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LOS BENEFICIOS DE LA RISA Y SU RELACIÓN CON LA MEDITACIÓN.

-Introducción: ¿Qué es la risa? ¿Por qué nos reímos? Si lo que no se usa, se atrofia y desaparece, ¿qué función tiene la
risa? ¿Para qué sirve? ¿Qué beneficios tiene? ¿Y cuántas veces nos reímos al día? ¿Es necesario reírse siempre de algo
gracioso o podemos reírnos de cualquier cosa? ¿Y por qué no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos? La risa
es, en el fondo, un misterio, así que es mejor experimentarla por uno mismo a que te hablen de ella. El chiste y la gracia.

-Risa y biología: La risa tiene su lugar en una zona determinada del cerebro del tamaño de una ciruela, en el córtex pre -
frontal, la parte “más humana” del cerebro, donde residen la creatividad, los sentimientos morales más elevados y la
capacidad de pensar en el futuro. Esta parte es la que apenas desarrollan otros animales, quizá por eso los animales no
pueden reírse. ¿O sí? Muchos primates juegan a hacerse cosquillas entre ellos, gorilas y chimpancés son capaces de
hacer bromas y de reír a su manera. Los científicos dicen ahora que hasta las ratas se ríen. Nuestra indiferencia por el
sufrimiento animal, nuestra falta de empatía ante otras especies es fruto de una ignorancia sistemática que se hereda: a
los humanos no nos interesa reconocer la capacidad de sentir de los animales. Pero, ¿por qué no nos comemos a perros
y gatos, y sí a corderos y vacas? Sea como fuere, sonreír es la recompensa que nos da la naturaleza para hacernos sentir
bien. Cuando sonríes, el cerebro interpreta que no estás en peligro y el cuerpo se relaja. Es más, el cerebro prefiere a los
rostros que sonríen. Es el llamado “efecto de la cara feliz”: estamos predispuestos genéticamente a preferir sentimientos
positivos y a juntarse con gente feliz. Nuestro cerebro es optimista por naturaleza, así vivimos más y estamos más sanos.
Nuestras neuronas espejos provocan que nos contagiemos de las emociones de los demás. Por pura empatía preferimos
la simpatía y alegría de los otros antes que su tristeza y su mala leche. Si el de enfrente se aburre y bosteza, yo bostezo. Si
se ríe a carcajadas, yo acabaré sonriendo y riendo con él también… Somos animales que ríen.

-Tipos de risa y risa fingida: Paul Ekman, un psicólogo estadounidense especializado en la relación entre las emociones y
las expresiones faciales, descubrió hasta 18 tipos de sonrisas auténticas que diferían en la posición de los músculos y los
significados emocionales. Y es que existen muchos tipos de risa: la nerviosa o histérica, la maliciosa o sarcástica, la
fingida o forzada, etc. La que aquí nos interesa es la risa sincera y la carcajada fresca. De hecho el cerebro está
programado para distinguir la sonrisa falsa de la verdadera y cuando alguien nos sonríe de forma distinta a la natural,
nuestro cerebro suele avisarnos, y –quizá en forma de intuición- algo nos dice que esa persona no es de fiar. Hay un truco
para ver si alguien sonríe sin ser sincero o por pura cortesía y es mirar la zona de la boca, pues una de las dos mejillas se
suele levantar más, es decir, hay una asimetría en la zona de los labios y las mejillas. Cuando la sonrisa es sincera ambos
lados de la boca se levantan de forma simétrica. Cuando no es así, nuestro cerebro, quizá de forma inconsciente,
advierte que algo no cuadra. Con todo, para gran sorpresa de los científicos, se ha podido comprobar que cuando una
persona hace el gesto típico de la risa, aunque no tenga ganas de reír, provoca las mismas secreciones hormonales en el
cerebro que la risa espontánea. Así que no finjas la sonrisa al otro, ¡pero sí a ti mismo! “A veces, tu alegría causa tu
sonrisa, pero también hay veces en las que tu sonrisa puede causarte alegría” (Thich Nhat Hanh). No puedes reírte
sinceramente sin ganas sólo porque alguien te lo pida pero sí puedes entrenar el cerebro hasta que se acostumbre a
reírse con más facilidad: ¡es gimnasia mental! Bueno, no es magia, es inteligencia emocional (Elsa Punset).

-Cantidad de risa: ¿Recuerdas cuando fue tu último ataque de risa? Los niños de hasta 6 años ríen una media de 300
veces al día mientras que un adulto risueño ríe una media de 15 a 20 veces al día. ¿Qué nos ha pasado? ¿Dónde hemos
dejado al niño feliz que fuimos? Si la risa es algo innato, ¿por qué con el paso de los años nos volvemos más serios y de
risa poco fácil? Aunque hay ciertos condicionantes como la cultura o el clima, en general la forma de vida moderna nos
lleva a complicarnos la existencia, a crearnos problemas y exigencias de falsas necesidades, al estrés y a la ansiedad. Así
es como nos volvemos serios y reímos menos. Reír es innato sí, pero como cualquier otro ejercicio, necesita ser
practicado: cuanto más nos reímos más fácil es luego provocar la risa, y viceversa. ¿Podemos aprender a (volver a) reír?
Prueba con recordatorios diarios o, incluso, con ejercicios simples de 5 minutos al empezar el día. ¡Te sorprenderás!

-Enemigos de la risa: Al igual que el optimismo, hoy en día la risa tiene mala prensa y por condicionamiento social no
está bien vista en determinados ocasiones y en ciertos ámbitos. A veces a las personas que se suelen reír mucho o de
forma abierta y espontánea se les suele tildar de irresponsables, poco maduras e, incluso de un poco bobas. ¿Cuántas
veces hemos oído “este se lo toma todo a risa”? ¿Y cuántas veces lo hemos dicho nosotros? Es cierto que reírse de todo
puede ser una forma de esconder nuestra vulnerabilidad. No es cuestión de ser siempre el “graciosillo” del grupo. De
hecho, a menudo, las personas que son siempre el alma de la fiesta, el cuenta-chiste o el ocurrente, viven grandes
problemas en su interior. Puede que llamar la atención haciéndose el gracioso sea una forma de ocultar o enmascarar
tristeza interior. El paciente que va al médico porque tiene una depresión profunda. El médico le recomienda ir a un
payaso estupendo que está de visita en la ciudad. “Pero doctor –replica el paciente- ese payaso soy yo”.

-Beneficios físicos: son tantos que se puede decir sin exagerar que la risa es la mejor medicina. Tenemos en nuestro
cerebro todo un botiquín de drogas naturales, gratuitas y sin efectos secundarios, sólo hay que saber utilizarlas. En este
sentido, 5 minutos de risa continua actúa como analgésico del dolor. Cuando sonreímos nuestro cerebro genera, entre
otras, serotonina y endorfinas (conocidas como las “hormonas de la felicidad”). Si esto se hace un hábito, la liberación de
estos neurotransmisores hace al organismo más resiste a las enfermedades y a las infecciones, incrementa la producción
de anticuerpos, y desciende los niveles de cortisol y adrenalina, reduciendo nuestro nivel de estrés, miedo y angustia.
Reír pues levanta el ánimo e inmuniza contra la depresión. Además al reír se produce una sobre oxigenación celular y al
entrar el doble de aire en los pulmones, éstos se limpian y se oxigena el cerebro. Así que la risa tiene un efecto indirecto
sobre todas las células de cuerpo, fortalece el sistema inmunológico, previene el infarto y la hipertensión. De hecho se ha
demostrado que las personas que ríen más tienen menos riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Por otra
parte, la risa no provoca arrugas en el rostro como algunos creen, al contrario, tonifica la piel y elimina el aspecto
cansado y las ojeras. Es más, no sólo retarda el envejecimiento del rostro (pues al reír movemos más de 20 músculos de
la cara) sino que también se movilizan más de 400 músculos del cuerpo y quemamos calorías. Por eso si un día reímos a
carcajadas durante mucho tiempo seguido al día siguiente tenemos agujetas en el estómago (al haber usado músculos
que sólo se ejercitan con la risa) y otras partes del cuerpo (de hecho al reír toda la columna vertebral “hace gimnasia”).
Se ha calculado que reír 100 veces equivale a más de 10 minutos de bicicleta. Al contraer con espasmos el diafragma
repetidamente los órganos internos del aparato digestivo reciben una especie de caricia interna o masajeo que, entre
otros cosas, estimula el bazo a eliminar toxinas, facilita la digestión y ayuda a eliminar los ácidos grasos favoreciendo la
pérdida de peso. En definitiva, reír es sano y nos hace sentir mejor. Risa y salud van de la mano. Una persona que ríe
mucho suele enfermar menos pues reír mejora el estado general de todo el organismo. Reír aporta un bienestar
inmediato a corto plazo y beneficios generales a largo plazo, si del reír se hace un hábito. Si el buen humor es gratis, ¿a
qué esperas para cambiar de aires? No hace falta algo gracioso para reírse: solo buen humor y compañía…

-Beneficios sociológicos: la sonrisa es el mejor pegamento y lubricante social. La sonrisa seguramente surgió como una
forma rudimentaria de comunicación no verbal antes de que se desarrollara el lenguaje. De hecho con 3 o 4 meses el
bebé –incluso si es ciego- ya interactúa con la madre a través de la sonrisa. La sonrisa sincera es nuestra mejor tarjeta de
presentación, nuestro certificado ante los demás de equilibrio personal, autoestima, y bienestar. Cuando sonreímos a
otras personas mostramos confianza y que estamos cómodos y nos sentimos bien con ellos. Pero una persona feliz sonríe
sólo cuando está con alguien, es como una señal que no enviamos si no hay nadie para recibirla. Como saben los
humoristas, para reír hace falta tener público. De hecho, es 30 veces más probable reír acompañado que reír solo. Y es
que provoca un gran placer reír juntos. Pero, ¿puedes reírte de ti mismo con facilidad? Hay que reírse con los demás, no
de ellos. No se trata solamente de un “ja, ja, ja” exterior, se trata de “sentir la risa”. La risa maliciosa o burlona no sirve…

-Beneficios psicológicos (risa y meditación): otro enemigo de la risa es el miedo a ser observados y juzgados por los
demás, esto es, el miedo al ridículo: “¿qué pensarán de mí?”. La timidez y la vergüenza surgen de la mente analítica pero
también de la mente del mono loco que no pude parar de pensar. Como se suele decir , el reír nos hace olvidar nuestros
problemas, pero en realidad también todo lo demás. Obsérvalo: mientras uno ríe, no existe en la mente nada más. La
mente no puede reírse, el ego es una estructura muy rígida y seria. Cuando te ríes sinceramente por unos momentos
estás presente, aquí y ahora, en un estado de no-mente. Los chistes son mecanismo lingüísticos que como una flecha te
indican una dirección a seguir, llegando a crear en tu mente una estructura o expectativa. De repente , surge algo que no
esperabas, algo insólito, absurdo, que te lleva por un instante más allá de tu estructura mental, que queda trascendida:
sueltas al ego y simplemente te ríes. Si te ríes de corazón, dejas de pensar; si todavía sigues pensando, la risa va a ser a
medias, va a ser una risa a medio gas, una risa mutilada. Si dejas que te posea la risa, como al bailar o al cantar, se
detiene el pensar y, por unos segundos, no sabes dónde termina tu cuerpo y dónde empieza tu existencia. Mucha gente
podría sorprenderse al considerar la risa como un modo de meditación. Pero SOLTAR es el secreto de la risa y también el
de la meditación. También hay que SOLTAR para dormir… En fin, existe una creencia hindú que dice que una hora de risa
seguida es para el cuerpo como 4 horas de yoga. Pero esta creencia a muchos le hace risa… Así que ¡piérdete en la risa!

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