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Para mamá

En mi investigación para crear estas narraciones basadas en la vida de Severo


González D. (1954- ) me encontré gracias a su hermana Guillermina, una antigua y
extraordinaria carta dirigida a su señora madre doña Dina. Fue escrita cuando Severo
tenía 29 años y se había ido una temporada de mojado al norte a trabajar en los
campos de algodón cercanos a Austin, Texas.

Dicha correspondencia, fue la primera y única que Severo le mandó a su madre del
norte, pues su tiempo allá fue breve, apenas tres meses; esta misiva fue escrita al
termino del segundo mes que pasó en Estados Unidos.

El primer mes había estado viviendo en una casa donde no pagaba renta, con unos
colombianos que había conocido mientras cruzaba al otro lado, solo se quedo ahí ese
mes pues los colombianos desaparecieron de repente un día y lo dejaron ahí, así que
al siguiente día cambio de residencia.

A continuación transcribo la carta:

Ama:

Te escribo esta carta desde los piripis naites, o como dicen acá América.

Por acá me cai que todas las cosas si son bien diferentes a San Martino y pues bien
diferentes a todo México, me cai de madres.

Todos hablan el inglish y pues yo no les entiendo ni maiz, pero ya medio estoy
aprendiendo, ya se decir: gud mornin y wat japenin. ¿A verda?

Amasita le escribo para que no se preocupe por mí, pues todo me esta yendo bien, acá
donde estoy como muy bien, me dan de comer tres veces al día, en veces cocino yo,
pero casi no. También duermo bien en un cuarto con litera con un amigo que habla
inglish mezclado con castellano, no paso frío, ni sueño.

Hago mucho ejercicio ama, me estoy poniendo refuertote, levanto pesas con otros
muchachos todos los días y en mis ratos libres hago ejercicio por mi cuenta, y pues
tengo un montón de amigos, como más de 100 de un montón de lados hay de acá
americanos, mexicanos, cubanos, y hasta un japonés que se llama Chen, aunque a
ese sí no le entiendo ni papa.

De trabajar también estoy bien, ayudo en una lavandería y a veces limpiando


carreteras, pero eso nomas en veces como lo de la cocinada.

En fin jefa, todo esta muy bien así que no se preocupe, ya ve: como bien, duermo a mis
horas, tengo amigos y trabajo y aunque el vicio de la fumadera no lo he dejado me
mantengo bueno de salud con todo el ejercicio, ya el único pequeño e insignificante
detalle es que estoy en la cárcel acusado de ser narco.

Pero no se preocupe jefa, ya me dijeron que se va a arreglar todo.

Ay me saluda a mis carnales.

Le mando besos, dolares no porque pues aquí no hay paga.

Tu hijo el Severo.

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