Según las características obtenidas en la elaboración de butifarra, se pudo examinar
que esta cumplió a cabalidad con muchos de los requerimientos establecidos para su buena comercialización, ya que el embutido se realizó bajo grandes estándares de calidad, siendo lo más natural y saludable posible, de igual forma nuestro producto presentó muy buenas características sensoriales (color, sabor, textura, etc.) que le permitieron recibir críticas favorables por parte de sus consumidores. Las buenas características de la butifarra se pueden atribuir a las buenos tipo de carnes y grasas, ya que se utilizó para el proceso de elaboración buenos tipos de carne, tales como el lomo fino tanto de res como de porcino y además se utilizó una grasa de cerdo de excelente procedencia; tales características de las materias primas permitieron obtener una emulsión con propiedades muy favorables, obteniendo así una buena compactación y textura en el producto final. De igual forma es válido subrayar que la buena utilización de los aditivos jugó un papel muy importante en la fabricación del producto, debido a que todo esto se enmarcó bajo los requerimientos establecidos en la normativa vigente (Decreto 2162/83, Decreto 3075/97, NTC 1325), por medio de la cual se determinó los aditivos permisibles y sus cantidades, tomando los más fundamentales y menos problemáticos, con el fin de obtener un embutido lo más natural y saludable posible, utilizando de igual manera en aditivos obligatorios con características peligrosas las menores cantidades permisibles. Entrando en las especificaciones del proceso se pudo encontrar, a pesar de lo anteriormente argumentado, algunos factores poco deseables en el proceso y el producto, tal como el rendimiento practico obtenido con respecto al rendimiento teórico planteado, ya que se encontró una significante lejanía entre el valor teórico y práctico de rendimiento del producto (21,12 kg y 12,89 kg respectivamente), obteniendo una diferencia de aproximadamente 8,23 kg, lo que se podría catalogar como una pérdida de rendimiento. Aunque esta perdida no se podría atribuir con certeza a malos procedimientos prácticos, existen posibilidades de que en el proceso se hayan ejecutado malas prácticas que permitieron este fenómeno, como por ejemplo en actividades tales como pesaje, molienda, cutteado, embutido, entre otros; de igual manera existe una más amplia posibilidad de que este factor se haya dado por errores en la formulación del producto, es decir, que posiblemente se estimó un rendimiento teórico muy elevado, atendiendo a las características del tipo de embutido o simplemente se cometió un error matemático en los cálculos con algunos de los aditivos. Por otra parte, es de vital importancia mencionar que a preferencia de muchos consumidores y en base a la cultura gastronómica local se prefería que el embutido tuviera un poco más de sabor picante, lo cual se convierte en algo de suma importancia a la hora de llevar el producto al mercado local. RECOMENDACIONES. Adicionar pimienta para lograr un sabor picante, esta puede ir de 0.1% a 1% con el fin de no acceder en el sabor, por tanto, se recomendaría adicionar 0.5% en relación con el producto final.
Realizar un troceado más eficaz, teniendo en cuenta que el peso y tamaño
de los productos sean lo más preciso posibles con el fin de disminuir perdidas económicas a la hora de comercializar el producto.
Desarrollar un empacado al vacío con sus respectivas etiquetas realizándolo