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20 Historias cortas de amor

Una tarde me di cuenta de cuánto hay que amar a las


mujeres. En un paso de peatones subterráneo ayudé a una
anciana que cargaba unas bolsas a subir las escaleras. Ella
me agradeció el gesto y después de vacilar un poco me pidió que
la acompañara hasta la entrada de su casa. Resultó que le hacía
falta mi ayuda para alcanzar cuanto antes su hogar porque
su marido cada vez que ella salía, iba hasta el portal a buscarla.
Un anciano, casi ciego, con un bastón, apenas se movía
a la entrada de la casa. Caminaba para encontrarse con
su amada y llevarle las bolsas que ella cargaba desde la tienda.
Inmediatamente, me vino a la mente con qué frecuencia
me negaba a ir a buscar a mi novia, que venía de una tienda
o desde el tren, porque simplemente no me apetecía levantarme
y salir.

II

A mi esposa, tras dar a luz, comenzó a deteriorársele la vista.


Antes también llevaba lentes, pero la cosa empeoró mucho.
No podía aguantar viendo tanto sufrimiento: pedí un trabajo
adicional, incluso a través de Internet encontré la forma
de obtener más ingresos. Trabajé como nunca durante casi
un año, sin dormir lo suficiente. ¡Y aquí está! Ahorré dinero para
una operación láser que corrigiese sus problemas de visión.
Recientemente regresó del hospital, sorprendiendo a todo el que
la rodeaba. ¡Y no me importa este duro año de tanto
agotamiento y noches sin dormir! Tengo un hijo sano y una
esposa feliz, ¡eso es lo que importa!
III

A los 18 años me diagnosticaron un pequeño tumor cerebral.


Pensé que era cáncer y que pronto moriría, así que le dije
a mi novio que lo entendería todo
si me dejaba. Él lo transformó en una broma, contestándome
que solo podía dejarme fuera del ring (es un luchador),
si yo volvía a hablar de eso una vez más. Al final, el tumor
resultó ser benigno. Ahora, tengo 21 años, llevamos dos
casados y tenemos una hija. Nunca olvidaré su apoyo en ese
momento tan difícil para mí.

IV

Últimamente mi madre está teniendo problemas cardíacos.


Llevo viviendo con ella una semana, mi padre lleva un mes
fuera en un viaje de negocios. Ayer tenía que regresar. Por
la noche estábamos en la cocina, la miré: delgada, pálida
y hermosa. Sobre el rostro, una calma helada, pero sus
manos temblaban. Oigo el sonido de la llave en la cerradura,
papá ha vuelto. Mamá corrió hacia la puerta, lo agarró
llorando y murmuró algo imposible de entender. Él también
la abrazó con fuerza y yo estaba al fondo sonriendo. El amor
es su medicina más importante.

Conocí por Internet a un joven. Alegre, educado, bondadoso.


Además, con una apariencia muy agradable. Durante varios
años hablamos por Skype. Luego, me di cuenta de que
lo amaba. Él también me amaba, pero tenía miedo
de encontrarse conmigo. Insistí en ello, fui a verlo
atravesando mil kilómetros. Resultó que el joven era una
persona que sufría una discapacidad. No podía andar.
Pasamos tres meses juntos. Pronto nos casamos. ¡Para
mí es el mejor, mi Profesor X!
VI

.Mi abuelo, que tiene 75 años y es casi ciego por las cataratas me
dice hoy: “Tu abuela es la mujer más hermosa, ¿a que sí?”.
He pensado por un momento y luego le he dicho: “Sí. Apuesto a
que de tanto verla ya te habrás acostumbrado”. “Cariño, veo su
belleza todos los días. De hecho, la veo más ahora que cuando
eramos jóvenes”.

VII

. Estoy atravesando con mi hija el pasillo. Hace 10 años saqué a


un niño de 14 años de su casa engullida por el fuego. Los médicos
dijeron que nunca volvería a andar. Mi hija me acompañaba
muchas veces al hospital para verlo. Luego empezó a ir ella por
su cuenta. Hoy lo estoy viendo desafiar todos los
obstáculos, sonriendo, de pie, en el altar, mientras coloca un
anillo en el dedo de mi hija.

VIII

. Estaba sentado comiéndome el bocadillo del almuerzo cuando


vi aparecer un coche con dos ancianos que aparcaron justo
enfrente de donde estaba. Oí que salía música de su coche y el
anciano bajó, abrió la puerta de su mujer, le ayudó a salir, se
alejaron unos pasos y estuvieron unos 10 minutos
bailando lentamente bajo el árbol que estaba a su lado.
IX

. Hoy he operado a una niña. Tendría unos 9 años. Y necesitaba


sangre 0-. No contábamos con ninguna, pero su hermano gemelo
tenía la misma. Le expliqué que era una cuestión de vida o
muerte. Se quedó callado durante un momento y luego se
despidió de sus padre. No sospeché nada hasta después de que le
sacáramos sangre cuando me preguntó: “Bueno entonces
¿cuando voy a morir?”. Pensó que estaba dando su vida por la de
su hermana. Por suerte, ambos están muy bien.

. El otro día mi hija de 8 años me abrazó y me dijo: “Eres la mejor


mamá del mundo entero”. Sonreí y sarcásticamente le pregunté:
“¿Cómo lo sabes? No has conocido a todas las mamás del
mundo”. Me apretó más fuerte y dijo: “No hace falta. Tú eres mi
mundo”.

XI

A los 19 años perdí una pierna. En aquel tiempo salía con una
chica y estábamos enamorados. De repente, ella se fue
al extranjero, alegando que lo hacía para ganar dinero para
nosotros. Quería creérmelo, pero entendía que me estaba
mintiendo. Un día le dije que quería dejarla, porque era lo mejor
para ella. Aproximadamente un mes más tarde, estaba en casa
cuando sonó el timbre. Agarré mis muletas, abrí la puerta ¡y allí
estaba ella! No tuve tiempo de decir nada cuando recibí una
bofetada en la cara, no pude aguantar de pie y me caí. Se sentó
a mi lado, me abrazó y me dijo: “Idiota, no te abandoné. Mañana
vamos a la clínica, donde te podrás probar tu prótesis. Me fui
a ganar dinero para ti. Puedes volver a caminar de nuevo,
¿entiendes?” En ese momento, sentí un nudo en mi garganta,
no podía decir media palabra. La abracé con fuerza
y simplemente me eché a llorar.

XII

Soy estéril. A mi primera novia, con la que tenía una relación


seria, no se lo conté durante mucho tiempo, tenía miedo y,
cuando descubrió la verdad, me dejó. Pasé un año con
depresión, luego tuve otra relación que acabó en nada. Hace
unos seis meses que conocí a una chica, me enamoré
locamente de ella, guardé silencio sobre mi problema y ayer
se lo conté todo. Estaba listo para cualquier cosa, pero ella
me miró y me dijo que en el futuro podríamos adoptar
a un niño del orfanato. ¡Estallé en lágrimas, quiero casarme
con ella!

XIV
Recientemente nos mudamos a un apartamento en San
Petersburgo, ciudad que estuvo bloqueada durante
la Segunda Guerra Mundial. En el inmueble comenzamos con
las reformas. Cuando desmontamos uno de los suelos,
encontramos un nicho con unas cartas: una mujer, Ana, que
escribía a su marido, Eugenio, al que le contaba cómo vivía
allí con sus tres hijos, o mejor dicho, cómo sobrevivía, cómo
la ciudad resistía y cómo todos ellos esperaban reencontrarse
con él. La última carta nos llegó al fondo del
alma: “Te estamos esperando, Eugenio. No puedo escribir
más, se me ha agotado ya el lápiz, pero voy a pensar en ti.
Siéntenos, mira al cielo y siéntenos”.
XV

Salía con una chica normal, muy guapa, mimada por una
buena vida. Con ella, era fácil pasarlo bien y mis ingresos
me permitían satisfacer sus caprichos. Le propuse
matrimonio y ella aceptó. Pero tan solo un par de semanas
más tarde, sufrí un accidente y como consecuencia, una
parálisis parcial. Esta niña mimada se convirtió durante
varios meses en mi enfermera, una mujer cariñosa
y mi amiga de confianza, a pesar de que yo me sentía
impotente y miserable. Vendió muchas cosas sin las cuales
yo pensaba que ella no podría vivir. Aprendió a cocinar
porque yo necesitaba una dieta especial. Me prohibió pedir
disculpas. No había sombra alguna de duda, ni de disgusto
o miedo que pasase por su rostro durante todo este tiempo.

XVI

Dicen que nada en el amor es imposible, pero esta historia


demuestra que esto no es así.Ella era una chica normal, no tenía
dinero, ni falta le hacía. Él era un chico adinerado, de familia
bien, tradicionalmente vinculada al Régimen. Coincidió con ella
casualmente en un instituto público.Él tenía algo, era la clase de
chico con personalidad de líder, carismático e inspirador. Ella,
sin embargo, era una chica normal, buena persona y de rasgos
tímidos. Se enamoró perdidamente de él.No obstante, no todas
las historias de amor tienen un final feliz, de hecho, a veces no
tienen ni un inicio. Él simplemente se dedicó a ignorarla durante
todo el instituto ya que ella no daba paso alguno. Además, su
amor no era posible ya que este tenía un matrimonio
concertado. No pudo ser…
XVII
Como cada verano, paso un mes con mis primos y mi
hermana en Tarifa, en casa de nuestros abuelos. Es como
un ritual sagrado. No nos lo perderíamos por nada en el
mundo. Muchas noches las pasamos en la arena, sentados,
charlando y tomando algo. En una de esas, vino un chico
holandés a pedirnos fuego. Yo le di mi mechero. Él estaba
sentado con un grupo de gente un poco más allá de donde
estábamos nosotros. Fue hacia allí, se quedó un rato y
después regresó para devolvérmelo, me dedicó una
sonrisa y se fue. La verdad es que me hubiera gustado
hablar más con él. Al día siguiente, con más luz , vi que
había un número escrito en el mechero. No me lo podía
creer. Mi nivel de emoción subió por las nubes. Le llamé.
Quedamos. Y repetimos cada noche desde entonces. Pero
se terminó cuando llegó septiembre y cada uno terminó su
temporada allí. Ese verano fue diferente, y al final es lo
que quiero llevarme conmigo

XVIII

"Un día de verano le organicé una cita a ciegas a una


amiga. Le preparé una auténtica emboscada ya que le
había dicho que esa noche había plan juntas. Pero 30
minutos antes de la hora me avisó de que no podía venir.
Intenté contactar con la otra chica y, nada, no recibía los
mensajes. así que tuve que ir al lugar donde habían
quedado. Ella sabía toda la verdad, así que solo me dirigía
a decirle lo que había pasado y que lo sentía mucho.
Llegué al punto de encuentro, me acerqué y le expliqué
todo. Ella no pronunció ni una sola palabra en todo mi
discurso de ‘lo siento’, solo dijo al final: “¿quieres ir a
cenar?”. Acepté. Un poco atónita, pero acepté. Bendita
emboscada que me monté a mí misma porque conectamos
desde el primer momento. Esa noche terminamos en la
playa, desayunando algo y viendo el amanecer frente al
mar. Y de esta misma forma también acabó nuestra
historia, un efímero pero muy bonito ‘nosotras’. "

XIX

"Era un sábado de julio. Estaba con mis amigos en el


chiringuito, tomando algo y bailando. De hecho, recuerdo
que estaba a punto de irme porque estaba reventado de
trabajar todo el día. Hasta que me trajeron un mojito de
Barceló. Miré a mi alrededor, flipando e intentando saber
de parte de quién venía. Volví a mirar el cóctel y dude en
tomármelo. De repente, se acercó el camarero y me dio un
papel que ponía ’A las 00:00h te invito a dirigirte hacia las
00:00h’, con una luna dibujada arriba en el medio. Me
entró la desconfianza, pero algo me decía que debía
confiar. Deduje que tenía que ir hacia donde dirigen las
agujas del reloj cuando son las 00:00h pero, ¿en qué
dirección? Pensando, llegamos a la conclusión de que la
luna era el punto de referencia. Fui hacia el supuesto
punto indicado, y allí estaba un chico sentado encima de
una toalla, mirando hacia el mar. Me acerqué y solo pudo
salir de mí un tímido ‘hola’. Se presentó y se disculpó ‘por
haber hecho tanto show, pero que así era él’. Me dijo que
algo de mí le había llamado la atención, y que quería
conocerme. La verdad es que fue mágico. Nos estuvimos
viendo todo ese verano, siempre en el mismo lugar a la
misma hora. Pero cuando acabó el verano, también acabó
lo nuestro. "
XX

Ese verano mis amigos y yo nos quedábamos en el maldito


pueblo. Sin pasta, sin conocer a gente nueva y sin
aventuras que recordar el año siguiente. El verano se
presentaba monótono y aburrido…hasta que tuvimos una
revelación rara. Cambiamos el brunch del medio día por
ir a patinar a la playa y la quedada de por la tarde por
cena y monólogos en algún chiringuito. Otras veces
cogíamos las toallas y nos subíamos a los búnker de
Barcelona a ver las estrellas. Estos son solo algunos pocos
ejemplos de todo lo que hicimos. Decidimos exprimirlo a
nuestra manera y a nuestro alcance, Ahora sé que si algo
es aburrido puedes cambiarlo. Y bueno, esta es una
historia de amor hacia mis amigos, porque si era posible,
me enamoré más de ellos."
Agradecimientos a todos los que dieron su aporte a este material.

Fuente de varios autores anominos

2004/2019

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