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Woyzeck - Georg Büchner PDF
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FRANZ WOYZECK
MARIE [1] CAMPO ABIERTO. LA CIUDAD A LO LEJOS
CHRISTIAN, el hijo de ambos Woyzeck y Andrés cortan varas en los matorrales.
CAPITAN
DOCTOR WOYZECK: Sí, Andrés; allí, sobre aquella franja de hierba, allí rueda
PROFESOR la cabeza por la noche; uno la levantó una vez, pensaba que era
EL TAMBOR MAYOR un erizo. Tres días y tres noches, y yacía en la caja. (En voz baja:)
UN SUBOFICIAL Andrés, eran los masones, ahora ya lo sé, los masones, chsss ...
ANDRES ANDRES (canta): Dos conejos en el prado
MARGRETH, una vecina de Marie se han comido todo el verde, verde ...
EL PREGONERO de una barraca de feria WOYZECK: ¡Calla! ¡Algo se mueve! ¡Escucha!
UN VIEJO ANDRES: Se han comido todo el verde, verde,
EL JUDlO y ni una hierba han dejado.
EL MESONERO WOYZECK: Se mueve detrás de mí, debajo de mí (da patadas en el
PRIMER ARTESANO suelo), está hueco, ¿lo oyes? Todo hueco aquí debajo. ¡Los
SEGUNDO ARTESANO masones!
KARL, un idiota ANDRES: Tengo miedo.
KATHE WOYZECK: Hay un silencio tan raro. Uno querría contener la respira-
LA ABUELA ción. ¡Andrés!
PRIMERA NIÑA ANDRES: ¿Qué?
SEGUNDA NIÑA WOYZECK: ¡Di argo! (Mira fijamente al horizonte.) ¡Andrés! ¡Qué
OTRA NIÑA claridad! Un fuego recorre el cielo y se oye un estruendo como de
PRIMERA PERSONA trombones. ¡Que se nos echa encima! Vámonos. No mires atrás.
SEGUNDA PERSONA (Le arrastra hasta la maleza.)
UJIER del tribunal ANDRES (tras una pausa): Woyzeck, ¿lo oyes todavía?
MEDICO FORENSE WOYZECK: Silencio, todo está en silencio, corno si el mundo hubiera
JUEZ muerto.
Soldados, estudiantes, gentes, muchachas jóvenes y niños ANDRES: ¿Lo oyes? Son los tambores del cuartel. Tenemos que irnos.
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[2] MARIE CON SU HIJO EN LA VENTANA. MARGRETH Va a perder el seso de tanto pensar. ¿Por qué estás tan callado,
Pasa la retreta, a la cabeza el tambor mayor. bonito? ¿Tienes miedo? Cómo se está poniendo esto de oscuro,
pensaría una que está ciega. Otras veces entra la claridad del
MARrE (meciendo al niño en los brazos): Ea, mi niño, ea. A la nana farol. No lo soporto. Me da miedo. (Sale.)
nanita. ¿Oyes? Por ahí vienen.
MARGRETH: ¡Qué buen mozo! Corno un roble mismamente.
MARIE: Como un león, con esa planta. [3J PLAZA PUBLICA. BARRACAS. LUCES
(El tambor mayor saluda.)
MARGRETH: Vaya, vaya, qué ojitos tiernos, vecina, de usted no lo VIEJO: Niño (que baila)
habría pensado. Nada dura en esta vida.
MARIE (canta): Los soldados, los soldados son mozos galanes ... Al fin todos moriremos,
MARGRETH: Aún le siguen brillando a usted los ojos. Eso es cosa bien sabida.
MARIE: ¿Y qué? Lleve usted los suyos al judío y que se los limpie, a lo WOYZECK: Sí. ¡Así se baila! ¡Pobre hombre, qué viejo! ¡Pobre niño,
mejor le brillan también y puede venderlos por dos re.ales. qué joven! Venga, Marie, ¿quieres que te lleve? Un hombre tiene
MARGRETH: ¿Cómo se atreve? Señora doncella, yo soy una persona que ... para poder comer. ¡Mundo! ¡Hermoso mundo!
decente, ¿pero usted? Usted traspasaría con la mirada siete pares PREGONERO (delante de una barraca): ¡Señoras! ¡Caballeros! Vean
de calzones de cuero. ustedes la criatura tal y como Dios la formó: nada, nada de nada.
MARrE: ¡Tunanta! (Cierra de golpe la ventana.) Ven, mi niño. ¿Qué Vean ahora el arte: anda derecho, lleva levita y pantalón, lleva un
quiere la gente? Aunque no seas más que el pobrecito hijo de una sable. ¡Así! ¡Haz una reverencia! Así se hace. ¡Echa un beso! (Toca
puta, eres la alegría de tu madre, con esa carÍta de pícaro. ¡Ea, ea! la trompeta.) Michel entiende de música. Señoras y caballeros,
(Canta:) vean aquí presentes al caballo astronómico y estos bonitos cana-
Muchacha, qué vas a hacer rios cantores: son los favoritos de todos los potentados de Europa
con un niño y sin marido. y miembros de todas las sociedades científicas. Le leen el porvenir
Esta noche cantaré a todo el mundo, cuántos años tiene uno, cuántos hijos, qué
y no pregunto al destino. enfermedades; sabe disparar con pistola y andar a la pata coja.
Nana, nanita, mi niño, ¡ohé! Educación, sólo educación; tienen un raciocinio animal o más
N adie hace nada por mí. bien una animalidad dotada de raciocinio. No es una bestia
Engancha las jacas blancas, irracional, como tantas personas, a excepción del distinguido
Hansel, dales de comer, público. ¡Pasen, señores! ¡Empieza la función, el comienzo del
no quieren comer cebada, comienzo va a dar comienzo inmediatamente!
agua no quieren beber. Vean los adelantos de la civilización. Todo progresa, el caba-
Vino fresco es lo que quieren, ¡ohé!, llo, el mono, el canario. El mono ya es un soldado, todavía no es
vino fresco es lo que quieren. mucho, el escalón más bajo del género humano. Principia la
(Llaman a la ventana.) representación. ¡El inicio, el inicio! ¡El comienzo va a dar comien-
MARtE: ¿Quién va? ¿Eres tú, Franz? ¡Entra! zo inmediatamente!
WOYZECK: No puedo. Han tocado a retreta. WOYZECK: ¿Tú quieres?
MARIE: ¿Qué te pasa, Franz? MARIE: ¿Por qué no? Bien lindo que será. Qué borlas le cuelgan al
WOYZECK (con misterio): Otra vez ha pasado una cosa, muchas hombre y la mujer lleva pantalones.
cosas; ¿no está escrito: «y he aquí que subía una humareda de la Suboficial. Tambor mayor.
tierra, semejante a la humareda de una hoguera?,) SUBOFICIAL: ¡Ahora! ¡Mira! ¿La ves? ¡Qué mujer!
MARIE: ¿Qué estás diciendo? TAMBOR MAYOR: ¡Demonios! ¡Qué buena para la reproducción de
WOYZECK: Me ha venido siguiendo hasta las mismas puertas de la regimientos de coraceros y para la cría de tambores mayores!
ciudad. ¿Qué va a pasar? SUBOFICIAL: Tal y corno lleva la cabeza, se creería que la melena
MARIE: ¡Franz! negra tira de ella hacia abajo, como una pesa, yesos ojos negros ...
WOYZECK: Tengo que irme. (Se va.) TAMBOR MAYOR: Corno quien mira en lo hondo de un pozo o al
MARIE: ¡El pobre! Tan desquiciado. Ni siquiera ha mirado a su hijo. fondo de una chimenea. ¡Venga, a seguirla!
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pérdida de tiempo! ¿A dónde vamos a parar? Woyzeck, yo ya no como tan acuciado. El platicar contigo me ha fatigado mucho.
puedo ver una rueda de molino sin ponerme melancólico. Márchate ahora y no corras tanto; despacio, despacito por la calle
WOYZECK: Sí, mi capitán. abajo.
CAPITAN: Woyzeck, estás siempre como tan acuciado. Una persona
buena no hace eso, una persona buena que tiene la conciencia
tranquila. Pero ¡di algo, Woyzeck! ¿Qué tiempo hace hoy? [6] BUHARDILLA
WOYZECK: Malo, mi capitán, malo. Viento. Marie. Tambor mayor.
CAPrrAN: Ya lo noto, hay algo muy ligero ahí fuera; un viento así me
hace el efecto de un ratón. (Con picardía.) Creo que es algo así TAMBOR MAYOR: ¡Marie!
como viento norte-sur. MARIE (con una mirada expresiva): Camina un poco, que te vea ... El
WOYZECK: Sí, mi capitán. pecho, como un toro; las barbas, como un león. No hay ninguno
CAPITAN: ¡Ja, ja, ja!, ¡norte-sur! ¡la, ja, ja! Oh, qué necIO eres, que te iguale. Estoy orgullosa entre todas las mujeres.
horriblemente necio. (Conmovido.) Woyzeck, eres una buena TAMBOR MAYOR: Cuando los domingos voy con el penacho de
persona, una buena persona ... , pero (con gravedad), WQyzeck, no plumas y los guantes blancos, maldita sea, Marie, el príncipe dice
tienes moralidad. Moralidad es cuando uno es moral, ¿Compren- siempre: Muchacho, qué buena planta tienes.
des? Es una palabra buena. Tienes un hijo sin la bendición de la MARIE (burlándose): ¡Cuéntaselo a otra! (Se pone delante de él): ¡Qué
Iglesia, como dice nuestro muy reverendo capellán, sin la bendi- hombre!
ción de la Iglesia; la expresión no es mía. TAMBOR MAYOR: ¡Y tú también eres una chica de buen ver, pardiez!
WOYZECK: Mi capitán, Dios no va a tenerle en cuenta a la pobre ¿Y si pusiéramos un criadero de tambores mayores? ¿Eh? (La
criatura que no .Ie hayan echado el amén antes de fabricarla. El abraza).
Señor ha dicho: dejad que los niños vengan a mí. MARIE (malhumorada): ¡Déjame!
CAPITAN: ¿Qué estás diciendo? ¿Qué curiosa respuesta es ésa? Me TAMBOR MAYOR: ¡Animalito salvaje!
llena de confusión tu respuesta. Cuando yo digo tú, quiero decir, MARIE (con violencia): ¡Tócame, a ver!
tú, tú. TAMBOR MAYOR: ¿Te sale el diablo por los ojos?
WOYZECK: Pobres que somos. Mire usted, mi capitán: dinero, dinero. MARIE: ¡Qué más da! ¡Al fin y al cabo!
Quien no tiene dinero ... Que uno haya de traer al mundo a otro
de su misma condición pensando en la moralidad. Uno es también
de carne y hueso. Los pobres siempre somos desgraciados, en este [71 EN LA CALLE
mundo y en el otro. Yo creo que si fuésemos al cielo, tendríamos Marie, Woyzeck.
que ayudar a tronar.
CAPITAN: Woyzeck, no tienes virtud, no eres una persona virtuosa. WOYZECK (la mira fijamente, sacudiendo la cabeza): ¡Hum! No veo
¿Carne y hueso? Cuando estoy tumbado junto a la ventana y ha nada, no veo nada. ¡Oh, tendría que verlo uno mismo, tendría
llovido y se me van los ojos detrás de esas medias blancas que dan uno que poder agarrarlo bien fuerte con las manos.
saltitos por la calle ... ¡Maldita sea, Woyzeck!, entonces es amor lo MARIE (intimidada): ¿Qué te pasa, Franz? Estás disparatando, Franz.
que siento. Yo también soy de carne y hueso. Pero, Woyzeck, la WOYZECK: Un pecado tan gordo y tan ancho. Apesta tanto que se
virtud, la virtud. ¿Cómo iba a pasar el tiempo yo, si no? Lo que podría ahumar a los ángeles y ahuyentarlos del cielo. Tienes roja
yo me digo siempre: eres una persona virtuosa (emocionado), una la boca, Marie. ¿No te han salido ampollas? Adiós, Marie, eres
buena persona, una buena persona. 1 hermosa como el pecado. ¿Puede ser tan hermoso el pecado
WOYZECK: ¡Sí, mi capitán, la virtud! Yo aún no sé lo que es eso. Mire mortal?
usted, la gente común como yo no tiene virtud, a uno le viene la MARIE: F ranz, estás delirando, tienes fiebre.
naturaleza así, sin más; pero si yo fuese un caballero y tuviera WOYZECK: ¡Maldita sea! ¿Ha estado plantado ahí? ¿Así? ¿Así?
sombrero y reloj y una levita inglesa y hablara como los señoritos, MARIE: Como el día es largo y el mundo viejo, puede haber muchas
sí que me gustaría entonces ser virtuoso. Tiene que ser bien lindo personas en el mismo sitio, una después de otra.
eso de la virtud, mi capitán. Pero yo soy un hombre pobre. WOYZECK: Lo he visto. Yo le he visto.
CAPITAN: Está bien, Woyzeck. Eres una buena persona, una buena MARIE: Se pueden ver muchas cosas cuando se tienen ojos y no se es
persona. Pero piensas demasiado, eso desgasta, siempre estás ciego y luce el sol.
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WOYZECK: Tú vas a ver. ahí está el intríngulis. ¿Ya ha visto usted qué figuras forman los
MARrE (con insolencia): Bueno, ¿y qué? hongos al crecer en el suelo? ¡Quién pudiera leerlas!
DOCTOR: Woyzeck, tienes la más hermosa aberratío mentalis partia-
lis, segunda especie, con las características más patentes. Woy-
[8] EN CASA DEL DOCTOR zeck, voy a darte un aumento. Segunda especie, idea fija, con
Woyzeck. El doctor. estado general razonable; ¿haces todo como siempre, sigues afei-
tando a tu capitán?
DOCTOR: ¿Cómo es posible, Woyzeck? Un hombre tan formal. WOYZECK: Sí, señor.
WOYZECK: ¿Qué pasa, doctor? DOCTOR: ¿Tomas los guisantes?
DOCTOR: Lo he visto, Woyzeck; has orinado en plena calle, has WOYZECK: Siempre conforme a sus indicaciones, doctor. El dinero de
meado contra la pared como un perro. Y sin embargo, dos la comida va para mi mujer.
centavos diarios. Woyzeck, muy mal. El mundo es malo, muy DOCTOR: ¿Sigues prestando servicio en el cuartel?
malo. WOYZECK: Sí, señor.
WOYZECK: Pero, doctor, si a uno le viene la naturaleza. DOCTOR: Eres un caso interesante, sujeto Woyzeck, vas a recibir un
DOCTOR: ¡Viene la naturaleza, viene la naturaleza! ¡La naturaJeza! aumento. Sigue tan dispuesto. A ver el pulso. Sí.
¿No he demostrado yo que el musculus constrictor vesicae está
sometido a la voluntad? ¡La naturaleza! Woyzeck, el hombre es
libre, en el hombre la individualidad se transfigura en libertad. [9] CALLE
¡No poder contener la orina! (Sacude la cabeza, cruza las manos Capitán. Doctor.
detrás de la espalda y pasea de un lado a otro.) ¿Ya has comido
los guisantes, Woyzeck? Va a haber una revolución en la ciencia, CAPITAN: Doctor, los caballos me dan mucho miedo. Cuando pienso
yo voy a hacerla saltar por los aires. Urea, 0,10, clorhidrato de que las pobres bestias tienen que ir a pie. No corra de esa manera.
amonio, hiperoxidul. ¡No menee el bastón en el aire de esa forma! Va usted a la carrera
Woyzeck, ¿no tienes que orinar otra vez? Entra ahí e inténtalo. detrás de la muerte. Una buena persona que tenga la conciencia
WOYZECK: No puedo, doctor. tranquila no va tan deprisa. Una buena persona. (Agarra al
DOCTOR (irritado): ¡Pero contra la pared sí orinas! Lo tengo por doctor por la levita.) Doctor, permítame que salve una vida
escrito, tengo el trato en la mano. Lo he visto, con estos ojos lo he humana. Va usted como una bala ... Doctor, estoy tan melancóli-
visto, yo sacaba justamente la nariz por la ventana para que le co, me entra como una exaltación, tengo siempre que ponerme a
entraran bien los rayos del sol y poder así observar el estornudo. llorar cuando veo mi casaca colgada de la pared; ahí cuelga.
(Se acerca a él con decisión.) No, Woyzeck, no me irrito, irritarse DOCTOR: ¡Hum! Abotargado, adiposo, cuello grueso, constitución
no es sano, irritarse no es científico. Estoy tranquilo, muy tran- apoplética. Sí, capitán, a usted le puede dar una apoplexia cere-
quilo, mi pulso tiene sus habituales sesenta pulsaciones y te lo bralis, pero también le puede dar sólo de un lado y quedarse
digo con la mayor sangre fría. Dios me libre de excitarme a causa entonces paralítico de un lado; o también, en el mejor de los
de un ser humano. ¡Si al menos fuese una salamandra lo que se le casos, puede usted quedarse paralizado psíquicamente y seguir
muere a uno! Pero no tendrías que haber orinado en la pared. vegetando; éstas son más o menos sus perspectivas para las cuatro
WOYZECK: Mire, d.octor, a veces uno tiene como un carácter, corno semanas próximas. Por lo demás, le puedo asegurar que usted
una estructura. Pero la naturaleza es otra cosa, sabe usted, la constituye uno de los casos más interesantes, y si Dios quiere que
naturaleza (da un chasquido con los dedos) es algo así cómo, no su lengua se quede parcialmente paralizada, haremos los más
sé expresarme, corno, digamos ... inmortales experimentos.
DOCTOR: Woyzeck, ¿filosofando otra vez? CAPITAN: Doctor, no me asuste, ya ha habido gente que ha muerto
WOYZECK (confidencial): Doctor, ¿ha visto usted alguna vez la natu- del susto, pura y simplemente del susto. Ya veo a la gente con los
raleza doble? Cuando el sol está en lo alto del mediodía y es como limones en las manos 1, pero dirán: era una buena persona, una
si al mundo lo devorasen las llamas, me ha hablado una voz buena persona .... ¡Voto al diablo! ¡Es usted un clavo de ataúd!
terrible.
DOCTOR: Woyzeck, tienes una aberratío. L Según la novela Titán, de Jean Paul (1763-1825), cuando alguien muere, el cura, el sacristán y
WOYZECK (se pone el dedo sobre la nariz): Los hongos, doctor. Ahí, el propio muerto llevan un limon en las manos (IV, 101).
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DOCTOR (tendiéndole el sombrero): ¿Qué es esto, señor capitán? Esto no del sí o el sí del no? Vaya meditar sobre esto. (Se marcha a
es una cabeza huera. grandes zancadas, primero despacio luego cada vez más deprisa.)
CAPITAN (haciendo un pliegue en el sombrero): ¿Qué es esto, senor DOCTOR (sale corriendo tras él): Fenómeno, Woyzeck, aumento.
doctor? ¡Esto es pura simpleza! CAPITAN: A mí me produce vértigo esa gente, qué apresuramiento; el
DOCTOR: Servidor de usted, señor penacho militar. tipo largo va dando zancadas, corre como la sombra de una pata
CAPIT AN: Igualmente a sus órdenes, señor Clavo de Ataúd. de araña, y el corto va al trote. El largo es el rayo y el corto el
Woyzeck pasa corriendo. trueno ... ¡Ja, ja, el uno a la zaga del otro! No me gusta eso. Las
CAPITAN: ¡Eh, Woyzeck! ¿A dónde vas l siempre con esas prisas? personas buenas son agradecidas y aman la vida, las personas
Descansa un poco. Andas por el mundo como una navaja de buenas no son valientes. Los hijos de perra son valientes. Yo he
afeitar abierta l uno se corta si te roza; corres como si tuvieras que ido a la guerra sólo para confirmarme en mi convicción de que
afeitar a un regimiento de cosacos y fueran a ahorcarte un cuarto amo la vida ... De eso a ser valiente ... ¡Qué ideas le vienen a uno!
de hora después de acabar con el último pelo ... , pero, por cierto, a Grotesco, grotesco.
propósito de las barbas largas ... ¿qué quería decir yo? Woyzeck,
las barbas largas ...
DOCTOR: Una larga barba debajo del menrón, Plinio ya habla de ello; [10] LA SALA DE GUARDIA
hay que quitar esa costumbre a los soldados, eh l tú ... Woyzeck. Andrés.
CAPITAN (continúa): A ver. .. Las barbas largas ... Dime, Woyzeck, ¿no
has encontrado ningún pelo de barba en tu sopera? ¡Eh! Entiendes ANDRES (canta): Una moza tiene el ama
lo que digo, ¿no? ¿El pelo de un hombre, de la barba de un que noche y día se pasa
zapador, de un suboficiat de un ... , de un tambor mayor? ¡Eh, sentadita en el jardín ...
Woyzeck! Pero tú tienes una mujer decente. No te pasa como a WOYZECK: ¡Andrés!
otros. ANDRES: ¿Qué hay?
WOYZECK: SÍ, señor. ¿Qué me está queriendo decir, mi capitán? WOYZECK: Hace bueno.
CAPIT AN: ¡Qué cara pone este homrue! Bueno, no tiene que ser ANDRES: Sol de domingo y música a las puertas de la ciudad. Antes
precisamente en la sopa, pero si te apresuras y tuerces la esquina, han pasado las mujeres, qué bullicio, todos van para allá.
acaso encuentres uno en un par de labios; un par de labios, WOYZECK (inquieto): Baile, Andrés, están bailando.
Woyzeck, otra vez he sentido el amor, Woyzeck. ¿Qué te pasa?, ANDRES: En el «Rósseh y en el «Sterl1>¡.
esrás blanco como el papel. WOYZECK: Baile, baile.
WOYZECK: Mi capitán, yo soy un pobre diablo ... Y no tengo otra cosa ANDRES: Y a mí qué.
en el mundo, mi capitán, si está usted bromeando ... ... sentadita en el jardín,
CAPITAN: ¿Bromeando yo? ¡A ti te vaya dar yo bromas, mentecato! hasta que al dar las doce
DOCTOR: El pulso, Woyzeck: breve, duro, arrítmico, desigual. espera a los solda -adoso
WOYZECK: Mi capitán, la tierra quema como el infierno, pero yo WOYZECK: Andrés, no me puedo sosegar.
estoy helado, estoy helado; el infierno es frío, ¿qué se apuesta? ANDRES: ¡Loco!
Imposible. Dios, Dios ... ¡Imposible! WOYZECK: Tengo que marcharme. Todo me da vueltas. ¡Qué manos
CAPITAN: Eh, tú, ¿quieres que te fusilen, quieres que te metan un par tan calientes tienes! ¡Maldita sea, Andrés!
de balas en la cabeza? Me estás apuilalando con los ojos, yo te ANDRES: ¿Qué quieres?
quiero bien, porque eres buena persona, Woyzeck, bueha perso- WOYZECK: Tengo que irme.
na. ANDRES: Con esa golfa.
DOCTOR: Músculos faciales rígidos, tensos, contracciones intermiten- WOYZECK: Tengo que salir al aire libre, qué calor hace aquÍ.
tes, posición erguida l tensa.
WOYZECK: Me voy. Son posibles muchas cosas. ¡El hombre! Son
posibles muchas cosas. Hace buen tiempo, mi capitán. Mire usted
qué hermoso y firme es ese cielo gris, le entran a uno ganas de
clavar un garfio en él y ahorcarse, tan sólo por la coma que
separa el sí del no, el sí del no. Mi capitán, ¿sí, no? ¿Tiene culpa el
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WOYZECK: Esta camisa, Andrés, no forma parte del 'uniforme, te 1. La mayor parte de los comentaristas de Woyze,k han hecho del pro!-esor y de! doctor un
puede servir a ti, Andrés. La cruz es para mi hermana, y el anillo; solo personaje, como si Büchner, redactando la escena a vue!apluma, hubiera decidido de pronto
tengo también una estampa, dos corazones de oro, estaba en la convertir al profesor en docto(. Nosotros nos atenemos a la edición de Munich y a \os comentaris-
tas mns modernos, que conservan ambos personajes.
Biblia de mi madre, y pone:
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GEORG SÜCHNER WOYZECK
WOYZECK: Doctor, todo se me vuelve negro (se sienta). sentó y empezó a llorar y todavía sigue sentado y está completa~
DOCTOR: Animo, Woyzeck, unos días y hemos concluido; palpen mente solo.
ustedes, señores, palpen. (Le tocan las sienes, el pulso y el pecho.) WOYZECK: ¡Marie!
A propósito, Woyzeck, mueve las orejas para estos señores, yo MARIE (asustada): ¿Qué pasa?
ya quería mostrárselo a ustedes. Actúan en él dos músculos. WOYZECK: Marie, vamos, es hora.
¡Venga! ¡Deprisa! MARIE: ¿A dónde?
WOYZECK: ¡Oh, doctor! WOYZECK: ¿Lo sé yo acaso?
DOCTOR: ¡Animal! ¿Habré de menearte yo las orejas? ¿Quieres hacer
como el gato? ¿Lo ven, seilores? Es la transición al asno, muchas
veces como consecuencia de la educación femenina y de la lengua [20J MARIE Y WOYZECK
materna. ¿Cuántos pelos te arrancó ya tu madre cariílosamente,
como recuerdo? Se te han vuelto muy escasos desde hace unos MARIE: Bueno, por allí se va a la ciudad. Esto está tan oscuro.
días; sí, los guisantes, señores. WOYZECK: Vas a quedarte aquí. Ven, siéntate.
MARIE: ¡Si tengo que irme!
WOYZECK: No ibas a llegar muy lejos.
[191 MARIE CON NIÑAS DELANTE DE LA PUERTA DE SU CASA MARIE: ¿Pero qué es lo que tienes?
WOYZECK: ¿Sabes cuánto dura ya lo nuestro, Marie?
NIÑAS (cantan): El sol luce en la Candelaria MARIE: Para Pentecostés hará dos años.
y están los campos en flor. WOYZECK: ¿Sabes cuánto va a durar aún?
Marchaban por esos caminos, MARIE: Tengo que irme. Está cayendo relente.
marchaban de dos en dos. WOYZECK: Tienes frío, Marie, y sin embargo estás caliente. Cómo te
Los pífanos iban delante, arden los labios. Aliento ardoroso de puta, y, sin embargo, yo
y los violines detrás, daría el cielo por besarlos otra vez. Y cuando se está frío, ya no se
tenían rojos ... tiene frío. Con el rocío de la mañana ya no sentirás frío.
PRIMERA NIÑA: No me gusta. OTRAS (alternando MARIE: ¿Qué estás diciendo?
SECUNDA NINA: Pues qué es lo que quieres. con las otrdS dos): WOYZECK: Nada.
PRIMERA NIÑA: Lo que has empezado primeto. ¿Por qué? (Silencio.)
SEGUNDA NIÑA: No puedo. Porque sí. MARIE: ¡Qué roja brilla la luna!
OTRA: Que cante. Pero, ¿por qué WOYZECK: Corno un cuchillo ensangrentado.
TODAS: Madeta, cántanos tú. porque SI? MARIE: ¿Qué te traes entre manos, Franz? ¡Estás tan pálido! ¡Franz,
MARIE: ¡Venid acá, cangrejitos! no! ¡Por el amor de Dios! ¡So-ocorro!
Anillo, anillito, WOYZECK: ¡Toma esto! ¡Y esto! ¿Es que no sabes morirte? ¡Así! ¡Así!
corona de rosas ¡Aún sigue moviéndose! ¿Todavía no? ¿Todavía no? (Le asesta
está el rey Herodes otra puñalada.) ¿Estás muerta? ¡Muerta, muerta! .
(Llega gente. Sale corriendo.)
Abuela, ¡un cuento!
ABUELA: Erase una vez un pobre niilo que no tenía padre ni madre,
todos se habían muerto y ya no quedaba nadie en el Ínundo. Se [21] LLEGA GENTE
habían muerto todos. Y él fue y se puso a llorar día y noche. Y
como ya no había nadie en la tierra, quiso ir al cielo, y la luna le PRIMERA PERSONA: ¡Alto!
miraba tan risueila, y cuando llegó por fin a la luna, era un trozo SEGUNDA PERSONA: ¿Oyes? ¡Calla! ¡Por allí!
de madera podrida, y entonces se fue al sol y cuando llegó al sol, PRIMERA PERSONA: ¡Uh! ¡Ahí! ¡Qué ruido!
era un girasol seco, y cuando llegó a !as estrellas, eran mosquitos SECUNDA PERSONA: Es el agua que llama, hace ya tiempo que no se ha
de oro pcqueilitos, que estaban prendidos como los prende el ahogado nadie. Vámonos, no es bueno escucharla.
alfaneque en el endrino, y cuando quiso volver a la tierra, la tierra PRIMERA PERSONA: ¡Uhhl1-! Otra vez. Corno alguien que estuviera
cra una olla del revés, y estaba completamentc solo, y entonces se muriéndose.
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SEGUNDA PERSONA: Da miedo esta bruma. Todo gris, casi niebla ... y estoy oyendo? Algo se mueve. Silencio. Ahí cerca. ¿Marie? ¡Ah,
el zumbido de los abejorros como campanas rajadas. Vámonos. Marie! Silencio. Todo en silencio. ¡Ahí hay algo en el suelo! Frío,
PRIMERA PERSONA: No, la voz es demasiado clara, demasiado· fuerte. húmedo, silencioso. Hay que marcharse de este lugar. El cuchillo,
Por allí. Ven. el cuchillo, ¿lo tengo? ¡Ah, bueno! Gente. Allí. (Se marcha corrien-
do.)
[22] EL MESON
WOYZECK: A bailar todos más y más; ¡sudar!, ¡apestar!; al final, él [24J WOYZECK JUNTO A UN ESTANQUE
1
[23J WOYZECK SOLO KARL (con el niño en el regazo): Se ha caído al agua, se ha caído al
agua. ¡No!, se ha caído al agua.
WOYZECK: ¿El cuchillo? ¿Dónde está el cuchillo? Lo dejé ahí. ¡Va a WOYZECK: Niño, Christian.
delatarme! ¡Más cerca, más cerca aún! ¿Qué sitio es éste? ¿Qué KARL (le mira fijamente): Se ha caído al agua.
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