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Para llegar a conocer la configuración del espacio en torno al carrito de comida de Dora, primero
se hace necesario caracterizarlo como un espacio por sí mismo. Al surgir esta forma distinta de
percibir los espacios, es que surgieron categorías propias del carrito y no necesariamente de su
entorno. Entre ellas nos encontramos con los puntos de referencia que van a situar al carrito de
comida en su puesto. Estos son aquellos que refieren a las calles mencionadas, a los elementos
encontrados en las veredas, negocios u otros puestos e instituciones que definen al barrio
República como barrio universitario. “[...] Salvador Sanfuentes con República, donde... cerca
donde hay unos basureros, más pegado al edificio administrativo de la universidad y más pegado a
la calle Salvador Sanfuentes.” (Pierre, 21 años) Directamente relacionado a este punto de
referencia, nos encontramos también que para que el carrito de Dora se configure como un
puesto de comida que le sustente trabajo, este además de posicionarse estratégicamente, se debe
establecer en horarios indicados; lo que introduciría la dimensión de temporalidad. “(...) sí, desde
que entré a la u que está siempre en la misma... A veces lo corre como por el tema de la luz o
cosas así. Porque, en el fondo se pone abajo de un foco cuando es de noche, eso es lo que le
ilumina el carrito pero siempre está en el mismo puesto.” (Marcelo, 22 años) Con estas dos
dimensiones, ya podemos ir generando una imagen de la posición espacio- temporal del carrito.
En esta última cita, llama la atención que para las personas entrevistadas desde la perspectiva de
compradoras, se instala una abstracción interesante, en donde se menciona que Dora siempre
está en el mismo puesto, al mismo tiempo que mencionan que se mueve de lugar- pero siempre en
la misma esquina-. Esto mismo tiene relación con el concepto de lugar antropológico de Augé,
pues
LUGAR ANTROPOLOGICO
“[..] como es un lugar vespertino este lugar, se llena de gente en la noche, entonces, weón están
todos los carritos de comida, está toda la gente saliendo del metro... y queda la cagada. En cambio
ahí, están los vespertinos, uno está saliendo de la universidad y no se genera com mucho
desorden, de hecho es muy controlado, es como un buen... es un buen lugar para mí par a
ponerse.” martina
Simbolizar el espacio es uno de los medios que tenemos para pensar la identidad y las
relaciones colectivas. El lugar antropológico de Augé (1993) representa esta construcción
“concreta y simbólica” del espacio. Esta construcción se va cargando de sentido, sentido
que con cada experiencia se va reforzando, “el lugar conforma así un conjunto de
posibilidades, de prescripciones y de prohibiciones cuyo contenido es a la vez espacial y
social” (Augé,1993:31). El término de lugar, desde su perspectiva, se puede aplicar a
distintas escalas, pero comparten tres rasgos básicos, ya que para ser lugares
antropológicos siempre son: identificatorios, relacionales e históricos.
Lo histórico se ve en una estabilidad mínima, en un espacio que a pesar de ser antiguo está
siendo re-habitado constantemente, de ahí la frase “el habitante del lugar antropológico vive
en la historia, no hace historia”. En ese sentido, postula Augé, es histórico en la justa medida
en que escapa a la historia como disciplina. Es identificatorio porque define lo propio y lo
otro. Marc Augé da el ejemplo del nacimiento, que siempre es en un espacio, espacio que
define la identidad individual. De esta manera uno se sitúa, explica el autor, en relación a
los otros, tu lugar de nacimiento te define porque existen otros lugares en los que otros
nacen.
Más adelante, Augé sostiene que el lugar antropológico se puede entender a partir de tres
figuras geométricas, que serían “las formas elementales del espacio social” (Augé,
1993:33). Estas son las líneas, las intersecciones y los puntos de intersección. También se
les puede llamar, caminos, encrucijadas y centros. Las líneas conectan, las intersecciones
son espacio de encuentro y los puntos serían centros, con fronteras donde se genera la
oposición nosotros/otros. Estos elementos, postula el autor, están en constante relación y
superposición. De esta manera, los espacios generan identidades, a la vez que las
personas construyen lugares.