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Rosario a la Virgen de Guadalupe

“O ye y pon bien en tu corazón, hijo mío el más pequeño:


nada te asuste, nada te aflija, tampoco se altere tu corazón, tu rostro; no temas esta
enfermedad ni ninguna otra enfermedad o algo molesto, angustioso o doliente.”
“¿No estoy aquí yo, que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo
la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en donde se cruzan mis brazos?
¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?”
Oraciones Preparatorias
Señal de la Cruz:
El Credo: Creo, en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de
Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, al
tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la
derecha de Dios Padre, todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos
y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica; la Comunión de los Santos;


el perdón de los pecados; la resurrección de los muertos; y la vida eterna. Amén.
Padre Nuestro Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y
líbranos del mal. Amén.
Avemarías: Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo;
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén.
Gloria: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Señora gracias por que nos amas a pesar de nuestra pequeñez, gracias. Por
que nos amas, precisamente me atrevo a decirlo, por nuestra pequeñez y miseria.
Si nos convirtiéramos en un volcán de amor no agradeceríamos debidamente tu ternura.
Sigue amándonos para que nuestra patria tenga no la gloria efímera y superficial de la tierra,
sino la gloria que consiste en ser amado por Ti, en vivir dulcemente en tu regazo hasta que
llegue el día en que vivamos no solo allí, sino en el seno amoroso e inmenso de Dios.
Primera Aparición: Sábado 9 de Diciembre

Fue en la Mañana del día Sábado 9 de Diciembre de 1531, que una muy
hermosa mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y con su manto tachonado de estrellas,
se le apareció a un muy humilde indígena Mexicano y le dijo:

Juan Dieguito, ¿A donde vas?


Señora y Niña mía, voy a las cosas divinas que nos dan y enseñan nuestros sacerdotes,
los delegados de Nuestro Señor.
-Yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios por quien se vive, Señor
del cielo y de la tierra. Deseo que se me erija aquí un templo, donde mostraré mi
amor a los moradores de estas tierras y a los demás que me invoquen, pues yo soy
vuestra Piadosa Madre.
Ve a decir al señor obispo de México que yo te envío a manifestarle mi deseo.
Voy Señora Mía a cumplir tu mandato, por ahora me despido de Ti, yo tu humilde
siervo.

Padre Nuestro:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu
reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y
líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres entre
todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén.

Avemarías:
Gloria:

Mi corazón en amarte enteramente se ocupe y mi lengua en alabarte Madre Mía de


Guadalupe.
Santa María de Guadalupe Reina de (mencione su país), salva nuestra patria, salva nuestros
hogares, conserva y aumenta nuestra fe.

Segunda Aparición: Sábado 9 de Diciembre

Ese mismo día (9 de Diciembre) por la tarde, el desconsolado Juan Diego,


regresa a aquel mismo lugar en donde se había encontrado con la Santísima Virgen María
algunas horas antes para comunicarle el resultado de su entrevista con el Obispo.
Al llegar al lugar, la Madre de Dios se aparece nuevamente ante Juan Diego, quien arrodillado
inicia la conversación:

Señora y Niña Mía. El prelado me recibió benignamente y me escuchó, pero


comprendo que cree que cuanto le he dicho es invención mía, que Tu quieres que te
hagan un templo. Te ruego que le encargues tu mensaje a uno de los principales,
conocido y estimado, para que así le crean. Yo, soy un hombrecillo insignificante, soy
cordel, soy hoja seca…
Oye hijo mio, ten por cierto que son muchos los mensajeros a quienes puedo encargar
mi mensaje, pero es de todo punto preciso, que seas tu mismo quien lo entregue y que
por tu mediación se cumpla mi voluntad. Te ruego que otra vez vayas a ver al obispo
y le digas que Yo en persona, la siempre Virgen María, Madre de Dios te envía. Que
haga el templo que le pido
Señora y Niña mía, iré a hacer tu voluntad, pero seguro no me creerá. Mañana vendré
a decirte lo que me respondió el prelado.

Padre Nuestro:
Avemarías:
Gloria:

Mi corazón en amarte enteramente se ocupe y mi lengua en alabarte Madre Mía de


Guadalupe.

Santa María de Guadalupe Reina de (mencione su país), salva nuestra patria, salva nuestros
hogares, conserva y aumenta nuestra fe.
Tercera Aparición: Domingo 10 de Diciembre

Al Día siguiente, muy temprano de madrugada, salió Juan Diego con


rumbo a Tatlelolco a instruirse en las cosas divinas. Después de asistir a la Santa Misa, fue a
ver al señor Obispo, se arrodilló ante él y llorando, le expuso el mandato de la Señora del
Cielo. El obispo le hizo muchas preguntas relacionadas a las apariciones y le dijo, que era
necesaria alguna señal para que se le pudiera creer. Entonces Juan Diego le contestó:

Dime cual ha se ser la señal que quieres y luego iré a pedírsela a la Señora del Cielo.
Viendo el señor obispo que Juan Diego, sin contradecirse todo lo ratificaba, lo
despidió.
Llegó pues Juan Diego a donde lo estaba esperando la Virgen. Allí le dio la respuesta
del señor obispo. Nuestra Señora respondió:
Bien. Hijito mio, tienes que volver aquí mañana para que lleves al obispo la señal que
te ha pedido. Con esto te creerá y ya no dudará. Y sábete hijito mio que yo te pagaré,
el cuidado, el trabajo y el cansancio que por mi haz hecho.

Padre Nuestro:
Avemarías:
Gloria:

Mi corazón en amarte enteramente se ocupe y mi lengua en alabarte Madre Mía de


Guadalupe.

Santa María de Guadalupe Reina de (mencione su país), salva nuestra patria, salva nuestros
hogares, conserva y aumenta nuestra fe.

Cuarta Aparición: Martes 12 de Diciembre


Al llegar a su casa, Juan Diego encuentra gravemente enfermo a su tío
Juan Bernardino, por esta razón, pasó todo el día 11 buscando médicos y medicinas sin lograr
conseguir la mejoría de su tío. Debido a esto, resolvió que al día siguiente (Martes 12 de
Diciembre) iría temprano a traerle un sacerdote para que le diera los últimos auxilios. Para
evitar encontrarse con la Virgen, Juan Diego tomó está vez un camino diferente, pero la
Señora del Cielo le salió al encuentro y le dijo:

Hijito mio, a donde vas?


Al verse descubierto, Juan Diego con gran pena y vergüenza le respondió:
Señora y Niña mía, esta para morir un siervo tuyo que es mi tío, voy a llamar a uno
de los sacerdotes amados de Nuestro Señor para que vaya a confesarlo y disponerlo.
Volveré luego para llevar tu mensaje.
Oye hijito mio, no se turbe tu corazón. No estoy acaso yo aquí que soy tu Madre?, no
soy Yo vida y salud?, no estás en mi regazo y corres por mi cuenta? No te aflija la
enfermedad de tu tío, que no morirá ahora de ella, ten por seguro que ya sanó…
Según después se supo, Juan Bernardino sanó en ese mismo momento. Estas palabras
de Nuestra Señora, la Santísima Virgen María lo consolaron mucho y rogó a la
Virgen que lo mandara a enviar la señal al señor obispo.
Sube hijito mio a la cumbre del cerrillo. Corta las rosas que allí hallarás y tráelas a
Mi presencia.
Obedeció Juan Diego. Subió al cerrillo y encontró una gran variedad de coloridas y
fragantes rosas de Castilla, las que cortó y llevo a la Virgen. Ella las tomó en sus
manos y con gran delicadeza, las puso en la tilma de Juan Diego diciéndole:
Hijito, estas rosas son la señal que llevarás al obispo. Le dirás que vea en ellas mi
voluntad.

Padre Nuestro:
Avemarías:
Gloria:

Mi corazón en amarte enteramente se ocupe y mi lengua en alabarte Madre Mía de


Guadalupe.
Santa María de Guadalupe Reina de (mencione su país), salva nuestra patria, salva nuestros
hogares, conserva y aumenta nuestra fe.

Quinta Aparición: Martes 12 de Diciembre

Juan Diego, contento y seguro de salir bien de la encomienda, se fue a ver


al señor obispo, desplegó ante él su manta, se esparcieron las flores y apareció la hermosa
imagen de la Virgen Santa María de Guadalupe, Madre de Dios. Al verla, el señor obispo y
todos los que con él estaban, cayeron de rodillas y mucho la admiraron. Pidió perdón a Dios
y a su humilde siervo, por no haber creído en el mensaje de Nuestra Señora. Muy
emocionado, desató la tilma del cuello de Juan Diego y la llevó a su oratorio.
Ese mismo día Martes 12 de Diciembre, se apareció la Santísima Virgen a Juan Bernaridno;
tío de Juan Diego, en su casita de Tulpetlac.
Cuando volvió Juan Diego a su casa, encontró sano y repuesto a su tío. Lo llevaron a la
presencia del señor obispo, ante quien ratificó que se le había aparecido la Santísima Virgen
María, devolviéndole la salud e indicándole el nombre con el que quería ser llamada: Santa
María de Guadalupe.

Padre Nuestro:
Avemarías:
Gloria:
Salve Regina:

Mi corazón en amarte enteramente se ocupe y mi lengua en alabarte Madre Mía de


Guadalupe.

Santa María de Guadalupe Reina de (mencione su país), salva nuestra patria, salva nuestros
hogares, conserva y aumenta nuestra fe.

Letanías a Santa María de Guadalupe


Señor ten piedad de nosotros.
Señor ten piedad de nosotros.
Cristo ten piedad de nosotros.
Cristo ten piedad de nosotros.
Señor ten piedad de nosotros.
Señor ten piedad de nosotros.
Cristo óyenos.
Cristo óyenos.
Cristo escúchanos.
Cristo escúchanos.
Dios Padre Celestial,
Ten piedad de nosotros.
Dios hijo redentor del mundo,
Ten piedad de nosotros.
Espíritu Santo que eres Dios,
Ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad que eres un sólo Dios,
Ten piedad de nosotros.
Santa María de Guadalupe,
Ruega por nosotros (emplear esta respuesta de ahora en adelante).
-Santa Virgen de las Vírgenes,
-Hija del Padre Creador del cielo y de la tierra,
-Madre del hijo que vino a traernos la vida en abundancia,
-Esposa del Espíritu Santo de quien concebiste al redentor,
-Madre Virgen,
-Madre de todos los hombres,
-Madre de la Iglesia,
-Madre de tus servidores a quienes prefieres humildes y sencillos,
-Madre que agradeces y pagas lo poco que hacemos para servirte,
-Madre que nos das tu amor, tu compasión y tu auxilio,
-Madre que remedias nuestras miserias, penas y dolores,
-Madre que nos llevas en tu regazo y nos haces correr en todo por tu cuenta,
-Madre que sales al encuentro de tus hijos desviados,
-Madre que te complaces en quienes buscan las cosas de Dios como Juan Diego,
-Madre Admirable que tomas en cuenta a los obispos, sacerdotes y fieles,
-Virgen Fiel,
-Virgen que nos pediste un templo en el Tepeyac,
-Virgen que hiciste brotar rosas fragantes en tierra infecunda,
-Virgen que dibujaste tu celestial imagen en la tilma de Juan Diego,
-Virgen que quisiste ser llamada Santa María de Guadalupe,
-Estrella de la evangelización,
-Rosa Mística del Tepeyac,
-Gloria y alegría de nuestros pueblos,
-Salud de los enfermos,
-Consoladora de los afligidos,
-Auxilio de los Cristianos,
-Reina de los ángeles,
-Reina de las vírgenes,
-Reina de todos los Santos,
-Reina de México (puede mencionar su país),
-Emperatriz de las américas,
-Reina de la paz,

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
Ten misericordia de nosotros.
Oración
Señor Jesucristo que desde la cruz en la persona de Juan evangelista nos regalaste a María
como Madre, y en el Tepeyac, ella misma declara a Juan Diego que es piadosa Madre
Nuestra, concede benignamente que todos los que te buscan, se alegren de haberte encontrado
por la mediación de Santa María de Guadalupe, Nuestra Dulce y Santa Madre.

TU que con el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

Bajo tu amparo nos acogemos,


Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien,
líbranos de todo peligro,
¡oh siempre Virgen,
gloriosa y bendita!
Amén.

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