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CRISTOLOGÍA.

Lección II:

Los oficios- del mediador 3ª Parte

Dentro de los oficios de Cristo, el oficio de Rey quizá es el que mejor distinguimos o el que
con mayor frecuencia mencionamos, debido a que el está coronado de gloria a la derecha
del Padre, también es fácil para nosotros reconocer que Cristo es el rey de reyes, por la
obra que hizo. Pero se hace necesario profundizar un poco más en ello, sin que podamos
siquiera a agotar un tema tan profundo.

Hemos dicho que todo ser humano está afectado por el pecado y que este ha caído en la
desgracia que le impide tener comunión con el Dios verdadero y Santo revelado en las
Escrituras. Todo ser humano está impedido de la comunión con Dios por (1) La culpa por
sus pecados, (2) la ceguera de su mente y la esclavitud y cautividad del pecado, que son enemigos
demasiado fuertes como para vencerlos sin ayuda de Cristo.

El oficio de Cristo como Rey, se demuestra en una serie de actos propios de un rey en el
sentido que van a confirmar su dominio, su poder y la obediencia debida a Él. Por
ejemplo:

1. Reuniendo en sí a un pueblo de entre todas las familias, naciones y lenguas


(Gn.49:10; Isaías 2:2-3, 1ª Pedro 2:9).
2. Gobernando a este pueblo con leyes dictadas por él y que son obligatorias, además
de roles que dependen de su elección y gracia dada a cada creyente para beneficio
del cuerpo (1ª Co 3.11, Is. 33:22, Mt. 5:17-48, Ef. 4:11).
3. Un rey que es capaz de someter a todos los enemigos que amenazan a su pueblo, la
Iglesia (Salmo 110:1). Y de estar por sobre todas las cosas (Ef.1:15-23).

Cristo fue rey no solo en su exaltación, sino que también en su estado de humillación,
existe un patrón una forma de mostrar a Cristo que va desde la humillación a la exaltación
constantemente. En Filipenses 2:5-11, luego que el apóstol Pablo, motive a los hermanos a
conducirse con humildad unos con otros, pondrá a Cristo como ejemplo, en el
denominado concepto del “vaciamiento”, o kenosis, donde el Verbo se encarnó, donde el
Verbo Eterno se hizo hombre. Estos versículos, son reconocidos como la parte más
importante de la cristología en el apóstol Pablo y que no necesariamente está unida al
tema de la salvación, sino que muestra cuál es su perspectiva del Salvador. Como lo señala
un autor comentando este pasaje. “para Cristo su divinidad no es una cuestión de
egoísmo”. 1 Cristo en su estado de humillación o en su naturaleza humana, es reconocido
por los demonios como el rey, es interrogado por Pilato en este sentido. John Owen dice
de Cristo “El vino a ser lo que jamás había sido antes, pero El nunca dejó de ser lo que siempre

1
Gordon Fee, Comentario a los Filipenses, Clie, p.265,
había sido en su naturaleza divina. El, quien es Dios, nunca puede dejar de ser Dios”…Cristo se
despojó no de su divinidad, sino del ejercicio manifiesto de sus derechos y privilegios como Dios y
como uno e igual con el Padre.2

Cristo, como Rey dio inicio a la consumación del Reino de los Cielos. Él dijo que si el
echaba demonios por medio del poder de Dios, el reino de Dios estaba entre ellos. Cristo
inaugura el Reino profetizado por muchos, de los cuales el último fue Juan el bautista,
quien si bien es cierto reconoció a Cristo como el cordero de Dios (Juan 1:29), tuvo dudas
al momento de verse apresado por Herodes (Lucas 7:20).

¿Qué es el reino de Dios?

Es nada menos que el reinado de Dios en los asuntos humanos. Este reino que había sido
profetizado quedó inaugurado con la venida de Jesús. Este reino abarca todo el ámbito de
la vida humana. El reino de Dios afecta tanto los pensamientos como las acciones. Todos
los milagros, liberaciones y declaraciones de Cristo, demuestran dominio como soberano
sobre todas las cosas. A Su vez el papel del Espíritu Santo, consiste en dar testimonio de
Cristo (Juan 15:26).

Mauricio Narbona M.
Iglesia Cristiana Gracia Soberana

2
John Owen, la Gloria de Cristo, Ed. Faro de Gracia p. 25-26.

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