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y la victoria futura
Román Munguía Huato
La Jornada Semanal, 3 de febrero de 2019
Rosa escribía desde la cárcel su profunda pasión por la vida con un optimismo
revolucionario acorde al Principio Esperanza [Ernst Bloch]:
Y le sonrío a la vida, como si supiera algún secreto mágico que pudiera desmentir todo
lo malo y lo triste, y lo convirtiera en mucha luz y felicidad. Y busco la razón para tener
tanta alegría. No encuentro nada y tengo que reírme otra vez de mí misma. Yo creo
que el secreto no es otra cosa más que la vida misma, la profunda penumbra de la
noche que es tan bella y suave como el terciopelo, si una sabe mirarla.
Arquitectura y conmemoración
Mies Van der Rohe no era un arquitecto de izquierdas propiamente, cierto que fue
simpatizante en los años veinte de la Rusia Soviética, pues perteneció a la
Sociedad de Amigos de la Nueva Rusia. Fue un liberal burgués progresivo, no
obstante que colaboró con los nazis para diseñar el Pabellón de Alemania para la
Feria Mundial de Bruselas de 1935. El auge del nazismo le obligó a emigrar a
Estados Unidos en 1937.
Arquitectura y revolución
Quien promovió la construcción del monumento a Luxemburgo fue Edward Fuchs
[1870–1940], un estudioso marxista alemán de cultura e historia, escritor,
coleccionista de arte y activista político. Walter Benjamin hizo un ensayo sobre
este coleccionista, quien poseía una vasta obra de Honoré Daumier.
Según le cuenta el propio Van der Rohe a Donald Drew Egbert, autor de El arte y
la izquierda en Europa: de la Revolución Francesa a mayo de 1968, conoció a
Edward Fuchs una noche por un amigo común:
Tras discutir sus problemas sobre la casa, Fuchs nos dijo que quería mostrarnos algo.
Esto resultó ser la fotografía de un modelo para un monumento a Karl Liebknecht y
Rosa Luxemburgo. Era un gran monumento de piedra, con columnas dóricas y
medallones de Luxemburgo y de Liebknecht. Cuando lo vi me puse a reír y le dije que
sería un gran monumento para un banquero. Debió sentirse muy molesto por ese
comentario, porque a la mañana siguiente me llamó y me dijo que como me había
reído del monumento que me mostró, le gustaría saber que propondría yo. Le dije que
no tenía la menor idea de lo que haría en su lugar, pero como casi todas las personas
eran fusiladas frente a un muro, yo utilizaría un muro de ladrillos como monumento.
Fuchs no podía imaginarse cómo un muro de ladrillos podría ser utilizado como
monumento, pero me dijo que si yo tenía una idea, le gustaría verla. Pocos días
después le mostré mi boceto del monumento, que al final se construyó.
Cierto es que Rosa y Karl nunca fueron fusilados ante un paredón, pero el uso de
ladrillos y los volúmenes superpuestos es genial. Las últimas palabras conocidas
de Rosa Luxemburgo, escritas la noche de su muerte, fueron sobre su confianza
en las masas y en la inevitabilidad de la revolución:
El liderazgo ha fallado. Incluso así el liderazgo puede y debe ser regenerado desde las
masas. Las masas son elemento decisivo, ellas son el pilar sobre el que se construirá
la victoria final de la revolución. Las masas estuvieron a la altura; ellas han convertido
esta derrota en una de las derrotas históricas que serán el orgullo y la fuerza del
socialismo internacional. Y esto es por lo que la victoria futura surgirá de esta derrota.