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será social, o no será" (Albert García Pujadas) SMO (Social Media Optimization) estrategia para
promocionarnos a través de las redes sociales
“El medio para la interacción social, usar altamente accesibles técnicas de comunicación. Social
media es el uso de tecnologías móviles y basadas en la web para convertir la comunicación en
un diálogo interactivo” (Wikipedia).
2.0:
- FICOD 2011 «Creo que la idea está obsoleta. Esa expresión fue propia de otro
momento en el que se intentaba promover la idea de la web, los fallos de la era punto
com, y creo que ha sido un éxito y ha creado mucho entusiasmo, pero
lamentablemente ha envejecido», ha sostenido. Tim O’Reillly define una realidad
tecnológica en la que se imponen la movilidad y la computación en la nube.
El Mapa 2.0
En resumen ¿qué servicios hay en la red? • Webs (URLs) • Blogs • Foros • Chats • BBDD •
Documentación • Redes sociales
Marketing 3.0: Centrado en los valores, crear un mundo mejor, ser humano integral con
mente, corazón y espíritu, valor en el medio ambiente, medios interactivos, multidireccional.
Marketing 4.0: Marketing con propósito social, colaboración marca y sociedad para un mundo
mejor, humanización de la marca, valor en las necesidades emocionales del cliente, big data,
hiperconectividad / omnicanal / estrategias 360° / Omnidireccional.
Cambio en el paradigma de comunicación
DEFINICIÓN RED SOCIAL: Las redes sociales en Internet son servicios web que permiten: • (1)
construir un perfil público o semi-público en un sistema, • (2) gestionar una lista de otros
usuarios con los cuales comparten un vínculo, y • (3) ver y cruzar sus vínculos y los realizados
por otros en el sistema (Boyd y Ellison 2007).
Cómo evalúan los jóvenes las opiniones de otros consumidores en Internet. El caso de la
UPV/EHU
En los últimos años se ha escrito y reflexionado mucho sobre este artículo que relaciona
directamente la creación de valor de una empresa con las políticas en materia de
Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de la misma. Se puede decir que fue un verdadero
punto de inflexión, a partir del cual las corporaciones comenzaron a ver en la RSC una posible
diferenciación y, por ende, una, más que inestimable, ventaja competitiva. Que la RSC pasara a
ser considerada una fuente de creación de valor para la empresa y tenida en cuenta en la
cadena de valor y en los procesos internos, hizo que estuviera presente, cada vez más, en los
consejos de administración para ser integrada en la estrategia de la empresa. Esto ha
impulsado su desarrollo desde el tejido empresarial privado y por las administraciones
públicas.
Antes de esta nueva concepción de la RSC, y todavía hoy en día desde algunos sectores, se
considera la RSC como algo más cercano a la filantropía y a los valores morales. Las empresas
aunque tuvieran en cuenta la triple cuenta de resultados: económica, social y medioambiental,
las dos últimas perspectivas eran tomadas como un mero maquillaje que no aportaba valor
tangible a la empresa. Las argumentaciones no pasaban de influir en la empresa desde un
punto de vista moral que conminaba a las empresas a ser “un buen ciudadano”.
Afortunadamente, cada vez parece más superada esta antigua concepción de la RSC y las
empresas abogan por tenerla en cuenta en sus procesos internos y en su estrategia
competitiva, esto lleva a que la interioricen y pase a ser un aspecto más de la empresa. Hoy
nadie parece dudar que orientar la RSC desde la misma perspectiva que las decisiones de
negocio, supone convertirla en una fuente de oportunidades, innovación y ventaja
competitiva, produciéndose así, una verdadera simbiosis entre estrategia empresarial y
Responsabilidad Social.
Anteriormente, los argumentos que respaldaban la RSC solían ser cuatro: obligación moral,
sostenibilidad, licencia para operar y reputación. Bajo mi punto de vista, estos cuatro puntos
siguen existiendo y siguen siendo argumentos de peso para acercar la RSC a una empresa, pero
se debe de ir más allá, para tratar de integrar los valores de la sostenibilidad en la estrategia de
negocio y que estos representen una ventaja competitiva. Aquí es donde entra en juego la
teoría desarrollada en este artículo: integrar la RSC en la cadena de valor desde dentro hacía
fuera y viceversa, para generar nuevas oportunidades y ventajas competitivas a la empresa.
Para una empresa la relación con sus grupos de interés siempre es complicada. Desde
identificar a aquellos grupos prioritarios que pueden influir en la empresa y en los que la
empresa puede influir, hasta buscar los canales más apropiados para conversar con ellos y, qué
decir, en cuanto a llegar a un verdadero punto de unión y entendimiento. Con este artículo
Porter y Kramer abrieron la vía para tener en cuenta a todos los stakeholders que pueden estar
relacionados, de una manera u otra, con la cadena de valor de la empresa, lo que hace que
estos sean más fáciles de identificar a través de los problemas sociales reconocidos en esta.
Debido a estas complicadas relaciones con los grupos de interés y la habitual tensión entre
sociedad y empresa, se hace cada día más importante el diálogo con los stakeholders.
En la agenda de responsabilidad social de la empresa se debe buscar la satisfacción de los
grupos de interés, pero hay que tener cuidado y no caer en reacciones defensivas de corto
plazo, por eso, un análisis de los problemas sociales partiendo de la cadena de valor de una
empresa nos puede ayudar a minimizar cualquier problema.
En el modelo productivo en el que se mueve la sociedad, las empresas necesitan de la
sociedad y la sociedad de la empresa, se deberían evitar las fricciones innecesarias entre la
sociedad civil y las corporaciones, ya que lo único que producen es un debilitamiento de todos
los actores y, por tanto, de la competitividad y el buen funcionamiento social. Esto sería el
principio de valor compartido, las alternativas escogidas deben beneficiar a ambos.
Las empresas y la sociedad se necesitan, y también deben convivir e interactuar entre ellos.
Una fuerza de trabajo productiva se consigue con educación, servicios de salud e igualdad de
oportunidades. La empresas necesitan al consumidor, necesitan vender y prosperar y esto sólo
se puede conseguir con una sociedad sana. Asimismo, la sociedad necesita un tejido
empresarial exitoso y consolidado para poder crecer y mantenerse en niveles adecuados de
crecimiento.
Toda actividad en la cadena de valor de una empresa impacta en las comunidades donde
opera, generando consecuencias sociales, positivas o negativas. El contexto competitivo afecta
significativamente a la capacidad de la empresa para ejecutar su estrategia, especialmente a
largo plazo. El contexto competitivo concita mucho menos atención que los impactos de la
cadena de valor, pero para las empresas y la sociedad puede tener una importancia estratégica
mayor.