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Definición de basura tecnológica

De todos los bienes que produce la sociedad de consumo actual, uno de los más
dañinos debido a su toxicidad y a la gran cantidad de residuos que se generan
anualmente es la denominada basura tecnológica. Este tipo de basura hace
referencia a los equipos electrónicos y eléctricos que han quedado en
desuso.
No obstante, en realidad, se considera basura tecnológica todo aquel residuo que,
para funcionar durante su período de vida útil, haya necesitado usar
electricidad, ya sea desde una batería o una toma eléctrica. De este modo,
algunos ejemplos de lo que se considera como basura eléctrica son:
 Los móviles.
 Los ordenadores.
 Los frigoríficos.
 Las lavadoras.
 Los televisores.
 Pequeños electrodomésticos.
 Pantallas.
 Equipos informáticos de cualquier tipo.
 Paneles fotovoltaicos.
 Lámparas LED.
 Luminarias profesionales.
 Juguetes electrónicos.
Como se puede ver, se trata de una cantidad de residuos muy amplia, ya que,
actualmente, una gran parte de la basura que se produce, especialmente en los
países desarrollados, es basura de esta naturaleza.
Qué podemos hacer con la basura tecnológica
Existen una serie de soluciones para contrarrestar el efecto de la basura
tecnológica y, a pesar de que se trata de un tipo de residuo que requiere un
tratamiento muy concreto, la buena noticia es que la principal capacidad de acción
para contrarrestar su efecto la tiene el propio usuario, lo que, a diferencia de lo
que ocurre otras ocasiones con la contaminación, le da un poder excepcional a la
hora de revertir el efecto de la basura tecnológica. Para ello, lo más importante es
evitar que la basura tecnológica se acumule, es decir, reducir su cantidad. Y,
cuando finalmente se produzca, gestionarla de forma correcta.
Reduce tu consumo de tecnología
Es muy sencillo, pero la mayoría de la gente no lo hace. Los productos
electrónicos son indispensables en nuestro día a día. Sin embargo, esto no implica
que necesitemos comprar uno nuevo solo por el hecho de que, precisamente, sea
nuevo. Si pensamos en las compras que se hacen de teléfonos móviles u
ordenadores, en el 90% de las veces, se trata de compras motivadas por moda y
vanidad, no por necesidad. La lección es clara, no necesitas el teléfono de último
modelo, así que no lo compres. Aprovecha el que tienes hasta que realmente
deje de funcionar. Haz lo mismo con todos los aparatos eléctricos que tengas.
Además de reducir la contaminación que generas, ahorrarás bastante dinero.
Arreglar antes que comprar
Por otro lado, una forma de reducir la basura tecnológica pasa por arreglar los
equipos cuando se estropean en lugar de adquirir otros nuevos. Actualmente,
suele decirse que es que “sale más rentable comprar uno nuevo que arreglar el
viejo”. Esto no siempre es así, de hecho, se trata de una frase repetida
especialmente por los fabricantes, que son a quienes más les interesa que
compres su nuevo producto. Además, aunque en algunos casos puede salir
“rentable” desde una perspectiva meramente monetaria, al planeta no le renta en
absoluto que no lo arregles. Así que, sé responsable, y arregla antes de comprar.
Compra de segunda mano
Puede que a muchos ni se les haya pasado por la cabeza, pero existe un mercado
de segunda mano que funciona perfectamente en lo que a equipos electrónicos y
tecnología se refiere. Puedes hacerlo a través de plataformas de economía
colaborativa dedicadas al mercado de segunda mano, o en tiendas especializadas
en ello. En el caso de las tiendas, además, tienes la certeza de que tienes una
garantía de compra. De hecho, los productos tecnológicos que venden suelen ser
los que se denominan como “reacondicionados”. Un producto tecnológico
reacondicionado es un equipo que se ha puesto a punto y se ha preparado para la
venta al público. Se trata de un producto de segunda mano, pero al que se le ha
hecho un lavado exterior e interior (se formatea el software y se instala uno nuevo)
para que el usuario disfrute de un producto de segunda mano que, en realidad,
es tan bueno como si fuera de primera.
Llevarlo a un punto limpio
Finalmente, cuando el producto tecnológico sea realmente basura tecnológica de
verdad porque haya terminado su vida útil, lo correcto será deshacerse de él
llevándolo a un punto limpio, que es el lugar donde los ciudadanos de a pie
deben llevar este tipo de productos para asegurarse de que son tratados de la
forma correcta y segura que necesitan. Desde el punto limpio, la basura
tecnológica será transportada a una planta de tratamiento adecuada a este tipo de
residuo. Esto significa que será procesado en condiciones de seguridad que
permitan separar cada uno de los materiales para reciclarlos, dándoles una nueva
vida y evitando que contaminen el medio ambiente o que intoxiquen a las
personas que los manipulen.

¿Qué es un punto limpio?


Empecemos por el principio definiendo qué es un punto limpio y para qué sirve:
se trata de instalaciones municipales de uso libre que incluyen diferentes tipos de
contenedores para que deposites residuos que, de forma habitual, no serías capaz
de reciclar.

Normalmente tiene que ver con la composición de estos residuos, que puede
llegar a ser tóxica y que es esencial separar de los de otro tipo.

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