Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
YO ME ENAMORO
Cómo los hombres
sienten y viven el amor
enamoro 1 primeras 7/21/08 5:04 PM Página 4
enamoro 1 primeras 7/21/08 5:04 PM Página 5
YO ME ENAMORO
Cómo los hombres
sienten y viven el amor
Hugo Asch
Barcelona • Bogotá • Buenos Aires • Caracas • Madrid • México D.F. • Montevideo • Quito • Santiago de Chile
enamoro 1 primeras 7/21/08 5:04 PM Página 6
Asch, Hugo
Yo me enamoro - 1a ed. - Buenos Aires : Ediciones B, 2008.
192 p. ; 15x23 cm.
ISBN 978-987-627-061-8
Yo me enamoro
Hugo Asch
1ra edición
© Hugo Asch, 2008
© Ediciones B Argentina S.A., 2008
Av. Paseo Colón 221, piso 6 - Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, Argentina
www.edicionesb.com.ar
ISBN: 978-987-627-061-8
A ella
(porque el amor
es lo único)
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 8
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 9
—9—
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 10
— 10 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 11
— 11 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 12
— 12 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 13
— 13 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 14
a) La vida es rara.
b) El amor es raro.
b) Todo es posible, hasta lo bueno.
Hugo Asch.
Buenos Aires. Junio de 2008
— 14 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 15
I
Por qué es imposible
entender a las mujeres
— 15 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 16
— 16 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 17
— 17 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 18
— 18 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 19
— 19 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 20
— 20 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 21
— 21 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 22
— 22 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 23
II
¡Yo a ésta la mato,
te juro que la matooo!
— 23 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 24
—Bichi...
(Seis, siete de la tarde en el living del departamento o casa.
Bichi está leyendo y terminando su café. Lee, digamos, el diario
deportivo Olé, El Tractatus Logico de Ludwig Wittgenstein, o
el resumen de la cuenta de teléfono, no importa qué. Él lee,
concentrado, con interés. Ella, pregunta desde el otro lado del
sillón, después de dejar la taza de café en la mesita. Inclina
hacia atrás los hombros para hablar. Frunce el ceño. Posa su
dedo índice en la mejilla, onda Mirtha Legrand. Parece decidi-
da. Él contesta medio distraído, pronto se arrepentirá.)
—¿Qué...?
—¿Qué por qué nunca me decís te quiero?
(Él abandona por un instante su lectura, abre los ojos y sonríe.
Piensa que es una broma, vuelve colocar el papel frente a sus ojos.)
—Sí que te lo digo, mi amor. Siempre.
(Ella vuelve al ataque, seria.)
— 24 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 25
— 25 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 26
— 26 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 27
— 27 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 28
— 28 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 29
— 29 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 30
— 30 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 31
— 31 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 32
— 32 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 33
—¡¿Qué?!
—Es que hoy me vine sin nada, ni el cepillo de dientes, ni el
aparatito para el asma, ni las gotitas nasales...
—¡Pero vos sos peor que un hijo único! ¿Qué necesitás para
dormir con una mujer? ¡Con TU mujer! ¿O qué soy yo, ahora?
—Nada, es que...
—Ya no me querés, es obvio. Enfrentemos la realidad. Las
cosas han cambiado. Ya-no-me-querés. Eso pasa.
Te quiero, te quiero... ¡Te quiero matar!, piensa él mientras
se acerca poco a poco a ese cuello largo de bailarina que siem-
pre lo ha enloquecido. Lo besa, cerca de la oreja, después de
haber acariciado su pelo lacio, sedoso. Por supuesto que dur-
mió con ella, sin frasquitos, ni cepillos ni ropa para cambiar-
se. Tuvo que levantarse a las seis para ducharse, ir a buscar el
auto al garage y después pasar por su casa, a 30 cuadras de allí.
No importa nada, colegas. Que el amor todo lo puede. Hasta
frustrar al mejor homicida vocacional.
— 33 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 34
— 34 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 35
III
De paseo por el alma femenina
(ojo con la amiga que da cátedra...)
— 35 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 36
— 36 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 37
Arriba lo de abajo
— 37 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 38
— 38 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 39
— 39 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 40
— 40 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 41
Lo que sí lo que no
— 41 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 42
— 42 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 43
las piernas y a la tela de las camisas. Del resto, les importa todo.
La voz, su piel, el largo de sus patillas, su manera de caminar…
Alberto tomó debida nota de esta extraordinaria lección de
sabiduría femenina, aunque fracasó en sus siguientes cuatro in-
tentos, siempre monitoreados por Daniella. Vivió dos largos años
de frustraciones, pero ahora mi amigo es completamente feliz.
Convive con Daniella, que se convirtió en su pareja.
Obvio. Ésa es la última lección: la amistad entre el hombre y
la mujer funciona sólo cuando no existe ninguna atracción físi-
ca o cuando sólo uno de los dos está perdidamente enamorado.
De lo contrario, es inevitable la pasión más sorprendente y sal-
vaje. Y si no creen en esto, al menos desconfíen de esas amigas a
la que se les cuenta todo… El día menos pensado les estarán
contando esa linda historia a sus nietos.
— 43 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 44
• En el Trabajo
Allí tienen todo el tiempo del mundo para observarnos. Lo
hacen muy lentamente, tal vez se tomen una semana o más
antes de sacar alguna conclusión. No les resulta fácil: la
mayoría de las pistas sobre la ropa están ausentes porque
en la oficina, por lo general, se usa más o menos siempre lo
mismo. Ellas buscarán a los hombres que le despierten un
“no sé qué”, que muestren algo distinto. Es una lotería.
Puede salir el primer premio o... nada.
• En la playa
Allí sí el físico lo es todo. ¿Cuán grandes son nuestros
músculos? ¿Estamos en estado o somos un desastre? De
todos modos, no hay que desesperarse. Ellas no suelen
buscar el amor de su vida en ese escenario. Más bien histe-
riquean o buscan aventuras circunstanciales. La desnudez
excita pero les retacea información: no saben si sos un
buen candidato o no, más allá de lo sexual.
• En un bar
Generalmente, las mujeres van allí para conocer hombres.
Entonces serán lo bastante abiertas y directas con sus mi-
radas. Si te miran, luego voltean la mirada y vuelven a mi-
rarte..., bingo. Has sido elegido, muchacho. Pero mucho
cuidado: algunas mujeres estarán demasiado a la defensiva.
No hay que olvidar que el porcentaje de gavilanes por cen-
tímetro cuadrado es altísimo en ese terreno.
— 44 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 45
• En un shopping
Las mujeres pueden estar mirando vidrieras, comiendo o
leyendo. Se fijarán en lo que estás comiendo o leyendo y
después tratarán de adivinar por qué estas ahí. Quizá no
estén solas. Es mejor acercarse con precaución. Puede fun-
cionar, por qué no, pero necesitarás un golpe de suerte.
— 45 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 46
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 47
IV
Sexo. Mujeres. Amor.
Confesiones en el vestuario,
después de jugar a la pelota
— 47 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 48
— 48 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 49
El que disparó la cosa fue Lalo, que estaba saliendo con una
psicóloga que había conocido hacía un par de semanas. “Sehp”,
dijo cuando le preguntaron si la cosa iba bien. Obviamente sus
amigos le cayeron encima. Lo ametrallaron:
—Contá, contá, no te hagás el gil con nosotros... —dijo el
Bebe e inmediatamente el Perro lo interrumpió para entrar rá-
pidamente en tema:
—¿En la cama cómo es, che? ¿Te hace bien los papeles, doctor?
—Sehp...
—Seph las pelotas. Dale...
—Qué sé yo, este... no sé... estamos bien, ¿viste? —dijo Lalo,
que parecía no querer hablar, pero sí. Se le dibujaba cierta mueca
de desilusión.
—Uy, que desastre, no digas eso Lalito —dijo el Perro—.
Qué, ¿es tipo muñeca inflable la mina? ¿Parece desmayada?
¿No se sabe mover, che?
—No, no es eso...
—¿No quiere nada? ¿No te la... este... no deja que vos le...
ehhh...? —Bebe trataba de ser delicado. Hablaba y se ayuda-
ba con gestos: los vestuarios permiten esa mímica elocuen-
te—. ¿Es muy tímida?
—¡Es frígida la mina, boludo! —concluyó el Perro, abrien-
do los brazos—; debe fingir los orgasmos...
—¿Cómo que finge? ¿Y vos que carajo sabés si finge la
mina? —Bebe se indignó primero mientras el Perro se reía. Des-
pués se puso serio y preguntó con el ceño fruncido: —¿Che, us-
tedes se dan cuenta cuándo tienen orgasmos las minas?
— 49 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 50
— 50 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 51
— 51 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 52
— 52 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 53
— 53 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 54
— 54 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 55
— 55 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 56
— 56 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 57
— 57 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 58
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 59
V
Un servicio a las lectoras:
20 cosas que los hombres
quieren de las mujeres 20
— 59 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 60
— 60 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 61
— 61 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 62
— 62 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 63
— 63 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 64
— 64 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 65
VI
Blues del separado reciente
— 65 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 66
La historia oficial
— 66 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 67
— 67 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 68
una ley natural jamás escrita pero bastante más firme que aquella
Convertibilidad de Cavallo, las parejas no se bancan a un amigo
“suelto”. No lo toleran. Insisten en presentarle gente. Amigas.
Solteras, viudas, recién separadas, cualquier cosa. Arman cenas
inocentes, improvisadas o ensayadas con la sincronización del in-
finito travelling de El Arca Rusa. Siempre habrá alguien.
Este sistema puede resultar fantástico —al menos uno así co-
noce gente—, o desastroso. La situación no ayuda. Los candi-
datos están tensos, nerviosos, sufren de sobreactuación aguda,
tratan de ser graciosos, sudan, tiemblan imperceptiblemente; las
manos, la comisura de los labios. Aunque nadie lo demuestre,
todos sufren como parturientas.
Si el encuentro sobrevive a la cita a ciegas, a los diálogos en-
varados, a las advertencias disfrazadas de bromas de ocasión, a
la fría distancia, al terror al papelón, quizá la cosa funcione y
haya una chance. Aleluya.
Ahí te quiero ver.
— 68 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 69
— 69 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 70
Peligros de la inactividad
— 70 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 71
— 71 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 72
— 72 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 73
VII
Un clásico:
casados versus solteros
— 73 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 74
— 74 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 75
— 75 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 76
— 76 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 77
El Casado Superstar
— 77 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 78
— 78 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 79
— 79 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 80
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 81
VIII
Una conferencia sobre
el noble arte de mirar a las mujeres
— 81 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 82
— 82 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 83
— 83 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 84
— 84 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 85
— 85 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 86
— 86 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 87
IX
Por qué no sabemos
vivir solos
— 87 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 88
— 88 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 89
— 89 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 90
— 90 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 91
— 91 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 92
— 92 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 93
— 93 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 94
— 94 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 95
X
En qué nos convierten
— 95 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 96
— 96 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 97
— 97 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 98
Uno no es de fierro.
Entonces, si algo falla, si algo falta, si algo se desvía, ellas
hacen magia. La maravillosa, incomparable, irresistible y encan-
tadora magia femenina. Y nos van cambiando.
Nos convierten. Nos “gregorio-samsean”, si me permiten el
neologismo kafkiano. De a poquito vamos cambiando. Nos
moldean. Nos formatean, nos lookean, nos hacen otros. Segura-
mente mejores —ok, puede fallar, nadie es perfecto—, quizá
desconcertantes. Nunca iguales.
Lo voy a repetir: acá el único que exagera es Franz, el genial
y torturado checo que habría visto la vida con otros ojos si su
amadísima Milena le hubiese dado un poquito más de pelota.
— 98 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 99
a) Ambiciosas a full
• Lady Macbeth, la que te lleva bien, pero bien arriba. Estas
chicas son como una moto y tienen una idea entre ceja y ceja:
solas no pueden. Si el mundo es de los hombres —piensan—,
mejor es elegir a un tipo capaz y con talento, pero maleable.
Y los convierten, no digo en un nuevo Stalin, pero sí en un
ejecutivo apto para la lucha sin cuartel en el competitivo
mundo del nuevo siglo. El muchacho se convertirá más tem-
prano que tarde en un maestro del escalamiento. Y llegará
alto, que no les quepa duda.
• Las “Death Flies”, lo mismo, pero con gracia. Parecen ino-
fensivas. Las vemos sonreír tímidamente, cruzarse las manos
sobre la falda, prestar atención al discurso del otro con un
respeto reverencial. Uno no daría un centavo por el carácter
— 99 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 100
b) Formadoras artesanales
• Las lookeadoras. Si uno es, digamos, un obvio, un clásico,
un aburrido para vestirse y combina colores como Stevie
Wonder, si nuestro corte de pelo se parece peligrosamente a
los Ricardo Bauleo en las películas de los Superagentes, si
usamos sacos con solapas anchas, si la pifiamos con los za-
patos o usamos carteritas de mano u otras infames antigüe-
dades..., ellas besarán al sapo —nosotros— y abracadabra.
Quedaremos espléndidos. Nos comprarán ropa canchera y
seremos hermosos, de una. Algo incómodos, al principio,
pero presentables. Dignos.
• Las intelectuales “abre cabezas”. Siempre traerán algo
nuevo para hacernos más “open minded”. Si estudian, por
ejemplo, Ciencias Políticas, en poco tiempo debatiremos las
tesis de Max Weber, Carl Schmidt o Giorgio Agamben con
pasión arrebatadora. Igualmente, si a ella le interesa la astro-
logía, las constelaciones de Bert Hellinger, el esoterismo o la
carpintería. Todo suma amiguitos, si hay amor.
• Las deportivas “amantes del músculo”. Adoran la vida al
aire libre. Correr, cabalgar, hacer turismo de aventura, ca-
notaje, desandar el Camino del Inca, dar diez mil vueltas al
lago de Palermo o vivir en el gimnasio. Si nuestro espíritu
deportivo es, digamos, contemplativo, no importa. Nos
iniciarán, poco a poco. En meses, nos animaremos a usar
— 100 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 101
— 101 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 102
— 102 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 103
XI
“Yo me enamoro,
¿no seré un infeliz?”
— 103 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 104
— 104 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 105
— 105 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 106
— 106 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 107
• Versos. Pocas cosas sobre esta tierra peores que un mal poeta.
Si no es tu fuerte, ni lo intentes. Tampoco cites a los grandes
si no los conocés. Corrés el peligro de mandarle por mail ese
espantoso poema apócrifo atribuido a Borges o —peor toda-
vía— otro incalificable texto que ha circulado por internet
como firmado por el pobre García Márquez. Tranquis.
• Piropear. Todo el tiempo. Mirarla, observarla fijamente
hasta que ella estalle de vergüenza. Recuerden a Abelardo,
una vez más: “Quien no mira desvestirse a una mujer es que
ya no la ama”. No disimular el deseo, jamás.
• Flores. Ok, pueden reírse, pueden llamarme antiguo, demo-
dé, lo que quieran. Pero un buen ramo de rosas, mandado de
sorpresa, con una tarjeta breve e ingeniosa no falla. Digamos
que es una debilidad femenina ancestral. Y si falla, quizá la
que falla es ella. Con todo respeto lo digo, eh...
• Joyas. Uy, cuidado con esto. Un exceso te puede convertir
en una caricatura de jeque de Marbella, en un domador de
gatos —si me permiten la sutileza— o en un impotente que
quiere comprar lo que no es capaz de dar. El tiro puede salir
por la culata. Acá el precio no importa tanto —ojo con las
berretadas, chicos, tampoco hay por qué exagerar—. El tema
es la oportunidad. Lo simbólico.
• Cartas de amor. Personalmente me encanta escribirlas.
Adoro utilizar el muy erótico “usted”. Es un gusto personal,
— 107 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 108
— 108 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 109
— 109 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 110
entonces? ¿Sería amigo hoy, de ese tipo que fui?” Poner el pro-
blema afuera alivia al principio, pero no deja crecer. El nego-
cio —si me permiten la palabreja— es otro.
Quizá el amor sea ciego, sí. Pero seguro que no es idiota. El
erotismo es mental; la belleza, subjetiva.
Pero hay algunas mujeres, colegas, algunas mujeres que...
Ay.
¿Existe el amor a primera vista? ¿Uno se puede enamorar de
quien no conoce o se dispone a conocer?
Sí.
No dudo, simplemente porque me pasé media vida negán-
dolo hasta que simplemente sucedió. Y no falló. No pidan ex-
plicaciones racionales. Es mágico, pero sucede. La ves y sabés
inmediatamente, gracias a una vieja sabiduría que no te pertene-
ce, que su cuerpo será tu patria, definitivamente.
Los griegos no se equivocaban cuando castigaban al peor de
los delitos con el destierro: esa separación es un desgarramien-
to, porque cuando uno ama, la piel de la mujer amada es tu pa-
tria. Ese lugar donde uno quiere quedarse a vivir. Donde uno
siempre vuelve, a pesar de todo.
Puede funcionar o no, porque la vida a veces es cruel y casi
siempre inexplicable. Pero esa patria, ese cuerpo amado siempre
será el país de tus sueños. Allí donde naciste a la pasión y a tan-
tas otras cosas más.
Si permaneciste, si recorriste cada centímetro, si sentís pro-
fundamente que sos de allí, entonces podés colgarte esa medalla
para siempre. Te enamoraste.
Enhorabuena, colega.
Lo hiciste.
— 110 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 111
— 111 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 112
— 112 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 113
XII
Hacerse el duro con ellas...
es peor
— 113 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 114
— 114 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 115
— 115 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 116
— 116 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 117
— 117 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 118
— 118 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 119
— 119 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 120
— 120 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 121
XIII
Elogio del ratoneo
— 121 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 122
— 122 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 123
— 123 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 124
— 124 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 125
— 125 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 126
— 126 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 127
— 127 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 128
— 128 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 129
— 129 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 130
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 131
XIV
La mujer no se mancha
(como la pelota)
— 131 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 132
— 132 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 133
— 133 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 134
— 134 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 135
Táctica y estrategia
— 135 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 136
— 136 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 137
Minuto 90
— 137 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 138
— 138 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 139
— 139 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 140
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 141
XV
Admitámoslo:
La amistad entre el hombre
y la mujer no existe
— 141 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 142
— 142 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 143
— 143 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 144
Expo recontra-amigas
— 144 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 145
— 145 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 146
— 146 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 147
— 147 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 148
— 148 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 149
— 149 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 150
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 151
XVI
Sabio en amores,
de tanto fracasar
— 151 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 152
— 152 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 153
Por alguna extraña razón tener una novia mayor que uno
(por ejemplo, de la edad de la inalcanzable hermana) puede pro-
ducir una infinita felicidad. Si venimos de una relación donde
ella era dulce pero muy dependiente, podemos llegar al éxtasis
cuando nos plantean cosas como ésta:
—En esta relación somos dos pares, dos individualidades. Ni
me abras la puerta, ni me saques el abrigo en el bar, ni pagues las
comidas. Nada de gestos machistas. Acá todo fifty-fifty, ¿okey?
¡Maravilloso! Uno cree que, por fin, entró al mundo de las
relaciones adultas y obedece, en todo. Pasa el tiempo y todo
fifty-fifty... hasta la primera crisis. Caras serias, alguna lágri-
ma, decepción. Ella dice que la relación no está bien, que hay
cosas que no funcionan.
—No sos dulce conmigo, no me siento contenida —dice, sin
ponerse colorada.
Conclusión: Fifty-fifty las tarlipes. Hay roles que no se
resignan nunca. Las mujeres lo saben mejor que nosotros, no
importa lo que digan.
— 153 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 154
— 154 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 155
— 155 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 156
ésa es la base para armar una familia. Todo muy lindo, pero pa-
sado un tiempo maravilloso con velas románticas en la mesa,
pavos a la York, truchas a la manteca negra, vinos finísimos,
postres exóticos y champagne, uno descubre que la mujer de la
que se enamoró es como una... ¡Oh, Madre Mía, lo que estoy
por escribir! Telón rápido.
Conclusión: Los roles son los roles, pero no hay que exa-
gerar. Una cosa son las plumas de una vedette y otras un plu-
mero. No va a andar.
— 156 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 157
Dice que te quiere, pero que hay algo... algo... Que no sabe
lo que es pero que le hace ruido. Ella está segura de que vos la
querés, pero hay “algo” en vos que... De todos modos, cuando
analiza todo cree que la relación está bien. Pero teme que ese
“algo” aparezca de pronto y confirme sus sospecha de que la re-
lación se está... desgastado porque... Aunque...
Conclusión: Si hay “algo” que debemos hacer, es no dudar.
Colegas, acelerar a fondo y perdernos en la primera curva.
— 157 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 158
conflictos, cómo llevar ese nuevo amor hasta lo infinito. Ser fe-
lices y comer perdices, al fin. Un poco de estabilidad, sueña uno.
Basta de veletear. ¿Cuántas mujeres deben pasar por la vida de
uno hasta encontrar el Verdadero Amor?
Aclaración final: Hay que saber diferenciar bien al Casanova
del Fracasador Involuntario. Si el Casanova tiene muchas muje-
res, es porque ciertamente no puede con Una. En cambio, nues-
tro héroe, el Fracasador Involuntario, busca desenfrenadamente a
esa Una... en muchas. No le sale, eso pasa. Por eso insiste.
En fin. Suerte con la próxima, colegas, que la vamos a necesitar.
— 158 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 159
XVII
¿Qué fue lo más loco
que te pasó
con una mujer?
— 159 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 160
— 160 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 161
— 161 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 162
— 162 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 163
— 163 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 164
— 164 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 165
— 165 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 166
— 166 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 167
— 167 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 168
Testigo en la cama
— 168 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 169
— 169 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 170
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 171
XVIII
Crónicas falsas del 2001
Escríbelo de nuevo, Asch
(Exilio I, Casablanca)
— 171 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 172
— 172 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 173
— 173 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 174
— 174 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 175
— 175 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 176
— 176 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 177
— 177 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 178
— 178 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 179
— 179 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 180
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 181
XIX
Crónicas falsas del 2001
EL Plan C: Coger una
y ¡enhorabuena!
(Exilio II, Madrid)
Las madrileñas entre los 16 y los 45 años son altas y les en-
canta usar pequeños anteojos de aumento aunque la gradua-
ción sea insignificante. Eso les da un aire ligeramente intelec-
tual, distante, catedrático. Exhiben (a cientos de kilómetros
de la galleguita petisa y velluda de la que nos reíamos allá en
la prehistoria, en Buenos Aires, cuando la inmigración era la
de allá) su elegancia recién importada, sus tapados nuevos, su
pelo de peluquería, su maquillaje cuidado. Las hay muy boni-
tas, aunque les falte ese toque sensual típicamente latinoame-
ricano, sobre todo cuando el que juzga es un latinoamericano.
Caminan por las veredas de Madrid sin perder el tiempo en
— 181 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 182
— 182 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 183
— 183 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 184
— 184 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 185
XX
A modo de conclusión.
El amor, lo único
— 185 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 186
— 186 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 187
— 187 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 188
— 188 —
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 189
Punto de encuentro
hugo_asch@yahoo.com.ar
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 190
enamoro 2 C 7/21/08 5:02 PM Página 191
Índice