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Vigilar y Castigar es la obra escrita por el pensador francés postmoderno Michel Foucault y publicada en 1975.

Esta obra,
a través de un estudio del derecho penal, y concretamente del régimen penitenciario del siglo XVIII hasta el siglo XIX,
estudia la presencia de las relaciones de poder, las tecnologías de control, y la microfísica del poder presentes en nuestra
sociedad.

Esta obra desarrolla básicamente dos tesis: la primera consiste en que la pena ha sufrido mutaciones, lo cual implica no
un mejoramiento o empeoramiento de las mismas, no su humanización o racionalidad, como habitualmente se sostiene,
sino más bien una transformación que responde a los cambios político-económicos de las sociedades occidentales; se
trata entonces de un estudio de los métodos punitivos de cara a la economía y la política. La segunda tesis se basa en la
afirmación de que existe un conjunto de elementos materiales y de técnicas que sirven de armas, de relevos, de vías de
comunicación y de puntos de apoyo a las relaciones de poder y de saber que cercan los cuerpos humanos y los dominan
haciendo de ellos un objeto de saber (p. 35). La tesis consiste en que las prácticas penales no son tanto consecuencia de
las teorías jurídicas, cuanto un capítulo de la anatomía política.

Estas tesis son desarrolladas en cuatro capítulos: �Suplicio�, �Castigo�, �Disciplina� y �Prisión�, los cuales se
rigen por cuatro reglas que guían el estudio, a saber: 1) no centrar el estudio en el aspecto represivo de la pena, sino
también en sus efectos positivos, considerando así al castigo como una función social compleja; 2) abordar los métodos
punitivos desde la perspectiva de la táctica política y no meramente como consecuencia de la ley; 3) analizar la historia
del derecho penal y de las ciencias humanas no como si estuvieran separadas, sino buscar si ambas dependen de un
mismo proceso de formación epistemológico�jurídico; y 4) examinar si el desplazamiento de la pena del cuerpo al alma,
y la inserción de un saber científico en el ámbito penal, implican un cambio en la forma como el cuerpo se ve atravesado
por las relaciones de poder.

En el primer capítulo Foucault inicia el estudio de la pena desde el siglo XVI y encuentra que lo característico de esta
forma de penalidad es el suplicio. El suplicio es la pena corporal, que debe cumplir con tres requisitos: 1) debe producir
cierta cantidad de sufrimiento, es decir, debe ser cuantificable; 2) dicha producción debe estar sometida a reglas, así,
dependiendo de la gravedad del delito, se impone determinado castigo; y 3) el suplicio forma parte de un ritual en donde
se marca al delincuente que fue víctima del suplicio y, a la vez, se comprueba el triunfo de la justicia sobre el delito. Esta
forma de castigo se ejerce por varias razones; una es la razón política en la que el delito se observa como si se hubiese
cometido directamente contra el monarca, pues al provenir la ley del soberano ésta es su semejanza misma, por lo que si
es quebrantada, se quebranta al rey. El suplicio es entonces venganza del soberano y, en consecuencia, desempeña una
función jurídico-política, pues restituye la soberanía lesionada. Otra razón es la económica, según la cual el suplicio se
entiende bajo al sistema de producción de los siglos XVI y XVII, en el que las fuerzas de trabajo y, por tanto, el cuerpo
humano, no tienen el valor que les confiere una economía industrial. Para Foucault, el suplicio hace parte de la práctica
jurídica porque revela la verdad y realiza el poder.

En el segundo capítulo, �Castigo�, Foucault muestra cómo a partir del siglo XVIII la pena que se imponía sobre el cuerpo
del condenado, en espacios públicos, empieza a extinguirse. Se da entonces la desaparición del espectáculo punitivo
pues �La ejecución pública se percibe ahora como un foco en el que se reanima la violencia� (p. 17). Con el ocultamiento
del castigo �afirma Foucault� se dan ciertas consecuencias, a saber: el castigo pasa a ser parte de la conciencia
abstracta, se trata de que sea la certidumbre de ser castigado y no el suplicio público lo que persuada el no cometer
crímenes; la justicia pasa a descargar la ejecución de las penas al ámbito administrativo, y en el ámbito teórico penal se
empieza a afirmar que lo que busca la justicia no es el castigo, la imposición de la pena, sino reformar, corregir. Así, aun
si las penas se siguen ejerciendo a través del cuerpo (encierro, trabajo forzoso, interdicción de residencia, deportación,
etc.), no es éste el fin último del castigo; no se trata ya de buscar un suplicio; sino a través del cuerpo �al cual se le
concibe como instrumento� privar al individuo de un derecho y un bien (por ejemplo, de la libertad). Se ha pasado de un
arte de las sensaciones insoportables a una economía de los derechos suspendidos.
Las razones político-económicas para esta mutación son el desarrollo de la producción, el aumento de las riquezas, una
valorización jurídica y moral más intensa de las relaciones de propiedad, entre otras. Lo anterior se refleja en una
intolerancia mayor por los delitos económicos. Así mismo, se trata de establecer una economía del poder de castigar que
logre estar uniformemente dividida, presente en todas las partes del cuerpo social, y que disminuya la arbitrariedad del
soberano: castigar menos, pero mejor; con una severidad más atenuada, pero de manera más universal y necesaria.

Bajo estas dos premisas, la jurídica y la económico-política, se presentan, además del suplicio el cual aún no ha
desaparecido, dos maneras de organizar el poder de castigar. En una se ve al delincuente como aquel que ha roto el
pacto social y que, por tanto, representa una afrenta para toda la sociedad. En este caso, ya no es el soberano quien
impone justicia, sino la sociedad entera contra el delincuente la que ejerce su derecho de defensa. El castigo se ejerce
como forma de recalificar a los individuos como sujetos de derecho, haciendo uso de signos que aseguren la aceptación
universal y la certidumbre de que el delito es castigado. La segunda visión concibe el castigo no como representación,
sino como técnica de coerción de los individuos, que somete al cuerpo y deja un rastro en el mismo; es el proyecto de la
institución carcelaria y es ejercido por el aparato administrativo. De estas tecnologías de poder prevalecerá la segunda,
imponiéndose entonces el ejercicio físico del castigo junto con la prisión como su soporte institucional.
El objeto de la pena ya no es el cuerpo sino el alma. Para el pensador francés, a través del castigo penal, si bien se
castigan ciertas acciones, objetos jurídicos definidos, no sólo se está juzgando esto, sino que se están juzgando también
pasiones, instintos, anomalías. Para Foucault los elementos constitutivos del delito, formulados por la teoría penal (la
tipicidad, anti-juridicidad y culpabilidad) no son finalmente los elementos valorados, sino lo que se encuentra detrás de
ellos; aquellas prácticas que no están permitidas en el discurso, lo anormal, y que no se permiten porque no son útiles al
sistema de producción liberal. El alma como objeto de la penalidad explicaría entonces la inserción en el ámbito penal de
la psiquiatría, la criminología y la antropología criminal, pues su función consistiría en dar una justificación científica al
castigo legal de por qué juzgar no simple-mente las infracciones, sino a los individuos, no ya sólo lo que han hecho, sino
lo que son. Se trata de la sustitución de la semiotécnica punitiva por una nueva política del cuerpo (p. 107).

En el capítulo �Disciplina�, Foucault encuentra que el castigo en forma de ejercicio y aislamiento, soportado en la prisión
como institución, termina imponiéndose en las sociedades modernas, en parte, debido a la incursión de un nuevo
mecanismo de poder: la disciplina. Si bien ésta ha estado presente en la historia en diferentes instituciones, principalmente
en las militares, es en los siglos XVII y XVIII que deviene en una fórmula general de dominación, naciendo así una
�anatomía política�. La disciplina son los �métodos que permiten el con trol minucioso de las operaciones del cuerpo,
que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidad-utilidad� (p. 141). Estos
métodos son minuciosos y constantes, discretos, anónimos e invisibles, constituyen una microfísica del poder que
privilegia los castigos del orden del ejercicio, pues de esta forma logra obtener cuerpos dóciles y normalizados, �[�] la
problematización del criminal detrás de su crimen, la preocupación por un castigo que sea una corrección, una terapéutica,
una normalización, la división del acto de juzgar entre diversas instancias que se suponen medir, apreciar, diagnosticar,
curar, trasformar a los individuos (revelan) la penetración del examen disciplinario en la inquisición judicial� (p. 229). En
ese sentido, el poder no sólo excluiría, reprimiría, ocultaría; sino que también produciría. Para Foucault el poder produce
una realidad, ámbitos de objeto, rituales de verdad, obtiene conocimiento del individuo y, al mismo tiempo, produce un
determinado tipo de individuo.
Lo anterior explica por qué la institución deviene en la forma privilegiada de castigo, pues arquitectónicamente la prisión
permite una vigilancia invisible, implica la existencia de funcionarios que están continuamente examinando y, por tanto,
realizando una función de jueces, obliga al trabajo rítmico en forma de ejercicio.
Para Foucault, la prisión ha sobrevivido y ha triunfado como lugar del castigo a pesar de no lograr realmente la terminación
o disminución de los delitos, pues el sistema carcelario no estaría destinado a suprimir las infracciones, sino más bien a
distinguirlas, a distribuirlas, a utilizarlas; no tanto para docilitar a los delincuentes, como para someterlos. En ese sentido,
Foucault propone que el sistema penal sería una forma de administrar los ilegalismos, aceptando algunos y reprimiendo
otros.
Lo anterior implica que los mecanismos de poder se insertarían en las diferentes esferas de la sociedad. La transformación
que sufre el castigo en las formas pena-les muestra la transformación misma del ejercicio del poder sobre los individuos
de una sociedad en general. Desplazamiento de la pena ejercida sobre el cuerpo a una pena que se ejerce sobre el alma.
Desplazamiento de la tortura física y pública, a un castigo que toca ligeramente el cuerpo, que intenta no producir dolor
físico, pero que ejerce poder y control por medio de otras disciplinas del saber como por ejemplo la psiquiatría.
Desplazamiento que se da no como humanización del castigo sino como forma de normalizar y volver útil al individuo para
que sea productivo.
Se trata de una difusión de los mecanismos de poder en las diferentes instituciones sociales. En palabras de Foucault:
�intenté, precisamente, mostrar que la idea de una tecnología de los individuos, un cierto tipo de poder, se ejercía sobre
los individuos a fin de domesticarlos, configurarlos y guiar su conducta como una especie de correlato estricto del
nacimiento de un tipo de régimen liberal�. Estilo carcelario que no se da sólo en lo penitenciario, sino en el razonamiento,
mecanismo de regulación que se extiende a las escuelas, las fábricas y los cuarteles.

Es interesante, entonces, pues es un estudio de las instituciones jurídico-penales no desde una perspectiva tradicional a
la manera de los grandes teóricos del derecho penal; se trata más bien, y esto se entiende por la posición de filósofo que
asume Foucault, de una visión crítica del derecho y de las instituciones del mismo.

Vigilar y Castigar no es una propuesta teórica que formula una solución al problema del poder y la manera como es
ejercido a través de las formas jurídicas. Es una denuncia de los excesos del poder y las transformaciones que ha sufrido.
Se podría decir entonces que Vigilar y Castigar, en la medida en que denuncia los abusos del poder en el campo penal,
es una crítica que podría y debería ser tomada en el derecho como propedéutica. Al respecto, el mismo Foucault afirmó
que �Si Foucault s'inscrit bien dans la tradition philosophique, c'est dans la tradition critique qui est celle de Kant et l'on
pourrait nommer son entreprise: histoire critique de la pensée� (Si Foucault se inscribe en la tradición filosófica, es en la
tradición crítica propia de Kant y que podríamos nombrar: historia crítica del pensamiento)1.

OTRO
1. 1. VIGILAR Y CASTIGAR: EL NACIMIENTO DE LA PRISION MICHEL FOUCAULTRESUMEN ABSTRACT Vigilar
y castigar habla sobre la Watch and punishtalk over theevolución de los métodos de castigo y evolution of the punishment
methods andvigilancia desde la sociedad medieval a la monitoring from the medieval society to thecontemporánea: los
suplicios, la humillación contemporary: the torments, the publicpública, la prisión, la escuela entre muchas humiliation, the
jail, the school betweenexpresiones de poder que se han utilizado many expressions of power that have beenpara controlar
de una forma u otra el used to control of a form or another one thecomportamiento de una sociedad. Desde esta behavior
of a society. From this perspectiveperspectiva Michel Foucault nos dirige poco Michel Foucault directs to us little by little
toa poco a un camino que nos demuestra los a way that demonstrates the processes to usprocesos que ha tenido la
sociedad para that the society has had to punish and tocastigar y vigilar empezando desde lo watch beginning from the
material, thematerial, lo físico (torturas, suplicio, physicist (tortures, torments, punishments)castigos) hasta llegar a algo
intangible until arriving at something intangible(psicológico, alma). (psychological, soul).Palabras clave: castigo, disciplina,
suplicio, Key words: punish, discipline, torments,relaciones de poder y prisión. power relations and jail.
2. 2. Universidad La Gran Colombia 2 María Camila Daza Leguizamón SUPLICIO (...) El suplicio forma, además, parte
de un ritual. Es un elemento en la liturgia punitiva, y que responde a dos exigencias. Con relación a la víctima, debe ser
señalado: está destinado, ya sea por la cicatriz que deja en el cuerpo, ya por laresonancia que lo acompaña, a volver
infame a aquel que es su víctima; el propio suplicio, si bien tiene por función la de "purgar" el delito, no reconcilia; traza en
torno o, mejor dicho, sobre el cuerpo mismo del condenado unos signos que nodeben borrarse; la memoria de los hombres,
en todo caso, conservará el recuerdo de la exposición, de la picota, de la tortura y del sufrimiento debidamente
comprobados. Y por parte de la justicia que lo impone, el suplicio debe ser resonante, y debe ser comprobado por todos,
en cierto modo como su triunfo. El mismo exceso de las violencias infligidas es uno de los elementos de su gloria: el hecho
de que el culpable gima y grite bajo los golpes, no es un accidente vergonzoso, es el ceremonial mismo de la justicia
manifestándose en su fuerza (pág. 33).
3. 3. Universidad La Gran Colombia 3 María Camila Daza LeguizamónI. EL CUERPO DE LOS CONDENADOS Las
torturas han sido un método de castigo a lo largo de la historia, siendo paralelo con elprogreso de las diferentes
civilizaciones. Obviamente, siempre se ha necesitado corregir lasconductas no permitidas y es por ello que aplicar los
suplicios al cuerpo fue muy efectivo, aunquemuy discutible puesto que si en realidad se pretendía sanear actitudes no se
debería poner en riesgola vida. Verbigracia, como bien se sabe, en la edad media la autoridad religiosa era la misma
queestaba facultada para castigar en el régimen punitivo. Fuera de las malas acciones, los pecadostambién eran
severamente juzgados. Así, las mujeres que se dedicaban a la prostitución o quecometían adulterio eran sometidas a
correctivos horribles; les introducían en su órgano reproductoruna herramienta en forma de pera, estando allí activaban
su mecanismo haciendo que seexpandiera, provocando una hemorragia a consecuencia de la destrucción de su útero.
De igual manera, la tecnología de aquellos años se encaminaba a hacer de los castigosalgo más apabullantes y dolorosos,
mecanizando el tormento y el terror. Se crearon maquinascomo la doncella de hierro que en resumidas cuentas era un
sarcófago con afiladas púas en suinterior. También se ideo el potro, una mesa larga con ejes para halar los brazos y
piernas de loshombres, ejerciendo fuerza en sentido contrario para lograr dislocar las articulaciones principalesde las
extremidades. Otro ejemplo destacable de dichas torturas, surgió en 1757 con el caso de Damiens quefue condenado por
regicidio y parricidio. En pocas palabras, de le descuartizo, desmembrandomusculo por musculo y tendón por tendón, lo
cual le causo la muerte y posteriormente, sus restosfueron incinerados. A raíz de estos hechos, se hace una reforma a los
métodos de castigo,desapareciendo los suplicios. Todo ello concedido por un pensamiento de humanización de laspenas.
En otras palabras, el castigo dejo de ser un espectáculo punitivo que buscaba intimidarseriamente a la población, atrásde
quedo su perspectiva casiteatral y dio paso a que lopenitenciario se hiciera masoculto y mas humano. A razónde esto, las
prácticas punitivasse hacen púdicas, dejando a unlado el castigo al cuerpo yprocediendo a la restricción devoluntades y
derechos. Enalgunos casos, quitar laexistencia sin producir dolor.Entonces, se crea la guillotina.
4. 4. Universidad La Gran Colombia 4 María Camila Daza Leguizamón Ahora bien, junto con la forma de castigar,
también se ha modificado profundamente elobjeto a castigar. Para tal efecto, se ha implementado todo una serie de
estudios para dar luz a loconcerniente con la veracidad de la pena. En tal punto, el juez esta facultado para
sancionarinfracciones utilizando todo un conjunto de juicios apreciativos, diagnósticos, pronósticos,normativos, referentes
al individuo delincuente (pág. 21). Por ende, por primera vez en la historiala demencia fue un factor implícito en la ejecución
del hecho imputable. Anteriormente estacondición mental era una causal de exclusión de la pena, sin embargo, pasó a
considerar máscomo un correctivo en vez de un suplicio. Luego, se dio una evolución en el sistema penitenciario, gracias
a nuevos planteamientoscomo considerar el castigo como una función social compleja, adoptar en cuanto a los castigos
laperspectiva de la táctica política, situar la tecnología del poder en el principio tanto de lahumanización de la penalidad
como del conocimiento del hombre y examinar si esta entrada delalma en la escena de la justicia penal, y con ella la
inserción en la práctica judicial de todo unsaber científico, no será el efecto de una transformación en la manera en que el
cuerpo mismo estáinvestido por las relaciones de poder. Es decir, el castigo abandono el cuerpo y se direcciono haciael
alma y las conciencias. Por otro lado, las relaciones de poder orienta quien castiga y el castigado. Es así que elpoder
siempre esta acompañado del saber, lo que faculta irreprochablemente a los jueces paradirimir en asuntos pertinentes al
sistema penitenciario. Cabe decir que quien tiene menos poderserá mas fácilmente encasillado en la situación de
condenado. Este último logra ser coartado desus libertades y demás lujos de la vida cotidiana; el alma resulta ser quien
en verdad recibe la penapuesto que se le somete a una restricción inmensa, prolongando de mejor manera el sufrimiento.
No obstante, los reos comúnmente no estaban de acuerdo con el método punitivo ycarcelario, es por ello que se gestaron
rebeliones, al nivel de los cuerpos, contra el cuerpo mismode la prisión. Lo que estaba en juego era su materialidad en la
medida en que es instrumento yvector de poder; era toda esa tecnología del poder sobre el cuerpo, que la tecnología del
alma noconsigue ni enmascarar ni compensar, por la razón de que no es sino uno de sus instrumentos.II. LA
RESONANCIA DE LOS SUPLICIOS El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada
de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la
exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los "excesos" de los suplicios,
se manifiesta toda una economía del poder (pág. 33). Además de las penas ya mencionadas, existían también otras mas
leves como lasatisfacción a la persona ofendida, admonición, censura, prisión por un tiempo determinado,abstención de
ir a un lugar en especifico y multas o confiscaciones de bienes. Sin embargo, se
5. 5. Universidad La Gran Colombia 5 María Camila Daza Leguizamónconservaba un cierto vestigio del dolor y la
pena en donde el suplico termina por ser, sobre todo,arte cuantitativo del sufrimiento. Por otro lado, los jueces modernos
eran apto para recibir y resolver denuncias penales,con ellas analizaban las pruebas del caso, si bien podrían ser
documentales, también se constituíacomo objeto probatorio la confesión. Esta ultima, a diferencia de tiempos anteriores,
no eraimpuesta por medio de la tortura puesto que el derecho penal no obedece a un sistema dualistaverdadero o falso
sino a un principio de gradación continua así como de culpabilidad. Es decir,son las pruebas las que ejecutan todo el
proceso y sin ellas no continúa la intervención judicial. Empero, en el siglo XVIII si existía una tortura judicial, sus castigos
hacían, enprimerainstancia, que el culpable fuera quien informara su propia condena por medio de cartelesfijados en su
cuerpo y retractaciones en la iglesia.En segundo lugar, el hecho de someterlo a lavergüenzapublica, usualmente
provocaba que el sujeto de pena se sintiera acorralado y confesaraa manera de suplica en su sentencia. En tercera
instancia, la ejecución se hacia en el lugar endonde se cometió el crimen. Y por ultimo, se prolongaba el sufrimiento del
suplicio pues paraellos el juego eterno ya había comenzado (infierno), y este era la anticipación de las penas delmás allá,
puesto que la muerte era segura. Finalmente se trataba de salvar el alma. En suma, el suplicio judicial hay que
comprenderlo también como un ritual políticoporque se convierte en una ceremonia mediante la cual se prolonga el poder
y la hegemonía delrey, haciendo ver a sus súbditos que su supremacía estaba inmersa inclusive en la manera comose
ejecutaban las penas. Además las ejecuciones publicas también eran aplicadas para satisfacerlos deseos de venganza
de la población, llevando a cabo un ceremonial de triunfo, pero incluyetambién núcleo dramático de su desarrollo
monótono, una escena escalofriante entre el verdugosobre el cuerpo del paciente. Por ende, el verdugo no es simplemente
aquel que aplica ley, sino elque despliega la fuerza. Este era un oficio muy necesario y sin embargo contra natura.
Posteriormente, la práctica punitiva del siglo XIX tratada de hallar la mayor distanciaposible entre la búsqueda serena de
la verdad y la violencia que no se podía borrar por completodel castigo. Ciertamente, se procuraba que el poder castigador
no se manchara con un crimen quefuese mayor a la pena imputada al culpable que se pretendía castigar. Por su parte,
cuando seveíatemblar a un condenado, no se pensaba ya en la vergüenza y mucho menos si era arrogantepara el pueblo
que está allí. En cambio, existía siempre la más extremada venganza del soberanopretexto para un desquite. Por
consiguiente, la justicia necesitaba que su víctima autentificara de cierto modo elsuplicio que sufría. Fue entonces que se
le pedía al criminal que se consagrara su propio castigo.El objeto principal para estos crímenes que eran proclamados,
consistía en que se ampliaba elarrepentimiento, pidiendo perdón a Dios y a los hombres por sus crímenes; se les veía
purificados,pues según ellos morían como santos. Si bien, uno de los enunciados mas importantes de lajusticia es dar a
cada cual lo que le corresponde, en consecuencia, el pueblo se debe despojar del
6. 6. Universidad La Gran Colombia 6 María Camila Daza Leguizamónviejo orgullo de sus crímenes puesto que los
grandes asesinatos se han convertido en el juegosilencioso de los cautos.
7. 7. Universidad La Gran Colombia 7 María Camila Daza Leguizamón CASTIGO El castigo es una técnica de
coerción de los individuos; pone en acción procedimientos de sometimiento del cuerpo, con los rastros que deja, enforma
de hábitos, en el comportamiento; y supone la instalación de un poder específico de gestión de la pena (pág. 123).
8. 8. Universidad La Gran Colombia 8 María Camila Daza LeguizamónI. EL CASTIGO GENERALIZADO Que las penas
sean moderadas y proporcionadas a los delitos, que la muerte no se pronuncie ya si no contra los culpables de asesinato
y que los suplicios que indignan a la humanidad sean abolidos (pág. 63). Ahora, seria conveniente afirmar que la justicia
criminal, en lugar de vengarse, castigueal fin. Esta necesidad de un castigo sin suplicio se formula, en primer lugar, como
un grito delcorazón o de la naturaleza indignada. Hasta al peor de los asesinos, se le debe respetar lo másesencial de su
humanidad. En respuesta a ello, fue ineludible una renovación al poder judicial del Estado puestoque la administración de
justicia estaba viciada. Por ejemplo, había una desnaturalización de laspenas, además, los oficios de juez y magistrado
eran vendidos y comercializados como mercancíaen vez de ser ejercidos directamente por imposición del Estado, a tal
punto se ser transmitidos asus herederos. A su vez, existía toda una serie de privilegios que hacían desigual el ejercicio
de lajusticia. Habían tribunales, procedimientos, abogados, delitos incluso, que eran favorecidos y quequedaban fuera del
derecho común. Se suma que la jurisdicción y los castigos eran aplicados conmayor rigidez a las personas marginadas y
vulnerables, abusando del poder. En verdad, la meta de dicha reforma era lograr una debida distribución del poder
punitivo,puesto que se hizoobligatorio controlar e incluir todas estas prácticas ilícitas a la legislación yliteratura jurídica.
Por ejemplo, uno de los principios del derecho penal es que las infraccionesestén bien definidas y seguramente castigadas,
es decir, el delito debe ser tipificado, antijurídico yculpable. Todo esto para determinar que infracciones son tolerables y
hasta que punto no. En resumidas cuentas, se buscaba que las penas no estuvieran a la consideración de losjueces, es
decir, que la tipificación de los delitos se haga universal, imponiendo leyes fijas,constantes, determinadas de manera
precisa, de modo que los ciudadanos sepan a que se exponeny los magistrados no sean más que el órgano de la ley,
hallando una codificación más clara y unadisminución notable de la arbitrariedad. Por otro lado se pretendía disminuir el
costo económico ypolítico aumentando su eficacia y multiplicando sus circuitos, constituyendo una nueva economíay una
nueva tecnología del poder de castigar. Emerge de esta suerte un formidable derecho decastigar, ya que el infractor se
convierte en el enemigo común. Ahora bien, la proporción entre la pena y la calidad del delito está determinada por
lainfluencia que tiene, sobre el orden social. En otras palabras, se pretende condenar más laposibilidad de la reincidencia
que el crimen por el cual se le acusa en el presente. Por ende, seexpresan ciertos parámetros. Por ejemplo, la regla de la
cantidad mínima indica que para que elcastigo produzca el efecto que se debe esperar de él basta que el daño que causa
exceda elbeneficio que el culpable ha obtenido del crimen (pág. 87). En segundo lugar se propone la regla
9. 9. Universidad La Gran Colombia 9 María Camila Daza Leguizamónde la idealidad suficiente en donde si el motivo
de un delito es la ventaja que de él se representa, laeficacia de la pena está en la desventaja que de él se espera (pág.
88). En tercera instancia, en la regla de los efectos laterales la pena debe obtener sus efectosmás intensos de aquellos
que no han cometido la falta, en el límite, si se pudiera estar seguro deque el culpable es incapaz de reincidir, bastaría
con hacer creer a los demás que ha sido castigado.Posteriormente, la regla de la certidumbre absoluta postula que es
preciso que a la idea de cadadelito y de las ventajas que de él se esperan, vaya asociada la idea de un castigo determinado
conlos inconvenientes precisos que de él resultan; es preciso que, entre una y otra, se considere elvínculo como necesario
y que nada pueda romperlo. Este elemento general de la certidumbre quedebe comunicar su eficacia al sistema punitivo
implica cierto número de medidas precisas. Finalmente, la regla de la verdad común auspicia la verificación del crimen
que debeobedecer a la verdad del delito, la cual no podrá ser admitida sino una vez que ha sidoenteramente probado
hasta la demostración final de su delito y se debe reputar inocente alinculpado, a consecuencia, las pruebas y los indicios
deben deducirse de esas circunstancias. Porultimo, la regla de la especificación optima promueve la creación de un código
que sea losuficientemente preciso como para que cada tipo de infracción pueda estar en el claramentetipificada. Con esto
se evitan las lagunas legales para que no aparezca la impunidad.II. LA BENIGNIDAD DE LAS PENAS En este aparte del
libro Foucault utiliza los argumentos de Peletier cuando este afirma queson necesarias unas relaciones exactas entre la
naturaleza del delito y la naturaleza del castigo; elque ha sido feroz en su crimen padecerá dolores físicos; el que haya
sido holgazán se verá forzadoa un trabajo penoso; el que ha sido abyecto sufrirá como pena la infamia. Con relación a lo
anterior es indispensable no solo combatir el delito desde sumaterialización, sino que se debe erradicar de raíz.
Verbigracia, el delito de vagancia se condenarapero aun mas las condiciones que llevan a los individuos a esto, es decir,
se combatirá contrabajos. Así mismo, el ladrón y el asesino a parte de recibir el castigo correspondiente deben serre-
educados para que entiendan de nuevo el respeto de lo ajeno. Cabe resaltar que es imperante laimposición de un término
fijo para las penas ya que si bien le da esperanza a los reos, puede que locoaccione a reivindicar su conducta. A propósito
Foucault dice que Lo ideal seria que el condenado apareciera como una especie de propiedad rentable; un esclavo puesto
al servicio de todos. Seria más útil hacerlo servir al Estado en una esclavitud más o menos amplia según la índole de su
delito. Habrá que ser un bien social, objeto de una apropiación colectiva y útil. De ahí que los reformadores hayan
propuesto casi siempre los trabajos públicos como una de las mejores penas posibles.La publicidad del castigo no debe
difundir un efecto físico de terror, debe abrir un libro de lectura (pág. 101).
10. 10. Universidad La Gran Colombia 10 María Camila Daza Leguizamón Retomando, el principio formulado al
comienzo es el de que es preciso que hayarelaciones exactas entre la índole del delito y la índole del castigo. Entonces,
se dará dinero aquienes han sido feroces, trabajo para los holgazanes, ignominia para aquellos cuya alma estadegradada.
Puntualmente, se ha demostrado que la falta de un oficio es un detonante de lacriminalidad, es por ello que la pedagogía
proporciona la ventaja de reconstruir al individuoperezoso en gran trabajador, lo obligara a colocarse en un sistema de
intereses en el que el trabajoserá mas provechoso que la pereza y formara en torno de si una pequeña sociedad
reducida,simplificada y coercitiva en la que aparecerá claramente la máxima. Es preciso decir que quienquiera vivir debe
trabajar. Por ejemplo, es te modelo fue utilizado en la Correccional de Gante y enGloucester, allí se daba el trabajo
obligatorio en talleres, ocupación constante de los presos, financiación de la prisión mediante este trabajo, pero también
retribución individual de los presos para garantizar su reinserción moral y material en el mundo estricto de la economía,
los condenados son pues, empleados constantemente en trabajos productivos para a caer que soporten los gastos de la
prisión, para no dejarlos inactivos y para que tengan preparados algunos recursos en el momento en que su cautiverio
haya de cesar. (pág. 116) En todo caso debe decirse, que al final del siglo XVIII nos encontramos ante tres manerasde
organizar el poder de castigar: la primera es la que funciona todavía y se apoyaba en el viejoderecho monárquico. Las
otras corresponden, ambas, a una concepción preventiva, utilitaria,correctiva, a un derecho de castigar que pertenecía a
la sociedad entera; puede decirse que, en elderecho monárquico, el castigo ceremonial de soberanía; utiliza las marcas
rituales de lavenganza, que aplica sobre el cuerpo del condenado. En el proyecto de los juristas reformadores, elcastigo
es un procedimiento para recalificar a los individuos como sujetos de derecho. ¿Pero comolo hace? Sencillamente, utiliza
instrumentos como los ejercicios, marcación de horarios, empleode tiempo, movimientos obligatorios, actividades
regulares, meditación solitaria, trabajo encomún, silencio, aplicación, respeto y buenas costumbres. En conclusión, la vida
dentro del penal se divide de acuerdo con un empleo del tiempoabsolutamente estricto, bajo una vigilancia ininterrumpida
en donde cada instante del día tienemarcada una ocupación, determinado un tipo de actividad, lo cual conlleva
obligaciones yprohibiciones.
11. 11. Universidad La Gran Colombia 11María Camila Daza Leguizamón
12. 12. Universidad La Gran Colombia 12 María Camila Daza Leguizamón DISCIPLINA La disciplina "fabrica"
individuos; es la técnica específica de un poder que se da los individuos a la vez como objetos y comoinstrumentos de su
ejercicio. No es un poder triunfante que a partir de su propio exceso pueda fiarse en su superpotencia; es un poder
modesto, suspicaz, que funciona según el modelo de una economía calculada pero permanente. La disciplina aumenta
las fuerzas del cuerpo (en términos económicos de utilidad) y disminuye esas mismas fuerzas (en términos políticos de
obediencia). (pág. 158)
13. 13. Universidad La Gran Colombia 13 María Camila Daza Leguizamón I. LOS CUERPOS DOCILES Es dócil un
cuerpo que puede ser sometido, que puede ser utilizado, que puede ser trasformado y perfeccionado (pag. 132) En el
siglo XVII los soldados eran hombres con una personalidad vigorosa, valiente,habilidosa y físicamente capaces de ser
reconocidos a lejos como héroes y guerreros. Encontradicción, los soldados del siglo XVIII eran militares fabricados, a los
cuales se les enseñohábitos, movimientos, posturas y rutinas que fueron puestas a prueba al momento de dar órdenesde
superiores. Tal así, que a lo largo de la historia clásica se reconoce al cuerpo como objeto delpoder, haciéndolo
manipulable como una maquina. Anterior a ello, en la historia clásica se da descubrimiento al cuerpo como objeto y
blancode poder, haciendo del cuerpo un ser manipulable, que obedece y responde casi como unamáquina. Para tal efecto,
lo anterior se desarrolla según una escala de control donde se pretendeinspeccionar a las personas como partes
funcionales. Así mismo, la mecanicidad comprende losmovimientos, gestos actitudes y la rapidez. Por otro lado, la
modalidad tiene la misión de velarpor los procesos de actividad en relación al tiempo espacio y los movimientos.
Ciertamente, todosestos nuevos métodos de control en donde la docilidad y utilidad se impregnan al cuerpo se lespuede
denominar disciplina esta no solo se encarga de hacer de los cuerpos más obedientes sinotambién más útiles una
manipulación política y mecánica de los movimientos. Esta política, ladisciplina y ejercicio del poder se encuentra en
instituciones; de manera temprana en colegios,instrucciones militares, hospitales, cárceles, talleres industrias, etc.I.I. El
Arte De Las Distribuciones Este aparte del capitulo se exponen las técnicas de división de los individuos en elespacio. La
primera de estas es la clausura que es el encierro obligatorio .para controlar y mantenerel orden de las personas en su
interior, con espacios delimitados para la enseñanza y laobediencia. En segundo termino, la localización o división en
zonas provoca que cada individuo semaneje en su lugar, esto para evitar las distribuciones por grupos, descomponiendo
lascolectividades e individualizar a los sujetos. En tercera instancia, los emplazamientos funcionalesson lugares que sirven
para responder a la necesidad de vigilar, a la vez que rompe lascomunicaciones peligrosas entre los individuos y crea
espacios productivos. Y en cuarto lugar, el rango individualiza los cuerpos por una localización distribuyendo ycirculando
en un sistema de relaciones. Se distribuyea los individuos según sus valores o méritosespecialidades, jerarquizando el
saber o la capacidad. Se le suma la organización de las celdas ylos lugares, arquitecturas funcionales y jerárquicas;
espacios que fijan y permiten a la vez lacirculación, recortan segmentos individuales e instauran relaciones operatorias,
marcan lugaresindican valores garantizando la obediencia también una economía del tiempo y de los gestos.I.II. El Control
De La Actividad
14. 14. Universidad La Gran Colombia 14 María Camila Daza Leguizamón Dicha vigilancia se hace mediante diferentes
métodos. Por ejemplo, el empleo del tiempoestablece ritmos para obligar a realizar ocupaciones determinadas, regula los
ciclos de repetición yestablece una rutina ordenada por el tiempo. También la elaboración temporal del acto:acostumbrar
y descomponer el aprendizaje le los gestos o movimientos al tiempo se refiere alritmo colectivo y obligatorio impuesto
desde el exterior un programa, elabora el acto, controla elinterior su desarrollo y sus fases. Por su parte hay una correlación
del cuerpo y el gesto, es decir,existe una mejor relación entre un gesto y la actitud global del cuerpo, que es su condición
deeficacia y rapidez, el buen empleo del cuerpo permite el excelente ministerio del tiempo dejandoasí el ocio de lado.
Ahora, se encuentra la articulación cuerpo-Objeto, implica cada una de lasrelaciones que el cuerpo debe mantener con el
objeto que manipula. Por ultimo se da la utilización exhaustiva, la que procura una economía positiva, unautilización
provechosa del tiempo, se trata intensificar el uso del instante para no derrochar eltiempo, así mismo intensificando la
velocidad de la acción para una máxima eficacia. El objetivode esto es habituar a ejecutar acciones repetitiva y velozmente
para disminuir en lo posible lapérdida de tiempo producida de una operación a otra.I.III. La Organización De La Génesis
Las disciplinas que analizan el espacio que controlan las actividades, deben serentendidas como aparatos para capitalizar
el tiempo. La primera de estas es dividir la duración ensegmentos, sucesivos o paralelos. La segunda es la organización
de segmentos de acuerdo a unesquema analítico. La tercera, busca finalizar dichos segmentos temporales fijando un
término ouna prueba capaz de indicar si el sujeto ha alcanzado el nivel esperado, garantizar la conformidaddel aprendizaje
y diferenciar las dotes de cada individuo. La cuarta consiste en disponer series deseries, lo que significa entregar a cada
serie según su nivel, su antigüedad o grado generando asíuna ramificación de series que se entregan cada vez que un
individuo termine. Cabe aclarar que este tipo de disciplinario se impone poco a poco en la pedagogíacalificando a los
individuos según la manera en que han recorrido estas series. Permitiendo así lafiscalización de la duración por el poder,
posibilidad de un control detallado y una intervención,depuración incluso eliminación. Con este método se captura la
actividad del individuo en eltiempo, el poder articula asegura el control y garantiza el uso del tiempo de los individuos,
ladominación de la evolución y el progreso por medio de los acontecimientos.I.IV. La Composición De Fuerzas La disciplina
logra componer fuerzas para hacerse eficaz. De manera que el cuerpo singularse convierte en un elemento que se puede
colocar, mover, articular sobre otros. Así, aparecen lasdiversas series cronológicas que la disciplina debe combinar para
formar un tiempo compuesto, elcual se ajusta al de los de otros para que el lapso sea optimo útil libre de ociosidad y
miseria. Y
15. 15. Universidad La Gran Colombia 15 María Camila Daza Leguizamónfinalmente, expone un sistema preciso de
mando para las combinaciones en donde la actividad delcuerpo esta calculada por ordenes breves y claras, con el fin de
provocar. En resumen, puede decirse que la disciplina fabrica a partir de los cuerpos que controla cuatro tipos de
individualidad, o más bien una individualidad que está dotada de cuatro características: es celular (por el juego de la
distribución espacial), es orgánica (por el cifrado de las actividades), es genética (por la acumulación del tiempo), es
combinatoria (por la composición de fuerzas). (pág. 172)II. LOS MEDIOS DEL BUEN ENCAUZAMIENTO La vigilancia
jerarquizada, continua y funcional no es, sin duda, una de las grandes "invenciones" técnicas del siglo XVIII, pero su
insidiosa extensión debe su importancia a las nuevas mecánicas de poder que lleva consigo. El poder disciplinario, gracias
a ella, se convierte en un sistema "integrado" vinculado del interior a la economía y a los fines del dispositivo en que se
ejerce. Se organiza también como un poder múltiple, automático y anónimo; porque si es cierto que la vigilancia reposa
sobre individuos, su funcionamiento es el de un sistema de relaciones de arriba abajo, pero también hasta cierto punto de
abajo arriba y lateralmente.De los métodos efectivos para orientar, enderezar y dirigir las mentes se encuentra la utilización
dela inspección jerárquica que funge como regulador de la conducta, a tal punto de convertirse enfunciones especificas
que ha de garantizar el Estado. Es cierto, la organización de nuestroscontextos intersubjetivos no esta dada por avances
aislados de las ciencias y la tecnología, encambio, han sido producidas por una serie de acontecimientos que denotan la
manejabilidadhumana. Es así que la arquitectura se modifica según el modelo militar, incluyendo
formacionesarquitectónicas que permiten la observación continua de los demás, por ejemplo, los baños quetienen media
puerta fueron ideados en una escuela militar para poder observar las cabezas y lospies de quien esta allí dentro. También
un caso similar acontece con los hospitales en donde suorganización posibilita la asepsia entre los pacientes para que
sus enfermedades no se trasfieran alos otros. De igual modo, este régimen es capaz de introducirse en todo aspecto de
la vida cotidiana,alineando a cada uno de los integrantes de la sociedad desde su mas tierna edad yacompañándolos a lo
largo de su vida laboral. Así, se crea una estructura piramidal jerarquizada,en donde el superior tiene la facultad de
observar a todos con facilidad. Verbigracia, los obreros enla fábrica y la producción en cadena requieren un control
específico de cada una de las esferas enque se desenvuelven los trabajadores dentro de la empresa.
16. 16. Universidad La Gran Colombia 16 María Camila Daza Leguizamón Por otro lado, la sanción normalizadora
infringe castigos disciplinarios a quien no encaje en lospresupuestos de conducta permitidos por la sociedad y
dependiendo del ambiente en que sedesenvuelva el castigo puede ser correctivo o punitivo. Cabe destacar que se
implementa tambiénun sistema de recompensa castigo, sin embargo, el carácter penal de dicha figura
persiste,trasformando a las personas en reos en actividad. Posteriormente, el examen se ejecuta como mecanismo de
inspección de los saberes, aptitudes yvirtudes de los hombre logrando codificarlo teniendo en cuanta las facultades
adquiridas con el finde individualizarlo y convertirlo en un sujeto cuantificable y cualificable. Es decir, examenpermite ver
contantemente a los individuos sin necesidad de recurrir a la fuerza, por ejemplo elexamen en las escueas tiene un carácter
pedagógico. No obstante, en la vida adulta el registro deactividades y comportamientos se hace mas riguroso pues su
poder de coercibilidad aumenta aldejar de lado excusas propias de la infancia y la adolescencia. Ello no significa que los
jóvenes noestén sometidos a este régimen, todos lo contrario, son quienes están mas expuestos a laindividualización, tan
solo que dicha intervención de dirige de manera diferente.III. EL PANOPTISMO Este postulado de Foucault hace
referencia a una construcción arquitectónica ideada porBentham, la cual consiste en una especie de domo con cúpula de
forma circular. A lo largo delperímetro de la circunferencia se encuentra varias cámaras que albergan animales o
personas.Dichas celad ofrecen una visibilidad considerable, con ventanales amplios e iluminados. Otropunto del Panóptico
es la torre central desde la que se puede controlar lo que sucede al interior detodo el lugar, siendo accesible la vigilancia
de quienes se encuentran en las cámaras. A despecho de ser tan solo un edificio, su estructura posibilita su aplicación en
lasociedad de manera tangible copiando su modelo ointangible implantándolo como esquema de inspección.En primer
lugar, su aplicación material se ve en variosestablecimientos penitenciarios como la cárcel de la islaJuventud en Cuba. En
segundo ligar, introducir estemodelo a la sociedad, se puede comprenderperfectamente como funcionan las relación de
poder endonde el ideal es vigilar sin ser detectado,inmiscuyéndose en aspecto muy íntimos de la vidapersonal hasta la
exteriorización de actitudes simples ocomplejas provenientes de la gente del común. Desde ese ángulo, las enfermedades
epidémicasmas desastrosas de la historia como la peste y la leprabrindaban a los gobiernos la capacidad de controlar
casauna de las actividades de los ciudadanos sin temor a
17. 17. Universidad La Gran Colombia 17 María Camila Daza Leguizamónrepresaría alguna. Si bien, la lepra causaba
el escozor y alejamiento de la sociedad, la peste haciael mismo control pero hecho por el Estado. Aquella situación fue y
será una utopía de lo quesiempre se querrá al vigilar, tener el centro casi milimétrico del pensamiento, actitudes
ycomportamientos. No discutiré los merito que se le dan a la imposición de esta figura en lasredes hospitalarias e inclusive
en la escuela. “En el fondo de los esquemas disciplinarios la imagen de la peste vale por todas las confusiones y los
desórdenes; del mismo modo que la imagen de la lepra, del contacto que cortar, se halla en el fondo de los esquemas de
exclusión”1.Retomando, el panóptico lejos de ser una simple organización de ladrillos y bigas, es toda unamaquinaria
provista de un engranaje, lo que la mantiene sellada, la posibilidad de salir de allí esrecóndita y la resignación de
permanecer allí desaparece una vez la costumbre hace de lassuyas.Pero hay otra definición, tiene un carácter político
ineludible puesto que la disciplinatambién es función de los Estados, administrar la justicia y los medios de castigo. Para
lo cual creatodo un sistema de judicial que califica la antijuricidad, la imputabilidad y el nexo causal entre eldaño y la
conducta. Empero, dicho orden además esta presente en instituciones como la educación,la familia, los hospitales, entre
otras.1 Michel Foucault. (2008) vigilar y castigar. Pagina 191
18. 18. Universidad La Gran Colombia 18 María Camila Daza Leguizamón PRISIONES La prisión no ha sido al principio
una privación de libertad a la cual se le confiriera a continuación una función técnica de corrección; ha sido desde
elcomienzo una "detención legal" encargada de un suplemento correctivo, o también,una empresa de modificación de los
individuos que la privación de libertad permite hacer funcionar en el sistema legal. (pág. 213)
19. 19. Universidad La Gran Colombia 19 María Camila Daza LeguizamónI. UNAS INSTITUCIONES COMPLETAS Y
AUSTERAS La forma y constitución de las prisiones han variado a través de la historia que como bien afirmaba
MichelFoucault, se encargaba más de una estrategia correctiva orientada al dominio sobre los reclusos. Por consiguiente,
se discierne entre la gravedad de los delitos para darle a cada quien un castigo igualitario en proporción a sus crímenes.
Es por ello que al infligir la ley unas penas más graves las unas que las otras, no se puede permitir que el individuo
condenado a unas penas ligeras se encuentre encerrado en el mismo sitio que el criminal condenado a penas más graves
.si la pena infligida por la ley tiene por fin principal la reparación del crimen, persigue asimismo la enmienda del culpable.
Verbigracia, en los centros penitenciarios es común ver como se separan por medio de cuadrantes o bloques distintos a
los individuos dependiendo de su peligrosidad, al igual, también se diferencian reclusorios de la misma índole, empero,
estos buscan especialmente la corrección de personas menores de edad. Estos sitios son llamados correccionales.Cabe
resaltar entonces que, la prisión debe ser un aparato disciplinario exhaustivo. En varios sentidos: debe ocuparse de todos
los aspectos del individuo, de su educación física, de su aptitud para el trabajo, de su conducta cotidiana, de su actitud
moral, de sus disposiciones; la prisión, mucho más que la escuela, el taller o el ejército, que implican siempre cierta
especialización puesto que es omnidisciplinaria. Por otro lado, un elemento distintivo de las prisiones es el aislamiento, el
cual da la oportunidad de reflexionar acerca de lo cometido par lograr un arrepentimiento al tener la presión de una infinita
soledad. Esta ultima, se encarga además de reformar las conciencias de los reos y prepararlos para las técnicas de
corrección que se utilizaran en el claustro. En otras palabras, la prisión debe ser concebida de manera que borre por sí
misma las consecuencias nefastas que provoca al reunir en un mismo lugar a condenados muy diferentes (asesinos,
violadores, estafadores), debe aniquilar los reclamos y los motines que puedan formarse, del mismo modo impedir que se
forjen complicidades futuras o que nazcan posibilidades de chantaje y por ultimo ha de obstaculizar la inmoralidad de
tantas amistades peligrosas. Concedido todo esto, la soledad debe ser un instrumento positivo para la reforma de los reos,
así, el aislamiento de los condenados garantizara que se pueda ejercer sobre ellos, con el máximo de intensidad, un poder
que no será contrarrestado por ninguna otra influencia siendo la soledad la condición primera de la sumisión total.
Posteriormente, en vez de encerrarlos como fiera en una jaula, hay que reunirlos con los demás, hacerlos participar en
común en ejercicios útiles, obligarlos en común a buenos hábitos, previniendo el contagio moral por medio de una
vigilancia activa, manteniendo el recogimiento por la regla del silencio. Añádase a esto que dicha sumisión profunda
implica una educación superficial, un cambio de moralidad y no de actitud.
20. 20. Universidad La Gran Colombia 20 María Camila Daza Leguizamón Ahora bien: el control sobre las actividades
de los reclusos es esencial para modificar suspensamientos, desde asignarles tiempo para dormir, comer y bañarse, hasta
contar los minutos quegastan en cada plegaria. Esto genera un efecto de dominio y jerarquización que posteriormente
lesservirá para readaptarse a la sociedad. De hecho, los centros penitenciarios llegan a ser unapequeña sociedad
perfecta2. Al final, arrojan a los presos a considerar que los muros son el castigodel crimen y dentro de la celda esta pone
al detenido en presencia de sí mismo, el cual se veobligado a escuchar su conciencia. Aceptando todo lo anterior, el
trabajo en la prisión es más bienun consuelo que una obligación, por consiguiente provoca que los vigilantes no tengan
que ejerceruna coacción que está asegurada por la materialidad de las cosas, y que su autoridad, porconsiguiente, pueda
ser acatada.A propósito Michel Foucault dice: Esta celda cerrada, es un sepulcro provisional en donde los mitos de la
resurrección toman cuerpo fácilmente. Pero… ¿Qué significa esto? Es simple, esta instituciónemplea el recurso religioso
demanera prudente para que el reoabra su alma al arrepentimiento, y este utilizando las mismasartimañas podrá
exponerse con más confianza a las tentaciones, que la recuperación de la libertadle presentará de nuevo, haciéndolo mas
fuerte ante la oportunidad de cometer algún delito.Traduciendo esto,el trabajo se introduce la regla en una prisión, donde
reina sin esfuerzo, sin elempleo de ningún medio represivo y violento. Al tener ocupado al recluso, se le dan hábitos
deorden y de obediencia, se le hace diligente y activo, de perezoso que era y con el tiempo, encuentraen los trabajos
manuales a los que se le ha sometido un remedio seguro contra los desvíos de suimaginación. El trabajo pasa a ser la
religión dentro de la penitenciaria. Desde un punto de vista paralelo, la prisión no es un taller, mas bien, es una máquina
dela que los detenidos (obreros) son a la vez los engranajes y los productos, la máquina los ocupacontinuamente con el
fin de llenar su tiempo. Cuando el ánimo se aplica a un objeto determinado,las ideas importunas se alejan, el sosiego
renace en el alma. La fe de los presidiarios es su trabajoya que se convierte en su esperanza de rehabilitación. Sin
embargo, para aquellos que son loobservadores de esta situación, lo que se busca es producir unos individuos
mecanizados según lasnormas generales de una sociedad industrial. Por su puesto, al igual que el ateo y la religión,
estatécnica penitenciaria convierte al ladrón en obrero dócil En consecuencia, el salario hace adquirir el amor y el hábito
deltrabajo, da a esosmalhechores que ignoran la diferencia de lo mío y de lo tuyo, el sentido de la propiedad, puestoque
se lo ha ganado con el sudor de la frente, siendo el caso muy similar a los preceptos dictadospor un ser superior. Además,
una representación exacta seria la descripción que hace Foucault deuna cárcel de mujeres:2 Así lo decía Foucault, pero
considerando la situación actual de estos lugares, sucede todo lo contrario, ya que llegan a acontecersucesos mas
complejo dentro de aquellos muros que fuera de ellos, el control que debía ser impartido por los guardias, ahora loposeen
los reclusos mas destacados. Bueno, claro esta que esto sucede en un sistema penitenciario corroído por la corrupción
(comoel nuestro), sin embargo, en otros países la descripción de Foucault podría ajustarse a la perfección.
21. 21. Universidad La Gran Colombia 21 María Camila Daza Leguizamón En un pulpito, sobre el cual hay un crucifijo,
está sentada una religiosa. Ante ella, y alineadas en dos filas, las presas realizan la tarea que se les ha impuesto, y como
el trabajo de aguja domina casi exclusivamente, resulta de ello que se mantiene constantemente el silencio más riguroso.
Pero la prisión excede la simple privación de libertad de una manera más importante.Tiende a convertirse en un
instrumento de modulación de la pena: un aparato que a través de laejecución de la sentencia de que se halla encargado,
estaría en el derecho de recuperar, al menosen parte, su principio. Aquella pena fue individualizada a partir del sujeto
castigado. Por esarazón, si algo puede despertar en el ánimo de los reclusos las nociones de bien y de mal yconducirlos
a reflexiones morales es la posibilidad de alcanzar algunas recompensas. No obstante, aunque el sistema penitenciario
requiere un grado de exigencia elevado parapoder sanar las conductas, su misión en ocasiones no puede llevarse a cabo
por dos motivos. Elprimer obstáculo es la personalidad y grado de madures de los confinados, de tal modo que llega aser
mas sencillo domar la conducta de los criminales adultos que la de los delincuentes juveniles;los primeros son más
sumisos, más trabajadores que los últimos, rateros, libertinos, perezosos. Ensegunda instancia, se enfrenta a las falencias
propias de la indiscriminada utilización del poder,concediendo libertades por favores o afinidades. A despecho de ello,
también se puede hablar deun exceso o de una serie de excesos del encarcelamiento en relación con la detención legal.
Sededuce que, la gran maquinaria carcelaria se halla vinculada al funcionamiento mismo de laprisión. Se puede ver bien
el signo de esta autonomía en las violencias inútiles de los guardianes oen el despotismo de una administración que tiene
los privilegios del lugar cerrado. Posteriormente, surge la técnica penitenciaria la cual utiliza par su objetivo diversosmedios
como la arquitectura. Retomemos la estructura del panóptico, que constituye toda unamaquinaria con una celda de
visibilidad donde el detenido se encontrará metido y un punto centraldesde donde una mirada permanente pueda controlar
a la vez a los presos y al personal.Pero elPanóptico penitenciario es también un sistema de documentación individualizante
y permanente.Es decir, hace obligatorio el sistema de la cuenta moral que consiste en un boletín individual en elcual el
director o el guardián-jefe, el capellán y el maestro han de inscribir sus observaciones apropósito de cada detenido. Aun
más complejo es la inserción de la ciencia jurídica junto con la criminalística y lapsicología al mundo de los centros
penitenciarios. Así converge la observación del delincuente,que se distingue también del infractor en que no es únicamente
el autor de su acto que está ligado asu delito por todo un haz de hilos complejos: sedebe remontar no sólo a las
circunstancias sino lascausas de su delito, buscarlas en la historia de su vida, bajo el triple punto de vista de laorganización,
de la posición social y de la educación, para conocer y comprobar las peligrosasinclinaciones de la primera, las terribles
predisposiciones de la segunda y los malos antecedentesde la tercera.
22. 22. Universidad La Gran Colombia 22 María Camila Daza Leguizamón Se concede la idea de que la delincuencia3,
desviación patológica de la especie humana, puede analizarse como síndromes mórbidos o como grandes formas
teratológicas. En este punto se amalgaman la técnica penitenciaria y el hombre delincuente que son, en cierto modo,
hermanos gemelos.II. ILEGALISMOS Y DELINCUENCIA A demás del aislamiento sufrido por los reclusos, se sumaba la
pena de ser atados a cadenas de grandes y pesados eslabones. No obstante, la infamia no culminaba allí puesto que
eran paseados llenando dichas cadenas. ¿Que tiene de malo un paseo en medio del encierro? Eso podría pensarse pero
en verdad era otra táctica para moldear sus mentes ya que se los sometían a las opiniones de los demás ciudadanos. Si
bien unos eran abucheados y despreciados, u otros extrañamente eran ovacionados por la multitud debido a sus hazañas.
De igual manera, este tipo de salidas permitían que la población clasificara según el fenotipo que tipo de criminales había
allí. También los condenados respondían por sí mismos a este juego, exhibiendo su crimen y ofreciendo la representación
de sus fechorías: tal es una de las funciones del tatuaje, viñeta de sus proezas o de su destino: Llevan sus insignias, ya
sea una guillotina tatuada sobre el brazo izquierdo, ya sea en el pecho un puñal clavado en un corazón chorreando sangre.
En suma, con esta actividad se pretendía concretar la labor de corrección de los reos al empujarlos de nuevo a pensar en
su redención. Conjuntamente, se adopto el carro celular para remplazar la cadena- no fue el simple carro cubierto de que
se había hablado por un tiempo, sino un artefacto que había sido elaborado muy cuidadosamente. Se trataba de un coche
concebido como una prisión con ruedas, es decir, un equivalente móvil del Panóptico. Aquel vehículo proporcionaba
efectos exteriores los cuales tenían una perfección completamente benthamiana (como se analizo anteriormente). En
segundo lugar, ofrecía efectos interiores en donde a pesar de que el viaje no duraba más de setenta y dos horas, es un
tormento espantoso cuyo efecto actúa durante largo tiempo, según parece, sobre el preso, a tal punto que al salir de allí
se volvían sumisos. En resumen, el coche celular es un aparato de reforma. Lo que ha remplazado el suplicio no es un
encierro masivo, es un dispositivo disciplinario cuidadosamente articulado. En principio al menos. Empero, el suplicio en
lugar de incitar al remordimiento, agudiza el orgullo; se recusa la justicia que ha condenado, y se censura la multitud que
acude a contemplar lo que ella cree arrepentimientos o humillaciones. Por ejemplo, los forzados cantaban canciones de
marcha, cuya celebridad era rápida y que durante mucho tiempo se repitieron por doquier. En ellas se encuentra sin duda
el eco de las narraciones que las hojas sueltas atribuían a los criminales: afirmación del crimen, heroificación negra,
evocación de los castigos terribles y del odio general que los rodea. Así, las prisiones no disminuyen la tasa de la
criminalidad. En verdad puede muy bien extenderla, 3 “La delincuencia es la venganza de la prisión contra la justicia”.
Michel Foucault
23. 23. Universidad La Gran Colombia 23 María Camila Daza Leguizamónmultiplicarla o tras formarla, y la cantidad de
crímenes y de criminales se mantiene estable o, loque es peor, aumenta. Es por ello que la detención provoca la
reincidencia. Después de haber salido de prisión,se tienen más probabilidades de volver a ella, por consiguiente, en lugar
de devolver la libertad aunos individuos corregidos, enjambra en la población unos delincuentes peligrosos.
Aconsecuencia, la prisión no puede dejar de fabricar delincuentes. Al respecto Michel Foucaultafirma: La prisión fabrica
también delincuentes al imponer a los detenidos coacciones violentas; está destinada a aplicar las leyes y a enseñar a
respetarlas; ahora bien, todo su funcionamiento se desarrolla sobre el modo de abuso de poder. Arbitrariedad de la
administración: "El sentimiento de la injusticia que un preso experimenta es una de las causas que más pueden hacer
indomable su carácter. Cuando se ve así expuesto a sufrimientos que la ley no ha ordenado ni aun previsto, cae en un
estado habitual de cólera contra todo lo que lo rodea; no ve sino verdugos en todos los agentes de la autoridad; no cree
ya haber sido culpable: acusa a la propia justicia. (pag. 246) Se concluye entonces que la cárcel hace posible, más aún,
favorece la organización de unmedio de delincuentes, solidarios los unos de los otros, jerarquizados, dispuestos a todas
lascomplicidades futuras. Para ilustrarlo, debido al quebrantamiento de destierro, la imposibilidad deencontrar trabajo y la
vagancia se logra configurar la reincidencia. Además también es un factorde delincuencia que la prisión haga caer en la
miseria a la familia del detenido; la misma sentenciaque envía a la prisión al jefe de familia, reduce cada día que pasa a
la madre a la indigencia, a loshijos al abandono, a la familia entera a la vagancia y a la mendicidad. En este aspecto es
en el queel crimen amenaza perpetuarse. En contraposición de la realidad, la administración de las cárceles insisten en
evitar elfracaso de su gestión. Es por ello que proponen los siguientes principios para aplicarlos en laspenitenciarias: a)
Principio de la corrección. b) Principio de la clasificación. c) Principio de la modulación de las penas. d) Principio del trabajo
como obligación y como derecho. e) Principio de la educación penitenciaria. f) Principio del control técnico de la detención.
g) Principio de las instituciones anejas.
24. 24. Universidad La Gran Colombia 24 María Camila Daza Leguizamón A posteriori, la penalidad sería entonces
una manera de administrar los ilegalismos, detrazar límites de tolerancia, de dar cierto campo de libertad a algunos, y
hacer presión sobre otros,de excluir a una parte y hacer útil a otra; de neutralizar a éstos, de sacar provecho de aquellos.
Ensuma, la penalidad no reprimiría pura y simplemente los ilegalismos, mas bien los diferenciaría,aseguraría su economía
general. En primer lugar, el desarrollaba la dimensión política de losilegalismos populares de dos maneras: unas prácticas
hasta entonces localizadas y en cierto modolimitadas a sí mismas. Verbigracia, dieron resultado durante la Revolución
unas luchasdirectamente políticas, que tenían por objeto, no ya simplemente que cediera el poder o lasupresión de una
medida intolerable, sino el cambio del gobierno y de la estructura misma delpoder. En cambio, ciertos movimientos
políticos se apoyaron de manera explícita en formasexistentes de ilegalismo. Por otro lado, se gestaron los primeros
ilegalismos obreros a comienzos del siglo XIX,los cuales estuvieron en contra del nuevo régimen de la explotación legal
del trabajo. Aquelloscrímenes iban desde los más violentos, como el destrozo de máquinas, o los más duraderos comola
constitución de asociaciones, hasta los más cotidianos. De igual modo surgió un ilegalismocampesino en los últimos años
de la Revolución, este tomo sus basesen las nuevas leyes de lapropiedad. Sin embargo, de aquellos ilegalismos se derivo
el aumento de la violencia, lasagresiones, los robos, los saqueos y hasta las grandes formas del bandidismo político. Al
fin y al cabo, la prisión, al fracasar aparentemente, no deja de alcanzar su objeto, cosaque logra, por el contrario, en la
medida en que suscita en medio de los demás una forma particularde ilegalismo. Ciertamente, contribuye a establecer un
ilegalismo llamativo, marcado, irreductiblea cierto nivel y secretamente útil, reacio y dócil a la vez.Dibuja, aísla y subraya
una forma deilegalismo que parece resumir simbólicamente todos los demás, pero que permite dejar en lasombra a
aquellos que se quieren o que se deben tolerar. Esta forma es la delincuenciapropiamente dicha. Así las cosas, la
afirmación de que la prisión fracasa en su propósito de reducirlos crímenes, hay que sustituirla quizá por la hipótesis de
que la prisión ha logrado muy bienproducir la delincuencia. Ahora bien, el establecimiento de una delincuencia4 se
constituye como un ilegalismocerrado que ofrece, en efecto, cierto número de ventajas, por ejemplo que sea posible
controlarla.También, la organización de un ilegalismo aislado y cerrado sobre la delincuencia no habría sidoposible sin el
desarrollo de los controles policíacos.Luego, la cárcel y policía forman undispositivo acoplado ya que entre las dos
garantizan en todo el campo de los ilegalismos la 4 Esta producción de la delincuencia y su investidura por el aparato
penal, hay que tomarlas por lo que son: no por unosresultados adquiridos de una vez para siempre sino como tácticas
que se desplazan en la medida en que no alcanzan jamás del todosu objeto. La separación entre su delincuencia y los
demás ilegalismos, el volverse contra ellos, su colonización por los ilegalismosdominantes, son otros tantos efectos que
aparecen claramente en la manera en que funciona el sistema policía-prisión; sin embargo,no han cesado de encontrar
resistencias; han suscitado luchas y provocado reacciones.
25. 25. Universidad La Gran Colombia 25 María Camila Daza Leguizamóndiferenciación, el aislamiento y la utilización
de una delincuencia. En los ilegalismos, el sistemapolicía-prisión aísla una delincuencia manejable. En otra instancia, la
existencia del delito manifiesta afortunadamente unaincompresibilidad de la naturaleza humana puesto que hay que ver
en él, más que una flaqueza ouna enfermedad, una energía que se yergue, una protesta resonante de la individualidad
humanaque sin duda le da a los ojos de todos su extraño poder de fascinación. Sin el delito que despiertaen nosotros
multitud de sentimientos adormecidos y de pasiones medio extinguidas,permaneceríamos mucho más tiempo en el
desorden, es decir, en la inconsistencia. Pero esta criminalidad de necesidad o de represión enmascara, por la resonancia
que se leda y la desconsideración de que se la rodea, otra criminalidad. Es la delincuencia de arriba, propiade la riqueza
se halla tolerada por las leyes y cuando cae bajo sus golpes está segura de laindulgencia de los tribunales y de la
discreción de la prensa. Es decir, la justicia no es la mismapara los que vienen de clases diferentes, lo que ocasiona que
los delincuentes provengan en sumayoría de estratos bajos, mientras que los que se encargan de su corrección son
magistrados de laalta sociedad. Así, se evidencia un orden jerárquico para el delincuente, sus delitos y su verdugo.III. LO
CARCELARIO Como se expuso en los apartes anteriores, las prisiones no son instrumentos represivos nibuscan tan solo
privar de su intrínseco derecho de libertad al Ser humano, deben ser herramientasque contengan todo tipo de disciplina
(reflexión, trabajo, educación, etc.) que sirva para latransformación de los presidarios en individuos correctos que no
reincidan en sus faltas. Foucaultafirma que se ha visto que la prisión transformaba, en la justicia penal, el proceso punitivo
en unatécnica penitenciaria, pero recurre al ejemplo especial de la colonia penal de Mettray quetransporta esa técnica de
“institución penal” al cuerpo social entero. Con varios efectos, dentro loscuales los principales son: En primer lugar, lo
carcelario, junto con sus distintas herramientas, da pie a unreclutamiento de grandes delincuentes y organiza “carreras
disciplinarias” en las que se da untrabajo completo de elaboración. Todo esto dada la presencia de exclusiones y
rechazos.Ensegundo lugar, es efecto del sistema carcelario y de los más importantes, el volver natural ylegítimo el poder
de sancionar, es decir, que instituciones penitenciarias tienen reglamentos quereproducen leyes, sanciones que imitan
veredictos y penas. Por último, el sistema carcelario se consolida como el instrumento de castigo que va másacorde con
la “nueva economía del poder”. Su funcionamiento panóptico, ha sido durante años laherramienta más simple pero más
necesaria que desarrolla la actividad de examen, la cual haobjetivado el comportamiento humano.
26. 26. Universidad La Gran Colombia 26 María Camila Daza LeguizamónMICHEL FOUCAULT Nacido en 1926 en
Poitiers, en el senode una familia acomodada. A los 20 años ingresaen la ÉcoleNormaleSupérieure, donde esdiscípulo de
Merleau-Ponty y se acerca, a travésde LuoisAlthusser, al partido comunista. En 1948se liecencia en filosofía y, en 1950,
enpsicología. Agregado de filosofía en 1951, setraslada a Lille, donde dirige el Instituto dePsicología. En 1954 publica
Maladiementale etpersonnalité. Viaja a Suecia en 1955, dondetrabaja como lector de laUniversidad de Uppsalay director
de la Maison de France en esta ciudad,al tiempo que escribe Histoire de la folie àl’âgeclassique. En 1958 se trasladada a
Varsovia,pero debe abandonar el país por presionespoliciales que denuncian su homosexualidad y sedirige a Hamburgo.
En 1961 lee su tesis doctoral en la Universidad de Clermont-Ferrand, donde ejerce ladocencia en filosofía. En 1966 publica
su obra más conocida, Les mots et les choses, y seincorpora a la Universidad de Túnez, desde donde volverá a París
atraido por los movimientos demayo del 68. En 1969 publica otra de sus obras claves, Larchéologie du savoir, e ingresa
un añomás tarde, después de pasar por la Universidad de Vincennes, en el Colegio de Francia, instituciónde referencia
académica en la que permanecerá como profesor de Historia de los Sistemas dePensamiento hasta su muerte por sida
en 1984. A mediados de los años setenta había publicado Surveiller et punir. Naissance de laprison (1975) y La volonté
de savoir (1976), primera parte de su Histoire de la sexualité, quetendrá continuidad en Lusage des plaisirs (1984) y Le
souci de soi (1984). Sus cursos en elColegio de Francia han sido recogidos como obras póstumas en Ilfautdéfendre la
société (1997),Les anormaux (1999) y Lherméneutique du sujet (2001). La vida académica e intelectual deFoucault estuvo
asociada a un permanente compromiso frente a las exclusiones y discriminacionesde la sociedad actual (presos, enfermos
mentales, homosexuales, emigrantes...), que le llevaron adesplegar una relevante actividad en los foros públicos, en los
medios de comunicación y en lasaulas universitarias.Prácticamente toda su obra ha sido traducida a las lenguas española
yportuguesa.

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