Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los trastornos depresivos son unos de los problemas psiquiátricos más importantes a nivel
mundial en todas las edades. Son frecuentes, recurrentes, alteran el funcionamiento general
y aumentan el riesgo de abuso de sustancias, de enfermedad bipolar y de suicidio. Se ha
observado un incremento en la prevalencia de los trastornos afectivos y una tendencia a que
estos se desarrollen a una edad cada vez más temprana.
A- Características clínicas
Según la Asociación Psiquiátrica Americana (DSM IV, APA 1994), para recibir el diagnóstico
de Trastorno Depresivo Mayor (TDM), un niño o adolescente debe presentar:
Estos síntomas deben estar presentes casi todos los días por un período no menor de dos
semanas, deben representar un cambio con respecto al nivel de funcionamiento previo y
generar dificultades en la relación con los demás o en las actividades habituales.
1
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
En general, el cuadro clínico de TDM en niños es similar al cuadro en adultos, sin embargo
los síntomas de ansiedad (incluyendo fobias y dificultad para separarse de los adultos a
cargo), las quejas somáticas, y los problemas de conducta parecen ocurrir mas
frecuentemente en niños.
Es importante identificar los subtipos dado que éstos difieren en su respuesta terapéutica.
C 2. Depresión Atípica
Se observa generalmente en personas que viven en latitudes donde hay marcada diferencia
en las estaciones, y se manifiesta con baja energía, aumento del sueño, y aumento del
apetito, con una preferencia por ingerir hidratos de carbono. Estos síntomas son similares a
los de la depresión atípica, aunque el TAE es episódico y la depresión atípica tiende a
presentar un curso crónico (Stewart et al., 1993).
Recibe este nombre aquella depresión que no responde a dos intentos terapéuticos con dos
clases diferentes de antidepresivos, a dosis adecuadas y durante un período de por lo menos
seis semanas cada uno.
2
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
Los síntomas de la depresión bipolar y la depresión unipolar son similares, pero la presencia
de hipomanía inducida por fármacos, síntomas psicóticos o historia familiar de bipolaridad,
alternados con retraso psicomotor puede indicar que el paciente deprimido tiene riesgo de
desarrollar un trastorno bipolar (Akiskal et al., 1983; Strober and Carlson, 1992).
E- Diagnosticos diferenciales
3
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
Puede acompañar a otros cuadros no-afectivos como los trastornos de ansiedad, trastornos
de conducta y trastornos específicos del aprendizaje.
Los niños suelen experimentar disforia al separarse de sus padres pero, de no existir un
trastorno depresivo, este síntoma desaparece al estar nuevamente junto a ellos.
No está clasificado con los trastornos del estado de ánimo, pero el cuadro clínico es similar a
una depresión que aparece antes de la menstruación. Este trastorno generalmente comienza
en la adolescencia, se acompaña de dificultades psicosociales y académicas (debido a la
irritabilidad, falta de concentración y síntomas somáticos). Puede responder a los mismos
medicamentos utilizados en el tratamiento de la depresión (p.ej. ISRS).
Puede ser confundido con TDM. Estos niños o adolescentes experimentan un cambio excesivo
en el estado de ánimo y una importante dificultad en el funcionamiento general durante el
período de tres meses siguientes a un evento estresante, pero no reúnen criterios para un
TDM (DSM-IV, 1994).
En general, este cuadro clínico tiene una alteración anímica menos grave, con menos
síntomas; presenta un curso autolimitado de aproximadamente 6-7 meses, y no suele
recurrir (Kovacs et al., 1994b). Si durante este período el paciente reúne criterios para un
Trastorno Depresivo Mayor o si los síntomas duran más de 6 meses, hay que considerarlo.
4
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
El diagnóstico diferencial entre depresión y una enfermedad crónica puede ser difícil de
realizar, ya que la incidencia de depresión es mayor en ciertas enfermedades y algunas
patologías crónicas presentan alteraciones en el sueño, el apetito y la energía, en forma
similar a lo que ocurre en pacientes deprimidos. Es improbable que una enfermedad clínica
curse con sentimientos de culpa, desvalorización, desesperanza e ideación suicida, y su
presencia sugiere el desarrollo de un trastorno depresivo.
E10. Duelo:
Los síntomas del duelo son indistinguibles de aquellos presentes en una depresión, pero la
fase aguda de un duelo no complicado generalmente remite sin ayuda terapéutica entre los
seis meses y el año. Si los síntomas persisten pasado este período, esta indicada la
evaluación e intervención profesional. Se diagnostica una depresión en un paciente en duelo
cuando existe una severa alteración en el funcionamiento general, ideación suicida, rasgos
psicóticos, sentimientos de desvalorización o cuando los síntomas se prolongan en el tiempo.
Los niños y adolescentes con trastornos afectivos tienen un alto riesgo de suicidio,
abuso de drogas, consumo de tabaco, enfermedades médicas, y bajo funcionamiento
académico y psicosocial (Kandel et al., 1986; Rao et al., 1995) ( Brent et al., 1995;
Birmaher et al., 1996a).
También se ha observado que los niños que tuvieron depresión, continúan presentando una
importante morbilidad clínica y psicosocial después de la remisión de la misma. Parte de esta
morbilidad se manifiesta en síntomas subclínicos de depresión, problemas de conducta,
ansiedad, consumo de cigarrillos, y una excesiva dependencia emocional de otras personas.
Una de las consecuencias más graves del TDM es la ideación suicida y los intentos de
suicidio. Siguiendo el patrón del incremento observado en los últimos 50 años en la
prevalencia de TDM, el índice de suicidio en adolescentes en Estados Unidos se ha
cuadruplicado desde 1950 (de 2,5 a 11,5 por 100.000) y en la actualidad representa el 12%
de la mortalidad total en esta edad (Brent et al., 1988; Lewinsohn et al.,1993c). Los intentos
de suicidio en adolescentes también han aumentado y presentan una incidencia de 1,7%-
5,9% y una prevalencia de 3,0%-7,1% (Fergusson and Lynskey, 1995; Lewinsohn et al.,
1993c).
Los factores que predisponen al riesgo de suicidio incluyen: presencia de depresión, intentos
de suicidio en el pasado, trastorno bipolar, historia familiar de trastornos del ánimo, historia
familiar de conducta suicida, exposición a violencia familiar, impulsividad, disponibilidad de
medios (p.ej:. acceso a armas), y comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos (Abuso de
Sustancias, Trastornos de Conducta, Trastornos de Ansiedad y de Personalidad) (Brent et
al.,1987, 1993a, b; Fergusson and Lynskey, 1995; Kovacs et al.,1993). Las circunstancias
socio-ambientales adversas pueden contribuir al riesgo de suicidio.
5
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
En general, los trastornos psiquiátricos acompañantes comienzan antes que el TDM, pero en
adolescentes el Abuso de Sustancias tiende a presentarse después del mismo (Kovacs et al.,
1988,1989; Reinherz et al., 1993).
6
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
Los niños cuya sintomatología depresiva incluye o comienza con un Trastorno Distímico,
tienen episodios depresivos más prolongados y un mayor riesgo de recurrencia (Kovacs et
al., 1994a).
El trastorno distímico se asocia con mayor riesgo de desarrollar TDM (70%), Trastorno
Bipolar (13%), y Abuso de Sustancias (15%) (Keller et al., 1988; Lewinsohn et al., 1991).
Las características del TDM asociado con el cambio a Trastorno Bipolar I son: retardo
psicomotor, presencia de psicosis, historia familiar de bipolaridad, historia familiar de
trastornos afectivos e hipomanía inducida por fármacos (Akiskal et al., 1983, 1995).
Los siguientes son los factores que han sido asociados al inicio, duración y recurrencia del
Trastorno Depresivo Mayor en niños y adolescentes (para más detalles ver Brent et al.,
1995; Birmaher et al., 1996).
J1. Demográficos:
Después de la pubertad el riesgo de TDM aumenta entre dos y cuatro veces, especialmente
en niñas. La edad temprana de aparición también parece conferir un mayor riesgo de
recurrencias.
J2.-Genético/Familiar:
Los padres de niños deprimidos también tienen un alto índice de otros trastornos
psiquiátricos que aumentan el riesgo de psicopatología afectiva y general en sus hijos.
7
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
A. Características clínicas
Cambio persistente del estado de ánimo que generalmente es de menor intensidad que el
TDM. Para recibir un diagnóstico de trastorno Distímico, el niño o adolescente debe presentar
ánimo deprimido o irritabilidad casi todos los días, la mayor parte del día, durante un período
de un año. Además debe tener al menos dos de los siguientes síntomas (DSM-IV, 1994):
1. Cambios en el apetito
2. Alteraciones del sueño
3. Baja autoestima
4. Dificultad de concentración y para tomar decisiones
5. Astenia
6. Sentimientos de desesperanza
8
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
B. Epidemiología:
Se ha reportado una prevalencia entre 0,6% y 1,7% en niños, y entre 1,6% y 8,0% en
adolescentes(Kashani et al.,1987a,b; Lewinsohn et al., 1993a, 1994).
C. Comorbilidad:
D. Evolución:
De modo similar a lo que ocurre en la agregación familiar de TDM, los familiares de pacientes
con TD de aparición temprana tienen índices más altos de trastornos afectivos que los
familiares de pacientes con TD desarrollado en la vida adulta (Klein et al., 1988a,b, 1995).
También se ha asociado el ambiente familiar caótico con mayor riesgo de TD en hijos de
padres deprimidos (Warner et al., 1995).
9
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
conducta observable. Por este motivo suelen ser dispares las respuestas de padres e hijos
(Barrat et al., 1991; Walker et al., 1990).
Linea de vida:
Nombre Fecha
Fechas
Feliz
Normal
Triste
Muy triste/depresión
Grados/ Años
Notas
10
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
Padres y maestros pueden notar que el niño o adolescente deprimido se muestra más
retraído, quejoso o malhumorado. Cosas sin importancia pueden irritarlo o hacerlo llorar y
tiende a ver muchas situaciones como negativas y difíciles de enfrentar. Es frecuente que
interactúe menos con los demás y que se aleje de sus actividades preferidas tanto en el
aspecto social como deportivo. Generalmente se observa una declinación en el rendimiento
académico, problemas de conducta en el colegio o ausentismo.
TRATAMIENTO
11
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
1. Una reducción del 50% en la severidad de los síntomas, (aún con esta mejoría, los
pacientes pueden presentar una significativa sintomatología residual).
2. Un puntaje de 9 o menos en el BDI (Beck) o un puntaje de 7 o menos en el HDRS
(Hamilton) de 17 items, junto con una mejoría persistente en el funcionamiento del
paciente durante 1-2 semanas (refleja más adecuadamente una respuesta).
3. Ausencia de criterios para TDM o TD.
4. Mejoría en el funcionamiento según la escala de Evaluación Global (DSM-IV) u otras
escalas.
Para lograr una respuesta en la fase aguda se utilizan intervenciones psicosociales y/o
farmacológicas.
12
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
et al., 1990; Lewinsohn et al., 1994; Robin and Foster, 1989; Rotherdam-Borus et al., 1994;
Wilkes et al., 1994).
La mayoría de los estudios que han examinado la eficacia de psicoterapia se han realizado
con terapia breve orientada a la resolución de problemas y con objetivos claros en la
reducción de los síntomas depresivos, la interacción con padres y pares, y el mejor
funcionamiento académico y social del niño.
Intervenciones Psicofarmacológicas:
Una prueba de medicación en la fase aguda generalmente dura 6-8 semanas (quizás más
tiempo para los Inhibidores Selectivos de Recaptación de Serotonina), en las cuales el
paciente debe ser visto semanalmente o cada dos semanas para monitorear los síntomas, los
efectos adversos, los ajustes en la dosis, y para realizar la psicoterapia (p. ej.: Terapia de
Apoyo, Terapia Cognitivo-Conductual, Terapia Interpersonal).
La mayoría de los estudios en niños y adolescentes han evaluado los efectos de los
antidepresivos Tricíclicos (ATC), y más recientemente los Inhibidores Selectivos de
13
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
Los informes de eficacia de los ISRS en TDM de adultos (p.ej.: Greenberg et al., 1994), junto
con el perfil relativamente benigno de efectos adversos, baja letalidad en sobredosis, y
administración en una sola toma diaria, han llevado a que los IRS sean los medicamentos de
primera elección (Olfson and Klerman, 1993). Entre los años 1989 y 1994, la prescripción de
ISRS para niños y adolescentes se ha quintuplicado en Estados Unidos. Los ISRS bloquean
selectivamente la bomba de recaptación presináptica de serotonina, con poca o ninguna
afinidad por los receptores adrenérgicos, colinérgicos o histamínicos.
La respuesta a Fluoxetina fue igual en niños y en adolescentes, sin diferencia entre sexos. A
pesar de la mejoría con Fluoxetina, muchos pacientes continuaron presentando síntomas
significativos, sugiriendo que quizás sean necesarias dosis mas altas o combinación con
psicoterapia.
14
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
(retraso en la eyaculación, anorgasmia). Como ocurre con otros antidepresivos, los ISRS
pueden gatillar hipomanía o manía en pacientes vulnerables, pero es necesario diferenciar
estos síntomas de la akatisia o de la llamada "conducta desinhibida".
Como efectos adversos que raramente ocurren, se han informado síntomas extrapiramidales
(Arya, 1994), hiponatremia y equimosis (Aranth and Lindberg, 1992; Calhoun and Calhoun,
1996). La equimosis parece estar relacionada con alteraciones en el funcionamiento de las
plaquetas.
Los ISRS y en particular la Fluoxetina han sido asociados con mayor riesgo de suicidio
(Teicher et al., 1990). Varios estudios y un meta-análisis reciente demostraron que la
Fluoxetina, al igual que otros antidepresivos, disminuye el riesgo de suicidio en pacientes
deprimidos (p.ej. Beasley et al., 1991).
Interacciones medicamentosas
Todos los ISRS inhiben en distinto grado las enzimas del citocromo P450, y es importante
tener en cuenta los efectos que puede producir la administración concomitante con otros
medicmentos metabolizados por el sistema enzimático P450.
Tiene la vida media más larga, con un promedio de 2-4 días para fluoxetina y 7-15 días para
su metabolito activo, norfluoxetina. En adultos se requieren 1-2 meses de tomar 20 mg
diarios para llegar al estado estable en sangre.
La dosis habitual es 20 mg/día, pero muchos pacientes tendrán una respuesta terapéutica y
menos efectos adversos con dosis más bajas (5mg/día). La dosis máxima de 60-80 mg/día
puede ser necesaria, especialmente en pacientes que presentan comorbilidad psiquiátrica
(p.ej: Bulimia, Trastorno Obsesivo Compulsivo).
15
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
Sertralina
Citalopram 20 a 60 mg/dia
Fluvoxamina
El lapso de tiempo para reducir los síntomas de depresión es parecido a los tricíclicos (4-6
semanas), aunque no queda claro si el mantenerlos más tiempo produce más respuestas
tardías.
Niveles en sangre: Los ISRS presentan una curva dosis-respuesta bastante plana en
términos de eficacia antidepresiva. Esto, agregado a la ausencia de problemas de toxicidad,
hace innecesario el monitoreo de los valores plasmáticos (Preskorn, 1994, 1995).
El perfil de los efectos adversos y el potencial riesgo de muerte por sobredosis han cambiado
el papel de los ATC en la depresión de niños y adolescentes desde la aparición de los ISRS.
16
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
Efectos cognitivos: No afecta la memoria ni las funciones cognitivas (Aman, 1980), aunque
en adultos se han observado alteraciones con dosis altas.
Efectos cardiovasculares: (Wilens et al., 1996) Un tercio de los niños y adolescentes tratados
con ATC presentan taquicardia sinusal y 5-10% tienen el intervalo P-R prolongado, aunque
son raros los bloqueos aurículoventriculares. Se observa bloqueo incompleto de rama
derecha en 15% de niños tratados con ATC, aunque el significado clínico no es claro. Se debe
evaluar cuidadosamente o contraindicar el uso de ATC cuando existan retrasos en la
conducción cardíaca clínicamente significativos (bloqueo aurículoventricular, Wolff-Parkinson-
White), arritmias significativas, fallas en la estructura del corazón, antecedentes personales o
familiares de muerte súbita, arritmias, síncope y enfermedad cardíaca prematura.
Muerte súbita y ATC: Se han informado 5 casos de muerte súbita en niños tratados con
Desipramina (DMI). Wilens y colaboradores (1996) informaron que DMI no presenta más
efectos cardiovasculares que otros ATC, y la American Academy of Child and Adolescent
Psychiatry (Biederman et al., 1995b) determinó que existía una débil evidencia de aumento
relativo por encima del riesgo de muerte súbita en la población general (4,2 niños/millón/año
en Estados Unidos). Si es que en realidad los ATC están relacionados con este fenómeno, no
hay certeza de que el monitoreo de los parámetros cardiovasculares pueda reducir o prevenir
el riesgo de muerte súbita.
Interacciones medicamentosas:
17
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
La elección del tratamiento inicial en la fase aguda requiere tener en cuenta factores como la
severidad del episodio, el número de episodios previos, la cronicidad, la edad del paciente, el
subtipo de depresión, y la motivación del paciente y la familia. Basados en la literatura
existente y en la experiencia clínica, parece adecuado comenzar con 6-8 semanas de
psicoterapia individual o grupal en pacientes que presentan depresión leve o moderada
(Geller, 1994).Si en este lapso no se ha obtenido una respuesta o si han aumentado los
síntomas depresivos, se debe indicar medicación antidepresiva, preferentemente.
1. Depresión psicótica
2. Depresión bipolar
3. La severidad de la depresión impide la realización de la psicoterapia
18
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
B-Tratamiento de continuación
Psicoterapia:
Medicación:
La misma dosis de antidepresivo que produjo la remisión en la fase aguda debe ser
mantenida durante la fase de continuación (American Psychiatric Association-
Depression Guideline Panel, 1993).
C-Tratamiento de mantenimiento
19
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
Fase de mantenimiento
Existe consenso de que los adultos con un solo episodio simple, varios episodios leves o
intervalos largos entre episodios (p.ej: 5 años), no requieren una fase de mantenimiento.
Asimismo, los pacientes con 3 o más episodios (especialmente si ocurren durante un período
corto de tiempo y tienen consecuencias importantes) y las depresiones crónicas, deben
recibir tratamiento de mantenimiento. Es controvertido si los pacientes con 2 episodios
deben recibir tratamiento de mantenimiento. Se ha sugerido que deben tener un tratamiento
por 3-5 años aquellos pacientes con 2 episodios que presenten alguno de los criterios
siguientes: a) historia familiar de bipolaridad o depresión recurrente; b) primer episodio
depresivo de aparición temprana (antes de los 20 años); y c) ambos episodios fueron
severos o con riesgo de muerte y ocurrieron en los últimos tres años.
Como todos los antidepresivos han demostrado ser eficaces durante la fase de
mantenimiento, los ISRS parecen ser la mejor elección en al tratamiento a largo plazo,
debido a la menor cantidad de efectos adversos y mínimo riesgo en sobredosis.
Los pacientes y sus padres deben poder aclarar con el médico tratante situaciones referentes
a dificultades de tomar la medicación en el colegio, la incomodidad frente a los amigos, la
idea de “tener la mente controlada por una medicación” y la incertidumbre de la posibilidad
de una recurrencia a pesar de tener una respuesta favorable en el presente.
Para poder continuar un tratamiento ambulatorio, el paciente debe aceptar y poder cumplir
con un contrato de no-suicidio. Estos contratos con el profesional no garantizan seguridad
absoluta, y hay que tener en cuenta factores como el ambiente familiar, los sistemas de
apoyo y la severidad de la depresión (grado de desesperanza, síntomas psicóticos). Retirar
de la casa armas de fuego y retirar o guardar medicamentos potencialmente tóxicos.
20
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
En los casos de pacientes con severo riesgo de suicidio cuyos padres no van a poder
tener un estricto control de la medicación, se sugiere no usar ATC debido al mayor
peligro de muerte por sobredosis (Kapur and Mann, 1992).
Evaluar abuso físico o sexual, debido a la fuerte asociación con conducta suicida Evaluar y
tratar comorbilidad con abuso de sustancias, trastornos de personalidad, problemas
escolares, fallas en la comunicación padres-hijo y acontecimientos negativos, ya que estos se
hallan frecuentemente en adolescentes suicidas (Brent et al., 1993, 1994; Gould et al.,
1996).
2.-Depresión psicótica:
3.-Depresión atípica:
Hay una mayor respuesta a IMAO que a ATC (Stewart et al., 1993; Thase et al., 1995), y
también podrían responder a ISRS.
4.-Depresión Bipolar:
Los pacientes con trastorno bipolar II, en particular aquellos con hipomanía esporádica,
pueden responder a ISRS, IMAO o Bupropion sin estabilizadores del estado de ánimo.
Los pacientes con depresión severa parecen responder mejor a fármacos con propiedades
serotoninérgicas y adrenérgicas, y a Terapia Electroconvulsiva (TEC). Algunos estudios
informan buena respuesta con ISRS.
Varios estudios han demostrado que los pacientes con depresión crónica responden a ATC,
ISRS o IMAO (Thase and Kupfer, 1996). Estos pacientes requieren farmacoterapia y
21
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
6.-Depresión refractaria:
Trastorno Distímico
1. Los hijos de personas deprimidas y los jóvenes con depresión subclínica están en
riesgo de desarrollar episodios depresivos.
2. Los niños con distímia generalmente tienen su primer episodio de TDM dos o tres
años después del comienzo del trastorno distímico, y el TDM ocurre en promedio 4,5
años antes que el abuso de sustancias.
3. El riesgo de suicidio es alto al inicio de un primer episodio depresivo, y la prontitud
del tratamiento se asocia con un resultado más favorable (Brent et al., 1993; Kupfer
et al., 1989). Esto sugiere que existe una “ventana de oportunidades” para prevenir
la aparición de TDM y otros trastornos psiquiátricos.
22
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
Corresponde también revisar la comorbilidad diagnóstica, así como los conflictos familiares,
académicos, personales y los problemas médicos que puedan contribuir al mantenimiento de
la depresión. La psicoterapia focalizada hacia los síntomas depresivos y los conflictos
actuales ha demostrado ser eficaz en pacientes con depresión resistente (Thase and
Howland, 1994).
Hasta hace poco tiempo no era vista como una enfermedad que pudiera ocurrir en los niños.
Aunque Areteo de Capadocia, Esquirol, y Kraepelin habían descripto trastornos del humor en
niños. Actualmente hay un cuerpo creciente de evidencia científica que sugiere que el TBI es
más prevalente de lo que se creía. Algunos investigadores han reportado que los trastornos
afectivos parecen estar aumentando su incidencia en las últimas decadas.
La clasificación actual del DSM-IV favorece el subdiagnóstico del TBI ya que los criterios
diagnósticos fueron pensados inicialmente para el trastorno bipolar en adultos, y las
presentaciones clínicas de la enfermedad en ambos grupos etarios difieren mucho.Otro factor
que dificulta el diagnóstico de TBI es la superposición sintomática con otras formas
psicopatológicas de la infancia.
Características clínicas:
23
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
Comorbilidad:
Se estima que un gran porcentaje de los niños con TBI presenta comorbilidad con: ADHD,
cerca del 95% de los niños con TBI cumplen criterios diagnósticos para ADHD, trastorno
oposicionista desafiante, trastorno de conducta, trastorno de ansiedad, abuso de sustancias,
psicosis, depresión, trastorno obsesivo compulsivo, sindrome de Tourette.
El tratamiento precoz del TBI es esencial. Para evitar el curso general de la enfermedad
hacia la aceleración del ciclado, y prevenir la incrementada vulnerabilidad resultante de
recurrencias subsecuentes asociadas a alteraciones neurobiológicas e intervenir antes de que
la enfermedad sea refractaria al tratamiento.
Intentar disminuir el sufrimiento considerable del niño asociado a los cambios en el humor, y
evitar el impacto dramático de la enfermedad en la familia, los amigos, y la escuela, y
quizás la más importante, disminuir la letalidad asociada a la elevada tasa de suicidio
observada en los trastornos bipolares no tratados, estimada en el 15%.
Entre los fármacos mas utilizados en la practica están los anticíclicos (Valproato,
Carbamazepina, Litio) Antipsicoticos atipicos( Risperidona, olanzapina, Aripiprazol,) y
ansioliticos.
24
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
Akiskal HS, Maser JD, Zeller PJ, Endicott J, Coryell W, Keller M, Warshaw M, Clayton
P, Goodwin F (1995), Switching from 'unipolar' to bipolar II: an 11-year prospective
study of clinical and temperamental predictors in 559 patients. Arch Gen
Psychiatry 52:114-123
Ambrosini PJ, Bianchi MD, Metz C, Rabinovich H (1994), Evaluating clinical response
of open nortriptyline pharmacotherapy in adolescent major depression. J of Child and
Adolescent Psychopharmacology 4(4):233-244
Anderson JC, McGee R (1994), Comorbidity of depression in children and
adolescents. In: Handbook of Depression in Children and Adolescents, edited by WM
Reynolds and HF Johnson, Plenum Press, New York, pp 581-601
Angold A, Costello EJ (1993), Depressive comorbidity in children and adolescents.
Empirical, theoretical,and methodological issues. Am J Psychiatry, 150:1779-1791
Asarnow JR, Goldstein MJ, Tompson M, Guthrie D (1993), One-year outcomes of
depressive disorders in child psychiatric inpatients: evaluation of the prognostic
power of a brief measure of expressed emotion. J Child Psychol Psychiatry,34:129-
137.
Beardslee WR, Keller MB, Seifer R, Lavori PW, Staley J, Podorefsky D, Shera
D(1996), Prediction of adolescent affective disorder: Effects of prior parental
affective disorders and child psychopathology. J Am Acad Child Adolesc
Psychiatry, 35:279-288.5
Beasley CM, Dornseif BE, Bosomworth JC, Sayler ME, Rampey A, H., Heiligenstein
JH, Thompson VL, Murphy DJ, Masica DN(1991), Fluoxetine and suicide:A meta-
analysis of controlled trials of treatment for depression. Br Med Journal, 303.
Biederman J, Rosenbaum JF, Bolduc EA, Faraone SV, Hirshfeld DR (1991), A high
risk study of young children of parents with panic disorder and agoraphobia with and
without comorbid depression. Psych Res, 37:333-348
Biederman J, Faraone S, Mick E, Lelon E (1995a), Psychiatric comorbidity among
referred juveniles with major depression: fact or artifact? J Am Acad Child Adolesc
Psychiatry, 34(5)579-590
Biederman J, Milberger S, Faraone SV, Kiely K, Guite J, Mick E, Ablon S, Warburton
R, Reed E (1995b), Family-environment risk factors for attention-deficit hyperactivity
disorder. Arch Gen Psychiatry, 52:464-470
Birmaher B, Ryan ND, Williamson D, Brent D, Kaufman J, Dahl R, Perel J, Nelson
B(1996a)Childhood and adolescent depression : A review of the past 10 years - Part
I. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry. 35:1427-1439.
Birmaher B, Ryan ND, Williamson DE, Brent DA, Kaufman J (1996b) Childhood and
adolescent depression: A review of the past 10 years - Part II. J Am Acad Child
Adolesc Psychiatry, 35:1575-1583.
Brent DA, Perper JA, Goldstein CE, Kolko DJ, Allan M, Allman CJ, and Zelenak, JP
(1988), Risk factor for adolescent suicide: a comparison of adolescent suicide
victims with suicidal inpatients. Arch Gen Psych, 45:581-588
Brent DA, Poling K, McKain B, Baugher M (1993), A Psychoeducational program for
families of affectively ill children and adolescents. J Am Acad Child Adolesc
Psychiatry 32:4:770-774
Brent DA, Perper JA, Moritz G, Allman CJ, Friend A, Roth D, Schweers J, Balach L,
Baugher M (1993b), Psychiatric risk factors for adolescent suicide: a case-controlled
study. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry, 32:521-529
Brent DA, Perper JA, Moritz G, Allman C, Schweers J, Roth C, Balach L, Canobbio R,
Liotus L (1993c), Psychiatric sequelae to the loss of an adolescent peer to suicide. J
Am Acad Child and Adolescent Psychiatry 32:509-517
Clarke GN, Hawkins W, Murphy M, Sheeber LB, Lewinsohn PM, Seeley JR (1995),
Targeted prevention of unipolar depressive disorder in an at-risk sample of high
school adolescents: A randomized trial of a group cognitive intervention. J Am Acad
Child Adoles Psychiatry, 34:312-321.
25
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
26
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
27
CURSO DE PSIQUIATRÍA INFANTOJUVENIL – UNIVERSIDAD FAVALORO 2010
28