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TEATRO Y ARQUITECTURA
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vida (...) La disposición ideal es la ausencia de separación entre sala
y escena. Si las condiciones arquitectónicas permiten esta relación,
tanto mejor. Pero es ante todo la atmósfera de la escena aquello que
une actores y espectadores".'
También parece que Peter Brook opine lo mismo cuando defiende la imposi-
bilidad de establecer un programa arquitectónico al margen de un deseo teatral;
y admite el riesgo de que este deseo se agote durante la construcción del edificio.
Para Brook, los ritmos de teatro y arquitectura son irreconciliables; uno es rápido,
el otro lento. Así, en última instancia, la construcción de un teatro es imposible.''
Con todo, si consultáramos la voz Teatro del Diccionario de la Real Academia
de la Lengua Española, comprobaríamos que las tres primeras acepciones del
término se refieren a aspectos directamente relacionados con la arquitectura. Según
la Academia, teatro es:
" Tadeusz Kantor, en Gaelle Bretón, Tlieatres, Ed. du Moniteur, París, 1990, p. 14.
' Peter Brook, op. cir., p. 85.
* Cf. Georges Banu, "Peter Brook et la coexistence des contraires", en: Brook, les
voies de la création théátrale, XIII, Ed. du C. N. R. S., París, 1985, p. 64
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El lugar del teatro es difícil de situar de una manera precisa. No se encuentra
solamente en el escenario: recinto pensado expresamente para alojarlo. También
ocupa edificios no pensados originariamente para representar obras teatrales o se
extiende por la ciudad.
El lugar del teatro puede ser el marco físico, real, donde se materializa el
espectáculo teatral. Pero también el texto, el trabajo de la actriz o del actor
generan un espacio en la mente del espectador.
"Sólo, según mi opinión, el edificio dramático puede dar una idea del
teatro, sólo el edificio puede permitir meditar, aprender y com-
prender aquello que es el teatro.../...Sea antiguo o moderno, es en
el edificio vacío, dond» se entra de repente, donde nos dejamos
penetrar por el vacío extraño y el silencio del lugar, donde podemos
acercamos a una idea auténtica de teatro".'
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durante su estancia en Brasil en 1936, el ministro de Educación Nacional y
Sanidad Publica le preguntó cómo concebiría un teatro moderno en Río. La
respuesta del arquitecto fue: "Cread tarimas por todas partes, en vuestro inmenso
y gigantesco país, y que las buenas gentes hagan comedia ellas mismas, en
cualquier instante".* Este teatro espontáneo, esencial, necesita, solamente, una
tarima.
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de la ópera wagneriana; bien proponiéndose desde el Interior de la caja escénica,
acentuando su aislamiento de la sala, como es el caso de Antoine i Stanislavski.
Sin embargo, los tiempos modernos estaban transformando profundamente los
modos de percepción del espectador. El espacio moderno es móvil, cambiante; en
él, los puntos de vista son múltiples. Para ser fiel a esta realidad, el teatro había
de cambiar, había de volver a proponer la relación entre la acción escénica y el
publico, creando un espacio escénico nuevo, concibiendo formas arquitectónicas
nuevas o inspiradas en las antiguas, o en géneros marginales o populares, como
el circo o el cabaret.
Texto y espacio
* * *
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utopía. El teatro recibió el encargo de asegurar la integración de las artes que
hubiera debido de efectuarse bajo la égida de la arquitectura. Si el teatro parece
suplantar a la arquitectura es, sobretodo, porque ofrece un potencial pedagógico
nada despreciable. El trabajo teatral es análogo al arquitectónico.*
Pero este teatro sintético, punto de encuentro de las artes, generador de la obra
de arte total es negado por aquellos que buscan definir el teatro en sí mismo, que
confían descubrir lo que le separa de otras artes y no lo que le acerca. Se trata de
una vía negativa, reductora, a lo largo de la cual el teatro se ha de ir purificando.
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