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BREA Y PARIÑAS

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← El gobierno militar revolucionario inició una radical reforma agraria que puso fin a la injusticia secular
reinante en el campo y expropió 8 millones de has. de tierras

Sinamos trabajó para que organismos de base ejercieran el autogobierno →

Después de la recuperación de ‘La Brea’ y ‘Pariñas’, el


gobierno de Velasco inició una ola de expropiaciones de
recursos mineros y estratégicos
Publicado el julio 26, 2015por Legión Cacerista

Por: Víctor Alvarado


La expropiación de La Brea y Pariñas, el 09 de junio de 1968, a solo seis días de
haber irrumpido como gobierno militar, sería el comienzo de una ola de
expropiaciones de los recursos estratégicos, como eran considerados por
el nuevo gobierno de Juan Velasco las riquezas mineras, energéticas, las redes
ferroviarias, puertos y aeropuertos, porque hubiera bastado que una de las
empresas privadas que las administraban se pusiera en rebeldía para que el
sistema de vasos comunicantes entre las empresas objeto de estas medidas,
seguramente se hubiesen paralizado.
Así por ejemplo, los medios de comunicación masiva en manos privadas no
aceptaron una sola de las reformas o expropiaciones y estaban embarcados en
una campaña de desestabilización, actitud que fue determinante para la decisión
del gobierno de expropiarlos, y esto ocurrió el 27 de julio de 1974, con los diarios
El Comercio, La Prensa, Correo, Ojo y Última Hora.
En realidad esta medida se veía venir porque cuatro años antes, en junio de 1970
el gobierno militar nacionalizó el Banco Popular del Perú y por carambola todas
sus empresas subsidiarias, entre ellas las acciones del diario La Crónica y su
vespertino La Tercera, los que fueron puestos bajo el control de Editora Perú (la
que ya controlaba el diario oficial El Peruano).
Antesala
La Crónica, con Guillermo Thorndike en la dirección (1974 – 1975), mantuvo su
estilo informativo, y se convirtió en vocero de las posiciones y las proyecciones
gubernamentales. El diario pasó a llamarse La Nueva Crónica, enriqueciéndose
con dos suplementos: Variedades y Mundial. Al mismo tiempo, se publicó una
edición en quechua que circuló por seis meses, siendo el redactor Ángel
Avendaño.
Los críticos de Velasco expresaron su asombro porque la expropiación masiva
de los diarios fuera dispuesta dos días antes de la visita del Raúl Castro,
entonces el segundo hombre de la revolución cubana.

Para explicarlo, mencionaron un supuesto mensaje de Fidel Castro, con motivo


del desfile militar del 29 de julio de 1974, donde le habría dicho: “No hay
revolución con prensa dependiente”, según el periodista Bernardino
Rodríguez, autor de una crónica sobre el tema.
Como era de esperarse la estatización de los medios fue objeto de una dura
campaña internacional, orquestada por la Sociedad Interamericana de
Prensa (SIP). La nueva prensa intervenida por el gobierno fue asignada a los
llamados sectores sociales de la economía. Así por ejemplo El Comercio pasó a
pertenecer a las organizaciones campesinas, La Prensa a las nacientes
comunidades industriales, Correo y Ojo, a las instituciones cooperativas, entre
otros.
Al llegar al poder Alberto Fujimori dispuso el cierre definitivo de La Nueva
Crónica, el 22 de diciembre de 1990 y entregó su valioso archivo al diario oficial
El Peruano, iniciándose un proceso de reversión y retorno de los medios
estatizados a sus antiguos dueños.

Se inicia la ola
Seguramente, pensando en la necesidad de que las reformas o expropiaciones
fueran favorecidas por el capital financiero, los militares, meses antes de la
nacionalización del Banco Popular, decretaron el 31 de diciembre de 1968 una
forma de intervención de los bancos mediante el Decreto Ley 17330, por la que
se obligaba al capital accionario de las entidades bancarias en el territorio de la
República a pertenecer a personas naturales o jurídicas nacionales.

En la práctica, no hubo ninguna confiscación, excepto el Banco Popular, solo la


imposición de que sus capitales privados sean enteramente nacionales. A ese
dispositivo se añadió el Decreto Ley 22228 del 06 de julio de 1978, en el gobierno
de la II Fase que presidió Francisco Morales Bermúdez, por el cual se autoriza
la creación de bancos regentados por cooperativas bancarias, que no tuvo
ninguna realización concreta.

La antesala de la ola de expropiaciones mineras fue sin duda la promulgación en


1970 de la Ley General de Minería y en 1971 la ley de ampliación de la misma,
por las cuales el Estado creó Minero Perú y Minero Perú Comercial, y asumió el
rol de conducir la exploración, explotación y comercialización minera. La
comunidad minera, creada por estas leyes, y los trabajadores mineros pasaron
a ser beneficiarios de un porcentaje de las utilidades de las empresas.

Las dos Cerro


Luego de haberse dotado de un marco legal, el gobierno de Velasco dispuso la
expropiación de la mina Cerro Verde, un complejo ubicado en el distrito de
Uchumayo (Arequipa), de propiedad de la empresa norteamericana Anaconda,
expropiada en 1970, que tenía una producción de 174 mil toneladas. El gobierno
de Fujimori, tal como ocurrió con todas las expropiaciones, la transfirió a la
empresa Cyppor Amx, la que ocho años después aumentó la producción al 350%
con una reducción de costos del 40%.
Luego seguiría en 1974 la expropiación de la mina emblemática de la inversión
privada norteamericana, la Cerro de Pasco Corporation, mediante el decreto ley
20492. La Cerro era un conglomerado de cinco minas: Morococha, San
Cristóbal, Casapalca, Cobriza y la Cerro, además de la refinería de La Oroya,
creada sobre la base de la antigua Fundición Smeltzer.

Se puede decir que la empresa norteamericana dio el pretexto para la


intervención gubernamental al emprender meses antes el retiro de sus equipos
más valiosos y frenar sus planes de reinversión, observándose una notable
reducción de las labores en todas las minas.

La empresa, por lo demás, no se sentía cómoda con el naciente nuevo régimen


social y económico como lo expresa el hecho de haberle ofertado al gobierno, el
6 de enero de 1972, la venta del complejo minero, que el régimen aceptó y para
hacerlo efectivo nombró una comisión para evaluar y negociar la propuesta.

Según el decreto ley que la intervino, además de lo antedicho, “la empresa ha


incumplido sistemáticamente sus obligaciones de vivienda, seguridad e
higiene; así como serias deficiencias en hospitales, escuelas y
saneamiento y no haber ejecutado en la refinería proyectos específicos
para evitar la contaminación ambiental”. Luego de declarar de necesidad
nacional e interés social la expropiación del negocio minero, creó la empresa
minera estatal Empresa Minera del Centro-Centromín Perú, para asumir la
conducción de este complejo minero.
El final de este conglomerado es historia conocida, el gobierno de Fujimori las
recuperó para entregarlas al sector privado, pero lo hizo de manera parcelada,
es decir cada mina, incluida la refinería los transfirió a dueños diferentes.

Marcona
El 24 de julio de 1975 le tocaría el turno a la empresa norteamericana Marcona,
una de las grandes minas de cielo abierto, mediante el decreto ley 21228, cuyos
propietarios eran The Utah Construction Co. y MarconaMining Co.

Al igual que en el caso anterior, la intervención tuvo como pretexto la comisión


de una serie de infracciones que generaron la intervención, como: “no establecer
la reserva temporal, ni la reserva intangible, no haber renovado equipos, ni
efectuado mantenimiento, esconder utilidades, eludir el pago de impuestos,
regalías y la participación de la comunidad minera”. Y para conducirla, el
gobierno creó la empresa Hierro Perú.

Los interventores descubrieron que la Marcona llevaba doble contabilidad y la


mina se había convertido en un hervidero de lucha sindical, a causa de lo cual
los trabajadores consiguieron significativos beneficios como sueldos que les
permitían pagar los estudios de sus hijos fuera de Marcona, en tanto tenían
vivienda y todos los servicios gratis, lo que fue mantenido por la nueva
administración estatal.

La estatización se mantuvo durante el gobierno de Alan García (1985- 1990),


pero la hizo objeto de una serie de maniobras clientelistas, como la de inflar su
planilla con sucesivos ingresos de más trabajadores que la empresa no requería,
hasta engrosarla con 3,500 trabajadores, poniendo la empresa al borde de la
bancarrota.
El gobierno de Fujimori la privatizó en 1992 y la transfirió a la Corporación china
Shougang, la que como primera medida dispuso una reducción de 1,200
trabajadores, los mismos que luego volvieron a ser empleados con un salario de
S/. 14 diarios, equivalente a menos del 30% que ganaban anteriormente.
Posteriormente, el gobierno de Toledo ratificó la concesión de manera indefinida.
A la fecha, el 70% de los trabajadores que laboran en la exHierro Perú lo hace
de manera tercerizada, es decir por medio de contratistas, lo que la ha convertido
en fuente permanente de conflictos.

Tintaya
Distinta suerte tuvo la mina Toquepala, de propiedad de la Southern, que
también se encuentra en el sur y podría haber corrido la misma suerte de
Marcona, pero como el gobierno de Velasco lo aclaró, era una empresa eficiente
y transparente y se había ganado el derecho de seguir funcionando como tal. A
Toquepala se añadió después su hermana Cuajone.

Un caso especial lo constituye el caso de la mina Tintaya, ubicada en la provincia


de Espinzar (Cusco), en la cual el Estado se inauguró como inversionista en
1971 al obtener Minero Perú derechos para la explotación, pero recién en 1985
inició sus operaciones durante el primer gobierno de Alan García. El ensayo
tendría corta vida porque fue privatizada por el gobierno de Fujimori en 1994, al
ser transferida a Magma Cooper Co. y ésta en 1996 cedió la posta a la empresa
BHP. Más adelante BHP se fusionó con Billington- PLCV. Después de una serie
de transferencias, la mina terminó en manos de Xstrata Tintaya, operadora del
nuevo yacimiento de Las Bambas.

La Brea y Pariñas
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La Brea y Pariñas es el nombre de un complejo petrolífero que explotaba los yacimientos
situados en la pampa La Brea y la quebrada Pariñas, en la provincia de
Talara, departamento de Piura, en el norte del Perú. A partir de 1890 fue explotada por la
empresa anglo-estadounidense London Pacific Petroleum Co., y de 1914 a 1968 por la
compañía estadounidense International Petroleum Company (IPC), subsidiaria de
la Standard Oil de New Jersey. Los yacimientos cobraron notoriedad a partir de 1911,
cuando se descubrió que sus propietarios y arrendatarios explotaban muchísimos más
lotes o pertenencias que las registradas originalmente, pese a lo cual, se negaron a pagar
los impuestos a los que estaba obligada según las leyes peruanas. Incluso, la IPC logró
ventajosas excepciones tributarias y de otra índole, arrancadas a gobiernos
pronorteamericanos a lo largo de varias décadas. Ha sido, hasta ahora, el caso más
escandaloso ocasionado por la penetración del capitalismo anglo-estadounidense en el
Perú, lo cual tuvo un considerable influjo en la vida política de este país. En 1968, el
gobierno del general Juan Velasco Alvarado ocupó militarmente las instalaciones de la IPC
en Talara, poniendo fin al problema. Sin embargo, la empresa nunca pagó sus adeudos
con el Estado peruano.

Índice

 1Historia
o 1.1Los orígenes
o 1.2Irrupción del capitalismo inglés
o 1.3Estallido del pleito
o 1.4El Laudo de París
o 1.5El Acta de Talara
o 1.6El escándalo de la Página Once
o 1.7La ocupación militar de las instalaciones de Talara
 2Referencias
 3Véase también

Historia[editar]
Los orígenes[editar]
La historia de estos yacimientos empieza durante los años iniciales de la República, época
en que fueron cambiando varias veces de propietario, hasta que en 1873 pasó a poder de
Genaro Helguero.
A partir de los años 1880, posteriores a la Guerra del Pacífico, Helguero entró en tratos
con los capitalistas ingleses, interesados en los yacimientos petrolíferos; empezó también
a sanear y revalidar sus títulos sobre los terrenos. En 1888, el juez de Paita, por
disposición del gobierno de entonces (el de Andrés A. Cáceres), ordenó medir las
pertenencias de la Brea y Pariñas, constatándose la existencia de 10 pertenencias (cada
pertenencia equivalía 10 mil metros cuadrados); e inscribiéndose así en el Padrón de
Minas de Lima; se debía pagar 30 soles por cada pertenencia, como impuesto de ley. Esta
mensura resultó errada, como después se descubriría, pues el terreno constaba en
realidad de miles de pertenencias más; se ha aducido que el error se debió a la falta de
pericia de los mensuradores o desconocimientos de las leyes sobre dicho tipo de
mediciones; causa suspicacia, además, que el juez fuera un empleado de Helguero. Lo
cierto es que a partir de este error se originó uno de los casos más espinosos que
enfrentaría el Estado peruano con empresas trasnacionales.
Irrupción del capitalismo inglés[editar]
El 3 de febrero de 1888, antes de cumplirse un mes de las mediciones del juez de Paita,
Helguero vendió sus posesiones a Herbert Tweddle (estadounidense radicado en
Inglaterra), por la cantidad de 18.000 libras esterlinas, operación que fue aprobada por el
gobierno.
En 1889 se constituyó en Londres la London Pacific Petroleum Co.'' de la que Tweddle era
el mayor accionista, el mismo que luego se asoció con el súbdito británico William
Keswick. Ambos, por escritura pública del 24 de enero de 1890, dieron en arrendamiento
por 99 años a la London Pacific las propiedades de La Brea y Pariñas. Ese mismo año,
Keswick adquirió los derechos de su socio quedando como único dueño de la London
Pacific.
Estallido del pleito[editar]
El pleito estalló en 1911, cuando el ingeniero Ricardo A. Deustua hizo una denuncia
pública, en el sentido de que la London Pacific explotaba muchísimas más pertenencias
que las reconocidas por el juez de Paita y el gobierno en el año de 1888. Ante ello, el
Ministro de Fomento mandó nuevamente medir la propiedad, siendo los encargados de
realizarla los ingenieros Héctor Boza y Alberto Jochamowitz. Estos, pese a sufrir la
hostilidad de los ingleses, que ordenaron a la población negarles incluso comida y agua,
culminaron la labor con éxito, encontrándose con la sorpresa de que la mina no tenía 10
sino nada menos que 41.614 pertenencias.
Por resolución del 15 de marzo de 1915, el primer gobierno de Óscar R. Benavides mandó
inscribir la propiedad minera "La Brea" en el Padrón General de Minas, quedando su
dueño obligado al pago del nuevo número de pertenencias remensuradas y cuyo monto
arrojaba la cantidad de S/. 1'248,420 al año y no los S/. 300 que se había venido pagando.
El historiador local Reynaldo Moya Espinoza en el Capítulo IX de su Historia de Talara
escribe: "El ingeniero Deustua [quien fue quien con su denuncia pública inició todo] decía
que en 1914 la London estaba operando sobre 1.000 pertenencias y había perforado 700
pozos. Eso hacía suponer que en realidad el canon a pagar debió ser de S/.
30,000 anuales, pero las cosas no se plantearon así en ese tiempo", afirmando además el
Sr. Moya lo exagerado de la pretensión del fisco, pues esos S/. 1'248,420 anuales
calculados sobre las pertenencias tanto en producción como fuera de producción
superaban con mucho a las utilidades que la empresa obtenía cada año.
Así calculado por el gobierno peruano, se adeudaba, en consecuencia, un millonario
impuesto, que la London Pacific Petroleum se negó a pagar por lo exagerado. Más bien,
en 1914, vendió sus derechos de arrendamiento a la compañía
estadounidense International Petroleum Company (IPC), subsidiaria de la Standard Oil de
New Jersey. En 1924 la IPC se hizo dueña de los yacimientos, por compra que hizo a los
herederos de William Keswick.
El segundo gobierno de José Pardo y Barreda (1915-1919) se vio obligado a encarar la
solución de este asunto. Por su parte, la IPC hizo intervenir en su favor a los gobiernos
de Estados Unidos y Gran Bretaña. El 26 de diciembre de 1918 las dos cámaras del
Congreso del Perú aprobaron la Ley Nº 3106, que autorizaba al Estado a someter el
asunto a un arbitraje internacional. De esa manera, el gobierno peruano se despojaba de
sus facultades soberanas para resolver un asunto interno, llevándolo a la jurisdicción
internacional.
El Laudo de París[editar]
Pero sucedió entonces la ascensión al poder de Augusto B. Leguía, político notoriamente
pronorteamericano, que no quiso cumplir con la ley congresal y prefirió llegar a un acuerdo
transaccional. Este fue firmado el 2 de marzo de 1922, entre el canciller peruano Alberto
Salomón y el representante inglés A. C. Grant Duff. Este Convenio Transaccional fue
presentado al Tribunal Arbitral, que se reunió en París y estuvo conformado por el
Presidente de la Corte Federal Suiza y los representantes del gobierno peruano e inglés.
El 24 de abril de dicho año de 1922, sin mayor discusión, aprobaron el Convenio
Transaccional al que otorgaron el carácter de Laudo cuyas condiciones obligaban a las
altas partes contratantes como solución a la controversia surgida.
Los acuerdos del llamado Laudo de París eran los siguientes:
1° Que la propiedad "La Brea y Pariñas" abarcaba el suelo y sub suelo o zona mineralizada
comprendiendo una extensión de 41,614 pertenencias de 40,000 m2. cada una.
2° Que los herederos de don William Keswick y la “London Pacific", propietarios y arrendatarios
respectivamente, abonarían durante un período fijo e inalterable de 50 años, a contar del 1° de
enero de 1922 “por razón de canon de superficie, canon de producción, regalías y cualesquiera
contribuciones o impuestos, lo siguiente:”
a.- Treinta soles al año por pertenencia en actual trabajo de extracción o perforación, al
efectuarse el pago;
b. Un sol al año por pertenencia que no se hallare en trabajo al tiempo de pago.
3° Las pertenencias que dejaran de ser explotadas pagarían un sol, y las que fueran
abandonadas, a juicio de los propietarios y concesionarios, no pagarían nada y pasarían a
poder del gobierno.
4° Como único otro impuesto, los propietarios y arrendatarios pagarían al gobierno del
Perú, el impuesto de exportación a los productos de la industria petrolera, según las leyes
existentes, el que no podría ser aumentado durante veinte años.
5° Por concepto de contribuciones devengadas hasta el 31 de diciembre de 1921 y por
todo otro cargo que pudiera existir en relación con "La Brea y Pariñas" los propietarios
pagarían un millón de pesos, oro americano, la mitad al firmarse ese arreglo y la otra mitad
cuando ese arreglo fuera incorporado en el Laudo arbitral.
6° El gobierno del Perú dejaba sin efecto las Resoluciones Supremas de 31 de marzo de
1911, 15 de marzo y 22 de mayo de 1915 y cualquiera otra posterior dada en relación con
ese asunto.
Este laudo arbitral era a todos luces, adverso a los intereses del Perú, pues
establecía un régimen de excepción tributaria para los dueños y explotadores de
La Brea y Pariñas. El Fisco dejó así de recibir sustanciosas cantidades de dinero
como impuestos. El gobierno de Augusto B. Leguía sentó así un precedente de
sumisión a los intereses estadounidenses que daría motivo a protestas
nacionalistas a lo largo de varias décadas.
La IPC obtuvo más leyes favorables (la Ley 9485 de 1941; la Ley 11780 de 1952)
y ventajosas excepciones en dichas leyes. El malestar popular causado por esta
situación se convirtió en la bandera de lucha de jóvenes líderes como Héctor
Cornejo Chávez, Alfonso Benavides Correa y Fernando Belaúnde Terry, que
cimentaron su carrera política entre 1956 y 1962, reivindicando los derechos de la
Nación sobre sus recursos.
El Acta de Talara[editar]
En 1963 ganó las elecciones presidenciales el arquitecto Fernando Belaúnde
Terry, una de cuyas promesas de su campaña electoral fue la solución del enojoso
pleito de La Brea y Pariñas. Como primer paso envió al Congreso un proyecto
para declarar nulo el Laudo de París y solicitó que los campos de La Brea y
Pariñas pasaran a poder de la Empresa Petrolera Fiscal (entidad estatal).
Atendiendo a este pedido, el Congreso dio la Ley Nº 14.696, que declaraba
nulo ipso jure el Laudo, pero no se pronunció sobre el segundo punto. El Poder
Ejecutivo promulgó la ley el 4 de noviembre de 1963, quedando así autorizado
para buscar una solución al viejo problema. Finalmente, por Ley 16.674 del 26 de
julio de 1967, se autorizó al gobierno la reivindicación de los yacimientos e
instalaciones de la IPC contra los adeudos.
En julio de 1968 el gobierno inició tratos con la IPC. El 13 de agosto del mismo
año ambas partes firmaron el Acta de Talara por el cual todos los campos
petroleros pasaban a poder de la Empresa Petrolera Fiscal (EPF) a cuenta de los
adeudos de la IPC, pero esta conservaba la refinería de Talara, el sistema de
distribución nacional del combustible y el condominio en las llamadas Concesiones
Lima. La IPC se obligaba a comprar todo el petróleo que la EPF le quisiera vender,
para procesarla en su refinería de Talara. Todo lo cual iba contra las expectativas
creadas por la Ley 16.674, que exigía la entrega de todas las instalaciones de la
IPC por sus adeudos, pero por el momento el gobierno supo explotar el acuerdo
como un gran éxito de su gestión.
El Acta fue firmada por el presidente Belaúnde, por el Presidente del
Senado Carlos Manuel Cox, por el Presidente de la Cámara de Diputados Andrés
Townsend Ezcurra y por los altos funcionarios de la IPC. Toda la prensa se hizo
eco de este suceso y publicaron en primera plana el fin del "Problema de la Brea y
Pariñas", contentando así a la opinión pública.
El escándalo de la Página Once[editar]
Sin embargo, la opinión pública cambió de parecer cuando un sector de la prensa
(la revista Oiga) dio a conocer las condiciones que había impuesto la IPC para la
firma del Acta. El momento cumbre del escándalo llegó cuando el renunciante
presidente de la EPF, ingeniero Carlos Loret de Mola, denunció que faltaba una
página en el contrato de precios de petróleo crudo entre la EPF y la IPC (10 de
setiembre de 1968). Esa fue la famosa "Página Once" que algunos le atribuyeron
una gran importancia pues alegaban que contenía valiosa información sobre
costos; otros adujeron que sólo era una página en blanco y hubo incluso algunos
que negaron su existencia. Lo cierto es que sirvió de pretexto para que un grupo
de oficiales del ejército, encabezados por el general Juan Velasco Alvarado,
dieran un golpe de estado menos de un mes después, acusando al gobierno de
“entreguismo”.
La ocupación militar de las instalaciones de Talara[editar]
El 9 de octubre de 1968, el gobierno de Velasco ordenó la toma de las
instalaciones de la IPC en Talara, la misma que la realizaron las fuerzas de la
Primera Región Militar con sede en Piura, al mando del general Fermín Málaga.
Este hecho tuvo un gran impacto en el país y ayudó al gobierno a consolidarse en
el poder. La fecha del 9 de octubre se celebró a lo largo del gobierno militar como
el Día de la Dignidad Nacional.
La IPC fue expulsada definitivamente del país, y aunque Velasco anunció
reiteradamente que no pagaría ningún centavo de reparación a dicha empresa
(que era filial de la Standard Oil de New Jersey), más tarde se supo que el
gobierno negoció en secreto con la IPC, y que, mediante el Convenio De la Flor-
Greene, el Perú pagó una indemnización global de 76 millones de dólares a todas
las empresas estadounidenses o de propiedad de estadounidenses afectadas por
las expropiaciones. En cuanto a los adeudos que la IPC tenía con el Estado (que
contando desde el año 1924 se estimaban en 690 millones de dólares), estos
nunca se pagaron.
Con respecto a los yacimientos petrolíferos de La Brea y Pariñas, estos se
encontraban ya en franca declinación productiva. La misma refinería de Talara ya
para entonces estaba muy obsoleta. Teniendo como base todo ello, el gobierno
militar creó la entidad Petróleos del Perú (PETRO-PERU), destinada a la
explotación y comercialización de la riqueza petrolera.

CONTRATO GRACE

EL CONTRATO GRACE Y EL ARREGLO DE LA DEUDA


EXTERNA
22 diciembre, 2014 historiamaestros 2 comentarios

Gustavo Jiménez

19852071

Gustavo Jiménez (PUCP)

Con el fin de la Guerra del Pacífico en el año 1884, el Estado peruano inicia el período
que es conocido como el de “Reconstrucción Nacional” luego del desastre humano,
material, económico y financiero que había dejado el conflicto con Chile.
En esa coyuntura de post-guerra, la economía peruana se sustenta en la exportación
de materias primas tales como azúcar, caucho, algodón, así como en una serie de
minerales y petróleo. En este sentido, esta diversificación económica se sostiene
sobre una base diferente a la que se tuvo antes de la guerra con Chile en la que la
producción estaba sobre las bases de la venta del guano como columna vertebral de
los ingresos de las finanzas públicas.
El guano es un fertilizante natural que se acumuló en las islas de la costa peruana
debido a las pocas lluvias, su descubrimiento generó una bonanza económica
producto de su exportación que sirvió para mejorar la agricultura de países europeos
como Inglaterra y Francia y la característica principal era que sólo existía en el Perú
y el dueño era el Estado. De este modo, durante más de cuatro décadas este
fertilizante se había convertido en la base del sustento de la vida económica nacional
hasta el conflicto con Chile.
Por ello, la etapa de reconstrucción nacional no tuvo la base de una economía
totalmente rentista

El presidente de esta fase de la historia nacional identificado con la reconstrucción


nacional fue el general Andrés Avelino Cáceres, héroe nacional por haber liderado la
resistencia en la sierra central contra la ocupación de Chile, gobernó entre los años
1886 y 1890, y tuvo como objetivo resolver la crisis económica del país agravada por
las consecuencias de la invasión chilena durante la Guerra del Pacífico. La solución
que tuvo fue la firma del contrato Grace en 1889, mediante el cual se resolvió la
crisis de la deuda externa.
Es de considerar que el país se había declarado en quiebra a mediados de la década
de los setenta en el siglo XIX y por ello se estaba en una situación de incumplimiento
de pago dado que habíamos dejado de pagar las obligaciones financieras contratadas
con una serie de acreedores internacionales.

En 1886, Michael Grace como representante de la Casa Grace, en nombre de


los acreedores extranjeros reunidos en un Comité Inglés de Tenedores de Bonos
de la Deuda Externa del Perú, presentó al gobierno de Cáceres el proyecto de
un convenio para cancelar la deuda peruana.
La negociación del contrato Grace no fue sencilla para el Gobierno de Cáceres
producto de la fuerte oposición desde varios sectores políticos en función de las
condiciones que exigía el acuerdo como fueron el de conceder los ferrocarriles
nacionales por un período de hasta sesenta y seis años, sumado a que el país se
comprometía a entregar las ganancias producto de los ingresos por las exportaciones
del guano, además de dos millones de hectáreas en la selva central, ochenta mil
libras por año por un período de treinta y tres años además de permitir la libre
navegación por el lago Titicaca.
Ahora bien, respecto a Michael Grace hay que situarse unos años antes. En 1851, el
irlandés James Grace junto a su hijo William Russell llegaron al Callao junto con otros
irlandeses con la promesa de un mejor porvenir y de un trabajo en una hacienda de
Lima ofrecido por el también irlandés, doctor John Gallagher en Lima.
Los irlandeses no se acostumbraron a trabajar en el Perú y regresaron a su país,
inclusive James Grace, pero no su hijo William que se quedó a trabajar como
empleado en una tienda en el Callao de propiedad de John Bryce, empresario escocés
asentado en el Perú.
De este modo, William Grace se dedicó a trabajar como proveedor de víveres a los
barcos en el Callao y luego, cuando comenzó el negocio del tráfico guanero, desarrolla
el proyecto de equipar un buque almacén cerca de las islas Chincha para negociar
víveres y para ello decide traer a su hermano Michael Grace como ayudante, quien
años después sería el personaje vinculado a la firma del Contrato Grace.
Para 1856, William Grace ya era socio de Bryce en la empresa Bryce-Grace y
Compañía. A la muerte de Bryce, el negocio pasa a ser sólo de Grace, siendo el inicio
de lo que se convirtió en la empresa W. R. Grace & Company, una importante
empresa con negocios en diversas partes del mundo y con diversos intereses en el
Perú.
Ahora bien, la negociación del Contrato Grace fue difícil políticamente, la oposición
en el Congreso acusó al gobierno de entreguismo y dado que no se avanzaba por la
férrea oposición en el parlamento, el gobierno de Cáceres decidió exiliar a varios
diputados para lograr que se firme el contrato.
La ventaja en ese momento para el gobierno fue importante dado que se cancelaba
la deuda externa y se tenía después de varios años, la opción de acceder a nuevos
préstamos internacionales.
La Peruvian CorporationEn suma, las distintas administraciones en el poder habían
acumulado una inmensa deuda pública y la solución para el presidente Cáceres fue
aceptar la propuesta de Michael Grace.
El contrato Grace fue suscrito en octubre de 1889 y es conocido también como el
contrato Aspíllaga-Donoughmore por haberlo firmado Ántero AspíllagaDichos
empréstitos eran en gran parte de 1869, 1870 y 1872, es decir, de las obligaciones
contraídas por el Perú antes del conflicto con Chile siendo el paquete de mayor
consideración de esta deuda la vinculada a los préstamos contratados durante la
administración del presidente José Balta siendo el ministro de Hacienda, Nicolás de
Piérola.

Es de considerar que cuando el presidente Balta (1868-1872) inicia su gobierno, la


situación era de temer económicamente dado que el fisco no tenía fondos, no se
podían cubrir con puntualidad el pago de sueldos y pensiones, y el país caminaba con
un déficit presupuestal, es decir, el Perú se hallaba al borde de la bancarrota.
Con el descubrimiento y explotación del guano de las islas de Chincha, se inicia un
ciclo de exportaciones del recurso en grandes cantidades a Europa, a través de la
firma inglesa Gibbs, después por Grace & Company y, finalmente, por la francesa
Dreyfus y Hermanos. Esta última firma, formada en 1852, fue constituida por los
hermanos Jerónimo, Isidoro y Próspero Dreyfus, y luego se incorporó Augusto, que
vivía en el Perú.
Si bien el país tenía el guano, este negocio estaba en manos de consignatarios
nacionales que especulaban con los precios del abono, incumplían con el pago puntual
al Estado producto de las ventas y al final se convirtieron en acreedores del gobierno
otorgando préstamos a tasas elevadas. De esta manera, para Balta la única solución
era quitarles el negocio del guano a los consignatarios y buscar mejores condiciones
para el país que estaba en crisis, endeudado y sin poder cubrir su gasto corriente.
En ese sentido, para Balta la solución fue el Contrato Dreyfus, firmado en julio de
1869, entre el Estado peruano y Augusto Dreyfus en representación de la Casa
Dreyfus, que asume el compromiso de adquirir al Perú dos millones de toneladas de
guano por 73 millones de soles.
Para ello, Dreyfus acepta el compromiso de adelantar dos millones de soles en dos
mensualidades al momento de la firma del contrato y se compromete a entregar cada
mes, hasta marzo del año 1871, la cantidad de 700 mil soles, además de aceptar
hacerse cargo del negocio del guano y sobretodo cancelar la deuda externa peruana,
tomando la renta futura por la venta del fertilizante.
En todo caso, la pregunta que surge es qué pasó con el dinero de Dreyfus, por lo que
es de tomar en cuenta que si bien ingresaron al país grandes capitales que pudo
convertirse en un período de prosperidad, en el mediano y largo plazo no fue así dado
que el gobierno de Balta proyectó el gasto en función de ingresos futuros que no se
cumplieron.
Balta gastó grandes sumas de capital en implementar su política de ferrocarriles,
algunas líneas se construyeron, otras quedaron a la mitad y otras sólo fueron
proyectos. Al final, el dinero de Dreyfus no fue suficiente, el Estado tuvo que volver
a recurrir al crédito externo y afrontar el incontrolable déficit presupuestal.
Cuando Manuel Pardo (1872-1876) asume el gobierno, las cuentas del Estado
estaban en crisis y las venta del guano se habían reducido a la mitad en Europa, en
un contexto en el que la política ferroviaria había hecho incrementar el monto de la
deuda externa a más de 35 millones de libras esterlinas cuya sola amortización
requería de un monto aproximado de tres millones de libras, que era equivalente a
casi la totalidad del presupuesto nacional.
Por lo cual, a diferencia de años anteriores, el gobierno no estaba en la condición de
solicitar más créditos en el exterior para poder cubrir sus gastos, situación que fue
para peor cuando en 1874 Dreyfus anunció que sólo cumpliría sus obligaciones sólo
por un año más.
Esta situación descrita anteriormente es la sumatoria de hechos que se reflejan en la
crisis, la bancarrota financiera, el no ser sujeto de crédito en el mercado de deuda y
no poder amortizar las obligaciones contraídas.
Consecuencia de ello, ocurre la quiebra de los bancos y una crisis de la industria en
los sectores vinculados con la agricultura, la minería y el comercio. En ese contexto,
el gobierno crea nuevos impuestos y realiza una emisión monetaria inorgánica, que
no pueden contener la crisis que cierra el ciclo en el año 1879 con la guerra con Chile.
En suma, económicamente la ventaja que tuvo el país con la firma del contrato Grace
fue la anulación de la deuda externa que ya era eterna en las condiciones que se
tenían dado que era imposible pagar. Asimismo, poder tener credibilidad en el
mercado internacional de deuda era trascendental porque el país volvía a tener
certeza de pago de sus obligaciones y de poder reconstruir el país.
Asimismo, también el contrato tuvo desventajas dado que desde una posición como
en la que estaba el país en ese momento de quiebra no se pudo negociar como se
hubiese querido las condiciones en función de entregar la red de ferrocarriles que
conectaban con los grandes centros mineros que quedaron en manos de capital
extranjero.
Por ello, años después, el presidente Guillermo Billinghurst (1912-1914), en un
mensaje al Congreso en 1913, manifestó montos de consideración en función del
contrato Grace. Según Billinghurst, el valor de los bonos de la deuda externa peruana
a la fecha del Contrato Grace, solo llegaba a la cifra de 2.3 millones de libras
esterlinas frente a lo que se concedió a los bonistas en bienes cuyo valor era mayor
en aproximadamente seis veces, ya que se les canceló con bienes por un valor de
18.2 millones de libras, distribuidos en 17 millones que era el precio de los
ferrocarriles entregados, 651 mil libras en dinero efectivo abonado a los acreedores,
y 630 mil libras pagados a los acreedores en bonos de la deuda externa chilena.

A posteriori parecería irracional la negociación, pero frente a la crisis, Cáceres optó


por el Contrato y mejor sería preguntarse qué hubiese pasado si no se firmaba. Por
ello, citando a Jorge Basadre se indica: “A pesar de todos los cuantiosos sacrificios
hechos y de las largas gestiones efectuadas, aún después de la aprobación del
contrato, el pasado quedó liquidado y el país, creyéndose libre de su abrumadora
deuda externa, se enfrentó al porvenir en pos de la reconstrucción”.

Contrato Grace
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El presidente del Perú Andrés A. Cáceres, bajo cuyo primer gobierno se firmó el Contrato Grace.

El Contrato Grace, llamado también contrato Aspíllaga-Donoughmore (por haberlo


firmado Ántero Aspíllaga y Lord Donoughmore), fue suscrito el 25 de
octubre de 1888 entre el gobierno peruano y el Comité Inglés de Tenedores de Bonos de
la Deuda Externa del Perú, por el cual esta entidad liberaba al Perú del pago de dicha
deuda, a cambio de la entrega de la administración de sus ferrocarrilespor 66 años, entre
otros concesiones. Se denominó Grace, pues el representante de los bonistas ingleses y
redactor primigenio del proyecto de contrato fue Michael P. Grace, un hombre de negocios
de origen irlandés. Fue sometido a su aprobación al Congreso de la República, abriéndose
un amplio e intenso debate sobre sus ventajas y desventajas para los intereses de la
nación. Durante varios meses se fue prorrogando su aprobación en el parlamento, por
obra de una minoría parlamentaria combativa, hasta que el gobierno hizo vacar a estos
congresistas y nombrar a otros, logrando finalmente la aprobación en octubre de 1889. Los
bonistas ingleses crearon la compañía The Peruvian Corporation para la explotación de los
ferrocarriles peruanos.
Índice

 1Contexto
 2El proyecto de convenio de Michael Grace
 3Los opositores
 4Aceptación oficial de la propuesta de Grace
 5El contrato Araníbar-Tyler
 6El contrato Aspíllaga-Donoughmore
 7Debate en el Congreso y aprobación
 8Contenido
 9Creación de la Peruvian Corporation
 10Ventajas y desventajas
 11Véase también
 12Bibliografía
 13Enlaces externos

Contexto[editar]
Después de la guerra con Chile e iniciado el proceso de Reconstrucción Nacional, el Perú
se vio frente a una cuantiosa deuda externa proveniente de los empréstitos de 1869, 1870
y 1872, que llegaba a la enorme suma de 51 millones de libras esterlinas, lo cual,
obviamente, resultaba imposible de pagar pues equivalía en varias veces todo el
presupuesto de la República. Los acreedores amenazaron con requisar al Perú sus
exportaciones, si es que el gobierno peruano no se avenía a transar un acuerdo. Urgía
pues, buscar una salida. Por otro lado, el estado de deterioro de los ferrocarriles hacía
necesaria la llegada de fuertes capitales para restaurarlos y construir otros.

El proyecto de convenio de Michael Grace[editar]

Michael P. Grace, empresario de origen irlandés con intereses en los negocios guaneros y
ferroviarios en el Perú.

A fines de 1886, el negociante irlandés Michael P. Grace (representante de la Casa


Grace), en nombre de los acreedores extranjeros reunidos en un "Comité Inglés de
Tenedores de Bonos de la Deuda Externa del Perú", presentó al gobierno de Andrés A.
Cáceres el proyecto de un convenio para cancelar la deuda peruana. La propuesta era que
el Estado peruano entregara a los acreedores todos sus ferrocarriles y obras ferroviarias
por 75 años, así como tres millones de toneladas de guano, dos millones de hectáreas en
la selva central, el privilegio de explotar las minas de cinabrio en Santa Bárbara -
Huancavelica, la explotación del petróleo en Piura, además de la concesión del libre uso
de los muelles a donde llegaban los ferrocarriles, incluida la libre navegación por el lago
Titicaca, y 33 anualidades de 80.000 libras esterlinas. El gobierno vio con buenos ojos este
proyecto, pues permitía el restablecimiento del crédito del Perú en el exterior, así como la
inyección de importantes capitales para la restauración de los ferrocarriles y la
construcción de otros. El inconveniente más notorio, y que naturalmente acarrearía la
crítica de la ciudadanía, era la entrega de los ferrocarriles a una compañía extranjera, pero
una medida como esta se consideró justificada, teniendo en cuenta que tales ferrocarriles
habían sido construidos con el dinero de los préstamos de 1869, 1870 y 1872.

Los opositores[editar]
Conocida en el Perú la propuesta de Grace, se abrió el debate sobre si convenía para los
intereses de la nación aceptarlo. Una posición surgida entre algunos peruanos era que la
deuda debía ser pagada por Chile, ya que este país se había apoderado de los territorios
salitreros y guaneros que habían sido garantía de los empréstitos de 1869, 1870 y 1872.
Sin embargo, de acuerdo al Tratado de Ancónfirmado con Chile y que puso fin a la guerra
con dicha nación en 1883, Chile solo se comprometió a dar a los tenedores de bonos el
50 % del producto del guano en los territorios cedidos por el Perú, hasta que se agotaran
los depósitos guaneros. Por lo demás, el valor de todos los depósitos de guano no habría
bastado para cubrir toda la deuda derivada de los empréstitos peruanos, por lo que se
precisaba buscar una salida realista, para que no siguiera creciendo la deuda con sus
intereses.

José María Químper, el infatigable diputado que se opuso a la ratificación del Contrato Grace.

Entre los opositores al contrato destacó nítidamente José María Químper, antiguo
integrante del Gabinete de los Talentos y entonces diputado por Camaná. Escribió al
respecto un folleto titulado Las propuestas de los tenedores de bonos (1886), donde acusó
al gobierno de Chile de ser el inspirador del contrato; asimismo, sostuvo que el Perú
quedaría atados de pies y manos a los intereses del imperialismo británico y que la cesión
de ferrocarriles era excesivamente entreguista, pues se otorgaba más de lo que se recibía
a cambio. Para Químper, Chile era quien debía asumir la responsabilidad de la deuda
peruana, por haberse apoderado de los yacimientos guaneros que habían sido la garantía
de la deuda peruana, posición demagógica que, como era de esperarse, fue apoyada
rápidamente por la mayoría de la población peruana. A lo largo de varias legislaturas, este
personaje entabló una lucha enconada para evitar la ratificación del contrato, siendo una
de sus tácticas alargar los debates mediante larguísimos discursos, uno de ellos de seis
horas de duración.
El escritor José Arnaldo Márquez, a través de su opúsculo La orgía financiera del
Perú (que publicó anónimamente en Santiago de Chile, en 1888), se opuso también al
contrato.

Aceptación oficial de la propuesta de Grace[editar]


Ante la corriente opositora surgida en el Perú, Grace intentó mostrarse más flexible y
presentó un segundo proyecto por el cual redujo a 66 los 75 años de usufructo de los
ferrocarriles, entre otras atenuantes más.
Estudiada la propuesta por el gobierno peruano, hubo un primer informe favorable emitido
por la comisión integrada por Aurelio Denegri, Francisco García Calderón y Francisco
Rosas, no tanto por considerar que tuviese ventajas, sino porque no encontraban otras
alternativas posibles ante la crítica situación hacendaria. Otro informe positivo fue el del
fiscal de la nación, Araníbar, mientras que el de su antecesor,Manuel Atanasio
Fuentes (fiscal interino) fue contrario.
Por fecha del 19 de febrero de 1887, y luego de los estudios y consultas realizados, el
gobierno peruano expidió la resolución suprema donde se aceptaba la propuesta de
Grace, con algunas condiciones. La firmaron el presidente Cáceres y su ministro Manuel
Irigoyen.

El contrato Araníbar-Tyler[editar]
Para negociar con los tenedores de bonos las bases propuestas por el gobierno peruano,
fue comisionado a Londres José Araníbar, quien se reunió con sir Henry Whatley Tyler,
presidente del comité de tenedores de bonos y con Michael Grace y Gerald Augustus
Ollard. Se firmó el llamado Contrato Araníbar-Tyler (26 de mayo de 1887).
Pero enterado el gobierno chileno de la firma de dicho documento, se opuso a su
aprobación, expresando que objetaría todo pacto que no dejase claramente establecido
que Chile no tenía obligaciones por la deuda peruana aparte de lo claramente explicitado
en el Tratado de Ancón. El gobierno peruano se inhibió entonces de someter dicho
contrato a la aprobación del Congreso y a través de su cancillería expresó al gobierno
chileno que en adelante tendría en cuenta lo señalado.

El contrato Aspíllaga-Donoughmore[editar]
Un nuevo contrato fue suscrito entre el 5.º conde de Donoughmore, representante de los
acreedores, y el ministro de Hacienda peruano Ántero Aspíllaga, el 25 de octubre de 1888.
Ese mismo mes se instaló el Congreso Extraordinario que empezó a discutir el contrato.

Debate en el Congreso y aprobación[editar]


Una minoría de diputados encabezada por Químper inició en el segundo Congreso
Extraordinario de enero de 1889 una obstrucción sistemática contra el contrato,
prolongando indefinidamente los debates. Para esta minoría, el Perú se comprometía a
pagar mucho más de lo que en realidad los bonos o títulos de la deuda valían en el
mercado, y que por lo demás, no le correspondía hacer ese pago. La táctica empleada por
esta minoría fue el ausentismo para frustrar el quórum legal. La mayoría hizo entonces una
declaración, dando cuenta a la Nación y al Poder Ejecutivo de la situación y sosteniendo
que los diputados disidentes, al negarse a contribuir con su voto y su presencia, habían
cesado en el ejercicio de sus cargos (14 de febrero de 1889).
Después de algunos titubeos, el gobierno decidió en abril de 1889 considerar vacantes los
escaños de la minoría, convocando además a elecciones parciales en las provincias que
representaban esos diputados. Barrida así la oposición por medio de un cuestionable
procedimiento, se reunió el cuarto Congreso extraordinario, que aprobó con algunas
modificaciones de detalle el contrato Aspillaga - Donoughmore (25 de octubre de 1889).
Contenido[editar]
Estas fueron las principales cláusulas del contrato:

 A cambio de la liquidación de su cuantiosa deuda externa, el Perú se comprometió a


ceder a los tenedores de bonos de la deuda externa todos los ferrocarriles del Estado
por espacio de 66 años. Estos ferrocarriles eran los siguientes:
 Mollendo-Arequipa-Puno-Juliaca-Santa Rosa.
 Pisco-Ica
 Callao-Chincha
 Lima-Ancón
 Chimbote-Suchimán
 Pacasmayo-Guadalupe
 Salaverry-Trujillo-Ascope
 Paita-Piura. Y,
 Callao-Lima-Chosica-Chilca.
 Además de ello, el Estado peruano hacía las siguientes concesiones a los bonistas:
 El derecho de exportación del guano existente en el territorio nacional hasta tres
millones de toneladas inglesas, así como el sobrante que quedase del 50 % del
guano de islas de Lobos que le correspondía al Perú según el Tratado de Ancón,
una vez que fueran saldadas con parte de ese monto sus deudas con Chile, por
obligaciones y adelantos asumidos por el anterior gobierno de Miguel Iglesias.
 La libre navegación en el lago Titicaca (aunque las naves debían llevar bandera
peruana) y la propiedad de los vapores de propiedad fiscal que navegaran en el
lago
 El libre uso de los muelles de Mollendo, Pisco, Ancón, Chimbote, Pacasmayo,
Salaverry y Paita, para el tráfico que demandase la construcción y ampliación de
las vías férreas.
 Por su parte, los tenedores de bonos se comprometían a lo siguiente:
 A concluir en tres años el tramo ferroviario de Chicla a La Oroya (ferrocarril
central) y en dos años el de Santa Rosa a Maranganí, y dentro de los dos años
siguientes, la línea Maranganí a Sicuani (ferrocarril del sur).
 A construir dentro de seis años un total de 160 km más de cualquier otro
ferrocarril.
 A reparar y poner en buen estado de servicio dentro de los dos años siguientes
todos los ferrocarriles que recibían.
 El gobierno peruano se comprometía a pagar al comité de tenedores 33 anualidades
de 80.000 libras esterlinas cada una.
 Y finalmente, el comité debía formar y constituir una compañía en Londres,
debidamente registrada, a la que serían transferidas las concesiones, propiedades y
obligaciones impuestas al comité, según el contrato.
Cabe señalar que las concesiones mineras mencionadas en los primeros proyectos del
contrato quedaron eliminadas. En cuanto a las concesiones de tierras de colonización,
estas fueron autorizadas por una ley y una resolución posterior, aunque en la práctica no
tuvieron resultados de importancia.
Entre los tenedores de bonos y los gobiernos de Chile y del Perú se celebró el 8 de
enero de 1890 un acta y un protocolo (llamado Elías-Castellón), arreglando todo lo
relacionado con el guano de Tarapacá, directamente afectados en la cancelación de la
deuda externa peruana.

Creación de la Peruvian Corporation[editar]


Aprobado el contrato, los bonistas ingleses crearon la compañía The Peruvian
Corporation y cambiaron sus bonos, que fueron anulados, por acciones de la misma. En
julio de 1890los ferrocarriles del Estado peruano pasaron a manos de dicha compañía, por
66 años, según lo estipulado en el contrato.
Quienes defendieron el contrato Grace sostenían que su vigencia y aplicación haría
mejorar y crecer la red ferroviaria de la nación. Pero lo real fue que la Peruvian sólo dedicó
su preocupación a ampliar las vías Central y del Sur, obra muy importante por cierto, pero
descuidó todo el resto de la gran red ferroviaria que recibió, e incluso, algunas de estas
líneas se abandonaron totalmente.
El contrato Grace sería modificado durante el primer gobierno de José Pardo y
Barreda en 1905 y durante el oncenio de Augusto B. Leguía en 1928.

Ventajas y desventajas[editar]

Ferrocarril peruano administrado por la Peruvian Corporation tas la firma del Contrato Grace.

La ventaja notoria que logró el Perú con la firma de este Contrato fue la anulación de su
cuantiosa deuda externa proveniente de los empréstitos de 1869 a 1872, que con
intereses llegaba a una enorme suma que en esos momentos resultaba imposible pagar.
La recuperación del crédito externo y del prestigio nacional era entonces de suma prioridad
para llevar adelante el proceso de Reconstrucción Nacional, que por entonces inició el
Perú luego de la desastrosa guerra con Chile. Asimismo, los bonistas asumían la
obligación de realizar inversiones, capitales estos que eran muy importantes para el
resurgimiento económico del país.
La desventaja palmaria fue la entrega de toda la red ferroviaria pública a las manos de una
compañía extranjera, primero británica y luego norteamericana. Aquellas vías eran
entonces de vital importancia, pues eran las únicas que conectaban la costa con el interior
del país y sus más importantes centros mineros, teniendo en cuenta que la minería ha sido
tradicionalmente la mayor fuente de divisas del Perú. Prácticamente quedó pues, bajo
control extranjero, la mayor parte de los recursos del país. Ya vimos también que
la Peruvian Corporation no cumplió a cabalidad su compromiso de ampliar la red
ferroviaria, ya que dejó en abandono muchas líneas.
Asimismo, siguiendo en el rubro de las desventajas, se ha sostenido con fundamento que
en esta transacción el Perú pagó en demasía, tal como lo dijeron en su momento Químper
y sus partidarios. Años después, el presidente Guillermo Billinghurst, en un mensaje al
Congreso fechado en 1913, aportó cifras tremendamente reveladoras: el valor de los
bonos de la deuda externa peruana, al momento de celebrarse el Contrato Grace, solo
llegaba a la cifra de 2.368.832 de libras esterlinas; este monto fue cancelado
concediéndoles a los bonistas bienes cuyo valor superaba ese adeudo en más o menos
seis veces, ya que se les pagó con bienes que tenían un valor sumado de 18.204.628
libras, distribuidos así:

 17.013,680 libras, que era el precio de los ferrocarriles entregados,


 650.948 libras en dinero efectivo abonado a los acreedores, y
 630.000 libras pagados a los acreedores en bonos de la deuda externa chilena.
No obstante, queda en la incógnita si el gobierno de Cáceres pudo haber logrado un
acuerdo más justo y equilibrado con los bonistas, o si en realidad optó por la solución más
realista en ese momento.

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PROFESOR: TEOFILO JULIO OBREGÓN CALERO GRADO: 4º AÑO DE SECUNDARIA
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TRATADO DE ANCÓN Firmado el 20 de Octubre del 1883, en Lima, capital del Perú. entre los dos
países al final de su participación en la Guerra del Pacifico. Antonio de la Lavalle Mariano Castro
Saldívar Jovino Novoa
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CONSECUENCIAS DE LA GUERRA Perú cede a Chile Tarapacá. Tacna y Arica quedan en poder
chileno por diez años, hasta que un Plebiscito decida su suerte. El Perú deberá paga 20 millones
de pesos por indemnización a Chile. 4. Pérdida total dela riqueza salitrera. 5. Surgió la frontera
con Chile.
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9. Surgimiento de la Reconstrucción Nacional. 8. La crisis económica fiscal; la caída de la moneda
y la ruina de nuestro crédito exterior. 6. Cesión definitiva de Arica a los chilenos. 7. Destrucción
total dela agricultura e industria.
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RECONSTRUCCIÓN NACIONAL Periodo de inestabilidad política y social que se origina, luego de la
desastrosa derrota ante Chile. El Perú buscó resarcirse de la ruina, a través de la explotación
foránea de nuestras materias primas lo que marcó nuestra DEPENDENCIA ECONÓMICA
INTERNACIONAL. ETAPAS Segundo Militarismo (1884-1895) Gob. Miguel Iglesias Primer gob.
Andrés A. Cáceres Gob. Remigio Morales Bermúdez Segundo gob. Andrés A. Cáceres Segundo
gob. Piérola (1895-1899)
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GOBIERNO DE MIGUEL IGLESIAS (1884-1885) Se reabre la UNMSM (Francisco García Calderón)
Se reorganizó el colegio Guadalupe ( Pedro A. Labarthe. Se produjo la rebelión indígena antifiscal
en Huaraz por Pedro Pablo Atusparia, continuado por Ushcu Pedro. Se inicia la reconstrucción de la
Biblioteca Nacional ( Ricardo Palma). Se iniciaron los estudios para la construcción de muelle en el
Callao y alumbrado eléctrico. Se produce el sacrifico de Daniel A. Carrión Fue derrotado en
Huaripampa. Antonio Arenas convoca a elecciones (dic. 1885)
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PRIMER GOBIERNO DE ANDRÉS A. CÁCERES ( 1886 -1890) Sube al poder tras un golpe de
Estado. Fundó el Partico Constitucional. Reorganizó al Ejército. Adquisición de la cañonera Lima.
Se creó el Banco Italiano. Se inicia la explotación del petróleo ( London Pacific Petroleum Co. Con
la cesión de la Brea y Pariñas. Comienza el auge del caucho.
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Repatriación de los héroes de guerra ( Grau, Ugarte) y entierro en el Plesbítero Matías Maestro. Se
inauguró el alumbrado eléctrico y servicio telefónico en Lima. Disminución del gasto público.
Impuestos al papel sellado, tabaco y alcohol. Estableció la contribución personal. Manuel Gonzales
Prada: «Los viejos a la tumba y los jóvenes a la obra»
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CONTRATO GRACE ( 25 Oct. 1889) Firmado entre el gobierno peruano y Miguel Grace. Para
negociar nuestra deuda externa de 51 millones de Libras. Acuerdos Perú entregaba: Perú recibía:
Cancelación de la deuda externa Entrega de nuestros ferrocarriles por 66 años. Entrega de 3
millones de toneladas de guano. Entrega de 2 millones de Hectáreas en la selva. Libre navegación
y propiedad de los vapores en el Titicaca. Pago de 33 anualidades de 80 000 L.E. Se formó la
Peruvian Corporation.
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GOBIERNO DE REMIGIO MORALES BERMUDEZ (1890-1894) Su primer vicepresidente: Pedro
Alejandrino del Solar y el segundo: Justiniano Borgoña. Terminó la construcción del ferrocarril
central Lima – La Oroya. Se dio la Ley de elecciones municipales.
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El 1 de abril de 1894, el Presidente muere, y asume el segundo vicepresidente: Justiniano
Borgoña. Quien convoca a elecciones Se estableció el Habeas Corpus. Se firmó el Tratado García –
Herrera con Ecuador ( no fue aprobado por el Congreso) Se cumplieron diez años del Tratado de
Ancón. Se inauguró el camino a Pichis ( Selva). Se adquirió «La Constitución» y «Chalaco»
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SEGUNDO GOBIERNO DE ANDRÉS A. CÁCERES ( 1894-1895) Enfrentó una fuerte oposición de la
Coalición Nacional (Demócratas, Civilistas y Unión Cívica) liderada por Piérola como Delegado
Nacional. Cáceres aumentó los impuestos y redujo los sueldos a los empleados para darle al
Ejército. Implantó una dictadura militar. Los acusados de conspiración eran llevados a los
calabozos., otros eran fusilados.
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Manuel Candamo, convocó a elecciones. El 17 de marzo de 1895, llegaron a Lima. El Nuncio
Apostólico: José Macchi «General, a Ud. hoy le odian hasta las piedras. No vale la pena derramar
más sangre. Aunque venza ya Ud. No podrá gobernar.
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SEGUNDO GOB. NICOLÁS DE PIÉROLA ( 1895-1899) Sentó las bases para la República
Aristocrática. Se inicia la privatización de tierras : Cartavio, Casagrande, Paramonga, San Nicolás)
Se creó la Sociedad Nacional de Industria. Creación de la Compañía recaudadora de impuestos.
Creación del estanco a la sal para pagar a Chile. Creó la Libra Peruana de Oro. Auge de los
bancos: Italianao, Popular, Internacional.
Slide 15
Se produce la rebelión separatista de Loreto por Mariano Madueño ( fracasó) Se funda la Escuela
Militar de Chorrillos (Misión francesa de Pablo Clemente). Se estableció el Poder Electoral. Se inicia
la inmigración japonesa. Comienza la agresión a los peruanos en Tacna y Arica (chilenización). Se
firma el Tratado Billinghurst – La Torre Modernización de Lima: Primer Automóvil Primer
fonógrafo. Rayos X.
Slide 16
Carlos Fermin Fitzcarrald, se convirtió en el Rey del Caucho . Se construyó: Paseo Colón Av. Brasil.
Av. La Colmena ( Hoy Nicolás de Piérola)

CONTRATO DREYFUS

Portada del volumen legal sobre el Contrato Dreyfus.

El Contrato Dreyfus fue un acuerdo comercial firmado en París el 5 de julio de 1869 entre
los representantes del Estado peruanoy la Casa Dreyfus & Hnos., empresa cuyo titular
era Auguste Dreyfus. Posteriormente se hicieron algunas mejoras y ampliaciones. Por
medio de este contrato, la Casa Dreyfus & Hnos. se comprometía a adquirir del Estado
peruano dos millones de toneladas de guano de islas, valorados en 73 millones de soles,
que debía abonar a razón de 700.000 soles mensuales; al mismo tiempo se comprometía
a dar al Estado un adelanto de dos millones de soles, comprometiéndose, además, a
cubrir el servicio de la deuda externa peruana, que ascendía a cinco millones de soles
anuales. Fue aprobado por el Gobierno el 17 de agosto de 1869, en medio de una gran
polémica que dividió a la opinión pública. Por entonces gobernaba en el Perú
el coronel José Balta y era ministro de Hacienda Nicolás de Piérola Villena, que fue el
artífice del contrato. Los consignatarios o empresarios nacionales del guano acusaron al
Gobierno de “despojo” e intentaron suplantar por la vía judicial a la Casa Dreyfus. La Corte
Suprema dio la razón a los consignatarios, pero el Congreso de la República zanjó
finalmente la controversia, aprobando y poniendo en ejecución el contrato el 11 de
noviembre de 1870. Sin embargo, Dreyfus no llegó a cumplir a cabalidad todas las
cláusulas del contrato y fue acusado de hacer manipulaciones en desmedro del Estado
peruano. El contrato, tras tener sucesivas modificaciones, fue rescindido finalmente en
1876.

Índice

 1Contexto histórico
o 1.1Político
o 1.2Hacendario
 2Intentos de Balta y Piérola para salir de la crisis: el Contrato Dreyfus
 3Los grandes empréstitos de 1870 y 1871. Los ferrocarriles
 4Consecuencias del endeudamiento del Estado peruano
 5Cambios en el contrato
o 5.1Octubre de 1872
o 5.2Marzo de 1873
o 5.3Abril de 1874
 6Referencias
 7Véase también

Contexto histórico[editar]
Político[editar]

El coronel José Balta, presidente del Perú de 1868 a 1872.

Tras la guerra contra España, que culminó con el Combate del Callao del 2 de
mayo de 1866, el Estado peruano quedó sumido en una aguda crisis económica, a
consecuencia del gran desembolso de recursos pecuniarios que había hecho para adquirir
elementos bélicos. El dictador Mariano Ignacio Prado, en comicios fraudulentos, ya que se
realizaron sólo en Lima y Callao, se hizo elegir presidente constitucional del Perú e instaló
un Congreso Constituyente para discutir una nueva Constitución Política, que debía
reemplazar a la del año 1860. En defensa de esta última carta magna, el viejo
mariscal Ramón Castilla se alzó en el sur, pero murió en Tiviliche en pleno desierto el 30
de mayo de 1867, no obstante lo cual, dejó encendida la chispa revolucionaria. En efecto,
en octubre de 1867 se produjo una revolución en Arequipa, «invocando el cumplimiento de
la Constitución de 1860». La recientemente aprobada Constitución liberal de 1867 fue
quemada en un acto público. También estalló una revolución en Chiclayo, encabezada por
el coronel José Balta, que enlazó con los rebeldes arequipeños.
Prado, al mando de su ejército, marchó a Arequipa para sitiarla, pero fue rechazado por las
tropas rebeldes. Regresó a Lima y renunció el 7 de enero de 1868.
El general Pedro Díez-Canseco que había dirigido la revolución de Arequipa, entró con su
ejército a Lima, tomó el poder político y convocó al Congreso. Se llamaron a elecciones
populares y salió elegido como nuevo presidente de la República, el coronel José Balta,
el 2 de agosto de 1868.

Hacendario[editar]

Depósitos de guano en las Islas Chincha.

Cuando Balta asumió el poder, encontró una caótica situación hacendaria. Desde la
década de 1850, el producto que aportaba los mayores ingresos a la hacienda pública era
el guano de islas, entonces de gran demanda en Europa y Norteamérica por sus
propiedades fertilizantes. La venta del guano se basaba en el sistema de la consignación
del guano, que consistía en que el Estado contrataba con ciertos individuos llamados
Consignatarios, para que vendieran al extranjero cierta cantidad de guano. Los
consignatarios cobraban por ello una comisión y luego entregaban al Estado el producto
de su venta. Haciendo así de intermediarios, los consignatarios hicieron suculentas
ganancias. Pero con frecuencia retrasaban la entrega de los pagos al Estado y se
quedaban con dinero que ya no era de ellos, sino público. Se les acusaba además de una
serie de abusos tales como los que fueron denunciados, a fines de 1866, por Guillermo
Bogardus: recargo en los fletes, cobro indebido de comisiones, falta de oportunidad para
alzar el precio del abono, etc.
No obstante, tan fuerte era la crisis económica que el gobierno, al no tener recursos para
pagar sus compromisos internos y externos, se veía obligado a solicitar préstamos a los
consignatarios. Estos otorgaban los préstamos sujetos a intereses usurarios del dos y
hasta del tres por ciento mensual. Aún más, como condición para prestar dinero, usaron la
artimaña de pedir prórrogas de sus contratos, obteniendo mayor cantidad de años en
calidad de consignatarios. De ese modo la caja fiscal se convirtió en prisionera de los
consignatarios. Tal era la espinosa situación que el gobierno de Balta se propuso
solucionar. El Congreso de la República, por su parte, le advirtió que no daría más
prórrogas a los consignatarios, por lo que se hacía inevitable una solución drástica y
radical.

Intentos de Balta y Piérola para salir de la crisis: el


Contrato Dreyfus[editar]

Auguste Dreyfus, cabeza de la Casa Dreyfus & Hnos. Era un judío-francés que hacia 1852 se
estableció en Lima para comerciar con telas, y gracias a su habilidad en los negocios llegó a hacer
una gran fortuna. Para 1869 era la cabeza de la Casa Dreyfus & Hnos. con sede en París. Asociado
con la Sociedad General de París (poderosa entidad bancaria), formó una empresa que fue la que
suscribió con el estado peruano el Contrato que lleva de su nombre, que le dio la exclusividad del
negocio del guano peruano.

Balta, para salir de la crisis, nombró como ministro a Nicolás de Piérola, político
conservador–demócrata, de apenas 30 años de edad. Había estudiado instrucción
media, Teología y Derecho en el Seminario de Santo Toribio de Mogrovejo de Lima. Se
separó del Seminario en 1860 y se graduó en la Facultad de Derecho de Lima.
Piérola como ministro de Hacienda, pidió autorización al Congreso de la República para
negociar directamente (sin consignatarios) la venta del guano al extranjero, en un volumen
que bordeaba las dos millones de toneladas métricas. Los comisionados Toribio Sanz
y Juan Martín Echenique (hijo del expresidente José Rufino Echenique) viajaron a Europa
para dar a conocer las bases del contrato, a fin de que las empresas interesadas lanzaran
sus propuestas. Los comisionados aceptaron la propuesta de la
casa judío francesa “Dreyfus & Hnos.”
El contrato se firmó en París, el 5 de julio de 1869, entre los representantes del Estado
peruano y los de la Casa Dreyfus & Hnos. Este contrato se celebró no en forma definitiva
sino ad referéndum, es decir, con cargo a la aprobación del gobierno peruano. Con
algunas mejoras, éste lo aprobó el 17 de agosto de 1869. Posteriormente, se harían otras
ampliaciones.
Las principales estipulaciones del Contrato Dreyfus eran las siguientes:
1. La Casa “Dreyfus Hnos.” se comprometía a adquirir el guano al término de los
contratos con los consignatarios, en un volumen de dos millones de toneladas.
2. Mientras tanto, Dreyfus adelantaría al Gobierno la suma de 2 millones de soles en
dos mensualidades (esta suma fue, luego, elevada a 2.4 millones).
3. En los meses sucesivos, Dreyfus se comprometía a entregar 700 mil soles cada
mes hasta marzo de 1871.
4. Dreyfus se encargaría de cubrir los pagos de la deuda externa, que ascendía a 5
millones de soles al año.
5. Para todos los casos de pagos e inversiones se establecían los intereses y primas
del caso.
6. Dreyfus tendría el comercio del guano para los mercados de Mauricio, Europa y
sus colonias (a excepción de Cuba y Puerto Rico).
7. El precio de venta del guano a Dreyfus quedó señalado dándose un tipo único de
S/. 36.50 por tonelada, en vez de S/. 31.00 por tonelada pactada con los
consignatarios en mayo de 1869.
El contrato originó un gran debate en el Perú, sobre las ventajas o desventajas del mismo.
Como era de esperarse, los primeros en alzar su protesta fueron los consignatarios
nacionales (aunque entre ellos había también algunos extranjeros), quienes iniciaron una
querella judicial al Estado por “despojo”, reclamando a su favor el derecho de “retracto”,
esto es, el de sustituirse en igualdad de condiciones a Dreyfus en el contrato, amparados
en una resolución legislativa del año 1849 que mandaba dar preferencia a los nacionales
en los contratos de venta del guano. La Corte Suprema falló a favor de los consignatarios y
en contra del Poder Ejecutivo. Sin embargo, el Gobierno de Balta estaba decidido a llevar
adelante el contrato y fue tajante al señalar que era el Congreso de la República, y no la
Corte Suprema, quien debía decidir si el Ejecutivo había procedido correctamente o no al
aprobar el contrato. Tras un debate vivísimo, donde se lució el ministro Piérola
defendiendo su punto de vista en el recinto parlamentario, el contrato fue finalmente
aprobado por el Congreso el 11 de noviembre de 1870.
Se ha discutido mucho las ventajas y desventajas de este Contrato. Al respecto, dice el
doctor César Antonio Ugarte:
“En nuestro concepto, el contrato Dreyfus representaba un gran progreso en el manejo de las rentas
del guano. Las dificultades sobrevivientes tuvieron origen, más que en el contrato mismo, en los
empréstitos levantados por mediación de la citada casa y en los excesivos adelantos que de ella
pidió el Gobierno, para los gastos interiores, desvirtuando la idea que había inspirado el plan”.

Los grandes empréstitos de 1870 y 1871. Los


ferrocarriles[editar]
Nicolás de Piérola, ministro de Hacienda del gobierno de José Balta, fue el artífice del Contrato
Dreyfus. Años después llegó a ser Presidente del Perú.

En Europa de ese tiempo imperaba el “boom” de los ferrocarriles. Estos medios de


transporte eran considerados entonces como los signos del progreso y la modernidad.
Balta, sin medir las consecuencias para el Perú, se propuso llevara adelante un agresivo
plan ferrocarrilero en el Perú. Como las arcas eran deficitarias, acudió al fácil recurso
financiero del préstamo extranjero.
El 19 de mayo de 1870 el gobierno de Balta contrató en París, con la Casa Dreyfus &
Hnos., un empréstito por 59.600.000 soles, destinado a la construcción de las grandes vías
férreas de penetración, de la costa a la sierra. El buen éxito que tuvo la colocación de este
empréstito alentó a la realización de otro, que fue pactado también con la Casa Dreyfus,
en Lima, el 7 de julio de 1871, pero solo fue aprobado en 1872. El monto de este segundo
empréstito era de 75.000.000 soles, de las cuales 13.000.000 estaban destinados a la
construcción de otros ferrocarriles y el resto a irrigaciones de la costa.
Estos empréstitos, si bien inyectaron al país de grandes capitales y provocaron un período
de bonanza, a la larga resultaron nefastos al estar a cuenta de ingresos futuros, que no se
pudieron cubrir. Para colmo, el precio del guano empezó a caer, debido a la competencia
que le hacía el salitre. Como el gobierno siempre andaba falto de dinero, recurrió a pedir
adelantos a Dreyfus & Hnos., ocasionando que a la cuantiosa deuda pública, ahora se
agregara el consumo por adelantado de la renta producida por al contrato Dreyfus.
Como ya se ha dicho, gran parte de ese dinero prestado se usó en construcción de
ferrocarriles. Cuando asumió al poder Balta, había solo tres vías ferroviarias, de tramos
cortos: la de Lima al Callao, la de Lima a Chorrillos, y la de Tacna a Arica; así como estaba
en plena construcción la de Mollendo a Arequipa. A partir de 1870 se construyeron las vías
férreas de Lima a Huacho, de Ilo a Moquegua, de Arequipa a Puno, de Piscoa Ica y de
Salaverry a Trujillo. Se terminó el de Mollendo a Arequipa, iniciado en 1868. Se iniciaron
los trabajos del ferrocarril de Lima a La Oroya y el de Chimbote a Huallanca. Así los datos:
en el año 1861, el Perú contaba con una red ferrocarrilera de 90 kilómetros. Se llegó al
año 1874, con 947 kilómetros. Entre 1861 y 1874, en 13 años, se había construido una red
ferrocarrilera que tenía 10 veces más de extensión. Incuestionablemente un logro
impresionante. Pero la fiebre de la construcción continuó. En 1879, el Perú, contaba con
1.963 kilómetros de vía férrea. Se duplicó en 5 años la capacidad ferrocarrilera instalada.
Los ferrocarriles, cuyo rendimiento, en teoría, debía cubrir sus gastos, no resultaron ser tan
productivos; muchos no se terminaron y otros se dañaron. Todo lo cual desembocó en un
gran aumento de la ya enorme deuda pública, y la subsiguiente bancarrota, que ocurriría
poco después.

Consecuencias del endeudamiento del Estado


peruano[editar]

Auguste Dreyfus, representado en una caricatura de 1873.

Los exorbitantes gastos en la construcción de ferrocarriles empezaron a mellar la


débil economía del Perú. Para tratar de aumentar los ingresos y salvar el estancamiento
económico del país, se tomaron las siguientes medidas:
a) Se echó mano a la explotación y venta del salitre de Tarapacá. Ese producto
tenía buen mercado porque, por ejemplo, comparándolo con el producido en Chile,
resultaba de mejor calidad.
b) Se reactivó la política de empréstitos; es decir, se volvió a acudir al fácil
expediente de traer bienes de capital del extranjero, endeudarse, y cumplir con los
compromisos internos con dinero ajeno.
La política del endeudamiento externo, a través de toda la historia, ha sido un
negocio redondo para las entidades o los países acreedores. En cambio, ese
dinero para los países deudores siempre ha producido una sobrecarga financiera,
porque tiene dos componentes:
1) La deuda principal, que se debe amortizar mediante un cronograma; y,
2) El interés, que es un porcentaje del capital principal y pagadero también
mediante un cronograma.
Genera también, una dependencia del deudor frente al acreedor, por lo
que los países más endeudados son los más dependientes.
Como la venta del guano peruano empezó a declinar, primero, por
depredación, segundo, por sustitutos que iban apareciendo usándose en
el mercado rural europeo y, tercero, por deficiente administración, los
presupuestos de la República, basados principalmente en los ingresos
gracias a la venta de este abono natural, terminaban siempre con saldos
negativos.
Esta fue la política “salvadora” que usó, tanto, José Balta, fue diseñada
por Nicolás de Piérola. Mientras los funcionarios gubernamentales
estaban ocupados en la danza del guano, los empréstitos y los
ferrocarriles, la población peruana estaba mucho más que desprotegida;
estaba abandonada sobre todo la población de los estratos más pobres.
La falta de servicios elementales de higiene, de salud y educación eran
notables.
La “política salvadora” de Balta y de Piérola como ministro hizo que el
hombre pobre tuviera que lidiar con graves problemas de malnutrición, la
que se convirtió en caldo de cultivo de diversas enfermedades y de una
mortal epidemia. Entre los gobiernos de Mariano Ignacio Prado y del de
José Balta, se presentó una epidemia de fiebre amarilla. Fue detectada en
marzo de 1868, cuando Lima tenía aproximadamente 100,000 habitantes.
Sus efectos fueron impresionantes: hubo días que morían 86; en otros 48
personas (una de las víctimas fue Toribio Pacheco, 1828–1868,
distinguido jurista y diplomático, que fuera el canciller de la República
durante la guerra contra España de 1866). Recién en junio la epidemia
desapareció. Entre marzo y junio de 1868 habían muerto, por fiebre
amarilla, 4.222 personas; de otras enfermedades habían fallecido, 1.522.
Del total de muertos, 779 eran de la misma Lima; 3.170 de otros lugares
del país; y 1.134 “sin definición de procedencia”. Murieron, asimismo,
130 italianos, 89 franceses, 76 chilenos y 23 ingleses.

Cambios en el contrato[editar]
Se hicieron cambios al contrato durante el gobierno de Manuel Pardo y
Lavalle.

Octubre de 1872[editar]
El primer cambio en el contrato vino en relación a las mensualidades de
700 mil soles que debía entregar Dreyfus. En esta entrega, Dreyfus hacía
descuentos por adelantos y comisiones de la gestión de empréstitos, y al
final, la entrega líquida era de 300 a 400 mil soles.
Se firmó con Dreyfus un nuevo convenio en el cual, este entregaba una
mensualidad por un año de 500 mil soles (6 millones al año) y luego una
mensualidad de 200 mil soles por el año siguiente (2.4 millones).

Marzo de 1873[editar]
Otro cambio del contrato fue en relación al millón de libras esterlinas,
equivalentes a 5 millones de soles, que Dreyfus tenía que aportar cada
año hasta amortizar los bonos del empréstito de 1865.
En enero de 1872, el gobierno de Balta hizo un contrato con Dreyfus para
la emisión de bonos por 36.8 millones de libras esterlinas, equivalentes a
184 millones de soles de plata, además de que Dreyfus debería de
rescatar todos los bonos de 1865 y cobrarse con lo obtenido de ese
empréstito. Pero resultó que por la crisis económica mundial de ese año,
solo se pudo colocar 4 millones de libras esterlinas en bonos.
En marzo de 1873, el Estado pactó con Dreyfus la suspensión de la
entrega del millón de libras esterlinas de la deuda externa, pues ya todos
los bonos habían sido rescatados por Dreyfus; la entrega de dos millones
de libras esterlinas ese año, para atender los trabajos públicos
(ferrocarriles), la entrega de un millón de libras esterlinas anuales, y
postergar la colocación de bonos que Dreyfus debía hacer del empréstito
de 1872 hasta que los bonos peruanos suban en su cotización.
Abril de 1874[editar]
A fines de 1873, Dreyfus tenía por exportar un millón de toneladas de
guano de las dos que había comprado. Podía, mientras no las vendiese,
impedir que el gobierno consignase o negociara el abono de los mercados
europeos. Es que el contrato no especificaba hasta cuando Dreyfus tenía
tiempo para retirar sus dos toneladas de guano, quedando
indefinidamente en posición de monopolio. Dreyfus tampoco había
cumplido con entregar el millón de libras esterlinas para el fondo de obras
públicas, de acuerdo a la modificación de marzo de 1873. Además,
Dreyfus pasaba por una terrible falta de liquidez que podía llevarlo a la
quiebra, agudizado por al caída de demanda del guano en el mercado
europeo.
El 15 de abril de 1874 se acordaron nuevas modificaciones al contrato:

 El gobierno obtuvo el derecho de exportar guano desde el 1 de julio


de 1875 y de venderlo en todos los mercados del mundo desde el 1
de noviembre de 1876, aún cuando Dreyfus no haya concluido de
exportar el guano comprado.
 Dreyfus entregaría 7 millones de soles por mensualidades para
atender los gastos públicos.
 Dreyfus pagaría los intereses y amortizaría la deuda externa en los
semestres de 1 de julio de 1874, 1 de enero y 1 de julio de 1875.
 Dreyfus recibió el derecho de beneficiar el guano mediante el
procedimiento del ácido sulfúrico para aumentar su proporción de
materias fertilizantes.
 Se redujo el precio de venta de 13 libras esterlinas a 12 libras 10
chelines, pues el gobierno pensaba que el alto precio había
ocasionado la caída de la demanda.
Al final, llegó noviembre de 1876 y Dreyfus estaba muy lejos de haber
vendido sus dos millones de toneladas de guano y entró en vigencia un
contrato de consignación entre el Estado y la Peruvian Guano Company,
el Contrato Raphael.

Firma del Contrato Dreyfus


En esta fecha, en el año 1869, se recuerda el famoso
Contrato Dreyfus, suscrito entre el Gobierno peruano
─siendo presidente del Perú José Balta─ y la Casa Judío
Francesa Dreyfus & Hnos.

Categoría: Efemérides
DePeru.com | 05 de julio
El Contrato Dreyfus fue un acuerdo comercial firmado durante la etapa del
gobierno de José Balta, cuando Nicolás de Piérola era ministro de Hacienda.

Durante el gobierno de Balta se construyeron los ferrocarriles de Chancay,


Moquegua, Puno, Pisco y Pacasmayo, se terminó el de Mollendo-Arequipa y se
iniciaron los trabajos del ferrocarril Lima-La Oroya y el de Chimbote-Huallanca.

Los exorbitantes gastos en la construcción de ferrocarriles empezaron a mellar


la débil economía del Perú. Para tratar de aumentar los ingresos y salvar el
estancamiento económico del país, se tomaron las siguientes medidas:

1. Se echó mano a la explotación y venta del salitre de Tarapacá. Ese producto


tenía buen mercado porque, por ejemplo, comparándolo con el producido en
Chile, resultaba de mejor calidad.
2. Se reactivó la política de empréstitos; es decir, se volvió a acudir al fácil
expediente de traer bienes de capital del extranjero, endeudarse, y cumplir con
los compromisos internos con dinero ajeno.

Ante la severa crisis económica, el presidente Balta nombró como ministro de


Hacienda a Nicolás de Piérola, quien contaba con apenas 30 años de edad. En
el cargo, pidió autorización al Congreso de la República para negociar
directamente (sin consignatarios) la venta del guano al extranjero, en un volumen
que bordeaba las dos millones de toneladas métricas. Lanzada la propuesta, la
casa judío francesa “Dreyfus & Hnos.” la aceptó.

El contrato entre el Gobierno peruano y Dreyfus & Hnos. se firmó el 05 de julio


de 1869 y fue aprobado por el Congreso el 11 de noviembre de 1870. El contrato
se llevó adelante a pesar de las protestas de los capitalistas peruanos o
consignatarios.

El contrato entre Dreyfus & Hnos. y el Estado establecía:

1. “Dreyfus & Hnos.” se compromete a adquirir la mercadería establecida al término


de los contratos con los consignatarios.
2. Mientras tanto, adelantaría al Gobierno la suma de 2 millones de soles en dos
mensualidades (esta suma fue, luego, elevada a 3 millones).
3. En los meses sucesivos, daría 700 mil soles cada mes hasta el año 1871.
4. Se encargaría de cubrir los pagos de la deuda externa hasta los 5 millones de
soles que se necesitaban cada año.
5. Para todos los casos de pagos e inversiones se establecían los intereses y
primas del caso.
6. “Dreyfus & Hnos.” tendría el comercio del guano para los mercados de Mauricio,
Europa y sus colonias (a excepción de Cuba y Puerto Rico).
Contrato Dreyfus

Contrato Dreyfus: Acuerdo comercial entre los representantes del Estado peruano y la
firma judío francesa Dreyfus Hermanos, fue firmado el 05 de julio de 1869, permitía la
comercialización del guano de las islas exclusivamente a la Casa Dreyfus, fue impulsado
por el gobierno de José Balta y su ejecución puso fin al antiguo sistema de las
Consignaciones del Guano, establecida por el gobierno de Ramón Castilla.

Datos generales
✍ Denominación: Contrato Dreyfus
✍ Firma del contrato: 05 de julio de 1869.
✍ Firmantes: Nicolás de Piérola (Ministro de Hacienda del Perú) y Auguste Dreyfus
representante de la firma judío francesa Dreyfus Hermanos.
✍ Venta: 2'000.000 de toneladas de guano de islas.
✍ Valor de 73'000.0000 de soles.
✍ Forma de Pago: Adelanto, mensual y anual.

Firma del Contrato Dreyfus


Principales acontecimientos:
A. Firma del Contrato Dreyfus: 05/07/1869.
Autorizado por el Presidente del Perú José Balta y el Congreso de la República del Perú, el
05 de julio de 1869, el Ministro de Hacienda peruano Nicolás de Piérola Villena contrató con
la firma judío francesa Dreyfus Hermanos, la venta de 2'000.000 de toneladas de guano por
valor de 73'000.0000 de soles pagaderos en 2'000.000 de soles adelantados, 700,000 soles
mensuales y 5'000.000 de soles anuales para cancelación de la deuda externa.

CONTRATO DREYFUS

N° PAGOS TONELADAS SOLES

1. Pago Adelantado 2'000.000

2. Pago Mensual 700,000

3. Pago Anual 5'000.000

4. Valor Total 2'000.000 73'000.0000

❋ Tabla N° 1: Contrato Dreyfus / Elaborada por Carpetapedagogica.com

B. Operación Inesperada:
La operación resultó tan inesperada y prometedora que el grueso pueblo desconfió y los
políticos azuzaron las dudas populares con discursos y artículos periodísticos que atacaban
al Presidente José Balta y a su joven Ministro de Hacienda (Piérola).
C. Ratificación del Congreso:
El 11 de noviembre de 1870 el Congreso de la República ratificó su confianza en Nicolás de
Piérola y en la firma del contrato, todas las voces opositoras tuvieron que aceptar poco
después que el Contrato Dreyfus había salvado temporalmente al país de una total
bancarrota.
El prestigio de Nicolás de Piérola Villena (artífice del Contrato Dreyfus) fue, a partir de
entonces, aumentando notoriamente.

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