o r t e - A m é r i - ríodo glacial. En Europa este período está m u y marcado, y se
ca se observa que esos blocks h a n sido acarreados de distancia observan sus efectos hasta algunos puntos en la latitud de 50°
de 10 á 40 millas, y en algunos casos hasta 200 millas. P e r o al Sur; los países boreales tienen señales muy marcadas de los
los signos más propios para demostrar ese movimiento de las poderosos efectos del período glacial.
nieves y sus efectos, son la presencia cíelas rayas ó estrías sobre De diversas maneras se ha procurado explicar esa acumula- Educación«
las rocas existentes en las montañas, ó esparcidas en el suelo. d o n de las nieves y su resbalamiento ele las altas á las bajas
Esas rayas tienen direcciones paralelas en u n o ó varios sentidos latitueles. Admítese por algunos geólogos que en aquel período
y de diferentes profundidades. h u b o grandes levantamientos del terreno en las latitudes borea-
La figura siguiente, tomada de la obra de Dana, demuestra les, lo que ocasionó ambos efectos; por otra parte se supone que
estos signos: sin necesidad del levantamiento se pueden explicar esos efectos
considerando que había enormes precipitaciones de nieve en
Fig. 98? determinadas comarcas, y que por efecto de su misma acumu-
lación vino el descenso y resbalamiento alcanzando á lejanas
comarcas.
PERÍODO CHAMPLAIN o DILUVIAL. Los hielos acumulados en CORRIENTES DE
< i i . i < los deshielos y

tan vastas extensiones de terreno, no pudieron permanecer de las uUv¡as.'


allí indefinidamente, y vino un período en que por un cambio
de t e m p e r a t u r a las aguas volvieron al estado líquido, causando
poderosas y devastadoras inundaciones: con ellas vendrían m a -
sas flotantes de hielo que trasportaban piedras y otros materia-
les, distribuyéndolos en diversas localidades. Esa fusión de los
hielos, demostrando un cambio notable en las circunstancias
climatéricas, trajo por consecuencia grandes desequilibrios at-
mosféricos, y uno de sus efectos debe h a b e r sido la frecuencia
Tales signos del período glacial se encuentran en ambos con-
de copiosas lluvias que añadían sus efectos erosivos á los de las
tinentes; muy señalados en los Estados Unidos y también en al-
corrientes del deshielo: en el período anterior se produjeron
gunas partes de la América del Sur. En México no se han hecho
a b u n d a n t e s caídas y acumulaciones de nieve: en el último pe-
las observaciones necesarias para m a r c a r con toda claridad las
ríodo, con temperatura más alta, fueron lluvias torrenciales que
trazas del período glacial, al ménos q u e tengamos noticias sobre
causaron inundaciones.
el particular. Es cierto que en muchos de nuestros terrenos se
La observación de los terrenos muestra que en diversas loca-
lidades, en a m b o s continentes existen formaciones que no p u e - actual de los mares, debe inferirse que h u b o otra oscilación de
den tener otro origen que el de esas amplias y terribles inunda- la costra terrestre en sentido contrario de la que referimos, y
ciones. análoga, a u n q u e en m e n o r escala, á la que tuvo lugar en el pe-
Las aguas, c o r r i e n d o en algunas partes, y en otras ocupando ríodo glacial. Observaciones hechas en algunas partes de Euro-
m u c h a s depresiones terrestres se depositaron formando n u m e - pa señalan la existencia de u n segundo período glacial al cerrarse
rosos lagos de variados tamaños, los que fueron agentes de se- el Champlain, que contribuiria en gran m a n e r a á la extinción
dimentaciones d e otra forma, y con el curso del tiempo se irían de algunas especies animales de la edad cuaternaria. Ese enfria-
concentrando h a s t a dejar amplias riberas que los limitasen. miento se relacionó á un nuevo levantamiento de los terrenos, y
Kntradade Además, los m a r e s se extendieron en algunas partes hácia el con él se abrió u n a nueva éra en la historia de la Tierra, y á la
l>razos de m a r
e n los C o n t i - interior de los continentes, especialmente en forma de canales, que se llama período Reciente.
nentes.
como lo d e m u e s t r a n los depósitos que conteniendo conchas m a -
Las formaciones diluviales, aluviales, lacustres y marinas del Distribución
rinas se observan en muchas localidades y aun á m u y notables
período Champlain, se m u e s t r a n en vastas extensiones de te- ciones del
alturas sobre el nivel actual de los mares. , i • i Champlain.

Aoontccimien- De todos estos hechos se deducen los siguientes aconteci- rreno en ambos continentes.
6
tos g e o l ó g003
icos Muy notables son en los Estados Unidos los depósitos que Terraplenes
a^'
del
mientos geológicos en el período Champlain: 1? Una alza en la graderías.

Champlain. t e m p e r a t u r a q u e ocasionó la fusión de los hielos, y con este bajo la forma de graderías ó terraplenes se ven en los valles de
efecto se f o r m a r o n grandes é impetuosas corrientes que deja- diversos ríos; esas formaciones deben explicarse por el gran aca-
ron los depósitos q u e propiamente se llaman diluviales. 2? Las rreo que t r a j o primero la inundación, y disminuyendo despues
aguas corrientes q u e ocuparon los valles y muchas depresiones el volúmen de las aguas, fueron éstas descendiendo, labrándose
terrestres, llenaron con sus sedimentos las desigualdades de t e - su lecho sobre los depósitos anteriores.
rreno, hasta q u e con el curso del tiempo se fueron concretan- Estas formaciones de aguas corrientes y depositadas tienen nes relativas :

do á espacios limitados, dejando á descubierto sus riberas; estos grande importancia para México, pues según nuestro parecer, MÉXÍ».
depósitos son los q u e deben llamarse aluviales en unos casos y al período Champlain deben referirse los valles aluviales y la-
lacustres en otros, según su apariencia que revela su origen. custres que tanto a b u n d a n en nuestro territorio. La presencia
3? Que los mares penetraron formando bahías, brazos, etc., so- de ciertos fósiles de que despues hablarémos, determina que
b r e muchas p a r t e s d e lo que ya era tierra emergida, debido á las tales depósitos pertenecen á la edad cuaternaria; pero el aspec-
depresiones s u f r i d a s por algunas porciones de los continentes. to de las formaciones nos induce á clasificarlas como correspon-
Las aguas se r e t i r a r o n despues por nuevo levantamiento de sus dientes al período Champlain.
lechos. Estos diversos acontecimientos indican que el aumento Los terraplenes ó graderías que en muchos valles del país h e -
en la t e m p e r a t u r a al abrirse el período Champlain, fué ocasio-
mos observado, creemos son análogos á los que en los Estados
n a d o por la d e p r e s i ó n de las tierras levantadas en el período
Unidos y en Europa caracterizan á los terrenos del Champlain.
glacial, y este clima cálido lo demuestran también los restos
En las excursiones que hemos verificado encontramos terraple-
q u e en aquellos t e r r e n o s se encuentran y que corresponden á
nes en forma de gradas ó en acumulaciones sobre las paredes
séres propios d e tal clima. A efecto de esas depresiones, vinie-
de los lados de los valles en las localidades siguientes: Estado
ron las entradas d e los mares sobre algunas partes de los con-
de Hidalgo: en Apasco, valles y cañadas entre Actopam é Ix-
tinentes. Levantados hoy esos depósitos marinos, sobre el nivel
miquilpam, hácia. Zimapan y en B a r r a n c a Seca y en Valle de
Tula. Querétaro: en el mineral de las Aguas. Morelos: en las
cercanías de Xochítepec. Guerrero: en Dos Ríes y dentro d e la mamíferos cuaternarios que allí se h a n encontrado, así como
Gruta de Cacahuamilpa. Aguascalientes: en el curso del rio i n - vestigios de la existencia del h o m b r e en los propios terrenos.
mediato á la ciudad del m i s m o nombre, y en otros puntos de!
En el corte del pozo artesiano se ve el terreno cuaternario has-
Estado. San Luis Potosí: entre Pozo del Cármen'y Santa Catari-
ta la profundidad de 149 metros á que llega la excavación; to-
na. Muy notables son las graderías y los depósitos contra las p a -
d a s las capas son de origen lacustre, interrumpidas por otras de
redes de las barrancas ó en los valles de los rios en el Estado d e
aguas corrientes, y en muchas de aquellas se observan vesti-
Hidalgo: las gradas están f o r m a d a s en general de aluvión grue-
gios de plantas acuáticas, como son los tallitos silizosos, que en
so en su base, y despues de capas de tobas y arenas, y están
el corte se citan, y además u n lecho de turba. En las capas
aplicadas sobre caliza cretácea ó sobre masas de pórfido. En el
superiores se encuentran muchas conchitas de crustáceos de
cauce del rio de San Martin, en San Luis, se observan capas de
agua dulce.
arenas y guijarros más ó m e n o s onduladas, con espesores hasta
de 10 metros. Dentro de la caverna de Cacahuamilpa h e m o s
Fig. 99?
observado grandes masas f o r m a d a s de marga y cantos porfídi-
cos arredondados, llenando o q u e d a d e s sobre las paredes de la
espaciosa caverna.
Tales depósitos en graderías, deben ser m u y frecuentes en el
país, sobre todo en los arroyos y rios que bajan de la Sierra Ma-
dre hácia las costas, y los q u e fueron sin duda formados por las
corrientes diluviales del p e r í o d o Champlain, sin que en estas
regiones h a y a n actuado los hielos directamente ni las aguas de
su fusión.
Las formaciones lacustres se e n c u e n t r a n en casi todos nues- N ú m . 99? Corte del tajo de Tequixquiac, según el Ingeniero D. Luis Es-
tros valles, están constituidas p o r capas alternativas de tobas, pinosa.—1880.—1 Tierra vegetal.—2 Toba caliche.—3 Acarreo con huesos
margas, arcillas, trípoli, arenas, y aluviones de diversos espeso- fósiles —4 Margas verdes y rojas.—5 Toba con relices y aspecto margoso.—
6 Marga amarilla.—7 Marga roja apoyada sobre toba. Relación de 1 á 12500.
res: en las excavaciones más p r o f u n d a s se observa generalmen-
te un aluvión grueso de m a s a s a r r e d o n d a d a s de pórfidos y otras
rocas ígneas, sirviendo de base á las capas lacustres. Entre és- Se ve en este corte que los yacimientos fosilíferos están en las
tas son frecuentes las tobas p o m o s a s , formadas de granos arre- capas ele aluvión.
dondados, unidos por cimento arcilloso. Debe advertirse que en m u c h a s localidades del país, las ca-
pas cuaternarias aparecen removidas por los basaltos, y en otros
Como tipo de estos depósitos cuaternarios p u e d e verse el
lugares, como en el Pedregal de San Angel, 3 leguas S. de la
corte del pozo artesiano de la Casa de Moneda y Apartado de
ciudad ele México, hay una espesa y dilatada corriente basáltica
la capital de México, cuyo corte se ve en la parte hidrológica de
este libro: también es un buen ejemplo del terreno cuaternario extendida sobre la toba cuaternaria; fenómeno semejante se no-
de México el corte que á continuación insertamos, y que repre- ta en el valle de Tula, Estado ele Hidalgo, en el Estado de San
senta la desembocadura del t ú n e l en el tajo de Tequexquiac, en Luis Potosí y en otros varios lugares del país.
el Estado de México, lugar notable p o r los m u c h o s restos' de PERÍODO RECIENTE.—Vimos ejue durante el período anterior
una parte de las costas habia sido invadida por los mares, y
Fauna y flora. La fauna y la flora de los períodos cuater-
que el calor qué produjo los deshielos-habia sido ocasionado
narios que acabamos de citar, fueron en su mayor parte idénti-
principalmente por depresiones verificadas en grandes áreas de
cas á las correspondientes á la época actual; las diferencias más
terreno. El aspecto físico ele la Tierra no persistió asi, y las su-
esenciales consisten en la extinción de los grandes mamíferos y
perficies deprimidas volvieron á levantarse; los m a r e s se con-
en la diseminación y localización más fija de las especies.
centraron á sus depósitos, las costas se elevaron en m u c h a s
El más grande y notable acontecimiento en la vida correspon- Aparición aci
partes, y los restos de animales marinos quedaron colocados á
diente á la edad cuaternaria, fué la presencia del h o m b r e á la la Tierra,
diversas alturas á causa de esa elevación del terreno. De enton-
cabeza ele la creación. Si bien hay algunos hechos que induzcan
ces debe datar la actual distribución geográfica de los animales
á creer que la aparición del h o m b r e tuvo lugar en la edad ter-
y de las plantas, así como la distribución de los climas que hoy
ciaria, lo cierto es que en la cuaternaria es donde se ve bien ele-
rigen.
mostrada su existencia, y si comenzó á vivir en la primera parte
Los grandes mamíferos cuaternarios que habían sobrevivido
del tiempo cenozoico, no caracterizó á esa edad. Entre los res-
al fin del Champlain acabaron en el período reciente, y la fau-
tos de los grandes mamíferos de la edad cuaternaria es donde
na se distribuyó conforme á los medios necesarios á su exis-
se han encontrado armas de pedernal, utensilios ó trazas de in-
tencia.
dustria, señales sobre los huesos ele los animales que servían de
Ejemplos de esos cambios de nivel de las tierras emergidas
alimento al hombre, y en fin, huesos y esqueletos h u m a n o s .
se tienen aún en la actualidad, para q u e haya dificultad de a d -
Los estudios antropológicos t o m a n mayor Ínteres ele dia en
mitir como explicación de los acontecimientos geológicos que
dia por sus descubrimientos, tanto en el Continente europeo co-
acabamos de referir las oscilaciones ele la costra terrestre.
m o en el Nuevo Mundo.
Los cambios de nivel p u e d e n ser súbitos ó graduales y len-
Los vestigios más antiguos de la existencia del h o m b r e consis-
tos; los primeros, llamados paroxísmicos, pueden tener lugar d u -
ten en sílex tallados y en incisiones y otras señales que presentan
rante u n terremoto, como se ha observado en el presente siglo
algunos huesos fósiles, y q u e se deduce fueron hechas por el
en algunas costas de S u r - A m é r i c a .
h o m b r e al arrancar las carnes de aquellos animales: tales signos
Los cambios lentos ó seculares son también visibles, sobre
se hallan en yacimientos ele mamíferos extinguidos y caracte-
todo en las altas latitudes, y en Uddevalla ese levantamiento es
rísticos de la edad cuaternaria, y como se dijo, también en algu-
de tres piés en cien años.
nos yacimientos clasificados como terciarios. Cráneos, diversos
Estos mecanismos contribuyeron, pues, á los cambios clima-
huesos y aun esqueletos h u m a n o s se han encontrado también
téricos que favorecían el desarrollo ele los grandes mamíferos
en tales circunstancias, demostrando la contemporaneidad del
cuaternarios ó los exterminaban.
. : En el territorio mexicano debe h a b e r sido aun m u y" notable h o m b r e con esos mamíferos extinguidos.
ccnos r e l a t i -
En Europa han sido m u y notables los descubrimientos hechos
i!íMéxi'c«. volcanismo durante el período reciente, y algunos volcanes
sobre el particular, y en América no escasean elatos antropoló-
crateriformes y las salidas de rocas basálticas y corrientes ter-
gicos de igual importancia.
males contribuirían á exterminar aquellos mamíferos colosales
En los Estados Unidos, al laelo de muchos hallazgos dudosos,
Verificada la elevación de las partes deprimidas ele los continen-
se presentan algunos que demuestran la existencia del h o m b r e
tes, y hecha la distribución ele los climas como ahora se encuen-
cuaternario en esa parte del Continente.
tra, ó casi igual á la marcada p o r las zonas hoy reconocidas, po-
En México, descubrimientos recientes que hemos tenido la dTMWCO.v°s
demos decir que se dió principio á la época actual de la Tierra.
Gcoloüía—10.
fortuna de dar á conocer señalan hechos de igual importancia.
El primero consiste en el hallazgo de un sacro de llama fósil
(Auchenia) con entalladuras artificiales, que dan al total la se-
m e j a n z a de una cabeza de coyote: este hueso fué encontrado en
el mismo yacimiento que ios restos de Elephas, Gtiptodon y otros
mamíferos cuaternarios, en las excavaciones hechas en el Valle
de Tequixquiac, cerca de México. El Ingeniero D. Tito Rosas
afirmó la contemporaneidad de yacimiento de ese hueso labra-
do y los restos de dichos mamíferos. En la publicación que hi-
cimos de ese hallazgo (Mayo de 1882) señalamos las entalladu-
ras antiguas y recubiertas de toba que ese hueso contiene, y que
sin d u d a fueron hechas por el h o m b r e cuaternario.
Posteriormente, en Febrero ele 1884, el Ingeniero D. Adolfo
Obregon practicaba unas excavaciones al pié del cerrito del
P e ñ ó n ele los Baños, 3 kilómetros al E. de la ciudad de México,
con el objeto de arrancar piedras de construcción, en un banco
de caliza silizosa bastante dura, q u e se encuentra cercana á di-
cho cerro. Al volar con dinamita un trozo de roca, apareció en
ella incrustado un cráneo y varios huesos de un esqueleto h u -
mano; la roca fué presentada al Secretario de Fomento, General
D. Cárlos Pacheco, quien la entregó para su estudio al autor de
este libro. Asociado en el estudio de esos huesos al profesor de
Geología D. Antonio del Castillo, h e m o s declarado en vista de
las circunstancias del yacimiento, que esos restos pertenecen á
un h o m b r e prehistórico, y por los datos hasta ahora observados
debe pertenecer al fin del Ghamplain ó principio del período R e -
ciente: como prosiguen las excavaciones en el sitio referido, se
p o d r á determinar con más exactitud la antigüedad relativa ele
ese esqueleto. Debe advertirse q u e en otras localidades del Va-
lle de México se ha encontrado caliza idéntica á la anterior, y
con restos ele animales cuaternarios.

En la lámina a d j u n t a se ven los trozos ele roca con los h u e -


sos incrustados, y el maxilar desprendido está dibujado en dos
porciones.
A m b o s hechos, y con toda claridad el primero, demuestran,
pues, la existencia del h o m b r e cuaternario en los valles de Mé-
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xico y de Tequixquiac. En la obra de Nadaillac, sobre los pri-
meros hombres, edición de 1881, vemos que refiriéndose á Guil-
Iiemin Tarayre, cita el hallazgo de sílex tallados en algunos
terrenos cuaternarios de México, cerca de la capital y en Gua-
najuato.
Los descubrimientos de Luncl, en el Brasil, y los de Seguin y
Ameghino en la República Argentina, demuestran sin d u d a la
existencia del h o m b r e cuaternario en la América del Sur.
La contemporaneidad
1 del h o m b r e con aquellos animales
. . ex-
, . atempera-
neidad del
tinguidos, ha sido testificada también por el h o m b r e prehiston- bombólo,
i ' 11 grandes marai-
co, pues ha dejado algunos dibujos que representan a aquellos rcroso„atcr„a-

grandes mamíferos. Lartet encontró en la caverna de la Mag-


dalena, al Sur de Francia, un fragmento de marfil con un gra-
bado representando al mammouth con sus largas crines, como
ha sido observado posteriormente bajo los hielos polares.
En las cavernas es donde se han encontrado principalmente
los testimonios de la contemporaneidad del h o m b r e y de los
mamíferos cuaternarios: en m u c h a s de esas cavidades se hallan
asociados los huesos h u m a n o s con los de aquellos; se ven tam-
bién las a r m a s y otros utensilios; se encuentran huesos ele pa-
quidermos y rumiantes con incisiones y grabados, y en fin, se
h a n descubierto en los mismos yacimientos las cenizas, los car-
bones y otros vestigios del fuego que usaba el h o m b r e prehistó-
rico, sea para calentarse ó para dar cocimiento á las carnes y
otros alimente«. Célebres son en este sentido las cavernas de
Aurignac y la Magdalena en Francia; las de Naulette y Frontal
en Bélgica, y en fin, las de América en que el Doctor Lund h a
M 2®
s w e- hecho tan preciosos descubrimientos.
En los estudios paleo-antrojiológicos, ó referentes á la historia ¿pocas de ia
I,3 c n tropo
antigua ele la humanidad, se ha establecido una clasificación de ' ^¡ a
edades, fundada en la naturaleza de las armas y utensilios usa-
dos por el h o m b r e . Así se fundan las tres edades siguientes:
1? De la piedra. F-dadcs de la
«•r t~v i i piedra, del
Z* D e l b r o n c e . bronce, ydel
_ , , . hierro.
3? Del hierro.
La primera que puede abarcar varias épocas, háse subdividi-
servado los antiguos mexicanos el conocimiento ó recuerdo de
do por Lartet en Paleolítica, del Reno, y Neolítica: en la primera
cuatro cataclismos geológicos, podría aplicarse la significación
subdivisión se comprende lo relativo á la contemporaneidad con
de esas palabras, y el orden de los acontecimientos que señala,
el m a m m o u t h ; la segunda con el reno, y á la tercera le pertene-
del modo siguiente, que concuerda en parte con la cronología
ce el período Reciente y parte de la época actual.
geológica.
Hechosreiaií- A la paleolítica debemos referir los descubrimientos p a l e o - a n -
*us & México* tropológlcos que hemos citado referentes á México. Atonatiuh ó destrucción por el agua, pudiera referirse al p e -
A la neolítica más antigua, creemos deben referirse algunos ríodo Champlain ó diluvial. Echecatonatiuh se puede referir á
descubrimientos que hemos hecho recientemente. El primero grandes sucesos meteorológicos como ciclones, huracanes, etc.,
consiste en el hallazgo de fragmentos de cerámica tosca que se que bien pudieron ser consecuencia ó concomitantes de los fenó-
encuentran en la caverna de Cacahuamilpa, bajo una costra menos diluviales. Tlatonatiuh ó sol de fuego, liaría referencia al
bastante gruesa y dura de caliza estilaticia; este hecho demues- volcanismo que derramó grandes corrientes basálticas sobre los
tra que la espaciosa caverna f u é c o n o c i d a y habitada por los an- terrenos diluviales, y probablemente al principio del período re-
tiguos habitantes del país, sin que la tradición hubiese dejado ciente, como dijimos al hablar del Pedregal de San Ángel y for-
recuerdos de tal acontecimiento, pues una casualidad hizo des- maciones análogas. Tlaltonatiuh se refiere á falta ele frutos de
cubrir esa caverna en la tercera década del presente siglo. la tierra ó alimentos que causaron la destrucción de una gran
El otro descubrimiento consiste en el hallazgo de pedazos de parte de la, especie h u m a n a , como señala el códice. Este acon-
cerámica tosca que encontramos bajo la corriente lávica del tecimiento pudo estar relacionado al volcanismo ó ser efecto de
pedregal de San Angel, á tres leguas S. de la ciudad ele Méxi- algunos fenómenos meteorológicos, como sequías prolongadas
co, é incrustados en la toba calcinada que se encuentra en con- por uno ó varios años.
tacto de la masa de lava; ésta tiene cerca de ocho metros de Dejamos asentadas estas indicaciones para investigaciones
espesor en el lugar á que nos referimos. Ninguna tradición posteriores.
se conoce sobre la época en q u e haya tenido lugar esa vasta Habiendo referido varios hechos relativos al h o m b r e prehis- „amrrcrosd,
erupción basáltica, representada en varios lugares del país, y que tórico, pasamos á citar algunos ele los mamíferos extinguidos 'aed^,™ate
suponemos tuvo lugar en el período Reciente y mucho ántes de que son característicos de la edad cuaternaria, especialmente
la época histórica, del período Champlain.
cosmogonía H a y u n a cosmogonía de los antiguos mexicanos, que ha sido Nótase ya cierta distribución geográfica en algunefc de esos D¡stribuc¡[„
mexicana, j n t e r pvotfida de u n a pintura existente hoy en el Vaticano, y que mamíferos extinguidos: en Europa y Asia dominaron los carní-
por esto se llama Códice Vaticano. voros; en Norte-América los herbívoros; en S u r - A m é r i c a los
Se deduce de allí, que las antiguas razas de A n á h u a c creían edentaclos; en México, como territorio intermedio entre las dos
que la especie h u m a n a habia sido destruida casi en su totalidad, Américas, aparece una mezcla de ambos tipos, a u n q u e acercán-
en cuatro ocasiones ó períodos que en el códice se llaman Ato- dose m á s al carácter del Sur; en Australia dominaron los m a r -
natiuh, Echecatonatiuh, Tlatonatiuh y Tlaltonatiuh, las que quie- supiales.
ren decir respectivamente, Sol de agua, Sol de aire, Sol de fue- Como animales característicos de Europa debemos citar los
go y Sol de tierra. siguientes: Felis spelea, Uyama spelea, Ursus speleus, Rhinoceros
La palabra Sol significa aquí período ó época. tichorinus y Flephas primigenius.
Suponiendo que por la tradición y la pintura hubieran con- Este mamífero, de talla mucho mayor que el elefante ac-
tual, se encontraba con abundancia en ambos continentes, a u n
acercándose á las regiones árticas: muchas toneladas de col-
Fig. 100?
millos de ese gigantesco animal se han extraído de los bor-
des del m a r Ártico, y se explotan como marfil, teniendo algu-
nos de esos colmillos hasta 1 2 | piés de longitud: también se
h a n descubierto algunos de esos animales bajo los hielos, y en
tal estado de conservación, q u e su carne ha sido devorada por
los perros actuales. El elefante primitivo tenia grandes crines
de que carecen las especies actuales. La figura 100 representa
el esqueleto del m a m m o u t h .
En Norte-América son características algunas especies de
mastodonte, elefante, caballo, buey, ciervo, etc. En Sur-América
estuvo caracterizada la fauna por grandes edentados, corno el
Gliptodon ó armadillo gigantesco (Fig. 101), el Megaterio (Fig.
102), y otros mamíferos de gran tamaño.
E n México
• abundaron esencialmente los elefantes y masto-
d o n t e s en la edad cuaternaria: restos de esos mamíferos se en-
cuentran en las muchas localidades de las costas de ambos m a -
res; en la Mesa Central y hácia la frontera, son sobre todo
a b u n d a n t e s los restos de elefante. La especie más común es el
Elephas primigeniits, y algunas de sus variedades como la E. Co-
lumbi. Las Figuras 103 y 104 representan los molares del ele-
fante y del mastodonte, las cuales insertamos para que puedan
reconocerse y sea fácil determinar los terrenos cuaternarios del Fig. 101?
país d o n d e esos restos a b u n d a n . Como se ve, la superficie tri-
t u r a d o r a de la muela está formada por láminas en el elefante, y
por pezones ó mamelones en el mastodonte. Tanto á las muelas,
como á los huesos largos de esos mamíferos que se encuentran
en el país, se les designa con el n o m b r e de lineaos de gigante.
Como también se hallan en estos terrenos los huesos y dien-
tes de caballo y de llama, damos las Figuras 105 y 106 para
q u e sean reconocidos.

Núm. 100? Esqueleto de Elephas primigenius.—101? Gliptodon clavi-


es
P (X &)•
348

Fig. 102? Fig. 105? Fig. 106?

Fig. 103? Núm. 105? Molar de caballo fósil del Valle de México (tamaño natural).
—106? Dientes de llama fósil del Valle de México (tamaño natural).

Entre las varias especies de animales fósiles que se han en-


contrado en los terrenos cuaternarios de México, citarémos los
siguientes:

PROBOSCIWANOS:

Elephas primigenius. Blum.


Mastodon audium. Cav.

PERISODACTILOS:
Fig. 104?
Equus Barcenas!. Cope.
Equus tau. Owen.
Equus platystylus. Cope.
Equus crenidens. Cope.
Equus excelsus. Leidy.

ARTIODACTILOS:
Num. 102? Megatherium Cuvieri ( X Vs)-—103? Molar de elefante fósil ( I
Platygonus Alemanii. Dugés.
del natural).—104? Molar de mastodonte (} del natural).
Ilolómeniscus hesternus. Leidy.
Geologia.—il.
Anchenla Castilli. Cope.
Eschiatius conidens. Cope.
Bos latifrons. Harlam.

EDENTADOS:

Glyptodon ¿clavipes?

La primera de las secciones citadas corresponde á los elefan-


tes; la segunda á los equídeos ó caballos; la tercera comprende
animales semejantes al jabalí, como el citado con el nombre de
Platygonus; las anchenias, holomeniseus y eschiatius, son como
las llamas de la América del Sur; el Bos latifrons es un toro de
grandes dimensiones y el Glyptodon, es semejante á un a r m a -
dillo colosal.
En el Museo Nacional de México existen numerosos huesos
de elefante y de mastodonte, un gran carapacho ó cubierta h u e -
sosa de Glyptodon, y varias cabezas del Bos latifrons, proceden-
tes todos del tajo de Tequixquiac, al Norte del Valle de México.
Un trozo de colmillo ó defensa de elefante que existe en el Museo,
tiene u n a longitud de 2.31 metros según la curvatura interior del
colmillo: el carapacho del Glyptodon tiene 1.75 de longitud en
la línea dorsal y 2.14 en la línea trasversal ó de anchura.
La lámina a d j u n t a representa la fotografía t o m a d a de un gru- I
po de algunos de los restos cuaternarios que se encuentran en
el Museo. El n ú m . 1 es una parte del cráneo del Bos latifrons; í
el 2 un maxilar inferior de Mastodon audium; el 3 y el 7 repre-
sentan maxilares inferiores de Elephas primigenius; el 5 es un
molar suelto de la propia especie; el 4 es un cráneo de Equus
excelsus, y el 6 u n a r a m a de maxilar inferior de Holomeniseus
hesternus.
^ P a r a apreciar el t a m a ñ o de esos huesos, se ve en la misma
lámina la escala ó término de comparación, que es una línea ne-
gra limitada por dos líneas pequeñas verticales, y representa una
longitud de 20 centímetros.

En México, tanto las muelas como los huesos largos de esos


grandes mamíferos, se llaman huesos de gigante.
Restos de otros mamíferos cuaternarios se encuentran en va-
rias localidades del país; así en Villa de Bravo, Estado de Méxi-
co, hay huesos de Mylodon; en Arperos, Guanajuato, encontró
el Dr. Dugés unos restos que refiere al género Scelidotherium.
En Zacualtipan del Estado de Hidalgo, halló el Sr. D. Antonio
del Castillo un yacimiento de lignitos con restos de varios m a -
míferos cuaternarios, entre los que había huesos de Cervus
Eqims, Discotiles y Aceratherium. El lignito se halla metamorfo-
seado por el contacto de los basaltos que levantaron aquel yaci-
miento cuaternario, probablemente en el período Reciente.
El profesor Castillo prepara la publicación de ciatos m u y in-
teresantes sobre la fauna cuaternaria de México, en cuyo estu-
dio se encontrará lá clave para la clasificación de muchos fósiles
y terrenos del país.
Como ántes dijimos, el profesor E. D. Cope, al hablar de estos
fósiles mexicanos, cree que los terrenos que los contienen deban
referirse más bien al plioceno superior que al cuaternario, según
las relaciones paleontológicas que él observa: nosotros continua-
mos considerando como cuaternarios esos terrenos, hasta que
reunidos todos los principales datos paleontológicos pertenecien-
tes á México, pueda hacerse la separación de los pisos y perío-
dos cenozoicos con más facilidad, sin que por esto dejemos de
respetar tan autorizada opinion.
Consideraciones paleotopográficas y hechos más notables de la
edad cuaternaria. Las oscilaciones de la costra terrestre que
produjeron el levantamiento de las altas latitudes, pusieron pro-
bablemente á descubierto algunas porciones de las tierras sumer-
gidas: los hielos extendieron su manto y se acumularon sobre
grandes extensiones de terreno, dando un aspecto muy diferen-
te á la superficie terrestre. Sucediéronse despues la depresión
de las costas y la baja de nivel de las altas latitudes, y las te-
rribles inundaciones y corrientes devastadoras que ocasionaron
los deshielos y las lluvias; la mayor parte de los valles estuvie-
ron anegados hasta que al fin pudieron desahogarse, quedando
despues una gran red de lagos, ya por las aguas de los deshie-
los ó por las de las lluvias, y en cuyos bordes vivían las m a n a -
das de elefantes y de otros grandes mamíferos cuaternarios. Un
nuevo levantamiento desalojó las aguas marinas del interior de
los continentes, y emergieron muchas de las tierras que oculta-
ban las aguas; sobrevino una nueva época glacial en algunas co-
marcas, y por éste y otros poderosos efectos geológicos perecie-
ron los grandes mamíferos de que se ha hecho mención; despues
de estos acontecimientos quedó la superficie terrestre con su con-
figuración apropiada para el desarrollo más general de la espe-
cie humana y de las faunas y floras actuales,
ectóme,,. Resumen de la edad cuaternaria. Para que la superficie terres- CTJAETA PARTE.
tre tomase su actual configuración, y se hiciesen propias las cir-
cunstancias climatéricas al mejor desarrollo de los séres más
perfectos, tuvieron lugar varios cataclismos que trajeron consi-
go la acumulación de las nieves en grandes extensiones de te-
GEOLOGIA DINÁMICA.
rreno; siguióse el deshielo y las inundaciones, volvió á levan-
tarse la parte de tierras que se habían deprimido, y acabóse la
obra de perfeccionamiento de la corteza terrestre. Esos hechos
constituyen los tres períodos en que se divide la edad cuaterna-
ria, y son: el Glacial, Champlain y el Reciente. Reconócense CAPÍTULO I.
principalmente, el primero por los grandes cantos erráticos y las
estrías de las rocas; el segundo por las formaciones aluviales y CONSIDERACIONES GENERALES T SUBDIVISIONES DE LA CIENCIA.

diluviales, y el tercero por la elevación de los terrenos marinos


de las costas, y que contienen á nivel superior de las aguas del Cuando acabamos de observar en las tres primeras partes de D e d u c c i o n e s
mar, algunos restos de moluscos y otros animales acuáticos de este libro, una multitud de hechos relativos á la constituciónd e l o s e s t u d i o s
anteriores.

especies que aún viven. del globo terrestre, á los materiales que lo forman, á la estruc-
tura, disposiciones y colocacion relativa de los mismos, necesa-
La fauna y la flora de la edad cuaternaria fueron casi iguales rio era indagar qué agentes físicos habían actuado en la forma-
á las de la presente época geológica; la principal diferencia con- ción, alteración y colocacion ele esas masas; agentes que aún
siste en la extinción de animales mamíferos de grandes dimen- ejercen su acción, y cuyo estudio corresponde á la Geología Di-
siones que vivieron en aquella edad. Con ellos fué contem- námica.
poráneo el hombre, como lo demuestran los vestigios de su Paso á paso hemos reconocido las diversas épocas de la for-
industria y los restos humanos que en muchas parles s e en- mación de la Tierra; por su forma y otras circunstancias admi-
cuentran en los mismos yacimientos que los huesos de aquellos timos que en una época fué una m a s a totalmente fluida; q u e
animales cuaternarios. En la actual época geológica existe ya con el trascurso de los tiempos se le solidificó una ligera pelí-
una distribución geográfica de los séres según las diversas zo-
cula; que muchas de las sustancias que por efecto del calor se
nas climatéricas, y en donde encuentran las circunstancias pro-
hallaban al estado de gas, se liquidaron unas, se solidificaron
picias á su existencia.
otras, y quedaron algunas formando una atmósfera gaseosa en
das de elefantes y de otros grandes mamíferos cuaternarios. Un
nuevo levantamiento desalojó las aguas marinas del interior de
los continentes, y emergieron muchas de las tierras que oculta-
ban las aguas; sobrevino una nueva época glacial en algunas co-
marcas, y por éste y otros poderosos efectos geológicos perecie-
ron los grandes mamíferos de que se ha hecho mención; despues
de estos acontecimientos quedó la superficie terrestre con su con-
figuración apropiada para el desarrollo más general de la espe-
cie humana y de las faunas y floras actuales,
ectóme,,. Resumen de la edad cuaternaria. Para que la superficie terres- CTJAETA PARTE.
tre tomase su actual configuración, y se hiciesen propias las cir-
cunstancias climatéricas al mejor desarrollo de los séres más
perfectos, tuvieron lugar varios cataclismos que trajeron consi-
go la acumulación de las nieves en grandes extensiones de te-
GEOLOGIA DINÁMICA.
rreno; siguióse el deshielo y las inundaciones, volvió á levan-
tarse la parte de tierras que se habían deprimido, y acabóse la
obra de perfeccionamiento de la corteza terrestre. Esos hechos
constituyen los tres períodos en que se divide la edad cuaterna-
ria, y son: el Glacial, Champlain y el Reciente. Reconócense CAPÍTULO I.
principalmente, el primero por los grandes cantos erráticos y las
estrías de las rocas; el segundo por las formaciones aluviales y CONSIDERACIONES GENERALES T SUBDIVISIONES DE LA CIENCIA.

diluviales, y el tercero por la elevación de los terrenos marinos


de las costas, y que contienen á nivel superior de las aguas del Cuando acabamos de observar en las tres primeras partes de D e d u c c i o n e s
mar, algunos restos de moluscos y otros animales acuáticos de este libro, una multitud de hechos relativos á la constituciónd e l o s e s t u d i o s
anteriores.

especies que aún viven. del globo terrestre, á los materiales que lo forman, á la estruc-
tura, disposiciones y colocacion relativa de los mismos, necesa-
La fauna y la flora de la edad cuaternaria fueron casi iguales rio era indagar qué agentes físicos habían actuado en la forma-
á las de la presente época geológica; la principal diferencia con- ción, alteración y colocacion ele esas masas; agentes que aún
siste en la extinción de animales mamíferos de grandes dimen- ejercen su acción, y cuyo estudio corresponde á la Geología Di-
siones que vivieron en aquella edad. Con ellos fué contem- námica.
poráneo el hombre, como lo demuestran los vestigios de su Paso á paso hemos reconocido las diversas épocas de la for-
industria y los restos humanos que en muchas partes s e en- mación de la Tierra; por su forma y otras circunstancias admi-
cuentran en los mismos yacimientos que los huesos de aquellos timos que en una época fué una masa totalmente fluida; q u e
animales cuaternarios. En la actual época geológica existe ya con el trascurso de los tiempos se le solidificó una ligera pelí-
una distribución geográfica de los séres según las diversas zo-
cula; que muchas de las sustancias que por efecto del calor se
nas climatéricas, y en donde encuentran las circunstancias pro-
hallaban al estado de gas, se liquidaron unas, se solidificaron
picias á su existencia.
otras, y quedaron algunas formando una atmósfera gaseosa en
torno de la Tierra; que las aguas pudieron también condensarse
y formar cubierta intermediaria entre la atmósfera y la capa de
rocas; que estas aguas, ejerciendo efectos mecánicos y químicos,
descomponían las rocas por una parte, y depositaban los pro- CAPÍTULO II.
ductos de la alteración por otra; que la materia ígnea encerrada
bajo la débil cubierta solidificada se abría paso, dislocaba y al- EL CALÓRICO COMO FACTOR GEOLÓGICO.
teraba las masas depositadas; q u e las faunas y floras se fueron
sucediendo en las diversas épocas de la existencia de la tierra, La acccion de este agente físico sobre la superficie terrestre DiterenWsma.
y contribuían con sus despojos á la formación de rocas. la hemos visto ejecutarse de varias m a n e r a s al recorrer las di- "cros 000 qu0
o b r a e s t e a gc e n -
Los a g c u t e s En tal conjunto de hechos, h e m o s visto como sus agentes ó versas edades de la Tierra: los trastornos que presentan las ca-
BCowg.CTS. p r o c ] u c j - o r e S ) a ] calórico, á las aguas, á la atmósfera y á los cuer- pas de rocas; sus alteraciones; los levantamientos y depresiones
pos organizados. de los terrenos; la formación de las montañas; la aparición de
De cada uno de los citados agentes, de su influencia y m o d o masas de rocas ígneas; las oscilaciones de la superficie terrestre;
de obrar, nos ocuparémos en esta parte de la Geología, las resquebrajaduras de las rocas, etc., etc., son todos efectos
rci tiempoco- Débiles é insignificantes que parezcan algunas acciones de que nos explicamos por la acción del calórico.
™ wg?eo8CO tales causas, no lo serán si consideramos también al tiempo co- En m u c h a s localidades donde se observa que las capas que
m o factor geológico; una causa, aunque pequeña y lenta, pero fueron lechos de m a r y debieron tener u n a posicion horizontal,
continuada, ejerce efectos incalculables; así es que debemos con- se encuentran a h o r a dislocadas, replegadas en diversos sentidos,
siderar al tiempo como regulador de los otros factores geológi- y aun levantadas á m u y grandes alturas respecto del nivel de
co-dinámicos á q u e vamos á referirnos. los mares actuales; en muchas de esas localidades, decimos,
La duración de los tiempos e n la Geología, es imposible cal- p u e d e descubrirse al agente de tan formidables efectos, pues se
cularla; nuestra imaginación se pierde en esa cuenta, y sólo nos observan las masas de rocas ígneas e m p u j a n d o y desalojando á
es posible marcar la cronología, ó colocacion relativa de los he- los sedimentos marinos. En otras partes esas rocas se encuen-
chos que la observación nos enseña. t r a n formando por sí mismas elevados montes y aun dilatadas
1.03agcutea Pasamos, pues, á ocuparnos de las causas mencionadas, ad- cadenas de montañas.
oben*». m i t i e n d o que han ejercido su acción desde las edades geológi- Estas solas observaciones bastan para dar una importancia
cas m á s
remotas, y que la ejercen aún á nuestra vista, para incalculable al agente físico de que nos ocupamos; pero las al-
conservar ese movimiento incesante de formación y destruc- teraciones que produce en la naturaleza de las rocas sobre las
ción que pudiéramos llamar la nutrición de la Tierra.
cuales acciona, son otra fuente de diversos efectos también muy
importantes en el estudio de la Geología.
Ya que h e m o s bosquejado los efectos del calórico ántes de
1 _ Fuentes d e c a
l,íric
detallarlos, veamos de dónde puede derivar principalmente ese "-
agente físico que actúa sobre la Tierra.
Tres son esas fuentes principales de calor: el sol, las acciones
químicas y mecánicas y el calor central de la tierra.
El sol proporciona el calor á la superficie terrestre de un mo- Acciou d e l sol.
torno de la Tierra; que las aguas pudieron también condensarse
y formar cubierta intermediaria entre la atmósfera y la capa de
rocas; que estas aguas, ejerciendo efectos mecánicos y químicos,
descomponían las rocas por una parte, y depositaban los pro- CAPÍTULO II.
ductos de la alteración por otra; que la materia ígnea encerrada
bajo la débil cubierta solidificada se abría paso, dislocaba y al- EL CALÓRICO COMO FACTOR GEOLÓGICO.
teraba las masas depositadas; q u e las faunas y floras se fueron
sucediendo en las diversas épocas de la existencia de la tierra, La acccion de este agente físico sobre la superficie terrestre DiterenWsma.
y contribuían con sus despojos á la formación de rocas. la hemos visto ejecutarse de varias m a n e r a s al recorrer las di- "cros 000 qu0
o b r a e s t e a gc e n -
Los a g c u t c s En tal conjunto de hechos, h e m o s visto como sus agentes ó versas edades de la Tierra: los trastornos que presentan las ca-
Bowg.co*. p r o c ] u c j - o r e S ) a ] calórico, á las aguas, á la atmósfera y á los cuer- pas de rocas; sus alteraciones; los levantamientos y depresiones
pos organizados. de los terrenos; la formación de las montañas; la aparición de
De cada uno de los citados agentes, de su influencia y m o d o masas de rocas ígneas; las oscilaciones de la superficie terrestre;
de obrar, nos ocuparémos en esta parte de la Geología, las resquebrajaduras de las rocas, etc., etc., son todos efectos
rci tiempoco- Débiles é insignificantes que parezcan algunas acciones de que nos explicamos por la acción del calórico.
™ wg?eo8CO tales causas, no lo serán si consideramos también al tiempo co- En m u c h a s localidades donde se observa que las capas que
m o factor geológico; una causa, aunque pequeña y lenta, pero fueron lechos de m a r y debieron tener u n a posicion horizontal,
continuada, ejerce efectos incalculables; así es que debemos con- se encuentran a h o r a dislocadas, replegadas en diversos sentidos,
siderar al tiempo como regulador de los otros factores geológi- y aun levantadas á m u y grandes alturas respecto del nivel de
co-dinámicos á q u e vamos á referirnos. los mares actuales; en muchas de esas localidades, decimos,
La duración de los tiempos e n la Geología, es imposible cal- p u e d e descubrirse al agente de tan formidables efectos, pues se
cularla; nuestra imaginación se pierde en esa cuenta, y sólo nos observan las masas de rocas ígneas e m p u j a n d o y desalojando á
es posible marcar la cronología, ó colocacion relativa de los he- los sedimentos marinos. En otras partes esas rocas se encuen-
chos que la observación nos enseña, t r a n formando por sí mismas elevados montes y aun dilatadas
i.os agcutea Pasamos, pues, á ocuparnos de las causas mencionadas, ad- cadenas de montañas.
oben*". r i t i e n d o que han ejercido su acción desde las edades geológi- Estas solas observaciones bastan para dar una importancia
cas m á s
remotas, y que la ejercen aún á nuestra vista, para incalculable al agente físico de que nos ocupamos; pero las al-
conservar ese movimiento incesante de formación y destruc- teraciones que produce en la naturaleza de las rocas sobre las
ción que pudiéramos llamar la nutrición de la Tierra.
cuales acciona, son otra fuente de diversos efectos también muy
importantes en el estudio de la Geología.
Ya que h e m o s bosquejado los efectos del calórico ántes de
1 _ Fuentes d e c a
l,íric
detallarlos, veamos de dónde puede derivar principalmente ese "-
agente físico que actúa sobre la Tierra.
Tres son esas fuentes principales de calor: el sol, las acciones
químicas y mecánicas y el calor central de la tierra.
El sol proporciona el calor á la superficie terrestre de un mo- Acción d e l sol.
III. Fenómenos derivados del volcanismo.
do intermitente, y de aquí la sucesión de los días y de las noches:
IV. Metamorfismo.
para ese efecto influyen la latitud y altitud de u n lugar, las es-
§ I. E R U P C I O N E S ÍGNEAS SIN FORMA VOLCÁNICA. N O solamente á Materias
taciones etc., circunstancias todas que constituyen la climatología
de u n a localidad. C o m p a r a d o s los efectos geológico-dinámicos las materias arrojadas p o r las bocas ó cráteres de los volcanes ™ i g e n e -
de este manantial de calor con el último de los citados, p u e d e n se les considera como materias ígneas, sino á todas aquellas ro-
considerarse como insignificantes; las dilataciones ó resquebra- cas que viniendo del interior de la tierra á su superficie, se h a n
j a d u r a s de algunas rocas por efecto del calor; la contracción y derramado ó colocado de diversas maneras.
ruptura de otras p o r el frió, son efectos que se observan gene- Las grandes masas de pórfido, de basaltos, traquitas y otras
ralmente en algunas superficies expuestas á la intemperie: casos rocas, que aparecen levantando las masas sedimentarias ó for-
h a y en que son sensibles sobre las rocas los efectos ele la osci- m a n d o cerros, m o n t a ñ a s y cordilleras, son rocas ígneas que se
lación diurna ó diferencia entre las temperaturas máximas y mí- abrieron paso rompiendo la costra terrestre.
n i m a del clia, y t a m b i é n las oscilaciones anuales. Muchas de las m o n t a ñ a s del territorio mexicano tienen ese Montanas¡s-
Acciones quí- Las acciones químicas y mecánicas desarrollan también el ca- orígen: ya hemos hablado de la frecuencia con que se encuen- T t ™ * '
m ca tran las masas de pórfido, de traquita y de basalto, sin aparien-
' : ¿ , r - lórico, y sus efectos p u e d e n hacerse sensibles, especialmente en
cia crateriforme, sino f o r m a n d o diques de las más variadas di-
el metamorfismo: en este sentido ha de h a b e r contribuido m u y
mensiones.
eficazmente aquel agente físico, durante los levantamientos, ple-
gamientos y otros trastornos sufridos por los lechos de roe:as Varias ele las m o n t a ñ a s que r o d e a n el Valle de México son
en los graneles t r a b a j o s geológicos. ejemplos bien fáciles de observar, donde se encuentran vastas
Accióndeime- El fuego central de la Tierra es y h a sielo uno de los agentes aglomeraciones de rocas ígneas elel origen citado.
go c e n t r a l .
Muchos de los efectos de la salida de esas masas incandes- Efcctós produ.
principales en la Geología Dinámica, y en este estudio le dedi-
centes los hemos venido observando al estueliar los accidentes
caremos alguna extensión, considerando primero al calórico de
de las capas de rocas sedimentarias, como sus dislocaciones, le-
la Tierra como un agente dinámico, y clespues las alteraciones
vantamientos, fallas, grietas, filones, etc.
ó efectos derivados q u e sobre algunas rocas h a producido el mis-
mo agente, y cuyos efectos se designan con el n o m b r e de meta- Las contracciones verificadas en las masas ígneas al solídifi- Ks[ructuru(1<.
morfismo. carse son causas t a m b i é n de fenómenos notables que pueden " ' X ™ *
Volcanismo. Llámase volcanismo en general á la acción de la masa ígnea efectuarse en las mismas masas ó sobre otras á que estén rela-
interior de la T i e r r a s o b r e su corteza sólida: se comprenden aquí cionadas. P o r ese efecto se explica la estructura columnar de
las dislocaciones de las masas ele rocas, sus levantamientos y algunos basaltos y pórfidos, así como la división de muchas ro-
m u c h o s h u n d i m i e n t o s ; la aparición ele masas en estado ele f u - cas ígneas en blocks ó cuartones.
sión; la de aguas termales, azufrosas, etc., así como la mayor P o r el empuje ele las rocas ígneas, así como por los moví- >#cduro,
parte de Jos t e m b l o r e s ó terremotos; y en íin, las alteraciones á mientos de oscilación y las presiones laterales que p u e d e n ejer-
que h e m o s llamado m e t a m o r f i s m o . cer sobre otras masas de rocas, se hienden éstas y se f o r m a n
Divisiones pa- Clasificado ese c o n j u n t o de fenómenos, los dividiremos era en ellas las vetas y r e s q u e b r a j a d u r a s que pueden ser ocupadas
ra este estudio. .
por la misma roca ígnea ó por materias que vienen á f o r m a r los
cuatro secciones q u e s o n :
filones metálicos ó de otra naturaleza.
I. Erupciones ígneas sin forma volcánica. i- i l o u e s .

II. Volcanes p r o p i a m e n t e dichos y erupciones volcánicas. Vemos, pues, demostrada la acción de esas rocas ígneas, sea
D i v e r s o s efec- removiendo, trastornando y alternando á otras rocas, ó forman- El cráter tiene la forma de un embudo, y su boca varía en fi- ,,,
tos ocasionados cnUcr
por las r o c a s do ellas mismas diversos terrenos de varias formas y dimen- gura y demensiones; algunos hay cuya boca es de figura cerra-
ígneas.
siones. da, y otros abiertos como u n a h e r r a d u r a ; sus diámetros son á
En la Geología histórica h e m o s visto la influencia que las veces m u y cortos, y en otras llegan hasta 6000 metros: el del Po-
rocas ígneas han tenido en la formación del territorio m e - pocatepetl tiene 900. En un cráter debe distinguirse el borde las
paredes y el fondo; cuando ha cesado la actividad de un volcan,
xicano.
se obstruye ó tapa generalmente el canal de comunicación.
V o l c a n e s ho- En la clasificación de volcanes que venios en la Geología de
mogéneos.
Credner, edición de 1879, deben considerarse como volcanes ho- Los volcanes pueden tener uno ó más cráteres, pues en ge- p ,
mogéneos á esas masas ígneas sin cráter, generalmente ele f o r m a neral las erupciones no se repiten por la misma boca, sino que
cónica, amontonadas ó extendidas en corriente, y en las cuales se abren otras secundarias por donde se hace la nueva salida """"""
la erupción se hizo ele u n a sola vez; á los volcanes propiamente de los productos.
dichos, ó crateriformes q u e están formados de diversas masas Como las erupciones pueden repetirse, sucede que los pro-
Volcaucs estra-
de naturaleza variada, se les llama volcanes estratificados; ele es- ductos se acomodan en capas de una ó de diferentes materias
tificados.
tos nos ocuparemos en el párrafo siguiente. y a estos volcanes les llama Credner, volcanes estratificados, se-
Damos como ejemplo ele una masa volcánica de forma cóni- gún dijimos anteriormente.
E l pico d e B e r -
nal.
ca y aislada la lámina que representa el pico traquítico de Ber- . L l á m a n s e v o l c a n e s a e t í v o s á los que están en ejercicio ó acti- y * * * a c t i -
nal en el Estado de Querétaro. El pico, visto desde el lado Sur vidad, y á los que no presentan ningún signo de acción, se les
vos.

y á larga distancia, tiene u n a figura denticular; pero desde su llama apagados. La actividad p u e d e mostrarse por la salida de v ,
base aparece como un cono. Cerca de su base se ven algunas las lavas, columnas de vapor, cenizas, etc., y á veces se nota que
rocas aisladas, fijas en el terreno ó sueltas, demostrando que la un volcan no está del todo apagado, p o r las emisiones de v a p o r ' «
acu-
masa se ha ido desgajando bajo la acción ele los agentes atmos- de agua, de gases sulfurosos ó de otra naturaleza; á los puntos idad.

féricos. Es bueno advertir que en el país se da el n o m b r e de por donde salen los vapores acuosos en ese período de reposo
Bemoles á todas las masas ele rocas aisladas y de figura cónica. relativo, se les ttzmz fumarolas; sulfataras ó azufreras, aquellos
Muchos ejemplos deformaciones volcánicas homogéneas se ven por donde se escapan los gases sulfurosos, y mofetas á los que
en el territorio mexicano. producen ácido carbónico.
§ I I . VOLCANES PROPIAMENTE DICHOS Y ERUPCIONES VOLCÁNICAS. Los períodos de reposo, ó los que trascurren entre una y otra
Definición da Son varlablU3
volcan. Volcan es una montaña, colina ú otro accidente orogràfico que erupción, son m u y variables; frecuentes ó cortos en algunos ca- los
Tcr¿t°s d"
tiene ó ha tenido un conducto de comunicación con el interior de sos, y en otros, son más dilatados que la época histórica, pues
Diversas par- la tierra; su forma es generalmente cónica. En un volcan se dis- volcanes q u e se tenían por apagados del todo, han dado nuevos
tes d e u n vol-
tinguen: sus pendientes ó caídas, su boca ó cráter, y el canal ó signos de erupción.
conducto cjue pone en comunicación el interior de la tierra con Las erupciones volcánicas son muchas veces la causa de los K ¿¡».« la5
la atmósfera. más terribles efectos: la destrucción ele las ciudades, ele los cam- m
"™
Las alturas de los volcanes son m u y variadas; á veces apare- pos, etc., sea por efectos dinámicos ó p o r la acción de produc-
cen como una colina, y en m u c h o s casos elevan sus cimas has- tos que pueden cubrir hasta grandes comarcas, sepultando cuan-
ta la altura de las nieves perpetuas, como se observa en las m á s to en ellas se encuentra. Ejemplos de estos terribles efectos
elevadas montañas ele América. pueden citarse con la destrucción de las ciudades de Herculano
y Pompeya, y las lavas del Ajusco guardan probablemente po-
blaciones importantes clel Anáhuac.
productos «ie Los productos de las erupciones, son: lavas, cenizas, tobas,
ios volcanes. ^ ^ ^ ^ ^ ^ l o s m a ] e s s e c u e n t a n principalmente el vapor
de agua, gases sulfurosos y ácidos carbónico y clorhídrico.
Las lavas pueden ser de diferente naturaleza y de muy varia-
do aspecto, como porfídicas, basálticas, traquíticas, etc., y en
formas compactas ó escoriosas: á las materias tenues salidas
de los volcanes se les llama cenizas. Las lavas arrojadas en la
,.avas de, ce- última erupción del volcan C.eboruco (1870), son traquitas de
borneo. - i - i

base ele piedra pez.


Salida de lavas La salida de esos productos puede hacerse por d e r r a m e des-
yotrosproduc- d c e lá tc r ¿ por grietas, ó resquebrajaduras secundarias: tam-
e r 5

bién pueden ser proyectadas en columnas verticales que á veces


alcanzan considerables alturas: las cenizas son llevadas en al-
gunas ocasiones á distancias inmensas del centro de erupción.
Sabido es que las coloraciones anormales que se presentan ac-
tualmente á la salida y puesta del sol, en casi todo el m u n d o ,
se atribuyen á la presencia de cenizas arrojadas por los volca-
nes de la Sonda.
Cansas dcias Las causas que se consideran como determinantes de las erup-
empeiones. c ¡ o n e g v o l c á n i c a S i s o r i : ] a contracción de la costra sólida de la

tierra q u e comprime la materia ígnea y la obliga á buscar sa-


lida; la acción del vapor que se produce al contacto clel agua
con las rocas de temperatura m u y elevada que se encuentran
en el interior de la tierra, y las presiones ejercidas p o r las mis-
mas masas de lava. Viene en apoyo de la penúltima de las cau-
sas expresadas la situación de los volcanes activos, que en su
mayor parte se encuentran en las islas ó cerca ele los litorales,
donde es más fácil el acceso ele las aguas del m a r sobre las ro-
cas en estado ígneo. Credner i-easume la formación de los vol-
canes en las siguientes palabras:
"Deben considerarse las domas volcánicas homogéneas y las
corrientes volcánicas, como el estado normal d é l a s formaciones
eruptivas; miéntras que los volcanes estratificados compuestos
de cenizas, tobas, ripillos, etc., y de corrientes aisladas, no de-
ben exclusivamente al volcanismo sus propiedades más nota-
bles, su estructura y arquitectura, sino más esencialmente al
II concurso del agua."
Los volcanes se presentan aislados, en grupos ó en series.
T-i r ' • n , Modo de prc-

li,n México son frecuentes las m o n t a ñ a s crateriformes, demos- «»í««»«


trando la grande intensidad del volcanismo en la edad cuater-
naria y aun en la época actual.
Los volcanes mexicanos que se consideran como principales,
mm^i%: I T - » . , , ,
son: el Popocatepetl, el Ixtlacihüatl, que tal vez sea volcan h o - ciPa,0Sde s,é-
Volcanes priu-

• 4A. • • r r , , xíco.

A - - mogeneo o sin cráter, el Citlaltepetl ó Pico de Orizaba, el Neva-


r do de Toluca, el Jorullo, el Ceboruco, el Colima y el Tuxtla.
Los nombres indígenas de los tres primeros demuestran, al
mismo tiempo, que esas m o n t a ñ a s llamaron mucho la atención
de los antiguos habitantes del país, que u n o de ellos fué obser-
vado en estado de erupción, y que los otros no h a n variado de
forma en los tiempos históricos. Popocatepetl quiere decir en
idioma nahuatl, cerro que arroja humo; Ixtlacihüatl, mujer blanca,
y Citlaltepetl, cerro en forma de estrella. Las dos últimas monta-
ñas tienen aún las formas indicadas por los nombres indígenas,
pues una parece una m u j e r tendida y cubierta con un sudario
blanco, y á la otra le da apariencia de estrella la nieve alojada
en los thalwegs del volcan. Darémos algunos datos, a u n q u e en
resúmen, ele los volcanes mexicanos que acabamos de citar.
i
El Popocatepetl. Elegante m o n t a ñ a situada al S.E. del Valle El Popocate-

de México; forma parte ele la Sierra Nevada, ó muro que limi- p«>-
ta el Valle por el Este. Su f o r m a es elegante y cónica y se halla
cubierta su cúspide por nieves perpetuas: su altura sobre el m a r
es de 5425 metros, y su situación geográfica 19° 1' 5 4 " N. y
100° 53' 15" W . del meridiano de Paris.
Según un corte geológico publicado por los Sres. Montserrat,
Dolfus y Pavie, y que se refiere al estudio que hicieron en Abril
de 1865, sobre la pendiente del volcan, desde su pié, se ven ro-
cas traquíticas hasta la altura de 3250 metros sobre el nivel del
m a r ; en seguida el terreno está recubierto por arenas volcánicas,
en las que aparecen fragmentos ele pórfido y de basalto; despues
se ven las cenizas, y en seguida la nieve que comienza á la al-
tura cíe 4300 metros, en el mes de Abril en que se hizo la as-
censión. El cráter tiene una forma elíptica, siendo el eje m a y o r
de 900 y el menor de 750 metros; el borde está formado p o r
una cresta irregular, con dos cimas dominantes llamadas Pieo
Mayor y Espinazo del Diablo; el cráter al partir de la cresta
consta de tres partes distintas, que son: un plano inclinado de
65° ele pendiente; un m u r o vertical de 70 metros ele altura, y
otro plano inclinado de 25° á 30°. El cráter está formado p o r
hiladas de rocas, constituyendo un m u r o regular; se notan allí,
según los observadores de cjuienes t o m a m o s estas noticias, varias
especies de rocas: en la parte inferior capas de traejuita compac-
ta con cristales ele feldespato y de anfíbola, en parte descom-
puesta; despues capas basálticas bien caracterizadas, y en fin,
escorias porosas. E n el fondo del cráter y en los bordes se per-
ciben diversas fumarolas ó azufreras; la t e m p e r a t u r a de éstas se
elevaba hasta 74° C. De ellas se extrae muy buen azufre que en
aquella época la extracción era de 4 toneladas por mes.

La primera ascensión al Popocatepetl fué hecha en la época


de la conquista, en 1519, por Diego de Ordaz.
Las erupciones del Popocatepetl ele que se conserva m e m o -
ría h a n tenido lugar en los años de 1519, 1530, 1548, 1571,
1592, 1642, 1664 y 1802.
Relacionados al Popocatepetl, hay muchos cráteres secunda-
rios en varias direcciones.
El Ixtlacihuatl. Situado al Norte del Popocatepetl, se distin-
gue desde México con u n a elegante y alargada forma; según
Monserrat y Dolfus, visto el Ixtlacihuatl desde el Popocatepetl,
no se le percibe cráter. Su altura es de 5207 metros según
Sonntang. P u e d e ser u n volcan homogéneo y no estratificado,
pues no vemos ninguna mención de su cráter en las referencias
que ele él se han hecho, ó estará recubierto por la nieve.
El Gitlaltepetl. Montaña de esbelta f o r m a y gran altura que se
observa á gran distancia desde el Atlántico. En Julio ele 1877
fué explorado el Pico de Orizaba por los Ingenieros mexicanos
D. Mateo Plowes, D. Pedro Vigil y I). Enrique Rodríguez Mira-
m o n . Según estos observadores, en la masa del volcan domi-
I I

f
»
nan los pórfidos y los basaltos traquíticos. El cráter tiene una
forma elíptica, con diámetros ele 150 y 132 metros: las paredes
rocosas y con pendientes m u y fuertes; se observan algunas azu-
freras. A las siete de la m a ñ a n a el termómetro centesimal mar-
eaba 10° bajo cero en la cumbre nevada. A la salida del sol
se observó el fenómeno de difracción, dibujándose sobre la at-
mósfera las sombras de les exploradores con dimensiones colo-
sales. La posicion del Citlaltepetl, según estos observadores, es:

1 9 ° 1 ' 3 1 " 57 Lat. N.


6" 28"'42 s 235 Lon. W .

respecto del meridiano de Greenwich. Su altura se calcula en


5295 metros sobre el m a r .
El Nevado de Toluca. Se encuentra esta m o n t a ñ a á 5 leguas N e v a d o <lc To-

S.O. de la ciudad de Toluca. La posicion de ese volcan es, según


el barón H u m b o l d t ,
19° 11' 3 3 " Lat. N.
101° 4 5 ' 3 8 " Long. W .

Los Sres. Dolfus y Montserrat hicieron una ascensión al Ne-


vado á fines del año de 1865, y de su informe t o m a m o s los si-
guientes datos. El macizo de la m o n t a ñ a está formado de pór-
fidos traquíticos, grises unos y violados otros; en muchas partes
hay gruesas capas de arenas y de fragmentos de rocas despren-
didos de la parte superior. Tiene el cráter la forma de una
elipse irregular con diámetros de 1431 y 595 metros; su profun-
didad variable, oscilando entre 309 y 25 metros: hacia el centro
hay una masa traquítica de cerca de 500 metros de longitud.
Lo más notable que hay en el cráter son dos lagos mayores y
dos pequeños, con agua limpia y de u n a temperatura de 6 o C.: el
lago principal tiene una longitud de 400 metros, y una a n c h u r a
de 250; su mayor profundidad es de 10 metros. La altura del
Nevado es de 4578 metros. Las láminas a d j u n t a s manifiestan
el volcan y el cráter con los lagos de que se hizo mención.
El Jorullo. Este volcan, situado en el Estado de Miclioacan, El Jorullo.

se formó á mediados del siglo anterior sobre un campo cultivado;

l
despues de algunos temblores de tierra que duraron cerca de un
mes, la erupción comenzó el'28 de Setiembre de 1759; primero
h u b o emisión de cenizas que se extendieron á gran distancia en
la comarca, y en seguida aparecieron las lavas formando diver-
sos conos, de los cuales uno llegó á la altura de 480 metros.
Así se vio en los tiempos históricos la formación de una m o n t a -
ña volcánica. Algunos autores asientan que el Jorullo está del
todo apagado, pero los exploradores que lo han visitado al fin
del año de 1883 y principios de éste, han visto que se con-
servan algunas sulfataras y fumarolas, y que se le han abierto
algunas grietas bastante largas; también se dice que en estos úl-
timos años se h a n oido ruidos subterráneos en aquella co-
marca.
La lámina adjunta está tomada de la que publicó el b a r ó n de
H u m b o l d t , cuando visitó el volcan á principios de este siglo.
El Ceboruco. El volcan de este nombre, situado en el Cantón
de Tepic, del Estado de Jalisco, parecía clel todo apagado, pues
no existia tradición alguna sobre sus antiguas erupciones. El 16
de Febrero ele 1870 comenzaron á sentirse algunos sacudimien-
tos terrestres acompañados ele ruidos subterráneos, en la región
del volcan, y á los cuatro clias se observó que de la cumbre se
levantaban vapores blanquizcos; cinco dias despues, el 23 de
Febrero, se declaró formalmente la erupción con la salida de la-
vas, vapores densos y cenizas. Se formó un nuevo cráter, y ade-
más en la región S.O. del volcan se hendió el terreno en varias
partes levantándose en otras, y los trozos de roca y las lavas
surgían con profusión. Este dique de rocas incandescentes ca-
minó por el lecho ele un arroyo, y en el año de 1875 en que lo
visitamos, estaba detenido á la distancia ele 7520 metros del crá-
ter, la cual recorrió en el espacio ele dos años. Aparece a h o r a
como u n contrafuerte formado de rocas resquebrajadas, a m o n -
tonadas, con a n c h u r a máxima de 2000 metros y altura de 300.
Haciendo abstracción de las rocas y lavas que han llenado el
cauce de los arroyos, puede estimarse el volúmen ele la parte
saliente en 3,300 millones de metros cúbicos!

En la época en que visitamos el volcan escurría aún una lava


pastosa del nuevo cráter; las rocas a m o n t o n a d a s conservaban
aún muy elevada temperatura, se resquebrajaban rodando por
las pendientes y dejaban á descubierto grandes surcos de fue-
go; las columnas de h u m o salían del cráter de diez en diez mi-
nutos. Las rocas son pórfidos traquíticos de base de piedra pez;
algunas son basálticas y otras presentan la textura escoriosa de
tas lavas.
El Ceboruco consta de varias masas montañosas agrupadas,
siendo más elevada la llamada cerro de la Coronilla; el cráter
moderno se abrió al Este del antiguo, del cual está separado p o r
un dique de roca compacta. En las cercanías del volcan se ob-
servan muchos cráteres secundarios totalmente apagados.
El Ceboruco es un tipo de volcan estratificado; la observación
de sus rocas hace presumir que ha tenido cinco épocas de erup-
ción con la actual.
Su posicion es:

21° 14' 4 0 " Lat. N.


5 o 28' 3 0 " Long. W . de México.

Su altura sobre el nivel del m a r es de 2164 metros: dista 192


kilómetros al Oeste de la ciudad de Guadalajara.
La vista a d j u n t a representa el principio de la erupción de
1870, según dibujo tomado por D. Antonio Caravantes.
El Volean de Colima. Con pocos años de anterioridad á su
actual erupción, fué visitado este volcan por los Sres. Montse-
rrat y Dolfus, y entonces presentaba u n cono elevado en cuya
base se observaba una gran acumulación de rocas formándole
círculo; las rocas eran porfídicas, y el cono se encontraba recu-
bierto de escorias rojizas, ripillos y cenizas; la base del cono fué
calculada con un diámetro de 1800 metros. El cráter antiguo
estaba b o r d a d o de una muralla porfídica; tenia la forma de un
embudo, siendo el diámetro de la boca de 500 metros; el del
fondo 50, y su profundidad 250. Observábanse en esc año, 1865,
varias fumarolas que á veces f o r m a b a n nubecillas simulando una
erupción. La altura del pico es de 3886 metros sobre el m a r .
Cercana á esta eminencia se encuentra otra que se llama Vol-
Geología.—(3.
can de Nieve y se eleva á 4304 metros sobre el mar, conservan-
do nevada su cumbre. Según Dolfus y Montserrat, este pico
no tiene cráter, y es un macizo de roca porfídica semejante á la
del volcan de Toluca.
La situación del Colima es:

19° 25' Lat. N.


105° 50' W . del meridiano de Paris.

El Colima se declaró en erupción casi al mismo tiempo que


el Ceboruco, y h a conservado su actividad por más de diez
años, sin que en la actualidad se dé por terminada, pues no de-
jan de salir las columnas de vapores por el nuevo cráter. La lá-
mina a d j u n t a representa u n a de las erupciones recientes. La
masa de vapor q u e se levanta tiene la forma de un árbol, y p a -
recería que se habia exagerado al dibujarla; pero el primer di-
b u j o se tomó de u n a fotografía que representaba con toda exac-
titud la apariencia del Colima el dia 16 de Abril de 1872.
Volcan de Tuxtla. Se halla situado en la costa del Golfo, m u y
cerca del borde del m a r , á los 18° 3 5 ' Lat. N. y á los 4 o Long.
Este de México.
El naturalista D. Mariano Mociño publicó á fines clel siglo pa-
sado un informe sobre la erupción que presenció de ese volcan.
El 2 de Marzo de 1793 se escucharon fuertes ruidos subterrá-
neos en la dirección del volcan, y por la tarde se dejaba ya ver
sobre el cerro de San Martin una gran columna de fuego; siguió
á este fenómeno u n a lluvia de arena de poca consideración. E n
la noche del 3 al 4 del propio mes se escucharon terribles de-
tonaciones en una grande área, llegando á ser perceptibles á más
de 40 leguas de distancia, y en los días siguientes sólo se per-
cibía una h u m a r e d a sobre el mismo cerro de San Martin. El dia
22 de Mayo repitió la erupción y fué m u y copiosa la lluvia de
cenizas, que llegó h a s t a Oaxaca y otros lugares, calculando el Sr.
Mociño que dichas cenizas cayeron dentro de una superficie de
más de once mil leguas cuadradas; la lluvia duró dos dias, co-
m o en la primera erupción. El 28 de Junio fué más notable la
erupción que las anteriores, y despues de algunos dias de repo-
so repitió en el mes de Agosto. El 23 de Setiembre subió Mo-
ciño al volcan, y dice que la columna de fuego tendría un diá-
metro de más de cuarenta varas, la cual llevaba grandes trozos
de rocas incandescentes que c a i t o con estruendo. El piso de la
m o n t a ñ a estaba excesivamente caliente, y con dificultad se p o -
día acercar al cráter; cerca de éste había muchas grietas por
donde se escapaban h u m o s blancos y gases sulfurosos.
La erupción de este volcan fué notable por la gran cantidad
de arenas y cenizas que esparció á grandes distancias: él 22 de
Mayo el sol se oscureció por completo en u n a extensión de 15
leguas, al grado de que. á las doce del dia h u b o necesidad de ser-
virse de luces artificiales: en tres leguas de diámetro, en las cer-
canías del volcan, observó el Sr. Mociño que la arena tenia u n
espesor ele más de tres varas.
La zona volcánica de México, donde se encuentran esos cen- z„navolcánica
dc
tros de acción que acabamos de citar, se halla tendida en direc-
o
cion N.O. S.E., y abarcando cerca de 3 de latitud; algunos de
esos volcanes se encuentran casi alineados sobre un mismo
paralelo.
Dentro de esa zona se observan muchos cráteres apagados, y
algunos emitiendo vapores y gases sulfurosos, como el Ucareo
y San Andrés en Michoacan, el Golli en Jalisco, y otros.
Si pasamos ahora á considerar la distribución general de los D,str¡buc¡on

volcanes en la Tierra, verémos que se encuentran en todos los deanes!""


continentes y en muchas islas. Se ven principalmente b o r d a n d o
el Antiguo Continente y el Nuevo en sus costas bañadas por el
Grande Océano, así como en las islas que á ellas están relacio-
nadas.
Algunas islas lejanas de las costas, como las Sandwich, pre-
sentan también centros volcánicos de grande importancia, y aun
en las formaciones submarinas pueden abrirse los cráteres co-
mo sucede e n las tierras emergidas.
Citaremos algunos de los principales volcanes de varias re- volcanes a»
otras ac,one3
giones, ya que nos hemos referido con algunos detalles á los de " -
México.
En Europa: El Vesubio, el Etna y el Strómboli. En Asia:

1
u
fc. i
368
es debida esa circunstancia á que descendiendo las corrientes
Las islas de la Sonda, f o r m a n una comarca volcánica de las
subterráneas á grandes profundidades, se ponen en contacto con
más importantes. Java tiene más de 100 volcanes, muchos
las rocas calientes, é influenciadas con esa temperatura brotan
de ellos activos; S u m a t r a con 19, de los que 7 son t a m b i é n ac-
á la superficie con un grado ele calor más alto que el ele las
tivos. E n América: Hácia la parte Norte del Continente son
fuentes ordinarias; como ántes se dijo, se llaman aguas termales
célebres entre otros los volcaues Pawlousky, Elias y M o n t - B a -
á las que presentan u n a diferencia notable entre su temperatu-
ker. En la América Central: el Tajamulco, Volcan de Fuego,
ra y la media del lugar donde aparecen. Se comprende que los
Isalco, Coseguina y otros. E n la parte Sur del Continente hay
grados de temperatura en las diversas aguas termales son muy
muchos volcanes de gran celebridad, tanto por sus elegantes
variables, y algunas aparecen con un calor de 100° C. ó aun
formas y elevadas alturas, como por su actividad. En fin, en
mayor.
las islas oceánicas se encuentran centros volcánicos de grande
A causa ele la elevación de temperatura, esas aguas tienen la
importancia, como el Hecla en Islandia,y los montes Soa y K e a
propiedad de disolver muchas sustancias minerales de las rocas
en las islas Sandwich.
por donde circulan, y aparecen á la superficie cargadas de esas
„ „
» r u e c a s del ci-
Todos esos centros de fuego que acabamos de citar,son prue-
iorcentral. b a s e v ¡ d e n t e s de la acción del calórico central sobre la superfi-
sustancias, p o r lo que se les cía también el n o m b r e de aguas
minerales, y pueden servir para diversas aplicaciones, sobre to-
Efectos de loa cié terrestre: sus efectos los h e m o s considerado en varias partes
do en la medicina.
volcanes. d e ^ ] ¡ b r ( ^ y s ( m y a destructores ó modificadores, ó bien ge-
Célebres son los establecimientos ele baños que como los de
neradores de grandes m a s a s de rocas: frecuentes son los ejem-
Carlsbad y otros, son frecuentados por los enfermos. En m u -
plos de rocas macizas ó compactas, formando montículos aisla-
chos casos se forman en las fuentes y terrenos cercanos depó-
dos ó cordilleras; también los materiales sueltos, como las are-
sitos ó incrustaciones de las sustancias que las aguas traen en
nas, cenizas, etc., se a c u m u l a n y llenan valles y cuencas con
disolución, y que por lo general son: carbonatos ele cal, hierro,
espesores m u y profundos, causando en muchos casos la muerte
potasa, sosa, etc., 'sulfatos ele esas bases, ácidos silícico, sulfuro-
de miles de hombres, animales y plantas.
sos, carbónico, fluorhídrico, etc.
Las circunstancias observadas sobre la distribución geográfi-
ca de los volcanes, d e m u e s t r a n que su presencia es independien- En México son frecuentes los manantiales termales, y se ob-
te de la latitud y de la naturaleza del terreno donde se forman, serva m u c h a s veces el hecho á que ántes nos hemos referido, de
y que p o r consiguiente deben reconocer u n a comunidad de orí- que cuando en un valle se encuentra algún montículo volcáni-
gen, que no puede ser otra que la existencia del fuego central co aislado, como el Peñón en el Valle ele México, casi siempre
de la Tierra. tiene un manantial de agua caliente á su pié.
§" III. FENÓMENOS DERIVADOS DEL VOLCANISMO. Como fenómenos Como ejemplos de la composicion de algunas aguas termales
Fenómenos
derivadosdei principales que se relacionan al volcanismo, abstracción hecha de México, nos referimos á las citadas en la parte hidrológica
volcanismo, r^ I '
de este libro.
de las erupciones volcánicas de que ya nos ocupamos, debemos
Geysers, fumarolas, sulfataras y mofetas. Las aguas termales Geysers.
citar: las aguas termales, geysers, sulfataras, fumarolas y mofe-
tas, los temblores y terremotos y las oscilaciones de la corteza
terrestre.
aparecen á veces en forma de chorros, generalmente intermiten-
tes, que se elevan á diferentes alturas; en otros casos las emisio-
nes son ele vapor de agua ó de gases sulfurosos y carbónicos ó

ii
Aguas terma- Aguas termales. Sucede que muchas aguas superficiales están
de otra naturaleza. Las emisiones del primer caso se llaman lili
dotadas de temperaturas superiores á la del medio ambiente, y
Geysers, las segundas Fumarolas y las últimas Sulfataras y Mo-
fetas, según que los gases son sulfurosos ó de otra naturaleza.
De éstos nos hemos ocupado al hablar de los volcanes, y nos
falta referirnos á los geysers. En Islandia, en los Estados Uni-
dos de América y en otras partes, se observan esas salidas in-
termitentes de aguas brotantes que llevan el n o m b r e de geysers,
cuya palabra quiere decir violento ó impetuoso: entre las sustan-
cias que traen en disolución estas aguas es más frecuente el
ácido silícico, así es que forman en los lugares donde aparecen
grandes depósitos y revestimientos de siliza hidratada. El Gran
Geyser de Islandia está situado en u n a planicie al pié del Bar-
nafell; la siliza que contiene ha formado un cono de 10 metros
de altura por 70 de diámetro en su base; en la cúspide existe un
embucio de 3 metros de profundidad por 20 de diámetro, y se
continua por el conducto interno. El agua superficial que llena
el embudo tiene una temperatura que varía de 76° á 89° C., y
en el canal, á 32 metros ele profundidad llega á 125°.

Los geysers emiten de tiempo en tiempo vistosas columnas


de agua y de vapores, cuya intermitencia es debida á que au-
mentando la temperatura del agua que llena el canal á causa
de la presión que sobre ella ejerce la q u e cubre la abertura, lle-
ga un momento en que la tensión de la primera es igual al peso
de la última; se convierte en vapor y arroja con fuerza á la m a -
sa que soportaba,
de Sau Como ejemplo de geysers en México, citarémos el cjue descri-
be Saussure, y se encuentra en el cerro de San Andrés, Estado
de Michoacan. Dice Saussure: que explorando la m o n t a ñ a refe-
rida, percibieron él y sus guías un ruido extraño en medio de
un bosque, y dirigidos á ese lugar, quedaron pasmados con el es-
pectáculo que se presentó á su vista. Delante de los observado-
res se levantaba una pendiente blanqueada, que parecía cubierta
ele porcelana; en la cima se halla un pozo de dos metros de diá-
metro, del cual se escapa con u n silbido horrible un chorro de
vapor que se eleva en el aire á una altura considerable; u n a
oleada de agua hirviente se desborda de la abertura y se escurre
por muchos caños hasta el fondo del valle, dejando revestímien-
tos de sílice, c o m p a r a b l e s á u n a cubierta de porcelana. En el
m i s m o m o n t e de San A n d r é s existen lagos de agua hirviente,
f u m a r ó l a s y sulfataras. La l á m i n a a d j u n t a r e p r e s e n t a el geyser Volcane3dc

de San A n d r é s . A veces las a g u a s t e r m a l e s vienen cargadas de


tierras, f o r m a n d o v e r d a d e r o s lodos, y en algunos casos son és-
tos tan a b u n d a n t e s , que se l l a m a n volcanes de lodo al lugar
d o n d e a p a r e c e el f e n ó m e n o .
Temblores de Tierra, Las oscilaciones y vibraciones q u e se ve- Temblores de
tierra.
rifican s o b r e la superficie t e r r e s t r e se designan con los n o m b r e s
d e t e m b l o r e s ó t e r r e m o t o s , a u n q u e este último se r e s e r v a ge-
n e r a l m e n t e p a r a los f e n ó m e n o s de m a y o r intensidad y desas-
trosos efectos.
Estos movimientos q u e se e x p e r i m e n t a n en la superficie de
la T i e r r a , son el resultado de u n c h o q u e efectuado sobre cual-
quier p u n t o de la corteza sólida, cuya elasticidad comunica en
u n a ó diversas direcciones a q u e l l a conmocion. Debe advertirse
que n o todos los t e m b l o r e s s o n originados p o r el volcanismo,
sino q u e p u e d e h a b e r otras c a u s a s q u e los produzcan, c o m o de-
r r u m b a m i e n t o de rocas, etc.
Las f o r m a s del m o v i m i e n t o e n la superficie son tres: la osci- Tres formase
« i i • • i movimiento.

latorm, la t r e p i d a t o n a y la r o t a t o r i a que m u c h o s consideran co-


m o u n caso de la p r i m e r a .
La p r i m e r a f o r m a u n m o v i m i e n t o de vaivén p o r el cual la
T i e r r a sufre, en zonas d e t e r m i n a d a s , elevaciones y depresiones;
en la trepidación el m o v i m i e n t o de a l t u r a y depresión se verifica
en dirección vertical; los t e m b l o r e s rotatorios tienen lugar c u a n -
d o varias oscilaciones s i m u l t á n e a s se cruzan en varios sentidos.
Los resultados desastrosos q u e tales f e n ó m e n o s p r o d u c e n , de- C!rounstaucIíls
que influyen en

p e n d e n de varias circunstancias, y se c o m p r e n d e d e s d e luego los resultados.

q u e están relacionados á su i n t e n s i d a d , á la naturaleza y estruc-


t u r a de los terrenos y al g é n e r o de m o v i m i e n t o , siendo en ge-
neral m á s temibles los t e m b l o r e s trepidatorios y los d e rotación.
E n las localidades en que las rocas son compactas y de estruc-
t u r a u n i f o r m e , los m o v i m i e n t o s se p r o p a g a n con facilidad y d e
u n m o d o regular; el c a m b i o en la e s t r u c t u r a y naturaleza ele las
GEYSER DEL CERRO S.' A N D R É S rocas p u e d e debilitar ó a u n d e t e n e r las o n d a s vibratorias; los
E S T A D O DE M I C H O A C A N . - MÉXICO
efectos más desastrosos de los terremotos se verifican donde Algunos fenómenos, meteorológicos principalmente, h a n sido réndenos
hay formaciones de rocas sueltas, heterogéneas, y más aún, en algunas ocasiones predecesores ó acompañantes de los terre- aT^err?™-
cuando un subsuelo de roca compacta está recubierto de alu- motos; como son el cielo aborregado, los vientos fuertes, la pa-
Modosde pro- viones. Efecto de este caso se observó en el pueblo de San lidez del sol, las lluvias, etc.; pero hasta ahora no ha sido cons-
pagacion de f

ios mov.mien- Cristóbal en Jalisco, el 11 de Febrero de 1875, en que cayo casi tante la relación entre tales fenómenos y los seismológicos. Lo
tos.

toda la poblacion. El caserío estaba situado en un terreno de que sí so observa con más constancia son los ruidos subterrá-
aluvión, á orillas del rio Grande. neos que preceden ó acompañan á muchos sacudimientos te-
Tembloresu-
nealcs, centra-
Partiendo el movimiento de su punto de origen se puede pro- rrestres. Los trabajos que actualmente se verifican en muchos
losy trasver- pagar en u n a sola dirección, en cuyo caso se le llama lineal; si observatorios sobre las relaciones que pueden existir entre unos
sales.

se extiende en varias direcciones, central, porque entonces las y otros fenómenos, p o d r á n tal vez fijar algunas reglas para pre-
ondas se van dilatando ó propagando de un centro como las que decir los terremotos.
se observan en el agua al caer u n a piedra. Cuando las ondas Diversas hipótesis se han emitido para explicar los fenóme- C a u s a s de los
temblores.
parten de una zona y se propagan como ondulaciones rectas, se nos seísmicos, entre las cuales citaremos las siguientes: Supó-
les llama trasversales. nese por algunos físicos que las rocas incandescentes ó lavas que
Propagación. La extensión en que un temblor puede propagarse es m u y están en contacto con la costra terrestre, se precipitan en las
variable; en los temblores q u e asolaron al Estado de Jalisco en oquedades que ésta contiene, y comprimen los gases y vapores
el año de 1875, h u b o algunos que causaron notables estragos en produciendo la conmocion; el choque de la masa ígnea contra
San Cristóbal, en Guadalajara y otras poblaciones, sin que se la corteza sólida puede ser el foco de movimiento que se propa-
sintiesen en Ameca, q u e sólo dista 18 leguas hácia el Occidente; gue á la superficie: en la m a s a ígnea p o d r á n efectuarse mareas
mientras que el temblor oscilatorio' del 9 de Marzo del mismo que causen los terremotos; las aguas subterráneas poniéndose
año se sintió en toda la extensión del país, en una línea desde en contacto con las rocas incandescentes, se vaporizan, causando
Veracruz hasta San Blas. Temblores ha habido, como el de 1?
detonaciones y movimientos; la contracción que sufre la corteza
ele Noviembre de 1755, que destruyó á Lisboa, que se extendió,
terrestre por su enfriamiento que produce presiones laterales,
según ílumboldt, en u n a superficie cuatro veces mayor q u e la
plegamientos, etc., sobre la parte ígnea, resultando de estas ac-
de Europa entera.
ciones la conmocion; el d e r r u m b a m i e n t o de rocas en las cavi-
profundidad Algunos observadores que, como Mallet, Oldham y otros, h a n dades terrestres, principalmente por las erosiones de las aguas
ouenirVeiTen- tenido ocasion de estudiar el mayor n ú m e r o de circunstancias subterráneas; en fin, por la relación que en m u c h a s ocasiones
"ralLT'" ( l u e c o n c u i > r e n en u n terremoto, opinan que el centro ele movi- se observa entre los fenómenos volcánicos y los seísmicos, se
miento ó su origen se encuentra á u n a profundidad relativa- juzgan éstos como derivados de los primeros. También creemos
m e n t e corta, que según el primer observador, no debe pasar de que p u e d e n ser originados los temblores por erupciones que se
48 kilómetros. verifican de u n a s á otras cavidades en el interior de la Tierra,
seismesmetros. Las circunstancias principales de un temblor, como son su sin que aparezcan los productos de la erupción al exterior.
dirección, duración, etc., se observan p o r medio de i n s t r u m e n -
Estas teorías pueden dar la explicación de los fenómenos en
seismoiogia. tos llamados Seismómetros; á la ciencia que se ocupa del estudio
determinados casos. Si los temblores están relacionados al vol-
de esos movimientos terrestres se le da el n o m b r e de Seismo-
canismo, pueden m u y bien ser originados por la acción del va-
logía.
por de agua y por los choques y movimiento de las lavas; cuan-
do no sean de origen volcánico, las contracciones de la corteza boruco y del Colima; en 1872 fué conmovida la área correspon-
terrestre y los d e r r u m b a m i e n t o s subterráneos son causas po- diente á los volcanes de Aguafria y Ucarco en Michoacan: en
derosas p a r a producir vibraciones terrestres de g r a n d e inten- Octubre hubo ruidos subterráneos y temblores en el Estado de
sidad. Morelos; en Noviembre se escucharon manifestaciones análogas
'""riT.""*"" temblores 110 solamente afectan á la superficie de la Tie- en Guanajuato, y en 1875 las fuerzas volcánicas se concentra-
rra, sino que también pueden hacerlo, y de un m o d o terrible, ron en San Cristóbal, Guadalajara y otros puntos de Jalisco d o n -
sobre las aguas del mar, sea que el centro del movimiento esté de hicieron sentir sus efectos d u r a n t e varios meses. Despues,
en el fondo del Océano ó en las costas: el fenómeno consiste entre los r u m b o s Oriente y Sur de la República se manifiesta
principalmente en una retirada súbita de las aguas en las costas, con algunas intermitencias la acción seísmica.
y en su vuelta con una fuerza extraordinaria que la hace inva- Consultando las efemérides seísmicas q u e está publicando D. Leyes de los

dir las tierras y causar desastrosos efectos sobre los buques, las Juan Orozco y Berra, y revisando otros datos que se encuentran m<¡xico.
poblaciones, etc. El tiempo que trascurre entre ida y vuelta de diseminados en varios libros, deducimos los hechos siguientes:
esa formidable m a r e a es por lo regular de 5 á 35 m i n u t o s , a u n - Los temblores sentidos en el territorio mexicano fueron más fre-
que se ha dado el caso de que retarde hasta 24 h o r a s . cuentes en Marzo y Abril, y ménos en los meses do invierno:
DU™iond„io» Un temblor puede consistir en una sola ó varias sacudidas: en Marzo se ha sentido mayor n ú m e r o de temblores fuertes; las
temblores.

los impulsos son por lo general m u y breves, y por tanto la du- horas en que han tenido lugar mayor n ú m e r o d e terremotos,
ración de un f e n ó m e n o depende del n ú m e r o de impulsos que son las nueve de la noche, y entre diez y once de la m a ñ a n a , y
lo determinan. Felizmente el caso común, es que los temblores diez y once de la noche. Estas leyes las h e m o s deducido de los
sólo duren u n o s cuantos segundos; pero hay casos en q u e se datos relativos á los años comprendidos de 1581 á 1865.
prolongan de un modo extraordinario: dos, tres quince y aun Los efectos producidos por los temblores de Tierra son te- Erecto»dcio.
más minutos. El temblor que se sintió en México el 19 de Julio rribles en ciertas ocasiones. La destrucción de grandes ciudades, lcmWo^c,
de 1882, duró dos minutos y algunos segundos. S e c o m p r e n d e como Lisboa en 1755, la de Mendoza y otras poblaciones de la
que no es necesaria una larga prolongación en el f e n ó m e n o pa- América del Sur. La pérdida de vidas es á veces espantosa á
ra que cause desastrosos efectos; pues su intensidad puede oca- causa de un solo terremoto; en el Ecuador el a ñ o de 1868, mu-
sionarlos en breve tiempo; la ciudad de Caracas f u é destruida rieron 40,000 personas por el temblor de 16 de Agosto; en Ca-
en 1812 en 30 segundos solamente. racas perecieron 10,000 en unos cuantos instantes, en Marzo de
F r e c u e n c i a con Puede ser grande la frecuencia con que los fenómenos seís- 1812. Las rocas de las montañas se desprenden al impulso de
q u e >0 p r e « c n - . - _ ,

taalos tcmbio. micos se produzcan. Credner cita que de 1850 á 1857, se tuvo un terremoto y pueden causar devastaciones, detener el curso
noticia de 4,620 temblores en Europa. de los ríos, cuyas aguas inundan grandes extensiones de terre-
En México los temblores son á veces frecuentes, y en otros nos; pueden formarse grietas en la superficie terrestre y d a r
casos h a n dejado largos intervalos de quietud en m u c h a s lo- nuevo curso á las aguas, y sepultar en muchas ocasiones todo lo
calidades; en la actualidad puede decirse que el c u a d r a n t e S.E. que se encuentra en sus inmediaciones: algunos manantiales
del país es el más afectado por esos movimientos. desaparecen á causa de un terremoto, y aparecen otros general-
Tembiore. en La acción seísmica en la década última, se ha ido acuartelan- mente termales: en fin, los cambios de nivel son otros efectos
México.
do en determinados puntos y cambiándose á otros: en 1870 se geológicos m u y importantes que á veces causan también los
fijó en la parte occidental del país, causando la erupción del Ce- temblores de tierra.
cambiosae»i- Los cambios de nivel pueden ser instantáneos ó seculares: cánicas, como las presiones, dislocaciones, pliegues y fracturas
vel.

muchos de los primeros se h a n visto verificar á efecto ele los que sufren las rocas, ó más principalmente por la acción del
terremotos. Los cambios pueden ser de elevación ó de h u n d i - fuego central sobre la superficie terrestre. Las reacciones quími-
miento, causados á veces por los temblores como h e m o s dicho, cas pueden también emplear su calórico en las acciones meta-
ó de un modo más general, por la acción del fuego interior de ni órficas.
la Tierra: algunos hundimientos son debidos á acciones de las Por efecto de esos agentes los materiales sueltos de algunas Efectos del m
•i . . . tamorftsmo.
aguas, como veremos despues.
rocas pueden unirse en masas compactas y duras, o entrar en
Ejemplos de La costa occidental de la América del Sur, puede decirse que
elevación. nuevas combinaciones: así las areniscas pasan al estado de cuar-
es la región donde con más claridad se ven esos acontecimien- citas; las masas arcillosas á pizarras endurecidas, como se veri-
tos geológicos. En 1750 la costa de Chile sufrió u n a elevación fica en la fabricación de ladrillos, ó los elementos que se encuen-
de 8 metros, acompañada de un terremoto: en 1835 la isla de tran en las rocas sedimentarias, pueden formar combinaciones
Santa María fué levantada 2.06 metros hácia el extremo Sur, en para reconstituir las rocas primitivas que les dieron origen ó
una longitud de media milla, y hácia el centro la altura llegó á para formar otras distintas de aquellas. De este modo se podrán
3 metros. Las señales ele la línea de costa que se observan en formar masas de granito, gneiss, mica-pizarra, mármol, etc., ó en
m u c h o s puntos, tanto en América como en Europa, son p r u e b a s las masas de rocas cristalizarán ó se formarán ciertos compues-
de esos levantamientos, alcanzando alturas hasta cerca de 500 tos como granates, esmeraldas y otros silicatos.
metros. Las costas escandinavas se encuentran actualmente en A efecto del calor unas sustancias se deshidratan ó pierden
movimiento ascensional secular. otras sustancias volátiles como gases, ácidos, etc., siendo este úl-
Hundimientos Los casos de hundimientos no son todos derivados de fenó- timo caso el que se verifica al trasformarse el carbón bitumino-
d e terrenos. , , .

menos volcánicos, pues bien pueden proceder de erosiones de so en antracita.


aguas subterráneas, de condensaciones de los materiales ele las Ejemplos tomados en pequeña escala ó consideraciones qui- Ejemplos d
rocas y de otras varias causas. Los casos ó ejemplos de hundi- micas podrán explicarnos las trasformaciones ó el metamorfis- ractón,orDsm'
mientos en los tiempos históricos, pueden citarse como de los rao de grandes masas de rocas.
otros movimientos á que nos referimos: en Jamaica, en 1692, El carbonato de cal sometido á la acción del calor, en circuns-
u n a región considerable se hundió en el mar: la costa del m a r tancias comunes se trasforma en cal cáustica; pero si al mismo
del Norte se halla en descenso secular. En la Geología históri- tiempo epe se calienta se somete á u n a fuerte presión, se le ve-
ca hemos interpretado grandes y frecuentes cambios de nivel, á rá tomar la apariencia del mármol. En muchos yacimientos se
cuyo efecto se han formado los continentes, y h a n tenido lugar ve que el carbonato de cal al contacto de rocas ígneas se halla
diversas y variadas modificaciones en el aspecto de las tierras igualmente trasforrnaclo en mármol. Vemos, pues, aquí un ejem-
emergidas, en sus climas y en las faunas y floras que las han h a - plo ele metamorfismo que nos enseñará el modo con que se han
bitado. formado las grandes masas de caliza metamòrfica.
Definición. § IV. METAMORFISMO. Se designa con este n o m b r e al cambio El contacto de las masas ígneas produce también vitrificación Efectos Por
ó alteración que las rocas experimentan, ya en su compacidad, ele algunas sustancias que están á su alcance; la cristalización, conl<loto
-
son agentesei dureza, textura, ó bien en su composicion química. Los princi- cocimiento y diversas alteraciones de otras: en las paredes de
calórico y el . *
agua. pales agentes que ocasionan tales modificaciones son el calóri- los hornos vemos muchos de esos efectos del fuego sobre las
P u e n t e s de ca- , ,
ior. co y el agua; el primero puede ser originado p o r acciones m e - sustancias minerales.
Acción del Las aguas termales que acompañan á muchas rocas ígneas, ó El metamorfismo es un efecto en que el geólogo debe fijar
agua.
las que alojadas entre los poros de las que han sido calentadas m u c h o su atención, pues este efecto le dará en muchos casos la
adquieren elevada temperatura, son agentes químicos de la explicación de fenómenos los m á s variados, y en m u c h a s oca-
más alta importancia en los fenómenos del metamorfismo, siones de m u y difícil interpretación.
puesto que entonces adquieren en alto grado el poder disol-
vente. Desagregando y descomponiendo algunos compuestos
y formando otros, esas aguas pueden trasformar de un m o d o
parcial ó completo las masas de roca, sobre todo si llevan en
disolución el gas carbónico; así p o d r á n formar ó descomponer los
feldespatos, las micas, las anfíbolas y otros silicatos de diversas
bases para dar lugar á la formación de diferentes rocas. El P r o - CAPÍTULO III.
fesor Daubrée, en su laboratorio h a logrado efectuar algunas de
esas descomposiciones y trasformaciones bajo la acción del agua EL AGUA COMO FACTOR GEOLÓGICO.
calentada á 300° R.: fragmentos de obsidiana puestos en con-
tacto con esa agua son trasformados en traquita granuda; el vi-
Incesante y variada es la acción de este poderoso agente Acdonael
drio se reduce á u n a m a s a kaolínica en que aparecen cristales BU3,
geológico; recorre u n circuito maravilloso, y ejerce diversas ac- "
de cuarzo y agujas de wolastonia.
ciones como un obrero infatigable, como un avaro que saca pro-
A la influencia de las aguas t e r m o - m i n e r a l e s se debe la for- vecho a u n de sus más insignificantes acciones.
mación de granates, vesubiana y otros silicatos que se e n c u e n - Elevada el agua en las regiones atmosféricas al estado de va- n . r ,
u t i e r e n t e s me
tran en las calizas cristalinas. por, puede provocar el r a y o que hienda la roca: se condensa y dos dc acci0
"
E n varias localidades mexicanas vemos los efectos de las cae bajo la forma ele lluvia que desagrega las superficies de las
aguas termales en muy crecida escala: muchos de nuestros pór- rocas; f o r m a torrentes, arroyos y poderosos ríos que pulen la
fidos contienen incrustaciones de ópalo, cacholonga y hialita, superficie terrestre; se labra canales, lechos, valles y barrancas;
que no son sino depósitos de aguas silizosas: los nodulos de óxi- desprende los materiales pétreos, los pulveriza y distribuye p a -
do de hierro y de estaño que se encuentran en las masas de ra formar terrenos sedimentarios, ó los conduce hasta el Océano;
pórfido no pueden tener otro origen que el hidrotermal. se infiltra á través de las rocas y ejerce en ellas multitud de
Acción de los Los gases sulfurosos, clorhídricos, etc., de los volcanes, son efectos químicos y mecánicos; acarrea los materiales que les qui-
agentes poderosos en las descomposiciones y combinaciones que ta; forma cavidades y mina los cimientos de las m o n t a ñ a s hasta
se operan en el metamorfismo; pero sobre Lodo el vapor de agua causar su ruina; se trasforma en vapores poderosos allá en el
con alta pi'esion contribuye en grande escala en tales efectos. interior de la Tierra, y contribuye ele un modo tan influente en
Mctamornsmo El metamorfismo puede ser regional ó local; es decir, abarcar los fenómenos del volcanismo: además de ejercer sus variados
regional 6
local. grandes extensiones de terreno, ó circunscribirse á determinados efectos en el estado líquido y el gaseoso, se solidifican también
espacios. Así, pueden verse dilatadas cadenas ele m o n t a ñ a s ó las aguas, se aglomeran s ó b r e l a s montañas, descienden por sus
formaciones diversas afectadas por el metamorfismo, ó percibir- pendientes, puliendo las rocas ó llevando sus fragmentos p a r a
se solamente sus efectos en el contacto de las masas ígneas, ó emplearlos como agentes de erosion; vuelven al m a r despues de
en m u y cortas extensiones. haber recorrido tan dilatado camino de actividad química ó m e -
Acción del Las aguas termales que acompañan á muchas rocas ígneas, ó El metamorfismo es un efecto en que el geólogo debe fijar
agua.
las que alojadas entre los poros de las que han sido calentadas m u c h o su atención, pues este efecto le dará en muchos casos la
adquieren elevada temperatura, son agentes químicos de la explicación de fenómenos los m á s variados, y en m u c h a s oca-
más alta importancia en los fenómenos del metamorfismo, siones de m u y difícil interpretación.
puesto que entonces adquieren en alto grado el poder disol-
vente. Desagregando y descomponiendo algunos compuestos
y formando otros, esas aguas pueden trasformar de un m o d o
parcial ó completo las masas de roca, sobre todo si llevan en
disolución el gas carbónico; así p o d r á n f o r m a r ó descomponer los
feldespatos, las micas, las anfíbolas y otros silicatos de diversas
bases para dar lugar á i a formación de diferentes rocas. El P r o - CAPÍTULO III.
fesor Daubrée, en su laboratorio h a logrado efectuar algunas de
esas descomposiciones y trasformaciones bajo la acción del agua EL AGUA COMO FACTOR GEOLÓGICO.
calentada á 300° R.: fragmentos de obsidiana puestos en con-
tacto con esa agua son trasformados en traquita granuda; el vi-
Incesante y variada es la acción de este poderoso agente Acdonael
drio se reduce á u n a m a s a kaolínica en que aparecen cristales BU3,
geológico; recorre u n circuito maravilloso, y ejerce diversas ac- "
de cuarzo y agujas de wolastonia.
ciones como un obrero infatigable, como un avaro que saca pro-
A la influencia de las aguas t e r m o - m i n e r a l e s se debe la for- vecho a u n de sus más insignificantes acciones.
mación de granates, vesubiana y otros silicatos que se e n c u e n - Elevada el agua en las regiones atmosféricas al estado de va- ,
D i f e r e n t e s nic
tran en las calizas cristalinas. por, puede provocar el rayo que hienda la roca: se condensa y dos dc acci0
"
E n varias localidades mexicanas vemos los efectos de las cae bajo la forma ele lluvia que desagrega las superficies de las
aguas termales en muy crecida escala: muchos de nuestros pór- rocas; f o r m a torrentes, arroyos y poderosos ríos que pulen la
fidos contienen incrustaciones de ópalo, cacholonga y hialita, superficie terrestre; se labra canales, lechos, valles y barrancas;
que no son sino depósitos de aguas silizosas: los nodulos de óxi- desprende los materiales pétreos, los pulveriza y distribuye p a -
do de hierro y de estaño que se encuentran en las masas de ra formar terrenos sedimentarios, ó los conduce hasta el Océano;
pórfido no pueden tener otro origen que el hidrotermal.
se infiltra á través de las rocas y ejerce en ellas multitud de
Acción de los Los gases sulfurosos, clorhídricos, etc., de los volcanes, son efectos químicos y mecánicos; acarrea los materiales que les qui-
agentes poderosos en las descomposiciones y combinaciones que ta; forma cavidades y mina los cimientos de las m o n t a ñ a s hasta
se operan en el metamorfismo; pero sobre Lodo el vapor de agua causar su ruina; se trasforma en vapores poderosos allá en el
con alta presión contribuye en grande escala en tales efectos. interior de la Tierra, y contribuye ele un modo tan influente en
Metamorfismo El rfltetamorfismo puede ser regional ó local; es decir, abarcar los fenómenos del volcanismo: además de ejercer sus variados
regional 6
local. grandes extensiones de terreno, ó circunscribirse á determinados efectos en el estado líquido y el gaseoso, se solidifican también
espacios. Así, pueden verse dilatadas cadenas ele m o n t a ñ a s ó las aguas, se aglomeran s ó b r e l a s montañas, descienden por sus
formaciones diversas afectadas por el metamorfismo, ó percibir- pendientes, puliendo las rocas ó llevando sus fragmentos p a r a
se solamente sus efectos en el contacto de las masas ígneas, ó emplearlos como agentes de erosion; vuelven al m a r despues de
en m u y cortas extensiones. haber recorrido tan dilatado camino de actividad química ó m e -
cánica, y de aquel inmenso depósito se levantan bajo el estado
de vapor para emprender de nuevo el circuito ántes recorrido.
H é aquí u n resúmen del variado programa que las aguas
desempeñan en la Geología dinámica.
Recorramos, a u n q u e con brevedad, algunos de esos efectos
eondensados en este resúmen, considerando separadamente la
acción química del agua y sus efectos mecánicos.
EFECTO» QUÍMI- § I - EFECTOS QUÍMICOS DEL AGUA. El agua resbalando sobre la
superficie, impregnando las rocas ó circulando en la corteza te-
rrestre puede por sí misma disolver m u c h a s sustancias; ó ayu-
dándose de agentes poderosos, como el calórico que toma en las
profundidades q u e recorre, ó el ácido carbónico, el oxígeno, las
materias orgánicas, etc., que se le asocian en su paso por la at-
mósfera ó por las capas terrestres, puede hacerse un disolvente
casi general de todos los materiales con que se pone en contac-
to, y además ejercer una multitud de combinaciones y descom-
posiciones químicas.
Asociadaai Con el oxígeno que le facilita el aire lleva á mayor grado de
ox^cno. QxidaciQn a ] g U n a s bases, sulfatiza varios de los sulfuros, etc., y
da lugar á nuevas combinaciones, solubles unas, y otras insolu-
Asocíadaai bles, pero que contribuyen á la desagregación de las masas. El
íc.do¿"Mi..- ¿ c ¡¿[ 0 carbónico es el auxiliar más poderoso que el agua emplea
en sus trabajos químicos. Con ese agente ataca á las más d u -
ras y compactas masas de rocas; disuelve el mármol formando
bicarbonato de cal: se apodera de los álcalis de los feldespatos
haciendo sales solubles y obligando á los otros elementos á com-
binarse formando arcillas y siliza soluble. Por este procedimien-
to los granitos, los pórfidos y otras rocas feldespáticas van siendo
gastadas y destruidas, ya en las superficies expuestas á la intem-
perie, ó en el interior de su masa, adonde p u e d e llegar el agua
por las j u n t u r a s de la roca ó por sus intersticios. Otras muchas
combinaciones y descomposiciones se efectúan sobre otros sili-
catos de base de cal y de óxido de hierro que tanto abundan en
las rocas.

P o r estos medios de acción química y ayudando los efectos


mecánicos, no solamente se van puliendo y alterando las pen-
dientes de las m o n t a ñ a s p a r a d a r lugar á l a formación de diver-
sas tierras que ocupen las depresiones del terreno, sino q u e en
la m a s a de la corteza terrestre se f o r m a n o q u e d a d e s y galerías E f e c t o s p o r di-

de figuras y dimensiones diversas. Así se forman las g r u t a s y ' "uve.


cavernas, accidentes geológicos que merecen u n a particular con-
sideración en la Geología Dinámica. Estas o q u e d a d e s , a u n q u e
son el resultado de las acciones químicas y mecánicas del agua,
las consideramos desde luego p o r d e p e n d e r m u y directamente
del caso á q u e nos referimos.
C u a n d o esas excavaciones tienen poca m a g n i t u d se les l l a m a G r u t a s y ca-

grutas, y caverna,s si son ele b a s t a n t e extensión. Las aguas v a n


d e s t r u y e n d o las rocas, y este t r a b a j o erosivo es a y u d a d o fre-
c u e n t e m e n t e por las corrientes; en m u c h a s cavernas se obser-
van rios, cascadas y lagos, d a n d o m a y o r belleza á esos a n t r o s
c u a n d o la luz artificial revela sus maravillas. P o r lo regular las
grutas y cavernas se hallan l a b r a d a s en las rocías calcáreas: las
aguas cargadas de ácido carbónico q u e v a n p e r f o r a n d o las ro-
cas, dejan revestimientos de c a r b o n a t o de cal c u a n d o se escapa
el exceso de ácido q u e favorecía la disolución d e aquel c o m -
p u e s t o . P o r otra parte, esas aguas calcáreas al c h o r r e a r p o r las
h e n d e d u r a s de las cavernas v a n formando m a s a s de figura ge-
n e r a l m e n t e cónica, q u e p e n d e n u n a s del techo, y otras se le-
v a n t a n al e n c u e n t r o de las p r i m e r a s ; aquellas se llaman estalac- Escutas,
estalagmitas.

titas, y las últimas estalagmitas.


El ácido sulfúrico q u e proviene de la oxidación de las piritas,
y el ácido azótico derivado del ázoe de la atmósfera y de las
descomposiciones orgánicas, a y u d a n n o t a b l e m e n t e en esos t r a -
b a j o s químicos del agua.
Estas m a s a s y los revestimientos de q u e h a b l a m o s f o r m a n
las m á s variadas y caprichosas figuras q u e a d o r n a n las c a v e r -
Photo. E. Bernard et C e
71, rue Lacondamine. nas. Los diversos m o d o s de arreglarse las concreciones de la
CAVERNA DEL DIABLO caliza estilaticia, su color g e n e r a l m e n t e blanco, su lustre, su as-
ESTADO DE HIDALGO. — MÉXICO pecto cristalino, etc., contribuyen á d a r u n a h e r m o s u r a indes-
criptible á esas maravillas s u b t e r r á n e a s .
Muchas de esas cavidades son visitadas y a d m i r a d a s por su D iversascave,

magnitud y p o r las bellezas q u e encierran. La de Aldelsberg,


Geología.—15.
382

en Carintia, tiene cerca de dos leguas de extensión, y sus deco-


raciones son espléndidas: la de Antíparos, notable por sus esta-
lactitas, la del Mammouth en Norte-América, y otras m u c h a s
que seria largo enumerar,
cavernas me- En l a s m o n t a ñ a s calcáreas de México existen m u c h a s de esas
xicanas. maravillas subterráneas, siendo una de las más célebres la lla-
mada de Cacahuamilpa, en el Estado de Guerrero.
Caverna de La boca de esta espléndida caverna se abre en la pendiente
oriental de una m o n t a ñ a cubierta ele vegetación; la forma de la
entrada es semicircular, como se observa en la lámina a d j u n t a .
El cañón de la caverna se dirige primero al N.W., se inclina
despues al W . y en seguida desciende al S.W., f o r m a n d o un
curso tortuoso como el de un rio. El cañón presenta muchas
irregularidades, lo que hace que el vulgo considere dividida la
caverna en once salones ó trechos que se conocen con los n o m -
bres de: El Chivo, Los Confites, La Aurora, El Salitre, El P a n -
teón, El Pedregal del Muerto, El Agua Bendita, Las Ánimas, El
Palmar, El Portezuelo y Los Órganos. Muchos de estos n o m -
bres se refieren á la apariencia de las estalactitas y estalagmitas
que adornan la caverna. En algunas partes f o r m a n espléndidos
cortinajes que revisten las paredes; en otras se encuentran co-
mo elevados m o n u m e n t o s sepulcrales, como erguidos troncos
de palmeras, como plantas de órganos, etc. El Ingeniero D.
Francisco Búlnes, que nos acompañó una vez en el estudio q u e
hicimos ele esa caverna, compendió la descripción de las m a r a -
villas cjue aquella encierra con estas palabras: " P u e d e un pin-
tor dibujar todas las figuras imitativas que su fantasía le inspire,
y asegurar que las ha copiado en el interior de la caverna de
Cacahuamilpa, sin q u e nadie p u e d a desmentirlo."

El cañón de la gruta tiene cerca de cuatro kilómetros de lon-


gitud.
E n esta caverna se tienen ejemplos expresivos del trabajo geo-
lógico de las aguas. Las estalactitas que penden del techo llegan
á adquirir tal peso, que se desprenden con las masas de rocas
que les servían de base, y la caverna gana en altura: las esta-
lagmitas tienden por su parte á levantar el piso; en varios lu-

ir
gares las masas superiores y las ascendentes se unen y forman
gruesas columnas que sostienen las bóvedas.
Se ve que esta caverna fué en otro tiempo cruzada p o r un
rio, á juzgar por los rellenos de guijarros ele aluvión que en al-
gunas partes presenta: ahora, se ven dos rios que salen en otras
cavernas inferiores á la de Cacahuamilpa, y que perforan en to-
da su m a s a á la m o n t a ñ a en que ésta se encuentra. El agua,
como muchos de los séres, se labra sus habitaciones y caminos
en el interior de la Tierra.
Es de advertirse en este lugar cjue no solamente á la acción origen de
oirás
de las aguas se debe la formación ele las cavernas, pues m u c h a s
hay de origen volcánico, y que también pueden tener notables
dimensiones.
Se comprende que este trabajo de disolución de las rocas, Hundimientos

puede llegar hasta el caso de que se h u n d a n las galerías cau- "VwosTes'tos


Ias
sando efectos desastrosos sobre los terrenos: hundimientos con-
siderables se han observado, y en muchos casos acompañados
de temblores debidos al movimiento de las masas que se des-
prenden.
Muchos de esos movimientos terrestres deben ser ocasiona- Ejemplos en
las cercanías
dos por el hundimiento ó desprendimiento de rocas en las ca- do Cacaliua-
milpa.
vidades subterráneas, cuyo fenómeno podrá no revelarse en la
superficie del terreno.
Uno de estos fenómenos geológicos tuvo lugar el 3 de Setiem- Ejemplo de
1 i - i r>r-r\ i • ' i i hundimientos

b r e de 1 8 / 9 en los cerros vecinos a la caverna de Cacahuamil- >• resbala,™,,,


pa; en extensión de más de una legua el terreno se cuarteó, se
h u n d i ó en algunos puntos, y en otros resbalaron las pendientes
de las montañas, como se ve en la lámina adjunta. Los h u n d i -
mientos en algunas partes son m u y sensibles, y en otras las
masas desprendidas efectuaron movimientos semicirculares, co-
m o se nota por la desviación de algunos caminos y veredas. La
formación que se desgajó, es ele pizarras y arcillas que se apo-
yan sobre la caliza cretácea. Este fenómeno sólo puede expli-
carse por el hundimiento de cavidades en la formación cal-
cárea.
P o r la acción cjuímica del agua sobre las rocas feldespáticas,
vi
vimos t a m b i é n h u n d i m i e n t o s y r e s b a l a m i e n t o d e gran p a r t e
de u n a m o n t a ñ a de pórfido, en el Cerro Cuatezón, E s t a d o d e
San Luis Potosí. El fenómeno tuvo lugar el año de 1877. Al
h a b l a r del m e t a m o r f i s m o hicimos referencia al papel i m p o r t a n -
te q u e el agua por s u s efectos químicos t o m a en aquel f e n ó m e -
Distribución
no. Y p u e d e p r e g u n t a r s e : ¿qué fin t i e n e n las sustancias r o b a d a s
d e la« s u s t a a
d a s llevadas
p o r las aguas al interior de la corteza terrestre? Muchas de esas
porei agua. sustancias q u e d a n depositadas en los c a m i n o s q u e aquellas re-
corren, y á ese f e n ó m e n o se debe la formación d e m u c h o s filo-
nes minerales; otras veces sólo revisten y decoran las p a r e d e s
de las galerías y grutas, y en otras salen al exterior, f o r m a n d o
depósitos superficiales, ó son llevadas h a s t a el m a r : en las aguas
oceánicas se h a n descubierto h a s t a a h o r a los siguientes cuer-
pos: oxígeno, hidrógeno, cloro, b r o m o , iodo, flúor, azufre, fósfo-
ro, carbono, silicio, boro, plata, cobre, zinc, p l o m o , cobalto, ni-
kel, hierro, m a n g a n e s o , aluminio, magnesio, calcio, estroncio,
bario, sodio, potasio y litio.

Ya o b s e r v a r e m o s en la última p a r t e d e la Geología Dinámica,


c ó m o los séres organizados se o p o n e n á la saturación ele c a r b o -
n a t o d e cal á q u e podían llegar las a g u a s del Océano p o r las
g r a n d e s cantidades q u e de ese c o m p u e s t o le llevan las aguas
continentales.
El a g u a a c t ú a § I I . TRABAJOS MECÁNICOS DEL AGUA. B a j o tres estados físicos
i>ajo t r e s e s t a
dos físicos. p u e d e el agua ejercer s u s t r a b a j o s mecánicos: en estado gaseo-
so, líquido y sólido.
Acción del Al t r a t a r del volcanismo, consideramos ya los principales
at*ua a l e s t a d 0
o
TevIpoT efectos geológicos del v a p o r de agua; v a m o s a h o r a á o c u p a r n o s
del agua líquida y del agua sólida c o m o factores geológico-di-
námicos.
Acción del El a g u a líquida p u e d e actuar sobre las rocas desde q u e cae
a g u a al estado
líquido. como lluvia, c u a n d o corre ó se deposita s o b r e los continentes,
c u a n d o circula en el interior de la corteza terrestre, y p o r últi-
mo, cuanelo se a l m a c e n a en los océanos. P o r esto deben consi-
Photo. E. Bernard et C E Paris, 71, rué Lacondamine.
derarse s e p a r a m e n t e las aguas superficiales, continentales, las
DERRUMBAMIENTOS Y HUMDIMIENTOS EN UNA M O N T A Ñ A CERCANA
aguas s u b t e r r á n e a s y las aguas m a r i n a s .
Aguas superfi- A LA GRUTA DE CACAHUAMILPA
ciales. Aguas superficiales. Las gotas de agua que p u e d e n h e r i r con
(MÉXICO)
gran fuerza las superficies de las rocas ayudan en muchos ca-
sos á desagregarlas ó á lo ménos cooperan en los efectos erosi-
vos de las corrientes. Al caer las aguas forman pequeños arro-
yuelos, arroyos, torrentes y rios q u e se unen á otras corrientes
para ir al mar, se depositan sobre la superficie en lagos, se fil-
tran en el terreno para formar corrientes subterráneas, ó se va-
porizan ele nuevo remontándose en la atmósfera.
Las aguas corrientes actúan sobre las rocas de un modo pro- Diversosraoaoi,
porcional á su volúmen, á su velocidad y fuerza, á la pendiente ''e^7o".su
en que resbalan, y también á la naturaleza de las rocas. Su tén-
dencia constante es lamer las superficies, deslavarlas y profun-
dizar el lecho sobre el cual se reúnen y circulan: los fenómenos
ígneos tienden á levantar los terrenos y las aguas á rebajarlos.
Rocas hay q u e con la m a y o r facilidad son desagregadas y
arrastradas por las aguas, mientras que otras necesitan m u c h o
tiempo para ser vencidas por las corrientes.
En estos efectos erosivos se sirven las aguas de sus trabajos
químicos para disolver, pulverizar ó debilitar á las masas, y t a m -
bién adoptan como poderosos agentes á los fragmentos de rocas
que puestos en movimiento van labrando las superficies ó des-
trozando las m a s a s hasta pulverizarlas, sobre todo, si este tra-
bajo se ayuda con el choque de unos fragmentos contra otros,
:
I en el camino que recorre la corriente.
Por esto se ven en los cursos de los rios y arroyos esos guija-
rros arredondados de diversos tamaños, las matatenas, las are-
nas y el limo, q u e son productos todos ele la acción erosiva do
las aguas.
Así, este agente geológico destruye y gasta por una parte; pe- Aodou com.
ro distribuye y forma terrenos sedimentarios por otra: algunos uf'ctrr7e,u!l
de los elementos que arrastra los lleva hasta el Océano, su re-
gazo final.
Al tratar de las rocas hemos hablado ya de las formaciones p„rmao¡oncs
sc,i ! entar,as
sedimentarias citando las estructuras particulares que presentan '" -
las playas, así como de ciertas marcas que indican el modo ele
formación de algunas rocas sedimentarias.
Formaciones -
accanalcs pro
El trabajo incesante, a u n q u e pequeño del agua, ha logrado
practicar profundos canales sobre masas endurecidas, como se rreno, llevando los ganados, habitaciones y bosques á diferentes
observa en el cañón del rio Colorado en los Estados Unidos. Se- distancias. Al hablar de las grutas y cavernas hicimos mención
gún el Dr. Newerry, en u n a longitud de 300 millas se observa de los efectos combinados del agua obrando química y mecáni-
u n cañón continuo en ese rio con profundidad de 3,000 á 6,000 camente, y citamos ejemplos de grutas, de hundimientos y res-
pies. balamientos de terrenos. En la parte hidrográfica de este libro
Formad.„do Cuando la corriente ataca rocas de diferentes durezas, es cuan- se habló con detención de las aguas subterráneas.
saitos^ycatara- facilidad se forman los saltos, cascadas y cataratas
d o CQn m j í s Aguas marinas. Las olas del m a r vienen á chocar sobre las . , , ,
Ac c i ó n d e l a s

de que ántes hemos hablado. olas_


costas de un modo incesante y más ó ménos fuerte; por consí-
F o r m a c i ó n de Las excavaciones más variadas en formas y magnitud son el guíente su acción es continuada y de efectos variables.
cañadas y va-
lles. efecto de los trabajos mecánicos de las aguas; los thalwegs, ca- El choque de las olas sobre las rocas y las paredes acantila-
ñadas, barrancas y valles son accidentes que en su mayor parte das de las costas las va minando y acaba por destruirlas. Esta
han practicado las aguas corrientes. acción es más poderosa sobre la parte superior de la marea m e -
Dijimos ántes que muchos de los materiales acarreados por dia, y es de menor efecto bajo la m a r e a inferior en que las ro-
las aguas llegaban hasta el Océano: las olas y mareas distribu- cas son protegidas por las mismas aguas.
yen en las costas la mayor parte de esos materiales; otros for- Sobre la costa las olas van regularizando los contornos y dis- D i s t r i b u c i ó n
man bancos, y los más finos son llevados al interior del m a r y tribuyendo los materiales que arrancan de las partes elevadas ó t ™ ! ^
al fin depositados sobre el fondo. El acarreo ele tierras es á ve- que llevan los rios hácia el m a r ; cuyos materiales dejan en las
ces muy grande: se calcula en 812,500.000,000 delibras el limo paredes del nivel de las mareas; al encontrarse las corrientes
introducido anualmente al Golfo ele México por el Mississippi, y con las olas caen los materiales acarreados, y si las masas son
en 6,368.000,000 de piés cúbicos el acarreo anual del Ganges. suaves se forman bancos y deltas á la entrada de los rios; pero
Formación de Cuando á la entrada de un rio se interpone una barra, existen si son fuertes esos movimientos, entonces se forman barras.
deltas.
médanos ó es débil el movimiento de la marea, se forman de- Las acumulaciones y distribución de los materiales se efectúan
pósitos de esos materiales y penetran en el mar. más ampliamente bajo las aguas someras, y así se van formando
Sobre ese terraplen se forman lagunas ó se divide la corrien- depósitos de arena y guijarros en las playas, y aun bancos cer-
te principal en varias derivadas, entrando el rio por muchas b o - ca de la orilla ó en el interior del mar.
cas, en cuyo caso lleva el nombre de Delta, como se observa en La acción erosiva de los mares es más bien efectuada en las La MCiou cro.
el Mississippi, en el Rhin, en el Ganges y otros rios. costas y sobre los promontorios y partes salientes. Los rios t r l t T
Trabajos«íelas Aguas subta-rAneas. Las aguas filtradas á través d é l a s rocas, tienden á llenar los océanos con los detritus que llevan de los ComiKins!U!i°-
rráncas.te" forman corrientes y depósitos interiores que pueden también continentes, y las olas del mar luchan por devolverlos á los con-
ejercer diferentes acciones mecánicas y químicas como las aguas tinentes, y puede decirse que este es el trabajo constante de
superficiales; así deslavan las superficies de las rocas, las distri- donde resultan esas distribuciones de materiales en las costas,
buyen, se labran canales de circulación, arrastran materiales, efectuándose una compensación que tiende á equilibrar las for-
etc. En algunos casos pueden reblandecer los bancos de arcilla, maciones y á localizarlas donde deben distribuirse.
de arena y otras rocas, causando el deslizamiento de las masas Esto no indica que en los fondos de los mares no se efectúen
superiores que se apoyan sobre los bancos reblandecidos; así se depósitos de materiales; pero no tienen la importancia que los
han visto trasportar de un lugar á otro grandes espacios de te- trabajos que se efectúan en los bordes del m a r y en las aguas
poco profundas. En los primeros tiempos geológicos esos depó- se hácia los valles inferiores. Los ventisqueros son los más im-
sitos eran más importantes porque los mares eran poco profun- portantes en el estudio que nos ocupa. Estas masas de nieve
dos en general. descienden de un modo regular y continuo, con un movimiento
Fnerzas pues- Las fuerzas puestas en acción en esos trabajos del mar, son: que depende ele su masa y de la inclinación de las pendientes;
los movimientos regulares y. accidentales de las olas y las co- pero que normalmente es lento y oscila entre 0.15 y 1.30 me-
rrientes marinas. tros por dia. El ventisquero se acomoda á la superficie de res-
•na»ymarcas. Las primeras son las de mayor consideración, tanto por su balamiento y á sus accidentes sobre los cuales pasa ó los rodea:
constancia como por la intensidad que por la fuerza de los vien- cuando la superficie de resbalamiento no es uniforme, el ven-
tos, por las tempestades ó por otras causas pueden adquirir. tisquero se hiende en varias partes, y al encontrar diferencias
Sobre todo, son intensas las mareas cuando penetran en los ca- ele pendiente se desgaja en masas de diferentes formas y vo-
nales ó entre las islas, y también al entrar en los rios cuan- lumen: á veces estas caidas ele blocks de nieve hacen terribles
do son detenidas por las formas de sus bocas, por bancos de estragos, y á ese accidente se le llama alud.
Alud.
arenas ú otros obstáculos, en cuyo caso se avanzan en algunos
La causa principal que imprime su movimiento al ventisquero, CMSa del mo.
kilómetros dentro del rio, levantándose á grande altura y ejer- viralc,,todelos
es la dilatación que va sufriendo por la congelación del agua que ventisqueros.
ciendo poderosos efectos erosivos en las orillas vecinas.
se introduce en su masa; sea de las lluvias ó de los deshielos.
Acción del flu- Se comprende que en el vaivén de las olas, ó sea en el flujo Los ventisqueros traen generalmente trozos de rocas despren-
jo y reflujo. nt • I ' l l * • • .

y reflujo, este ultimo movimiento es el de mayor poder erosi- didas de las partes altas de las montañas, y los que se arreglan
vo y comienza actuando sobre el fondo, desde su origen. en líneas en la masa de nieve: á esos trozos de roca se les lla-
Corrientes Respecto de las grandes corrientes oceánicas, las polares son m a canchales.
las de mayor efecto geológico á causa de las masas de hielo que Algunas masas ele nieve van á ciar hasta el mar, y forman
traen consigo, y que sirven de vehículo á grandes cantidades de lo que se llaman hielos flotantes, que tan temidos son ele los m a -
tierras y de piedras que depositan en los lugares donde se fun- rinos.
den esos hielos: este efecto se ve en los bancos de Terranova en Los ventisqueros gastan las superficies de resbalamiento y K f e c t o s d e los

que pasan ó se funden los hielos flotantes que vienen del Nor- producen estrias: rayas ó surcos sobre ellas; se ayudan en sus ventisqueros.

te. La corriente llamada" Gulf-stream, poco ó ningún efecto pro- trabajos erosivos de los canchales, y estas masas van á formar
duce, debido á que camina lejos ele la costa y á q u e tiene grande terrenos sueltos, como observamos al tratar del período glacial;
espesor. los hielos flotantes son las balsas que distribuyen en diversas
Hielos. Aguas congeladas. Las aglomeraciones de nieves que se colo- partes los trozos de rocas ejue conducen.
can sobre las montañas y descienden hácia los valles, son las que En la congelación de las aguas de los rios pueden producirse
Candiales e
mayor efecto producen sobre las rocas. efectos análogos por el trasporte de piedras que tornan las aguas los r i o s .

Agassiz divide esa aglomeración en tres clases, que llama: al congelarse ó que caigan sobre ellas.
Campos de Nieve, Neveras y Ventisqueros. Por la fusión que se opera en las superficies de los ventisque-
C o r r i e n t e s li-
campos de Los campos de nieve se encuentran en las altas mesetas y có- ros ó en sus grietas, se va formando una corriente de agua lí- q u i d a s proce-
d e n t e s d e los
sela. Hados: las neveras ocupan los circos y presentan muy poca pen- quida que corre por debajo, y se escapa al fin donde concluye ventisqueros.
Ventisqueros. ^ ^ ^ ^ ^ ¿ q u e p a r t ¡ g n d o M

el ventisquero, y sigue aquella descendiendo por las cañadas y


fondo ele los grandes circos ocupan las pendientes extendiéndo- valles.
Gcolozía—46.
Distribución La región clásica de los ventisqueros es actualmente la cade- eion descompone el ácido carbónico producto de aquella acción,
g e o g r á f i c a de
los v e n t i s q u e - na de los Alpes; también se encuentran esos rios de nieve en y el oxígeno es restituido al aire, miéntras que el carbono se al-
ros.
los Andes, en el Cáucaso, en Noruega, en Groenlandia y otras macena en las plantas para formar parte esencial en sus te-
regiones árticas. jidos.
Por último, el fenómeno de dilatación que experimenta el agua Hé aquí la fuente principal del equilibrio entre la composi-
al congelarse, causa en m u c h a s ocasiones la destrucción ó divi- cion de la atmósfera y su acción sobre los f e n ó m e n o s bioló-
sión de las masas de rocas; a u n q u e como h e m o s dicho, los ven- gicos.
tisqueros constituyen los m á s poderosos agentes geológicos del El oxígeno se combina con los cuerpos minerales y oxida
agua al estado sólido. también á las sustancias orgánicas, dando así lugar á multitud
de reacciones químicas que contribuyen á las alteraciones de las
rocas, sirviendo de agente geológico de constante y poderosa ac-
ción. Las reacciones que el oxígeno y el ácido carbónico efec-
túan sobre las rocas, las mencionamos ya al tratar ele los efectos
químicos del agua auxiliada de esos cuerpos, y p o r tanto nos
referimos á aquella parte de la Geología Dinámica al considerar
los efectos químicos de la atmósfera: al tratar de la vida, como
factor geológico, citaremos otros hechos referentes á la influen-
CAPÍTULO IV.
cia química de los propios cuerpos.
Del ázoe atmosférico se derivan el ácido azótico y los salitres, AMion del
LA ATMÓSFERA COMO FACTOR GEOLOGICO. que también ejercen acciones químicas y erosivas m u y marca- ázoc
"
das sobre las rocas.
Definición, Llámase atmósfera á la envoltura gaseosa q u e rodea á la El aire es el vehículo que lleva los vapores acuosos del lugar Vcc¡on c(imb¡.
, ad
T i u S » ? Tierra, y que está compuesta esencialmente de una mezcla de de su producción á las regiones elevadas donde se condensan y ' í",¡1^lre'r
oxígeno y de ázoe en la proporcion de 21 partes del primero y caen al estado de lluvia, de nieve ó de granizo. Se ve, pues, de
79 del último, á las cuales se asocian cantidades variables y re- varias m a n e r a s la relación ó ayuda recíproca que existe entre
lativamente pequeñas de ácido carbónico y vapor de agua. la atmósfera y el agua para ejercer sus efectos geológicos. A
Estos cuerpos son los agentes de la atmósfera en sus trabajos impulso del viento se agitan las olas del mar y p r o d u c e n sobre
químicos, y sus movimientos en los efectos mecánicos que tam- las rocas los efectos que ántes mencionamos.
bién practica. A estos efectos dinámicos debemos añadir los de erosión y E f e c t o s d e ero-

Acción da Si consideramos primero u n o de los principales componentes trasporte que el aire puede también efectuar. Cuando sopla con te.
del aire atmosférico, el oxígeno, veremos que es el agente prin- fuerza levanta las arenas y otros fragmentos de las rocas, des-
cipal de muchos fenómenos químicos indispensables á la vida troza las r a m a s de los árboles, y con los cuerpos que arrastra
animal y vegetal, y que t a m b i é n t r a b a j a incesantemente sobre hiere las superficies de las rocas y les arranca partículas que se
los componentes de las rocas. unen á las que ya tenían en movimiento.
Las combustiones que siempre se efectúan p o r medio del oxí- En las orillas del mar es donde.se ve con más claridad el po-
no, tienden á quitarle este gas á la atmósfera; pero la vegeta- der de trasporte que tiene el viento: allí las arenas se cambian
Distribución La región clásica de los ventisqueros es actualmente la cade- eion descompone el ácido carbónico producto de aquella acción,
g e o g r á f i c a de
los v e n t i s q u e - na de los Alpes; también se encuentran esos rios de nieve en y el oxígeno es restituido al aire, miéntras que el carbono se al-
ros.
los Andes, en el Cáucaso, en Noruega, en Groenlandia y otras macena en las plantas para formar parte esencial en sus te-
regiones árticas. jidos.
Por último, el fenómeno de dilatación que experimenta el agua Hé aquí la fuente principal del equilibrio entre la composi-
al congelarse, causa en m u c h a s ocasiones la destrucción ó divi- cion de la atmósfera y su acción sobre los f e n ó m e n o s bioló-
sión de las masas de rocas; a u n q u e como h e m o s dicho, los ven- gicos.
tisqueros constituyen los m á s poderosos agentes geológicos del El oxígeno se combina con los cuerpos minerales y oxida
agua al estado sólido. también á las sustancias orgánicas, dando así lugar á multitud
de reacciones químicas que contribuyen á las alteraciones de las
rocas, sirviendo de agente geológico de constante y poderosa ac-
ción. Las reacciones que el oxígeno y el ácido carbónico efec-
túan sobre las rocas, las mencionamos ya al tratar ele los efectos
químicos del agua auxiliada de esos cuerpos, y p o r tanto nos
referimos á aquella parte de la Geología Dinámica al considerar
los efectos químicos de la atmósfera: al tratar de la vida, como
factor geológico, citaremos otros hechos referentes á la influen-
CAPÍTULO IV.
cia química de los propios cuerpos.
Del ázoe atmosférico se derivan el ácido azótico y los salitres, AMion del
LA ATMÓSFERA COMO FACTOR GEOLOGICO. que también ejercen acciones químicas y erosivas m u y marca- ázoc
"
das sobre las rocas.
Definición, Llámase atmósfera á la envoltura gaseosa q u e rodea á la El aire es el vehículo que lleva los vapores acuosos del lugar Vcc¡on c(imb¡.
0
Tierra, y que está compuesta esencialmente de una mezcla de de su producción á las regiones elevadas donde se condensan y ""'¡i^I,;^ "
oxígeno y de ázoe en la proporcion de 21 partes del primero y caen al estado de lluvia, de nieve ó de granizo. Se ve, pues, de
79 del último, á las cuales se asocian cantidades variables y re- varias m a n e r a s la relación ó ayuda recíproca que existe entre
lativamente pequeñas ele ácido carbónico y vapor de agua. la atmósfera y el agua para ejercer sus efectos geológicos. A
Estos cuerpos son los agentes de la atmósfera en sus trabajos impulso del viento se agitan las olas del mar y p r o d u c e n sobre
químicos, y sus movimientos en los efectos mecánicos que tam- las rocas los efectos que ántes mencionamos.
bién practica. A estos efectos dinámicos debemos añadir los de erosion y Efectos de e,0-

Acción aei Si consideramos primero u n o de los principales componentes trasporte que el aire puede también efectuar. Cuando sopla con te.
del aire atmosférico, el oxígeno, veremos que es el agente prin- fuerza levanta las arenas y otros fragmentos de las rocas, des-
cipal de muchos fenómenos químicos indispensables á la vida troza las r a m a s de los árboles, y con los cuerpos que arrastra
animal y vegetal, y que t a m b i é n t r a b a j a incesantemente sobre hiere las superficies de las rocas y les arranca partículas que se
los componentes de las rocas. unen á las que ya tenian en movimiento.
Las combustiones que siempre se efectúan p o r medio del oxí- En las orillas del mar es donde.se ve con más claridad el po-
no, tienden á quitarle este gas á la atmósfera; pero la vegeta- der de trasporte que tiene el viento: allí las arenas se cambian
M6da>ioS. de un lugar á otro formando esos montículos movedizos que se «entre 0 m 7 y l m 2 por segundo: la velocidad extrema ha llegado
llaman médo.nos. A efecto de estos cambios se f o r m a n diques hasta 18 metros por segundo.
que desvian los cursos de agua; se aislan charcos y lagunas; se En el Golfo de México la estación de los Nortes se compren-
atierran y desaparecen, otras; se producen á inundaciones, etc. d e entre Setiembre y Marzo.
Terribles son las lluvias de arenas que el viento produce en los
i.iuv¡as de are- desiertos de Sahara, y que pueden sepultar poblaciones y cara-
vanas enteras.
Trasporte de A orillas de los lagos y de los rios, en los arenales grandes ó
<J
polvo y d e a r e -

pequeños, se observan efectos análogos; y en fin, el trasporte


de polvo finísimo lo vemos diariamente al observar el depósi-
to que dentro de las habitaciones se hace, especialmente sobre
CAPÍTULO Y.
los muebles.
LOS ANIMALES Y LOS VEGETALES, C03I0 AGENTES
^TaleT l0' ^ara u n e em
j P l ° d e fácil observación podemos referirnos
á los cambios de arenas que tienen lugar á orillas d e los lagos GEOLÓGICOS.
y lagunas del valle de México: en la estación de las secas rigen
con frecuencia los vientos australes, y las arenas se cambian La vida que se agita sobre la superficie terrestre, sea en las
Modo d e o b r a r
formando montículos en diversas partes, y aislando depósitos tierras emergidas ó en las aguas, contribuye de varias maneras delaacci<m
. fisiológica.
de agua que se evaporan, dejan á seco sus sedimentos salinos ó
en los trabajos geológicos; los séres pueden conservar, destruir
de materias orgánicas: á impulsos del viento vienen las a r e n a s
y formar las rocas.
volcánicas de algunos cráteres apagados y cerros arenosos que
Las humildes plantas criptógamas como los liqúenes y los Preservac¡on
se encuentran cercanos á los lagos, cuyo acarreo tiende á ate-
musgos que se extienden sobre las superficies de las rocas, las
rrar esos depósitos de agua ó á formar sedimentos en sus m á r -
preservan en muchas ocasiones de la acción erosiva de los agen-
genes; á ese efecto se debe el nivel superior que sobre los ca- tes atmosféricos.
minos tienen los terrenos vecinos limitados por muros ó cercas
Las yerbas que crecen en las praderas, y el césped que cubre
de piedras que represan las arenas.
las pendientes de las montañas, defienden á las tierras de ser
Vimos ya el trasporte de las cenizas volcánicas á grandes dis- desagregadas y arrastradas por las aguas. Este efecto de pro-
tancias por los vientos.
tección, tomado de la naturaleza, lo aprovecha el hombre res-
La estructura de los
depósitos formados por los vientos se guardando las capas de tierra vegetal que cubren los terrenos
mencionó ya al tratar de las rocas; esas formaciones se designan inclinados, los bordes de los canales y otros cursos de agua;
con el nombre de meteóricas.
pero principalmente para fijar las arenas movedizas de los mé-
Para completar los datos que sobre este particular h e m o s da-
danos es cuando recurre al auxilio que le proporciona la vege-
do relativos al Valle de México, dirémos que en las noticias p u -
tación, pues las raíces detienen las arenas sueltas que frecuen-
blicadas por el Observatorio Meteorológico Central se ve que el
temente cambian de situación al impulso de los vientos.
aire dominante es del N.W. en la mayor parte del año, y que
Una planta que en la estación de secas logre enraizar en el
en la primavera son frecuentes los vientos que vienen de los
curso de un thalweg, puede formar una presa y aglomerar á su
cuadrantes australes: la velocidad rnédia anual del aire oscila
pié las tierras, las arenas y guijarros; allí nacerán nuevas plan-
tas, y ya unidas formarán una colonia q u e puede detener ó des- Sobre tocio, en los bordes de los canales y d e los rios en los
viar un curso de agua, favoreciendo u n a s rocas de la acción d e diques y presas es donde se hace más n o t a b l e el efecto de esas
la corriente, y exponiendo otras superficies á los efectos de la perforaciones que causan con frecuencia desastrosas inundacio-
erosion. nes que pueden devastar grandes comarcas.
Acclon La acción destructora que los seres organizados pueden ejer- Los castores, con la formación de diques y canales, detienen
dtstmctora. c e r n Q e o r n p r e n ( j e e s j- e último caso q u e acabamos de citar,
las aguas á su antojo ó les cambian su dirección, protegiendo
sino también otros de diferente naturaleza. algunas superficies de tierras y anegando o t r a s .
El tapiz de liquen q u e en algunos casos protege las super- Los trabajos geológicos del h o m b r e q u e se desprecian en las T r a b a j o s del
hombre.
ficies de las rocas, en otras forma u n depósito de tierra vege- citas de este género, contribuyen también y en grande escala en
tal en la que pueden desarrollarse p l a n t a s de organización más las obras de conservación, destrucción y variación en las masas
perfecta. Emiten éstas sus raíces, las introducen en los inters- de rocas. Practica diques y canales que p o n e n en comunicación
ticios de las rocas, y f o r m a n d o p o d e r o s a s cuñas desgajan las los rios, lagos y mares; perfora las m o n t a ñ a s , les hace tajos pro-
masas, y sus fragmentos, r o d a n d o s o b r e las pendientes de las fundos, empareja sus desigualdades, y auxiliado por los agentes
montañas, pueden llegar á formar podei-osos d e r r u m b a d e r o s se- explosivos destruye m o n t a ñ a s y se a b r e paso á través de las
mejantes á los aludes. Hé aquí u n e j e m p l o de un esfuerzo al más endurecidas rocas.
parecer insignificante multiplicado p o r u n factor poderoso. Pero todos estos efectos casi pasan desapercibidos ante la Los efectos mfis
n o t a b l e s pro-
Diseminación La fijación de u n a semilla que d e s a r r o l l e un árbol en la grieta magnitud de otros trabajos geológicos producidos por los cuer- d u c i d o s p o r los
de las semillas. , _ 0 organismos
pos organizados, y que parten de estos dos grandes hechos, que son los d e p ó s i -
de una roca, puede ser efecto de u n a corriente de agua, ó p o r tos calcáreos
Credner reasume así: "Los depósitos calcáreos que hacen los y los d e c a r -
su ligereza y órganos accesorios, c o m o penachos, etc., la lleva el bón.
animales en el fondo del m a r y la absorcion del ácido carbóni-
viento y la fija en cualquiera a s p e r e z a del terreno; las aves y
otros animales sirven también en m u c h o s casos para diseminar co, la asimilación y el almacenaje ele c a r b o n o que efectúan las
y s e m b r a r las semillas. plantas."
Accioues qnf- Las plantas, así como las sustancias animales en descompo- Partiendo de estos hechos, fácil es explicarse de qué m a n e r a
n e n ^ ™ - sicion, emiten gases que pueden o b r a r químicamente sobre cier- han contribuido los séres en escala tan vasta en la formación de
tos cuerpos minerales, provocando reacciones que den p o r re- las rocas, cuando vemos cordilleras enteras de m o n t a ñ a s for-
sultado la descomposición de unas sustancias y la formación de madas por conchas, poliperos y otros despojos ele animales m a -
otras; así se explica en muchas ocasiones la formación del hie- rinos, y cuando recordamos las grandes áreas que marcan los
rro palustre, la reducción de la plata al estado nativo, la emi- depósitos de carbón fósil que hoy f o r m a n la riqueza de muchas
sión ele gases sulfhídricos á efecto de ciertas algas, etc. naciones.
Destrucción de L ° s animales que h o r a d a n la tierra, sea para buscar s u s ali- Las conchas marinas y los zoófitos que dejan sus despojos en Depósitos cal-
cáreos de ori-
J T Í Z E mentos ó para labrar sus habitaciones, p u e d e n á veces con tra- el fondo de los mares, ó que se asocian p a r a formar islas, b a n - g e n orgánico.

bajos al parecer insignificantes, p r o d u c i r efectos de notable cos y arrecifes de variadas magnitudes, constituyen depósitos
magnitud. Así los insectos, los r o e d o r e s y otros animales, b a r r e - ejue, sobre todo en las edades antiguas del mundo, venían des-
n a n d o las paredes de una barranca, p r e s t a n acceso á las aguas; pues á contribuir en gran manera á la formación de las tierras
los trozos de rocas se desprenden y d e j a n nuevas superficies emergidas por el levantamiento de esos fondos marinos.
expuestas á la acción de la i n t e m p e r i e . Casi toda las calizas del globo reconocen ese origen que aca-
barrios ele señalar. Ya h e m o s mencionado cómo las montañas fosfatadas; el guano, como hemos dicho al definirlo, tiene orí-
calcáreas de la Sierra Gorda y otras cordilleras del país que hoy gen análogo.
elevan sus crestas á grandes alturas, no son sino aglomeracio- Las plantas h a n contribuido en muy "grande escala y contri- Depósito» ^
nes ele conchas y de poliperos que en otros tiempos formaban buyen aún en la formación de rocas con esos depósitos carbo- orlg,'nvc?PU'
el lecho de los mares. nosos de que hemos hecho mención; en la actualidad la forma-
ción ele las turberas nos da ejemplo de tales trabajos geológicos.
Actualmente siguen esos trabajos geológicos, y el desarrollo
ele una gran parte de las faunas marinas se hace á expensas d e En fin, muchos séres microscópicos, como las plantas diato- Dep^ito» *m-
zosos d e l o s sé-

la materia calcárea llevada al Océano por las aguas que allí van meas, forman inmensos depósitos si'iizosos en el fondo de las rcsm¡croscóP¡
á depositarse. Si no existiera este trabajo admirable de compo- aguas, como el trípoli y el tiza con sus pequeñísimos despojos,
sicion, acabarían por saturarse de sales calcáreas las aguas del ciando ejemplo de otro factor infinitamente pequeño, producien-
Kinieajoa.ro- océano; pero los seres que allí viven gastan la mayor parte do efectos de muy elevada potencia en la Geología dinámica.
»michosdensos de esas sales en la formación de sus conchas y habitaciones, y Dijimos ántes que las plantas almacenaban el carbono del »'»p"""»«
w 1 4
dcscomposi-
cion.
aun estos despojos no se aglomeran de un modo indefinido en gas carbónico, devolviendo á la atmósfera el oxígeno. Ese car- D e p ó s i t o s du
carbón.
el fondo del mar, porque el oleaje los arroja en grandes canti- bono asimilado, al destruirse las plantas puede disiparse en com-
dades sobre las playas y las islas, desembarazándose asi de esos binaciones gaseosas ó q u e d a r una parte fija, según que aquella
cuerpos, que en el trascurso de los siglos tenderían á disminuir descomposición se verifique al aire libre ó sustraída de este
su vaso de un modo notable. agente. En este último caso la descomposición es lenta, y más
El crecimiento de los arrecifes de coral se hace de un m o d o si la presión de algunas capas terrestres obra sobre los restos
prodigioso, y las olas tienden á limitarlo llevando grandes frag- vegetales. Bajo este modo de descomposición se h a n formado
mentos ele esas populosas aglomeraciones. los grandes depósitos carboníferos que hoy se encuentran en la
Despojos de Y no solamente los moluscos y estos zoófitos que acabamos corteza terrestre.
crustáceos y de

profanos, de mencionar forman esos depositas calcáreos de gran espesor, Aun de las capas muy antiguas de hulla se escapan los gases
sino también los crustáceos, y aun esos séres inferiores llama- carbonados, demostrando que la descomposición no h a termi-
des protozoarios, pues las capas de creta que constituyen grue- nado por no haberse facilitado el acceso de la atmósfera como
sos depósitos principalmente en el tiempo mesozoico, están cons- era necesario para la formación de la antracita y de la grafita
tituidas de restos de esos séres microscópicos. Hay más, el que contienen el carbonato más puro.
fonelo de los mares parece tapizado en toda su extensión por Las causas que activan la carbonización, son: la formación de cansas q u e ac-
t i v a n la c a r b o -

una materia protoplásmica llamada Bathybius que contiene n u - hendeduras que provienen del replegamiento de las capas car-
merosos corpúsculos calcáreos, y forma una especie de lodo boníferas; las erosiones c{ue ponen las superficies á descubierto;
margoso. el metamorfismo ó acción de contacto producido por las rocas
Despojos de Los animales vertebrados también contribuyen con sus des- ígneas.
a n i m a l e s ver- . i i ' i

«tirados, pojos y productos a la formación de los terrenos, dejándoles u n Bajo esas circunstancias y con el trascurso relativo de largos d e l o s l e c h o s de
elemento de fertilidad como es el fosfato de cal; los huesos, las espacios de tiempo, se h a n carbonizado en diversos grados los c a r b ó n .
escamas, los excrementos, etc., son componentes de esas tie- vegetales trasformándose. en grafita, antracita, hulla, lignita, y
rras fertilizantes. Los coprolitos que son excrementos de repti- en fin, la turba que vemos formarse á nuestra presencia por la
les, peces ú otros animales fósiles, se encuentran en varias rocas carbonización parcial de las plantas acuáticas.
Geología.—47.
El contacto de rocas ígneas acelera la carbonización, y en el
terreno puede observarse que bajo esa influencia una capa de
hulla se trasforma en antracita, u n a de lignita en hulla, y así su-
cesivamente.
Las turberas constituyen también en muchos casos formacio-
nes extensas como las que hemos citado en las márgenes del
rio Tololotlan, en las cercanías del lago de Chapala.
Se ve, pues, de cuántas maneras contribuyen los organismos
á la conservación, destrucción y formación de las rocas: conser-
van y resguardan las superficies de los efectos erosivos de la APÉNDICE.
atmósfera; producen el desgajamiento ó pulimento de las rocas;
se aglomeran, en fin, los despojos de los s é r e s p a r a formar vas-
tas acumulaciones de sílice ó de carbón que se depositan en
mantos, ó, como los despojos calcáreos, constituyen montañas HIDROTIMETRÍA.
enteras.
Articulo p u b l i c a d o por el Sr. Dr. D. A n t o n i o Pefiaflel, e n l a Memoria
sobro las aguas potables de l a ciudad de México.

I. Empleo de un método rápido en los análisis de las aguas—II. Bases fun-


FIN. damentales de la Hidrotimetría — III. La Hidrotimetríafrancesa.

I. Al comenzar nuestros estudios sobre la influencia que en


la salubridad tienen las aguas empleadas en los usos domésticos,
nos fijamos en dos puntos principales: en el método de análisis
químico que debíamos emplear para el reconocimiento compara-
tivo de las aguas usadas en la capital, y en el exámen de las
vertientes y acueductos que las llevan á la ciudad.
Los análisis químícos rigurosos y completos, demandan largo
tiempo de que no podíamos disponer para terminar este traba-
jo; debíamos de emplear un método sencillo y pronto, que, sin
carecer de la exactitud, nos pudiera dar resultados comparables
y nos fijamos en el método hidrotimétrico usado con tanto éxi-
to para el reconocimiento de las aguas potables y las destinadas
á los usos industriales.
El contacto de rocas ígneas acelera la carbonización, y en el
terreno puede observarse que bajo esa influencia una capa de
hulla se trasforma en antracita, u n a de lignita en hulla, y así su-
cesivamente.
Las turberas constituyen también en muchos casos formacio-
nes extensas como las que hemos citado en las márgenes del
rio Tololotlan, en las cercanías del lago de Chapala.
Se ve, pues, de cuántas maneras contribuyen los organismos
á la conservación, destrucción y formación de las rocas: conser-
van y resguardan las superficies de los efectos erosivos de la APÉNDICE.
atmósfera; producen el desgajamiento ó pulimento de las rocas;
se aglomeran, en fin, los despojos de los s é r e s p a r a formar vas-
tas acumulaciones de sílice ó de carbón que se depositan en
mantos, ó, como los despojos calcáreos, constituyen montañas HIDROTIMETRÍA.
enteras.
Articulo p u b l i c a d o por el Sr. Dr. D. A n t o n i o Pefiallel, e n l a Memoria
sobro las aguas potables de l a ciudad de México.

I. Empleo de un método rápido en los análisis de las aguas.—II. Bases fun-


FIN. damentales de la Hidrotimetría — III. La Hidrotimetríafrancesa.

I. Al comenzar nuestros estudios sobre la influencia que en


la salubridad tienen las aguas empleadas en los usos domésticos,
nos fijamos en dos puntos principales: en el método de análisis
químico que debíamos emplear para el reconocimiento compara-
tivo de las aguas usadas en la capital, y en el exámen de las
vertientes y acueductos que las llevan á la ciudad.
Los análisis químicos rigurosos y completos, demandan largo
tiempo de que no podíamos disponer para terminar este traba-
jo; debíamos de emplear un método sencillo y pronto, que, sin
carecer de la exactitud, nos pudiera dar resultados comparables
y nos fijamos en el método hidrotimétrico usado con tanto éxi-
to para el reconocimiento de las aguas potables y las destinadas
á los usos industriales.
II. El agua destilada mezclada con algunas gotas de tintura el primero, pero tenia á nuestro juicio un defecto capital que nos
alcohólica de jabón da inmediatamente por medio de la agita- parecía insuperable. El reactivo principal de la Hidrotimetría
ción en un pequeño frasee de vidrio, una espuma m e n u d a del Sr. Boutron no era homogéneo en su composicion, y además,
y persistente: la cantidad de jabón necesaria para producir la con el tiempo sufría una alteración en la cantidad de j a b ó n , que
espuma es una misma para iguales volúmenes de agua des- exigía rectificaciones frecuentes. Siempre que preparábamos ese
tilada. reactivo una parte del jabón se precipitaba y era preciso calen-
En una agua delgada ó gorda, que contiene siempre sales de tarlo para poder usarlo: pedimos á Francia el p r e p a r a d o por el
magnesia ó de cal, y otras que son precipitables por el jabón, la mismo autor de la Hidrotimetría, y vino con el mismo incon-
espuma persistente y menuda no aparece si no es hasta que veniente, que nos propusimos remediar, como en efecto lo con-
primero han sido precipitadas las sales terrosas por la tintura seguimos.
de jabón y en seguida se ha empleado la cantidad necesaria pa- No queremos usar ropaje que no nos pertenece al exponer el
ra formar espuma con igual volúmen de agua destilada. método hidrotimétrico francés; pero reclamamos lo q u e nos to-
La cantidad de tintura alcohólica ele j a b ó n necesaria para for- ca por ser de nuestra propiedad, aunque pequeña.
mar espuma persistente por cinco minutos en un volúmen de- 1
"La cantidad de jabón necesaria para que 40 centímetros
terminado de agua destilada, constituye su grado hidrotimétrico, cúbicos de una agua cualquiera produzca una espuma persisten-
ó el grado del agua químicamente pura. te, da, pues, la medida de la cualidad de las sales calcáreas ó mag-
La escala de la dureza de una agua es proporcional á la can- nesianas contenidas en esta agua; y como en la mayor parte de
tidad ele sales terrosas ó precipitables p o r el jabón; por consi- aguas de manantial y de ríos la cal y la magnesia son las prin-
guiente, las aguas delgadas ó gordas necesitan mayor cantidad cipales que combinadas con diferentes ácidos, influyen realmen-
de tintura de jabón para formar la espuma, y esta cantidad for- te en su cualidad, es evidente que, determinando las proporcio-
ma su grado de dureza ó hidrotimétrico, comparado con el agua nes que contienen de estas bases, se determina el valor de estas
destilada. En estos principios está f u n d a d o el método del Dr. aguas relativamente al mayor número de sus usos.
Clarke para el exámen de las aguas de Inglaterra, método volu- "La formación de la espuma en la superficie del agua es,
métrico que tiene todas las garantías de precisión á que han lle- por otra parte, un fenómeno tan claro; la proporcion del jabón
gado los de su género en la química moderna.
necesaria para producirla (un decigramo por litro) tan pequeña,
La Hidrotimetría de los Sres. Boutron y Boudet, fundada en y el momento en que una agua calcárea ó magnesiana cesa de
los principios analíticos del Dr. Clarke, extiende cada dia sus apli- neutralizar el jabón y ser espumosa por la agitación es tan fá-
caciones á la Higiene, á la Agricultura y á la Industria en ambos cil de apreciar, que una disolución alcohólica ele j a b ó n puede
continentes: hasta el año de 1882 su obra contaba ya siete edi- ser considerada como un reactivo sumamente sensible para de-
ciones, habiendo sido premiada en 1856 por la Academia de mostrar y dosificar las sales calcáreas y magnesianas en líqui-
Ciencias de París, por haber resuelto el problema de determi-
dos muy diluidos como son las aguas de manantiales y de rios.
nar de una manera pronta la proporcion de sales de cal y de
magnesia que se encuentran en las aguas potables y en las usa-
1 Hidrotimetría.—Nuevo método para determinar las proporciones de las
das en la industria. materias minerales en disolución en las aguas de manantial y de rios, por MM.
Hicimos u n estudio práctico y comparativo de los métodos Boutron y F. Boudet, miembros de la Academia de Medicina y del Consejo
de Higiene pública y de Salubridad del Departamento del Sena, sétima edi-
hidrotimétricos seguidos en Francia y en Alemania: optamos por ción, 1882, pág. 24.
El mérito esencial de este reactivo, es preciso notarlo, proviene que no p u e d e ser empleado sin someterlo á un ensayo que com-
de esta circunstancia, que indica inmediatamente por sí mismo, pruebe su valor real."
por un fenómeno prominente, el de la espuma, el límite de la 1
Nosotros disolvemos la misma cantidad de jabón en alcohol
acción que las bases terrosas tienen sobre él. a 93° grados centesimales, en baño de María, sin que inter-
"Empleamos el jabón en disolución alcohólica, y para evitar venga p a r a titular el reactivo el agua destilada, que es la que
los inconvenientes que resultarían de la composicion variable de descompone ó precipita el jabón y lo sujeta á variaciones de títu-
los jabones del comercio, titulamos el líquido de prueba por lo que necesitan constantes rectificaciones.
medio de una disolución de cloruro de calcio fundido contenien-
do toVít d e s u P ^ o , ó 0.25 gramos de esta sal por litro de agua
Preparación del reactivo según nuestra fórmula.
destilada.
"Se puede sustituir al cloruro de calcio una proporcion quí- Jabón amigdalino 50 gramos.
micamente equivalente de otra sal capaz de formar con los áci- Alcohol á 93° 1^00
dos grasos del jabón una combinación insoluble, tal como el
cloruro de bario, el nitrato de barita, etc. M. Marchand de F é - Disuélvase en b a ñ o de María; se deja enfriar el líquido y se
camp dice, con razón, que el nitrato de bario es más fácil de m a - añaden 4 0 0 gramos de alcohol á 93°; se agita, se deja en reposo
nejar que el cloruro de calcio que es delicuescente; pero bajo el hasta el día siguiente; se toma el grado según la fórmula, y se
punto de vista de la graduación de nuestra bureta, esta última obtiene generalmente el siguiente resultado: 21° con la solucion
sal ofrecía ventajas, por lo que se le ha dado la preferencia. normal de nitrato de bario.
"El equivalente de 0.25 gramos de cloruro de calcio, en ni-
trato de barita, siendo 0,59 gramos, esta proporcion debe susti- 21 : 2 :: 1,300 gramos : x= 123.8 gramos.
tuirse para obtener u n a disolución barítíca del mismo grado.
Se agregó esta cantidad de alcohol á 93°, se rectificó el grado,
" P a r a la preparación del reactivo de jabón se toman:
y el reactivo jabonoso dió 23° exactos.
" J a b ó n blanco de Marsella 100 gramos.' "El ensaye del reactivo se practica por medio de los mismos
"Alcohol á 90° centesimales.... 1,600 utensilios q u e usamos para determinar la composicion de las
aguas, es decir, por medio de uria pequeña bureta graduada y
"Se disuelve el j a b ó n en el alcohol calentado hasta la ebulli- de un frasco esmerilado de 60 á 80 centímetros cúbicos de ca-
ción, se filtra para separar las sales y materias extrañas insolu- pacidad, marcado á 40 centímetros cúbicos por medio de una
bles en el alcohol que el jabón puede contener, y se añade á la línea circular.
disolución filtrada, agua destilada pura á 0 o del hidrotímetro, "La graduación de la bureta está hecha de tal manera, que
1,000 gramos. una capacidad de 2 centímetros cúbicos y 4 décimos, tomada á
"Se obtienen de este modo 2,700 gramos de un líquido q u e partir de u n a marca circular, trazada en el vértice de la bureta
debe tener u n título m u y aproximado al que vamos á fijar, pero se encuentra dividida en 23 partes iguales y que las divisiones
siguientes son perfectamente iguales á las primeras.
1 Según M. Robinet, cuando en esta fórmula se sustituye al jabón blanco
de Marsella, 100 gramos de jabón medicinal, llamado amigdalino, bien seco, 1 Presentamos á la Academia de Medicina los dos reactivos, uno prepara-
se obtiene inmediatamente un líquido hidrotimétrico á 22°. do por los Sres. B o u t r o D y Boudet, y otro por los autores de esta Memoria.'
:ompletar las 23, incluso el grado de agua destilada. En este
"Cada división representa un grado; pero aunque para cada
;aso puede usarse de la siguiente fórmula de fácil aplicación:
experiencia la bureta deba llenarse hasta la marca circular, el
0 o no está inscrito sino debajo de la primera división. Para e x -
plicar esta particularidad, debemos decir que la proporcion de
agua que hemos adoptado para cada experimento es un veinti-
ó 18 : 5 :: 1000 del líquido que se quiere corregir : X =
cincoavo de litro, ó 40 centímetros cúbicos, y que cualquiera
santidad necesaria de alcohol para obtener el grado perfecto.
que sea la composicion de esta agua, la consideramos como for-
"Según lo que precede, la disolución normal de cloruro de
mada de 40 centímetros cúbicos de agua pura y de una canti-
calcio, estando hecha con 25 centigramos de cloruro por un litro
dad cualquiera de sustancias capaces ele descomponer el j a b ó n .
de agua, contiene evidentemente un centigramo de esta sal pa-
" P a r a adquirir cierta viscosidad, sin embargo, y estar capaz ra Jw: de litro ó 40 gramos.
de producir una espuma persistente, 40 centímetros de agua
"De esto resulta que 22 ele líquido de prueba son neutraliza-
pura exigen una división clel líquido de prueba: la primera di-
dos por un centigramo de cloruro, que u n grado corresponde á
visión de la bureta ha sido reservada para este uso y separada
= 0,00045 de esta sal, y en fin, que cada grado de reactivo
hácia afuera de la graduación, á fin de que las divisiones siguien-
neutralizado por 40 centímetros cúbicos de disolución normal
tes representen única y realmente la cantidad de jabón descom-
representa 0 , g || x '' 5 = 0,0114 de cloruro de calcio en u n litro de
puesto por las materias disueltas en el agua.
esta misma disolución. Así es que, como es posible con aproxi-
"El líquido de prueba debe titularse de manera que 23 divi-
mación de un medio grado apreciar el momento en que se pro-
siones de la bureta, comprendidas e n t r e la marca circular, seña-
duce una espuma persistente á la superficie de una disolución,
lada encima del 0 o y la cifra 22, es decir, 22 grados efectivos,
es evidente:
sean rigurosamente necesarios para producir una espuma per-
1? Que el reactivo puede acusar ó sea un cuarto de mi-
sistente con 40 centímetros cúbicos de la disolución de cloruro
ligramo de cloruro de calcio en 400 gramos de agua, y dosificar
de calcio á 4 ^ 0 , disolución que llamaremos normal.
con más exactitud todavía cualquiera otra sal terrosa cuyo equi-
" E n consecuencia, cuando el líquido jabonoso h a sido prepa-
valente químico fuere más considerable.
rado en las proporciones indicadas, se determina por un expe-
2? Que operando en 40 centímetros cúbicos de una disolu-
rimento el número de grados que 4 0 centímetros cúbicos de
ción de cloruro de calcio, se reconoce con aproximación de
disolución normal de cloruro de calcio exigen para producir una
= 0 . 0 0 5 7 gramos, ó sean 5 ó 6 miligramos la proporcion de clo-
espuma persistente; si el número ele grados que se observan es
22, el reactivo jabonoso es perfecto; pero si es inferior á 22°, se ruro contenido en un litro de esta disolución.
agrega á este líquido una nueva cantidad de agua, calculando " P o r otra parte, si se considera cjue según el análisis de M.
que es preciso cerca de ¿ de su peso de agua para poder dis- Tenard, el jabón marmóreo del comercio está formado de
minuir la fuerza de un grado. Se practica en seguida un nuevo
ensayo hasta que se obtenga el título que se busca." Sosa
Pero supongamos el caso más frecuente en esta preparación, Ácidos grasos,
que dé 18° para la saturación de los 40 cc. de solucion de clo- Agua
ruro de calcio ó de nitrato de bario con las condiciones ántes
mencionadas; deben agregarse 5 divisiones de alcohol á 90° para 100
Geología.—48.
se toma para su equivalente químico el número 6453, y si mul-
metiera á la experiencia una agua de manantial ó de rio, que
tiplicando 0.25 gramos de cloruro de calcio por 6453, se divide
contenga, como sucede comunmente, sales de cal y de magne-
este producto por el equivalente del cloruro de calcio, 693,20,
sia,' el grado observado indicaría á un mismo tiempo la propor-
se obtiene por cociente 2.326 gramos que representan la pro-
cion de cloruro de calcio y de jabón neutralizado, equivalentes
porcion de jabón equivalente á 0.25 gramos de cloruro de calcio,
á estas sales, por litro de agua examinada.
"De aquí esta consecuencia: que un litro de disolución nor-
"Nada más sencillo, según esto, que obtener este doble re-
mal de cloruro de calcio debe exigir 23 decigramos de jabón,
sultado para una agua cualquiera, puesto que basta para esto
para trasformar los 0.25 gramos de sal calcárea en jabón inso-
determinar por un rápido ensaye cuántos grados de reactivo exi-
luble.
gen 40 centímetros cúbicos de esta agua para producir una es-
"Pero como la graduación de la bureta de ensaye ha sido puma persistente.
calculada de tal manera, que operando sobre 40 centímetros
"Supongamos, por ejemplo, que una agua haya dado el gra-
cúbicos de la disolución normal, la división 23 y el grado 22
do 20; este grado hará conocer:
corresponden á la producción de la espuma persistente, se pue-
1? El número de orden del agua examinada en una clasifi-
de admitir que cada grado de la bureta representa un decigra-
cación metódica, que tendrá por punto de comparación el agua
mo de jabón neutralizado por un litro de esta disolución. 1 La
pura representada por 0 o ;
composicion del líquido de prueba y la graduación de la bureta,
2? La proporcion de cloruro de calcio equivalente á las sales
son, como se ve, arregladas en tales condiciones, que al operar
de cal y de magnesia contenidas en 1 litro de agua, es decir.
en 40 centímetros cúbicos de una disolución cualquiera de clo-
0 . 1 1 4 X 2 0 = 0 . 2 2 8 gramos;
ruro de calcio, se puede saber inmediatamente por el grado que
3? La proporcion de jabón que neutralizaría un litro de esta
corresponde á la aparición de la espuma persistente, la propor-
agua, ó sean 20 decigramos. Hemos dado á nuestra bureta el
cion de cloruro contenido en un litro de esta disolución y la
nombre de kidroümclro (medida del valor del agua). Nuestro
proporción de jabón que él debe neutralizar.
método de ensaye constituye, pues, la Ilidrotimetría, y las aguas
"Es evidente también que una disolución de una sal de cal,
pueden ser clasificadas según sus grados hidrolimélricos, com-
de magnesia, de barita ó de cualquiera otra base capaz de for-
parándolos á la agua pura que marca 0 o . "
m a r un corhpuesto insoluble con los ácidos del jabón, puede
Agregamos nosotros que no se conocen aún los extensos y
ser analizada por medio del reactivo tan fácilmente como una
benéficos alcances del método hidrotimétrico para apreciar la
disolución de cloruro de calcio; pero seria fácil fijar por una
calidad de las aguas potables y destinadas á los usos domésti-
simple proporcion los pesos correspondientes á un grado de la
cos; pero que cada dia se tienen nuevos hechos en la química
bureta, por cada litro de disolución para las bases terrosas, y
que le dan un apoyo sólido y duradero. Pero en todo caso hay
formar una tabla que permitiría conocer muy pronto los resul-
tados de estos análisis.
1 Independientemente de las sales de magnesia y de cal, las liguas de ma-
"Si en lugar de una disolución de cloruro de calcio se so- nantial y de ríos pueden contener una pequeña cantidad de alumina, de sili-
za, de sales de mnnganeso y de fierro, que forman también con los ácidos del
1 El número exacto seria Ogr.lOG de jabón por cada grado hidrotimétrico, jabón, combinaciones insolubles y cuya presencia es acusada por el reactivo.
en vez de Ogr.l. En un cálculo riguroso seria preciso multiplicar el número Su influencia viene, pues, á agregarse á la que tienen sobre el jabón las sales
de grados observado por 1,00; se tendría así en decigramos el peso exacto de de cal y de magnesia; pero hay que advertir que en la mayor parte de las
jabón neutralizado por un litro de agua examinada. aguas de ríos ó de manantiales no minerales, estas materias, estas sustancias
no se encuentran sino en proporciones extremadamente pequeñas.
que tener en cuenta "que un medio solo y aislado, usado en las manganeso, de siliza y de alumina. La pureza de estas aguas y
investigaciones científicas, sin auxiliarse de las demás, conduce su valor, bajo el punto de vista de sus usos, depende, pues, en
á errores deplorables." primer término, de las cantidades de cal y de magnesia que
Citarémos los hechos siguientes que vienen en auxilio de la contienen, y de l a naturaleza de los ácidos combinados con es-
Hidrotimetría y de sus aplicaciones. El agua destilada es un di- tas bases.
solvente ménos poderoso y activo que una agua cargada de "Así es que, en la práctica, el objeto verdaderamente útil del
principios orgánicos en disolución: el agua que contiene sales análisis de las aguas de manantiales y de rios puede alcanzarse
minerales disueltas es un disolvente más activo que el agua pu- limitándose á dosificar la cal y la magnesia que contiene, y de-
ra á 0 o del hídrotímetro. ternunando en qué proporciones se encuentran combinadas con
Por último, para aplicar la Hidrotimetría al exámen de las cada uno de los diferentes ácidos que las saturan. Pero la Hi-
aguas de manantial y delgadas del Valle de México, debe te- drotimetría puede dar estos datos esenciales; sin embargo, para
nerse presente que las sales de cal que en Europa figuran en fijar el verdadero valor y exactitud de este método es necesario
primer término para dar crudeza á las aguas, en las potables exponer los hechos principales que le sirven de base y que so-
del Valle de México se encuentran en pequeñísimas cantidades, lamente hemos admitido despues de haberlos comprobado y
miéntras que predominan la siliza y sus combinaciones salinas, rectificado por nuestros propios, experimentos.
materiales que forman sus residuos incrustantes. Esto se com- "Estos hechos son tres:
prende fácilmente: las aguas brotantes de nuestros manantia- "El primero es que el líquido hidrotimétrico preparado y titu-
les suben por la presión hidráulica, atravesando rocas volcáni- lado conforme á nuestras indicaciones, se conduce en presencia
cas en cuyos componentes dominan los materiales silizosos y de las sales de bases torosas capaces de formar compuestos in-
no los calcáreos. solubles con los ácidos grasos del jabón, como un compuesto
Sigue la copia: perfectamente definido, y ejerce sobre ellas una acción exacta-
"No nos hemos limitado á determinar en conjunto la canti- mente proporcional á sus equivalentes químicos.
dad de la cal y de la magnesia contenida en las aguas; hemos "El segundo es que en los límites en que la Hidrotimetría pue-
procurado extender más las aplicaciones de la Hidrotimetría y de dar indicaciones exactas, ó sea operando en aguas cuyo gra-
hemos hecho un verdadero medio de análisis cuantitativo y cua- do no se eleve arriba de 25 6 30 grados, las cantidades desales
litativo, pudiendo servir no solamente para determinar la com- de sosa ó de potasa que en las aguas se encuentran comun-
posicion de las aguas de manantial y de rio, haciendo abstrac- mente, no tienen acción perturbadora en el líquido hidrotimé-
ción de las materias orgánicas que pueden allí encontrarse en trico.
variables cantidades, sino también para resolver con prontitud "El tercero, en fin, es que el carbonato de magnesia, siendo
un gran número de otros problemas análogos. mucho ménos insoluble en el agua que el carbonato de cal, so-
"Las sustancias minerales contenidas en las aguas de manan- bre todo en frió, cuando una agua contiene bicarbonatos de cal
tiales y de rios consisten principalmente en carbonatos de cal y y de magnesia solamente, ó estas mismas sales asociadas á otras
magnesia, asociados á proporciones variables, pero comunmen- sales de cal y de magnesia, se producen las reacciones siguien-
te pequeñas, de estas mismas bases en estado de sulfatos, nitra- tes bajo la influencia de la ebullición, convenientemente prolon-
tos y clorhidratos. Se encuentran en ellas, además, algunas sales gada.
de sosa y de potasa, y pequeñísimas porciones de fierro y de "1? Si el agua contiene bicarbonatos de cal y de magnesia
con ó sin otras sales de magnesia, se trasforman d u r a n t e la ebu- 1? El grado hidrotimétrico de una agua cualquiera;
llición los bicarbonatos en carbonatos, el carbonato de cal se pre- 2? El grado hidrotimétrico de esta misma agua precipitada
cipita sólo acompañado de una pequeña cantidad de carbonato por el oxalato de amoniaco y filtrada;
de magnesia; pero por el enfriamiento y la agitación del agua, 3? El grado de esta agua hervida durante 30 minutos, agitada
esta última se vuelve á disolver de manera que al filtrar no se y filtrada despues de su enfriamiento,
separa más que el carbonato de cal. "Se puede conocer:
"2? Si los carbonatos de cal y de magnesia están asociados á 1? La categoría ó n ú m e r o de orden de esta agua en la escala
una ó varias sales de magnesia y de cal, como sulfatos, nitratos hidrotimétrica;
ó clorhidratos, y en cantidad suficiente para que la cal predomi- 2? La cantidad de j a b ó n que neutraliza por litro;
n e con relación al ácido de los dos carbonatos, se verifica d u - 3? La cantidad de cal que contiene;
rante la ebullición tal repartición de los ácidos entre las bases, 4? La proporcion de magnesia;
que el líquido se conduce como si todo el ácido carbónico que 5? La cantidad de carbonato de cal que se precipita durante
contiene estuviera combinado con la cal, de tal m o d o que la una ebullición prolongada.
mitad de este ácido se desprende miéntras la otra mitad se pre- "Todos estos datos se obtienen, como se ve, por medio de u n
cipita al estado de carbonato de cal y se encuentra en el líquido solo reactivo, por procedimientos tan sencillos como rápidos en
filtrado el sobrante de la cal y la totalidad de la magnesia c o m - la ejecución, y desde luego parecen suficientes para establecer
binadas con los ácidos sulfúrico, nítrico y clorhídrico. el valor relativo de una agua cualquiera.
"Esto supuesto, si en una agua cualquiera que contenga sales " P e r o además de las materias fijas q u e existen en disolución
de cal y de magnesia se vierte oxalato de amoniaco en canti- en las aguas dulces, se e n c u e n t r a también un elemento gaseo-
dad conveniente, toda la cal se precipita desde luego al estado so, el ácido carbónico libre que allí se encuentra constantemen-
de oxalato insoluble, y puede ser aislado por la filtración, mién- te asociado al aire atmosférico. Este gas no deja de tener in-
tras que la magnesia queda disuelta en oxalato a m o n i a c o - m a g - fluencia en la salubridad y en el valor agrícola é industrial de
nesiano. El grado hidrotimétrico de esta disolución representa las aguas; su análisis n o es, pues, completo, y no puede tocar
la magnesia q u e contiene, y si se resta este grado de el del agua su fin si no da á conocer la cantidad de ácido carbónico q u e
misma ántes de la precipitación, la diferencia entre estos dos contienen; pero también este dato se encuentra ordinariamente
grados debe representar, á su vez, la cantidad total de la cal en el n ú m e r o de los resultados de un análisis completo. Se sa-
que existia en el agua examinada. be cuán difícil es de obtener con precisión y qué incertidumbre
presentan los procedimientos de dosificación directa del ácido
" P o r otra parte, si se pone u n a nueva cantidad de esta agua
carbónico libre, y qué divergencias existen en esta materia en-
á una ebullición prolongada durante u n a media hora, si se com-
tre las observaciones de los químicos. Un medio de apreciar el
pleta su volúmen primitivo con agua destilada y si se filtra des-
ácido carbónico libre, seria, pues, u n a útil adquisición p a r a el
pues de haberla dejado enfriar, y despues de haberla agitado se
estudio de las aguas, y daria á nuestro método un complemen-
separa el carbonato de cal que la ebullición ha precipitado, s u
to necesario. El líquido hidrotimétrico puede servir también
grado hidrotimétrico comparado con el que tenia ántes de la
para este uso. El ácido carbónico, en efecto, descompone el j a -
ebullición, demuestra, por diferencia, la cantidad de carbonato
bón; el Dr. Clark lo ha hecho notar, y nosotros lo h e m o s rectifi-
de cal que el agua h a perdido.
cado p o r numerosos experimentos.
"Así es q u e t o m a n d o :
"Cuando se hace pasar u n a corriente de ácido carbónico en hidrotimétrico. En efecto, el peso de u n litro de ácido carbóni-
una disolución acuosa de j a b ó n , se descompone, se enturbia, co, siendo l grm- 974, y disolviendo el agua un volúmen igual
se pone lechosa y pierde la propiedad de dar e s p u m a p o r la al suyo, en un litro de agua saturada de este gas, se encuen-
agitación. Si se recoge en un filtro el precipitado formado, se ve tra necesariamente 18™'974. Pero siendo el equivalente del áci-
q u e tiene las propiedades de u n jabón con exceso de ácido gra- do carbónico 275, y el del cloruro de calcio 693, es evidente que
so. Soluble en el alcohol caliente, le comunica la propiedad de l srn '-974 de cada ácido equivale á l«™-974 X = 4 grn "97 de
enrojecer ligeramente el papel de tornasol; puesto en contacto cloruro de calcio.
con el éter, no se disuelve, p e r o le cede u n a parte de su ácido; " P o r otra parte, la disolución normal de cloruro de calcio á
insoluble en el agua fría, se divide en el agua hirviente y la
22° conteniendo por litro 0 sr '"'25 de esta sal, la disolución de áci-
vuelve lechosa.
do carbónico que equivaldría á una disolución de cloruro que
"Abandonado el líquido j a b o n o s o descompuesto por el ácido contuviera 4grn>'97 por litro, debería exigir:
carbónico, se regenera l e n t a m e n t e y recobra la propiedad de 22° X p s = 437°3; pero como dos equivalentes de ácido car-
formar espuma por la agitación. Calentado, desprende ácido bónico neutralizan un equivalente de j a b ó n , es preciso t o m a r
carbónico, se vuelve t r a s p a r e n t e y vuelve al estado de disolu- solamente la mitad de 437°3, es decir, 218°6 para representar
ción jabonosa. el grado hidrotimétrico de una disolución saturada ele ácido car-
" U n a corriente de ácido carbónico descompone el j a b ó n di- bónico, ó sea cargada de un volúmen igual al suyo de este gas.
suelto en el agua, en j a b ó n con exceso de ácido y en bicarbonato El cálculo demuestra que el líquido hidrotimétrico debe ser un
de sosa. Un equivalente de ácido carbónico corresponde exac- reactivo m u y sensible para el ácido carbónico en clisolucion en
tamente en esta reacción á u n equivalente de j a b ó n . Pero no el agua, puesto que basta que u n a agua contenga yj-g- de su vo-
es así como las cosas pasan c u a n d o se vierte poco á poco en el lúmen de este ácido para a c u s a r ^ , ó sean 2°186, ó 2°19 en
agua ligeramente cargada de ácido carbónico la disolución alcohó-
el hidrotímetro.
lica de jabón que forma el líquido hidrotimétrico. La cantidad
"La experiencia nos h a demostrado, en efecto, que u n a disolu-
de este reactivo neutralizado p o r el ácido carbónico, representa
ción de ácido carbónico al décimo de su v o l ú m e n exigía 21 °5 de
solamente un equivalente de j a b ó n por dos equivalentes ele áci-
líquido hidrotimétrico; que u n a disolución al vigésimo exigía 11°,
do carbónico. Esta diferencia en la acción del ácido carbónico
y otra al décimosexto, 14°, lo que está conforme exactamente
sobre el jabón, según q u e atraviesa al estado de corriente, una
con el cálculo. Debemos notar, sin embargo, que la reacción del
agua jabonosa más ó ménos concentrada, ó que disuelta en el
ácido carbónico sobre el líquido hidrotimétrico es m é n o s pronta
agua está en contacto poco á poco con el líquido hidrotimétrico,
cjue las de las bases terrosas, y que las determinaciones del áci-
es un hecho curioso, pero q u e sin embargo, se explica, cuando
do carbónico reclaman una atención particular.
se consideran las condiciones m u y diferentes en que se p r o d u -
cen los fenómenos. Si se valorizan calculando, según esta ob- "Resulta de lo que precede, que c u a n d o se somete á p r u e b a
servación, la relación que existe entre el líquido hidrotimétrico y del hidrotímetro u n a agua que contiene ácido carbónico libre,
el ácido carbónico, los grados del hidrotímetro que corresponden una parte del reactivo hidrotimétrico es neutralizada por el áci-
á una disolución de ácido carbónico, conteniendo un volúmen do carbónico, de m a n e r a que su grado no representa solamente
de este gas, se ve que 40 centímetros cúbicos ó por litro de las sales de cal y de magnesia, sino t a m b i é n el ácido carbónico
esta disolución, deben exigir 2 1 8 divisiones ó grados de reactivo libre q u e las acompaña: la presencia y las proporciones varia-
bles de este gas perturbarían, pues, la exactitud de los resulta-
Geología.—49.
dos, si no fueran tomadas; pero es posible tenerlas en cuenta,
siguiendo la marcha que vamos á describir, para el análisis de "Obtenido por estas experiencias el número de grados hidro-
las aguas dulces. Sin embargo, ántes de exponer la marcha ge- timétricos correspondientes al ácido sulfúrico ó al cloro, se de-
neral nos queda dar á conocer el procedimiento que hemos apli- ducen las proporciones de estos cuerpos, multiplicando por este
cado á la determinación del ácido sulfúrico y del cloro que se número el equivalente en ácido sulfúrico ó en cloro, de un grado
encuentran frecuentemente en las aguas dulces en combinación hidrotimétrico, según la tabla siguiente:
con las bases; éste consiste en lo siguiente:
"Se determina primero el grado hidrotimétrico del agua al Tabla de los equivalentes en peso de un grado hidrotimétrico
estado natural; se pone en seguida á una ebullición de 30 mi- por un litro de agua.
nutos en un matraz marcado, cierta cantidad de esta misma
agua, se deja enfriar, se restablece el nivel del agua hervida con Cal Io = 0 g r m 0057
destilada, se agita para hacer una mezcla exacta y se toma el Cloruro de calcio Io = 0 0114
grado hidrotimétrico. En esta agua que la ebullición h a des- Carbonato de cal Io = 0 0103
pojado del ácido carbónico y del carbonato de cal, es en donde Sulfato de cal Io = 0 0140
se busca la proporcion de ácido sulfúrico y de cloro que se en- Magnesia Io = 0 0042
cuentra al estado salino. Si su grado hidrotimétrico es 16, por Cloruro de magnesia Io = 0 0090
ejemplo, se toman 40 centímetros cúbicos de esta agua,'se le Carbonato de magnesia Io = 0 0088
agrega el equivalente de 16° de nitrato de barita, es decir, T \ de Sulfato de magnesia 1° = 0 0125
centímetro cúbico ele una disolución titulada de esta ¿ ' r e p r e - Cloruro de sodio Io = 0 0120
sentando 20° por 1 centímetro cúbico; se obtiene ele est'e modo Sulfato ele sosa Io = 0 0146
un líquido que representa 32° hidrotimétricos, de los cuales 16° Ácido sulfúrico Io = 0 0082
son de barita; pero la reacción del ácido de los sulfatos conte- Cloro Io = 0 0075
nidos en el agua sobre la barita, produce un depósito del sul- Jabón á 50 por 100 de agua Io = 0 1061
fato de barita, que hace bajar este grado proporcionalmente á Acido carbónico Io = O"'- 005
la cantidad de esta sal que se ha formado; y en efecto, si des-
pues de haber dejado precipitar y haber filtrado el líquido se "La exposición que precede ele las aplicaciones del hidrotíme-
toma su grado, se reconoce que ha descendido á 20° por ejem- tro al análisis de las aguas, demuestra que este aparato basta
plo: ha tenido, en consecuencia, una pérdida de 12° que repre- para apreciar no solamente las proporciones de cal y de magne-
senta 12° de ácido sulfúrico ó de sulfato. sia que contienen, sino también las de carbonato de cal que se
precipita por una ebullición prolongada, y las del ácido carbó-
"Para determinar el cloro de los cloruros, se sigue exactamen-
te la misma marcha que para el ácido sulfúrico, sustituyendo nico libre y de los sulfatos y cloruros que se encuentran en ellas:
una disolución neutra y titulada á 20 c de nitrato de plata á la falta dar á conocer los aparatos que deben emplearse, y la mar-
solución de nitrato de barita. Estas disoluciones se componen cha general que debe seguirse para hacer u n análisis hidrotimé-
para el nitrato de barita, de 2 - 1 4 de nitrato para 100 gramos trico.
de agua, y para el nitrato de plata de 2 - 7 7 de esta sal para la
misma cantidad de agua.
plearlo debe rectificarse su título, por medio de una disolución
normal de cloruro de calcio ó de nitrato de barita;
Instrucciones sobre el empleo del hidrotímetro para determinar la 4? De un frasco de agua destilada;
composicion de las aguas de manantiales y de ritos. 5? De otro de u n a disolución de oxalato ele amoniaco al sexa-
gésimo;
'•Los ensayes hidrotimétrieos se practican por medio de un 6? De un frasco de nitrato de barita titulado á 20° por un
frasco marcado á 10, 20, 30 y 40 centímetros cúbicos, y de u n a centímetro cúbico;
bureta graduada que h e m o s designado con el n o m b r e de hidro-
7? De u n a pipeta dividida en décimos ele centímetro cúbico;
tímetro.
8? De un matraz marcado por una señal circular en la base
"Cada ensaye necesita 40 centímetros cúbicos ó 40 gramos de de su cuello;
agua que se miden en el m i s m o frasco. 9? De una lámpara de alcohol con recipiente para tener el
"El hidrotímetro está g r a d u a d o de tal manera, que la marca matraz sobre la lámpara;
circular puesta en el vértice del instrumento, es el límite que el
10? De un embudo de cristal;
reactivo debe tocar p a r a estar cargado.
11? De un t u b o agitador;
" L a división c o m p r e n d i d a entre esta señal circular y el 0 o , 12? De un termómetro para tomar la t e m p e r a t u r a del agua.
representa la porcion del líquido necesario para producir el fe- "Se puede agregar un frasco con u n a solucion de nitrato de
nómeno de la e s p u m a con el agua destilada pura.
plata titulado á 20° por un centímetro cúbico.
"Los grados q u e siguen al 0, ó primera división, son los gra-
dos hidrotimétrieos. La composicion del reactivo ha sido cal-
culada de m a n e r a q u e cada grado representa 0 g r m l de jabón
Determinación del grado Mdrotimétrico de las aguas.
neutralizado por litro de agua sometido á la experiencia, y co-
Ensayes preliminares.
rresponde, sea á 0,0114 de cloruro de calcio, sea á 0 g r m 0 l de
carbonato de cal para la m i s m a cantidad de agua.
"Cuando se quiere ensayar una agua cualquiera, se debe, an-
"El grado hidrotimétrico de una agua indica, pues, inmedia- te todo, comenzar p o r tomar una pequeña cantidad (20 á 25
tamente la proporcion de j a b ó n que neutraliza por litro y la me- gramos p o r ejemplo) en u n a copa, y se vierte un centímetro cú-
dida de su pureza.
bico ele reactivo jabonoso. Si despues de algunos instantes de
"El hidrotímetro, útil p a r a clasificar las aguas según su p u - agitación por medio de un agitador, el agua t o m a un tinte opa-
reza, sirve también para hacer hasta ciertos límites un aná-
lino sin dar precipitados grumosos, se p u e d e hacer el ensaye
lisis.
sin ocurrir á la dilución por medio del agua destilada, como p a r a
" U n a caja de análisis hidrotimétrico se compone de lo si- este caso lo vamos á indicar.
guiente:
"Si, por el contrario, el agua sometida á este experimento pre-
1? De un hidrotímetro;
liminar produce grumos, se debe inferir que está m u y cargada
2? De un frasco de ensaye de 60 centímetros cúbicos de ca-
de sales de cal y de magnesia para que se p u e d a ensayar tal co-
pacidad y señalado á 10, 20, 3 0 y 4 0 centímetros cúbicos, por
m o es, y que es preciso mezclarla con agua destilada, de m a n e r a
medio de líneas circulares;
que se rebaje á un grado hidrotimétrico inferior á 30 grados. Se
3? De un frasco de líquido hidrotimétrico, que ántes de e m -
agrega una, dos ó mayor n ú m e r o de veces su volúmen de agua
la bureta con una pinza de madera, como lo aconseja M. P e -
destilada, según que es más ó menos impura, y esta adición se
ligot.
practica fácilmente por medio de un frasco de ensaye marcado
de 10 en 10 centímetros cúbicos, hasta 40 ó mayor todavía, por
medio de u n a pipeta exactamente graduada. Cuando la mezcla
se hace en proporciones convenientes, se puede analizar con se-
" P a r a ensayar una agua se miden 40 centímetros cúbicos en
guridad; pero se debe tener cuidado de contar el doble, triple ó
el frasco marcado, y se vierte poco á poco el líquido hidrotimé-
cuádruple del grado observado, según que se haya añadido 1, 2
trico contenido en la bureta, examinando de tiempo en tiempo
ó 3 volúmenes de agua destilada.
si agitando el líquido se produce una espuma ligex-a y persisten-
"Sucede algunas veces que el agua destilada no es perfecta-
te. Esta espuma debe formar en la superficie del agua una capa
m e n t e p u r a y que necesita más de u n a división del reactivo hi-
regular de más de medio centímetro de altura y sostenerse p o r
clrotimétrico para dar una espuma persistente; así es que, cuan-
lo ménos diez minutos sin apagarse. El grado que se lee en el
do se debe mezclar en porciones más ó menos grandes con el
hídrotímetro cuando se llega á obtener esta espuma, es el gra-
agua que se quiere ensayar, importa rectificar previamente el
do hidrotimétrico del agua examinada.
grado que tenga. Es fácil de comprender, en efecto, que si una
agua destilada, en lugar de dar una espuma persistente á 0 o , y "No se debe anotar este grado sino despues de haber espera-
de neutralizar solamente una división del líquido hidrotimétri- do el m o m e n t o en q u e el líquido adherente á las paredes inter-
co, neutraliza 2 ó 3, aumentaría al agua que se analiza uno ó nas de la bureta se haya escurrido, y esté perfectamente fijo su
dos grados q u e no le pertenecen realmente; y que este error, nivel ó menisco.
multiplicado por el n ú m e r o de volúmenes empleados de agua "Este grado indica:
destilada, perjudicaría singularmente á la exactitud de los re- 1? El n ú m e r o de decigramos de jabón que el agua neutraliza
sultados. Esta observación es de grande ínteres. Otra hare- p o r litro;
mos t a m b i é n que se refiere al líquido hidrotimétrico mismo. 2? La medida de su pureza ó el lugar que ocupa en la escala
Este líquido, cuyo título exacto es la condicion fundamental de hidrotimétrica. Sea 20° el grado observado; resulta que un litro
los ensayes hidrotimétricos y la garantía de sus resultados, pue- de agua ensayado neutraliza 20 decigramos ó 2 gramos de j a -
de t e n e r modificaciones con el tiempo, como todas las prepara- bón, y que esta agua lleva p o r n ú m e r o de orden 20° en la es-
ciones análogas, y ofrecer variaciones dependientes del cuidado cala hidrotimétrica.
q u e se ponga en su preparación para evitar estas causas de
error; cuando se trata de experimentos que necesitan una per-
fecta exactitud, es necesario, ántes de emprender una serie de Determinación del ácido carbónico y de las sales de cal y de magnesia
análisis, rectificar su título por medio del líquido normal com- contenidas en las aguas de manantiales y de rios.
puesto de 0srra"25 de cloruro de calcio fundido, ó mejor de 0 grra 59
"Esta determinación solamente requiere cuatro operaciones
de nitrato de barita por litro de agua destilada perfectamente
sucesivas y d e m a n d a de 400 á 500 gramos de agua.
pura, recordando que este liquido normal debe marcar 22°. Al
La primera operacion consiste en t o m a r el grado hidrotimé-
t o m a r el grado hidrotimétrico de una agua, el calor de la m a n o
trico del agua al estado natural;
q u e tiene la bureta puede dilatar el reactivo y cambiar el resul-
La segunda en t o m a r el grado despues de haber precipitado
tado del ensaye. P a r a evitar este inconveniente es útil tomar
la cal por medio del oxalato de amoniaco;
3? El grado del agua hervida y filtrada
La tercera en tomar el grado despues de h a b e r eliminado pol-
4? El grado del agua hervida, filtrada y preci-
la ebullición el ácido carbónico y el carbonato de cal;
pitada por el oxalato de amoniaco
La cuarta en tomar el grado despues de haber precipitado por
el oxalato de amoniaco las sales de cal que no h a n sido separa-
das p o r la ebullición. " S e debe hacer una corrección al tercer resultado, para tener
cuenta del carbonato de cal, que en razón de su solubilidad en
" S e procede del m o d o siguiente:
el agua, no h a sido precipitada por la ebullición. Esta corrección
"Despues de haber fijado el grado hidrotimétrico del agua na-
tural, se mide por medio del frasco de ensaye u n a nueva canti- consiste en restar 3 o de la cifra observada, es decir, en el ejem-
dad de agua igual á 50 centímetros cúbicos, y se le agregan 2 cen- plo presente, 3 o de 15° igual á 12°.
tímetros cúbicos de disolución de oxalato de amoniaco al sexagé- "El carbonato de cal, siendo un poco soluble en el agua, ésta
simo (agua destilada 59 gramos, oxalato de amoniaco 1 gramo). retiene á la t e m p e r a t u r a ordinaria una cantidad no despreciable.
" S e agita fuertemente el líquido por medio de un tubo y s e a b a n - M. Peligot, cuya habilidad y exactitud son reconocidas, la valúa
p o n a durante media h o r a ; se filtra despues, y ya no contiene sa- en 0 S ™02 por litro, empleando el mármol en polvo ó el carbo-
les de cal; se miden 40 centímetros cúbicos y se toma el grado. nato de cal artificial. Ensayando con el hidrotímetro u n a diso-
" P o r otra parte, se llena con el agua que se quiere analizar lución de carbonato de cal, que hemos descompuesto por una
el matraz hasta su marca circular, se hierve suavemente d u r a n - ebullición prolongada y filtrada, hemos observado que marcaba
te media hora por medio de la lámpara de alcohol para despren- sensiblemente 3 o que representan 0,03 de carbonato de cal por
der el ácido carbónico y precipitar el carbonato de cal; se deja litro. Se p u e d e admitir que en las condiciones de práctica en
enfriar completamente; se repone el volúmen primitivo del agua que h e m o s debido colocarnos, el agua retiene una cantidad ele
hervida, agregando agua destilada hasta el nivel ó menisco de la carbonato de cal superior á aquella que puede disolver cuando
señal circular, despues de haber cerrado el matraz p o r medio debe vencer la cohesion clel mármol pulverizado; hemos admitido
de un tapón, se agita el agua con el depósito que se ha forma- que las aguas cargadas de bicarbonato de cal retenían 0 srn ' 03 de
do; en fin, se filtra y se t o m a el grado de 40 centímetros cúbicos carbonato por litro despues de la ebullición prolongada, y he-
de esta agua filtrada. mos fijado según este número la corrección de que se trata.
" E n último lugar: se t o m a n 50 centímetros cúbicos de esta "Heqha esta corrección, se deben interpretar los cuatro dife-
misma agua hervida y filtrada, y se agregan 2 centímetros cúbicos rentes datos obtenidos del modo siguiente:
de oxalato de amoniaco, que elimina la cal que la ebullición no h a 1? El primero, 25°, representa la s u m a de las acciones pro-
precipitado al estado de carbonato. Se agita con el tubo, se de- ducidas en el j a b ó n por el ácido carbónico, el carbonato de cal,
ja reposar, se filtra y se t o m a el grado de 40 centímetros cúbi- las diversas sales de cal, y las sales de magnesia, contenidas en el
cos del líquido filtrado. agua analizada.
"Supongamos que se haya encontrado: 2? El segundo, 1 I o , representa las sales de magnesia y el áci-
do carbónico que quedaron en el agua despues de la elimina-
1? El grado hidrotimétrico del agua al estado ción de la cal; por consecuencia, 25° — 1 1 ° = 14° representan
natural = 25° las sales de cal.
2? El grado del agua precipitada por el oxala- 3? El tercero, 15°, reducidos á 12°, despues de la corrección,
to de amoniaco = 11° representa las sales de magnesia y las sales ele cal, diferentes del
ficología—60.
carbonato. 25° — 12° = 13° representan, por consecuencia, el
" P o r medio de la pequeña tabla de la página 415, que indica
carbonato de cal y el ácido carbónico.
el equivalente de un grado hidrotimétrico para u n litro de agua
4? El cuarto, 8 o , representa las sales de magnesia contenidas
de cierto número de cuerpos, es fácil traducir estos grados en
en el agua, y que no han podido precipitarse, ni por la ebulli-
pesos para las sales y en volumen para el ácido carbónico. Bas-
ción, ni p o r el oxalato de amoniaco.
ta para esto multiplicar el n ú m e r o de los grados observados
"Las sales de cal y de magnesia, estando representadas las
para cada cuerpo en particular, por el n ú m e r o correspondiente
primeras p o r 14°, las segundas por 8 o y el conjunto por 22°, es
á I o hidrotimétrico de este cuerpo.
evidente q u e de los 25° del agua al estado natural, quedan 3 o
para el ácido carbónico. "En el caso particular que hemos elegido, suponiendo que la
cal se encuentre en el agua al estado de carbonato y de sulfato,
"En resumen, se p u e d e inferir de las observaciones prece-
dentes: y la magnesia al estado de sulfato, se ve que el agua analizada
debería contener:
1? Que el ácido carbónico, las sales de cal y de
magnesia contenidas en un litro de agua Ácido carbónico libre... 3o = ' 3 X 0 0 0 5 = 0 m 015
e x a m i n a d a equivalen á 25°
Que, p o r consecuencia, un litro de esta agua Carbonato de cal 10° = 10 X 0 0103 = 0 103
neutraliza 2 5 decigramos 2S™ 50 de jabón. Sulfato de cal 4°= 4 X 0 0140= 0 056
2? Que las sales de cal equivalen á 14° Sulfato de magnesia 3°= 8 X 0 0125= 0 100
3? Que las sales d e magnesia equivalen á 8o
4? Que el ácido carbónico equivale á 3o 0 259
o
5? Que el ácido carbónico equivalente á 3 , el
"Es de notar que la proporcion de ácido carbónico libre con-
carbonato de cal y el ácido carbónico reu-
tenido en las aguas dulces siendo m u y pequeña, que un grado
nidos, equivaliendo á 13°, el carbonato
de carbonato de cal equivaliendo á 0 erm 01 de esta sal, y que los
de cal equivale á 13° — 3 = 10°
números proporcionales de esta sal y de los sulfatos de cal y de
6? Que las sales de cal en totalidad, equivalien-
magnesia, 110 siendo m u y diferentes los unos de los otros, el
do á 14° y el carbonato de cal á 10°, el
grado hidrotimétrico de una agua representa aproximadamente,
sulfato de cal ó las sales de cal, otros que
o en general, el peso en centigramos de las sales terrosas conte-
el carbonato equivalen á 14° — 10° = . . . 4
nidas en un litro de esta agua, de suerte que, si-por ejemplo, el
"Se ve q u e el agua examinada contiene: grado hidrotimétrico de una agua es de 25°, se puede presumir
a priori, que el peso de las sales terrosas que contiene no debe
1? Ácido carbónico 30
alejarse mucho de 0,23 á 0,25. Esta preciosa coincidencia ha si-
2? Carbonato de cal 10 o
do comprobada en gran n ú m e r o de análisis. En el estudio an-
3? Sulfato de cal ó sales de cal diferentes del
terior se obtiene 0,259 para el peso de las sales terrosas conte-
carbonato 40
nidas en una agua á 25°.
4? Sales de magnesia 8o
"Si se quieren encontrar las proporciones de sulfatos ó de clo-
ruros, se ocurrirá á los medios mencionados ya para la deter-
minación del ácido sulfúrico ó del cloro."
Sin este método de los Sres. Boutron y Boudet, no nos h u -
biera sido posible e m p r e n d e r en tan corto tiempo el análisis
comparativo de las aguas, desde las de lluvia y los deshielos del
Popocatepetl, que son las más ligeras, hasta las más calcáreas
del P e ñ ó n de los Baños, que tiene 98° hidrotimétricos; no h a -
bríamos podido decir con la seguridad que hoy lo afirmamos,
que el agua delgada que surte á la capital, reconocida como la
mejor, es la más insalubre. Por fortuna la ciudad de México
dispone de preciosos recursos, ignorados hasta hoy, en las mag- FÓRMULAS PRÁCTICAS DE LA HIDRÁULICA
níficas aguas que puede hacer venir fácilmente de los m a n a n -
PARA DETEBMISAB
tiales abundantísimos de las orillas del lago de Xochimilco y que
puede aumentarse el caudal de las de Chapultepec, ampliándo-
I I volumen de agua que lleva una corriente y cuyo conocimiento es indis-
las por medio de convenientes excavaciones.
pensable á un geólogo.
Pocos países tienen la fortuna de disponer de tan ricos y pro-
videnciales elementos de vida; los ríos que dan las aguas pota-
bles de Europa y de las más populosas ciudades de América,
Apunten formados por el Ingeniero D. Miguel Iglesias.
arrastran en su curso materiales calcáreos, orgánicos y también
organizados, tan peligrosos para la propagaciou de las epide-
mias y que perjudican p o r sus elementos fermentescibles, á un De m u c h a s m a n e r a s puede presentársenos el agua en su mo-
gran n ú m e r o de aplicaciones domésticas de las aguas potables. vimientos de descenso, dando ocasion á variados estudios y
combinaciones; pero no siendo el objeto de estos apuntes tratar
esta cuestión bajo las diferentes fases que pueda tener, y sí sólo
recordar las principales fórmulas de la H i d r o m e n s u r a para cal-
cular el gasto ó volúmen de un curso de agua, en las circuns-
tancias más generales que pueden presentarse á un geólogo, nos
limitarémos á considerar los casos del d e r r a m e del agua de un
manantial ó depósito; de un canal más ó ménos grande de sec-
ción y pendiente uniformes; de un arroyo ó riachuelo de sección
irregular; y de u n rio cuyo régimen pueda considerarse constan-
te. Los demás casos especiales que pueden interesar al ingenie-
ro, al mecánico ó al agricultor, se hallan desarrollados y pueden
estudiarse- con minuciosidad en los diferentes tratados ele Hi-
dráulica, permitiéndonos citar aquí el excelente resúmen de las
fórmulas de la Hidromensura que acaba de publicar el Ingenie-
ro M. Fernández Leal, y que se ha adoptado como texto en la
Escuela Especial de Ingenieros de esta capital.
Sin este método de los Sres. Boutron y Boudet, no nos h u -
biera sido posible e m p r e n d e r en tan corto tiempo el análisis
comparativo de las aguas, desde las de lluvia y los deshielos del
Popocatepetl, que son las más ligeras, hasta las más calcáreas
del P e ñ ó n de los Baños, que tiene 98° hidrotimétricos; no h a -
bríamos podido decir con la seguridad que hoy lo afirmamos,
que el agua delgada que surte á la capital, reconocida como la
mejor, es la más insalubre. Por fortuna la ciudad de México
dispone de preciosos recursos, ignorados hasta hoy, en las mag- FÓRMULAS PRÁCTICAS DE LA HIDRÁULICA
níficas aguas que puede hacer venir fácilmente de los m a n a n -
PARA BETBBMINAK
tiales abundantísimos de las orillas del lago de Xochimilco y que
puede aumentarse el caudal de las de Chapultepec, ampliándo-
I I volumen de agua que lleva una corriente y cuyo conocimiento es indis-
las por medio de convenientes excavaciones.
pensable á un geólogo.
Pocos países tienen la fortuna de disponer de tan ricos y pro-
videnciales elementos de vida; los ríos que dan las aguas pota-
bles de Europa y de las más populosas ciudades de América,
Apunten formados por el Ingeniero D. Miguel Iglesias.
arrastran en su curso materiales calcáreos, orgánicos y también
organizados, tan peligrosos para la propagaciou de las epide-
mias y que perjudican p o r sus elementos fermentescibles, á un De m u c h a s m a n e r a s puede presentársenos el agua en su mo-
gran n ú m e r o de aplicaciones domésticas de las aguas potables. vimientos de descenso, dando ocasion á variados estudios y
combinaciones; pero no siendo el objeto de estos apuntes tratar
esta cuestión bajo las diferentes fases que pueda tener, y sí sólo
recordar las principales fórmulas de la H i d r o m e n s u r a para cal-
cular el gasto ó volúmen de un curso de agua, en las circuns-
tancias más generales que pueden presentarse á un geólogo, nos
limitarémos á considerar los casos del d e r r a m e del agua de un
manantial ó depósito; de un canal más ó ménos grande de sec-
ción y pendiente uniformes; de un arroyo ó riachuelo de sección
irregular; y de u n rio cuyo régimen pueda considerarse constan-
te. Los demás casos especiales que pueden interesar al ingenie-
ro, al mecánico ó al agricultor, se hallan desarrollados y pueden
estudiarse- con minuciosidad en los diferentes tratados de Hi-
dráulica, permitiéndonos citar aquí el excelente resúmen de las
fórmulas de la Hidromensura que acaba de publicar el Ingenie-
ro M. Fernández Leal, y que se ha adoptado como texto en la
Escuela Especial de Ingenieros de esta capital.
hay necesidad por este motivo de multiplicar aquella expresión
por un coeficiente práctico, variable según las circunstancias de
PRIMER CASO. cada caso, y dependientes, ya de la forma del orificio, ya de su
distancia al nivel del líquido, ó ya, en fin, del espesor de las pa-
Las aguas de un manantial ó depósito tienen generalmente redes que forman la sección de salida.
salida por orificios pequeños ó grandes, según es su cantidad.
En los tratados d e Hidráulica se dan los coeficientes para ca-
Para calcular el volumen de aquellas se determinarán con pre-
da caso particular: aquí sólo dirémos que en general este coefi-
cisión los dos principales elementos que entran en las fórmulas
ciente varía, en el caso que consideramos, entre los límites de
correspondientes, y son: la superficie de salida ó sección del ori-
0.60 á 0.65, siendo tanto mayor cuanto más disminuye la al-
ficio, y la velocidad media que llevan las moléculas líquidas en
tura del orificio respecto de su base. Hay, pues, aumento de gas-
el momento de su escape.
to con orificios prolongados en su anchura, y de poca altura
P a r a conocer la primera bastará medir sus dimensiones, y cal-
respectivamente.
cularla por los procedimientos geométricos. Para determinar la
Ejemplo. ¿Cuál será el gasto efectivo de agua de un depósito
segunda nos servirémos de la fórmula llamada de Torricelli, por
que se derrama por un orificio de 0 m 10 de altura y 0 m 15 de an-
haber sido éste su autor, basada en el teorema siguiente: la ve-
cho, siendo de l m 8 0 la carga sobre el centro del orificio?
locidad de las moléculas de u n líquido al salir por una abertura
hecha en pared delgada es igual á la que tiene un cuerpo grave
Q = 0 . 61 X 0 m 10 X 0 ra 15 ,/T9~m56 X l m 80 = ( T O t e
cayendo libremente de una altura contada desde el nivel supe-
rior del líquido al centro de la abertura. ó sean 54 litros por segundo de tiempo.
Llamando v la velocidad teórica por segundo del agua en su
salida, h la altura del nivel del líquido sobre el centro del orificio,
SEGUNDO CASO.
ó sea la carga ó peso del agua, y g el valor de la gravedad, ó sea
la velocidad que todo cuerpo grave adquiere al fin del primer se-.
gundo de su caída, cuyo valor es constante para cada localidad, En un canal regular de pendiente uniforme, es fácil determinar
siendo para México de 9 m 7816. tendrémos la siguiente fórmula: la cantidad de agua que pasa en un tiempo señalado, multipli-
cando la sección trasversal del agua del canal por su velocidad
v = V 2 ~ g h = |/19 m 56 X 7¿ média.
Conocidos los dos elementos mencionados, el volumen ó gas- Llamando Q el volumen que pasa en un segundo, S la super-
to será el producto de la sección de la abertura por la veloci- ficie de la sección trasversal, y v la velocidad média, la expre-
dad média del agua en su salida. De manera que llamando Q el sión del gasto será:
gasto y S la sección del orificio, la fórmula será Q = Sv

Q = S y 2J ~h de la cual obtendrémos el dato que se desconozca, suponiendo


Pero por las experiencias ejecutadas con prolijidad y cuida- conocidos los otros dos.
do, se ha visto que el gasto teórico difiere, siendo mayor, del gas- Mas debemos advertir aquí que la velocidad média no es igual
to real ó práctico, en virtud d e la contracción que la vena líquida ni á la velocidad del agua superficial, ni á la velocidad en el fon-
sufre en su rozamiento contra las paredes ó lados del orificio, y do, y ni siquiera á la que podría medirse junto á las paredes que
limitan el canal, en las que se producen resistencias en las m o - experiencias una velocidad superficial de 2 m por segundo: ¿cuál
léculas líquidas en su choque contra aquellas, que tienden natu- es la velocidad média de esta corriente?
r a l m e n t e á disminuir esa velocidad.
v m
La relación entre estas velocidades está expresada en la si- = w —}- o . loo= l 6 9 6 por segundo.
guiente fórmula:
Existe otra fórmula debida á Mr. Prony, en la cual entran to-
w— 2 v—u dos los elementos del problema, y en la que puede determinar-
se el dato que se desconozca, teniendo conocidos los demás.
en la cual representa w la velocidad en el fondo; v, la velocidad
Es la siguiente:
média, y u la superficial; y si sólo se conoce la superficiál, se
puede hacer uso de la fórmula de Mr. Prony, deducida de los v = 56 .86 X ^ — 0 • 07 2
experimentos de Mr. Dubuat, que es:

u -F 2 . 372 en la que v es la velocidad média, S la superficie ó sección tras-


u -(- 3 .153 versal del agua, P el perímetro mojado del perfil, D el descenso
del canal en la longitud L que se considera. Los n ú m e r o s son
En la práctica para velocidades en la superficie comprendidas
coeficientes prácticos.
entre 0™20 y l m 5 0 por segundo, se toma sin error sensible
Ejemplo. ¿Cuál será el gasto de agua de un canal de sección
t7=0.8w y u — 1.25«. rectangular y uniforme q u e tiene un ancho de 3"'50, y una pro-
fundidad de l m 2 0 con 0 m 08 de pendiente en 140 metros de lon-
P a r a obtener la velocidad superficial del agua se arrojan al
gitud?
centro de la corriente discos de madera de 30 ó 35 milímetros
La sección trasversal será S = 3 m 50 X l m 2 0 = 4.20 metros
de diámetro, y de 5 á 10 de espesor, y se observa repetidas ve-
cuadrados.
ces con un reloj de segundos el tiempo en que es recorrida p o r
El perímetro mojado P = 3 m 50 + l r a 20 X 2 = 5 m 90.
el flotador u n a distancia que se mide y señala de 30, 40 ó más
Con estos datos resulta la velocidad média de v = l m 0 6 5 por
metros en los que el canal esté regularizado; dividiendo un dato
segundo.
por el otro, se deducirá la velocidad por segundo.
2

La m a d e r a que se emplea es la del encino, ú otra cuya densi- El gasto de agua del canal será entonces de 4 m 20 X l m 0 6 5
3
dad se acerque lo más posible á la del agua, para suponer sus- _ 4»' 473 5 s e a n 4473 litros por segundo.
tituida una masa por otra en condiciones semejantes. También
debe cuidarse que el viento no altere ó modifique la m a r c h a
TERCER CASO.
del flotador, ya contrariándola, ó ya favoreciéndola, en cuyos
casos la velocidad que indique no será la del agua, y esto suce-
P a r a avaluar aproximadamente la cantidad de agua que lleva
de frecuentemente cuando el disco ó flotador sobresale m u c h o
un arroyo ó riachuelo de sección irregular, se procederá de la
del nivel del líquido de la corriente.
misma manera, es decir, se determinarán en su parte más regu-
Conocidos estos elementos, puede ya calcularse el gasto del larizada dos, tres ó más secciones trasversales, y el promedio de
canal por la fórmula mencionada ántes. ellas se multiplicará por la velocidad média obtenida, como ya
Ejemplo. En un curso de agua se ha medido por repetidas hemos indicado. La exactitud del resultado dependerá de la que
Geología.—51.


se haya tenido al procurarse los datos del problema; mas si se
pasa sobre él tiene un espesor de 0 m 21; ¿cuál es el volúínen ó
desean resultados más seguros, es mejor proceder de la m a n e -
gasto de agua de este arroyo?
ra siguiente:
Fórmese con tablas de madera un dique trasversal á la co- v = ] / 19m5(¡ x ""'^l = 2 m 027 por segundo.
rriente sobre el que pueda derramarse el agua: en su anchura,
Q = 0 . 4 0 X 0 m 95 X 0'"21 X 2 m 027 - 0ra'l62.
y ocupando próximamente una tercera parte, hágase un corte
rectangular de nivel más bajo para que cié paso libre á toda la es decir, 162 litros por cada segundo de tiempo.
corriente. Establecido así este vertedor ó derramadero, se deja Si en lugar de establecer en el arroyo un dique con el derra-
pasar algún tiempo para que se regularice el gasto del agua, y madero en la parte superior, se estableciese en su medio ó parte
t o m e un régimen constante. Mídase con exactitud el ancho baja una abertura de salida del agua, como una compuerta, las
del vertedor y el grueso de la lámina de agua que se derrama. fórmulas variarían en algunos de sus elementos en virtud de la
Con estos ciatos las fórmulas que debemos aplicar son las si- contracción ele la vena líquida que se efectuaría sobre uno, dos,
guientes: tres ó los cuatro lados de la figura de la compuerta, según la
posicion de ésta en el dique mencionado. En las aberturas gran-
v = i/Ygh y Q = mlh X v
eles el coeficiente práctico varía entre 0.62 y 0.69, siendo el pri-
en las cuales v es la velocidad media, g la gravedad cuyo valor mero cuando el rozamiento de la vena de agua tiene lugar so-
h e m o s dicho ser en México de 9"'7816, h la altura de la caicla bre los cuatro lados, y el último cuando sólo es sobre un lado.
que es aquí el espesor de la lámina ó capa de agua que se de- Ejemplo. ¿Cuál será el gasto práctico en un segundo de tiem-
r r a m a sobre el vertedor, l el ancho del mismo, y ra un coefi- po, de una compuerta situada en la parte media de un dique, y
ciente práctico, que en este caso oscila entre los límites de 0.40 á mayor altura del fondo cuyo claro es de 0"'80 de largo y de
á 0.44, según es la relación de la base del vertedor á la a n c h u - 0 m 25 de alto, con u n a carga de agua de 2 m 50?
ra del canal, siendo el primero cuando es una cuarta parte, y el
último cuando son iguales y el agua pasa libremente por todo Q = 0 . 62 X 0 m 80 X 0 m 25 -y/ 19-56 X 2"'5<f= O ^ W
el ancho del dique sin estrechar la corriente. es decir, 867 litros por segundo.
Se debe advertir aquí que como la superficie del líquido al Si la compuerta estuviere colocada en el fondo ó parte baja
derramarse sobre el vertedor forma una curva desde algunos del dique, la contracción de la vena líquida será sólo sobre tres
decímetros ántes de su caida, debe cuidarse de medir el espesor lados, en cuyo caso el coeficiente práctico que debe introducir-
de la capa de agua desde el nivel superior del depósito ántes de se en el cálculo es de 0.64.
llegar al vertedor, y no sobre este mismo, en el que la lámi-
na del agua ya es m e n o r . En el caso de q u e esto no sea fácil,
CUARTO CASO.
puede medirse sobre el mismo umbral del vertedor y a u m e n -
tarle una cuarta parte, pero siempre deberá preferirse determi- Cuando los cursos de agua cuyo gasto se trate de avaluar sean
nar ese dato con la mayor exactitud. de mayor importancia, como los ríos, el procedimiento viene á
Ejemplo. En un arroyo cuyo ancho es próximamente de 3™ se ser el mismo, únicamente que es preciso entonces determinar
ha establecido un dique de paredes delgadas, en el cual la sec- con la mayor exactitud los elementos del problema para que los
ción de derrame es de 0 m 95 de ancho, y la capa de agua q u e •« resultados merezcan confianza.
Escójase para ello la parte del rio más regular en la que et
agua tenga sensiblemente u n a velocidad uniforme, y en donde
las secciones trasversales no sean demasiado desiguales. En ese
tramo se tienden normalmente á la corriente, y á poca mayor
altura del nivel del agua, dos ó tres hilos ó cuerdas en los que
se señalen los metros ó fracciones de metro que se quieran con-
siderar, según lo más ó menos prolijo que se quiera hacer el
cálculo. En cada u n o de estos puntos se medirá la profundidad
del agua del rio con u n a regla graduada, de un tamaño conve-
ÍNDICE.
niente, que se colocará en posicion vertical. Así se obtendrán
las ordenadas de una curva que será el fondo del rio, y cuyas
abscisas serán las distancias elegidas en las cuerdas, cjue deberá
PÁGINAS.
procurarse sean iguales entre sí para mayor facilidad y exacti- PJTÓLOGO J~~á

tud. Con estos elementos, y las velocidades superficiales toma- INTRODUCCIÓN U JG


das ya en el centro de la corriente, ó ya más ó ménos cerca de
las orillas del rio, podemos calcular las secciones ó cortes tras-
P R I M E R A P A R T E .
versales y el volumen de las aguas.
Si llamamos a a' a" a'" las aÉscisas, p, p' p"p'" las Litología.—lociones de Mineralogía.
profundidades y v v' v" v" las velocidades medias, el gasto
Capítulo 1.—Generalidades sobre la ciencia 19 22
ó volumen total será la suma ele los volúmenes parciales de los Capítulo II.—Del estado de agregación. Cuerpos amorfos. Gene-
diversos filetes de agua; entonces ralidades sobre cristalografía. Primer sistema cristalino.
2? idem. 3? ídem. 4? Ídem. 5? ídem. 6? ídem. Considera-
Q = ap v + a'p' v' + a" p" v" + + anp"vu. ciones Anales sobre cristalografía •>•> 4 5

Capítulo III.—Textura de los minerales 40 47


P a r a el caso de las abscisas iguales la sección trasversal se Capítulo IV.—Dureza de los minerales... 47 50
calculará por la fórmula conocida de Capítulo V.—El lustre y la trasparencia 00 51
Capítulo VI.—Los colores 5j gg
S.= * a (p' + p') + 2 O " + p"' + p" -') Capítulo VII.—Del peso específico 56—58
Capítulo VIII.—Doble refracción, polarización, fosforescencia v
la que se multiplicará por la velocidad média deducida de las fluorescencia ¡-,g 54
varias velocidades superficiales que se hayan medido en el cen- Capítulo IX.—Diversas propiedades físicas y caracteres organo-
tro y lados del rio. lépticos (J4—66
Capítulo X.—Descripción de los minerales. Sección I . Descrip-
Por último, si las secciones trasversales del rio resultaren muy ción de las especies minerales útiles en la agricultura y ne-
diferentes entre sí, se tomará un promedio de ellas, el cual se cesarias para el conocimiento de las rocas. Sección I I . Des-
multiplicará por el promedio también de las velocidades medias, cripción compendiada de algunos minerales industriales <n i i,;
resultando un gasto que tendrá que ser más ó ménos aproxima- Capítulo XI.—Estudio de las rocas. Generalidades y descripcio-
nes. Grupo I . Rocas sedimentarias. Grupo I I . Rocas me-
do, según que sean más ó ménos exactos los datos obtenidos.
tamórficas. Grupo I I I . Rocas ígneas ]i;:j 194
Capítulo XII.—Diferentes disposiciones y estructuras de las rocas.
FIN DEL APÉNDICE.
Aplicación de estas observaciones 194 207
agua tenga sensiblemente una velocidad uniforme, y en donde
las secciones trasversales no sean demasiado desiguales. En ese
tramo se tienden normalmente á la corriente, y á poca mayor
altura del nivel del agua, dos ó tres hilos ó cuerdas en los que
se señalen los metros ó fracciones ele metro que se quieran con-
siderar, según lo más ó menos prolijo que se quiera hacer el
cálculo. En cada u n o de estos puntos se medirá la profundidad
del agua del rio con u n a regla graduada, de un tamaño conve-
Í N D I C E .
niente, que se colocará en posicion vertical. Así se obtendrán
las ordenadas de una curva que será el fondo del rio, y cuyas
abscisas serán las distancias elegidas en las cuerdas, cjue deberá
PÁGINAS.
procurarse sean iguales entre sí para mayor facilidad y exacti- P K Ó L O G O J~~á

tud. Con estos elementos, y las velocidades superficiales toma- INTRODUCCIÓN U JG


das ya en el centro de la corriente, ó ya más ó ménos cerca de
las orillas del rio, podemos calcular las secciones ó cortes tras-
P R I M E R A P A R T E .
versales y el volumen de las aguas.
Si llamamos a a' a" a'" las aÉscisas, p, p' p"p'" las Litología.—lociones de Mineralogía.
profundidades y v v' v" v" las velocidades medias, el gasto
Capítulo 1.—Generalidades sobre la ciencia 19 22
ó volumen total será la suma ele los volúmenes parciales de los Capítulo II.—Del estado de agregación. Cuerpos amorfos. Gene-
diversos filetes de agua; entonces ralidades sobre cristalografía. Primer sistema cristalino.
2? idem. 3? ídem. 4? idem. 5? idem. 6? idem. Considera-
Q = ap v + a'p' v' + a" p" v" + + aap"va. ciones Anales sobre cristalografía •>•> 4 5

Capítulo III.—Textura de los minerales 40 47


P a r a el caso de las abscisas iguales la sección trasversal se Capítulo IV.—Dureza de los minerales.. 47 50
calculará por la fórmula conocida ele Capítulo V.—El lustre y la trasparencia 00 51
Capítulo VI.—Los colores 51 55
S = i a (p' + p') + 2 {p" +p"' + p" -') Capítulo VII.—Del peso específico 56—58
Capítulo VIII.—Doble refracción, polarización, fosforescencia v
la que se multiplicará por la velocidad média deducida de las fluorescencia ¡-,g 54
varias velocidades superficiales que se hayan medido en el cen- Capítulo IX.—Diversas propiedades físicas y caracteres organo-
tro y lados del rio. lépticos (J4—66
Capítulo X.—Descripción de los minerales. Sección I . Descrip-
Por último, si las secciones trasversales del rio resultaren muy ción de las especies minerales útiles en la agricultura y ne-
diferentes entre sí, se tomará un promedio de ellas, el cual se cesarias para el conocimiento de las rocas. Sección I I . Des-
multiplicará por el promedio también de las velocidades medias, cripción compendiada de algunos minerales industriales <ni i,;
resultando un gasto que tendrá que ser más ó ménos aproxima- Capítulo XI.—Estudio de las rocas. Generalidades y descripcio-
nes. Grupo I. Rocas sedimentarias. Grupo I I . Rocas me-
do, según que sean más ó ménos exactos los datos obtenidos.
tamórficas. Grupo I I I . Rocas ígneas ]i;:j 194
Capítulo XII.—Diferentes disposiciones y estructuras de las rocas.
FIN DEL APÉNDICE.
Aplicación de estas observaciones 194 207
C U A R T A P A R T E .
SEGUNDA PARTE.
Geología Dinámica.
Geología Fisiográfíca.
PÁGIXAS.
PÁGINAS.
Capítulo I.—Consideraciones generales y subdivisiones 3-53 54
Capítulo I.—Orografía. Definiciones de montañas, valles, etc 209—216 Capítulo I I . — E l calórico como factor geológico: Erupciones íg-
Capítulo I I . Hidrología. Agua congelada. Aguas marinas y con- neas sin forma volcánica. Volcanes propiamente dichos y
tinentales. Aguas superficiales, estancadas y corrientes. Di- erupciones volcánicas; volcanes principales de México; geo-
visión de las aguas pluviales. Aguas subterráneas. Datos grafía de los volcanes. Fenómenos derivados del volcanis-
para buscar los puntos donde las aguas subterráneas se mo; aguas termales, geyser?, sulfataras, fumarolas y mofe-
encuentran á menor profundidad ó en más abundancia. Te- tas; temblores y terremotos; oscilaciones de la corteza terres-
rrenos propios ó desfavorables á la existencia de aguas sub- tre; datos relativos á esos fenómenos y correspondientes á
terráneas. Pozos comunes y pozos artesianos. Diversos sis- México. Metamorfismo, sus causas y efectos 355 379
temas de ; perforación. Aparatos de sosten, instrumentos Capítulo I I I . — E l agua como factor geológico: Efectos químicos
perforadores y útiles accesorios. Práctica de la perforación. del agua.—Grutas y cavernas; algunas cavernas mexica-
Pozos artesianos en México. Análisis y temperaturas de las nas. Hundimiento y resbalamiento de terrenos. Trabajos
aguas de algunos pozos artesianos de México. Clasificación mecánicos del agua; efectos de las aguas superficiales y de
general de las aguas 217 '2,1
las subterráneas. Aguas marinas. Aguas congeladas .379—800
Capítulo IV.—La atmósfera como factor geológico. Definición y
T E R C E R A PARTE.
composieion de la atmósfera. Efectos químicos y mecánicos
de la atmósfera 390 39a
Geología Histórica. Capítulo V.—Los animales y los vegetales, como agentes geológi-
cos. Acciones preservativas y destructoras de las plantas.
Capítulo I.—Consideraciones generales sobre el origen de la Tie- Acción de los animales. Depósitos de origen orgánico; la
rra. Cronología geológica 279—288 creta, las montañas calcáreas y los lechos de carbón 393—398
Capítulo II.—Tiempo arcaico. Edad arcaica ó azoica 288—290
Capítulo III.—Tiempo paleozoico: Edad siluriana ó de les molus-
cos. Edad devoniana ó de los peces. Edad carbonífera ó de APÉNDICE.
las plantas. Resumen del tiempo paleozoico 290—804
Hidrotimetría 399 424
Capítulo I I I . Tiempo mesozoico: Edad de los reptiles. Caracteres
Fórmulas prácticas de la hidráulica 425 432
y subdivisiones de la edad. Período triásico. Período jurá-
sico. Período cretáceo. Consideraciones peleotopográficas y
hechos geológicos principales del tiempo mesozoico. Resu-
men del tiempo mesozoico 304—825
Capítulo IV.—Tiempo cenozoico: Edad terciaria. Caracteres y
subdivisiones de esta edad. Período eoceno. Período mioce-
no. Período plioceno. Consideraciones paleotopográficas y
hechos más importantes de la edad terciaria. Edad cuater-
naria ó del hombre. Caracteres y subdivisiones de la edad.
Período glacial. Período Cliamplain. Período reciente.
Fauna y flora. Datos antropológicos relativos á México y á
otros países. Consideraciones paleotopográficas y hechos
más notables de la edad cuaternaria. Resumen de la edad
cuaternaria 325—352
1190001121
COLOCACION DE LAS LAMINAS.

Pico traquítico de Bernal . 199


Vista del cerro do los Frailes . 200
Columnas basálticas de Regla . 202
Cerro de la Cúpula . 212
Barranca de Tres Peñas . 214
Cascada de Regla . 227
Salto de San Anton . 228
Salto de Juanacatlan . 229
Lámina que representa instrumentos de pozos artesiano^.... . 250
Corte del pozo artesiano de la Casa de Moneda . 266
Cromo del hombre fósil . 343
Fósiles cuaternarios de México . 350
Volcan Popocatepetl . 360
Volcan Citlaltepetl -..*. . 362 .
El Jorullo . 362
Vista del Nevado de Toluea . 363
Lago en el cráter del Nevado de Toluea • • 363
Volcan Ceboruco . 365
Volcan de Colima :. . 367
Geyser del cerro de San Andrés . 371
Caverna del Diablo . 381
Boca de la Gruta de Cacahuamilpa . 382
Derrumbamiento y hundimiento de una montaña . 384

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