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Cementerios - Estética de la Muerte.

Envueltos en la bruma del fetiche miedoso y el epitafio del sufrimiento, cada ciudad y
pueblo posee un legado silencioso de su personalidad e idiosincrasia. Los cementerios
son el reflejo no muy agradable de su historia, de su prosperidad, su decadencia y sobre
todo, de sus habitantes. Este puede ser un gran libro abierto que se aleja de la cotidianidad
de la vida diaria, y solo se convierte en un lugar -para muchas personas- de visitas
obligadas, de dolor, de inclemente desagrado. Esto se debe a la mentalidad religiosa que
siempre ha arraigado en las mentes, un culto temeroso hacia ese tabú de la existencia.

Cuando uno visita estos lugares se pude encontrar con un sinfín de informaciones y
conocimientos acerca de sus habitantes. Se puede llegar a considerarse estos sitios como
una parada obligada al turista que desea saber más sobre la ciudad que visita. En medio
de estos jardines de la memoria y nichos de cadáveres, en un irreversible proceso
termodinámico, se hallan innumerables datos valiosos para quien lo desea. En los
cementerios se puede ver quienes han sido las familias más prominentes, vislumbrar la
mortalidad infantil, observar el gusto por el cuidado de las tumbas, el guardado de la
memoria, la mezcla cultural y sociológica, plasmada en los apellidos de quienes habitan
estás necrópolis.

Un sitio particular del cual me valí para experimentar tales sensaciones fue el Cementerio
Universal de Barranquilla, allí halle ciertas particularidades que no se hallan en ningún
otro cementerio. Desde el clásico simbolismo de cruces Cristianas, símbolos Masónicos
y Judíos, hasta la brillantez de los mausoleos y esculturas más elegantes, fastuosos de
estilo clásico, gótico y moderno.

Sentir el rezo de ave marías bañados en lágrimas, admirar la colorida decoración de flores
artificiales y naturales, arboles de toda especie y hallar con sorpresa una fastuosa vida
animal, tales como ardillas, perros y aves, generan así una fauna pre-mortem en tan
inesperado lugar.

El Arte y la Historia convergen en la eternidad del silencio nefasto. El anciano ritual de


despedir a quienes dejan la vida, se ve entristecido y embelesado por un sinfín de
tradiciones que desean un buen viaje. El metafísico augurio de otra vida en lo desconocido
y lo inefable, se verá siempre enlutado de tristeza, acompañado de la desgarradura
existencial del irreal deseo de vivir en la muerte, abismo existencial de todo hombre. Esta
es la invitación de los cementerios, reflexionar en soledad sobre la vida y la muerte, el ser
y el no ser.

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