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YO SOY MALALA YOUSAFZAI

Martes 9 de octubre del 2012. Valle del Rio Swat, Pakistán. Una niña aborda el autobús
rumbo a su escuela.
Martes 9 de octubre del 2012. Valle del Rio Swat, Pakistán. Dos hombres talibanes suben al
autobús. “¿Quién es Malala?”, preguntan. Todos sus compañeros dirigían su mirada hacia
ella, delatándola.
Martes 9 de octubre del 2012. Valle del Rio Swat, Pakistán. Fueron dos disparos. Uno de
ellos directo a la cabeza.
Su sueño: ser estudiante. Su anhelo: Cambiar al mundo. Su delito: Ser mujer.
Esta es la historia de Malala Yousafzai.
¿Quién es Malala? Yo soy Malala, la joven que defendió el derecho a la educación y fue
tiroteada por los talibanes… y esta es mi historia.

Hola a todos, mi nombre es Malala Yousafzai. Nací el 12 julio de 1997 en el Valle del Rio
Swat al Noroeste de Pakistán. Mi madre es Toorpekai Yousafzai, mi padre Ziauddin
Yousafzai. Tengo dos hermanos menores, Atal Yousafzai y Khushal Yousafzai.
Para mi padre siempre fue primordial la educación, ya que dice que es la clave del progreso.
El conocimiento es el éxito. Él fundó su propia escuela, en la cual yo asistía desde que era
muy pequeña. Al igual que mi padre, siempre he pensado que todo lo encuentras en la
escuela, al aprender cosas, descubrir e innovar. Eso es algo de lo cual todas y todas tienen
derecho a disfrutar, sin importar el género que se tenga.
Desgraciadamente no todos piensan así. En dónde yo crecí, en el 2007 en Swat, el ejercito
talibán tomó control de la zona donde yo vivía y decidieron que se impondrían sus propias
normas.
Prohibieron todo tipo de actividades culturales como el baile. Pero también prohibieron que
todas las niñas recibieran una educación, decían que no teníamos derecho a ir a la escuela y
aprender. Nos negaron el estudio. El cual es un derecho para todos.
Los talibanes, sin piedad alguna, destruyeron centro de educación femeninos, acabaron con
casi todas las escuelas.
Por todos lados había muchas muertes, a donde fueras caminando, hallabas cadáveres y
personas heridas. Encontrabas decapitados en las plazas públicas. El miedo se sentía en el
aire. Todo se tornó oscuro.
Ellos creen que las mujeres solo sirven para atender a los hombres, servir y procrear, no
tendrían porque tener conocimientos. Ahí, cuando nace un varón se hace una celebración, ya
que es un orgullo. Al contrario de que, si es niña, porque en esos casos se ve como una
desgracia, un motivo para dar el pésame.
Me molestaba que se creyera que el hombre es el único ser que puede tener derecho a recibir
conocimientos, que las mujeres no tienen ese privilegio por el simple hecho de nacer mujer.
Por eso mismo, a los 11 años empecé a dar discursos defendiendo la educación a todas las
niñas.
Sabiendo perfectamente que estaría en contra de las autoridades y me convertiría en una
piedra en el zapato para ellos. Sería su blanco, porque a ellos nadie les podía llevar la
contraria, pero por ningún motivo me quedaría callada, ellos no silenciarían mi voz que es la
voz de cientos de niñas queriendo luchar por su derecho a la educación.
En el año 2009 la redacción local de la BBC de Pakistán quería sacar un artículo sobre lo que
estaba sucediendo con la educación en Swat, entonces fue cuando decidí hacer yo el artículo.
Conté toda mi experiencia de como fue vivir bajo el mando de los talibanes.
Pero esto lo hice usando un seudónimo, Gul Makai, de esta forma mi identidad no saldría a
la luz como toda la verdad de los talibanes.
Mi familia y yo habíamos estado recibiendo amenazas de muerte con mucha frecuencia. Mi
madre tenía miedo. Pero fue el martes 9 de octubre del 2012 cuando sucedió… Tomé el
autobús como de costumbre hacia la escuela. Dos hombres talibanes subieron, preguntaron
con una pistola en manos “¿Quién es Malala?”. No dije nada, quedé paralizada. Las miradas
de todos se dirigían hacia mí, delatándome. Fueron tres disparos; uno de ellos directo a mi
cabeza. Caí en un charco de mi propia sangre.
Me llevaron al hospital, dudando si podría sobrevivir. Fui operada de emergencia,
afortunadamente me salvé de la muerte. Me trasladaron a un hospital de Inglaterra y ahí me
quedé. Continué con mis estudios. Extrañaba mi casa, pero sabía que si regresaba me
matarían.
En el año 2013 Hablé frente a las Naciones Unidas en New York contando mi historia y
presentándome como la activista que soy, defendiendo lo que es justo. También decidí saca
a la luz mi autobiografía “Yo soy Malala”.
Por todo lo que había hecho durante estos años en el 2014 recibí el premio Novel de la Paz
por luchar por el derecho de los niños a la educación. Yo siempre he dicho que un niño, un
profesor, un libro y una pluma pueden cambiar al mundo. Gracias.

Erika Esmeralda Navarrete Fernández

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