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Argentina La Segunda Mitad Del Siglo XX Cine e Historia PDF
Argentina La Segunda Mitad Del Siglo XX Cine e Historia PDF
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CINE E HISTORIA
Argentina:
la segunda mitad del siglo XX
Ezequiel Sirlin
hist.Preliminares 12/13/07 11:19 PM Página 2
hist.Preliminares 12/13/07 11:19 PM Página 3
Secretario de Educación
Lic. Juan Carlos Tedesco
Coordinación ejecutiva
Martín D'Ascenzo
Supervisión
Patricia Bavaresco
Corina Guardiola
Mercedes Potenze
Claudia Rodríguez
Adriana Santos
Teresa Socolovsky
Verónica Travi
Producción editorial
Viviana Ackerman
Raquel Franco
Karina Maddonni
Adriana Martínez
Sergio Luciani
Liliana Santoro
Nora Raimondo
Agradecemos especialmente a Raquel Gurevich, Beatriz Masine, Javier Trimboli. Expresamos asimis-
mo nuestro agradecimiento por la lectura crítica de los módulos a los siguientes profesores de nivel
medio: Matilde Carlos, Sergio Carnevale, Horacio Fernández, Marcela Franco, Emilce Geoghegan,
Rubén Guibaudi, Julián Insúa, Gertrudis Muchiute, Claudia Paternóster, Andrea Paul, Mónica
Pianohoqui, Gustavo Ruggiero, Alfredo Sayus y Adriana Valle
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Estimados colegas:
Cordialmente,
Lic. Daniel Filmus
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Equipo multimedia de apoyo a la
enseñanza
La cultura audiovisual es mirada muchas veces con recelo por la escuela, cuya cotidianeidad
transcurre entre escrituras y lecturas. Sin embargo, los avances producidos en el pensamien-
to pedagógico y en cada uno de los campos didácticos sugieren que es posible favorecer los
procesos de aprendizaje en los alumnos introduciendo nuevos lenguajes en el ámbito esco-
lar.
Dado que el cine y otros medios de expresión visual han alcanzado un lugar destacado en la
cultura, pueden servir como vía propicia para acceder a las problemáticas cuyas múltiples
transformaciones afectan la vida cotidiana en las sociedades actuales y que se abordan como
objeto de conocimiento en la escuela.
Nos referimos a los medios audiovisuales como recursos para la enseñanza de contenidos pero
a la vez reserva espacio para realizar una alfabetización audiovisual en acto, en tanto el encuen-
tro que supone genera oportunidades de interacción entre los jóvenes y la imagen, en un
ambiente claramente marcado por la intencionalidad pedagógica.
El equipo multimedia de apoyo a la enseñanza que aquí presentamos, esta conformado por
ocho ciclos temáticos. Cada uno de ellos se compone de cuatro filmes y un cuadernillo para
el docente que profundiza los temas abordados en las películas, a saber:
Esperamos que este material acompañe el trabajo de los docentes y colabore potenciando los
procesos de enseñanza.
Índice
Introducción .................................................................................................................................. 11
Capítulo 1 ...................................................................................................................................... 15
Peronismo y década infame: Las aguas bajan turbias (1952)
Las interpretaciones históricas sobre los orígenes del peronismo
El orden peronista y la clase obrera: ambivalencias de una relación
Las aguas bajan turbias (1952): “antes” y “después”, década infame y peronismo
Capítulo 2 ..................................................................................................................................... 61
La Argentina de los cinco conflictos (1955-1973). La hora de los hornos, primera parte:
“Neocolonialismo y violencia” (1968)
Peronismo-antiperonismo
Capitalismo-socialismo
El conflicto capital-trabajo
El conflicto generacional
El conflicto interburgués
La hora de los hornos. Los ojos de la resistencia peronista
Capítulo 3 ..................................................................................................................................... 73
La última dicatdura (1976-83): Tiempo de revancha (1981)
Tiempo de revancha: el exilio interno y la resistencia del hombre solo
I N T R O D U C C I Ó N
Introducción
1. La buena noticia para los historiadores es que el arte puede ofrecer tes-
timonio de algunos aspectos de la realidad social que los textos pasan por
alto […]
Introducción
1 Gino Germani, Política y sociedad en una época de transición, Paidós, Buenos Aires, 1962.
2 Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero, Estudios sobre los orígenes del peronismo, Siglo XXI, Buenos
Aires, quinta edición, 1987.
3 Daniel James, Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabajadora argentina 1946-1976,
Sudamericana, Buenos Aires, 1990, capítulo 1: “Los antecedentes”.
4 Véase por ejemplo Isabella Cosse, Estigmas de nacimiento. Peronismo y orden familiar 1946-1955, Fondo de
Cultura Económica-Universidad de San Andrés, Buenos Aires, 2006.
5 Véanse la introducción a la novela El río oscuro, Hyspamérica, Buenos Aires, 1985, y el artículo de Luis
Alfredo Villalba “Las aguas bajan turbias”, en Los Andes-On line, Mendoza, 8 de agosto de 2002.
C A P Í T U L O 1
Las interpretaciones históricas
sobre los orígenes del
peronismo
Por qué los trabajadores argentinos esta- democrática. De las comarcas más humil-
blecieron con Perón el vínculo más fuerte y des y tradicionales de la Argentina habían
duradero que haya existido entre un gober- llegado los contingentes de trabajadores
nante y un sector de la sociedad argentina? “nuevos” en “estado de disponibilidad” para
¿Por qué optaron por ello en lugar de adhe- ser seducidos y maniobrados por el gestor
rir a la Unión Democrática, o de organizar del autoritarismo de masas. El trauma pro-
un movimiento político independiente del vocado por un ingreso sin transiciones al
líder, con una orientación quizá socialista o mundo moderno habría llevado a que los
anarquista, comunista o sindicalista nego- migrantes buscaran la protección del líder
ciadora? paternalista, quien, según Germani, mani-
Antes de que Daniel James volviera a pularía a los recién llegados y así evitaría lle-
plantear la pregunta en su libro Resistencia var a cabo las reformas más estructurales
e integración, en el ámbito académico que proponían los partidos tradicionales de
sobresalían dos visiones contrapuestas que izquierda.
intentaban esclarecer el hecho. Lo otorgado por el líder populista era
Llamaremos “visión clásica” a la primera y para Germani más sustancial que “un
“visión revisionista” a la segunda. plato de lentejas”, pero los trabajadores
La visión clásica, configurada a fines de deberían pagar el alto costo de resignar un
los años 50 por el sociólogo italiano Gino horizonte social igualitario como aquel
Germani, juzgaba que la adhesión de los por el que propugnaban los obreros euro-
trabajadores argentinos al líder carismático peos de posguerra
constituía un hecho extraño a la norma que afiliados a los parti-
establecían los trabajadores europeos, tan dos comunistas. Los
celosos por conservar su autonomía de clase migrantes internos
frente a cualquier intento de neutralización de la Argentina, no
estatal-caudillista-movimientista. El con- politizados por estos
traste residía para Germani en las deficien- partidos, carecían en
cias de una clase obrera argentina veloz- definitiva de la con-
mente multiplicada por el proceso de susti- ciencia de clase que
tución de importaciones.6 La rapidez del los hubiera disuadido
crecimiento industrial post 30 habría gene- de apoyar el régimen
rado un proletariado con mayoría de traba- de la seudo-libertad, los seudo-objetivos y
jadores sin experiencia industrial, urbana y la seudo-participación.
3) que la participación conjunta de viejos autores, como Juan Carlos Torre, han des-
y nuevos implicaba un proyecto social de cier- tacado el rol jugado por la “vieja guardia
to alcance, y tenía como componente impor- sindical” en los orígenes. El intento de
tante la continuidad programática con recla- estos líderes gremiales por edificar un
mos previos de las organizaciones obreras, del Partido Laborista sobre bases autónomas
mismo modo que la posibilidad de participa- era parte de un proyecto emancipado de la
ción obrera en una alianza policlasista era ya conducción de Perón. El temor de que el
una tendencia con importantes antecedentes líder los neutralizara estaba más que pre-
en el sindicalismo anterior al peronismo.7 sente en esta advertida dirigencia.
Daniel James procuró un acercamiento
Como surge de estos párrafos, el análi- aún mayor a la experiencia obrera de la
sis revisionista partía de otorgar mayor década infame. Auxiliado por las contribu-
importancia a la experiencia sindical que la ciones teóricas del marxismo cultural
clase obrera había vivido antes del peronis- inglés,8 James trató de reconstruir una “his-
mo, durante la “década infame”. toria desde abajo” que permitiera compren-
Trabajadores plenamente establecidos en el der a los proletarios argentinos que se brin-
mundo moderno (“viejos”) habrían jugado daron al peronismo incluso en las circuns-
un rol decisivo en los orígenes del peronis- tancias más adversas tras la caída del régi-
mo. Y, fundamentalmente, las reformas men. Sin menospreciar la importancia que
implementadas por Perón desde la tuvieron las reformas sociales llevadas a cabo
Secretaría de Trabajo y Previsión no eran por Perón desde 1943, el autor entendió
paliativos de tan corto alcance, sino un que la fortaleza y perdurabilidad del víncu-
avance palmario de los reclamos sindicales.
Por lo tanto, la adhesión de los trabajado-
res al régimen mal podía ser asociada a un
comportamiento resignado o irracional,
manipulado por el engaño y la demagogia,
sino al contrario: la efectividad del peronis-
mo al satisfacer una parte muy sustanciosa
de los reclamos permitía adjudicar raciona-
lidad y pragmatismo a los trabajadores del
17 de octubre. En esta misma línea, otros
9 Raymond Williams, Marxismo y literatura, cap. 9: “Estructuras del sentir”, Península, Barcelona, 1980.
ejemplo un modo peronista para decir que Vale decir que, por ejemplo, si el apelativo
el día era lindo, y un arsenal de rituales, “pueblo trabajador” utilizado por Perón en
recuerdos y “gustos peronistas” relaciona- la campaña electoral del 45 llegó mejor a
dos no sólo con la lucha política y el los obreros, sucedió en la medida en que
mundo del trabajo, sino también con el para conectarse con ellos era más apto que
esparcimiento y otras esferas de la vida. “civilidad” o “proletarios del mundo”,
James analiza el modo en que el discurso voces utilizadas por las distintas formacio-
peronista fue tejiendo una poderosa red de nes de la Unión Democrática.
identificación que uniría a los trabajadores Los trabajadores procesaron mentalmen-
en su defensa del peronismo en oposición al te el discurso peronista a la luz de su expe-
antiperonismo. Como toda cultura popular riencia previa. Valiéndose de la entrevista
agrupada por reacción al “ellos”, la fortaleza directa, James intentó acercarse a la expe-
de los vínculos aumentaría ante la agresión riencia obrera para reconstruir la compara-
externa. El arrojo del 17 de octubre, el ins- ción espontánea realizada por los “descami-
tinto reactivo de la identidad peronista al sados”. Ellos nunca habrían dejado de com-
que James denomina “herético”, harían más parar las conquistas del año 44 con la frus-
sólido el vínculo en las circunstancias más tración de la “década infame”; el 17 de octu-
desfavorables luego de 1955. bre con la “Marcha de la Constitución y de
Pero el discurso peronista había sido la libertad”, donde los manifestantes de
exitoso sólo en la medida en que superaba
a los otros discursos que competían con él:
radical, conservador, socialista y comunis-
ta. Partiendo de la idea de que los trabaja-
dores se hicieron peronistas por compara-
ción, James contrasta los elementos de
cada discurso en el contexto específico del
año 45: vocabulario, tono y gestos que
acompañaban la enunciación. Contenidos
ideológicos, programáticos, afectivos.
Credibilidad, capacidad de interpretar el
cotidiano de los trabajadores en los barrios
y en las fábricas, y de proyectar ese cotidia-
no a una forma de ver el mundo.
“Formas”, “contenidos” y “contenido de las
formas” que decodificaban los trabajadores
implantados en las tradiciones plebeyas.
clase media y alta habían cantado La decir de Alain Rouquieu, los empresarios
Marsellesa; a Perón con Braden; el discurso del año 45 vieran en el secretario de
concreto y cercano del Partido Laborista Previsión la figura de un “bombero piró-
con las consignas lejanas de la Unión mano” capaz de encender y apagar la pro-
Democrática. Y luego seguirían comparan- testa obrera en la medida en que controla-
do la época dorada del peronismo con todo ba la organización de esta clase.
lo anterior y todo lo posterior. La compara- Comprender la ambivalencia del pero-
ción entre el “antes” y el “hoy” que Las aguas nismo desde sus orígenes es necesario para
bajan turbias volvía a formular en 1952 era avanzar en el desarrollo posterior de sus
un ejercicio de lo más natural y compartido formaciones gremiales y políticas, tan
en la vivencia de los trabajadores. disímiles entre sí como la CGT vandoris-
Por último, otro aporte de James con- ta y la CGT de los Argentinos, la Triple A
siste en captar las ambivalencias del pero- y los Montoneros, el peronismo del 73 y
nismo que las visiones anteriores habían el que Menem logró agrupar. Así como en
soslayado. Como hemos visto, las versiones la historia argentina del siglo XX no hubo
clásica y revisionista discutían el significa- otro discurso que pusiera en movimiento
do social del peronismo para los trabajado- a las clases explotadas con igual masivi-
res en términos dicotómicos: autonomía o dad, también es cierto que ninguna otra
heteronomía de la clase obrera, trabajado- identidad política o configuración políti-
res inexpertos o experimentados, irraciona- co-ideológica logró tan eficaces manio-
les o pragmáticos. Para James el peronismo bras de desmovilización y supeditación de
tuvo desde sus orígenes ambos efectos al los trabajadores a las clases dominantes.
mismo tiempo. Fortaleció y unificó a la Tal vez la mayor paradoja o “ironía de la
clase obrera en un movimiento signado historia” en el siglo XX de la Argentina
por impulsos heréticos, a la vez que cons- consiste en que el Estado de bienestar
truyó la estructura de mando vertical que redistributivo que el peronismo clásico
le permitiría fijar límites a ese andar, inte- montó, fue desmontado en lo más pro-
grando la clase obrera al Estado por medio fundo por el mismo movimiento en los
de sus contenidos desmovilizadores. El años 90. Lo que el peronismo construyó
peronismo creó sus propios antídotos ide- sólo el peronismo pudo destruirlo hasta
ológicos contra el impulso herético-con- los cimientos. La estructura de grandes
frontativo, al que siempre podría volver a sindicatos, el verticalismo y el culto al
apelar en caso de necesitarlo. Las dos caras líder cumplieron en cada momento la
del peronismo habrían llevado a que, al función opuesta.
10 Los intentos de Onganía, en 1966, y del almirante Massera, en 1978, de fortalecerse políticamente estable-
ciendo alianzas con sectores de la burocracia sindical, fracasarían rotundamente.
Autonomía y heteronomía
13 Pablo Gerchunoff y Damián Antúnez, “De la bonanza peronista a la crisis de desarrollo”, en Juan Carlos
Torre (compilador), Los años peronistas 1943-1955, Colección Nueva Historia Argentina, tomo VIII,
Sudamericana, Buenos Aires, 2002, p. 145.
14 Milcíades Peña, “El legado del bonapartismo: conservadorismo y quietismo en la clase obrera argentina”,
en Industrialización y clases sociales en la Argentina, Hyspamérica, Buenos Aires, 1986.
Pero, al mismo tiempo, las hordas ven- jadores industriales en las imágenes que
gativas del final, la rebelión que se propa- nos llegan de la masividad peronista, no
gaba por todo el Norte, pueden ser inter- debe hacernos olvidar el peso significativo
pretadas como un llamado a la prudencia del voto rural en las elecciones de 1946 y
dirigido a los empresarios. La masas enlo- 1952, ni la importancia del Estatuto del
quecidas de sed de venganza remiten a las Peón de Campo promulgado en 1945. El
conocidas palabras que, en agosto de peronismo, que con su política económica
1944, Perón había formulado a los empre- estimulaba las migraciones internas, lo cual
sarios, en la Bolsa de Comercio. Esas pala- aceleraba el proceso de urbanización, no
bras buscaban tranquilizarlos respecto de dejaba de ponderar la cultura rural-provin-
las intenciones y los límites de las reformas, ciana. Para la izquierda, esta simpatía por
al tiempo que llamaban a las burguesías lo popular no era más que el matiz folcló-
capitalistas a resignar un poco de poder y rico necesario para encubrir el carácter
de ganancia en pos del propio beneficio, limitado de las reformas. Para el peronis-
para no perderlo todo. La necesidad de la mo, en cambio, significaba una ventaja
intervención del Estado como “tercero relativa frente a los discursos “más europe-
indispensable” en la negociación queda os” de la izquierda.
expresada en el final del filme. Como el
keynesianismo, el peronismo enseñaba a
las burguesías a cuidarse de sus propios
excesos autodestructivos.
18 Isabella Cosse, Estigmas de nacimiento. Peronismo y orden familiar 1946-1955, Fondo de Cultura
Económica, Buenos Aires, 2006.
ALFREDO VARELA...
19 Extraídos de Daniel James, “El 17 de octubre de 1945: el peronismo, la protesta de masas y la clase obrera argentina”, en El 17 de
octubre de 1945, Juan Carlos Torre compilador, Ariel, Buenos Aires 1985.
20 Juan Carlos Torre, La vieja guardia sindical y Perón. Sobre los orígenes del peronismo, Sudamericana, Buenos Aires, 1990.
Fue un día maravilloso […] familias enteras salieron a la calle. terribles luchas de la primera época sólo por lo que nos
Mi hijita vino con nosotros; la llevé a babuchas en gran habían contado los viejos militantes, no las habíamos expe-
parte del trayecto. […] Se habían puesto en servicio algunos rimentado en carne y hueso. Por supuesto, hubo militantes
ómnibus para los que no podían hacer todo el camino a pie. mayores que se sumaron a nosotros y aprendimos de ellos;
La gente coreaba estribillos y cantaba, hacía bromas y jue- pero decididamente sentíamos que formábamos una
gos. La comida y las bebidas pasaban de mano en mano. […] “nueva ola”. Y eso se vio el 17 de octubre; los que tomaron
El tiempo estaba espléndido y cuando llegamos al Paseo la iniciativa y quisieron realmente hacer algo por Perón fue-
del Bosque era como un enorme picnic; había personas des- ron los obreros más jóvenes.
cansando, tiradas bajo los árboles, o jugando al fútbol. […] Entrevista de Daniel James con Cipriano Reyes,
No, no hubo escenas de violencia, la gente estaba contenta. La Plata, agosto de 1985.
Entrevista de Daniel James con René Orsi,
La Plata, julio de 1985. Después de mi designación visité a Perón y me felicitó, dicién-
dome luego que ahí en la presidencia había un equipo que
Me acuerdo que al dar vuelta a una esquina –tiene que haber me habría de asesorar sobre las declaraciones que debía
sido cerca del centro de La Plata, muy temprano en la maña- hacer y las medidas que tenía que tomar. Para no violentar-
na de ese día– vi a ese tipo corpachón parado en la acera lo enseguida, le respondí: “Mire, señor presidente, usted
frente a la vidriera destrozada de una joyería. Sostenía el tiene muchos problemas importantes que atender, así que
arma en el aire, como quien saluda con el puño cerrado, y déjenos a nosotros, los hombres que tenemos veinticinco
gesticulando con una enorme sonrisa señalaba el reloj que años en el movimiento obrero, dirigir la CGT”. Él, con prepo-
llevaba puesto en la muñeca, mientras les gritaba a sus tencia, me replicó: “¡Entonces, a los sindicatos autónomos
compañeros: “¡Nunca en mi puta vida tuve un reloj!”. Por la los dirijo yo!”. “Bueno, ése es un problema suyo, señor pre-
ropa que usaba supe que era de Berisso. Todavía estaba con sidente, y de ellos, pero –le puntualicé– a la CGT la dirigimos
ropa de trabajo. nosotros”.
Entrevista de Daniel James con José P. Lunazzi, Entrevista a Luis Gay,
La Plata, julio de 1985. grabada en el Archivo de Historia Oral
del Instituto Di Tella.21
Bueno, sí… Recuerdo haber visto a un grupo de muchachos
que se pararon frente a un edificio de departamentos de la Éramos unos cincuenta dirigentes. Perón formuló enérgica-
zona céntrica, cerca de la universidad, creo, y después de mente una serie de cargos contra Gay, algunos injustos. Yo
entonar algunos cantos empezaron a hacer gestos… usted intervine y se los aclaré: a estos norteamericanos no los
sabe… se llevaban las manos abajo y hacían movimientos trajo Gay, los invitó Valenzuela. Que los recibió y homenajeó
exagerados… o poniéndose la mano en la boca como una Gay es cierto: estaba a cargo de la CGT. Pero a la delegación
bocina hacían como si estuvieran tirándose pedos. la trajo Valenzuela. Don Luis, por su parte, no abrió la boca.
Entrevista de Daniel James con Alfredo Panelli, ¿Tiene algo que decir?, le preguntó Perón dos o tres veces.
La Plata, julio de 1985. Nada, dijo él. Éramos muchos los que estábamos esperan-
do que hablara para defenderlo. ¿Qué iba a hacer uno en
Muchos de nosotros éramos muchachos que habíamos entra- este caso? Él no dijo una sola palabra y nos hundió a todos.
do a las plantas en los primeros años de guerra. Teníamos Entrevista a Juan Rodríguez,
una actitud diferente que los trabajadores más viejos. del 13 de noviembre de 1972,
Supongo que podría decirse que éramos más presumidos, Archivo de Historia Oral del Instituto Di Tella.22
menos aprensivos, menos respetuosos. Conocíamos las
21 Ibídem, p. 239.
22 Ibídem, pp. 245-246.
Las causas de mi alejamiento no fueron originadas en lo que 4. A modo de integración analizar el siguiente discurso de
hizo decir entonces por los diarios y revistas subvenciona- Perón. ¿Cómo interpretarían este documento las distintas
das por el gobierno, sino por principios que consideré fun- posturas académicas sobre los orígenes del peronismo?
damentales en toda mi actuación y que fueron compartidos Contrastarlo con la visión de los orígenes del peronismo que
por los directivos de la CGT de ese momento que, en solida- predomina en Las aguas…
ridad con mi renuncia, presentaron la propia; o se mantenía
la independencia sindical, sin dejar de apoyar una política Simple espectador como he sido en mi vida de soldado de la
social determinada, o se convertía la central obrera en un evolución de la economía nacional y de las relaciones entre
instrumento político en manos del gobierno. Los que estuvi- patrones y trabajadores, nunca he podido avenirme a la idea
mos por lo primero debimos irnos. Como en todas las gran- tan corriente de que los problemas que esa relación origina
des trampas, el pretexto para desplazarnos fue la traición a son materia privativa sólo de las partes interesadas. A mi jui-
favor del extranjero, en este caso los supuestos tratos polí- cio, cualquier anormalidad surgida en el más ínfimo taller y
ticos con la delegación obrera norteamericana que visitó el en la más oscura oficina repercute directamente en la econo-
país en 1947. Previamente a la reunión ampliada había teni- mía general del país y en la cultura general de sus habitan-
do una entrevista personal con Perón y varios miembros del tes. […] Por tener muy firme esta convicción he lamentado la
gabinete. En ella el presidente me pidió explicaciones por la despreocupación, la indiferencia y el abandono en que los
conducta de los visitantes extranjeros y me acusó de preten- hombres del gobierno, por escrúpulos formalistas repudia-
der entregar la CGT a los norteamericanos. A pesar de mis dos por el propio pueblo, preferían adoptar una actitud
explicaciones, la discusión fue estéril y ya no tuve duda de negativa o expectante ante la crisis y convulsiones ideológi-
que estaba dispuesto a terminar conmigo. cas, económicas, que han sufrido cuantos elementos inter-
Testimonio de Luis Gay, vienen en la vida de relación que el trabajo engendra. El
citado de sus memorias (inéditas en 1990) Estado manteníase alejado de la población trabajadora. No
por Juan Carlos Torre. 23 regulaba las actividades sociales como era su deber, sólo
tomaba contacto en forma aislada cuando el temor de ver
perturbado el orden aparente de la calle le obligaba a des-
b) Buscar testimonios de personas que hayan sido contemporá- cender de la torre de marfil, de su abstencionismo suicida.
neas a los orígenes del peronismo. Recopilar anécdotas, visio- No se percataban los gobernantes de que la indiferencia
nes y balances de esa experiencia. Analizar luego los relatos a adoptada ante las contiendas sociales facilitaba la propaga-
la luz de las distintas interpretaciones sobre los orígenes. ción de la rebeldía, resultado del olvido de los deberes de
los patrones que, libres de la tutela estatal, sometían a los
2. Pensar tres interpretaciones de Las aguas… a la luz de las trabajadores a la única ley de su conveniencia. Los trabaja-
tres visiones propuestas sobre los orígenes del peronismo dores, por su parte, al lograr el predominio de sus agrupa-
(Germani, Murmiz y Portantiero, y Daniel James). ¿Cómo ciones sindicales, enfrentaban a la propia
interpretaría el significado del filme cada una de las perspec- autoridad del Estado, pretendiendo dis-
tivas? La propuesta apunta a incorporar las tres miradas, a putar el poder político.
terminar de entenderlas mediante su aplicación en lo que Discurso de asunción al frente
podría ser tomado como un relato de los orígenes. de la Secretaría de Trabajo y Previsión,
diciembre de 1943
3. Caracterizar los rasgos de la clase obrera ideal por constras-
te con la visión peyorativa de la clase obrera peronista sus-
tentada por Gino Germani y la visión crítica de la izquierda
tradicional.
23 Ibídem, p. 246.
Bibliografía
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GERMANI, Gino, Política y sociedad en una mo, Sudamericana, Buenos Aires, 1990.
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1962. años peronistas 1943-1955, Colección
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Buenos Aires, 1986. los trabajadores en el primer peronismo.
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Ariel, Buenos Aires, 1994. Económica-Universidad de San Andrés,
TORRE, Juan Carlos (compilador), El 17 de Buenos Aires, 2005.
octubre de 1945, Ariel, Buenos Aires, 1985.
C A P Í T U L O 2
La Argentina de los cinco
conflictos (1955-1973)
La hora de los hornos,
primera parte: “Neocolonialismo y violencia”,
Fernando Solanas-Octavio Getino, 1968
Octavio Getino
trama” pueden reducirse los nombres primera parte del tríptico los narradores
indispensables a un número menor: Perón, no mencionan por sus nombres a perso-
Aramburu, Frondizi, Onganía, Vandor, najes de la trama política local como
Krieger Vassena, Guevara, Aldo Ferrer, Onganía y Vandor, que son aludidos pero
Agustín Tosco, el comisario Margaride, no nombrados, quizá porque sus nombres
Sandro, Spinetta. podrían distraernos del sistema que, más
Como soporte fílmico de la época de los allá de las personas, articulaba la domina-
mayores enfrentamientos hemos elegido la ción neocolonial.
primera parte de La hora de los hornos, un Nuestro primer propósito es recorrer el
documental emblemático del “cine mili- período 1955-1976 con independencia
tante” o “cine guerrilla” de los años 60, fil- de la interpretación que el documental-
mado clandestinamente en 16 mm entre ensayo de Solanas y Getino despliega
1966 y 1967. El filme fue estrenado al año sobre la Argentina. Reforzaremos antes
siguiente, en plena dictadura de Onganía, un panorama del período sobre la base de
de manera furtiva en los circuitos subterrá- las interpretaciones históricas más desta-
neos de la resistencia peronista. cadas de la producción académica.
La hora de los hornos aglutina los con- Desagregaremos en cinco los conflictos
flictos de su tiempo en una única gran que el documental agrupa, examinando
disputa entre los pueblos del Tercer costados que no inspecciona en su recorte
Mundo y el neocolonialismo. Una lucha autoral. Abordaremos el filme con ele-
por la liberación que, para los autores, se mentos de contraste que permitan captar
libraba en distintas esferas (militar, cultu- mejor sus aciertos y distorsiones subjeti-
ral, económica), se remontaba en el tiem- vas en tanto el ensayo de la realidad
po a los orígenes del colonialismo euro- argentina que La hora de los hornos se pro-
peo (“una guerra larga”) y se extendía a ponía ser. Para valernos de la película
todos los continentes, sin dejar de formar como disparador o soporte fílmico del
parte de una misma contienda de dos estudio de la Argentina reciente debemos
contrarios. Solanas y Getino se proponían contrastarla con otras visiones; sólo así
revelar el carácter sistémico, transhistóri- apreciaremos lo singular de su mirada. Un
co y transcontinental de esta única gran objetivo elemental de la enseñanza de la
lucha entre las clases sociales y entre las historia es fomentar la conciencia de que
regiones del planeta. Tal vez por eso en la siempre estamos frente a interpretaciones,
de que entre nosotros y el pasado no hay ideológico, identitario, no hizo más que
una conexión directa y transparente, sino agudizarse en los dieciocho años que duró
visiones que debaten entre sí. la proscripción. Por primera vez la sangre
El primer paso entonces consiste en había llegado al río con los bombardeos del
abordar el período individualizando sus 55 y los fusilamientos del 56, lo que dio
conflictos, separándolos sólo con fines ana- lugar al inicio de una espiral de violencia
líticos, sin afirmar o negar una autonomía que no dejaría de crecer hasta el genocidio
relativa entre ellos, sin entrar tampoco en el de la última dictadura.
debate de las proporciones o del peso espe- El segundo es un conflicto mundial que
cífico de cada uno. Abordar los conflictos se reprodujo a escala continental y nacional:
individualmente facilita el seguimiento de el conflicto entre el capitalismo anticomu-
la dinámica de desarrollo de cada uno, para nista comandado militarmente por EE.UU.
luego tomarlos como grandes coordenadas y el socialismo revolucionario encarnado
del período. Estos conflictos, que a modo por movimientos de liberación nacional,
de espiral veremos crecer y entrelazarse, que en algunos casos recibieron el apoyo de
confundirse y potenciarse los unos a los la Unión Soviética, en el contexto de la
otros, continuaron aumentando con mayor Guerra Fría dentro del mundo bipolar.
aceleración hasta alcanzar su desarrollo más El tercero es el conflicto capital-trabajo
intenso en el bienio 74-75. en el interior de la industria; históricamen-
El primero que abordaremos es el con- te, es el conflicto más importante de la
flicto peronismo-antiperonismo: político, estructura social argentina, siempre presen-
disponen del potencial para hacerlo o bien desperonización: una dictadura de largo
porque así lo suponen. Esto hizo a su turno aliento que anulaba la semidemocracia
cada uno de los contrarios implicados en anterior, pensando que así se acabarían los
los conflictos que veremos. conflictos. No fue eso lo que sucedió.
Tomemos como ejemplo el primero: Distintos actores políticos y sociales dobla-
peronismo/antiperonismo. En 1955 una ron la apuesta del dictador: el peronismo, la
parte de las fuerzas armadas se propuso izquierda no peronista, los jóvenes rebeldes,
eliminar al peronismo de la Argentina, el sindicalismo clasista, todos se rebelaron a
erradicarlo de la faz política, sindical y un mismo tiempo conformando el torrente
simbólica. Era un desafío elevado tenien- social que provocaría la caída de Onganía
do en cuenta las profundas raíces sociales (1970) y luego del régimen militar en su
de la experiencia histórica que planeaban conjunto (1973).24 Las imágenes del ejército
extirpar del mapa y del recuerdo. en retroceso durante el Cordobazo quedarí-
Consiguieron lo contrario: la resistencia an en las retinas de una generación como el
peronista respondió al desafío reforzando fracaso de la última carga de la caballería
su identidad, desplegando múltiples for- militar, una retirada equivalente a la de los
mas de protesta que acabaron desestabili- cosacos zaristas ante las fuerzas revoluciona-
zando a los gobiernos proscriptores de rias en Rusia. Muchos se convencieron de
Frondizi e Illia, lo que dio lugar a un que la dinámica histórica se definía a favor
nuevo redoble en la disputa. En 1966, del torrente. A causa de esta certeza se volca-
Onganía proyectó una embestida más pro- ron a la lógica del “todo o nada”. Entre 1973
funda y prolongada de disciplinamiento y y 1975 los actores buscaron apurar ese desti-
24 Tomo esta imagen del “torrente” de Nicanoff-Rodríguez, “La Revolución Argentina y la crisis de la sociedad
posperonista”, en Pasados presentes. Estado, economía y conflicto social en Argentina contemporánea,
Dialektik, Buenos Aires, 2006.
no. Pero en 1976 otra dictadura aumentaría autoafirmaron con mayor rebeldía ante el
el embate contrarrevolucionario con méto- comisario Margaride, que los perseguía.
dos infinitamente más crueles para vengar el Esto, la fortaleza equivalente de los con-
fracaso de 1955 y 1966. trarios, paridad real o imaginada, en una
Una dinámica similar encontraremos dinámica de enfrentamiento creciente,
en cada uno de los conflictos. El sindica- diferencia este período de los años poste-
lismo clasista automotor se rebeló a los riores, en que las fuerzas reaccionarias
intentos de mayor explotación relativa vencieron al menos transitoriamente a sus
por parte de las empresas, los gobiernos oponentes. Tratemos de medir lo parejo
proscriptores y la burocracia sindical. Los de las fuerzas contrapuestas en cada con-
pelos largos y transgresores de las calles se flicto.
Peronismo-antiperonismo
RECUERDOS DE LA PROHIBICIÓN
En realidad, todo esto lo supe más tarde, después de la caída del peronismo
y de la recaída de mi familia junto con tantas otras en la fatalidad de su des-
tino. Lo supe casi adivinándolo, a partir de esos recuerdos dudosos de la pri-
mera infancia, que nunca se sabe si son recuerdos o son invenciones.
Porque en casa nunca se volvió a hablar del pasado. La Revolución
Libertadora bajó un telón infranqueable, tejido con las hebras del sueño ver-
gonzante de haber querido ser clase media, sueño que a partir del desper-
tar se revelaba tan impúdico como una fantasía sexual. Además, habría sido
incómodo hablar de ese pasado porque la palabra “Perón” había sido prohi-
bida por decreto, y la prohibición fue respetada hasta en la intimidad de los los trabajadores de la experiencia política
hogares. Mis padres no la pronunciaron nunca. Nadie la pronunció, y yo me
pregunto cómo supe que esa palabra existía. Evidentemente la había oído anterior, al mismo tiempo que se llevaba a
mucho durante mis primeros seis años de vida, y después su anulación (yo cabo una revancha clasista en las fábricas y
tampoco la pronuncié, ni siquiera en el pensamiento) la puso en un lugar en materia de redistribución del ingreso.
especial. Tan completa fue esta anulación que recuerdo perfectamente la
primera vez que la oí, muchos años después, cuando ya estaba terminando Luego las fórmulas de Frondizi (1958-62)
la primaria: una chica, una compañera de escuela, dijo “Perón”… Sentí como y de Illia (1963-66): dos semidemocracias
si se abriera un abismo, en el que se precipitaba toda mi vida. fundadas en la proscripción de la mayoría
[…] Esta anulación, si bien se dio en todos los hogares del país, en mi fami-
lia tenía un antecedente que la hacía más lógica, o si se quiere más fatal. popular. A su turno y a su modo, los radica-
Esto fue anterior a la Revolución Libertadora, de modo que se me pierde les intransigentes y los radicales del pueblo
más aún en las brumas de la primera infancia. Cuando empecé a enterar- habían creído posible legitimarse a pesar de la
me, mucho después, fue una completa novedad para mí, y no encontré
ningún recuerdo confirmatorio. Sucedía que mi padre en su juventud exclusión de un colectivo popular mayorita-
había sido católico militante; más que eso: fanático. Hombre de iglesia, de rio. No se trataba de sectores medios urbanos
comunión diaria, creyente devoto, soldado de las huestes de María… Pero desarticulados entre sí como los que, en
después de los hechos de 1954, cuando la ruptura de Perón con los curas,
no volvió a pisar una iglesia nunca más en todo el resto de su vida. Puede 1930, habían observado en soledad la caída
parecer raro, pero en el conflicto de lealtades entre cristianismo y peronis- de Yrigoyen, su líder histórico. Se trataba esta
mo, ganó el segundo. Si en Pringles hubiera habido quema de iglesias vez de un colectivo popular unido como no
como en Buenos Aires, él habría ido con la antorcha.
lo había imaginado el antiperonismo.
César Aira, El tilo, Beatriz Viterbo Editora, Rosario, 2003, pp. 19-21. Sobrevino después la llamada “Revolución
Argentina”, conducida en primera instancia
por Onganía. Una dictadura que también
se acumularon fracasos institucionales en un presentaba contradicciones básicas entre sus
ciclo de gobiernos cortos y golpes intermi- medios y sus objetivos: al mismo tiempo que
tentes. Las tensiones básicas de la sociedad se pretendía avanzar política y económicamen-
potenciaron con estos fracasos políticos. Las te sobre la clase obrera, planeaba contenerla
variantes de proscripción que se improvisa- mediante un pacto con burócratas sindicales
ron a lo largo de dieciocho años fracasaron que en los hechos traicionaban visiblemente
todas en reconstituir un orden político debi- a Perón. El arreglo corporativo de Onganía y
do al contrasentido que cada uno de estos Vandor fue otra de las astucias políticas que
ensayos escondía desde su concepción. acabaría derrumbándose. También era con-
Esos dieciocho años se habían iniciado tradictorio el pretender sitiar a los sectores
con la denominada “Revolución más resistentes de la sociedad con las fuerzas
Libertadora”: una dictadura que se presenta- armadas desunidas, al ser apartadas del
ba como manumisora del yugo peronista, gobierno y del cogobierno.
pero contradictoriamente pretendía seducir Que la Argentina sin Perón era ingober-
a los sectores populares al tiempo que nable tardó en aceptarlo el Ejército antipero-
emprendía embates represivos y ultrajes sim- nista. Cuando lo hizo, la inercia del conflicto
bólicos contra sus sentimientos políticos. fue inmanejable aun para el propio líder de
Lejos de conseguir la desperonización, des- las clases trabajadoras, quien durante los die-
pertaría el instinto más herético de la identi- ciocho años de proscripción había estimula-
dad ofendida. El contrasentido era mayor en do fuertemente al ala izquierda del peronis-
la medida en que se pretendía desencantar a mo sin descuidar a los sectores de derecha
Capitalismo-socialismo
Velatorio de los
librar la lucha anticomunista mediante el
fusilados en control directo del Estado la tuvo, en esta
Trelew (agosto 1972) nueva oleada de golpes, el ejército brasile-
ño en 1964. Lo siguieron pronto los ejér-
citos del resto de los países. La influencia
golpista en la región alcanzaría su mayor
radio a mediados de los 70, cuando las
dictaduras militares proliferaron en todos
los países a excepción de Colombia y
Venezuela. Las fuerzas contrarrevoluciona-
rias contaron con ampliados recursos esta-
tales y paraestatales en el marco del mayor
encuentro de colaboración anticomunista
una guerrilla revolucionaria de 3.000 com- que hayan coordinado los Estados Unidos.
batientes capaces de vencer a un ejército Las fuerzas revolucionarias, en cambio,
regular de 10.000 efectivos con aviación y intentarían compensar la inferioridad de
marina. sus recursos materiales y militares con una
Pero en Latinoamérica los ejércitos estrategia adaptada al ocultamiento en la
regulares pronto se adecuaron al combate geografía rural o urbana, y con el mayor
que las guerrillas planteaban. En el catoli- compromiso de sus militantes sobre la
cismo integrista y el nacionalismo conser- base de una ética del coraje sostenida en el
vador buscaron ideales para motivar a sus convencimiento revolucionario. Pero que
efectivos y a buena parte de las clases el foco guerrillero prosperase, como en
subalternas contra el “comunismo ateo e Cuba, o quedara reducido a sí mismo,
internacional”. En la Doctrina de como en Bolivia, dependía de su capaci-
Seguridad Nacional encontraron formas dad de establecer lazos con las poblaciones
de adaptación estratégica para la nueva explotadas hasta el punto de ser concebido
lucha antiinsurgente y argumentos para por ellas como la vanguardia armada de su
justificar el lanzamiento de los ejércitos a liberación.
la toma del poder. En lo sucesivo, predica- En la Argentina, este conflicto se conju-
ba esta doctrina, las fuerzas armadas debí- gó tan estrechamente con los otros que
an disponerse a librar batallas ya no contra resultaría difícil distinguirlos. A lo largo
otras fuerzas regulares de las naciones limí- del período, la parte más activa y volunta-
trofes, sino contra los focos guerrilleros en riosa del torrente social obrero, confesio-
el interior de la propia nación. En el Cono nal, juvenil y estudiantil se fue reorientan-
Sur, la iniciativa de tomar el poder para do en función de la contienda mundial.
25 Sergio Nicanoff y Axel Castellano, Las primeras experiencias guerrilleras en la Argentina. La historia del
Vasco Bengochea y las Fuerzas Armadas de la Revolución Nacional, Centro Cultural de la Cooperación,
Cuaderno 29, Buenos Aires, enero de 2004.
El conflicto capital-trabajo
26 Ricardo Aroskind, “El país del desarrollo posible”, y Javier Auyero y Rodrigo Hobert, “¿Y esto es Buenos
Aires? Los contrastes del proceso de urbanización”, en Violencia, proscripción y autoritarismo (1955-1966),
Nueva historia argentina, tomo IX, dirigida por Daniel James, Sudamericana, Buenos Aires, 2003, p. 224.
27 James Brenan, El Cordobazo. Las guerras obreras en Córdoba 1955-1976, Sudamericana, Buenos Aires,
1996.
El conflicto generacional
28 Eric Hobsbawm, Historia del siglo XX, véase el capítulo XI “La revolución cultural”. Del mismo autor véase
también Años interesantes. Una vida en el siglo XX, cap. 15, “La década de los sesenta”, Crítica, Buenos Aires,
2003.
29 Sergio Pujol, “Rebeldes y modernos. Una cultura de los jóvenes”, en Daniel James (comp.), Nueva historia
argentina, tomo IX, ob. cit., pp. 314-321.
30 Paradójicamente, más perjudicial resultaría la prohibición de estos cambios en los regímenes comunistas,
menos flexibles a darles cabida. Homosexuales o transexuales, por ejemplo, encontrarían mayor permisividad
en el capitalismo que en los socialismos reales.
El conflicto interburgués
Tres burguesías de similar poder se abierta para agrandar sus mercados exter-
disputaron el lugar de clase dominante, nos. La burguesía ISI, en cambio, promo-
procurando imponer el rumbo econó- vía los lineamientos del Primer Plan
mico en su beneficio. Quinquenal: salarios más altos para incre-
La burguesía agrícola-ganadera era par- mentar el consumo interno, subsidio esta-
tidaria de una moneda devaluada, bajas tal a los aumentos salariales y protección de
retenciones a las exportaciones y economía las industrias livianas con aranceles altos
que limitaran la llegada de artículos impor- llegaba el momento en que las transnacio-
tados. La burguesía multinacional concen- nales petroleras imponían las medidas
trada de las industrias difíciles planteaba económicas. Por último, cuando las ten-
por el contrario salarios bajos, dólar barato siones sociales eran muy agudas, la bur-
y retenciones altas a los exportadores agrí- guesía que mayores efectos benéficos solía
colas para financiar grandes obras de infra- derramar para apagar el incendio la cons-
estructura. tituían las ISI livianas generadoras de
De modo que, como sucede en cual- empleo, aumentos salariales y cadena de
quier capitalismo, había intereses contra- consumo.
puestos entre las burguesías diversas. Lo Estos conflictos en la cumbre de la pirá-
singular de este período fue que ninguna mide social aportaron a la inestabilidad
de las tres logró imponerse sobre las otras política del período. Los gobiernos dura-
por un tiempo prolongado. La pulseada ban poco, no sólo debido a los conflictos
entre ellas no terminaba de definirse debi- verticales capital-trabajo y peronismo-anti-
do a lo que Juan Carlos Portantiero alcan- peronismo, sino porque el propio frente
zó a ver con nitidez en 1973: el empate antiperonista-burgués se encontraba divi-
hegemónico y bloqueo recíproco entre dido por disputas económicas que no ter-
las burguesías se debían a que el funciona- minaban de definirse. Los gobiernos caían,
miento del ciclo capitalista en la y con ellos también caían sus políticas eco-
Argentina demandaba cambios en la polí- nómicas, por lo cual se producía un viraje
tica económica que alternativamente llamativo en esta materia. En 1955 la polí-
favorecían a cada una de las tres fraccio- tica económica se inclinó a favor de la bur-
nes.31 Cuando el problema más acuciante guesía agroexportadora. En 1958 y 1966,
de la economía era la falta de divisas, la fue el turno de las transnacionales dedica-
propia situación promovía las políticas das a las industrias complejas: petróleo,
que eran favorables a la burguesía agroex- automotores, medicamentos. Frondizi y
portadora, la única que producía bienes Onganía contestaron sus demandas con la
exportables y aportaba divisas. Cuando el promesa desarrollista de un “despegue
problema más urgente para la continui- industrial autosostenido”. Los momentos
dad del sistema económico era resolver un favorables a la burguesía ISI tuvieron lugar
“cuello de botella industrial” ante, por durante las presidencias de Illia y
ejemplo, la falta de recursos energéticos, Levingston.
31 Juan Carlos Portantiero, “Clases dominantes y crisis política en la Argentina actual”, en Oscar Braun
(comp.), El capitalismo argentino en crisis, Siglo XXI, Buenos Aires, 1973.
se expresa, a nuestro criterio, cierta “distor- bólica, de los embates represivos, del auge de
sión” en la mirada autoral (corregida en la la revolución en el mundo y de la depriva-
segunda parte) al momento de retratar la ción del ingreso en la Argentina. Las prime-
sociedad argentina de 1966 y sus conflictos. ras imágenes muestran la represión y el
Esta “distorsión”, si se nos permite el térmi- enfrentamiento descarnado, transmitiendo
no, es muy reveladora en la medida en que una visión positiva de la violencia popular:
refleja mejor la visión de la resistencia pero- “Un pueblo sin odio no puede triunfar”, “El
nista y de buena parte del campo popular hombre colonizado se libera en y por la vio-
acerca de quién era esencialmente el enemi- lencia”, “Todo espectador es un cobarde o
go antiperonista, quiénes eran los contrarios un traidor”. Estas citas de Frantz Fanon
implicados en la lucha por la liberación. La remiten al convencimiento acerca de la legi-
riqueza de esta primera parte del tríptico timidad de la lucha armada en tanto forma
consiste no sólo en su capacidad de mostrar- superior e inevitable de la lucha de clases. Tal
nos aspectos de aquella sociedad atravesada vez no hubieran sido formuladas de un
por contrastes sociales y múltiples formas de modo tan concluyente en otras décadas del
dominación, sino en revelarnos cómo se siglo XX que no fueran las del 60 y 70. Con
visualizaba al campo amigo y al campo ene- imágenes de una manifestación por el 17 de
migo desde el prisma de la resistencia pero- octubre de 1965 en Parque Patricios, el filme
nista. Los aciertos y las posibles distorsiones descarta abiertamente la posibilidad de
de esa mirada son igualmente importantes alcanzar conquistas populares por la vía de la
para nosotros en la medida en que la historia democracia burguesa. La legitimación de la
debe ocuparse no sólo de los procesos de guerrilla en estos años es una evidencia de
cambio, sino de cómo esos procesos eran cómo la formación más tardía del ERP y
percibidos por los protagonistas. La pro- Montoneros había sido precedida por un
puesta consiste entonces en analizar esta pri- proceso de elaboración más amplio.
mera parte teniendo en cuenta ambos pla- Otro aspecto de la época, visual y tex-
nos: el plano de la realidad histórica que la tualmente reflejado, es la dimensión plane-
película refleja y el plano de la observación taria del análisis, la conciencia acerca de la
de esos procesos por parte de los autores-par- vinculación mundial de los conflictos. El
tícipes del tiempo narrado. filme establece estrechas relaciones entre las
Todo el documental (sus luchas sociales en la Argentina y en el
tres partes) es en sí mismo un Tercer Mundo, cuyo escenario más revela-
testimonio del tenor revolucio- dor de la ofensiva neocolonial es Vietnam.
nario que la resistencia peronis- Las imágenes presentan a EE.UU. como
ta fue adquiriendo al calor de la “enemigo del género humano”. La interca-
proscripción, de la ofensa sim- lación de imágenes nacionales, continenta-
35 Para una aproximación a estas representaciones puede consultarse Roberto Amigo, “Letanías en la
Catedral. Iconografía cristiana y política en la Argentina: Cristo Obrero, Cristo Guerrillero, Cristo
Desaparecido”, en Studi Latinoamericani / Estudios Latinoamericanos, Nº 1, Mario Sartor (cur.), Esperimenti
di Comunicazione, Forum, Udine, 2005.
blo”, la cámara viajera se concentra en los a las ciudades contaminadas por lo forá-
vestigios de las comunidades indígenas, neo. La contraposición moral entre Buenos
como una toldería de indios matacos parcial- Aires y el interior profundo es un tópico
mente expropiada de la naturaleza y entera- reiterado en la primera parte: la antítesis
mente marginada del progreso. La mayor entre el indio y los rascacielos modernos
parte de las imágenes de sectores populares domina la composición de imágenes.
que esta primera parte del documental con- Con tono siempre irónico, Buenos
trapone a la oligarquía ganadera, no remite a Aires es presentada con tomas del puerto
los obreros fabriles, ni a los migrantes inter- demasiado abierto a lo que Europa le acer-
nos instalados en el mundo industrial del cara: mercancías, formas de explotación,
conurbano antes del peronismo y durante él, ideas y modos de vida antinacionales.
sino a quienes permanecieron en sus comar- Ciudad adentro comienza el desfile de los
cas de origen resistiendo la desintegración de dispositivos alienantes, estéticamente
su cultura. Los trabajadores de la resistencia dependientes de las modas europeas y nor-
peronista que en sindicatos y reuniones clan- teamericanas. La ciudad es vanidosa, emu-
destinas verían la primera parte de La ladora, alejada de lo nacional, sin identi-
hora…, se encontrarían menos a ellos mis- dad, intermediaria y acaparadora de la
mos que a sus “antepasados” (en el caso de riqueza rural: una cabecera del puente
los migrantes internos). Las tomas de traba- mediante el cual el neocolonialismo domi-
jadores industriales (textil y papel) requisa- na a la Argentina toda. A excepción de una
dos y controlados por el reloj marcador de toma en un café de barrio, musicalizada
tarjetas y una toma fugaz de la industria con el tango Sur, el documental no resca-
automotriz son las únicas imágenes de las ta elementos de la cultura porteña. Las
novedosas formas de explotación capitalista luces de la ciudad determinan un espacio
que se estaban imponiendo. de frivolidad “de espaldas al país”, defor-
El enaltecimiento de una esencia nacio- mación cultural y corrupción encubierta
nal ligada a los pueblos originarios que pre- detrás de las ventanas de los edificios cor-
valece en la primera parte, es sin dudas porativos. Como antecedente muy cerca-
heredero de la corriente intelectual deno- no en el tiempo, prácticamente contem-
minada revisionismo histórico. El hombre poráneo, de esta indentificación entre la
que está solo y espera (1931), de Scalabrini ciudad cosmopolita y la dominación
Ortiz, fue tal vez el más sonoro manifiesto extranjera, podría contemplarse la revolu-
de esta búsqueda de reservorio de valores y ción cultural china en su revaloración del
honestidad en las comarcas más pobres de mundo campesino como agente depura-
la Argentina, restos de pureza nacional, del dor de las recaídas capitalistas del espacio
“espíritu de la tierra” que pudieran redimir urbano-intelectual.
PINO SOLANAS...
de Frondizi, pero no llega a percibir la pre- Algo similar advierten los narradores con
tensión de autonomía o “desempate” de respecto a sectores más vastos de la clase
esta fracción con respecto a la burguesía media, que, al calor de las experiencias pos-
agroexportadora. teriores a 1955, comienzan a independizarse
Donde más diferencias encontraremos de la oligarquía. También se saluda el surgi-
entre la primera y la segunda parte es con miento de un nuevo perfil del intelectual de
respecto a la valoración de los sectores izquierda que por primera vez rompería con
medios y el movimiento estudiantil. En la los esquemas europeos sin permanecer al
primera parte estos actores eran presenta- margen de las luchas populares.
dos como esencialmente dependientes de la En la primera parte, la carga contra la
oligarquía, apartados de las luchas popula- izquierda crítica del peronismo se funda-
res. En la segunda parte se contempla un menta en el enaltecimiento de una esencia
proceso de conversión de las capas medias y nacional y popular encarnada por sectores
estudiantiles, de instrumentos pasivos del no pertenecientes al proletariado moderno.
sistema de dominación a actores creciente- Raíces identitarias que la izquierda europea
mente comprometidos con el campo popu- no podría incorporar en su figuración abs-
lar, recién llegados a la lucha antiimperialis- tracta e idealista de la clase obrera. En la
ta que el peronismo trabajador habría segunda parte, la embestida a la izquierda no
emprendido antes. El documental registra peronista cambia de eje. El nuevo sujeto de
una corriente de impugnación significativa enaltecimiento para diferenciarse de la otra
contra la cual había reaccionado el ongania- izquierda es la resistencia obrera peronista
to en la Noche de los Bastones Largos del conurbano, un proletariado moderno
(1966). La resistencia peronista comenzaba pero nacional ante todo, igual de incom-
a tener aliados dentro del estudiantado de prendido por la izquierda de raíz europea. La
clase media. El documental da cuenta del discordancia de la izquierda tradicional en
desclasamiento de un sector significativo de ambos casos se vincula a su matriz extranje-
jóvenes que en el marco universitario ra. En los términos de La hora…, la única
adquiría una conciencia social antagónica conciliación posible con el marxismo euro-
al conservadurismo de sus padres. Pero peo en la Argentina tendría lugar si esas for-
siempre en la medida en que estos sectores maciones ideológicas comprendieran su
comprenden por primera vez el valor histó- error. En ninguno de los testimonios o inter-
rico del peronismo, admiten su error y se venciones de los narradores se plantea la
incorporan al campo popular. Los dirigen- posibilidad de que la izquierda peronista
tes estudiantiles entrevistados hablan de tenga algo que aprender de las críticas que la
esta conversión, criticando la actitud ante- otra izquierda le había formulado al peronis-
rior contraria al peronismo. mo por su costado bonapartista.
Actividades
37
1. Comparar los siguientes grafitos del Mayo Francés, con los “La emancipación del hombre será total o no será.” (Censier)
eslóganes de La hora de los hornos. La actividad apunta “La novedad es revolucionaria, la verdad también.” (Censier)
a detectar elementos comunes y diferenciales entre dos “La pasión de la destrucción es una alegría creadora. Bakunin.”
retóricas revolucionarias contemporáneas, correspon- (Sorbona)
“La libertad es la conciencia de la necesidad.” (Plaza de la Sorbona)
dientes al centro y la periferia del capitalismo. En cuanto
“No me liberen, yo me basto para eso.” (Nanterre)
a los contenidos, las principales diferencias giran alrede-
“Todo es dadá.” (Odeón)
dor de la visión sobre el arte vanguardista (surrealismo, “Abraza a tu amor sin dejar tu fusil.” (Odeón)
dadaísmo) y el rol de la imaginación utópica, y la impor- “Las jóvenes rojas cada vez más hermosas.” (Medicina)
tancia de la liberación en los hábitos personales. “La revuelta y solamente la revuelta es creadora de la luz, y esta luz no
puede tomar sino tres caminos: la poesía, la libertad y el amor.
“Cuando la asamblea nacional se convierte en un teatro burgués, todos Breton.” (Facultad de Derecho - Assas)
los teatros burgueses deben convertirse en asambleas nacionales.” “Aprende a cantar La Internacional.” (Barrio Latino)
(Odeón) “No puede volver a dormir tranquilo aquel que una vez abrió los ojos.”
“¡Viva la comunicación! ¡Abajo la telecomunicación!” (Odeón) (Nanterre)
“Gracias a los exámenes y a los profesores el arribismo comienza a los “La acción permite superar las divisiones y encontrar soluciones. La
seis años.” (Sorbona) acción está en la calle.” (Ciencias Políticas)
“No hay pensamiento revolucionario. Hay actos revolucionarios.” “El levantamiento de los adoquines de las calles constituye la aurora de
(Nanterre) la destrucción del urbanismo.” (Sorbona)
“Olvídense de todo lo que han aprendido. Comiencen a soñar.” “Acumulen rabia.” (Nanterre)
(Sorbona) “Exagerar, ésa es el arma.” (Censier)
“Se decreta el estado de felicidad permanente.” (Ciencias Políticas) “La belleza será convulsiva o no será. Breton.” (Sorbona)
“La imaginación toma el poder.” (Sorbona)
“En los exámenes responda con preguntas.” (Sorbona)
“Abajo el realismo socialista. Viva el surrealismo.” (Condorcet)
2. Sería interesante buscar artículos periodísticos de la
“No queremos un mundo donde la garantía de no morir de hambre se
compensa por la garantía de morir de aburrimiento.” (Odeón) época que den cuenta de los conflictos analizados en el
“Sean realistas: pidan lo imposible.” (Censier) módulo con el objeto de que puedan ser utilizados para
“Nuestra esperanza sólo puede venir de los sin esperanza.” (Ciencias trabajar con los alumnos.
Políticas)
“Dios: sospecho que eres un intelectual de izquierda.” (Liceo
Condorcet) Sugerencias fílmicas para ampliar y contrastar
“Graciosos señores de la política: ocultáis detrás de vuestras miradas Los inundados, Fernando Birri, 1960.
vidriosas un mundo en vías de destrucción. Gritad, gritad; nunca se
sabrá lo suficiente que habéis sido castrados.” (Sorbona) Este es el romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedó
“Prohibido prohibir. La libertad comienza por una prohibición.” trunco, comenzó la tristeza… y unas pocas cosas más… Leonardo
(Sorbona) Favio (1965)
“Un solo week-end no revolucionario es infinitamente más sangriento
Los traidores, Raymundo Gleyzer, 1973.
que un mes de revolución permanente.” (Fac. de Lenguas Orientales)
“Cambiar la vida. Transformar la sociedad.” (Ciudad Universitaria) Los hijos de Fierro, Fernando Solanas, 1975.
37 Citados en http://www.galeon.com/elortiba.
Bibliografía
C A P Í T U L O 3
La última dictadura (1976-1983)
Tiempo de revancha,
Adolfo Aristarain, 1981
39 Guillermo O'Donnel y Philip Schmitter, Transiciones desde un gobierno autoritario, vol. 4: Conclusiones
tentativas sobre democracias inciertas, Paidós, Buenos Aires, 1988.
40 Hugo Vezzetti, Pasado y presente. Guerra, dictadura y sociedad en la Argentina, Siglo XXI, Buenos Aires,
2002. Marcos Novaro y Vicente Palermo, La dictadura militar 1976-1983. Del golpe de Estado a la restauración
democrática, Paidós, Buenos Aires, 2003.
hielo de 1980. El sector esnob que siempre del golpe de 1943. El involucramiento
ocupa un lugar dentro del amplio espectro administrativo de las tres fuerzas fue poco
de la cultura joven, fue en los primeros menos que una obsesión de la conducción
años de la dictadura un componente domi- golpista que comandaba al Ejército en la
nante: la subcultura “cheta” escaló posicio- nueva toma del poder. La corresponsabili-
nes e impuso la pauta musical, de vesti- dad en las tareas de gobierno a través de un
menta y de accesorios entre 1977 y 1980. reparto burocrático equitativo tenía como
fin afianzar la comunión entre las fraccio-
1966 y 1976: elementos comunes y nes militares dispuestas a llevar a cabo el
diferenciales genocidio clandestino y a mantener indefi-
nidamente un pacto de silencio en torno
Otro eje consiste en comparar esta dic- de él. Desde luego, los miembros de las
tadura con su antecesora en función de fuerzas armadas no alcanzaron a cubrir ni
captar los rasgos singulares de cada una. la mitad de los cargos públicos relevantes.
Sin duda que hay elementos comunes Los llamados “amigos del Proceso” –reclu-
entre ellas: eran dos dictaduras militares tados en la derecha del peronismo, del
anticomunistas que pretendían clausurar el radicalismo, y en partidos conservadores
espacio electoral por tiempo indetermina- provinciales– ocuparon embajadas, inten-
do. Dos dictaduras sintonizadas en la dencias, ministerios y empresas estatales.
Doctrina de la Seguridad Nacional, que Otra diferencia significativa entre las
trazaba coordenadas de acción a los ejérci- dos dictaduras la encontraremos en torno
tos golpistas del continente, aunque desde del proyecto económico. A diferencia del
luego Onganía y Videla comandaron esca- plan desarrollista de 1966, basado en el
ladas represivas de muy distinto calibre. despegue de industrias difí-
Otra diferencia consistió en que la dic- ciles bajo el patrocinio de
tadura de 1966 se había basado en un las transnacionales, el
esquema presidencialista. Rodeado de tec- Proceso de 1976 configuró
nócratas civiles, Onganía había procurado un modelo de valorización
una imagen civil ante la sociedad, por eso financiera y desindustriali-
apartó del gobierno y la administración a zación selectiva que, como
las fuerzas armadas. Por el contrario, el veremos, implicaría el des-
esquema de poder y reparto institucional guace de significativas par-
de la última dictadura se basó en un celas de la industria argenti-
gobierno pleno de las fuerzas armadas, un na. Si bien pueden estable-
copamiento masivo de los militares sobre cerse continuidades entre
las instituciones del Estado que superó al los grupos económicos
locales más beneficiados en una y otra dic- Proceso se dio el gusto de hacerlo en más
tadura, y en los mecanismos de “privatiza- de una oportunidad, mientras funciona-
ción periférica” basados en adjudicaciones ron sus ficciones nacionales. Implementó
de privilegio en uno y en otro caso, hay en dispositivos consensuales abrumadores. A
principio dos puntos contrastantes. La dic- partir del control de los medios se dirigió
tadura de 1966 no abrió violentamente la a la sociedad argentina como ningún otro
economía en contra de las vulnerables régimen lo había hecho. Intentó movilizar
industrias livianas de capital nacional. El continuamente a los argentinos contra
énfasis había estado puesto en el salto enemigos que la corporación militar
industrial cualitativo, y no en reducir las determinaba internamente y luego pro-
“industrias artificiales”, que para la con- yectaba a la nación toda: subversión, cam-
ducción golpista de 1976 constituían la paña antiargentia, Chile, Inglaterra, a su
cantera de la indisciplina obrera. Mientras turno fueron llevados al primer plano de
Onganía y Krieger Vassena habían seguido la enemistad nacional. Este eje de convo-
el camino industrialista de la dictadura catorias nacionales confrontativas será
brasileña lanzada al poder en 1964, Videla analizado en el siguiente capítulo de apro-
y Martínez de Hoz tenían como referencia ximación a la guerra de Malvinas y su
la dictadura de Pinochet (1973), aconseja- posguerra, a través del documental Locos
da directamente por el principal exponen- de la bandera.
te de la escuela económica de la
Universidad de Chicago, Milton Genocidio: el grado sumo de la preme-
Friedman, quien en 1976 recibiría el ditación
Premio Nobel.
En segundo lugar, a Un genocidio no es sólo una matanza
diferencia del ensayo cor- masiva de personas. En un sentido estricto,
porativista previsto por implica la puesta marcha de engranajes diri-
Onganía para perpetuarse gidos a una matanza colectiva, mecanismos
en el poder, la última dic- previstos para llevar adelante lo que se ha
tadura apeló a un modo llamado “matanza administrada” o “fábrica
inédito de entablar cone- de la muerte”. Se trata de un crimen masi-
xiones con la sociedad. A vo de personas previamente cercadas por el
diferencia de las dictaduras Estado en una categoría (étnica, nacional,
de 1955 y 1966, que religiosa, ideológica) establecida a los efec-
nunca habían logrado lle- tos de ser eliminada. En el caso argentino
nar una plaza de rostro no correspondía a categoría religiosa ni se
popular a su favor, el trató de una “limpieza étnica”. El común
sus chances de concitar el apoyo de las reciente estudio de Novaro y Palermo nos
fuerzas armadas, al mostrarse fiel y decidi- permite superar las imágenes dicotómicas,
do a cumplir el pacto corporativo estable- al distinguir una amplia gama de actitudes
cido en 1975.41 complejas y cambiantes a lo largo de los casi
ocho años que duró el Proceso:
Dictadura y sociedad: complicidad, I. El apoyo “propositivo”, entusiasta y
sometimiento y resistencia duradero de la Iglesia, los partidos conser-
vadores provinciales, los medios de comu-
Dos imágenes distorsionadas compiten nicación apologéticos, buena parte de las
por llegar a las generaciones posdictadura asociaciones empresariales y ejecutivos par-
sobre aquella época. La imagen de una tícipes de la represión en las fábricas. De
sociedad cómplice, o la de una sociedad un segmento significativo del peronismo
enteramente inocente, frente a una dicta- de gobierno partícipe de la cacería estatal
dura solitaria. En consonancia con la pri- de 1975. De dirigentes territoriales del PJ
mavera cívica de 1983, la resonante pelícu- y de la UCR que conformaron un buen
la dirigida por Miguel Pérez, con guión de porcentaje de los intendentes.
Luis Gregorich y producción de Enrique II. El respaldo condicional, oportunista,
Vanoli, La República perdida, alegó esta dosificado y negociador de las figuras más
pureza de la sociedad civil y de su clase diri- relevantes de los partidos mayoritarios
gente no conservadora. La integridad del (UCR, PJ, PI, DC), del Partido
pueblo se proyectaba al pasado a propósito Comunista argentino y de buena parte de
de todos los golpes militares.42 Según los los medios de comunicación masivos, que
términos que el propio Gregorich utilizaba contribuyeron al “espejismo” de acompa-
en su texto base, en 1976 las minorías ñamiento. De artistas e intelectuales vincu-
“agresivas y carentes de votos” se habían lados al “apagón cultural”.
impuesto una vez más sobre los partidos de III. El respaldo inicial de buena parte de
“las mayorías nacionales”, que al fin de la clase media, angustiada por el escenario
cuentas habían encontrado en el radicalis- violento, que vio en la primera aparición
mo y en el peronismo a “los intérpretes más televisiva de la junta militar a “un gobierno
adecuados de la voluntad nacional”.43 El de caballeros”.44
41 Claudio Uriarte, Almirante Cero. Biografía no autorizada de Emilio Eduardo Massera, Planeta, Buenos Aires,
1991.
42 Marcos Novaro y Vicente Palermo, ob. cit., p. 519.
43 Luis Gregorich, La República perdida. Crónica ilustrada de medio siglo de desencuentro argentino 1930-
1983, Sudamericana-Planeta, Buenos Aires, 1983.
44 La expresión pertenece a Jorge Luis Borges.
IV. El respaldo ocasional y eufórico de IX. Y sobre el final, el grito social repro-
millones de argentinos manipulados por la batorio que estalló tras la derrota de
comunicación, que apelaba al sentimiento Malvinas y que en gran medida fue canali-
nacional durante el Mundial 78 y zado por la Multipartidaria.
Malvinas.
V. La “pasiva conformidad” de buena Valorización financiera
parte de la sociedad, doblemente condicio- y desindustrialización selectiva
nada por lo que Novaro y Palermo deno-
minan “el mundo del temor” y el “mundo Entre los analistas existe un consenso
de la seguridad”; mundos superpuestos que acerca de que bajo la dictadura se instaló un
propiciaron las “transacciones mentales” nuevo modelo de acumulación que se dife-
tendientes a “preferir no saber” o a “culpa- renciaba de los anteriores por sus constan-
bilizar a las víctimas” (“Por algo será”). tes destructivas: desindustrialización selec-
VI. La resistencia silenciosa o “periféri- tiva, desocupación estructural, descenso
ca” de diversos sectores de la clase obrera, social de las clases subalternas, desguace del
antes y después del hundimiento económi- patrimonio estatal, decadencia de las pres-
co de 1981. Las protestas sociales en los taciones sociales, endeudamiento extremo,
barrios periféricos contra el deterioro de la fuga de capitales, primacía de las ganancias
economía a partir de 1980. La resistencia financieras, concentración del ingreso. La
sobre la base de pequeños gestos transgre- polémica principal gira en torno de lo que
sores en espacios del rock nacional, y de lo podríamos denominar “el problema de las
que se ha dado en llamar la “cultura de las intenciones”. ¿Cuánto de lo que sucedió
catacumbas”, en referencia a los círculos fue deliberado, y cuánto se fue producien-
artísticos e intelectuales que emergieron do descontroladamente, contra las inten-
lentamente a partir del aflojamiento de la ciones de la alianza entre militares y econo-
censura en 1979 y 1980. mistas liberales que comandó el golpe
VII. La resistencia pública de las agru- desde el comienzo? Los últimos estudios
paciones de derechos humanos, que surgie- acerca de la economía bajo la dictadura nos
ron en los años más duros de la represión y permiten afirmar las siguientes precisiones
que perdurarían tras la caída del régimen. sobre el proyecto y los resultados de la ges-
VIII. La resistencia clandestina y arma- tión de Martínez de Hoz.
da de las organizaciones guerrilleras hasta 1) ¿Existió el plan de volver a la
que fueron definitivamente derrotadas. La Argentina preindustrial? Una visión insta-
resistencia clandestina de las agrupaciones lada en el imaginario histórico más exten-
de izquierda desvinculadas de la lucha dido adjudica a la alianza militar-liberal de
armada. 1976 la intención de forzar un desmante-
45 Las industrias que más crecieron fueron las de bienes intermedios y capital concentrado: celulosa, siderur-
gia, aluminio, petroquímica, cemento.
al cabo del cual decrecerían las industrias ¿“Plan deliberado” o “desmanejo econó-
de tecnología precaria basadas en la adi- mico”? Algunos críticos que recorren la
ción del trabajo, al mismo tiempo que se gestión en cortos tramos y cotejan cada
desarrollarían las industrias de capital una de las medidas con las urgencias del
intensivo y mano de obra escasa. El some- equipo económico y la interpretación ofi-
timiento del trabajo se lograría combinan- cial, centran las explicaciones del derrum-
do un ataque represivo y un golpe de gra- be en la ineficacia, los condicionamientos,
cia tecnológico estimulado por la apertura el descontrol y los efectos paradojales que
económica. El orden social sería reimpues- desataron los instrumentos utilizados.46
to en cada fábrica eliminando los restos de Otros, que como Eduardo Basualdo alzan
control obrero en los ritmos de trabajo. Se la vista en una perspectiva extendida, atri-
fomentaría la dispersión geográfica de los buyen los resultados destructivos a un plan
polos industriales mediante regímenes de articulado en el tiempo, con unidad de
promoción impositiva que alentaran el acción, que habría contemplado el modo
traslado de las plantas hacia las provincias en que, más tarde o más temprano, serían
menos pobladas del territorio nacional. favorecidos los grandes grupos con privati-
zaciones como las que finalmente se con-
2) ¿Fueron deliberados el giro financie- cretaron en los años 90.
ro, el endeudamiento masivo y el derrum- Así esbozadas, cada postura presenta sus
be de las industrias sustitutivas? ¿O se atractivos y dificultades. Las tesis basadas
trató más bien de una situación descon- en el “error” y en la “ingenuidad liberal” no
trolada que condujo a resultados no bus- logran explicar ni la persistencia de las
cados por la conducción militar y econó- políticas que condujeron al quebranto eco-
mica? nómico, ni por qué las consecuencias,
Un país que recibe una enorme masa de nocivas para el conjunto social, beneficia-
capitales y que, lejos de ampliar su econo- ron casi siempre a los mismos sectores. La
mía, destruye una parte considerable de su tesis basada en la idea de un “plan delibe-
capacidad productiva: en la historia del rado” enfrenta el desafío de responder de
capitalismo es difícil encontrar un caso tan qué manera la conducción política y eco-
pronunciado de valorización financiera y nómica del régimen pensaba perdurar en el
demolición industrial selectiva. poder después de un “fracaso” tan rotundo.
46 Véase, por ejemplo, Juan V. Sourrouille, Bernardo P. Kosacoff y Jorge Lucangeli, Transnacionalización y polí-
tica económica en la Argentina, Centro Editor, Buenos Aires, 1985, cap. 2: “La política económica del gobier-
no militar”. Otro exponente de esta visión sería Alberto R. Jordán, El Proceso 1976-1983, Emecé, Buenos Aires,
1993, pp. 222-223.
Determinar con precisión qué destruccio- fricciones internas fueron creando una
nes fueron deliberadas y cuáles no, aunque compleja cadena de contingencias y reme-
unas y otras beneficiaron a los mismos gru- dios inconsistentes que acabarían siendo
pos y contribuyeron de todas formas al letales para los planes procesistas de conti-
empobrecimiento de las clases subalternas, nuidad en el poder. El régimen no habría
es relevante para conocer mejor las caracte- destruido voluntariamente sus medios de
rísticas de los poderes capitalistas de la perpetuación; sólo habría fracasado en su
Argentina, habida cuenta de que incluso intento de compatibilizar las visiones ten-
otras dictaduras contemporáneas del Cono sionadas que pervivían en su seno.
Sur no produjeron destrucciones equiva- Muy distinta resulta la visión de
lentes de sus economías, y que el enrique- Basualdo, fundamentada en una mirada
cimiento de sus grupos dominantes deparó sistémica del período iniciado en 1976 y
mayores inversiones industriales. los veinte años posteriores. Conceptuar la
Novaro y Palermo plantean que, entre última dictadura como una “fase prepara-
los siguientes cuatro destinos de la econo- toria” de los 90, lo induce a descubrir el
mía argentina, “una economía desarrollis- desarrollo pautado de un modelo de acu-
ta y quebrada”, “una economía desarrollis- mulación que habría proyectado valorizar
ta y pujante”, “una economía abierta y el capital financiero, de acuerdo con el
quebrada”, “una economía abierta y plan inaugurado por la conducción cívico-
pujante”, la conducción política y econó- militar del 76. El objetivo consciente de
mica del régimen habría preferido la últi- esa conducción habría sido entonces una
ma opción, aunque el resultado de la ges- economía “financista y quebrada”. El decli-
tión haya sido claramente “una economía ve económico de la Argentina habría sido
abierta y quebrada” en la cual sólo se previsto por ella y ejecutado con unidad de
habrían cumplido los objetivos destructi- criterio a lo largo de los últimos veinticin-
vo-disciplinarios.47 Para estos autores los co años. Desde el inicio, según esta visión,
resultados de la política económica sí pue- las metas principales eran: endeudamiento,
den ser leídos en términos de “fracaso”. fuga de capitales, disciplinamiento social y
Sencillamente, no eran los resultados que las privatizaciones que se concretarían en
la conducción se había propuesto, sino los años 90, cuando los acreedores internos
derivaciones fallidas que se habían origi- y externos obligaran a que el Estado res-
nado en el desmanejo y en las tensiones pondiera con sus activos más valiosos,
internas del régimen. Las improvisaciones aceptando los bonos de la deuda al 100 %
que surgían de la necesidad de subsanar las de su valor nominal.
48 Jorge Schvarzer, La política económica de Martínez de Hoz, Hispamérica, Buenos Aires, 1986, pp. 139-142.
49 De 1968 a 1974 la tasa de crecimiento medio de la economía brasileña fue del 10 % y los productos manu-
facturados desplazaron al café como principal producto de exportación. Thomas E. Skidmore, Peter Smith,
Historia contemporánea de América Latina, Crítica, Barcelona, 1999, p. 199.
Nivel de Relativamente
Desindustrialzación (decreciente)
industrialización creciente
52 Véase un desarrollo de esta comparación en Ariel Filadoro, “Los noventa: del éxito al fracaso… ¿de quién?,
en Pasados presentes. Política, eoconomía y conflicto social en la historia argentina contemporánea,
Dialektik, Buenos Aires, 2006.
53 Porcentajes del ingreso nacional de asalariados y no asalariados.
54 Ricardo Piglia, Crítica y ficción, Seix Barral, Buenos Aires, 2000, pp. 44, 113-116 y 212.
55 Novaro y Palermo, ob. cit., véase el apartado “Seguridad y temor: la vida cotidiana en los primeros años
del Proceso”, pp. 123-149.
56 Guillermo O'Donnell, Contrapuntos. Ensayos escogidos sobre autoritarismo y democratización, Paidós,
Buenos Aires, 1997, cap. 5.
Glosario de la especulación
Actividades
1. Proponemos analizar los elementos comunes y diferen- 10.000.000 dólares (crédito “jumbo”)
ciales que pueden establecerse entre el modelo econó- + 5.000.000 de dólares (por tasa de interés local de 50%
mico durante la última dictadura y ejercicios democráti- anual)
cos posteriores. =15.000.000 de dólares
La actividad está orientada a determinar las constantes -1.500.000 dólares (pérdida por devaluación del peso
económicas y sociales propias del modelo de acumula- frente al dólar a lo largo del año)
ción basado en la valorización financiera, pero también -11.000.000 de dólares (devolución de crédito al extranje-
los diferentes mecanismos políticos con que se imple- ro, capital e interés de 10 % anual)
mentó el modelo en cada fase, atendiendo a las dife- =2.500.000 dólares (ganancia final)
rentes circunstancias nacionales y mundiales. Sería b) ¿A cuánto asciende la ganancia financiera de Tulsaco al
interesante evocar o buscar publicidades que den cuen- cabo de un año, si decide no devolver el crédito al
ta de la política económica de cada una de las dos épo- banco extranjero y asume la quiebra de la empresa
cas. minera semifantasma?
10.000.000 dólares (crédito “jumbo”) + 5.000.000 (por
2. Pensar una actividad a través de la cual los alumnos tasa de interés local de 50 %)
puedan comprender el mecanismo especulativo conoci- =15.000.000 de dólares
do como “bicicleta financiera”. Dicha actividad, ade- -1.500.000 dólares (pérdida por devaluación del peso
más, debería permitirles reflexionar sobre las conse- frente al dólar)
cuencias y costos que produjo este mecanismo en la =13.500.000 dólares (ganancia final, a la que habría
sociedad. que descontar el valor de los activos empeñados como
Por ejemplo, podría plantearse el siguiente ejercicio: repro- garantía, pero como se trata de una empresa semifan-
ducir el mecanismo especulativo que Tulsaco planeaba tasma no serían de gran valor)
sobre la base de los siguientes valores ficticios: c) ¿A cuánto ascendería la ganancia financiera de
–Crédito “jumbo” conseguido: 10.000.000 de dólares. Tulsaco si el Estado se hiciera cargo de la deuda priva-
–Interés anual a pagar por el crédito al banco extranjero: da de la empresa con el banco extranjero?
10 %. Lo mismo que en el caso b) pero sin la pérdida de los
–Tasa de interés anual percibida por Tulsaco al colocar los activos ofrecidos de garantía para lograr el crédito “jumbo”.
10.000.000 de dólares convertidos en pesos en un d) ¿Quién pagaría en definitiva la fiesta especulativa?
banco local: 50 %. Al endeudarse el Estado, ¿sobre qué sectores de la
–Devaluación anual de la moneda argentina anticipada y comunidad recaerían los costos en el mediano y largo
asegurada por la tablita: 10 %. plazo?
Preguntas:
a) ¿A cuánto asciende la ganancia financiera de Tulsaco al 3. Elegir otra película representativa del período y pensar
cabo de un año, suponiendo que se vea obligada a cómo podría ser trabajada con los alumnos teniendo en
devolver el crédito al banco extranjero? cuenta los ejes de análisis propuestos en el capítulo.
Bibliografía
C A P Í T U L O 4
Guerra y posguerra
de las Malvinas
Locos de la bandera, 2004
58 No se contabilizan en este cálculo los 323 soldados muertos en el hundimiento del Crucero “General
Belgrano”. El número de soldados argentinos que se suicidaron en la posguerra se estima en una cifra cerca-
na a 350. La proporción entre suicidios y bajas en guerra fue también de uno a uno entre los ex combatientes
ingleses. La cifra de soldados ingleses caídos en combate, alrededor de 250, habría sido igualada por los sui-
cidios de posguerra a pesar del triunfo.
62 El sentimiento contra la usurpación estaba más instalado en la sociedad que en las fuerzas armadas. La
principal fuerza promotora de la reconquista militar, la Marina de guerra, tenía históricas vinculaciones ideo-
lógicas y profesionales con la armada inglesa.
63 Nos referimos a la guerra del Paraguay, iniciada durante la presidencia de Mitre.
Hannah Arendt sobre los totalitarismos razgo natural del Führer sobre “las masas
europeos, respecto de los cuales el caso con instinto de rebaño” constituía el basa-
local presenta elementos comunes y otros mento implícito de la forma política,
sustancialmente disímiles, incomparables. Hitler gobernó por medio de una legisla-
ción de excepción como la Ley de Plenos
Regímenes de excepción, aplazamien- Poderes, que fue prorrogando sucesiva-
to del tiempo democrático mente.64 Jamás derogó la Constitución de
Weimar aunque era evidente que nunca
Los regímenes autoritarios en general volvería a tenerla en cuenta.
necesitan justificar su permanencia en el Una justificación equivalente fue soste-
poder aduciendo la existencia de grandes nida por la dictadura argentina, que una y
amenazas a la nación. Cuando esos enemi- otra vez renovó el escenario de los “tiempos
gos se extinguen requieren encontrar otros de emergencia”, en los que era necesario
para prorrogar su poder de facto en la dejar de lado las disidencias internas. Desde
medida en que se asumen como regímenes el comienzo, el régimen proclamaba que la
de excepción. En cierto modo, las dictadu- “democracia” era el sistema legítimo, natu-
ras contemporáneas al reinado del princi- ral, al que deseaba arribar una vez cumpli-
pio de legitimidad que había comenzado a dos los objetivos de la “reorganización”. El
imponerse con la Revolución Francesa y las discurso de la dictadura estaba habitado
revoluciones democráticas del siglo XIX se por el contradiscurso, es decir que la demo-
sintieron obligadas a dar explicaciones y cracia quedaba salvaguardada como ideal
justificar su razón de ser “excepcional”. en las palabras, siguiendo la tradición de las
Nunca volverían a presentarse como des- proclamas militares a partir de 1955. Pero,
potismos “sin culpa”, asumidos como tales, para que el retorno de las elecciones se con-
autoafirmados en la fuerza represiva, en la cretara, no sólo debían cumplirse los obje-
tradición o en la voluntad divina, como la tivos declarados en torno de la “reorganiza-
dictadura zarista negadora de la ción nacional”. El plazo se extendería todo
Revolución Francesa. Los historiadores lo que demandaran las empresas naciona-
han reparado en que incluso en la les. Aunque se trataba de una dictadura que
Alemania nazi, donde el principio de lide- dominaba el escenario político con su des-
64 Karl Bracher, La dictadura alemana, Alianza, Madrid, 1995; véase el cap. 4: “La marcha al poder”.
pliegue represivo, para ella también había cemento ideológico que cohesionaba a la
un “tiempo de descuento” que sin duda corporación militar no estaba exento de
comenzaría a correr más rápido luego del ideas y nociones nacionalistas-populares
hundimiento económico de 1981. que amenazaban con bloquear la refunda-
Las consideraciones de Arendt sobre el ción neoliberal que sustentaban Videla y
horror a la quietud y la necesidad de movi- Martínez de Hoz. Las tensiones internas de
miento que experimentan los regímenes la dictadura también se veían aplazadas con
totalitarios son en buena medida aplicables los llamamientos mencionados; el propio
a la última dictadura de la Argentina. Lo frente militar suspendía así las diferencias
que la pensadora alemana llamaba “la para- ideológicas o meramente facciosas.
doja del totalitarismo en el poder” consistía
en que para estos regímenes llegar al poder Acercamiento a la sociedad
significa “un enfrentamiento directo con la
realidad”, “una preocupación constante” Toda dictadura, por más feroz que sea,
que lo impele a no detener el movimiento.65 requiere provocar imágenes de consenso
De ahí, explicaba ella, “la manía al desplaza- para luego transmitirlas. La apelación a lo
miento perpetuo de los totalitarismos que nacional permitía al régimen construir la
sólo pueden hallarse en el poder mientras imagen de una nación unida: “No te borrés
estén en marcha y pongan en movimiento a que te necesitamos”, “25 millones de argen-
todo lo que haya en torno de ellos”.66 tinos jugaremos el Mundial”, “Unidos es
Una presión de similares características más fácil”, rezaban las consignas en uno y
pesaba sobre la dictadura argentina. En otro momento. Esto era vital para un régi-
rigor, la sensación de “tiempo de descuento” men que había descartado por igual los
se había activado para ella desde el primer “plebiscitos del sí” y el corporativismo al
día en el poder. A diferencia de los fascismos que habían apelado las dictaduras de 1930,
clásicos, el Proceso carecía de una etapa 1943 y 1966, aunque más no fuera para
“utópico-movimientista” centrada en pro- montar una ficción de comunicación con la
mesas anticapitalistas a las clases subalternas sociedad, sustituta del sistema electoral
que no iba a poder cumplir. Sin embargo, el clausurado. El régimen militar que nos
65 Hannah Arendt, Los orígenes del totalitarismo, Planeta-Agostini, Buenos Aires, Barcelona, 1994, vol. 2, p.
482.
66 Ibíd., p. 386.
67 Si bien algunos jefes procesistas como Massera proyectaron estrategias populistas de continuidad.
68 Luis Alberto Romero, Breve historia contemporánea de la Argentina, Fondo de Cultura Económica, Buenos
Aires, 2001, 2ª edición, p. 211.
69 María Seoane y Vicente Muleiro, El dictador. Historia secreta y pública de Jorge Rafael Videla,
Sudamericana, Buenos Aires, 2001, p. 391.
70 Marcos Novaro y Vicente Palermo, ob. cit., cap. V.
71 Claudio Uriarte, ob. cit., 1991, p. 110.
quizás alcanzaría para explicar una manera ellas controló los tiempos y la forma de la
tan riesgosa de afrontar la encrucijada. Pero transición a la democracia del modo que
el tamaño de la aventura que el régimen esta- hubieran deseado los militares argentinos.
ba dispuesto a emprender se correspondía Mientras duró, la confusión nacionalista
también con la magnitud de las frustraciones permitió que el 2 de abril Galtieri fuera
golpistas anteriores a 1976: los fracasos de las aclamado por añadidura en las plazas del
dictaduras precedentes, que deben sumarse a país, en las escuelas y en los cafés, en los
los tres ya enumerados. La insoportable estadios de fútbol y en las colas de los ban-
pesadilla que empujaba al Proceso a una cos. La ceguera sería compartida por los
acción como Malvinas estaba compuesta de militares y buena parte de la sociedad, que
las imágenes de 1969 y 1973: renacimientos se limitó a actuar como si ignorara los peli-
de la protesta social que habían señalado el gros que se avecinaban. Unos y otros se afe-
fracaso rotundo de los proyectos golpistas de rraron a las ilusiones que habían germinado
1955 y 1966. Esas imágenes eran nueva- en ámbitos castrenses. Al principio, la ilu-
mente evocadas por el resurgir de la protesta sión de que Inglaterra no respondería. No
en 1981 y 1982. se percibía que para la refundación conser-
La intermitencia de golpes de Estado vadora liderada por Margaret Thatcher la
malogrados al momento de perpetuarse en guerra significaba una oportunidad esplén-
el poder constituye un rasgo particular de la dida para superar sus propios fracasos des-
Argentina que diferencia su última dictadu- pués de tres años de tozudo neoliberalismo.
ra en el concierto de las dictaduras latinoa- Cuando se hizo evidente que Inglaterra
mericanas y europeas como la franquista. sí respondería, que de hecho una de las
Junto con Bolivia, otro país de marcada armadas más poderosas del mundo estaba
intermitencia golpista, el caso argentino en camino con la asistencia de su aliado
presenta la ambivalencia de un golpismo histórico, la conducción militar argentina
adelantado y reincidente, pero relativamen- no encontró la forma de evitar la guerra sin
te débil en el momento de prolongar su retroceder en la reconquista armada.
dominio sobre los sectores populares. La Entonces se renovaron ilusiones basadas en
pesada carga de reparar los fracasos de las la leyenda del soldado criollo, que nunca
dictaduras de 1955 y 1966 contribuye a había perdido una guerra; o en el volunta-
explicar el contraste entre el accionar preci- rismo de los argentinos que, si era necesa-
pitado de la última dictadura argentina que rio “volverían a tirar aceite hirviendo desde
se autodestruyó en Malvinas, y la manera en los balcones como en 1806”. Si Malvinas
que perduraron las dictaduras en Paraguay implicó el apogeo de la irracionalidad
(1954-1989), Brasil (1964-1985) y Chile transmitida de arriba hacia abajo, es
(1973-1989). Especialmente la última de importante distinguir su nacimiento den-
tro del ámbito militar de su irradiación podía convertirse en otro proyecto, una vez
triunfalista a la sociedad por medio del más metabolizada en una matriz ideológica dife-
penetrante operativo de comunicación.76 rente”.77 Por extraño que parezca, la guerra
La capacidad del régimen para instalar contra los líderes de la OTAN fue colateral-
escenarios que prolongaran el tiempo de des- mente provocada por los militares argentinos
cuento provenía, como ya vimos, de su que estaban dominados por anteojeras ideo-
inmensa necesidad de enmendar los fracasos lógicas correspondientes al mismo bando de
históricos del golpismo en la Argentina. Pero, la Guerra Fría que el de sus repentinos opo-
¿cómo fue posible que la lucha anticomunis- nentes. Por razones muy laterales se estaba
ta librada por los militares argentinos en tornando inevitable la paradójica “última
nuestro país, en Bolivia y en Centroamérica batalla de la tercera guerra mundial”.
mutara a una guerra contra el centro hegemó- Lo paradójico del nuevo enfrentamiento
nico del anticomunismo mundial? No es sen- nos permite plantear la siguiente pregunta:
cillo explicar que quienes habían creído ¿hubo en la última empresa de la dictadura
encarnar la reserva moral de “Occidente”, argentina algo análogo a lo que Timothy
dada la supuesta defección de Estados Unidos Mason denominó “primacía de la política”
de Carter, ahora enfrentaban al “Occidente” para referirse al predominio de los intereses
recuperado de Ronald Reagan y Margaret político-ideológicos de Hitler y de su parti-
Thatcher, es decir, a sus aliados quintaesen- do sobre los intereses económicos de la clase
ciales. Respondiendo a este interrogante, dominante alemana?78 ¿En qué medida los
Horacio Verbitsky concluye que Malvinas fue intereses de la clase dominante argentina,
la culminación de una compleja serie belicis- que la dictadura estaba reconstituyendo
ta con cambios de matriz ideológica produci- desde 1976 –cosa que pretendía seguir
dos por la huida hacia adelante y la compe- haciendo con un neoliberalismo más inte-
tencia interna de poder. El modo en que esta gral como el que proponía el nuevo minis-
guerra continuó la cadena de intervenciones tro de economía Roberto Alemann–, esta-
iniciada por la lucha antisubversiva, el ban representados en la aventura bélica?
Operativo Soberanía y la Operación Calipso En una primera instancia todo dependía
en Centroamérica demuestra, en palabras del del resultado de la guerra. Si por alguna cir-
autor, cómo “una idea surgida en un contex- cunstancia contraria a los hechos, la última
to específico y con objetivos bien acotados dictadura hubiera usufructuado una victo-
76 Para Verbitsky el triunfalismo no había arraigado en la sociedad antes de la campaña mediática. Véase ob.
cit., cap. 16.
77 Ibíd., p. 53.
78 Véase Thimoty W. Mason, “La primacía de la política: política y economía en la Alemania nacionalsocialis-
ta”, en El fascismo europeo, S. J. Woolf (comp.), Grijalbo, México, 1974.
79 Siempre y cuando lo permitiera la consiguiente oleada nacionalista que la victoria traería aparejada.
80 Seoane y Muleiro, ob. cit., p. 355.
81 Eduardo Basualdo, Sistema político y modelo de acumulación en la Argentina. Notas sobre el transformismo
argentino durante la valorización financiera, Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, agosto de 2001, pp. 35-36.
83 En algunas notas periodísticas la película también es mencionada con el título Locos por la bandera.
Paul Groussac escrito en francés y publicado manifiesto el modo en que la causa nacio-
en 1910; la traducción de Alfredo Palacios al nal, supuestamente limpia de intereses par-
español acompañada por otro alegato de tidarios, podía servir precisamente para
gran repercusión en el Congreso Nacional dirimir los conflictos internos. Salvando las
(1934); la articulación de la causa Malvinas inmensas distancias, los operativos de 1966
con el revisionismo histórico, llevada a cabo y 1982 tuvieron en común su carácter
por los hermanos Irasusta, y el operativo del abrupto y sorpresivo, así como la convic-
Grupo Cóndor en 1966. ción de que la instrumentación política de
La llamada “malvinización” de la socie- Malvinas difícilmente podía ser denunciada
dad era previa a la dictadura. Las pocas como oportunista y especuladora sin que la
horas que mediaron entre la mañana del 2 denuncia pareciera ella misma una especu-
de abril de 1982 y el mediodía en que las lación mezquina. En palabras de Guber, “la
plazas se llenaron demuestran lo instalada extraordinaria vigencia de la reivindicación
que estaba la causa en la estructura de los argentina de las islas Malvinas puede expli-
sentimientos nacionales. Como la figura carse, entonces, y paradójicamente, como
unánime de José de San Martín, Malvinas resultado de la representación de esta causa
ocupaba un lugar privilegiado en el imagi- nacional como incontaminada por la polí-
nario histórico. Tenía, según Guber, el esta- tica pero, a la vez, como una reivindicación
tus de una causa nacional purísima con la que ha permitido expresar demandas políti-
que “no se podía especular”, aunque, preci- cas en un idioma considerado legítimo, aun
samente por eso, era un tentador instru- bajo las más duras gestiones militares: el
mento político. Entre los usos de Malvinas idioma de la Nación.”85
anteriores a 1982, la autora destaca el Millones de argentinos manifestaron
Operativo Cóndor, del 28 de junio de haber sentido el 2 de abril un llamado de la
1966.84 La operación del grupo de jóvenes escuela primaria, un requerimiento cargado
peronistas que en 1966 habían secuestrado de pureza que había sobrevivido al tiempo
un avión y lo habían hecho aterrizar en las tan blanca como un guardapolvo: desde
islas para declararlas argentinas en un acto aquella juramentación hasta las plazas llenas,
de reafirmación soberana, dirigido en pri- el tiempo se acortaba en una intensa prima-
mera instancia contra el usurpador inglés y, vera nacional. La indignación que más tarde
en segunda instancia, contra el usurpador provocaría esa evocación tan cándida reverti-
interno, Onganía. Para Guber, la maniobra ría en mayor resentimiento contra el régi-
de “Los Cóndores” ya había puesto de men que la había suscitado, que había espe-
culado con ello, siendo tan astuto con los A diferencia de otras iniciativas de la dic-
argentinos y tan torpe con el enemigo exter- tadura, Malvinas tampoco llegó a convertir-
no. Sin embargo, para Guber, el móvil prin- se en una causa enteramente repudiable,
cipal de la “reacción anti-Malvinas” en la porque persistía el sacrificio entregado por
posguerra estuvo dado no sólo por el los soldados, porque las Malvinas eran, a
derrumbe de una ilusión triunfalista que pesar de todo, argentinas, y porque el senti-
había tomado un alto vuelo, sino principal- miento nacional defraudado no se revelaba
mente porque en adelante los argentinos impuro. La ambivalencia del hecho generó
identificarían el hecho histórico con la dicta- entonces sentimientos contradictorios. La
dura.86 complejidad de tratar el tema sin considerar
Ningún otro anhelo nacional o ilusión la de Malvinas como una “guerra absurda”, y
colectiva sufrió un desplome tan abrupto sin menospreciar el sacrificio y el justo recla-
como la recuperación militar de Malvinas, mo territorial, dejó el tema en un estado de
74 días después de la reconquista. No fue latente postergación. En la propia mirada de
sólo un final precipitado, sino el modo en los excombatientes la ambivalencia quedaría
que salieron a la luz las miserias en el frente reflejada, aunque con el tiempo la reivindi-
interno. A los ojos de una sociedad que a cación del hecho heroico se impondría en el
partir de este momento se sentía liberada de balance, como podemos constatar en los tes-
la dictadura, la revelación de los engaños timonios de Locos de la bandera.
transformó a Malvinas en la “guerra irracio- En su trabajo Las guerras por Malvinas,
nal, inadmisible”. El sentido de “Malvinas” y Federico Lorenz ha recogido una amplísima
de la “guerra” se desmoronó no sólo por el gama de testimonios formulados en el
sentimiento de culpa colectiva de haber momento de la guerra y años más tarde de
empujado a los soldados con mensajes exal- manera retrospectiva. Los relatos muestran
tados. Malvinas revelaba que todo lo que que, a pesar del consenso mayoritario, existí-
dijera la dictadura ocultaba lo contrario, an contradicciones con la empresa súbita-
hundía para siempre las condiciones de posi- mente instalada por las FF.AA. Los siguien-
bilidad de su discurso. Al tiempo que impli- tes testimonios recopilados por Lorenz ilus-
caba una conmoción muy grande para los tran cómo se visualizaba el hecho desde
medios de comunicación. Los periodistas ámbitos muy singulares de recepción: el exi-
más identificados con el triunfalismo de lio, la detención, la pertenencia a una orga-
Malvinas se esfumarían de los medios como nización política armada, como
pocas veces había sucedido en un país carga- Montoneros, o la cultura del rock nacional
do de sueños públicos desengañados. que por entonces emergía.
Nosotros, desde México, habíamos sacado una declara- Supongo que… que se activaron los antiguos fragmen-
ción imperdonable, que, para peor, era algo más que una tos de nacionalismo popular revolucionario de izquierda, los
declaración, era una especie de estudio que yo quise creer que aires latinoamericanistas… los montoneros exiliados dicien-
no iba a ser publicado, que no había sido escrito para que se do que venían a combatir… los aviones de Perú ofrecidos a
le diera difusión pública. De todas maneras, yo estaba de las FF.AA… Un combate antiimperialista clásico. Yo nunca
acuerdo con lo que ahí se decía; las primeras respuestas crí- había sido muy fervoroso partidario de la causa Malvinas,
ticas que recibimos nos hicieron ver lo errónea que era nues- honestamente […] Nunca fue para mí un tema que me lla-
tra posición. Todavía no logro explicarme cómo pudimos mara la atención […] pero bueno, lo del bombardeo sí me
escribir esa declaración. Fue quizá más que un grueso error. parece más fuerte.
No era, por supuesto, una alabanza a la junta militar; se Alejandro Cataruzza (por entonces militante pero-
decía, por el contrario, que era una banda de asesinos, pero nista y estudiante de historia).
lo que se reafirmaba era que las Malvinas eran argentinas y Citado por Lorenz, ob. cit., pp. 48-49.
que se habían recuperado… Esta declaración suscitó muchas
discusiones y autocríticas. Si me preguntan ahora sobre Malvinas fue un sacudón y una discusión muy grande
Malvinas, yo me niego a hablar, porque ya lo hice y mal, así […] yo fui parte de los presos que decíamos que más allá de
que prefiero que hablen otros. que nosotros éramos presos de la dictadura y combatíamos a
Emilio De Ipola (sociólogo en el exilio), la dictadura, éramos enemigos de la dictadura, éramos víc-
entrevista con Javier Trímboli y Roy Hora. timas de la dictadura, etcétera, pero teníamos ese sentimien-
Citado por Lorenz, ob. cit. p. 44. to de Malvinas que nos venía de nuestros viejos, de nuestra
formación política, ideológica. Teníamos el orgullo del papel
Yo había participado muy activamente, entre estos gru- de Dardo Cabo, que fue aquel argentino que pisó Malvinas
pos sueltos, en la organización de la movilización del 30 de cuando secuestraron el avión en los años 60, que después
marzo. Habíamos estado muy cerca de Ubaldini en ese epi- mata la dictadura estando preso […] siempre vimos
sodio, en la organización […] Habíamos puesto grupos bas- Malvinas como parte de lo que es nuestra lucha nacional
tante nutridos, no tanto de miembros de agrupaciones, por- […] Teníamos que ver de qué manera no permanecíamos
que no las teníamos, más bien de amigos. Fuimos nosotros, ajenos a la gesta de Malvinas.
nuestras novias […] fuimos reprimidos duramente […]. Jorge Giles (por entonces preso de la dictadura).
Hasta la marcha gigante de Muñoz, yo estaba… ni Entrevista citada por Lorenz, ob. cit., p. 54.
siquiera en contra de la guerra: no me lo creía, no creía que
esto estuviera ocurriendo […] Los hitos son que no lo creía, Lo del Festival de la Solidaridad fue un invento de los
que en algún momento cambió mi modo de mirar las cosas, managers del rock para hacer algo con el tema. Todo el
juraría quizá que por lo masivo de la movilización aquella. mundo estaba participando pero el rock no quería formar
Fuimos a esa marcha, y nos pasamos puteando todo el acto parte del circo que fue lo de la guerra. Hasta que en un
a Galtieri […] Luego sí terminé, después del bombardeo del momento se decidió que había que aportar, pero no desde el
primero de mayo […] Me anoté de voluntario […] triunfalismo sino desde la paz. Al menos ésa era mi posición.
Entrevistadora: ¿Cómo es eso? Me llamaron para cantar Sólo le pido a Dios, un tema que
Actividades
1. Torbellinos de ideas y reflexión: “Malvinas”,
miradas de la guerra.
Esta actividad fue concebida por un grupo de capacitadores docentes que desde
hace tiempo dirige los talleres sobre cine e historia de la Argentina reciente, en
1. Ofrecemos a continuación una selección de La Pampa.89 En una jornada dedicada a Malvinas y las miradas de la guerra, se
textos, poesías y artículos periodísticos que programó el siguiente trabajo. La jornada comenzaba con la exhibición de
den cuenta de los diferentes modos de pensar Iluminados por el fuego, pero antes se pedía a los docentes que en forma anóni-
Malvinas, la guerra y la posguerra, para traba- ma anotaran en un papel el adjetivo o sustantivo que les viniera a la mente para
dotar de significado a la palabra Malvinas. Para este primer registro de la
jar con sus alumnos. memoria los capacitadores buscaron tomar desprevenidos a los asistentes, pro-
curando que en el papel se reflejara la asociación ya establecida en la concien-
A partir de ellos analizar las siguientes miradas de cia, que la reflexión mediara lo menos posible. El término disparador no refe-
“Malvinas”, vinculando lo singular de cada una ría necesariamente a la “guerra” de Malvinas ni a su posguerra. Los papeles reco-
con el momento político en que fueron delinea- lectados se guardaron para ser interpretados al final de la jornada.
Tras la proyección de Iluminados por el fuego surgió un debate sobre la guerra y
das. La actividad es desde luego más rica si se las dificultades de la posguerra para darles a la gesta y a los soldados un lugar
la acompaña con los trabajos de Guber y en la consideración pública. El filme había generado un estado de emoción y
Lorenz, donde se desarrollan las grandes matri- desahogo disparador del recuerdo personal de los asistentes sobre su propia
ces de la representación y la memoria. recepción del hecho y la recepción colectiva en distintos momentos, antes,
durante y después de la guerra. Luego hubo una conferencia sobre las “causas
frías” del conflicto, los caminos que habían conducido a la dictadura a empren-
La hermanita perdida (fragmento) der la reconquista militar. Y finalmente en los talleres de la tarde tuvieron lugar
Atahualpa Yupanqui (París, 1971) las actividades que, más distantes del momento emotivo, ponían a dialogar lo
Malvinas tierra cautiva anterior con los trabajos de Guber y Lorenz en torno de la construcción de
miradas, memorias e identidades alrededor de Malvinas. Siguiendo a estos
de un rubio tiempo pirata. autores, los capacitadores trazaron un desarrollo de las representaciones en
Patagonia te suspira. torno de las islas, desde 1833 hasta la construcción del cenotafio y el intento de
congelamiento de la experiencia de la guerra en los años 90.
Toda la pampa te llama. Los capacitadores de La Pampa acercaron a los asistentes de la jornada en
Seguirán las mil banderas General Pico algunas fuentes para debatir sobre los muy diversos modos de
del mar, azules y blancas. pensar Malvinas, la guerra y la posguerra. Los textos eran complementados con
materiales visuales múltiples, que incluían originales de medios gráficos.
Pero queremos ver una Sobre el final de la jornada, los capacitadores revelarían los resultados del tor-
sobre tus piedras clavada. bellino de ideas que se había efectuado en la mañana. El dolor de los soldados
había estado en un primer plano de la asociación de conceptos que se había esti-
Para llenarte de criollos. mulado como primera actividad. Por encima de cualquier otra cuestión los asis-
Para curtirte la cara tentes habían asociado Malvinas con “sufrimiento”, “dolor”, “injusta”, “masa-
hasta que logres el gesto cre”, “desgarrante”, “herida”, “martirio”, “frío”. Seguramente que a lo largo de
la jornada los asistentes pudieron tomar distancia de ese primer sentimiento
tradicional de la patria. que de algún modo paralizaba la reflexión, y analizar su propia mirada de la
¡Ay, hermanita perdida! guerra al contrastarla con otras.
Hermanita: vuelve a casa.
89 Talleres “Los jóvenes, arte y política en los años 70, 80, 90 y 2000” (La Pampa). En las personas de María Claudia García y José
Perrotta Ramos, agradezco al equipo de capacitadores por haberme permitido observar su taller de cine e historia reciente destinado a
docentes de la enseñanza media, y por haberme facilitado materiales y detalles de las actividades elaboradas por ellos.
Discurso de Galtieri, 2 de abril de 1982 (fragmento) En momentos en que miles de jóvenes argentinos, entre ellos
Compatriotas: En nombre de la junta militar y en mi carácter de nuestros hijos, sobrinos, nietos, están en el sur para defen-
presidente de la Nación hablo en este crucial momento his- der nuestra patria, no podemos dejar de pensar en nues-
tórico a todos los habitantes de nuestro suelo, para transmi- tros detenidos y desaparecidos, que seguramente hubie-
tirles los fundamentos que avalan una resolución plenamen- ran apretado filas junto a los soldados y que no pueden
te asumida por los comandantes en jefe de las FF.AA. que hacerlo por su injusta desaparición.
interpretaron así el profundo sentir del pueblo argentino. Anhelamos fervientemente que regresen victoriosos, aguar-
Hemos recuperado, salvaguardando el honor nacional, sin dándolos con la misma esperanza con que esperamos
rencores, pero con la firmeza que las circunstancias exigen, todos los días, la vuelta de nuestros detenidos desapareci-
las islas australes que integran por legítimo derecho el dos. (Clarín, 8/5/82.)
patrimonio nacional. (Mensaje presidencial desde Casa
Rosada, viernes 2 de abril de 1982, 14.30; Clarín, 3/4/82.) Discurso de Alfonsín, Semana Santa, Abril de 1987
Compatriotas. Felices Pascuas. Los hombres amotinados
Comunicado radial de Galtieri, 2 de abril de 1982 han depuesto su actitud. Como corresponde serán dete-
Y Galtieri salió al balcón ante la gritería del público. Saludó nidos y sometidos a Justicia. Se trata de un conjunto de
con la mano. Alzó sus brazos y sonrió. Levantó los pulga- hombres, algunos de ellos héroes de la guerra de las
res. Se retiró. Y minutos después apareció en otro balcón Malvinas, que tomaron esta posición equivocada y que
donde estaban los micrófonos. Su discurso, en esta oca- reiteramos que su intención no era provocar un golpe de
sión, fue más vibrante [que el mensaje radial]. Habló sin Estado. […] Para evitar derramamiento de sangre he dado
eufemismos: “Aceptaremos el diálogo después de esta instrucciones a los mandos del Ejército para que no se
acción de fuerza, pero en el convencimiento de que la dig- procediera a la represión y hoy podemos dar gracias a
nidad y el orgullo nacional han de ser mantenidos ‘a toda Dios, la casa está en orden y no hay sangre en la
costa y a cualquier precio’ […] En estos momentos miles de Argentina. (Clarín, 20/4/87.)
ciudadanos hombres y mujeres, en todo el país, en todos
los pueblos, en las pequeñas granjas, en las ciudades y en El visitante
esta Plaza de Mayo histórica, que ha marcado rumbos a (Almafuerte, 1999)
través de la historia nacional, ustedes, los argentinos, Olvidar
están expresando públicamente el sentimiento y la emo- yo sé bien que no podés
ción retenida durante 150 años a través de un despojo que como la sociedad olvida
hoy hemos lavado […] estoy seguro que cada uno de uste- que fuiste obligado a marchar,
des hombres, mujeres, la gran juventud argentina y la en su defensa.
niñez, están sintiendo como yo […] alegría y tremenda emo-
ción por este acto argentino.” (Clarín, 3/4/82.) Recordando el mal momento
atrincherado en tu habitación;
Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones soledad, humo y penumbras
Políticas, abril de 1982 despertares de ultratumba.
A la Opinión Pública;
Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Apocalipsis del sustento interior
Políticas que sufrimos el dolor de la ausencia de nuestros andar sin encontrarle alivio al tormento
seres queridos detenidos y desaparecidos somos partíci- desesperante, mórbida aflicción
pes del grave conflicto que sufre nuestro pueblo. del visitante y su castigo.
Fui elegido, para cantarte vos de recuperación de los derechos argentinos sobre las
por quienes quieren olvido restarte islas y en nada acorde, además, con la política de restable-
grave pesado más no inconsciente cimiento de las relaciones con Gran Bretaña propugnada,
yo le lo mando excombatiente […] razonablemente, por el gobierno nacional. (La Nación,
14/5/90.)
Discurso del presidente del Centro de Ex Soldados
Combatientes de Malvinas La guerra de Malvinas según Borges (1982)
Acto del 2 de abril de 1986 Ingenua o maliciosamente (opto por el primer adverbio, ya
La idea de realizar una movilización al Cabildo surgió de la que la mente militar no es compleja) se han confundido
necesidad de acercar la causa de Malvinas a las causas por cosas distintas. Una, el derecho de un Estado sobre tal o
la liberación nacional, que embanderan cotidianamente a cual territorio; otra, la invasión de ese territorio. La primera
nuestro pueblo. Cuando la reacción y la oligarquía quieren es de orden jurídico; la segunda es un hecho físico. Se ha
hablar, golpean las puertas de los cuarteles, cuando es el invocado el derecho internacional para justificar un acto
pueblo el que quiere expresarse, golpea las puertas de la que es contrario a todo derecho. Esa transparente falacia,
historia. En muchas oportunidades nos critican por levan- que no llega a ser un sofisma, tiene la culpa de la muerte
tar consignas que algunos “demócratas” tildan de políti- de un indefinido número de hombres, que fueron enviados
cas. Bien saben que nuestra organización lucha por los pro- a morir o, lo que sin duda es peor, a matar.
blemas que, desde la culminación de la guerra de las Las islas (fragmento de la novela de Carlos Gamerro, 1998)
Malvinas, padecemos los ex combatientes. Pero se olvidan –Las más claras son de picana. Las más oscuras son de que-
–y lo anunciamos sin soberbia– que nuestra generación ha maduras de cigarrillos. Y no te asustes, que tienen más de
derramado sangre por la recuperación de nuestras islas y diez años. Ya no muerden. ¿O sos de los compasivos?
que eso nos otorga un derecho moral […] Durante la guerra ¿Podés apagar la puta luz, ahora? ¿O querés ver más? Mirá.
de Malvinas se expresó una nueva generación de argenti- Abrió los brazos y los extendió a los lados. Me levanté y apa-
nos que, después de la guerra, conoció las atrocidades que gué. Sin acercarme de nuevo a su cuerpo, que adiviné
había cometido la dictadura. Nosotros no usamos el unifor- tenso, hostil, apretado como una almeja cerrada, hablé sin
me para reivindicar ese flagelo que sólo es posible realizar pensar.
cuando no se tiene dignidad. Nosotros usamos el uniforme –¿Te creés que tenés el monopolio del sufrimiento? Cuando
porque somos testimonio vivo de una generación que se lo tenía diecinueve me mandaron a Malvinas, me hirieron en
puso para defender la patria y no para torturar, reprimir y la cabeza y estuve un año sin poder hablar. Claro, ya sé, no
asesinar. se compara con lo tuyo. Estoy muy bajo en el ránking. No
tengo derecho a quejarme.
Editorial del diario La Nación sobre el emplazamiento del
cenotafio 2. Se sugiere que los alumnos investiguen en los sitios de
Es de presumir que el emplazamiento fue escogido –no se Internet sobre “Malvinas” las visiones predominantes
sabe a ciencia cierta por quién– porque enfrenta a la ex sobre la guerra y posguerra a casi veinticinco años del
plaza Británica, ahora denominada Fuerza Aérea Argentina conflicto. Pensar una serie de ejes (por ejemplo, sentido
y a la famosa y tradicional Torre de los Ingleses. La decisión de la guerra, del soldado argentino) que sirvan a los
no es afortunada, pues parecería querer afirmar en el tiem- alumnos como criterios de análisis de la información
po una actitud de hostilidad, inconducente con los objeti- recogida.
Bibliografía
Cronología
1924 1929
–Cisma radical. –La Liga Patriótica presiona a Yrigoyen por no
–El flujo de capitales financieros norteamericanos combatir suficientemente al bolchevismo.
que llega a la Argentina supera al inglés. –Yrigoyen firma el Tratado D’Abernon (antece
dente del Pacto Roca-Runciman).
1925 –Se deterioran los Términos del Intercambio.
–En La organización de la paz, Leopoldo Lugones –Enfrentamientos callejeros entre fuerzas de cho
repudia el sistema democrático. que: el Klan Radical y la Liga Republicana.
–General Motors se instala en la Argentina.
1930
1926 –Doble punto de inflexión: agotamiento del modelo
–Nace la Confederación Obrera Argentina (COA), agroexportador, cambio en el régimen político: nuevo
nueva alianza entre el sector del sindicalismo inde ciclo conservador.
pendiente y socilistas. –6 de septiembre: comienzan los 17 meses del
–Italia: año decisivo en la construcción del Estado ensayo corporativista de Uriburu.
fascista: avanzan leyes represivas contra la existen –Fin de la hegemonía compartida entre radicales y
cia de la oposición. conservadores.
–Nicaragua: Augusto Sandino lidera un ejército –El comisario Polo Lugones introduce la picana
popular contra la dominación de EE.UU. eléctrica como método de tortura.
90 Nicolás Iñigo Carrera, “Formas de lucha de la clase obrera y organizaciones políticas en la Argentina de los
30”; en Documento de Trabajo Nº 12, Programa de Investigación sobre el Movimiento de la Sociedad
Argentina, Buenos Aires, 1998.
91 Juan Carlos Torre y Eliza Pastoriza, “La democratización del bienestar”, en Nueva historia argentina, ob. cit.,
p. 277.
toman la sede de La Fraternidad y despla –Quema de sede del Partido Socialista, Casa
zan a la vieja conducción. Radical y el Jockey Club.
–Cae el número de huelgas que confrontan direc –17 de octubre: visita a Perón el dictador nicara
tamente con el Estado. güense Anastasio Somoza.
–El diario La Prensa es expropiado y cedido a la
CGT. 1954
–22 de agosto: Evita renuncia a la vicepresidencia –Huelga de metalúrgicos violentamente reprimida.
en acto público. –Avanza la equiparación de derechos de hijos
–28 de septiembre: sublevación en Córdoba del antes llamados “ilegítimos”.
general retirado Benjamín Menéndez.
–17 de octubre: primera transmisión experimental 1955
de televisión. –Congreso de la Productividad.
–11 de noviembre: elecciones presidenciales. –14 de junio, día de Corpus Christi: marcha
Perón-Quijano se imponen por 4.600.000 votos opositora de la Catedral hasta el Congreso.
contra 2.330.000 de Balbín-Frondizi. –15 de junio: Perón expulsa del país a dos prelados.
–Por primera vez votan las mujeres. –16 de junio: aviones de la Marina bombardean
–Sequía histórica en pampa húmeda. la Casa Rosada a lo largo del día, causando cen
tenares de muertos y heridos.
1952 –Quema de iglesias.
–Conflictos en el interior de la alianza social peronista. –Perón ensaya un gesto conciliador. Se permite a
–Se impulsan restricciones al consumo. Frondizi hablar por radio y más tarde Perón
–El Poder Ejecutivo libera a 35 militantes de anuncia su renuncia a la presidencia.
izquierda. –31 de agosto: Perón abandona el discurso con
–4 de junio: Perón lanza el Segundo Plan ciliador: “5 por 1”.
Quinquenal. –16 de septiembre: triunfa la Revolución
–26 de julio: muere Evita. Libertadora.
–9 de octubre: se estrena en el cine Gran Rex, Las
aguas bajan turbias.. Cronología significativa 1955-1973 (selec-
ción de hechos vinculados al capítulo II)
1953
–Perón presenta al Congreso un proyecto de ley 1955
de inversiones extranjeras. –Noviembre: con Aramburu el antiperonismo
–9 de abril: Juan Duarte aparece muerto en su casa. más duro desplaza a Lonardi.
–En acto de CGT en Plaza de Mayo explotan –Se intervienen los sindicatos.
bombas que causan siete muertos y casi 100 –Por orden de Aramburu es secuestrado de la
heridos. CGT el cadáver de Evita.
1956 1960
–Abril: se aprueba el plan económico de Raúl –Marzo: luego de atentados a Shell en Córdoba,
Prebisch. Frondizi pone en funcionamiento el Plan
–9 de junio: levantamiento cívico-militar pero Conintes (Conmoción Interna del Estado).
nista encabezado por el general Valle. –Perón se establece en España.
–Fusilamientos de militares y civiles. –Junio: se aprueba la Ley de Represión del
–Noviembre: Perón designa a John William Terrorismo.
Cooke como su delegado personal. –YPF anuncia autoabastecimiento petrolero.
–Comienzan huelgas de principales gremios
industriales y transportistas. 1961
–La UOM declara una huelga por tiempo inde –Abril: fracasa la invasión en Bahía de Cochinos
terminado. (Playa Girón) por tropas mercenarias apoyadas
por EE.UU.
1957 –Agosto: Frondizi recibe al ministro de Industrias
–Surgen las 62 Organizaciones (sindicatos pero de Cuba, Ernesto “Che” Guevara.
nistas).
–Julio: en elecciones constituyentes se comprue 1962
ba que el peronismo mantiene su fuerza electoral. –Año de boom automotor. Se fabricaron 115.000
autos. Salto de 666 % con respecto a 1957.
1958 –Crisis de los misiles: la Guerra Fría se instala en
–23 de febrero: triunfo electoral de Frondizi con el continente.
votos prestados por un pacto que no podrá cum –La OEA expulsa a Cuba del sistema americano.
plir. Primer ensayo semidemocrático. La Argentina se abstiene pese a la presión de
–Primer shock de inversiones desarrollistas. militares.
Comienza la “batalla del petróleo”. –18 a 23 de septiembre: enfrentamiento entre
fracciones antiperonistas del Ejército: “azules” y
1959 “colorados”.
–Enero: toma obrera del Frigorífico Lisandro de
la Torre para resistir su privatización. 1963
–Crisis de balanza de pagos. –Agosto: asalto del Policlínico Bancario por
–Junio: Perón da a conocer el pacto secreto con Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara.
Frondizi. –12 de octubre: asume Illia, ilegitimado por elec
–Se instala en los montes tucumanos el primer ciones semidemocráticas.
grupo guerrillero del país: Uturuncos. –Noviembre: Illia anula los contratos petroleros
de Frondizi.
92 Beatriz Sarlo, La máquina cultural. Maestras, traductores y vanguardistas, Ariel, Buenos Aires, 1998, pp.
195-269.
93 Según Richard Gillespie, fue la operación guerrillera mejor planificada y realizada en la Argentina, en ob.
cit., p. 243.
37 Citados en http://www.galeon.com/elortiba.
1986 2001
–En mundial de fútbol se enfrentan las seleccio –El ministro de Defensa, Ricardo López Murphy,
nes de la Argentina e Inglaterra y se suscitan sen propone correr el feriado conmemorativo al 2 de
timientos colectivos de desquite. abril.
–23 de diciembre: Diputados aprueba el proyec
to de punto final. 2005
Se estrena Locos de la bandera.