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CUENTO LOS SÍMBOLOS PATRIOS

Había una vez un niño y su abuela que vivían en la ciudad de México, el niño

siempre iba a visitar a su abuela en las vacaciones o en días festivos, pero el niño

no reconocía lo mucho que significan los símbolos patrios, pues al ser de las nuevas

generaciones, únicamente le importaban los videojuegos y la tecnología, así que un

día le dijo la abuelita al niño, ven aquí hijo, y siéntate te voy a leer una historia

que conozco desde hace tiempo, y la historia decía:

Se considera a la primera bandera propia de México aquella que enarboló durante

el grito de la independencia Don Miguel Hidalgo y Costilla en 1810: un pabellón

de la imagen de la virgen de Guadalupe.

En 1813, las fuerzas insurgentes diseñaron otra enseña nacional: una bandera de

seda blanca, que bordeaba por una cenefa de cuadros azules y blancos, y

en el centro lleva un águila posada sobre un nopal que ostentaba una corona

imperial. Y en el mismo escudo se leía una leyenda que decía “oculis et

unguibus asqué victrix” que significa: “con los ojos y uñas, igualmente victoriosa”.

Después el niño curioso le preguntó a la abuela que si podría seguir leyendo pero

su abuela le dijo es muy tarde ya te tienes que ir, la próxima semana que vengas a

visitarme te seguiré contando más, y el niño se marcho con sus padres, con mucha

curiosidad sobre lo que le había estado platicando su abuelita.


De camino a casa, el niño ase quedo pensando ya fascinado, que se sentía

arrepentido de haber dicho que los símbolos patrios no eran importantes ni que

estos valían, se dio cuenta, que sí importan porque, en realidad, representa nuestra

historia de México y como hemos ido progresando como país, sus instituciones, y

su historia, así que pensando todo esto de camino a casa se fue a dormir intrigado

por saber más acerca de la historia que le había comenzado a contar su abuelita.

A la semana siguiente, sus papas lo llevaron a visitar a su queridísima abuela, el

niño entusiasmado al llegar le dijo a su abuelita que había pasado toda la semana

pensando en el relato que le había contado la semana pasada, que si podían

continuar con la historia, a lo que la abuelita contenta le dijo que si, y nuevamente

le pidió que se sentara y continúo leyendo:

La abuelita prosiguió, el escudo nacional está constituido por un águila mexicana,

con el perfil izquierdo expuesto, la parte superior de las alas en un nivel alto

que el penacho y ligeramente desplegados en actitud de combate. El niño le

preguntó que qué sostenía o que hacía, y la abuela continúo leyéndole más acerca

del escudo mexicano y el significado de este:

Le contó que posaba en su garra izquierda sobre un nopal florecido, que emerge de

un lago y la sujetaba con la derecha y con el pico, a una serpiente. Haciéndole

hincapié en todos los detalles de nuestra hermosa bandera. El niño cada vez se

encontraba mas entusiasmado por conocer sobre la historia de los símbolos patrios

de México, pero nuevamente la abuelita le dijo que era tarde, que se fuera a
su casa. El niño le dijo que no quería esperar a la siguiente semana por conocer

el final de la historia y le preguntó a su abuelita que si le podría prestar el libro

para continuar leyendo y la abuela toda agotada y feliz le respondió que sí. Al

volver a casa con sus papas, desde esa misma noche, él súper contento ya en su

cama con su pijama continuo leyendo hasta quedarse dormido.

A la mañana siguiente el niño bajó de su recamara y vio a sus papás llorando,

el niño preocupado les preguntó porqué lloraban, y le dieron la peor de las noticias,

su abuela había fallecido la noche anterior.

Pasados los años, este niño al que su abuela le contaba historias, recordó a su

abuela, pero, ya no era un niño, sino un adulto que ya tenía a sus hijos e

incluso nietos. Al recordar esos días felices con su abuela comenzó a hacer lo

mismo, todos los días les decía siéntense que les voy a leer un relato. Este

cuento que les contaba, era del libro que su abuela le había heredado. Además

de compartir la historia de los símbolos patrios, continuaba leyendo y dando

conocimientos a los niños, ahora sus nietos, de la importancia y el valor que tienen

los símbolos patrios para todos los mexicanos.

También los niños le hacían las mismas preguntas que el cuando era niño, le

daba gusto y emoción saber que les importaba, decía que cuando el falleciera

contaran la historia a sus hijo y nietos, para preservar el valor que tienen en

México las tradiciones, la cultura y nuestros símbolos patrios.

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