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SINCERIDAD

¿QUÉ ES LA SINCERIDAD?
La sinceridad es la cualidad de obrar y
expresarse con verdad, sencillez y
honestidad, sin fingimientos o segundas
intenciones, es una cualidad moral de gran
valor. Se fundamenta sobre el respeto y el
apego a la verdad como valor esencial en
nuestra relación con los demás.
La palabra, como tal, proviene del latín
sincerĭtas, sinceritātis el cual procede del
adjetivo “sincero”; Cuenta la Etimología
popular que el origen de la palabra
proviene de la época del renacimiento, concretamente en España. Los escultores españoles
cuando cometían algún error mientras tallaban estatuas de mármol caras, disimulaban los
defectos con cera. Así, una estatua que no tenía ningún defecto y no necesitaba retoques
era reconocida como una “escultura sin cera”. Con el tiempo la definición evolucionó hasta
la conclusión de que quien no oculta nada, es una persona sincera.
Una persona sincera es aquella que dice y actúa conforme a lo que piensa o cree. No tiene
dobleces, ni intenciones ocultas, no busca intrigar ni perjudicar a nadie.
Cabe enfatizar que “decir” la verdad es una parte de la sinceridad, pero también “actuar”
conforme a la verdad, es requisito indispensable.
El mostrarnos “como somos en realidad”, nos hace congruentes entre lo que decimos,
hacemos y pensamos, esto se logra con el conocimiento y la aceptación de nuestras
cualidades y limitaciones.
Ser sincero, exige responsabilidad en lo que decimos, evitando dar rienda suelta a la
imaginación o haciendo suposiciones.
Para ser sincero también se requiere “tacto”, esto no significa encubrir la verdad o ser vagos
al decir las cosas. Cuando debemos decirle a una persona algo que particularmente pueda
incomodarla principalmente debemos ser conscientes que el propósito es “ayudar” o lo que
es lo mismo, no hacerlo por despecho, enojo o porque “nos cae mal”, eso tiene otro
nombre, y no es el de sinceridad, aunque lo que digas no falte a la verdad. Hay que
encontrar el momento y lugar oportunos, esto último garantiza que la persona nos
escuchará y descubrirá nuestra buena intención de ayudarle a mejorar.
En algún momento la sinceridad requiere valor, nunca se justificará el dejar de decir las
cosas para no perder una amistad o el buen concepto que se tiene de nuestra persona. La
persona sincera dice la verdad siempre, en todo momento, aunque le cueste, sin temor al
qué dirán.
Al ser sinceros aseguramos la amistad, somos honestos con los demás y con nosotros
mismos, convirtiéndonos en personas dignas de confianza por la veracidad que hay en
nuestra conducta y nuestras palabras. A medida que pasa el tiempo, esta norma se debe
convertir en una forma de vida, una manera de ser confiables en todo lugar y circunstancia.
“La sinceridad y la humildad son dos formas de designar una única realidad”
Para ver la realidad de tal modo que sirva de base para una progresión personal, hace falta
distinguir entre lo importante y lo secundario. Si la persona no quiere mejorar, si entiende
la vida como una condición en que puede encontrar el placer y no le incumbe ningún
esfuerzo de mejora en función de la finalidad última por la cual ha sido creado, distinguir
entre lo importante y lo secundario no vale la pena.
Muchas personas suelen utilizar la palabra “honestidad” como sinónimo, pero existe una
diferencia entre estas. La sinceridad depende de tu apego a la verdad, a la claridad, mientras
la honestidad depende de tu apego a lo correcto, a lo bueno, a defender tus creencias, a ser
auténtico y a jamás traicionarte.
Por poner un ejemplo algo extremo pero muy claro, imaginemos lo siguiente: un asesino le
dice a su víctima que la va a matar y, efectivamente, la mata. El asesino ha actuado con total
sinceridad, ya que ha cumplido su palabra; pero, desde luego, su acto no es nada honesto.

¿QUÉ SE ESPERA DE LA PERSONA QUE REALIZA EL VALOR?


La sinceridad no es algo que debemos esperar de los demás, para ser dignos de confianza.
La persona honesta respeta la verdad y establece sus relaciones bajo este parámetro moral.
Si la persona es sincera confían en ella y promueven la convivencia y una mejor resolución
de los conflictos, ya sea en el entorno personal como laboral.
Se puede esperar que una persona sincera no invente defectos o hacerlos más grandes de
una persona, u ocultar el enojo o la envidia que tiene. Cuando, con aires de ser “franco” o
“sincero”, dice con facilidad los errores que comenten los demás, mostrando lo ineptos o
limitados que son.

EJEMPLOS DE SINCERIDAD
Dia a día:
Desde cosas tan simples como que el profesor nos pregunte si entendimos y le
respondamos sinceramente que si o que no.
Si no hicimos algún compromiso decirle al profesor que no lo hiciste por una razón
verdadera.
Laborales:
“La sinceridad es un valor muy apreciado en esta empresa”
En el ámbito laboral es muy importante este valor, por ejemplo al aceptar cuando
cometemos un error o equivocación y no culpar a alguien más por ello, al reconocer los
méritos ajenos y aun más si parecen propios, al realizar lo que nos ordenan aunque no haya
quien lo supervise.
Expresar lo que piensas e ideas que ayuden al desarrollo de la organización.

FALTA DE SINCERIDAD
¿QUÉ ES LA FALTA DE SINCERIDAD?
La falta de sinceridad es el anti-valor de la
sinceridad, mas conocida como la
hipocresía. Esta es la actitud constante o
esporádica de fingir creencias, opiniones,
virtudes, sentimientos, cualidades, o
estándares que no se tienen o no se siguen.
La hipocresía es la falsedad que demuestra
una persona en sus acciones o en sus palabras, fingiendo o pretendiendo cualidades o
sentimientos que, en realidad, no tiene. La palabra, como tal, proviene del griego ὑποκρισία
(hypokrisía).
Proviene del deseo o necesidad de esconder nuestros sentimientos o motivaciones reales a
los demás, proyectando una imagen falsa o irreal de nosotros mismos.
En la hipocresía existe una inconsistencia entre lo que se piensa y se hace o se dice, esto
con la finalidad de no revelar nuestra verdadera personalidad. En este sentido, la hipocresía
es engañar a los demás; es una de las tantas formas que adquiere la mentira.
Ser hipócritas es considerado un antivalor, una inmoralidad, pues, aunque aparentemos
bondad o ejemplaridad, y aunque nos esforcemos por parecer mejores personas de las que
somos, finalmente todo aquello no son más que apariencias basadas en la mentira.
Una persona hipócrita, es aquella que pretende que se vea la grandeza y bondad que
construye con apariencias sobre sí misma, propagándose como ejemplo y pretendiendo o
pidiendo que se actúe de la misma forma, además de que se glorifique su accionar, aunque
sus fines y logros están alejados a la realidad.
¿QUÉ SE ESPERA DE LA PERSONA QUE REALIZA EL ANTI-VALOR?
Las personas que actúan de esta manera son persona que pueden ser peligrosas en la
sociedad, son personas que son capaces de hacer cualquier cosa para conseguir lo que
quieren y sin importarle a los demás. Personas trepadoras que quieren llegar a la cima a
toda costa engañando, traicionando y que no pueden tolerar el éxito de los otros, pero que
sí pueden disfrutar de los fracasos ajenos.
Este tipo de gente disociadora no aporta soluciones, sino conflictos y que a final de cuentas
viven lavándose las manos.
EJEMPLOS DE FALTA DE SINCERIDAD
Dia a día:
En nuestras carreras, al momento de que nos preguntan cómo vamos con el compromiso,
el decir que estamos avanzados en el trabajo, cuando aún no hemos comenzado, por la
suposición de que es fácil y en cualquier momento podemos estar al corriente. Obviamente,
una pequeña mentira, llevará a otra más grande y así sucesivamente, hasta que nos
sorprenden.
Laboral:
Falta de sinceridad en las reuniones, cómo los ejecutivos no expresan lo que realmente
piensan de algo.
Generalmente vemos a empleados resignados en acatar las ideas de sus jefes, o reuniones
en donde se expone una idea sin que nadie se atreva a debatirla.
Creando chismes para desprestigiar organizaciones o compañeros.
Ganarse la confianza de altos jefes por méritos ajenos.

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