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teorías principales
Un breve repaso a cómo se ha pasado de "la ciencia del alma" a la del
comportamiento y la mente.
Renacimiento e Ilustración
Entre los siglos XVI y XVIII, en el mundo occidental convivieron la concepción
demonológica de la enfermedad mental y el humanitarismo. La recuperación de la
influencia de los autores clásicos griegos y romanos tuvo un papel fundamental en esta
segunda vertiente, que relacionaba los trastornos psicológicos con alteraciones físicas, y
no morales.
La palabra “psicología” se empezó a popularizar durante este periodo histórico. En este
sentido fueron especialmente importantes las obras de los filósofos Marko Marulic, Rudolf
Göckel y Christian Wolff.
Cabe destacar la influencia de filósofos como René Descartes, que contribuyó a la
concepción dualista que separaba el cuerpo y el alma, Baruch Spinoza, que la cuestionó,
o John Locke, quien afirmó que la mente depende de influencias ambientales. Asimismo el
médico Thomas Willis atribuyó los trastornos mentales a alteraciones en el sistema
nervioso.
A finales del siglo XVIII también fueron muy influyentes Franz Joseph Gall y Franz
Mesmer; el primero introdujo la frenología, según la cual las funciones mentales dependen
del tamaño de áreas concretas del cerebro, mientras que el mesmerismo atribuía las
alteraciones físicas y psicológicas a la acción de energías magnéticas sobre los fluidos
corporales.
La psiquiatría fue precedida por el alienismo, representado principalmente por Philippe
Pinel y su discípulo Jean-Étienne Dominique Esquirol. Pinel promovió el tratamiento
moral de los enfermos mentales y las clasificaciones diagnósticas, mientras que Esquirol
fomentó el uso de la estadística para analizar la eficacia de las intervenciones
psicológicas.
El desarrollo en el siglo XX
Durante el siglo XX se establecieron las corrientes teóricas principales de la psicología
actual. Sigmund Freud, discípulo de Charcot y Breuer, creó el psicoanálisis y popularizó
la terapia verbal y el concepto de inconsciente bajo el prisma psicoanalítico, mientras que
autores como John Watson y Burrhus F. Skinner desarrollaron terapias conductistas
centradas en el comportamiento observable.
La investigación científica promovida por el conductismo acabaría llevando a la aparición
de la psicología cognitiva, que recuperó el estudio de los procesos mentales tanto
elementales como complejos y se popularizó a partir de los años 60. Dentro del
cognitivismo se engloban los tratamientos desarrollados por autores como George Kelly,
Alfred Ellis o Aaron Beck.
Otra orientación teórica relevante es la psicología humanista, representada por Carl
Rogersy Abraham Maslow, entre otros. El humanismo surgió como una reacción al
predominio del psicoanálisis y el conductismo y defendió la concepción de las personas
como seres libres, únicos, tendentes a la autorrealización y con derecho a la dignidad.
Asimismo, los conocimientos sobre biología, medicina y farmacología aumentaron
enormemente durante el siglo XX, lo cual facilitó el predominio de estas ciencias por
encima de la psicología e influyó en el desarrollo de campos interdisciplinarios como la
psicobiología, la neuropsicología y la psicofarmacología.
Nacimiento y evolución de la
psicología como ciencia
Corría el año de 1879 cuando el fisiólogo, filósofo y psicólogo, Wilhelm Wundt (1832–1920) fundó el
primer laboratorio de psicología experimental en la Universidad de Leipzig, Alemania. Esta fecha es
considerada el referente histórico que marca el surgimiento de la psicología como una rama separada de
la filosofía. Se podría pensar que es una disciplina relativamente joven, con alrededor de 138 años de
existencia; sin embargo, las preguntas que hoy llamaríamos psicológicas han existido desde hace muchos
siglos, hechas generalmente por filósofos, médicos y teólogos: ¿qué es la memoria?, ¿cómo conocemos
el mundo?, ¿cuál es el tipo de temperamento que una persona tiene?, ¿por qué los seres humanos se
comportan de determinada manera y no de otra?, etc. De ahí la acertada frase del psicólogo alemán
Hermann Ebbinghaus (1850–1909): “la psicología tiene un largo pasado pero una historia reciente”.
En efecto, si estudiamos los diversos escritos de filósofos como Platón, Aristóteles, Agustín de
Hipona, Tomas de Aquino, René Descartes, Immanuel Kant, David Hume, etc., encontraremos varias
preguntas y respuestas de tinte psicológico, solo que no recibían este calificativo, ya que no existía una
disciplina formal llamada Psicología.
Que esta haya surgido en el siglo XIX no es casual. Tuvieron que darse una serie de condiciones
para que ello fuese posible. El contexto en el que nace está permeado por la filosofía moderna, así como
los temas y problemas que ella aborda, particularmente aquellos que tienen que ver con el conocimiento y
la subjetividad. Asimismo, dicho entorno está marcado por el auge de la ciencia moderna, cuyo padre fue
Galileo (1564–1642), y que ya para el siglo XIX había generado una gran cantidad de descubrimientos
científicos y su consecuente aplicación tecnológica. Según el filósofo, matemático y escritor inglés,
Bertrand Russell (1872–1970), la ciencia moderna empezó indagando los astros, continuó con los
cuerpos físicos en la Tierra, más tarde los seres vivos y finalmente, el comportamiento del ser humano; es
decir, comenzó estudiando lo más lejano y terminó con lo más cercano: la condición humana.
Para ser más específicos, la psicología surge cuando el positivismo, propuesto por Auguste Comte
(1798–1857), está en pleno auge y se considera que las únicas ciencias dignas de tal nombre son las
ciencias experimentales como la física, la química, la biología y la astronomía. Cualquier disciplina que no
cumpliera con los criterios científicos establecidos por el positivismo no podía recibir el calificativo
de ciencia. La psicología no iba a ser la excepción, si quería tener dicho estatus debía acatar esas pautas.
Además, hay que decir que en la segunda mitad del siglo XIX la filosofía, particularmente la metafísica,
tenía poco prestigio y su importancia en la vida académica de las universidades era cada vez menor. Por
eso no es extraño que Wundt haya establecido precisamente un laboratorio de psicología experimental en
la Universidad de Leipzig. Había que cumplir con el pedigrí.
Otro suceso que marcó el desarrollo de la psicología fue el surgimiento de la polémica sobre los
distintos tipos de ciencias que pueden existir dentro del conocimiento humano. En efecto, en 1883
Wilhelm Dilthey (1833–1911) publica el primer volumen de su obra Introducción a las ciencias del espíritu,
donde sostiene que la historia, la filosofía, la psicología, el arte, etc. no pueden tener el mismo método
científico que las ciencias de la naturaleza puesto que su objeto de estudio es distinto. En otras palabras,
el método experimental no puede ser su método de investigación. Muy pocos años después del
surgimiento de la psicología como disciplina formal separada de la filosofía, surge esta polémica, y
entonces emerge la interrogante: ¿es una ciencia de la naturaleza o del espíritu?, ¿debe explicar o
comprender las acciones humanas?
Toda esta discusión se problematiza aún más porque después de que Wundt creara la primera
corriente psicológica, llamada estructuralismo, en Estados Unidos surgió el funcionalismo promovido por
William James, en Viena, Sigmund Freud desarrolla el psicoanálisis, en Alemania, la psicología gestalt es
promovida por Max Wertheimer, Wolfgang Köhler, Kurt Koffka y Kurt Lewin, y en Maryland, en los Estados
Unidos, J. B. Watson promueve el conductismo. Así, en los primeros 35 años de existencia de la
psicología como disciplina formal ya había 5 corrientes psicológicas indagando distintos aspectos de la
conducta y la mente del ser humano, con posturas teóricas muy diversas y, entre algunas de ellas,
abiertamente encontradas.
Por si esto no fuera suficiente, durante la primera mitad del siglo XX sigue la polémica en torno a
una cuestión: ¿a qué le llamamos ciencia? Pregunta que hasta el día de hoy sigue discutiéndose.
En resumen, la cuestión sobre si la psicología es o no una ciencia, y en caso de que lo sea, de qué
tipo es, sigue abierta y en debate.
Escalas de la batería
La Batería de Evaluación para Niños de Kaufman incluye dos tipos de escalas globales.
Veamos cuáles son.
1. Procesamiento mental
Mide el funcionamiento intelectual, es decir, el tipo de procesamiento de la
información que utiliza el sujeto. Éste engloba dos tipos de procesamiento: el secuencial
y simultáneo. La escala representa la integración de estos dos estilos de procesamiento.
Su medición proporciona una buena estimación global de la capacidad de procesamiento
mental o inteligencia; según los propios autores, "la inteligencia es compleja y,
probablemente, las conductas más inteligentes resultan de una integración de los procesos
secuenciales y simultáneos".
Mide la habilidad del niño para resolver problemas cuyos elementos le son
presentados sucesivamente, uno tras otro. Los estímulos están relacionados
temporalmente y de forma lineal con los precedentes. Este tipo de procesamiento se
compone por tres subtest, y requiere habilidades analíticas, sucesivas o seriales.
1.2. Procesamiento simultáneo
Evalúa la habilidad del sujeto para sintetizar la información necesaria para resolver
los problemas presentados. Los diferentes estímulos han de ser integrados y
sintetizados, simultáneamente, para llegar a la solución adecuada.
Está formado por 7 subtest y requiere habilidades holísticas o gestálticas.
2. Conocimientos académicos
En esta escala se evalúan los conocimientos y habilidades adquiridas en la escuela o, de
manera más informal, en el entorno. Es decir, está destinada a medir los conocimientos
adquiridos y el nivel de aprendizajes escolares.