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Vocación
sucesoria puede ser actual o eventual. (Definición de clase).
La vocación sucesoria es el llamamiento hecho por la ley o por la voluntad del causante a una
persona para que reciba una herencia determinada. La diferencia que existe entre la capacidad
para suceder y la vocación hereditaria es clara; aquélla es general y ésta es específica para una
sucesión en particular. Una persona existe y por lo tanto tiene capacidad para suceder a
cualquiera, pero sólo tendrá Vocación hereditaria respecto de una persona determinada cuando
cuente con un llamamiento hecho por la ley o por el causante en su testamento.
Tres casos de vocación sucesoria: puede ser contraída: por voluntad del sucesible, por sentencia
judicial, por disposición legal.
Voluntad del sucesible: que estén llamados a suceder no significa que estén obligados a suceder.
(renuncia de la herencia).
Por sentencia judicial: --- hablamos de un heredero ha incurrido en un causal de indignidad y hay
una sentencia que lo declara indigno.
Por disposición legal: Divorcio, separación de hecho sin voluntad de unirse, etc.
1) Renuncia a la herencia: La exclusión por voluntad del llamado a suceder se presenta cuando
éste manifiesta de una manera expresa su voluntad de no recibir la herencia. Por ello, la
renuncia a la herencia contraría la vocación sucesoria, provoca la exclusión total del sucesible y
la sucesión se defiere como si el renunciante nunca hubiese sido llamado a la herencia.
2) Indignidad: La exclusión por sentencia judicial tiene lugar cuando ha incurrido en una causal
de indignidad.
3) Matrimonio in extremis: art. 2436 del CCCN dispone: 'La sucesión del cónyuge no tiene lugar
si el causante muere dentro de los treinta días de contraído el matrimonio a consecuencia de
enfermedad existente en el momento de la celebración, conocida por el supérstite, y de
desenlace fatal previsible, excepto que el matrimonio sea precedido de una unión convivencia!".
6) Decisión judicial que pone fin a la convivencia: Otra de las situaciones que contempla el art.
2437 del CCCN es el cese de la vida en común originado en una resolución judicial: "... la
decisión judicial de cualquier tipo que implica cese de la convivencia, excluyen el derecho
hereditario entre cónyuges". Esta solución es de una gravedad inédita porque alude ya no a la
separación decidida por uno de los cónyuges sino a aquella que ha tenido un amparo judicial.
Para ejemplificar el alcance de la norma. Un cónyuge es víctima de violencia, recurre a la
justicia y ésta ordena la exclusión del hogar del agresor como una forma de evitar la
continuación de los ataques y a consecuencia de esta decisión quien los ha sufrido pierde la
vocación hereditaria. Otra situación igualmente disvaliosa puede tener lugar cuando un cónyuge
es condenado a prisión y resulta que como consecuencia de esa decisión judicial el otro
cónyuge pierde su vocación hereditaria.
La indignidad puede ser definida como la exclusión de la herencia decretada contra un heredero o
legatario por una sentencia judicial en virtud de una causa legal. Como se dijo, la indignidad
contraría la vocación sucesoria y, por lo tanto, resulta una causa que impide mantener la herencia a
la cual el heredero ha sido llamado por la ley o por el testador.
Esta sanción civil tiene como basamento un reproche objetivo formulado por el ordenamiento
jurídico hacia determinadas conductas que han sido consideradas disvaliosas porque implican
agresiones o menoscabo a la integridad, a la libertad, al honor, a la salud, a las afecciones o a
la memoria del causante. La indignidad debe ser decretada por sentencia judicial porque esta
institución no se aplica de oficio debido a que, como sanción que es, debe ser demandada
solamente por el legitimado para hacerlo. (art. 2283, CCCN)., Por ello, nadie puede ser reputado
como indigno, aunque la causa se encuentre acreditada, si no media acción del interesado y
sentencia condenatoria.
c) los que hayan acusado o denunciado al causante por un delito penado con prisión o
reclusión, excepto que la víctima del delito sea el acusador, su cónyuge o conviviente, su
descendiente, ascendiente o hermano, o haya obrado en cumplimiento de un deber legal;
d) los que omiten la denuncia de la muerte dolosa del causante, dentro de un mes de ocurrida,
excepto que antes de ese término la justicia proceda en razón de otra denuncia o de oficio. Esta
causa de indignidad no alcanza a las personas incapaces ni con capacidad restringida, ni a los
descendientes, ascendientes, cónyuge y hermanos del homicida o de su cómplice;
e) los parientes o el cónyuge que no hayan suministrado al causante los alimentos debidos, o no
lo hayan recogido en establecimiento adecuado si no podía valerse por sí mismo;
f) el padre extramatrimonial que no haya reconocido voluntariamente al causante durante su
menor edad;
g) el padre o la madre del causante que haya sido privado de la responsabilidad parental;
h) los que hayan inducido o coartado la voluntad del causante para que otorgue testamento o
deje de hacerlo, o lo modifique, así como los que falsifiquen, alteren, sustraigan, oculten o
sustituyan el testamento;
i) los que hayan incurrido en las demás causales de ingratitud que permiten revocar las
donaciones.
En todos los supuestos enunciados, basta la prueba de que al indigno le es imputable el hecho
lesivo, sin necesidad de condena penal.
ARTICULO 2282.- Perdón de la indignidad. El perdón del causante hace cesar la indignidad. El
testamento en que se beneficia al indigno, posterior a los hechos de indignidad, comporta el
perdón, excepto que se pruebe el desconocimiento de tales hechos por el testador.
ARTICULO 2283.- Ejercicio de la acción. La exclusión del indigno sólo puede ser demandada
después de abierta la sucesión, a instancia de quien pretende los derechos atribuidos al
indigno. También puede oponerla como excepción el demandado por reducción, colación o
petición de herencia.
La acción puede ser dirigida contra los sucesores a título gratuito del indigno y contra sus
sucesores particulares a título oneroso de mala fe. Se considera de mala fe a quien conoce la
existencia de la causa de indignidad.
Del enunciado precedente surge que no podrá accionarse contra el tercer contratante a título
oneroso de buena fe. Por el contrato, si el indigno había dispuesto de bienes a título gratuito o a
título oneroso, pero el tercero era de mala fe, cabe la acción de indignidad. Se ha definido
acertadamente que la mata fe tiene lugar cuando el tercero conocía al tiempo de contratar la
existencia de la causa de indignidad, por lo que no podrá oponerse a la procedencia de la
demanda. La acción de indignidad deberá tramitar por el proceso de conocimiento ordinario
porque la exclusión del heredero merece un amplio debate y además porque no tiene otra forma
específica de procedimiento establecida en los códigos respectivos.
Habrá que ver el lugar del indigno en la sucesión del causante, ya sea porque pretende acrecer
su porción si el demandado tiene igual grado, o para excluirlo totalmente si tiene un grado
mayor. Por ello, no cualquier interesado podrá demandar la indignidad, quedando excluidos los
deudores de la sucesión porque deben abonar su deuda sin que importe quiénes el heredero;
los acreedores de la sucesión porque su crédito se satisface con la herencia con total
independencia de quienes sean los herederos; los acreedores del heredero, puesto que el
fundamento moral que sustenta la indignidad no permite que sea ejercida por vía subrogatoria y
los legatarios porque su derecho se circunscribe a reclamar la entrega del legado a quien sea
heredero.
En cuanto a la legitimación pasiva, no hay duda que se puede demandar por indignidad a los
herederos y también a los legatarios, aun cuando en este caso también podría requerirse la
revocación del legado por ingratitud conforme lo autoriza el art. 2520, inc. a) del CCCN.
ARTICULO 2284.- Caducidad. Caduca el derecho de excluir al heredero indigno por el transcurso de
tres años desde la apertura de la sucesión, y al legatario indigno por igual plazo desde la entrega del
legado. Sin embargo, el demandado por el indigno por reducción, colación o petición de herencia,
puede invocar la indignidad en todo tiempo.
ARTICULO 2285.- Efectos. Admitida judicialmente la exclusión, el indigno debe restituir los
bienes recibidos, aplicándose lo dispuesto para el poseedor de mala fe. Debe también pagar
intereses de las sumas de dinero recibidas, aunque no los haya percibido.
Los derechos y obligaciones entre el indigno y el causante renacen, así como las garantías que
los aseguraban.
Si el indigno hubiera entrado en poder de la herencia (ya que mientras dure el proceso no está
imposibilitado de hacerlo), debe restituir los bienes, sus accesorios, aumentos, frutos y
productos. Si enajenó a título gratuito u oneroso está obligado a indemnizar a quien lo sustituya
en sus derechos sucesorios. La consecuencia de la declaración de indignidad es la exclusión de
la sucesión del causante, pero solo de ella y no de otra cualquiera.
Efectos: descendientes del indigno: los hijos del declarado indigno vienen a la sucesión por
derecho de representación a la sucesión del causante.
El indigno es responsable frente al que ocupe su lugar por los daños y perjuicios que ocasionó.
Al momento de la muerte del causante. La acción de indignidad no puede ser planteada antes
del fallecimiento del causante; es decir que deberá haberse producido la apertura de la
'sucesión para que aquélla pueda ser interpuesta (art.2283 CCCN)