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Hombre de negocios muy hábil, Leguía hizo fortuna con la industria azucarera y en el

sector de la venta de seguros. Inició su militancia política en el Partido Civil. Fue Ministro
de Hacienda y Comercio durante los gobiernos de Manuel Candamo Iriarte y Serapio
Calderón, entre 1903 y 1904. Luego, conservando el mismo portafolio, fue Presidente del
Consejo de Ministros del primer gobierno José Pardo y Barreda, entre 1904 y 1907. Ganó
enseguida las elecciones presidenciales de 1908, y gobernó hasta 1912. Durante este
primer período enfrentó problemas limítrofes con los cinco países vecinos, de los cuales
sólo logró solucionar definitivamente aquellos que mantenía con Brasil (Tratado Velarde-
Río Branco, 8 de septiembre de 1909) y Bolivia (Tratado Polo-Bustamante, 17 de
septiembre de 1909). En el orden interno afrontó también mucha turbulencia. Enfrentó con
valentía una intentona golpista promovida por el hermano y los hijos de Nicolás de Piérola.
Se separó del Partido Civil, que se fraccionó en dos. Tras finalizar su mandato, sufrió el
acoso del nuevo gobierno de Guillermo Billinghurst y partió al exilio.
De vuelta en el Perú en 1919, participó en las elecciones presidenciales de ese año,
convocadas por el presidente José Pardo (que ejercía entonces la presidencia por
segunda vez). Se vislumbraba ya su triunfo, pero, temiendo que el gobierno no respetase
el resultado, el 4 de julio de 1919 dio un golpe de Estado, apoyado por la gendarmería.
Asumió el poder como presidente provisorio y disolvió el Congreso, convocando en su
reemplazo a una Asamblea Nacional, cuya misión sería consagrar importantes reformas
constitucionales. Este nuevo Parlamento lo eligió Presidente Constitucional el 12 de
octubre de 1919, y dio una nueva carta política en reemplazo de la vieja Constitución de
1860 (Constitución de 1920). Leguía se perennizó en el poder, reeligiéndose en 1924 y en
1929, tras sendas reformas constitucionales. Denominó a su gobierno como la «Patria
Nueva», pues pretendía que con él se iniciaba la modernidad en el país.
Durante este largo mandato, Lima fue modernizada mediante la ejecución de obras
públicas, financiadas mediante empréstitos y cuyo fin inmediato fue festejar
apoteósicamente el Centenario de la Independencia Nacional en 1921. Creó el Banco de
Reserva y el Banco Central Hipotecario, así como los Estancos de Alcohol, Naipes y
Fósforos. Legalizó las comunidades indígenas. Creó la Guardia Republicana del Perú, el
07 de agosto de 1919. Fomento la construcción de carreteras y obras de irrigación. Firmó
el Tratado de Límites con Colombia (24 de marzo de 1922) y el Tratado de Límites con
Chile (3 de junio de 1929), tratados muy controversiales que han motivado que se califique
a Leguía de «entreguista», pero que tuvieron el mérito de poner fin a largas disputas con
dichas naciones, que anteriores gobiernos no pudieron resolver.
Luego de once años de gobierno consecutivo (periodo conocido como el Oncenio), Leguía
fue derrocado por el teniente coronel EP Sánchez Cerro, el 25 de agosto de 1930, siendo
luego apresado e internado en el Panóptico de Lima. Allí enfermó gravemente y tuvo que
ser trasladado al Hospital Naval del Callao, donde falleció en 1932.

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