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Nombre : Camila Abarzua

Profesor: Cristian Castro


Ayudante Stefano Brezzo
Fecha: 22-04-2019
Contracultura de La Modernidad

En este informe analizaremos las representaciones del binarismo océano/barco en la configuración del
imaginario negroafricano de textos literarios de lengua portuguesa y española de América Latina, el
Caribe y África. Esto a partir de construcciones simbólicas que sobrepasan lo estrictamente literario y
se entrecruzan con los espacios históricos y culturales que conforman las memorias e imaginario de
este grupo colectivo. Atendiendo a otros rasgos, se incluyen referencias a los estudios sobre memoria y
oralidad, que permiten comprender la forma en que la construcción simbólica mar/barco elabora las
configuraciones dentro de los relatos sobre las experiencias oceánica.
La cultura del Atlántico negro, cuyos temas y técnicas van más allá del origen étnico o de la
nacionalidad, y que es origen de una realidad nueva que hasta el momento, nos había pasado inadvertida.
El Atlántico negro no solo pone en entredicho las prácticas y los presupuestos de los estudios culturales,
sino que enriquece la comprensión que teníamos hasta el momento de la modernidad.
De acuerdo con Paul Gilroy la esclavitud y las culturas marcadas por la misma, forman parte
de la modernidad. Ellos no son ni premodernos ni están fuera del contexto de la modernidad como una
promesa incumplida de ella, sino son precisamente la trata de esclavos y la esclavitud que contribuyen
al surgimiento de la modernidad, la ilustración y la racionalidad. Fue Europa que integró a otras culturas
a su modernidad imponiendo la trata de esclavos, la economía de plantaciones y la esclavitud en muchas
partes del mundo. Si bien es cierto que surgían contraculturas de la modernidad, ellas formaban sin
embargo parte de la modernidad y, por ello, parte de ―nuestro desarrollo.

Este concepto tiene sus propias implicaciones, parte de la idea que los descendientes de esclavos
tienen derecho a participar en las bendiciones de la modernidad como lo son la literalidad, los derechos
civiles, la cultura burguesa desde Hegel hasta Wagner así como la liberación del racismo y de la
discriminación. Por el otro lado, Gilroy concibe al Atlántico entero como una unidad incluyendo sus
costas, estados colindantes y vías de comunicación. Gilroy se refiere a la misma área que ha sido el
escenario del así llamado comercio triangular Atlántico entre él siglo XVII y XIX. Los barcos llevaban
mercancía europea a la África occidental, donde la cambiaban por esclavos a los que llevaban a América
vendiendolos para invertir las ganancias en la compras de productos agrícolas como por ejemplo azúcar,
para transportarla a Europa. Desde aquel tiempo toda esta área geográfica se caracteriza por relaciones
intensas de contacto e intercambio. A raíz de estos acontecimientos Gilroy construye un tipo de área
cultural sobre el cual la esclavitud se pone como una capa cobertora mientras que en el interior se
presenta una heterogeneidad impresionante, una movilidad acelerada y una dinámica local particular.
Son las corrientes, las olas y las mareas las metáforas con las que Gilroy simboliza esta heterogeneidad.
Esta heterogeneidad trasciende los lugares y no es ni étnica ni nacionalmente concebible.
“Yo quiero desarrollar la sugerencia que los historiadores culturales en sus discusiones sobre
el mundo moderno tomen al Atlántico como una sola unidad de análisis compleja y lo usen para producir
una perspectiva explícitamente transnacional e intercultural”1 Aquí se expresa la intención de Gilroy de
identificar intereses comunes para todos los seres humanos y expresiones culturales relacionadas con la

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esclavitud. Aquí se puede reconocer también la actitud política de un sociólogo comprometido que
busca una emancipación política fundada en el análisis científico. Lo que no está incluido es el
panorama antropológico y la intención de comprender a una contraparte cultural desconocida. Gilroy
pretende hacer un análisis (sociológico) y un cambio de ―nuestra modernidad lo que no requiere
―tomar la posición del nativo. La desatención de la alteridad cultural a favor de los intereses políticos
comunes coincide, en mi opinión, con la ignorancia de aquellas tradiciones científicas de pensamiento
que se dedican más explícitamente al ser cultural del otro, es decir la antropología cultural.
Esto trae como consecuencia que también se ignoran matices antropológicos diferenciados
Suponiendo que la categoría de la ―identidad étnica mantiene realmente nociones esencialistas, en el
sentido de tendencias rígidas inherentes a la condición humana de auto identificarse con características
étnicas, no es así para el caso de la categoría de ―etnicidad .
El análisis de la cultura del Atlántico Negro es particularmente valioso, entre otros aspectos, por dar
visibilidad a una cara de la historia cultural oscurecida por el velo del absolutismo étnico: la relación
de los negros con la modernidad. Este es, sin duda, uno de los principales puntos de análisis presentada.
Según Gilroy, durante la diáspora, los negros crearon un cuerpo único de reflexión sobre la modernidad
y sus disgustos que sigue presente en las luchas culturales y políticas de sus descendientes. Sin embargo,
el racismo moderno no reconoció a los negros como personas con capacidades cognitivas,o incluso con
una historia intelectual. Uno de los aspectos más explotados.
Las proposiciones presentadas por el autor se contraponen a las premisas del racismo científico que
confinó el negro a la categoría intermedia entre el animal y el hombre. Indirectamente, se contraponen
también a los escritos filosóficos que se mostraron escépticos en cuanto a la capacidad cognitiva de los
negros.
El autor señala la necesidad de una evaluación crítica del racismo presentes en la obra de filósofos
iluministas como Kant y Voltaire. Merece ser aquí, enfatizada la propuesta presentada por Gilroy de
una relectura de la dialéctica del señor y del esclavo, en la que se enraíza la alegoría hegeliana de la
conciencia y de la libertad. Para él, las formulaciones de Hegel se pueden utilizar para iniciar
un análisis que vea la estrecha asociación entre la modernidad y la esclavitud como una cuestión
conceptual clave. Igualmente, un retorno a la explicación del conflicto y las formas de dependencia
producidas en la relación entre el dueño y el esclavo pone en evidencia las cuestiones de brutalidad y
terror casi siempre ignoradas por las narrativas de la modernidad.
El proyecto del autor desencadena una severa crítica a los estudios culturales ingleses y afroamericanos
marcados por perspectivas etnocéntricas y nacionalistas También promueve una evaluación crítica del
uso de las nociones de etnia en el interior de estos estudios, al mismo tiempo que se opone a la falsa
idea de que la cultura siempre fluye en patrones correspondientes a la frontera del Estado Nación.
Desde el punto de vista del autor, la relación entre nacionalidad y etnia fue apoyada retoricamente por
el inclusivismo cultural que enfatiza el sentido absoluto de la diferencia étnica entre los individuos en
detrimento de sus experiencias social e histórica.
Para Gilroy hay que tener en cuenta el hecho de que las críticas de los intelectuales negros a la
modernidad también pueden ser, en algunos sentidos, importantes a la afirmación de esa misma
modernidad. La comprensión de el cuadro es perjudicado, casi siempre, por posturas que insisten en
separar las formas culturales particulares a ambos grupos en alguna tipología étnica, perdiendo la
oportunidad de discutir su complejo entrelazado.
La teoría de la doble conciencia elaborada por Du Bois constituye uno de los los principales temas
abordados por el autor, a partir del cual, discute la construcción y la plasticidad de las identidades
negras. El sujeto negro de Du Bois vive una cierta dualidad, se encuentra dividido entre las afirmaciones
de particularidad racial y el llamado a los universales modernos que trascienden la raza. En su cuadro
de análisis la doble conciencia emerge de las experiencias de desplazamiento y reterritorialización de
las poblaciones negras, que acaban redefiniendo el sentimiento de pertenencia. Con este concepto, Du
Bois con el objetivo de dar a las experiencias post-esclavitud vivenciadas por los negros occidentales
una significación mundial. Estas formulaciones se casan perfectamente con la
preocupación de Gilroy en la formación de una transcultura negra que pueda relacionar, combinar y
unir las experiencias y los intereses de los negros en varias partes del mundo. Hasta hoy representa una
importante aliada en los procesos de lucha hacia la emancipación, la ciudadanía y la autonomía negra.
El poder de la música negra para el desarrollo de las luchas políticas de las comunidades diáspora exige
atención a sus atributos formales ya que su base moral es distintiva:"Es al mismo tiempo, producción y
expresión de esa transvaloración de todos los valores precipitados por la historia del terror racial en el
Nuevo Mundo "2
El acceso restringido de los esclavos a la alfabetización hizo crecer el poder de la música en proporción
inversa al poder expresivo de la lengua, su refinamiento tiene un mecanismo de comunicación que no
se limita al poder de las palabras habladas o escritas. La música ha desempeñado un papel fundamental
en la reproducción del cultivo del Atlántico Negro y en la conexión entre las diferentes comunidades
de la diáspora.
Gilroy subraya las formas en que comparte al lado de otros escritores negros "la percepción de que el
mundo moderno estaba fragmentado a lo largo de ejes constituidos”3
A modo de conclusión el concepto de atlántico negro tiene sus propias implicaciones. Parte de la idea
que los descendientes de esclavos tienen derecho a participar en las bendiciones de la modernidad como
lo son la literalidad, los derechos civiles, la cultura burguesa desde Hegel hasta Wagner así como la
liberación del racismo y de la discriminación.
No nos importan, no sabemos cómo viven; son seres invisibles. La discriminación dificulta
establecer la dimensión de sus problemáticas, diseñar políticas y llevar a cabo acciones eficaces para
que lleven la vida digna a la que todo ser humano tiene derecho. Me parece un tema de avance para la
sociedad, donde podemos apreciar que poco a poco las personas afro con su lucha para hacerse escuchar
se les ha permitido involucrarse con la sociedad de manera igualitaria pero aún existe discriminación
por su color.

Bibliografía

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